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Mateo 5:16: "Así brille la luz de ustedes delante de los demás, para que, viendo las
buenas obras de ustedes, glorifiquen al Padre que está en el cielo."
1 Pedro 2:12: "Mantengan entre los gentiles una buena conducta, para que aunque
los acusen de hacerles mal, al ver las buenas obras de ustedes, glorifiquen a Dios en
el día de la salvación."
Hechos 4:13: "Al ver la valentía de Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran
hombres sin letras ni instrucción, se admiraban. Y reconocieron que habían estado
con Jesús."
1 Timoteo 3:7: "Además, es necesario que tenga buena reputación entre los de
afuera, para que no caiga en descrédito y en la trampa del diablo."
Conversen: ¿Qué significado tiene para ti el hecho de que la iglesia sea una red de
apoyo y compañerismo, donde puedes recibir enseñanza bíblica, aliento mutuo y
corrección amorosa? ¿Cómo has experimentado el crecimiento espiritual a través de
la vida en comunidad y el compartir experiencias con otros creyentes? ¿De qué
manera has visto la iglesia como un lugar para adorar juntos, participar en la
comunión y los sacramentos, y ejercer tus dones espirituales en servicio a los
demás? ¿Cómo puedes ser un embajador del reino de Dios en medio de la
congregación y en tu interacción con la sociedad que te rodea, mostrando la ética
del reino y reconciliando a otros con Dios?
Tenemos muy claro que la Palabra manda que debemos congregarnos, pues si no lo
hacemos o si fuéramos negligentes en nuestra participación en una iglesia local,
estaríamos en falta con el Señor.
Hebreos 10:25
25 Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a
otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
En Romanos 13:1, se nos dice que toda autoridad ha sido establecida por Dios. Esto
implica que las autoridades en la iglesia local, como los pastores, han sido puestas
allí por la voluntad de Dios. Reconocer esta autoridad divinamente designada es
fundamental para nuestra vida cristiana y nuestro crecimiento espiritual.
Romanos 13:1: "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas."
Hebreos 13:17 nos insta a obedecer y someternos a nuestros pastores, ya que ellos
velan por nuestras almas. Los pastores son líderes espirituales que tienen la
responsabilidad de cuidar, enseñar y pastorear a la congregación local. Al
someternos a su liderazgo, nos beneficiamos de su guía y dirección, lo cual es
esencial para nuestro crecimiento y protección espiritual.
Hebreos 13:17: "Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan
por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría,
y no quejándose, porque esto no os es provechoso."
El versículo 1 Pedro 5:5 nos recuerda que, además de someternos a los ancianos o
pastores, debemos ser sumisos unos a otros y revestirnos de humildad. Esta actitud
de humildad y sumisión mutua dentro de la iglesia local crea un ambiente de unidad
y amor fraternal, donde cada miembro se preocupa por el bienestar del otro y busca
el crecimiento colectivo.
1 Pedro 5:5: "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos
unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia
a los humildes."
La enseñanza bíblica también destaca la importancia de honrar y reconocer a
aquellos que trabajan diligentemente en el ministerio pastoral. 1 Timoteo 5:17 nos
exhorta a considerar a los ancianos que gobiernan bien como dignos de doble honor,
especialmente aquellos que dedican tiempo y esfuerzo en la predicación y
enseñanza de la Palabra de Dios. Este doble honor implica un reconocimiento y
respeto especial hacia aquellos que desempeñan un papel de liderazgo y cuidado
pastoral.
1 Timoteo 5:17: "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar."
Es central que comprendamos que ser parte de una iglesia local y someterse a las
autoridades locales puestas por Dios (pastores, líderes, discipuladores, etc.) es una
parte integral de nuestra vida cristiana. A través de la iglesia local, recibimos
enseñanza, edificación, apoyo mutuo y disciplina amorosa. Al someternos a la
autoridad y rendir cuentas a los pastores locales, nos beneficiamos de su sabiduría y
guía espiritual, y nos comprometemos en una comunidad de fe donde podemos
crecer y madurar en nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos en la fe.
El servicio en la iglesia
También es nuestra responsabilidad servir como misioneros en el lugar al que el
Señor nos lleve, pero también servir con nuestros dones y talentos en la iglesia local
en donde el Señor nos ha puesto.
1 Corintios 12:4-11
4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5 Hay diversidad
de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 Y hay diversidad de operaciones, pero es
el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. 7 Pero a cada uno se le da la
manifestación del Espíritu para el bien común. 8 Pues a uno le es dada palabra de
sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; 9
a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu; 10 a
otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro,
diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas
cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno
según Su voluntad.
1 Corintios 12:27
27 Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un
miembro de él. 28 Y en la iglesia, Dios ha designado primeramente, apóstoles; en
segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones
de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas.
1 Pedro 4:10-11
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a
las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para
que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el
imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Hoy en día existen muchos ministerios para-eclesiásticos que pueden ser muy
buenos, pero en ningún caso reemplazarán la labor que el Señor otorgó a la iglesia
local. Servir en ministerios para-eclesiásticos no puede llevarnos a pretender que no
debemos o no necesitamos ser parte de una iglesia local y mucho menos a creer que
no debemos someternos bíblicamente a las autoridades que el Señor ha puesto en
esa iglesia. En ocasiones tenemos un deseo genuino por servir a Dios, y los
ministerios para-eclesiasticos muchas veces ofrecen caminos “fáciles” y “rápidos”
para servir, lo que nos lleva a comenzar a participar restando importancia a mirar en
primer lugar si hay alguna necesidad que puedo cubrir en mi iglesia local, o sin
buscar consejo y guía de los pastores o líderes de la iglesia antes de aceptar
responsabilidades en estos ministerios. Como dijimos anteriormente, las autoridades
puestas por Dios dentro de la iglesia local están ahí para cuidarnos, guiarnos y
ayudarnos a crecer según los parámetros bíblicos, por ende siempre será de
bendición que actuemos bajo su cobertura y en sometimiento.
Estos ministerios pueden ser una bendición, pero no pueden convertirse en nuestra
prioridad, sino que debemos orar para que el señor nos de un equilibrio para servir y
amar a mi iglesia local y también para servir en las oportunidades que Él nos
entregue para honrar Su nombre Justamente.
El pastor Miguel Nuñez declaró “Si no amas la iglesia, la novia de Cristo, tendrás
problemas con el Novio. Saulo perseguía la iglesia y Cristo le preguntó, ‘Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?’.Cristo tomó esta persecución de manera personal”.
¿Se imaginan? ¿Qué fuerte! Nunca debemos tomar a la iglesia local a la ligera.
Ningún cristiano puede vivir su fe sin estar completamente involucrado en una
iglesia local. Allí encontramos la comunidad donde realmente crecemos y donde
podemos ser “afiliados”, es decir, crecer, madurar y parecernos cada día más a
Jesucristo. Así como la “Iglesia” es más que un templo, son las personas, también es
importante que meditemos en la importancia de esta verdad:
El crecimiento como cristianos no ocurre únicamente en nuestra vida privada, ni en
nuestras relaciones interpersonales con otros cristianos en general, sino que
principalmente crecemos como cristianos en medio de una congregación,
relacionándonos con los hermanos de la iglesia local, sometiendonos a nuestras
autoridades, compartiendo como un solo cuerpo.
Todo lo demás es importante, pero se complementa al crecimiento que tenemos
juntos como congregación al reunirnos a aprender y practicar las verdades del
evangelio semana a semana.
En cada reunión, en cada prédica, en cada momento de alabanza y adoración juntos,
en cada estudio bíblico, incluso en cada conflicto y roce con nuestros hermanos,
crecemos, somos pulidos, nuestros corazones son expuestos y puestos a prueba.
En cada rendición de cuentas, en cada consejería, en cada conversación con nuestros
líderes, sea para resolver dudas o incluso para recibir corrección, nuestro carácter es
forjado según el carácter de Cristo, y crecemos en humildad, madurez, en el fruto del
espíritu (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre,
dominio propio).
También Dios se ocupa de repartir dones y talentos, con el fin de proveer dentro de
la congregación todo lo necesario para que haya crecimiento entre los hermanos. Y
es por medio de la congregación y nuestra interacción en la iglesia local que
evangelizamos de la manera más poderosa que hay, evidenciando de manera clara
que la sangre de Cristo nos ha hecho una sola familia de cada tribu, lengua y nación,
y nos ha dado ejemplo de amor sacrificial.
Proverbios 27:17
17 El hierro con hierro se afila, Y un hombre aguza a otro.
Efesios 4:11-12
11 Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros
pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo;
Efesios 4:11-12
11 Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros
pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo;
1 Pedro 2:5-9
5 también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo. 6 Pues esto se encuentra en la Escritura:
«Yo, pongo en Sión una piedra escogida, una preciosa piedra angular, Y el que crea
en Él no será avergonzado».
7 Este precioso valor es, pues, para ustedes los que creen; pero para los que no
creen,
«La piedra que desecharon los constructores, Esa, en piedra angular se ha
convertido»,
8 y, «Piedra de tropiezo y roca de escándalo».
Pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban
también destinados. 9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de
Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
Conclusión
En Efesios 4:2 encontramos un ejemplo práctico de todo lo que hemos conversado:
Efesios 4:2
"Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los
otros en amor."
La palabra griega utilizada en este versículo, "anechomai", que lleva consigo la idea
de resistir o sostener bajo una fuerte presión. Significa llevar las cargas de los demás
con paciencia y amor, a pesar de las dificultades o desafíos que puedan surgir en la
convivencia. Esta enseñanza nos anima a mantener una actitud de humildad,
mansedumbre y amor hacia nuestros hermanos en la fe, mostrando una disposición
de apoyarlos y mantenernos unidos incluso en momentos difíciles.
Esto nos desafía a mantenernos firmes y apoyarnos unos a otros en medio de las
dificultades y desafíos de la vida en comunidad. Al practicar la paciencia y el amor
hacia nuestros hermanos en la fe, reflejamos el carácter de Cristo y contribuimos al
crecimiento espiritual de la iglesia. Así, la iglesia se convierte en un lugar donde
experimentamos el crecimiento profundo, siendo moldeados y transformados a la
imagen de Cristo mientras nos relacionamos unos con otros en amor y soporte
mutuo.
Teniendo en cuenta todo esto, te invitamos a reflexionar sobre estas preguntas para
evaluar cómo está tu corazón en esta área:
¿En qué medida estoy involucrado/a en una iglesia local y cómo influye en mi
crecimiento espiritual?
¿Cuánto tiempo y esfuerzo dedico a aprender y practicar las verdades del evangelio
en el contexto de la congregación?