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Compositor: 

Bartók Béla
Arreglista: Mourey Colette
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For Violin and Guitar (Mourey). Complete Score PDF 0 MB
Wikipedia
Béla Viktor János Bartók, conocido como Béla Bartók (en húngaro:
Bartók Béla), (Nagyszentmiklós, Imperio austrohúngaro —actualmente
Sânnicolau Mare, Rumanía—, 25 de marzo de 1881-Nueva York, 26 de
septiembre de 1945) fue un músico húngaro que destacó como
compositor, pianista e investigador de música folclórica de la Europa
oriental. Es considerado uno de los mayores compositores del siglo XX;
Liszt y él son considerados los grandes compositores húngaros (Gillies
2001). Bartók fue uno de los fundadores de la etnomusicología, basada
en las relaciones que unen la etnología y la musicología.
Béla Bartók nació en 1881 en Nagyszentmiklós, en el Banato
austrohúngaro, una región situada en la confluencia de las culturas
húngara, rumana y serbia, y foco tradicional de oposición al dominio de la
Casa de Habsburgo y más tarde al régimen de Miklós Horthy. Su padre
era director de una escuela agrícola y su madre, Paulina (Paulina Voit de
soltera), era maestra. Esta empezó a enseñarle a tocar el piano cuando
tenía cinco años. El talento musical de Bartók fue muy notable desde
temprana edad: según su madre, era capaz de distinguir diferentes
ritmos de danzas que ella tocaba al piano antes de haber aprendido a
hablar correctamente. Y podía tocar 40 piezas al piano con tan solo
cuatro años.
En 1888, después de la muerte de su padre (al que Béla admiraba
mucho), su madre se llevó a él y a su hermana, Erzsébet, a vivir a
Nagyszőlős (Vinogradiv, ahora en Ucrania), donde daba clases de piano.
Es en esa ciudad que Béla empezó a componer a la edad de nueve
años.
Con 11 años, Bartók dio su primer concierto: el allegro de la sonata
Waldstein de Beethoven y una de sus primeras composiciones, El curso
del Danubio, compuesta dos años antes. La familia se trasladó entonces
a Pozsony (Presburgo en alemán y la actual Bratislava, capital de
Eslovaquia), donde László Erkel le acogió como pupilo y le enseñó
armonía y piano. Allí conoció también al compositor y pianista Ernő
Dohnányi.
Con 17 años, sigue a Ernő Dohnányi a Budapest para ingresar en la
Academia de Música. Allí, de 1899 a 1903, estudió piano con István
Thoman y composición con János Koessler, y conoció a Zoltán Kodály,
con el que emprenderá una recopilación de la música folclórica húngara.
En 1903 ya había compuesto un extenso poema sinfónico, Kossuth, en
honor al héroe de la revolución húngara de 1848, Lajos Kossuth.
La música de Richard Strauss, a quien conoció en 1902 en el estreno de
Also sprach Zarathustra de Budapest, fue una gran influencia en sus
primeros trabajos. Cuando visitó un complejo de vacaciones en el verano
de 1904, Bartók oyó a una joven niñera, Lidi Dósa de Kibéd
(Transilvania), cantar canciones folclóricas a los niños que cuidaba. Este
fue el origen de su dedicación a la música folclore.
Desde 1907 el compositor francés Claude Debussy comenzó también a
ser una gran influencia, cuyas composiciones le enseñó Kodály a su
regreso de París. Los trabajos orquestales de Bartók seguían siendo del
estilo de Johannes Brahms y Richard Strauss, pero escribió varias
pequeñas piezas para piano que ya mostraban su creciente interés por la
música folclórica. La primera pieza que mostró claramente elementos del
folclore es el Cuarteto de Cuerda No. 1 en La menor (1908). En este
mismo año, comienza a dar clases de piano en la Academia de Música,
lo que le permitió trabajar en Hungría y dejar su gira por Europa como
pianista. Entre sus estudiantes más notables se encuentran Fritz Reiner,
Sir Georg Solti, György Sándor, Ernő Balogh, y Lili Kraus. Después de
que se mudara a Estados Unidos, dio clases a Jack Beeson and Violet
Archer.
En 1908, él y Kodály viajaron a las zonas rurales de Hungría y Rumanía
para recoger e investigar conocimientos en la música tradicional y las
canciones folclóricas magiares, en sintonía con el auge de los
movimientos nacionalistas. Realizaron sorprendentes descubrimientos.
La música magiar se había catalogado anteriormente como música
zíngara. Un ejemplo es las famosas Rapsodias Húngaras para piano de
Franz Liszt, que basó en canciones populares tocadas por bandas
romaníes de la época. Sin embargo, ellos descubrieron que estas
antiguas melodías húngaras se basaban escalas pentatónicas, similares
a las de la tradición asiática, como las de Asia Central, Anatolia o Siberia.
Bartók y Kodály incorporaron rápidamente los elementos de la música
popular magiar a sus composiciones, citando frecuentemente melodías y
componiendo piezas que provenían directamente de canciones
originales. Un ejemplo son los dos volúmenes titulados Para Niños para
piano sólo, que contienen ochenta canciones a las que añadió un
acompañamiento. Su estilo de composición es una síntesis de la música
folclórica, clásica y moderna. Su sentido melódico y armónico estaba
profundamente influenciado por la música tradicional húngara, rumana y
de otros países. Le gustaba especialmente la asimetría de los rítmica de
las danzas, así como de las armonías punzantes de la música búlgara.
La mayoría de sus primeras composiciones son una mezcla de
elementos del Nacionalismo y el tardo Romanticismo.
En esta época Bartók se aleja de la religión para adoptar un ateísmo
profundo y sereno, según sus propias palabras (en una carta de 1907 a
Stefi Geyer, uno de sus primeros amores). Su ateísmo se mantendrá
hasta 1916, año en el que anuncia públicamente su conversión al
unitarismo.
De 1907 a 1934, Bartók enseñó piano en la Real Academia de Budapest.
En 1907, escribió Tres canciones populares húngaras, y el año siguiente
su Cuarteto para cuerdas nº 1. En 1909, Bartók se casó con Márta
Ziegler, su alumna de 16 años. Su hijo Béla nació en 1910.
En 1911, escribió la que fue su única ópera, El castillo de Barba Azul,
que entró a concurso para el premio de la Comisión para las Bellas Artes
Húngaras, pero le dijeron que no era adecuada para la escena. La ópera
no se estrenó hasta 1918, con la condición del gobierno de que borrara
del programa el nombre del libretista, Béla Balázs, debido a sus ideas
políticas. Bartók se negó. Apasionado por su país, nunca se sintió muy
contento con las instituciones políticas de Hungría que le tocaron vivir.
Seguía concentrándose en recoger música folclórica en la Europa
Central, los Balcanes y Turquía, para estudiarla y clasificarla. Cuando
comenzó la Primera Guerra Mundial terminó estas expediciones y
regresó a la composición.
Durante la Primera Guerra Mundial, escribió los ballets El príncipe de
madera y El mandarín maravilloso, seguidos por dos sonatas para violín
y piano, que son armónica y estructuralmente unas de sus más
complejas piezas. Escribió su segundo cuarteto de cuerdas en 1917.
Bartók se divorció de Márta en 1923 y se casó con una estudiante de
piano, Ditta Pásztory, con la que hizo una gira por Europa interpretando
conciertos para dos pianos. Su segundo hijo, Péter, nació en 1924. Para
las lecciones de música de Péter comenzó a componer una colección de
seis volúmenes de piezas de piano graduadas, Mikrokosmos, Sz.107.
En 1927-1928 compuso el Tercero y el Cuarto cuarteto de cuerdas,
considerados como unos de los cuartetos más importantes de la música
clásica. En el Quinto Cuarteto de 1934 vuelve a un lenguaje armónico
más simplificado y es más tradicional. Escribió su sexto y último cuarteto
en 1939.
En 1935, la carrera de Bartók se había confirmado hasta el punto de que
pudo dejar de dar clases de piano. En 1936 compuso una de sus obras
emblemáticas por encargo de Paul Sacher, director de la Orquesta de
Cámara de Basilea: Música para cuerda, percusión y celesta. La obra fue
interpretada el 21 de enero de 1937, dirigida por Paul Sacher. Pero Hitler
y la Segunda Guerra Mundial van a conmocionar su vida.
Bartók no se comprometió nunca con ningún régimen fascista. Se opuso
a Horthy, que integró a Hungría dentro de la esfera nazi. Cambió de
editor cuando este se afilió al nazismo, se negó a que sus obras fueran
tocadas en conciertos nazis y pidió que participaran en la exposición
sobre la música llamada "degenerada" en Düsseldorf. Después del inicio
de la Segunda Guerra Mundial, y con la situación política empeorando,
Bartók fue tentado cada vez más a dejar Hungría. Compuso entonces
Contrastes, uno de sus últimos éxitos. Primero envió sus manuscritos
fuera del país, y tras el fallecimiento de su madre, se mudó a los Estados
Unidos con Ditta en agosto de 1940. Péter Bartók se les unió en 1942 y
después se alistó en la Marina de los Estados Unidos.
Bartók estuvo profundamente afectado por el exilio. Nunca se sintió a
gusto en los Estados Unidos, y encontró muy difícil escribir allí. Fue bien
recibido en un principio. Rechazó un puesto de profesor de composición
en la Curtis University pero aceptó ser investido doctor honoris causa por
la universidad de Columbia, lo que le permitió seguir transcribiendo y
clasificando gracias a una beca de investigación. A pesar de ser
renombrado como etno-musicólogo y pianista, no era bien conocido
como compositor y había poco interés en su música. Tocaba en
conciertos con Ditta, pero los conciertos fueron cada vez más escasos y
la crítica era severa. La casa Baldwin recuperó uno de los dos pianos
que le había prestado, por lo que ya no podía tocar a dúo con su mujer.
Bartók era orgulloso e intransigente, y rechazó una vez más volver a dar
clases aunque su situación económica fuera empeorando. Se
manifestaron al mismo tiempo los primeros síntomas de una leucemia.
A principios de 1943 dio su último concierto como intérprete. Su estado
de salud seguía degradándose, pero poco a poco los músicos
norteamericanos intentaron ayudarle económicamente. Bartók se negaba
a recibir limosnas, solo quería componer. Unos últimos encargos le
hicieron entonces recobrar confianza: el Cuarteto para Cuerdas n° 6,
junto con el Concierto para Orquesta que le comisionó Serge
Koussevitzki, el trabajo más popular de Bartók, que alivió su situación
financiera. Parece que esto renovó su interés en la composición, y
comenzó su Concierto para Piano n° 3 y su Concierto para Viola. Yehudi
Menuhin le encargó la Sonata para violín solo.
A la liberación de Hungría, el país le ofreció ser diputado, puesto que
aceptó sabiendo que probablemente no podría asumirlo. En septiembre
de 1945, Béla Bartók murió en Nueva York de leucemia, a la edad de 64
años. Dejó el Concierto para Viola inconcluso a su muerte, el cual fue
completado por su alumno Tibor Serly.
Fue enterrado en el Cementerio Ferncliff de Hartsdale, Nueva York, pero
en julio de 1988 sus restos fueron transferidos a Budapest a petición de
sus hijos, Béla y Peter, donde tuvo un funeral de Estado.
Bartók nunca habló de su técnica compositiva, sino que ha sido el
musicólogo húngaro Ernö Lendvai quien dedicó gran parte de su vida a
descubrir las bases de este sistema. Según Lendvai, la música de Bartók
está basada en gran parte en sus investigaciones con el folklore, en
especial del húngaro, y podría dividirse en dos grandes bloques, distintos
en cuanto a concepción pero complementarios entre sí, llegando a
alternarse incluso en una misma obra en distintas secciones; son el
Sistema diatónico, basado en la música folklórica, sus modos y ritmos, en
la escala acústica, y en otros procedimientos que no entraremos a
valorar, y el Sistema cromático, influido también por el folklore, y que se
basa por un lado en el Sistema axial, y por otro en la Proporción áurea.
Se trata de la división de círculo de quintas en tres ejes dobles, uno de
tónica, otro de dominante y otro de subdominante.
Cada función tiene dos ejes, eje principal y eje secundario. A su vez cada
eje tiene dos extremos, polo y antípoda.
Aunque el parentesco entre un polo y su antípoda es menos cercano que
con los puntos vecinos, cada polo puede ser sustituido por su antípoda,
realizando la misma función. Por tanto, se mantienen las funciones
tradicionales de I, IV y V. Una sucesión MI-LA-RE-SOL-DO-FA, en Bartók
puede ser MI-LA-LAb-REb-DO-FA.
El método de Bartók, en su construcción formal, está estrechamente
ligado a las leyes del Número Áureo. Este constituye un elemento formal
que es, al menos, tan significativo en la música de Bartók, como la
cuadratura en el periodo clásico.
La división áurea puede considerarse que sigue uno o dos cursos
posibles, según aparezca primero la sección más larga o la más corta.
Llamaremos sección positiva a la sección larga; la otra posibilidad será la
sección negativa, la sección corta seguida de la larga. Un estudio
analítico de varias obras de Bartók permite llegar a la conclusión de que
la sección positiva va acompañada de intensificación, ascenso dinámico
o concentración de material, mientras que la sección negativa de
descenso y apaciguamiento.
El estudio de estas proporciones nos conduce inmediatamente a la
cuestión del uso que hacía Bartók de acordes, escalas e intervalos. Su
sistema cromático se basa en las leyes de la proporción áurea y
especialmente en la serie numérica de Fibonacci.
Calculado en semitonos:
1 representa la segunda menor, 2 representa la segunda mayor, 3
representa la tercera menor, 5 representa la cuarta justa, 8 representa la
sexta menor, 13 representa la octava aumentada.
Mencionemos ahora un grupo frecuentemente recurrente de escalas del
tipo áureo, las cuales representan estructuralmente intervalos de 1:5, 1:3
y 1:2. La relación de la proporción áurea entre estas tres fórmulas es
resultante de la proporción 5:3:2. Cada una de ellas surge de la
repetición periódica de los intervalos 1:5, 1:3 y 1:2. Su estructura es, por
tanto, así:
De todas estas escalas, la más importante es el Modelo 1:2, ya que
representa realmente el grupo de escalas de los ejes de tónica y
dominante:
Sus obras se suelen citar siguiendo el catálogo preparado por el
musicólogo András Szőllősy, añadiéndoles Sz delante del número de
opus.

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