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Convirtamos la innovación en un arte".

La innovación basada en el aprendizaje, la observación


y experiencia, empatía y conexión.

A lo largo de la historia y aún hoy, muchos artistas también han utilizado las
matemáticas para crear e inspirar sus obras de arte. Durante el Renacimiento, Albrecht
Durero y Leonardo da Vinci fueron famosos por hacer que las escenas cobraran vida en
una superficie plana mediante el uso de cuadrículas y los principios de la perspectiva
lineal.
Como se puede ver en este dibujo inacabado de La Adoración de los Reyes Magos de
Leonardo da Vinci, uno puede ver las líneas de cuadrícula utilizadas para ayudar a da
Vinci a hacer que la escena parezca real:
omo patrones complejos, los fractales también se pueden encontrar en la naturaleza. La
obra de arte fractal más famosa se considera típicamente como el Conjunto Fractal
Mandelbrot, que tardó nueve horas en ejecutarse. Hay muchas galerías en línea que
exhiben arte fractal. Las obras de arte fractal resultantes se han utilizado para crear
copias, protectores de pantalla, papel tapiz, tarjetas de felicitación, imanes, camisetas y
mucho más.
Algunos artistas notables que han usado fractales para crear arte incluyen a William
Latham, Vicky Brago-Mitchell y Carlos Ginzburg. Los principales museos y galerías de
arte de todo el mundo han exhibido arte fractal en exposiciones y, por supuesto, en
exposiciones permanentes.
El arte fractal no sólo es creado por artistas sino por matemáticos y aficionados
interesados en sus conceptos. Este tipo de arte se considera distinto del arte
computarizado que se basa en el software para crear; el arte fractal es dirigido
enteramente por el artista/matemático y apoyado por sus cálculos y modificaciones.
Filippo Brunelleschi, arquitecto y escultor renacentistas, marcó los elementos de Euclides
como la fuente de la perspectiva lineal, un proceso matemático similar a la proyección
ortoganal de un objeto en tercera dimensión en un plano de solo dos dimensiones. Los
principios básicos presentes en su libro Sobre la pintura ya los había descrito Euclides en su
libro Razones y Magnitudes.

Antes del Renacimiento, no existía el concepto de perspectiva en el arte, de hecho, en la Edad


Media la pintura tenía fines más didácticos, por eso el tamaño de las figuras era proporcional a
su rango.

En el Renacimiento, todos debían ser matemáticos. Después de Brunelleschi vinieron otros


pintores con grandes conocimientos matemáticos como Paolo Uccello. “Vasari escribiría que
Uccello estaba obsesionado con el concepto de perspectiva pues mientras otros artistas solo la
usaban para narrar historias diferentes, Uccello la usaba para crear una sensación de
profundidad.

Finalmente, Luca Pacioli creó una de las obras más influyentes hasta la actualidad: la divina
proporción, un concepto ligado al denominado número áureo en donde usa ideas de
proporción y geometría. “Pacioli oscila entre dos concepciones antitéticas de las matemáticas,
una de índole pragmática y otra de naturaleza especulativa e incluso mística. No obstante,
Pacioli no es un matemático como tal se conoce en la actualidad, pero sí declaró que la ciencia
matemática se debe entender como la suma de la aritmética, la geometría, la perspectiva, la
astrología y la música.
Desde entonces, la armonía del Universo se concibió matemáticamente.

El lenguaje matemático de la belleza.

El número de oro, que se representa con la legra griega Pphi habita un territorio de relaciones
y propiedades numéricas increíbles, pero también de conexiones insospechadas entre la
naturaleza y las creaciones humanas.

Una de las maravillas de la proporción áurea es su inagotable capacidad de generar figuras de


gran belleza y asombrosas propiedades, tales como los polígonos rectángulos y los polígonos
regulares., bajo estos nombres se esconden objetos geométricos cotidianos, como las tarjetas
de crédito o las estrellas de cinco puntas.

Leonardo, Le Corbusier y muchos otros grandes se han rendido a la armonía de Phi. Si alejamos
muestra mirada de los trabajos del hombre y la posamos en la naturaleza que nos rodea,
también allí nos espera la proporción áurea. El crecimiento de muchos seres vivos sigue las
pautas marcadas por ella, e incluso los fractales, unos recién llegados al universo de la ciencia,
exhiben propiedades que los vinculan con la divina proporción.

El número de oro, o número áureo es un número irracional que representamos con la letra
griega phi. Fue un hallazgo de los griegos de la época clásica y su historia documentada
comienza en uno de los libros más célebres, comentados y reimpresos de la historia: Los
Elementos de Geometría de Euclides, escrito alrededor de 300 ac.

Detalle de la Esculea de Tanas de Rafael. El artista pintó a Euclides con la cara del arquitecto
Bramante y un compás en la mano.

En el libro VI, como tercera definición, aparece el texto que lo empezó todo. La traducción
castellana del cosmógrafo de Felipe II, Rodrigo Zamorano, de 1576, la presenta de la siguiente
manera: “Dice se ser dividida una línea recta con razón extrema y media quando fuere que
como se ha toda a la mayor parte, assi la mayor a la menor”.

Traducido al castellano actual el texto reza: Se dice que una recta está dividida en media y
extrema razón cuando la longitud de la línea total es a la de la parte mayor, como la esta parte
mayor es a la de la menor”. O dicho con mayor concisión “El todo es a la parte como la parte al
resto”.

Esta media y extrema razón… es el número que con posterioridad se llamará número de oro o
número áureo y al que Luca Pacioli dedicará todo un tratado en 1509, dándole el nombre de
divina proporción. El nombre Phi el símbolo como hoy conocemos al número áureo, se le
asignó en época muy posterior, a principios del siglo XX, cuando el matemático
norteamericano Mark Barr propuso vincular el número con Fideas, constructor del Partenón
de Atenas y tomó prestada su inicial. 23

La sucesión de Fibonacci

La historia de las matemáticas es a veces sorprendente y desde luego, siempre inesperada. El


viejo número áureo, tan geométrico, emparentó siglos después con unas fracciones que
surgieron de una sucesión puramente aritmética. El artífice del matrimonio fue el más
destacado matemático de la Edad Media, Leonardo Pisano, más conocido como Fibonacci.

Fibonacci escribió obras de geometría, algebra y teoría de números, de la que fue un pionero,
pero la más conocida trata sobre el cálculo. El Liber abaci (Libro del ábaco), publicado en 1202,
tiene un título engañoso, una especie de ironía, porque justamente en él se trata de
demostrar las ventajas de las cifras árabes para el cálculo frente a los métodos habituales en la
Italia de la época, donde los abacistas empleaban el ábaco y los viejos números romanos. El
libro de Fibonacci terminó con ellos, pero no fue fácil. A pesar de la facilidad para el cálculo
que suponía la numeración decimal, no se extendió con rapidez, sino al contrario. Tuvo que
enfrentar todo tipo de resistencias, sobre todo del gremio de calculistas, que durante siglos
estuvo dominado por los abacistas en detrimento de los partidarios del cálculo con números
arábigos, los algoristas.

(Ilustración del libro de Gregor Reisch, Margarita Philosophica, en la que se muestra una
disputa entre abacistas (derecha) y algoristas (izquierda). La imagen es de 1504 y muestra
como tres siglos después de Fibonacci todavía no estaba resuelta la disputa sobre el cálculo.
https://www.google.com/search?q=Ilustraci%C3%B3n+del+libro+de+Gregor+Reisch,
+Margarita+Philosophica&rlz=1C1SQJL_esCL877CL878&sxsrf=ALeKk01Z6TWxg3Y2LNi9aoim0_
Rjb3HLJQ:1594323932154&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjl6Ie998DqAhXvKLkG
HZ-NDYoQ_AUoAXoECAsQAw&biw=1152&bih=592#imgrc=2G3npwTaaPRS5M

Mario Merz (1925-2005) El artista italiano Mario Merz, uno de los más destacados
representantes del arte povera, utilizó de forma recurrente la sucesión de Fibonacci en muchas
de sus obras desde la década de los 70, con elementos diferentes (neones, mesas, animales,
periódicos) y en formatos variados.

Así como los números de Fibonacci apuntan al infinito y describen un crecimiento progresivo a
partir de la suma de las cifras anteriores, Merz utiliza la famosa sucesión para simbolizar el
progreso social y del arte. Los cambios se fundamentan en la suma de eventos pasados que
son parte intgrante y vital de todo desarrollo futuro. De la misma forma, el arte
contemporáneo es la suma del arte precedente; no se puede crear de la nada. “Nos alzamos
sobr hombros de gigantes”, tal como escribió Newton.

-Proyecto de Mario Merz para el metro de Nápoles que reproduce en espiral la suceción de
Fibonacci. 38

Leonardo: la perfección áurea

Leonardo fue un teórico del arte de la pintura, y un firme defensor de su imbricación con las
matemáticas. Su obra Tratado de la pintura comienza con la frase: Nadie lea mis obras que no
sea matemático” La obra fue manuscrita hacia 1498, pero no se publicó hasta mediado del
siglo siguiente

Leonardo solo hizo una labor de ilustrador en De divina proportione, pero el propio Pacioli
habla en su obra de la importancia de los estudios matemáticos del genio en el terreno
artístico. El autor dice “Las pirámides de este libro, como las demás figuras, son también de la
mano de mi compatriota anteriormente nombrado, Leonardo da Vinci de Florencia, al que
jamás hombre alguna so ha siquiera aproximado en la ciencia del dibujo”. Esas figuras, junto
con El hombre ideal, son hoy en día verdaderos iconos de un estado de pensamiento que
reúne sensibilidad artística y científica, el ideal humanístico.

Leonardo aplicó el conocimiento científico de las proporciones humanas a los estudios de


Pacioli y Vitruvio acerca de la belleza. Siguiendo el ideal renacentistas, El hombre ideal o El
hombre de Vitruvio, pone al hombre en el centro del universo, puesto que está inscrito en un
cpirculo y un cuadrado. La figura sigue las recomendaciones del romano Vitruvio (Marcus
Vitruvius Pollio), el arquitecto de Julio César que vivió en el siglo I a.c. El arquitecto, ingeniero y
tratadista romano vivlio a estar de actualidad en el renacimiento, con la traducción y
publicación en e1486 de toda su obra escrita. En los decenios siguientes, las obras de Vitruvio
tuvieron múltiples ediciones en todas las ciudades italianas de relevancia. La arquitectura
renacentista las tomó como base para sus teorías y Leonardo confesó a menudo que el
romano era su gran inspiración.

Vitruvio da referenacias sobre la figura humana basadas en razones simples

Como pintor, Leonardo aprendió a mirar el mundo en perspectiva y esto


significó usar no sólo la geometría y la teoría de las proporciones, sino
también analizar la naturaleza de la luz y el proceso de la visión. Con un
enfoque globalizador en que la analogía y las matemáticas permitían
transitar entre el funcionamiento de máquinas, organismos vivos y las
razones de los fenómenos naturales, Leonardo hizo de la geometría y de la
visión sus herramientas principales para explicar el mundo.

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