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DICCIONARIO DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y GRUPAL

Acatamiento - Acción social - Actitud - Adaptación social - Apoyo social -


Autoconcepto - Autopercepción - Autoritarismo - Clase social - Comunicación -
Conflicto - Conformidad - Construccionismo social - Cooperación - Coordinación
– Dinámica de grupos - Discriminación - Disonancia cognitiva - Estereotipo -
Etnopsicología – Exogrupo - Grupo - Grupo de trabajo - Grupo pequeño - Grupos
T - Habilidad social - Identidad - Imaginario - Individualismo - Influencia social -
Interacción - Interaccionismo simbólico - Intersubjetividad - Justicia social -
Liderazgo - Marginación - Marginalidad - Mead, George - Medios de
comunicación - Migración - Minoría – Norma - Orden social – Otro generalizado -
Persuasión - Poder - Presentación – Problema psicosocial - Proxemia -
Psicoanálisis grupal - Psicología grupal - Psicología social - Reality show - Red
social - Representación social – Ritual - Rol - Secta - Sí mismo - Sistema social -
Socialización - Sociedad – Sociobiología - Sociocentrismo – Sociograma –
Sociolinguística - Sociometría – Status - Transubjetividad - Universo simbólico –
Vínculo - Xenofobia

ACATAMIENTO

Acatamiento en ausencia de presión externa.- ¿Qué pasa cuando no hay una presión
directa para acatar una norma? O cuando se ejerce poca o ninguna presión para que la
gente haga lo que se le dice?
Técnica de la imposición gradual.- El acatamiento genera acatamiento. Si alguien
induce a una persona a acatar una demanda inicial pequeña, tiene grandes posibilidades
de conseguir que acate más adelante una demanda mayor. Es la técnica de los
vendedores de ‘empezar por lo bajo’. Estos estudios sugieren que empezar por lo bajo
genera un sentido de obligación hacia el que realiza la demanda.
Efectos del sentimiento de culpa en el acatamiento.- Se hicieron experimentos para
mostrar que cuando nos equivocamos nos sentimos culpables y buscamos remediar la
situación haciendo una buena acción, o sea, haciendo algo deseado por los demás. Al
causar daño a los demás, disminuye nuestra autoestima y buscamos aumentarla
participando en actividades meritorias.
Otros factores que influyen sobre la conformidad y el acatamiento.- Son los siguientes:
1) tamaño del grupo (la conformidad aumenta hasta un tamaño de cuatro personas, y
desde allí se equilibra); 2) cohesión (a mayor cohesión grupal, mayor acatamiento); 3)
status (un muy alto status o uno muy bajo disminuye el acatamiento, porque mientras la
última persona no tiene nada que perder, la primera no verá amenazada su situación
privilegiada); 4) publicidad y vigilancia (cuanto más pública y vigilada esté una
conducta, mayor es la conformidad del sujeto que la realiza); 5) dificultad y ambigüedad
(la conformidad aumenta con la dificultad de la tarea y la ambigüedad del estímulo: si la
tarea es difícil, buscamos preguntar a los demás como se hace); 6) temor y ansiedad (la
conformidad aumenta con el temor: en la desdicha se busca compañía); 7) asignación de
los recursos (un reparto equitativo o justo de tareas favorece el acatamiento).
Obligación de devolver favores.- Este principio de reciprocidad rige gran parte de las
interacciones sociales. Es más probable que aceptemos una demanda de colaboración o
ayuda de alguien que nos ha hecho un favor.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 7.

ACCIÓN SOCIAL

El concepto de acción social en Weber.- 1) La acción social se orienta por las acciones
de otros, las cuales pueden ser pasadas, presentes o futuras. Los ‘otros’ pueden ser
sujetos individualizados o una pluralidad de individuos indeterminados y desconocidos.
2) No toda acción es social, como por ejemplo la acción exterior producida por la
expectativa de determinados reacciones de objetos materiales. 3) No toda clase de
contacto entre los hombres tiene carácter social, sino sólo una acción con sentido propio
dirigida a la acción de los otros. 4) La acción social no es idéntica ni a una acción
homogénea de muchos, ni a la acción de alguien influido por conductas de otros
(comportamiento de masas).
La acción social, como toda acción, puede ser: a) racional con arreglo a fines:
determinada por expectativas en el comportamiento tanto de objetos del mundo exterior
como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como ‘condiciones’ o ‘medios’
para el logro de fines propios racionalmente sopesados y perseguidos; b) racional con
arreglo a valores: determinada por la creencia conciente en el valor –ético, estético,
religioso u otro- propio y absoluto de una determinada conducta, sin relación alguna con
el resultado, o sea puramente en méritos de ese valor; c) afectiva, especialmente
emotiva, determinada por afectos y estados sentimentales actuales; y d) tradicional:
determinada por una costumbre arraigada.
Condensado de Weber M (1987), Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura
económica, páginas 18-20.

ACTITUD

Definición.- “Creencia o sentimiento de una persona que determina su predisposición a


valorar favorable o desfavorablemente los objetos y sujetos que la rodean y que, por lo
tanto, influye en su comportamiento. La integran las opiniones o creencias, los
sentimientos y las conductas, factores que a su vez se interrelacionan entre sí. Las
opiniones son ideas que uno posee sobre un tema y no tienen por qué sustentarse en una
información objetiva. Por su parte, los sentimientos son reacciones emocionales que se
presentan ante un objeto, sujeto o grupo social. Finalmente, las conductas o tendencias a
comportarse según opiniones y/o sentimientos propios. Las actitudes orientan los actos
si las influencias externas sobre lo que se dice o se hace tienen una mínima incidencia.
También los orientan si la actitud tiene una relación específica con la conducta, a pesar
de lo cual la evidencia confirma que, a veces, el proceso acostumbra a ser inverso y son
las actitudes que siguen a la conducta. Si los pensamientos y los actos no se
corresponden, se experimenta una tensión a la que se denomina disonancia cognitiva”.
Farré Martí J (1999) Diccionario de psicología. Barcelona: Océano.

Definición.- 1. La estabilidad de una disposición. 2. Disposición mental específica hacia


una experiencia planteada, que puede ser positiva o negativa. 3. La tendencia
establecida a la repetición de funciones naturales sobre todo respecto a las localizadas
en el cerebro. (G. E. Müller).
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

Definición.- Una actitud puede ser definida como una predisposición adquirida y
sistemática de la conducta hacia determinados objetos del mundo social (personas,
situaciones, etc.). Integra lo social y lo individual, pues sintetiza en una persona
determinada el proceso de influencia social sobre ella.
Las actitudes no son conductas sino tendencias, predisposiciones a conducirse de
determinada manera, predisposiciones aprendidas en el seno social.
La actitud es un constructo, o sea un concepto explicativo de la realidad humana Como
tal presenta 4 características básicas:
a) Direccionalidad: la actitud implica un dirigirse hacia un objeto, lo que la diferencia
del rasgo de carácter y del hábito.
b) Adquirida: se aprenden conviviendo.
c) Más o menos durables: son estables, aunque pueden modificarse por influencia
externa.
d) Polaridad afectiva: la actitud está teñida de afectos de aceptación, rechazo, o una
mezcla de ambas.
Toda actitud tiene un componente cognitivo (se basa en creencias o información que el
sujeto adquiere en el medio social), un componente afectivo (aceptación-rechazo), un
componente normativo (como "debe" el sujeto comportarse), y un componente
comportamental (se manifiesta en las conductas).
Consideramos a la actitud como el producto final del proceso de socialización, que
condicionará las respuestas del sujeto hacia productos culturales, personas, situaciones,
hacia sí mismo, y hacia otros grupos.
Condensado de Muchinik E y Frydman M (1986) La noción de actitud: unidad de
análisis de la psicología social (artículo).

Teorías sobre el cambio de actitudes.- A pesar de ser bastante estables, las actitudes
pueden sufrir cambios, y hay varias teorías que explican cómo y porqué ocurren estos
cambios actitudinales. Básicamente hay tres grandes grupos de teorías de este tipo:
A) Teorías del aprendizaje y refuerzo: fundadas en la psicología experimental.
B) Teorías del aprendizaje social y teorías del equilibrio: fundadas en la Gestalt y la
teoría del Campo.
C) Teoría funcional: fundada sobre todo en el psicoanálisis.

A) TEORÍAS a) Teorías del condicionamiento clásico e instrumental


DEL El ejemplo típico es la teoría de Staats, que se basó en Pavlov.
APRENDIZAJE Recordemos que en Pavlov, se puede condicionar un perro a salivar
Y DEL frente a un sonido, si antes de darle la comida le hacemos escuchar
REFUERZO ese ruido: termina salivando cuando lo escucha. Esta última
Estudian las salivación se llama respuesta condicionada, y Staats vio que las
actitudes en base actitudes eran respuestas condicionadas hacia algún objeto del
al esquema medio.
estímulo- Más tarde amplió sus investigaciones, y concluyó que las actitudes
respuesta, y eran:
descomponen el -Respuestas condicionadas clásicas, como la recién explicada.
comportamiento -Refuerzos para otros comportamientos: o sea si uno tiene cierta
en unidades más actitud, esta hace más probable que realice ciertas conductas y otras
chicas. no.
-Pueden servir como metas o motivaciones. Si una actitud es
premiada, el hombre se propondrá como meta alcanzar esa actitud.
Weiss también estudió este tema, y concluyó que en el hombre el
cambio de actitudes es la fuerza del argumento persuasivo: cuanto
más fuerte es este último, más probable es que una persona cambie
su actitud.

b) Teoría de Hovland (Universidad de Yale)


En la década del 40 el equipo de Hovland hizo investigaciones
porque quería cambiar las actitudes de los soldados hacia la guerra,
desarrollando una teoría del cambio de actitudes, basada en la teoría
de Hull.
La actitud es algo emocional, que puede ser de aceptación o de
rechazo. Qué actitud adopte una persona depende de sus creencias,
las cuales a su vez pueden cambiarse con argumentos persuasivos.
Por ejemplo se puede persuadir al soldado que la guerra es útil y
necesaria, y entonces tendrá una actitud de aceptación hacia ella:
habrá aprendido una nueva actitud.
Para aprender nuevas actitudes hay cuatro factores importantes:
atención, comprensión, aceptación, y retención.
Para ser persuasivo, el mensaje debe ser atractivo para poder
atenderlo (atención), simple para poder ser comprendido fácilmente
(comprensión), debe prometer alguna mejora o recompensa para ser
aceptado (aceptación) y debe poder ser recordado siempre
(retención).
Hay tres características que influyen en la aceptación de la
comunicación persuasiva:
a) La fuente: debe ser confiable y creíble.
b) El estímulo o mensaje: su poder de atracción, su apelación a los
sentimientos. Por ejemplo el mensaje es efectivo si asusta poco y
gusta mucho.
c) El contexto: la comunicación debe hacerse en un ambiente
tranquilo para que la persona cuya actitud se quiere cambiar pueda
pensar y concentrarse en lo que le dicen.
B) TEORÍAS a) Teoría del aprendizaje social (Bandura)
DEL Investigando sobre la conducta agresiva, pensó que estas se
APRENDIZAJE aprenden y que intervienen en ella factores personales y
SOCIAL Y ambientales.
TEORÍAS DEL Si el niño ve que la agresividad de su hermano le trae beneficios, él
EQUILIBRIO aprenderá a ser agresivo, o sea, se aprende en base a modelos
Se basan en la sociales. No es una simple imitación o identificación, sino un
teoría del Campo proceso de modelamiento de la conducta. Es un modelo diferido
de Lewin, para la porque el niño, al ser capaz de simbolizar, puede ejercer su
cual la formación conducta aprendida de agresión 'en ausencia' del modelo, su
y el cambio de hermano. Cuando ejecuta la conducta, esta le trae ciertas
actitudes consecuencias, buenas o malas, y estas le permiten ir corrigiendo o
dependen en gran modelando su conducta.
parte del grupo En cualquier cambio de conducta, hay siempre tres aspectos. a) un
del cual uno motivo que induzca al cambio, conciente o inconciente; b) un
forma parte. O modelo que indique la dirección del cambio (quiero comportarme
sea, la actitud de como mi hermano); y c) una recompensa (si me comporto como él,
una persona lograré el mismo beneficio que él logró con esa conducta).
depende de las
normas del grupo b) Teorías del equilibrio
a que pertenece. Según estas teorías, el cambio se actitud en nosotros se produce
El grupo presiona cuando percibimos que hay inconsistencias o incoherencias
para que las (desequilibrios) dentro de nuestro sistema de creencias y nuestra
personas tengan conducta, o sea cuando las percibimos como irracionales. Hay
determinadas muchas de estas teorías, pero aquí se toman tres:
actitudes. 1) Teoría del equilibrio de Fritz Heider
2) Teoría del equilibrio cognitivo-afectivo de Rosemberg y Abelson
3) Teoría de la disonancia cognitiva (Festinger)

1) Teoría del equilibrio de Fritz Heider


Cuando hay equilibrio, no hay presiones o motivos para que
cambiemos nuestras actitudes.
Concretamente, hay equilibrio cuando dos personas están juntas
(relación cognitiva) y además se aman (relación actitudinal), es
decir, ambos tipos de relación son positivas. Si uno no estuviera
junto al ser que ama, habría desequilibrio y nuestra actitud sería la
tendencia a buscar aquel otro que amamos.
El equilibrio o desequilibrio puede darse también entre tres
personas. Para estar en equilibrio, una triada debe tener tres
conexiones positivas, o bien dos negativas y una positiva. Por
ejemplo "El enemigo de mi enemigo es mi amigo": aquí hay
equilibrio pues hay una relación negativa (yo con mi enemigo), otra
negativa (el enemigo de mi enemigo) y una positiva (el enemigo de
mi enemigo es mi amigo).
Un ejemplo de desequilibrio es por ejemplo una triada (dos
personas y un partido político) donde hay dos relaciones positivas y
una negativa. La relación positiva es (yo estoy afiliado al partido),
la otra relación positiva es (el otro está afiliado al mismo partido), y
la relación negativa es (yo y el otro nos llevamos mal). Esto último
genera un desequilibrio, pues no puedo entender (inconsistencia)
cómo siendo ambos del mismo partido nos llevemos mal, y
entonces cambiaré mi actitud hacia él tratando de que queden las
tres relaciones positivas, o bien que queden dos negativas y una
positiva, en cuyo caso yo me desafiliaré del partido.

2) Teoría del equilibrio cognitivo-afectivo de Rosemberg y Abelson


A diferencia de Heider, estos autores no discriminan entre lo
cognitivo y lo afectivo: para ellos las relaciones cognitivas están
teñidas de afecto y pueden ser positivas (amar, gustar), negativas
(odiar, rechazar) o neutras (indiferencia). Hay equilibrio cuando
hay el mismo signo (por ejemplo dos positivos: hombre y mujer
donde ambos se aman), pero hay desequilibrio cuando hay uno
positivo y otro negativo (uno lo ama y el otro lo odia). En este
última caso la inconsistencia está en que uno está al lado del otro a
pesar de odiarlo, y entonces cambiará de actitud: o lo amará, o lo
abandonará, o no piensa en la situación y sigue igual. Esto último
se da cuando el desequilibrio no es muy grande y puede ser
tolerado.

3) Teoría de la disonancia cognitiva (Festinger)


Se produce un cambio de actitud cuando un sujeto advierte que
tiene dos creencias disonantes; por ejemplo, cree en el carácter
sagrado de la vida por su religión, pero al mismo tiempo está de
acuerdo con la pena de muerte. Esto genera un conflicto, una
disonancia, y el sujeto buscará cambiar de actitud en uno u otro
sentido para lograr una coherencia. Por ejemplo, dejar de apoyar la
pena de muerte.
La disonancia puede reducirse de tres maneras: a) cambiando los
elementos cognitivos, o sea las creencias, como se vio en el
ejemplo anterior. b) Agregando un tercer elemento cognitivo, o sea
una terceras creencia que modifique la importancia de alguna de las
dos primeras (por ejemplo, las creencias religiosas no son
importantes para mí), y c) cambiar la conducta concreta si es
disonante con algún elemento cognitivo o creencia: dejar de apoyar
la pena de muerte (pues esta conducta está en conflicto con mi
creencia religiosa).
Para probar todo esto, Festinger hizo experimentos con situaciones
de libre elección, de compromiso forzado y de efectos pos-
decisionales.
Hay veces donde uno puede elegir eliminar una creencia
inconsistente con otra, pero en otros casos es más difícil porque la
persona está muy comprometida con ambas creencias disonantes.
En general, se comprueba que a) las personas tienden a buscar
información que apoye su elección, y a evitar información
discrepante, y b) esas personas buscan más información sobre la
alternativa elegida.
Un ejemplo típico de disonancia es cuando uno afirma algo en lo
cual no cree (disonancia entre la creencia y lo que se dice). La
personas tratará de reducir la disonancia o bien desdiciéndose o
retractándose, o bien tratando de justificar la conducta asumida, o
bien cambiando sus creencias.
Su mentira (decir algo en lo que en realidad no cree) trae
consecuencias para esta persona: genera disonancia. Para algunos
sujetos, esta disonancia es muy dolorosa, tienen baja tolerancia a
ella y buscarán resolverla urgentemente.
C) TEORÍA Sostiene que las actitudes están al servicio de las necesidades de las
FUNCIONAL personas, o sea, cumplen ciertas funciones de satisfacerlas. Entre
estas funciones encontramos:
a) Función instrumental, adaptativa o utilitaria: una persona tiene
una actitud positiva hacia aquello que le es útil.
b) Función egodefensiva o de externalización: Una persona
desarrolla actitud negativa frente a objetos que fantasea como
amenazantes para su yo. Por ejemplo, estudiar solo es algo que
rechaza (sin grupo de estudio).
c) Función cognitiva o de percepción objetiva: una persona tiene
una actitud positiva hacia el conocimiento ordenado, porque le
permite organizar su conocimiento del mundo.
d) Función expresiva de valores: ciertas actitudes son más
frecuentes en las personas porque le permiten autoafirmarse,
mostrarse ante los demás y ante sí mismo como alguien valioso
(prestigio, etc).
Condensado de Muchinik E y Frydman M (1986) La noción de actitud: unidad de
análisis de la psicología social (artículo).

Generalidades.- El concepto ‘actitud’ no solo puede permitir un abordaje sistemático


de la interacción social, sino que permite eludir el dilema natura versus nurtura pues no
discrimina entre instintos, hábitos, etc.
Originalmente ‘actitud’ significó “preparación mental o motriz para la acción” (1918,
Thomas y Znaniec, cuando estudiaron el campesino polaco). Actitud implica actitud
hacia-algo en función de predisposiciones socialmente adquiridas. Es un proceso
psicológico. Más psicoanalíticamente, son proyecciones sobre la sociedad o partes de
ella de objetos buenos o malos, no habiendo intermedios. Sherif y Sherif dicen que son
modos de conducta consistentes y selectivos orientados hacia o contra objetos
relevantes, personas o eventos.
Características de las actitudes: 1) No son conductas sino predisposiciones que pueden
inferirse a partir de conductas reiteradas, verbales o no verbales; 2) No son innatas. Y a
pesar de su anclaje motivacional, no son inmutables: 3) No son estados temporarios:
una vez incorporadas son estables; 4) Supone una orientación de un sujeto hacia un
objeto con base afectivo-motivacional: 5) Estabilizan las relaciones entre las personas y
los objetos, y las vuelven predecibles hasta cierto punto; 6) Implican formación de
categoría: 7) Pueden confundirse a veces con los rasgos de la personalidad; 8) Las
actitudes pueden también dirigirse hacia uno mismo, hacia el sí mismo; 9) Integran
sistemas de actitudes, son coherentes unas con otras. Cuando hay disonancia se
intentará buscar una explicación para ella, como el sujeto que públicamente se asume
como no prejuicioso pero privadamente, sí lo es. Intentará restaurar la estabilidad al
nivel de las demandas del ego.
Cómo un sujeto reacciones ante una situación, dependerá del contexto, de la intensidad
de su actitud y de la importancia de ésta en su sistema de valores, y en qué medida
comprometa su ego: estas se llaman influencias de carácter proximal. Son importantes
los factores afectivos y motivacionales: si A y B tienen hacia el objeto X una actitud
positiva, es muy posible que entre ellos mismos haya también actitud positiva (atracción
interpersonal, como en las ideologías políticas): es lo que Newcomb llama ‘sistemas de
orientación’.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Generalidades.- Las “actitudes” son un producto de la socialización, de la cultura, de la


pertenencia a un grupo. A su vez, si conocemos las actitudes de un grupo, podremos
anticipar sus respuestas.
Las actitudes no se remiten solo hacia los grupos o personas, sino también hacia
instituciones, hacia la naturaleza, la locura, etc.; son orientaciones hacia el medio en
función de definiciones que nos provee la cultura. Las actitudes suelen estar
relacionadas con un sistema de creencias: son las contrapartidas individuales de un valor
social. Según Allport son adquiridas y constituyen la unidad de análisis de la psicología
social. Todo esto no implica que una pueda tener también actitudes personales, surgidas
de definiciones no compartidas. Las actitudes, al ser aprendidas, pueden también
entonces ser modificadas.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Naturaleza de las actitudes.- Se define actitud como una tendencia o predisposición


adquirida y relativamente duradera a evaluar de determinado modo una persona, suceso
o situación y actuar en consonancia con dicha evaluación. Por ejemplo: si queremos
influir en la conducta de otro, podemos influír en su estado de ánimo, persuadirlos.
Tres elementos componentes de las actitudes: son el cognitivo, afectivo y conductal. El
aspecto cognitivo es el modo de percibir y pensar un objeto, creencias e ideas que tiene
el sujeto sobre algo. Cuando la actitud es hacia una persona, el aspecto cognitivo es con
frecuencia un estereotipo o cuadro mental que nos formamos de la gente. Por ejemplo la
creencia que los irlandeses son peleadores.
El componente afectivo son los sentimientos o emociones que se generan ante un
objeto, como por ejemplo asco por utilizar algo que usó una persona de otra raza. El
componente conductal es la tendencia a actuar de cierta manera frente a determinadas
situaciones u objetos. Por ejemplo impedir que ciertas personas se asocien a un club. La
conducta puede a veces pensarse pero no necesariamente llevarse a cabo.
Medición de las actitudes: para medir actitudes se hicieron varias escalas como la de
Thurstone, Likert, Guttman y Osgood. Permiten medir cuán diferentes con las actitudes
de una persona a otra frente a determinadas situaciones raciales, religiosas, etc.
Funciones de las actitudes: Katz distingue cuatro tipos de funciones psicológicas, y
todas ellas se refieren a satisfacer necesidades y alcanzar metas básicas: a) función de
adaptación: actitudes que buscan maximizar las recompensas y minimizar las
penalidades. Por ejemplo, votar un candidato que favorezca la propia fortuna; b) función
de defensa del yo: actitudes que evitan un dolor interior. En la proyección, por ejemplo,
atribuímos a otros ciertos rasgos nuestros que nos resultan inaceptables; c) función de
expresión de valores: permiten expresar nuestros deseos positivos, lo que quisiéramos
ser. Por ejemplo creemos ser tal cosa y nos comportamos según ese deseo; d) función de
conocimiento: actitudes para buscar orden y estabilidad en nuestro marco personal de
referencia. Por ejemplo los estereotipos nos dan un orden dentro de la complejidad de
las diferencias humanas. En general, si cambian las necesidades, pueden cambiar las
actitudes (cambio actitudinal).
Relación entre las actitudes y la conducta: nuestras actitudes permiten predecir cómo
serán nuestras conductas, aunque esto no ha sido probado definitivamente. Muchas
veces se observó una clara contradicción entre la actitud y el comportamiento. Para
explicarla, algunos investigadores han planteado la hipótesis que frente a una situación
podemos adoptar una actitud y hacia el objeto de esa situación otra actitud distinta,
quizás contradictoria. Por tanto, el comportamiento no depende de una simple actitud
sino de otros factores.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 6.

Organización de las actitudes.- Existe en las personas una ‘coherencia actitudinal’ o


tendencia a organizar sus actitudes de forma armoniosa para que no haya conflicto entre
ellas. Esto presume y subraya la ‘racionalidad’ humana, pues tiende a rechazar lo
incoherente. Una mujer que defiende el aborto pero que tiene una íntima amiga que lo
rechaza, buscará conciliar sus actitudes pensando que por ejemplo su vínculo de amistad
no es tan profundo, o bien que su apoyo al aborto no es tan intenso. Las teorías sobre la
coherencia actitudinal tienen algunas variantes, de las cuales examinaremos tres.
Teoría de las actitudes basada en el equilibrio.- Heider plantea que la gente tiende a
buscar un equilibrio en sus actitudes. En el esquema adjunto, a la izquierda hay una
situación de desequilibrio, pues la persona P apoya el aborto (+), es muy amiga de otra
persona O (+), la cual rechaza el aborto (-). Dos signos (+) y uno (-) dan
matemáticamente (-), con lo cual hay desequilibrio. Para buscar un equilibrio, la
persona P buscará ir hacia el esquema de la derecha, donde se ve que como
consecuencia de haber dejado de apoyar el aborto (-), ahora están los signos (+) una vez
y (-) dos veces, los cuales, multiplicados, dan (+) o restauración del equilibrio.

P
P

+ + - +
- -
Apoyo aborto Amigo
Apoyo aborto Amigo

Teoría de la resistencia de las actitudes.- Osgood sostiene aquí que las personas tienen
actitudes coherentes y también incoherentes, pero estas últimas no molestan si están en
otro contexto. Las actitudes tienen una cierta resistencia a ser cambiadas o modificadas,
y cuanto más fuerte esté establecida la actitud menos probabilidades de cambiarla hay.
Teoría de la disonancia cognitiva.- Aquí Festinger reemplaza el equilibrio por la
consonancia y el desequilibrio por la disonancia. Existe una tendencia a producir
relaciones consonantes entre las cogniciones y a evitar la disonancia. Por cognición se
entiende un conocimiento (‘hoy hace cero grado centígrados’), de creencia (‘con cero
grados me puedo engripar’), o de opinión (‘me molesta que haya cero grados’), que la
gente tiene sobre el ambiente o sobre sí misma. Por ejemplo, para reducir la disonancia
entre la creencia o temor a catástrofes y el hecho objetivo que la catástrofe no existe, la
gente crea profecías sobre catástrofes para justificar sus temores.
Compromiso y volición.- Algunos autores piensan que la teoría de Festinger es válida
solo en situaciones de compromiso y volición. El compromiso significa que cuando una
persona asume una actitud determinada, debe seguir adoptándola siempre, convivir con
esa decisión que ha tomado para no ser disonante. La volición alude al grado de libertad
que las personas creen tener al tomar una decisión. Sólo hay disonancia si sus acciones
son voluntarias; si no lo son, no experimentan disonancia.
Reactancia.- Respuesta que damos cuando alguien nos obliga a actuar en contra de
nuestros deseos, y que consiste en hacer exactamente lo contrario a lo que nos están
obligando a hacer (rebeldía).
Recompensa y disonancia.- La teoría de la disonancia permite predecir que cuanto
menor sea la recompensa por una conducta contraria a la actitud, mayor será el cambio
actitudinal consecuente (lo que contradice el sentido común). Se siente la recompensa
como una obligación a hacer algo.
Concepto de sí y disonancia.- Según Aronson, la disonancia no es entre dos
cogniciones, sino entre una conducta y el concepto positivo que el individuo tiene de sí.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 6.

Influencias sobre las actitudes.- Las actitudes reciben tres tipos de influencia:
proximal (el sí mismo) nivel intermedio (grupo de referencia), y la influencia distal.
Esta última apunta a factores culturales, colectivos, por ejemplo, las actitudes hacia el
“loco”, hacia la enfermedad mental. Esto es bien descrito por Foucault, quien dice que
al final es con Charcot (Siglo XIX) que la locura queda legitimada desde el discurso
médico.
Actitud hacia sí mismo o influencia proximal: Mead dice que el sujeto asume actitudes
hacia sí mismo: yo soy un objeto para mí y en base a ello construyo mi autoimagen, mi
autoestima, la cual puede ser positiva o negativa. El sujeto tiene de sí una imagen
valorizada que intenta confirmar permanentemente. Las actitudes hacia sí mismo no son
fáciles de cambiar, y son las que en gran parte determinan sus actitudes hacia el mundo
externo. Varias personas ante el mismo estímulo dan distintas respuestas pues cada una
interpreta y decide distinto según su autoimagen. Según Erickson en este proceso de
interacción con los otros se va construyendo una identidad, y se la trata de preservar
siempre como una coherencia cognitiva, afectiva y conductal. Actitudes fuertes son las
que resisten todo cambio, y dependen de su implicación o compromiso afectivo. Por
ello el yo genera defensas ante situaciones conflictivas.
Las actitudes cumplen ciertas funciones, por ejemplo expresar valores. Nunca están
aisladas, siempre conforman un sistema (de actitudes). Otra función es el conocimiento,
pues permite al sujeto organizar coherentemente una explicación del mundo. Otra
función es la ego-defensiva, pues preservan la propia imagen de sí, como algo valioso.
Esto último se ve sobre todo en los prejuicios. Por último hay una función utilitaria,
pues permite integrarse a un grupo.
Grupos de referencia y cambio de actitudes. Influencia de nivel intermedio.- Un estudio
de Newcomb mostró que la mayoría de los alumnos de un lugar parecía seguir las
actitudes políticas de sus padres. Luego de algunos años, ciertos grupos que pasaron a
ser populares, adoptaron las actitudes de la ideología de la universidad, y otros,
disidentes, siguieron aferrados a la tradición familiar. 25 años más tarde las cosas
seguían más o menos igual, lo que muestra la importancia de la influencia del grupo de
referencia (populares o disidentes).
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

ADAPTACIÓN SOCIAL

Generalidades.- Los tres momentos dialécticos de la construcción social de la realidad


de Berger y Luckmann: lo que explican estos autores también pueden explicarlos otras
teorías como el conductismo, el marxismo y el interaccionismo simbólico: en estas dos
últimas sobre todo, se basaron Berger y Luckmann. Todos son intentos por responder al
problema de cómo el hombre se adapta a la sociedad, intentos que también hace Freud.
Para Freud, dentro de las series complementarias (distintos factores causales que
determinan una patología), hay un factor social desencadenante, que unido a una
disposición infantil a la neurosis (que a su vez proviene de una disposición
constitucional y ciertas vivencias infantiles), determinarán la aparición del síntoma
neurótico. Desde Freud lo social no depende de un instinto gregario sino de relaciones
libidinales ancladas en el Edipo y el narcisismo.
Condensado de Rubinstein, Relación entre estructura social y estructura psíquica.
Incluido en Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

APOYO SOCIAL
Apoyo social, autoestima y depresión.- Según los resultados obtenidos en un artículo
de la revista “Health Psychology” del mes de Marzo, las personas diagnosticadas de un
trastorno depresivo salen beneficiadas si obtienen apoyo social en su entorno habitual.
Este estudio llevado a cabo por investigadores estadounidenses se centra en el
mecanismo por el que se prevé que la ayuda y el apoyo social afecta al ajuste
psicológico en los trastornos mentales, más en concreto, en el trastorno depresivo. Se
evaluaron mediante escalas los grados de autoestima, optimismo y apoyo social
pudiendo llegar a las siguientes conclusiones: La ayuda social fue asociada a una alta
autoestima, que a su vez aumentaba el grado de optimismo y se relacionaba con una
disminución de los síntomas característicos de la depresión.
Petra Symister and Ronald Friend. El apoyo social aumenta la autoestima y disminuye
los síntomas de la depresión. Health Psychology. 2003 Mar; 22(2)

Apoyo social, estrés laboral y consumo de alcohol.- Estudios anteriores implican que
ciertas combinaciones de estresores laborales, de apoyo social, y otras condiciones se
podrían dirigir a incrementar y disminuir el consumo de alcohol. Así, se evaluaron las
influencias tanto positivas como negativas del apoyo social en la relación entre el estrés
laboral y el consumo de alcohol en una población en general. El diseño del estudio fue
un examen seccionado transversalmente. De una muestra de probabilidad de personas
de 25 años de edad o mayores y que vivían en los Estados Unidos (n = 3617), los
sujetos que bebieron fueron analizados (n = 967 o 94).
Desde que los estudios anteriores han sugerido la necesidad de adoptar la hipótesis de la
sensibilidad (es decir diversos estresores requieren diversas ayudas sociales), los
análisis de regresión jerárquicos fueron realizados para probar los efectos de las
interacciones entre dos tipos de ayuda social (e.j. ayuda social familiar o ayuda social
fuera de la familia) y dos tipos de estresores laborales (e.j. demanda psicológica del
trabajo, latitud de la decisión del trabajo) en el consumo de alcohol.
El análisis verificó que (1) el apoyo social tiene efectos positivos y negativos en la
relación entre el estrés laboral y el consumo de alcohol. Específicamente, (2) las
interacciones entre la actividad física y la latitud de la decisión, y entre la ayuda del
niño y la demanda del trabajo psicológico fueron relacionados con la disminución en el
consumo de alcohol. Sin embargo, (3) las interacciones entre la ayuda del cónyuge y la
latitud de la decisión, y entre la integración social informal y la demanda de trabajo
psicológico, fueron relacionadas con el consumo creciente de alcohol.
Se sugiere que la ayuda social no es de beneficio universal en la reducción de beber en
exceso y puede a veces ser un factor de refuerzo. Puesto que la validez externa de estos
resultados pueden ser limitados debido al pequeño tamaño de la muestra en algunos
análisis, son necesarios estudios adicionales.
Hagihara A, Miller A, Tarumi K y Nobutomo K, El apoyo social tiene efectos positivos
y negativos en la relación entre el estrés laboral y el consumo de alcohol. Stress and
health. 2003 Oct;19(4):205 - 215.

AUTOCONCEPTO

Generalidades.- Al experimentar reiteradamente el mundo que nos rodea y las


opiniones que los demás tienen de nosotros, desarrollamos nuestra propia evaluación de
nosotros mismos, pudiéndonos sentir brillantes, torpes, etc.
Debemos distinguir la imagen de sí y el concepto de sí. La imagen de sí es un cuadro
mental relativamente temporario que cada cual se forma de sí mismo y que varía según
cada situación social. El concepto de sí es la visión general que uno tiene de sí mismo
como algo permanente, como el ‘yo real’. La sucesión de imágenes de sí a lo sumo sirve
para revisar y corregir, no suplantar, el concepto de sí.
Libretos cognitivos acerca del sí mismo: nuestros conceptos de sí implican libretos o
esquemas por los cuales escogemos la información referida a nosotros mismos. A cada
nueva interacción social aplicamos las generalizaciones que hemos obtenido por
experiencias anteriores, nos manejamos con un libreto.
Desarrollo del sí mismo: nuestros conceptos de sí surgen de la interacción social con
otras personas, y a su vez guían nuestro comportamiento posterior. Nuestra
autoevaluación es un reflejo de la evaluación ajena, pero no de la evaluación ajena
objetiva, sino de nuestra percepción de las evaluaciones que los demás hacen de
nosotros. Por ejemplo los que tienen una alta evaluación de sí mismos prevén para el
futuro una evaluación superior respecto de los que no tienen tan buena opinión sobre sí.
Autoestima: aspecto importante del concepto de sí, la autoestima es la valoración que
hace una persona de sus propios méritos. Hay varios factores sociales que influyen
sobre nuestra autoestima, y son:
Juicios ajenos sobre nosotros: nuestra autoestima aumenta si los demás nos estiman en
nuestros méritos.
Características sociales y personales de los otros: nuestra autoestima tiende a ser
influida por las comparaciones que hacemos con nuestros semejantes.
El medio social: si el medio social presiona para que los sujetos sean más humanos y
tranquilos, un soldado puede disminuir sus méritos como combatiente.
La imagen de sí, temporaria, sufre grandes oscilaciones durante la adolescencia, y luego
en menor grado cuando va pasando los distintos momentos educativos.
El concepto de sí y la conducta: la idea que un sujeto tenga de sí mismo influye sobre su
conducta. Por ejemplo los que siempre fracasan cuando están a punto de triunfar, pues
piensan que ellos son perdedores natos. Algunas experiencias mostraron que no todas
las personas de baja autoestima desmerecían sus éxitos, sólo lo hacen aquellas que
tienen una concepción crónica y persistente de su baja autoestima.
Hay una relación cíclica entre concepto de sí y conducta. La experiencia previa de un
sujeto en una situación social concreta aumenta la probabilidad que él cause una buena
impresión en los demás; tales impresiones realzan la visión que el sujeto tiene de sí y a
su vez esta autoestima positiva incentiva al individuo a participar en situaciones del
mismo tipo en el futuro. O sea, la autoestima influye en la conducta y ésta en la
autoestima.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 5.

AUTOPERCEPCIÓN

Generalidades.- Construimos concepciones sobre nosotros mismos que nos sirven para
volver estable, predecible y manejable la visión que tenemos de nosotros. Podemos así
sentirnos más capaces de comprendernos y de planear acciones futuras.
Autoatribución: a partir de los datos de los sentidos sobre nosotros mismos extraemos
siempre muchas inferencias; pero inferimos nuestras actitudes más o menos como
inferimos las actitudes de los otros. Muchas veces nos atribuimos ciertos rasgos no por
autopercepción directa sino por indicadores externos, por ejemplo, lo que piensan los
demás de nosotros.
Percepción de sí y estados emocionales: generalmente nos percatamos de nosotros
mismos y que algo nos sucede cuando estados emocionales como la cólera o la angustia
nos invaden. A pesar que en esos momentos podemos sentir diversas sensaciones
corporales (latidos cardíacos, etc) cuando nos piden describir la emoción nos referimos
a la causa o motivo de la misma.
En un experimento donde se administró a sujetos sustancias que producían síntomas
corporales de emoción y sustancias inocuas a otro grupo, se llegó a la conclusión que
las personas, cuando sienten algún estado corporal, una emoción indiferenciada o
imprecisa, recurren a recuerdos de sus propias experiencias pasadas y a la percepción de
la situación actual para resolver qué es lo que experimentan: amor, ira, temor, etc.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 5.

AUTORITARISMO

Definición.- La expresión autoritarismo puede aplicarse en principio a tres significados


(Diccionario del Nuevo Humanismo (http://www.mdnh.org/):
1) Fe y obediencia irracionales con respecto a la personalidad, institución o grupo social
que son consideradas como fuente de la autoridad. 2) Régimen político antidemocrático
basado en el poder ilimitado de una persona, una institución o un grupo social que se
mantiene por medio de la manipulación y la violencia. 3) Una de las formas del
dogmatismo que considera a la autoridad como única o suprema fuente de la sabiduría o
de la ética.
Aunque estos tres conceptos están muy relacionados entre sí, el primero de ellos es que
puede tener mayor relevancia dentro de la psicología política por cuanto hace referencia
a una actitud psicológica (fe y obediencia irracionales) hacia la autoridad.
Entre los trabajos pioneros que intentan una explicación psicológica de las actitudes
autoritarias se cuenta la teoría de Adorno. Este autor escribió "La personalidad
autoritaria", donde se afirma que la personalidad autoritaria es creada por padres que
usan métodos rígidos y severos de disciplina, que hacen depender su amor y aprobación
de la obediencia total, que destacan más los deberes que los afectos, y que ahondan las
diferencias de status entre las personas (Deutsch M. y Krauss R., "Teorías en psicología
social". Sabucedo, Capítulo 3: La personalidad autoritaria).Tal actitud genera hostilidad
en el hijo, que no puede manifestarla por temor a sus padres. Además, su sometimiento
al padre lo hizo sentir más dependiente y menos capaz de desafiarlos. Tal necesidad de
reprimir la hostilidad lleva al sujeto a identificarse con el padre y desplaza su hostilidad
hacia otros grupos, generalmente inferiores.
El miedo a sus impulsos y la necesidad de reprimirlos engendra una personalidad rígida
y estereotipada, con dificultades para autoobservarse y con canones morales rígidos.
Estos caracteres de la personalidad autoritaria reflejan posiblemente defensas contra la
expresión de la hostilidad reprimida hacia la autoridad.
Estudios posteriores, como los de Tajfel y Turner (D'Adamo Orlando y otros,
"Actitudes sociopolíticas, autoritarismo, categorización y contexto social", Revista
Psicología Contemporánea, Año II, Volumen 2, Número 2, página 70) han destacado
entre otras cosas el proceso de categorización en la formación de esterotipos, un proceso
que puede observarse en los prejuicios sociales y las actitudes autoritarias, que tienden a
categorizar las personas como iguales o diferentes, útiles o inútiles, superiores e
inferiores, etc.
Por último, si bien hay determinantes internos o mentales que predisponen a la actitud
autoritaria, tal como lo destacó Adorno, hay sin embargo otros muchos factores que
inciden en el surgimiento de este tipo de actitud, entre los que mencionaremos los
factores sociohistóricos (por ejemplo luego de la segunda guerra mundial y del fracaso
militar del modelo nazi y fascista, hubiera sido difícil que proliferaran actitudes
autoritarias), y los factores interpersonales, es decir, la influencia de las otras personas
que pueden o no 'desencadenar' actitudes autoritarias, como lo demostró el experimento
de Milgram (Baron, "Psicología Social", La obediencia: influencia social por exigencia,
pág 398) al indicar, entre otras cosas, que una orden dada a otra persona puede
engendrar en esta una actitud autoritaria, cuando la orden es provocar sufrimiento en un
otro.
El autoritarismo puede estudiarse en el resurgimiento de las ideologías totalitarias en el
mundo, y particularmente en Europa, y que son conocidos como movimientos de
extrema derecha, entre los que sobresalen el nazismo y el fascismo.
No nos referimos simplemente aquí a los actos aislados de violencia de jóvenes
neonazis, sino principalmente del ascenso al poder de partidos políticos nacionalistas de
extrema derecha que han sido votados por una población que normalmente no participa
de actos explícitos de violencia. Tal lo que pasó en Austria con el movimiento FPOE, y
en Italia con el aumento de la popularidad de la Liga del Norte.
Esto significa que una porción cada vez más importante de la población comienza a
adherir a la actitud autoritaria, fenómeno que podemos comenzar a entender
analizándolos desde los conceptos teóricos examinados.
El autoritarismo es un mecanismo de evasión al sentimiento de inseguridad de los
individuos. Esto ocurre una vez que se cortan los vínculos primarios de un individuo
con su madre y su familia, vínculos que proporcionan seguridad al individuo, una vez
que está como entidad completamente separada y debe enfrentar al mundo exterior. En
el ejemplo elegido, la globalización se convierte en esta amenaza exterior a la seguridad
del individuo, al sentir que es despojado de su etnia. Esto puede explicar, al menos en
parte, el rebrote de las actitudes autoritarias a través de los partidos de derecha.
Cuando el individuo se siente inseguro, se le abren dos distintos caminos para superar el
insoportable estado de soledad e impotencia del que forzosamente debe salir. Uno de
ellos será establecer espontáneamente su conexión con el mundo en el amor y el trabajo,
en la expresión genuina de sus facultades emocionales e intelectuales; de este modo
volverá a unirse con la humanidad, con la naturaleza y consigo mismo, sin despojarse
de la integridad e independencia de su yo individual.
El otro camino es el autoritarismo. Este mecanismo de evasión consiste en la tendencia
a abandonar la independencia del yo individual propio para fundirse con algo o con
alguien, exterior a uno mismo, a fin de adquirir la fuerza de la que carece el yo
individual y asegurar así la sobrevivencia. Este segundo camino no consigue nunca
volver a unirlo con el ambiente de la misma manera en que lo estaba antes de emerger
como "individuo", puesto que el hecho de su separación ya no puede ser invertido; es
una forma de evadir una situación insoportable que, si se prolonga, hace imposible su
vida.
Este camino, por lo tanto, se caracteriza por su carácter compulsivo, tal como ocurre,
por ejemplo, en el seguimiento a mesías suicidas, en los estallidos de terror frente a
alguna amenaza y en los llamados "alcohólicos del trabajo". También se distingue por la
rendición, más o menos completa, de la individualidad y de la integridad del yo. No se
trata así de una solución que conduzca al bienestar; por el contrario, representa una
pauta que mitiga una insoportable angustia y hace posible la vida al evitar el
desencadenamiento del pánico en el individuo. Sin embargo no soluciona el problema
subyacente y exige en pago la adopción de un tipo de vida que, a menudo, se reduce
únicamente a actividades de carácter automático o compulsivo.
La forma más nítida de este mecanismo puede observarse en la tendencia compulsiva
hacia la sumisión (autoritario pasivo) y la dominación (autoritario activo). Una persona
podrá comportarse sumiso ante aquéllos que tienen mayor poder, pero dominador ante
quienes domina. De esta forma, los autoritarios casi siempre exhiben una dependencia
muy marcada con respecto a poderes que les son exteriores, hacia otras personas,
instituciones, ideologías o religiones o hacia la naturaleza misma. Dicho de otra forma,
los autoritarios, tanto activos como pasivos, tienden a imponerse una Gran Autoridad, a
la que siguen ciegamente. Tienden a reducir la autoafirmación, a no hacer lo que
quisieran y a someterse, en cambio, a las órdenes de esas fuerzas exteriores, reales o
imaginarias.
Todas estas características aparecen, justamente, el las actitudes de los nuevos centros
de poder de la derecha en la Europa actual.
Por ejemplo, el partido austríaco del FPOE se funda en el nacionalismo y la xenofobia.
El nacionalismo es la gran autoridad, en supremo valor que debe defenderse. Estos
movimientos "fundan su identidad en el redescubrimiento del suelo", de la sangre, del
antieuropeísmo y el odio por inmigrantes (D"Alema Massimo, "Se despertó el fantasma
de la derecha", diario Clarín, Buenos Aires, 25 octubre 2000).
La derecha no sólo ofrece ventajas laborales e impositivas, sino sobre todo una
"identidad en la cual reflejarse", se proponen un retorno a las raíces, un
redescubrimiento de la etnia como reacción ante la desaparición del individuo.
"La fuerza de la derecha reside sobre todo en el miedo. Miedo al otro, al que es distinto;
miedo a perder la identidad en un mundo donde los grandes procesos económicos van
despojando a parte de la comunidad humana la posibilidad de controlar y dirigir de
manera directa" (D"Alema Massimo, "Se despertó el fantasma de la derecha", diario
Clarín, Buenos Aires, 25 octubre 2000).
El autoritarismo tiñe así toda la vida de una persona, desde la forma como reacciona y
usa el poder, hasta los detalles más triviales de su comportamiento cotidiano.
La causa de que el autoritario se niegue a mirar hacia su interior se debe a que los
autoritarios se apoyan en sistemas externos para definir su valor como seres humanos.
Son individuos con una motivación exterior, que buscan compulsivamente normas fuera
de ellos mismos para valorar sus propios méritos. Dependen, excesivamente, del "qué
dirán". De no devaluarse ante los ojos de los demás.
El principal peligro al que nos enfrentamos en esta época de cambios es la incapacidad
de nuestros marcos conceptuales para hacer frente a los problemas derivados de la
globalización económica y de la revolución científica y tecnológica (Artículo publicado
el 14 de mayo de 1995 en la página 4A del Periódico Excelsior, España).Pero no sólo
están fallando los marcos conceptuales de aquéllos que se refugian en las sectas o en la
pureza étnica; también están fallando los marcos conceptuales de muchos de los líderes
de la sociedad. La persistencia en el uso de marcos conceptuales obsoletos por parte de
grandes sectores sociales frente a sus fracasos e incapacidades sólo puede explicarse
como resultado del autoritarismo.
Conclusiones.- Se ha sostenido que quienes no tienen actitudes autoritarias también
categorizan a las personas. A mi entender, esto es verdad, solamente que la
categorización implicada en la actitud autoritaria tiene dos características principales: a)
generalmente es una categorización dicotómica: superiores e inferiores, heterosexuales
y homosexuales, etc., pues se trata de destacar una diferencia entre el endogrupo
("nosotros') y el exogrupo ('los demás'). En el ejemplo analizado, "la globalización y la
defensa de las identidades culturales europeas no tienen que estar enfrentadas"
(D"Alema Massimo, "Se despertó el fantasma de la derecha", diario Clarín, Buenos
Aires, 25 octubre 2000) como si fueran categorías mutuamente excluyentes. Es posible,
en efecto, adaptarse al fenómeno de la globalización y al mismo tiempo preservar las
identidades nacionales, que es la solución que propone D"Alema, el autor de este
artículo; b) ambas categorías expresan una relación asimétrica donde unos son 'mejores'
o son 'superiores' a los otros, ubicándose la persona autoritaria en la mejor o superior (a
diferencia de una persona sumisa que se autoubicaría en la posición inferior o peor); y
c) las categorizaciones suelen tener poco sustento en la realidad: no necesariamente los
que son tildados de inferiores son realmente inferiores, ni quienes se consideran
superiores necesariamente lo son (simplemente, se sienten así, lo cual es algo distinto).
En el ejemplo analizado, "en el fondo, la derecha toma un problema real; un déficit de
democracia vinculado a la globalización. El punto es que ofrece una respuesta
insuficiente a este problema", (D"Alema Massimo, "Se despertó el fantasma de la
derecha", diario Clarín, Buenos Aires, 25 octubre 2000) al categorizar en forma drástica
los 'mejores' por un lado y los 'peores' por otro.
Cazau P (1988) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía
D'Adamo Orlando y otros, "Actitudes sociopolíticas, autoritarismo, categorización y
contexto social", Revista Psicología Contemporánea, Año II, Volumen 2, Número 2,
página 70.
Deutsch M. y Krauss R., "Teorías en psicología social".
Baron, "Psicología Social", La obediencia: influencia social por exigencia, pág 398.
Sabucedo, Capítulo 3: La personalidad autoritaria.
Diccionario del Nuevo Humanismo
(http://www.mdnh.org/diccionario/autoritarismo.html)
D"Alema Massimo, "Se despertó el fantasma de la derecha", Diario Clarín, Buenos
Aires, 25 octubre 2000.
Artículo publicado el 14 de mayo de 1995 en la página 4A del Periódico Excélsior
(España).

CLASE SOCIAL

Clase social y enfermedad mental.- Los individuos pertenecientes a grupos


socioeconómicos más bajos tienen un incremento del predominio de los trastornos
mentales comunes. Este estudio investiga la asociación longitudinal entre la posición
socioeconómica y los trastornos mentales comunes en una muestra de la población
general en el Reino Unido. Se evaluó a los participantes (n=2406) en dos momentos
distintos con una diferencia de 18 meses mediante la “Entrevista Cínica Revisada”. La
muestra fue estratificada en dos cohortes según el estado de la salud mental al inicio de
la investigación. Después de realizar ajustes según la morbilidad psiquiátrica al inicio de
la investigación, ninguno de los indicadores socioeconómicos estudiados estuvo
asociado significativamente a un episodio de trastorno mental común durante el
seguimiento. El análisis de las categorías diagnósticas separadas demostró que las
dificultades financieras subjetivas, al inicio del estudio, estaban asociadas
independientemente a la depresión durante el seguimiento en ambas cohortes. Estos
resultados apoyan la idea de que aparte de las medidas objetivas de la posición
socioeconómica, las medidas más subjetivas pueden ser igualmente importantes desde
una perspectiva etiológica o clínica.
Petros Skapinakis P y otros, Posición socioeconómica y trastornos mentales comunes:
Estudio longitudinal en la población del Reino Unido. BRITISH JOURNAL OF
PSYCHIATRY. 2006 AGO; 189:109-117.

COMUNICACIÓN
Principios generales.- Existe comunicación cada vez que un organismo vivo modifica
a otro organismo porque le transmite una información. Este problema puede encararse
recurriendo a la teoría de la información y a la cibernética.
Lasswell dice que la comunicación tiene cinco elementos: emisor (quien dice), mensaje
(qué dice), medio (a través de qué dice), receptor (a quien dice), e impacto (con qué
efecto). Shannon planteó un esquema similar, donde incluyó un proceso de codificación
y otro de desciframiento de la información. Luego Wiener incluyó la idea de feedback,
según la cual el receptor a su vez influye sobre el emisor para que este reajuste su
mensaje a partir de esa información. Habló también de canal (vía por donde circula el
mensaje: visual, sonoro, etc), y de rumor (fenómenos parasitarios que dificultan la
comprensión del mensaje).
Condensado de Amado G y Guittet A (1983) La comunicación en los grupos. Buenos
Aires: El Ateneo.

Comunicación animal.- Su lenguaje no verbal (gestos, gritos, posiciones) ayuda a


entender el aspecto primitivo de la comunicación humana. Al estudiar el lenguaje
animal, primero debemos saber qué códigos utiliza (gestos, gritos), luego cómo los
combina (sintaxis), y luego qué significan (sentido). Los diferentes mensajes sirven
como estímulos para desencadenar conductas o respuestas instintivas.
Especialmente compleja es la comunicación en las abejas. La abeja ejecuta por ejemplo
danzas para indicar donde está la comida, en qué dirección y a qué distancia. Esto es
innato, pero hay mensajes que pueden ser aprendidos, como el pichón que al nacer, el
primer ser que mira considera que siempre será su madre. Las comunicaciones animales
dependen de su equipo anátomo-fisiológico. Los códigos sociales que utilizan son
innatos o bien aprendidos en condiciones determinadas genéticamente.
Condensado de Amado G y Guittet A (1983) La comunicación en los grupos. Buenos
Aires: El Ateneo.

Comunicación y rituales.- En todo grupo animal donde las relaciones sociales están
diferenciadas hay un sistema de rituales que permite a cada uno establecer y mantener
relaciones sociales con miembros del mismo grupo evitando así conflictos y
agresividad. Erizar el pelo es mostrarse amenazante, tocar al otro es necesidad de
asegurarse, etc. En hombres adultos esos ritos se disfrazan con lenguaje verbal, pero en
los niños se ven más desnudos: morderse, amenazar con un brazo, etc.
Condensado de Amado G y Guittet A (1983) La comunicación en los grupos. Buenos
Aires: El Ateneo.

Comunicación no verbal.- La información no verbal impacta más que la verbal y es


más compleja y matizada: con gestos se puede expresar un estado de ánimo difícil de
expresar con palabras. La información no verbal puede transmitirse con todo el cuerpo
(desplazamiento del mismo y cambio de postura), con partes pequeñas de él (gestos,
etc), pero hay un lenguaje más simbólico.
La proxemia es la distancia que separa al emisor del receptor, y no es fortuita. Hay una
distancia íntima (contacto físico, confianza), una personal (dos personas hablando en la
calle), una social (1,20 a 2,40 metros) utilizada cuando el intercambio no es personal, y
luego una distancia pública acortada (menos de 8 metros) para comunicarse con un
número limitado de personas, y otra alargada (más de 8 metros) que reduce aún más las
posibilidades de interacción. Las distancias usadas dependerán de los deseos de cada
persona y de las defensas que quiere montar.
La localización también importa. Por ejemplo donde se sienta cada uno en una mesa.
Hay lugares de poder, lugar de compartir, etc. Los gestos también interesan, pues son
signos de reconocimiento que diferencian y refuerzan los lazos sociales, y a veces
refuerzan el lenguaje verbal. La mímica muestra los afectos primarios: alegría, cólera,
etc, y cuesta discernir si son innatos o aprendidos. La mímica lleva también la marca de
la personalidad de cada uno, su estilo. La mirada es especialmente importante por la
gran variedad de movimientos de los ojos. La mirada indica por ejemplo a quién se
dirige el mensaje y el grado de atención dispensada. Otro elemento importante por
último es la voz: la entonación, la modulación, el ritmo y los sonidos extralinguísticos
como las risas, los sollozos, etc.
Condensado de Amado G y Guittet A (1983) La comunicación en los grupos. Buenos
Aires: El Ateneo.

Concordancia y discordancia entre los códigos verbal y no verbal.- Si el código


verbal se utiliza casi siempre para comunicar alguna información, el no verbal casi
siempre se usa para mantener la relación interpersonal. Cuando ambos concuerdan el
impacto es más fuerte, pero si hay discordancia hay fricciones y una desorientación del
receptor: la madre puede expresar palabras de cariño, pero su actitud verbal puede ser
hostil. Lo conciente suele aparecer en palabras, y lo inconciente en el lenguaje no
verbal.
Condensado de Amado G y Guittet A (1983) La comunicación en los grupos. Buenos
Aires: El Ateneo.

Generalidades.- Comunicarse implica compartir algo, y por lo tanto hay un emisor, un


receptor y un mensaje a compartir (una idea, un sentimiento, una actitud). El mensaje
debe llegar sin distorsiones, sin ruidos. Para ello, por ejemplo, emisor y receptor deben
utilizar el mismo código: por ejemplo, el mismo idioma.
En la comunicación hay feedback, porque el receptor responde a su vez convirtiéndose
en emisor. Este feedback permite corregir el primer mensaje, pues nos da la pauta
acerca de si fue bien o mal comprendido. Para Watzlawick, es imposible no
comunicarse.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

La comunicación en los grupos.- Para que el mensaje llegue al receptor se precisa


además, un ‘canal’ (aire, teléfono, correo, etc), pero en el caso específico de los grupos
estos canales se llaman ‘redes comunicacionales’. Las más conocidas son el círculo, la
cadena, la Y, y la rueda o radial. Son tipos puros de redes, ya que en la práctica estas
redes se complejizan. Los esquemas de las redes indicadas son:
A C A B
B D
B
F
B D C

A E
D
E C
A E
E G F
D

Círculo Cadena En “Y” Rueda o radial

 Círculo: Cada persona sólo puede comunicarse con otras dos: la de su izquierda
y su derecha. No hay líder y el grupo es errático y desorganizado, aunque luego
va emergiendo un líder y se organiza. Las personas están gratificadas porque
tienen amplio grado de participación. Un grupo de discusión tratará de armar un
círculo e ir reconociendo liderazgos emergentes para formar un círculo
multiconectado (y no lineal como se ve en el esquema).
 Cadena: Si A y E quieren comunicarse, deben hacerlo a través de los demás
miembros, con lo cual el mensaje se puede distorsionar.
 Red en Y: El señor C es figura central y puede pasar a ser el líder. Casi todos se
comunican con él directamente, los que a su vez sólo pueden comunicarse con el
líder. Al haber un liderazgo, hay menos errores y se resuelven las tareas más
rápidamente.
 Rueda: Grupo menos activo, más estable y con un líder definido. Eficaz al
comienzo, puede generar insatisfacción por la poca participación de los
miembros.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

Niveles de comunicación en los grupos.- Hay tres niveles de comunicación: de


información (qué se transmite), de estilo (cómo se transmite), y de intencionalidad (para
qué se transmite).
El ‘qué’ apunta a la información transmitida, al contenido. Por ejemplo dar una patada
significa ‘estoy enojado’. El ‘como’ apunta al timbre de voz, la forma de gesticular o de
enfatizar las palabras, etc. Es también información. El ‘para qué’ apunta al objetivo del
grupo y también a la intención de establecer cierto vínculo con sus integrantes. En
suma: comunicamos cierta información (qué), de determinada manera (cómo) y con un
propósito determinado (para qué).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

Axiomas de la comunicación.- Watzlawick estableció los siguientes axiomas de la


comunicación:
1- Es imposible no comunicarse.
2- En toda comunicación hay dos aspectos: analógico y digital. El primero son gestos y
posturas por ejemplo, y el segundo el lenguaje verbal.
3- En toda comunicación hay un aspecto de contenido y uno relacional. O sea, se
transmite información (contenido) pero también se busca definir una relación
interpersonal, que puede ser simétrica (entre amigos, por ejemplo) o asimétrica (jefe-
empleado, por ejemplo).
4- El aspecto relacional clasifica al contenido.
5- Los contenidos se expresan sobre todo en forma digital, y los aspectos relacionales en
forma analógica.
6- La naturaleza de la relación entre dos personas tiene que ver con las secuencias
comunicacionales y su ordenamiento. A veces este orden depende de la naturaleza de la
relación, y otras veces ésta última depende del ordenamiento. El hecho de que pueden
suceder cualquiera de ambas cosas hace que podamos decir que la naturaleza de las
relaciones es ‘contingente’ con el ordenamiento de las secuencias comunicacionales.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

La comunicación desde el estructuralismo.- Indaga la estructura, lo estructurante del


mensaje y la comunicación. Este enfoque estructural lo encontramos en Saussure, para
quien el significado de un significante está dado por su relación con otros significantes,
relación que es de ‘diferencia’. Siguiendo a Miller, ahora podemos decir la persona, en
un grupo, es capaz de generar una estructura estructurante sin tener conciencia de ello.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

CONFLICTO

Conflicto en los grupos.- El conflicto es el núcleo de todo grupo, pues en todo grupo
hay “más de un grupo”. El conflicto lo veremos en el interjuego del grupo interno (o sea
en las mutuas representaciones de los miembros de sí entre sí) con el grupo externo o
real, y su relación con la cohesión grupal y la fantasmática correspondiente. El
‘conflicto’ es el motor del acontecer grupal y, según Thelen, no es externo al grupo, no
es generado desde fuera sino desde dentro.
El conflicto como conflicto de grupos superpuestos.- Dice Thelen (autor inspirado en
Lewin y en la psicología del yo) que el conflicto surge en todo grupo porque hay
‘grupos superpuestos’. Si bien no reales, tienen, como el psiquismo, materialidad en sus
efectos. Tales grupos son de pertenencia y de referencia positivas simultáneamente, y en
total son cinco:
1) Grupo efectivo de pertenencia: subgrupo formado por pocas personas con mucha
afinidad o amistad entre sí. Se los ve como que pueden influir en los demás.
2) Grupo ‘que representamos’: tendemos a actuar en el grupo de aquí y ahora como
representantes de otros grupos, y se espera que hablemos bien de él.
3) Grupo fantaseado: imagen, generalmente preconciente, que tenemos del grupo. Por
ejemplo tratar a los del grupo como si tuvieran otra profesión o característica.
4) Grupo de arrastre (hang over): grupo que se viene arrastrando desde la infancia. Se ve
en lo transferencial. Suele aparecer en el grupo actual como repetición de vínculos
aprendidos en la familia de origen, gratificantes o frustrantes.
5) Grupo reliquia: son las normas sociales internalizadas. Mediante él se arrastran
situaciones ideológicas e institucionales, o sea a través de él se introduciría la ideología
en forma no conciente.
Estos cinco grupos superpuestos son cinco fuentes de posibles conflictos, pero el
problema no es el conflicto sino el conflicto no resuelto. El conflicto dinamiza, pero el
no resuelto paraliza, lleva a la estereotipia. Síntomas de conflicto no resuelto son los
roles individuales y, a nivel grupal, los intentos de cohesionarse a ultranza (pues el
conflicto dispersa, separa).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

Indicadores de conflictos no resueltos en los grupos.- Son los intentos a ultranza de


integrar al grupo como un todo. Thelen distinguió cuatro síntomas:
a) El grupo se vuelve dependiente (el grupo se unifica negando sus contradicciones)
del líder o de otro grupo externo que funciona como objeto bueno nutricio o
protector.
b) Lucha contra cualquiera blanco u objetivo: contra algún miembro del grupo (chivo
emisario) o contra alguien de afuera. El grupo se unifica para luchar, se identifica con
el objeto bueno que lucha contra lo malo.
c) Huída verbal: forma de evitar el conflicto.
d) Abandono del campo: abandona el conflicto pero unido, no mediante la palabra
(huída verbal) sino la acción.
En los cuatro síntomas se ven mecanismos de disociación y negación para hacer una
seudointegración ante el peligro de dispersión.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

Cohesión y conflicto en los grupos.- Desde Thelen se puede relacionar cohesión y


conflicto cuando dicho autor hablaba de los tres niveles de integración. En tanto puedan
resolverse los conflictos de los niveles 1 y 2 se podrán resolver los del nivel 3, o sea la
integración estructural. Los tres niveles coexisten y operan simultáneamente en todo
momento. El tercer nivel es el que tiene que ver específicamente con la cohesión grupal.
La cohesión grupal resulta de haber solucionado problemas de logro y de proceso (que
son los problemas como se ven los conflictos a nivel manifiesto). Cartwright y Zander
agregan que la cohesión también resulta de dos fuerzas que hacen que los miembros
pertenezcan al grupo: el atractivo del grupo mismo y las derivadas del atractivo de las
posibles pertenencias alternativas. Para Romero la cohesión grupal debe explicarse no a
partir solamente de lo manifiesto sino de lo latente, o sea desde el psicoanálisis.
La cohesión o la dispersión se explican a partir de lazos libidinales fuertes y de
sentimientos hostiles que surgen inevitablemente (derivados de una pulsión de muerte
que es independiente, o de una libido frustrada como el amor no correspondido, o del
narcisismo frustrado o sacrificio de la individualidad, o de conflictos de interés como en
la afirmación de sí mismo).
Siguiendo a Freud, Scheilindger identificó seis fuerzas que facilitan la cohesión y cinco
fuerzas que la dificultan:

Fuerzas facilitadoras Fuerzas dificultadoras


1. Satisfacer necesidades comunes de 1. Expresión desinhibida de pulsiones
afecto, protección, etc. sexuales y/o agresivas.
2. Predominio de lazos afectivos 2. Egocentrismo.
positivos. 3. Celos y competencia.
3. Actividades y ceremonias grupales 4. Relaciones transferenciales negativas.
simbólicas. 5. Exceso de frustración por exigencias del
4. Ideales e intereses compartidos. líder o de las normas grupales.
5. Atmósfera de igualdad y justicia.
6. Enemigos comunes externos al grupo.

En Freud la cohesión se explica por la libido, y en Bion se explica por la cooperación


(en un grupo de trabajo) o por la valencia (en un grupo de supuesto básico), donde
valencia se asemeja a transferencia pues es la capacidad de asociarse con otros en forma
inmediata, inconciente e involuntaria.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

CONFORMIDAD

La conformidad en los grupos.- Las personas experimentan un sentido de orden


social, derivado en gran parte de las normas. Estas nos dicen como comportarnos en
cada situación o momento. En el curso de la interacción social arribamos a ciertos
entendimientos respecto de las normas, que puede ser operativo o negociado.
Formación de las normas.- En un experimento, Sherif mostró que las conductas de las
personas se ven altamente influidas por las conductas y opiniones de las demás, a pesar
de reconocer que no sufrieron tal influencia.
Conformidad con juicios grupales falsos.- En un experimento, Asch preguntó a un
sujeto cuánto medía una línea presentada a su vista, y el sujeto contestó incorrectamente
pues antes había escuchado otros sujetos que deliberadamente, a los efectos del
experimento, habían dado respuestas incorrectas, no sabiendo el sujeto que estaba todo
preparado. Es un ejemplo de amoldamiento a un consenso grupal falso, en el cual se dan
tres tipos de distorsión: de la percepción, del juicio y de la acción (en este último caso
dieron la respuesta incorrecta para no parecer tontos frente a los demás). Estas
conformidades o amoldamientos tienen que ver con el proceso de internalización, por el
cual cada sujeto incorpora en su personalidad los patrones de conducta del grupo.
En la técnica de Crutchfield, en vez de emplearse sujetos que contestan deliberadamente
mal, a la persona se la coloca en una cabina donde aparecen datos en un panel con las
respuestas de otros miembros del grupo, que obviamente son inventadas por el
experimentador. A diferencia de la técnica de Asch, esta mostró diferencias muy
amplias respecto del grado de conformidad o adecuación al juicio grupal.
El apoyo social como disuasivo de la conformidad.- En ciertas variantes del
experimento sobre presión grupal del tipo de Asch, uno de los auxiliares quiebra la
opinión mayoritaria en un ensayo típico, y se comprueba que esto da lugar a una
reducción sustancial en la conformidad de los sujetos. La ‘desviación’ de una sola
persona envalentona al sujeto para adherir a su propio juicio.
Teoría de la desviación por rotulación.- Los grupos sociales crean la desviación al
establecer reglas cuya infracción la constituye, al aplicar esas reglas a determinadas
personas rotulándolas de ‘transgresoras’ o ‘marginales’. Según Becker, rotulamos como
trasgresor y marginal a quien infringe ciertas reglas.
Obediencia.- Milgram realizó impresionantes experimentos de obediencia sobre ciertos
sujetos a los que se dijo que en realidad era una prueba sobre memoria y aprendizaje.
Estos sujetos debían enviar corriente eléctrica a otro sujeto (que simulaba sufrir el
shock) cada vez que recibían la orden de enviar la corriente (cada vez más fuerte) por
haberse ‘equivocado’ en una respuesta. Se comprobó que los sujetos obedecían más la
orden cuando el experimentador que la daba estaba físicamente presente, y la obedecían
menos si estaban psicológicamente cercanos a la supuesta víctima. Este experimento se
llamó experimento Eichman, funcionario nazi que asesinó a millones de judíos en
cámaras de gas.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 7.

CONSTRUCCIONISMO SOCIAL

Generalidades.- De origen antiguo (griegos), se plantea el problema del conocimiento


de la realidad y la existencia objetiva de ésta, y como teoría posobjetiva, plantea que el
sujeto construye activamente el conocimiento del mundo externo, y cada persona
construye una representación del mundo a la que percibe como la realidad.
Autores clave son K Lewin, Berger y Luckmann, Gergen y Pearce. Gergen, por
ejemplo, considera el discurso sobre el mundo no como una copia de la realidad sino
como un artefacto de intercambio social, y destacará la importante influencia de los
determinantes históricos. Es lo que los hombres construyen juntos en el proceso de
comunicarse. Pearce habla, por su lado, de una “negociación de la realidad”:
considerando que la sustancia del mundo social son las conversaciones, de donde
surgirá una realidad social que se reproduce cotidianamente.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Generalidades.- El construccionismo social considera el discurso sobre el mundo no


como una reflexión o mapa del mundo, sino un dispositivo de intercambio social.
Intenta ir más allá del empirismo y el racionalismo al ubicar el conocimiento dentro del
proceso de intercambio social.
Hipótesis básicas del construccionista social.- El construccionismo social busca
explicar cómo las personas llegan a describir, explicar o dar cuenta del mundo donde
viven. Para ello, toma en cuenta cuatro hipótesis:
1) Lo que consideramos conocimiento del mundo no es producto de la inducción o de la
construcción de hipótesis generales, como pensaba el positivismo, sino que está
determinado por la cultura, la historia o el contexto social. Por ejemplo, expresiones
como 'hombre', 'mujer' o 'enojo' están definidos desde un uso social de los mismos.
2) Los términos con los cuales comprendemos el mundo son artefactos sociales,
productos de intercambios entre la gente, históricamente situados. El proceso de
entender no es dirigido automáticamente por la naturaleza sino que resulta de una
empresa activa y cooperativa de personas en relación. Ejemplo: 'niño', 'amor' etc. varían
en su sentido según la época histórica.
3) El grado hasta el cual una forma dada de comprensión prevalece sobre otra no
depende fundamentalmente de la validez empírica de la perspectiva en cuestión, sino de
las vicisitudes de los procesos sociales (comunicación, negociación, conflicto, etc). Ej:
interpretar una conducta como envidia, enojo o coqueteo puede ser sugerida, afirmada o
abandonada conforme las relaciones sociales se desarrollan en el tiempo. Esta
negociación de la realidad da paso a una epistemología social.
4) Las formas de comprensión negociadas están conectadas con otras muchas
actividades sociales, y al formar así parte de varios modelos sociales sirven para
sostener y apoyar ciertos modelos excluyendo otros. Alterar descripciones y
explicaciones significa amenazar ciertas acciones e invitar a otras. Ej: las metáforas
usadas en psicología (hombres máquina, mente infantil, etc).
Raíces históricas del construccionismo.- Puede comprenderse el construccionismo en
relación a dos grandes tradiciones intelectuales: el empirismo (perspectiva exogénica) y
el racionalismo (perspectiva endogénica). La primera propone al conocimiento como
una copia de la realidad, mientras que la segunda depende de procesamientos internos al
organismo mediante los cuales puede organizar, no copiar, la realidad para hacerla
entendible.
La polémica entre exogenismo y endogenismo tiñó también la investigación
psicológica. Por ejemplo, los conductistas dan importancia al ambiente (exogenistas) y
los gestaltistas a la organización perceptual inherente al hombre (endogenistas). La
psicología cognitiva es también una perspectiva endogenista: la acción humana depende
del procesamiento cognitivo, o sea del mundo tal como es conocido más que del mundo
como es. Sin embargo, el cognitivismo no ha logrado imponer en la psicología su punto
de vista endogenista.
El construccionismo intenta superar esta dualidad objeto-sujeto desarrollando una teoría
alternativa del funcionamiento de la ciencia y desafiando la idea de conocimioento
como representación mental. El construccionismo sostiene que el conocimiento no es
algo que la gente posee en la cabeza sino algo que la gente hace junta: el lenguaje es
esencialmente una actividad compartida.
Consecuencias del construccionismo para la investigación psicológica.- Las
consecuencias del construccionismo social para la investigación psicológica son de
largo alcance y pasará mucho tiempo para explorarlas totalmente.
En psicología, cada concepto psicológico es recortado de una base ontológica dentro de
la cabeza y convertido en un componente del proceso social. "Enojo" puede ser
entendido lejos de una fisiología determinista, en una forma de rol social, y por ende no
se refiere a un estado mental sino que constituye parte del rol en sí mismo. Todo esto
nos lleva a pensar, desde el construccionismo, que la teorización psicológica no
reflejaría una realidad interna, sino en la expresión de un quehacer social, y de allí que
el construccionismo encuentre fuerte resistencia dentro de la psicología, al trasladar la
explicación de la conducta desde el interior de la mente, a la explicación de la misma
como un derivado de la interacción social.
Consecuencias del construccionismo para la investigación científica en general.- Es
preciso entonces abordar una nueva concepción del conocimiento, toda vez que las
concepciones exogenista y endogenista están fuertemente arraigadas hoy en día. La idea
es dejar atrás un concepto de conocimiento como ahistórico, objetivo e individualista
que permita entender la investigación científica no como la aplicación impersonal de
reglas metodológicas descontextualizadas, sino como el resultado del intercambio activo
y comunal entre personas. Esta perspectiva, llamada sociorracionalismo, ve la
racionalidad humana como algo que no está dentro de las mentes de personas
independientes, sino dentro del conjunto social, siendo lo racional el resultado de la
inteligibilidad negociada.
El construccionismo no ofrece reglas, es relativista, pero esto no significa que 'todo
vale', pues los sistemas de conocimiento, en tanto dependen de inteligibilidades
compartidas entre comunidades, estarán gobernados en gran medida por reglas
normativas. El construccionismo reafirma la relevancia del criterio moral para la
práctica científica, y elabora una metateoría, o teoría sobre las teorías científicas.
Condensado de Gergen Kenneth (1984) El movimiento del construccionismo social en
la psicología moderna.

COOPERACIÓN

Cooperación y competencia.- Lewin y seguidores elaboraron 34 hipótesis que


cuestionaban la competencia en los grupos, lo que produjo una reacción en la sociedad
norteamericana, basada en la ‘libre competencia’.
En la situación social cooperativa cada miembro puede alcanzar las metas (y por tanto
satisfacer sus necesidades) sólo si los demás también lo hacen al mismo tiempo respecto
de las suyas propias. En la situación social competitiva, un miembro llega a la meta
impidiendo a los demás alcanzar las suyas. En el primer caso hay metas
promotoramente independientes, y en el segundo metas restrictivamente independientes.
Todo grupo tiene siempre algo de ambas situaciones.
En la cooperación hay mayor solidaridad: cuando un miembro va hacia la meta los
demás también van hacia la meta. En la competitividad, que un miembro vaya hacia la
meta no sólo no estimula a los demás sino que obstaculiza la llegada a la meta del resto.
Hay cuatro fenómenos asociados a la cooperación:
a- Capacidad sustitutiva.- Cuando un miembro va hacia la meta, esto produce un
efecto de locomoción en los demás, por tanto estos no tienen necesidad de repetir la
acción realizada. Hay posibilidad de sustitución, y por lo tanto la división es mucha
más efectiva que en un grupo competitivo.
b- Catexis positiva.- De los miembros movilizados hacia quien realizó la acción
inicial. Esto favorece la cohesión grupal.
c- Capacidad de inducción positiva.- Cuando uno va hacia la meta, esto induce a los
demás a que también lo hagan. Además estos harán esfuerzos adicionales.
d- Actitud hacia los obstáculos y hacia las conductas que facilitan llegar a la meta.-
Cada uno facilita la locomoción hacia la meta del otro, y viceversa, lo que reduce las
tensiones. Los obstáculos opuestos a la meta serán evitados y catectizados
negativamente. En la competitividad es al revés.
A veces la intención de cooperar puede estar obstaculizada por condicionamientos
ideológicos o intrapsíquicos que nos llevan inconcientemente a competir.
Lo anterior son aspectos generales. Veamos los aspectos específicos.
a) Organización.- En la cooperación hay mayor coordinación de esfuerzos y más
frecuentes. Los roles son complementarios (lo que uno no hace lo hace el otro, y
viceversa) y no suplementarios (como en la competencia, donde cada uno debe hacer
todo). Un grupo competitivo tiende a ser autoritario para poder mantener el grado
creciente de desorganización. En la cooperación no hay tanta rigidez: la organización es
más flexible.
b) Motivación individual y grupal.- La motivación para alcanzar la meta es mayor en el
grupo cooperativo. Como los roles son complementarios, hay mayor interés para llegar
conjuntamente a la meta.
c) Comunicación.- En el grupo competitivo se comunican signos relacionados con el
status y el poder, o sea indicadores de locomoción (cuán cerca o lejos se está de la
meta), y en el grupo cooperativo además de signos de locomoción, los mismos signos
indican división de tareas e incremento de la cohesión grupal. Además, en la
cooperación los signos tendrán más significados compartidos, y también habrá una
mayor disposición a comunicarse entre sí, lo que hace que los miembros se conozcan
más, incluso en lo personal.
d) Productividad.- En la cooperación hay más motivación y por tanto mayor
productividad por unidad de tiempo, tanto cualitativa como cuantitativamente (mejor y
más). En la cooperación hay también mayor aprendizaje.
e) Relaciones interpersonales.- Hay mayor amistad en los grupos cooperativos, y más
roles funcionales que disfuncionales. Desde Mead, en los grupos cooperativos hay una
mayor incorporación del ‘otro generalizado’.
La representación del grupo como unidad y los lazos libidinales e identificaciones
recíprocas se producirán en tanto los miembros posean metas promotoramente
interdependientes. En el caso contrario no habrá representación unitaria y surge una
fantasmática arcaica de despedazamiento.
La teoría de los juegos fue usada para comprender los grupos. Esta teoría informa sobre
lo que ‘puede’ suceder y lo que ‘debe’ suceder, pero no dice ‘cómo’ sucederá (es lógica
matemática, no cálculo matemático), o sea no puede explicar cuales serían las jugadas
reales ni quien ganará.
Los juegos competitivos y los cooperativos difieren en lo siguiente:

Situación competitiva Situación cooperativa


Comunicación tácita (con secretos) Comunicación explícita (sin secretos)
Estrategia: secreta y rígida Estrategia: comunicable y flexible
Desconfianza Pautas de confianza
Éxito en uno, fracaso en el otro (acarrea un Éxito en ambos grupos (acarrea un
aumento de la competencia) aumento de la cooperación).

En ambos casos hay reglas de juego, pero en la mayoría de los casos las reglas de
cooperación son más adecuadas que las reglas de competitividad.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 4.

COORDINACIÓN

Coordinación de grupos.- Una de las funciones más importantes del coordinador será
ayudar a discernir los roles que necesita un grupo en una determinada etapa a fin de
lograr sus objetivos.
Coordinación, fases, roles.- Tomando las seis fases de Bales, cada fase tiene sus roles, y
si los miembros no los ejecutan bien, no se puede pasar a la fase siguiente. Por ejemplo,
en la primera fase deben ejecutarse los roles de dar opiniones, pedir información, etc y
así sucesivamente en las demás fases, donde deben ejecutarse roles mínimos
indispensables. Según Thelen, el coordinador ha de cumplir aquí cuatro funciones: a)
mantener la discusión centrada en el grupo para que todos participen, b) permitir que
todos digan lo que piensan (libertad de expresión), c) mantener la discusión a un nivel
entendible por todos, y d) organizar las actividades para facilitar un autoaprendizaje.
Actitud del coordinador: criterio de complementariedad, función plástica, método
experimental.- El coordinador debe actuar con un criterio de complementariedad: por un
lado debe señalar el conflicto o problema a resolver, y si los demás no saben resolverlo,
el mismo coordinador dramatiza la solución, muestra como resolverlo. O sea, primero
señala los requerimientos de roles, y si ello no funciona, él mismo los dramatiza. Los
señalamientos deben ir aumentando progresivamente hasta que por fin el grupo se
regule por sí mismo.
Para todo ello hay que trazarse un plan, un método experimental que va probando las
distintas ideas. Para ello se realiza una estrategia, una táctica y una logística (Pichon
Rivière).
Otras consideraciones sobre técnicas de coordinación.- Cada nivel requiere distintas
técnicas de coordinación: nivel manifiesto o fenoménico, nivel intermedio, y nivel
profundo. En el nivel manifiesto trabajamos con grupos de discusión y se usan técnicas
de coordinación que aparecen en Bales, Benne y Sheats, y Thelen. En el nivel
intermedio trabajamos con las técnicas de grupos operativos de P. Riviere. En el nivel
profundo, operamos según Bion, Ezriel, Sutherland y Anzieu en los grupos terapéuticos.
Para Romero, el objetivo del grupo es sacar adelante la tarea, mientras que el objetivo
del coordinador es la autorregulación grupal que vaya resolviendo los conflictos a
medida que surgen y que reconozca a estos como el motor del cambio.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 5.

DINÁMICA DE GRUPOS

1. Modalidad de conformación y conducta de un grupo social. 2. Modificación que


genera efectos apreciables en un grupo. 3. Investigación de métodos e implementación
de técnicas adecuada para producir modificaciones en la conformación o
funcionamiento de un grupo como tal.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

DISCRIMINACIÓN

Discriminación como prejuicio.- Se comenzó la clase tomando a un grupo de alumnos


una versión de la Escala de Distancia Social, que dio como resultado que el grupo más
discriminado son los gitanos. Haciendo luego comentarios, un alumno refiere que tuvo
en general buena experiencia con los gitanos como vecinos. Se concluye que uno a
veces discrimina por prejuicio, no porque haya tenido real experiencia; sólo porque la
cultura los presenta como peligrosos (sistema de creencias compartidas, o
representaciones colectivas). Prejuicio significa precisamente juicio previo. Es una
actitud donde intervienen factores cognitivos pero sobre todo emocionales: cumplen
funciones “ego defensivas”. Los prejuicios, la discriminación, son mayores cuanto
mayores sean las diferencias con nosotros.
La discriminación también es legítima: la teoría de la disonancia cognitiva plantea la
necesidad de equilibrio; así se racionaliza el prejuicio diciendo que los gitanos son
sucios, los negros haraganes, etc. Estas categorizaciones llevan a formar estereotipos.
Todo ello también se relaciona con la teoría de la atribución: hacemos atribuciones
(como las recién indicadas) y actuamos en consecuencia; tales atribuciones son estigmas
y pasan a actuar como profecías auto-cumplidoras.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

DISONANCIA COGNITIVA

Generalidades.- “El concepto de disonancia cognitiva, en Psicología, fue formulado


por el psicólogo estadounidense, de origen ruso, Leon Festinger en 1957 en su obra A
Theory of cognitive dissonance. Dicho concepto hace referencia a la incongruencia o
desarmonía interna del sistema de ideas y actitudes (cogniciones) que presenta una
persona. Básicamente, la teoría dice que cuando se da esa incongruencia, o disonancia,
de manera muy apreciable, la persona se ve automáticamente motivada para esforzarse
en reducir dicha disonancia a fin de conseguir que el conjunto de sus ideas y actitudes
encajen entre sí, constituyendo una cierta coherencia interna. La manera en que se
produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas. Una
muy notable es un cambio de actitud o de ideas ante la realidad”.
http://es.wikipedia.org/

ESTEREOTIPO
Generalidades.- Un estereotipo es una modalidad estable de actitud, y tiene que ver con
atributos fijos mediante los cuales clasificamos grupos. Los estereotipos suponen
identificación de categorías de personas, como judíos, mujeres, punks, etc., y suponen
acuerdos sobre rasgos de cada grupo y consiguientemente de cada persona del grupo.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

ETNOPSICOLOGÍA

Enfoque mecanicista y organicista en la etnopsicología: el concepto de patrones


culturales y cambio creativo.- Originalmente se supuso que la evolución era mecánica,
pero hoy la psicología evolutiva está orientada de acuerdo con un punto de vista
orgánico.
La etnopsicología mecanicista, por ejemplo la basada en la psicología de Herbart, no
reconoce a un pueblo como un todo viviente, ni a un nivel cultural como una unidad
orgánica: la mentalidad de un pueblo es un simple agregado de actividades individuales
que chocan y se repelen entre sí inhibitoriamente.
Con su psicología de los pueblos, Wundt intentó superar este mecanicismo estrecho, y
lo logró parcialmente ya que en su teoría, si bien los fenómenos mentales siguen siendo
combinaciones de formas elementales de experiencia, aparece una innovación: hay una
‘síntesis creativa’, una actividad mental que no puede reducirse a una simple suma de
elementos, sino que configuran un todo nuevo. Así, con los mismos elementos se
pueden hacer muchas figuras, y con distintos elementos la misma figura.
El progreso posterior vino cuando se reemplazó la idea de ‘síntesis creativa’ por la de
‘análisis creativo’. La mentalidad social o grupal no es ni la suma, ni la fusión (síntesis)
de los rasgos de muchos individuos. Los individuos tienen características propias por su
integración dentro de una totalidad, y la etnopsicología como campo de la psicología
debe partir del análisis del todo y llegar al estudio de los individuos.
Otro enfoque mecanicista es el enfoque cuantitativo de Taylor, según el cual la cultura
se define por un ‘complejo de rasgos’ estáticos relacionados entre sí, por simple
correlación (por ejemplo hay una coexistencia o ‘adhesión de rasgos’ entre la exogamia,
el tabú y la residencia del esposo en casa de su mujer).
Ya en 1915, Krueger opuso los enfoques mecanicista y orgánico cuando criticó el
concepto mecanicista de ‘patrón cultural’ o ‘estilo’, que implica una suma de
características sin una conexión interior significativa y que aparecen juntas en
determinado pueblo, lugar y tiempo. En realidad, desde el punto de vista orgánico todas
esas características son la expresión de una Gestalt, de un todo significativo que la
mente busca expresar.
Por ejemplo, cada cultura imita a los animales de forma diferente, con lo cual la
imitación no es un elemento estático e invariable que se adiciona a otros: la imitación
adquiere su sentido en función de cada gestalt cultural, y por ello es en cada caso
diferente.
Otros que adoptaron el enfoque orgánico fueron Radcliffe-Brown, para quien el
significado de un elemento cultural solo se define cuando consideramos la cultura como
un conjunto de partes interrelacionadas, y Malinovski, que piensa que la idea de cultura
como rasgos no relacionados le quita a todo el concepto vida y significación.
La teoría mecanicista de los rasgos tiene dos errores principales: no advierte que dos
rasgos externamente iguales, tendrán significados distintos en dos culturas diferentes, y
tampoco advierte que rasgos en apariencia iguales pueden tener significados diferentes
según la cultura considerada.
Pero, ¿cómo evolucionan los patrones culturales? El mecanicismo diría que la evolución
es en cantidad, no en calidad: hay un aumento gradual, puramente cuantitativo, lo cual
contradice muchos hechos observados. Las investigaciones más recientes tienden a
creer que la evolución no puede ser caracterizada como una línea continua,
matemáticamente concebida, sino que debe comprenderse mas bien en forma de
estructuras mentales típicas, cuyos niveles relativamente superiores surgen como
innovaciones de los inferiores. Los primitivos, por ejemplo, no es que carezcan de
lógica, sino que tienen una diferente. Una tarea importante de la psicología evolutiva es
demostrar que estos cambios cualitativos no son exclusiva ni principalmente
cuantitativos.
Apuntar a lo cualitativo equivale a decir que el hombre moderno es ‘distinto’ al
primitivo, mientras que apuntar a lo cuantitativo equivale a decir que es ‘superior’.
Condensado de Werner H (1993) Psicología comparada del desarrollo mental. Buenos
Aires: Paidós.

EXOGRUPO

Definición.- “Unidad social con la que el individuo no se identifica o de la cual no


forma parte”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 619.

Endogrupo y exogrupo.- Endogrupo: Término que se aplica a un grupo cuyos


miembros experimentan un fuerte sentimiento de pertenencia al mismo, con marcada
exclusión de otros individuos no pertenecientes a él. Sinónimo de grupo-nosotros.
Exogrupo (o grupo-ellos): individuos considerados como ajenos por un endogrupo.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

GRUPO

Definición.- “Conjunto de dos o más personas que se relaciona e influyen entre sí por
un tiempo determinado, normalmente de amplia duración. Los componentes del grupo
señalan una serie de normas que limitan las relaciones y actividades que realizan todos
sus integrantes. Estas actividades son dinamizadas por el reparto de papeles (roles) que
se establece entre los miembros. Durante el desarrollo de la actividad grupal surgen
siempre atracciones y/o rechazos entre sus componentes, que marcan diferentes niveles
de funcionamiento, de comunicación y de influencia”.
Farré Martí J (1999) Diccionario de psicología. Barcelona: Océano.

Definición.- “Constituye un grupo todo conjunto de roles, cuyos miembros desarrollan


un particular sentimiento de pertenencia emanado de la toma de conciencia de intereses
comunes en virtud de la posición que ocupan en la organización. La pertenencia al
grupo representa un grado de integración y diferenciación expresado en un sentimiento
de ‘afinidad’ respecto de los otros sectores. El grupo se considera distinto, y en virtud
de ello, desarrolla pautas y normas culturales propias”.
Schlemenson A, La perspectiva ética en el análisis organizacional, pág 112.

Definición.- “Dos o más personas que comparten un sentimiento de unidad y están


ligadas por pautas de interacción social relativamente estables”. Se citan diversos tipos
de grupos: abierto, cerrado, de pertenencia, de referencia, étnico, informal, minoritario,
primario, racial, secundario.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 620.

Principios.- Los grupos funcionan de acuerdo a tres principios. El principio holográfico


dice que cualquier elemento de un sistema contiene todos los elementos del sistema.
Cada miembro del grupo contiene dentro de si la representación del grupo. El principio
de recursividad organizacional indica que el funcionamiento de un grupo se autorregula
(por ejemplo si se pone muy agresivo, en un momento baja la agresividad). El principio
dialógico dice que en todo grupo se producen interacciones que hacen que sus
miembros se modifiquen mutuamente.
Fernández Álvarez H (1998), Clases de Métodos y técnicas psicoterapéuticas. Cátedra
de Métodos y técnicas psicoterapéuticas. Buenos Aires, Universidad de Belgrano.

Características.- Los grupos tienen tres características importantes: 1) Cohesión: dada


por el grado en que sus miembros colaboran y participan en la creación y sostenimiento
de una identidad grupal. Se refleja en la expresión ‘nosotros’. 2) Movilidad: es el grado
de rigidez o flexibilidad para cambiar. Un grupo con poca movilidad tiene dificultades
de adaptación a cambios. 3) Clima grupal: determinado por el grado de conciencia del
grupo acerca de si está o no cumpliendo con los objetivos propuestos. Por ejemplo si
advierte dificultades para alcanzarlos, puede aparecer un clima de desgano o de
hostilidad. El terapeuta es responsable de mantener un determinado clima grupal para
que funcione de manera óptima.
Fernández Álvarez H (1998), Clases de Métodos y técnicas psicoterapéuticas. Cátedra
de Métodos y técnicas psicoterapéuticas. Buenos Aires, Universidad de Belgrano.

Grupo terapéutico.- Grupos que incluyen un terapeuta coordinador, pero puede haber
coterapeutas y observadores (estos últimos del otro lado del espejo en la cámara Gesell).
El coordinador no controla o maneja el grupo, buscando solo que se mantenga dentro de
los objetivos fijados. Hay grupo terapéuticos heterogéneos con mucha variabilidad de
edad, sexo, nivel social, personalidad, y otros más homogéneos. El funcionamiento
grupal óptimo se consigue cuando hay entre 5 y 9 miembros.
Fernández Álvarez H (1998), Clases de Métodos y técnicas psicoterapéuticas. Cátedra
de Métodos y técnicas psicoterapéuticas. Buenos Aires, Universidad de Belgrano.

Grupo superpuesto.- De acuerdo a Thelen, los conflictos grupales son inevitables, y


resultan de conflictos entre grupos ‘superpuestos’, resultantes de una multipertenencia
(cada miembro forma parte de varios grupos simultáneamente). Dichos conflictos
pueden estar mal resueltos, produciendo síntomas, o bien resueltos.
Para que se resuelvan bien (evitando la disgregación grupal) deben darse tres pasos, que
son tres niveles de integración grupal: a) Resolver los conflictos entre grupos
superpuestos que tiene cada miembro. b) Resueltos esos conflictos, es decir integrados
los grupos superpuestos, el miembro deberá integrarse en el grupo. c) Todos los
miembros integrados en el grupo darán un grupo integrado capaz de funcionar como un
todo productivo y estructurado.
Los cinco grupos superpuestos son: 1) Subgrupo efectivo de pertenencia: el conflicto
viene cuando un subgrupito intenta influir en el grupo total. 2) Grupo que
representamos: cada miembro llega al grupo representando algún otro grupo, que entra
en conflicto con el grupo real. 3) Grupo fantaseado, que puede ser conciente o
inconciente. Un miembro se dirige a los demás del grupo real pero estos no se dan por
aludidos, debido a que se está dirigiendo a un grupo fantaseado por ese miembro. 4)
Grupo de arrastre: es la familia de origen donde los conflictos quedaron mal resueltos.
El miembro reacciona ante el grupo real como si fuera aquel grupo de origen y trata a
los demás como si fueran su padre, madre, hermano, etc, reproduciendo el conflicto. Se
busca reeditar una situación que fue muy frustrante o bien muy gratificante. 5) Grupo
reliquia: inidentificable e inconciente, es el sedimento de las normas sociales
internalizadas (valores, ideologías) que se recuerda mucho después de aquella
internalización.
Romero R, Clases teóricas. Cátedra de Teoría y Técnica de los Grupos (II), de la
Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. 17 de octubre de 1995.

Grupo cara a cara.- Designa a un grupo compuesto por dos o más individuos cuya
proximidad física posibilita que cada miembro emita respuestas ante estímulos
sensoriales o señales de cualquier índole provenientes de los otros integrantes del grupo,
sean estas intencionadas o no. Lo contrario de multitud y de grupo primario. Sinónimo:
grupo de contacto directo.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

Grupo de referencia.- Grupo con el cual un individuo se identifica o compara


pertenezca o no a él, y que le determina una tendencia a la adopción de sus pautas.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

Grupo, formación del.- 1. Se aplica a la reunión y tratamiento de diversos ítems o


casos como si tuviesen amplias coincidencias para un propósito determinado, cuya
individualidad es reconocida como deferente. Sin clase, categoría, clasificación,
distribución agrupada. 2. Grupo social: conjunto de individuos de los cuales se
consideran que poseen una cualidad en común. 3. Individuos que coexisten en una
región circunscripta del espacio de un modo dado, cuya proximidad les permite
intercomunicarse directamente por la voz o los gestos. 4. Conjunto de individuos que
ejercen interacción entre sí y cuyos vínculos se afianzan a partir de tal interacción. En
consecuencia, el proceso de formación de un grupo se inicia a partir de una pluralidad, y
tal formación puede responder a diversas premisas: a) motivaciones individuales, b)
comunicación entre dos o más individuos favorecida por la cercanía espacial o social, c)
reconocimiento mutuo de los individuos.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

Grupo primario.- Forma de organización cooperativa para ciertos fines comunes a los
individuos que la componen, quienes además comparten ideales y conductas, y se
profesan confianza y afectos recíprocos en grado variable, con conocimiento de sus
vínculos y similitudes, por ejemplo: una familia. Freud acota que un grupo primario está
integrado por miembros subordinados a un mismo líder, en el que depositan sus ideales.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

Definiciones y clasificaciones de grupo.- Encontramos varios intentos por definir qué


es un grupo. Para Sprot es una “pluralidad de individuos que interactúan entre sí en un
contexto espacio-temporal, más de lo que interactúan con cualquier otra persona”. Esta
definición implica la idea de norma y de multipertenencia (una persona puede integrar
varios grupos distintos, pero interactúa en uno solo por vez). Otras definiciones
acentúan el carácter de totalidad y la idea de objetivos, como la de Smith: “grupo es una
unidad que existe en un número plural de individuos, que poseen una percepción
colectiva de su unidad y el poder de actuar de modo unitario hacia el ambiente”.
Para poder definir el grupo como objeto de estudio, debemos previamente explicitar y
luego articular entre sí tres criterios:
a. Criterio interaccional (o sociológico)
b. Criterio intersubjetivo (o psicosocial)
c. Criterio intrasubjetivo (o psicoanalítico)
Desde un criterio interaccional, un grupo es un conjunto de individuos en interacción
regulada por normas establecidas en un espacio y tiempo dados, y que poseen un
objetivo en común que responde a necesidades compartidas.
Desde un criterio intersubjetivo, grupo es un conjunto de miembros que tienen
‘autodefinición de pertenencia’ (comparten un sentimiento de lealtad hacia el grupo y
expectativas comunes) y una ‘altero-definición de pertenencia’ (quienes no pertenecen
al grupo deben verlos como integrantes de un grupo). Aquí hay un objetivo común
(compartido) y no un objetivo ‘en’ común (no compartido); lo último, según Sartre,
configura una serie pero no un grupo.
Desde un criterio intrasubjetivo, se puede decir que hay grupo allí donde hay
‘representación de grupo’. El grupo surge como una unidad ilusoria de tipo narcisista, o
sea, se constituye como grupo-representación, lo cual ocurre cuando el conjunto de
todos sus integrantes es catectizado narcisísticamente por cada uno de ellos. Este
proceso es similar al descrito por Freud cuando habló del yo-representación o unidad
ilusoria del yo.
Para captárselo como objeto de representación, el grupo debe haberse constituido antes
como objeto interno, de manera que entonces el grupo representado contiene aspectos
similares a su prototipo inconciente.
La familia es la representación precursora de todas las demás representaciones, también
ilusorias. Sea cual fuere, toda representación nos remite a una imagen, que es el soporte
de una búsqueda incesante: la de encontrar el objeto del deseo en el mundo exterior, y
entonces la representación o imagen actúa de mediadora entre lo interno y lo externo.
La articulación de estos tres criterios permite superar la antinomia elementalismo-
totalismo y definir al grupo como objeto de estudio. El fenómeno grupal existe, es el
grupo como ‘hecho’ y como ‘acontecimiento’, y es observable en sus efectos sólo
cuando se conjugan los tres criterios enunciados. Circunscrito el hecho grupal y
definido el grupo como objeto de estudio, será posible luego producir al grupo como
objeto formal-abstracto.
El criterio interaccional tiene cuatro variables: número de individuos, interacción,
normas y objetivos. El criterio intersubjetivo tiene dos variables: pertenencia o
autodefinición endogrupal y exogrupal. El criterio intrasubjetivo tiene la variable
representación (tanto en sus aspectos manifiestos como latentes).
Cuando aumenta el número de individuos, van variando todas las otras variables. Según
la variable números de individuos, los grupos pueden clasificarse en pequeños y
grandes. Según el criterio intersubjetivo los grupos pueden ser: endo-grupo (o grupo
‘nosotros’) y el exo-grupo (o grupo ‘ellos’). El endo-grupo es posible porque cada
miembro tiene un grupo interno o imagen internalizada del grupo como totalidad
(Pichon Riviere).
Respecto del grupo interno, tenemos a su vez el grupo de pertenencia (grupo al cual el
sujeto pertenece) y el grupo de referencia (otro u otros grupos con los cuales el sujeto
puede compararse: los exo-grupos). Estos grupos de referencia pueden ser positivos o
negativos.
Si el grupo de pertenencia coincide con el grupo de referencia positivo, hay entonces
mucha cohesión grupal (por ejemplo las barras adolescentes), y si coincide con un grupo
de referencia negativo, tenderá hacia la desintegración y surgirán conflictos (por
ejemplo la familia contra la cual el adolescente se revela).
Los grupos grandes puede dividirse en los siguientes tipos: colectividades,
conglomerados, clases sociales, secundarios, organizaciones formales (instituciones),
órdenes institucionales, muchedumbre y público. Si en los grupos pequeños siempre hay
interacción, normas y objetivos, en la mayoría de los grupos grandes puede faltar alguno
de esos elementos:

Interacción Normas Objetivos


1. Grupos secundarios Sí Sí Sí
2. Instituciones Sí Sí Sí
3. Muchedumbre Sí Sí Sí
4. Colectividades (estado-nación) No Sí Sí
5. Ordenes institucionales (económico, político, No Sí Sí
militar)
6. Público No Sí Sí
7. Conglomerado No Sí No
8. Clases sociológicas No Sí No

Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Funciones de los grupos.- Desde un punto de vista psicológico, los grupos humanos
cumplen tres funciones básicas: a) son un campo de aprendizaje de roles; b) crean una
atmósfera para que ese aprendizaje pueda realizarse con un cierto nivel de ansiedad que
no lo perturbe y al mismo tiempo lo facilite; y c) son un ámbito socializador por
excelencia, apto para el desarrollo de la personalidad. Los grupos son esencialmente un
mecanismo de socialización, además de ser mediadores entre el individuo y la sociedad.
Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Estructura y dinámica de los grupos.- El grupo no es la mera suma de miembros, sino


algo más: es una estructura emergente que introduce cambios en la conducta de cada
miembro, es decir es una estructura dinámica. Por ello el grupo como objeto teórico se
define a partir de ‘estructura’ y ‘dinámica’.
La estructura implica un sistema de relaciones –y de relaciones entre relaciones- regido
por leyes. Además, toda estructura tiende siempre hacia un equilibrio que no es estático,
rígido.
La dinámica significa cambios, y puede referirse a tres cuestiones: cambios observables
o manifiestos (dinámica manifiesta), causas que producen esos cambios observables, y
dinámica dialéctica, donde las varias causas entran en contradicción o conflicto.
El grupo, en cuanto objeto formal abstracto, es un sistema y como tal, posee una
estructura y una dinámica como dos caras de la misma moneda. La estructura genera
una dinámica y ésta a su vez influirá sobre la estructura. La estructura determina la
dinámica y esta a su vez, dialécticamente, sobredetermina la estructura. También
entenderemos como lo determinante a la estructura y la dinámica latentes o
inconcientes, y como lo determinado a la estructura y la dinámica manifiestas. En el
siguiente esquema organizamos nuestras ideas al respecto:
Grupo como sistema

Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Consideraciones epistemológicas.- Debemos diferenciar al grupo como hecho, noción


y concepto. El grupo como hecho es la existencia del grupo como situación ‘real’,
concreta, en la cual todos participamos. Al participar de dichos grupos empezamos a
tener una concepción ideológica, una idea acerca de lo que es un grupo: adquirimos la
noción de grupo. Pero cuando queremos abordar al grupo científicamente mediante una
teoría y una técnica específica, configuramos entonces el concepto de grupo.
Al construir nuestro conocimiento sobre los grupos, podemos hacer dos tipos de lectura:
literal y sintomal. La primera es precientífica, empírica, y se limita a la descripción de
las meras apariencias mientras que la segunda es científica, psicoanalítica, trasciende la
apariencia del grupo como algo dado y remite a su estructura y organización latente. Así
podemos construir un objeto formal abstracto mediante el cual poder comprender todos
los grupos en cuanto objetos formales concretos.
Llamamos ‘objeto externo real’ a aquel objeto existente, concreto, singular, poseedor de
una materialidad propia e independiente de toda teorización. En cambio el ‘objeto
teórico’ es una construcción conceptual que permite el conocimiento y transformación
regulada del objeto externo real. Como construcción intelectual, el objeto teórico puede
tener rectificaciones y ajustes.
Un primer problema para conocer los grupos es la dificultad para ubicarse en el plano
grupal y ‘descentrarse’ uno mismo, des-sujetarse del grupo. Un segundo problema es el
cuestionamiento de la noción de autoridad, sea la mía como ‘yo’ ante el grupo, como la
de otro que garantiza mi seguridad.
Pichon Riviere llama ‘obstáculo epistemofílico’ a la dificultad interna para conocer un
objeto debido a la ansiedad que despierta. Asimismo Anzieu retoma lo que dijo Freud
acerca del narcisismo como una de las dificultades más grandes para conocer: la ciencia
se constituye cuando se superan las heridas narcisistas.
Un tercer problema es nuestra ambivalencia hacia el grupo, ya que por un lado lo
necesitamos, pero por el otro lo vemos como peligroso.
Hay aún otras dos dificultades. Primero, la humanidad tardó mucho en interesarse por
los grupos (para palabra ‘grupo’ aparece con un sentido social en el siglo 17), y
segundo, la sociedad en general mira con recelo los grupos pequeños, que pueden
adquirir autonomía y volverse contra ella. Los estudios sobre los grupos, dice Herbaert,
se realizan sobre la base de demandas sociales y también, en una segunda fase, sobre la
base de exigencias sociales, o sea la demanda social exige cómo han de ser los grupos,
qué requisitos deben tener para ser socialmente aceptados. La demanda empieza a ser
cada vez más exigencia, según Loureau, sobre todo a partir de 1930, comenzando aquí
el estudio sistemático de los grupos.
Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Niveles de integración en grupos.- Thelen distinguió tres niveles de integración:


1- De los múltiples grupos de pertenencia y referencia de cada individuo.
2- Del individuo en el grupo.
3- Del grupo como totalidad.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

Grupos y educación para la salud.- Las primeras experiencias en dinámica de grupos


son, también, experiencias de educación para la salud. El grupo de discusión es un
instrumento para transmitir conocimientos y cambiar actitudes. Los grupos humanos
son el medio ideal para realizar acciones de educación para la salud. En estos grupos de
discusión se pasan primero audiovisuales, o sea se comunica información, y luego se
discute entre todos o formando sub-grupos la información recibida, para luego llegar a
una conclusión.
Por ejemplo para grupos pequeños (menos de 20) primero se pasa el audiovisual y luego
se forman dos sub-grupos en círculos concéntricos (el de adentro, o clan, discute el
tema, y el de afuera, tribu, escucha; luego los grupos se intercambian, y finalmente la
discusión es entre todos).
Para grupos grandes (hasta 60 personas) se usan otras técnicas como el Phillips 66 (se
forman 10 sub-grupos de 6 personas cada uno; cada grupo discute un aspecto particular
del tema y luego los representantes de cada sub-grupo se reúnen con el coordinador para
discutir las conclusiones de cada sub-grupo, en presencia de todos).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 5.

Perspectivas de estudio de los grupos.- El grupo puede ser estudiado desde dos
perspectivas: la americana y la psicoanalítica. La primera es adaptativa, ve al grupo
como algo que tiene como fin producir algo, una tarea, satisfacer necesidades, volver a
un equilibrio adaptativo. Sus objetivos son generalmente concientes (o inconcientes
pero no en el sentido psicoanalítico). Reconocen conflictos, pero ninguno es más
determinante que otro: se dan entre fines opcionales, entre medios para alcanzar el
mismo fin, entre roles, entre medios y fines, entre necesidades personales y grupales, en
un rol, etc.
En cambio el psicoanálisis enfatiza las relaciones grupales, se centra menos en la tarea u
objetivo del grupo y más en la procuración del placer (principio de placer) o su
evitación. Atiende a las defensas contra la angustia. Los conflictos son entendidos por
ejemplo entre deseo y angustia, pulsión y defensa, principio de placer y de realidad,
fantasía inconciente y pensamiento, narcisismo y amor objetal, repetición y recuerdo,
amor y odio, identificación (ideopática y heteropática) y relación objetal.
Sea cual sea la producción grupal en la ‘escena uno’ (Romero la llama el orden de lo
determinado) interesa la ‘escena dos’ (lo determinante) de compulsivas repeticiones de
dispositivos evocadores del placer.
Ambas concepciones del grupo no son excluyentes. Bion y Pichon Riviere son ejemplos
de intentos de articulación de ambas concepciones. En Bion por la distinción entre
grupo de trabajo y grupo de supuestos básico, y en Pichon por la distinción entre grupo
de tarea y nivel de afecto. Boholavsky plantea articular ambos sentidos: el grupo está
sobredeterminado por exigencias de adaptación (escuela americana) y de deseo (escuela
psicoanalítica).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

Enfoque psicoanalítico.- El grupo es una representación del cuerpo, y como tal se lo


carga de libido. En un primer momento, el grupo pequeño es sentido como una madre
sustituta donde el sujeto revive su relación primitiva con ella. De allí emergerá como
individuo, y entrará en una segunda etapa, edípica, donde se produce una lucha fraticida
con los miembros del grupo que culmina en una alianza parricida, o sea, un
reagrupamiento en torno a la figura del coordinador, que representa las leyes sociales.
Dos organizadores permiten cumplir ambas etapas: uno es la tarea explícita, que es
cuando el grupo se organiza para cumplir su objetivo, su finalidad. Otro es un
organizador psíquico, que son formaciones inconcientes escenificadas de deseos
infantiles.
Según Käes, se dan diversas etapas: 1) Momento fantasmático o de indiferenciación,
donde el grupo es un objeto transicional que media entre el mundo externo y el interno.
2) Momento ideológico o dilemático, donde se disocia lo malo proyectándolo afuera del
grupo o en alguna parte de él, y lo bueno sobre un fetiche que funciona como madre. 3)
Momento figurativo o problemático: se introyectan los aspectos positivos desde un
medio externo reconocido como bueno. Hay una mayor disposición a admitir
representaciones reprimidas, pues el objeto bueno protege contra ellas. d) Momento
mitopoético o creador: el grupo puede crear a partir de la elaboración de la angustia de
castración, rebelándose contra esa prohibición paralizante.
Condensado de Jaitin (1993) Clínica grupal en niños.

Cultura grupal.- Todos los grupos parten de algún ‘evento originario’. Por ejemplo
una catástrofe que obliga a unirse a varias personas, un líder que convoca personas para
una tarea en común, un evento público que traiga a cierto número de personas. Los
grupos de capacitación o de taller suelen comenzar con este último evento. A partir de
allí, el grupo va a ir evolucionando a lo largo de cuatro estadios, como se ve en el
siguiente esquema:

Estadio Presunción dominante Foco socioemocional


1. Formación Dependencia: “El líder sabe Autoorientación.
del grupo que debemos hacer”. Preocupación por los problemas de 1)
inclusión, 2) poder e influencia, 3)
aceptación e intimidad, 4) identidad y
papel.
2. Fusión: “Formamos un gran El grupo como un objeto idealizado.
Construcción grupo: todos los estimamos”. Preocupación por la armonía, la
del grupo aceptación, y la búsqueda de
intimidad. Las diferencias entre los
miembros no se valoran.
3. Trabajo del Trabajo: “Podemos rendir Misión y tareas del grupo.
grupo eficazmente porque nos Preocupación por el rendimiento, el
conocemos y aceptamos trabajo en equipo, y por mantener el
mutuamente”. grupo funcionando. Las diferencias
entre los miembros se valoran.
4. Madurez Madurez: “Sabemos quienes Supervivencia y bienestar del grupo.
del grupo somos, lo que queremos, y Preocupación por preservar el grupo y
como conseguirlo. Hemos su cultura. La creatividad y las
tenido éxito, de manera que diferencias entre los miembros
debemos andar bien constituyen amenazas.
encaminados”.

¿Podemos afirmar que si un grupo de capacitación pasó estas cuatro etapas posee ya una
cultura? Sí, en la medida en que por cultura grupal entendamos el conjunto de
presunciones o supuestos que tiene el grupo sobre sí mismo y su entorno, y que se
transmiten a los nuevos miembros del grupo como el modo correcto de ver el mundo.
Un miembro que viene de afuera puede percibir mejor que hay una ‘cultura grupal’,
pues se encuentra con nuevas reglas y formas de ver las cosas que debe respetar y
cumplir.
Cada grupo tiene su propia cultura, diferente a la de otros grupos. La diferencia entre las
culturas está dada por aspectos externos (relacionados con el entrono) e internos (del
grupo consigo mismo). En el primer caso la cultura resulta de qué actitud toman los
miembros respecto a la tarea primaria, a las metas grupales, al proceso que se sigue para
aprender, al sistema para evaluar progresos, y a los mecanismos de corrección creados
por el mismo grupo. Por ejemplo, algunos grupos analizan detalladamente como deben
aprender, y otros se sumergen en la tarea y dan el aprendizaje por sentado,
implícitamente. En el segundo caso (aspectos internos) la cultura está dada por las
reglas de juego dentro del grupo, los roles, etc.
Resumen de Schein Edgar (1989) La cultura empresarial y el liderazgo. Barcelona:
Plaza&Janes. Segunda parte: Cómo comienza y se desarrolla la cultura. Capítulo 8.

Algunas teorías sobre grupos.- Todo grupo es una puesta en común: de energías y
entusiasmo según el sentido común, de representaciones, sentimientos y voliciones
según Durkheim, de pasiones según Fourier, de imitaciones según Tarde. Freud habló
de identificaciones de los miembros con el líder.
Para Mayo, el grupo es una mentalidad común, con normas internas propias, y para
Lewin es la interdependencia entre sus miembros. Bales enfatiza el aspecto de
comunicación entre los miembros, y los psicólogos sociales hablan de afinidades entre
sus miembros, y de un sentimiento de pertenencia.
Jaques estudió las angustias persecutoria y depresiva en los grupos e instituciones, y
señaló que ellos montan defensas colectivas contra estas angustias. Cuando el grupo
funciona en la posición paranoide, se siente amenazado por un peligro exterior y cree
que hay un espía, contra el cual lucha. Esta intrusión se vivida como destructiva.
Además, esta intrusión o enemigo hace peligrar su integridad, y el grupo puede sentirse
desvalorizado, con lo cual entra en la posición depresiva.
Freud destacó el Ideal del Yo como instancia organizadora y cohesionadora de los
grupos humanos (masas). Lewin, por su parte, señaló que para un funcionamiento eficaz
y democrático de los grupos, deben subordinarse los yoes individuales a un Yo
conciente del grupo.
Anzieu D (1986) El grupo y el inconciente. Madrid: Biblioteca Nueva. 2da. edición.

Los grupos según Bion.- La teoría grupal de Bion puede condensarse en dos
enunciados: 1) Todo grupo funciona en dos niveles: el de la tarea común y el de las
emociones comunes. En este último predominan los procesos primarios, y está regido
por los llamados supuestos básicos. 2) El grupo se somete alternativamente a tres
supuestos básicos, que son inconcientes: a) Dependencia: el grupo se siente cuidado y
protegido por el líder, lo que representa una regresión a la infancia. b) Ataque-fuga: si el
monitor rechaza cuidarlos, el grupo se siente atacado, y entonces ataca al monitor o bien
emprende la huída. c) Emparejamiento: A veces, esta huída desemboca en la formación
de una pareja dentro del grupo, la que supuestamente engendrará un hijo o producto que
salvará al grupo (esperanza mesiánica). Los tres supuestos básicos no aparecen al
mismo tiempo: uno predomina y oculta a los otros que permanecen en potencia,
formando el sistema 'protomental'.
Anzieu D (1986) El grupo y el inconciente. Madrid: Biblioteca Nueva. 2da. edición.

Los grupos según Kaes.- Kaes estudió los grupos como realidades fantasmáticas e
imaginarias, introduciendo la noción de 'organizador' grupal, de protogrupo y de
protofantasías grupales. Explicó que hay una analogía entre el grupo y el cuerpo físico:
todo grupo se organiza como metáfora o metonimia del cuerpo o partes de él, y el
espacio grupal es vivido con un espacio corporal. Los miembros proyectan sobre el
grupo su propia imagen corporal. Kaes introdujo también la idea de 'aparato psíquico
grupal', mediante el cual el grupo se protege del exterior y de las cargas pulsionales de
sus miembros. El APG se construye desde los aparatos psíquicos individuales de los
miembros, y desde la cultura circundante. Está dotado de las mismas instancias que el
aparato psíquico individual, aunque con diferentes principios de funcionamiento: son
aparatos homólogos pero no isomorfos.
Estableció que entre el aparato psíquico individual y el grupal puede haber relaciones de
isomorfia (el aparato psíquico individual tiende a confundirse con el grupal, y se funda
en la identidad de percepción) y homomorfia (el individual tiende a diferenciarse del
grupal, y se funda en la identidad de pensamiento).
La isomorfia implica un conflicto entre una tendencia a realizar la identidad entre los
grupal y lo individual, y la homomorfia es una tendencia del psiquismo grupal a
diferenciarse del psiquismo individual.
Anzieu D (1986) El grupo y el inconciente. Madrid: Biblioteca Nueva. 2da. edición.

Teorías sobre grupos.- Los grupos pueden ser estudiados desde dos perspectivas:
interaccional y psicoanalítica.
1. La perspectiva interaccional concibe al grupo como un sistema objetivo y
objetivable, de energías y fuerzas orientadas hacia la realización de una tarea o el logro
de objetivos concientes comunes cuya consecución brinda satisfacción o respuesta a
necesidades comunes (y compartidas, por la conciencia de necesidad) de sus
integrantes.
Se ocupa de la estructura y la dinámica manifiestas de los grupos, o sea son un abordaje
descriptivo y empírico de los grupos pequeños, y abarca las siguientes escuelas: a)
Escuela de dinámica de Grupos de Lewin, que estudia las fuerzas operantes en los
grupos; b) La Escuela factorialista de Cattell, que estudia las conductas observables en
los grupos; c) La Escuela interaccionista de Homans y Bales, que estudian la interacción
concebida como unidad de acción del sujeto que estimula la actividad del otro u otros; y
d) La Escuela sociométrica de Moreno, centrada en las relaciones interpersonales dentro
del grupo.
2. El psicoanálisis propone al grupo como un efecto subjetivo, lugar y forma de
procesos psíquicos inconcientes, objeto de investiduras pulsionales a la vez que
representaciones.
En la historia de toda ciencia hay dos etapas: la precientífica o ideológica, y la científica
propiamente dicha donde se cuestiona lo precientífico y se propone una nueva forma de
abordaje de lo real. Esta nueva forma es la construcción de un ‘objeto formal abstracto’
que permitirá, por su aplicación a una materia prima determinada, el conocimiento de
un ‘objeto formal concreto’. Entre la primera y la segunda etapa se produjo un ‘corte
epistemológico’.
Las teorías interaccionales están en un estadio precientífico pues surgieron de dar
respuesta a necesidades prácticas (guerras, etc), pero como aspecto positivo permitieron
sistematizar muchos fenómenos grupales, antes inconexos. El enfoque psicoanalítico
produjo un corte, permitiendo discriminar en todo grupo lo ‘determinante’ (procesos
inconcientes) y lo ‘determinado’ (efectos observables).
En suma, en dinámica de grupos las perspectivas psicoanalíticas se ocupan del nivel
latente, y las perspectivas interaccionistas, del nivel manifiesto. Las psicoanalíticas
están en la escuela francesa (Anzieu), en la escuela inglesa (Bion, Ezriel, Pichon
Riviere) y en la escuela americana (Thelen). Las interaccionistas están representadas por
Lewin, Bales y Watzlawick. Algunos se ocuparon de la estructura (Watzlawick en
comunicación, y Lewin en liderazgo), y otros de la dinámica (Bales en interacción).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Introducción.

Teorías sobre grupos.- En el capítulo 10, Romero y Sauane exponen diversas teorías
sobre dinámica inconciente grupal.
JOHN RICKMAN.- Colega de Bion, Rickman habla de una psicología unipersonal (que
toma al individuo en forma aislada en el laboratorio), una psicología bipersonal (madre-
hijo, analista-paciente, etc, relación esta última bicorporal narcisista pero donde puede
advertirse que aparecerá en forma explícita o implícita un vínculo tripersonal edípico
debido a la transferencia), una psicología tripersonal (cuya base es el triángulo edípico)
y una psicología multipersonal (grupos humanos).
Rickman se planteará como ocurre la transferencia en los grupos, ya que sus miembros
no tienen una historia infantil única en común a la cual remitir lo transferencial. Money
Kyrle y Ezriel aportarán nuevas perspectivas sobre la cuestión.
Bion, Money-Kyrle y Ezriel iniciaron con los grupos terapéuticos de orientación
analítica de la Tavistock Clinic un camino luego retomado por la escuela francesa y sus
'grupos de formación'.
MONEY-KYRLE.- Este autor plantea que en los grupos se repiten experiencias pasadas
porque cada miembro lleva al grupo las imagos parentales de su familia interna
fantaseada (no real), y las disocia sobre el líder, el terapeuta o el mismo grupo. Las
imagos buenas cohesionan al grupo, las malas lo disgregan.
Para Freud las imagos resultan de las primeras experiencias infantiles distorsionadas por
la percepción, y para Klein son estructuras arcaicas, como por ejemplo el superyo
sádico. Entre ambas concepciones oscila Money-Kyrle.
Si un miembro disocia el padre malo y la madre mala sobre el grupo vivirá a este
persecutoriamente y le será difícil mantenerse en el grupo.
La misma situación grupal favorece un estado regresivo y, con ello, los mecanismos de
disociación descritos: depositar la imago del padre bueno o malo en el líder y la imago
de la madre buena o mala en el grupo, o viceversa. El primer rol de líder correspondería
a la madre, por ser esta la experiencia más temprana. Los mecanismos de disociación,
así como los de identificación proyectiva e introyectiva, permiten controlar las
ansiedades derivadas de la situación grupal, y poder permanecer en él.
EZRIEL.- La transferencia no se entiende sólo en relación al terapeuta, sino que se
establece en relación a un "común denominador" (o "tensión común del grupo") de las
fantasías individuales en cuya construcción participan todos los integrantes.
Cada miembro asume un rol frente a ese común denominador en función de sus
conflictos internos: uno se someterá, otro será agresivo, otro será silencioso, etc. Hay
transferencia, dice Ezriel, porque cada sujeto vuelca en el aquí y ahora grupal su
conflictiva interna, no siendo imprescindible remontarse a las experiencias infantiles.
SUTHERLAND agrega que el cambio se produce cuando se hacen concientes esos roles
asumidos frente al común denominador.
Para BION, el común denominador es la escena primaria, pues todos, aunque cada cual
a su manera, han pasado por la situación edípica.
Para RICKMAN el grupo carece de infancia, y para EZRIEL no tiene infancia vivida
pero sí una infancia construida sobre una base de experiencias comunes. Residuos de
conflictos infantiles no resueltos configuran fantasías inconcientes que se buscan
actualizar en los vínculos actuales. Los miembros del grupo buscan maniobrar para que
los vínculos expresen aquellas fantasías y al mismo tiempo respondan a los
requerimientos ambientales, hasta que siente que está cómodo, que encontró un lugar en
el grupo. Ezriel se anticipa a Anzieu al postular que una fantasía debe prender en el
grupo.
La interpretación, para Ezriel, debe señalar la relación 'requerida' mostrándola como
forma de evitar la situación deseada e interpretando luego, de ser posible, los roles
asumidos por los miembros frente al común denominador. Para todo ello, desde luego,
el terapeuta debe detectar primero cual es la tensión común grupal, y en función de ello
interpretará.
BEJARANO.- Integrante de la escuela francesa, plantea 4 objetos transferenciales en el
grupo sobre los cuales la transferencia se clivará: líder o coordinador (transferencia
central), los otros miembros (transferencias laterales), el grupo mismo (transferencia
grupal) y el mundo exterior.
Predomina la posición persecutoria si el objeto del mundo interno fue depositado sobre
el objeto malo (coordinador, chivo emisario, el grupo mismo) y el bueno sobre el
mundo externo o sobre el grupo mismo.
Predomina la posición depresiva cuando los otros y/o el grupo reciben la transferencia
negativa mientras que el objeto bueno es el líder o coordinador, o el mundo externo.
Si predominan defensas maníacas o la negación de la posición depresiva o persecutoria,
lo malo se proyecta fuera del grupo y lo bueno adentro (similar a la ilusión grupal, de
Anzieu).
Si predominan defensas histéricas, los otros son objetos buenos con los que se establece
transferencia positiva, y el mundo externo es ambivalente: tendrá partes buenas o malas.
Algunos de estos objetos será necesario seducir.
Cualquiera de los 4 objetos transferenciales puede ocupar una posición central en el
grupo, y en función de ello se jugarán las relaciones deseadas, evitadas y requeridas de
Ezriel. Luego, el clivaje de la transferencia sobre estos objetos llevará a la configuración
de una estructura defensiva de tipo dual especular (estableciéndose algún supuesto
básico de Bion).
Condensado de Romero R y Sauane S (1995) Grupo, objeto y teoría, Tomo III. Buenos
Aires: Lugar Editorial.

Grupo, objeto y teoría. Tomo I.- El autor comienza diferenciando al grupo como
hecho, noción y concepto. El grupo como hecho es la existencia del grupo como
situación ‘real’, concreta, en la cual todos participamos. Al participar de dichos grupos
empezamos a tener una concepción ideológica, una idea acerca de lo que es un grupo:
adquirimos la noción de grupo. Pero cuando queremos abordar al grupo científicamente
mediante una teoría y una técnica específica, configuramos entonces el concepto de
grupo.
Cartwright y Zander distinguen dos periodos en el estudio de los grupos: un primer
periodo puramente teórico (Durkheim, MacDougall, Le Bon, Freud) y un segundo
periodo más empírico, que sobreviene cuando desde 1930 la psicología social abordó el
grupo como un hecho que se puede investigar correlacionando variables, lo que no
implicó descartar la teoría. En este periodo interesó sobre todo la dinámica e
interdependencia de los fenómenos observables.
Cuatro son las fuentes a partir de las cuales surgieron los estudios sistemáticos de los
fenómenos grupales: la encuesta Hawthorne, la psicoterapia de grupos, la sociometría
de Moreno, y la obra de Kurt Lewin.
Continúa el autor especificando las principales características de los grupos pequeños:
totalidad, dinámica, energía, fuerzas contradictorias, interacciones, normas, roles,
objetivos, emocionalidad compartida e ilusión grupal.
Al construir nuestro conocimiento sobre los grupos, podemos hacer dos tipos de lectura:
literal y sintomal. La primera es precientífica, empírica, y se limita a la descripción de
las meras apariencias mientras que la segunda es científica, psicoanalítica, trasciende la
apariencia del grupo como algo dado y remite a su estructura y organización latente. Así
podemos construir un objeto formal abstracto mediante el cual poder comprender todos
los grupos en cuanto objetos formales concretos.
Desde un punto de vista psicológico, los grupos humanos cumplen tres funciones
básicas: a) son un campo de aprendizaje de roles; b) crean una atmósfera para que ese
aprendizaje pueda realizarse con un cierto nivel de ansiedad que no lo perturbe y al
mismo tiempo lo facilite; y c) son un ámbito socializador por excelencia, apto para el
desarrollo de la personalidad. Los grupos son esencialmente un mecanismo de
socialización, además de ser mediadores entre el individuo y la sociedad.
Para poder definir el grupo como objeto de estudio, debemos previamente explicitar y
luego articular entre sí tres criterios: desde un criterio interaccional, un grupo es un
conjunto de individuos en interacción regulada por normas establecidas en un espacio y
tiempo dados, y que poseen un objetivo en común que responde a necesidades
compartidas. Desde un criterio intersubjetivo, grupo es un conjunto de miembros que
tienen ‘autodefinición de pertenencia’ (comparten un sentimiento de lealtad hacia el
grupo y expectativas comunes) y una ‘altero-definición de pertenencia’ (quienes no
pertenecen al grupo deben verlos como integrantes de un grupo). Desde un criterio
intrasubjetivo, se puede decir que hay grupo allí donde hay ‘representación de grupo’.
El grupo surge como una unidad ilusoria de tipo narcisista, o sea, se constituye como
grupo-representación, lo cual ocurre cuando el conjunto de todos sus integrantes es
catectizado narcisísticamente por cada uno de ellos.
El grupo no es la mera suma de miembros, sino algo más: es una estructura emergente
que introduce cambios en la conducta de cada miembro, es decir es una estructura
dinámica. Por ello el grupo como objeto teórico se define a partir de ‘estructura’ y
‘dinámica’.
La estructura implica un sistema de relaciones –y de relaciones entre relaciones- regido
por leyes. Además, toda estructura tiende siempre hacia un equilibrio que no es estático,
rígido.
La dinámica significa cambios, y puede referirse a tres cuestiones: cambios observables
o manifiestos (dinámica manifiesta), causas que producen esos cambios observables, y
dinámica dialéctica, donde las varias causas entran en contradicción o conflicto.
El grupo, en cuanto objeto formal abstracto, es un sistema y como tal, posee una
estructura y una dinámica como dos caras de la misma moneda. La estructura genera
una dinámica y ésta a su vez influirá sobre la estructura. La estructura determina la
dinámica y esta a su vez, dialécticamente, sobredetermina la estructura. También
entenderemos como lo determinante a la estructura y la dinámica latentes o
inconcientes, y como lo determinado a la estructura y la dinámica manifiestas.
Sinopsis de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Notas para pensar lo grupal.- Este texto consta de dos partes. En la primera parte se
introduce al lector en el pensamiento grupalista en la Argentina y en algunos de sus
problemas actuales. Señala el autor que existieron en nuestro país dos corrientes del
grupalismo. El autor a una la llama tendencia de aplicación, y a la otra tendencia de
ruptura o desvío. La tendencia de aplicación se origina en la década del 50, y estuvo
integrada por psicoanalistas que intentaron aplicar la teoría psicoanalítica a las
situaciones grupales. Pensaron, así, el trabajo en grupos como un psicoanálisis aplicado,
y de ahí el nombre de 'tendencia de aplicación': de aplicación del psicoanálisis a los
grupos, en vez de a individuos como se venía haciendo desde Freud. En realidad, el
psicoanálisis de grupo encierra un equívoco: algunos todavía hoy siguen esforzándose
por demostrar que en la situación de grupo se observa la emergencia de formaciones del
inconciente equivalentes a las que se estudian en la situación analítica. A esta tendencia
siguió la tendencia de ruptura o desvío. Ella apuntó a la ruptura con el encierro
unificante dentro de la institución psicoanalítica oficial, y desvío del modelo anterior de
aplicación.
El autor continúa su primera parte refiriéndose a las transformaciones de la subjetividad
en los años ochenta y encrucijadas de lo grupal. En esta última década, indica,
predomina un particular proyecto intelectual marcado por una actitud profesionalista,
más que en la función social. Parece perderse así una intención transformadora de la
sociedad, y afirmarse una actitud de vacilación antes que de afirmación. No hay ideas
firmes, rectoras: se ensaya, se explora. En este contexto, lo grupal comienza a ser
declaradamente utópico, algo que está más allá del horizonte de posibilidades al que
remiten los grupos conocidos hasta el momento.
El desafío que tenemos es pensar una situación grupal que no aplane las diferencias,
niegue la singularidad o reduzca la diversidad. La multiplicación de opiniones invita a la
soledad y al silencio, pero esa misma diversidad exige que debamos comunicarnos.
La segunda parte lleva por título GRUPOS, IDENTIFICACIONES, MIRADA Y
AMOR. Aquí comienza hablando de los procesos identificatorios en la clínica grupal.
El yo es un conjunto de identificaciones, es una máscara, y el grupo terapéutico es un
sitio propicio para el trabajo de cada participante con su propia máscara. Jugando roles
se actualizan y producen las identificaciones. El trabajo clínico, en situación de grupo,
interroga roles y conjetura identificaciones. El espacio de un grupo terapéutico intenta
crear condiciones para que los movimientos identificatorios sean interrogados. Cuando
un integrante insiste en un rol, es el modo como aparece implicado en un proceso de
identificación.
Esta segunda parte continúa con algunos apuntes para una escucha analítica en situación
de grupo (variaciones sobre un recurso dramático). Aquí el autor da un ejemplo para
mostrar como se produce la escucha analítica en un grupo. El último punto del libro
trata los Problemas del diálogo amoroso (Notas clínicas).
Sinopsis de Percia Marcelo, Notas para pensar lo grupal. Buenos aires: Lugar Editorial,
1997, 4° edición.

Un modelo teórico del grupo.- Romero presenta aquí un modelo de objeto teórico
formal abstracto para intentar comprender a los grupos como objetos formales
concretos. Partimos de la base que el conflicto es el núcleo, el motor de todo grupo. Y
lo mismo pasa con la persona individual: el conflicto es la base y el motor de sus
conductas.
En los grupos, el conflicto se puede analizar en tres niveles:
1) Intrapsíquico: cada miembro tiene su propio conflicto.
2) Intersubjetivo: cuando alguno cuenta un conflicto intrapsíquico, los otros pueden
quedar involucrados o sentirse involucrados en el mismo, generándose un conflicto
intersubjetivo (‘María habla de su conflicto con su madre, y otro integrante asume el
rol de madre entrando en un conflicto intersubjetivo’). Es una situación
transferencial, pues se transfiere lo intrapsíquico a lo intersubjetivo.
3) Conflicto entre metas, o entre medios para llegar a la meta. Este tercer nivel es más
observable o manifiesto, y se estudia en psicología social o sociología. El nivel
intrapsíquico es el más latente.
En el centro del modelo teórico ubicaremos el conflicto. Este modelo se aplica a grupos
pequeños, como por ejemplo un grupo terapéutico. Allí se desarrolla una transferencia
central (de los miembros hacia el terapeuta) y transferencias laterales (entre los
miembros). También el mundo externo puede ser objeto de transferencia (cambios de
gobierno, etc). Un cuarto objeto transferencial es la representación-grupo, el grupo
mismo como unidad.
Hay dos sentidos que dio Freud del yo: el yo-función (centro de funciones como
percepción, memoria, etc), y el yo-instancia, el que aquí interesa, y que es un yo que
posee una representación de sí-mismo como algo unitario, aunque ello es engañoso
porque está escindido en conciente-inconciente.
Del mismo modo las personas en un grupo se representan como unidad, también en
forma engañosa. En el mero agregado no hay representación unitaria, pero en un grupo
sí, y recién entonces podemos tomarlo como objeto de estudio, como objeto formal
concreto para aplicarle el modelo teórico.
Esta representación unitaria, engañosa pues muestra al grupo como unidad cuando no es
así, es también objeto de transferencia. El conflicto es quien desencadena la situación
transferencial, y a partir de esta dinámica transferencial se constituyen según Bion los
supuestos básicos. Esto a su vez determina cómo se comportará el grupo en el nivel
manifiesto, o sea, está el orden de lo determinante (inconciente) y de lo determinado
(observable).
En todo grupo tenemos tres vertientes de significación: a) lo inconciente, singular de
cada uno, b) el funcionamiento inconciente del grupo como tal, y b) lo institucional
donde todo grupo está inserto. Por ejemplo un grupo terapéutico en un hospital, el que a
su vez está inmerso en un orden social, político, etc.
En un grupo habrá para Anzieu resonancias fantasmáticas: los fantasmas del
inconciente individual resuenan en el grupo, las protofantasías o escenas de origen se
manifiestan a nivel grupal.
La cohesión se puede definir desde lo observable como fuerzas que operan o disgregan
a partir de variables como mayor o menor gratificación, etc. Romero propone entender
la cohesión desde lo fantasmático, y entonces ella dependerá de la resonancia que en el
grupo obtengan los fantasmas individuales, las imagos y la escenas de origen. Mediante
esta resonancia como eco podemos explicar la cohesión grupal como hecho observable,
o sea como objeto formal concreto. Se trata de una ‘lectura sintomal’ del grupo, no de
una ‘lectura literal’ que se daría si nos atenemos solamente a variables observables sin
tratar de explicarlas desde procesos inconcientes. Al introducirse este nuevo tipo de
enfoque se hizo una ruptura epistemológica, se instauró un nuevo objeto formal
abstracto. La ciencia progresa por rupturas, por cortes y no por acumulación cuantitativa
tal como se acumulan los intereses del capital (concepción ‘bancaria’ de la ciencia).
En el modelo de objeto teórico, Romero distingue una estructura y una dinámica. Un
grupo es un sistema, o sea un lugar de estructuras dinámicas. También encontraremos lo
determinante (lo inconciente) y lo determinado (lo manifiesto). Por lo tanto habrá una
estructura determinante y otra determinada, y una dinámica determinante y otra
determinada. Por ejemplo la resonancia fantasmática (determinante) sobredetermina la
cohesión grupal (determinado). También, los supuestos básicos determinan el liderazgo
y la comunicación, y las transferencias determinan los roles y la interacción.
En los grupos terapéuticos las técnicas se dirigen a lo inconciente, y en los grupos
operativos se dirigen a aspectos manifiestos y latentes. En los grupos de discusión sólo
se centran en lo manifiesto. En síntesis, el siguiente esquema expresa el modelo de
objeto teórico.
Además de las técnicas de observación y coordinación, debemos mencionar los
recursos, que son por ejemplo los talleres expresivos, las dramatizaciones, los juegos,
etc.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 8.

Los grupos según Anzieu.- Didier Anzieu abordó el problema de la cohesión grupal,
desde el punto de vista de los organizadores grupales.
Los deseos realizados en grupos, como en los sueños, son a menudo deseos infantiles
reprimidos. Si el juego infantil imita a los adultos, al revés también ocurre que las
actividades adultas expresan deseos infantiles.
Anzieu critica las teorías ‘precientíficas’ de los grupos, que ven en los grupos ámbitos
de realización no de deseos sino de libertades individuales, o sea estas teorías buscan
filtrar la ideología en los grupos para utilizarlos en su provecho. Por ejemplo un grupo
puede ser manipulado como medio para explorar y denunciar el creciente poder del
estado, etc.
Desde el psicoanálisis, el grupo, como el síntoma o el sueño, tiene como núcleo un
conflicto entre un deseo y una defensa. La situación grupal favorece la emergencia de
deseos y fantasías que forman a su vez un campo imaginario que se manifiesta como
ilusión grupal. Esta implica el deseo de seguridad ante la amenaza de perder la identidad
yoica.
La ilusión grupal se relaciona con el estadio del espejo de Lacan. El grupo es tomado
como la imagen especular entera, no fragmentada. La ilusión grupal funciona como
defensa frente a esta fragmentación. Pero como hay muchas visiones distintas (tantas
como integrantes hay) surge el peligro de una fragmentación, con la consecuente
angustia. Los miembros entonces perciben su fragilidad y buscan recomponer la unidad
estableciendo relaciones duales, especulares o narcisistas con otros miembros o
directamente con el grupo en su conjunto (ilusión grupal). La ilusión grupal funciona
como un objeto transicional (Winnicott), ya que es una transición entre la realidad
externa y la interna. Desde esta ‘escena dos’ se explica entonces la cohesión grupal.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

Problemas que enfrentan los grupos.- Según Thelen todo grupo enfrenta siempre: 1)
Problemas de proceso: sus propios conflictos como grupo. 2) Problemas de logro: que
hacen al logro de los objetivos grupales. Estos últimos solo pueden ser encarados una
vez resueltos los problemas de proceso, los cuales deben resolverse a partir de grupos
superpuestos en conflicto, y no mediante seudointegraciones ante el peligro de
dispersión. Esto explica porqué los grupos pasan por periodos de intensa emocionalidad
no productiva. El problema básico del grupo es tener un criterio para encarar al mismo
tiempo problemas de proceso y problemas de logro.

Grupos orientados hacia sus objetivos o por sus procedimientos.- A medida que el
grupo resuelve sus problemas de proceso va siendo un grupo orientado por sus
objetivos, pero si estos problemas de proceso no los resuelve aparece estereotipia,
pasando a ser un grupo orientado por el procedimiento.
Estos últimos parecen buscar mantener ideas preconcebidas: preservan su estructura de
poder con rituales, etc. Dependen generalmente de un líder místico. Hay roles rígidos y
no se aceptan ideas ajenas. No tienen conductas adaptativas ante nuevas situaciones. No
pueden incorporar la experiencia grupal como creadora y modificadora de actitudes.
Desde Bion, el grupo de procedimiento opera como grupo de supuesto básico, y el
grupo orientado por el objetivo como un grupo de trabajo. En el primero hay conflictos
no resueltos.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

Grupo focal.- “El Focus Group o Grupo Focal, también conocida como Sesiones de
Grupo, es una de las formas de los Estudios Cualitativos en el que se reúne a un grupo
de personas para indagar acerca de actitudes y reacciones frente a un Producto, Servicio,
concepto, Publicidad, idea o Empaque. Las preguntas son respondidas por la interacción
del grupo en una dinámica donde los participantes se sienten cómodos y libres de hablar
y comentar sus opiniones”.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_Focal.

GRUPO DE TRABAJO

Niveles de organización.- Según Thelen, el grupo de trabajo pasa por cuatro niveles de
creatividad creciente:
1) Hay roles funcionales pero también todavía disfuncionales o individuales que pueden
obstaculizar la tarea.
2) Predominan roles funcionales como el de ‘seguidor’, que sigue pasivamente la trea
que otros hacen activamente. Hay rutina, poca movilidad.
3) Se diferencian más roles, se visualizan e instrumentan nuevos métodos de trabajo.
Todos participan más.
4) Aparece aquí el ‘coordinador emergente’ a través del cual el grupo puede, por estar
integrado, resolver, explicar y replantear nuevos problemas.
Pueden aparecer indicios de dispersión, es decir que el grupo puede funcionar como más
guiado por el procedimiento (grupo de supuesto básico). Por ejemplo ‘todavía no
estamos listos’, o ‘me pregunto la validez de todo esto’ (bloqueo del grupo),
satisfacciones narcisistas de un miembro o varios, seducción entre miembros (grupo de
emparejamiento), etc.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

GRUPO PEQUEÑO

Clasificación.- Los grupos pequeños pueden ser de tres tipos: primario, asociacional (o
propiamente dicho) y artificial (terapéutico, experimental, etc).
En los primarios hay fuertes lazos afectivos y personales, y son cara a cara. Son
primarios porque dan al sujeto su primera experiencia social, la familia. El sujeto
obtiene aquí su identidad a partir de una estructura grupal internalizada: el complejo de
Edipo. Esto en el caso de una familia, pero otro grupo primario puede ser un grupo de
amigos.
Los grupos asociacionales tienen también bastante permanencia y se dan cuando varias
personas realizan en común una actividad (recreación, trabajo, etc).
Los grupos artificiales también implican relaciones cara a cara, como todo grupo
pequeño, pero son más especializados, se reúnen en tiempo y lugar determinados y
satisfacen necesidades secundarias. Puede haber fuerte interacción emocional pero ella
no surge naturalmente sino que es controlada y creada exteriormente: grupos
terapéuticos, grupos de laboratorio, grupos de discusión, etc. Las normas son explícitas
(encuadre) y el grupo no es un fin en sí mismo, como los anteriores, sino un medio o
instrumento para lograr un determinado objetivo.
Los grupos grandes son aquellos que tienen más de veinte miembros. Después de esta
cifra ya deja de haber un cara a cara y empiezan a formarse subgrupos a los cuales ya no
se puede reunificar en un solo grupo.
Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Importancia de su estudio.- Es importante el estudio de los pequeños grupos pues


contribuye al conocimiento de las personas individuales y también al funcionamiento de
la sociedad. Los psicosociólogos, estudiosos de los pequeños grupos sin embargo,
pueden utilizar este conocimiento de acuerdo a su particular ideología, y por ejemplo,
utilizar los grupos para mantener el statu quo cuando en realidad se necesita alguna
transformación social.
Favez-Boutonier, Prólogo a: Lapassade (1986) Grupos, organizaciones e instituciones.
México: Gedisa.

Fuentes de significación inconciente.- Se pueden distinguir tres vectores que


determinan las fuentes de significación inconciente de un grupo pequeño: a) lo
psicológico individual, inconciente, determinante de la conducta de cada miembro
individualmente tomado; b) un inconciente grupal, que condiciona también la conducta
individual de cada uno y que hace referencia a la situación del grupo como conjunto. a y
b fueron llamados por Pichon Rivière verticalidad y horizontalidad, respectivamente; c)
lo institucional, que está incluido en el contexto social, y es el soporte inconciente del
grupo que va a condicionar su forma particular de funcionar. En este tercer vector
entonces interviene la ideología. Las ideologías son complejas formaciones de ideas y
comportamientos colectivos que orientan las actitudes de los sujetos en su vida social e
individual.
Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial.

Características.- Se enumeran a continuación las principales características de los


grupos pequeños: totalidad, dinámica, energía, fuerzas contradictorias, interacciones,
normas, roles, objetivos, emocionalidad compartida e ilusión grupal. Veamos
sintéticamente cada una.
Totalidad: Lewin, por ejemplo, definió el grupo por su totalidad, su interdependencia
entre los miembros.
Dinámica: Grupo como proceso en continuo movimiento (Lewin).
Energía: El movimiento es función de una energía grupal que se aprecia en sus
actividades y relaciones interindividuales. Cartwright y Zander, siguiendo a Lewin,
dicen que todo grupo tiene una energía E, la cual incluye una energía interna utilizable
(e) y otra energía potencial (n) en estado latente. El coordinador debe transformar la
energía ‘n’ en utilizable. La energía utilizable puede usarse o bien para la producción
(ep) o para el mantenimiento (em). Esta última puede destinarse a funciones de
facilitación (organizar el grupo) o funciones de regulación (resolver conflictos
intragrupales). El grupo es tanto más efectivo cuando mayor sea ec y menor sea em.
Las tensiones positivas resultan de la relación del grupo con sus objetivos (ep) y las
negativas de sus conflictos (em).
Fuerzas contradictorias: Hay fuerzas que cohesionan al grupo y otras que lo
desintegran. El grupo buscaría resolver esta oposición buscando un equilibrio dinámico
o cuasi-estacionario (no estático), donde ambas tensiones son iguales (pero no siempre).
Para Lewin, conviene siempre disminuír las tensiones grupales para favorecer la
canalización de la energía hacia el logro del objetivo grupal. El modelo de Lewin es
muy similar al modelo psicoanalítico, pues las tensiones grupales tienen que ver con las
resistencias.
Interacciones: Relaciones interpersonales que pueden ser verbales o no verbales.
Normas: Las interacciones generan a la larga expectativas que permiten prever
conductas, expectativas que finalmente se plasman en normas explícitas o implícitas.
Roles: Los roles dependen no sólo del individuo en sí sino del interjuego de los roles
grupales y de la dinámica grupal como un todo. El análisis de los roles supone tres
niveles: social, interpersonal e individual.
Objetivos: Psicoanalíticamente, los objetivos grupales pueden ser concientes o
inconcientes. Todo grupo tiene una historia que no siempre se encuentra en la
conciencia actual del grupo, pero que opera como fuente de conflictos.
Emocionalidad compartida: En el grupo existen emociones y sentimientos compartidos.
Es el aspecto informal. Para Homans todo grupo tiende hacia un equilibrio interno y con
el contexto. Este contexto puede ser el medio natural (por ejemplo una ciudad o el
campo), sociohistórico, o intergrupal.
Ilusión grupal: Permite alcanzar una identidad grupal protectora de la identidad grupal
amenazada; es una defensa compartida contra la amenaza de la pérdida de la identidad
individual de cada yo. La ilusión grupal es un ’objeto transicional’ (Winnicott)
compartido que les permite alejarse o acercarse a la realidad de acuerdo a sus
posibilidades y necesidades.
Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

GRUPOS T
Generalidades.- Los Grupos T nacen en EEUU en 1946, como consecuencia de un plan
de investigaciones dirigido por Kurt Lewin. A partir de 1947 los grupos T y el método
de laboratorio se difundieron rápidamente como importantes métodos educacionales en
muchos países de Occidente, y hoy se siguen utilizando sobre todo en capacitación
administrativa y desarrollo organizacional. Los grupos T son una tecnología educativa
que refleja los valores y aspiraciones democráticas de la cultura norteamericana donde
aquellos nacieron.

1. Cuál es el objetivo de los grupos T.- Los grupos T son instrumentos para el cambio
esencialmente controlados, que brindan oportunidades para el autoconocimiento y el
autodesarrollo. Aumentan la conciencia de sí mismo y la percepción de la influencia de
la conducta propia sobre los demás.
Smith indica tres metas principales: aumentar la capacidad para apreciar cómo los
demás reaccionan ante nuestra conducta; para calibrar las relaciones entre terceros; y
para actuar hábilmente según cada situación.
Los grupos T ayudan al individuo a concientizar y comprender los diversos aspectos de
la conducta propia, para luego introducir cambios en ella. Esos diversos aspectos de la
conducta se pueden graficar en la "ventana de Johari", donde aparecen cuatro tipos de
conducta:

Conducta conocida para Desconocida para uno


uno mismo mismo
Conducta conocida para los demás Pública Ciega
Conducta desconocida para los demás Oculta "Inconciente"

1) Pública: conocida por uno mísmo y por los demás; 2) Ciega: desconocida por uno
mísmo pero que ejerce influencia sobre los demás; 3) Oculta: hechos y emociones de
los que la persona tiene conciencia pero que decidió no compartir con los demás; 4)
Conductas desconocidas por uno mismo y por los demás. Estas conductas llamadas
"inconcientes", no son estudiadas por los grupos T.
Los grupos T implican un proceso de aprendizaje, expresable como un cambio de
conducta. Cada miembro puede usar a los demás como espejo de la conducta propia
para modificarla, mediante un proceso de realimentación. El aspecto positivo es que
aumenta el autoconocimiento y posibilita el desarrollo personal, y el negativo es que el
proceso puede despertar emociones dolorosas, al tener que explorar conductas pasadas y
considerar nuevas formas de comportarse. Las emociones se agudizan en los grupos T
porque estos tienen una relativa corta duración, donde debe aprenderse mucho en poco
tiempo.
Los grupos T pueden tener otros objetivos, como el entrenamiento y desarrollo en
administración, donde se crean situaciones que hacen al manejo y la vida de las
organizaciones. Los problemas de autoridad, liderazgo y cooperación se tratan con la
misma importancia que las relativas a las conductas individuales.

2. Qué sucede en un grupo T.- Por lo general, el grupo comprende de 7 a 10 personas,


junto con un coordinador o entrenador, y habitualmente se sientan en círculo
centrándose en la conducta grupal tal como se da en el "aquí y ahora".
Todos son libres de sentarse donde quieran y decir lo que quieran, mientras que el
coordinador ayuda al grupo a entender lo que está pasando realmente, y ayuda a
aprender a partir de ello. No juzga lo que el grupo hace: estimula a formular preguntas,
pero no dan las respuestas. Habla abiertamente sobre las relaciones del grupo, sin
entablar ninguna relación especial con alguno de los miembros. No enseña, pero trata de
crear una situación de aprendizaje. No actúa autoritariamente, pero busca centrar la
atención sobre figuras de autoridad.
Las reuniones empiezan y concluyen a horas definidas, con lo cual el grupo aprende la
importancia de las restricciones que marca el tiempo para cualquier actividad. El grupo
T recrea una situación social donde todos pueden reconsiderar sus conductas, para
descubrir lo que es adecuado y lo que no dentro de esa nueva cultura. Esta
reconsideración y revalorización honesta y desprejuiciada, puede llevar a la
modificación de la conducta. Se viven experiencias nuevas con otras personas en
situaciones de riesgo bajo. Lo aprendido no se recuerda luego como una lección, pero
ejercerá influencia sobre su conducta futura.

3. Modelo de desarrollo en un grupo T.- A pesar de la diversidad de objetivos y


enfoques, los grupos T presentan ciertas pautas comunes. Al respecto, Bennis describió
el desarrollo de los grupos T en dos fases I y II:
Fase I Dependencia (de una autoridad).
Sub-fase 1: Dependencia-fuga. Al iniciarse el grupo aparece ansiedad asociada con la
búsqueda de metas grupales. Las personas se comportarán según una conducta que ha
sido aprobada por sus figuras de autoridad del pasado. El coordinador no les dice lo que
debieran hacer, cosa que el grupo advierte.
Sub-fase 2: Contradependencia-lucha. Sienten que el coordinador les falló, y se vuelven
contradependientes intentando mandonear o bien ignorar al coordinador. No obstante, el
grupo alienta la esperanza que el caos generado sea parte de la estrategia del instructor,
o sea que la falla sea grupal, no de aquel.
Sub-fase 3: Resolución-catarsis. Los miembros independientes (o sea, los que no están
en los extremos: ni muy dependientes ni muy contradependientes) empiezan a ejercer
influencia, y al fin el grupo es capaz de discutir y cuestionar abiertamente la autoridad
del coordinador y su rol. El grupo alcanza así su autonomía.
Fase II Interdependencia (entre los miembros).
Sub-fase 4: Encanto-fuga: Se instala un sentimiento grupal de euforia por la resolución
del problema de la autoridad, pero surge inquietud al fijarse normas rígidas que
destruyan la aparente armonía.
Sub-fase 5: Desencanto-lucha: El grupo tiende a subdividirse en ultrapersonales y
contrapersonales, o sea entre los que desean una intimidad completa y los que la
rechazan. Probablemente todos sientan que la intimidad genera desprecio, y sienten
ansiedad ante la posibilidad de poder ser rechazados. Se suele advertir ausentismo o
tedio.
Sub-fase 6: Validación consensual: Ante la inminencia de la disolución del grupo,
aumenta la presión para resolver el problema de la interdependencia. El miembro
'independiente' puede cortar los temores grupales solicitando una evaluación de sus
roles, con lo que disminuyen los temores al rechazo al confrontárselos con la realidad.
Los miembros pueden así aceptar que tienen diferencias, sin catalogarlas de buenas o
malas.

4. Qué efecto ejerce el grupo T sobre la conducta.- Estudios experimentales mostraron


que los grupos T inducen cambios de conducta, especialmente en la capacidad de
relacionarse con los demás, mayor interdependencia, mayor aceptación de los otros y
mayor conocimiento de sí mismo y de su rol. Otras investigaciones no encontraron
datos concluyentes que especificaran la índole de dichos cambios, por ejemplo porque
algunos de estos datos eran autopercepciones de los miembros acerca de sus propios
cambios.
Otros estudios revelaron que los grupos T hace que los participantes se tornen
emocionalmente más estables, más confiados y adaptables, más humildes y moderados
pero también más inhibidos y tímidos. Se advirtió que muchas personas mejoraba sus
relaciones laborales y enfrentaban más satisfactoriamente cuestiones familiares y
personales difíciles. Los cambios positivos se advirtieron a los seis o siete meses luego
de terminado el entrenamiento.
Los grupos T deben ser dirigidos con habilidad, y si no pueden producir daños
irreparables. De hecho se detectaron síntomas de enfermedades mentales luego de la
aplicación del grupo T. Algunos investigadores afirmaron que se producían a corto
plazo sacudones emocionales, pero que después tendían a desaparecer.

5. Los seminarios de Tavistock en Leicester.- En 1957, la Universidad de Leicester y el


Instituto Tavistock de Relaciones Humanas organizaron conjuntamente un seminario
que constituyó el primer experimento en gran escala con empleo del método de
laboratorio para entrenamiento en Gran Bretaña. El seminario reflejó en gran medida la
influencia de los National Training Laboratories de Bethel, EEUU, donde desde 1948 se
había aplicado el método de entrenamiento en laboratorio con grupos T, a su vez
inspirados en las investigaciones de los dos años anteriores del equipo de K. Lewin.
Método y contenido de los seminarios de Tavistock.- Hoy en día los seminarios no
incluyen sesiones teóricas y conferencias, y están dedicados solamente al aprendizaje
por medio de la experiencia. La labor primordial se concentra en cuatro eventos: grupos
pequeños, grupo grande, encuentro intergrupal y grupos de aplicación.
a) Grupos pequeños: el grupo pequeño (8-12 personas) equivale al Grupo T, y tiene por
finalidad permitir que los miembros exploren sus propias conductas a medida que
surgen en el "aquí y ahora", ayudados por un coordinador.
La influencia de Bion es aquí evidente: el coordinador interpreta la conducta grupal más
que la individual, viendo en los procesos grupales una complicidad inconciente entre los
miembros. El coordinador permite a los miembros proyectar en él sus sentimientos
inconcientes relativos a figuras de autoridad, para luego buscar entenderlos y
resolverlos. Tales situaciones despiertan emociones intensas, entre ellas hostilidad, y los
miembros se resisten a aprender cosas sobre sí mismos. El coordinador debe actuar
como líder del grupo de trabajo, y no como líder del grupo de supuesto básico.
b) El grupo grande: Consiste en la reunión de todos los miembros (por lo general de 60
a 70) con los coordinadores, formando un grupo numeroso el cual, por su gran tamaño,
cambia constantemente amenazando la identidad de los miembros, acostumbrados a
mantener un rol fijo durante la vida del grupo. Rara vez los miembros experimentan un
estado de equilibrio porque los roles son proyectados rápidamente y eliminados con
igual rapidez. El miembro individual puede reaccionar ante la situación aislándose, a
pesar de lo que esto trae implicado. En un grupo grande, se requiere gran valentía para
cuestionar alguna acción, pues implica provocar la hostilidad del grupo.
c) El encuentro intergrupal: Permite estudiar las relaciones entre grupos, incluyendo el
problema de ejercer la autoridad en beneficio de otros. En estas experiencias, casi
inevitablemente a partir del grupo original, numeroso, se forman grupos pequeños en
forma espontánea e irracional, como por ejemplo cuando bajo la consigna de que cada
grupo ocupará un aula, todos salen corriendo y en menos de un minuto están todos
distribuidos.
Luego, cada grupo así formado busca analizar en base a qué se ha formado, e intentan
formular un esbozo de tarea. Algunos miembros migran a otro grupo, o lo intentan. Los
grupos además quieren saber qué hacen los otros grupos, y nombran representantes que
procurarán comunicarse con ellos. A veces se organizan reuniones de representantes,
intentan formular planes y acciones en común en beneficio de sus propios grupos, lo
que suele redundar en un total desorden. El equipo conductor, formado por
coordinadores, ayuda a los miembros a aprender y comprender la índole de las
relaciones intergrupales a partir de las experiencias vividas, reuniéndose con los
diferentes grupos. Se encara la cuestión de quien habla en representación de quién y con
qué autoridad, todo lo cual servirá para las comunicaciones interdepartamentales en las
organizaciones y el problema de las representaciones y negociaciones sindicales. Los
encuentro institucionales son similares a los intergrupales, sólo que se acentúa la
relación de los miembros con el equipo conductor.
d) Grupos de aplicación: Al comienzo tuvieron un objetivo externo al seminario: aplicar
lo aprendido a organizaciones tales como escuelas o fuerzas policiales. Luego, la tarea
de estos grupos consistió en relacionar lo aprendido con el propio trabajo de los
miembros en las organizaciones patrocinantes del experimento. Los grupos de
aplicación resultaron más tediosos que los otros, porque se referían al "allí y entonces" y
no al "aquí y ahora", porque los miembros no advertían fácilmente la índole de lo
aprendido, y porque en estos grupos es donde se anunciaba la terminación del
seminario, lo que producía una cierta tristeza.
Evaluación de los seminarios de Tavistock.- Estos seminarios siguen aún realizándose y
se cubren todas las vacantes, lo que indica que están satisfaciendo una necesidad social.
Fueron también exportados a los EEUU.
Es posible evaluar los seminarios de Tavistock a partir de tres consideraciones:
1) Experiencia única de aprendizaje: donde los miembros aprenden la importancia de las
emociones que experimentan en la estructuración y funcionamiento de las
organizaciones.
2) Los roles y su formación: La experiencia de los seminarios revela de qué manera se
determinan los roles entre el individuo y el grupo, y con ella cada miembro puede
aumentar su capacidad para influir sobre el rol que desea asumir. De hecho, y
especialmente en grupos grandes, hay una tendencia a adjudicar y asumir los roles: si
cuento un chiste soy el "bufón" del grupo, si me enojé soy el "hombre iracundo" y por
identificación proyectiva de los demás debo hacerme cargo de la cólera del grupo. Esto
puede generar a su vez el rol de "chivo emisario", sobre el cual se descargarán todos los
males del grupo.
3) La autoridad y el rol de equipo: A través de los seminarios, los miembros pueden
darse cuenta que el "jefe" es un punto focal donde convergen fantasías de autoridad.
Este deberá alentar a los miembros a que verifiquen sus propios sentimientos y
relaciones con sus superiores, y vean cuanto hay de realidad y cuanto de elementos
fantaseados y proyectados. Ello ayuda a su vez a los miembros a percatarse del poder
que ejercen en sus puestos de autoridad, y a reflexionar sobre el modo en que lo usan.
Influencia sobre la sociedad.- Los seminarios han ejercido influencia porque sus
resultados han sido aplicados a áreas específicas como la industria y el comercio,
universidades y colegios, servicios sociales, cárceles, tratamientos psiquiátricos, etc.
Puesto que en los grupos se generan fuertes sentimientos, especialmente de hostilidad
hacia la autoridad por razones de proyección, los miembros con orientación clínica
pueden estar mejor equipados para entender los procesos grupales y tomar conciencia de
la dinámica de su conducta. En ese sentido los directivos y funcionarios administrativos
se encuentran en desventaja.
Resumen de De Board Robert (1988) El psicoanálisis de las organizaciones. Capítulo 7.
HABILIDAD SOCIAL

Definición.- “Podemos definir las habilidades sociales como aquellas conductas


aprendidas que ponen en juego las personas en situaciones interpersonales para obtener
o mantener reforzamiento del ambiente. Entendidas esta manera, las habilidades
sociales pueden considerarse como vías o rutas hacia los objetivos de un individuo”
(Kelly J, 1998:19).
Kelly J (1998) Entrenamiento de las habilidades sociales. Barcelona: Descleé de
Brower.

IDENTIDAD

Definición.- Identidad es la respuesta que damos a la pregunta: “quién soy yo”: es la


idea que cada persona tiene de su lugar en el mundo y respecto de los demás. Nuestra
identidad deja su marca en cada cosa que hacemos.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 5.

La identidad: una lectura psicoanalítica.- Erickson introduce el concepto de identidad


en una perspectiva psicoanalítica. Algunos cuestionan que la identidad no existe, y por
tanto no es un problema. Yo no opino así. Freud solo habló de identidad como
pertenencia a un grupo (identidad judía). Pero en psicoanálisis a veces se confunden el
yo representación (imagen conciente de lo que soy) con el rol jugado en el complejo
edípico, pero ambos aspectos están relacionados, pues yo soy a partir de lo que ven en
mí mis padres.
Identidad tiene que ver con lo que permanece igual a pesar de los cambios de una
persona, y diferente a los demás. También importa el cuerpo (Freud habla ya de lo
corporal, Lacan de un yo identificado con una imagen corporal). En psicoanálisis no
encontramos una idea de identidad como unidad, pues existen escisiones, conflictos
dentro del psiquismo. El yo fracasa siempre para mantener su unidad y coherencia.
Ante la pregunta quién soy yo, contestamos con nuestro nombre y apellido. Este último
remite a una identificación con el padre (semejanza) pero el nombre me marca la
diferencia con él (diferencia). Erickson remarca también en la identidad el soy
semejante y el soy distinto. Lacan distingue el moi del je. El moi son los distintos
contenidos (a diferentes edades, distintos roles), y el je es un soporte formal que
sostiene todos los moi diferentes, dándole unidad.
En psicología social interesa la identidad en relación con la pertenencia a grupos: nos
agrupamos con quienes tenemos algo en común, con los que nos identificamos, y nos
reconocemos como siendo semejantes a ellos, y al mismo tiempo distinto en otros
aspectos. Freud habla de que se identifican las personas en un grupo, porque comparten
un ideal en común: la ilusión de ser amados de igual modo por el líder.
A veces uno teme meterse en un grupo porque puede fusionarse y perder su identidad.
Otros lo ven como una ocasión de apoyarse en otros, buscar la identidad en el grupo.
Erickson dice que si uno no tiene una identidad constituida, no puede juntarse con otros
(esto se ve en la adolescencia).
En sociología se dice que la identidad se construye alrededor de los roles: yo soy mi
función, lo que hago. Para el psicoanálisis la identidad es algo más que eso, pues si se
abandonaran los roles desaparecería la identidad, pero según Erickson, solo hay una
crisis de identidad, no una desaparición total.
Para el psicoanálisis condición necesaria de la identidad es un yo-imagen, un yo con una
cierta unidad. Lacan distingue yo de sujeto: el yo es solamente una instancia, una parte
del aparato psíquico, y que se esfuerza inútilmente por mantener una unidad: lograrla se
lo impide la diferencia entre su imagen y el deseo. Siempre está el conflicto: ni somos
nuestra imagen, ni somos nuestro deseo, nuestro ideal del Yo. Mi singularidad no está
en mi yo sino en mi conflicto.
Mi identidad para por un reconocimiento del otro. Si digo soy psicólogo, busco que me
reconozcan como tal. El conflicto al que se aludía antes se da entre individuo y cultura
(Freud) o entre narcisismo y deseo, o sea entre mantenerme unificado, completo, y a la
amenaza de incompletud del deseo.
Freud distingue identificación primaria (masiva, indiscriminada, uno se fusiona
totalmente en el otro) e identificación secundaria o propia de la masa (identificación con
otros a partir de un ideal común). Para Erickson la identidad tiene también que ver con
identificaciones, pero no es una suma de identificaciones sino una nueva gestalt, que al
mismo tiempo nos permite ser iguales y deferentes a los otros. La identidad no es algo
rígido, va cambiando a medida que nos identificamos con nuevos otros y nos
desprendemos de anteriores identificaciones (crisis de identidad), por ejemplo,
empezamos a diferenciarnos de nuestros padres. Empezamos a ser ‘nosotros’ mismos.
Esto no implica hacer lo que uno quiera: la identidad se basa en un intercambio, en
concesiones, en inscribirse en el universo simbólico. En la psicosis encontramos una
patología de la identidad, no hay allí posibilidad de construir un yo, no puede nombrarse
en primera persona (decir ‘yo’), no puede inscribir el nombre del padre como un
símbolo (Lacan), no se inscribe simbólicamente en el Edipo (Freud). Otras patologías
menos graves implicarían sostenes la propia identidad en otros por identificación con
ellos, o bien, tener miedo a perder la identidad por fusión con el otro. A veces se
preserva el yo despreciando o disminuyendo el valor de los que son diferentes a mí,
cosa que también sucede con los grupos (ilusión grupal: “somos el mejor grupo”):
El Ideal yo surge de tres vertientes: del narcisismo infantil, del complejo de Edipo y es
el representante de los ideales culturales colectivos. Desde aquí se puede articular lo
individual con lo social.
La autoestima proviene del narcisismo infantil, y el sentimiento de inferioridad del yo,
de su comparación con el Ideal.
Para la concepción de identidad del psicoanálisis es útil pensar esto, y también la idea
de un yo que actúa de mediador para resolver conflictos permanentes entre el ello, el
Superyó y la realidad externa. Un yo que a veces tiene que adular, mentir, etc.
Condensado de Rubinstein A, La identidad: una lectura psicoanalítica. Incluido en
Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires: Tekné.

La noción de identidad y sí mismo en el interaccionismo simbólico.- El problema de


articulación individuo-sociedad a nivel intraindividual (cómo el hombre internaliza la
sociedad, cómo el mundo pasa a ser realidad subjetiva) fue abordado por G. Mead y por
Marx, y de ellos tomaron conceptos Berger y Luckmann. Hay una realidad objetiva, que
para Marx se puede modelar desde la praxis. Coincide con Mead pues ambos dicen que
la realidad objetiva se redefine permanentemente desde la subjetividad humana. Como
Dewey, Mead es pragmatista, pues sostiene que los seres vivos se ajustan a su medio, y
que lo que es verdadero depende de sus consecuencias prácticas, de su utilidad. Para él
mente y cuerpo forman una unidad inserta en un proceso con el medio social. Rechaza
al conductismo porque dice que la mente es algo más complejo y además no está
genéticamente programada. El conductismo no consideró las experiencias subjetivas del
hombre y su interacción con lo social.
Lo fundamental de la existencia humana es cómo se constituye a sí misma como objeto:
el hombre utiliza símbolos para sí mismo, piensa antes de actuar, puede anticipar sus
propios actos, etc. Su mente y su conciencia son una internalización del proceso social.
Los actos no son mecánicos: cuando no hay una definición de la situación, los sujetos la
establecen antes de actuar, le dan una significación. Las situaciones rutinarias no
requieren redefiniciones.
Mead desarrolla una teoría basada en la comunicación. Concibe la mente como un
‘proceso’ que tiene carácter reflexivo, el ‘sí mismo’, el hombre capaz de pensarse a sí
mismo mirándose desde el punto de vista del otro y asumiendo sus actitudes. Estudia la
interacción humana, que se torna observable en el acto de la comunicación. El sí mismo
surge de la interacción, la cual a su vez supone la internalización de un sistema de reglas
de juego.
Gracias al lenguaje el hombre pasa a ser ‘persona’, es un medio-para. Por el lenguaje
transforma al mundo y a sí mismo (concepto similar al de Saussure). No existe una
realidad definida y luego le damos un nombre, sino que realidad y nombres se arman al
mismo tiempo. Mead se autodefine como conductista social: conductista porque parte
de lo observable, que es la comunicación, pero a diferencia de Watson, (esquema E-R),
entre el estímulo E y la respuesta R hay una interpretación del estímulo en función de lo
social, una redefinición de la situación. El hombre actúa frente a la realidad en función
de ‘su’ definición de la realidad (lo que Thomas llama ‘profecía autocumplidora’).
Dos conceptos son importantes en Mead: ‘gesto significante’ y ‘rol’. El gesto
significante es aquel perfil que evoca realidades compartidas, experiencias compartidas,
no individuales, que permiten definir la realidad de modo similar. Por ejemplo, para un
hijo y su madre, llanto significa para ellos comida: esto lo construyeron ellos, no es
necesariamente universal pero si algo compartido.
La ‘persona’ para Mead es quien ejecuta los ‘roles’. Mediante el rol la sociedad se
incorpora al sistema de las representaciones del sujeto. Mead recurre como ejemplo
didáctico al juego y al deporte, donde se asume “el rol del otro” (jugando asumo el rol
del almacenero, por ejemplo). Se va conformando así un conjunto de los otros
incorporados, y esta experiencia acumulada Mead la llama el “mí”, o sea, los otros
internalizados. El sujeto que incorpora un rol asume también una norma, una forma de
actuar. El “self”, el “sí mismo” se van construyendo en función de estos modelos que
generan expectativas de conducta, pues el “sí mismo” soy yo desde el otro, desde la
mirada del otro. Mi definición de lo que soy depende de las definiciones de mí que
vienen de los otros. Un jugador de fútbol tiene que actuar en función de los
movimientos de los otros jugadores.
Los gestos no significantes simplemente producen una reacción. Pero los gestos
significantes permiten interpretar la significación del propio gesto, despertar en sí
mismo la reacción que despierta en los demás, y así el sujeto puede controlar su
conducta sobre acuerdos previos acerca de significados compartidos. Los símbolos
orientan la acción en el medio social (interaccionismo simbólico de Mead).
Síntesis: Mead considera al hombre como un sujeto activo, responde selectivamente a
los estímulos, los interpreta. De su interacción con el medio surgen significados
compartidos (acuerdos sociales).
El gesto significante (o símbolo) implica que el sujeto debe interpretar el significado de
su propio signo, que evoca los mismos significados en el otro, lo que permite anticipar
la respuesta del otro. Solo así se adquiere ‘conciencia de sí’ Puede el sujeto verse como
objeto poniéndose en el lugar del otro (rol). Conforma así otro generalizado. Para
Blumer el interaccionismo simbólico tiene tres premisas básicas: 1) Los seres humanos
actúan frente a los objetos de acuerdo al significado que posean para ellos; 2) El
significado es el resultado de la interacción social; 3) El significado se modifica en el
proceso mismo de la interacción.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Identidad, identidad social y conciencia de sí.- La identidad es un concepto que


permite articular lo individual y lo social. Implica un sentirse semejante a través del
tiempo y distinto de los demás. Mead la entiende como “sí mismo”, que tiene un
carácter reflexivo (verse a sí mismo) desde el ángulo de los demás). En psicoanálisis
identidad no coincide exactamente con el yo, pues éste tiene un aspecto inconciente.
Erickson hablará de “ego síntesis”: el yo como ordenador de la síntesis de la experiencia
en relación con un grupo social que servirá de soporte a aquello que el sujeto cree que
es, y cómo el sujeto se experimenta a sí mismo.
Todas las teorías coinciden en que la identidad comienza con la identidad corporal, el
sentimiento del ‘propio cuerpo’. Pero el hombre, condicionado por factores sociales,
tiende a seleccionar los estímulos que provienen de su cuerpo (algunas sociedades
reprimen la sexualidad).
En Melanesia el ‘kamo’ es un ser mitad humano mitad mítico: su cuerpo es solo un
soporte, y su identidad sólo pasa por lo social: sólo es capaz de reconocerse por las
relaciones que tiene con los otros. El solo no existe, es un vacío, y ‘es’ lo que es por su
relación con los demás. Si es echado de la sociedad sufre pues ‘no es’ nada. Los canacos
tienen tantos nombres como relaciones en diferentes ámbitos, incluso en las relaciones
con sus antepasados. El nombre confiere una identidad (no una individualidad) que lo
vincula al grupo. Lo que daría individualidad es el cuerpo propio.
Para el existencialismo la identidad se constituye socialmente. Identidad es quien se es a
los ojos de los demás, y esto cosifica, reifica: la mirada del otro me vuelve un objeto
más, quita mi libertad, pero yo hago lo mismo con el otro, y no hay escapatoria. Estos
conceptos de Sartre los retoma Laing, quien diferencia entre ’metaidentidad’ y
‘autoidentidad’. Metaidentidad: soy lo que soy para el otro. La Autoidentidad es una
síntesis de mi observación de mí mismo y de mi visión de la visión que los otros tienen
de mí (identidad refractable). Aunque rehace la visión que el otro tiene de mí, igual la
incorporo a mi autoidentidad como rechazo.
Laing habla también de ‘colusión’: implica complementariedad, pues el otro
complementa mi yo, confirmándome mi propia imagen de sí. Son roles
complementarios. Esto no es solamente una interacción, es algo más: una inter-
experiencia, pues el otro no es un objeto sino alguien del cual yo tengo una experiencia
y que a su vez tiene una experiencia de mí.
Allport (psicología cognitiva) dice que la mente humana es capaz de verse a sí misma
como un objeto más dentro del mundo social, una visión social de uno mismo.
La filosofía algunas veces entendió identidad como una entidad metafísica que asegura
la unidad del yo, sin tener en cuenta su cambio por influencia de otro. Para Descartes la
identidad es el yo como una sustancia pensante (soy en la medida que pienso). Para el
empirista Locke, identidad es todo lo que el hombre conoce de sí mismo, sin referencia
a algo sustancial (como Descartes), solo con referencia a una continuidad temporal. En
Leibniz aparece la idea de ‘conciencia de sí’ como igual a lo largo del tiempo,
importante desde el punto de vista ético pues hace capaz a la persona de recompensa o
castigo. En suma, para Descartes la identidad se basa en una sustancia pensante y para
Locke y Hume en el tiempo y la memoria.
William James, primero médico y psicólogo y luego filósofo, se pregunta por el
problema de la conciencia. Subjetivamente es una corriente de vivencias internas, y
objetivamente tiene relación con la realidad externa. Es un filósofo pragmatista: para él
la palabra es útil para construir el mundo, sirve a los propósitos de la acción. De cómo
definamos algo de ello, dependerá nuestra conducta frente a ello.
James distingue en ‘mí’ del ‘yo’. El yo total tiene estos dos aspectos: el yo conocedor
(‘yo’) y el yo conocido por él es el ‘mí’. El mí tiene tres aspectos: material (el cuerpo),
social (el reconocimiento que obtiene el hombre de los otros), y el espiritual (es el
conjunto de mis estados de conciencia, mis capacidades y disposiciones psíquicas).
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

IMAGINARIO

Imaginario institucional.- Es el conjunto de imágenes y representaciones,


generalmente inconcientes, que, producidas por cada sujeto y por cada grupo, se
interponen entre el productor y los otros sujetos tiñendo sus relaciones, sean estas
sociales, o de vínculos con el conocimiento. Este imaginario adquiere características
particulares en cada institución, y se refleja en el modelo de gestión que esa institución
utiliza. Los modelos de gestión resultan de la articulación de una propuesta del directivo
con el ajuste más o menos logrado del resto de los miembros. Recordar que 'gestionar'
es dar los pasos necesarios para conseguir algún resultado.
Condensado de Frigerio, Poggi, Tiramonti y otros (1991) Las instituciones educativas:
cara y ceca.

Imaginario social.- “Este elemento que da a la funcionalidad de cada sistema


institucional su orientación específica, que sobredetermina la elección y las conexiones
de las redes simbólicas, creación de cada época histórica, se manera singular de vivir,
de ver y de hacer su propia existencia, su mundo y sus propias relaciones; este
estructurante originario, este significado-significante central, fuente de lo que se da
cada vez como sentido indiscutible e indiscutido, soporte de las articulaciones y de las
distinciones de lo que importa o de lo que no importa, origen del exceso de ser de los
objetos de inversión práctica, afectiva e intelectual, individuales y colectivos, este
elemento no es otra cosa que lo imaginario de la sociedad o de la época considerada”
(Castoriadis, 1983:252).
Castoriadis C (1983) La institución imaginaria de la sociedad. Barcelona: Tusquets,
Volumen I.

Imaginario social.- “Creo que tenemos que considerar al imaginario social como una
construcción colectiva, más o menos arraigada en vastos sectores sociales pero no en
todos, y dentro del cual tienen un lugar preponderante los prejuicios… Aunque la
estructura del imaginario social es siempre la misma, la forma que éste adquiere en
relación con las distintas temáticas estará determinada por los elementos subjetivos que
se ponen en juego frente a estas últimas”.
Salvarezza Leopoldo (comp) (1998) La vejez: una mirada gerontológica actual, Paidós,
Buenos Aires, pág. 28.

Imaginario social.- “Los imaginarios sociales son las representaciones (mitos,


memorias, ‘arquetipos’, etc) que una determinada sociedad o comunidad tiene de sí
misma y de otras. A través del imaginario social una comunidad designa su identidad;
elabora una representación de sí misma, marca la distribución de los papeles y los roles
sociales, expresa e impone ciertas creencias, etc. Esa identidad colectiva marca un
‘territorio’ y define las relaciones con los otros”.
Ford Aníbal (1999) La marca de la bestia. Buenos Aires. Grupo Norma, pág. 64.

Imaginario social.- Los imaginarios sociales son referencias en el vasto sistema


simbólico que produce toda colectividad y a través del cual ella se percibe, se divide y
elabora sus finalidades. Así, a través de estos imaginarios sociales una colectividad
designa su identidad elaborando una representación de sí misma, marca la distribución
de los papeles y las posiciones sociales, expresa e impone ciertas creencias comunes
fijando modelos formadores. Así es producida una representación totalizante de la
sociedad como un orden donde cada elemento tiene su lugar, su identidad, su razón de
ser. El imaginario social es así, una de las fuerzas reguladoras de la vida colectiva.
Aporte anónimo

INDIVIDUALISMO

Definición.- “1. Estilo de ideales y de conducta que subordina los intereses de la


comunidad a los del individuo, concediendo a éste último un interés primordial. 2.
Tendencia filosófico-social que propugna la concesión al individuo de oportunidades
para dirigir su vida de acuerdo con sus propios ideales y gustos. El individualismo no es
una doctrina, es una característica o una tendencia común a varias instituciones y a
diferentes campos de actividad, y es uno de los impulsos básicos de la civilización
moderna”.
Farré Martí J (1999) Diccionario de psicología. Barcelona: Océano.

Individualismo y colectivismo.- El individualismo atiende a los microprocesos y deja


de lado los macroprocesos, porque atiende a los factores individuales de la conducta
social, como las actitudes o los rasgos. Los microprocesos son variaciones pequeñas en
la conducta social, como cambios en la atención, etc. Los microprocesos pueden ser
fácilmente estudiados en laboratorio, y un microproceso puede ser fácilmente borrado
por otro.
El colectivismo, en cambio, atiende a los macroprocesos, y ve en la conducta social un
producto de las normas, roles y directivas impuestas internamente por el grupo, más que
de actitudes y rasgos individuales. Los macroprocesos son aquellos que influyen en
muchos comportamientos sociales y sus efectos son más fuertes, tales como la
influencia de la clase social o de la cultura en el comportamiento humano.
Para Triandis las actitudes -factores individuales- varían mucho de una cultura a otra.
En India y el Japón, por ejemplo, son más aceptadas que en Occidente las disonancias
entre actitudes y conductas, debido a su sistema de creencias. Por lo tanto, si queremos
hacer una psicología social que explique la conducta social universalmente, debemos
poner mayor énfasis en los grupos en algunas culturas (colectivismo), y un énfasis
mayor en los individuos en otras (individualismo).
Antecedentes históricos.- Ya Durkheim planteaba que había en las sociedades una
solidaridad mecánica (similitud entre los miembros) y una solidaridad orgánica
(interdependencia negociada), aludiendo con la primera al colectivismo, y con la
segunda al individualismo.
Otros autores hablan casi de los mismos constructos aunque con otras palabras, y
diversas investigaciones mostraron que colectivismo e individualismo no son polos
opuestos, pues se vio que la misma gente puede ser por ejemplo muy colectivista en la
familia pero no en el trabajo. Otra gente también puede ser muy colectivista en política
pero individualista en religión. Asimismo, en toda cultura se pueden encontrar
individuos alocéntricos (que usan con más frecuencia cogniciones colectivistas), y otros
que son idiocéntricos (más individualistas). Cuando un individuo pasa de una cultura
alocéntrica a otra idiocéntrica puede encontrar problemas de adaptación cuando retorna
a su cultura original.
El significado de colectivismo e individualismo.- Estos constructos tienen tres aspectos:
a) la clase de self; b) la clase de relación con los otros; y c) la manera de estructurar los
objetivos.
a) En culturas colectivistas el self se define como un aspecto de un grupo. Por ejemplo,
al completar la frase "Yo soy...", estos sujetos responde por ejemplo "cristiano", o sea,
prima lo colectivo sobre lo individual, pues refieren su persona a un grupo, en este caso
religioso.
b) En cuanto a las actitudes, en Occidente se tiende a pensar que los hijos deben vivir
con sus padres hasta que se casen, mientras que en Oriente no (aquí hay más porcentaje
colectivista). En cuanto a los valores, en Occidente tienen más importancia ser creativo,
curioso, de mente amplia, mientras que en Oriente ser moderado, con orden social, etc.,
es decir, valores más colectivistas. Respecto de las emociones, los orientales consideran
más adecuadas las emociones negativas cuando deben confrontar con grupos externos,
mientras que los occidentales consideran más adecuadas las positivas.
c) En culturas colectivistas, los valores y objetivos personales son más consistentes con
los valores y objetivos de sus colectivistas; si hay inconsistencia, los sujetos deben
subordinar sus valores y objetivos individuales a los colectivos.
El llamado colectivismo horizontal está más relacionado con el punto b), mientras que
el colectivismo vertical con el punto c).
Antecedentes de estos modelos culturales y de personalidad.- El colectivismo es
máximo cuando una sociedad es tensa, simple y pequeña. En cambio, el individualismo
es máximo cuando una sociedad es floja, compleja y grande. Dentro de estos dos
extremos hay sociedades intermedias, como por ejemplo el Japón, una sociedad
compleja (muy estratificada) y tensa (una llegada tarde puede ser castigada duramente:
hay mucha tensión). Un monasterio es pequeño y tenso, y Estados Unidos es complejo y
flojo.
Consecuencias del colectivismo e individualismo.- En las culturas colectivistas los hijos
son educados para ser obedientes y conformistas, y para que se sacrifiquen por el grupo
interno destacando la tradición y la interdependencia.
Algunos estudios empíricos.- En estudios hechos desde 1990 en adelante, se vio que en
el colectivismo horizontal se pone énfasis en uno mismo, la armonía y la igualdad
social, pero también se lo puede asociar con el precario énfasis en los objetivos
económicos y la equidad. El colectivismo vertical pone poco énfasis en los objetivos
humanísticos y en la igualdad de la distribución de recursos, aceptando que el grupo
interno descuide las necesidades de sus miembros. Suecia por ejemplo, es
horizontalmente individualista pero verticalmente colectivista: enfatiza la independencia
del individuo pero también desaprueba el deseo de ser distinguido individualmente o
sobresalir. Los colectivistas tienden a ver a alguien de un grupo externo como un
enemigo antes de considerar sus cualidades individuales. Prestan, además, más atención
a las normas que a las actitudes.
Comentario evaluativo.- El individualismo se asocia más con delincuencia, abandono
de hijos, divorcio, etcétera, mientras el colectivismo con el militarismo, el racismo, etc.
Así, un modelo social no es más deseable que el otro: simplemente son distintos.
Resumen de Triandis H (1989) Investigación reciente sobre el individualismo y el
colectivismo.
INFLUENCIA SOCIAL

Generalidades.- La influencia social puede ser concebida de dos formas:


a) Como fenómeno de conservación: la influencia es un efecto de presión que ejerce un
agente fuente sobre un sujeto blanco.
b) Como fenómeno de interacción; la influencia es recíproca, y se la estudia en relación
con los conceptos de conflicto y negociación.
1) Influencia y negociación.- Los procesos de influencia implican cambios de opiniones,
actitudes y conductas de una persona como resultado de ser reforzados por los demás
(grupo).
1. Normalización y conformismo.- Al principio, la influencia fue concebida como un
fenómeno de conformación, o sea, como un efecto de presión de normas mayoritarias
sobre una minoría que debía aceptar.
Asch, por ejemplo, probó que las personas tenían una tendencia a la conformidad, o sea,
a aceptar la influencia de la opinión mayoritaria: si todos decían que un palito medía 3
cm., la persona decía lo mismo aunque midiera algo menos.
Esta tendencia a la conformidad fue explicada o bien como un efecto de sugestión, o
bien como un efecto autocinético (confrontar la opinión propia con la de os demás), o
bien como un efecto de negociación (para resolver conflictos sobre la longitud del
palito). Muchos vieron la aceptación como manifestación de un fenómeno de sumisión a
la autoridad, sobre todo cuando la autoridad tiene mucho prestigio.
Sin embargo puede haber sumisión sin la influencia de una autoridad, como lo dice la
teoría del “enganche”: la persona hace un acto inicial poco costoso que lo obliga a
proseguirlo hasta lograr una conducta más compleja, deseada. Esto lo hace no por
obediencia a la autoridad, sino para mantener una coherencia cognitiva. Por ejemplo, si
yo empecé poniendo un pie en la puerta, debe ser coherente y seguir mi tarea
impidiendo que nadie entre.
La aceptación remite también a los cambios del contexto, Por ejemplo, es más difícil
resistirse a la opinión de un grupo grande, que a un grupo pequeño.
2. Consenso, conflicto e innovación.- La única función de la influencia social no es la de
reducir las diferencias y nivelar opiniones (normalización), sino sirve para innovar
también, o sea, producir cambios en el medio social. Desde este último punto de vista,
los estudios sobre la influencia social, revelan la existencia de tres fenómenos: la
reactancia, la desviación y la influencia minoritaria.
Reactancia significa resistirse a la influencia social para preservar la propia identidad y
autonomía. La desviación consiste en afirmar opiniones, actitudes o conductas
contrarias a las dominantes. La mayoría buscará neutralizar al sujeto desviante. En la
influencia minoritaria, una minoría busca imponer su opinión frente a la mayoría, con lo
que amenaza el consenso social. Si este consenso es juzgado importante, mayoría y
minoría buscarán un arreglo, un compromiso. Surge así la negociación, pero ésta es
tácita, o sea, no hay discusión explícita entre ambos.
3. Negociación.- Implica una discusión explícita entre las partes para llegar a un
acuerdo que beneficie a ambos. Implica conciliar puntos de vista opuestos. La
negociación incluso puede ser usada para demostrar una intención de discutir, sin
necesidad de llegar a un acuerdo.
Toda negociación supone una relación de fuerzas donde cada uno busca presionar al
otro. Para ello desarrollan ciertas estrategias, entre las cuales están: coerción (en forma
de amenaza, agresión, etc.); la disimulación (fundada en la manipulación y la retención
de información); la persuasión (seducir, señalar las contradicciones internas del
adversario); y la acomodación (buscar puntos de acuerdo, aplazar cuestiones espinosas,
regatear, etc.).
La negociación implica ser a la vez intransigente y conciliadora, y puede generar
contradicciones intrapsíquicas o interpersonales. De los varios “modelos de
negociación” propuestos, el de Watson propone cuatro aspectos en la negociación:
distributivo (se reparten los recursos en términos de pérdidas y ganancias), integrativo
(buscan juntos soluciones nuevas y beneficiosas para ambos), relacional (forma de
estructurarse las relaciones de los negociantes entre sí: defensas, cooperación, etc.) y un
aspecto de negociación interna (cada parte delibera sobre la estrategia de negociación).
2) Relación de influencia y percepción social.- En su origen, la influencia fue concebida
como una relación entre una fuente de origen (origen de la influencia) y un blanco
(sujeto influenciado).
1. Relación blanco/fuente.- Algunas personalidades son más influenciables que otras,
como por ejemplo, las que presentan sumisión, falta de autoconfianza, etc. Otro factor
que aumenta la influenciabilidad es la sugestionabilidad, la cual aumenta cuando la
situación es ansiógena: la ansiedad hace a un individuo más influenciable.
El poder de la fuente para ejercer su influencia, por otro lado, depende de dos factores:
del grado de credibilidad que encuentra en el blanco (cuanto más le creen a uno, más
influencia podrá ejercer), y el apego efectivo que el blanco tenga por la fuente (cuando
más lo quieran a uno, más influencia ejercerá).
También influye el status o es prestigio de la fuente. Todos estos factores son subjetivos
y nos muestran a la influencia social como un proceso interactivo teñido de subjetividad
y con poco margen de racionalidad y objetividad.
2. Comparación, atribución, categorización.- Lo anterior significa que los individuos no
reaccionan solamente a una realidad objetiva sino a la “representación” que ellos se
forjan. Por ello es importante la ‘percepción’ que tienen de los otros y de sí mismos.
Tres teorías viene a ilustrar cómo los individuos se forjan una representación social: la
teoría de la comparación social, la teoría de la atribución y la teoría de la categorización
social.
Comparación social: Cuando una persona, dice Festinger, se vea privada de criterios
objetivos, buscará compararse con los demás, pues necesita ajustar su conducta a
normas ambientales, inclinado a ver que los demás tienen sus propias opiniones.
Heider plantea la teoría de la atribución, según la cual tendemos a atribuirles a los
demás ciertas características en función de datos observables: un gesto, un estado de
ánimo, etc. Se trata de atribuciones fundadas en la subjetividad. Una persona A será más
sensible a la influencia de B si esta última le permite operar con atribuciones más
estables y más diferenciadas que antes. Bruner destacó por su lado, la categorización
social, o sea, la tendencia de toda persona a ubicar a los demás en categorías,
permitiéndole así, estructurar su entorno social. Categorizamos a los demás
atribuyéndoles ciertas características, que iremos confirmando o no, según se den en las
personas y según adhiramos a la creencia de su existencia.
Los conceptos vistos de comparación, atribución y categorización, aclaran los
mecanismos por los cuales un sujeto, en interacción con otros, construye una
representación de su entorno y de los demás. Tales mecanismos pueden actuar en dos
sentidos: el del conformismo y el del cambio.
3) Las relaciones de poder.- El poder no es una propiedad intrínseca de una persona,
sino que es un fenómeno racional: solo hay poder donde hay un proceso de influencia
de unas personas sobre otras.
1. Las bases del poder.- French y Raven definen el poder en términos de influencia de
unos sobre otros, y definen a su vez influencia en términos de cambios: una persona
cambia porque recibió influencia.
Para French y Raven el poder se funda en cinco bases, que en conjunto llaman la “base
del poder”:
a) Recompensa: tiene más poder quien puede dar más recompensas, ventajas,
gratificaciones, etc.
b) Coerción: tiene más poder quien más posibilidad tiene de castigar o sancionar.
c) Legitimidad: tiene más poder quien está habilitado o legitimado por la sociedad para
ejercerlo.
d) Referencia: tiene más poder quien tiene más conocimiento o mayores destrezas.
Cuantos más requisitos de los mencionados se cumplan, más poder tendrá una persona.
Ciertos poderes tienden a unirse en una misma persona, como el poder legítimo y el
poder por competencia.
2. Poder y coaliciones.- Caplow retoma tres ideas fundamentales que permiten
aprehender las relaciones sociales como un juego constante de alianzas y coaliciones,
cooperaciones y rivalidades:
a) El conflicto tiene un rol estructurante en la interacción social: es el conflicto entre ser
social y ser individuo, que tiene toda persona.
b) La relación jerárquica forma a las instituciones y organizaciones pues estas funcionan
alrededor y por dicha jerarquía.
c) La unidad mínima de interacción social es la triada, pues siempre hay un tercero,
virtual o real. Este tercero puede funcionar como: mediador (privilegia el grupo antes
que el individuo); como tercius gaudens (aprovecha el conflicto entre dos para su propio
beneficio) y como déspota (utiliza el conflicto para aumentar su poder).
La triada tiende a formar una colación (dos contra uno). El objetivo de la coalición es
generar poder y mantenerlo. La formación de las coaliciones depende de dos factores
combinados: la repartición de fuerzas y la situación en la que evolucionan.
La repartición de fuerzas alude al reparto del poder según aspectos cualitativos (por
ejemplo, mayor prestigio) o cuantitativos (más personas juntas tienen más poder). Esta
repartición de fuerzas es necesaria para establecer una coalición, pero no suficiente
porque además debe darse una determinada situación, que los orientará hacia una
elección o hacia otra (o sea, aliarse con uno o con otro).
Estas situaciones pueden ser según Caplow de tres tipos:
a) Establecida: las personas forman una coalición en forma permanente: por ejemplo, la
coalición del padre y la madre para que el niño sea más obediente; b) Episódica:
circunstancial y no permanente, como por ejemplo, una alianza electoral entre partidos,
y c) Terminal: donde cada uno prefiere estar solo y la alianza se hace de mala gana con
una finalidad agresiva o defensiva (por ejemplo, alianza entre naciones en una guerra
fría.).
Las triadas pueden enlazarse entre sí, como por ejemplo, cuando dados tres hermanos,
cada uno forma una alianza contra el otro. En una familia una persona puede formar
alianza con una, y quedar fuera de otra alianza ya formada, o bien puede formar dos
alianzas con dos miembros distintos.
El concepto de conflicto (tanto intrapersonal como interpersonal) es muy importante,
porque desde este ángulo la influencia social aparece como resultado de un mecanismo
de reducción de la disonancia cognitiva (conflicto intrapsíquico) y del conflicto
relacional.
La influencia es el resultado de dos clases de fuerzas intensas: el poder y la seducción.
La interacción social es el espacio fundamental donde se articulan y anudan lo
psicológico con lo social.
Resumen de Marc E y Picard D (1992) La interacción social. Buenos Aires: Paidós.
Capítulo 4.

Influencia social y conformidad.- Los problemas de la ‘influencia social’ son por


ejemplo: ¿cómo surgen los acuerdos sociales? ¿Cómo los sujetos llegan a compartir un
sistema de representación de la realidad? ¿Cómo el grupo influye en la manera de sentir
y de pensar de los sujetos? Le Bon por ejemplo, dice que el sujeto dentro de una
muchedumbre se vuelve muy influenciable y sugestionable.
La conformidad es un problema conexo, pues es el estudio de los problemas de
influencia social: adhesión o no a expectativas sociales de conductas que regulan el
orden social. Todo esto a su vez tiene que ver con la persuasión y con el aprendizaje.
La historia del problema de la influencia social empieza en el Siglo XIX con el estudio
de la sugestión y está marcada por tres etapas: 1) de lo patológico a lo normal; 2) de la
psicología individual a la interacción social; 3) de la interacción a la interdependencia
social.
En 1866 Liébault habla de la sugestión como forma de hipnotismo, donde uno domina
la voluntad del otro. Binet también se interesa por la sugestionabilidad. Luego
Durkheim se refiere a la coacción social, en relación a la presión del sistema normativo
que se impone al sujeto más allá de él, desde ‘fuera’. Las normas sociales se imponen en
cambio, para Tarde, por imitación. Para McDougall el consenso social y la conformidad
se fundan en la existencia de un instinto humano de sumisión. Luego Bandura pondrá de
relieve que la imitación no es un fenómeno pasivo sino activo, pues está en función de
la motivación y la retención. Luego, se dejó de buscar el ‘porqué’ y se indagó más en el
‘cómo’ (por ejemplo, Sherif o Asch).
Facheuk y Moscovici señalan la existencia de varias modalidades de la influencia
social: la normalización, la conformidad, la innovación y la obediencia.
La normalización es la presión ejercida en el curso de una interacción para adoptar
normas aceptables a todos los sujetos: se nivelan las diferencias.
La conformidad es la adaptación de una norma específica por parte de los individuos.
Los motivos pueden ser varios (utilitarios, o satisfacer necesidades inconcientes de los
sujetos).
La innovación implica adoptar normas que cuestiones los modelos predominantes, y
puede venir desde arriba o desde abajo.
La obediencia (no incluida en realidad por Facheuk y Moscovici) implica que se deben
aceptar las normas no habiendo posibilidad de negociación. Es la coacción social de la
que hablaba Durkheim.
Sherif diseñó experimentos para ver cómo se hacía la normalización, cómo se formaban
las normas, y para ello puso a grupos en situaciones donde no se podía recurrir a
ninguna norma y fue viendo cómo ellos ibas formándolas. Por ejemplo, el ‘efecto
autokinético’ donde un grupo ve un punto luminoso que sigue trayectoria errática: los
sujetos llegan a acuerdos acerca de ese movimiento: forman normas. Con éste y otros
experimentos probaron que las normas sociales surgen de la interacción de los
individuos entre sí.
Moore investigó la conformidad y concluyó que esta se refuerza a sí misma por el
sistema de recompensas y castigos. Asch criticó este punto de vista conductista y dijo,
desde una perspectiva gestaltista, que el hombre no actúa por esos motivos sino porque
interpreta la situación para dar la mejor respuesta posible. O sea, no actúa pasivamente
respondiendo a estímulos, o reforzadores. Asch probó experimentalmente que un
individuo, cuando hay contradicción entre datos objetivos y lo que piensa la mayoría,
tiende a adoptar el punto de vista mayoritario: son los sujetos dependientes. No obstante
hay sujetos independientes.
Kelman dice que hay tres procesos psicológicos en la conformidad: la aceptación
(aceptar la norma grupal para evitar un castigo), la identificación (identificarse con el
otro para mantener una relación deseable), y la internalización (aceptar la norma porque
está de acuerdo con su propio sistema de valores). Cuál de estos factores se pondrá en
juego, dependerá del poder del agente de influencia. Si se maneja con recompensa y
castigos, interesará la aceptación, si importa lo que produce satisfacción, la
identificación, y cuando la comunicación es verosímil, la internalización.
En la obediencia debemos distinguir el conformismo en palabras y el conformismo en
los actos. Milgram diseñó un experimento donde ciertos sujetos debías dar un shock
eléctrico a otros (éstos por supuesto simulaban el dolor sin saberlo los primeros). Como
el investigador parecía avalar el uso de la violencia, muchos sujetos siguieron
obedeciendo y enviando shocks eléctricos cada vez mayores a medida que se les
indicaba. En la conformidad no hay presión hacia el acuerdo, pero en la obediencia sí: el
investigador prescribe cierta conducta que debe obedecerse. En la conformidad el sujeto
reconoce estar equivocado, el la obediencia no admite que él sea responsable: está
ejecutando órdenes.
Todo eso fue hecho en condiciones experimentales, pero también puede estudiarse esto
en un ‘laboratorio natural’, como por ejemplo, los campos de concentración. Bettelheim
observó que los mecanismos usados por los prisioneros, eran por ejemplo, la
identificación con el agresor, lo cual dificulta la solidaridad grupal entre ellos mismos.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

INTERACCIÓN

Generalidades.- Las interacciones ocurren entre personas: las emociones,


pensamientos, motivos de una influyen sobre la conducta de la otra, y viceversa. La
interacción más directa es entre persona y persona, y es la base de la interacción entre
grupos, o entre una persona y un grupo.
La interacción es un hecho que damos por sentado, pero necesita ser explicado desde la
psicología, ya que tiene ciertas características distintas a las interacciones cosa-cosa o
cosa-persona. Hay también semejanzas pues las cosas con las que interactuamos, como
las personas, pueden satisfacer necesidades, son beneficiosas o dañinas, etc.
Lo propio de la interacción persona-persona, que no existe en otros tipos de interacción,
es por ejemplo el hecho de que las personas nos responden (una cosa no): nos aman,
odian, alaban, etc. En otras palabras: percepciones, sentimientos y pensamientos están
en ambas personas, y se trata de acontecimientos representados en ambos participantes.
Esto es lo propio de los procesos psicosociales, que los distinguen de los procesos
sociales en general (como por ejemplo la interacción entre abejas y hormigas).
En la vida cotidiana pensamos que nuestras interacciones con los demás son directas,
pero no es así: lo que llega de una persona a otra es solamente energía física que circula
en un espacio intermedio entre ambas. Cuando la energía llega al otro se reestructura
como un acontecimiento psicológico particular (emoción, etc). En otras palabras, en la
ciencia se concibe la interacción humana como indirecta.
Teorías sobre la interacción.- Las teorías que conciben la interacción como indirecta
hay dos: la doctrina de la inferencia y la teoría del estímulo-respuesta.
La doctrina de la inferencia dice que las personas sólo intercambian energía física: no
puedo ver los pensamientos o emociones de los demás, sino solo los míos. Entonces,
¿cómo concluyo qué pensamiento o sentimiento tiene el otro? Por inferencia a partir de
lo que me pasa a mí. Por ejemplo yo se que cuando estoy alegre me ruborizo. Por lo
tanto, infiero que el otro también está alegre cuando veo su rubor.
La teoría del estímulo-respuesta se centra en los efectos que producen las acciones de
una persona sobre las acciones de la otra (a diferencia de la anterior doctrina, centrada
sobre la experiencia conciente). Se aprende a interactuar mediante ensayo y error,
formando condicionamientos en base a recompensas y castigos. Por ejemplo un niño vio
varias veces una sonrisa en su madre antes de ser alimentado, y vio un ceño fruncido
antes de ser castigado. Por tanto, cuando el otro sonríe puedo anticipar consecuencias
placenteras, y cuando se enoja consecuencias dolorosas. Las emociones no se ven
directamente: sólo se ven acciones del otro (sonreír o enojarse).
Reconsideración de las dos teorías.- Es difícil que se de el procedimiento de la
inferencia cuando intentamos saber algo del otro: nuestro conocimiento de él es bastante
más directo, tanto como si captásemos nuestras propias experiencias mentales. Esta
doctrina también falla en decir que por el solo hecho de ver algún cambio exterior en el
otro pensamos que ya está sintiendo o pensando tal o cual cosa: ‘sentimos’ que nos
sonrojamos, pero ‘vemos’ que otras personas se sonrojan. La inferencia pensaría que
‘sentimos’ como los otros se sonrojan.
La teoría del estímulo-respuesta es más realista, porque concibe la interacción humana
en términos de acciones sin hacer suposiciones sobre el estado mental del otro, y
además porque concibe la interacción como un prolongado proceso de aprendizaje. Para
esta teoría las acciones de las personas no las comprendemos como algo surgido de su
carácter o situación, sino como estímulos para reforzar nuestras acciones hacia ellos
según recompensas o castigos previos.
Asch S, Psicología social. Buenos Aires: Eudeba. Resumen del capítulo 5 (El problema
de la interacción humana).

Interacción en los grupos.- Cuando un grupo debe realizar una tarea sus miembros
deben interactuar, proceso que puede ser facilitado por un coordinador. Hay dos
modelos que describen este proceso de interacción: a) El modelo de Bales, descrito en
términos de fases o etapas, y b) El modelo de Benne y Sheats, descrito en términos de
roles.
Según Bales, se supone que todo grupo debe hacer una tarea, y para ello sigue una serie
de fases o etapas. En un grupo de discusión hay tres fases, donde hay tres tipos
diferentes de interacción:
1- Proacciones: corriente de palabras y gestos entre los miembros.
2- Reacciones propiamente dichas: reacciones ante dichas palabras o gestos.
3- Reacciones ante dichas reacciones.
Análisis del proceso de interacción: condiciones externas e internas según Bales.- Un
grupo pasa por fases para resolver su problema de la forma más efectiva posible
(efectividad en tanto eficacia como eficiencia). ‘Fases’ son los subperiodos
cualitativamente diferentes en función de un periodo total y continuo de interacción
donde el grupo va desde la iniciación de la tarea hasta su fin.
Un grupo pasa por las siguientes fases: problemas de orientación, problemas de
evaluación, y problemas de control (mientras tanto se suscitan reacciones emocionales
positivas o negativas). Para pasar de una fase a otra deben cumplirse dos tipos de
condiciones: externas e internas. Las externas son anteriores.
Condiciones anteriores o externas:
a- Personalidad de los miembros (deben ser normales, no psicóticos ni con déficits
intelectuales).
b- Subcultura grupal previa (debe ser adecuada, no, por ejemplo, saboteadora).
c- Expectativas de los miembros entre sí (en función de ellas habrá distintas posiciones:
líder de locomoción, líder de mantenimiento, etc).
Bales propone tres fases: orientación, evaluación y control, pero Romero propone seis
fases en vez de tres. Cuando un grupo recibe una tarea para hacer, se dan las siguientes
fases:
1- Pedir y dar orientación.- A alguien del grupo, a un coordinador, a alguien de fuera
del grupo. Empiezan a enfrentar y resolver sus problemas de comunicación interna: se
va formando la estructura de comunicación, de manera que en esta primera fase el
problema fundamental a resolver la comunicación. Además, se busca definir cuál es la
tarea a resolver.
2- Pedir y dar opinión.- Definida la tarea, se piden y dan opiniones para ver qué medios
se pueden seguir para cumplirla. El problema fundamental es evaluar las opiniones.
3- Pedir y dar sugerencias.- Los miembros intercambian información relacionada con la
tarea a resolver, y buscan vincular su propia experiencia con dicha tarea. Entre las fases
2 y 3 se va definiendo la estructura de liderazgo. En la fase 3 pueden surgir
desavenencias, rivalidades, y es la que más tiempo y esfuerzo lleva al grupo. Por ello el
problema a resolver acá es el control o regulación de los aportes que hacen los
miembros.
En las tres sub-fases mencionadas (que constituyen una primera fase) predominan (en
un 70% contra un 30%) los roles de locomoción o tarea, pero a partir de la segunda fase
que viene ahora, dicha relación va invirtiéndose poco a poco.
4- A partir de las sugerencias (sub-fase 3) empiezan ahora a surgir los primeros
acuerdos (aceptar, comprender pasivamente, acceder) o también desacuerdos (rechazo
pasivo, no ayuda, formalidad, etc). Acá el problema central es la toma de decisiones:
cómo se resolverá la tarea.
5- Modificación de las tensiones endogrupales: disminuyen si hay acuerdos, aumentan
si no los hay. El problema central es la reducción de las tensiones.
6- Modificación del nivel de solidaridad endogrupal: aumentará si se relajan las
tensiones, y bajará si aumentan. El problema fundamental es la reintegración (volver a
estar unidos).
En la primera fase predomina el área de tarea (preguntas, respuestas, neutralidad
emocional). En la segunda fase predomina el área socioemocional (reacciones positivas
o negativas). Tarea y emoción se coimplican, así como se coimplican eficacia (tarea)
con eficiencia (emoción).
Si no se cumplen las condiciones externas o anteriores, estas sub-fases pueden alterarse,
saltearse o invertirse. En síntesis:

Fases Roles observables Problemas a resolver


Fase 1:
Sub-fase 1 Dar-pedir orientación Comunicación
Sub-fase 2 Dar-pedir opiniones Evaluación
Sub-fase 3 Dar-pedir sugerencias Control
Fase 2:
Sub-fase 4 Acuerdo-desacuerdo Decisión
Sub-fase 5 Tensión-relajamiento Reducción de tensión
Sub-fase 6 No solidaridad-sí Reintegración
solidaridad
Resumen de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 3.

INTERACCIONISMO SIMBÓLICO

Generalidades.- Expresión prioritaria de la psicología social sociológica, esta escuela


surge con el siglo XX en la Universidad de Chicago. Su figura más destacada es G
Mead, pero también están J Dewey (1859-1952), W Thomas (1863-1947) y C Cooley
(1864-1931).
Uno de sus precursores fue W James (1842-1910), un pragmatista que sostenía que el
significado y la verdad de una proposición debía buscarse en sus consecuencias
prácticas. Fue pionero en establecer la psicología como disciplina autónoma –la
psicología funcionalista-. Concibió la conciencia como un proceso o devenir, siempre
cambiante, de vivencias subjetivas, y es además intencional o “funcional”: toma
decisiones, resuelve problemas gracias a su capacidad sintética. La conciencia y su
objeto son una estructura indiferenciada, con lo cual se supera el dualismo cartesiano.
James destacó la idea de un yo empírico, objeto de la experiencia personal, desdoblado
en un yo conocedor y un yo conocido. Está formado por un yo material, uno social y
uno espiritual. El todo, el sí mismo está desdoblado en un sí mismo conocedor y un sí
mismo conocido de donde se desprenden las dos instancias: el yo y el mí, resultados del
proceso de interacción por el cual el yo se mira a sí mismo tal como es mirado antes por
otros.
El yo o mí material está formado por los objetos reconocidos como propios (cuerpo,
ropa, etc), el yo o mí social por la forma en que los demás lo conciben, e incluye valores
y normas sociales. Y el yo o mí espiritual está formado por capacidades, intereses,
actitudes, conciencia de la propia existencia, fragilidades, etc. Es lo más subjetivo e
incluye la idea que tenemos de nosotros mismos.
Otro precursor de Mead fue Cooley, que contribuyó al desarrollo del concepto del sí
mismo con su teoría del yo en el espejo: nuestro yo es función de cómo nos imaginamos
percibirlo en la mente de los demás, como nos vemos reflejados y juzgados, y por tanto
resulta de la interacción social.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Generalidades.- George Mead (1871-1936), creador del conductivismo social, sostiene


que el lenguaje es la parte visible de la interacción individuo-sociedad, y está
constituido por símbolos tanto individuales como sociales: son significados compartidos
por una colectividad. La persona se socializa porque asume roles sociales, y no porque
dichos roles sean impuestos por una conciencia colectiva (Durkheim). Apela a la
responsabilidad individual.
El interaccionismo simbólico de Mead se basa, según Blumer, en tres postulados:
a) Las personas actúan hacia los objetos según el significado que estos tengas para ellas.
b) Dicho significado surge de la interacción social.
c) Dichos significados son usados y modificados, o sea interpretados por lo que toda
realidad es siempre una realidad interpretada.
Cuando interactuamos, compartimos ‘definiciones’ de la situación que nos permite
saber qué expectativas tenemos de los demás, y ellos de nosotros.
Sí mismo: Para Mead y Blumer, nuestras identidades surgen del intercambio social,
pues para formarlo actuamos con nosotros mismos como los demás actuarían con
nosotros. Ejemplo: nos censuramos como los demás nos censurarían, o sea somos sujeto
y objeto al mismo tiempo.
Al aspecto de sujeto, Mead lo llama ‘yo’ (es el que censura) y al aspecto de objeto lo
llama ‘mi’ (es el censurado)
Según Mead, los niños pasan por tres etapas del desarrollo del sí-mismo:
- Juego informal (asume el rol de una persona por vez).
- Juego formal (abarca la perspectiva de muchas personas al mismo tiempo, como en un
equipo de fútbol).
- Otro Generalizado (abarca toda la comunidad o sociedad, se ven a sí mismos desde la
perspectiva de otro generalizado, entiende cómo funciona globalmente la sociedad).
El sí-mismo es fundamental para la integración social. Mediante él el sujeto puede
señalarse a sí mismo (autoseñalamiento) las cosas del mundo, y orientar sus acciones en
consecuencia. La clave para esto es el lenguaje como comunicación, pues gracias a él
nos presentamos a los demás (aun con ademanes) y ellos a nosotros. Pero para ser
completa la palabra debemos asignarle significado. No respondemos a los actos de los
demás sino a nuestra interpretación de dicho acto, a lo que significa para nosotros.
La realidad objetiva se redefine permanentemente desde la subjetividad humana.
Pragmatista, Mead dice que los seres vivos se ajustan a su medio por razones utilitarias
o prácticas. Rechaza el conductivismo pues no consideró las experiencias subjetivas del
hombre y su interacción social. La mente en una internalización del proceso social. Los
actos no son mecánicos: antes de actuar, el sujeto le debe dar un significado a la
situación, aunque las situaciones rutinarias no requieren redefiniciones.
La mente es reflexiva: por el sí-mismo el hombre es capaz de pensarse a sí mismo
mirándose desde el punto de vista del otro y asumiendo sus actitudes. El sí-mismo surge
de la interacción, que a su vez supone la internalización de ciertas reglas de juego.
Por el lenguaje el hombre para a ser persona. Por él transforma al mundo y a sí-mismo.
No hay una realidad definida y luego le damos un nombre: ambas cosas se arman al
mismo tiempo.
Dos conceptos son importantes de Mead: ‘gesto significante’ y ‘rol’, El primero es
aquel que evoca realidades, experiencias compartidas, o individuales, y permiten definir
la realidad de modo similar. Para un hijo y su madre, llanto significa comida: lo
construyeron ellos, no es necesariamente universal, pero sí compartido.
La persona ejecuta los roles. Mediante el rol la sociedad se incorpora al sistema de
representaciones del sujeto. Ejemplo típico el deporte o el juego, donde se asume el rol
del otro (jugar al almacenero, etc.). Se forman un conjunto de otros incorporados y al
conjunto se lo llama ‘mí’ (o sea, son los otros internalizados). Al asumir un rol
incorpora también una norma. El sí-mismo se va formando en base a estos modelos que
generan expectativas de las expectativas de los demás.
Los gestos no significantes simplemente generan una reacción, pero los significantes
despiertan en mí mismo la reacción que despiertan en los demás, y así el sujeto puede
controlar su conducta sobre acuerdos previos de significados compartidos. Los símbolos
orientan la acción en el medio social (interaccionismo simbólico).
En suma, Mead toma al hombre como un ser activo, responde selectivamente a los
estímulos, los interpreta. En su interacción con el otro surgen significados compartidos
(acuerdos sociales).
El gesto significante (o símbolo) implica que el sujeto debe interpretar el significado de
su propio signo, que evoca los mismos significantes en el otro, lo que le permite
anticipar la conducta del otro. Solo así se adquiere ‘conciencia de sí’, solo así puede
verse el sujeto como objeto poniéndose en el lugar del otro (rol). Conforma así otro
generalizado.
El sujeto se sitúa en la posición del otro y desde allí, constituido como yo, se ve a sí
mismo como objeto (mí).
•Mis expectativas respecto de mí mismo son las que tienen los demás respecto de mí.
Asumo el rol que me adjudican.
•Lo que yo haga o diga deberá significar lo mismo para mí que para el otro (los
símbolos son compartidos).
Condensado de clases de la cátedra de Psicología Social de la Facultad de Psicología de
la Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 1986.

Generalidades.- H Blumer, discípulo de George Mead, sintetizó los fundamentos del


interaccionismo simbólico en tres puntos: 1) Los seres humanos actúan hacia los objetos
en base a los significados que estos tienen para ellos. 2) El significado surge en la
interacción social. 3) Los significados se modifican a través de un constante proceso de
interpretación.
Entre los interaccionistas simbólicos modernos se cuenta E Goffman (1922-1982) con
su enfoque dramatúrgico: entiende la interacción como un drama donde los individuos
se influyen recíprocamente mediante impresiones cotidianas: los hombres encarnan
roles, usan recursos, etc, y así el actor presenta su actividad ante otros y controla así la
impresión de los demás. La organización social resulta de estas interacciones. Goffman
estudia gestos en grupos e instituciones con un enfoque “microsociológico”, es decir,
enfatizando lo interindividual. También se interesó por el problema de la identidad y el
sí mismo.
Garfinkel por su parte trabajó en etnometodología estudiando el análisis de la
conversación y demás prácticas de la vida cotidiana, buscando analizar como la gente
construye colectiva y significativamente la realidad y vuelcan estos significados en la
interpretación de sus propias actividades. La sociedad es producto de interpretaciones
continuas. Este enfoque etnometodológico trabaja en contextos naturales donde se
producen realmente las interacciones, y rechaza aspiraciones como la “objetividad”, ya
que son los individuos los que crean las reglas.
La etogenia de Harré y otros sigue una línea similar, planteando una psicología en tres
niveles: los actos sin conciencia del actor (ej. hábitos automáticos), la acción autónoma
con conciencia de sí misma y las reglas, y finalmente la estructura y procesos
colectivos, sociales, no concientes (el orden moral). La psicología estudia las reglas y
convenciones tácitas presentes en la vida cotidiana, y se propone identificar patrones de
significado de las acciones humanas y la forma en que son producidos en la vida
cotidiana a partir del sentido común.
Hacia 1960 Berger y Luckmann escriben “La construcción social de la realidad”, donde
analizan las formas sociales del conocimiento y sostienen que el significado de la vida
humana se constituye en la conciencia. En la obra citada proponen un modelo de
creación del mundo social (realidad objetiva) y de constitución de la realidad subjetiva,
tomando de G Mead la importancia de la internalización de la realidad social, el tercer
momento del proceso dialéctico de la construcción social de la realidad.
Todos estos enfoques interaccionistas simbólicos destacan que los hombres interpretan
permanentemente la realidad atribuyendo significados en la interacción con los demás.
Estos significados son el eje central para comprender la conducta humana.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

INTERSUBJETIVIDAD
Generalidades.- Categoría en la cual importan tanto el objeto como el sujeto. Husserl
plantea la intersubjetividad como aquello que concierne a la comprensión
(entendimiento) de dos subjetividades: por lo tanto el objeto es en rigor otro sujeto. La
tesis subyacente es el idealismo fenomenológico, el descriptivismo, el esencialismo y el
comprensivismo de Dilthey (empatía). No se busca explicar sino describir, pudiendo ser
esa descripción eidética (esencialismo), empírica (describir lo dado) o intelectual
(intelectualismo). No confundir la descripción con la observación: ésta se enmarca
dentro de la explicación como su primer paso.
Yáñez Cortés R (1985). Clases de Metodología de la Investigación psicológica. Buenos
Aires. Universidad de Belgrano.

JUSTICIA SOCIAL

Generalidades.- Actualmente, los reclamos de justicia social parecen agruparse en dos


grandes tipos: los reclamos de redistribución y los reclamos de reconocimiento. En el
primer caso, se trata de reclamar un reparto más equitativo, justo o igualitario de
recursos y bienes. En el segundo caso, lo que se reclama más plausiblemente es un
mundo que acepte las diferencias, un mundo donde la asimilación a las normas
culturales dominantes ya no sea el precio a pagar por un respeto equitativo. Los
reclamos de redistribución son los clásicos, pero hoy en día tienden a aumentar los
reclamos de reconocimiento.
Fraser señala que la antítesis entre ambos tipos de reclamo es falsa, y sostiene que la
justicia en la actualidad requiere tanto de la redistribución como del reconocimiento, y
ninguno de ellos es suficiente por sí solo. En todo caso el problema a resolver es como
poder combinarlos, habida cuenta de que entre ellos existe disociación y más aún,
polarización, como cuando algunos defensores de la redistribución rechazan
categóricamente las políticas de reconocimiento.
A continuación, se pueden indicar cuatro diferencias entre ambos paradigmas:
redistribución y reconocimiento.
1) El paradigma de la redistribución centra su atención en injusticias de índole
socioeconómicas enraizadas en la estructura económica de la sociedad. Por ejemplo,
explotación, privaciones y marginación económica.
En cambio el paradigma del reconocimiento entiende las injusticias no en términos
económicos sino en términos culturales, lo cual presupone su enraizamiento en patrones
culturales de valor institucionalizados. Por ejemplo la dominación cultural, el no-
reconocimiento y la falta de respeto.
2) Ambos enfoques proponen diferentes remedios para la injusticia. Para el paradigma
de la redistribución, el remedio es algún tipo de reestructuración económica, como por
ejemplo la redistribución del ingreso, la reorganización de la división del trabajo o la
transformación de otras estructuras económicas básicas de manera que la brecha entre
pobres y ricos tienda a disminuir.
Para el paradigma del reconocimiento, al contrario, el remedio para la injusticia sería
alguna forma de cambio cultural o simbólico. Por ejemplo, podría involucrar una
revalorización ascendente de las identidades menospreciadas, la valorización positiva de
la diversidad cultural o una reconstrucción de las jerarquías de valor de modo tal de
modificar las identidades de todos.
3) Ambos paradigmas suponen diferentes concepciones de las colectividades que sufren
injusticias. En el caso del paradigma de la redistribución, los sujetos colectivos de la
injusticia son clases o colectividades cuasi clasísticas, definidas económicamente por
una relación distintiva con la estructura económica socia, como por ejemplo, la clase
trabajadora explotada, los excluidos del trabajo, etc.
En el caso del paradigma del reconocimiento, las víctimas de las injusticias no es una
clase económica del tipo marxista sino grupos de estatus más weberianos. Estas
víctimas no se definen en términos de producción sino en términos de reconocimiento:
ellos no han sido reconocidos o han sido infrarreconocidos otorgándoseles menor
prestigio, honor o estima. El clásico ejemplo es el grupo étnico de baja condición y, más
actualmente, las minorías sexuales.
4) Ambos enfoques suponen distintas formas de entender las diferencias grupales. Así,
el paradigma de la redistribución trata esas diferencias como diferenciales injustos que
deben ser abolidos, mientras que el paradigma del reconocimiento las trata ya sea como
variaciones culturales que deberían celebrarse o como oposiciones jerárquicas
construidas discursivamente que deberían reconstruirse.
Condensado de Fraser N, La justicia social en la era de las ‘políticas de identidad’:
redistribución, reconocimiento y participación. Apuntes de Investigación N° 2/3.
Buenos Aires: CECYP, sin fecha.

LIDERAZGO

Definición.- Liderazgo es un tipo especial de relación entre un individuo y otros donde


el primero, llamado líder, influye sobre los demás llamados seguidores, más de lo que es
influido por éstos. O sea, liderazgo es la influencia potencial de una posición A sobre
otras B, C, etc, en un área particular de cuestiones. El liderazgo emerge de la interacción
grupal por consenso. En cambio la autoridad es impuesta desde afuera, por el exogrupo.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 2.

Características.- Los miembros aceptan ser dirigidos por uno o varios miembros
(líderes) porque ellos son la vía más adecuada para lograr los objetivos del grupo
(objetivos que satisfacen sus necesidades). Del líder no interesa lo que es o lo que sabe,
sino lo que hace para satisfacer las necesidades grupales: es la concepción funcional del
líder. Por ejemplo, fijar metas, alentar, resumir lo hecho, etc. Al variar las necesidades
varían las características exigidas al líder. O sea, el liderazgo como función, es móvil.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 2.

Fuentes de poder del liderazgo.- El liderazgo implica una posición diferenciada, una
función móvil y una relación de influencia, así como una cierta persistencia. Lo que
funda la persistencia es lo que French y Raven llaman las ‘fuentes del poder’, las cuales
son cinco (alguna predominará sobre otra, pero están siempre todas. Por ejemplo, en un
maestro):
1- Poder de recompensas y castigos (el líder gratifica o frustra)
2- Poder de coerción (el líder es capaz de obligar)
3- Poder legítimo (en tanto representa las imagos parentales)
4- Poder referido (basado en el afecto, amistad o prestigio. Ejemplo: Los Beatles)
5. Poder experto (el líder es alguien que sabe. Debe estar en el liderazgo democrático).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 2.
Clasificación del liderazgo.- En todo grupo hay una actividad intelectual y
comportamientos afectivos. En función de ellas, los liderazgos pueden ser:
1- Instrumental (de tarea, de locomoción o de fines). Dirige las actividades intelectuales
o racionales.
2- Expresivo (o de persistencia del grupo). Mantiene afectivamente el grupo en tanto tal.
El liderazgo instrumental encarará problemas de logro, mientras que el liderazgo
expresivo problemas de proceso (rivalidades, tendencias autodestructivas,
conspiraciones, etc, todos problemas que requieren un mayor gasto energético). Estos
últimos problemas tienen relación con los supuestos básicos de Bion.
Ambos tipos de liderazgo coexisten y casi siempre están en una misma persona. El
liderazgo instrumental puede a su vez ser: a) centrado en el líder (centralizado,
enérgico), o b) centrado en el grupo (relajado, disperso, con mucha comunicación
interna). Predomina el primer tipo cuando hay que dar una rápida solución a problemas,
y el segundo en casos de discusión y decisiones grupales.
Sobre esta base, Lewin y seguidores indicaron tres tipos de estilos de liderazgo según su
grado de influencia sobre el grupo:
1- Autoritario: asigna tareas, designa grupos de trabajo, dicta pasos a seguir, no da
razones y premia o castiga casi arbitrariamente. Se compromete con el grupo.
2- Democrático: favorece las discusiones grupales, orienta las decisiones, bosqueja
pasos a seguir, no asigna ni designa sino que propone, y decide el consenso. Se
compromete emocionalmente, participa.
3- Laissez-faire: es pasivo y si es líder lo es por ser experto, por prestigio o por
legalidad psicológica. No participa ni se compromete, y está por si el grupo requiere
auxilio.
El grupo autoritario puede provocar dos reacciones excluyentes: agresiva y apática, lo
que dependerá de la dependencia de los miembros y la actitud represiva del líder. La
agresiva implica rebeldía y unión entre los miembros, lo que falta en la reacción apática.
En esta última encontramos frustración, que puede transformarse en agresión. Esta
agresión puede ir contra el líder, el exogrupo o algún miembro tomado como chivo
emisario. En el apático hay menos satisfacción, menos responsabilidad y compromiso,
pero también lo hay en el agresivo si lo comparamos con el liderazgo democrático. En
el liderazgo autoritario hay más rapidez de reacción, pero a la larga aumenta la agresión
y la frustración. El liderazgo democrático es el más efectivo, pues crea vínculos
positivos, da sentido de pertenencia, y el más eficaz para cumplir con la tarea.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 2.

Liderazgo y coordinación.- No es lo mismo líder que coordinador. Coordinación es


una relación entre un individuo y otros donde el primero organiza las actividades de los
demás para facilitar un autoaprendizaje de mejores comportamientos. Puede o no ser
miembro del grupo pero debe comprometerse con el mismo. No es el líder, pero puede
llegar a serlo. Reconoce al líder e influye sobre el grupo a través de él.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 2.

Las estructuras de comunicación y liderazgo.- Una red se define como un sistema de


enlaces entre los miembros que utilizan todos los canales de comunicación disponibles.
Una estructura de comunicación es una red donde, de hecho y por diversas razones,
algunos canales no son utilizados.
Hay un estrecho vínculo entre comunicación y liderazgo: los más informados o los que
más información reciben son los líderes o los próximos al líder. Por ello son los más
indispensables y los más aptos para corregir errores.
El líder democrático busca extender la comunicación entre los miembros.
Se llama ‘diámetro’ a la distancia más corta (menor número de canales) entre los
miembros más lejanos que participan en una red. De ello se deducen dos cosas: 1)
cuanto menor número de canales haya, mayor cantidad de miembros estarán
informados; y 2) cuanto menores sean los diámetros, más pronto estarán todos
informados plenamente. Ambas cosas apuntan a reducir al mínimo los enlaces y canales
superfluos. Ello puede lograrse mediante grupos de discusión en liderazgos
democráticos.
Otro concepto es el de ‘célula abierta’, que es el miembro a través del cual debe
transmitirse la información desde una subred a otra, desde un subgrupo a otro o desde
un grupo a otro. Si queremos influir en un grupo entraremos por estas células que deben
ser lo más centrales e interdependientes posibles para acceder a las diferentes partes de
la estructura grupal.
Los grupos grandes tienen una limitación en cuanto a lo comunicacional: algunos
miembros pueden no participar, ser silenciosos o ser apartados de la comunicación por
quienes ocupan posiciones más centrales (es decir por quienes se comunican más entre
sí). Por ello son preferibles los grupos de discusión pequeños, donde todos tienen
oportunidad de participar.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 2.

Líder y persona central.- Redl prefiere hablar de ‘persona central’ y no de líder porque
la persona central no es, como el jefe de la masa freudiana, impuesto sino es un
emergente natural del grupo.
La relación entre la persona central (PC) y los demás se da de tres maneras: a) La PC es
objeto de identificación (amor u odio) para los demás. b) Es objeto de impulsos
amorosos y/o hostiles. c) La PC puede actuar como soporte del yo, reforzando el yo de
los demás miembros. Esto último explica porqué en momentos de gran ansiedad
(debilidad yoica) se busca un líder en el cual apoyarse, lo que aumenta la cohesión
grupal.
Redl enumera diez maneras de formación de un grupo, según diez roles que asuma la
PC:
1- El soberano patriarcal: niños que forman un grupo porque incorporan su superyo
a la PC. Hay emociones compartidas.
2- El líder: incorporan el Ideal del Yo, y también hay emociones mutuas.
Coincidencia con Freud.
3- El tirano: los niños incorporan a su propio superyo el superyo de la PC. Se dan
emociones compartidas por un sentimiento de temor al agresor.
4- La PC como objeto de amor: por ejemplo algún músico entre los adolescentes.
5- La PC como objeto de odio: es el chivo expiatorio. También aquí hay emociones
compartidas porque todos odian a la misma persona.
6- El organizador: la PC es útil a los yoes pues les da medios para satisfacer sus
impulsos indeseables, impidiendo que aparezca culpa.
7- El seductor: La PC es útil a los yoes porque los inicia, impidiendo también la
aparición de culpa y ansiedad.
8- El héroe: igual que el anterior sólo que el acto de iniciación se orienta hacia la
contradicción entre valores morales y la autoprotección cobarde (ansiedad
persecutoria). Con ello es posible dominar las tendencias indeseables hacia la
sumisión cobarde.
9- La mala influencia: La PC es útil al yo de los integrantes potenciales por “la
influencia del carácter infeccioso del área no conflictiva del yo respecto de la
conflictiva”, con lo cual se ahorran conflictos y ansiedades y el consecuente desgaste
emocional.
10- El buen ejemplo: La PC es útil a los yoes igual que en el caso anterior, sólo que
en el caso 9 la solución conducía a impulsos indeseables, y aquí lleva a valores
morales, o sea, los niños pueden reprimir lo indeseable por un mandato superyoico.
En las diez formaciones siempre hay emociones grupales compartidas.
Según Redl, el líder proporciona un clima al grupo (o una ‘cultura’ en los términos de
Stock y Liberman). Por ejemplo una maestra puede generar una cultura de rigor al
imponer premios y castigos. Otro ejemplo es la cultura del chantaje (‘estos chicos me
hacen sentir mal’). Otra tercera forma de manejar el clima es apelando al prestigio (los
buenos tienen prestigio, dentro del grupo ocupan una posición importante y el que no,
queda afuera como forma de castigo).
Sintetizamos en el siguiente esquema los diez tipos de persona central (o roles que esta
puede jugar), en relación con las tres características o modos de formación grupal antes
expuestas:

A. La persona central como objeto de identificación


1. Incorporación a la conciencia (sobre la base del amor). El soberano
patriarcal
2. Incorporación al ideal del yo (sobre la base del amor). El líder
3. Identificación con el agresor (sobre la base del temor). El tirano
B. La persona central como objeto de pulsiones
4. Como objeto de pulsiones de amor. El objeto de amor
5. Como objeto de pulsiones hostiles. El objeto de odio
C. La persona central como soporte del yo
6. Proporciona medios para la satisfacción de las pulsiones. El organizador
7. Disuelve situaciones de conflicto mitigando la culpa y la El seductor
ansiedad mediante la técnica del acto de iniciación al servicio de
la satisfacción de las pulsiones.
8. Disuelve situaciones de conflicto mitigando la culpa y la El héroe
ansiedad mediante la técnica del acto de iniciación al servicio de
la defensa contra las pulsiones.
9. A través del ‘carácter infeccioso de la constelación no La mala influencia
conflictiva de la personalidad respecto de la conflictiva”, puesto al
servicio de la satisfacción de las pulsiones.
10. A través del ‘carácter infeccioso de la constelación no El buen ejemplo
conflictiva de la personalidad respecto de la conflictiva”, puesto al
servicio de la defensa contra las pulsiones.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 6.

MARGINACIÓN

Definición.- El autor plantea una nueva definición de marginación, y se exponen


mecanismos, sistemas y procesos mediante los cuales las sociedades occidentales
avanzadas europeas institucionalizan las situaciones de marginación con el fin de
dotarlas de funcionalidad para la perpetuación de los intereses de las estructuras de
poder.
Entendemos por marginación social determinadas situaciones estructurales y pautas de
comportamiento, que se alejan del tipo ideal latente en la representación simbólica con
que la cultura dominante formaliza la sociedad, tan sólo dotadas de trascendencia social
cuando afectan a grupos excluidos del modo normalizado de vida que establecen las
relaciones de producción, reproducción y legitimación social.
Así, la marginación social es una realidad objetiva, y no subjetiva e individual. La
situación de marginación, además, viene definida por aquellas acciones que se oponen
al tipo ideal de la cultura dominante: se incluyen acciones penalizables, rechazables,
condenatorias, etc. Surgen así oposiciones con el tipo ideal: familia-prostitución, pureza
de la raza-xenofobia, etc. Normalidad y marginación son dos caras de la misma moneda,
que se pueden analizar macrosociológicamente (necesidades sociales de producir
mecanismos de marginación) y microsociológico (como cada sujeto se desvía de la
media).
Condensado de Manzanos Bilbao César (1996) Cárcel y marginación social. Capítulo 6,
punto 1.d.

Modelo conceptual para el análisis de las situaciones problemáticas derivadas de la


marginación social.- Diferenciamos tres categorías conceptuales que configuran y
entroncan estructuralmente las situaciones de marginación social:
a) Las situaciones objetivas: Situaciones objetivas de marginación son por ejemplo la
explotación y la privación económica, el desempleo, el racismo, la división sexista del
trabajo o la exclusión de la mujer de la vida social. Tales situaciones objetivas son
típicas de cada sociedad.
b) Los determinantes sociales y los grupos vulnerables: Las situaciones sociales que
afectan a los grupos vulnerables pueden ser crónicas (afectan a ciertos sectores toda su
vida: ser mujer, ser deficiente físico, etc); universales-temporales (afectan solo una parte
de la vida: infancia, vejez, etc); y específicas (afectan a ciertos sectores: pobres,
desempleados, etc).
c) Las situaciones problemáticas específicas: Se definen como las consecuencias de
situaciones objetivas de marginación, generalmente acumuladas, que al manifestarse en
ciertos grupos sociales vulnerados, originan fenómenos de marginación: prostitución
callejera, mendicidad, malos tratos, desocupación, delincuencia, etc. Muchas personas
son marginadas por varios de estos motivos al mismo tiempo.
En este capítulo se estudian especialmente las familias marginadas. La marginación es
un fenómeno necesario: la sociedad la funcionaliza ideológicamente para mantener los
umbrales de insatisfacción, para controlar aspiraciones, regular respuestas y
reinterpretar conflictos provocados por los sujetos divergentes.
La marginación queda así institucionalizada como consecuencia de la necesidad de dar
una respuesta a la patología social (degradación del ambiente, etc): la lógica del sistema
permite reintegrar o excluir a ciertos individuos del seno social. El sistema económico
instaura por ejemplo la jubilación: si el anciano no queda cubierto por ahorros o por su
familia, pasa a ser un marginado.
Las reacciones discriminatorias se justifican diciendo que es preciso segregar
momentáneamente a ciertas personas para poder rehabilitarlas y luego reintegrarlas al
seno social. Es contradictorio, porque al mismo tiempo se los está desocializando y
resocializando. En la realidad, la marginación condena, aísla y reprime.
Hay otras justificaciones, como la religiosa (la marginación es para hacer penitencia,
conversión religiosa), social (la cárcel es para socializar), política (hay que mantener
una disciplina) y económica (algunos deben ser marginados para que otros ganen más).
Condensado de Manzanos Bilbao César (1996) Cárcel y marginación social. Capítulo 6,
punto 1.d.

MARGINALIDAD

Generalidades.- Cuando hablamos de individuos con conductas sociopáticas –dentro


de las cuales podríamos incluir las mentiras, las adicciones, los robos y otras conductas
delictivas, entre otras muchas- tendemos a pensarlas como fenómenos de la
marginalidad, esto es, como conductas de margen.
Desde el punto de vista del individuo, podemos comprender a las conductas marginales
como un síntoma: como tal revelan un conflicto y en sí mismas también representan un
intento de solución. Pero este individuo no puede pensarse en forma aislada, pues se
hace a sí mismo, se co-construye en el ejercicio de múltiples interacciones dialógico-
lingüísticas y conductuales. Entre las cuales las que se dan en el interior familiar se
reconocen como las más fuertes y primitivas. Por este motivo, tendemos a considerar el
síntoma en su aspecto relacional como emergente de una peculiar forma de interacción
en el interior de la familia.
Serebrinsky. H, Familias marginales. INTERPSIQUIS. 2006; (2006).

Familias marginales.- Es claro que la conducta marginal implica una trasgresión a una
norma o ley social y también a una ley, pacto o mandato familiar. La trasgresión
consiste en efectuar un acto que no coincide con lo consensuado a través de la palabra:
aparece una incongruencia entre la palabra y el acto. Y como consecuencia, la palabra
pierde valor y credibilidad, y por lo tanto el tema de la verdad se convierte en una
verdadera cruzada para la familia. En cierta forma, la familia viene a la terapia
queriendo saber cuál es la verdad, acusando al paciente identificado por sus actos
delictivos, pero sin entender el porqué, ni las circunstancias que lo llevaron a cometer
estos actos. Los padres se preguntan en dónde fallaron, qué es lo que faltó –pregunta
que podemos entender según el doble significado de la palabra falta, el de la falta de
algo y el de la trasgresión-.
Así buscan un juez que los alivie en esta constante culpa de no entender, le piden al
terapeuta que diga cuál es la verdad, que ponga palabras que sentencie el acto delictivo:
culpables o inocentes. Se lanzan a bucear en la historia buscando el porqué incansable
de los hechos, para nunca creerlo –sin entender que de cualquier manera que se defina la
verdad, ésta implica el acuerdo del sujeto con los otros.
Si volvemos a la idea de trasgresión, el desafío es pensar en cómo se ha instalado la ley,
cómo han construido los miembros de esa familia, a partir de sus mutuas relaciones e
interacciones, la significación de conceptos tales como “mentira”, “traición”,
“trasgresión”, “soledad”, “estafa”, “dolor”, etc.
Las familias en las cuales aparecen uno o más miembros con conductas marginales
tienden a establecer un estilo de relación basado en la confusión. Las jerarquías (que
implican la posibilidad de hacer respetar y cumplir la ley) son difusas, poco claras, y
están puestas al servicio de la incertidumbre. Lo que está bien y lo que está mal, lo que
está permitido y lo que está prohibido, no ya desde lo social, sino desde lo familiar,
variará según quién lo proponga, a quién y delante de quién.
Siguiendo esta línea, entonces, hablamos de familias marginales pensando en el modo
en que se instalan los diálogos y el tipo de relación a que dan origen: diálogos que se
dan al margen de otros diálogos o al margen de alguien y relaciones que se dan al
margen de otras relaciones o dejando en el margen a otras. Este enfoque se aparta del
uso habitual y social del término ya que la familia como grupo no comete el acto
marginal, sino que lo hacen uno o varios de sus miembros.
Lo importante en estos casos será conocer qué es lo que se coloca al margen y de qué o
de quienes, pues esta dinámica da lugar a los juegos de exclusión–inclusión
característicos de estas relaciones. La confusión que se da en estos casos puede ser leída
como “fusión con”, es decir, estar pegado a algo: a un mandato a un miembro de la
familia o a un lugar. Pero si miramos más detenidamente nos damos cuenta que el
sujeto marginal no se encuentra “pegado” estrictamente al entorno familia –porque de
ser así acataría el mandato de los padres, especialmente el del padre- pero es un hecho
que tampoco puede salir, y por eso decimos que se encuentra al margen.
Serebrinsky. H, Familias marginales. INTERPSIQUIS. 2006; (2006).

MEAD, GEORGE

Biografía y obra.- George Herbert Mead (EEUU, 1893-1931) estudió en Harvard


filosofía y psicología, y fue discípulo de Wundt y Ebbinghaus, aunque Dilthey influyó
sobre él en cuanto a concebir la psicología como ciencia del espíritu. También fue
pragmatista, siguiendo la huella de W James, y su postura se llamó conductismo social
(según Morris) o interaccionismo simbólico (según Blumer).
Para Mead el individuo es un producto de la interacción recíproca entre individuo y
sociedad, de la cual surge la “mente”, superando así la controversia individuo-sociedad
de Tarde y Durkheim, así como la dicotomía ciencia natural – ciencia del espíritu y el
dualismo cartesiano mente-cuerpo. Fue influenciado por el darwinismo.
Mead plantea la anterioridad histórica de la sociedad sobre la persona, y por ello es una
psicología social sociológica. La mente surge en el devenir de la comunicación –la
conversación de gestos significantes- y en la experiencia social de las personas. Mead
elabora una teoría genética, mostrando como deviene la persona, el ser conciente de sí o
conciencia reflexiva.
La persona se mira a sí misma como antes fue mirada por otros, lo que se cumple a
través de gestos significantes (idea de Wundt), que son símbolos universales. La
persona toma el rol del otro al verse a sí misma desde el punto de vista de la otra
persona, y esto está posibilitado por el lenguaje.
Mead utiliza las metáforas del juego y el deporte para mostrar el desarrollo de la
persona a partir de incorporar roles de personas significativas. El juego le permite
explorar las actitudes de los otros hacia él, y en el deporte adopta la actitud de todos los
miembros que comparten las mismas reglas, aprendiendo así las normas e incorporando
finalmente el “otro generalizado”.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Generalidades.- Para una guerrilla semiológica.- Hoy, un país no pertenece a quien


controle la policía o el ejército, sino a quien controle los medios de comunicación. La
información dejó de ser un instrumento para producir bienes económicos, para
convertirse en un bien en sí mismo y en el principal de los bienes. Los medios de
comunicación de masas no son portadores de ideología, son en sí mismos una ideología.
Un problema proviene de los mensajes ambiguos, y entonces dan lugar a múltiples
interpretaciones. Nadie regula el modo en que el destinatario interpreta el mensaje.
Muchos creen equivocadamente que pueden controlar el mensaje controlando el canal
(por ejemplo la radio, la TV, etc) o la fuente (quién emite información). La solución
pasa por una 'guerrilla semiológica', o sea actuar no a nivel de donde sale la información
(fuente) sino adonde llega, a los diversos destinatarios, mostrando por ejemplo que los
mensajes se pueden interpretar de muchos modos. La propuesta es que la audiencia
pueda controlar el mensaje y sus múltiples posibilidades de interpretación.
La multiplicación de los media.- Los medios de comunicación de masas (mass media)
tienen dos características: son genealógicos, y carecen de memoria. Son genealógicos
porque toda nueva invención produce imitaciones en cadena, una especie de lenguaje
común. No tienen memoria porque nadie puede recordar quién la empezó a la cadena y
se confunden fácilmente el fundador de la estirpe con el último de los nietos. Esto no
sucede con las artes, donde se recuerda a los primeros pintores o escritores.
Los mass media se han multiplicado enormemente, han invadido todos los ámbitos de la
vida cotidiana. Ellos están en todos lados.
TV: la transparencia perdida.- Hoy tenemos la Neo-televisión, o NeoTV, que cada vez
habla menos acerca de la realidad exterior y cada vez más habla de sí misma, y del
contacto que establece con el público, sin importar qué diga y de qué hable.
Esto plantea el problema de ver cómo los medios de comunicación definen lo real,
como diferencian información de ficción. Hay por un lado programas de información,
que refieren acontecimientos ocurridos, esperándose que separen la información de los
comentarios, cosa que muchas veces no sucede y entonces no se sabe qué ocurrió
realmente y qué no.
Por otro lado están los programas de fantasía o de ficción (telenovelas, series, etc.),
donde se propone al lector una ficción sin pretender que la crea. Sin embargo, encierra
mensajes parabólicos que hablan sobre la realidad, tienen importancia política, cultural,
etc.
Hay una diferencia importante entre hablar mirando a la cámara y hablar sin mirar a la
cámara. Lo habitual que quien mire a la cámara se represente a sí mismo, mientras que
quien habla sin mirar la cámara esté representando algún personaje. El actor no mira a la
cámara porque quiere crear una ilusión de realidad, por ejemplo. El espectador tiende a
identificarse con estos personajes que no miran a la cámara, son modelos de
identificación.
Con respecto al sujeto que mira a la cámara, por ejemplo un locutor, el espectador
tiende a creer que lo que dice es la realidad porque le están hablando a él. Pero aquí ya
no está en cuestión la veracidad del enunciado sino la veracidad de la enunciación, que
concierne a la cuota de realidad de todo lo que sucede en la pantalla.
Nos encaminamos, por tanto, hacia una situación televisiva donde la relación entre el
enunciado y los hechos resulta cada vez menos relevante frente a la relación entre la
verdad del acto de la enunciación y la experiencia de recepción por parte del espectador.
Importa más que sea verdadero lo que sucede en la televisión, que lo que realmente
sucede.
Así, es típico decir por la televisión: "Estoy transmitiendo, y esto es verdad". Es decir,
se apunta no a la verdad de los hechos narrados, sino al hecho de que se está haciendo
una transmisión.
Así, cada vez menos la televisión muestra acontecimientos, hechos que ocurren por sí
mismos con independencia de la televisión y que se producirían también si esta no
existiese.
En suma, el contacto con una TV que habla solamente de sí misma, implica privar al
espectador de su derecho a la transparencia, de su derecho al contacto con el mundo
exterior, con lo cual termina replegado sobre sí mismo.
Los modos de la moda cultural.- En los últimos tiempos asistimos al nacimiento,
permanencia y descomposición de una serie de modas culturales que hablan de una
incapacidad para hacer fructíferas sugerencias e ideas, líneas de investigación, temáticas
y problemáticas.
Un ejemplo son pensadores que siguen siendo muy importantes, como Jakobson, pero
que para muchos han 'pasado' de moda. Es algo inevitable de la cultura de la
especialización del conocimiento; en tanto una cultura es vital, está sujeta a constante
revisión y comunicación entre sus niveles, produciendo una moda para cada aspecto. No
se trata de suprimir las modas, sino de controlarlas.
Cultura como espectáculo.- En los últimos tiempos ha aparecido, junto a la cultura
'seria' (como una sinfonía, un ballet, etc.) una cultura como espectáculo (una fiesta,
donde incluso el público participa, como una mesa redonda, etc.). Al principio la gente
iba a escuchar a un orador, después, del '68 en adelante, participaba y debatía con los
oradores, y en una tercera fase, por último, el público escucha, participa pero no se
quiere ir más, sigue quedándose sentado en las gradas, etc., como si quisiera escuchar
palabras nuevas, como si quisieran estar juntos, compartir algo.
Los espectáculos 'culturales' pueden llegar a ser una falsa vida representada en el
escenario y donde el público vive una ilusión a través de los personajes expuestos. Un
modo de huir de los espectáculos organizados para crearnos otros.
La cháchara deportiva.- El deporte está regido por la idea de derroche, derroche de
energías en algo aparentemente inútil, aunque se lo considere sano. El hombre tiene
necesidad física y psíquica de jugar, de derrochar energía física e inteligencia. Sin
embargo, es una forma de canalizar una energía que podría tener otras derivaciones más
violentas.
El problema se duplica cuando además de haber deporte aparece los que miran el
deporte, el deporte como espectáculo, el cual incluye también el deporte como algo que
se lee (revistas y diarios deportivos). Es la cháchara sobre el deporte que viene casi a
reemplazar al deporte en sí. La cháchara deportiva, nacida del derroche inicial y
razonado que era el juego deportivo, se convirtió en la magnificación del Derroche, y
por lo tanto el punto máximo del Consumo.
El mundial y sus pompas.- Una cosa es el deporte como practica sin fines de lucro
donde el hombre compromete su cuerpo y lo hace funcionar a pleno, y otra cosa es el
espectáculo deportivo, o deporte como espectáculo. El fútbol hoy no es deporte, sino
espectáculo deportivo, y prueba de ello son los Mundiales de fútbol. La discusión
deportiva es el sustituto más fácil de la discusión política: en vez de juzgar a un
ministro, se juzga a un jugador.
La falsificación y el consenso.- Los progresos informáticos dan pie para hacer muchas
falsificaciones, es la guerrilla de la falsificación. Se puede por ejemplo introducir datos
falsos en un gran sistema informático de un gobierno o una empresa, y obtener un
beneficio económico cobrando cheques, etc.
Otro efecto pernicioso de la tecnología son las fotocopias, que están poniendo en crisis
la industria editorial.
Resumen de Eco Humberto (1995) La estrategia de la ilusión. Buenos Aires: Ediciones
de la Flor. Capítulo 4.

MIGRACIÓN
Migración y trastornos del estado de ánimo.- Antecedentes: La migración es un
factor de riesgo para el desarrollo de la esquizofrenia. Objetivos: Examinar si la
migración es también un factor de riesgo para el trastorno afectivo bipolar, el trastorno
depresivo unipolar y los trastornos del estado anímico en general. Método: En Medline
se buscaron estudios de incidencia poblacional referentes a los trastornos del estado
anímico en migrantes y se computarizaron los riesgos relativos principales utilizando un
modelo estadístico de efectos mixtos. Resultados: Se encontraron solamente algunos
estudios relacionados con el trastorno depresivo unipolar. El riesgo relativo principal
para desarrollar el trastorno afectivo bipolar entre migrantes fue del 2.47 (95% CI 1.33-
4.59). Sin embargo, después de excluir a las personas de origen Africano-Caribeño en el
Reino Unido, este riesgo ya no fue significativamente creciente. El riesgo relativo
principal de los trastornos del estado anímico de una polaridad no específica fue del
1.25 (95% CI 1.04-1.49) y para cualquier trastorno del estado anímico fue del 1.38
(95% CI 1.17-1.62). Conclusiones: No existe ninguna evidencia concluyente para un
incremento mayor en el riesgo de los trastornos del estado anímico asociados a la
migración.
Sanne G. H. A. Swinnen and Jean-Paul Selten, Trastornos del estado de ánimo y
migración. BRITISH JOURNAL OF PSYCHIATRY. 2007 ENE; 190(1).

Migración y enfermedad mental.- La migración es un factor de riesgo para el


desarrollo de esquizofrenia. Objetivos: Examinar si la migración es también un factor de
riesgo para el trastorno bipolar, el trastorno depresivo unipolar y los trastornos del
estado de ánimo en general. Método: Se buscaron en Medline estudios de incidencia de
los trastornos del estado de ánimo entre emigrantes y se calcularon los riesgos relativos
medios utilizando un modelo estadístico de efectos-mixtos. Resultados: Sólo se
recuperaron unos pocos estudios sobre el trastorno depresivo unipolar. El riesgo relativo
medio de desarrollar un trastorno afectivo bipolar entre emigrantes fue de 2.47 (95% CI
1.33–4.59). Sin embargo, después de excluir a las personas de origen africano y
caribeño en el Reino Unido este riesgo no se vio significativamente incrementado. El
riesgo relativo promedio de los trastornos del estado de ánimo de polaridad no
especificada fue de 1.25 (95% CI 1.04–1.49) y aquella de cualquier trastornos de estado
de ánimo fue 1.38 (95% CI 1.17–1.62). Conclusiones: No hay evidencia concluyente
para el incremento del riesgo de los trastornos de estado de ánimo asociados con la
migración.
Swinnen S y Selten J, Trastornos del estado de ánimo y migración: Meta-Análisis.
BRITISH JOURNAL OF PSYCHIATRY. 2007 ENE;190(1).

Migración y psicosis.- “Se invoca con frecuencia las experiencias sociales adversas
para explicar la tasa más alta de psicosis entre los grupos emigrantes. El propósito del
presente estudio era establecer los factores socioambientales que distinguen a los
pacientes psicóticos emigrantes de los pacientes autóctonos. Realizamos una encuesta
transversal que involucró a 341 psicóticos emigrantes emparejados en cuanto a la edad y
el género con 341 pacientes psicóticos autóctonos. Los pacientes emigrantes vivían más
a menudo con su familia de origen, estaban inscritos con menos frecuencia con un
psiquiatra de derivación y presentaban una tasa más baja de empleo y un porcentaje más
bajo de uso inadecuado de alcohol y de intentos de suicidio. Nuestros hallazgos
aumentan el conjunto creciente de resultados que muestran que es preciso centrar más
atención en las variables socioambientales en la investigación de la psicosis. Sin
embargo, hay que tener en cuenta varias limitaciones, particularmente con respecto a los
sesgos de selección y la edad de comienzo de la enfermedad psicótica. Nuestros
resultados son compatibles con la hipótesis de que el desempleo es un factor
parcialmente responsable en el riesgo para la psicosis entre los grupos emigrantes. Las
familias de los emigrantes son una piedra angular importante en el proceso de atención
sanitaria mental de sus familiares enfermos. Es preciso adaptar nuestros modelos de
servicio con el propósito de hacer más fácil el tratamiento para los pacientes
emigrantes”.
Fossion P y otros, Psicosis, migración y ambiente social: un estudio con control de la
edad y el género. EUROPEAN PSYCHIATRY. 2004; 19(6):338-343.

Inmigración y depresión.- “Las migraciones constituyen actualmente uno de los más


importantes fenómenos socioculturales y políticos. En general, los inmigrantes gozan de
buena salud, aunque la inmigración es un factor de riesgo para la salud mental. Esta
población presenta problemas específicos comunes como procesos de adaptación,
síndromes depresivos u otros problemas psiquiátricos.
El «síndrome de Ulises», la depresión y la distimia son las patologías más frecuentes
entre los inmigrantes extracomunitarios no regularizados atendidos en dispositivos
específicos. Entre los atendidos en Servicios de Salud Mental en situación regular, los
diagnósticos más frecuentes son trastornos de ansiedad y trastornos adaptativos de
forma semejante a la población autóctona española.
Dada la repercusión de los aspectos socioculturales en el desarrollo y manifestación de
los problemas de salud mental es necesario el conocimiento de las demandas de los
pacientes inmigrantes y la adecuación de los dispositivos actuales para su atención”.
E Ochoa Mangado E y otros, Síndromes depresivos en la población inmigrante.
REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA. 2005 MAR; 205(3):116 - 118.

Inmigración y enfermedad mental.- Las migraciones han contribuido al


enriquecimiento de la diversidad cultural y racial en los países desarrollados. Las
personas que emigran experimentan formas múltiples de estrés que pueden influir en su
bienestar mental: pérdida de normas culturales, costumbres religiosas y sistemas de
apoyo social, ajuste a una nueva cultura y cambios en la identidad y en el concepto de sí
mismos. En consecuencia, en algunos grupos de inmigrantes se observa un incremento
en la incidencia de enfermedades mentales.
Los profesionales de la salud mental deben tener en cuenta las formas específicas de
estrés y los aspectos culturales que afectan a los inmigrantes y a los refugiados, con
objeto de poder atender mejor las necesidades de esta población cada vez más
abundante y vulnerable.
En este artículo se revisan los conceptos de emigración, desarraigo cultural e identidad
cultural, y se analizan las relaciones existentes entre estos tres aspectos de la experiencia
migratoria y la congruencia cultural. Se plantea la hipótesis de que la compleja relación
existente entre el proceso migratorio, el desarraigo cultural, la identidad cultural y la
congruencia cultural, junto con los diversos factores biológicos, psicológicos y sociales,
desempeñan un papel importante en el aumento de la incidencia de enfermedades
mentales en los grupos de inmigrantes afectados”.
Bhugra D y Becker M, Inmigración, desarraigo cultural e identidad cultural. WORLD
PSYCHIATRY. 2005 ABR; 3(1)

Emigración y esquizofrenia.- “Los autores sintetizan los resultados de estudios


anteriores que examinaron la emigración como factor de riesgo de esquizofrenia y
ofrecen un índice cuantitativo del tamaño de efecto asociado. Se rastreó MEDLINE en
busca de estudios de incidencia poblacionales de los inmigrantes en publicaciones de
lengua inglesa aparecidas entre 1977 y 2003. Se relacionaron las bibliografías de los
artículos y una base de datos australiana. Los estudios se incluyeron si los informes de
incidencia ofrecían numeradores y denominadores y si se había efectuado, o los autores
podían realizar, la corrección para la edad. De cada uno de los estudios se extrajeron o
dedujeron los riesgos relativos de los grupos de inmigrantes. La importante
heterogeneidad entre los estudios indicó la necesidad de un modelo metaanalítico de
efectos mixtos. El riesgo relativo medio ponderado de que la primera generación de
inmigrantes presente esquizofrenia (40 tamaños de efecto) fue 2,7 (intervalo de
confianza [IC] del 95 % = 2,3- 3,2). Un análisis independiente de la segunda generación
de inmigrantes (7 tamaños de efecto) dio un riesgo relativo de 4,5 (IC 95 % = 1,5-13,1).
Un análisis de los estudios que examinaron la primera y la segunda generaciones de
inmigrantes y de los estudios que no diferenciaron las generaciones (50 tamaños de
efecto) dio un riesgo relativo de 2,9 (IC 95 % = 2,5-3,4). Las comparaciones de los
subgrupos dieron unos tamaños de efecto significativamente mayores de los inmigrantes
provenientes de países en vías de desarrollo con respecto a los inmigrantes procedentes
de países desarrollados (riesgo relativo = 3,3, IC 95 % = 2,8-3,9) y de los inmigrantes
de países con una población mayoritariamente negra (riesgo relativo = 4,8, IC 95 % =
3,7-6,2 frente a blanca o ni negra ni blanca. El antecedente personal o familiar de
inmigración constituye un importante factor de riesgo de esquizofrenia. Los patrones de
riesgo diferenciales de los diversos subgrupos indican la importancia de los percances
psicosociales en la etiología de la esquizofrenia”.
Cantor-Graae E y Selten J, Esquizofrenia y emigración: metaanálisis y revisión.
AMERICAN JOURNAL OF PSYCHIATRY. 2005 ENE; 162(1):12-24.

Migración y esquizofrenia.- Existen evidencias científicas que sugieren que la


migración es un factor de riesgo para el desarrollo de la esquizofrenia, aunque no sigue
estando del todo claro el mecanismo por el que se desarrolla. Para ello se utilizó el
registro civil danés de 2,14 millones de personas residentes en Dinamarca con una edad
de 15 años. El riesgo relativo de desarrollar esquizofrenia era de un 2,45 % en
inmigrantes de primera generación, un 1,92 % entre los inmigrantes de segunda
generación y un 1,60 % entre los daneses con una historia de residencia en el extranjero.
Las conclusiones obtenidas indican que la migración confiere un riesgo creciente en el
desarrollo de la esquizofrenia que no es solamente atribuible a los factores de la
selección y puede también ser independiente al hecho de haber nacido en el extranjero.
Elizabeth Cantor-Graae, Carsten Bøcker Pedersen, Thomas F. Mcneil, Preben Ho
Mortensen. La migración como factor de riesgo en la esquizofrenia. British Journal of
Psychiatry. 2003 Feb; 182:117-122.

Migración y problemas de aprendizaje.- Bleichmar responde: hay patologías del


'tercer mundo', por ejemplo, modalidades confusionales, deteriorantes de la marginación
y las migraciones, y que no tienen que ver con la modalidad de pensamiento indígena ni
con la lógica en sentido progresivo hegeliano del capitalismo. Se vio que niños
migrantes tenían problemas muy graves de conocimiento que no los tenían los niños
pauperizados de familias proletarias del cinturón industrial.
La lógica del proceso secundario se juega en la represión originaria, pero está también
en relación con la represión secundaria, la represión edípica: el Edipo complejo implica
una lógica binaria (amor-odio, castrado-no castrado). Los niños enuncian verbalmente
su deseo de casarse con el papá o la mamá.
Lo que se reprime secundariamente, no es algo que fue conciente desde los primeros
tiempos de vida sino lo que estuvo articulado por una lógica del lenguaje, y es con lo
que se trabaja en el análisis del neurótico. Lo originariamente reprimido no podría
trabajarse pues nunca fue "representación palabra".
La familia migrante rompe con pautas de su cultura de origen y no puede inscribirse en
las nuevas con sus formas singulares de organización de la constelación psíquica. Cada
cultura tiene su modalidad para pautar las reglas edípicas. Una nueva cultura crea
confusión, entonces. La transculturación crea también un problema de identidad, a su
vez relacionada con los ideales y el conocimiento.
Condensado de Bleichmar S, Aportes psicoanalíticos para la comprensión de la
problemática cognitiva. Incluido en Schlemenson S (comp) (1995) Cuando el
aprendizaje es un problema. Buenos Aires: Miño y Dávila.

MINORÍA

Influencia de las minorías.- En psicología social tradicionalmente se ha estudiado el


fenómeno llamado "conformidad", o sea, cuando un individuo acepta las normas del
grupo (o también, cuando una minoría acepta las normas de la mayoría). Se supone que
la conformidad tiene como principal función la de adaptar el mundo social al mundo
físico y asegurar la eficacia del grupo. Sin embargo, igualmente importante es el
fenómeno de la "innovación", por el cual un individuo empieza a influir sobre el grupo
proponiendo cambios (o también, cuando una minoría empieza a influenciar a la
mayoría). Esta innovación no implica una desviación que hay que corregir: forma parte
del proceso de cambio social, y es tan importante como la conformidad, y no una simple
desviación de esta última.
Debemos entonces preguntarnos qué es una innovación, y cómo definir una fuente de
influencia minoritaria.
Entendemos por proceso de innovación todo proceso de influencia social, que
generalmente tiene por fuente una minoría o un individuo que intenta, ya sea introducir
o crear nuevas ideas, nuevos modos de pensar y de comportarse, o bien modificar ideas
recibidas, actitudes tradicionales y antiguos modos de pensar o comportarse.
No basta con definir una minoría cuantitativamente, o sea diciendo que "son los
menos", sino hay que definirla en relación con algún grupo dominante respecto de
alguna opinión: por ejemplo según ciertas opiniones, algunos son minoría y otros
mayoría.
Las minorías o grupos minoritarios pueden ser de dos tipos: anómicos (se oponen a la
mayoría pero no buscan imponer normas propias) y los nómicos (también se oponen
pero tienen una propuesta concreta, singular y específica). Los grupos nómicos se
identifican porque pueden ser calificados o bien como heterodoxos (proponen nuevas
normas) u ortodoxos (proponen retomar las normas existentes pero a ultranza, son más
extremistas).
Los grupos nómicos son los que tienen alguna posibilidad de ejercer influencia sobre las
mayorías. Los anómicos están condenados al ridículo.
Cuando surgen en el seno social dos sistemas diferentes de normas, se crean conflictos:
una minoría activa quiere imponerse, contra otra mayoría también activa que busca
mantener sus normas.
Cuando más fuerte sea el conflicto, más necesidad habrá de resolverlo. Una forma de
resolverse es cuando las mayorías finalmente ceden a la influencia minoritaria, sin
llegar a ser una sumisión. Generalmente el problema se resuelve negociando, haciendo
mutuas concesiones, que tampoco deben ser demasiado grandes.
Si la minoría logra imponerse ello se debe sobre todo a que los sujetos que la integran
son personas 'consistentes', o sea que manifiestan gran seguridad en lo que hacen y
siguen su idea siempre. Es decir, tienen un determinado estilo cognitivo que los hace de
una mayor capacidad de innovación. Estos estilos de comportamiento consistentes
ejercen mucha influencia sobre otras personas que poseen un estilo de comportamiento
no tan consistente, es decir son vacilantes, no saben muy bien que norma adoptar.
Estilo de comportamiento: Es un conjunto de señales intencionales verbales o no, que
expresan la situación presente y la futura evolución de la persona que tiene dicho estilo.
Los estilos pueden ser de varios tipos: consistencia, inversión, autonomía, equidad y
rigidez. El estilo consistente busca no contradecirse, repetir persistentemente una
afirmación, dar pruebas lógicas de lo que dice, etc, y por ello puede tener tanta
influencia para producir innovaciones. Para ser influyente, una minoría debe ser
consistente.
En suma, las minorías pueden ser fuentes reales de influencia a condición de que su
estilo sea percibido como el reflejo de su consistencia, de su seguridad y de su
compromiso respecto de los puntos de vista que quieren imponer.
La mayoría aceptará la posición minoritaria no solo si advierte que la minoría está
formada por personas consistentes (atribución personal) sino además si el nuevo punto
de vista es realmente eficaz (atribución al objeto).
Hay factores que facilitan y otros que frenan la influencia de una minoría. Si la minoría
depende mucho de la mayoría será más difícil que esta produzca innovaciones.
También, si la nueva idea a imponer es poco importante para toda la sociedad, tampoco
tendrá posibilidades de imponerse. Influye también el estilo de comportamiento de la
mayoría: si es un estilo rígido que se resiste al cambio, la minoría tendrá poco éxito.
Una minoría es más eficaz para imponerse en los grupos fuertemente cohesionados que
en los débilmente cohesionados, y cuando es capaz de influír sobre las personas más
influyentes de ese grupo, y cuando no corre el riesgo de ser excluida del grupo.
También, una minoría es más eficaz si dentro del grupo mayoritario no hay fuertes
influencias de unos individuos sobre otros.
Una minoría resulta más influyente cuando tiene ocasión de ejercer su influencia sobre
grupos aislados. Interesa también el grado de persuasión que la minoría ponga en sus
argumentos para defender su innovación.
Para juzgar las opiniones, viejas o nuevas de los demás, usamos tres normas: la
objetividad (intentamos comprobar la opinión a ver si es cierta), la preferencia (si nos
gusta o no esa opinión), y la originalidad (si nos produce sorpresa por ser novedosa). La
innovación tiene que ver con esta última, pero debe vencer también la prueba de la
objetividad y de la preferencia: una nueva opinión se impone no solo por ser novedosa
sino también por ser útil, eficaz y gustarnos.
En suma, se sostiene aquí la teoría de la consistencia, no la teoría de la dependencia: o
sea, una innovación se introduce por el estilo consistente de comportamiento de la
minoría, y no por el grado de dependencia de un grupo sobre otro debido por ejemplo a
que un grupo es mayor que el otro, o tiene más poder, etc. Las mayorías no siempre son
más influyentes que las minorías.
Resumen de Doms M y Moscovici S (1989) Innovación e influencia de las minorías
(artículo).

NORMA

Definición.- Las normas son “patrones de conducta compartidos por los miembros de
un grupo social, a los que se prevé que ellos han de ajustarse, y que son puestos en
vigencia mediante sanciones positivas y negativas”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 623.
ORDEN SOCIAL

La materialización del orden social.- El mundo social se materializa en un conjunto


de personas, pero tiene que ver con un conjunto de acciones recíprocas entre ellas,
donde podemos prever qué hará el otro ante tal o cual circunstancia. De otra forma
habría caos en vez de orden social.
La vida humana se nos presenta como regular y organizada ya que hay pautas de
comportamiento definidas. Nos sentimos en una totalidad relativamente estable y
predecible. Esta apariencia de regularidad y estabilidad es lo que en psicología social se
llama ‘orden social’.
Tradicionalmente se consideró la sociedad como un objeto de estudio, como algo ‘real’
que está afuera del hombre y del cual podemos tener un conocimiento científico. Frente
a esta tradición, la concepción etnometodológica del orden social incluye al investigador
social en la sociedad misma, y se pregunta de qué manera las personas (incluidos los
psicólogos) crean y mantienen entre sí el presupuesto de que la sociedad es real, es
decir, el presupuesto tradicional. Desde esta perspectiva, lo real no es la sociedad sino
los ‘métodos’ usados para construir conjuntamente entre todos ese orden social, y
eventualmente alterarlo.
Construcción del orden social.- El hecho de que una parte considerable de la vida social
sea rutinaria y repetitiva nos permite abordar ciertas situaciones o actividades como si
fueran objetos estáticos: la familia Smith, el curso de psicología social, etc. Sobre esa
base de la rutina es que se llega a construir cierto orden social.
Normas.- El orden social nos permite experimentar el mundo como algo estable y
predecible. Una manera en como adquirimos esta idea de orden social es a través de las
expectativas que compartimos con los demás: sabemos lo que tenemos que hacer y lo
que no, y estos requerimientos son las normas, que definimos como patrones de
conducta compartidos por los miembros de un grupo social a las que supuestamente
deben ellos ajustarse, y que se mantienen vigentes por sanciones positivas y negativas.
Las normas varían con cada grupo social. Por ejemplo en cada cultura hay ciertas
normas que pautan el comportamiento de los hombres y otras el de las mujeres.
Orden negociado.- El orden social es negociado en forma constante en el curso de la
interacción social. Las normas no son rígidas ni estáticas y el orden social tampoco:
debe ser construido y moldeado a medida que repetimos, reafirmamos y reconstruimos
los actos sociales. Es un orden negociado: establecemos acuerdos mutuos,
entendimientos tácitos, transacciones infortunadas y ajustes compulsivos mediante
procesos de manipulación, persuasión, instigación, diplomacia y negociación o trueque.
Es así que puede haber orden en situaciones de cambio, y que experimentemos el
cambio como algo ordenado.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 7.

OTRO GENERALIZADO

Definición.- Aplícase al concepto que un individuo posee de los otros; de la alteridad en


contraste con su mismidad. En los individuos maduros incluye la atribución a los otros
seres de un sí mismo independiente análogo, en rasgos generales, a la propia persona.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

PERSUASIÓN
Persuasión y cambio actitudinal.- La persuasión es el intento deliberado de influir en
las actitudes o en las conductas de otros, para alcanzar algún fin. Para estudiar este
proceso debemos ver qué pasa con el comunicador (que pretende persuadir), con el
mensaje, y con el destinatario (el que será persuadido).
El comunicador.- Debe reunir ciertas cualidades. Primero, ser sincero; segundo, ser
experto en el tema en que se quiere persuadir; tercero, debe ser agradable como persona;
cuarto, debe ser lo más parecido al persuadido, pues las personas no se dejan persuadir
tan fácilmente por alguien muy distinto a ellos; y quinto, la persuasión es mayor si son
varios o muchos los comunicadores que persuaden sobre lo mismo.
El mensaje.- Es persuasivo si reúne ciertas características, como por ejemplo si hace una
apelación al temor (si no hace esto le pasará esto otro), si tiene conclusiones no
explicitadas (si el orador no enuncia su conclusión puede hacerse más creíble pues son
los mismos oyentes los que sacan la conclusión), si son comunicaciones parciales (la
comunicación parcial, o sea indicar los argumentos en contra y criticarlos, suele ser más
efectiva en públicos poco instruidos o informados), y por último si incluyen una
involucración personal (en general es más persuasivo el mensaje que admite la libre
discusión del público, donde este interviene en los argumentos y las discusiones).
El destinatario.- La relación entre la personalidad del destinatario y su persuadibilidad
depende de la naturaleza y la fuente del mensaje. Investigaciones hechas revelan que
cuanto más arraigada sea la actitud, menos persuadible será la persona porque esa
actitud está conectada con otras creencias también sólidas. Adoptar roles también
influye (teatralizar ser enfermo de cáncer influyó para que la gente fumara menos). Otra
investigación mostró que si una persona da a conocer públicamente su posición en un
tema y luego es muy atacada, se resiste más a la propaganda contraria y se aplica más a
la causa que defiende. En otros estudios, se vio que si una persona es alertada que le
dirán algo con lo que no está de acuerdo, aumentan sus resistencias a dejarse persuadir
por esa nueva idea.
Otro punto es que en general buscamos información acorde con nuestras creencias, pero
puede ocurrir que tomemos contacto con ideas distintas por una cuestión de novedad, o
por una cuestión de equidad intelectual que nos obliga a conocer el punto de vista
opuesto. Pero las personas recuerdan mejor la información que está más de acuerdo con
sus propias actitudes y creencias.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 6.

PODER

Generalidades.- 1. El poder como violencia o como derecho.- Hoy en día ignoramos


qué es el poder, quién lo tiene y de dónde le vino: sabemos quien no lo tiene pero no
quien lo tiene.
Asociamos 'poder' con 'fuerza': el poder es el ejercicio de una fuerza aplicada hacia algo
o alguien, como una potencia. El materialismo ingenuo sostiene que el poder es el
ejercicio de la fuerza, postura sostenida por ciertas tendencias de la etología que ven en
el hombre a un animal violento. Para Hobbes el hombre, antes de constituirse en
sociedad, estaba en guerra de todos contra todos: la violencia era algo natural. El
hombre pasa del 'estado de naturaleza' a la 'sociedad civil' cuando advierte que de seguir
así desaparecerá la vida misma, momento donde debe renunciar a sus derechos
individuales, y, gracias a un "pacto social", instaurar el poder como derecho absoluto,
devenido de una ley. En verdad, no desaparecen las fuerzas, sino que estas alcanzan un
nuevo equilibrio. El poder civil se trasladará a las instituciones y estas nuevamente
ejercerán la violencia del poder, una especie de retorno de la sociedad civil al estado de
naturaleza, como una inversión del pacto social. Por ejemplo, la tiranía política
engendra el terrorismo.
2. La ambigüedad del poder penal.- Como fuerza de sumisión, el poder se ejercita en
tres formas: poder penal, poder remunerativo y poder acondicionador. El poder penal se
ejerce por la amenaza o la realidad de una pena, el poder remunerativo por la promesa o
realidad de un premio, y el poder acondicionador, cuando es explícito, a través de la
persuasión y la educación, y cuando es implícito a través de la cultura misma, en cuanto
escapa a la conciencia de los sometidos.
El poder penal es el más explícito, y aquel donde más en crisis están los derechos
humanos. En realidad, el fin del poder penal es restaurar la libre coexistencia de los
derechos individuales y las instituciones, cosa que no se consigue si dicho poder ejerce
la venganza, pues esto es responder a la violencia con violencia. La hetero-punición de
la sociedad sobre el reo es la objetivación de la auto-punición.
Esta justificación del poder penal le impone dos límites:
1) Reconocer realmente la libertad del individuo en todo el proceso de investigación de
las pruebas de su culpa: esto no se cumple cuando se lo violenta declarándolo demente,
o sea, cambiar su conciencia individual y responsable por una condición genética o
socio-cultural determinante de enfermedad.
2) Presumir la inocencia del imputado: esto no se cumple cuando se buscan indicios de
culpabilidad, no de inocencia. La invasión de la privacidad y la prisión preventiva más
allá de lo normal es un signo de una justicia que busca compensar su impotencia con el
uso de una fuerza vengadora. El encarcelamiento funciona según la "ley del
contrapaso": es la violencia de la sociedad sobre el reo en medida igual y contraria a la
violencia que éste había dirigido a la sociedad.
3. El poder remunerativo o la violencia de la corrupción.- La fuerza de este poder radica
en dos cosas: primero, en que ofrece al individuo aprovechar la sociedad para la
satisfacción de sus necesidades, y segundo, le ofrece realizar sus deseos (tensión
expansiva, placer de autorrealización) con la condición de depender de la voluntad del
otro: es lo que se llama corrupción.
Es una violencia menos explícita que la ejercida por el poder penal, pero igualmente
represiva: hace prevalecer el bien individual sobre el bien público o común. La
diferencia con el poder penal es que mientras éste margina y excluye del seno social,
generando rebeldes, el poder remunerativo le da al corrupto más poder y prestigio, que a
su vez serán corruptores.
4. La violencia del poder acondicionador como Espectáculo del Poder.- A través de la
cultura y la educación, el poder acondicionador crea los signos de prestigio y el
ceremonial de la corrupción, siendo así aliado del poder remunerativo. Es un poder
disfrazado en la educación y la cultura que ofrece un Espectáculo del Poder, consistente
en mostrar a través de los mass media una sociedad sin clases ni jerarquías, pero que en
realidad oculta el poder de un individuo o un grupo fundado en la corrupción.
Mediante los mass media se intenta impone un Código del Poder, mediante la
persuasión publicitaria y la propaganda ideológica. Todo ello está dirigido por
individuos anónimos, hombres-organizaciones que basan su poder en las instituciones
económicas.
El hombre se ha vuelto a integrar a la naturaleza ejerciendo una fuerza bruta. El 'último
hombre' de Nietszche es un ejemplo. Necesitamos plantearnos al Ser como no-poder
para liberarnos de la violencia del poder y sentar las bases de un pacto social donde
estén conciliados bien individual y común.
Condensado de Prini (1996) La violencia del poder (artículo).

Poder en las organizaciones.- Un actor o grupo de actores tiene poder cuando tiene la
capacidad de hacer prevalecer su posición en la vida institucional, de influir en la toma
de decisiones, obtener reconocimiento, espacios, recursos, beneficios, cargos o
cualquier otro objetivo que se proponga.
El poder no siempre está en la cúpula, ya que hay vínculos informales, y siempre se
manifiesta a través de relaciones asimétricas. Las instituciones están atravesadas por
diferentes clivajes o zonas de ruptura o fractura, por ejemplo, puede haber una ruptura
entre los agentes (directivos de la institución) y los usuarios (actores a quienes se intenta
imponer disciplina). A su vez, dentro del grupo de agentes o de usuarios hay nuevos
clivajes: las relaciones de poder están marcadas por estos clivajes o zonas de fractura.
Las fuentes del poder son: el conocimiento de la normativa, la posesión de medios de
sanción, recursos económicos, acceso a la información, el control de la circulación de la
información, la legitimidad de la autoridad formal, la condición de experto, etc.
Condensado de Frigerio, Poggi, Tiramonti y otros (1991) Las instituciones educativas:
cara y ceca.

Poder, dispositivo del.- El dispositivo de poder está constituído por tres elementos
básicos que hacen que el poder funcione: la fuerza o violencia, el discurso del orden, y
el imaginario social. La fuerza en sí misma no tendría efecto si no cuenta con los otros
dos elementos, pues el discurso del orden y el imaginario social reactualizan la fuerza
transformándola verdaderamente en poder, aún estando ella ausente.
El discurso del orden está conformado desde las representaciones racionales, y es el
que, por ejemplo desde el derecho, legitima las instituciones mediante enunciados
normativos y reglas de justificación. Es el espacio de la ley.
Respecto del imaginario social, el dispositivo del poder exige como condición de
funcionamiento y reproducción del poder, que la fuerza y el discurso del orden estén
insertos en prácticas extradiscursivas y soportes mitológicos que hablan a las pasiones y
los deseos.
Mari E, El dispositivo de poder.

En psicoterapia familiar.- La unidad de análisis en terapia, no es el individuo, sino la


familia: lo que debe reorganizarse en la terapia es una interacción familiar. Para
reorganizar familias, debe tenerse en cuenta la realidad del poder, el cual no es una
metáfora o una ficción: la terapia pasa por reordenar estructuras de poder dentro de la
familia. La cuestión del poder está a su vez vinculada por las influencias inter-
personales, que son a veces difíciles de comprender. En este libro se destacaron los
aspectos benevolentes de los vínculos interpersonales: los miembros de una familia
influyen benévolamente unos en otros, pero a menudo lo hacen de manera inadecuada:
en vez de resolver problemas, impiden su resolución.
Resumen de Madanes Cloé (1984) Terapia familiar estratégica. Buenos Aires:
Amorrortu. Capítulo 9.

PRESENTACIÓN

Presentación de la persona.- Cuando estamos en presencia de otros, lo natural es que


intentemos ‘calibrarlos’. Buscamos indicadores que nos digan qué roles cumplen, lo
cual nos permite definir la situación, o sea, determinar por anticipado qué esperarán de
nosotros y qué podemos esperar de ellos.
Manejo de las impresiones.- Muchas veces tratamos de definir la situación generando
indicadores que llevan a los demás a actuar de acuerdo con nuestros planes. Al hacerlo,
intentamos dar a conocer, transmitir significados que provoquen en los demás el
comportamiento que queremos. En suma, intentamos manejar las impresiones que
causamos en los demás.
Fachada.- En el proceso de manejo de las impresiones ocupa un lugar central la
fachada, que son mecanismos expresivos a los que recurre la persona, deliberadamente
o no, al presentarse a los demás. La fachada se compone de tres cosas: la escenografía,
la apariencia y los modales.
La escenografía son los elementos espaciales y materiales (utilería). Por ejemplo el
consultorio lujosamente amueblado de un médico. La apariencia son los elementos
personales: vestimenta, títulos profesionales, acicalamiento, etc. Los modales son los
saludos, los gestos, las actitudes concretas con que los individuos buscan revelar su
conducta, talante y disposición. Son todos recursos para transmitir significados que
queremos dar a conocer a los demás.
Regiones: escenario y bastidores.- En parte, el manejo de las impresiones implica la
manipulación de la región de bastidores y del escenario de nuestras vidas. El escenario
es la región donde desarrollamos nuestra conducta en forma pública. La región de los
bastidores es la conducta que queda afuera de la vista del público. Entre bastidores
vivimos una vida más atropellada, es donde criticamos a los demás, libramos reyertas
familiares, etc. Aquí es posible aliviar las tensiones que se generan en el escenario (los
alumnos que ridiculizan al profesor fuera de clase).
Moldeado de la identidad ajena.- Es la tentativa de conformar la identidad o definir el
rol que valdrá para la otra persona en una cierta situación; ejecutamos conductas que lo
fijen al otro en una identidad o rol determinado, que produzcan las respuestas por
nosotros buscadas. Por ejemplo el padre que dice al niño: ‘los chicos grandes no actúan
como tú lo has hecho’.
Conducta auténtica.- A veces recurrimos al arte del ocultamiento o de la revelación
estratégica para impresionar al público, pero gran parte de nuestra conducta la
vivenciamos como auténtica, o sea no nos sentimos disociados de esas experiencias. No
nos ponemos encima ciertos roles sólo para sacárnoslos cuando ya no resultan
convenientes: ‘somos’ esos roles.
Autovigilancia del comportamiento.- Los individuos difieren notablemente en cuanto al
grado en que observan y controlan sus propias presentaciones ante los demás. Los
autovigilantes extremos por ejemplo, están más preocupados por cumplir su papel que
por presentar un cuadro genuino de sí mismos; en cambio los autovigilantes moderados
se inquietan poco por la corrección y decoro de su forma de expresarse.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 8.

PROBLEMA PSICOSOCIAL

Producción de problemas psicosociales.- Objetivo. Investigar variables personales y


familiares que intervienen en la aparición de problemas psicosociales (PPS). Conocer el
papel de los acontecimientos vitales estresantes (AVE) y la red y apoyo social en su
génesis, y construir un perfil del paciente con PPS.
Diseño. Estudio transversal, descriptivo.
Emplazamiento. Centro de Salud de Almanjayar, Granada.
Participantes. Muestreo sistemático de 314 pacientes mayores de 18 años.
Mediciones principales. Cada paciente cumplimentó el GHQ-28 (las puntuaciones
≥ 8 se consideraron indicativas de PPS), el test Apgar familiar, la Escala de
Reajuste Social de Holmes y Rahe, el cuestionario Duke-UNC, Red Social y se
determinaron la estructura y la etapa del ciclo vital familiar, el nivel socioeconómico y
cultural, la actividad y los ingresos. Para determinar qué categorías se asociaban de
manera independiente con las puntuaciones altas de GHQ se hizo un análisis
multivariable.
Resultados. Tener una edad entre los 30 y los 59 años, ser mujer, y ser trabajador no
cualificado conlleva mayor riesgo de PPS. En el mismo sentido actúan la estructura
familiar monoparental, la percepción de disfunción familiar, los altos grados de estrés
(odds ratio [OR] = 3,02; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,76-5,18) y el bajo apoyo
social.
Conclusiones. El perfil de paciente con PPS en nuestro medio sería el de una mujer de
mediana edad que forma parte de una familia monoparental y/o disfuncional, que ha
presentado importantes AVE y que no tiene suficiente apoyo social.
Luis de la Revilla, Ana María de los Ríos Álvarez, Juan de Dios Luna del Castillo,
Factores que intervienen en la producción de los problemas psicosociales. ATENCIÓN
PRIMARIA. 2007 JUN; 39(6).

PROXEMIA

Tipos.- Hay cuatro distancias básicas:


1) La distancia pública, entre 9 y 3 metros y medio. A una distancia de 9 metros la
mayoría de los fóbicos no tienen síntomas y se sienten seguros. Si el otro está a cerca de
5 metros y amenaza al fóbico este puede obrar defensivamente o evasivamente. Por
ejemplo si le dice que le quiere hacer una pregunta, el fóbico sale corriendo, se hace el
distraído, etc.
2) La distancia social, entre 3 metros y medio y 1,20 metros. El fóbico no entabla una
conversación porque implicaría levantar la voz y aunque no le hablen, se siente molesto
porque a esta distancia menor puede ser observado más detenidamente por el otro. La
distancia social llega hasta los 120 centímetros, y acá se sienten francamente molestos.
3) La distancia personal, entre 120 y 45 centímetros. Los fóbicos experimentan más
molestias al no poder esquivar la mirada del otro.
4) La distancia íntima, entre 45 y 15 centímetros. Al fóbico ya le resulta intolerable y
entonces se aleja enseguida. No se aparta si el otro es de mucha confianza.
Condensado de Bogtaizian D, El psicodrama como tratamiento grupal de la fobia social.
Incluido en Fernández Álvarez H (compilador) (1993) Desarrollos en psicoterapia.

PSICOANÁLISIS GRUPAL

Teoría de Ezriel.- Ezriel buscó aplicar el psicoanálisis a la terapia de grupo, y postuló


tres hipótesis de donde saldría un método para tratar psicoanalíticamente los
fenómenos grupales:
1) Teoría psicoanalítica de las relaciones objetales inconcientes y de la transferencia.
Los pacientes transfieren al aquí y ahora de la sesión relaciones objetales inconcientes
del pasado. Son relaciones triangulares: en sesión individual es el paciente, el analista
y alguien de afuera (secretaria, etc). En sesión grupal el paciente-analista-miembro del
grupo, o también paciente y dos miembros del grupo.
2) Hipótesis de la tensión común grupal: en todo grupo se desarrolla un problema
común grupal, una tensión común que es inconciente y determina su conducta.
Corresponde al denominador común de las fantasías inconcientes dominantes de todos
los miembros.
Sutherland sostiene que cada miembro asumirá un rol según su personalidad y su
fantasía para resolver la tensión. Cada miembro utiliza además sus propias defensas.
Una tensión grupal común puede dominar toda una sesión o dominar una parte de la
misma.
3) Hipótesis de la prueba de realidad: o del factor que produce los cambios en las
personalidades, y por tanto es la base para formular interpretaciones.
La hipótesis deriva del planteo psicoanalítico según el cual las necesidades
inconcientes que están en conflicto con objetivos realistas de la personalidad, pueden
desaparecer mediante el examen de la realidad. La interpretación logra esto mostrando
a los pacientes el contenido inconciente de la tensión común, las defensas que cada
uno usa y mostrando sus temores si el objetivo inconciente fuera gratificado.
No valen las interpretaciones individuales. Si dos miembros se galantean no debe
interpretarse en función de sus deseos sexuales mutuos subyacentes, sino, por ejemplo,
para reasegurarse que podían hacer el amor sin ser castigados por los otros pacientes.
De otro modo los dos pacientes hubieran galanteado fuera del grupo.
Sutherland cita un ejemplo donde en una sesión se incorporaron dos nuevos
observadores. Al principio aceptaron esto los pacientes, pero luego surgió malestar.
Uno los hirió en un sueño que contó (dos personas heridas, aparecían). Se vio que el
analista aparecía como autoritario, pero con la interpretación hicieron una prueba de
realidad y vieron que no era tan así.
Un grupo ideal es cuatro hombres y cuatro mujeres aproximadamente de la misma
edad. Un análisis grupal es indicado cuando se ve que los síntomas están muy
vinculados con problemas de relaciones interpersonales.
Resultados terapéuticos: en una buena proporción la elaboración de fantasías
inconcientes llevó a desaparición de síntomas y cambios en rasgos de carácter, como
ocurre en terapia individual.
El encuadre grupal permite una rápida expresión de sentimientos ambivalentes en los
distintos miembros del grupo (buenos y malos). Esto permite asimilar mejor la
interpretación del analista, al no recaer sobre aquéllos sentimientos.
Formación: los analistas, entrando como observadores, pueden comparar sus técnicas,
con las vistas. Sirve también a psiquiatras para ver como el grupo se cura. Un grupo de
psiquiatras que ocupen roles de paciente, pueden examinar mejor sus propias
relaciones interpersonales. Al adquirir experiencia, el psiquiatra podrá dirigir grupos
con un analista como observador.
Condensado de Sutherland J (1989) Notas sobre la terapia psicoanalítica de grupo:
terapia y entrenamiento (artículo).

PSICOLOGÍA GRUPAL

Reseña histórica.- Cartwright y Zander distinguen dos periodos en el estudio de los


grupos: un primer periodo puramente teórico (Durkheim, MacDougall, Le Bon, Freud)
y un segundo periodo más empírico, que sobreviene cuando desde 1930 la psicología
social abordó el grupo como un hecho que se puede investigar correlacionando
variables, lo que no implicó descartar la teoría. En este periodo interesó sobre todo la
dinámica e interdependencia de los fenómenos observables (por ejemplo qué sucede en
el grupo cuando ocurre tal o cual acontecimiento grupal?). El estudio del grupo
comenzó a ser interdisciplinario ya que se hacían aportes desde distintas ciencias:
sociología, antropología, etc. También se aplicaron estos conocimientos en forma
práctica (en orientación familiar, salud pública, etc).
Antes de 1930 hubo también interés por los grupos desde el punto de vista
experimental, filosófico (Platón), político y especulativo.
Durkheim y Freud sentarán las bases de una psicosociología de los grupos pequeños.
Oponiéndose al nominalismo (polémica nominalismo-realismo), se interesó por grupos
como la familia, la escuela, etc, creando teorías alrededor del concepto de ‘dinámica
social’. Posturas antagónicas a Durkheim fueron las de Hobbes y Tarde.
Hobbes es individualista: el individuo es quien determina a la sociedad y los grupos y lo
único real son los individuos, de manera que el grupo es una ficción si con grupo quiere
designarse algo más que la suma de interacciones individuales. Es esta una postura
nominalista: el grupo designa algo colectivo, no real, esto es, es simplemente un
nombre.
Tarde no se aleja mucho de este enfoque. Para él, lo social se explica por fenómenos de
imitación de los individuos, de oposición entre corrientes de imitación distintas, y de
invención o adaptación cuando al encontrarse dos corrientes de imitación una se
acomoda a la otra. Con estos tres procesos se explica el cambio social. Las personas
tienden a imitar a las demás por sugestión normal. Lo social se explica así por lo inter-
mental. Le Bon describió también este proceso como sugestión, un fenómeno irracional
que puede manipularse a voluntad.
En cambio, el realismo de Durkheim considera la sociedad como fundamental, siendo
los individuos un mero producto de ella. La sociedad es algo más que la mera suma de
individuos. Hay una mente social, además de las mentes individuales, hay una
conciencia colectiva que hace que el individuo se comporte de una nueva manera (por
ejemplo suicidándose) que no encajaría en una conciencia individual. Las
representaciones colectivas están ‘fuera’ del individuo. Precisamente el determinismo
social sostiene que hay una voluntad colectiva que rige los comportamientos
individuales.
La polémica entre nominalistas y realistas siguió en nuestro siglo: Allport sostiene el
nominalismo (el grupo es una abstracción que no puede verse ni tocarse), es decir, el
individualismo: el individuo es lo único concreto y real.
MacDougall consideró que la ‘inducción simpática de las emociones’ era el factor
central de lo social y lo grupal: el hombre tiene un instinto gregario, una necesidad de
estar acompañado y esto es lo que origina grupos y sociedades.
No debemos caer en los dos extremos del nominalismo (o individualismo) y del
realismo: los fenómenos grupales son tanto el producto como la condición de las
acciones de los individuos.
Sigmund Freud y George Mead sentarán las bases para terminar con esta polémica. Para
Mead, el contexto grupal regula permanentemente la identidad personal, pero ésta
última posee autonomía en función de su complejo estructura. La persona, si bien refleja
la estructura social, tiene su modo particular de expresarse. La persona construye su
identidad internalizando roles sociales. En la misma línea encontramos a Pichon
Riviere, cuando dice que lo que une a las personas en un grupo es la ‘mutua
representación interna’ que tiene cada integrante y que incluye las acciones de los
demás y sus relaciones.
Freud toma de Le Bon la descripción de las masas como irracionales, donde se exalta lo
afectivo y se opaca lo intelectual. Lo irracional de los fenómenos colectivos y su
explicación por una cuestión de contagio o sugestión, es explicado por Freud de otra
forma: ese predominio de la ilusión sobre lo real está sustentado en un deseo
insatisfecho, con lo cual equipara los fenómenos de masa y la neurosis. Para Freud lo
que une a los individuos en la masa no es la sugestión sino el amor: hay un enlace
libidinal. En la masa está la ilusión de un jefe visible (ejército) o invisible (cristianismo)
que ama a todos por igual: todos convergen en el amor al jefe y que el jefe los ame.
Secundariamente esto enlaza a los individuos entre sí también por amor: se aman sólo
porque el jefe los ama, lo cual es una reedición de los vínculos familiares y la
dependencia infantil. El jefe equivale al padre de la dependencia infantil, pero un padre
que crea una relación fraternal (todos deben amarse entre sí). De hecho los individuos
cortan sus enlaces entre sí cuando se rompe el enlace con el jefe (lo que ocurre cuando
este muere). El pánico colectivo que aparece se compara con la angustia neurótica:
surgen ambas de una falta de enlace, cuando el individuo queda aislado e inerme, como
en el terror infantil.
Mientras tanto el líder o jefe usa la masa en su provecho, respondiendo a una
inclinación narcisista. Los individuos, por su parte, al unirse también se molestan
(siempre hay amor y odio en toda relación) pero el odio es reprimido y desviado hacia
otras masas distintas. Es la llamada intolerancia narcisista, que es amortiguada en parte
por el narcisismo colectivo que une a todos los de la misma masa por el amor.
Además del vínculo libidinal, entre los miembros y de éstos con el jefe, hay también un
vínculo basado en una identificación primaria: el niño se identifica con el adulto que
satisface sus necesidades. Es el primer tipo de relación, anterior a la relación de objeto,
que viene después. En la histeria y la melancolía vemos una vuelta, una regresión al
primer tipo de relación: la identificación, que ya está planteada en la fase oral.
El Ideal del Yo resulta de la convergencia de la idealización del yo (narcisismo) y de las
identificaciones con los padres o ideales colectivos. El sujeto trata de ajustarse a ese
Ideal del Yo, lo que explica la fascinación amorosa y también la sumisión al líder. El
sujeto coloca al líder en el lugar del Ideal del Yo, y este proceso se encuentra en el
origen y la constitución del grupo humano. Así, la estructura libidinal de la masa estará
dada por la sustitución del Ideal del Yo por un objeto y por la identificación recíproca
entre los individuos por tener ese objeto común en su Ideal del Yo: esto es el llamado
‘sentimiento social’ (que, dijimos, contrarresta a los sentimientos hostiles).
La psicología social empezó con una esperanza (Lewin, Moreno): el estudio de los
grupos pequeños (familia, trabajo) permitiría descubrir las leyes profundas de los
grupos y poder aplicarlas luego a la sociedad y resolver así problemas como las guerras,
el racismo, etc. Sin embargo los psicólogos sociales terminaron operando sobre grupos
sólo para reducir ansiedades y abortar todo intento de aquellos que buscaban cuestionar
la organización social vigente.
Factores sociales, económicos (recesión) y políticos impulsaron las investigaciones
sobre los grupos para solucionar aquellos problemas. Y estas dirigieron su atención
hacia los grupos pequeños. Dentro de esta orientación, a su vez, surgieron dos
vertientes: la tradición externa (consideraron al grupo desde fuera del mismo, como
unidad de algo más amplio, la sociedad), y la tradición interna (tomaron al grupo
internamente, como escenario de conductas individuales). La tradición externa ve al
grupo como un factor más dentro de la sociedad, y la tradición interna lo ve como un
lugar donde los individuos actúan según roles.
Cuatro son las fuentes a partir de las cuales surgieron los estudios sistemáticos de los
fenómenos grupales:
- La encuesta Hawthorne
- La psicoterapia de grupos
- La sociometría de Moreno
- La obra de Kurt Lewin
La encuesta Hawthorne dio información sobre organización de empresas y métodos de
trabajo para un mejor rendimiento y dio origen a la escuela de Relaciones Humanas.
Ellos observaron el desarrollo espontáneo de normas grupales que operaban como
defensa ante las presiones externas, con lo cual los mismos trabajadores se organizaban
espontáneamente.
La psicoterapia de grupo se utilizó por primera vez hacia 1905: Pratt promovió la cura
de la tuberculosis con grupos de enfermos, alentando a quienes mostraban una mejoría.
Posteriormente se trabajó con enfermos mentales.
Más tarde, las teorías de Kurt Lewin ejercieron influencia para aprovechar las ideas
freudianas dentro de grupos terapéuticos (Bion, Foulkes, etc). Las escuelas de Potencial
Humano propiciaron formas de trabajo no verbal dentro de los grupos, y hoy existen los
‘grupos de encuentro’ de Rogers, y la terapia gestáltica de Pearls, de orientación
bioenergética. También es reciente la psicoterapia grupal francesa (Kaes, Anzieu, etc)
donde se habló de la existencia de un inconciente grupal, un aparato psíquico grupal,
etc. Por último, se aplicaron también estas técnicas grupales a las instituciones, esta vez
con un contenido más político.
La sociometría de Moreno buscó estudiar, por su parte, al grupo midiendo los procesos
afectivos de atracción y rechazo entre sus miembros. Aportó también este autor el
psicodrama, que propone el ejercicio de roles rechazando la idea de la personalidad
como interioridad.
Lewin, por su parte, en un principio gestaltista, incorpora la noción de espacio vital en
el campo psicológico, con lo cual procuró explicar la manera en que el individuo
configura significativamente su situación. Lewin consagró la expresión ‘dinámica de
grupos’ y fundó un centro de investigaciones sobre estas cuestiones. La dinámica de
grupos busca mostrar las fuerzas que operan en un campo grupal, de tipo
psicosociológico, y qué leyes las regulan.
En Argentina es desde 1945 que empieza el interés por los grupos, habiéndose fundado
varias escuelas. En el siguiente esquema vemos las influencias teóricas e ideológicas
sobre las prácticas psicoterapéuticas de grupo más difundidas en el panorama actual:

Teorías Desarrollos teóricos y técnicas (1960- Referencias ideológicas


originales 1983)
Lewin Entrenamiento sensorial Filosofía existencial
Grupos de encuentro Irracionalismo
Terapia gestáltica Orientalismo
Freud Análisis transaccional Positivismo
Grupo psicoanalítico Estructuralismo
Grupo operativo Materialismo histórico y
dialéctico
Moreno Psicodrama psicoanalítico Dialéctica
Desarrollo de roles Estructuralismo
Talleres Espontaneísmo
Condensado de Romero R (1987) Grupo, objeto y teoría, Tomo I. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 1.

Reseña histórica.- Percia describe sintéticamente la evolución de la psicología grupal


en Argentina en las décadas 60, 70 y 80.
Condiciones subjetivas de los años '60 y '70: compromiso y responsabilidad social.-
Existieron en Argentina dos corrientes del grupalismo. El autor a una la llama 'tendencia
de aplicación', y a la otra 'tendencia de ruptura o desvío'.
La tendencia de aplicación se origina en la década del '50, y estuvo integrada por
psicoanalistas que intentaron aplicar la teoría psicoanalítica a las situaciones grupales.
Pensaron, así, el trabajo en grupos como un psicoanálisis aplicado, y de ahí el nombre
de 'tendencia de aplicación': de aplicación del psicoanálisis a los grupos, en vez de a
individuos como se venía haciendo desde Freud.
En realidad, el psicoanálisis de grupo encierra un equívoco: algunos todavía hoy siguen
esforzándose por demostrar que en la situación de grupo se observa la emergencia de
formaciones del inconciente equivalentes a las que se estudian en la situación analítica.
A esta tendencia siguió la 'tendencia de ruptura o desvío'. Ella apuntó a la ruptura con el
encierro unificante dentro de la institución psicoanalítica oficial, y desvío del modelo
anterior de aplicación. Esta tendencia puede describirse en tres puntos:
a) Subjetividad e intelectualidad crítica en los '60-'70: Por esta época aparece una
vocación por la política y el trabajo en espacios públicos. Se pensaba que el cambio
social era posible, y no sólo eso sino además necesario e impostergable, pues se debía
acceder a una sociedad más justa. La intelectualidad leía a Marcuse, Lévi-Strauss, Marx,
Freud, Saussure, etc.
En este contexto, lo grupal comienza, entre los psicoanalistas y los primeros psicólogos
recibidos por entonces, como otra práctica posible en salud mental. Cuando vino el
golpe militar de Onganía, en el '66, estos intelectuales fueron expulsados y formaron
una red contrainstitucional conocida como 'grupos de estudio'. Este cuestionamiento
abrió el camino para autorizar a los psicoanalistas a pensar e inventar otras prácticas
posibles en el campo de la salud.
b) La vocación pública por el trabajo institucional: Otra característica de la tendencia
rupturista es la idea de que el discurso psicológico debe ser significativo para la
sociedad y en especial para los 'sectores populares'. La tendencia grupalista es una de
estas tendencias que tratan de realizar ideales políticos y sociales mediante
transformaciones sanitarias y educativas dirigidas al pueblo, poniendo así en tela de
juicio el modelo médico asistencial del paciente individual en el consultorio. Lo
importante pasó a ser así el trabajo institucional.
La sensibilización respecto a lo público hizo que muchos se sintieran encerrados en los
consultorios privados, y empezaron a participar de la transformación a nivel social. El
trabajo institucional no fue una moda sino un convencimiento, una vocación.
c) Crítica de la institucionalización del psicoanálisis: Empezó también a ser cuestionado
el dogmatismo de la tradición psicoanalítica argentina de los años sesenta. Se
empezaron a abordar temas como las relaciones de poder en la situación clínica, así
como las relaciones del psicoanálisis con otras teorías alternativas. Los grupalistas
criticaron el psicoanálisis oficial, y se derivó la atención hacia teorías sociales, el juego,
la solidaridad y el arte en general.
Se constituyen grupos de psicodrama grupal, intervenciones institucionales, grupos
operativos, tratamientos familiares, etc. Lo grupal se inaugura en nuestro país sobre un
vacío y en contra de un dogmatismo. El vacío se llenó con experiencias novedosas
como las ya citadas (psicodrama, etc.) y el dogmatismo combatido fue el psicoanálisis
oficialmente sostenido por la Asociación Psicoanalítica Argentina. En suma: la
tendencia a la ruptura hizo cambiar la dirección del psicoanálisis oficial en la Argentina.
Transformaciones de la subjetividad en los años ochenta y encrucijadas de lo grupal.-
Debemos interrogarnos cómo influye el pensamiento de nuestra época en nuestra forma
de pensar y actuar lo grupal.
En esta última década, predomina un particular proyecto intelectual marcado por una
actitud profesionalista, más que en la función social. Parece perderse así una intención
transformadora de la sociedad, y afirmarse una actitud de vacilación antes que de
afirmación. No hay ideas firmes, rectoras: se ensaya, se explora. En este contexto, lo
grupal comienza a ser declaradamente utópico, algo que está más allá del horizonte de
posibilidades al que remiten los grupos conocidos hasta el momento.
El autor cita ejemplos de grupos donde cada uno da opiniones diferentes sobre el mismo
tema: qué espera de los integrantes del grupo y acerca del sentido de lo grupal. Todos
"esperan a Carmen" (integrante que llegó tarde), pero cada uno lo hace desde su propia
singularidad. La voluntad de síntesis de lo grupal, cuando no contempla las diferencias
o el recorrido de las singularidades existentes, se manifiesta como un acto de violencia
sobre el conjunto. Un error frecuente es la imposición de la unidad mediante la
unificación de afectaciones diversas.
El desafío que tenemos es pensar una situación grupal que no aplane las diferencias,
niegue la singularidad o reduzca la diversidad. La multiplicación de opiniones invita a la
soledad y al silencio, pero esa misma diversidad exige que debamos comunicarnos.
Condensado de Percia Marcelo (1997) Notas para pensar lo grupal. Buenos Aires:
Lugar Editorial, 4° edición.

PSICOLOGÍA SOCIAL

Definición.- De acuerdo a Allport, esta disciplina estudia las relaciones reales,


imaginadas o anticipadas de una persona con otra, dentro de un contexto social, en la
medida en que afectan a los individuos comprometidos en dicha relación.
Condensado de Deutsch M y Krauss R (1988) Teorías en psicología social.

Hacia una definición de la psicología social.- La psicología social parte de nuestra


conducta, está socialmente condicionada (aunque haya también factores biológicos,
etc.). No hay que confundirla con la psicología general, que aísla al sujeto del medio
social, ni con la sociología, que estudia lo social en forma aislada de los individuos que
participan de lo social. La psicología trata de formular leyes generales para el individuo,
y la sociología de estudiar sistemas sociales, su dinámica y cambio.
La psicología social estudia el terreno intermedio entre individuo y sociedad, por
ejemplo situaciones donde se diluyen las distinciones entre innato y adquirido, entre lo
instintivo y la conducta socialmente determinada. La psicología social estudia
fenómenos psico-sociales, en los cuales deben considerarse también variables tanto
psicológicas como sociológicas. El siguiente esquema muestra el carácter inter-
disciplinario de la psicología social:
La fórmula de Kurt Lewin es un ejemplo de esto, cuando dice que la conducta es
función de la persona y del ambiente, o sea, C: f (P.A.).
En la realidad no pueden separarse los sistemas sociales de los personales, de los
culturales, etc. El funcionamiento de dichos sistemas se entiende a partir de las
relaciones entre sus elementos y las modificaciones mutuas que se producen. Por
ejemplo, von Bertalanffy (que propuso la teoría general de los sistemas) ve la
percepción como una interacción entre conocedor y conocido que depende de múltiples
factores biológicos, culturales, etc.
La psicología social estudia entonces el individuo (unidad de análisis) en tanto participa
de un proceso de interacción grupal. El mismo Freud ha reconocido que la psicología es
ante todo psicología social.
Evidentemente hay influencias sociales sobre las personas, que trascienden lo
intencional y lo conciente. Interesa a la psicología social comprender cómo y en qué
manera y condiciones se modifica la conducta humana cuando interacciona con otras
personas.
Como pasó con las ciencias sociales en general, también a la psicología social se le
intentó aplicar el modelo de las ciencias naturales (verificación empírica, análisis de
datos, etc.), pero este desarrollo metodológico grande no se acompañó de un desarrollo
teórico paralelo, que fue en general pobre. El problema radica en que la psicología
social debe estudiar variables muy diversas, pues el fenómeno psicosocial es complejo.
De aquí que sea tentador caer en reduccionismos (psicologismo o sociologismo)
explicando todos desde un solo punto de vista.
Lo dicho es el problema epistemológico de la psicología social. Ésta, ciencia para
algunos, ideología para otros, es ante todo una disciplina empírica preocupada por dar
solución a problemas concretos.
Otro camino para una definición.- Importa considerar aquí que existen razones por las
cuales la psicología social aparece en determinada época, y porqué se plantearon
diversas teorías psico-sociales según el país y la cultura. Señalar la coyuntura histórico-
social en que se desarrolla cierta forma de conocimiento, implica señalar la forma en
que una estructura social condiciona la formulación de un problema definiéndolo en
función del espacio histórico que le dio origen. Determinada sociedad entonces
producirá determinada ciencia, según sus necesidades y expectativas. Los griegos no
hicieron máquinas porque tenían esclavos. Georges Canguilhem resalta la mutua
influencia entre valores ideológicos y científicos. Por ejemplo, el pensamiento de
Francis Bacon, empirista, corre paralelo con el desarrollo de la técnica y la sociedad
industrial.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Generalidades.- ‘Individuo’ y ‘sociedad’ son abstracciones: la psicología social estudia


su mutua interacción, y para ello recorta la realidad, selecciona ciertas variables
importantes.
La psicología social tiene sus raíces tanto en la sociología (por ejemplo: Durkheim)
como en la psicología (Watson, etc.). Los trabajos de G. Mead parecen superar las
diferencias entre los puntos de vista psicológicos y sociológicos.
Desde K. Lewin el psicólogo o social ya no es solo un investigador sino también un
agente de cambio (investigación operativa). Tempranamente la psicología social se
define como el estudio de los conflictos de los grupos humanos en la sociedad industrial
urbana. También se hicieron investigaciones de laboratorio con grupos experimentales.
La psicología social clínica (a diferencia de la experimental) pone el énfasis en
situaciones reales de compromiso, y no situaciones artificiales.
La psicología social se inserta en nuestro país, Argentina, por la vía académica (por
‘efecto de demostración’) o sea con las carreras de psicología y sociología, y luego con
la creación de cátedras de psicología social (1957 en adelante). Esta creación no
respondió a una demanda social concreta. Surge así un efecto de reconocimiento: no se
sabe muy bien el ámbito y utilidad de la psicología social. Pero poco a poco estos
ámbitos empiezan a perfilarse en la publicidad, el marketing, el entrenamiento de líderes
comunitarios, trabajo con familias, criminalidad, etc. Nunca hubo aquí una psicología
social experimental.
Condensado de Muchinik y Frydman, El desarrollo de la psicología social. Incluido en
Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires: Tekné.

Generalidades.- Lo que caracteriza a la Psicología Social es el concepto de relación,


interdependencia, interacción, influencia: modificación de la conducta y las creencias de
una persona debido a la presencia de otros, y abarca estudios microsociales y
macrosociales. Estudia la experiencia sujetiva de las personas, tal como se construyen
en la interacción social.
La psicología social se desarrolló empíricamente al ritmo de las demandas de la
sociedad de respuestas útiles, lo que condujo a elaborar una multiplicidad de teorías que
destacaron diferentes aspectos del problema.
Para Cartwight, “la psicología social es una rama de las ciencias sociales que intenta
explicar cómo la sociedad influyó en la cognición, la motivación, el desarrollo y el
comportamiento de individuos y es influida por ellos”, destacando dos conceptos
básicos: el ambiente social (normas, roles, etc) y el comportamiento social (actuar un
rol, ejercer poder, etc.).
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Objeto de estudio.- Para Sprott la psicología social estudia la interacción entre


personas, y menciona tres temas básicos: 1) la influencia de la cultura en cada hombre y
sus roles; 2) los hechos psicológicos que se producen por el solo hecho de la interacción
social; y 3) la observación de los grupos pequeños (cara a cara, estructura grupal y
relaciones intergrupales). Para Moscovici en cambio, el tema central de la psicología
social son la ideología y la comunicación.
Otros autores prefieren hablar de dominios de actividad de la psicología social. Estos
dominios pueden ser por ejemplo: socialización y relaciones persona-medio-cultura,
relaciones interpersonales, grupo, instituciones u organizaciones, y muchedumbre, masa
y sociedad.
Condensado de Rubinstein, Definición de la psicología social. Incluido en Muchinik E y
otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires: Tekné.

Objeto de estudio.- La psicología social aborda la problemática de la articulación de lo


social y lo individual. Moscovici plantea este vínculo en términos de ‘conflicto’:
intentar resolver el conflicto lleva a promover cambio. Heider habla de ‘equilibrio’ y
Lewin de ‘sistemas de tensión’.
Para estudiar la articulación entre lo social y lo individual, Doise propone cuatro
niveles: 1) intraindividual: cómo el sujeto se representa el mundo; 2) interindividual:
cómo el sujeto se vincula con los demás (encuentros sociales); 3) intergrupal o de las
representaciones colectivas, donde los sujetos se ubican según sus grupos de preferencia
y referencia; y 4) ideológico: las ideologías definen la “realidad”, orientan los juicios de
valor, integrándolos en un sistema de representaciones más amplio. Ejemplos como el
prejuicio o el stress pueden estudiarse en estos cuatro niveles.
Desde una perspectiva cognitivista puede verse articulación de lo individual y lo social
desde la idea de ‘influencia social’, idea que implica bidireccionalidad dialéctica, es
decir existe una diferencia distal (el individuo es modelado por lo social) y una
diferencia proximal (lo social es modelado desde las relaciones interpersonales, o sea
desde lo individual).
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

La psicología social como ciencia.- No existe “la” psicología social: en la terminología


de Kuhn esta disciplina no está unificada, tiene varios paradigmas. Teorías de peso en
psicología social son por ejemplo, el Interaccionismo simbólico (Mead), y la Gestalt y
Lewin, el psicoanálisis y el conductismo. Mead por ejemplo, pone énfasis en lo social y
cómo ejerce su influencia en lo individual. También está la teoría sistemática, de Palo
Alto, que usa el modelo de la caja negra conductista, por oposición al psicoanálisis que
sí le interesan las variables intrapsíquicas.
¿Es una ciencia la psicología social? Todo depende de qué se entienda por ciencia. Para
el positivismo ésta se define por el método (hipotético-deductivo), aunque hay otros
métodos fuera del positivismo. Otros dicen que la ciencia se define por su objetivo de
estudio. Consideramos que la exigencia de un método y un objeto de estudio contribuyó
a limitar el ámbito de la psicología social, perjudicándola (por lo menos los propuestos
desde el positivismo).
Lo individual y lo social son inseparable en lo empírico pero se pueden separar en lo
metodológico. La fragmentación de la psicología en psicología general, social, etc. es
una cuestión metodológica, porque la realidad psicológica es una. Veron y Sigal
plantean para la psicología 4 niveles de análisis metodológicos: 1) psicológico no
interactivo (psicología general); 2) interactivo y personal (psicología de la
personalidad); 3) grupal (psicología social), y 4) social (estudio de lo macro –social). La
psicología social busca articular estos cuatro niveles. Toma como unidad de análisis al
grupo, por ejemplo, piensa cómo juega en el grupo lo social y lo individual.
Condensado de Rubinstein, Definición de la psicología social. Incluido en Muchinik E y
otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires: Tekné.

Teorías en psicología social.- En su libro, M Deutsch y R Krauss explican las cinco


teorías más representativas dentro de la psicología social: la teoría de la gestalt, la teoría
del campo, las teorías del refuerzo, la teoría psicoanalítica y la teoría del rol. Según los
autores, la psicología social es aún una ciencia joven.

Teoría de la Gestalt.- La influencia más profunda en psicología social proviene de la


Gestalt, y sus representantes son Solomon Asch, Fritz Heider y Theodore Newcomb.
Asch: Su tesis central es que el hombre se transforma en función del entorno social, y su
tendencia no es egocéntrica sino hacia los otros. Intentó demostrar el principio
gestáltico que establece que la experiencia social no es arbitraria sino organizada de
manera tal que resulte coherente y significativa.
Importantes experimentos de Asch fueron la formación de impresiones, la comprensión
de las afirmaciones, y la modificación de los juicios por influencia grupal.
Heider: Su obra se dirige fundamentalmente a comprender cómo la gente percibe los
acontecimientos interpersonales. Su tesis fundamental es que la gente trata de
desarrollar una concepción ordenada y coherente de su medio y construye así una
'psicología ingenua', muy parecida a lo que es una ciencia. Conceptos importantes de
Heider son 'atribución' y 'equilibrio'.
La gente tiende a 'atribuir' los sucesos de su ambiente a 'núcleos' centrales unitarios
internamente condicionados, que en cierto modo son los centros de la trama causal del
mundo. Respecto del segundo concepto, la gente busca siempre un 'equilibrio'
cognitivo, o sea una congruencia entre las expectativas causales y los objetos con que se
relacionan. Si la estructura cognitiva se desequilibra o hay una amenaza de
desequilibrio, se busca modificar el ambiente (mediante la locomoción) o el
conocimiento del mismo cuando la locomoción no es posible. Para Heider, en la
organización mental hay una tendencia al orden y la simplicidad.
Newcomb: Llevó la teoría del equilibrio de Heider al terreno de la comunicación, tanto
inter como intrapersonal. La gente se comunica más cuanto más necesidad hay de
reducir diferencias entre las personas. Hay una 'presión hacia la uniformidad', y así por
ejemplo importan mucho las percepciones de semejanzas en las actitudes para entablar
vínculos amistosos.

Teoría del campo.- El principal representante es Kurt Lewin y, entre sus discípulos,
León Festinger es quien más influencia ejerció en la psicología social, aunque hay
también otros autores como Deutsch, y Cartwright y French.
Lewin: Originalmente ligado a la Gestalt, luego de apartó de los clásicos problemas de
la percepción para empezar a estudiar las motivaciones y las metas de la conducta. Entre
las conceptualizaciones importantes de Lewin encontramos las siguientes:
a) Conceptos dinámicos: siempre que hay una necesidad o una intención, hay un
sistema en tensión, tensión que desaparece cuando se satisface la necesidad o la
intención. En psicología social se aplica esta idea al estudio de las necesidades e
intenciones socialmente derivadas.
b) Conceptos estructurales: el 'espacio hodológico' es cómo la persona considera su
ambiente desde el punto de vista de sus posibilidades de comportarse según ciertas
metas (estructura medio-fin). Este espacio estará más estructurado cuanto más y mejor
sepa la persona qué conductas conducen a qué metas. En este contexto pueden darse tres
tipos de conflictos: entre dos metas positivas o deseadas, entre dos metas negativas o no
deseadas, y una sola meta al mismo tiempo positiva y negativa (por ejemplo la
ambivalencia, en términos psicoanalíticos).
c) Cambios socialmente inducidos: la motivación no depende simplemente de un déficit
fisiológico, sino que puede ser provocada socialmente, 'impuesta' desde el medio. Por
tanto hay dos clases de fuerzas: las propias y las inducidas.
d) Nivel de aspiración: es el grado de dificultad de la meta que una persona trata de
alcanzar. Lewin da una fórmula donde explica de qué factores depende el nivel de
aspiración, como por ejemplo la probabilidad subjetiva de éxito, la valencia del fracaso,
etc.
e) Conceptos de dinámica grupal: un grupo es un todo dinámico, interdependiente,
donde la modificación de una parte modifica al resto. En los grupos hay una tendencia a
la cohesión, que se opone a las también existentes fuerzas desintegradoras.
Festinger: Entre sus trabajos teóricos más recientes encontramos su teoría sobre la
comparación social, y su teoría de la disonancia cognitiva. Respecto de la primera, el
supuesto básico es que la gente tiende a averiguar si sus opiniones son correctas. Tal
tendencia hace también que la gente se comporte para apreciar exactamente sus
capacidades, para lo cual se compara con otra gente de capacidades muy parecidas, no
muy distintas: ello da exactitud en la apreciación. Otro supuesto de la teoría es que la
gente busca criterios objetivos, 'no sociales' para autoevaluar sus opiniones y
capacidades, pero cuando no dispone de ellos lo hace por comparación social, es decir
comparándose con los demás.
Si la teoría anterior supone en la gente una 'necesidad de conocer', la teoría de la
disonancia cognitiva supone una necesidad de conocer en forma 'congruente', no
contradictoria. Si entre los elementos cognitivos hay disonancia, se genera una presión
para reducir la disonancia y evitar su aumento. Tal tendencia se ve en cambios en el
comportamiento, en el conocimiento y en la permeabilidad a nuevas informaciones y
opiniones.

Teorías del refuerzo.- Estas teorías centraron su interés en el aprendizaje social. El


estudio del aprendizaje en general se basa en los principios metodológicos del
conductismo, los principios estructurales elementalistas del asociacionismo, y el
principio motivacional del hedonismo. Hay pocos teóricos del aprendizaje que hayan
hecho aportes a la psicología social. Interesan los trabajos de Neal Miller y John Dollard
sobre aprendizaje social e imitación, los trabajos de Albert Bandura y Richard Walters
sobre el mismo tema, los escritos de Carl Hovland y colaboradores sobre comunicación
y persuasión, y la labor de B. Skinner y colaboradores sobre comportamiento verbal, así
como la contribución de George Homans, un sociólogo muy influido por Skinner. Por
último se examina la obra de John Thibaut y Harold Kelley, quienes analizaron la
interacción social en función de sus recompensas y costos. Recordemos la definición de
refuerzo o reforzador: es cualquier acontecimiento que sigue a una respuesta y que hace
aumentar la probabilidad de repetición de la misma.
MILLER y DOLLARD: estos autores destacaron cuatro factores importantes en el
aprendizaje: impulso, señal, respuesta y recompensa (o refuerzo). El impulso produce la
respuesta, y la señal determina qué respuesta deberá darse y cuándo. Si la respuesta es
recompensada, la conexión se refuerza de modo que al presentarse el mismo impulso
dadas otras señales, aumenta su probabilidad de ocurrir.
Estos autores acentuaron la importancia del lenguaje como una 'respuesta productora de
señales' en respuestas mediatizadoras a recompensas o castigos lejanos, y en la
producción de impulsos adquiridos y respuestas anticipatorias ("hay un perro en la
habitación contigua", frase que despierta temor si uno antes adquirió miedo a los
perros). Las respuestas verbales tienen un carácter social, pues actúan como señal para
las demás personas y para uno mismo. Los autores destacaron también la gran
importancia de la imitación social en el aprendizaje del habla y el aprendizaje social en
general. 'Imitación' se refiere tanto a la imitación dependiente (imitar en todo a un líder)
como a la imitación por copia (reproducir un modelo lo mejor posible). El
comportamiento imitativo ocurre porque fue recompensado, y no ocurre cuando no lo
fue.
Hovland: este autor y sus colaboradores, en la Universidad de Yale, estudiaron cómo
influye la comunicación sobre los cambios de opiniones y actitudes. La noción central
de este 'modelo del aprendizaje instrumental' afirma que una opinión (una predicción o
un juicio habitual) o una actitud (una orientación valorativa habitual) se vuelve habitual
porque su expresión manifiesta o su repetición interna son seguidas por la experiencia o
anticipación de un refuerzo positivo. Aquí hablan de 'incentivo' o refuerzo anticipado.
El grupo de Yale estudió experimentalmente, por ejemplo, qué factores influyen en la
persuasión (credibilidad, claridad, etc., del comunicador, y disposiciones personales y
otros en el caso de quien será persuadido).
Bandura y walters: Experimentaron con personas, no con animales. Asignaron mucha
importancia a la imitación en el aprendizaje social humano y, a diferencia de Miller y
Dollard (para quienes las respuestas que se imitan están ya incluidas en el repertorio de
conductas del sujeto), Bandura y Walters afirman que las nuevas pautas de respuestas
que son imitaciones exactas del comportamiento de otros pueden adquirirse por medio
de la observación. La conducta imitativa se aprende aún cuando no sea manifiesta ni
reciba refuerzo alguno, por lo que el aprendizaje no es tan gradual como cuando hay
refuerzos diferenciales. Si bien el refuerzo no es importante para adquirir nuevas
conductas, sí lo es para fortalecerlas o mantenerlas. Respecto de las conductas de
autocontrol, estos autores mostraron que los niños no sólo imitan las conductas adultas
en relación a otros, sino también las conductas hacia sí mismos.
Bandura y Walters describen cinco formas de cambiar la conducta: por extinción
(sacando el refuerzo positivo o reduciendo la ansiedad), por contracondicionamiento (en
presencia de un peligro provocar respuestas incompatibles con el miedo, como
relajarse), por refuerzo positivo (usar recompensas), por imitación social (dar a jóvenes
en desventaja modelos de adulto exitosos para imitar), y por aprendizaje discriminativo
(usar refuerzos positivos o negativos para conductas deseadas o no deseadas
respectivamente, o no usar refuerzos para extinguir respuestas).
Skinner: Su obsesión fue cómo puede controlarse el comportamiento, y esto se lograría
cuando el experimentador maneja las condiciones ambientales de modo de poder
controlar las contingencias del refuerzo asociadas con el comportamiento del animal, lo
cual equivale a una reformulación de la ley del efecto de Thorndicke. La adquisición del
lenguaje se explica con el mismo criterio: se da a través del moldeo lento y cuidadoso
del comportamiento por acción del refuerzo diferencial (premiando la respuesta
deseada, castigando la no deseada).
Homans: Intentó extender la concepción de Skinner a la historia, la antropología social
y los pequeños grupos. Este último ámbito es importante porque el interés de Homans
es el 'comportamiento social elemental', es decir aquel donde hay un contacto cara a
cara y donde recompensas y castigos actúan en forma relativamente directa e inmediata.
Como el comportamiento es función de su retribución, entonces el comportamiento
social debe entenderse como un intercambio de actividad, tangible o intangible y más o
menos gratificante o costoso, entre dos personas como mínimo.
Thibaut y kelley: Discípulos de Lewin, concuerdan con Homans en que la conducta es
función del balance entre recompensas y costos. Sin embargo, el valor que una persona
otorga a un resultado no estará determinado, según estos investigadores, por su
magnitud absoluta, sino mas bien por comparación entre dos estándares: el 'nivel de
comparación' y el 'nivel de comparación para alternativas'. El primer se define como
algún valor modal o promedio de todos los resultados de la situación social dada
conocidos por la persona, en virtud de experiencias personales o sustitutivas, siendo
cada resultado ponderado por su saliencia, o grado con que es evocado. Es decir, lo que
una persona experimenta ante cierto estímulo está determinado por aquello a lo que
llegó a adaptarse (conducir a 100 por hora luego de haber conducido a 200, parecerá ir
muy lento). El nivel de 'comparación por alternativas' se usa para decidir si se seguirá
manteniendo una relación social o no. Es el resultado más bajo que una persona
aceptará cuando toma en cuenta las mejores oportunidades alternativas posibles para
ella (una persona abandonará un empleo si puede conseguir otro mejor, pero
permanecerá en él si los otros trabajos son peores).
En suma, la recompensa no tiene un valor absoluto: varía según las experiencias pasadas
y las oportunidades presentes. En este sentido se acercan a la Gestalt, al destacar la
importancia sobre cómo es percibida la recompensa.

Teoría psicoanalítica.- Entre sus muchas contribuciones a la psicología social, aquí se


explican: a) las del propio S. Freud, b) las de T. Adorno y otros, sobre el estudio de la
formación de actitudes, y c) las contribuciones de Abraham Kardiner al estudio de la
cultura y la personalidad.
Freud: Sus textos sobre psicología social (citados más abajo, más "Moisés y el
monoteísmo"), hoy resultan anticuados pues se basan en datos y supuestos
antropológicos hoy considerados no válidos. Por ejemplo, supuso Freud que la
ontogenia recapitula la filogenia.
En "Totem y Tabú" sostuvo que los sistemas sociales basados en tabúes y el totemismo
observados en sociedades primitivas derivan de un conflicto entre el padre y los hijos en
disputa por la madre, lo que otrora determinó que los hijos celosos se asociaran para
matar y devorar al padre. Tal 'pecado original' generó remordimiento, que erigió tabúes
como defensa frente a los sentimientos incestuosos prohibidos, y tótems para reforzar la
identificación del hijo con el padre. Estas hipótesis se fundan en el lamarckismo
(herencia de los caracteres adquiridos), teoría sin fundamento científico.
En "Psicología de las masas y análisis del yo" explica la cohesión de las masas mediante
dos conceptos: 'libido desexualizada' (los miembros están unidos por amistad, que
implica un amor inhibido en su fin, desexualizado o sublimado), e 'identificación' (están
unidos en el grupo primario porque eligieron al mismo líder como ideal del yo, se
identificaron con él y por tanto entre sí). Al identificarse con el líder 'llegan a ser' como
él, y al mismo tiempo están defendiéndose contra los sentimientos hostiles hacia el
superior. O sea, el sentimiento social se basa, hasta cierto punto, en una inversión de lo
que originalmente fue un sentimiento hostil.
En "El porvenir de una ilusión" señaló que la sociedad, como precio por protegerlo,
exige al individuo su renuncia a ciertas satisfacciones instintivas. Tales exigencias
provocan hostilidad, que es neutralizada mediante la identificación con la autoridad que
prohíbe y la internalización de ésta. Dios es para el adulto casi lo mismo que el padre
para los hijos desvalidos: creer en Dios ayuda al hombre a sobrellevar su impotencia
frente a las fuerzas naturales, y, en pago, está más dispuesto a controlar o renunciar a las
satisfacciones instintivas que puedan perjudicar a la sociedad.
En "El malestar en la cultura" volvió a afirmar que los fines de la sociedad y el
individuo no coinciden. El hombre tiene una agresividad innata, importante fuerza
desintegradora de la sociedad. Esta a su vez la controla internalizándola en los sujetos
en forma de Superyó y dirigiéndola contra el yo, que se puede volver masoquista o
autodestructivo debido a ese superyo sádico. En algunos se manifiesta como
masoquismo y en otros como sadismo.
Adorno: Fundándose en Lasswell, Fromm, Maslow y Sartre, este pensador escribió "La
personalidad autoritaria", donde se afirma que la personalidad autoritaria es creada por
padres que usan métodos rígidos y severos de disciplina, que hacen depender su amor y
aprobación de la obediencia total, que destacan más los deberes que los afectos, y que
ahondan las diferencias de status entre las personas. Tal actitud genera hostilidad en el
hijo, que no puede manifestarla por temor a sus padres. Además, su sometimiento al
padre lo hizo sentir más dependiente y menos capaz de desafiarlos. Tal necesidad de
reprimir la hostilidad lleva al sujeto a identificarse con el padre y desplaza su hostilidad
hacia otros grupos, generalmente inferiores. El miedo a sus impulsos y la necesidad de
reprimirlos engendra una personalidad rígida y estereotipada, con dificultades para
autoobservarse y con cánones morales rígidos. Estos caracteres de la personalidad
autoritaria reflejan posiblemente defensas contra la expresión de la hostilidad reprimida
hacia la autoridad.
Kardiner: Se basó en la noción freudiana de que las frustraciones infantiles pueden
afectar el desarrollo de la personalidad movilizando ciertas actitudes defensivas y
estimulando procesos de sustitución y compensación que podrían continuar en la vida
adulta. Rechaza la idea de que las frustraciones infantiles estén filogenéticamente
determinadas. A diferencia de Freud, Kardiner acentuó la técnica para criar niños, que
considera configurada por pautas culturales. Así, si las frustraciones infantiles se deben
a pautas de crianza culturalmente moldeadas, entonces los miembros de cualquier
sociedad tendrán muchas experiencias infantiles similares y por tanto, muchos
elementos de personalidad en común. Kardiner y Linton llamaron 'personalidad básica'
a esta configuración compartida por la mayoría de los miembros de una sociedad como
resultado de sus experiencias comunes.

Teoría del rol.- Son citados aquí especialmente tres pensadores: George Mead, Robert
Merton y Ervin Goffman.
Mead: En oposición al conductismo y fundándose en el evolucionismo de Darwin y el
pragmatismo, Mead describió en forma detallada y sistemática el proceso por el cual el
sí-mismo se desarrolla como parte de la secuencia de maduración del organismo.
El sí-mismo surge recién como consecuencia de la interacción con el ambiente, y Mead
identifica dos etapas: el juego (donde el niño desempeña roles duales, el propio y algún
otro, lo que le permite explorar las actitudes de los otros hacia él), y el otro generalizado
(donde el niño aprende las actitudes generalizadas de la comunidad de la que forma
parte). La interacción que forma el sí-mismo se realiza fundamentalmente a través del
lenguaje. El lenguaje va atravesando distintas etapas: la conversación gestual, el gesto
significante y finalmente el gesto verbal (sonido). Por este último el hombre puede
adquirir autoconciencia de sus gestos. El significado de un gesto es la respuesta por la
cual otros se adaptan a ese gesto. Así, para comunicar (es decir para usar gestos o
lenguajes simbólicos), debemos estar capacitados para anticipar la respuesta que nuestro
acto suscitará en el otro. Esto se hace, afirmó Mead, 'asumiendo el rol del otro',
viéndose uno a sí mismo desde el punto de vista de otra persona.
Merton: Entre sus importantes contribuciones a la psicología social está la teoría del rol
y los grupos de referencia. Toda persona tiene un grupo de pertenencia (al cual
pertenece) y otro de referencia (que puede o no ser al que pertenece, pero que le sirve
para usar sus normas de comportamiento, o bien para rechazarlas: son los grupos de
referencia positiva o negativa, respectivamente).
Dos problemas centrales son: 1) qué factores hacen que un individuo elija su grupo de
referencia entre los grupos a los cuales pertenece, o no. Menciona cuatro factores,
siendo uno de ellos por ejemplo el que elegirá un grupo como marco de referencia
cuanto mayor sea el poder del grupo de no-pertenencia de otorgar prestigio al individuo,
en comparación con el poder de sus grupos de pertenencia. 2) Otro problema es qué
determina en cada caso cuál de los diversos grupos pertinentes se seleccionará como
grupo de referencia. Merton señaló que esto depende de ciertas propiedades (mencionó
26) que diferencian unos grupos de otros.
Merton se ocupó también de los comportamientos desviados, e intentó buscar los
mismos en algunas estructuras sociales que ejercen presión sobre ciertas personas para
que sean no conformistas. Lo que se puede aceptar o no son dos cosas: las metas
culturales (fines valorados como bienestar material, espiritual, etc., que dependerán de
cada cultura), y los medios institucionalizados para lograr aquellas metas. El
conformista acepta metas y medios, el innovador metas pero cambia los medios, el
ritualista acepta medios pero no metas, etc. Son todos distintos modos de adaptación al
medio social. Estas conductas adaptativas son función de si la sociedad está o no bien
integrada (integración significa congruencia entre medios y fines). Cuando la sociedad
no está bien integrada se habla de 'anomia'.
Goffman: Analizó la interacción social por analogía con una representación teatral. Parte
del hecho de que, para que la interacción ocurra, se necesita información acerca de
aquellos con quienes se interactuará. Hay varias fuentes de información, pero la más
importante es la que suministra la misma persona a través de lo que dice o hace,
importante porque esta información puede ser controlada o regulada por el sujeto (da la
'imagen' de sí que quiere dar). Por ello Goffman analiza las técnicas que usan las
personas para presentarse ante los demás, para mostrar su rol. El 'actor' realiza entonces
un 'desempeño' o sea una actividad que puede, en una situación dada, influir sobre los
demás. Pero el desempeño no es una simple extensión del carácter del actor: su función
en la interacción social es más profunda, ya que los desempeños de distintas personas se
combinan entre sí dando 'equipos de desempeño', que son conjuntos de individuos que
cooperan en la ejecución de una rutina. Los desempeños apuntan a lo que la persona
aparenta ser, y el sí-mismo a lo que la persona es realmente.
Condensado de Deutsch M y Krauss R (1988) Teorías en psicología social.

Teorías en psicología social.- La psicología social requiere de múltiples marcos


conceptuales, ya que ninguna de las teorías u orientaciones existentes agota los
complejos y variados procesos que la psicología social intenta estudiar. Es una
disciplina ‘multiparadigmática’. Entre estos paradigmas mencionaremos como
importantes:

 Teoría del aprendizaje.


 Gestalt y teorías cognitivas.
 Teoría de campo.
 Interaccionismo simbólico.
 Etnometodología.
 Teoría psicoanalítica.

Para las teorías del aprendizaje el comportamiento social se aprende. Desde Watson a
Skinner el acento se pone en cómo se fortalece el vínculo E-R (estímulo-respuesta).
Surge de aquí el condicionamiento clásico de Pavlov y el condicionamiento operante de
Thorndike. El impacto en estas teorías, no muy grande, abrió varias líneas: Miller y
Dollard ponen el acento en el lenguaje como respuesta productora de señales. El
enfoque socio-comportamental de Bandura y Walters estudian varias variables y
diversos campos, como el experimental y la psicología infantil. Hay otras teorías que
también derivaron de la teoría del aprendizaje, como la de Homans o teoría del
intercambio social.
Si el conductismo tradicional ve al sujeto como pasivo receptor de estímulos, la Gestalt
lo ve como sujeto activo: organizador de estímulos. Este proceso se llama cognición.
Las teorías cognitivistas están entonces fuertemente influidas por la Gestalt.
K. Lewin, con su concepto de ‘campo psicológico’, intenta comprender la conducta del
sujeto en base a la experiencia pasada, la situación actual, y sus experiencias futuras.
Consideró que el psicólogo no solo investiga, sino que también actúa, como agente de
cambio.
El Interaccionismo simbólico de G. Mead se basa según Blumer es tres postulados: 1)
las personas actúan hacia los sujetos según el significado que estos tengan para ellas; 2)
dicho significado surge de la interacción social; y 3) esos significados son manejados y
modificados mediante un proceso interpretativo del sujeto frente a la realidad, la cual es
siempre entonces una realidad ‘interpretada’. Cuando interactuamos compartimos
‘definiciones’ de la situación que nos permiten saber qué expectativas tenemos de los
demás, y ellos de nosotros.
La etnometodología estudia las reglas y técnicas usadas por la gente para hacer
inteligible la vida social, o sea cómo la gente explica y justifica sus propias conductas.
El interaccionismo simbólico pone énfasis en la definición de la situación, y el planteo
etnometodologista, en el método por el cual cada sujeto construye la interacción.
Respecto de la teoría psicoanalítica, en artículos como ‘Psicología de las masas y
análisis del yo’, ‘Totem y tabú’, ‘El malestar en la cultura’ y ‘El porvenir de una
ilusión’, Freud se interesó por los procesos inconcientes que intervienen en los vínculos
sociales y la interacción con la sociedad y la cultura. El vínculo con lo social los
planteará Freud en términos conflictivos: allí no hay adaptación total como podrían
pensar conductistas y culturalistas.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Generalidades.- El sujeto que estudia la psicología social es el individuo en su contexto


social. Un recorte posible de este objeto es el grupo humano. Incluso, este fue lo que
históricamente primero se estudió en esta disciplina, como cuando Le Bon estudió el
problema de las masas. El interés de la psicología social fue siempre la influencia
social, o sea como influyen los demás en las actitudes, conductas y percepciones del
individuo.
Condensado de Seidmann de Frydman (1983) Dinámica de los pequeños grupos.
Buenos aires: Publicación interna de la cátedra de Psicología Social, Universidad de
Belgrano.

Historia.- Reuchlin reseña la historia de la psicología social en los siguientes términos.


Los principios generales.- La psicología social estudia las interacciones entre el
individuo y los grupos a que pertenece. Hacia fines del siglo pasado era una disciplina
teórica y especulativa, como lo hicieron notar por ejemplo Baldwin y Durkheim. Son
teorías que no se basan en hechos y solo atienden aspectos anecdóticos, como la teoría
del instinto gregario de McDougall, o la de Le Bon, que habla de un retorno a un estado
primitivo cuando el individuo es incluido dentro de una multitud.
La psicología social actual, cuyo origen está en 1925, se detiene más en la observación
de los hechos y emplea más el experimento, siendo menos especulativa. Más que teorías
abstractas, construyó modelos, que es algo más técnico y formal. Estos modelos fueron
a veces sacados de otras ciencias, como la matemática o la teoría de la información.
Además se utilizaron conceptos gestálticos, la noción de actitud, de rol, de
comunicación, etc.
Estos diferentes tipos de modelos, sirvieron de guía para muchos trabajos
experimentales, e incluso para entender experimentos hechos en el pasado, antes de
aparecer esos modelos. Algunos fueron los siguientes:
Los trabajos experimentales y sus aplicaciones.- Estudio de opiniones y actitudes:
primero se estudiaron las opiniones, que son la forma de expresión verbal de las
actitudes. Luego se estudiaron estas últimas que son muy importantes actualmente. El
interés por las opiniones viene de la importancia que daba el gobierno a la opinión
pública. Se investigaron opiniones sobre candidatos políticos, y luego problemas más
generales sobre discriminación racial, etc.
J. Moreno y la sociometría: contribuyó a la psicología social con dos cosas: el test
sociométrico que mide atracciones y rechazos entre individuos de un grupo restringido,
y por otro lado el psicodrama o sociodrama, métodos de psicoterapia donde juegan
dirigidos por un terapeuta. Moreno ha estudiado casi exclusivamente grupos pequeños.
K. Lewin y la dinámica de grupos: para Lewin, la orientación gestáltica, sujeto y
ambiente, forman un todo estructurado, la modificación de un elemento modifica al
conjunto. Esta interdependencia implica que hay ciertas fuerzas representables
gráficamente, capaces de estabilizar o modificar el todo (o “campo”).
Si bien Moreno fue un pionero, Lewin también hizo experimentos con grupos pequeños,
introduciendo en ellos ciertas modificaciones para ver como reaccionaban sus
miembros.
Las aplicaciones de la psicología social (las relaciones humanas en la industria): Lewin
buscaba objetivos prácticos a sus investigaciones, especialmente en el área de las
relaciones humanas, sobre todo en EEUU, donde se buscó como interactuaban obreros
entre sí y obreros con jefes en una empresa para que ésta, en suma, funcionase mejor.
La psicología histórica de L. Meyerson.- Esta psicología es, en cierto sentido, una
psicología social, aun cuando su método no tenga nada que ver con los anteriormente
vistos. Es una psicología que quiere estudiar al hombre concreto de una época y lugar,
dentro del contexto de la civilización donde vive.
Resumen de Reuchlin M (1982) Historia de la psicología. Buenos Aires: Paidós.
Capítulo 6.

Precursores de la psicología social.- Los comienzos de la psicología social se


remontan a fines del siglo 19, con G. Tarde en Francia, con sus estudios sobre la
imitación, y Ratzenhofer en Austria. Así como Durkheim decía que lo social es exterior
al individuo y ejerce sobre él una coerción, G Tarde enfatizó el papel del individuo
sobre el desarrollo social, con sus innovaciones e intervenciones. La coerción normativa
no es exterior, sino que pasa a ser interior. Para Tarde, somos el resultado de la
combinación de una multiplicidad de otros (imitación), y destacará la interpsicología, es
decir el estudio de lo “intermental”, o reciprocidad de las imitaciones. De esta influencia
recíproca surge la conciencia colectiva.
Mientras en Alemania, Humboldt enfatiza la investigación experimental, y se discuten
dos formas de conocimiento: las ciencias naturales (paradigma cartesiano) y las ciencias
sociales o humanas (paradigma hegeliano). Wundt crea al mismo tiempo una psicología
experimental (ciencia natural: estudia los contenidos de la conciencia por introspección)
y una psicología social histórica, que se plasma en su “Psicología de los Pueblos” de
1916. Aquí estudia la conducta colectiva y los procesos mentales que trascienden los
individuos y no son asequibles por introspección: estudia la mente de los pueblos, no la
mente individual. Su idea del hecho social como algo externo al individuo influirá sobre
Durkheim, y luego sobre G Mead, L Vigotski y A Luria, siendo entonces el germen de
una de las dos tradiciones históricas de la psicología social: la Psicología social
Sociológica, que estudiará la conciencia individual como resultado de la creación de
significados en la interacción social.
En Alemania surge la figura de E Durkheim (1894), un sociólogo positivista para quien
lo social es irreductible a una explicación psicológica individual, y es anterior a la
existencia del individuo. Durkheim estudiará la solidaridad social y la idea de
‘conciencia colectiva’ piedra angular de la noción posterior de representación social de
Moscovici. Durheim pensaba que los hechos sociales son ‘cosas’ que deben estudiarse
objetivamente.
En Francia surge también G Le Bon estudiando la conducta de las masas (influenciado
por dicho fenómeno en la Revolución Francesa), con el fin de ejercer un control social
sobre ellas. Las masas, independientes de los individuos, son la declinación de la
civilización, porque en ellas mediante sugestión y contagio, el hombre propende a una
conducta irracional.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Reseña histórica de la psicología social.- Para Gordon Allport, la psicología social


tiene sus raíces en Europa, pero su florecimiento más reciente fue en América,
especialmente luego de la II Guerra Mundial. Justamente en este contexto debía dar
respuestas a problemas como la desmoralización de la población, estudios sobre
actitudes, adaptación a la vida militar, etc. Para Cartwright la guerra mundial fue el más
importante impulsor de la psicología social. Hitler provocó la migración de pensadores
europeos a América (Lewin, Heider, Kohler, Wertheimer, etc) lo que retrasó la
psicología social europea pero la hizo crecer en América.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Reseña histórica de la psicología social.- a) Aunque los antecedentes de la psicología


social se remontan a la antigüedad, la psicología social moderna nació en las primeras
décadas del siglo XX. b) Las primeras posturas fueron instintivistas. Muchas
explicaciones del comportamiento social se basaban en procesos tales como la simpatía,
la imitación o la sugestión, consideradas instintivamente determinadas. c) A mediados
de 1920 empezaron a abandonarse esas concepciones. Se rechazó la idea de lo instintivo
en lo social insistiéndose más en metodologías no tan especulativas y más basadas en
procedimientos empíricos, existentes aún hoy. d) Durante la década del '20 y comienzos
de 1930 se hizo poco por relacionar lo observado empíricamente con nociones teóricas.
Este paso se dio recién hacia fines de 1930 bajo el liderazgo de K. Lewin, y desde
entonces florecieron muchas teorías. e) Durante 1930 y 1940 cada teoría se proclamaba
como la única verdad, pero hoy en día se acepta que la actividad humana social debe
abordarse desde varias perspectivas teóricas, ya que tiene múltiples facetas.
Condensado de Deutsch M y Krauss R (1988) Teorías en psicología social.

Reseña histórica.- La psicología social tiene 100 años de historia, que comienzan con
un acercamiento al modelo positivista de las ciencias naturales, que estableció una
psicología social psicológica basada en el método experimental, junto a la vigencia del
conductismo en EEUU en la primera mitad del siglo 20.
Luego se desarrolla la psicología social sociológica que acentuó la importancia de lo
social, llegando finalmente a fines del siglo XX con una epistemología posobjetiva,
constructivista, que enfatiza la importancia de los significados –aspectos cognitivos- de
la experiencia humana, que se manifestó como interpretativismo, hermenéutica,
fenomenología, constructivismo. Destacan la importancia de comprender la conducta
humana desde un contexto histórico, político, ideológico y cultural.
PRECURSORES
Tarde – Durkheim – Le Bon (Francia) PSICOLOGIA SOCIAL
Wundt (Alemania) SOCIOLOGICA

PSICOANALISIS Anzieu – Lapassade – Lourau - Castoriadis


Freud
PSICOLOGIA
SOCIAL
EUROPEA GESTALT PSICOLOGIA SOCIAL PSICOLOGICA
Wertheimer –
Kohler – Koffka

DESARROLLOS MAS ACTUALES


Moscovici – Jodelet (Representaciones
sociales, Cambio)
Tajfel (categorización, estereotipos, identidad
social)
Escuela de Ginebra: Doise – Mugny
(Socioconstructivismo)
Potter (Análisis del duscurso) EMIGRACION
Parker (Deconstructivismo) A EEUU (II
Foucault Guerra
Mundial)

Ross – McDougall (1908)

CONDUCTISMO
Pavlov (precursor)
Thorndike (1903, Teoría del refuerzo)
Watson (1913, fundador)
Tolman (Conductismo intencional o cognitivo)
Miller y Dollard (1940-50, Teoría de la
imitación)
Skinner (1948, Teoría del refuerzo) > Homans PSICOLOGIA
(1961, Teoría del intercambio) SOCIAL
Hovland (1950) PSICOLOGICA
Bandura (1962-82, Teoría social cognitiva o
conductismo sociocognitivo)
Rotter (1966, Teoría del locus de control)
Bem (1967, Teoría de la autopercepción)
Seligman (1975, Teoría de la indefensión
adquirida)
Abramson (1978)

PSICOLOGIA
F Allport (1924) – Sheriff – Newcomb
SOCIAL – G Allport – Hollander, Asch -
AMERICANA Festinger – etc

Milgram

Adorno – Horney – Fromm – Erikson


– Kardiner

DESARROLLOS COGNITIVOS
Lewin (T del campo) – Heider (T del equilibrio y t de la atribución) – Festinger (T de la
disonancia cognitiva) – Cognición social – Bruner (Psicología cultural)

INTERACCIONISMO SIMBOLICO
Mead – Dewey – Thomas – Blumer – Goffman – Mereton –
PSICOLOGIA SOCIAL
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Antecedentes históricos de la psicología social.- Paralelamente a la revolución


industrial, en el siglo XIX comienzan las ciencias sociales. Capitalismo industrial en lo
económico, ciencia positiva en lo intelectual y liberalismo en lo político, es lo que
caracteriza esta época. Comte (1798-1857) es el abanderado de la ciencia como
progreso: funda el positivismo basándose en la Ilustración y en Kant. Como filósofo
social, Comte se espanta ante lo destructivo de la revolución francesa. El método
científico surge como propuesta para mejorar la sociedad. Así Comte funda la
Sociología, una física social que contemplará nuestro conocimiento de la naturaleza. Por
tanto rechaza lo metafísico y sólo se atiene a los hechos, con lo que su postura
desemboca en un empirismo. La sociología de Comte permitiría intervenir en el orden
natural -imperfecto- para mejorar la condición humana.
Existe un cierto orden social dado, en la Estática Social, orden que puede ser
influenciado y modificado. También hay una Dinámica Social, que es la historia de la
sociedad en el tiempo y que puede dividirse en tres etapas de “progreso”: teológica,
metafísica y positiva, caracterizadas respectivamente por una organización militar,
legalista e industrial.
Propone Comte el método positivo, que privilegia la observación sobre la suposición,
sobre la introspección, etc. También propone el método experimental de las ciencias
naturales, y también el método histórico que considera las constantes y las variables de
las opiniones humanas.
Comte sienta las bases de una ciencia social empírica, y Herbert Spencer fundamentará
este empirismo. Para él la evolución con sus leyes generales es quien rige el progreso
social. A diferencia de Comte, los hombres no deben intervenir en este proceso natural.
Es la culminación del pensamiento liberal. Basándose en Darwin, homologa organismo
biológico a organismo social (esto será retomado por el funcionalismo de Malinovski).
Darwin es también aquí importante. Para él, la evolución biológica obedece a dos
principios básicos: la lucha por la existencia y la adaptación al medio. Importa para la
psicología porque habló de un instinto colectivo. Spencer se basó en Darwin, diciendo
por ejemplo: que la sociedad industrial es la más apta para la supervivencia. Spencer y
Darwin expresan la ética individualista basada en la competencia.
Ya cerca del Siglo XX, la sociedad empieza con sus rápidas transformaciones: la gente
empieza a agruparse en ciudades y surgen nuevos problemas. Surgen en este contexto
nuevos pensadores, que son estos:
Emilio Durkheim (1858-1917) introduce el concepto de ‘anomia’ (falta de normas) al
ver que la nueva sociedad empieza a perder un consenso, una conciencia común, una
solidaridad mecánica que pasa a ser una solidaridad orgánica. Sus estudios sobre el
suicidio pretenden mostrar al suicidio como indicador del grado y naturaleza de la
solidaridad social del nuevo orden. Los hechos sociales son autónomos para Durkheim,
están más allá de la voluntad de los individuos aislados. Por eso los grupos deben
empezar a ser estudiados desde lo colectivo y no desde lo individual. No debemos
reducir la sociología a la psicología. La coacción social es para Durkheim, el
fundamento de la realidad social. Como método propondrá la observación y la
experiencia.
Gabriel Tarde (1843-1904), en contraposición a Durkheim, habla del proceso de
imitación como fundante de lo social. Esto lo critica Durkheim al decir que la imitación
es un hecho individual, no social. Para Tarde el proceso social es un ciclo inmutable de
invención-imitación, y de repetición, oposición y adaptación continua. El cambio social
obedece a muchos pequeños cambios. Postula la irreductibilidad del hecho del hecho
individual y resalta la importancia de la herencia. La polémica Tarde-Durkheim es la
polémica individual-social, innato-adquirido, realismo-nominalismo. Durkheim no
concibe la psicología social, mientras que Tarde transforma la sociología en una
psicología inter-mental.
Para Gustave Le Bon las masas tienen realmente poder manipulador y destructor. Ellas
anomizan al hombre, haciéndolo hombre-masa. Es importante Le Bon para la psicología
social solamente porque muestra problemas nuevos y la necesidad de enfrentarlos.
El racionalismo (ilustración) y el irracionalismo (provenientes del romanticismo e
idealismo alemán) están presentes en el Siglo IX. Ambos influyen sobre la psicología
social, incluso el último: por ejemplo: cuando Freud destaca los aspectos irracionales de
la conducta.
La psicología social empieza a ser una disciplina independiente cuando entramos en la
filosofía del pragmatismo norteamericano.
El gran precursor es William James (1842-1910). Filósofo y médico, trata de conciliar
el irracionalismo del idealismo con el positivismo.
Él busca una filosofía y una psicología que le que le permitiera manejarse con los datos
observables de la comunidad. Oponiéndose al elementarismo, postula la conciencia, no
como suma de partes, sino como proceso, función. Ve la psicología como ciencia
natural. El Yo es un producto de la experiencia social, y tiene tres aspectos. Primero, un
yo empírico (‘mí’) que puede dividirse en yo material (todo lo que posee, comenzando
con el cuerpo) y el mí social (organizado desde el reconocimiento que obtiene de los
otros). Segundo, hay un mí social, que es el antes indicado. Tercero, hay un mí
espiritual (estados de conciencia, capacidades físicas y disposiciones psíquicas). James
es la base del funcionalismo de Chicago (sobre todo Dewey y Mead).
John Dewey (1859-1952) ve también la actividad psíquica como proceso con
consecuencias prácticas. Su tema grande es la educación. Busca superar el dualismo
alma-cuerpo diciendo que los actos del espíritu son sucesos que tienen lugar a la vez en
lo psíquico y lo físico. El hábito, como producto de la interacción entre lo biológico y lo
social, será el fundamente de su psicología social.
Influenciada por la antropología (Malinovski, Mead, Benedict) se desarrolla en EEUU
una psicología fuertemente ambientalista.
John Watson (1878-1958), conductista antimetafísico, señala al ambiente como el factor
determinante de desarrollo, por lo que entonces se puede dirigir este último desde fuera
controladamente. Así, es posible entonces predecir y controlar la conducta humana. Este
determinismo social se enfrentará con el determinismo biológico de McDougall (la
sociedad puede explicarse por los instintos). Siete instintos primarios, cinco secundarios
y tendencias guían el desarrollo social, McDougall después se retractó de la idea de
instinto y habló solo de tendencias.
George Mead (1871-1936) creador del conductismo social, zanja el problema individuo-
sociedad diciendo que el lenguaje (parte visible de dicha interacción) son símbolos tanto
individuales como sociales: significados compartidos por una colectividad. La persona
según Mead se socializa porque asume roles sociales, y no porque dichos roles sean
impuestos por una conciencia colectiva (Durkheim).
Apela a la responsabilidad individual.
Por último está la corriente llamada “sociología psicológica”. Charles Cooley (1864-
1929) no concibe ningún individuo aislado ni una sociedad al margen de los individuos.
Propone, entre ambos extremos, al hombre como ser social. Suyos son los conceptos de
“yo reflejado en un espejo” (modo de imaginarnos aquellos que somos para los demás)
y de “grupo primario” (interacción cara a cara, unidad de análisis social).
Por su parte William Thomas (1863-1947) y Florian Znaniecki, intentan hacer una
psicología social científica y explicar lo social desde el concepto de ‘actitud’.
Elton Mayo y otros proponen nuevas formas de trabajo en psicología social
(experiencias de campo, abordajes clínicos) para poder conocer las variables del
condicionamiento social de la conducta. La segunda guerra mundial impulsará nuevos
estudios.
Kurt Lewin, desde su teoría del campo, hace una propuesta de cambio planificado a
partir de la participación grupal mediante el empleo de grupos ‘testigo’ para cambiar
actitudes individuales y grupales.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

La psicología social en EEUU.- En EEUU la psicología social hace su aparición en


1908 con E Ross y W McDougall. E Ross ubica la psicología social como parte de la
sociología, que estudia las influencias interindividuales y sus conductas, tanto en
situaciones de invención (dentro de la mente individual) como de sugestión e imitación
(acción de una mentes sobre otras).
McDougall es en un comienzo instintivista, pues invoca los instintos como causa de la
conducta humana tanto individual como social, pero luego incursiona en la psicología
colectiva con una perspectiva más social donde la mente está moldeada por la sociedad
en que se desarrolla. El grupo, por ejemplo, tiene gran influencia sobre las conciencias
individuales, y habla de una conciencia colectiva.
En la psicología social prevalecieron dos corrientes: la Psicología Social Psicológica y
la Psicología Social Sociológica.
La Psicología Social Psicológica surge a principios del siglo 20 en el conductismo
(EEUU), una teoría de corte positivista, que estudió la conducta observable con un
método experimental y buscó enunciar las leyes generales sobre la conducta social,
estudiando el individuo y su forma de relacionarse con el medio.
F Allport define en 1924 la psicología social como el estudio de la conducta social, de
las “estimulaciones y reacciones que surgen entre los individuos y la parte social de su
medio”. Si bien es conductista, incorpora la conciencia entendida como respuesta
fisiológica frente a los estímulos sociales. Explica también desde lo biológico los
fenómenos grupales, y habla de la sugestión como elemento que favorece la liberación
de impulsos individuales.
Otro Allport, G Allport, define la psicología social “es el intento de comprender y
explicar cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos individuales son
influidos por la presencia real o imaginaria de los otros”. Milgram, por su parte estudió
la obediencia a órdenes criminales.
También a EEUU habían llegado desde Europa los gestaltistas, de cuyo aporte fue
emergiendo con el tiempo la psicología social cognitiva, mucho antes del surgimiento
del cognitivismo propiamente dicho.
La Psicología Social Sociológica estuvo vinculada con el interaccionismo simbólico a
principios del siglo XX (G. Mead) que postulaba que las influencias más importantes
sobre la conducta son las simbólicas, derivadas del uso del lenguaje en la interacción y
que impregnan de significado la conducta social. Algunos desarrollos fueron el estudio
de pequeños grupos, el grupo de referencia y la teoría de los roles.
Conductismo.- Se interesa por estudiar las respuestas frente a estímulos del medio en el
proceso de aprendizaje de conductas sociales, y fue una de las más importantes en
EEUU en la primera mitad del siglo XX. El conductismo rechaza el mentalismo,
centrándose en la conducta observable y desechando la idea de mente o conciencia, y
sostiene que la conducta es resultado de la influencia del ambiente, lo que fue estudiado
con métodos objetivos de observación. Un precursor fue I Pavlov, pero el conductismo
nace hacia 1913 con un trabajo de J Watson.
Importantes conductistas también fueron E Thorndike, E Tolman, N Miller y J Dollard,
etc. Para Thorndike los hábitos se aprenden por refuerzo, es decir, porque son
recompensados. E Tolman, por su parte, se acercó más al cognitivismo al plantear en su
conductismo intencional constructos mentales como mapa cognitivo, expectativas y
objetivos.
Miller y Dollard destacaron el papel de la imitación social en el proceso de aprendizaje
social del habla, aunque también incorporaron conceptos psicoanalíticos como
frustración, conflicto, impulsos, etc. Luego, hacia 1950 C Hovland estudió la influencia
de la persuasión en el cambio de actitudes, y B Skinner, hacia 1948, se interesó por el
problema del control de la conducta social recurriendo al concepto de condicionamiento
operante (teoría del refuerzo). Su seguidor fue G Homans (1961).
A Bandura incorpora la importancia del aprendizaje vicario, donde la observación de
otras personas permite anticipar las posibles consecuencias de la conducta propia.
Estudió especialmente la conducta agresiva y para él, la conducta resulta de la
interacción de factores ambientales, personales y cognitivos, enfatizando la cognición
social (procesos simbólicos que regulan conductas) como aporte para el interaccionismo
simbólico. Su teoría social cognitiva fue llamada conductismo sociocognitivo.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Psicología social europea.- Esta psicología se interesa más por lo social, y en Francia
hunde sus raíces en la sociología de Durkheim, y por ello es más social y menos
individualista como lo fue la psicología social americana.
La psicología social europea incluye aportes de Moscovici respecto del concepto de
representación social y de la influencia de las minorías activas. Moscovici cuestiona el
modelo de conformidad social: el grupo conformado a la norma no es siempre el más
eficaz, planteando entonces un modelo de cambio social desde la minorías activas. Pasa
del control social al cambio social. Para influir, las minorías deben tener visibilidad y
reconocimiento social, y su poder radica en su fuerza, persistencia y sobre todo en la
consistencia cognitiva. La innovación es el recurso usado para ejercer su influencia
social.
Tajfel enfatiza la percepción de semejanzas y diferencias para construir categorías
sociales y estereotipos. Esto permite explicar las relaciones intra e intergrupales y
comprender la formación de la identidad social.
La Escuela de Ginebra estudió el desarrollo sociocognitivo desde la infancia, y la
construcción de la inteligencia tomando ideas de Piaget. Su concepción socio-
constructivista enfatiza la influencia de lo social en las coordinaciones cognitivas.
Doise, por caso, desarrolla la dinámica de los sistemas colectivos, la diferenciación e
integración y la autonomía de los grupos sociales así como el sí mismo y la identidad
social.
Otras perspectivas son el análisis del discurso y la psicología retórica, que indagan
como las personas construyen su mundo mediante el habla. Estos y otros autores
estudiaron a la memoria como un proceso construido socioculturalmente en un grupo
social (memoria “compartida”), y el recuerdo y el olvido como fenómenos vinculados al
ejercicio del poder.
Michel Foucault (Francia, 1926-1984) vincula conocimiento con poder, desde donde se
interesa por la ética, la libertad y la constitución del sujeto. El saber genera poder y el
poder a su vez crea saberes cíclicamente, proporcionando ambos los mecanismos de
subjetivación por los cuales el poder constituye la subjetividad. El poder, entonces,
constituye al sujeto.
Los aportes a la psicología social son básicamente europeos y provienen en primer lugar
de S Freud, explicando los fenómenos de masas. Las ideas psicoanalíticas influyeron
sobre T Adorno (1950), que estudió el proceso de socialización temprana de personas
autoritarias y prejuiciosas, y en la Escuela de Frankfurt buscaron explicar las
condiciones psicosociales del fascismo.
Las ideas psicoanalíticas influyeron también sobre quienes destacaron la influencia de la
cultura en la personalidad, como K Horney, E Fromm, E Erikson y A Kardiner. En
Francia, el psicoanálisis influyó sobre el estudio de grupos e instituciones: D Anzieu, R
Kaes, G Lapassade, R Lourau, C Castoriadis, y otros.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Desarrollos cognitivos en psicologia social.- Se mencionan los aportes de la teoría de


la gestalt y de la teoría del campo.
La teoría de la Gestalt.- Considera al hombre como un procesador cognitivo de
estímulos. El auge de este enfoque coincidió con la declinación del conductismo y
neoconductismo en psicología social, al enfatizar el rol activo de la persona, y restando
importancia al medio, lo que significó continuar con la tradición de la psicología social
psicológica. Dentro de esta orientación cabe destacar a los siguientes autores o
corrientes:
La Gestalt surge en Alemania a partir de 1912 con M Wertheimer, a quien siguieron W
Kohler y K Koffka. Esta teoría introduce el isomorfismo entre realidad y conocimiento,
y enfatizó la importancia del campo, la totalidad de los elementos presentes como
principio explicativo de la percepción y el aprendizaje. Es el todo organizado lo que da
sentido a las partes, habiendo una tendencia al equilibrio, la simetría y la regularidad.
La percepción está regida por leyes como la buena forma, la similitud, la proximidad, la
experiencia pasada y la expectativa futura, etc. La conducta tiende siempre hacia la
coherencia y el equilibrio, y los psicólogos sociales gestaltistas convalidaron la
posibilidad de estudiar de modo “ingenuo” y directo la experiencia cotidiana. Por
ejemplo, Kurt Lewin habló de un espacio vital y un ambiente psicológico para referirse
a todo hecho que ejerce influencia psicológica sobre una persona en un momento dado,
preanunciando así la psicología cognitivista y el construccionismo en psicología social.
Otros gestaltistas relevantes fueron F Heider (teoría del equilibrio), S Asch (experiencia
de conformidad), L Festinger (teoría de la disonancia cognitiva), etc.
La teoría del campo de Kurt Lewin (1890-1947).- Explica la conducta a partir de los
hechos presentes configurados en un espacio vital, o ambiente subjetivo tal como cada
persona se lo representa en su mapa mental. Destaca la idea de equilibrio de la Gestalt, y
la existencia de un juego de fuerzas permanente entre necesidades, motivaciones y
recursos para satisfacerlas. Abordó temas como el conflicto, la reanudación de tareas
interrumpidas en el aprendizaje y fue el creador de la dinámica de grupos, entendiendo a
estos como todos dinámicos que incluyen cohesión, conflicto, cambio, roles, liderazgo y
clima emocional.
Las teorías del equilibrio para el cambio de actitudes.- F Heider sostiene que la gente
está motivada para ser o parecer coherente: la percepción de inconsistencias genera
incomodidad y surge una tendencia a equilibrarlas. El cambio de actitudes es la
herramienta para ello. A partir de estas ideas Osgood y Tannenbaum desarrollaron la
teoría de la congruencia, y L Festinger la teoría de la disonancia cognitiva, todas
concepciones que ubican el conflicto y su resolución a nivel intrapsíquico.
La teoría de la atribución causal de Fritz Heider (1944 y 1958).- F Heider intetna hacer
una psicología del sentido común (somos todos “psicólogos ingenuos”) que intentamos
atribuir causas a nuestra conducta y a la de los demás, creándose así patrones definidos
que permiten explicarlas coherentemente.
La cognición social.- Aborda la forma en que las personas dan sentido a la experiencia
en la relaciones cotidianas y explican la conducta propia y ajena a fin de controlarlas.
Enfoca al sujeto como procesador de información y busca las leyes que regulan este
procesamiento. La interacción social está condicionada por la forma en que los sujetos
perciben el mundo. El enfoque cognitivo social estudió la atribución de causalidad, la
noción de esquema (guión, prototipo) y en particular los esquemas sociales, entendidos
como paquetes de conocimiento prototípico, resultado de la experiencia interactiva
grupal, y con el cual las personas activamente reconstruyen el mundo social.
Jerome Bruner.- Este autor adopta un enfoque histórico e interpretativo de la psicología
(la psicología “cultural”). Mediante una actividad simbólica, los hombres dan sentido al
mundo y a sí mismos en un proceso de construcción recíproca, de modo que el “yo”
emerge de su relación con los otros. Estudió también la percepción (teoría del New
Look), el lenguaje, la educación e hizo una teoría del pensamiento.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

REALITY SHOW

Generalidades.- Las características principales de un "Reality Show” son las


siguientes:

 Su 'elenco' no está conformado por actores, sino por gente común y corriente.
 Se pueden clasificar en dos tipos: los "Talk shows" y los Seudo-documentales.
Los primeros, un panel formado por personas que exponen alguna problemática
ante un moderador y su audiencia, para que esta última juzgue sus acciones. En
los segundos, se trata de retratar de manera omnipresente la vida cotidiana de un
grupo de personas que se encuentran en una situación fuera de lo normal, por lo
general, los participantes de ambos están involucrados en una especie de
concurso en el que el premio es de gran relevancia para su vida personal; dicho
premio puede ir desde lo material (una fuerte suma monetaria) hasta lo
sentimental (contraer matrimonio con su pareja ideal).
 Existe un espacio para que los participantes puedan desahogar sus inquietudes
frente a las cámaras.
 Por lo regular, su transmisión no es tiempo en real. Todo está editado y
estructurado para adaptarse a los requerimientos de la televisión comercial.

Los "Reality Shows", o “Espectáculos de la Realidad”, presumen transmitir emociones


genuinas, e historias que no están basadas en un guión.
Ahora, a casi treinta años de la aparición de los "Reality Shows", este tipo de
programación pretende adueñarse de las pantallas de las familias del siglo XXI. La
televisión estadounidense, fue la primera en darse cuenta de lo lucrativo que podría
llegar a ser este tipo de seudo-documentales.
Cazau P y col (2002) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.

Historia de los "Reality Shows".- Todo comenzó en 1973. La cadena norteamericana


PBS estrenó el ocho de marzo de ese mismo año la serie "An American Family", "Una
Familia Americana"; y durante 7 meses un equipo de producción grabó la vida diaria de
la familia Loud, de Santa Ana, California. Entre los momentos más memorables de este
documental estuvieron la declaración del hijo mayor, Lance, de su homosexualidad, y la
petición de divorcio de la Sra. Loud a su esposo. En su momento, "An American
Family" fue el programa con mayor audiencia de la ya mencionada estación, a la vez
que marcó un hito por su originalidad y la manera en que se podían abordar los temas de
la vida real.
MTV, el famoso canal de videos musicales, creó en1992 "The Real World", "El Mundo
Real"; una serie - documental que sigue la vida de siete jóvenes elegidos al azar para
vivir bajo el mismo techo durante un lapso de seis meses, y terminado este período, el
'elenco' y la locación son cambiados. A pesar de que todas sus emisiones son
cuidadosamente editadas para lograr un mayor impacto dramático, el programa se ha
mantenido ocho años al aire, y por el momento, no tiene planes de desaparecer. Tres
años después, bajo el mismo estilo pero con menor popularidad, HBO lanzó "Taxicab
Confessions", "Confesiones de Taxistas"; otra serie - documental en la que una cámara
seguía el recorrido de un grupo de taxistas durante su rutina de trabajo. La audiencia era
participe directa de estas telenovelas de la vida real, sin saber qué es lo que pasaría
después, ya que, literalmente, nada estaba escrito.
Luego se sucedieron nuevos programas con el mismo formato, hasta llegar a la
actualidad con producciones del tipo “El Gran Hermano” y otras.
Puede decirse que los Reality Shows constituyen un fenómeno típico de lo que se ha
dado en llamar la globalización. Diversos autores (Mattelart, 1996; Trejo, 1996)
coinciden al afirmar que la globalización es de carácter económico, pero con
implicaciones socioculturales. Mattelart, basándose en Guiddens, la define como "la
intensificación de las relaciones sociales en todo el mundo por lo que se enlazan lugares
lejanos, de tal manera que los acontecimientos locales están configurados por
acontecimientos que ocurren a muchos kilómetros de distancia o viceversa. Este es un
proceso dialéctico puesto que esos acontecimientos locales pueden moverse en
dirección inversa a las distantes relaciones que les dieron forma” (Mattelart, 1996).
Para dar una idea de la complejidad de la globalización, Raúl Trejo la considera como
un concepto "descriptivo, cuando se trata de grandes tendencias, pero acaso muy
general para abarcar procesos que llegan a ser de marcada complejidad. Hoy en día (...)
las fronteras tienden a difuminarse, el conocimiento encuentra nuevos caminos por los
cuales desparramarse y los ciudadanos del mundo actual se sienten cada vez más
contemporáneos de esta caída de interrelaciones. Sabemos más cosas con más rapidez.
En las sociedades conectadas a los nuevos flujos comunicacionales contamos con más
opciones de información y recreación" (Trejo, 1996:22).
Finalmente, la caracterización de la globalización particularmente como fenómeno
económico hace necesario hablar de la importancia de las alianzas, que permitirán que
el proceso sea posible al propiciar que se cumplan los objetivos propuestos. En el
campo de la comunicación cabe recordar por ejemplo las alianzas que han permitido
que la comunicación ocupe un lugar estratégico dentro de los medios de comunicación,
particularmente en lo que se refiere a la televisión directa al hogar, cuya introducción en
países latinoamericanos no hubiera sido posible sin la fusión de capitales nacionales e
internacionales para llegar a una comunicación transnacional. Las alianzas también son
palpables en la industria de la computación, en donde se observa la presencia de
consorcios provenientes tanto del campo de la comunicación como de otros sectores.
Cabe pensar que un fruto de estas alianzas son los programas con el formato del Reality
Shows, que se han transferido de unos países a otros con fines manifiestamente
económicos.
En efecto, la globalización es un concepto básicamente económico, mientras que
mundialización es un concepto más antiguo, básicamente político y se podría vincular a
los Reality Show por la tendencia también vinculado con los Reality Shows, que
significa la tendencia a la organización de un gobierno mundial único. El acento se
coloca en la dimensión política de la unificación del mundo (Buela A, 2002).
Cazau P y col (2002) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía consultada
Buela Alberto (2002) Sobre mundialismo y globalización. Disponible en
http://notes1.waelder.com.ar/labotellaalmar
Mattelart A (1996) La comunicación mundo. México: Siglo XXI.
Trejo Raúl (1996) La nueva alfombra mágica. México: Diana.

Descripción del programa “Gran Hermano”.- Hay dos novelas que han sido tomadas
como iconos – representaciones- de lo que ocurre en la sociedad de la información
(Lunt, 1999). Una de ellas es “Un mundo Feliz” de A. Huxley y la otra “1984” de
George Orwell. En la novela de Orwell un gran lente -ojo- vigila, ve, percibe todo lo
que pasa en la sociedad, las cámaras vigilan incesantemente al individuo. En el contexto
del cine la película protagonizada por Jim Carrey, The Truman Show, sugiere la misma
metáfora. Recientemente en su Novela La Caverna el Nobel de literatura José Saramago
hace la metáfora de la sociedad Post–Industrial con el centro Comercial, y que es
justamente un centro comercial sino el lugar donde nos encontramos atrapados sin
ventanas al exterior y lleno de cámaras que nos registran permanentemente.
Inspirados en esta novela de Orwell los creativos de la Compañía Holandesa Endemol,
diseñaron el formato del programa Big Brother que ha tenido versiones en varios países.
Este producto que se constituye en una autentica explotación del Placer Voyeur, ha
diseñado paralelamente un merchandising con libros, revistas, camisetas y portales en
Internet.
La serie "Gran Hermano", creada en Holanda, en 1999, con el nombre de "Big Brother",
muestra la vida en común de seis hombres y seis mujeres, de 23 a 35 años, con ansias de
exhibicionismo y de ganar 200.000 pesos, que durante casi cuatro meses comparten una
casa sin televisor, sin radio, sin computadora, sin teléfonos, vigilados por 30 cámaras y
60 micrófonos que lo registran todo durante las 24 horas (Molero, 2001).
En España durante el año 2000 el programa Gran Hermano (Big Brother) fue un gran
éxito. Un concurso en el cual se le pide a un grupo de participantes que conviva durante
un periodo de tres meses en una casa. No podían llevar mas que un libro, su ropa y
objetos personales. No estaba permitida ninguna comunicación con el mundo exterior,
se les aislaba de todo tipo de información de actualidad. Estas condiciones se creaban
para generar mayores lazos de convivencia entre los participantes y para que surgieran
los conflictos propios de las reacciones primarias, en la convivencia humana (Molero,
2001).
Por supuesto con unas semanas de convivencia comenzaban a surgir los problemas, las
desavenencias, los desacuerdos, las pasiones, las atracciones físicas, las reacciones
inmediatas del instinto humano. Y las cámaras dispuestas por toda la casa se encargaban
de captar los diversos momentos vividos entre los concursantes. Se creó un canal
exclusivo de pago por ver (pay per view) donde se transmitía las 24 horas del día todo
lo que sucedía al interior de la casa. Un servicio para los voyeur más ansiosos.
Igualmente existía la página web, con las imágenes digitalizadas de los mejores
momentos (Molero, 2001).
Además el formato del programa entronizaba al espectador como el gran juez, porque se
le pedía una votación a la audiencia para ir sacando de la casa a los concursantes de
acuerdo con su forma de ser, con la manera como se comportaba con los demás, con la
capacidad de resolver los conflictos o simplemente por el agrado que su imagen
causaba.
El programa Gran Hermano establece unas condiciones generales, sin duda artificiosas,
para la convivencia de un grupo de personas durante cien días. En virtud de estas
condiciones, quienes las aceptan, comienzan a vivir un tipo de vida que, no por
artificioso, deja de ser análogo al tipo de vida propio de otras muchas personas en la
vida real, particularmente al de las personas que viven la vida característica de la “clase
ociosa”.
Mientras que en la novela de George Orwell la experiencia de ser observado es
totalitaria y ominosa, en este caso El Gran Hermano se hace cola para poder ser
observado y hay un riguroso proceso de casting para seleccionar algunos entre una
multitud de entusiastas. Así, la pasión por hacerse ver es mayor que la pasión por ver.
Al revés de lo que podría suponerse, es un triunfo de los que son observados por sobre
los que observan. En una extraña inversión de la esclavitud del experimento, los
millones de televidentes son los esclavos y los pocos observados son los que gozan
(Reinoso, 2001).
En suma, cabe decir que el Gran Hermano es el típico producto de la era digital. La era
digital potencia en la sociedad el consumo de imágenes que le permitan verse a ella
misma en los efectos que producen las pasiones humanas, los odios, las rivalidades
familiares, las diversas practicas sexuales, el feminismo, el machismo, el incesto, la
hipocresía moral, la falsedad y el engaño, la infidelidad matrimonial, las rivalidades
políticas e ideológicas (Imber-black, 1999).
Podemos afirmar que en la era digital el placer de mirar, oír, leer, saber de la vida
privada se ha desplazado de los famosos hacia la gente de lo cotidiano, a la posible
historia que puede llevar oculta cualquier ciudadano del común. Hemos ido pasando de
la curiosidad por la vida íntima de los famosos a la curiosidad por el mundo privado de
cualquier ciudadano que empieza a ser famoso porque sale en la televisión para hacer
pública su vida, su modo de pensar, sus actos, sus reacciones. El ciudadano que se
atreve a exponer su mundo psíquico ante la pantalla de la televisión se hace celebre
(Imber-Black, 1999).
Cazau P y col (2002) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía consultada
Imber-Black E (1999) La vida Secreta de las Familias. Barcelona: Gedisa.
Lunt, Peter (1999) (Psicosociólogo de la Universidad de Londres), entrevistado en
http://www.ucm.es/info/eurotheo/d-bmunoz2.htm
Molero, Miriam (2001), “El Fenómeno de los Reality Shows: Un género en pleno
apogeo”, Buenos Aires, Diario La Nación, 11 de abril de 2001.
Reinoso, Susana (2001), “Gran Hermano”, Nota publicada en La Nación el 19/03/01-
Suplemento Cultura.
El Reality Show como fenómeno atractivo.- Respecto de qué es lo que atrae al mirar
un Reality Show, y una manera es determinar a quienes interesa especialmente este tipo
de espectáculo. Según la empresa de mediciones de audiencia Ibope, en los tres casos
(Gran Hermano, Expedición Robinson y El Bar) el público que los sigue está
conformado mayoritariamente por mujeres (alcanzan el 60 por ciento de la audiencia).
De los hombres, el porcentaje mayor se sitúa en “El bar” (Molero, 2001).
Consideramos que la preferencia masculina por “El Bar” está relacionada con que este
ámbito social es aquel con el cual más se identifica el hombre. Por tradición el hombre
es el que sale de la casa y puede pasar mucho tiempo en los bares con sus amigos, por lo
que resulta más probable una identificación con ellos. Nos basamos para ello en el
concepto freudiano de identificación, en la medida en que este puede implicar que una
persona se identifica con otra por algún rasgo en común, como cuando nos
identificamos con otros estudiantes si también lo somos, o con docentes si también lo
somos, etc.
Respecto de las preferencias según la clase social, "Gran hermano" es el programa
preferido de la clase baja, que compone el 54,5 por ciento de su audiencia. En tanto que
"El bar” es el favorito de la clase alta. La audiencia de clase alta que mira "El bar" es
mayor que la de "Gran hermano". Finalmente, "Expedición Robinson 2", es seguida con
fruición por las clases media y alta (Molero, 2001).
Como interpretar estos resultados estadísticos? Al respecto podría arriesgarse la
siguiente hipótesis, entre otras posibles: si partimos de la base que las clases más bajas
tienen aspiraciones de ascenso a niveles sociales superiores, es posible que tiendan a
identificarse con ciertos valores que, como la competencia y la lucha por la
supervivencia, aparecen precisamente en “Gran Hermano”. Esta identificación tomaría
como referencia el Ideal del Yo, es decir, las personas de esa clase se identifican con
algún rasgo que quisieran tener, bajo el supuesto que de esa manera podrían acceder a
las clases más altas. Incluso, aún cuando las clases más bajas no tengan estas
aspiraciones, su vida cotidiana está signada por la lucha por la supervivencia, con lo
cual tenderán más fácilmente a identificarse con tales actitudes.
Casi la mitad del público de "El bar" tiene más de 50 años (el 44 por ciento de su
público). Luego, le siguen los que tienen entre 35 y 49. La cifra va decreciendo en la
misma medida que las edades y, de todos los segmentos etarios, quienes menos
consumen "El bar" son los jóvenes de entre 18 y 24 años. Las edades del público de
"Gran hermano" están repartidas entre los distintos segmentos etarios. Se podría decir
que los cortes: 18 a 24 años, 25 a 34 años, 35 a 49 años y 50 a 54 años, tienen un 25 por
ciento del público para cada uno. "Expedición Robinson 2" es el ciclo que ha
conseguido atrapar a la gente de 25 a 49 años. Los números decaen tanto entre los
jóvenes de 18 a 24 como en los mayores de 50 (Molero, 2001).
Estos resultados revelan que el “Gran Hermano” satisface las expectativas de todas las
edades. Evidentemente no hay una identificación etaria, pues los participantes de este
Reality Show tienen aproximadamente entre 20 y 35 años. Considero que el alcance del
mismo es tan masivo en cuanto a edades porque lo que plantea es una conflictiva
universal y común a todas las personas: el eterno problema de la convivencia con otros
seres humanos, y la fantasía de estar siendo espiado por una cámara, fantasía que puede
estar al servicio de un deseo (satisfaciendo impulsos exhibicionistas) o de un temor (de
estar controlado y espiado en todos sus actos, aún los más íntimos).
Gran hermano cuenta sin narrar la banalidad de la existencia del ser humano: “Lo banal,
etimológicamente alude a lo sin originalidad o a lo trivial, entonces ¿qué será lo que
torna interesante algo tan trivial como ver comer, cocinar, defecar, pelearse, tener
relaciones sexuales a otros que se nos exponen a nuestras miradas? (Espiño G, 2001).
Es posible responder a este otro interrogante planteado por Espiño desde el
psicoanálisis. Existe una tendencia humana ligada al placer de mirar, el voyeurismo.
Este impulso escoptofílico está presente en mayor o menor medida, y bajo ciertas
circunstancias llega a constituirse en una perversión sexual “donde la forma preferida de
actividad sexual del sujeto es mirar a las partes o actividades sexuales de otros. Desde el
planteo clásico, el voyeurismo deriva de la escoptofilia infantil, uno de los componentes
del instinto infantil (Rycroft, 1976:120).
Señala Fenichel al respecto que sucede con frecuencia que los voyeur quedan fijados a
experiencias que provocaron su angustia de castración, ya se trate de escenas primarias
o de la contemplación de genitales adultos. El paciente intenta negar el fundamento de
este miedo repitiendo, con algunas alteraciones, las escenas temidas (Fenichel,
1966:393).
Espiño, sin embargo, intenta ampliar la explicación voyeurista, al indicar que en el
“Gran Hermano” habría algo más que aquel impulso que buscar satisfacer la libido
mirando el acto sexual de otros. “Antes de estrenarse Gran hermano se esperaba que la
mayor atención de los espectadores rondara por las secuencias de los desnudos o los
entresijos del cuerpo pero al final aquello que más atención ha despertado ha sido la
pornografía del espíritu, la dramaturgia del carácter, el psicodrama en sesión continua.
La Pornografía carnal se encuentra ya en Internet, en las tiendas de video ahora el
público prefiere la peripecia del enredo personal, y el público entrometido mas allá de
su función de voyeurista, se interesa no sólo por lo que les pasa a estos sujetos del
televisor sino lo que sucede por homotecia en la propia vida.” (Espiño G, 2001). Nos
reencontramos aquí nuevamente en presencia de un proceso de identificación con
aquellos rasgos que los protagonistas tienen en común con el espectador.
Considero que el voyeurismo crece en un terreno fértil como es el terreno del
espectáculo visual, característico de los Reality Shows. El espectáculo, indica González
Requena, es “la realización de la operación de seducción. Pero la seducción es a su vez
el ejercicio de un determinado poder: el poder sobre el deseo del otro. Esta es la causa
de que todo poder deba, necesariamente, espectacularizarse…. Por esto el nazismo
alcanzó tan asombroso dominio en lo escenográfico” (González Requena, 1992:60).
Pienso que otra posible razón por la cual la gente se interesa por estos espectáculos
puede ser la identificación con el agresor. La Roma antigua era fanática de un
espectáculo que ofrecía ver la muerte en directo: la lucha de gladiadores. Cansados de
asistir a las presentaciones de atletas, los romanos habían desarrollado un gusto atípico
por las luchas violentas. Los hombres peleaban hasta la muerte para el delirio de un
público que más aplaudía cuanto más violento era el combate, que llegó a incluir
animales feroces. Los Reality Shows son entretenimientos que juegan a mostrar la vida
en directo y no la muerte de nadie. Pero tanto aquel Coliseo como la actual pantalla de
TV tienen algo en común: el público. Aquellos juegos romanos atraían a pobres y ricos,
a aristócratas y gobernantes (Molero, 2001). Podríamos discrepar con esta opinión. El
“Gran Hermano” no muestra necesariamente una muerte física, pero muestra una
muerte simbólica: las votaciones que determinan la eliminación de algún participante
representan una situación tan dramática como la misma muerte: la exclusión social, y en
este sentido, los participantes, al contar con el poder de eliminar participantes, están
empleando el mecanismo de la identificación con el agresor, que es una defensa contra
la angustia que puede crear la exclusión social (“si soy yo quien excluyo, no podré ser
excluido”).
Identificarse con el agresor es, a nuestro entender, una forma de compensar un déficit de
la misma persona, la que, al identificarse con el agresor, ocupa el lugar de un poder que
no tiene. El mecanismo de fuga que refuerza la televisión es en la búsqueda del poder a
través de la identificación con personajes arribistas que constituyen una compensación a
la propia carencia de poder. "Rambo", "Superman" y otros personajes míticos, buscan,
entre otras cosas, crear en los televidentes esas falsas actitudes evasionistas y de
compensación. El verdadero desarrollo de la personalidad implica ese paso del estado
de "simbiosis" al estado de "identidad". Cuando el individuo ha desarrollado
suficientemente su identidad, se percibe como un ser autónomo y diferenciado de los
demás. El proceso de individualización implica, por lo tanto, la conquista progresiva de
la propia identidad personal y social (Iriarte y Orsini, 1995).
Finalmente, y respecto del sexo de los espectadores, las niñas tienden a «mirar» más los
prototipos femeninos y a analizarlos, y los niños su referente masculino, en la actividad
de ver el programa y establecer comparaciones con sus propias familias (Morley, 1986).
Estas afirmaciones pueden respaldarse recurriendo también al concepto de
identificación, que en este caso es una identificación con el género. Recordemos que el
género designa el conjunto de conductas aprendidas que la propia cultura asocia con ser
un hombre o una mujer, y cada cultura instruye a hombres y mujeres sobre
determinados ideales de masculinidad y feminidad (Pearson, Turner y Todd Mancillas,
1993).
El análisis precedente permite concluir que los motivos que llevan a interesarse por los
Reality Shows son variados, y, entre ellos, cabría mencionar la necesidad de
identificarse con aquello que es familiar o habitual en la propia vida del televidente (por
ejemplo los hombres prefieren ver “El Bar”, las niñas tienden a fijarse en los prototipos
femeninos, etc.), la necesidad de satisfacer impulsos escoptofílicos (voyeurismo), y la
necesidad de identificarse con personajes que hacen lo que los televidentes no se
animan o no pueden hacer en su vida cotidiana, encontrando estos así una posibilidad de
realizar sus más íntimas fantasías a través de los personajes que observan. El hecho de
que estos personajes son en realidad ‘personas’, por cuanto se representan en rigor a sí
mismos, podría agregar cierta certidumbre en el televidente de la realización efectiva de
las fantasías, puesto que es como si dijesen “si una persona común y corriente puede
hacerlo, yo también podría hacerlo”. La identificación con el agresor es otra posible
explicación de la preferencia por estos espectáculos.
No debemos entonces subestimar el papel de los procesos identificatorios cuando se
trata de establecer las preferencias del público espectador, por cuanto, como indica
Ginsberg, los medios masivos de comunicación le dicen al hombre de masa quién es: le
prestan una identidad; le dicen qué quiere ser: le dan aspiraciones; y le dicen como
lograrlo: le dan una técnica (Ginsberg, 1988).
Consignemos, finalmente, las consecuencias que puede aparejar este interés por los
espectáculos de Reality Shows, siendo la más importante una fuerte dependencia de los
mismos. Señala al respecto Hanna que el hombre actual mantiene una relación de
dependencia con los medios. Su deseo y necesidad de fama, poder y su interés por
observar la intimidad de los demás hombres, favorecen esta relación (Hanna S y otros,
2001).
Cazau P y col (2002) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía consultada
Espiño, Gabriel (2001), El gran Hermano de la banalidad. “En Tiempos del Mundo”.
Bogotá, 15 Marzo 2001.
Ginsberg, Enrique (1988) Control de los medios, control del hombre. “Medios masivos
y formación psicosocial”, 2a.ed., Pangea/UAM-Xochimilco.
González Requena Jesús (1992) El Discurso televisivo, espectáculo de la
postmodernidad. Madrid: Ediciones Cátedra.
Hanna Susana J y otros, (2001) “Los medios y las audiencias”, incluído en
http://www.intelectiva.com.ar
Iriarte G y Orsini M (1995) Conciencia crítica y medios de comunicación. México:
Ediciones Dabar.
Molero, Miriam (2001), “El Fenómeno de los Reality Shows: Un género en pleno
apogeo”, Buenos Aires, Diario La Nación, 11 de abril de 2001.
Morley, D. (1986) “Family Television.Cultural Power and Domestic Leisure”, London:
Comedia.
Pearson, Turner y Todd Mancillas (1993) Comunicación y género. Barcelona: Paidós.
Rycroft Ch, (1976) Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

Reality Shows y valores socio-culturales.- ¿Qué valores sociales resultan relevantes en


la actualidad, en tanto orientan la preferencia por mirar un espectáculo como el Reality
Show? La televisión fomenta, indudablemente, las conductas de cooperación y
competencia. Existe un tipo de televisión que fomenta los buenos valores como la unión
entre generaciones, la unión familiar, el apoyo entre amigos, el amor a la naturaleza.
Pero no todos los programas de televisión son beneficiosos, la mayoría contiene escenas
de violencia que muestran actitudes que después sin darnos cuenta copiamos,
especialmente los niños que son los que se están formando.
Así se incorporan a la forma de ser de las personas, cosas que vemos en la televisión
como la ira, la violencia hacia las mujeres, la violencia hacia los niños, aprovecharse del
que está debilitado, que los gritos solucionan los problemas, que las agresiones sexuales
son algo cotidiano.
Los Reality Shows no solamente expresan o muestran los valores sociales de la época y
la cultura donde han nacido, sino que también pueden reforzarlos o legitimarlos. Por
ejemplo, si en el Gran Hermano aparecen personajes que para imponerse y sobrevivir
destruyen o dañan al semejante, no solamente están expresando algo que sucede
realmente en la sociedad (por algo son “Reality Shows”) sino que además están
enviando un mensaje subliminal: “esto está permitido, es necesario, hay que hacerlo
para sobrevivir”. Apoyándonos en la teoría del aprendizaje social de Bandura, podremos
aquí sostener que los espectadores, especialmente los más jóvenes, aprenden esta clase
de conductas porque ven que en el argumento del Reality Show quienes las ejecutan
resultan triunfadores (por ejemplo, será difícil que sean eliminados). Este ejemplo
describiría el concepto de Bandura del aprendizaje “por las consecuencias de la
respuesta”, según el cual tendemos a aprender aquellos comportamientos que,
observados en otros, le han dado resultados o han sido exitosos.
Los Reality Shows expresan entonces una escala de valores donde la violencia física o
sexual tiene su rango de importancia, ya que en dichos espectáculos las situaciones de
violencia están siempre presentes, explícita o implícitamente.
Evidentemente, el valor que en estos casos se está transmitiendo es la competencia
egoísta, en oposición a la solidaridad y la unión, el sometimiento y el control
omnipotente de la conducta del otro en oposición a la cooperación en una empresa
común.
El segundo axioma de la comunicación humana nos permite ampliar y profundizar esta
idea de la transmisión de valores culturales. El Reality Show no solo comunica un
contenido sino también una relación, que en el caso del valor mencionado es la relación
de sometimiento o daño que infringe una persona a otra. Se trata, según el axioma 5, de
una relación asimétrica o complementaria, y, desde el axioma 4, es comunicado no sólo
digital sino también analógicamente, puesto que el espectáculo del Reality Shows es
también visual. Por ejemplo, la relación de exclusión y sometimiento es transmitida no
sólo verbalmente sino también por escenas o acciones donde un personaje golpea a otro,
o le da la espalda, o no lo consulta en las decisiones grupales, etc.
Los Reality Shows transmiten o refuerzan otra cantidad de valores socio-culturales,
muchos de los cuales son propios de determinados estratos sociales. Así, ni la clase alta,
ni la media ni la baja comparten exactamente los mismos valores morales y por eso se
diferencia el público de los reality shows. "Gran hermano" representa tal vez los valores
más conservadores (importantes para la clase baja como reaseguro de su pertenencia al
sistema), algo ilustrado por la callada desaprobación del grupo al enterarse de que "la
Colo" había tenido relaciones sexuales con Gustavo. "El bar" se alimenta de la
subversión de estos valores (algo que la clase alta, por su pertenencia social, presencia
con comodidad). Esta subversión es simbolizada por el hecho de que Celeste, la
transexual del grupo, se haya apropiado del lugar de guardiana moral. Finalmente, casi
lo obvio, "Expedición Robinson 2", favorita de las clases media y alta, propone una
aventura de supervivencia, una experiencia que la clase baja argentina vive todos los
días y que no necesita ver por televisión (Molero, 2001). Esta última afirmación podría
explicarse desde el psicoanálisis: lo que muestra el Reality Show es tan directo, tan
“real”, que esta ausencia de distancia simbólica genera angustia, y entonces lo que vive
la clase baja no es que “no necesite verlo” sino que “no puede verlo” por los altos
montos de angustia que generaría. De alguna manera las situaciones violentas, para
evitar convertirse en ansiógenas, deberían aparecer simbolizadas, distanciadas de la vida
cotidiana y real del espectador, como cuando asistimos impávidos a escenas de
violencia en una película porque podemos entender que no es “real”.
Los valores sociales incluyen además valoraciones acerca de qué tipo de cuerpo físico
es considerado valioso o exitoso, y cuál ha de ser rechazado, y los Reality Shows
transmiten y refuerzan también estos valores: no por nada los protagonistas son
seleccionados casi siempre según si sus cuerpos corresponden o no al imaginario social
como cuerpos deseados (delgados, atléticos, etc.). Señala Bandura al respecto que “las
manipulaciones sociales pueden tener relativamente poca influencia sobre ciertas
características determinadas biológicamente, tales como el tipo corporal o los rasgos
faciales del individuo. Pero en una sociedad que da mucho valor a la posesión de
determinados atributos físicos, la frecuencia con que se dispensan los refuerzos sociales
depende, en parte, del grado de cercanía a estos ideales culturales” (Bandura, 1985:38).
Las maneras como los medios contribuyen a configurar «la realidad» definen y orientan
las maneras como los medios, y en particular los Reality Shows, contribuyen a
transmitir y afirmar valores sociales. Estos se transmitirán a través de lo que Berger y
Luckmann llaman “ámbito imaginario”.
Berger y Luckmann (Morley, 1986) establecen que el sujeto experimenta la vida
cotidiana en grados diferentes de proximidad y alejamiento. Lo más próximo es el
mundo en el que se actúa, accesible a la experiencia directa, pero la realidad abarca
fenómenos que no están presentes aquí y ahora. Cabe entonces diferenciar dos niveles
de la experiencia del sujeto, utilizando las categorías de «ámbito cotidiano», y «ámbito
imaginario»:
El «ámbito cotidiano» es definido en términos de: ...las relaciones establecidas a partir
de una fuerte intensidad de interacciones entre los sujetos, lo cual implica una constante
confrontación intersubjetiva. (...) El ámbito cotidiano involucra de manera importante
redes de relaciones estrechas, las cuales se atenúan en la medida en que su tamaño se
amplía. En él se construyen diversas identidades familiares, barriales, etc., y las
atribuciones del sentido explícito se confrontan permanentemente con los actos
(Morley, 1986).
El «ámbito imaginario o genérico» implica: ...dimensiones amplias de reconocimiento,
las cuales se han vuelto más frecuentes y diversificadas a partir del desarrollo del
transporte y los medios de comunicación. En este espacio encuentran cabida las
adscripciones a redes genéricas de significado, que influyen en las delimitaciones del
sentido de la acción colectiva y personal; ahí se inscribe la moral, la ética social, las
identidades colectivas nacionales, las creencias religiosas (Morley, 1986).
A nuestro entender, este ámbito de lo imaginario encuentra su representación en los
imaginarios sociales, entendidos como “las representaciones (mitos, memorias,
‘arquetipos’, etc) que una determinada sociedad o comunidad tiene de sí misma y de
otras. A través del imaginario social una comunidad designa su identidad; elabora una
representación de sí misma, marca la distribución de los papeles y los roles sociales,
expresa e impone ciertas creencias, etc. Esa identidad colectiva marca un ‘territorio’ y
define las relaciones con los otros” (Ford, 1999:64).
No resulta exagerado afirmar, en suma, que los medios son actualmente una verdadera
"escuela" para la estructuración de los sujetos y sus valores socioculturales. Como
indica Ginsberg, desde una perspectiva teórica psicoanalítica -y como parte de la
relación hombre-cultura, no puede dejar de estudiarse y comprenderse su aporte a la
conformación del Aparato Psíquico: son quienes más ofrecen en el señalamiento de una
determinada visión de lo que se convertirá en principio de realidad (lo que permite la
llamada socialización), y ofrecen constantes y múltiples modelos identificatorios -
ambos aspectos centrales para la constitución del Yo-, a más de mostrar de manera
permanente que es lo bueno y lo malo (con sus consecuentes premios y castigos), que se
convierten en ejemplos para el Superyó. A esto deben agregarse propuestas de
cumplimiento de deseos, ofrecimiento de fantasías, etc. (Ginsberg E, 1988).
MacLuhan pone de manifiesto la naturaleza del recurso mediático cuando lo califica de
“masaje”: “el medio de nuestro tiempo, la tecnología eléctrica, está remodelando y
reestructurando los patrones de la interdependencia social y cada uno de los aspectos de
nuestra vida privada. Nos está forzando a reconsiderar y revaluar prácticamente cada
pensamiento, cada acción y cada institución que hasta hoy se daban por establecidos”
(McLuhan, 1969a:8).
La expresión ‘el medio es el masaje’ revela lo más decisivo de la teoría de McLuhan: su
determinismo tecnológico. “McLuhan es materialista en su visión de la historia, un
materialismo donde el papel de la infraestructura es atribuido a las tecnologías de la
comunicación. Ellas gobiernan fatalmente el destino de la humanidad, construyen la
cultura, la conciencia y hasta la sensibilidad individual, pero ante ellas no hay
posibilidad de réplica o de respuesta” (Pérez Tornero, 1987:165).
Cazau P y col (2002) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía consultada
Bandura A (1985) Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad. Madrid: Espasa
Calpe.
Ford Aníbal (1999) La marca de la bestia. Buenos Aires: Grupo Norma.
Ginsberg, Enrique (1988) Control de los medios, control del hombre. “Medios masivos
y formación psicosocial”, 2a.ed., Pangea/UAM-Xochimilco.
Mc Luhan M y Quentin F (1969a) “El medio es el masaje”, Buenos Aires, Paidós.
Molero, Miriam (2001), “El Fenómeno de los Reality Shows: Un género en pleno
apogeo”, Buenos Aires, Diario La Nación, 11 de abril de 2001.
Morley, D. (1986) “Family Television.Cultural Power and Domestic Leisure”, London:
Comedia.
Pérez, Tornero J. (1987) El estímulo de McLuhan, artículo incluído en Mc Luhan,
Marshall y Quentin Fiore (1969a) El medio es el masaje, Buenos Aires, Paidós.
Watzlawick P, Beavin J, y Jackson D, (1981) Teoría de la comunicación humana.
Barcelona: Herder, 2º edición, capítulo 2.

Reality Shows y Aprendizaje Social.- ¿Los Reality Shows promueven el aprendizaje


de conductas mediante el aprendizaje por modelado, tomando como referencia la teoría
de Bandura? En principio, podemos suponer que en el caso de los Reality Shows está
dada una de las condiciones esenciales de este tipo de aprendizaje, por cuanto el
espectador se halla en presencia de un modelo de imitación que está observando a través
de la pantalla.
Estos protagonistas-modelos desarrollan ciertas conductas, algunas de las cuales los
conducirán a resultados exitosos (por ejemplo con sus comportamientos uno de los
participantes del “Gran Hermano” consigue seducir a su compañera), y otras conductas
conducirán a fracasos (una sumatoria de comportamientos llevan a otro a ser excluido
del grupo por sus propios compañeros).
Puesto que “El gran Hermano” está diseñado para que los participantes compitan entre
sí en vez de ser solidarios (ya que deberán ser eliminados uno a uno por votación de los
espectadores, como si fuera un Torneo Romano), considero que resulta previsible que
los comportamientos exitosos serán aquellos que desarrollen los protagonistas que
logren triunfar sobre los demás y a expensas de ellos. Es también previsible que varios
de estos comportamientos impliquen el uso de la violencia, la falta de respeto por los
derechos del otro, etc.
Las encuestas tienden a demostrar que, efectivamente, la violencia es un
comportamiento que se aprende a través de los medios. Algunas investigaciones
reafirman la relación entre televisión y violencia. En 2002 se conocieron los resultados
de una investigación de la Universidad de Columbia y el Instituto de Psiquiatría de
Nueva York, realizada durante 17 años, y en la cual se examinaron más de 700 menores
entre 1 y 10 años al momento del inicio de la investigación (La Nación, 2002).
Se pudieron así diferenciar tres grupos: a) quienes ven televisión no más de una hora
por día: el 5,7% de estos niños y adolescentes presentó actos agresivos. b) quienes ven
televisión durante tres horas por día: el 22,5 presentó comportamiento agresivo, y c)
quienes ven televisión más de tres horas: la proporción subió al 28,8%.
También pudo constatarse que las conductas violentas fueron tres veces más numerosas
entre los varones. La agresividad masculina se revela especialmente en la adolescencia,
mientras que la femenina, más tardíamente, al alcanzar la mayoría de edad. Conviene
también indicar un dato señalado por la Asociación Americana de Psicología según el
cual los menores captan en la televisión, alrededor de 8000 homicidios en los diez
primeros años de vida, y hay motivos para suponer que esas experiencias reiteradas
desensibilizan al niño inclinándolo hacia la ejecución de actos violentos (La Nación,
2002).
Es de hacer notar que las investigaciones mencionadas no se refieren específicamente a
los Reality Shows. De hecho, no ha sido posible encontrar bibliografía sobre
investigaciones que relacionaran el hecho de presenciar los Reality Shows con la
violencia de los espectadores en su vida cotidiana. Como conjetura, es posible que
también esta relación quede confirmada, y especialmente en el caso de los Reality
Shows, ya que en estos, y a diferencia de los video-games o las películas de ficción
donde aparecen escenas de violencia, se está transmitiendo un meta-mensaje: “esto que
ustedes están viendo es real, no es ficción”, meta-mensaje que podría inducir al
espectador a pensar que la violencia que ejercería en su vida cotidiana está más
legitimada (“Si ellos pueden ser violentos en la realidad, por qué no yo también?”).
Los medios han modificado las formas como nos relacionamos en la sociedad. El uso de
los medios de comunicación implica la creación de nuevas formas de acción e
interacción en el mundo social, nuevas formas de relacionarse con los otros, y con uno
mismo (Morley, 1986), cuestión que nos ubica directamente en relación con el problema
del aprendizaje de actitudes y conductas.
Los medios no sólo contribuyen a moldear la percepción, sino también las acciones e
interacciones sociales, las cuales se materializan y tienen su expresión en los
comportamientos individuales y colectivos porque de los modos como los sujetos y
grupos humanos se perciban mutuamente, tenderán a expresarse en sus formas de
relación social. Si soy «joven», una de las mitologías mediáticas fuertes, luzco y actúo
de determinada manera, me relaciono con determinados sujetos, y trataré de
comportarme dentro de pautas que me diferencien de otros grupos por fuera de mi
categoría. «Denunciar a los sospechosos», «castigar a los violentos», «no discriminar a
los homosexuales»o «admirar a las mujeres bellas» son ejemplos de formas de
interacción social que pueden ser alentadas o desestimuladas por los discursos,
imágenes y narrativas de los medios. Escenas del “Gran Hermano” así lo atestiguan.
Pero los Reality Shows llegan, a mi entender, aún más lejos: “Los medios nos
proporcionan nuevas identidades y aspiraciones con relación a lo que aspiramos ser o
parecer. Los medios exhiben nuevos y seductores modelos de conducta, como una gama
más dilatada y más plástica de valoraciones de nuestros yo. Los medios nos brindan
múltiples, envidiables y tentadores grupos de referencia, sean reales o imaginarios, que
sirven de espejo a nuestra personalidad” (Zibecchi, 1974:246).
En suma: al producir formas simbólicas los individuos utilizan éstos y otros recursos
(capital cultural, capital simbólico), para ejecutar acciones que intervienen en el curso
de los eventos y tienen consecuencias de varias clases. Las acciones simbólicas pueden
hacer surgir reacciones, pueden conducir a otros a actuar o responder de ciertas
maneras, a seguir un curso de acción en lugar de otro, a creer o a dudar, a afirmar su
apoyo a un estado de cosas o a levantarse en una revuelta colectiva. Morley usa el
término «poder simbólico» para referirse a esta capacidad de intervenir en el curso de
los eventos, influenciar las acciones de otros e incluso crear eventos, por medio de la
producción y transmisión de formas simbólicas (Morley, 1986).
Esto encuentra su explicación en la teoría de Bandura cuando dice que la conducta se
adquiere simbólicamente a través del procesamiento central de la información acerca de
la respuesta, que ocurre antes de que ésta se lleve a cabo como tal.
Muchos de estos comportamientos aparecen reproducidos en los Reality Shows, en la
medida en que podemos considerar a estos como pequeñas reproducciones de la
sociedad. Sin embargo, las influencias de los modelos también pueden crear conductas
creativas o innovadoras, a través del modelado abstracto: por ejemplo, los espectadores
pueden mirar ciertas conductas violentas, o seductoras, o solidarias en los Reality
Shows, y luego, en su vida cotidiana, ejercer la violencia, la seducción o la solidaridad
de maneras diferentes adaptadas a su entorno social particular, pero manteniéndose
dentro del cliché de lo que han presenciado en la televisión.
Considero, además, que indudablemente las conductas violentas, seductoras, solidarias,
etc., ya habían sido incorporadas con anterioridad por los espectadores de los Reality
Shows. En estos casos, los modelos presentados en los mismos actuarían produciendo
un efecto de potenciarlas –reforzarlas- o debilitarlas e incluso extinguirlas (Bandura,
1985:91).
Utilizando conceptos de Berger y Luckmann, podríamos aquí decir que en este último
caso se ha producido una escisión entre la socialización primaria (donde se aprenden
modelos durante la niñez) y la socialización secundaria (donde se aprenden los modelos
de los Reality Shows, por ejemplo). Así, un niño a quien sus padres enseñaron
conductas de solidaridad, puede padecer un debilitamiento o extinción de estas
conductas bajo la influencia de los modelos suministrados por el Reality Show, cuando
envía el mensaje “sé agresivo y triunfarás”.
Cazau P y col (2002) Vocabulario de Psicología. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía consultada
Bandura A (1985) Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad. Madrid: Espasa
Calpe.
La Nación (2002), “Televisión y violencia”, Diario La Nación, Buenos Aires, 23 de
abril de 2002.
Morley, D. (1986) “Family Television.Cultural Power and Domestic Leisure”, London:
Comedia.
Zibecchi César (1974) Comunicación humana y comunicaciones masivas. Buenos
Aires: Editorial Plus Ultra.

RED SOCIAL

Definición.- “Trama de relaciones sociales que parten de un individuo ligándolo en


forma directa a otros y, a través de éstos, indirectamente a muchos más”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág.
624.

Red social.- “Una red es el campo total de relaciones de una persona o una familia... es
un grupo de personas: miembros de la familia, vecinos, amigos y otros capaces de
aportar una ayuda y un apoyo tan reales como duraderos a un individuo o a una
familia. Es en síntesis un capullo alrededor de una unidad familiar que sirve de
almohadilla entre ésta y la sociedad. Es lo que subsiste del aspecto tribal de las
sociedades primitivas”.
Speck J y R, “Las prácticas de la terapia de red”, Gedisa, Barcelona, 1989, capítulo 1.

Generalidades.- Durante los años 90 la principal forma de armar redes sociales


consistía en participar en grupos o foros de discusión o canales de Chat. Mediante la
interacción uno iba relacionándose con los otros similares. Con la aparición del software
de redes sociales y los sitios como 40things o flicks, la combinación de taxonomías y
clasificaciones sociales comenzaron a unir lo disperso en lo común. La mayoría de las
redes sociales existentes hoy en día basan su funcionamiento e inspiración en la teoría
de los seis grados de separación formulada en 1967 por el psicólogo Stanley Milgram
de la Universidad de Harvard. La teoría dice que dos personas cualesquiera del mundo
están relacionadas entre sí por un máximo de 6 personas.
En Sociedad de las indias electrónicas encontramos la siguiente narración del
experimento: "Seleccionó cincuenta personas a las que entregó un mensaje para un
único destinatario. El mensaje sólo podía ser entregado a un conocido o, por estos, a
otro conocido, hasta alcanzar el objetivo final. El experimento no salió muy bien las
primeras veces, con una tasa de recepción final del 5% (cosa que no impidió a Milgram
publicar los resultados y abrir un debate que ha sido sumamente fértil). En sucesivos
intentos la tasa de recepción se elevó incluso hasta el 97%. Poco a poco una idea
emergió de los experimentos, la de los seis grados de separación: cualquier persona
podría llegar a cualquier otra siguiendo tan sólo seis pasos de "amigos de amigos" (en
ingles "friend of a friend" o FOAF). "
Recientemente Duncan J. Watts, de la Universidad de Columbia, ha repetido el
experimento, pero a nivel mundial mediante el email, verificando lo concluido por
Milgram. En la fuente mencionada agregan: “Pero la cuestión es que en realidad es muy
posible que comparta la mayor parte de mis conocidos con mis contactos de primer
grado. Si "limpiásemos" del listado de conocidos de cada uno de estos de los que ya han
aparecido previamente como conocidos directos míos, es muy probable que muchos de
ellos no llegaran al centenar de contactos. Por eso recibimos los mismos mensajes de
email en cadena varias veces, se repiten las convocatorias por SMS en el móvil y
definitivamente la venta piramidal nos parece un timo para sacarle los cuartos a la
familia y el entorno más cercano.
Este fenómeno se llama clustering y podríamos definirlo como la tendencia que tienen
dos conocidos comunes a un tercero a conocerse entre si. O dicho a la manera del
análisis de grafos, la tendencia a que dos nodos conectados a través de un tercero se
conecten directamente entre si. El clustering hace que la gran red social se parezca más
a una red de redes que a una única red muy interconectada. En el lenguaje del análisis
estructural diríamos que la red social real tendería representarse como un conjunto de
"clusters" unidos entre si por puentes locales. Son estos puentes los que permiten que
sólo haya seis grados de separación media en una red social amplia dándonos la
impresión de que "el mundo es un pañuelo" (el "Small World Phenomenon").”
Un elemento fundamental para la constitución de estas redes esta dado por los lazos
fuertes y débiles que se generan y que es la clave para la extensión de las mismas.
“En 1973 el sociólogo Mark Granovetter realizó un famoso estudio sobre dos
comunidades bostonianas que se movilizaban frente las consecuencias del crecimiento
urbano. De este estudio emergía la idea de que la coordinación social dependía, a la
hora de la verdad no tanto de los vínculos fuertes como las relaciones familiares, de
amistad o de cuadrilla, como de los vínculos débiles establecidos con anterioridad con
otros actores con los que hasta entonces habían tenido poco o ningún contacto. En un
estudio posterior corroboró esta idea estudiando qué contactos servían realmente a la
hora de encontrar trabajo. Granovetter llamó a este fenómeno la fuerza de los vínculos
débiles. Y esa fuerza debería impulsarnos un par de reflexiones: en primer lugar que en
el grafo de una red las claves pueden estar justamente en aquellos lazos que, en el
análisis estático parecen menos relevantes, enlaces que "ensucian" el mapa y que
muchas veces se borran para "facilitar el análisis". Los límites de la propagación vienen
determinados por vínculos débiles, poco llamativos. En segundo lugar y en parte por lo
mismo que los vínculos que unen a los hubs entre si y con las redes que conectan
probablemente serán también "débiles".
Vía Terra leemos las consecuencias de estas fortalezas y debilidades: "En las redes
sociales las personas que pertenezcan al primer grado serán las más allegadas y a las
que se conoce directamente. A medida que se va avanzando en el grado de separación,
disminuye la relación y el nivel de confianza. No obstante, el usuario que se ponga en
contacto con miembros de la red situados a 6 grados, sabe que han sido sus propios
contactos los que finalmente le han llevado a esa persona. Funcionan como una especie
de filtro, ya que en principio las identidades siempre quedan aseguradas, todo el mundo
es quién dice ser..."
Fuente: http://epuan.blogspot.com/

REPRESENTACIÓN SOCIAL
Generalidades.- Jodelet (pág. 474) propone la siguiente definición de representación
social: “designa una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común,
cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionalmente
caracterizados. En el sentido más amplio designa una forma de pensamiento social”.
Las representaciones sociales pueden adoptar distintas formas (pág. 476), imágenes
que condensan un conjunto de significados, sistemas de referencia para interpretar lo
que nos sucede, categorías para clasificar las circunstancias, fenómenos e individuos
con quienes debemos tratar, teorías para establecer hechos sobre ellos, etc. La noción
de representación social se sitúa en el punto donde se articula lo psicológico con lo
social.
Según el mismo autor, las representaciones sociales constituyen modalidades de
pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio
del entorno social, material e ideal. En tanto que tales, presentan características
específicas a nivel de organización de los contenidos, las operaciones mentales y la
lógica (pág. 476).
La caracterización social de los contenidos o de los procesos de representación han de
referirse a las condiciones y a los contextos en los que surgen las representaciones, a
las comunicaciones mediante las que circulan y a las funciones a las que sirven dentro
de la interacción con el mundo y los demás.
La representación social se define por su contenido (informaciones, imágenes,
opiniones, actitudes, etc). Dicho contenido se relaciona con un fin, un trabajo a realizar
por ejemplo. Pero también se define como una relación entre sujetos: es la
representación que se forma un sujeto de otro sujeto. La representación social no es un
duplicado de lo real o de lo ideal, ni la parte subjetiva del objeto, ni la parte objetiva
del sujeto: es la relación del hombre con las cosas y los demás hombres.
La representación social, en la caracterización de Jodelet, tiene cinco características
fundamentales, que es posible sintetizar de la siguiente manera:
1. Siempre es la representación de un objeto, persona, acontecimiento, idea, etc. Para
eso se llama representación.
2. Tiene un carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la
idea, la percepción y el concepto. La forma de representarnos el objeto, la persona,
etc., es mediante una imagen de ella.
3. Tiene un carácter simbólico y significante. La representación como imagen,
concepto, etc., no es una mera reproducción del objeto ausente, sino que es una
construcción, donde el sujeto aporta algo creativo. Es decir:
4. Tiene un carácter constructivo.
5. Tiene un carácter autónomo y creativo.
Las categorías que estructuran y expresan las representaciones sociales son categorías
del lenguaje.
Jodelet Denise (1989) La Representación social: fenómenos, concepto y teoría. Buenos
Aires: Paidós.

Generalidades.- Representación social (Durkheim) son elaboraciones que hace un


grupo determinado (clase social, adolescentes, etc. para ordenar el mundo y tornarlo
inteligible. Por ejemplo, “el que mal anda mal acaba”. De este conocimiento social se
ocupa la sociología del conocimiento. Pero desde una Psicología del conocimiento
interesará ver cómo los sujetos aprehenden la realidad social, cómo ponen orden en sus
ideas, o sea como se construye el mundo como realidad subjetiva (internalización).
Los hombres poseen varias representaciones de la realidad: de su propio cuerpo, de lo
sobrenatural, de la mujer, de la masculinidad, etc. y son construcciones, no
reproducciones. Son interpretaciones resultado de la experiencia colectiva e individual.
Con ellas pueden comprender, justificar y dominar su entorno. Las representaciones son
significantes, están ‘en lugar de’ algo ausente en la mente. Las representaciones sociales
están más allá de las opiniones, imágenes y actitudes. Estas últimas operan como parte
de un sistema de representaciones sociales.
Sherif y Sherif mostraron con experiencias que grupos que desarrollan proyectos
incompatibles, suelen elaborar imágenes, representaciones también incompatibles, pero
que esos grupos se aunaban en interdependencia y un esfuerzo común cuando se creaba
una situación suficientemente desafiante, un proyecto de orden superior.
Existen entre los grupos representaciones mutuas (‘aquellos son los malos’, etc.), y una
superestructura legitimadora de las atribuciones inter-grupales; esta es la dinámica del
sociocentrismo.
La representación está ligada a la actitud, en ambas existe un sistema, una actividad
cognitiva que incorpora un sistema de valores producto de interacción.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Generalidades.- Concepto desarrollado por S Moscovici en psicoanálisis, vinculado


con el de representaciones colectivas de Durkheim. Son las formas en que la sociedad se
representa a sí misma. Los mitos, leyendas e ideologías son “hechos sociales” objetivos,
externos a los individuos. La representación social es un sistema cognitivo compartido
(por ejemplo una teoría como el psicoanálisis, cuando se hace pública) que sirve como
una preparación para la acción pues guía el comportamiento, y permiten a las personas
orientarse en su medio social y controlarlo. Moscovici critica la idea de actitud por su
raíz conductista. Autores como D Jodelet y otros siguieron esta orientación.
Condensado de Seidmann Susana, Historia de la psicología social (artículo).
Publicación interna de la cátedra de psicología social de la carrera de Psicología de la
Universidad de Belgrano. Buenos Aires, 2001.

Generalidades.- El concepto de representación social aparece en sociología, y pasando


por la psicología infantil (Piaget) llega finalmente a la psicología social (Moscovici).
A. DE LOS FENOMENOS REPRESENTATIVOS A LA NOCION DE
REPRESENTACION SOCIAL.- Ciertos experimentos han mostrado que la
representación que elabora un grupo sobre la tarea que debe realizar, define objetivos y
métodos específicos para sus miembros. Aquí vemos una primera forma de
representación social: la elaboración por parte de una colectividad, bajo inducción
social, de una concepción de la tarea que no toma en cuenta la realidad de su estructura
funcional. Tal representación incide directamente sobre el comportamiento social y la
organización del grupo, llegando a modificar su propio funcionamiento cognitivo.
En otros estudios se vio que una representación social podía condensar en una imagen
historia, relaciones sociales y prejuicios. Los medios de comunicación pueden transmitir
una determinada representación social, modificando la respuesta del público según sus
expectativas y deseos. En otro ejemplo: si un periodista cambia la palabra "neurosis"
por "desorden" esto influirá en cómo se relacionan las personas entre sí, pues cambió la
representación social de la palabra en cuestión.
La noción de representación social.- Las representaciones sociales pueden adoptar
distintas formas: imágenes que condensan un conjunto de significados, sistemas de
referencia para interpretar lo que nos sucede, categorías para clasificar las
circunstancias, fenómenos e individuos con quienes debemos tratar, teorías para
establecer hechos sobre ellos, etc. La noción de representación social nos sitúa en el
punto donde se articula lo psicológico con lo social.
Se propone la siguiente definición de representación social: Este concepto designa una
forma de conocimiento específico, el saber del sentido común (no científico), cuyos
contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente
caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma de pensamiento social.
Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento práctico
orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social,
material e ideal. En tanto que tales, presentan características específicas a nivel de
organización de los contenidos, las operaciones mentales y la lógica.
La caracterización social de los contenidos o de los procesos de representación han de
referirse a las condiciones y a los contextos en los que surgen las representaciones, a las
comunicaciones mediante las que circulan y a las funciones a las que sirven dentro de la
interacción con el mundo y los demás.
B. ELEMENTOS PARA ACOTAR LA NOCION DE REPRESENTACION SOCIAL.-
La representación social se define por su contenido (informaciones, imágenes,
opiniones, actitudes, etc). Dicho contenido se relaciona con un fin, un trabajo a realizar.
Pero también se define como una relación entre sujetos: es la representación que se
forma un sujeto de otro sujeto. La representación social no es un duplicado de lo real o
de lo ideal, ni la parte subjetiva del objeto, ni la parte objetiva del sujeto: es la 'relación'
del hombre con las cosas y los demás hombres.
Características de la representación social.- La representación social tiene cinco
características fundamentales:
1. Siempre es la representación de un objeto, persona, acontecimiento, idea, etc. Para
eso se llama representación.
2. Tiene un carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la
idea, la percepción y el concepto. La forma de representarnos el objeto, la persona, etc,
es mediante una imagen de ella.
3. Tiene un carácter simbólico y significante. La representación como imagen,
concepto, etc., no es una mera reproducción del objeto ausente, sino que es una
construcción, donde el sujeto aporta algo creativo. Es decir:
4. Tiene un carácter constructivo.
5. Tiene un carácter autónomo y creativo.
Las categorías que estructuran y expresan las representaciones sociales son categorías
del lenguaje.
Teorías sobre la representación social.- Existen diversas maneras de formular la forma
en que esa construcción psicológica y social llamada representación social se elabora.
Estas teorías son seis:
1. La representación social surge de una simple actividad cognitiva del sujeto. La
construye en función del contexto, o sea de los estímulos sociales que recibe, y en
función de valores, ideologías y creencias de su grupo de pertenencia, ya que el sujeto
es un sujeto social.
2. El sujeto es producto de sentido, y entonces expresa en su representación el sentido
que da a su experiencia en el mundo social.
3. La representación social se construye como una forma de lenguaje, de discurso, típico
de cada sociedad o grupo social.
4. El sujeto produce una representación social en función de las normas institucionales
derivadas de su posición o las ideologías relacionadas con el lugar que ocupa.
5. El juego de las relaciones intergrupales determina la dinámica de las
representaciones: las interacciones van modificando las representaciones que los
miembros tienen de sí mismos, de su grupo, de los otros grupos y de sus miembros.
Estas representaciones permiten regular las relaciones sociales.
C. CONSTRUIR LO REAL, ENCARNAR EL PENSAMIENTO.- Moscovici describió
dos procesos principales que explican cómo lo social transforma un conocimiento en
representación, y como esta representación transforma lo social. Ambos procesos se
denominan, respectivamente, "objetivización" y "anclaje".
a. La objetivización: lo social en la representación
La objetivización puede definirse como una operación formadora de imagen y
estructurante. La representación permite intercambiar percepción y concepto a través de
la imagen. Al poner en imágenes las nociones abstractas, da una textura material a las
ideas. Por ejemplo el concepto de "masa" se materializa como "peso", o "enfermedad
mental" como "shock afectivo". Primero se da una selección: seleccionamos ciertos
conceptos acordes con nuestra ideología y los separamos del contexto donde estaban
(descontextualización). En una segunda fase se forma un núcleo figurativo, una
estructura de imagen que reproducirá en forma visible una estructura conceptual. Por
ejemplo el concepto de "aparato psíquico" del psicoanálisis es visualizado como dos
zonas separadas por una línea. En una tercera fase el modelo figurativo adquiere
propiedades humanas naturales: por ejemplo, el "inconciente" es inquieto.
Por lo tanto, la objetivización tiene este triple carácter, que es el paradigma de la
objetivización: es una construcción selectiva, es una esquematización estructurante y
produce una naturalización. Este modelo revela la tendencia del pensamiento social a
proceder por medio de construcción estilizada, gráfica y significante. Tal construcción
se subordina a un valor social, pero también responde a expectativas personales e
íntimas: el esquema conciente-inconciente tiene resonancias en experiencias conflictivas
personales. Estas construcciones tienen a biologizar, es decir, a transformar diferencias
sociales en diferencias de ser.
b. El anclaje: la representación en lo social
Este segundo proceso se refiere al enraizamiento social de la representación y su objeto.
La intervención de lo social se traduce en el significado y la utilidad que le son
conferidos.
Hay una integración cognitiva del objeto representado en el esquema preexistente. A
diferencia de la objetivización, que es la constitución formal de un conocimiento, en el
anclaje encontramos una inserción orgánica de conocimiento dentro de un pensamiento
constituido. Articula así las tres funciones básicas de la representación: función
cognitiva de integración de lo novedoso, función de interpretación de la realidad, y
función de orientación de las conductas y las relaciones sociales.
El proceso de anclaje se descompone en varias modalidades que permiten comprender
el mismo. Estas modalidades son:
1) El anclaje como asignación de sentido: o sea como se confiere el significado al objeto
representado. La jerarquía de valores que se impone en la sociedad contribuye a crear
una red de significados. Por ejemplo, la gente deja de representarse el psicoanálisis
como una ciencia y se lo empieza a representar socialmente como atributo de ciertos
grupos, como por ejemplo de los intelectuales.
2) El anclaje como instrumentalización del saber: o sea como se utiliza la representación
en tanto que sistema de interpretación del mundo social, marco e instrumento de
conducta. Las representaciones no sólo expresan relaciones sociales, sino que también
contribuyen a constituirlas. Por ejemplo agresividad frente a los intelectuales por
representar el psicoanálisis.
3) Anclaje y objetivización: hay una relación entre la cristalización de una
representación en torno de un núcleo figurativo (objetivización) y un sistema de
interpretación de la realidad que orienta los comportamientos (anclaje). Por ejemplo, se
forma un núcleo figurativo alrededor de la enfermedad mental, que toma una imagen
dividida: el cerebro (representa lo social) y los nervios (representa lo orgánico). Con
esta imagen interpretamos la realidad, y por ejemplo decimos "a este no le funciona el
cerebro" o "aquel anda mal de los nervios", y nos comportamos de distinta manera
frente a estos dos "tipos" de enfermos.
4) El anclaje como enraizamiento en el sistema de pensamiento: La representación no se
inscribe en una tabula rasa, sino que siempre se inserta dentro de algún sistema previo
de pensamiento, latente o manifiesto. Esto puede impedir la incorporación de nuevos
conocimientos por resistirse a los esquemas previos, pero también puede facilitar la
integración de los mismos en esos esquemas previos. Este doble fenómeno es llamado
por Moscovici "polifasia cognitiva".
Resumen de Jodelet Dense (1989) La representación social: fenómenos, concepto, teoría
(artículo).

RITUAL

Definición.- “Acto social de significación simbólica, cumplido en ciertas ocasiones


porque lo prescribe la tradición”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág.
625.

Ritual de iniciación.- Un ritual de iniciación lo podemos definir como una práctica


social bastante codificada que se da ante una situación de cambio o pasaje en la
existencia de las personas. Es decir, es una situación donde una persona deja atrás un
estadio de su existencia, para pasar a otro estadio en su vida. Así, por ejemplo, nos
encontramos con el ritual del casamiento (pasaje del estado de soltería al estado propio
al matrimonio), el ritual de los velorios (pasaje de la vida a la muerte, o pasaje de la
presencia física a la ausencia física del ser querido que dejó de ser en el tiempo), o el
ritual de la realización de una tesis (pasaje de alumno a graduado). Toda situación de
pasaje de un estadio de la existencia a otro, presupone una situación de crisis, donde la
incertidumbre, la resistencia a dejar el viejo estadio o los temores que acarrea la nueva
situación imprevista, suelen ocasionar demoras y regresiones en las cuales uno se resiste
a pasar por tal situación de desplazamiento hacia el nuevo estadio.
Besarón P, ¿Por qué no puedo hacer mi tesis? Disponible en
http://www.escribimos.com.ar/www/porqueno.htm

ROL

Definición.- “Exigencias normativas que se aplican a la conducta de una categoría


específica de personas en determinados contextos situacionales. Los roles establecen
quién debe hacer cierta cosa, cuándo y dónde debe hacerla”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág.
625.

Rol social.- “Patrón de comportamiento que se espera de una persona que ocupa un
status particular; actividad de codificación compleja, que controla la creación y la
organización de significaciones específicas y las condiciones para su transmisión y
recepción. Los roles son producto del proceso de socialización, a través del cual es
interiorizado algo que es exterior al individuo” (pág. 155).
Berstein Basil (1990), Poder, educación y conciencia. Sociología de la transmisión
cultural. Barcelona: El Roure.

La naturaleza de los roles.- Gran parte de la vida social se asemeja al teatro, donde las
personas asumen y actúan ciertos papeles o roles, con la diferencia que el teatro es una
ficción, y además los libretos son muy fijos.
Los roles establecen quien debe hacer cierta cosa, y cuando y donde debe hacerla.
Sabemos qué esperar de ciertas personas porque las hemos categorizado dentro de cierto
rol. Un rol es un conjunto de actividades, claramente mezcladas con las actividades de
otras personas, e implican normas recíprocas: tengo tales obligaciones y de los demás
tengo determinada expectativas.
La naturaleza recíproca de los roles.- No hay profesor sin alumno, ni trasgresor sin
policía, ni marido sin mujer. Los roles definen tanto nuestras obligaciones como
nuestras expectativas, o sea lo que haremos y lo que harán los demás. Estamos ligados
unos a otros por relaciones de roles: las obligaciones de uno son las expectativas de
otro.
La reciprocidad se ve en la mismidad.- Nos situamos en la otra persona para ver qué
espera ella de nosotros, anticipando así nuestras obligaciones. Con el rol no se nace,
sino que lo vamos construyendo a medida que interactuamos con los demás.
Asunción del rol.- Al traducir los roles en acciones, comprobamos que en cada caso
necesitamos crear la acción de nuevo; de allí que toda interacción tenga un carácter
tentativo y nunca definitivo.
Elaboración del rol.- En algunos aspectos, cada acción es singular y única, y cada
interacción envuelve un elemento de improvisación: de aquí de la asunción de un rol
implique siempre una elaboración del rol. Elaborar roles significa distribuir, ajustar y
equilibrar sus requisitos, procurando crear y descubrir totalidades congruentes.
Tensión del rol.- El carácter fluido e indeterminado de la vida humana obliga a
modificar de continuo nuestra conducta y a definir y redefinir nuestros roles. En esta
tarea surgen a veces dificultades, creándose así una tensión del rol. Una fuente de esta
tensión son los conflictos de roles, cuando deben asumirse conductas contrarias entre sí.
Por ejemplo algunas personas esperan de nosotros que actuemos de tal manera por el
sólo hecho de ser de tal raza o religión, pero quizás eso que se espera de nosotros no es
compatible con nuestra personalidad. Para resolver estos conflictos recurrimos a varios
mecanismos, por ejemplo la compartimentación: actuamos en cierto contexto de una
forma y en otro de otra; otro mecanismo es la jerarquía de obligaciones: ‘me gustaría
hacer tal cosa pero antes está esto otro’. Otro origen del conflicto puede ser la
ambigüedad del rol, que es cuando hay roles tan novedosos que no hay claridad sobre
ellos.
Distancia del rol y fusión del rol con la persona.- Hay casos de plena adhesión a un rol
(el director técnico que gesticula en un partido de fútbol). Los roles no sólo se actúan
sino que también pueden ‘hacerse como que se los actúa’. En otras circunstancias,
podemos esforzarnos por mantener nuestra distancia respecto de ciertos roles pues
contradicen el concepto que tenemos de nosotros mismos.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 8.

Roles funcionales y disfuncionales en los grupos.- A medida que el grupo comienza a


funcionar, se van diferenciando roles, a los efectos de la división del trabajo. Los roles
pueden clasificarse del siguiente modo:
a- Roles funcionales: son los que tienen que ver con la tarea a realizar (roles de
producción o locomoción) y los que tienen que ver con el grupo mismo a fin de
regularlo y perpetuarlo manteniendo o modificando su forma de trabajo (roles de
regulación: resolver conflictos endogrupales, y roles de facilitación: organizar el grupo).
Estos últimos son los roles de mantenimiento, pues hacen que el grupo siga siendo un
grupo.
b- Roles disfuncionales: o individuales, son irrelevantes para la tarea o el grupo. Están
orientados hacia la satisfacción de necesidades individuales de los miembros.
Obstaculizan el funcionamiento grupal.
Esquemáticamente:

Roles funcionales (son 18) De locomoción (son 11). Roles para la tarea, roles para
la producción, roles de progresión.
De mantenimiento (son 7). Roles de mantenimiento y
constitución del grupo. Pueden ser:
-De facilitación: organizar
-De regulación: unir.
Roles disfuncionales (son 8) Roles individuales

Un mismo integrante puede desempeñar simultánea o sucesivamente varios de estos


roles. Y un mismo rol puede estar a cargo de varios miembros en la misma situación.
Roles de locomoción
1- Iniciador-contribuyente: sugiere nuevas ideas para ver el objetivo grupal.
2- Inquiridor de opiniones: pregunta para buscar opiniones.
3- Informante: aporta información.
4- Opinante: opina.
5- Elaborador: reformula información y opiniones.
6- Esclarecedor, clarificador, sintetizador o coordinador emergente (para distinguirlo del
coordinador explícito): muestra y clarifica las relaciones entre ideas y sugerencias.
7- Orientador: define o redefine la posición del grupo frente a su objetivo.
8- Crítico evaluador: analiza lo realizado por el grupo según ciertas normas.
9- Dinamizador: incita a actuar o a tomar decisiones.
10- Secretario: registra lo discutido.
11. Técnico de procedimientos: facilita el movimiento grupal distribuyendo material,
haciendo tareas de rutina, disponiendo grabadores y sillas, etc.
Roles de mantenimiento
1- Estimulador: alienta, elogia, muestra solidaridad.
2- Conciliador o armonizador: concilia, mitiga tensiones, calma.
3- Transigente: cede parte de su posición para llegar a un acuerdo. Favorecedor de
compromisos.
4- Regulador de comunicación, guardagujas o guardatranqueras: intenta mantener
abiertos los canales de comunicación, estimulando la participación de todos.
5- Seguidor: sigue el movimiento grupal pasivamente.
6- Legislador: expresa normas sobre como debe funcionar el grupo (equivalente al
crítico evaluador como rol de locomoción).
7- Observador o comentarista: registra diferentes aspectos de la interacción grupal y
realimenta al grupo con esos datos. Puede ser participante o silencioso.
Muchos de estos roles serán desempeñados por el líder de mantenimiento.
Roles disfuncionales.- Su aparición frecuente indica problemas grupales no resueltos.
En términos de Thelen, indica un problema de proceso no resuelto. Según este autor, la
participación de un miembro, realizada, ya pertenece al grupo. Por ello toda
problemática de un integrante es un problema de grupo salvo en casos extremos donde
un rol disfuncional es un problema del miembro únicamente. En todo caso el problema
grupal será como resolver ese problema. Roles disfuncionales son:
1- Agresor.
2- Obstructor (discute sin razón, vuelve a problemas ya resueltos).
3- Buscador de reconocimiento (llama la atención sobre sí).
4- Confesante (toma al grupo como terapéutico para contar sus cosas personales).
5- Mundano (alardea de falta de compromiso, cínico, subestimador).
6- Dominador (no permite participaciones, usa la agresión para imponer poder).
7- Buscador de ayuda (busca hacerse el simpático mostrándose inseguro, confuso o
autodepreciado).
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 4.

Interjuego grupal de roles.- Analizar este interjuego supone considerar los siguientes
puntos:
Fijeza o movilidad.- Cuanto más móviles son los roles más posibilidades de resolver
conflictos hay y mejor es la situación de aprendizaje. Roles fijos hablan de una situación
estereotipada de conflicto no resuelto.
Roles complementarios o suplementarios.- El interjuego de roles complementarios
implica cooperación, mientras que los suplementarios una situación de competitividad
que obstaculiza la tarea a cumplir. Según Arsenian y otros, los roles disfuncionales
puede llegar a estar al servicio del grupo, pues hay momentos donde la conducta está
dirigida hacia las satisfacciones individuales.
Racimo de roles (Arsenian y otros).- La unidad del proceso grupal no está dada
generalmente por un individuo y ru rol sino por un par de roles o más (racimo).
Generalmente asociados a sentimientos ambivalentes (afectivos positivos y negativos)
buscan ‘suspender’ el proceso grupal para neutralizar la excesiva integración o la
excesiva dispersión, al mismo tiempo que mantienen abiertos los canales de
comunicación y las funciones de locomoción.
Los racimos de roles ambivalentes buscan sublimar, neutralizar lo que produce mucha
cohesión (que aumenta la tensión) o lo que dispersa mucho (la agresión, por ejemplo)
logrando así mantener al grupo unido.
También hay racimos de roles para expresar y descargar solamente afectos positivos, y
solamente negativos. Cualquier rol individual puede insertarse al servicio de cualquiera
de esos tres racimos.
Ejemplos de racimo son el bromista, el burlado, el que estimula y festeja al bromista. El
chivo emisario, el expiador que castiga al chivo, etc. Si un racimo es ejercido por una
sola persona, puede dejar inactivos a los demás. Los racimos también interjuegan entre
sí: si hay un bromista capaz de expresar la hostilidad grupal, no será necesario un chivo
expiatorio.
En suma, ningún rol es aislado: está integrado en el conjunto, interjuega con los demás
según complementariedad o suplementariedad, fijeza o movilidad, o dentro de un
racimo de roles. Estos últimos buscan mantener la cohesión grupal para resolver el
conflicto.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 4.
La dinámica de roles y el conflicto grupal.- El aporte de Benne y Sheats es haber
descrito las conductas grupales y clasificarlas en fases. Lo que falta, en cambio, es una
teoría del conflicto. Desde estos autores, parecería que el conflicto surge a partir de la
aparición de roles disfuncionales, pero Romero postula que es al revés: el conflicto es
constitutivo del grupo, y la existencia de roles disfuncionales indican que existe un
conflicto sin resolver, afectando tanto la eficacia como la eficiencia del grupo. Además,
el conflicto el motor del cambio grupal.
Las funciones de locomoción pueden ser encaradas como el equivalente grupal de los
procesos de producción, mientras los procesos de mantenimiento como el equivalente
de los procesos de reproducción y producción de las condiciones de producción.
Los procesos de mantenimiento entonces reproducirían las fuerzas productivas
(motivaciones y esfuerzos de los miembros para hacer la tarea) y las relaciones de
producción (cuya reproducción se ve en las estereotipias y conductas evitativas del
conflicto, que se expresa con la aparición de roles individuales).
Así, todo grupo funciona como una unidad de producción: hay recursos o materias
primas (problemas, obstáculos, conflictos a resolver), hay instrumentos (interacción
cooperativa, interpretaciones o señalamientos del coordinador), hay personas, etc. Así,
en todo grupo hay tres niveles:
 (a) General (compartido por todos los integrantes).
 (b) Particular (asunción y adjudicación de roles orientados a resolver conflictos
que impidan realizar la tarea: el grupo es un campo de aprendizaje de roles).
 (c) Individual (dado por la problemática personal de cada miembro).
Si en los grupos de discusión se reproducen las condiciones de producción social, en los
grupos terapéuticos se reproducen las condiciones de producción del sujeto, pues prima
lo inconciente. Estamos en el nivel (c), donde el sujeto transfiere al grupo su historia
personal.
¿Pero el grupo como unidad tiene también una historia que reproduce? En el grupo
terapéutico se reproducen las condiciones de producción del sujeto en cuanto tal, como
sujeto sujetado al discurso social ideológico, por un lado, y a las formaciones del
inconciente, por otro. O sea, todo miembro está sobredeterminado por estas dos últimas
cosas: lo inconciente y lo social. Ambos tienen que ver con el grupo primario, la
familia, donde predomina el mantenimiento (afectos, cohesión) más que la locomoción
(tarea). Los grupos secundarios pueden primarizarse al predominar en ellos el
mantenimiento.
Las fantasías a nivel individual y la ideología a nivel social, se articulan en lo
imaginario a nivel grupal. Gracias a ello el grupo es libidinizado y puede mantenerse
como tal.
Condensado de Romero R (1992) Grupo, objeto y teoría, Tomo 2. Buenos Aires: Lugar
Editorial. Capítulo 4.

Teorías sobre el rol.- Hay distintas concepciones sobre el rol. Tradicionalmente suele
oponerse un yo individual a un yo social. Según esta concepción dualista el yo social es
resultado de un largo proceso de socialización donde el yo individual aprende a
controlar tensiones y adaptarse a la vida en común. Pero más nos interesan las
concepciones contemporáneas. En este sentido, el rol puede entenderse de tres maneras:
a) El rol es un conjunto de exigencias (normas, expectativas, tabúes, responsabilidades,
etc.) que provienen desde afuera, o sea, desde la estructura social, y entonces dependen
de cada sociedad.
b) Rol también se entendió como el conjunto de conductas que realiza un individuo de
acuerdo a qué lugar ocupa dentro de la estructura social. Aquí no se pone el acento en lo
exterior sino en el mismo sujeto, en sus conductas.
c) El rol es finalmente aquella concepción o idea que el individuo tiene de sí mismo
dentro de una estructura social. Es una definición “desde lo interior” del hombre, pues
apunta a la forma en que el actor piensa su rol. Así visto, el rol es una estructura
cognoscitiva.
¿Qué semejanzas podemos encontrar entre estas teorías del rol y la teoría de Lewin? En
primer lugar, para Lewin la persona no es una unidad homogénea, sino un campo
diferenciado. Cada zona no es: una el pensamiento, otra la afectividad, etc., sino que
cada zona contiene todos esos aspectos. Por tanto, los roles podrían darnos las bases de
estos recortes del espacio vital de los individuos. En segundo lugar, las regiones
periféricas y central, no se corresponden con el yo social y el individual, o con el yo de
los afectos y el yo de las normas sociales. La zona social no es la más afectiva, ni la
zona más profunda, como si fuera el inconciente, sino que la zona central, es decir, la
que se comunica mejor -por su ubicación en el centro- con todas las demás zonas. Esto
ayuda a esclarecer la noción de rol.
Montmollin G (1984) La noción de interacción y las teorías de la personalidad, artículo
incluido en Lagache D y otros, “Los modelos de la personalidad”.

SECTA

Definición.- La Johnson Foundations Winspread Conference Center, en 1985, define las


sectas como "movimientos totalitarios, caracterizados por la adscripción de personas
totalmente dependientes de las ideas de un líder, que pueden presentarse bajo las formas
de identidad religiosa, asociación cultural, centro científico o terapéutico; que utilizan
las técnicas de control mental y de persuasión coercitiva para que todos los miembros
dependan de la dinámica del grupo y pierdan su estructura y su idea de pensamiento
individual en favor de la idea colectiva, abandonando su entorno familiar y social,
creándose muchas veces un fenómeno de epidemia psíquica". Entre las consecuencias o
daños más frecuentes provocados por las sectas se cuenta, según la Winspread
Conference, la fragmentación de la familia, enfermedades mentales o emocionales y
desarrollo psíquico deteriorado, y reducción a la esclavitud y explotación económica de
sus miembros y sus familias (Baamonde, Sectas en preguntas y respuestas, página 15).
Baamonde José María Lic., Sectas, en preguntas y respuestas, Buenos Aires, Editorial
Bonum, 1992.

SÍ MISMO

Generalidades.- Es un concepto más antiguo que ‘identidad’: uno es de W. James, del


siglo XIX, y el otro más reciente, de E. Erikson. Algunos los toman como sinónimos,
otros no.
El sí mismo es el individuo tal como él mismo se conoce en un marco de referencia
socialmente determinado; es una abstracción de nuestros atributos y capacidades. Es
como un custodio de la conciencia: nos vivenciamos a nosotros mismos como separados
de los demás y dotados de una continuidad temporal.
Autorrealización: es la actualización de los atributos y capacidades del sí mismo
(Maslow).
Controversia en torno al sí mismo: unos dicen que es un concepto necesario, y otros que
es superfluo. El conductismo eliminó el sí mismo por considerarlo una abstracción
inobservable. Allport reivindicó este concepto y Maslow hizo una teoría de la
motivación alrededor de la idea de sí mismo (el hombre está motivado para
autorrealizarse, para actualizar su sí mismo). Otros autores que tomaron este concepto
fueron Cooley y Mead en psicología social, y luego por el interaccionismo simbólico
(Blumer, etc), quienes sostuvieron que nuestras identidades surgen del intercambio
social.
El sí mismo material: es el yo corporal, es la experiencia proveniente de nuestro cuerpo.
No confundir el sí mismo con el cuerpo, pues el sí mismo corporal es sólo un concepto
que nos formamos de nosotros mismos en base a la información sensorial del cuerpo.
El sí mismo social: Cooley lo llamó sí mismo especular puesto que para formarlo
actuamos con nosotros mismos como los demás actuarían con nosotros (espejo). Por
ejemplo, nos censuramos a nosotros mismos como nos censurarían los demás. Somos
sujeto y objeto al mismo tiempo: el aspecto de sujeto Mead lo llama ‘yo’ (es el que
censura) y el aspecto de objeto lo llama ‘mí’ (es el censurado). Según Mead los niños
pasan por tres etapas del desarrollo del sí mismo: la del juego informal (donde asumen
el rol de una persona por vez), la del juego formal (abarca la perspectiva de muchas
personas al mismo tiempo, como en un equipo de fútbol), y la del otro generalizado
(abarca toda la comunidad o sociedad, se ven a sí mismos desde la perspectiva de otro
generalizado, entiende cómo funciona globalmente la sociedad).
El sí mismo es fundamental para la integración social. Es el medio por el cual el sujeto
puede señalarse a sí mismo (autoseñalamiento) las cosas del mundo externo, y orientar
sus acciones en consecuencia.
La mismidad del proceso comunicativo: es gracias al lenguaje y los gestos y ademanes
que nos presentamos a los demás y ellos se presentan a nosotros: es por ello la clave del
proceso de la mismidad, según Mead. Todo gesto o palabra es incompleta: le falta la
significación que le atribuimos. No respondemos a los actos de los demás sino mas bien
a nuestras interpretaciones de dichos actos, al significado que tienen para nosotros.
Condensado de Vander Zanden J (1986) Manual de psicología social. Barcelona:
Paidós. Capítulo 5.

SISTEMA SOCIAL

La noción del sistema en ciencias sociales.- La noción de estructura irrumpe a fines


del Siglo XIX como una nueva manera de entender los fenómenos como totalidades, y
no como partes aisladas como la veía la ciencia experimental basada en la causalidad
lineal y en el método cartesiano de fragmentar el todo y aislar variables. La estructura
surge como necesidad para explicar complejidades con muchos elementos: desde
entonces es más importante la relación entre ellos que los elementos mismos. Bachelard
es un pionero.
Estructura es la particular forma de organización de los elementos de un sistema o
totalidad. A esta totalidad en la que descubrimos estructuras la llamamos sistema, y es
algo no visible. En las ciencias sociales empezó con Saussure, que habló de sistema en
vez de estructura, en el terreno de la lingüística: la lengua es forma y no sustancia, o sea
el valor de cada signo depende de su relación con los demás (como el ajedrez). La
noción de sistema y estructura pasó luego a la Gestalt (Wertheimer), a la antropología
(Lévi-Strauss) y la psicología genética (Piaget), y desde la biología von Bertalanffy
propone una teoría general de los sistemas.
Desde von Bertalanffy surgen tres cosas: 1) una ciencia de los sistemas que estudia la
realidad como totalidades, dando importancia a la configuración, a las relaciones; 2) una
tecnología de los sistemas, o sea procedimientos para abordar problemas entre múltiples
variables, lo que exige una actitud interdisciplinaria ya que se manejan conceptos como
‘retroalimentación’, ‘transacción’, etc. comunes a muchas disciplinas; 3) una filosofía
de los sistemas, o sea concebir al mundo como una gran organización con diferentes
niveles, incluso se puede considerar un cuarto punto: 4) una epistemología de los
sistemas, o sea mantener como un sistema de procesos de información, donde conocer
no es recibir pasivamente datos sino organizarlos activamente por intercambio de
información con el medio.
Los sistemas pueden ser reales, o sea captables por los sentidos (una estrella, etc.) o
construcciones simbólicas (lógica, matemática, música) que no surgen de la información
directa.
Los sistemas pueden ser cerrados (los físicos, como una pila, que tienden al equilibrio
estático) o abiertos (los sistemas vivos, que buscan un equilibrio dinámico por
intercambio de energía con el medio).
Por ejemplo, el hombre vive en una compleja red de sistemas jerárquicos donde cada
uno tiene su propia ley y no puede entenderse con la ley del nivel inmediato, aunque sí
hay interacción entre niveles.
Así, dos personas interactúan dentro del marco de los siguientes niveles: familia, grupo
étnico, clase social, sistema social, y sistema cultural. Estas relaciones son importantes
porque por ejemplo una familia de determinado grupo étnico puede entrar en conflicto
con las pautas del sistema social donde está inmersa.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

Noción de sistema social y rol social.- La noción de sistema implica según Kuhn, un
nuevo paradigma en las ciencias. Nos sirve a nosotros para poder para poder estudiar
psicología social y hacer análisis simultáneos y complejos de diferentes variables, ya
que la psicología social está articulada con otras muchas disciplinas.
Nuestra unidad de análisis es una unidad de interacción, y cada interacción es un sub-
sistema dentro del sistema de las relaciones sociales. En este ámbito los sistemas buscan
un equilibrio superior, y no como los sistemas físicos donde se retorna a un equilibrio
anterior.
Se puede empezar el estudio viendo las llamadas influencias ‘distales’, o sea las
influencias más lejanas del sujeto: el mundo organizado donde nace, el orden al cual se
incorpora. Pero este mundo organizado puede ser entendido desde diferentes modelos
sistemáticos: el de Weber (variable central: el poder), el de Marx, etc., pero tomaremos
aquí el modelo de Gerth y Mills).
La misma interacción social va definiendo y redefiniendo los roles. El rol es muy
importante, porque define al hombre que lo tiene, pues muestra como se articula
sociedad y sujeto en función del concepto de ‘rol’.
Esquemáticamente, el ROL resulta de la interacción entre la estructura de carácter y el
sistema social.
El rol es una prescripción fuera del campo psicológico del sujeto, pero puede
internalizarse: el rol articula lo individual y lo social. Se puede distinguir el rol
desempeñado (comportamiento manifiesto) del rol subjetivo (cómo el sujeto percibe su
propio rol). El rol desempeñado (comportamiento manifiesto) del rol subjetivo (cómo el
sujeto percibe su propio rol). El rol desempeñado dependerá de este último. Puede haber
también conflictos de roles (por ejemplo: ser a la vez madre y profesional exitosa).
Con estructura de carácter Gerth y Mills quieren decir atributos que se hacen parte
estable de la personalidad como consecuencia del rol que deben asumir: por ejemplo: la
formalidad del abogado.
El sistema social a su vez se compone de sub-sistemas como la familia, la religión, etc.
que son todos los sistemas de normas y valores que rigen determinadas cosas. Por
ejemplo: la familia regula las relaciones sexuales y la crianza infantil, el orden
económico regula la producción y distribución de bienes escasos (sistema económico),
el sistema militar regula la violencia, el sistema político regula quién obedece y tiene
relación con la legitimación de la organización social, el sistema religioso regula el
vínculo del hombre con una divinidad. Todos los sistemas dentro del sistema social, que
es lo más amplio. Todos ellos generan normas, o sea expectativas de conducta (lo que
espero del otro como conducta). Hay normas tácitas y otras escritas, pero siempre son
habitualmente inconcientes. Lo que uno hará de acuerdo a la norma depende de la
posición que ocupe en el sistema social, y a esto y a esto lo llamamos ‘rol’: qué se debe
hacer según el lugar que ocupe. Todas las sociedades poseen sistemas de roles; de
hecho, institución no es más que un sistema de roles garantizados por una autoridad
(Gerth y Mills).
La misma interacción social va definiendo y redefiniendo los roles. El rol es muy
importante, porque define al hombre que lo tiene. Si todos asignan un rol a x, x se
terminará comportando como ese rol: esto se llama profecía autocumplidora. En suma,
desde un enfoque distal podemos entender cómo la sociedad influye sobre el objeto a
partir del modelo del rol. El sujeto ’asume’ su rol, o sea incorpora inconscientemente un
sistema de representaciones sociales.
Condensado de Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires:
Tekné.

SOCIALIZACIÓN

Definición.- “Proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan
las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en
la sociedad”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 626.

Definición.- “Proceso por el cual un individuo adquiere una identidad cultural


específica y responde en función de tal identidad. Al aprender, en interacción con otros,
las actitudes del grupo social y al adoptar el comportamiento aprobado por éste, el
individuo se torna miembro de ese grupo social” (pág. 160).
Berstein Basil (1990), Poder, educación y conciencia. Sociología de la transmisión
cultural. Barcelona: El Roure.

Generalidades.- “La socialización es un fenómeno complejo a cargo de la familia


primero y luego de las instituciones educativas, que resulta de un adecuado equilibrio de
funciones normativas y nutritivas parentales [...] Llamamos nutritivas a aquellas
funciones primarias que tienden a la satisfacción inmediata de necesidades de los hijos:
alimento, amor, abrigo, etc., que son, en general, gratificantes para ambos: padres e
hijos, simbiotizantes, generadoras de apego e imprescindibles para la supervivencia al
menos durante el periodo de dependencia infantil. Llamamos normativas a aquellas
funciones relacionadas con el ajuste a la realidad, con el aprendizaje e internalización de
aquellas reglas que los hijos necesitarán conocer para manejarse exitosamente, no sin
actitud crítica, en el mundo en el que les tocará vivir. En general apuntan más al futuro
que al presente y son promotoras de la individuación y el crecimiento. Son frustrantes
para padres e hijos porque están ligadas a la espera o al “no”, más que al “sí” o a la
satisfacción. Son, por esto, más vulnerables. Tienen, además, la particularidad de
requerir de la acción conjunta de ambos progenitores, pues, de lo contrario, el excluido
se convertirá en saboteador voluntario o involuntario de la norma. La experiencia nos
muestra que la calidad de la crianza y de la socialización resultante está en relación con
una adecuada proporción de ambas funciones. Los desequilibrios importantes de este
balance saludable generan disfunciones y patologías bastante específicas. El aumento de
lo normativo o la disminución de lo nutritivo llevan a conductas inhibidas, en general.
El aumento de lo nutritivo o la disminución de lo normativo llevan al descontrol y a la
violencia. La función normativa, que limita desde afuera, puede internalizarse y ganar
autonomía, sólo sobre una suficiente función nutritiva que promueva la identificación”.
El proceso de socialización puede describirse así: 1) Descubrimiento del otro, que limita
nuestra omnipotencia personal, con capacidad para gratificar o frustrar; 2) Experiencia
de límite: negación o espera de la satisfacción buscada; 3) Enunciación de la norma,
explícita o implícita, con o sin racionalización; 4) Enunciación de los riesgos de su
trasgresión; 5) Conducta que vela por el cumplimiento de la norma y por la sanción de
la trasgresión; 6) Capacidad de mantener el vínculo afectivo, la función nutritiva, más
allá de la norma y aún de la sanción de la trasgresión; 7) Internalización de la norma
para que ella actúe en forma de control autónomo, sin la presencia del controlador; 8)
Extensión del aprendizaje experiencial intrafamiliar al ámbito del mundo externo.
Díaz Usandivaras C., “Familia y minoridad en riesgo”, Publicación Interna de la
Cátedra de Psicología Clínica de la Familia, Universidad de Belgrano, Buenos Aires,
Argentina, 2000, pág. 3.

Generalidades.- La socialización es el proceso por el cual un niño se convierte en


miembro efectivo de su comunidad, accede a las categorías de significado de su medio
social: puede pensar, sentir y actuar de un modo que le permita interactuar con los otros.
Las diversas teorías sobre esto coinciden en que el origen es la matriz indiferenciada
madre-niño. A partir de ahí desarrollará sus potencialidades genéticas, en función del
medio que le toque vivir. Esta socialización no es un simple ajuste o adaptación al
medio (teorías funcionalistas o neoconductistas), pues también el ser humano estructura
su medio ambiente. Así, no coincide normalidad con adaptación.
El ser humano en su desarrollo integra sus dotes naturales (lo constitucional, lo
genético, lo hereditario, lo perinatal y la maduración de lo potencialmente existente) con
los estímulos sociales adecuados que los harán posibles.
En el Siglo XVIII fue hallado un niño de 12-13 años en estado salvaje en los bosques de
Aveyron. Pinel sostuvo que era un débil mental, y que no era educable porque su
problema era físico y fisiológico. En cambio Virey sostuvo que sí era educable porque
no había pruebas de deterioro físico y la inteligencia podía desarrollarse por influencia
ambiental. Esta postura iba contra lo que pensaba Rousseau de que la naturaleza
humana puede desarrollarse fuera de un contexto social. Itard intentó educar a Víctor (el
niño salvaje) pues pensaba que la inteligencia no era una facultad innata y podía
desarrollarse con educación. Para el psicoanalista Bettelheim, Víctor era en realidad un
autista. Para él creer que hay niños-lobo sirve para apoyar la idea que el hombre es
creado por la sociedad, una forma de evitar ver la sociedad como producto del hombre.
Según Bettelheim lo que humaniza o socializa es la respuesta de los otros, el darse
cuenta que uno puede influir en al ambiente, un sentido de la vida. La lactancia es así,
una experiencia nuclear, aunque la personalidad empieza ya a formarse desde la
gestación (por fantasías y actitudes de la madre). La personalidad va formándose por
interacción entre lo genético y el medio. Convicciones internas fuertes, unidas a
relaciones personales satisfactorias y la posibilidad de dominar intelectualmente la
situación, es la mejor protección contra la opresión externa. Cuando ello no se da, la
personalidad empieza a defenderse con la amnesia colectiva, el desapego emocional,
racionalización, anonimato, etc.
La socialización es una permanente confrontación entre lo social externo objetivado y la
forma como cada ser los asume subjetivamente. Moscovici lo explica en términos de
conflictos.
Berger y Luckmann hablan de una socialización secundaria, donde se internalizan
realidades parciales ligadas al ejercicio de roles particulares. La socialización nunca
termina, nunca es total, pues nunca hay simetría absoluta entre la realidad objetiva y la
subjetiva.
Condensado de Frydman S, El mundo como realidad subjetiva. Incluido en Muchinik E
y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos Aires: Tekné.

SOCIEDAD

Generalidades.- Hay tres aspectos para considerar la sociedad partiendo siempre del
hombre: “a) tener al hombre por perfecto en sí mismo de suerte que sólo se asocie por
razones de oportunidad (ventajas de la división del trabajo, etc.). El individuo es todo; la
sociedad se reduce a un medio sin valor propio (individualismo). b) Considerarle, por el
contrario como algo inacabado y dependiente que únicamente como miembro de la
comunidad recibe un sentido esencial y un fin para su existencia. Aquella lo es todo, el
individuo como tal carece de valor, vive y muere exclusivamente en gracia a la
comunidad (colectivismo). c) El hombre individual posee el valor irrenunciable de su
personalidad moral que no le permite ser nunca puro medio para un fin, miembro
escueto de un todo situado por encima de él. Sin embargo, no es un ser acabado en sí,
sino dotado de esencial relación con la comunidad. Esta totalidad, por otra parte, existe
únicamente en sus miembros y en la mutua vinculación de los mismos. De esta manera
no queda espacio para una colocación del individuo sobre la comunidad o para una
subordinación del primero a la segunda, dándose, más bien, un esencial intercambio de
relaciones (solidarismo)”. (Neil-Breuning).
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

Hipótesis acerca de la ciencia social y de la sociedad.- Todas las teorías de la


organización se basan en una filosofía de la ciencia y en una teoría de la sociedad. En
este punto veremos el primer aspecto (filosofía de la ciencia). Es conveniente
conceptualizar la ciencia social en términos de cuatro juegos de hipótesis: ontológicas,
epistemológicas, de la naturaleza humana, y metodológicas. Basaremos nuestra
explicación en el siguiente esquema:

Aproximación Hipótesis Aproximación


Subjetiva objetiva
NOMINALISMO Ontológicas REALISMO
ANTIPOSITIVISMO Epistemológicas POSITIVISMO
VOLUNTARISMO De la naturaleza DETERMINISMO
IDEOGRÁFICA humana NOMOTÉTICA
Metodológica

En cada nivel tenemos dos tipos de hipótesis, con lo que resultan 8 (ocho) hipótesis en
total. Veamos cada nivel:
a) Hipótesis ontológicas.- Son aquellas que se ocupan de la esencia misma del
fenómeno que se estudia. Este fenómeno puede entenderse como objetivo, o sea, es
una realidad externa al individuo, o bien como subjetivo, es producto de la conciencia
o actividad cognitiva del sujeto.
Las hipótesis posibles son el nominalismo, que cree que el mundo social externo es
solo un conjunto de nombres y conceptos útiles para describirlo, y el realismo, que
sostiene que el mundo social externo es un mundo real hecho de estructuras concretas
y tangibles, tal como la del mundo natural.
b) Hipótesis epistemológicas.- Se refieren al conocimiento del fenómeno en sí. Este
conocimiento podrá ser verdadero o falso.
La hipótesis positivista dice que el mundo social puede conocerse mediante leyes y
regularidades, desde afuera de él. Las que pueden ser verificadas. Las hipótesis anti-
positivista dice que lo social solo se puede comprender desde la posición relativa de
las personas involucradas en el mismo sistema social, o sea desde dentro. Es más un
conocimiento subjetivo.
c) Hipótesis sobre la naturaleza humana.- Toda ciencia social presupone cierta
hipótesis sobre el hombre y sus relaciones mutuas y con el medio. Según el
voluntarismo, el hombre tendría libre albedrío, es creador de su medio, es activo y es
controlador. En el polo opuesto, el determinismo dice que el hombre está determinado
de un modo mecanicista, es pasivo como una marioneta.
d) Hipótesis metodológicas.- Estas, determinadas por las tres hipótesis anteriores. Son
hipótesis acerca de la metodología usada para estudiar las ciencias sociales. La
hipótesis nomotética propone como método la búsqueda de leyes y regularidades
universales, y la hipótesis ideográfica dice que el método es comprender como el
individuo crea, modifica e interpreta el mundo, lo cual no es ya universal sino propio
de cada uno.
Si bien en la práctica existe una estrecha relación entre las 8 posiciones adoptadas en
los cuatros ejes vistos, cada una de esas hipótesis pueden variar considerablemente.
Las hipótesis de aproximación objetiva (derecha del cuadro) están basadas en la
tradición intelectual llamada positivismo sociológico, que siguen el modo de
investigación propio de las ciencias naturales. Las hipótesis subjetivistas siguen más
bien la tradición del idealismo germánico, para quienes hay que basarse no en la
percepción sensorial, sino en la idea, en el espíritu.

Hipótesis acerca de la naturaleza de la sociedad.- Las hipótesis sobre la sociedad se


clasifican en las que atienden al orden social y las que atienden más bien a los
conflictos sociales. Al principio surgieron las primeras, pero luego los sociólogos
incorporaron el conflicto como una variable dentro de las teorías del orden. Ambos
modelos no son excluyentes y por tanto no necesitan ser reconciliados. Tal la opinión
de Cohen. Sus diferencias pueden expresarse así:

Teorías del orden social Teorías del conflicto social


Es una teoría integracionista: Es una teoría coercitiva:

Cada sociedad es una estructura Toda sociedad está siempre sujeta a


estable y persistente de elementos. un proceso de cambio, el cual es
Cada sociedad es una estructura bien ubicuo.
integrada de elementos. Toda sociedad muestra siempre
Cada elemento de la sociedad tiene disenso y conflicto; el conflicto
su función, por ejemplo, contribuye social es ubicuo.
al mantenimiento de la misma como Todo elemento de una sociedad
sistema. contribuye a su desintegración y
Cada estructura social está basada cambio.
en un consenso de valores entre sus Cada sociedad está basada sobre la
miembros. coerción de algunos de sus miembros
sobre otros.
En suma: En suma:
ESTABILIDAD CASUALIDAD-CAMBIO
INTEGRACIÓN CONFLICTO
COORDINACIÓN FUNCIONAL DESINTEGRACIÓN
CONSENSO COERCIÓN

Estas distinciones las hizo Darendorf, pero adolecen de algunos errores. Por ejemplo,
en un modelo de orden social puede haber coerción de sus miembros sobre otros.
También, pueden existir roles disfuncionales en una sociedad ordenada.
Cohen intentó reducir los dos modelos a una base común, con lo cual ignoró las
diferencias fundamentales que hay entre ellos.
Los autores (Burell y Morgan) proponen una nueva distinción entre los dos modelos
que a) no los aglutinen, como hace Cohen, y b) no caigan en los errores de Darendorf.
Para ello la distinción deberá hacerse entre modelos de regulación y modelos de
cambio radical.
Regulación y cambio radical.- Por un lado la sociología de la regulación intenta
explicar porqué la sociedad busca mantenerse unida en ves de desintegrarse (por
ejemplo, Durkheim). En cambio la sociología del cambio radical, se preocupa más
bien por la emancipación del hombre de las estructuras, delimitan su desarrollo
potencial, por ejemplo Marx.
Ofrecemos esta distinción regulación / cambio radical como la segunda dimensión
principal para el análisis de las teorías sociales (la primera dimensión fue vista en el
capítulo anterior, y era la distinción subjetivo/objetivo).
Sintetizando, las diferencias son las siguientes:

SOCIOLOGIA DE LA SOCIOLOGÍA DEL CAMBIO


REGULACIÓN RADICAL
a- statu quo a- cambio radical
b- orden social b- conflicto estructural
c- consenso (acuerdo voluntario y c- modos de dominación
espontáneo) d- contradicción
d- integración y cohesión social e- emancipación
e- solidaridad f- privación
f- satisfacción de necesidades g- lo potencial
g- lo que hay

Privación significa que el cambio radical entiende que el statu quo priva al hombre de
su desarrollo potencial, y por tanto debe hacerse un cambio radical. Satisfacción de
necesidades significa que el statu quo satisface bien las necesidades individuales y del
sistema. Ambos modelos son sustancialmente diferentes, y no pueden ser entendidos
como variaciones del mismo tema.

Dos dimensiones: cuatro paradigmas.- Si ahora cruzamos entre sí las dos dimensiones
vistas (subjetivo/objetivo por un lado, regulación/cambio radical por el otro),
obtendremos cuatro paradigmas distintos para el análisis de la teoría social. Un
paradigma tiene una unidad teórica subyacente, aunque dentro de él puede haber
divergencias de un autor a otro. Gráficamente, los cuatro paradigmas ordenados según
las dos dimensiones cambio radical/regulación y subjetivo/objetivo, son:

Cambio Radical

HUMANISMO ESTRUCTURALISMO
RADICAL RADICAL
-Existencialismo -Marxismo mediterráneo
francés contemporáneo
-Individualismo -Teoría social rusa
anarquista -Teoría del conflicto
-Teoría crítica
Subjetivo Objetivo
SOCIOLOGÍA SOCIOLOGÍA
INTERPRETATIVA FUNCIONALISTA
-Fenomenología -Teoría Integrativa
-Hermenéutica -Teoría de los sistemas
-Sociología -Objetivismo
fenomenológica -Interaccionismo y teoría
de la acción social

Regulación

(El solipsismo estaría entre el humanismo radical y la sociología interpretativa)

Estos cuatro paradigmas son mutuamente excluyentes, son cuatro formas totalmente
distintas de ver la sociedad, aun cuando puede haber ‘viajes intelectuales’ como
cuando un pensador pasa de uno a otro. Las hipótesis meta-teóricas de cada paradigma
son las siguientes:
Paradigma funcionalista.- Busca dar explicaciones racionales y objetivas de los
asuntos sociales, y busca resolver cuestiones prácticas. Enfatiza el orden, el equilibrio
y la estabilidad. Es un modelo positivista, que busca aplicar los métodos de las
ciencias naturales a las ciencias sociales: los pioneros son Comte, Spencer, Durkheim
y Pareto. Por ello usan metáforas biológicas y mecánicas del mundo social.
Sin embargo desde comienzos del Siglo XX este paradigma se fue acercando más
hacia el anti-positivismo del idealismo germánico por obra de M. Weber, G. Simmel y
H. Mead. Ellos rechazaron las analogías biológicas y mecánicas y buscaron
comprender la sociedad desde sus actores, los hombres. Desde la década del 40
influyó también sobre el paradigma funcionalista la sociología marxista.
Paradigma interpretativo.- Busca comprender el mundo social, es a partir de una
experiencia subjetiva, y de la conciencia individual. Es o tiende a ser nominalista,
antipositivista, voluntarista e ideográfico. Buscan comprender la esencia del mundo de
todos los días, y es un producto directo del idealismo germánico. Comenzando por
Kant, desarrollaron este paradigma Dilthey, Weber, Husserl y Schutz.
Paradigma del humanismo radical.- Considera que la conciencia del hombre está
dominada por superestructuras ideológicas con las que interactúa, lo que introduce una
cuña cognitiva entre el hombre y su propia conciencia. Esa cuña es la alienación o
falsa conciencia, y por tanto el hombre debe liberarse de ese orden ideológico. Critican
el statu quo. Representantes de la escuela de Franfurt, y también Lukas y Gramsci que
se acercaron a este paradigma desde Marx. También están Sartre, Illich, etc. que se
preocuparon por liberar la conciencia de la ideología del statu quo.
Paradigma del estructuralismo radical.- Se concentra en las relaciones estructurales
dentro de un mundo social realista. El cambio radical, dicen, está metido dentro de la
estructura y de la naturaleza misma de la sociedad contemporánea. El cambio se
produce por choque de fuerzas sociales opuestas. Ejemplos: Marx, Althusser, y la
teoría del conflicto de Darendorf.
Por último, estas teorías sociales fueron la base desde donde surgieron teorías sobre las
organizaciones: del humanismo radical salió la teoría antiorganización, del
estructuralismo radical, la teoría de la organización radical, de la sociología
interpretativa, el interaccionismo simbólico, y del funcionalismo, el pluralismo y otras.
Resumen de Burrel y Morgan (1993) Análisis organizacional y paradigmas
sociológicos. London: Heinemann. Capítulo 1-2-3.

Sociedad y conocimiento.- Más importantes que los cambios políticos o económicos,


son los cambios del conocimiento en las sociedades. La sociedad posempresarial es una
sociedad del conocimiento: hoy para trabajar se requiere cada vez más un título
universitario, y ya no se precisa, como antes, empezar desde abajo en un puesto e ir
ascendiendo por esfuerzo laboral (trabajadores de cuello azul), que hoy ya son una
contracultura.
Hace cuarenta años los graduados universitarios buscaban puestos en el Estado o como
profesores, pero hoy cada vez más ingresan a trabajar en empresas, y surgieron así
nuevas carreras universitarias especializadas, como el Management, y otras, que incluso
han extendido su influencia no sólo a empresas con fines de lucro sino a organizaciones
sociales y religiosas, que precisan también para expandirse gente con conocimientos de
Management (comercialización). Las universidades más prestigiosas tienen ahora
carreras empresariales, de donde egresan profesionales del conocimiento.
Como resultado del éxito de la empresa, el 'capitalista' millonario ha perdido
importancia, y tiene hoy en día menos poder económico y político que antes de la
primera guerra mundial, debido a los vaivenes muy rápidos de la economía.
Hoy en día, los únicos verdaderamente capitalistas son los que tienen el poder del
conocimiento, son los únicos verdaderos capitalistas mediante sus fondos de pensiones.
Son empleados pero al mismo tiempo jefes, y en su campo son superiores al mismo
empresario. El conocimiento se ha convertido hoy en el verdadero capital de una
economía desarrollada, pues hoy el conocimiento tiene infinidad de aplicaciones.
Además, pasados treinta años de trabajo, un obrero está mucho más acabado física y
mentalmente que un trabajador del conocimiento.
Antes se podía ascender en una empresa por ser hijo de alguien en una posición
acomodada, el hijo seguía el camino del padre, pero hoy la educación en los países
desarrollados está al alcance de prácticamente todo el mundo, y todos tienen la
posibilidad de ocupar puestos donde se requieren conocimientos. Incluso se puede
ascender de la clase baja a la media y a otras clases con el poder del conocimiento.
Resumen de Drucker Meter (1995) Las nuevas realidades. Capítulo 12.

Sociedad basada en la información.- Con la primera máquina de vapor nació la era del
universo mecánico, y en 1945, con el primer ordenador, nace una nueva era que es la de
la información, lo que implica sentar las bases de una nueva civilización, sobre todo por
su impacto social. Este impacto se ve por ejemplo en la proliferación de
Entrepreneurship, o pequeños empresarios que montan sus empresas en base a la
innovación y la creatividad.
Una primera oleada fue la revolución comercial a partir del siglo 17, luego vino la
revolución industrial, la tercera vino hacia 1870 con la creación de nuevas industrias
con nuevas fuentes de energía: electricidad, teléfono, etc. La cuarta oleada está basada
en la información y la biología.
Otro aspecto del impacto social es que las ciudades ya no estarán organizadas para
llevar gente a sus lugares de trabajo (obreros) sino para conectar a la gente entre sí
mediante computadoras, porque lo que más pesa es el conocimiento y la información.
La gente trabajará desde su casa.
Antes era importante crecer, ser grande como empresa. Hoy en día no se aplica este
criterio: como ocurre con los animales, estos serán más grandes si cumplen funciones
más complejas, si no, se quedan en su tamaño, donde su función la cumplen muy bien.
"Más grande" solo será "mejor" si la tarea a realizar no puede realizarse de otra manera.
La tecnología, al ser un producto humano, expresa nuestra visión del mundo y, al
mismo tiempo al ir cambiando la tecnología, cambia dicha cosmovisión. Es lo que pasa
hoy con la tecnología informática, que está cambiando nuestra visión del mundo.
Estamos pasando del análisis mecánico del ordenador a la percepción, y esto sólo puede
hacerlo el hombre: el ordenador no puede comprender significados que no estén
programados de antemano. El hombre puede pensar guestálticamente, considerando
totalidades y viendo nuevos significados en esas totalidades emergentes. Resumen: P.
Cazau
Resumen de Drucker Meter (1995) Las nuevas realidades. Conclusiones.

Estructura social y anomia.- Merton se propone descubrir cómo algunas estructuras


sociales ejercen una presión definida sobre ciertas personas de la sociedad para que
sigan una conducta anómala o divergente. Merton sostendrá que cuando hay
aspiraciones elevadas pero hay pocas oportunidades reales para cumplirlas, queda
favorecida la aparición de conductas divergentes
Tipos de metas culturales y de normas institucionales.- Hay dos tipos de elementos de
estructuras sociales y culturales que nos interesan aquí especialmente:
1) Los objetivos, propósitos e intereses culturalmente definidos, sustentados como
objetivos legítimos por todos los individuos de la sociedad, o por individuos situados en
ella en una posición diferente. Los objetivos están más o menos unificados y toscamente
ordenados en una jerarquía de valores. Los objetivos predominantes comprenden una
estructura de referencia aspiracional: son las cosas por las que vale la pena esforzarse.
2) Un segundo elemento define, regula y controla los modos admisibles de alcanzar
tales objetivos. Son los medios, mientras que los objetivos son los fines. Todo grupo
social busca cumplir sus objetivos en función de reglas, arraigadas en costumbres,
donde algunos procedimientos son permisibles y otros no, por ejemplo la fuerza, el
fraude, el poder no están permitidos. No se los admite no porque no tengan eficacia sino
porque los sentimientos fundados en valores no los aceptan. Son normas institucionales,
no normas técnicas.
La hipótesis central que propone Merton es esta: la conducta anómala puede ser
considerada como un síntoma de disociación entre las aspiraciones culturalmente
prescriptas, y los caminos socialmente estructurales para alcanzar dichas aspiraciones.
Una cultura puede ser tal, que induzca a los individuos a centrar sus convicciones
emocionales sobre el complejo de fines culturalmente proclamados, con mucho menos
apoyo emocional para los métodos prescriptos de alcanzar dichos fines. Tal es la
situación que aquí interesa analizar, es decir, las culturas donde lo importante es
alcanzar ciertos fines, no importando por qué medios. Se elige así el procedimiento más
eficaz desde el punto de vista técnico, sea legítimo o no, convirtiéndose en el método
preferido. Si este proceso continúa, la sociedad se hace inestable y se produce lo que
Durkheim llamó "anomia" (o falta de norma).
La cultura norteamericana se asemeja bastante a esta situación. Así por ejemplo se
propone que la educación lleva "a la inteligencia y en consecuencia al trabajo y al éxito
monetario", pero esto no es más que un medio para disciplinar a la gente para que
mantenga sus aspiraciones insatisfechas.
Así, la cultura impone la aceptación de tres axiomas culturales: primero, todos deben
esforzarse hacia las mismas metas elevadas, ya que están a disposición de todos;
segundo, el aparente fracaso del momento no es más que una estación en el camino
hacia el éxito definitivo; y tercero, el verdadero fracaso está en reducir la ambición o
renunciar a ella. Hay una desviación de la crítica desde la estructura social hacia uno
mismo.
Debemos ahora preguntarnos cuales son las posibles reacciones adaptativas de las
personas de una cultura que, como la descripta, da gran importancia a las metas-éxito y
se ha alejado cada vez más de una importancia equivalente de los procedimientos
institucionalizados para alcanzar aquellas metas. Veamos los tipos de adaptación
individual que se pueden presentar.

Tipos de adaptación individual.- Se consideran cinco tipos de adaptación, según el


siguiente cuadro:

MODO DE METAS MEDIOS


ADAPTACION CULTURALES
Conformidad + +
Innovación + -
Ritualismo - +
Retraimiento - -
Rebelión = =

+ significa aceptación
- significa rechazo
= significa rechazo de valores vigentes y sustitución por nuevos valores.

Las personas pueden pasar de una modalidad a otra cuando se ocupan de diferentes
actividades sociales. Las modalidades no describen tipos de personalidad, sino tipos de
comportamiento social.
I. Conformidad.- En una sociedad estable, las personas conformes con las metas
culturales y los medios institucionalizados es lo más común de encontrar.
II. Innovación.- Una gran importancia cultural concedida a la meta-éxito invita a este
modo de adaptación mediante el uso de medios institucionalizados proscriptos, pero con
frecuencia eficaces, de alcanzar por lo menos el simulacro de éxito: riqueza y poder.
Tiene lugar esta reacción cuando el individuo asimiló la importancia cultural de la meta
sin interiorizar igualmente las normas institucionales para alcanzarla.
Estos tipos se encuentran especialmente en las clases bajas. Se trata de conductas
desviadas en el sentido que se apartan de los medios institucionalizados. Esto ocurre
cuando un sistema de valores exalta ciertas metas-éxito comunes para la población en
general, mientras que la estructura social restringe o cierra por completo el acceso a los
modos aprobados de alcanzar esas metas a una parte considerable de la misma
población. Aparecen así medios alternativos no institucionalizados de alcanzar riqueza y
poder, como por ejemplo la delincuencia. En una sociedad que padece anomia las
virtudes de la diligencia, honradez y bondad parecen ser de poco provecho.
En sociedades como la nuestra, pues (se refiere a la norteamericana), la gran
importancia cultural dada al éxito pecuniario para todos y una estructura social que
limita en forma indebida la posibilidad de recurrir prácticamente a todos los medios
aprobados, producen en muchos una tensión hacia prácticas innovadoras que se apartan
de las normas institucionales. Pero esta forma de adaptación presupone que los
individuos fueron imperfectamente socializados, de modo que abandonan los medios
institucionales mientras conservan las aspiraciones al éxito.
III. Ritualismo.- Este tipo de adaptación implica el abandono o la reducción de los altos
objetivos culturales de éxito pecuniario. Pero aunque rechace la obligación cultural de
procurar "salir adelante", sigue respondiendo mecánicamente en forma casi compulsiva
las normas institucionales, mediante rituales.
Se trata de un modo de adaptación para buscar en forma individual un escape privado a
los peligros y las frustraciones inherentes a la competencia para alcanzar metas
culturales importantes, abandonando esas metas y aferrándose lo más estrechamente
posible a las seguras rutinas de las normas institucionales. Aparece en las clases medias
bajas norteamericanas.
IV. Retraimiento.- Es el tipo de adaptación menos común, donde se rechazan tanto las
metas culturales como los medios institucionalizados para alcanzarlas. Son personas que
están en la sociedad pero no pertenecen a ella. Por ejemplo los psicóticos, los egotistas,
los parias, los proscriptos, los vagabundos, vagos y borrachos. Renunciaron a las metas
culturales y su conducta no se ajusta a normas establecidas. Se trata de un modo de
adaptación privado, no colectivo.
Es muy probable que este modo de adaptación ocurra cuando tanto las metas como las
prácticas institucionales han sido completamente asimiladas por el individuo e
impregnadas de afecto, pero las vías institucionales accesibles no conducen al éxito. De
esto resulta un doble conflicto: la obligación moral interiorizada de adoptar los medios
institucionales entran en conflicto con las presiones para recurrir a medios ilícitos, y el
individuo no puede entonces acudir a medios que sean a la vez legítimos y eficaces. Se
mantiene el sistema competitivo, pero los individuos frustrados u obstaculizados que no
pueden luchar contra dicho sistema se retraen. El derrotismo, el quietismo y la
resignación se manifiestan en mecanismos de escape que en última instancia lo llevan a
escapar de la exigencia de la sociedad. Este proceso tiene lugar mientras no se renuncia
al valor supremo de la meta-éxito: el conflicto se resuelve abandonando ambos
elementos precipitantes: metas y medios, y el individuo queda asocializado.
V. Rebelión.- Esta adaptación lleva a los individuos que están fuera de la estructura
social a pensar y tratar de crear una nueva estructura social, muy modificada. Supone el
extrañamiento de las metas y las normas existentes, consideradas puramente arbitrarias.
No debe confundirse rebelión con resentimiento: el resentimiento no implica un
verdadero cambio de valores, sino insatisfacción por no haberlos alcanzado. La rebelión
implica una verdadera trasvaloración, la búsqueda de nuevos valores que reemplacen a
los anteriores, que demostraron ser frustrantes. En este modo de adaptación se
construyen mitos que sitúan la fuente de las frustraciones en los valores vigentes y
pintan una nueva estructura social. Se ve típicamente en individuos de clases en
ascenso, quienes organizan a los rebeldes y resentidos en grupos revolucionarios.
La tendencia a la anomia.- La estructura social examinada produce una tendencia hacia
la anomia y la conducta divergente. Cuando la importancia cultural pasa de las
satisfacciones derivadas de la competencia misma a un interés casi exclusivo por el
resultado, la tendencia resultante favorece la destrucción de la estructura reguladora. El
excesivo interés por una meta pecuniaria obliga a buscar medios alternativos, se rompen
las normas institucionalizadas y se da paso a la anomia (falta de normas). La anomia
significa dificultad para poder predecir las relaciones sociales, ya que no hay reglas, o
estas se destruyeron.
El papel de la familia.- La familia es la principal cadena de transmisión para la difusión
de las normas culturales a las nuevas generaciones. Sin embargo, transmite en gran
parte solo aquello que es accesible al estrato social de los padres. No pocas veces, por
otra parte, los niños son capaces de descubrir y asimilar uniformidades culturales aún
cuando estén implícitas y no hayan sido enseñadas como reglas.
El niño está también laboriosamente ocupado en descubrir y actuar de acuerdo con los
paradigmas de valoración cultural, de jerarquización de las personas y las cosas, y de
concepción de objetivos estimables. La proyección de las ambiciones de los padres en el
niño tiene también fundamental importancia.
Resumen de Merton Robert (1987) Estudios sobre estructura social y cultural. Parte II:
Capítulo 4.

La construcción social de la realidad.- Las dos tesis fundamentales de la sociología


del conocimiento son, para estos autores: 1) la realidad se construye socialmente, y 2) la
sociología del conocimiento debe analizar los procesos por los cuales esto se produce.
Realidad y conocimiento son términos relativos, porque lo que es real para un tibetano
puede no serlo para un americano. La sociología del conocimiento estudia estas
diferencias, pero también los procesos por los cuales cualquier conocimiento llega a ser
considerado socialmente como realidad. En otras palabras, la sociología del
conocimiento se ocupa de la construcción social de la realidad. La sociedad tiene
facticidad objetiva, y está construida por una actividad que expresa un significado
subjetivo. La cuestión central será entonces averiguar cómo es posible que los
significados subjetivos se vuelvan facticidades objetivas.
Los autores comienzan analizando cómo el conocimiento orienta la conducta en la vida
cotidiana, y describe dos tipos de experiencias de los demás en la vida cotidiana: la
interacción cara a cara y los esquemas tipificadores.
En el capítulo 2 se refieren a la sociedad como realidad objetiva, y en el capítulo 3 a la
sociedad como realidad subjetiva. Las etapas del proceso de la construcción social de la
realidad (o momentos dialécticos de la realidad social), son, para los autores: 1)
Externalización: la sociedad es un producto humano. 2) Objetivación: la sociedad es
una realidad objetiva. 3) Internalización: el hombre es un producto social. La
legitimación es una objetivación de segundo orden: mediante nuevos significados busca
que las objetivaciones de ‘primer orden’ lleguen a ser objetivamente disponibles y
subjetivamente plausibles. Los autores distinguen cuatro niveles de legitimación, siendo
el último los universos simbólicos. Los autores describen mecanismos conceptuales y la
organización social para el mantenimiento de los mismos.
Los autores entienden la sociedad en términos de un continuo proceso dialéctico
compuesto por tres momentos: externalización, objetivación e internalización, siempre
presentes. En el capítulo 3 se describe el proceso de internalización de la realidad a
través de la socialización primaria y la secundaria. La realidad subjetiva nunca puede
transformarse totalmente. Con todo, hay ejemplos de transformaciones que,
comparativamente, parecen totales, y donde el individuo ‘permuta mundos’, procesos
los llamados alternaciones.
La socialización ocurre siempre en el contexto de una estructura social específica. Así,
el análisis micro-sociológico de los fenómenos de internalización debe tener como
trasfondo una comprensión macro-sociológica de sus aspectos estructurales. Los autores
finalmente, abordan las teorías de la identidad y la relación entre identidad y organismo.
Sinopsis de Berger P y Luckmann T (1986), La construcción social de la realidad.
Buenos Aires: Amorrortu.

SOCIOBIOLOGÍA

Definición.- “Disciplina que se ocupa de la base biológica de la conducta social en


todas las especies, desde las colonias de amebas hasta las sociedades humanas”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 626.

SOCIOCENTRISMO

Generalidades.- En general, podríamos definir el sociocentrismo como la actitud por la


cual un grupo mediante la cual se atribuye un valor central en relación con otros grupos,
valorizándose positivamente frente a ellos. Cuando el grupo que se atribuye un valor
central es una etnia, hablamos de etnocentrismo, cuando es una nación, de
nacionalismo, y cuando es una clase social, de sociocentrismo de clase.
El etnocentrismo puede definirse, en una primera aproximación, como la actitud de un
grupo, específicamente de una etnia, que consiste en atribuirse un lugar central en
relación a los otros grupos o etnias, en valorizar positivamente sus realizaciones y
particularismos (o eventualmente en una valorización negativa del en-grupo) (Perrot y
Preiswerk, 1975:54).
En el caso de la Argentina, a partir de fines del siglo pasado se produjo una gran oleada
inmigratoria desde países europeos que constituyeron finalmente una parte considerable
de la población. Más tarde, la inmigración provino de los países limítrofes, y en los
últimos tiempos de países asiáticos.
De esta manera se fueron instalando en nuestro país varias etnias diferentes (un "crisol
de razas"): los árabes, los italianos, los hebreos, los paraguayos, los taiwaneses, etc.,
cada uno trayendo desde sus lugares de origen sus propios valores, normas y
costumbres.
Al mismo tiempo, la Argentina se estaba consolidando como Nación, es decir, en medio
de tantas etnias surgía la necesidad de construir una identidad nacional, algún elemento
que pudiese aglutinar o unirlas alrededor de valores en común, ya que si no se hacía
esto, se corría el riesgo de fragmentación de la Nación en distintas etnias (como ocurrió
hace poco con la guerra de Kosovo, en Yugoeslavia: si hubiese ocurrido algo similar en
nuestro país, hipotéticamente, una etnia inmigrante como por ejemplo los árabes habrían
intentado independizarse de la Argentina formando un país propio).
El Estado, conciente de estos riesgos, tomó medidas para unificar las etnias en torno a
valores comunes que permitieran formar una conciencia de nacionalidad.
Una de estas medidas fue la promulgación de la Ley 1420, de la década de 1880, que
proponía una misma educación para todos, y donde se pudiesen inculcar los valores de
la nacionalidad más allá de las diferencias étnicas y religiosas (educación laica), para
todas las etnias (educación obligatoria y universal), aún para aquellos que no tuviesen
medios económicos para solventar la educación de sus hijos (educación gratuita).
Sin embargo, y a pesar que la educación comprendía también a los indígenas, porque
incluía a todos los habitantes de la nación, una etnia, europea y "blanca" se atribuyó un
lugar central respecto de ellos, valorizándose positivamente y denigrando a los del
grupo externo, los nativos. Un título de uno de los libros de Sarmiento nos ilustra esta
oposición entre etnias: "Civilización y barbarie": un grupo se atribuía la función de
civilizar a otro grupo, considerado bárbaro e inculto.
Perrot y Preiswerk nos indican que los estudiosos pueden fomentar estas
simplificaciones grotescas aún sin quererlo (Perrot y Preiswerk, 1975:53) (como
pensamos que ocurrió con el texto de Sarmiento). Es fácil imaginarse, agregan los
autores mencionados, cómo surgen en el curso de las discusiones diversas alusiones a
los pueblos africanos, amerindios y asiáticos, acompañadas por dicotomías conceptuales
tales como primitivo - moderno, salvaje - civilizado, etc.
Consideramos que esta actitud presenta algunos componentes de racismo, en cuanto
este hace intervenir el aspecto físico (Perrot y Preiswerk, 1975:57), confundiendo así el
racismo los elementos culturales con los elementos morfológicos físicos. Esto aparece
hoy en día cuando ciertos sectores sociales se ubican en una posición privilegiada y
central denigrando a personas mestizas calificándolas con un atributo de tipo físico:
"cabecitas negras"
En ciertas situaciones, resultantes del ejercicio de una dominación cultural prolongada,
sociedades enteras pueden desembocar en lo contrario, es decir, en el sociocentrismo
negativo que consiste en denigrarse con relación al dominador (Perrot y Preiswerk,
1975:51). Toda forma de sociocentrismo se compone de dos elementos: de una
valorización positiva y de una valorización negativa (Perrot y Preiswerk, 1975:50).
Pensamos que esto fue lo que ocurrió cuando los españoles ejercieron una dominación
cultural prolongada sobre los indígenas nativos de América. Muchas de estas tribus se
denigraron y sintieron inferiores con respecto a la etnia colonizadora, generándose una
situación de sociocentrismo negativo. Hubo excepciones, como por ejemplo los
araucanos y los mapuches, que opusieron hasta el final una férrea resistencia al invasor.
En estos casos se produjo una valorización positiva del en-grupo (o sea, de sí mismos
como etnia), proyectando su hostilidad hacia el otro.
El nacionalismo es una ideología integradora cuya unidad de referencia es la Nación
constituida en Estado. La Nación se define como la población que habita un territorio
sobre el que ejerce un poder estatal soberano y es, como la etnia, una sociedad que se
forja una imagen de sí misma y adopta ciertos tipos de comportamiento en relación a
otras sociedades (Perrot y Preiswerk, 1975:67).
A mediados del siglo XX hubo un importante movimiento nacionalista en nuestro país
que intentaba defender los valores nacionales ante un proceso de colonización cultural
provenientes de otros países, particularmente Estados Unidos.
Encontramos en esta situación un intento claro de diferenciación de un grupo de otro
(que en este caso son naciones): el nacionalismo se autoglorifica y promueve los valores
nacionales, y denigra al otro grupo valorizándolo negativamente como amenazante de la
unidad nacional. En algunos casos se ha puesto el énfasis en denigrar la colonización
cultural (idioma, costumbres, música, series televisivas) y otras veces en la dominación
económica.
El sociocentrismo de clase es una ideología de una determinada clase social según la
cual se atribuye una determinada posición central en relación a las otras clases sociales.
Por ejemplo, cuando establece una diferencia entre una clase dominante y una clase
dominada.
Indica Perrot y Preiswerk (1975:72) que mientras en los manuales de historia de
occidente predomina cierta tendencia implícita a ver la historia desde la visión de la
clase burguesa o media, en los manuales de la versión soviética se planteó la historia
desde la perspectiva de la clase proletaria.
Consideramos que nuestro país se encontraba en ciertas épocas en la primera de estas
dos situaciones. En un texto de educación cívica del nivel de educación secundario
hemos encontrado expresiones como esta: "Y así, poco a poco nuestro país fue
construyéndose gracias al denodado esfuerzo trabajador del hombre medio por edificar
un futuro promisorio para sus hijos y sus nietos" (Saverio, 1958:34). La clase media
aparece aquí exaltada, dando la impresión que la historia es vista desde la perspectiva de
la clase por entonces -1958- más numerosa de la sociedad argentina.
Sin embargo, años antes y bajo el régimen peronista, en los manuales la historia era mas
bien vista desde la clase trabajadora más baja o proletaria. Si bien no era una visión
comunista, al menos compartía con ésta la idea de que la historia se construye sobre la
base de las luchas y conquistas de las mayorías pobres trabajadoras, que tenían muchos
hijos (prole) para aumentar la capacidad de trabajo de la familia. Pensamos que ver la
historia desde la perspectiva de una determinada clase social, sea cual fuere, es un
ejemplo de sociocentrismo de clase.
En conclusión, puede decirse que el tema tratado se inscribe dentro de otro problema
más vasto y complejo, que es el de la otredad y la mismidad como construcciones
históricas.
Los ejemplos que hemos analizado con respecto a la historia de nuestro país nos revelan
que los diferentes grupos humanos se van formando por procesos de diferenciación de
otros grupos (otredad), y por procesos de indiferenciación con los grupos de afuera
(mismidad).
Un ejemplo de lo primero que analizamos fue por ejemplo la valoración positiva o
autoglorificación de las etnias europeas, con la simultánea valorización negativa o
denigración de los grupos nativos. Un ejemplo de la segunda situación lo hemos
mencionado a propósito de la asimilación de la cultura de otra nación -Estados Unidos-
en nuestra propia cultura.
Quisiéramos destacar, por último, que el fenómeno de la globalización está
introduciendo importantes efectos en esta situación. La globalización parece promover
hoy en día la unificación cultural y hasta económica de todas las naciones y etnias (con
Internet, hoy consideramos como un vecino cercano a habitantes de países muy
distantes), lo que entonces constituye una forma de manifestación del sociocentrismo
donde se toma como referencia a los grupos de afuera por un proceso de
indiferenciación (Perrot y Preiswerk, 1975:64), o sea, tomando a los grupos de afuera
como idénticos al en-grupo (al propio grupo).
Nuestro interrogante para el futuro es: ¿aumentará a globalización esta indiferenciación,
o hará aumentar el riesgo de fricciones que aumenten o potencian la diferenciación con
valorizaciones positivas del en-grupo y valorizaciones negativas del grupo de afuera?
En el próximo milenio encontraremos la respuesta.
Cazau P (1990) Vocabulario. Buenos Aires: Redpsicología.
Bibliografía consultada
Perrot D y Preiswerk R, (1975) Etnocentrismo e historia. América, África y Asia en la
visión distorsionada de la cultura occidental. México: Editorial Nueva Imagen.
Saverio H (1958) Manual de Instrucción Cívica. Buenos Aires: Editorial Stella.
Vander Zanden J (1988) Psicología social. Buenos Aires: Eudeba.

SOCIOGRAMA

Definición.- Gráfico o diagrama que muestra los criterios que rigen las elecciones
mutuas de los miembros de un grupo en un momento dado.
Vander Zanden J., Manual de psicología social, Barcelona, Paidós, 1995.
Definición.- Diagrama que consta de círculos que representan a los individuos de un
grupo, con líneas que se trazan para indicar qué personas se eligen (aceptan) entre sí y
qué personas no se eligen (rechazan) entre sí. Los términos usados al referirse a los
elementos particulares de un sociograma son estrella, pandilla, aislado y sociedad de
admiración mutua.
Aiken L (2003) Tests psicológicos y evaluación. México: Pearson. 11ª edición (página
458).

SOCIOLINGUISTICA

Definición.- “Dominio de la lingüística que estudia las relaciones entre el lenguaje y los
comportamientos sociales. En este sentido, se ocupa de la descripción de las normas
sociales que determinan el comportamiento lingüístico. Otro de sus temas
fundamentales es el estudio de las variaciones linguísticas vinculadas con
comportamientos sociales y la relación del lenguaje con los diferentes contextos
comunicacionales”.
Marín Marta (1997) Conceptos claves. Gramática, lingüística, literatura. Buenos Aires:
Aiqué, pág. 205.

SOCIOMETRÍA

Definición.- Método objetivo para evaluar los criterios de atracción, rechazo o


indiferencia que operan entre los miembros de un grupo.
Vander Zanden J., Manual de psicología social, Barcelona, Paidós, 1995.

Definición.- Como método, “es un medio para presentar de modo sencillo y gráfico
toda la estructura de relaciones que existen en un momento dado, entre los componentes
de un determinado grupo. Las principales líneas de comunicación, o la pauta de
atracción o rechazo, se hacen fácilmente comprensibles en una sola ojeada, en toda su
amplitud”.
Jennings Helen, “Sociometry in Group Relations”, in American Council of Education,
Washington, 1948.

Definición.- “Gráfico o diagrama que muestra los criterios que rigen las elecciones
mutuas de los miembros de un grupo en un momento dado”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 626.

Definición.- 1. J. L. Moreno define la sociometría como el estudio de la estructura


psicológica de la sociedad humana. Esta estructura raramente visible en la superficie de
los procesos sociales, consiste en complejos sistemas interpersonales que se estudian
por procedimientos cualitativos y cuantitativos. (Inter-personal therapy, 1973). 2.
(Psicotecnia) Moreno elaboró un test de sociometría para determinar la cantidad de
organización manifestada por los gripos sociales. Según J. L. Moreno, este test revela
que el sistema subyace de atracción-repulsión de un grupo, difiere ampliamente de su
estructura visible. (Who shall survive?, 1934).
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.
STATUS

Definición.- “Sentimiento personal expansivo de ser alguien especial y valioso, de


modo tal que la imagen de sí sea iluminada positivamente”.
Vander Zanden James, Manual de Psicología Social, Barcelona, Paidós, 1986, pág. 626.

TRANSUBJETIVIDAD

Generalidades.- Categoría que está más allá de la relación objeto-sujeto o sujeto-sujeto.


Si en la intersubjetividad todo quedaba circunscrito y encerrado entre dos
subjetividades, en la transubjetividad se trascienden estas fronteras hasta llegar al
inconciente, que es lo que trasciende a dos sujetos en relación de demanda. Esta ligazón
se produce mediante la interpretación, tarea hermenéutica que construye un objeto
formal abstracto mediante la analogía simbólica.
La objetividad y la subjetividad nos llevan a reduccionismos. El desarrollo de las
ciencias se realiza en un marco transubjetivo, del que no pueden escapar: las teorías no
están acabadas, cerradas, y tienen siempre una escisión que abre la posibilidad de una
nueva teoría que la supere. Ninguna teoría está encerrada en la total objetividad o en la
total subjetividad, salvo que se torne dogmática.
Yáñez Cortés R (1985). Clases de Metodología de la Investigación psicológica. Buenos
Aires. Universidad de Belgrano.

UNIVERSO SIMBÓLICO

Generalidades.- La película “Hombre mirando al sudeste” muestra ciertos problemas


psicosociales, y que el pensamiento humano tiene relatividad social. La realidad
cotidiana está hecha de esquemas tipificadotes: aquel es inteligente, esto es un síntoma,
robar es pecado, etc. Otra realidad distinta a esta puede ser una locura, son universos
simbólicos diferentes que separan a los hombres. No hay que temer porque están esas
murallas separadoras. El problema viene cuando se levantan las murallas y se enfrentan
dos universos simbólicos distintos: el del Dr. Denis y el de Rantés.
Desde Berger y Luckmann se implementarán mecanismos para defender el universo
oficial contra el herético. Para el Dr. Su paciente Rantés es un loco, y si no se cura hay
que doparlo. La terapia como control social ubica a los ‘desviados’ dentro de la
definición oficial que aplica el aparato legitimador.
Nos gustaría ser Rantés pero habitamos el mundo de Denis. Rantés seduce con la
trasgresión y la perfección, y por ello necesitamos condenarlo. Por otro lado rechazar a
Denis nos da una ilusión de autonomía.
Condensado de Carrió S y Boczkowski P, Visión psico-social de “Hombre mirando al
sudeste”. Incluido en Muchinik E y otros (1987) Temas de psicología social. Buenos
Aires: Tekné.

VÍNCULO

Definición.- “Relación que se establece entre las personas. Así se habla de vínculos
familiares entre personas de una misma familia, o vínculos afectivos entre personas que
mantienen una relación en sus sentimientos positivos mutuos. Entre los orígenes del
vínculo infantil, deben considerarse una serie de elementos: el contacto corporal, la
familiaridad, el temperamento, etc. La vinculación segura promueve la competencia
social, la confianza y, en parte, la autoestima. La ausencia de vinculación, el
aislamiento, pueden provocar trastornos del desarrollo, de la personalidad y ser el caldo
de cultivo de posibles alteraciones psicopatológicas”.
Farré Martí J (1999) Diccionario de psicología. Barcelona: Océano.

XENOFOBIA

Definición.- (Psicoanálisis) Odio colectivo contra las personas y colectividades de otra


tribu, raza, y en mayor extensión religión. Como fenómeno psicológico fue investigado
por el Psicoanálisis. Freud interpreta en antisemitismo como la forma más arraigada y
perfecta de xenofobia. Dejando de lado toda interpretación sociológica, Freud afirma
que la envidia que despiertan los judíos se debe al hecho de que consideran a los
primogénitos preferidos del Dios Padre, cosa que todavía no ha llegado a ser soportada
por otros pueblos. El otro factor es la circuncisión, que produce una impresión extraña y
desagradable porque evoca la temida castración, removiendo recuerdos de tiempos
primitivos de la humanidad ya olvidados. Pero el motivo más profundo de este odio es
que todos los pueblos que se caracterizan por su odio a los judíos se han convertido al
cristianismo en épocas tardías de la historia y muchas veces por una imposición
sangrienta. Se trata de pueblos “mal bautizados” en los cuales, bajo una delgada cáscara
de cristianización, palpita el bárbaro politeísmo de sus abuelos. No han podido vencer
su rencor contra la nueva religión que se les ha impuesto, pero lo han desplazado hacia
aquellos cuya religión ha dado origen al cristianismo. El odio a los judíos es, en el
fondo, odio al cristianismo. Según Freud, el antisemitismo, no es en sus manifestaciones
triviales, sino en cuanto manifestación misteriosa y temible, es una forma de la
sempiterna rebelión de lo más íntimo del ser humano contra Dios. El cristianismo jamás
podría perdonarle al judaísmo el haber hecho humano a Cristo y haberlo mandado matar
en representación del hijo sublevado contra el padre furibundo. En la acusación de
asesinatos rituales que se hace al judaísmo se repite el recuerdo del asesinato del padre
de la tribu, y el propio sentimiento ancestral de culpabilidad es así proyectado sobre los
judíos.
Székely B (2000) Diccionario de Psicología. Buenos Aires: Editorial Claridad.

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