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Investigación
AUTOR(ES):
ASESORA(A)(ES):
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
(Derecho Público)
PIURA – PERÚ
(2023)
INDICE
I. INTRODUCCION..............................................................................................3
II. ARGUMENTOS................................................................................................5
III. CONCLUSIONES ………………………………………………………………….12
REFERENCIAS
I. INTRODUCCION
El sesgo de género se puede definir hoy en la actualidad como una propensión a
algo hacia una persona o colectivo basado en su mismo género. (Vázquez Recio,
2014. )
Los sesgos de género se hacen notorios en los procesos de sociabilizar con las
personas, tanto durante la infancia como ya en la vida de adultez. Así como
también en el espacio de las funciones que adoptan sus roles en los ambientes o
espacios familiares que rodean a las personas con dichas inclinaciones.
El estudio de los procesos de custodia y los factores que influyen en este caso el
sesgo de género en particular son de especial interés para ahondar en este medio
de resolución de conflictos, para tener efectividad y mejorar este proceso.
II.1. GENERALIDADES
II.1.1. LA PATRIA POTESTAD
Se puede definir fundamentalmente como el deber y derecho que tienen ambos
padres, de cuidar la persona y bienes de sus hijos menores. De esta forma, la
patria potestad es una institución de amparo y protección familiar cuyo fin es la
salvaguarda de los intereses personales o patrimoniales de los hijos menores de
edad, debido a su incapacidad para valerse por sí mismos. La patria potestad es el
resultado de haberse establecido la relación padre-hijo (filiación), por tanto, sin
filiación no hay patria potestad.
La custodia o tenencia es entendida como el derecho que tiene uno de los padres
de ejercer de forma directa el cuidado y atención de su hijo menor de edad en los
supuestos en que ambos progenitores, por diversas circunstancias, no se
encuentren en posibilidad de ejercerla de manera conjunta.
El Código del Niño y del Adolescente en su artículo 81° establece que cuando los
padres están separados de hecho, la tenencia de los niños, niñas o adolescentes
se determina en primer lugar de común acuerdo entre ellos y tomando en cuenta
el parecer del menor. Este acuerdo para que tenga fuerza legal deberá
formalizarse ante un Centro de Conciliación Extrajudicial.
Que exista una separación de hecho entre los padres del menor.
Que no exista acuerdo entre los padres para determinar con quién se
quedan los hijos.
Que, existiendo acuerdo, éste ya resulté perjudicial para el niño o el
adolescente.
Que el solicitante acredite con pruebas los hechos que demuestran que
resulta más conveniente para el niño estar bajo su compañía.
La partida de nacimiento del menor.
El documento que acredite su vinculación con el menor.
Las reglas que el Código del Niño y del Adolescente ha establecido son las
siguientes:
Asimismo, nuestro Código Civil establece que en caso de divorcio por causal los
hijos se confían al cónyuge que obtuvo el divorcio por causa específica, salvo que
el Juez considere que, por el bienestar de ellos, deban ser encargados al otro
cónyuge o a tercera persona.
Variación de tenencia
Petición de tenencia
Tenencia provisional
Entre otros
Los estudios de género han sido cada vez más sensibles a la forma en la cual la
existencia de ciertos estereotipos puede tener efectos sociales negativos no sólo
en el plano de las percepciones e interacciones sociales sino también
promoviendo discriminación institucional, por medio de regulaciones legales,
políticas públicas, prácticas institucionales y decisiones jurisdiccionales que
refuerzan la desigualdad, la subordinación y la violencia entre grupos. Por lo tanto,
es fundamental destacar cómo los estereotipos de género son obstáculos para el
ejercicio de los derechos humanos, la superación de la desigualdad y la
discriminación y el acceso a la justicia.
Es por ello, que cualquier consideración que exprese preferencia por razón de
sexo, tanto en la ley como en la práctica por las autoridades encargadas de
impartir justicia, estará reflejando violaciones a derechos humanos y garantías
fundamentales, que llevan implícitas prácticas de discriminación en los casos de
determinación de la custodia.
La edad de los menores, igualmente, junto con aspectos como los anteriores,
pueden y han sido elementos que definen criterios para asignar la custodia, con
preferencia a la madre y en algunos casos a padre, ya que se considera que las
madres son mejores que los padres para cuidar a menores o a los hijos pequeños,
lo que se toma en consideración para otorgar la custodia automáticamente a las
madres, aspecto que no es acertado en todos los casos.
Como podemos ver, nuevamente nos encontramos con los roles, los estereotipos
y las prácticas de género, que permean tanto en el ámbito de control formal e
informal, y que resultan poco favorables para todas las partes o miembros de la
familia. Entonces ya no sólo nos encontramos frente a la discriminación por sexo y
a la desigualdad del hombre y la mujer, sino a la discriminación a los progenitores
por edad del menor, considerando una preferencia hacia la madre por razón de la
juventud de los hijos.
Referencias