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FRACCIONAMIENTO DE LA
SANGRE TOTAL. FUNDAMENTOS.

1. INTRODUCCIÓN
Llamamos Fraccionamiento al proceso de obtención de los distintos componentes de la
sangre a partir unidades de sangre total, aplicando métodos de filtrado, centrifugación y
congelación. Los componentes que podemos obtener son:

o Concentrado de hematíes
o Plaquetas
o Plasma, que a su vez podrá ser Plasma Fresco Congelado (PFC) si han
transcurrido menos de 24 horas desde su extracción hasta su congelación, o
Plasma Congelado (PC) si han transcurrido más de 24 horas. El PFC es el que
usamos habitualmente, bien para cuarentenar o bien para enviar a industria,
mientras que el PC se desecha.
o Crioprecipitados.

De esta forma, optimizamos el uso de la sangre y evitamos posibles reacciones


transfusionales al transfundir a un paciente sólo aquel componente que necesita.

El fraccionamiento debe iniciarse antes de transcurridas 24 horas desde la


extracción de la sangre total, si ésta se ha almacenado a 22±2°C, para evitar la
pérdida de plaquetas y factores de la coagulación más lábiles.

Si la sangre total se almacena a 4±2°C, el inicio del fraccionamiento puede


demorarse hasta 72 horas desde su extracción. Pero debemos tener en cuenta que no
podremos obtener plaquetas porque al refrigerarse se activan y se agregan entre sí
formando pequeños cúmulos imposibles de deshacer aunque se vuelva a atemperar la
sangre a 22±2°C. En cuanto al plasma, su utilización depende de si han transcurrido o
no 24h desde su extracción.

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2. EXTRACCIÓN
Existen una serie de aspectos importantes a tener en cuenta en cuanto a la extracción
para garantizar un correcto fraccionamiento de la sangre total y por lo tanto una calidad
óptima de los productos obtenidos.

Se debe mantener una correcta proporción entre el volumen de solución


anticoagulante (CPD) y el volumen de sangre extraída. A 63 ml de CPD le
corresponden 450±45 ml de sangre. Tanto los excesos como los defectos condicionan
una incorrecta anticoagulación de la sangre. El CPD es un anticoagulante-conservante
formado por: citrato (C), que es un quelante del calcio y que por lo tanto inhibe la
cascada de la coagulación evitando la formación de coágulos; fosfato de sodio (P), que
amortigua el descenso de pH secundario a la formación de ácido láctico, un producto
final de la glucolisis; dextrosa (D), el sustrato necesario para que las células sigan
generando el ATP necesario para mantener su metabolismo a través de la glucolisis.

La sangre total se colecta en sistemas de bolsas conectadas entre sí diseñados para


facilitar su posterior fraccionamiento y separación. Además aseguran que la sangre se
encuentra en todo momento dentro de un “sistema cerrado” estéril, sin contacto con
los microorganismos del ambiente. Por ello, si en cualquier momento durante el
fraccionamiento, detectamos alguna perforación en una bolsa o tubular, debemos
comprobar qué componentes han podido estar en contacto con el ambiente (aunque solo
hayan sido unos segundos) y desecharlos. Si no podemos asegurar en qué momento se
produjo la perforación o si se produjo en un momento en el que todos los componentes
estaban unidos sin ningún sellado o cánula cerrada por medio, debemos localizarlos y
desecharlos todos.

Existen distintos sistemas de bolsas para cada tipo de extracción:

1. sistema de bolsas cuádruple con filtro de hematíes para el fraccionamiento


mediante el “método buffy-coat” (Menarini-Fresenius Kabi CQ32250). Con este
sistema de bolsas podemos obtener plasma, concentrado de hematíes y buffy-coat. Es la
usada en nuestro centro para la gran mayoría de las extracciones.

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Fig.1

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2. sistema de bolsas cuádruple con filtro de sangre total (Menarini-Fresenius Kabi
CQ31450). Con este sistema solo se obtiene plasma y concentrado de hematíes. Es la
que se usan en los puntos de extracción situados en los hospitales y que envían
refrigeradas a 4±2°C. También se usan para la extracción de las autotransfusiones

Fig.2

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3. Sistema de bolsas séxtuple con CPD-Adenina para la obtención de alícuotas de
hematíes o plasma pediátricos (MacoPharma DXE)

Fig. 3

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3. FILTRADO
El filtrado de la sangre total, cuya finalidad es eliminar los leucocitos de la sangre
(desleucotización), responsables de algunas complicaciones relacionadas con la
transfusión, debe realizarse siempre antes de las 24 horas desde su extracción. Además
debe realizarse a temperatura ambiente (22±2°C) para evitar la formación de
agregados en el filtro.

En el caso del sistema de bolsas de Menarini con filtro para hematíes, que son la
mayoría, solo se filtra el concentrado de hematíes, tras la separación en la máquina
Compomat (Fig. 1); pero en el caso de una sangre total extraída en un sistema de bolsas
de un solo filtro para sangre total (Fig. 2) o en un sistema séxtuple para la obtención de
alícuotas pediátricas (Fig. 3), el filtrado es un paso previo a la centrifugación. Por ello,
si nos llega una bolsa de sangre total refrigerada procedente de un hospital, debemos
comprobar que, o bien viene ya filtrada, o que no han transcurrido más de 24 horas
desde su extracción para poder atemperarla a 22±2°C y filtrarla. Asimismo, las
autotransfusiones y las bolsas pediátricas deben ser filtradas nada más llegar al área de
fraccionamiento.

Para una correcta filtración, debemos agitar la bolsa para homogeneizar su contenido y
colgarlo en un portasueros. La sangre bajará por gravedad y pasará a través del filtro. Si el
filtro no se llena espontáneamente (esperar cuatro minutos), apretar ligeramente sobre la
bolsa justo hasta que las primeras gotas de sangre atraviesen el filtro (entonces aflojar
presión). Después no debemos presionar sobre el filtro ni sobre la bolsa durante la
filtración.

4. CENTRIFUGACIÓN
La aplicación de una fuerza centrífuga a la sangre total, provoca la separación por
gradiente de densidades de los distintos elementos que la componen. Según el tipo de
bolsa y lo productos que queramos obtener trabajaremos con una velocidad del rotor
(rpm), tiempo de centrifugación, aceleración y frenado del rotor y temperatura
determinados.

Es importante mantener las cubetas de la centrífuga correctamente lubricadas para que


éstas alcancen con facilidad la posición de centrifugación.

Si han transcurrido varias horas desde la extracción de las bolsas, éstas deben moverse
antes de colocarlas en la centrífuga para homogeneizar el contenido y que la separación
de los distintos elementos se produzca de manera adecuada.

Equilibrar las cubetas con materiales que no sean rígidos y que puedan perforar las
bolsas. No deben sobresalir tubulares que puedan romperse por fricción durante la
centrifugación.

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Así, para el método de fraccionamiento “Buffy-coat”, que es el que usamos
habitualmente en el centro para la gran mayoría de las bolsas, programaremos la
centrífuga de manera que separe: en la parte inferior de la bolsa los hematíes, al ser los
más pesados; sobre estos se sitúan los leucocitos y las plaquetas (capa leucoplaquetar o
BC); y en la parte superior el plasma.

5. SEPARACIÓN DE LOS COMPONENTES


Las bolsas de sangre total centrifugadas se colocan, cuidadosamente para que no se
mezclen los componentes, en planchas manuales o automáticas (Compomat), para
proceder al trasvase de cada uno de los componentes sanguíneos en las bolsas satélites
correspondientes.

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Separador o plancha manual

Separador automático: Compomat G5

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BIBLIOGRAFÍA

- RD 1088/2005 de 16 septiembre 2005, por lo que se establecen los requisitos técnicos


y condiciones mínimas de la hemodonación y los centros y servicios de transfusión.

- Directiva 2004/33/CE de 22 marzo 2004, por la que se aplica la Directiva 2002/98/CE


del Parlamento Europeo y del Consejo en lo que se refiere a determinados requisitos
técnicos de la sangre y los componentes sanguíneos.

- Manual técnico de la AABB. 17th edición. 2007.

- Estándares en transfusión sanguínea CAT. 2012.

- Guía para la preparación, uso y control de calidad de los componentes sanguíneos.


Consejo de Europa.

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