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Vicerrectorado de

Investigación

FACULTAD DE CIENCIA POLITICA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

Título de Ensayo Académico


Análisis de la Influencia del Sesgo de género en las batallas de
custodia.

AUTOR(ES):

Flores Purizaca, María Laura( https://orcid.org/0009-0001-1056-7460?lang=en )

Malma Martínez, César Augusto (https://orcid.org/000900046391-398X )

Mauricio Chero, Franklin Edgardo (https://orcid.org/0009-0008-4150-7779 )

Zapata Siancas Cesar Augusto ( https://orcid.org/0009-0000-9178-4573 )

ASESORA(A)(ES):

Abog. More Pingo Angella Inés (https://orcid.org/0000-000-1965-7118X )

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

(Derecho Público)

PIURA – PERÚ

(2023)
INDICE

I. INTRODUCCION..............................................................................................3
II. ARGUMENTOS................................................................................................5
III. CONCLUSIONES ………………………………………………………………….12
REFERENCIAS
I. INTRODUCCION
El sesgo de género se puede definir hoy en la actualidad como una propensión a
algo hacia una persona o colectivo basado en su mismo género. (Vázquez Recio,
2014. )

Esta orientación se puede mostrar como una tendencia a experimentar una


disposición de parcialidad, de opinión preconcebida o preferencia a la hora de
seleccionar, reproducir o tomar juicios sobre una persona o colectivo.

Podemos entender como un problema equivocado de la igualdad entre personas


que pueden ocasionar una manera desigual, falsos juicios y discriminatoria en el
que en la actualidad existen grupos mixtos, se tienen una orientación de
favoritismo hacia un solo género, incluso inconscientemente.

Los sesgos de género se hacen notorios en los procesos de sociabilizar con las
personas, tanto durante la infancia como ya en la vida de adultez. Así como
también en el espacio de las funciones que adoptan sus roles en los ambientes o
espacios familiares que rodean a las personas con dichas inclinaciones.

Dichas desigualdades en el sesgo de género se pueden percibir de manera


palpable beneficios o interés personales, debido a las consecuencias una mala
interpretación del género.

Ante esto se observa que en muchos trabajos y estudios se ha tratado sobre el


sesgo de género o roles de género relacionados con los temas antes expuestos,
pero pocos son los que relacionan como influye esta psicología de sesgo de
género en una batalla por custodia de los hijos en caso de rupturas de las parejas.

Por ello la formulación al problema se plantea ¿Cómo influye el sesgo de genero


sesgo u orientación de en las decisiones de una tenencia de hijos en un ámbito
familiar?

Muchos de los sesgos de género o inclinaciones se originan de una cultura


aprendida, con creencias e historias ficticias interiorizadas, y con maneras de
explicar la existencia desde un pensamiento práctico, consciente o no, de otorgar
al hombre y a su punto de vista, una perspectiva en el mundo, la historia, las
sociedades y culturas. Se refiere a la omisión que se hace sobre cómo son
conceptualizadas las mujeres, el varón y las relaciones de género en un
determinado objeto de estudio o problemática. Orientación y dirección que toma
un asunto.

En este ensayo primero se abordarán temas de conceptualización sobre que es un


sesgo de género, mediación familiar y otros puntos importantes como las leyes en
que se basan estos procesos de custodia.

El estudio de los procesos de custodia y los factores que influyen en este caso el
sesgo de género en particular son de especial interés para ahondar en este medio
de resolución de conflictos, para tener efectividad y mejorar este proceso.

Siendo el objetivo general Determinar Cómo influye el sesgo de genero sesgo u


orientación de en las decisiones de una tenencia de hijos en un ámbito familiar.

Y los objetivos específicos serán: a) conocer la legislación que regula la tenencia


compartida en el Perú b) Definir el sesgo de género en el Perú. c) Determinar los
factores, sociales, culturales, creencias, posturas y percepción de los jueces para
dictámenes de tenencia de hijos.
II. ARGUMENTOS

II.1. GENERALIDADES
II.1.1. LA PATRIA POTESTAD
Se puede definir fundamentalmente como el deber y derecho que tienen ambos
padres, de cuidar la persona y bienes de sus hijos menores. De esta forma, la
patria potestad es una institución de amparo y protección familiar cuyo fin es la
salvaguarda de los intereses personales o patrimoniales de los hijos menores de
edad, debido a su incapacidad para valerse por sí mismos. La patria potestad es el
resultado de haberse establecido la relación padre-hijo (filiación), por tanto, sin
filiación no hay patria potestad.

Los deberes y derechos del ejercicio de la patria potestad se encuentran


regulados tanto en el artículo 423° del Código Civil, como en el artículo 74° del
Código de los Niños y Adolescentes. En estos artículos se hace reconocimiento
del derecho de los padres a la tenencia de los hijos (Art. 423°, 5.- Tener a los hijos
en su compañía y recogerlos del lugar donde estuviesen sin su permiso,
recurriendo a la autoridad si es necesario). De esta forma, la tenencia es uno de
los atributos más importantes de la patria potestad, similar a la representación
legal y el poder de administrar los bienes de sus hijos.

Estos deberes y derechos se extinguen por causas señaladas expresamente en


nuestra legislación, y en ninguna de ellas está considerado el divorcio o la
separación de los padres como causal de extinción, lo que significa que a pesar de
que los padres decidan ponerle fin a su matrimonio, relación de convivencia, etc.,
conservarán cada uno la patria potestad sobre sus hijos.

II.1.2. LA TENENCIA DEL MENOR O CUSTODIA

La custodia o tenencia es entendida como el derecho que tiene uno de los padres
de ejercer de forma directa el cuidado y atención de su hijo menor de edad en los
supuestos en que ambos progenitores, por diversas circunstancias, no se
encuentren en posibilidad de ejercerla de manera conjunta.

De forma natural, la tenencia de un menor de edad se produce en virtud del


derecho de patria potestad. Así, los padres cuidan y representan a sus hijos en
todos los actos de la vida cotidiana, buscando atender a sus necesidades
diversas.

Cuando existe imposibilidad de que ambos progenitores de manera conjunta se


encuentren al cuidado de los menores (en supuestos de separación, divorcio,
violencia familiar comprobada, etc.), se puede establecer de mutuo acuerdo o
requerir que un juez determine cuál de los progenitores ejercerá la tenencia del
menor.

No debe confundirse la tenencia con el derecho a la patria potestad. Aunque uno


de los padres se vea restringida de la custodia de un menor –salvo casos
excepcionales- se mantendrán sus obligaciones (alimentos) y derechos (visitas) de
forma ordinaria.

II.1.3. LA LEY Y LA TENENCIA DEL MENOR

El Código del Niño y del Adolescente en su artículo 81° establece que cuando los
padres están separados de hecho, la tenencia de los niños, niñas o adolescentes
se determina en primer lugar de común acuerdo entre ellos y tomando en cuenta
el parecer del menor. Este acuerdo para que tenga fuerza legal deberá
formalizarse ante un Centro de Conciliación Extrajudicial.

La misma norma establece que en caso de no existir acuerdo o si éste resultara


perjudicial para el menor, la tenencia la resolverá el Juez Especializado de
Familia, quien podrá disponer las medidas necesarias para su cumplimiento o la
tenencia compartida, salvaguardando en todo momento el interés superior del niño
o adolescente.
Para recurrir al Juez Especializado deben existir los siguientes requisitos:

 Que exista una separación de hecho entre los padres del menor.
 Que no exista acuerdo entre los padres para determinar con quién se
quedan los hijos.
 Que, existiendo acuerdo, éste ya resulté perjudicial para el niño o el
adolescente.
 Que el solicitante acredite con pruebas los hechos que demuestran que
resulta más conveniente para el niño estar bajo su compañía.
 La partida de nacimiento del menor.
 El documento que acredite su vinculación con el menor.
Las reglas que el Código del Niño y del Adolescente ha establecido son las
siguientes:

 El hijo deberá permanecer con el progenitor con quien convivió el mayor


tiempo siempre que le sea favorable.
 El hijo menor de tres años deberá permanecer con la madre.

Asimismo, nuestro Código Civil establece que en caso de divorcio por causal los
hijos se confían al cónyuge que obtuvo el divorcio por causa específica, salvo que
el Juez considere que, por el bienestar de ellos, deban ser encargados al otro
cónyuge o a tercera persona.

Además del Código Civil, el derecho a la tenencia se encuentra regulado en el


Código de los Niños y Adolescentes, el cual establece una serie de supuestos
aplicables:

 Variación de tenencia
 Petición de tenencia
 Tenencia provisional
 Entre otros

II.1.4. SESGO DE GENERO


La organización mundial de la salud (OMS, 2007), define el término género como
“los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos
que cada sociedad considera apropiado para los hombres y mujeres” por su parte,
el diccionario de la real academia española (DRAE), define sesgo como “torcido,
cortado o situado oblicuamente”. Según como derivan estas fuentes, sesgo de
género es una inclinación hacia una persona o colectivo basado en su género.
Este sesgo se puede mostrar como una predisposición, parcialidad, prejuicio o
predilección a la hora de seleccionar, representar o tomar decisiones sobre una
persona o colectivo.

Las diferencias de género, para la socialización, se originan desde el mismo


momento en que nace niño -azul y niña – rosa, debido al estereotipo de rol de
género que la sociedad les asigna.

Tenemos claro que a lo largo de la historia ha existido una socialización


diferenciada para hombres y mujeres, y esta socialización ha puesto la
adjudicación de una serie de estereotipos y roles de género por el hecho de ser
mujer o varón. A lo largo de la historia , esta asociación diferenciada ha ido
evolucionando, hasta el punto de llegar a convertirse en una asociación
multidimensional en que los roles de género empiezan a estar difuminados y no se
puedan atribuir tan claramente a un sexo u otro, esta asociación depende, del
pensamiento predominante de la sociedad en el que se desarrollan los individuos
ya que en función de esta concepción se mantendrán una tendencia cultural o
otras que pueden favorecer o dificultar el mantenimiento de los roles de género.

II.2. EL PROBLEMA DE LOS ESTEREOTIPOS Y SESGOS DE


GÉNERO COMO OBSTÁCULO PARA EL ACCESO A LA
JUSTICIA

Pese a los avances en la legislación y la jurisprudencia para visibilizar y erradicar


la discriminación y la violencia de género, se ha observado que la misma
discriminación y la violencia se cristalizan si quienes tienen que tomar decisiones
institucionales resuelven las causas recurriendo a estereotipos y sesgos de género
(Villanueva, C., 2019). Estos efectos son más graves cuando se trata de casos
que se caracterizan explícitamente por la discriminación y la violencia de género.

Los estudios de género han sido cada vez más sensibles a la forma en la cual la
existencia de ciertos estereotipos puede tener efectos sociales negativos no sólo
en el plano de las percepciones e interacciones sociales sino también
promoviendo discriminación institucional, por medio de regulaciones legales,
políticas públicas, prácticas institucionales y decisiones jurisdiccionales que
refuerzan la desigualdad, la subordinación y la violencia entre grupos. Por lo tanto,
es fundamental destacar cómo los estereotipos de género son obstáculos para el
ejercicio de los derechos humanos, la superación de la desigualdad y la
discriminación y el acceso a la justicia.

II.2.1. EL SESGO DE GENERO Y SU INFLUENCIA EN LA CUSTODIA

La determinación de con cuál de los progenitores deben de permanecer los hijos


en un divorcio o separación se ha convertido en un problema creciente en las
últimas décadas.

Dar automáticamente preferencia a la madre, o en su caso a cualquiera de los


padres sobre el otro, bajo cualquier argumento de orden natural o de género en la
custodia de los hijos, genera problemas de índole constitucional y violenta la
legislación específica respecto a los derechos de los padres y de los hijos al
proceso justo, a la igualdad en el proceso, y a la igualdad en la protección en y
ante la ley.

Es por ello, que cualquier consideración que exprese preferencia por razón de
sexo, tanto en la ley como en la práctica por las autoridades encargadas de
impartir justicia, estará reflejando violaciones a derechos humanos y garantías
fundamentales, que llevan implícitas prácticas de discriminación en los casos de
determinación de la custodia.
La edad de los menores, igualmente, junto con aspectos como los anteriores,
pueden y han sido elementos que definen criterios para asignar la custodia, con
preferencia a la madre y en algunos casos a padre, ya que se considera que las
madres son mejores que los padres para cuidar a menores o a los hijos pequeños,
lo que se toma en consideración para otorgar la custodia automáticamente a las
madres, aspecto que no es acertado en todos los casos.

El sexo de los hijos también ha sido, históricamente, un aspecto importante en la


decisión de las autoridades judiciales para otorgar la custodia de los hijos, lo que
representa un criterio discriminatorio contra alguno de los progenitores por cuanto
a la designación de cuál de los progenitores detentará la custodia y cual quedará
bajo el régimen de visitas, lo que lleva implícito un trato diferenciado de los
progenitores, igualmente por sexo, en la práctica jurídica.

Como podemos ver, nuevamente nos encontramos con los roles, los estereotipos
y las prácticas de género, que permean tanto en el ámbito de control formal e
informal, y que resultan poco favorables para todas las partes o miembros de la
familia. Entonces ya no sólo nos encontramos frente a la discriminación por sexo y
a la desigualdad del hombre y la mujer, sino a la discriminación a los progenitores
por edad del menor, considerando una preferencia hacia la madre por razón de la
juventud de los hijos.

Debe quedar claro que no existen argumentos para descalificar a un padre


respecto del otro en la crianza de los hijos, salvo aquellos promovidos por las
prácticas culturales, roles y estereotipos de género que siempre perjudicarán a
alguna de las partes, en este caso a uno o varios miembros de la familia.
Asimismo, por el interés superior o el mejor interés de los menores, y en igualdad
de condiciones y de circunstancias del hombre y la mujer, cualquiera de los padres
esta capacitado y habilitado para el cuidado de los hijos.

Sin embargo, siguiendo criterios influidos definitivamente por una perspectiva


basada en roles, estereotipos y prácticas sobre lo masculino y lo femenino, sobre
lo que se espera socialmente de la madre y del padre, de acuerdo con dichos
estereotipos, los criterios de los tribunales y los del legislador se manifiestan por
una preferencia que podría ser discriminatoria.

Referencias

1. Vázquez-Recio, Rosa (Mayo 2014). «Investigación, género y ética: una triada


necesaria para el cambio». Forum Qualitative Sozialforschung/Forum:
Qualitative Social Research. Consultado el 13 de noviembre de 2021.

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