Está en la página 1de 6

ACTIVIDAD N°5 >> Unitarios y Federales>> Autonomías provinciales 1820 -1828

Hola chicas y chicos!


¡Espero que hayan pasado unos lindos días y hayan aprovechado para ponerse al día con las tareas, no solo
de historia sino de todas las materias!
Quería agradecerles el esfuerzo por entregar las tareas de manera prolija y que muchos de uds se hayan
habituado al classroom que es una herramienta que nos sirve para ordenarnos.
Esta actividad la vamos a trabajar de manera sincrónica y asincrónica. Eso quiere decir que nos vamos a
poner a trabajar juntos en algún momento, pero también van a trabajar resolviendo solos parte las
actividades

Actividades
1. ¿Qué cambios económicos se produjeron en el Rio de la Plata a partir de la Independencia? ¿Quiénes se
beneficiaron y quienes se perjudicaron?
2. ¿Qué medida se tomó que produjo el reclamo de la libre navegación de los ríos?
3. Identifica 
a- proyectos se enfrentaron durante el período que va desde 1810 a 1820
b- Hechos que contribuyeron a la militarización
4. ¿Por qué se disolvió el directorio? ¿cuál fue la consecuencia?
5. ¿Cuál es la nueva situación de las provincias a partir de 1820?
6. Realiza un cuadro comparativo

Unitarios Federales

Política

Economía

Apoyos
7. Completa el siguiente cuadro

Reformas Rivadavianas

Políticas

Económicas

Religiosas

Educativas

8. Identifica 
a. Los objetivos del Congreso del 1824 
b. Medidas que se tomaron
9. Realiza una cronología con la secuencia de hechos que relata el texto
10. Explica 
a. Ley de Presidencia 
b. Ley de Capitalización
c. Constitución centralista
d. Renuncia de Rivadavia

1. LOS CAMBIOS ECONÓMICOS EN EL RÍO DE LA PLATA

Desde 1810, los gobiernos revolucionarios de las Provincias Unidas del Río de la Plata establecieron un libre
comercio, dejando sin efecto las restricciones que habían estado vigentes durante la época colonial. Esta
decisión, que beneficiaba a los comerciantes, llevó a que ingresaran a bajo precio productos
manufacturados en las fábricas británicas. Estos bienes competían con las producciones artesanales del
Interior, que en muchos casos (sobre todo, los tejidos) perdieron mercados. En cambio, se vieron
favorecidos los hacendados, en partículas los bonaerenses, cuyas estancias producían cueros, sebo y carne
salada, que eran los principales bienes de exportación.

En el Interior, la guerra de independencia llevó a la desarticulación de los circuitos comerciales anteriores a


1810. Por otra parte, fue muy frecuente que los ejércitos se abastecieran con la confiscación de ganado,
alimentos y otros bienes en las zonas de los combates. También se recurría a los trabajadores rurales y los
esclavos para incorporarlos como soldados, lo que quitaba mano de obra para la producción. Las economías
más perjudicadas por estos factores fueron las de las provincias donde se desarrollaron las guerras, como
provincias del Interior y del litoral.

EL PREDOMINIO DEL PUERTO

En Buenos Aires, muchos hombres se incorporaron a los ejércitos y, para financiar las campañas militares,
los gobiernos aumentaron los impuestos y las contribuciones, en especial sobre los comerciantes españoles.
Pero, en comparación con el Interior, la ciudad y la campaña bonaerenses se vieron menos afectadas por las
guerras.

La entrada y salida de productos por el puerto de Buenos Aires aumentó considerablemente, por lo que la
recaudación aduanera se incrementó pese a cobrar pese a cobrar aranceles (impuestos a la importación y la
exportación) más bajos.
El puerto de Buenos Aires controlaba el comercio exterior y las autoridades cobraran un derecho de paso a
los buques que remontaban los ríos Paraná y Uruguay. Esto perjudicaba a los ganaderos y comerciantes del
Litoral y fue una de las principales causas económicas de que, en su mayoría, apoyasen las propuestas
federales del artiguismo. Un reclamo reiterado de estos sectores fue la libre navegación de los ríos
interiores.

2. INESTABILIDAD, MILITARIZACIÓN Y CAUDILLISMO

Entre 1810 y 1820, la situación política de las Provincias Unidas estuvo marcada por una gran inestabilidad,
cuyo trasfondo eran la guerra entre patriotas y realistas: la existencia de proyectos diferentes entre los
revolucionarios (morenistas y saavedristas, republicanos y monárquicos, federales y centralistas) y los
distintos intereses económicos y políticos de Buenos Aires y de las provincias, entre otros aspectos
fundamentales. La misma guerra de independencia se convirtió en un factor de inestabilidad, ya que según
el curso de la misma se produjeron cambios de gobierno, como el reemplazo de la Junta Grande por el
Primer Triunvirato (como consecuencia de la derrota de la primera expedición al Alto Perú) y la caída de ese
Primer Triunvirato (tras la victoria de Belgrano en la batalla de Tucumán), entre otros ejemplos.

Las guerras, además hicieron que el proceso de militarización, iniciado en la ciudad de Buenos Aires durante
las invasiones inglesas, se consolidase y extendiese en el conjunto de las Provincias Unidas. Muchos criollos,
incluidos miembros de familias de menores recursos dentro de la elite, encontraron en la carrera militar un
ámbito para adquirir mayor poder político y posición social. El papel de los cuerpos armados (ya fuesen los
ejércitos regulares o las milicias) cobró gran importancia para definir la situación política y dio un creciente
poder a sus jefes, tanto en el gobierno central como en las provincias. En la crisis de las Provincias Unidas,
esos jefes militares se convirtieron en caudillos políticos que asumieron el gobierno o influyeron en las
decisiones acerca de quién gobernaría.

3. LA DISOLUCIÓN DE LAS AUTORIDADES NACIONALES EN 1820

Luego de la sanción de la Independencia, entre 1816 y 1819, Juan Martín de Pueyrredón se desempeñó
como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El Directorio centralizaba el poder en
una sola persona, el Director Supremo. Pueyrredón contaba con el apoyo del Ejército de los Andes. Sin
embargo, en la política interna buscó afianzar su poder nombrando a los gobernadores y persiguiendo a los
opositores a su gobierno e intervino las provincias del Litoral. En 1819, Pueyrredón renunció a su cargo de
Director y fue reemplazado por José Rondeau. La Constitución de 1819 era eminentemente centralista, lo
que provocó una fuerte resistencia de las provincias del Interior, que no querían caer bajo el yugo de
Buenos Aires.

Varios caudillos se rebelaron frente al poder central de Buenos Aires. Los caudillos eran, en muchos casos,
hombres que habían participado en la guerra revolucionaria, poseían un efectivo poder militar dado por sus
seguidores, conocían muy bien el territorio de sus provincias y habían sido elegidos gobernadores.

Rondeau siguió con la política de Pueyrredón. Los caudillos del Litoral, entonces, se dispusieron a
enfrentarse a las fuerzas de Rondeau. El Director Supremo pidió auxilio al Ejército del Norte. San Martín
decidió no involucrarse y otra facción del Ejército del Norte, a cargo del cordobés Juan Bautista Bustos, se
sublevó al Director Supremo en lo que se conoció como el motín de Arequito. Rondeau fue derrotado
militarmente por López y Ramírez en la batalla de Cepeda el 1 de febrero de 1820. Esto lo obligó a renunciar
al Directorio que fue disuelto

Tras la disolución de las autoridades nacionales en 1820, las provincias se organizaron como entidades
autónomas. Los intentos de reunificación fracasaron debido a la existencia de distintos proyectos políticos.
Bernardino Rivadavia, primero como ministro de la provincia de Buenos Aires y luego como presidente de la
nación, fue un protagonista clave durante la década de 1820.
LA CRISIS DE 1820

A principios de 1820, la batalla de Cepeda puso fin al régimen directorial. Las Provincias Unidas se
constituyeron, entonces, en un conjunto de provincias autónomas que no respondían a ninguna autoridad
central. Gradualmente cada provincia dictó un estatuto o constitución y organizó sus instituciones: un
gobernador (Poder Ejecutivo), una Legislatura o Junta de Representantes (Poder Legislativo) y jueces y
tribunales de justicia (Poder Judicial).

Así sucedió con la provincia de Buenos Aires que, después de un período de crisis política, a fines de 1820
organizó una Junta de Representantes. Esta institución integrada por hacendados y comerciantes, eligió a
Martín Rodríguez como gobernador.

DISTINTOS PROYECTOS POLÍTICOS

La crisis de 1820 mostró que hasta entonces las clases dirigentes rioplatenses no habían conseguido
organizar un sistema político estable. Los desacuerdos políticos produjeron la fractura de estos grupos en
dos tendencias definidas: los centralistas y los federalistas. Entre 1820 y 1825, la política de las Provincias
Unidas estuvo marcada por el enfrentamiento entre los partidarios de una y otra posición: los unitarios y los
federales.

Los unitarios, cuyas ideas provenían del centralismo del período revolucionario, sostenían la necesidad de
un gobierno central fuerte. Por lo tanto, preferían una organización en la cual las provincias fueran solo
divisiones administrativas sin derecho a darse su propio gobierno.

Con respecto a la economía, los unitarios eran partidarios del librecambio y el predominio del puerto de
Buenos Aires, o sea, que este puerto fuera el único y que los ingresos de la Aduana fueran administrados
por el gobierno central. Adhirieron al unitarismo intelectuales, comerciantes y militares de Buenos Aires,
pero también de las demás provincias. Estos últimos eran, en general, comerciantes vinculados al puerto,
intelectuales liberales y antiguas familias desplazadas del poder por algún caudillo federal.

Los federales defendían un modelo similar al de los Estados Unidos, según el cual las provincias se
asociaban de manera voluntaria para establecer un gobierno central, pero conservaban sus autonomías.

Si bien todos los grupos de ideas federales coincidían en la propuesta política, diferían en sus objetivos
económicos. Los federales del Interior postulaban una política aduanera proteccionista que favoreciera a las
economías regionales y el reparto de los ingresos aduaneros entre todas las provincias. Por su parte, los
federales del Litoral pedían la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay y la apertura de puertos sobre
sus costas, para desarrollar su economía fuera de la órbita de Buenos Aires. En cambio, los federales de
Buenos Aires no aceptaban abrir los puertos del litoral ni compartir los derechos aduaneros con las otras
provincias.

4. LA “FELIZ EXPERIENCIA” DE Buenos Aires

Después de la crisis de 1820, algunos comerciantes y hacendados de Buenos Aires formaron un grupo
dirigente al que se conoce como “Partido del Orden”. Su principal objetivo era utilizar los recursos de la
provincia –en gran medida, provenientes de la Aduana- para realizar una serie de reformas.

LAS REFORMA DE RIVADAVIA

Bernardino Rivadavia, ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, fue el principal impulsor de las
transformaciones que se produjeron en la provincia de Buenos Aires.

Las reformas político-administrativas:

Se suprimieron los cabildos existentes en la provincia,el de Buenos Aires y el de Luján


se creó la Junta de Representantes (Poder Legislativo provincial). Para la elección de los representantes se
estableció el sufragio universal masculino, es decir que todos los varones mayores de edad de todas las
clases sociales podían votar.

Se crearon dos instancias para la administración de justicia. Una era ejercida por dos jueces en la ciudad y
tres en la campaña. La otra correspondía a los jueces de paz.

Se organizó el Departamento de Policía.

Se dispuso el retiro de muchos militares y se organizó un nuevo ejército que debía defender la frontera y las
áreas rurales contra los ataques indígenas, asunto que era de máximo interés para los hacendados.

El gobierno suprimió el diezmo y algunas órdenes religiosas, cuyos bienes (propiedades urbanas y rurales y
esclavos) pasaron al Estado provincial, y estableció la secularización del clero regular.

Las reformas culturales favorecieron la libertad de prensa y la educación. Circularon varios periódicos y se
crearon la Sociedad Literaria y la Sociedad de Beneficencia, que estableció las primeras escuelas para niñas.
También se abrieron escuelas públicas en la ciudad y el campo. En 1821, el gobierno fundó la Universidad
de Buenos Aires.

Introdujo innovaciones económicas a favor de los comerciantes y los propietarios rurales de la provincia. Se
creó el Banco de Descuentos, destinado a generar créditos

Se fomentó la importancia de ovejas para diversificar la producción ganadera y se promovió la expansión de


la frontera para incorporar nuevas tierras a la producción.

5. EL CONGRESO DE 1824-1827

Como seguía pendiente la cuestión de la organización del país, el sucesor de Martín Rodríguez, Gregorio de
Las Heras, convocó a un Congreso General Constituyente. Los representantes al Congreso fueron elegidos
por las provincias en número proporcional a su población, por lo que la delegación porteña tuvo más
presencia a la hora de las decisiones.

El Congreso debió atender dos problemas. Por un lado, la posibilidad de una guerra con el Imperio del
Brasil, debido a la ocupación brasileña de la Banda Oriental. Por otro lado, el gobierno de la provincia de
Buenos Aires estaba negociando un préstamo y un tratado comercial con Gran Bretaña, que se harían
efectivos cuando existiera un gobierno central.

Aunque no se conformó un gobierno nacional, la casa prestamista británica Baring Brothers envió el dinero
al gobierno de Buenos Aires. Esos recursos, que según la propuesta del grupo rivadaviano serían utilizados
para la modernización económica, fueron destinados a la especulación financiera y los gastos militares,
producto de la guerra con el Brasil y la guerra civil.

El Congreso estableció un Poder Ejecutivo provisorio en manos del gobernador de la provincia de Buenos
Aires quien quedaba a cargo de las relaciones exteriores y la guerra. Las provincias conservaban sus
autonomías y la constitución que dictase el Congreso debía ser ratificada por ellas para entrar en vigencia.

LA GUERRA CON EL BRASIL

Fuerzas portuguesas habían invadido la Banda Oriental en 1816. El caudillo oriental José Artigas debió hacer
frente a los invasores con sus propias tropas, sin ayuda del Directorio. En 1820 fue derrotado por los
portugueses en la batalla de Tacuarembó y posteriormente se refugió en el Paraguay, lejos de las luchas del
período.

A partir de 1822, con la independencia del Brasil, se agravó la situación. Aunque no contaba con el apoyo de
la población oriental, el nuevo gobierno imperial mantuvo el control sobre la Banda Oriental, a la que
denominó Provincia Cisplatina.
En 1825, Juan Antonio Lavalleja, con apoyo de hacendados y comerciantes de Buenos Aires, Santa Fe y
Entre Ríos, organizó la pequeña expedición de los Treinta y tres Orientales. Desembarcó en las costas
uruguayas, donde con refuerzos locales venció a los brasileños en Sarandí y puso sitio a Montevideo. Los
representantes del pueblo oriental, reunidos en el Congreso de la Florida, decidieron la reincorporación de
la Banda Oriental a las Provincias Unidas.

Como el Congreso reunido en Buenos Aires aceptó esta decisión, el Brasil declaró la guerra a las Provincias
Unidas. A principio de 1826, comenzaron los combates terrestres y las acciones navales.

La guerra se prolongó, en perjuicio de los intereses económicos de los hacendados y de los comerciantes
locales y extranjeros.

LA PRESIDENCIA DE RIVADAVIA

A comienzo de 1826, el Congreso dictó la Ley de presidencia, por la cual se estableció un Poder Ejecutivo
nacional a cargo de Bernardino Rivadavia.

Rivadavia, representante del proyecto unitario, tuvo desde el principio de su gestión una fuerte oposición
de los federales del Interior, encabezada por el caudillo riojano Facundo Quiroga. Por otra parte, el general
Gregorio Aráoz de Lamadrid, enviado al interior a reclutar tropas para la guerra con el Brasil, depuso al
gobernador de Tucumán. Esto provocó la protesta de los caudillos federales y el inicio de enfrentamientos
armados con las fuerzas del ejército nacional.

Por otra parte, el Congreso aprobó la Ley de capitalización. Esta norma declaraba a Buenos Aires capital del
poder nacional recientemente creada. Esta ley dejaba a Buenos Aires sin autoridades propias (gobernador y
Junta de Representantes). Los grandes comerciantes y los hacendados se resistieron a la pérdida de
autonomía, le quitaron el apoyo político a Rivadavia y se sumaron a los federales.

En diciembre de 1826, el Congreso sancionó una constitución centralista. Este documento proclamaba el
sistema representativo, republicano “consolidado en unidad de régimen”, es decir que optaba por el
unitarismo. El presidente duraba cinco años en sus funciones y era el encargado de elegir a los
gobernadores provinciales. Además, se establecía el sufragio restringido: criados, peones, jornaleros,
soldados de línea (integrantes del ejército regular) y “vagos” no podían votar.

En defensa del federalismo, las provincias rechazaron esta constitución, por lo que Rivadavia quedó en
situación de debilidad. A esto se sumó el rechazo generalizado a un acuerdo de paz firmado por el
representante diplomático enviado por Rivadavia a Río de Janeiro, según el cual la Banda Oriental quedaba
en poder del Brasil. El fracaso del proyecto centralista del grupo rivadaviano dio paso a un nuevo período
sin autoridades nacionales. Las provincias asumieron sus autonomías y la guerra civil se extendió por todo
el territorio.

En junio de 1827, Rivadavia renunció y el Congreso nombró a Vicente López y Planes como presidente
provincial. Sin embargo, ante la falta de apoyo en las provincias, López y Planes también renunció. De esta
manera se iniciaba un nuevo período sin autoridades nacionales. El Congreso se disolvió, la provincia de
Buenos Aires se hizo cargo del manejo de la guerra y las relaciones exteriores y las provincias reasumieron
su plena autonomía.

También podría gustarte