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UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO.

CARRERA DE MEDICINA.

TEMA:

Relación entre Salud y Medio Ambiente.

ASIGNATURA:

Humanidades Médicas.

DOCENTE:

Lic. Leonardo Viteri.

INTEGRANTES:

 Ilsis Cardenas.

 Derian Garrido.

 Samantha Córdova.

 Marco Cevallos.

 Claudia Pardo.

 Brandon Alvia.

 Manuel Cabrera.

 Mateo Carvajal.

CURSO:

Primer Semestre “D”.

FECHA:

15 De Junio Del 2023.


El medio ambiente constituye el lugar donde el hombre vive, trabaja y se desarrolla.

Es un sistema compuesto por dos hemisistemas interrelacionados e independientes:

por un lado, el hombre viviendo en sociedades o formaciones socioeconómicas con

características diferentes y por el otro, los elementos de la naturaleza o los

transformados por los hombres, en los cuales estos viven inmersos. Estos elementos

están constituidos, generalmente, por el aire, los fenómenos climatológicos, el agua, el

relieve y el medio artificial o social creado por la acción humana, que en conjunto

conforman el hábitat. Además, también forman parte integrante del medio ambiente

natural la flora y la fauna, a las cuales se acostumbra denominar biota.

Con frecuencia, el medio natural crea determinadas condiciones específicas para la

conservación y el desarrollo de la salud. Se sabe que entre los elementos del medio

ambiente natural y el hombre se producen cadenas de causa-efecto. También son

conocidas las influencias que ocasionan la actividad solar, las fases de la luna, los

cambios de temperatura, las fluctuaciones de 50 la presión atmosférica, la humedad

relativa, la altitud, etc., no solo en el comportamiento fisiológico de las relaciones del

organismo, sino que a veces ejercen una influencia sobre la frecuencia de las

agudizaciones en el transcurso de una serie de enfermedades y de la posibilidad,

inclusive, de morir por su causa. De la composición de los micros elementos en el

suelo y el agua también depende la aparición de una serie de afecciones.

Al penetrar en el organismo del hombre, junto con el agua y los alimentos, los micro

elementos pueden acumularse en exceso o estar contenidos en cantidad insuficiente,

por ejemplo, la deficiencia de flúor en el agua está acompañada de una alta morbilidad

por caries dentales y su exceso puede causar lesión de los huesos; de igual modo, la

fluoración artificial del agua puede provocar aumento de la frecuencia de las


neoplasias malignas. Además de los factores señalados, el medio circundante posee el

peligro natural para el surgimiento de un gran número de enfermedades infecciosas,

virales y parasitarias, por lo cual la intervención del hombre en el medio ambiente

debe ser, en general, no solo útil desde el punto de vista económico, sino también

higiénico y ser desde el punto de vista médico, fundamental.

La sociedad, al extraer del medio ambiente energía y sustancias, las retorna

transformadas –residuos industriales, domésticos y otros–, lo cual altera la evolución

de los procesos naturales y el equilibrio ecológico, dinámicamente balanceado. Es

cierto que hay que tener en cuenta que en la naturaleza, como resultado de una larga

evolución, se observa la capacidad, hasta un grado determinado de la acción

antropogénica, de restablecer los procesos naturales alterados. Sin embargo, en los

últimos tiempos estas influencias han comenzado a suponer el potencial restablecedor

de la naturaleza en importantes sectores de la tierra. Dedicada al problema de la

contaminación del medio exterior existe una enorme cantidad de literatura.

Cada vez con mayor angustia se escuchan voces en defensa del medio de nuestro

hábitat; acude también la ecología –ciencia sobre las interrelaciones de los organismos

y del medio ambiente– e incluso se crean movimientos políticos: los ecologistas. En la

actualidad se registran más de 4 millones de sustancias químicas en el medio ambiente

y esta cantidad crece en 6 000 por año. Se han estudiado más de 200 componentes

perjudiciales para la salud en los gases expulsados por los automóviles; los principales

son el óxido de carbono, el óxido y dióxido de nitrógeno, diferentes hidrocarburos

incluyendo el 3,4 benzopireno, aldehídos, gases, sulfuros, plomo, cloro, fósforo,

hollín, y otros. Las enfermedades fundamentales provocadas por la contaminación de

la atmósfera son las respiratorias agudas y crónicas, las alergias, las afecciones de la

piel, la conjuntivitis y otras.


También es importante el problema del agua., especial atención debe prestarse a la

contaminación de las aguas superficiales, cuya fuente principal de deterioro es la

evacuación de residuos industriales o domésticos. Cada día se hace más serio el

problema de los lagos y embalses con mayores posibilidades de contaminación que los

ríos. Asimismo, los océanos son víctimas de la contaminación. La influencia que sobre

la salud tienen las sustancias contaminantes del agua potable es aún más compleja y

puede producir lesiones en los diferentes sistemas del organismo, las cuales se

manifiestan en forma de proteinuria, cálculos renales, neoplasias renales, anemias,

hipertensión, enfermedades del hígado, alteraciones del metabolismo lipídico y

acuosalino, enfermedades del sistema nervioso, trastornos psíquicos y otros.

Asimismo, la contaminación del suelo representa un peligro para la salud de la

población en dos aspectos: en primer lugar, por el contacto directo, en especial en los

casos de contaminación helmíntica del suelo; en segundo lugar, por la caída al suelo

de material contaminado –incluye residuos reactivos– que llega a las aguas

subterráneas y aljibes, y pueden ser empleadas luego por la población. Debe conocerse

también la influencia de la explotación del cosmos.

El ambiente que rodea al hombre, además de proporcionarle la materia y la energía

para conservar la vida, puede actuar de forma perjudicial a través de sustancias

nocivas o extrañas, ayudar a la propagación de un agente causal de enfermedad o

ejercer influencias desfavorables. Por otra parte, las relaciones existentes entre

cualquier organismo y su medio ambiente pueden ser provechosas, aunque también

pueden resultar perjudiciales. El estudio de estas relaciones es de gran importancia

para el epidemiólogo, quien a través de la ecología es capaz llegar a comprender las

interacciones entre el hombre y su ambiente.


El ambiente, entendido en su forma más amplia, puede actuar de forma negativa

sobre el individuo de cuatro maneras diferentes:

1. Crea o favorece las condiciones que determinan la presencia de enfermedad;

ejemplo: la tuberculosis se acentúa por la desnutrición, el estrés, la extrema fatiga, el

hambre, la miseria, la insalubridad, entre otros.

2. Provoca directamente la afección; ejemplo: en el medio ambiente laboral se

pueden dar condiciones que estén relacionadas con accidentes y enfermedades

profesionales. El ambiente de las grandes alturas o de las grandes profundidades

también puede estar relacionado con algunas de estas entidades.

3. Influye en el transcurso de la enfermedad; ejemplo: la falta de educación –

problema social que puede ser causa de una tardía solicitud de atención médica que

influya sobre una afección.

4. Transmite factores causales –agentes o patobiontes– de la enfermedad; ejemplo:

las infecciones gastrointestinales son transmitidas por elementos ambientales, agua,

alimentos, objetos, etc. – El paludismo, el dengue y la leishmaniosis son transmitidas

por factores biológicos que forman parte de la biota de determinados ecosistemas.


BIBLIOGRAFÍA:

Toledo Curbelo, G. (2004). Fundamentos de Salud Pública I. Editorial Ciencias

Médicas. La Habana (Página 49-51).

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