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I

¿Killac? Haciendo distinción entre las casas para los de buen vivir y
las chocitas para los nativos.
Se especifica en criticar las iglesias, está la da un concepto de un lugar donde hablan
muy mal de la vida de toda persona.
“Manzanares” gran casa de es de pertenencia del cura don Pedro de Miranda y Claro, a
estas se le hacen ciertas murmuras malas en el pueblo, comentan también que puede
que más después este se haga obispo de la diócesis.
II
Marcela mujer ya de treinta años se acerca a la casa
de Lucía, la cual es esposa de Fernando Marín, este se había ello un establecimiento
temporal en el campo. Marcela acude a ella para requerir de su ayuda.
Marcela le cuenta a Lucia las crueles intenciones de su esposo el cual quiere requerir a
la muerte debido a la vida tan pobre que estos llevan
Estos hacen de deber dinero, Marcela deberá entrar a trabajar en la casa del cura
donde mayoría de mujeres salen deshonradas de aquel lugar.
Marcela le cuenta que su pobreza se debe a la muerte de la madre de su esposo a la
cual le valía los problemas que tenía con el cura.
Lucia asustada por lo que Marcela le esta contando le hace una promesa, Marcela tiene
que marchar así que se despide de Lucia, marcha para ir a ver por sus hijas y darle
tranquilidad a su esposo.
III
Este capitulo describe las condiciones de la explotación a los aborígenes los cuales
dependen de la cría de alpacas.
Los principales destacantes de esta explotación son los cobradores, esta es la
desesperación de Marcela, la cual es una próxima llegada de estos a su casa
La complicidad de la iglesia en esta situación que al no denunciarla se convierte en
cómplice de la misma.
IV
Lucia mujer ya antes hecho presente, esta mujer la cual no alcanzaba los 20 años de
edad
Esta y su esposo se establecían en Killac,
La casa blanca, lugar donde habían hecho implemento de muchas cosas beneficiarias
(plata, minerales, etc.) estos explotaban la compañía de don Fernando Marín el cual
era accionista principal y, en la actualidad, gerente.
Este piensa hacer un llamado al cura y al gobernador, con algunas dudas pone manos a
la obra y manda a llamar al cura y al gobernador.
V
El cura Pascual sucesor de don Pedro Miranda y Claro de edad de 50 años.
(El cura Pascual podía definirse por un nido de sierpes lujuriosas, prontas a despertar al
menor ruido causado por la voz de una mujer) esto lo dice un observador filosófico.
Don Sebastián Pancorbo acompañante del cura, hombre que apenas recibió instrucción
primaria.
Se casó con doña Petronila Hinojosa, a ello se convirtió en gobernador.
Lucía pide en nombre de la religión que la deuda que tiene la familia del esposo de
Marcela.
El cura pregunta ¿Quién puede vivir sin rentas? “Nos moriremos de
hambre”.
El gobernador asiente a lo que el cura dice
Lucía arguye que la caridad también es ley del
corazón.
VI
Marcela ya quiere ver a Juan esta con alegría lo espera para contarle acerca de la
promesa que le hizo Lucía, lamentablemente Juan se muestra muy pesimista y hace
notar su desconfianza.
La mañana Juan se dirige a su trabajo y Marcela va a casa de Lucía.
Juan presiente de que el cobrador va a estar presente ese dia.
VII
Lucía mientras conversa con Fernando.
Le recuerda le había prometido para un 28, un vestido, pero esta pretende que en vez
de regalárselo le entregue el valor del vestido.
Fernando le entrega los doscientos soles en un cheque.
Momentos después Marcela se acercaba al patio de la casa de Lucía con una bella
muchacha.
VIII
La historia regresa al momento al que el cura y el gobernador se retiraban de la casa de
María en el capítulo V. Comentan acerca de lo hablado en casa de Doña Luisa y de las
ideas de Fernando mientras comienzan a planear una forma de echarlos del pueblo, sin
embargo, el gobernador le advierte al cura que hay que andarse con cuidado pues
Luisa y Fernando tienen buenas influencias. El gobernador Sebastián invita a tomar una
copa al cura a la gobernación. La reunión constaba de ocho personas.
IX
Lucía recibe visita de Marcela y su hija, a quien Lucía admira por su belleza.
Mientras hablan de las deudas de Marcela llega Juan, quien se echa a los pies de Lucía
suplicando clemencia pues el cobrador, como no tenían dinero, se ha llevado a su hija
menor. Entra Fernando que le pregunta a Juan si sabe dónde han llevado a su hija.
Anda, paga la deuda al señor cura, no le hables de nada de lo que sucede con el
cobrador y si te pregunta de dónde tienes esta plata, respóndele que un cristiano te la
ha dado en nombre de Dios, y nada más.
X
Se hacen presente Don Fernando y Juan donde el gobernador.
Este capítulo describe a Fernando Marín como “persona distinguida en los centros
sociales de la capital peruana, y su fisonomía revelaba al hombre justo, ilustrado
envista escala, y tan prudente como sagaz. Fernando replica acerca de la injusticia de
los intereses de la deuda, pero el gobernador le responde que se trata de “costumbre y
comercio lícito”.
XI
Doña Petronila Hinojosa, es una mujer humilde “es del tipo de la serrana de provincia,
con su corazón tan bueno como generoso, es una mujer muy generosa, incluso
derrama lágrimas por todo el que se muere. Doña Petronila, junto a su educación
esmerada, fue una notabilidad social, pues era una joya valiosa perdida en los
peñascales de Killac”.
XII
Marcela y su hija de catorce años entran a la casa del cura.
Este manifiesta un interés hacia las físicas de la hija de Marcela, este le ofrece trabajar
para la iglesia lavando calcetines y que también ella debería ayudar.
Marcela le hace entrega de los cincuenta pesos que debía, el cura insinúa a Marcela
que ha ganado plata prostituyéndose.
Ella, insiste que se lo dio una cristiana, el cura no le cree, Marcela le confiesa que la
plata es de Lucia.
XIII
Alegría y felicidad en la casa de los Marín cuando llegan Juan y don Fernando, aunque
tanto él como Lucía temen represalias se alegran de estar del lado de “los buenos”.
Luego llegan Marcela y Margarita y cuentan lo sucedido en la casa del cura y diciendo
que este ha vendido su alma a Rochino (un brujo verde, especie de diablo) por las
actitudes lujuriosas que aparenta. Repara don Fernando, al igual que antes Lucía, en la
belleza de Margarita. Piensan que por ello debe educarse con esmero y deciden
tomarla por ahijada. Cuando salen Marcela, Juan y Margarita hablan del aspecto de
Margarita, su talla, su belleza, el fuego de sus ojos negros. Después Fernando pide que
se concentren en visitar Doña Petronila para que ella quede desimpresionada de lo que
el haya contado don Sebastián. Lucía cuenta que el hijo del gobernador está pronto a
llegar al pueblo.
XIV
El cura, luego de que Marcela y su hija se van de su casa manda a su sirviente a que
llame a Sebastián y “a los amigos” y después a casa de don Estéfano. Todos acuden a la
Iglesia luego de ser avisados. En la reunión el cura relata “la humillación” a que ha sido
sometido ya que le han “botado a las barbas” los reales que le debía el tal Yupanqui. El
gobernador explica que a él hoy le ha sucedido lo mismo. Don Estéfano dice “Es un
ataque directo a nuestro cura y a nuestro gobernador”. Planean una estrategia para
matar a Lucía y don Fernando. Ésta consiste simular que han llegado unos bandoleros
que piensan en atacar la Iglesia, para ello harán sonar las campanas y dirán
que se han escondido en casa de los Marín.
XV
Manuel llegó a la casa del padre en Killac. Doña Petronila presenta a su hijo Lucía y
Fernando. La descripción de Manuel “era un hombre joven de veinte energías, la
estatura competente, es decir, ni la boca y la voz dulces grandes ni bajas, cuyo timbre
de sonido atrajo las simpatías de sus oyentes. Explica Fernando que está en el segundo
año de derecho. Se puede escuchar que todos se sorprenden. Petronila muestra a
Lucía y Fernando para regresar a casa y encerrarse. Manuel decide acompañar a los
visitantes. Ha simpatizado con los visitantes desde el primer momento, les dice:
"Señora que cuando Akillac en este Villorrio murió de tristeza, lo encontré en presencia
de usted y la de su esposo". Es difícil para un niño como Manuel que viene de la ciudad
reunirse en una lata en la que apenas puede charlar con sus padres. La amistad del
amigo hará que tu estadía sea más agradable. Cuando llegó a casa, Marín Fernando y
Lucía te invitan a ir a Manuel, pero prefiere tener a su madre para tener dificultades, a
pesar de que promete visitar a otro. Fernando y Lucía se van a dormir.
XVI
En casa de Juan Yupanqui hay felicidad. La misma les ha sido devuelta por sus bien
hechores los Marín quienes han saldado sus deudas y han decidido adoptar a su hija
Margarita. Van a comer y Juan hasta piensa matar al día siguiente una gallina de la
alegría que siente.
XVII
El cura se encuentra un tanto inquieto en su habitación por los tiros,
junto a él se halla una mujer clandestinamente recibida. El cura
intenta hacerle creer que podrían haber ladrones en Killac que quieran
asaltar la iglesia. Don Sebastián no se ha recogido todavía a esas horas
y su esposa se preocupa por lo que puede pasar. Manda a Manuel que
se quede con ella y ambos van a acostarse.
XVIII
Don Fernando (con su escopeta) y sus capataces se preparan para la
defensa de la casa, Lucía le pide que huyan para salvarse, Fernando
advierte la imposibilidad de la acción ya que las entradas de la casa
están ya ganadas. La gente del pueblo acaba por darse cuenta que lo
de los ladrones ha sido mentira y que allí no hay más que gente
honrada (al parecer es Manuel quién lo dice y logra que se disuelva el
motín aunque no está especificado en el texto). Se dispersan. La
entrada de los Marín está destrozada. Llega doña Petronila que había
venido tras los pasos de su hijo Manuel. Encuentran el cadáver de un
indio: es Juan que ha muerto traspasado por una bala. Él y su esposa
Marcela (que ha sido también herida) habían acudido desde los
primeros tiros en auxilio de los Marín. Doña Petronila y Manuel separan
a Marcela para llevarla a que la asistan ya que está muy malherida,
piden ayuda a unos hombres que, como todos los del motín, se
encuentran alcoholizados.
XIX
El cura está deseoso de saber los resultados de lo sucedido en casa de
los Marín pero disimula ante Melitonita (la mujer que había entrado
clandestinamente). La manda a averiguar qué ha sucedido en casa de
Lucía y Fernando.
Diálogo en casa de los Marín entre Manuel, Fernando y Lucía. Don
Fernando anuncia que se hará cargo de las hijas de Marcela. Piden a
Manuel que se encargué de buscar los culpables, éste sabe que uno de
ellos ha sido su padre.
XX
Margarita entra a la casa de la que ayer había salido tan feliz, ahora
desgarrada y herida en una camilla de palos. Transcurren dos días en los
que Marcela se encuentra bastante grave. Fernando ya ha conseguido
una sepultura para Juan con todos los honores que le ha sido posible
aunque duda de que logren hallar al culpable. Desconfían del cura.
Conversan y Fernando diserta acerca de la situación de los indios y del
sistema que los ha condenado a una mala alimentación y por lo tanto
no ha permitido que se desarrolle su inteligencia lo necesario
XXI
Manuel da vueltas en su cabeza a todo lo sucedido y concluye en que
según lo investigado los autores del asalto a la casa de los Marín son
don Sebastián (su padre), el cura Pascual y Estéfano Benites. Su madre
entra a su habitación. Quieren salvar a don Sebastián de las atrocidades
que está cometiendo. Su madre le dice que desde que lo nombraron
gobernador se ha vuelto otro. Su madre le pide a Manuel que hable con
él, que lo escuchará. Manuel replica “Temo que no! Si yo fuese su hijo
verdaderamente, hablaría en él la voz del amor paterno, pero... tú... tú
lo sabes”. Deciden que primero hablará Petronila con Sebastián y luego
lo hará Manuel. Después de hablar con Sebastián, Petronila le cuenta a
Manuel lo sucedido, la respuesta de don Sebastián ha sido “Yo sabré lo
que me hago”.

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