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Tema 4 Participacion Electoral
Tema 4 Participacion Electoral
Tema 4.
La participación electoral
Introducción ..........................................................................................................3
Objetivos ...............................................................................................................4
Resumen.............................................................................................................49
Glosario...............................................................................................................50
Bibliografía ..........................................................................................................51
2
Introducción
Por estas tres razones, desde el momento de la implantación del sufragio uni-
versal los politólogos se han interesado por la participación electoral, constatan-
do importantes diferencias en los niveles de abstención a través de los distintos
sistemas políticos democráticos, así como diferencias entre los electores votan-
tes y los abstencionistas. Recientemente además se detecta un descenso en los
niveles de participación electoral que ha acrecentado el interés por esta dimen-
sión del comportamiento electoral.
4
1) La participación electoral en España y en Europa occidental
Algunas discrepancias en los datos censales son realmente importantes. En Grecia, por
ejemplo, las cifras oficiales muestran casi nueve millones de electores potenciales a finales
de los años ochenta. Sin embargo, según las estimaciones de la OCDE la población mayor
de quince años es de ¡ocho millones y medio! En Portugal, parte del importante aumento de
5
la abstención que se observa puede ser debido también a un problema en la depuración del
censo electoral.
Algunos autores (sobre todo en la literatura francesa, italiana y española, pero raramente en
la anglosajona) analizan con mayor frecuencia la tasa de abstencionistas (y no de votantes)
sobre el total de electores o la población en edad de votar. Hablar de participación o de
abstención es una cuestión formal, sin implicaciones para los análisis.
En algunos Eurobarómetros se pregunta “¿A qué partido votó Ud. en las últimas elecciones
generales?” y se ofrece como una de las posibles respuestas “No votó”. Este formato de
redacción produce una importante subestimación de la abstención y un gran porcentaje de
no respuesta.
Estos niveles medios no permiten ver la variación a lo largo del tiempo, que
cada vez resulta más importante. Como se observa en la tabla 3.1, los niveles
¿Por qué la participación
de participación en las últimas elecciones de cada país son inferiores a los nive- supera el 90% en Austria o
Bélgica, y no alcanza el 60%
les medios, salvo en los casos de Suecia, España y Reino Unido, lo que refleja
en Suiza? De las posibles
el descenso en los niveles de participación. respuestas a preguntas como
ésta nos ocuparemos en el
apartado 3 de este tema.
Hasta los años ochenta la variación más notable se encontraba entre los
países, por lo que la atención se centró inicialmente en intentar explicar
qué elementos del contexto político influían sobre esta dimensión del
comportamiento electoral. El análisis de la evolución temporal de la parti-
cipación permaneció en un segundo plano, ya que las tasas presentaban
en general una cierta estabilidad a lo largo del tiempo. Sólo en el caso de
Estados Unidos la acusada tendencia decreciente generó un cierto núme-
ro de tentativas de explicación. Pero en los últimos años ha comenzado a
detectarse también en Europa un descenso generalizado de la participa-
ción, de intensidad variable según los casos, que trae consigo nuevos in-
terrogantes. El gráfico siguiente refleja la evolución a lo largo del tiempo
de la participación electoral.
¿Descenso pronunciado o
descenso moderado?
8
85
83,0
84,0 83,8
82,3
80 80,4
75 75,4
72,5
70
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
100
80 82,3 83,8
84,0 83,0 80,4
75,4 72,5
60
40
20
0
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
En Austria la participación se ha mantenido por encima del 90% hasta la década Lectura recomendada
de los noventa, cuando se reduce al 85%. En Italia el descenso comienza en los
R. Topf (1998). “Electoral
años ochenta y en las últimas elecciones se ha alcanzado el mínimo histórico participation”. En H.D.
Klingemann y D. Fuchs.
del 81%. En los Países Bajos la participación supera el 90% hasta los años se- Citizens and the State. Oxford:
Oxford University Press.
senta y se reduce progresivamente hasta situarse en torno al 75% en la década
pasada.
9
Gráfico 3.2 Descenso de la participación electoral en algunos países de Europa
100
90
P
80
I
70 Ne
Fi
60 Ir
CH
50
Fr
40
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
Alemania y Suecia reflejan una pauta curvilínea muy parecida. A partir de los
años cuarenta la participación media crece hasta alcanzar su nivel máximo,
superior al 90%, en los años setenta. A partir de entonces desciende hasta si-
tuarse en el 80%. En Reino Unido hay una pauta de estabilidad en torno al
75%, que encubre bastantes variaciones entre elecciones. En este país las dos
últimas convocatorias han supuesto dos mínimos históricos; la participación en
las últimas elecciones legislativas, celebradas en 2001, no alcanzó el 60% del
electorado.
Lectura complementaria
Finlandia, Francia e Irlanda presentan una pauta decreciente particularmente
acentuada: el nivel de participación electoral no supera el 70% de media en la
J. Font y R. Virós (eds.)
década de los noventa. Portugal es un caso de impresionante descenso en las (1995). Electoral Abstention in
Europe. Barcelona: ICPS
tasas de participación, que, de más del 85% en los años setenta, pasan a me-
nos del 70% en la última década.
No deja de ser curioso el que dos de los países que en ocasiones se citan como
ejemplo de democracias presentan niveles de participación extremadamente
reducidos y con una decidida tendencia decreciente. Se trata de Suiza y Estados
Unidos. En los años cuarenta la tasa de participación en Suiza era superior al
70%, mientras que en los años noventa no alcanza el 45%.
Las características del sistema político suizo que pueden citarse como explicación de esta
escasísima participación electoral son varias. En primer lugar la democracia directa que
caracteriza al sistema político suizo otorga al electorado la posibilidad de decidir sobre
numerosas cuestiones que en otros sistemas serían tratadas en el Parlamento. En Suiza,
paralelamente a las elecciones, las votaciones sobre cuestiones concretas ofrecen otra
posibilidad más valorada de influir en la política. Las elecciones son juzgadas como
secundarias: sólo el 17% de los electores las considera más importantes que los
referendos. Además, desde 1956 el gobierno suizo se construye sobre la base de la
denominada ‘fórmula mágica’, que reparte las carteras ministeriales entre los cuatro
10
principales partidos de acuerdo con criterios preestablecidos y, hasta el momento,
invariables. Los elecciones no se asocian con ningún tipo de alternancia o cambio político, y
en consecuencia existen pocos incentivos para que los electores acudan a las urnas o para
que los principales partidos traten de movilizarlos. Por consiguiente, Suiza es un caso de
limitada importancia institucional del Parlamento, tanto en lo que se refiere a la toma de
decisiones, como en lo relativo a la formación del gobierno.
Por otro lado, el sufragio universal femenino existe en este país tan sólo desde 1970 y en
algunos cantones las mujeres adquieren el derecho a votar en 1989. Uno de los efectos de
la tardía incorporación de las mujeres al electorado ha sido el descenso en las tasas de
participación electoral; habiendo estado excluidas hasta una fecha tan reciente, su nivel de
participación electoral es muy inferior al de los hombres y su incorporación a la actividad
política se produce poco a poco y en parte gracias al cambio generacional.
En este caso las razones de la reducida participación electoral son muy distintas al caso
suizo. Contrariamente a lo que sucede en la mayoría de las democracias citadas hasta el
momento, en Estados Unidos corresponde al ciudadano inscribirse voluntariamente en el
censo electoral. Así, sobre una población en edad de votar de alrededor de 200 millones, al
menos 50 están excluidos del censo electoral. De los electores inscritos, el 63% acudió a
votar en las elecciones presidenciales de 1996. En las elecciones presidenciales de 2000,
muy competitivas, este porcentaje aumentó hasta el 67%. Pero sobre la población en edad
de votar estos porcentajes se reducen al 47 y 49% respectivamente. En los últimos años se
han puesto en práctica políticas tendentes a facilitar la inscripción electoral. La Motor Voter
Act establece que la inscripción en el censo electoral pueda hacerse en los mismos lugares
en los que se tramita el permiso de conducción. Sin embargo parece que estas facilidades
son utilizadas sobre todo por los que se inscriben en cualquier caso, y no por los sectores
de la población más marginados y con mayor subrepresentación en el registro electoral.
En el caso español es posible distinguir elecciones generales en las que Sobre elecciones
excepcionales y elecciones de
se ha producido una movilización importante del electorado (en torno al
continuidad véase el apartado
80%) en razón de su carácter ‘excepcional’ (1977, 1982) y otras, llamadas 3.3 del tema 2 “Elecciones y
comportamiento electoral”.
de continuidad o ‘normales’ en las que la participación ha sido menor al-
11
rededor del 70% (1979, 1986, 1989, 2000). Las últimas convocatorias
electorales (1993 y 1996) están marcadas por la vuelta de la competitivi-
dad electoral, reducida desde que en 1982 se abrió un período de hege-
monía socialista, que se ha reflejado en un aumento de la participación
electoral con respecto a la segunda mitad de los años ochenta, sin llegar
a alcanzar el umbral del 80%.
100
90
79,1 79,8 78,1
80 76,4
70,6 69,7 68,9
68,3
70
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50
1977 1979 1982 1986 1989 1993 1996 2000
Lectura complementaria
Pero como suele suceder, estos niveles medios de participación escon-
M. Justel. 1993. La abstención
den diferencias territoriales importantes. Las comunidades de la periferia electoral en España 1977-
1993. Madrid: CIS.
geográfica del estado (sobre todo Galicia, País Vasco, Canarias, Baleares
y Cataluña) presentan niveles de participación inferiores a las del centro.
Estas diferencias territoriales se han ido reduciendo a lo largo del tiempo,
por lo que se puede hablar de una pauta de convergencia u homogenei-
zación (Justel 1993). Algunas comunidades que hace dos décadas regis-
traban niveles muy elevados de participación como Madrid hoy son me-
nos participativas, mientras que algunas con una baja participación inicial
como Galicia hoy registran mayores niveles de movilización. Las distintas
comunidades y provincias suelen responder de manera parecida a la co-
yuntura política de la elección, ya que las fluctuaciones en los niveles de
participación se suelen registrar en todo el territorio.
Los datos del apartado anterior se refieren a elecciones generales, pero los
ciudadanos votan no sólo para elegir a sus representantes a nivel estatal, sino
también en elecciones locales, regionales y europeas. En términos generales
este tipo de elecciones registran unos niveles de participación electoral inferio-
res al de las elecciones legislativas y presidenciales, por lo que algunos autores
se han referido a ellas (especialmente en el caso de las europeas) como elec-
ciones de “segundo orden”.
En las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en junio de 1999 acudieron Lectura complementaria
a depositar su voto tan sólo dos de cada diez británicos, tres de cada diez
La expresión second order
holandeses, y cuatro de cada diez suecos. La participación media en los quince elections es acuñada con
referencia a las elecciones
países de la Unión no superó el 50%, una cifra sin precedentes en la ya ante- europeas, por K. Reif y H.
Schmitt (1980). “Nine second
riormente poco participativa historia electoral del Parlamento de Estrasburgo. El order elections”. European
porcentaje de electores que participan en elecciones europeas ha caído en pi- Journal of Political Research
(vol. 8, págs. 3-44).
cado desde 1979. La evolución no es la misma en todos los países, pero la caí-
da es muy clara en casos como el holandés (del 58% en 1979 a tan sólo el 30%
en 1999), el portugués (del 72% en 1987 al 40% en 1999) o el francés (del 61%
en las primeras elecciones al Parlamento Europeo al 30% en las últimas). Las
elecciones europeas son quizá el ámbito que mejor refleja un fenómeno que se
abre a múltiples interpretaciones: el descenso de la participación electoral en las
democracias occidentales.
Lectura complementaria
Hasta el momento se han celebrado cuatro convocatorias para la elección dire-
M. Méndez y A. Martínez
cta de los miembros del Parlamento Europeo: 1979 (1981 en Grecia), 1984 (1999). Las elecciones
europeas de 1999 en España.
(1987 en España y Portugal), 1989, 1994 (1995 en el caso de las últimas incor- Valencia: Tirant lo Blanch.
poraciones, Austria, Finlandia y Suecia) y 1999. Las tasas medias de participa-
ción electoral han descendido desde el 67% en 1979 al 52% en 1999. La baja
participación registrada en los nuevos países miembros de la Unión (sobre todo
Suecia y Finlandia) no ha contribuido a modificar esta tendencia. Incluso Austria,
un país en el que 9 de cada 10 electores participan en las elecciones legislati-
vas, presenta una participación inferior al 50% en las últimas elecciones euro-
peas. Curiosamente en España la evolución del porcentaje de participación en
elecciones europeas no es decreciente, sino que entre 1989 y 1999 pasa del 55
al 64%, en parte por el efecto de arrastre que se produce al celebrarse conjun-
13
tamente con las elecciones autonómicas en 13 comunidades autónomas y loca-
les en todo el territorio.
Desde una perspectiva comparada resulta difícil analizar la participación electo- Lectura complementaria
ral en elecciones locales debido a la dispersión de los datos. En Europa existen
I. Delgado (1997). El
diferencias significativas en la participación que se registra en las elecciones comportamiento electoral
municipal español 1979-1995.
municipales, de la misma manera que existen diferencias importantes en las Madrid: CIS
características de sus gobiernos locales. El porcentaje de participación electoral
en elecciones locales y regionales se suele situar en un nivel intermedio entre
las elecciones generales y las elecciones europeas, tanto en el caso de España
como en el de la mayoría de los países de Europa. Según el gráfico 3.4 la parti-
cipación es elevada y sólo ligeramente inferior a la registrada en las elecciones
generales en Bélgica, Italia y Francia. En los Países Bajos la participación en
elecciones locales es prácticamente 20 puntos inferior a la registrada en las
elecciones legislativas, mientras que en el Reino Unido esta diferencia supera
los 30 puntos. La evolución a lo largo del tiempo muestra pautas paralelas a las
que observamos en las elecciones generales, es decir, de descenso, especial-
mente en los casos de Holanda y Alemania.
14
Gráfico 3.4 Participación electoral en elecciones locales y generales
100
90
80
70
60
50
40
30
o
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Locales Generales
¿Cuántas elecciones
En España la participación media en elecciones municipales ha sido del 66%, 8
muncipales?
puntos inferior a la participación en las elecciones generales, y 4 puntos superior
Para ser exactos tendríamos
a las elecciones europeas. También aquí se detectan oscilaciones entre convo- que analizar los resultados de
los más de 8.000 municipios
catorias, entre un escaso 63% en 1979, hasta casi el 70% en las elecciones de que hay en España en las 7
1995. En el análisis de las elecciones municipales es muy importante tener en convocatoiras celebradas
hasta el momento... Estos
cuenta las variaciones territoriales, ya que se trata del tipo de convocatoria elec- datos están recogidos en la
página web del Ministerio del
toral donde más influencia pueden tener los factores locales. Sin embargo la Interior:
participación en elecciones municipales también refleja en gran medida las www.elecciones.mir.es
100
90
80
69,4 69,9
70 67,7 67,4
62,6 62,8 64,0
60
50
1979 1983 1987 1991 1995 1999 2003
17
Tabla 3.4. Evolución de la participación en elecciones autonómicas en Galicia, Andalucía,
País Vasco y Cataluña
El gráfico 3.6 muestra con más detalle las diferencias entre elecciones incluyen-
do todas las convocatorias celebradas entre 1977 y junio de 2003. En eleccio-
nes generales, europeas y municipales la evolución sigue la pauta marcada por
18
los resultados a nivel estatal, que ya hemos presentado en los apartados ante-
riores. En elecciones autonómicas la participación oscila entre el 64% (en 1984
y 1995) y el 55% (en 1992).
Una de las preguntas que sugiere esta situación es la razón por la cual entre la Lectura complementaria
participación en elecciones legislativas y la participación en elecciones autonó-
J. Font, J. Contreras, G. Rico
micas se da una diferencia media de 13 puntos porcentuales a favor de las pri- (1998). L’abstenciò en les
eleccions al Parlament de
meras. A esta diferencia se le ha denominado abstención diferencial. La abs- Catalunya. Barcelona:
Mediterrània
tención diferencial se da también en otros casos, pero no con la misma
intensidad. Es también importante (superior a 8 puntos) en Asturias o Madrid, y
muy baja (inferior a 4 puntos porcentuales) en Extremadura o Cantabria. En
otros países europeos la abstención diferencial varía de manera notable, entre
un escaso punto porcentual en Italia, hasta más de 16 en Holanda (Font, Contre-
ras y Rico 1998:62).
85
81
79
80 77
75
75
69 69 68
70 67 67 68
64 64 65 64
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59 59
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55 56 55
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50
A 7
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20
20
E1
E1
E1
E1
G
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del ICPS y Ministerio del Interior 19
En conclusión, a la luz de este breve retrato de la evolución de la partici-
pación electoral en una perspectiva comparada, se plantean varios inter-
rogantes. En primer lugar ¿es realmente tan importante conseguir un ele-
vado nivel de participación electoral? Quizá, como algunos autores han
argumentado, lo ideal para un sistema político sea un nivel de participa-
ción moderado o incluso reducido. Esta discusión se aborda en el si-
guiente apartado. A partir de esta consideración inicial se puede intentar
sistematizar el análisis de los factores que influyen en la participación
electoral: ¿por qué se abstienen de votar algunos ciudadanos? ¿por qué
la participación electoral es menor en determinados contextos? Estos in-
terrogantes se analizan en el apartado 3. El apartado 4 analiza las conse-
cuencias de distintos niveles de participación electoral. Sobre este dia-
gnóstico es posible afrontar la cuestión relativa a la evaluación de los
posibles remedios para resolver el problema de un creciente nivel de abs-
tención electoral, que se plantean en el apartado 5.
20
2. ¿Es realmente importante el nivel de participación electoral?
Estas peculiaridades del voto no implican necesariamente que éste sea conside-
rado la más importante forma de participación política. Podría entenderse que la
participación electoral es una vinculación del ciudadano con el sistema político
demasiado esporádica para constituir la esencia de la democracia. Desde una
concepción participativa de la democracia, otras formas de participación más
exigentes y menos esporádicas que el voto son las verdaderamente importan-
tes. La participación electoral, por muy elevada que sea, nunca es suficiente
para garantizar el carácter democrático de un sistema político. Desde esta pers-
pectiva el ascenso de la abstención electoral no es un elemento especialmente
21
preocupante (aunque sí puede considerarse como un síntoma de desafección),
sino que la atención se centra fundamentalmente en la escasa frecuencia de
otras formas de participación política consideradas de mayor entidad, que son
las que dan verdadero talante democrático a un sistema político.
El caso italiano
El caso italiano ilustra bien esta situación, pues conjuga niveles muy reducidos de
abstención con valores elevados en algunos indicadores de alienación política como el
grado de satisfacción con la democracia o el interés por la política. Según datos de los
Eurobarómetros, en los años noventa, tan solo el 22% de los ciudadanos italianos
declaraban sentirse satisfechos con la forma en la que funciona la democracia en su país,
frente a una media europea del 46%. Sólo el 31% de los italianos se declaran interesados
en la política, frente a un 45% en el conjunto de los miembros de la Unión Europea.
El caso suizo
24
3. Las explicaciones de la participación electoral
Las personas con una posición social privilegiada suelen votar más por-
que:
1) Disponen de más recursos individuales para asumir los costes de la
participación (conseguir y procesar la información, llegar a una deci-
sión, encontrar el tiempo para emitir el voto),
2) Tienen una mayor tendencia a desarrollar actitudes de interés por la
política, de identidad o cercanía con partidos e instituciones, y de sa-
tisfacción con el sistema político, que a su vez favorecen la participa-
ción.
3) Son más fácilmente alcanzables por los estímulos movilizadores de
partidos e instituciones.
Quizá la relación más clara en todos los países sea la que se da entre
edad y participación; ésta es menor entre los electores más jóvenes, au-
menta con la edad hasta los 65 años aproximadamente, y a partir de en-
tonces desciende ligeramente. Según van cumpliendo años, los electores
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 27 Títol del mòdul
100
90
80
70
18-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70 o
más
Fuente: International IDEA (1999). Youth Voter Participation. Estocolmo (pág. 21).
Ciclo de vida, generación y
Las diferencias en la participación según niveles de edad pueden estar motivada período
también por diferencias generacionales. Es decir, las diferencias que se apre- El descenso en la
cian entre los distintos grupos de edad pueden deberse en realidad a que éstos participación electoral se
puede atribuir a un efecto de
pertenecen a distintas generaciones, socializadas en contextos políticos distin- período (el contexto político es
cada vez menos motivador),
tos que a su vez producen diferentes niveles de movilización. Para distinguir el un efecto generacional (las
llamado efecto generacional del efecto de ciclo de vida que se mencionaba ante- nuevas generaciones son
cada vez menos
riormente es necesario disponer de datos longitudinales, que permitan distinguir participativas), o a un efecto
de ciclo de vida (la distribución
el comportamiento de las generaciones a través de su ciclo de vida. de los grupos de edad ha
cambiado). Separar estos tres
efectos es complicado
metodológica-mente.
27
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 28 Títol del mòdul
participación electoral. Para algunos autores este factor es uno de los de-
terminantes de la participación política y electoral más importantes.
Sin embargo, los análisis empíricos no confirman este efecto en todos los casos
como muestra la tabla 3.5. La diferencia para el conjunto de los casos en los
niveles de participación entre los electores con niveles bajos y elevados de es-
tudios es de apenas tres puntos y en algunos países como España, Portugal,
Grecia, Finlandia, Francia, e Irlanda los electores con mayores niveles de estu-
dios participan incluso menos.
Es posible que la educación no sea un recurso tan importante para una forma de
participación relativamente poco costosa como la electoral, o que el incremento
en los niveles generales de estudios haya producido un descenso en el efecto
de esta variable. Pero en cualquier caso la educación no parece ser ya un factor
facilitador de la participación de manera generalizada, como sí sucede en el
caso de la edad.
Total 88 91 86 93
Fuente: Anduiza (1999, págs. 99 y 102).
Entre el cuartil de personas con los ingresos más bajos, y el cuartil con mayores
ingresos hay una diferencia en los porcentajes de participación de 7 puntos.
Esta diferencia se mantiene en la mayor parte de los países, con la excepción de
España y Portugal, donde la participación de los que más ingresos tienen es
inferior a la de los más pobres.
Lectura complementaria
En general los datos parecen confirmar más el segundo modelo que el primero,
y salvo algunas excepciones, la participación disminuye conforme aumenta el
tamaño del municipio. Una vez que los medios de comunicación permiten acce-
der a la información política en cualquier ámbito, parece que una localidad pe-
queña es un contexto más motivador para la participación que las aglomeracio-
nes urbanas.
30
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 31 Títol del mòdul
Gráfico 3.8. Participación por tamaño de hábitat en las elecciones generales de 2000
95%
91%
90%
86%
84% 85%
85% 83% 83%
80%
80%
75%
70%
Menos de 2.001 a 10.001 a 50.001 a 100.001 a 400.001 a Más de
2.000 10.000 50.000 100.000 400.000 1.000.000 1.000.000
habitantes habitantes habitantes habitantes habitantes habitantes habitantes
31
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 32 Títol del mòdul
Todos los análisis confirman que el interés por la política favorece la par-
ticipación electoral. Las personas que manifiestan interés por la política
suelen estar mejor informadas y tienen mayores motivaciones para su-
perar los costes de votar (por ejemplo, a través de una mayor conciencia
del deber cívico, o de un mayor grado de eficacia política).
Según veíamos en el apartado 4.3 del tema 1 “El comportamiento político”, la eficacia
política hace referencia a la percepción de que las propias acciones pueden incidir sobre el
sistema político. Esta variable parece incidir en la participación electoral en el caso español:
entre los que tienen una baja percepción de su eficacia política la participación es del 80%,
mientra que cuando la eficacia es máxima la participación asciende al 92%. Sin embargo si
mantenemos bajo control el efecto de otras variables (la edad, el interés por la política, la
cercanía a un partido) el efecto de esta variable desaparece. Por tanto, parece que el
interés y la politización inciden sobre la participación en parte a través de la de eficacia
política.
En la tabla 3.6 se observa como en todos los casos las personas con niveles
relativamente elevados de interés por la política participan casi 10 puntos por-
centuales más que aquellos que se interesan poco o nada. Las diferencias son
especialmente importantes en Suiza, Alemania, y el norte de Europa, mientras
que en España, Portugal e Italia son relativamente bajas.
Total 85 94 83 93
Fuente: Anduiza (1999, págs.115 y 118). * El índice de interés se construye a partir de
varios indicadores de interés (interés reconocido, conversaciones, lectura de información
política). **El índice de politización recoge información sobre la afiliación a partidos y
sindicatos, la cercanía a un partido y la autoubicación ideológica del elector (si se ubica o no
en la escala izquierda derecha).
32
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 33 Títol del mòdul
No hay que confundir el lugar en el que se ubica ideológicamente el individuo (por ejemplo
en la escala izquierda-derecha) con el hecho de que el individuo se ubique o no en dicha
escala. El hecho de ser capaz de identificar nuestra posición ideológica indica un cierto
nivel de politización que viene asociado con mayores niveles de participación electoral: los
que no se ubican participan menos que los que sí se ubican. Sin embargo la relación entre
la participación y la posición en la que nos ubicamos es menos clara. Tradicionalmente se
ha asociado una mayor participación con las posiciones de derecha. Esto se ve confirmado
en algunos casos, pero no de manera sistemática. En España, por ejemplo, en las últimas
elecciones generales pasar de la extrema izquierda a la extrema derecha hace aumentar la
participación en 13 puntos porcentuales (gráfico 3.9). Sin embargo esta relación no se
mantiene cuando controlamos por otros factores, y tampoco se encuentra de manera
sistemática en otros países. La existencia o no de esta asociación entre autoubicación
ideológica es fundamental porque gran parte de la discusión en torno a la pregunta de “¿a
quién beneficia la abstención?” depende de ella. Si se abstienen más los que se ubican
ideológicamente a la izquierda, una mayor participación electoral beneficiaría
33
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 34 Títol del mòdul
95%
90%
85%
80%
75%
70%
I D
Esto último, es lo que los datos parecen mostrar: cuanto más satisfecha está
¡Atención!
una persona con el funcionamiento de la democracia en su país, mayor es el
No debe confundirse la
grado de participación electoral. En el caso de España los que no están nada valoración de los partidos
satisfechos participan en un 66%, mientras que entre los muy satisfechos la como instituciones políticas
con la cercanía a un partido
participación sube más de 20 puntos. político concreto. Aunque
puede haber una cierta
relación entre ambas
(posiblemente los que se
sienten cercanos a un partido
valoren el papel de estas
organizaciones más que los
que se sienten lejos de todos),
son conceptos distintos (uno
puede valorar positivamente
los partidos como instituciones
y no sentirse cercano a
34 ninguno de ellos).
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 35 Títol del mòdul
Participación media
Satisfacción con el funcionamiento de la democracia
Nada satisfecho 66
Poco satisfecho 77
Bastante satisfecho 88
Muy satisfecho 88
Valoración de los partidos políticos *
Baja 70
Media 85
Alta 91
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del estudio 2384 del CIS. * Índice de valoración
de los partidos políticos elaborado a partir del grado de acuerdo manifestado sobre los
siguientes indicadores: “Gracias a los partidos políticos, la gente puede participar en
política”; “Los partidos solo sirven para dividir a la gente”; “Sin partidos no puede haber
democracia”; “Los partidos se critican mucho entre sí pero en realidad son todos iguales”.
La valoración baja indica una visión negativa de los partidos políticos, mientras que la
valoración alta indica una visión positiva.
Dentro del contexto político podemos incluir muchos aspectos relacionados con
la participación. Para simplificar podemos establecer la distinción entre:
35
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 36 Títol del mòdul
Los efectos de estas variables son más difíciles de estimar ya que contamos con Lectura complementaria
menos casos que en el análisis individual (¡hay menos elecciones que electo-
res!). Además muchos de estos factores se correlacionan fuertemente entre sí Un análisis más amplio de
posibles medidas y
(es el caso de la proporcionalidad del sistema electoral y la fragmentación del propuestas para reducir la
abstención, principalmente en
sistema de partidos), lo que también dificulta el análisis. Aún así es indudable
las elecciones catalanas (por
que el contexto político e institucional incide sobre las decisiones de los electo- ejemplo, las campañas
institucionales o los esfuerzos
res, pues de otra manera no se producirían diferencias tan significativas entre de movilización por parte de
partidos y de la sociedad civil)
países y elecciones, como las que se destacaban en el apartado 1 de este tema. se encuentra en J. Font, A.
Bosch, J. Contreras y G. Rico
(1999) Participació i sistema
electoral. Propostes per al
3.3.1. El contexto institucional debat. Barcelona: Jaume Bofill
i Mediterrània.
Participación y tipo de
En Estados Unidos la participación es más elevada en el caso de las elecciones elección
presidenciales que en las legislativas cuando ambas no se celebran simultá- Los detalles para el caso
neamente, reflejando la mayor visibilidad de la figura del Presidente sobre el español pueden encontrase
en el apartado 1.3 de este
Congreso. Las elecciones europeas suelen dar una tasa de participación unos tema.
20 puntos porcentuales por debajo del nivel de participación en las elecciones
generales. En algunos casos, como Suecia u Holanda, estas diferencias llegan a
alcanzar los 40 puntos porcentuales. La participación en elecciones locales se
sitúa por regla general entre la de las elecciones legislativas y la de las eleccio-
nes europeas, aunque hay notables variaciones en las diferencias entre países.
En elecciones legislativas la participación suele ser mayor cuando el parlamento Lectura complementaria
es la única institución elegida a través de sufragio directo, y cuando las institu-
Jackman, R.W y R.A. Miller
ciones de democracia directa no ocupan un lugar preponderante en el sistema (1995). “Voter turnout in the
industrial democracies during
político. Sin embargo el hecho de que parte de las competencias estén descen- the 1990s”. Comparative
Political Studies (vol. 27,
tralizadas en entidades territoriales subestatales (lo que en principio reduce la núm.4, págs. 467-492).
relevancia del parlamento central) no parece traer consigo menores niveles de
participación.
Los datos parecen confirmar el efecto positivo sobre la participación de los sis-
temas proporcionales, que muestran un porcentaje de participación 6 puntos
superior a los sistemas mayoritarios. Los sistemas mixtos, que combinan ele-
mentos proporcionales y mayoritarios (el alemán y el italiano) muestran la máxi-
ma participación, rozando el 85%.
Tabla 3.7. Participación electoral por tipo de sistema electoral en Europa occidental (1945-
2002)
Participación y
Dentro del grupo de sistemas electorales proporcionales hay, sin embargo, una proporcionalidad
gran variedad. Algunos tienen efectos de gran proporcionalidad (Suiza o los Existen varios índices de
Países Bajos, por ejemplo), mientras que otros, como el español, de corte pro- proporcionalidad del sistema
electoral. Gallagher hace una
porcional, tienen efectos mayoritarios importantes debidos fundamentalmente al discusión interesante de las
distintas alternativas.
reducido tamaño de sus distritos (y no tanto a la fórmula d’Hondt como habi- Gallagher, M. (1991).
tualmente se señala). Por ello conviene analizar no sólo la relación entre partici- "Proportionality,
Disproportionality and
pación y tipo de sistema electoral, sino también la relación entre participación y Electoral Systems". Electoral
Studies (vol.10, págs. 33-51).
grado de proporcionalidad del sistema electoral. Según nuestros datos, a mayor
proporcionalidad del sistema electoral se da un mayor nivel de participación.
La modalidad del voto es otro elemento del sistema electoral que ofrece al elec-
tor la posibilidad de introducir más información sobre sus preferencias políticas
en la papeleta, a través de la expresión de preferencias por uno o varios candi-
datos, o alterando el orden propuesto por el partido (listas desbloqueadas). Al-
gunos sistemas permiten incluso mezclar candidatos de distintas listas (listas
abiertas como en el Senado español). Esta variable podría incrementar la parti-
cipación, pero al mismo tiempo hace que el procedimiento de emisión del voto
sea más complicado, especialmente para la gente con menos recursos. Según
nuestros datos, este elemento del sistema electoral no parece tener un efecto
significativo sobre la participación.
La variedad y diversidad en la oferta política es otro de los factores que pueden Lectura complementaria
incrementar la participación electoral. Cuanto mayor sea el número de partidos
M. Crepaz (1990). “The impact
políticos existentes y cuanto mayor sea la distancia ideológica que los separa, of party polarization and
postmaterialism on voter
más diversa es la oferta política y por lo tanto mayor será la movilización. turnout”. European Journal of
Political Research (vol. 18,
págs. 183-205).
Sin embargo un número de partidos excesivamente elevado puede hacer que la
formación del gobierno dependa más directamente de acuerdos entre éstos que
del resultado electoral, lo que puede aumentar la abstención. Por lo tanto, tam-
38
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 39 Títol del mòdul
100
90
80
70
60
50
1,0 1,5 2,0 2,5 3,0 3,5 4,0 4,5 5,0
Número efectivo de partidos
Estimar los efectos del número de partidos sobre la participación puede ser
problemático por la estrecha relación de esta variable con el sistema electoral. Sobre el número efectivo de
Los sistemas electorales mayoritarios penalizan severamente a los pequeños partidos véase el apartado 3.2
del tema 2 “Elecciones y
partidos con un apoyo electoral territorialmente disperso, y por ello suelen dar comportamiento electoral”.
lugar a sistemas de partidos menos fragmentados que los sistemas electorales
de tipo proporcional, por ello, para comprobar el efecto de cada una de estas
dos variables deberíamos recurrir a un análisis multivariado.
Otra de las características del sistema de partidos relevante para la participación Lecturas complementarias
electoral es la fuerza de los anclajes de los partidos en la sociedad: donde estos
G. B. Powell (1980). "Voting
vínculos son fuertes y estables, proporcionan pistas a los electores sobre cómo turnout in thirty democracies:
partisan, legal and socio-
interpretar cuestiones políticas y escoger entre candidatos. Estos vínculos pue- economic influences" en R.
Rose (ed.) Electoral
den producirse a través de dos mecanismos. En algunos casos los partidos Participation. Londres: Sage.
representan segmentos sociales tradicionalmente muy definidos y cerrados (por
D. Denver y G. Hands (1985).
ejemplo partidos democristianos o socialistas en el caso de países como Bélgi- “Marginality and Turnout in
General Elections”, British
ca, Austria u Holanda), por lo que se habla de fuertes vínculos entre grupos Journal of Political Science
sociales y partidos. En otros casos existe una intensa penetración organizativa, (vol. 15, págs. 381-398).
de los países escandinavos). Sin tener en cuenta otras variables, parece que
ambos indicadores de la fuerza de los anclajes incrementan la participación
electoral.
Pero si todos los electores razonaran de esta forma se abstendrían masivamente, lo que
haría aumentar la probabilidad de que un único voto fuera determinante para el resultado, y
la utilidad de votar podría hacerse positiva. Sin embargo, si todos los electores hacen esta
misma reflexión de nuevo todos se plantearían participar, con lo que volveríamos a la
situación anterior, y así indefinidamente.
Esta modificación del modelo ha sido criticada por ser una solución demasiado “facil” (“Algo
debe hacer positiva la utilidad de votar, o de otro modo la gente no votaría tanto como lo
hace”). No puede decirse que la teoría de la elección racional haya sido un éxito para
explicar la participación, pero ha aportado algunos elementos muy importantes, como por
ejemplo, dirigir la atención hacia elementos del contexto político (reflejados en el término P
en el modelo) como la competitividad electoral. Cuanto mayor es la competitividad electoral
(es decir, cuanto menor es la distancia electoral que separa a los principales partidos o
candidatos), mayor probabilidad de que cada voto sea decisivo. A la inversa, cuanto menor
es la competitividad electoral, menor es la probabilidad de que un voto afecte al resultado.
40
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 41 Títol del mòdul
La estimación de la influencia del voto obligatorio varía según los casos analiza- Lectura recomendada
dos, pero se sitúa en torno a los 10 puntos porcentuales. El caso holandés refle-
W. Hirczy (1994). "The Impact
ja claramente la influencia de esta variable. Antes de 1970, la tasa de absten- of Mandatory Voting Laws on
Turnout: A Quasi Experimental
ción oscilaba en torno al 5%; en el momento en el que los holandeses no se ven Approach". Electoral Studies
(vol. 13, núm.1, págs. 64-76).
obligados por ley a comparecer en el colegio electoral el día de las elecciones,
la abstención aumenta al 21%.
Así, el caso catalán parece verificar esta teoría, ya que los partidos de izquierda
resultan más votados cuanto mayor es el nivel de participación. Sin embargo las
cosas son algo más complicadas. Cuando se analiza un mismo tipo de convoca-
toria electoral, la relación entre participación y voto a cualquiera de estos dos
partidos políticos desaparece.
42
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 43 Títol del mòdul
Beneficia al Partido
Demócrata según B. Radcliff
En general, si en el discurso político y periodístico es frecuente mencio-
(1994). “Turnout and the
nar la abstención como un factor determinante de los resultados, en las democratic vote”. American
Politics Quarterly (vol. 22,
investigaciones empíricas esta relación es mucho más dudosa. núm.3, págs. 259-276).
Votantes Abstencionistas
Fuente: Elaboración propia con datos del estudio 2384 del CIS. (a) 1=extrema izquierda,
10=extrema derecha. (b) 0=muy negativa, 4=muy positiva. (c) 0=no le votaría nunca, 10=le
votaría con toda seguridad.
43
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 44 Títol del mòdul
Participación y estabilidad
Si junto a una elevada abstención electoral, aparecen grandes diferencias
en las características de votantes y abstencionistas, el riesgo afecta no En algún momento se llegó a
considerar que una elevada
sólo a la legitimidad del sistema político, sino también al principio de participación electoral podría
igualdad política que debe regir el funcionamiento de los sistemas demo- tener como consecuencia la
inestabilidad de los sistemas
cráticos. políticos. Sin embargo esta
hipótesis basada en
experiencias como la
República de Weimar o la IV
República Francesa ha sido
Si los votantes presentan un perfil de elevados recursos, interés, y satisfacción, sobradamente descartada por
los estudios empíricos.
mientras que los abstencionistas son los sectores más desfavorecidos y periféri-
cos de la sociedad, la participación política no funciona como un mecanismo por
el que los sectores sociales más desfavorecidos pueden actuar para compensar
las desigualdades sociales. Para evitar esta situación de exclusión de esta for-
ma básica de participación política lo ideal es incrementar al máximo el nivel de
participación.
44
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 45 Títol del mòdul
A pesar de los argumentos del apartado anterior, poca gente considera que la
democracia suiza esté en crisis por que presente niveles de abstención cerca-
nos al 50%. Tampoco el estado de las democracias austríaca e italiana parece
ideal, a pesar de sus elevados niveles de movilización. Pero el descenso gene-
ralizado de los niveles de participación, en ocasiones muy acusado, parece
indicar que algo va mal en las democracias occidentales. La relación entre el aPara un análisis más
detallado de esta evolución
nivel de participación y la salud y legitimidad de la democracia se intuye más véase el apartado 1 de este
tema.
claramente cuando se analiza el fenómeno desde una perspectiva diacrónica, es
decir, la evolución a lo largo del tiempo.
¿Qué motivos pueden explicar este descenso inesperado? La solución de A. Blais, E. Gidengil, N.
esta paradoja no puede buscarse en aspectos institucionales, ya que es- Nevitte y R. Nadeau (en
prensa). “Where does turnout
tos permanecen relativamente constantes a lo largo del tiempo. Podemos decline come from?” European
Journal of Political Research.
distinguir cuatro grupos de explicaciones del descenso de la participación
electoral: P. Corbetta y A. Parisi (1994).
“Smobilitazione partitica e
1) Cambios sociodemográficos en el electorado. astensionismo elettorale”.
Polis (vol. 8, págs. 423-443).
2) Cambios en las actitudes políticas de los electores.
3) Cambios en el contexto político. M. Gray y M. Caul (2000).
“Declining voter turnout in
4) Cambios en los agentes movilizadores: partidos y sindicatos. advanced industrial
democracies, 1950 to 1997”.
Comparative Political Studies
(vol.33, núm. 9, págs 1091-
1122).
A pesar de que los niveles de educación se hayan incrementado de manera
muy notable en las últimas décadas, hemos visto que la educación no es ya un
determinante tan importante de la participación electoral. Por ello, el hecho de
que más gente acceda a niveles de estudios superiores no es una garantía de
que vayan a votar. Otros cambios demográficos que se han producido sí pueden
tener un impacto negativo sobre la participación. Uno de ellos se refiere a 45
la
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 46 Títol del mòdul
Otra explicación puede estar en los cambios que se hayan podido producir en
las actitudes políticas. Sin embargo, la evidencia empírica no confirma esta
hipótesis satisfactoriamente. La evolución de estas variables está lejos de expli-
car la totalidad del descenso en los niveles de participación electoral. En Euro-
pa, según datos de los Eurobarómetros, el nivel de satisfacción con el funcio-
namiento de la democracia desciende entre 1989 y 1993 para posteriormente
recuperarse ligeramente, mientras que el interés por la política y de identifica-
ción partidista se mantienen estables con una muy suave tendencia a la baja.
Lectura complementaria
Pero sobre todo, resulta muy difícil atrapar en un análisis empírico la forma en
P. Norris (1999). Critical
que cada vez más cuestiones públicas fundamentales salen del ámbito de deci- Citizens. Cambridge:
Cambridge University Press
sión que depende de las elecciones (los gobiernos y los parlamentos) para si- analiza el descontento de los
tuarse en otros en los que el control político democrático es escaso o inexisten- ciudadanos en las
democracias.
te.
Se extiende la sensación de que las elecciones son cada vez menos im-
portantes, tanto por las propias características de una oferta electoral que
no consigue llegar al elector (sobre todo al elector joven que no se ha so-
cializado en el contexto de la Guerra Fría) con proyectos diferenciados,
como por los constreñimientos externos a los que se someten los gobier-
nos fruto de su vinculación con entidades supraestatales o por intereses
económicos.
47
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 48 Títol del mòdul
48
© Universitat Oberta de Catalunya • Número de codi del mòdul 49 Títol del mòdul
Resumen
49
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Glosario
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Bibliografía
Bibliografía recomendada
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