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Francia, 1890

Alfred,

No sabría cómo empezar esta carta, sin antes darte una proximidad
histórica del motivo de la misma. He visto en mi vida, suceder tantas
decisiones políticas, sociales y económicas que solo dejaron crisis a su
paso. Desde que el gobierno francés quiso competir contra otros para
ganar más poderíos, masas y conquistas, me he planteado tanto la
causalidad de estos, ¿será que como seres humanos, estamos
predestinados a la catástrofe de nuestros propios arbitrajes?

Estuve pensando demasiado, en como el ser humano busca tanto su


beneficio, para aplicarlo en la lógica de la economía. Las teorías clásicas,
asentaron nuestra base de un margen deductivo en lo social. Me parece
correcto, englobar estas terminologías en una continuidad con el pasado
de esta ciencia, aquí va mi motivo para esta carta. Quiero plantearte un

nuevo modelo, entender tus teorías y argumentar conjuntamente a dar


respuesta a la única cuestión invariable ¿Cómo será la economía en el
futuro?

Actualmente el desafío más complejo, al que se enfrenta nuestro sistema


económico mundial, está definido por el equilibrio entre ciertos agentes,
que puedan equiparar a la oferta y la demanda. Por esa razón, he resuelto
que las matemáticas deberían ser una herramienta ineludible para
construir argumentos coherentes, respecto a los mismos fenómenos
económicos que nunca cambian, solo sus concepciones. Como
economistas, “nos referimos especialmente a aquéllos relacionados con
su carácter mecanicista y su tradicional propensión aritmomórfica,
estrechamente ligada a la búsqueda de esa calidad de ciencia deductiva
por excelencia aplicable a cualquier marco institucional” (Naredo, 1987,
p.186).

Dado esto, quería decir además, que estos principios axiomáticos, más o
menos, deberían expresarse en un lenguaje matemático, en conjunto con
estas ciencias podríamos establecer un modelo que explique el desarrollo
dinámico de sectores económicos específicos, como: “riqueza”,
“producción”, “consumo”, “trabajo”, “capital”, y hasta el mismo “sistema
económico”. En un marco de decisiones, que involucren a todo el
movimiento de masas, me refiero, demostrar matemáticamente, que todo
valor económico, se ajusta a niveles mutuamente consistentes. Un
enfoque distinto, pero no contradictorio a lo que se plantearon los
economistas clásicos, algo nuevo que pueda fomentar la base de algo
novedoso en el futuro. Construida sobre los patrones de la mecánica
newtoniana, resultante de las sensaciones puntuales que poseen los seres
humanos. En otras palabras, “las dos leyes supuestamente generales del

comportamiento económico: la tendencia antes indicada por Jevons a


«preferir una ganancia grande a otra más pequeña» y la propensión a
buscar <<la máxima cantidad de riqueza con un mínimo de trabajo y
abnegación>>” (Naredo, 1987, p.187)

Algo así, como un equilibrio, que ya antes lo había explicado con estudios,
general que tenga en tendencia el proceso de ajuste para eliminar excesos.
Pero creo que eso ya lo sabes, no quería aturdirte con tanta teoría que
posiblemente ya desarrollaste. Solo quería pedirte que consideraras mis
puntos, espero tu respuesta. Y no pretendo ser una molestia, solo que en
mi mente no paran de surgir ideas que nos posibiliten a crear un margen,
de lo que ahora conocemos como economía.

León Walras

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Cita extraída del mismo Marshall, quien la escribió. file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-AlfredoMarshall18421924-2494984.pdf
Inglaterra, 1890

León,

He leído tu carta unas cuantas veces, por un par de semanas. Estuve


leyendo algunas noticias, de igual forma que teorías, investigaciones y las
tuyas propias, acerca de lo que has mencionado. Me parece prudente
mencionar, que en principio estamos hablando de una “época de masas”,
todo los conceptos que se aplican en una sociedad, ya sean dentro de las
ciencias como mencionas, o fuera de ellas se relacionan conjuntamente.
Un vínculo que siempre ha estado presente, es solo que hasta ahora

pensadores como nosotros, queremos involucrarlos en la única ciencia que


siempre ha estado en disputa, la economía.

Las primeras teorías económicas, no eran precisamente matemáticas, me


parece que por eso ahora se notan sus falencias. He estado planteando, la
creación de un libro que pueda administrar todo aquello que engloban los
principios económicos, en el cual pretendo más que teoría demostrar en
diagramas esto, una distribución de la riqueza racional. Es esto, lo que
quería recalcar, la racionalidad en el ser humano. Este nuevo modelo, es
ya en sí mismo algo objetivo, correlacionado con la irracionalidad
normativa, a la que estamos expuestos, reafirmando la importancia de los
periodos de tiempo, ya que este es el cambio en el que debemos basarnos
para determinar la economía. El tiempo, aquello que es variable,

inconstante y cambiante, la medida de todo lo irracional en las


concepciones mentales humanas.

Es incuestionable, que toda decisión es en sí misma, un principio. Una


inconsistencia, que parece perpetúa establecida en todas las teorías. He
aquí, porque todavía nos seguimos preguntando si nuestra historia,
volverá a repetirse o cambiará, o mejorará, pero ya eso es otro tema. Ni

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Cita extraída del mismo Marshall, quien la escribió. file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-AlfredoMarshall18421924-2494984.pdf
si quiera las ciencias de la naturaleza son capaces de explicar, las
evidencias completas en las cuales se fundamentan sus principios, por lo

mismo la ciencia social es equiparable a las ciencias exactas.

Y es a esto, a lo que quería llegar, los seres humanos estamos en un ciclo


generalizado de maximizar sus beneficios y que la ganancia, es igual al
beneficio. Comparto estas ideologías, puestos que estamos expuestos a
patrones culturales de una sociedad burguesa y la aglomeración urbana de
las industrias, las nuevas que recientemente se integraron a participar
activamente de la vida económica.

Por esto te digo:

<<Cada individuo actúa según sus deseos» o su derivado de que


todo el mundo obra con vistas a maximizar su satisfacción en
cualquier circunstancia dada. Pero hay que tener muy presente que
la ciencia económica no se basa sobre la tautología contenida en el
principio de que cada cual actúa con arreglo a sus deseos, ni sobre
la formulación que apunta la tendencia de los individuos a
maximizar su satisfacción, sino sobre aquella otra proposición
mucho más específica que considera la satisfacción de los
individuos como una función exclusiva de los bienes y servicios
consumidos. (Naredo, 1987, pp189)

Ahora te pregunto, ¿Qué podemos considerar entonces, como


“satisfacción”? No tenemos libertad para jugar al ajedrez o practicar otras
sutilezas que no conducen a nada. Está bien que los jóvenes disfruten del
mero placer de la acción, física intelectual. Pero el tiempo apremia;
nuestra responsabilidad es grave.1 Podemos suponer que el motor del
desarrollo, es el beneficio agregado que se puede obtener de acuerdo al
grado de felicidad en el que se encuentre el consumidor. Mayor felicidad,

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Cita extraída del mismo Marshall, quien la escribió. file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-AlfredoMarshall18421924-2494984.pdf
para un mayor número de personas, más que algo general, más bien un
equilibrio parcial.

Una teoría basada en el supuesto tácito de que el mundo estaba formado


por habitantes de la ciudad, espero haber sido de ayuda en complementar
tu pensamiento, de la forma en la que lo esperabas.

Alfred Marshall.

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Cita extraída del mismo Marshall, quien la escribió. file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-AlfredoMarshall18421924-2494984.pdf
Bibliografía

Naredo, J. (1987). Historia y perspectivas de las categorías básicas del


pensamiento económico. (1a.ed.) España: SIGLO XXI DE ESPAÑA
EDITORES, S.A. Extraído de:
file:///C:/Users/Admin/Downloads/NAREDO_Econom%C3%ADa%2
0en%20Evoluci%C3%B3n.pdf

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Cita extraída del mismo Marshall, quien la escribió. file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-AlfredoMarshall18421924-2494984.pdf

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