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Un 17 de agosto más nos congrega a rendir homenaje al

Padre de la Patria en el lugar donde en 1778 retumbó su


primer grito de libertad con su llanto al nacer.
Como yapeyuanos día a día nuestras vidas están
atravesadas por la historia Sanmartiniana que la vivimos en
primera persona en cada rincón de nuestro Yapeyú.
A 172 años del paso a la Inmortalidad de quien renunciara a
honores para defender su Patria natal, debemos pretender
como sociedad imitar ciertos códigos Morales que nos harían
tan bien para mejorar nuestra convivencia y nuestro accionar
como personas.
A lo largo de nuestra historia las opiniones sobre nuestros
héroes han sido siempre divididas. No es fácil formarlas
objetivamente, sin dejarnos invadir por las ideas de quienes
las escriben. Pero el General San Martín fue hombre de ley,
de fortaleza, de inmenso espíritu por la libertad. Hay en San
Martín una gloria mayor que la de haberse medido con la
montaña o el mar, o la de haber vencido las armas
españolas, y es la virtud excepcional de un guerrero, de un
verdadero avá, esencia que lo nutrió desde su nacimiento en
la mística Reducción de Ntra Señora de los Santos Reyes del
Yapeyú, de haber sido acuñado por los brazos amorosos y
los canticos dulces de su niñera Rosa Guarú. Esos pocos
años vividos acá, formaron su temple austera, la firmeza en
su accionar y principalmente el valor de sus palabras. Ese
Ñanderecó que nos hace tan particulares… esa forma de ser
que no se explica con palabras ni la alegría ni la tristeza, sino
que con un grito salido de nuestra alma… con ese sapucay
que dice lo que las palabras no logran decir.
El General San MartÌn fue uno de los grandes conductores de
la historia universal, su figura trasciende el ámbito militar para
proyectarse como gran estratega y conductor político. Con su
visión estratégica percibió claramente cual era el camino que
debían transitar los pueblos americanos para constituirse en
naciones libres y soberanas. Su obsesión fue la libertad de su
patria. Ese fue el objetivo que lo desvelo hasta el momento de
su muerte. Ya que, a pesar que su exilio en Francia para vivir
sus últimos años de vida, jamás se desintereso sobre lo que
pasaba en su Patria amada.
He aquí la razón de su mandato: ¡seamos libres, que lo
demás no importa!.
Fue él salvó la revolución y la condujo triunfante por tres
naciones cuya libertad aseguro, huyendo del teatro político,
sin escuchar los llamamientos de la ambición y gozoso de
haber completado la obra mas hermosa. General de
verdaderas convicciones: ¡De lo que mis granaderos son
capaces, yo solo se, quien los iguale habrá·, quien los supere
jamás!, era respetuoso de su ejercito y de sus propias
creencias. Supo sobreponerse a la adversidad, cuando se
eclipso su estrella, coronando su vida en el mas caritativo
silencio de los mas puros maestros. Para llegar a esto,
necesito perdonar injurias y supo hacerlo por amor a su
América, nuestra tierra, en la que fue iluminado. Hoy, muchos
años después y con un país diferente, rescatamos una de sus
mayores enseñanzas; que no es posible encarar un proyecto
común de país, sin unidad nacional; condición necesaria para
superar cualquier desafío, para alcanzar los sueños mas
anhelados, en sintesis, para el exito de toda gran empresa.
Los pueblos siempre evocan su pasado de gloria; en tiempos
sin apremios, para rendir homenaje de agradecimiento y
reconocimiento a sus próceres por sus obras; en épocas de
crisis, para buscar en ellos los ejemplos necesarios para
enfrentar los grandes desafíos. Hoy, volvemos nuestra mirada
al general José de San Martín para nutrirnos de sus
convicciones, de su conducta y explorar en su ejemplo
soluciones para la difícil situación que vivimos. La gesta
sanmartiniana nos recuerda que hubo argentinos que
pudieron vencer todos los obstáculos y que, con coraje y con
valor, con honradez e inteligencia, se puede servir a la patria
dignamente. Para el logro de esa gran nación, hoy mas que
nunca, debemos reafirmar lo que exclamo el padre de la
patria: ¡compatriotas, la Patria existe y triunfará!
En este año 2022 se cumple el bicentenario del Encuentro de
Guayaquil. Entrevista que el General San Martín mantuvo con
Simón Bolívar. En este memorable encuentro a puertas
cerradas se decidió la adhesión del territorio al Protectorado
Peruano liderado por San Martín, o la adhesión al esquema
de Bolívar con la República de la Gran Colombia.
En definitiva, la entrevista es muy importante porque destaca
la cooperación en que la independencia es algo que no se
discute, pero la entrevista convence a San Martín que su
tiempo en América se terminó.
Él regresa con frustración de Guayaquil porque se da
cuenta que mientras estuviese en Perú, Bolívar no iba a ir”,
por lo que tenía dos alternativas: “Pelear con Bolívar para ver
quién de los dos iba a ser el que estuviese a cargo; o se
retiraba para no generar discordia y que, fuese quien fuese el
Libertador, se lograse la independencia del Perú”.
La actitud noble es lo que valoramos nosotros los
argentinos, la personalidad, la grandeza de San Martín. El
aceptar que se tiene que retirar y le deja la gloria a Bolívar.
“Guayaquil fue el comienzo de su ostracismo”
Como gobernantes debemos seguir ese lineamiento de
decisiones . Donde los intereses y méritos personales queden
en segundo plano frente a los objetivos verdaderamente
importante que son el bienestar y progreso de nuestra
gente… esa gente que depósito en nuestras personas la
confianza para representarlos en la toma de decisiones.
Por eso es que como Intendente, como militante política y
principalmente como ciudadana me comprometo a ser
siempre un poco mejor frente al rol que me toca ocupar.
No es una tarea fácil ya que nos toca un momento muy difícil
donde aún transitamos los efectos de una pandemia, donde
la inestabilidad económica nos frena en muchas acciones
gubernamentales y tantas otras cosas que son los grises
diarios en nuestra gestión.

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