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ROMA.
L A ROMANIZACION
MINISTERIO DE CULTURA
Dirección General de Bellas Artes y Archivos
DISEÑO Y MAQUETACION
Luis CARRILLO
RAÚL ARECES
FOTOGRAFIAS
E N R I Q U E S Á E N Z D E SAN P E D R O
SERVICIO FOTOGRÁFICO D E L M.A.N.
DIBUJOS
FERNANDO FERNÁNDEZ
COORDINACION G E N E R A L
ANGELA FRANCO M A T A
3 C J—n
ARQUEOLOGIA ROMANA
XXIII
XXI A L T O IMPERIO
XXII A L T O IMPERIO
XXIII A L T O IMPERIO
XXIV B A J O IMPERIO
XXV B A J O IMPERIO
XXVI B A J O IMPERIO
D C
XXV u
XXIV
3 ( \
XXVI
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queológico Nacional, con dos característi- De esta manera se concibe cómo Livia
cas muy definidas: novedad romana, here- pudo ser representada como Ceres portan-
dera en gran medida del mundo griego clá- do un cuerno de la abundancia, vestida con
sico y helenístico al que siempre imprime un chitón y cubierta con manto, en un es-
una personalidad propia sobre todo en el quema compositivo similar al de la diosa
arte, y pervivencia de las tradiciones prerro- griega Deméter. En esta escultura, hallada
manas que se manifestarán en el terreno ar- en el Cerro de Mingillar (Baena, Córdoba),
tístico relacionado, en mayor medida, con Livia está asumiendo el papel de diosa de
el mundo espiritual y religioso. la agricultura, de la cosecha y, por tanto,
de la civilización, en un símil de lo que Ro-
Entre los testimonios artísticos roma- ma está significando en esos momentos pa-
nos, la escultura ocupa un lugar preferente ra los distintos pueblos que conforman su
tanto por su valor estético como social. Es imperio.
uno de los mejores reflejos de su propio ca-
rácter y, a la vez, índice de una evolución De una forma parecida, concebida co-
interna en constante diálogo entre su pro- mo Juno o Ceres, podemos admirarla en
pia tradición y las influencias externas, ma- una estatua sedente encontrada por el mar-
yormente griegas y helenísticas. Podemos qués de Salamanca en las ruinas de una vi-
establecer tres grupos fundamentales: los lla de Paestum (1860, Italia) (Fig. 1). Los
retratos tanto del emperador como de los rasgos de Livia se dejan entever a pesar de
miembros de la familia imperial y de per- su evidente idealización y la sublimación de
sonajes anónimos; los dioses, divinidades y su expresión. Viste un doble chitón, envol-
personajes mitológicos, y, por último, los viéndose en un himatión que la cubre des-
relieves. de la cabeza, a modo de velo, hasta los pies.
Debió portar cetro y pátera en sus manos
La serie de retratos comienza con una izquierda y derecha. Una diadema imperial,
cabeza que en estos momentos se encuen- o una corona de espigas, rematarían su pei-
tra en las salas del mundo ibérico, en las vi- nado, a la manera de como aparece repre-
trinas dedicadas al yacimiento de Azaila sentada en un bronce de la misma Paestum.
(Teruel) por haberse encontrado en el lla-
mado "templo romano" de dicha ciudad. En esta misma villa, y junto a Livia,
Por los restos que la acompañaban parece se encontró la estatua sedente de Tiberio,
que se trataba de una escultura de cuerpo bastante mutilada. La cabeza esculpida in-
entero. Junto a ésta se encontró una cabe- dependientemente del cuerpo, refleja al per-
za femenina, también en bronce, que se ex- sonaje en su época juvenil con una expre-
pone a continuación. Ambas están hoy en sión fría y distante. El torso desnudo ape-
día muy cuestionadas, tanto en su adscrip- nas se cubre con el"paludamentum. El apa-
ción como en su cronología. Algunos inves- recer junto a Livia, ambos en actitud seden-
tigadores han querido ver en la cabeza mas- te, llevó a García y Bellido, insigne investi-
culina un retrato juvenil de Augusto, mien- gador del arte romano, a pensar en una aso-
tras que la femenina, mucho más difícil de ciación Hera-Juno-Livia y Zeus-Júpiter-Ti-
interpretar, se propuso como un retrato de berio, en una plasmación de las ideas polí-
Livia (Fig. 1), tercera mujer del emperador ticas y sociales antes comentadas.
con la que se casó en el año 38 a. de C. En
la actualidad, parece que estas dos atribu- Aunque con dudas, se puede tomar co-
ciones son bastante inconsistentes. Lo que mo de Tiberio (Fig. 2) otro retrato de bron-
sí se puede apreciar en el personaje mascu- ce que se expone en estas salas. Fue encon-
lino son los rasgos típicos de un estilo ini- trado durante unas excavaciones dirigidas
ciado por Julio César, que hunde sus raíces por N. Sentenach en 1912 en Tiermes (So-
en la Grecia clásica y que marcará los re- ria), en lo que son los restos de la antigua
tratos de la dinastía Julio-Claudia (hasta el Termancia. Debió formar parte de una es-
68 d. de C ) : tendencia a ofrecer una visión cultura ecuestre de tamaño mayor que el
idealizada de la familia imperial que se natural. Su difícil atribución hace pensar en
aparta de la tradición romano-republicana que se trataría, al igual que el supuesto Au-
de los retratos fisonómicos, fieles reflejos de gusto de Azaila, de una escultura realizada
la realidad. Este nuevo estilo responde a en un taller provincial copiando un mode-
una política que se gesta en el cambio de lo original, de ahí que sus rasgos no corres-
era, pensada para llegar a todos los confi- pondan con exactitud a los demás retratos
nes del Imperio a modo de propaganda. del emperador que se conservan. Junto a
Por eso no se representa a los personajes tal los restos de la estatua ecuestre se encontró
y como son, sabemos por Suetonio que Au- un pequeño bronce de 16 centímetros de al-
gusto no debió de ser físicamente muy afor- tura. Se representa un personaje coronado
Fig. 1 tunado, sino como Roma desea que se los con láurea que cubre sus hombros con un
Livia de Paestum. imagine. manto. No cabe duda de que se trata de la
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Fig. 3
Antonio P í o ,
Puente Genil.
sible la falta del trépano en la realización tros de flecha, que en un principio era de la-
del pelo y la barba, por lo que da la impre- na pero que con el tiempo, y sobre todo en-
sión global de estar inacabada. tre las clases adineradas, se fue sustituyen-
do por lino. Primitivamente era llevada so-
La toga fue el vestido de gala utiliza- bre la piel, excepto un p a ñ o alrededor de la
do por los romanos, cuyos orígenes habría cintura, pero al adoptar los romanos la tú-
que buscarlos en Etruria. Se trataba de un nica de tipo griego se reservó para los ma-
manto casi semicircular de algo más de 5 gistrados y el lujo ciudadano, quedando su
metros de diámetro y poco menos de 2 me- uso reducido durante el Imperio a determi-
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Fig. 4
Togado firmado de
Mérida.
nadas solemnidades como vestimenta cere- tos de personajes de elevado rango o posi-
monial, tal y como podemos observar en un ción social.
pequeño bronce en la vitrina dedicada al
derecho y a la administración. Se llama "to- En la calle Sagasta de Mérida, en las
gados" a las representaciones de varones proximidades de lo que fue el foro de la ciu-
vestidos con la toga. E n las salas de este dad, fueron encontrados en 1881 y 1894 dos
museo hay cuatro esculturas de togados. En togados de excepcional calidad técnica. E l
ninguna de ellas se conserva la cabeza, aun- primero (Fig. 4), tras permanecer en la co-
que sin duda se corresponderían con retra- lección Monsalud, fue adquirido por el Es-
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que, por esa razón, actúe como protector, Frigia y gozó de una gran aceptación en to-
entre otras cosas, de los lugares de tránsito do el imperio. Se enmarca dentro de los que
o paso, cruces de camino y todo aquello se viene denominando como cultos o reli-
que conlleve fin y comienzo. No es éste un giones mistéricas, por el secretismo con que
tipo iconográfico muy frecuente. Si en un se rodeaban parte de sus ritos y por las
principio era una representación misma de pruebas a las que voluntariamente se some-
la divinidad la que presidía estos lugares, tían sus adeptos. La figura que aquí se ex-
recordemos que el Hermes de Alcámenes pone responde al tipo más corriente de poí-
estaba colocado en un lugar preferentemen- nia theron o señora de los animales: divini-
te de los propíleos que daban acceso a la dad sentada en un trono flanqueado por
acrópolis de Atenas, poco a poco fueron dos leones. El conjunto aparece muy muti-
siendo sustituidas por un dios cualquiera o, lado, siendo la cabeza de Cibles un añadi-
como en este caso, por dos cabezas o retra- do moderno. Es claramente legible una ins-
tos adosados, tal y como vemos en otra pie- cripción con la dedicación de la estatua a
za de la misma vitrina. En ésta, existe tam- la divinidad, fruto de un voto o promesa.
bién una pequeña cabeza de Hermes Báqui- Su procedencia es desconocida, aunque por
co en la que se le representa de avanzada el tipo de inscripción y por el foco cultural
edad, con rasgos fáunicos, destacando la re- primigenio, pudiera venir de Frigia o Ana-
lación que mantenía con su hermano Baco, tolia. La cronología tampoco se puede pre-
tal y como aparece representado en un re- cisar, aunque parece que se centraría en los
lieve de este mismo museo. Hay otra ima- dos primeros siglos del imperio.
gen de Hermes. Se trata de un pequeño
bronce procedente de Elche (Alicante), en Asociado a Cibeles en los misterios fri-
el que aparece sentado, con una taenia o gios, aparece lafigurade Atis (Fig. 6), pas-
cinta sujetando sus cabellos y un ligero torcillo que fue abandonado de pequeño a
manto como única vestimenta. De su asi- orillas del río Sangallo (Galos), donde Ci-
milación romana, Mercurio, se exponen dos beles lo encontró y se enamoró de él. Enlo-
pequeñas piezas en bronce, con la iconogra- quecido por la persecución a que se veía so-
fía clásica de esta divinidad: de aspecto ju- metido por la diosa se emasculó. Esta, arre-
venil, con ligera túnica, tocado con sombre- pentida, le transformó en pino. Desde épo-
ro o petasos que puede tener alas o no, cal- ca de Claudio, este mito era recordado en
zado alado cuando lo tiene, caduceo que en Roma al inicio de la primavera en unas fíes-
los dos casos falta, y la bolsa de dinero o tas que duraban desde el 15 al 27 de mar-
marsupium en la mano en recuerdo de que zo. El ritual también se propagó por His-
esta divinidad fue en Roma, desde su ori- pania, sobre todo en las provincias roma-
gen, patrón del comercio y de los mercade- nizadas, Bética y Tarraconense, donde ha
res (merx, mercatura, mercancía es la etimo- aparecido la mayoría de las inscripciones, a
logía de Mercurio). las que hay que añadir, por su importan-
cia, el recinto ceremonial de la necrópolis
Eros fue otra divinidad mediadora en- de Carmona (Sevilla). Lafigurade Atis que
tre los dioses y los hombres, aunque siem- aquí se expone fue encontrada en Sancti Pe-
pre sea más recordada por las jugarretas tri, cerca de Cádiz, en las inmediaciones de
que gasta a los corazones humanos. La es- lo que debió de ser el famoso templo de
cultura que aquí contemplamos fue hallada Hércules mencionado en las Fuentes. Le
por Aureliano Ibarra en unas excavaciones faltan la cabeza, el pie y el tobillo derecho.
realizadas en Elche (Alicante). Se represen- Va vestido con un traje ceñido al cuerpo
ta a Eros durmiendo el sueño de la muerte, que deja al descubierto el pecho, y las bra-
tipo bastante corriente en la iconografía ro- gas orientales típicas de esta divinidad
mana del que se conocen numerosos ejem- abiertas hasta dejar ver sus infantiles órga-
plos. Recuesta su cabeza sobre las alas que, nos genitales. Con la mano derecha sosten-
a su vez se apoyan sobre una piel de león y dría una pandereta y con la izquierda un pe-
una clava, atributos de la fuerza y fogosi- dum o cayado de pastor. La cabeza iría to-
dad de Hércules que se manifiestan apaci- cada con el característico gorro frigio, sím-
guados durante este reposo. La antorcha, bolo de la fuerza divina. Esta escultura de
con la que inflama los corazones de los ena- bronce va decorada con nielado en plata y
morados, aparece caída en una clara alu- cobre, formando motivos geométricos y ve-
sión a la muerte, idea que se refuerza y ma- getales, tal y como se puede apreciar en la
tiza con la presencia del lagarto, reptil que actualidad una vez restaurada. De Atis po-
desaparece en el frío invierno para volver a demos contemplar también un pequeño
la vida con el primer calor de la primavera. busto de bronce que corona la parte supe-
rior de un pasarriendas de carro. Fue en-
El culto a la diosa Cibeles, también co- contrado en Muriel (Guadalajara), y es una
nocida entre los romanos como Magna Ma- obra perteneciente a un periodo tardío del
ter o Madre de los dioses, era originario de imperio, probablemente el siglo IV.
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Fig. 6
Atis, Sancti
Petri.
Los relieves romanos se pueden clasi- en dimensiones y t a m a ñ o , así como en el te- Fig. 10
ficar, por su temática, en paganos y cristia- ma. De los otros dos laterales originales S a r c ó f a g o de
nos. Salvo el que muestra la infancia de Ba- que conformaban el sarcófago, uno se en- Orestes.
co, los demás servían para decorar las ca- cuentra en el Museo de Tarragona. En un
ras principales de los sarcófagos de las cla- principio fue tomado como una representa-
ses altas. E n el sarcógado de Husillos (Pa- ción de las guerras Cántabras. Posterior-
lencia) (Fig. 10), uno de los mejores y más mente se creyó que era una batalla entre
completos aparecidos en España, se narra griegos y amazonas, por el personaje mon-
la venganza de Orestes por la muerte de su tando a caballo de la derecha. Fue, en úl-
padre A g a m e n ó n , asesinado en una conju- tima instancia, García y Bellido quien lo in-
ra urdida por su propia mujer y madre del terpretó como una lucha entre griegos,
héroe, Klytaimnestra, y por el que será ma- aqueos contra troyanos, por las semejanzas
rido de ésta tras el asesinato, Aigisthos. E n encontradas con los sarcófagos áticos del
el frente principal, se muestran varios epi- " C i c l o Troyano", como los de Mazzara o
sodios de la venganza de manera continua- Venecia, y, en última instancia, con moti-
da. E n el centro Orestes y su amigo Pyla- vos similares como, por ejemplo, los del al-
des, de pies y con los cuchillos en la mano, tar de Zeus en Pérgamo. Los contendientes
dan muerte a Klytaimnestra y Aigisthos. A van vestidos con casco de cresta, himatión,
la derecha, las Furias o Erinyes escondidas coraza protegiendo el torso y faldellín de
tras las cortinas del salón en el que se efec- lambrequines, y van armados con espada
tuó la venganza, y horrorizadas ante el corta y escudo oval. Otros se representan
parricidio presenciado, juran persiguir eter- desnudos o vestidos con cortos chitones. E l
namente al héroe por su crimen. Una de esquema compositivo parte de un motivo
ellas acerca una serpiente al rostro de Ores- central, dos guerreros sojuzgando a otros
tes, que retrocede impresionado. U n escla- dos desnudos y arrodillados, que se va ex-
vo de la familia llora desconsolado bajo las tendiendo hacia los laterales mediante figu-
cortinas. En la escena de la izquierda, Ores- ras a pie y a caballo. Se aprecia un cierto
tes y la Furias descansan fatigados tras una ímpetu trágico, "a la griega", que domina
persecución que no es abandonada ni en toda la composición. Entre las característi-
sueños. E n la escena de la derecha, Orestes cas técnicas cabe resaltar el empleo del tré-
se somete al juicio de A p o l o . En los latera- pano, aunque de forma moderada. Por to-
les del sarcófago se recoge el momento en das las características señaladas, este sarcó-
que Atenea vota, una vez que Orestes deci- fago se fecharía a finales del siglo II o prin-
de presentarse a juicio en el Areópago de cipios del III d. de C.
Atenas, ante el tribunal de los Heliastas (iz-
quierda). En el derecho, Orestes y Pylades
El mosaico era la decoración lograda
son hechos prisioneros en la aventura del
por medio de piececillas que formaban mo-
Chersónesos Táurico, iniciada tras el juicio
tivos geométricos o figurados. Estas piezas
de Apolo. E l sarcófago parece que fue im-
pequeñas, que podían ser de piedra, terra-
portado, quizás de la misma Roma, hacia
cota, vidrio e incluso oro, eran llamadas
mediados del siglo II d. de C .
por los romanos tesserae, tesserulae o tes-
sellae. A l mosaísta se le llamaba tessellarius
En otro sarcófago pagano de mármol, o tessellatus, pues la palabra musivarius (el
se desarrolla un tema frecuente en el mun- que es inspirado por las Musas), era utili-
do clásico: batalla entre griegos. Consta de zada como un término más general que de-
dos piezas, una frontal conocida como "Re- finía el artista decorador de paredes, fuesen
lieve M o n t o l í u ? , en la que se aprecian res- o no mosaicos. E l origen remoto del mo-
tos de pintura anaranjada, y otra lateral, saico habría que buscarlo en Asia Menor y
mejor conservada y que coincide con ésta Mesopotamia, de donde pasó con posterio-
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ridad al mundo griego. Era un tipo de mo- se han perdido en la mayoría de las oca-
saico realizado generalmente con guijarros siones.
coloreados, desconociéndose todavía la uti-
lización de teselas. No será hasta época he- Entre los mosaicos de temática figura-
lenística (siglo II a. de C.) cuando el mosai- tiva, son corrientes las representaciones de
co quedará configurado tal y como lo co- los ciclos temporales. Así sucede en el mo-
nocemos en el mundo romano. Cuando el saico de las Estaciones y de los Meses del
tamaño de las teselas es inferior a 1 cm de año de Hellín (Albacete). Consta de un
lado, se utiliza el término opus vermicula- gran cuadrado central, dividido en 16 octó-
tum, mientras que si es mayor se denomina gonos de lados cóncavos. En los cuatro cen-
opus tessellatum. Se entiende por emblema trales aparecen las alegorías de las cuatro
el mosaico central que decoraba un pavi- estaciones con sus nombres: Aestas (vera-
mento más amplio con la intención de mag- no), Autumnus (otoño), Hiems (invierno) y
nificarlo. Se ha supuesto que estos emblé- Ver (primavera). En los doce exteriores, las
mata se realizaban a partir de cuadros o alegorías de los doce meses del año del ca-
cartones pintados, pero hasta ahora no se lendario juliano, elaborado por el astróno-
tiene ninguna prueba documental de esta mo griego Socígenes de Alejandría y refor-
técnica. Lo que sí parece probable es la rea- mado por Julio César el año 46 a. de C , de
lización de estos emblemas en talleres espe- las cuales sólo quedan siete. Entre los lados
cializados, que posteriormente serían co- interiores de los octógonos se disponen mo-
mercializados, ya terminados, para su ins- tivos animales y campestres enmarcados en
talación in situ. nueve círculos, todo delimitado por cene-
fas. De similar temática es el mosaico de
En España, los mosaicos romanos más Medusa y las cuatro Estaciones, hallado en
antiguos documentados están realizados en Palencia. Las figuras principales aparecen
opus signinum, con piedras generalmente de enmarcadas también en octógonos, aunque
color blanco formando los motivos decora- aquí sean de lados rectos. En el central apa-
tivos e incrustadas en pavimentos de hor- rece la Gorgona Medusa con su caracterís-
migón de color ocre. Durante los dos pri- tico pelo ensortijado imitando serpientes.
meros siglos del Imperio, en Roma e Italia En el siguiente nivel aparecen diversos di-
en general predominó el mosaico en blan- versos pájaros enmarcados en hexágonos,
co y negro, abandonándose la tradición he- que dan paso a las estaciones que se dispo-
lenística del mosaico de colores que domi- nen en las esquinas. Los lados centrales de
nó, sobre todo en el norte de Africa y en los octógonos se unen por medio de cruces
Oriente. En la Península Ibérica se compa- de brazos iguales que enmarcan motivos ve-
ginaron las dos tradiciones, utilizando pre- getales también cruciformes. En el exterior,
ferentemente el color para las composicio- representación figurada alternando moti-
nes centrales (influencia de los emblemas) y vos vegetales estilizados, pájaros e hipo-
el blanco y negro para los motivos perifé- campos o caballos marinos. Este tipo de
ricos. Conforme fue avanzando el Imperio, mosaico recoge una rica iconografía que es
se fue imponiendo el mosaico de vivos co- fiel reflejo de un universo simbólico que se
lores de manera generalizada por todas las nos escapa en su mayoría. Terminaremos
provincias. este apartado temático con dos mosaicos.
El primero es un emblema de pequeñas di-
mensiones procedente de Quintana del
Los mosaicos que se exponen en estas
Marco (León), en el que se representa una
salas pertenecen, en su mayoría, a pavimen-
alegoría del invierno. El fondo es de color
tos que decoraban salas y habitaciones de
blanquecino, destacando la presencia de un
las villas rústicas (dedicadas a la explota-
árbol sin hojas. Como tema central, una fi-
ción agrícola) y pseudourbanas o de recreo.
gura femenina cubierta por un manto ne-
Estas villas tenían una tipología muy varia-
gro, a la manera de una dama enlutada, que
da y, a menudo, aparecen representadas en
es la representación misma del invierno. No
los mismos mosaicos, como podemos verlo
sabemos si el faisán y las tres perdices que
en el de las Musas y los maestros de Arró-
se exponen a su lado, pertenecerían al mis-
niz (Navarra). Es lo que se ha venido defi-
mo mosaico. Por las características técni-
niendo como "arte de los latifundio", el
cas, parece una obra tardoimperial que
cual, si en un principio parecía limitado a
puede fecharse en los siglos IV o V d. de C.
la zona norte, aparece hoy en día generali-
Por último, de Aranjuez (Madrid), procede
zado por toda la Península a medida que
este emblema con la alegoría de Vertumno
han ido saliendo a la luz nuevos hallazgos.
(Vertumnus o Vortumnos). Aunque era to-
Es muy difícil fijar la cronología de estos
mado como una divinidad que presidía el
mosaicos con precisión basándose exclusi-
cambio de las estaciones, fundamentalmen-
vamente en sus características técnicas, sin
te se la relacionaba con la Naturaleza (par-
tener en cuenta los datos arqueológicos
ques y jardines) y con la cosecha del ciclo
que, por las circunstancias de los hallazgos,
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la persona, por lo que será menor su núme- nielada en plata. E n ocasiones, formaban Fig. 12
ro aunque, por regla general, estarán traba- un conjunto ritual, como la jarra, la patera S í t u l a (caldero) de
jados en materiales más preciados y valo- (fuente con mango) y el acetre (pequeño Bueña.
rados. Todos, desde el punto de vista ar- caldero), todos de cobre batido, encontra-
Fig. 13
queológico, tienen la misma importancia. dos en una tumba tardía en Fuentesprea- Botellita
das (Zamora), junto al resto de materiales cuadrada
Como en la actualidad, la vajilla ocu- que se expone en la vitrina. Por éstos, sa- de vidrio.
pa un lugar destacado entre los elementos bemos que la tumba perteneció a un domi-
domésticos. Dependiendo de su función es- nus o señor de la villa, que como paterfa- Fig. 14
pecífica se puede clasificar en: útiles de co- milias (cabeza de familia) ejercía de sacer- Urna
cina, vajilla de mesa y suntuaria, que po- dote en el culto doméstico a los Lares. globular de vidrio.
dría emplearse en determinadas ceremo-
nias. En ocasiones, es difícil poder distin- E l vidrio era otro material prestigioso.
guir entre una función y otra. L a calidad de Se conocía desde el III milenio a. de C , fa-
los materiales empleados en su realización bricado mediante moldeado. Otra técnica
dependerá del poder adquisitivo de sus pro- arcaica consistía en tallar la pasta vitrea co-
pietarios. Las de mayor lujo se trabajarían mo si fuese una piedra dura. De esta técni-
en metales preciosos, oro o plata, y aleacio- ca existe en el M A N un magnífico ejemplo
nes más pobres como el bronce. Existe una en el jarrito de la Aliseda, que se expone en
tipología muy variada, destacando la jarra la sala de Colonizaciones. L a técnica del
o urceus (41), la botella o lagoena muy pa- núcleo de arena para realización de piezas
recida a esta última, los frascos y botes o de boca estrecha está documentada desde el
ampullae, el cazo o trulla, el colador o co- II milenio a. de C . Mediante este proceso
lum (Fig. 11), el askos (41), el plato o cati- están fabricados los ungüentarios que se ex-
nus, la cuchara o lígula, etc. L a situla (Fig. ponen también en la citada sala. L a última
12) era un recipiente en forma de cubo que técnica descubierta es la del vidrio soplado,
podía utilizarse en ciertas ceremonias, tal y hecho acaecido en algún lugar de Oriente
como lo vemos representado en la proce- medio, quizás en la costa de Siria, en el si-
dente de Bueña (Teruel), con decoración glo I a. de C . Desde ese momento se fue im-
- 34 —
Fig. 15
Vaso de á g a t a ,
Mérida.
poniendo por su versatilidad frente a las de- tingue fácilmente por su aspecto exterior,
más, extendiéndose su uso por todo el Im- de color rojizo o anaranjado y brillante,
perio. C o n esta técnica se fabricó todo tipo fruto de la elección de las arcillas, de la
de piezas, como jarras, vasos, ungüentarios, composición de los engobes y pigmentos
e incluso urnas cinerarias (Figs. 13 y 14), aplicados en su superficie y de las distintas
tanto en época altoimperial como en la fases de cocción. L a primera conocida fue
tardorromanidad. De todas las piezas que la térra sigillata aretina, llamada así por la
se exponen destacan dos principalmente. ubicación de los centros de producción de
Una es el vaso de Palencia, realizado me- Arezzo (Toscana). Estas factorías empeza-
diante soplado sobre un molde con la de- ron a producir hacia el 30-25 a. de C , man-
coración en negativo, lo que permitía, el en- teniéndose en auge hasta los años 15-20
friarse, obtener en la superficie del vidrio la d. de C , a partir de los cuales empieza a de-
decoración en relieve. E n este vaso el tema caer debido a la competencia de la sigillata
representado es un combate entre gladiado- producida en otras factorías de la misma
res. E l otro es la diatreta de Tiermes (So- Italia y, sobre todo, de la Galia e Hispania.
ria), que pertenece al grupo de vasos o co- Parece que los talleres de Arezzo funciona-
pas talladas en relieve y decoradas con re- ron hasta la mitad del siglo I, y produjeron
tícula. Son considerados como el vidrio de dos tipos de cerámica, una minoritaria, de-
lujo de los siglos III y IV d. de C , sustitu- corada en molde, y otra mayoritaria, lisa y
yendo a los vidrios camafeos de los dos si- no decorada, que se centraba en la realiza-
glos anteriores. L a retícula se realiza me- ción de servicios compuestos de copa y pá-
diante el calado y vaciado de la superficie tera de variadas dimensiones.
del vaso y, por lo tanto, no es una decora-
ción añadida a posteriori. Dos son las características principales
de esta cerámica:
Pero lo hallazgos más frecuentes en
cualquier habitat son los cerámicos. L a ma- 1. Utilización del molde en la decora-
teria prima utilizada, arcilla, es muy abun- ción, técnica empleada con anterioridad en
dante en la Naturaleza por lo que resulta- la Grecia helenística (cuencos délicos, cerá-
ba más barata que el metal, al mismo tiem- mica megarense) e Italia (cerámica caleña).
po que poseía un grado de dureza cercano L a técnica consistía en realizar un molde
a éste y superior al vidrio. Otra ventaja que previo en arcilla imitando la forma a reali-
gozaba era que se adaptaba con facilidad a zar. Sobre la arcilla aún fresca, se realizaba
todo tipo de funciones, gustos y economías. en la pared interior una decoración en ne-
gativo por medio de la impresión con pun-
La cerámica de lujo romana de época zones de variados motivos y buriles. Una
imperial se denomina Ierra sigillata. Se dis- vez seco el molde, se aplicaba sobre su su-
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Fig. 16
Tres jarros de
cerámica sudgálica.
perficie interior la pasta que, por presión, (Tricio, Bezares, etc.), aunque se documen-
al retirarse, salía con la decoración en re- tan talleres por todo el territorio, entre los
lieve. L a pieza se completaba con bordes y que destacan los de Solsona (Lérida), A n -
pies hechos con plantillas o con la ayuda dújar (Jaén), Bronchales (Teruel) y Grana-
del torno. 2. Fabricación en serie de esta ce- da. Las formas decoradas no son tan abun-
rámica, debido a la utilización de moldes y dantes como en la gálica, siendo caracterís-
plantillas, lo que a b a r a t ó los costes y per- ticas las decoraciones metopadas de los dos
mitió su penetración masiva en mercados primeros siglos. Mantuvo la decoración a
alejados de los centros de producción. Pa- molde en época tardía, en los siglos I V y V .
ra distinguir los alfareros y alfares, se mar- Son propios de este momento los motivos
caban las piezas con sellos (sigilla), general- de grandes ruedas o círculos.
mente en el fondo de la pieza.
Se denomina "térra sigillata africana"
La industrialización es un hecho evi- o "térra sigillata clara", a las cerámicas
dente con la sigillata fabricada en los talle- producidas en el norte de Africa, con pre-
res galos, sobre todo los establecidos en el ferencia en los alfares ubicados en el área
sur del país: Bram, Montans, Banassac y L a de Túnez. E l término " c l a r a " hace referen-
Graufesenque. L a "térra sigillata sudlgáli- cia al tono anaranjado que tiene, en vez del
ca" (Fig. 16) de L a Graufesenque empezó tono rojizo más oscuro de las demás varie-
hacia el 10 a. de C , imitando los productos dades. En un momento tardío, pudieron
itálicos. Su período de esplendor coincide imitarse en otras provincias del imperio, co-
con los reinados de Claudio y Nerón (40-60 mo en la misma Hispania, o influyeron en
d. de C.) y sus productos se caracterizan las producciones ya existentes. L a más an-
por un color rojizo brillante. E l mercado, tigua es de la del tipo A , d o c u m e n t á n d o s e
en esta época, se extiende desde el norte de ya a finales del siglo I d. de C . V a n hacién-
Europa por todo el continente hasta Africa dose con el mercado de la cerámica de lujo
del Norte y las costas mediterráneas de a partir del siglo II, con la decadencia de
Asia. A finales de siglo, su producción de- las demás sigillatas. Típica del siglo III es
cae manteniendo un mercado muy reduci- la Clara C , con un barniz anaranjado que
do hasta la mitad del siglo III. puede ser muy brillante y decoración apli-
cada en relieve. L a clara D se documenta
desde el siglo IV. Entre sus características
La "térra, sigillata hispánica" es la si- destaca el color, no tan vivo como en la C ,
gillata producida en nuestra península a y la decoración, realizada por estampación.
partir del siglo I de la Era. Los alfares más En estos dos últimos tipos es frecuente la
importantes se establecieron en L a Rioja aparición de motivos cristianos.
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cuentes). Los caballos y carruajes se ador- de equiparar los estatutos de las distintas
naban con apliques y pasarriendas ricamen- ciudades y de sus habitantes.
te decorados, y muchos de ellos formaban
parte, por su prestigio, como en la tumba
E l funcionamiento de estas colonias y
de Fuentespreadas, del ajuar funerario.
municipios es conocido a través de sus le-
yes. En el Museo destacan los fragmentos
Las manifestaciones lúdicas más im-
en bronce de la Lex Ursoniensis, Malacita-
portantes eran los juegos (ludi), que tenían
na y Salpensana (Fig. 20). L a primera es la
lugar en la ciudad. En el anfiteatro se cele-
ley de fundación de la Colonia Inmunis Ge-
braban principalmente las luchas de fieras
nitiva Iulia Urbanorum Urso (actual Osuna),
y los combates de gladiadores. E n el circo,
creada en tiempos de Julio César con ciu-
sobre todo, las carreras de caballos. De es-
dadanos llegados de la misma Roma. Má-
tos dos últimos juegos tenemos varios mo-
laga y Salpensa (actual Ficialcázar, Sevilla),
saicos, procedentes de Roma, decorando el
eran dos ciudades ya existentes que alcan-
vestíbulo de entrada al museo. En algunos
zaron el estatuto de municipio en época de
se aprecia con nitidez el nombre de los con-
Domiciano (81-96 d. de C ) , como conse-
trincantes o gladiadores. De las venationes,
cuencia de la concesión de la ciudadanía la-
tenemos una magnífica representación en el
tina a toda Hispania en tiempos del empe-
missorium procedente de Atenas que, por su
rador Vespasiano (69-79 d. de C ) . Por ellas
forma redonda, recuerda la arena del an-
sabemos que en las colonias y los munici-
fiteatro.
pios existían dos órganos rectores funda-
mentales: el consejo de los decuriones (or-
La vida en la ciudad estaba regulada do decorionum o senatus), y la asamblea de
por medio de leyes. E l sistema jurídico-ad- ciudadanos. Las competencias del primero
ministrativo romano resultaba bastante eran muy amplias y podían ir desde la or-
complejo. Existían ciudades y pueblos que ganización defensiva hasta la administrati-
mantenían su organización en colonias y va y festiva.
municipios mediante un estatuto jurídico
romano. A u n en estos últimos, no todos go-
zaban de los mismos derechos pues se dis- Las del segundo eran más restringidas
tinguían entre los meros habitantes (inco- y estaban controladas en gran medida por
lae, sin derecho de ciudadanía) de los ciu- los decuriones. Las decisiones que adopta-
dadanos (cives o municipes) que disfrutaban ban estos dos organismos eran puestas en
plenamente del derecho romano o latino. práctica por los magistrados, entre los que
La política seguida por Roma durante el destacaban los dúo viri o dúo viri iure dicun-
Imperio, una vez pasada la fase de conquis- do, magistrados supremos que presidían las
ta y el primer impulso colonizador, fue la reuniones del consejo y de la asamblea.
Fig. 20
labia de bronce,
Osuna.
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Fig. 21
Urna cineraria de
mármol.