Perfil de los personajes.

Julia es una joven de 18 años. Tiene el pelo de un color castaño, con unos reflejos más claros
que discontinúan ese color y le dan un brillo particular. Su cabello es corto, pasando un poco
más de los hombros. Tiene los ojos grandes y de un color muy oscuros, pero cuando un reflejo
atraviesa su iris puede apreciarse un marrón casi imperceptible. Vive con su padre en una casa
rural, y desde pequeña hace la misma rutina de ir a una parada de colectivo cercana para ir a la
escuela del pueblo más próximo. Tiempo atrás, su madre la acompañaba a esta parada ya que
su padre trabajó siempre en el campo. Una vez su madre falleció, tuvo que seguir haciéndolo
sola. Julia ya está pronto a terminar su último año de colegio.

Julia disfruta pasar tiempo en la naturaleza y su sensibilidad hacia la vida la que la lleva a
apreciar aún más su entorno. Le gusta pasar mucho tiempo en su casa, ya que puede salir a dar
largas caminatas y disfrutar del silencio y la tranquilidad del entorno rural. En este último
tiempo ha surgido en ella una enorme pasión hacia el mar y todo lo que esté relacionado. Su
habitación comenzó a llenarse de elementos provenientes del mar como almejas y estrellas
(que le regalaban familiares y amigos), así también como fotografías y libros relacionados. A
pesar de esto, todo lo que sabe es únicamente a raíz de sus lecturas o de las fotografías, ya
que nunca ha podido ver el mar con sus propios ojos.

Gabriel es el padre de Julia, tiene 43 años, aunque aparenta de menos. Con sus ojos oscuros y
grandes casi iguales a los de su hija es muy fácil asociar su familiaridad. Actualmente, por la
época del año, se está dedicando al cultivo y cosecha de papa. Gabriel se despide de su hija
temprano en la mañana y sale en su bicicleta algunos kilómetros hasta llegar a la estancia en
donde trabaja. Podría tomarse el colectivo, pero siempre que no llueva prefiere tomar la bici
para poder apreciar el paisaje y disfrutar el aire fresco. Gabriel traspasó a su hija este amor por
el ambiente rural y natural, el cuál aprecia debido a que le permite mayores momentos de
introspección que lo que podría proporcionarle un entorno citadino. En sus tiempos libres,
cuando no tiene que trabajar o esta en su casa al volver del trabajo, le gusta salir a caminar por
el campo un buen rato para volver a su eje, a veces sale con su hija y otras veces solo. Años
atrás, al perder a su esposa, fue este entorno el que le ayudó a superar tan grande pérdida, y
se siente agradecido por eso.

Estos últimos años ha ido forjando una relación aún más profunda con su hija, siendo entre los
dos el salvavidas mutuo para atravesar el dolor de la pérdida. Gabriel disfruta de pasar tiempo
de su hija y lo que más le alegra, es poder verla contenta.