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Universidad Inca Garcilaso De La Vega

Facultad de Tecnología Médica

Carrera de Terapia Física y Rehabilitación

TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO EN ARTROSIS


DE CADERA
Monografía

Trabajo de Actualización Profesional

Para optar por el Título Profesional de Licenciado Tecnólogo Médico en la Carrera


Profesional de Terapia Física y Rehabilitación.

Bach. Rios Lucas, Leyla Fiorella.

Asesor:

Mg .Morales Martínez, Marx Engels.

Mg. Primo Velásquez, Jessica del Milagro.

Lima – Perú

AGOSTO 2021
DEDICATORIA

Quiero dedicar este trabajo a mi madre y

hermana que siempre estuvieron a mi lado

apoyándome en mi proceso de formación..

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo de investigación es muy importante para mí, es por eso que en primer lugar
a mi madre que siempre me apoyo a lo largo de mi formación, ella sabe que para mí
esto fue un proceso muy largo que tuvo algunos obstáculos en el camino pero pude
seguir adelante gracias a sus sabios consejos y gran amor que me brinda.

Sin duda alguna a mi hermana que me ha brindado sus conocimientos y apoyo, el cual
ha sido de gran ayuda guía para mí sin duda alguna.

Agradecer a mi tío que a pesar de su sacrificado trabajo me brindo su colaboración y


ayuda para poder tener estudios universitarios.

Nunca olvidándome de mis hermosos bebés Mía, Maki y Wilson que siempre me
acompañaron y cuidaron durante mis noches que estudiaba para mis exámenes.
TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO EN ARTROSIS
DE CADERA

TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN……………………………………….…………………………..…

CAPÍTULO I: ANATOMIA Y BIOMECANICA DE CADERA

1.1 Articulación coxofemoral………………..………………………………...……….

1.2. Capsula articular y Ligamentos de la cadera…………………………………...…...

1.3. Vascularización………….………………………………..………………………

1.3.1. Nervios……………………………………………………………………………

1.3.2. Arterias……………………………….…………………………………………

1.3.2.1. Arteria femoral……………………………………………………………….

1.3.2.2. Arterias glúteas superior e inferior y arteria obturatriz………………………

1.3.4. Venas…………………………………………………………………………….

1.4. Inervación………………………………………………………………………….

1.5. Músculos de la articulación de cadera……………………………………………..

1.6. Biomecánica de la cadera……..……………………………………………………

CAPÍTULO II: ARTROSIS DE CADERA

2.1. Definición………………………………………………………………….....

2.2. Etiología………………………………………………………………………

2.2.1. Factores de riesgo a nivel sistémico……………………………………..

2.2.2. Factores de riesgo intrínsecos…………………………………………….

2.2.3. Factores de riesgo extrínsecos…………………………………………….

2.3. Epidemiologia………………………………….……………………………

2.4. Fisiopatología…………………………………………………………………

2.5. Clasificación……………………………………………………….………….

2.5.1. Artrosis primaria…………………………………………….……………..

2.5.2. Artrosis secundaria.………………………………………………….……


2.6. Manifestaciones clínicas…………………………………………………….

2.7. Diagnóstico

2.7.1. Radiografía simple…………………………………………………………….

2.7.2. Clasificación de Kellgren y Lawrence………………………………………..


CAPÍTULO III: EVALUACIÓN FISIOTERAPÉUTICA

3.1. Anamnesis………………………………………………….…………………..

3.2. Examen físico……………………………………..……………………………

3.3. Evaluación subjetiva…………………………………………………………….

3.3.1. Postura……………………………………………………………………………
3.3.2. Alteraciones de extremidades inferiores…………………………………………
3.3.2.1. Alteraciones torsionales…………………………………………………….
3.3.3.2. Alteraciones a nivel articular………………………………………………
3.3.3.3. Exploración del pie y tobillo………………………………………………
3.4. Evaluación objetiva………………………………………………………………….
3.4.1. Palpación………………………………………………………………………
3.4.1.1. Palpación ósea……………………………………………………………..
3.4.1.2. Palpación partes blandas…………………………………………………..
3.4.2. Dolor…………………………………………………………………………….

3.4.3. Diferencia de longitud de miembros inferiores…………………………………..

3.4.4. Amplitud del movimiento


articular………………………………………………..

3.4.5. Pruebas funcionales ……………………………………….……………………

3.4.5.1. Test de Impingement…………………………………………………………

3.4.5.2. Test de Faber o prueba de Patrick……………………………………………

3.4.5.3. Maniobra de Thomas.…………………………………………………………

3.4.5.4. Prueba de Stinchfied………………………………………………………….


3.4.5.5. Maniobra Trendelemburg……………………………………………………..
3.4.6. Marcha……………………………………………………………………………..

CAPÍTULO IV: TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO

4.1.

4.2.

CONCLUSIONES…………………………………………………………………….

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………….…...............

ANEXOS………………………………………………………………………………

ANEXO 1: ………………………………….…………………………………………

ANEXO 2: …………………….………………………………………………………

ANEXO 3: ……………………………………………………………….……………

ANEXO 4: ………………………………………………………….…………………
INTRODUCCION

La artrosis también llamada osteoartritis es la enfermedad articular degenerativa del


cartílago articular de la cadera, que se presenta en forma primitiva o secundaria en
adultos.(1.1) La prevalencia de la artrosis de cadera se incrementa con la edad ,varía
según los estudios, entre el 1-3% en menores de 50 años y entre el 3,5-5,6% en mayores
de 50 años.(2.2) Como trastorno degenerativo, la artrosis de cadera puede afectar
cualquier articulación y afecta principalmente al cartílago articular y los tejidos
circundantes.(3) La artrosis se puede clasificar en términos generales en tipos
primarios el cual se considera que esta se debe a una transmisión hereditaria y puede
coexistir con artrosis en la mano, la columna vertebral y la rodilla y secundarios en el
que se observa alteraciones patológicas previas, que pueden ser congénitas o adquiridas.
(2.4) Las características asociadas incluyen un componente de rigidez que limita la
capacidad para sentarse, pararse, caminar y ponerse las medias y los zapatos. Estos
síntomas fluctúan en gravedad y a menudo empeoran en las primeras horas de la
mañana y son exacerbados por las actividades con apoyo de peso. Un hallazgo físico
temprano muy frecuente asociado con artrosis de la cadera es la perdida de rotación
interna. (2.3)La articulación de la cadera es una de las articulaciones que soportan peso
más grande del cuerpo, solo secundario a la articulación de la rodilla, y comúnmente se
ve afectada por la artrosis. (6)En cuanto a realizar un plan de tratamiento
fisioterapéutico, actualmente carecemos de datos que nos permitan establecer cuáles son
los programas de ejercicios más eficaces. Los ensayos clínicos se han realizado en
contextos muy diferentes y con ejercicios muy variados lo que sugiere que hay varias
opciones que pueden ser válidas. (7) Es por eso que en presente trabajo abordaremos un
plan de tratamiento fisioterapéutico para la artrosis de cadera teniendo como base las
características clínicas de la enfermedad, los objetivos en el que nos enfocamos son
reducir el dolor, mejorar la capacidad funcional y la calidad de vida y aumentar el nivel
de actividad física. De acuerdo con las pautas de artrosis, la educación del paciente y el
ejercicio individualizado son tratamientos básicos. (8)Describiremos los métodos,
técnicas y ejercicios fisioterapéuticos utilizados en el proceso de recuperación del
paciente.
CAPÍTULO I: ANATOMIA Y BIOMECANICA COXOFEMORAL
1.1 Articulación coxofemoral
La articulación coxofemoral es una unión diartrósica. Es la articulación que enlaza el
coxal con el fémur. Une la cabeza del fémur con la cavidad cotiloidea del coxal, la cual
esta agrandada por un fibrocartílago (rodete). El rodete amplía la cavidad para la
recepción de la cabeza del fémur (no obstante, este rodete es más pequeño que el del
hombro).Tiene cartílago hialino que recubre la cabeza del fémur y la cara semilunar (la
zona articular de la cavidad cotiloidea). La cabeza esta revestida por dicho cartílago,
excepto en la fosa del ligamento redondo. La capsula es una envoltura que protege la
articulación, la aísla y la cubre totalmente. En la parte posterior llega hasta la unión de
los dos trocánteres, y por delante solo hasta el cuello.

1.2. Capsula articular y Ligamentos de la cadera

La capsula articular de la cadera es fuerte y densa, contribuyendo a mantener la


estabilidad de la articulación .Por arriba se inserta en el margen acetabular ,5-6mm por
fuera del rodete acetabular, y por debajo llega hasta la línea intertrocanterica por la cara
anterior.

Por su cara posterior, sin embargo, forma un arco de forma que solo cubre el cuello de
forma parcial .De esta forma, el cuello femoral es intracapsular por delante pero
extracapsular por su cara posterior. La porción anterior de la capsula esta reforzada por
dos grandes ligamentos: el iliofemoral y el pubofemoral .Por detrás, la cápsula articular
esta reforzada por el ligamento isquiofemoral.

El ligamento iliofemoral , también denominado ligamento Y de Bigelow , tiene forma


de abanico. Nace en la porción inferior de la espina iliaca anteroinferior, y desde allí se
proyecta en forma de abanico hasta la línea intertrocantérea. Las fibras de este
ligamento se tensan cuando la cadera está en extensión, constituyendo un freno a la
extensión de la cadera.

El ligamento pubofemoral cubre la zona inferior y medial de la cara anterior de la


capsula articular. Nace de la porción púbica del acetábulo. La fibras de este ligamento
se tensan en la extensión y abducción de la cadera.Por último, el ligamento
isquiofemoral refuerza la cara posterior de la capsula articular .Nace en la porción
isquiática del anillo acetabular. Cubre, en forma de abanico, la cara posterior de la
articulación. La capsula articular se encuentra tapizada en su zona interna por la
membrana sinovial, que recubre toda la zona cubierta por la capsula articular. El
ligamento redondo está rodeado por una vaina sinovial, independiente de la sinovial de
la articulación.

1.3. Vascularización

La vascularización de la cabeza femoral básicamente proviene de la arteria circunfleja


femoral medial y de sus ramas, haciendo hincapié en su rama profunda que discurre
profunda a los músculos rotadores pelvitrocantéricos. El papel de la arteria circunfleja
femoral lateral es mucho menor del mismo modo que su riesgo de lesión, que en
procesos quirúrgicos también disminuye debido a que la mayoría de abordajes sobre
esta articulación afectan a la región posterior.

Arteria circunfleja femoral medial

Es la arteria principal en la vascularización de la cabeza y cuello femoral. Rama de la


arteria femoral profunda (83%) o de la arteria femoral común (27%) está formada
normalmente por cinco ramas: ascendente, descendente, acetabular, superficial y
profunda.

La rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial es la principal arteria


responsable de la vascularización de la cabeza y cuello femorales. Se origina medial,
entre los tendones del músculo pectíneo e ilio-psoas, a lo largo del borde inferior del
musculo obturador externo. Posteriormente, la rama profunda se divide originando la
rama ascendente de la arteria cincunfleja femoral medial, la cual se dirige en
profundidad en el espacio entre el límite proximal del musculo cuadrado femoral y el
músculo gémino inferior. Discurre anteriormente a los tendones de ambos géminos y
del músculo obturador interno. A continuación, perfora la capsula a nivel del tendón del
musculo gémino superior y da origen a entre dos y cuatro ramas retinaculares
intracapsulares. Estos vasos retinaculares, provienen de la rama profunda de la arteria
circunfleja medial, por lo que son susceptibles de que sean lesionadas en el momento de
la realización de abordajes posteriores de la cadera o en la práctica de portales
artroscópicos posteriores de dicha articulación.

Arteria circunfleja femoral lateral


La arteria circunfleja femoral lateral tiene una participación mucho menos importante
en la vascularización del cuello y cabeza femorales. Nace en la mayoría de casos de la
arteria femoral profunda. Desde este punto se dirige lateralmente pasando en
profundidad al músculo recto anterior. A este nivel da origen a ramas tanto para este
músculo como para la capsula anterior de la articulación coxofemoral y el vasto externo
del cuádriceps al cual rodea anastomosándose, en la extremidad superior del cuello con
la rama profunda de la arteria circunfleja femoral medial.

1.3.2. Nervios

Los nervios que entran en la extremidad inferior desde el abdomen y la pelvis son ramos
terminales del plexo lumbosacro situados sobre la pared posterior del abdomen y las
paredes posterolaterales de la pelvis.

El plexo lumbar está formado por los ramos anteriores de los nervios espinales L1 a L3
y parte de L4. El resto del ramo anterior de L4 y el ramo anterior de L5 se combinan
para formar el tronco lumbosacro, que entra en la cavidad pélvica y se une a los ramos
anteriores de S1a S3 y parte de S4 para formar el plexo sacro.

1.3.3. Arterias

1.3.3.1. Arteria femoral

La principal arteria que irriga la extremidad inferior es la arteria femoral, que es la


continuación de la arteria iliaca externa en el abdomen. La arteria iliaca externa se
convierte en arteria femoral cuando el vaso pasa por debajo del ligamento inguinal hasta
entrar en el triángulo femoral en la cara anterior del muslo. Sus ramas irrigan la mayor
parte del muslo y la totalidad de la pierna y el pie.

1.3.3.2. Arterias glúteas superior e inferior y arteria obturatriz

Las arterias glúteas superiores e inferiores se originan en la cavidad pélvica en forma de


ramas de la arteria iliaca interna e irrigan la región glútea. La arteria glútea superior deja
la pelvis a través del agujero ciático mayor por encima del músculo piriforme, y la
arteria glútea inferior la deja a través del mismo agujero, pero por debajo del musculo
piriforme.

La arteria obturatriz también es una rama de la arteria iliaca interna en la cavidad


pélvica y atraviesa el conducto obturador hasta entrar e irrigar el compartimiento medial
del muslo. Las ramas de las arterias femorales, glútea inferior, glútea superior y la
arteria obturatriz, justo a ramas procedentes de la arteria pudenta interna del periné, se
interconectan hasta formar una red anastomótica en la parte superior del muslo y la
región glútea. La presencia de estos conductos anastomóticos puede proporcionar
circulación colateral cuando se interrumpe uno de los vasos.

1.3.4. Venas

Las venas que drenan la extremidad inferior forman grupos superficial y profundo.

La venas profundas suelen seguir a las arterias (femoral, glútea superior, glútea inferior
y obturatriz). La principal vena profunda que drena la extremidad es la vena femoral. S
e convierte en la vena iliaca externa cuando pasa por debajo del ligamento inguinal para
entrar en el abdomen.

Las venas superficiales se localizan en el tejido conjuntivo subcutáneo y están


interconectadas con venas profundas en las cuales drenan. Las venas superficiales
forman dos conductos principales: la vena safena mayor y la vena safena menor. Ambas
se originan en el arco venoso dorsal del pie.

La vena safena mayor se origina en la parte medial del arco venoso dorsal y después
asciende por la cara medial de la pierna, la rodilla y el muslo para conectar con la vena
femoral justo por debajo del ligamento inguinal.

La vena safena menor se origina en la parte lateral del arco venoso dorsal, asciende
hacia la superficie posterior de la pierna y después penetra en la fascia profunda para
unirse a la vena poplítea por detrás de la rodilla; proximal a esta, la vena poplítea se
convierte en la vena femoral.

1.4. Inervación

La inervación de la articulación de la cadera depende del plexo lumbar a través de las


ramas de los nervios obturador y femoral, así como del plexo sacro a través de las ramas
del nervio glúteo superior y del nervio del músculo cuadrado femoral, con raíz en L2 a
S1. Es un típico ejemplo de inervación articular en el que la inervación de la
articulación deriva de los mismos nervios que inervan la musculatura que cruza la
articulación. La inervación articular consta de fibras nerviosas sensoriales, que
transmiten información propioceptiva, y de fibras vasomotoras. En los casos de
luxación posterior de la cadera, el nervio ciático y otros de la región posterior de la
cadera resultan a veces tensados por encima de la cabeza del fémur o quedan dañados.
La lesión del nervio glúteo superior provoca el colapso de la pelvis del lado opuesto
cuando se levanta la pierna debido a la parálisis de los músculos glúteos medio y menor
(signo positivo de Trendelenburg).La enfermedad primaria de la articulación de la
cadera suele manifestarse con dolor referido en la rodilla debido a que de los mismos
nervios salen ramas que inervan esta articulación.

1.5. Músculos de la articulación de cadera

A nivel profundo de la región glútea se halla la articulación coxofemoral o de la cadera.


Es una articulación multiaxial capaz de realizar movimientos en muchas direcciones.
Para generar estos movimientos se halla dispuesta una compleja estructura de músculos
en torno a la articulación para actuar sobre el muslo. Hay que recordar que durante la
ejecución de muchos de estos movimientos, la articulación de la cadera soporta el, peso
del cuerpo y lo transmite a través de las extremidades inferiores hasta el suelo.

Por lo tanto los músculos que rodean la articulación desempeñan un papel doble. La
articulación de cadera está rodeada por todas partes de músculos que son mucho más
gruesos y fuertes en torno a las caras posteriores y lateral, por lo que en consecuencia la
articulación parece estar cerca de la parte anterior de la región.

Músculos de la cadera según su acción

Flexión

 Glúteo mayor
 Semitendinoso
 Semimembranoso
 Bíceps femoral
Extensión

Abducción

 Glúteo mayor
 Glúteo medio
 Glúteo menor
 Tensor de la fascia lata
Aducción

 Aductor mayor
 Aductor largo
 Aductor corto
 Recto interno
 Pectíneo
Rotación interna

 Glúteo menor ( porción anterior)


 Glúteo medio ( porción anterior)
 Tensor de la fascia lata
 Psoas mayor
 Ilíaco
Rotación Externa

 Glúteo mayor
 Piriforme
 Obturador interno
 Gemino superior
 Gemino inferior
 Cuadrado femoral
 Obturador externo

1.6. Biomecánica de la cadera

La cadera es la articulación proximal del miembro inferior, situada en su raíz su función


es orientarlo en todas las direcciones del espacio, para lo cual posee tres ejes y tres
grados de libertad.

 Un eje transversal, situado en el plano frontal, alrededor del cual se ejecutan los
movimientos de flexo-extensión.
 Un eje anteroposterior, en el plano sagital, que pasa por el centro de la
articulación alrededor del cual se efectúan los movimientos de abducción-
aducción.
 Un eje vertical, que se confunde con el eje longitudinal del miembro inferior
cuando la cadera está en una posición de alineamiento. Este eje longitudinal
permite los movimientos de rotación externa y rotación interna.

Los movimientos de la cadera los realiza una sola articulación: la coxofemoral, en


forma de enartrosis muy coaptada. En consecuencia la articulación coxofemoral tiene
menos amplitud de movimiento compensada en cierta medida por el raquis lumbar; en
cambio es mucho más estable resultando ser la articulación más difícil de luxar de todo
el cuerpo.
La actividad de cadena abierta de la articulación de la cadera se caracteriza por un
movimiento femoral sobre pélvico, mientras que la función de cadena cerrada a menudo
da como resultado un movimiento pélvico sobre femoral. El movimiento femoral sobre
pélvico se denominará cadena abierta y el movimiento pélvico sobre femoral como
cadena cerrada. 
Flexión:
Osteocinemática
 La flexión de cadera es el movimiento que produce el contacto de la cara
anterior del muslo con el tronco, de forma que el muslo y el resto del miembro
inferior sobrepasan el plano frontal de la articulación, quedando por delante el
mismo.
 El movimiento se efectúa en el plano sagital que pasa por el centro de la cabeza
femoral. Se localiza en la intersección de los planos frontal y transversal que
pasan por el centro de la cabeza femoral.

Artrocinemática

 La cabeza femoral durante el movimiento de flexión realiza un deslizamiento


inferior en el plano sagital.
 Fémur móvil es el caso más frecuente, la cabeza pivota en el acetábulo. Este
movimiento tiende a provocar una retroversión de la pelvis. Hueso coxal móvil
es el movimiento de anteversión de la pelvis .Hay que distinguir este
movimiento que aisladamente produce una ligera flexión de cadera asociada a
un aumento de la curva lumbar, del movimiento efectuado por el fémur que
implica una retroversión de la pelvis. La amplitud es de 100° a 110°
aproximadamente más allá implica participación lumbopelvica.
 La flexión activa de la cadera no es tan amplia como la pasiva. La posición de la
rodilla también interviene en la amplitud de la flexión, cuando la rodilla está
extendida, la flexión no supera los 90º mientras que cuando la rodilla esta
flexionada alcanza e incluso sobrepasa los 120º.
 En cuanto a la flexiona pasiva, su amplitud supera siempre los 120º pero de
nuevo la posición de la rodilla es importante; si está extendida, la flexión es
mucho menor que cuando esta flexionada; en este último caso la amplitud
sobrepasa los 140º y el muslo contacta casi totalmente con el tórax.

Miocinemática
 Los músculos flexores de la cadera son aquellos situados por delante del plano
frontal que pasa por el centro de la articulación, todos ellos pasan por delante del
eje de flexoextensión.
 En la extensión de la cadera todos los ligamentos se tensan, puesto que se
enrollan en el cuello femoral. Sin embargo de entre todos ellos el haz
iliopretocatèreo del ligamento de Berlín es el que más se tensa, debido a su
posición casi vertical; por lo tanto es este principalmente el que limita la
retroversión pélvica.
 Los principales músculos flexores de la cadera son el musculo iliopsoas, el recto
femoral y el sartorio. El musculo iliopsoas se compone realmente de dos
músculos, el iliaco y el psoas, que convergen para formar un único tendón que se
inserta en trocánter menor. El músculo recto femoral cruza tanto la articulación
de la cadera como la rodilla. Su origen se sitúa en la espina iliaca anteroinferior,
descendiendo por la cara anterior del muslo hasta insertarse en la tuberosidad
tibial. El músculo sartorio nace en espina iliaca anterosuperior y también cruza
la articulación de la cadera y rodilla para insertarse en el aspecto medial d la
tuberosidad de la tibia, formando parte del tendón anserino. La inervación de
estos músculos proviene del nervio femoral, que está formado por fibras
nerviosas de las raíces L2, L3 yL4.

Extensión:
Osteocinemática
 Es un movimiento en el que el muslo se desplaza por detrás del plano frontal de
referencia, Si se invierte el punto fijo, se trata de una retroversión de la pelvis.
El plano y eje son idénticos a los de la flexión.
 La amplitud de la extensión de la cadera es mucho menor que la de la flexión;
estando limitada por la tensión del ligamento iliofemoral.

Artrocinemática
 Durante el movimiento de extensión la cabeza femoral realiza un deslizamiento
superior en el plano sagital.
 Fémur móvil la cabeza pivota igual que en la flexión, hueso coxal móvil es el
movimiento de retroversión de la pelvis .Abre el ángulo pelvifemoral hacia
delante .Igual que en la flexión hay que distinguir este hecho, aislado del
movimiento efectuado por el fémur que implica una anteversión de la pelvis.
 La amplitud articular oscila entre 0° y 20° según las personas; es un movimiento
de escasa amplitud, sobre todo en las personas poco flexibles. Al contrario que
la flexión, varía con la edad y pasa de 40° a los dos años, a 10°- 20° en el adulto
joven y ameno de 5 °-10 ° en el anciano.
 La extensión activa es de menor amplitud que la extensión pasiva. Cuando la
rodilla está extendida la extension es mayor que cuando esta flexionada, esto se
debe a que los músculos isquiotibiales pierden totalmente su eficacia como
extensores de cadera, puesto que han utilizado gran parte de su fuerza de
contracción en la flexión de rodilla.
 La extensión pasiva no es más que de 20º en el paso hacia delante; alcanza los
30º cuando el miembro inferior se sitúa muy hacia atrás.

Miocinemática
 Los músculos extensores de la cadera están situados por detrás del plano frontal
que pasa por el centro de la articulación, plano que contiene el eje transversal de
flexoextensión.
 En la flexión de cadera todos los ligamentos se distienden tanto el isquiofemoral
como el pubofemoral como el iliofemoral.
 Los principales músculos extensores de la cadera son glúteo mayor, aductor
mayor, aductor corto, bíceps femoral, semitendinoso, semimembranoso.

Abducción:
Osteocinemática
 La abducción dirige el miembro inferior hacia fuera y lo aleja del plano de
simetría del cuerpo.
 La abducción está limitada por el impacto óseo del cuello del fémur con la ceja
cotiloidea aunque antes de que esto ocurra intervienen los músculos aductores y
los ligamentos ilio y pubofemorales.

Artrocinemática
 Durante el movimiento de abducción la cabeza femoral realiza un deslizamiento
anterior en el plano transversal.
 Fémur móvil, la cabeza pivota en el acetábulo sin otro componente. Es un
movimiento de separación del muslo, claramente visible, pero de amplitud
escasa. Suele implicar una elevación del mismo lado de la pelvis. Hueso coxal
móvil, es un movimiento de inclinación del mismo lado de la pelvis (elevación
de la cadera contralateral).La amplitud es alrededor de 45°.

Miocinemática
 Son músculos generalmente situados por fuera del plano sagital que pasa por el
centro de la articulación y cuyo trayecto discurre por fuera y por arriba del eje
anteroposterior.
 El ligamento pubofemoral se tensa considerablemente mientras que el haz
iliopretrocantèreo se distiende, al igual que el haz iliopretrocantino, pero este
último en menor grado. En cuanto al ligamento isquiofemoral únicamente
visible en una vista posterior se tensa durante la abducción.
 Los principales músculos abductores de la cadera son los glúteos menor, glúteo
medio mediano (principal abductor de cadera se puede palpar con el paciente en
decúbito lateral realizando abducción de la pierna libre), glúteo mayor,
piriforme, cintilla iliofemoral y el tensor de la fascia lata (puede contribuir
también en la abducción, pero solo cuando la cadera se halla en flexión).

Aducción:
Osteocinemática
 La aducción lleva el miembro inferior hacia dentro y lo aproxima al plano de
simetría del cuerpo. Dado que en la posición de referencia ambos miembros
inferiores están en contacto no existe movimiento de aducción pura.
 Sin embargo existen movimientos de aducción relativa cuando a partir de una
posición de abducción el miembro inferior se dirige hacia dentro. Si se invierte
el punto fijo, se trata de un descenso de la hemipelvis contralateral. Plano y eje
iguales que en la abducción.

Artrocinemática
 Durante el movimiento de aducción la cabeza femoral realiza un deslizamiento
posterior en el plano transversal.
 Fémur móvil, la cabeza pivota en el acetábulo ,este movimiento tiende a
provocar un descenso de la hemipelvis homolateral .Hueso coxal móvil , es un
movimiento de inclinación de la hemipelvis contralateral( descenso de la
hemipelvis opuesta).Este tipo de movilidad es visible durante la marcha
lenta .En este caso, el equilibrio de los brazos de palanca entre los
apoyos(centro de gravedad /músculos estabilizadores laterales) necesita una
ligera traslación lateral de la pelvis hacia el lado de la carga. La amplitud es de
30° aproximadamente, es decir, dos tercios de la abducción. Si la aducción se
combina con flexión, la amplitud alcanza 40°; si se combina con extensión,
disminuye a 20°.
Miocinemática
 Los músculos aductores de la cadera se localizan generalmente por dentro del
plano sagital que pasa por el centro de la articulación. La dirección de estos
músculos pasa por debajo y por dentro del eje anteroposterior de abducción-
aducción situado en dicho plano sagital.
 En la posición normal de alineación en la que los ligamentos anteriores están
moderadamente tensos, es sencillo constatar que: el haz iliopretrocantèreo se
tensa y el ligamento pubofemoral se distiende. En cuanto al haz
iliopretrocantiniano se tensa ligeramente. En cuanto al ligamento isquiofemoral,
únicamente visible en una vista posterior se distiende durante la aducción.
 Los músculos aductores son, el aductor mayor (palpable con el paciente en
decúbito supino, abducción y rotación externa de la cadera), aductor largo,
aductor corto, recto interno, glúteo mayor, pectíneo, piriforme, cuadrado femoral
y sartorio.
Rotaciones:
Osteocinemática
 Los movimientos de rotación longitudinal de la cadera se realizan alrededor del
eje mecánico del miembro inferior. En la posición normal de alineamiento, este
eje se confunde con el eje vertical de la articulación coxofemoral.
 En estas condiciones, la rotación es el movimiento que dirige la punta del pie
hacia afuera, mientras que la rotación interna dirige la punta del pie hacia dentro.
 Cuando la rodilla está totalmente extendida no existe ningún movimiento de
rotación en la misma, siendo la cadera en este caso la única responsable de los
movimientos de rotación.
 La amplitud de las rotaciones depende del ángulo de anteversión del cuello
femoral.
 Cuando la cadera realiza una rotación externa la línea intertrovantèrea anterior
se aleja de la ceja cotiloidea; de forma que todos los ligamentos anteriores de la
cadera están tensos y que por tanto la tensión es máxima en los haces cuya
dirección es horizontal, es decir el haz iliopretrocantèreo y el ligamento
pubofemoral.

Artrocinemática
 Rotación externa: en el movimiento de rotación externa la cabeza femoral realiza
un deslizamiento superior en el plano frontal.Fémur móvil, la cabeza pivota en el
acetábulo .Hueso coxal móvil, es un movimiento denominado rotación pélvica.
Si el fémur esta fijo y la hemipelvis contraria retrocede, se considera la actividad
de la marcha: en el desplazamiento hacia delante, el pie permanece paralelo a sí
mismo, y la hemipelvis homolateral avanza y abre el ángulo de rotación lateral.
 Rotación interna: en el movimiento de rotación interna la cabeza femoral realiza
un deslizamiento inferior en el plano frontal.Fémur móvil, la cabeza pivota en el
acetábulo, su cuello se orienta más en el eje acetabular. Hueso coxal móvil, es la
rotación pélvica en sentido contrario: durante el semipaso posterior, el pie
permanece aproximadamente paralelo a sí mismo, y el pivote de la pelvis
(avanza del lado contrario) provoca una rotación medial del lado implicado.
Miocienmática:
 Por el contrario, en la rotación interna todos los ligamentos anteriores se
distienden y en particular el haz iliopretrocantèreo y el ligamento pubofemoral,
mientras que le ligamento isquiofemoral se tensa.
 Rotación externa: Los rotadores externos de la cadera son numeroso y potentes,
su trayectoria cruza detrás del eje vertical de la cadera. La rotación externa
depende de los músculos, glúteo mayor, glúteo medio, aductor corto, piriforme,
obturador interno, géminos superior e inferior, cuadrado femoral, bíceps
femoral.
 Rotación interna: Los rotadores internos son menos numeroso y su potencia es
tres veces menor; la trayectoria de estos músculos pasa por delante del eje
vertical de la cadera .Los rotadores internos de la cadera son, iliaco, glúteo
menor, glúteo medio (porción ventral y lateral), tensor de la fascia lata, sartorio,
semitendinoso.
CAPÍTULO II: ARTROSIS

2.1. Definición

La artrosis es definida como un proceso degenerativo articular que se produce como


consecuencia de trastornos mecánicos y biológicos que desestabilizan el equilibrio entre
la síntesis y la degradación del cartílago articular, estimulando el crecimiento del hueso
subcondral y con la presencia de sinovitis crónica de intensidad leve. Según el
American College of Rheumatology, la artrosis puede definirse como un grupo
heterogéneo de condiciones que conducen a síntomas y signos articulares que se asocian
con defectos en la integridad del cartílago articular, además de cambios relacionados
con el hueso subcondral y con los márgenes articulares. La artrosis afecta a todas las
estructuras de la articulación, incluyendo el hueso subcondral, los meniscos, los
ligamentos, la cápsula articular, la membrana sinovial y el músculo periarticular , sin
efectos sistémicos, y se caracteriza clínicamente por la presencia de dolor y limitación
de la función articular, crepitación y posible derrame.

2.2. Etiología

La etiología de la artrosis de cadera ha sido un tema de gran interés durante muchas


décadas. Gran parte de nuestra comprensión de la epidemiología de la osteoartritis
comenzó con estudios poblacionales transversales realizados por Kellgren y Lawrence
en Gran Bretaña durante la década de 1950. Las evaluaciones de este estudio se basaron
en radiografías únicas de la mano, la columna vertebral, las caderas, las rodillas y los
pies. En 1953, Harrison publicó un artículo que describía el estudio de la naturaleza y
evolución de la enfermedad. Esta investigación fue una investigación extensa basada en
exámenes post mortem de muestras de cadera que iban desde caderas normales hasta
aquellas con osteoartritis severa (91 muestras; rango de edad: 0 a 100), y muchas
muestras tenían radiografías en serie disponibles para revisar a medida que su
enfermedad había progresado con el tiempo. . Harris, en 1986, describió la etiología de
la artritis secundaria de cadera con gran detalle después de revisar radiografías de
pacientes con la denominada osteoartritis idiopática. Este estudio llegó a la conclusión
de que existe una forma característica de la cabeza y el cuello femoral asociada con una
mayor incidencia de enfermedad degenerativa de las articulaciones de la
cadera. Además, se observó que trabajos anteriores encontraron una alta prevalencia de
displasia acetabular no reconocida en pacientes con osteoartritis idiopática de cadera
previamente diagnosticada.

Su etiología es multifactorial e involucra la interacción de factores de riesgo sistémicos


(edad, género, niveles hormonales, factores genéticos, nutrición), factores de riesgo
intrínsecos (variantes anatómicas, debilidad muscular, mala alineación, laxitud articular)
y factores de riesgo extrínsecos (actividades físicas repetitivas y obesidad).

2.2.1. Factores de riesgo a nivel sistémico

Edad
La correlación no es lineal; el incremento es exponencial a partir de los 50 años. La
localización de la artrosis varía con la edad. Entre los mecanismos que explican la
asociación entre el envejecimiento y la artrosis se incluyen pequeños cambios
anatómicos de las articulaciones y alteraciones biomecánicas o bioquímicas en el
cartílago articular que comprometen sus propiedades mecánicas. Se han confirmado los
siguientes cambios en el cartílago:1) descenso en el número de células, 2) aumento de la
distensibilidad, lo cual propicia el contacto entre las dos superficies articulares; 3)
mayor facilidad para inducir fatiga en la red de colágeno, lo que favorece su rotura; 4)
disminución del contenido de agua; 5) aumento del contenido total den}
glucosaminoglucanos, principalmente a expensas del keratán- sulfato; también se
registra mayor cantidad de condroitín 6–sulfato que de condroitín 4-sulfato, y 6)
aumento de la cantidad de ácido hialurínico.

Género
La prevalencia de artrosis de cadera es mayor entre los hombres menores de 50 años,
mientras que las mujeres tienen la prevalencia más alta después de los 50 años. Este
hallazgo puede atribuirse a cambios posmenopáusicos y está respaldado por
observaciones de múltiples estudios que informan efectos protectores de la terapia de
reemplazo de estrógenos y la artrosis de cadera.
El género femenino sirve para amplificar el aumento relacionado con la edad en el
riesgo de aparición de OA en la mano y la rodilla y en múltiples articulaciones, también
conocida como "artrosis generalizada". Por el contrario, la frecuencia de la artrosis de
cadera aumenta con la edad al mismo ritmo en mujeres y hombres. Sin embargo, la
artrosis de cadera parece progresar más rápidamente en las mujeres.

Genética
Varios estudios sugieren que la genética tiene un papel importante en la etiopatogenia
de la artrosis de cadera.
Si las personas con un familiar afectado por una enfermedad tienen un mayor riesgo de
desarrollar también esa enfermedad en comparación con la población general, es posible
que la enfermedad tenga un componente hereditario. La heredabilidad se refiere al
grado en que la variación genética determina la variación de un rasgo de interés, como
el desarrollo de la artrosis. En la artrosis, se ha estimado que el riesgo de recurrencia
entre hermanos es de 2,08 a 2,31 para la artrosis radiográfica de rodilla y de 4,27 a 5,07
para la artrosis radiográfica de la cadera. Los estudios clásicos de gemelos y estudios
familiares también han investigado la contribución genética al volumen del cartílago, la
progresión de la enfermedad, el cambio en la fuerza muscular de las extremidades
inferiores y las puntuaciones de dolor informadas.

Factores nutricionales
Los condrocitos producen diferentes tipos de oxígeno reactivo que puede dañar el
colágeno y el hialuronato del cartílago y líquido articular respectivamente. El consumo
de dietas ricas en agentes antioxidantes podría tener un efecto protector en la artrosis,
aunque de momentos los resultados son contradictorios. Algunos datos apuntan a que
mantener bajos niveles de vitamina D se relaciona con la presencia de artrosis de la
cadera. Las vitaminas C y E que poseen un efecto antioxidante y la vitamina K podrían
asociarse a un efecto reductor de la progresión de la artrosis de rodilla, aunque los
resultados son contradictorios. Unos niveles bajos de selenio medidos en las uñas se
asocian a una mayor incidencia de artrosis en la rodilla radiológica, sintomática y
bilateral.

2.2.2. Factores de riesgo intrínsecos

Malformaciones congénitas o adquiridas y traumatismos


Toda modificación de la arquitectura de una estructura articular que causa un exceso de
fuerza mecánica puede constituir un factor de riesgo de artrosis. Esta situación se ilustra
bien en las coxartrosis secundarias por una epifisiólisis de la cabeza femoral o de una
displasia del techo cotiloideo. Los traumatismos articulares severos, particularmente en
la rodilla, pueden causar lesión de los ligamentos, de los meniscos y del cartílago, y son
factores de riesgo bien identificados de artrosis a posteriori.
La desaxación de los miembros inferiores genera una anomalía de la repartición de las
fuerzas mecánicas en la rodilla: el genu varum o el genu valgum aumentan
respectivamente las fuerzas de presión en los compartimientos interno y externo. Si no
ha sido claramente establecido que la desaxación es un factor de riesgo para desarrollar
una gonartrosis, por el contrario, si se ha demostrado que constituye un factor de
progresión en una artrosis prexistente.

La deformidad de la articulación altera el reparto de la carga sobre los diferentes tejidos


articulares y se asocia al desarrollo de artrosis. La displasia acetabular y el síndrome del
choque femoroacetabular de la cadera, ya sea tipo CAM ; (el cual se produce por una
anormalidad de la cabeza femoral que consiste en un abultamiento o joroba en la zona
de transición entre cabeza y cuello femoral y que en los movimientos de flexión choca
contra el borde anterosuperior del acetábulo, provocando una lesión en el cartílago
articular del acetábulo y en el labrum acetabular, algunas casos la causa más probable
pueden ser alteraciones durante el crecimiento y desarrollo, como por ejemplo, la
epifisiolisis, en ocasiones mínima, subclínica, que produce una disminución de la
concavidad normal existente a nivel de la unión cabeza-cuello anterio) o PINCER;( es
un exceso de cobertura de la cabeza femoral que cuando se produce los movimientos de
flexo-extensión y/o rotaciones produce un impacto del borde acetabular sobre el cuello
femoral lo que a su vez produce un desgarro o ruptura intra sustancial del labrum) se
asocian a artrosis de cadera.

Se relacionan con secuelas de osteocondritis juvenil, epifisiolisis, luxación o


subluxación congénita y fractura del extremo superior del fémur o del acetábulo. La
osteonecrosis aséptica de la cadera, las coxitis sépticas o inflamatorias, al igual que
algunas desigualdades considerables de longitud de los miembros inferiores, también
pueden complicarse con una coxartrosis. La condrocalcinosis articular se asocia con
frecuencia a una poliartrosis. Las coxartrosis adoptan más bien una forma atrófica de
evolución rápida, mientras que en la hiperostrosis anquilosante vertebral suelen ser
protusivas, de forma hipertrófica y casi siempre de progresión lenta. Frente a una
coxartrosis unilateral incipiente en una persona joven sin un factor predisponente
particular, habrá que pensar en una condromatosis sinovial.

Mala alineación articular.

La deformidad en varo de la rodilla se asocia al desarrollo de artrosis y deterioro del


cartílago del compartimiento medial. Se produce un círculo vicioso, en el cual la
deformidad articular produce una disminución del espacio articular medial que
provocará el aumento de la deformidad, alterando la distribución de las cargas y
favoreciendo la progresión de la artrosis.

Fuerza muscular

La obesidad, la pérdida del eje de la articulación de los miembros, una inestabilidad o


una debilidad muscular son igualmente factores reconocidos de progresión de la artrosis
de cadera. Las lesiones en la rodilla se relacionan con la aparición de artrosis,
consecuencia de la falta de movilidad y atrofia del cuádriceps, sin embargo, un
cuádriceps potente en rodillas con laxitud ligamentaria o con mala alineación articular
puede determinar un adelgazamiento del cartílago patelofemoral.
Discrepancia de longitud entre los MMII.

Depende de la magnitud de la discrepancia, oblicuidad pélvica y desviación de columna


vertebral y contracturas. Causas de crecimiento asimétrico, idiopática, defectos
congénitos, traumatismos o infecciones que afecten a al cartílago de drecimiento,
cuadros de parálisis asimétrica, tumores, patologías que afecten al crecimiento óseo,
hipervascularización (fracturas, tumores).

2.2.3. Factores de riesgo extrínsecos

Factores ocupacionales y actividad física.

Cualquier actividad laboral que requiera la utilización repetitiva de una articulación


supone un incremento del riesgo para desarrollar artrosis, tener una peor morfología del
cartílago articular, especialmente si hablamos de articulaciones de los miembros
inferiores (MMII) en pacientes con sobrepeso u obesidad o que desempeñan trabajos
que requieran levantar pesos. En ellos es más frecuente tener imágenes alteradas de la
articulación patelofemoral en una resonancia magnetica. Si bien la actividad física
puede producir beneficios en las articulaciones al aumentar la masa muscular, y por
tanto fortalecerla sin aumentar el riesgo de artrosis, también puede ser potencialmente
perjudicial si existiera una zona dañada previamente.

Ciertas ocupaciones que involucran trabajo manual pesado y actividades deportivas de


alto impacto están relacionadas con artrosis en la cadera y otras articulaciones más
adelante en la vida.

Obesidad
El exceso de peso corporal es un factor de riesgo de artrosis no solo en las articulaciones
que soportan peso, sino también en la mano.
A pesar de los patrones de marcha alterados que intentan compensar el aumento de peso
corporal y la masa muscular y la fuerza relativamente reducidas, el aumento del IMC se
asocia con un aumento de las fuerzas de compresión en las articulaciones que soportan
peso, lo que predispone a alteraciones estructurales de la articulación sinovial. Sin
embargo, los mecanismos que relacionan la obesidad y la OA se extienden más allá de
las consecuencias de la carga articular alterada. Implica una mayor secreción de
diversas citocinas y adipocinas proinflamatorias por parte del tejido adiposo, lo que
promueve la inflamación sistémica de bajo grado e induce la expresión de enzimas
catabólicas, como las metaloproteinasas de la matriz. 

2.3. Epidemiologia

Como ocurre con la artrosis en general, la prevalencia de la artrosis de cadera se


incrementa con la edad. Varia, según los estudios, entre el 1-3% en menores de 50 años
y entre el 3,5-5,6% en mayores de 50 años. Sin embargo, alcanza el 10% en población
mayor de 80 años. La incidencia y la prevalencia de la artrosis de cadera varían entre
los estudios publicados, debido a la falta de consenso por la utilización de diferentes
criterios clínicos o radiológicos, además de la edad, sexo, o factores de riesgo.

Aunque son escasos los estudios de incidencia de la artrosis de cadera, los resultados
son variables. En un estudio realizado para detección de nuevos casos entre pacientes
remitidos por síntomas y artrosis radiológica grado 2-4 de Kellgren-Lawrence, la
incidencia de artrosis de cadera fue de 88/100.000 (95% IC: 75-101) personas al año,
siendo menor de 0,5% por año en mujeres entre los 70 y 89 años.

2.4. Fisiopatología

El reconocimiento de que la artrosis de cadera no solo afecta el cartílago articular ha


dado lugar a varios avances importantes en nuestra comprensión de las etapas de
progresión de la enfermedad.
A pesar de estar en el centro del daño del proceso artrítico al cartílago articular solo
suele ser asintomático. Es la constelación de cambios en el hueso subcondral, los
márgenes articulares y los tejidos paraarticulares que resultan en los síntomas familiares
típicos de la artrosis de la cadera como dolor, rigidez y deformidad articular. Daño del
cartílago ocurre a partir de una combinación de biomecánica y factores bioquímicos,
pero en última instancia los resultados de la enfermedad clínica por un desequilibrio
entre el daño y la reparación de este tejido.
La artrosis se caracteriza por la pérdida de la integridad estructural del cartílago
revestimiento de la superficie articular. Senescencia de los condrocitos dentro de la
matriz es evidente dentro del cartílago osteoartrítico y aumenta con la edad. El
agrecano y el colágeno existentes dentro del cartílago son degradados por proteasas.
Las moléculas de agregados son degradadas por un subgrupo de ADAMTS enzimas
(una desintegrina y metaloproteinasa con Motivos de trombospondina) contienen
actividad agrecanasa. Las fibras de colágeno se degradan por algunas de las MMP
(metaloproteinasas de matriz), por ejemplo, MMP-13 que son colagenasas.
Actividad de proteasa está modulada por citocinas y factores de crecimiento a
combinación de síntesis de matriz disminuida, matriz aumentada, degradación y
desgaste de las articulaciones, que soportan peso y conduce a la destrucción irreparable
del cartílago articular. Los procesos destructivos conducen a hinchazón, disminución del
impacto, propiedades absorbentes (conformidad), ablandamiento, fracturamiento,
fibrilación, ulceración y finalmente erosión del cartílago con exposición del hueso
subcondral (quemaduras). Los factores genéticos también contribuyen a la patogenia de
la OA. Vínculos entre el genotipo IL-6 y la susceptibilidad a la OA se ha encontrado y
se está investigando. A la respuesta de curación ocurre durante la cual el colágeno tipo 3
se establece sin embargo, esto no cumple y se forma fibrocartílago que carece de la
conformidad y propiedades absorbentes del tipo 2 (cartílago hialino). A partir de este
punto en el proceso de la enfermedad, las fuerzas son transmitidas al hueso subcondral
que conduce a un aumento, recambio óseo con esclerosis, formación de quistes y
osteofitos. El hueso que recubre los quistes o áreas de la necrosis avascular podría
colapsar provocando un aplanamiento de la cabeza femoral: un aspecto característico en
una avanzada artrosis de cadera. Esto se asocia con un dolor significativo de repentina
aparición que da como resultado una disminución del uso de la extremidad, pérdida de
masa muscular y fuerza alrededor de la articulación, permitiendo fuerzas anormales

biomecánicas a través de la articulación y, por lo tanto, alterando el órgano articular en


su conjunto.

2.5. Clasificación

Las artrosis se clasifican en primarias y secundarias, estas últimas las más frecuentes.

2.5.1. Artrosis primaria

Como su nombre lo indica, no existen causas que expliquen la aparición de la artrosis.


Se considera que esta se debe a una transmisión hereditaria y puede coexistir con
artrosis en la mano, la columna vertebral y la rodilla .Esta artrosis primitiva es también
llamada idiopática o esencial, es decir, no va precedida de alteración articular por otra
patología.

2.5.2. Artrosis secundaria


Es la que se observa en forma secundaria a alteraciones patológicas previas, que pueden
ser congénitas o adquiridas, por afecciones traumáticas, metabólicas, vasculares
endocrinas, etc. El común denominador de las artrosis secundarias es una situación
congénita de alteración del eje y de las relaciones articulares, juntas o separadas, o de
una enfermedad adquirida cuya secuela es una incongruencia articular con la
consiguiente alteración cartilaginosa.
2.6. Manifestaciones clínicas

El paciente con artrosis de la cadera típicamente experimentan un dolor que se instala de


forma insidiosa en la ingle y el muslo y que tiene una duración variable .En ocasiones el
dolor también puede irradiarse a las nalgas.

Las características asociadas incluyen un componente de rigidez que limita la capacidad


para sentarse, pararse, caminar y ponerse las medias y los zapatos. Estos síntomas
fluctúan en gravedad y a menudo empeoran en las primeras horas de la mañana y son
exacerbados por las actividades con apoyo de peso. Un hallazgo físico temprano muy
frecuente asociado con artrosis de la cadera es la perdida de rotación interna. La cadera
puede ser irritable en la amplitud pasiva de movimiento, sobre todo en el extremo de
rotación interna, lo que produce dolor en la ingle. A medida que la enfermedad progresa
el paciente puede desarrollar contractura en flexión de la cadera afectada y la oblicuidad
pelviana ulterior puede crear una desigualdad efectiva, real o de ambos tipos en la
longitud de la pierna.

Las anomalías potenciales de la marcha incluyen antalgia y una sacudida de los


aductores. Ambos patrones se desarrollan como mecanismo de reducción de las fuerzas
de reacción articular dolorosa con el apoyo de peso, pero una inclinación homolateral
del tronco también podría ser secundaria a la debilidad de los abductores. Ambos
patrones se desarrollan como mecanismo de reducación de las fuerzas de reacción
articular dolorosas con el apoyo de peso, pero una secundaria a la debilidad de los
abductores.

Se debe mencionar en forma especial el dolor de cadera en el paciente joven. La artrosis


es rara en este grupo etario, salvo que medie un traumatismo precipitante importante o
una displasia grave del desarrollo. Sin embargo, en un adulto joven con dolor se debe
realizar una radiografía para descartar la presencia de una displasia de cadera, que puede
conducir a una artrosis grave con el tiempo.

2.7. Diagnostico

De acuerdo con los criterios de American College of Rheumatology, el diagnóstico de


coxartrosis es estrictamente radioclínico. Hasta casi un 100% de los pacientes mayores
de 65 años presentan signos radiográficos y artrosis, solo un 30% de esas personas
padecen síntomas. Es necesario realizar una radiografía de la cadera y así establecer un
pronóstico sobre la gravedad de la misma. Se solicitara dos proyecciones:
anteroposterior en carga, para valorar el espacio articular y axial. Las proyecciones para
diagnosticar choque femoroacetabular incluye además la proyección anteroposterior con
30º de rotación externa y la proyección axial de Dunn (proyección axial con 40º flexión,
abducción de 20º y rotación externa del pie de 10º). Dentro de las características
radiológicas de la artrosis destaca un estrechamiento del espacio articular, osteofitos,
esclerosis subcondral, quistes óseos y deformidades.
El diagnóstico apenas requiere de pruebas complementarias, salvo en caso de tener que
evaluar una articulación para la realización de un posible reemplazo (prótesis) o bien
para establecer el diagnóstico diferencial con otras artropatías. Se identificara en el
paciente, sobre el tipo de síntomas que padece y sus características, seguido de una
exploración de la cadera; con sus movimientos evaluara la movilidad articular de ambas
caderas de forma comparativa. En todos los casos debe investigarse una limitación de la
extensión. El primer signo suele ser la limitación y/o el dolor durante la «flexión
cruzada», que combina flexión y aducción. Las amplitudes que se limitan con más
rapidez son la abducción y las rotaciones, debe buscarse de forma sistemática una
amiotrofia cuadricipital, pues aparece de forma precoz e indica de manera objetiva el
grado de sufrimiento articular.

3.1. Radiografía simple


La radiología simple sigue siendo la técnica de imagen de primera elección en el estudio
de pacientes artrósicos.
El sistema de clasificación propuesto por Lawrencey Kellgren proporciona los criterios
más aceptados para identificar la presencia de artrosis de cadera. Este sistema utiliza la
presencia de las siguientes características radiológicas como signos de artrosis.

3.1.1. Clasificación de Kellgren y Lawrence


Según su repercusión radiológica, la artrosis puede clasificarse en 5 grados en la escala
de Kellgren-Lawrence, que contempla el estrechamiento de la interlínea articular, la
presencia de osteofitos, la esclerosis subcondral y la deformidad de los extremos óseos.
Clasificándose en grado 0(normal) radiografías normal; grado 1(dudoso) dudoso
estrechamiento de la interlinea, posible osteofitosis; grado 3 (moderado) estrechamiento
de la interlinea, moderada osteofitosis, esclerosis leve, posible deformidad de los
extremos óseos; grado 4 (severo) marcado estrechamiento de la interlinea, abundante
osteofitosis, esclerosis severa, deformidad de los extremos óseos.
Radiológicamente también predominan las alteraciones de la forma de la cabeza que
esta deformada y del acetábulo cuya deformidad puede presentarlo con deficiencias. Se
alteran las relaciones articulares y por subluxación o protrusión se quiebra el arco
cervico-obturatriz de Shenton. Hay formas infrecuentes de artrosis necrotizante y otras
en que la osteofitosis desplaza a la cabeza.
CAPÍTULO III: EVALUACIÓN FISIOTERAPÉUTICA

3.1. Anamnesis

En todo paciente con sospecha clínica de artrosis se debe realizar una anamnesis clínica
completa, exploración física, analítica básica con el objetivo de confirmar el diagnóstico
y descartar otros tipos de patologías.
Básicamente el paciente refiere un dolor de características mecánicas que aumenta con
la sobrecarga articular y al inicio de la deambulación. La aparición de dolores nocturnos
o en decúbito es indicio de un episodio congestivo o de un estadio muy avanzado. El
alivio al despertarse habitualmente es breve, casi siempre en menos de 15 minutos.

Asimismo es frecuente la presencia de una rigidez articular inferior a 30 minutos y de


predominio tras un periodo de inactividad (por ejemplo al levantarse de la cama o de
una silla tras un periodo de descanso).

3.2. Examen físico


En el examen físico se realizará una exploración funcional, un examen del paciente en
bipedestación, en decúbito supino y una medición de las amplitudes articulares.
En la exploración funcional observaremos como camina el paciente y la existencia de
signos de cojera o de insuficiencia de los músculos pelvitrocantéricos (prueba de
Trendelemburg).
Con el paciente de pie examinaremos la existencia de posturas viciosas de tipo flexum o
antiálgicas y dismetría. Valoraremos la posición espontánea de la cadera coxartrósica
(flexum, rotación externa) con el paciente acostado. Es importante la medición de las
amplitudes articulares pasivas y la valoración de contracturas musculares y la existencia
de puntos dolorosos, que pueden irradiar a rodilla. La exploración física del paciente
debe incluir diversas pruebas de provocación como el test de impingement (flexión,
aducción y rotación interna dolorosa), Maniobra de descompresión de Ribas, test de
Faber o prueba de Patrick (flexión, abducción y rotación interna con la rodilla
flexionada 90 grados).
La exploración de la cadera y la pelvis comienza en el momento de la recepción del
paciente no solo al verlo caminar, sino al sentarse o incorporarse y muy especialmente
al quitarse la ropa, incluido el calzado y la medias.
Las maniobras de inspección y las restantes maniobras semiológicas en ocasiones se
efectuaran con el paciente en decúbito y en ocasiones con el paciente de pie, para
observar el efecto de la carga corporal.

3.3. Evaluación subjetiva


3.3.1. Postura
 Con el paciente en bipedestación, obsérvelo desde delante, desde detrás y desde
ambos lados.
 Inclinación pélvica. Una línea que una las dos articulaciones sacroiliacas
anteriores debe ser horizontal (esto mismo se aplica a nivel posterior).
 La altura relativa de la espina iliaca posterosuperior con respecto a la espina
iliaca anterosuperior (EIAS) ipsilateral vista desde el lado: las diferencias
pueden ser indicativas de una asimetría rotatoria sacroíliaca.
 Deformidad rotacional de las caderas: puede observarse en los dedos de los pies
dirigidos hacia dentro o hacia afuera.
 Discrepancia en la longitud de las piernas: puede observarse a partir de las
diferencias en las alturas horizontales de los pliegues glúteos y de las rodillas.
 Escoliosis de la columna lumbar: puede ser estructural o la compensación de una
discrepancia en la longitud de las piernas.
 Desigualdad en la distribución del peso: el paciente puede reducir la cantidad de
peso que soporta sobre el lado doloroso.
 Aumento de la lordosis lumbar: puede indicar una deformidad en flexión fija de
las caderas.
 Equimosis en la región abdominal o inguinal: es indicativo de una hernia del
deportista.
 Atrofia muscular: la atrofia, especialmente de los músculos cuádriceps y glúteos,
es frecuente y puede manifestarse como un ahuecamiento posterior o lateral en
las nalgas.

3.3.2. Alteraciones de extremidades inferiores


3.3.2.1. Alteraciones torsionales

Torsión Femoral interna


La forma más frecuente de alteración rotacional del fémur es la anteversión aumentada
(antetorsión o torsión interna). Clínicamente se manifiesta por marcha convergente,
mientras corren, las rodillas parecieran chocar entre ellas y es habitual que se sienten
con las piernas asumiendo forma de “W”. Esta posición ha sido tradicionalmente
“condenada” por los pediatras y ortopedistas, sin embargo, es la consecuencia y no la
causa de la anteversión. La única forma de alterar la historia natural de la torsión
femoral, es a través de una osteotomía derrotadora, operación que rara vez se requiere
en un niño sano y sin antecedentes de enfermedades neuromusculares. En aquellos
pacientes en que la torsión femoral no se ha corregido después de los 8-9 años, que
mantienen una antetorsión mayor a 50° o una rotación interna de la cadera mayor a 80°,
y si ésta altera el desempeño de las actividades cotidianas, ya sea por dolor alrededor de
las rodillas o por dificultad para correr, la cirugía está indicada.

Torsión femoral externa

Una marcha divergente, debido a torsión femoral externa es muy infrecuente. Al


momento de examinar al paciente, si se identifica una limitación a la rotación interna
junto a un aumento de la rotación externa de las caderas, debe solicitarse una evaluación
por especialista, pues puede ser manifestación de alguna malformación congénita o
corresponder a una epifisiolisis.

Torsión tibial interna

La torsión tibial interna (TTI) es la principal causa de marcha convergente en menores


de tres años. Aproximadamente 2/3 de los casos son bilaterales, y pueden asociarse a
tibia vara. En pacientes sin antecedentes, rara vez se requiere de cirugía correctora. Esta
se reserva para aquellos con deformidades muy marcadas, como suele ocurrir en
parálisis cerebral o en portadores de Pie Bot severo. El nivel de la osteotomía, así como
el tipo de fijación a utilizar dependen de la ubicación de la torsión, la magnitud, edad
del paciente y preferencia del cirujano.

Torsión tibial externa

La torsión tibial externa (TTE), por su parte, es mucho menos frecuente, y se manifiesta
como marcha divergente. Con frecuencia, el motivo de consulta es por “marcha como
pato”. Como se ha discutido previamente, la evolución natural de la torsión tibial es
hacia externo, por lo tanto, esta condición sólo puede aumentar, por lo que se debe
advertir a los padres la posibilidad de que en el futuro sea necesario corregir la torsión.
La TTE puede llevar a disfunción fémoro-patelar, con dolor de rodilla y a veces se
asocia a antetorsión femoral, lo que se denomina “síndrome de mal alineamiento
miserable”. Este grupo de pacientes, debiera ser derivado para su seguimiento con un
especialista, y eventual corrección si fuera necesario.

3.3.3.2. Alteraciones a nivel articular

Coxa vara y Coxa valga


El fémur es un hueso del miembro inferior que está formado por la cabeza femoral, el
cuello, la diáfisis y los cóndilos femorales.
Visto de frente, el eje del cuello del fémur forma, con el eje de la diáfisis, un ángulo de
135°: es lo que se llama ángulo de inclinación. Cuando el cuello está más inclinado, o
sea, se aproxima más a la horizontal, se denomina coxa vara. El movimiento de
abducción se ve más limitado. Cuando el cuello esta menos inclinado, o sea, se
aproxima más a la vertical, se denomina coxa valga, y permite un movimiento de
abducción mas amplio.

Anteversión femoral

La anteversion femoral es la relación que existe entre dos planos: uno que pasa por el
cuello femoral y otro por los cóndilos femorales. La anteversión femoral al nacimiento
es de 35°, valor que disminuye paulatinamente hasta los doce años, edad en la que se
adquiere la anteversión del adulto que es de 15° a 20°, Lo más llamativo en la ante
versión femoral, además del patrón de marcha con los pies hacia adentro, es la
disposición de las rotulas que miran hacia adentro cuando se realiza la caminata. Al
examen físico es evidente un aumento de la rotación interna y disminución de la
rotación externa de la cadera.
La anteversion femoral es la primera causa de marcha con ángulo de progresión interna
en mayores de cuatro años y es un hallazgo frecuente en niños con parálisis cerebral.

Retroversión femoral

La retroversión femoral, alteración contraria a la anteversión femoral aumentada, es una


variante anatómica en la que los pies se dirigen hacia afuera. No es frecuente y puede
asociarse con artrosis de cadera.

Se evalúa apreciando el ángulo formado por el eje de la tibia y una línea vertical
imaginaria. Esta prueba ayudara a identificar los casos de anomalías de la versión
femoral siempre que el hábito corporal del paciente permita la palpación exacta del
trocánter mayor. Si se aprecia una diferencia significativa (más de 10°) de la rotación
interna entre las posiciones de extensión y de flexión en sedestación, debería
distinguirse entre un origen óseo frente a ligamentario.

3.3.3.3. Exploración del pie y tobillo


Los pies deben soportar, en la posición vertical, el peso corporal y estar adaptados para
la marcha. Fuera de un esqueleto especialmente conformado, las estructuras de partes
blandas deben estar en condiciones, sobre todo en ciertos puntos de apoyo, para
amortiguar esas cargas. El apoyo y la marcha pueden verse seriamente comprometidos
por diversas afecciones, desde modificaciones estáticas y mecánicas, hasta
enfermedades vasculares, neurológicas, metabólicas, etc.
La exploración completa del pie y el tobillo abarca la de toda extremidad inferior e
incluso la cintura pelviana y la columna lumbar. La inspección del pie debe incluir su
conformación, la longitud de los dedos, el trofismo de los tegumentos y la faneras.
Es importante determinar la posición del pie en el aire y con el apoyo para establecer si
existe un vencimiento del arco longitudinal interno (calcáneo, astrágalo, escafoides, 1°
cuña, 1° metatarsiano). Por lo general el pie plano es valgo-plano, es decir, existe un
despeje en valgo (o eversión) del retropié o más precisamente del calcáneo.

3.4. Evaluación objetiva


3.4.1. Palpación
Podemos diferenciar dos partes, la palpación ósea y de partes blandas.

3.4.1.1. Palpación Ósea


Iniciamos la palpación de los relieves óseos de la superficie anterior:
 Espinas iliacas anterosuperior: Nos colocamos frente al paciente y ponemos
nuestras manos sobre ambos lados de su cintura, con los pulgares sobre las
espinas iliacas anterosuperiores.

 Cresta iliaca: Deben estar al mismo nivel en el plano horizontal. De lo contrario


puede existir oblicuidad pélvica.
 Tubérculo iliaco: Conservando el pulgar sobre la espina iliaca antero-superior y
moviendo los demás dedos hacia posterior. A unos 7,5 cm de la parte alta de la
cresta, se encuentra el tubérculo iliaco.

 Trocánter mayor: Con los pulgares aun colocados en las espinas


anterosuperiores, movemos los otros dedos desde los tubérculos iliacos hacia
distal hasta palpar los trocánteres mayores. En condiciones normales deben estar
al mismo nivel en el plano horizontal. En determinadas situaciones, como la
luxación congénita de cadera o en las fracturas pueden encontrarse asimétricos.

 Tubérculos púbicos: Con los dedos fijos en los trocánteres, rotamos los pulgares
en sentido medial y caudal hasta palpar los tubérculos púbicos. También deben
encontrarse al mismo nivel.

 Exploraremos los relieves óseos de la superficie posterior: Para ello, el paciente


debe estar en decúbito lateral y con la cadera en flexión.

 Espinas iliacas posterosuperiores: Con los pulgares fijos en las espinas


posterosuperiores, deslizamos los otros dedos, palpando la parte posterior de la
cresta iliaca, llegando de nuevo al tubérculo iliaco. Rotando los dedos hacia
externo y caudal encontramos nuevamente el trocánter mayor.

 Tuberosidades isquiáticas: Moviendo los pulgares desde las espinas iliacas


posterosuperiores hacia caudal, con la cadera en flexión, encontramos las
tuberosidades isquiáticas a nivel de los pliegues glúteos.
 Articulación sacroilìaca: No es palpable por la protusión del ilion y la presencia
de los ligamentos de sostén. El centro se encuentra a nivel de S2, cruzando por
una línea imaginaria que pasa por las espinas iliacas posterosuperiores.

3.4.1.2. Palpación de partes blandas


 Ligamento inguinal: Se encuentra entre las espinas iliacas anterosuperiores y los
tubérculos del pubis. Una protusión en su trayectoria podría indicar la existencia
de una hernia inguinal.

 Nervio ciático: Localizado entre el trocánter mayor y la tuberosidad isquiática.

3.4.2. Dolor
En la valoración del paciente con artrosis se debe tener en cuenta el grado de dolor, el
estado funcional de la articulación y el estado global del paciente.
Para medir el grado de dolor y el estado global del paciente se recomienda utilizar la
escala visual analógica (EVA).). La EVA es un instrumento eficiente para medir la
intensidad del dolor; consiste en una línea horizontal de 10 cm que en una de sus
extremidades indica "sin dolor" y en la otra "peor dolor posible". El paciente es
orientado a marcar en esta línea el punto que corresponda al grado de intensidad del
dolor que presenta en el momento. La diferencia entre las distancias presentadas de la
porción más baja de la EVA demuestra la intensidad del dolor.

3.4.3. Diferencia de longitud de miembros inferiores


En realidad, es muy excepcional que los miembros inferiores sean exactamente iguales,
pero lo que interesa es conocer las diferencias que pueden objetivarse y que pueden
provocar síntomas y afecciones secundarias y que desde luego pueden llegar a ser
graves cuando mayores son esas diferencias (debe hablarse de diferencias y no de
discrepancias).
Las diferencias de longitud de los miembros superiores son mucho más tolerada, tanto
desde el punto de vista cosmético como anatomofuncional.
Las diferencias de longitud pueden ser aparentes o reales. Las primeras son aquellas que
diagnostica el observador pero que no ha certificado con una medición. Una diferencia
aparente puede estar dada, por ejemplo en una oblicuidad fija de la pelvis y apareciendo
el miembro del lado descendido de la hemipelvis como más largo, y viceversa, como
más corto el del lado del ascenso de la hemipelvis correspondiente.
Lo que puede resultar difícil es establecer con precisión las diferencias o dicho en otras
palabras, medir el miembro con exactitud.
Existen, métodos de medición de cintas métricas y métodos radiográficos. Para hacer las
mediciones se consideran puntos de referencia: el ombligo, la espina iliaca
anterosuperior, el borde superior de la rótula o el pico de esta, el vértice de uno de los
maléolos, etc. Métodos clínicos sencillos que pueden hacerse por la simple observación.
Cuando se necesita una mayor precisión, se recurre a los métodos radiográficos, aunque
tampoco son absolutamente exactos.

3.4.4. Amplitud del movimiento articular


La movilidad articular se mide de una forma sencilla mediante un goniómetro. La
posición cero de cada articulación es el punto de partida para la medición y es la
posición anatómica. Los movimientos se realizan en el plano frontal o coronal, sagital y
transversal. En el plano frontal se realiza la separación o abducción y la aproximación o
aducción. En el sagital la flexión y extensión y en el transversal las rotaciones y la
pronación-supinación.

Abducción
 Posición: Paciente en decúbito dorsal con los miembros inferiores en posición
0 y con la pelvis estabilizada, con ambas espinas ilíacas anterosuperiores al
mismo nivel.
 Movimiento: Se practica la abducción de la cadera manteniendo ambas espinas
ilíacas anterosuperiores al mismo nivel. El brazo móvil del goniómetro
acompaña el movimiento.
Valores normales: Abducción de cadera: 0- 45°.

Aducción
 Posición: Paciente en decúbito dorsal con los miembros inferiores en posición 0
y con la pelvis estabilizada, con ambas espinas ilíacas anterosuperiores al mismo
nivel.
 Movimiento: Se procede a la aducción de la cadera que se examina llevando la
otra cadera a la abducción, pero manteniendo ambas espinas ilíacas
anterosuperiores al mismo nivel. El brazo móvil del goniómetro acompaña el
movimiento.
 Valores normales: Aducción de cadera: 0- 45°.

Flexión
 Posición: Paciente en decúbito dorsal con el miembro inferior en posición 0, con
la pelvis estabilizada (ambas espinas ilíacas anterosuperiores al mismo nivel).
 Movimiento: Se efectúa la flexión de la cadera con la rodilla en máxima flexión
para relajar los isquiosurales. La cadera opuesta debe mantenerse en 0°. El brazo
móvil del goniómetro acompaña el movimiento.
 Valores normales: Flexión: 0-125° / Flexión con rodilla extendida: 0°- 80°.
Extensión
 Posición: Paciente en decúbito ventral con el miembro inferior en posición 0,
con la pelvis estabilizada (ambas espinas ilíacas posterosuperiores al mismo
nivel).
 Movimiento: Se practica la extensión de la cadera con la rodilla en extensión. La
cadera opuesta debe mantenerse en 0°. El brazo móvil del goniómetro acompaña
el movimiento.
 Valores normales: Extensión: 0-20° / Extensión con la rodilla flexionada: 10º
Esto es debido a que los músculos isquiotibiales pierden su eficacia como
extensores de la cadera por haber empleado una parte importante de su fuerza de
contracción en la flexión de la rodilla.

Rotación externa-interna
 Posición: Paciente sentado con las piernas colgando; rodilla en 90° de flexión.
 Movimiento: Se efectúa la rotación externa de la cadera llevando la pierna y el
pie hacia adentro, y la rotación interna, llevando la pierna y el pie hacia fuera. El
brazo móvil del goniómetro acompaña el movimiento.
 Valores normales: Rotación externa: 0- 45°/ Rotación interna: 0- 45°.

3.4.5. Pruebas funcionales


3.4.5.1. Test de Impingement (Flexión-aducción-rotación interna)
Esta prueba se realiza con el paciente en decúbito supino; la cadera se gira internamente
conforme es sometida a flexión pasiva hasta 90° aproximadamente y, a continuación, es
aducida. La flexión y la aducción permiten la aproximación del cuello femoral y el
reborde acetabular.
Añadir una rotación interna induce fuerzas de cizallamiento en el labrum, provocando
dolor cuando existe una lesión labral. De vez en cuando, también puede producirse un
choque posterior. En esta situación, el dolor puede ser producido por rotación externa de
la cadera flexionada si el choque tiene lugar en la zona posteroinferior.
Un test de impigement positivo se relaciona estrechamente con las lesiones del reborde
acetabular, tal y como se observa en las actuales artrografías por resonancia magnética
de articulación de la cadera.

3.4.5.2. Test de Faber o prueba de Patrick


La prueba de Patrick Faber para trastornos internos, el objetivo de test permite al
examinador identificar rápidamente la presencia de patología de la cadera.
Con el paciente en decúbito supino, se coloca la pierna a explorar en posición de cuatro
(flexión, abducción y rotación externa) mientras se sujeta la pelvis contralateral. Se
aplica una leve presión sobre la rodilla y se mide la distancia vertical desde la rodilla
hasta el borde de la camilla. Se considera positivo si esta distancia es menor en la
extremidad afectada frente a la contralateral.
La limitación de la movilidad que presenta estos pacientes suele afectar principalmente
a la flexión, aducción y rotación interna, siendo más acusada esta última si la valoramos
en flexión de 90° de la cadera.

3.4.5.3. Maniobra de Thomas

El objetivo del test es determinar el nivel de extensibilidad/ acortamiento


del psoas. El paciente debe estar en decúbito dorsal con pelvis nivelada y
perpendicular al tronco. El examinador coloca una mano debajo de la ensilladura
lumbar y la otra flexionada a la cadera. Se aplana la lordosis lumbar y a partir de ese
momento la flexión solo se hace en la articulación coxofemoral y así podrá medirse el
ángulo verdadero de flexión de la cadera.
Si al haberse aplanado la lordosis lumbar y al estar flexionado la cadera de un lado se
flexiona la cadera del otro lado, estará mostrando una actitud viciosa en flexión, cuyo
ángulo será el del muslo con respecto al plano horizontal.

3.4.5.4. Prueba de Stinchfied


Es una prueba inespecífica para la presencia de patología intraarticular de la cadera, el
objetivo del test es identificar pinzamiento de psoas sobre el labrum anterior, tendinitis
o irritación intraarticular. Se indica al paciente, situado en decúbito supino, que
mantenga la rodilla en extensión mientras flexiona la cadera contra la resistencia del
examinador. El dolor referido en la ingle sugiere la presencia de patología intraarticualr.

3.4.5.5. Maniobra Trendelemburg


Esta prueba tiene por finalidad establecer la insuficiencia del glúteo medio (puede ser
absoluta o relativa).
La maniobra se realiza con el paciente de pie y se le solicita que se apoye en una de las
piernas y eleve la otra (flexionando la cadera y la rodilla). El observador se sitúa detrás
del paciente y determina si la pelvis permanece nivelada, como debe ocurrir en
condiciones normales, o si torna oblicua (por la insuficiencia del glúteo medio
contralateral, es decir, del lado en que ha permanecido con la extremidad apoyada). La
oblicuidad pelviana se pone de manifiesto por el descenso del pliegue glúteo, del lado
en que ha levantado la extremidad y ha dejado de apoyarse en ella.
El glúteo medio puede ser insuficiente en forma absoluta, por parálisis (como se veía a
menudo en la poliomielitis) o por acercamiento de sus puntos de inserción (como en la
luxación congénita de cadera), o insuficiente en forma relativa, como en ciertas
afecciones de la cadera en que el músculo se encuentra solo debilitado.

3.4.6. Marcha
La marcha puede ser antálgica (limitada por el dolor) o sugerente de una discrepancia en
la longitud de la pierna causada por el proceso artrítico. Se produce una marcha
antálgica hasta en el 85% de los pacientes con artrosis afectando la cadera. Los
músculos circundantes (glúteos y cuádriceps) se pueden perder en la enfermedad
avanzada debido a desuso de la extremidad dolorida. Hinchazón circundante, cicatrices
o la decoloración puede sugerir un proceso infeccioso. Cicatrices solo puede deberse a
una cirugía previa en pacientes con patología congénita primaria o fracturas y deben
tomarse en cuenta a la hora de planificar cualquier intervención quirúrgica. La columna
vertebral siempre debe inspeccionarse en busca de evidencia de escoliosis y otra
patología que pueda conducir a una carga anormal de la articulación de la cadera
durante la deambulación. La geometría de la articulación de la rodilla también debe
notarse en este momento como una mala alineación, podría indicar una patología
primaria subyacente de la rodilla
En condiciones normales el individuo distribuye su carga corporal en forma simétrica; si
tiene una artrosis de cadera unilateral, instintivamente (analgesia natural) se apoya más
sobre el otro miembro inferior y da el paso más corto cuando tiene que cargar sobre la
cadera enferma. Esto se podría objetivar haciendo caminar al paciente sobre un piso
sonoro y con tacos, donde se notara un sonido menor al apoyar la extremidad enferma.
En la marcha el medico clínico debe analizar sus variables tanto en el momento de
apoyo como en el de balanceo. El ciclo de la marcha puede dividirse en dos partes, la
primera de apoyo, en la que se pueden observar fundamentalmente tres periodos: 1)
apoyo de talón, 2) apoyo de la planta y 3) despegue del pie; la segunda fase es la de
balanceo, que se divide en dos periodos: al comienzo, el llamado de aceleración, y antes
de llegar al suelo el de desaceleración.
En general podríamos decir que la fase de apoyo constituye el 60% del ciclo y el resto
es balance.En la marcha hay un momento de soporte doble del cuerpo en el que los dos
pies se encuentran apoyados en el suelo, el de atrás con el antepie y el de adelante con el
retropié. Si no existe esta fase por la velocidad que se le ha imprimido al movimiento se
está en presencia de la carrera. Se recomienda el análisis del paciente en todos los
decúbitos pero también en la marcha.

4.4.7. Cuestionario WOMAC

Es un instrumento específico de CVRS (calidad de vida relacionada con la salud). Es


una escala multidimensional compuesta por 24 ítems, en tres dimensiones: dolor (5
ítems), rigidez (2 ítems) y capacidad funcional (17 ítems).

La pregunta sobre capacidad funcional se refiere al grado de dificultad para realizar 17


actividades, y las opciones de respuesta son en todas ellas iguales: ninguna, poca,
bastante, mucha y muchísima dificultad, con una puntuación que va de 0 a 4,
respectivamente. Luego se suman los puntos obtenidos y se estandarizan de 0 a 100 (de
mejor a peor capacidad). Los ítems incluidos en la escala reducida son subir escaleras,
levantarse después de estar sentado, andar en un terreno llano, entrar o salir del coche,
ponerse los calcetines, levantarse de la cama y estar sentado.

CAPÍTULO IV: TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO


Actualmente carecemos de datos que nos permitan establecer cuáles son los programas
de ejercicios más eficaces. Los ensayos clínicos se han realizado en contextos muy
diferentes (entrenamiento individual, instrucción en grupo, programas domiciliarios,
ejercicios en suelo, acuáticos) y con ejercicios muy variados (en modalidad, intensidad,
duración) lo que sugiere que hay varias opciones que pueden ser válidas. El tratamiento
de la artrosis deberá ser eficaz y seguro. A nivel de eficacia debe, aliviar el dolor,
mejorar la capacidad funcional y retrasar la evolución de la enfermedad.

4.1. Fase de protección:


Reducción del dolor en reposo
 Aplique técnicas de oscilación de grado I o II con la articulación en posición de
reposo.
 Haga que el paciente se balancee en una silla mecedora para generar
oscilaciones suaves sobre las articulaciones de la extremidad inferior, así como
un estímulo sobre los mecanoreceptores de las articulaciones.
Reducción del dolor durante las actividades con sostén de peso corporal
 Brinde dispositivos de asistencia para la ambulación con el objetivo de reducir el
estrés sobre la articulación de la cadera. Si el dolor es unilateral, enseñe al
paciente a caminar con un solo bastón o muleta del lado opuesto al de la
articulación dolorida.
 Si la causa del estrés sobre la articulación de la cadera es la asimetría en la
longitud de las piernas, eleve gradualmente la pierna más corta con cuñas en el
calzado.
 Modifique las sillas para brindar una superficie firme y elevada y adapte los
sanitarios con un asiento elevado para facilitar el sentarse y el ponerse de pie.

Reducción de los efectos de la rigidez y mantenimiento de los movimientos disponibles


 Enseñe al paciente la importancia de mover frecuentemente la cadera a lo largo
de su amplitud de movimiento durante el día. Cuando los síntomas agudos estén
controlados medicamente, haga que el paciente realice ejercicios de amplitud de
movimiento activo si puede controlar los movimientos, o con asistencia en caso
necesario.
 Si se dispone de piscina, haga que el paciente realice ejercicios de amplitud de
movimiento en el entorno de flotación.
 Inicie actividades de bajo impacto como natación, ejercicios aeróbicos suaves en
el agua, o bicicleta fija.

Toda prescripción de ejercicios debe estar dirigida a mejorar la flexibilidad, la fuerza


muscular y la resistencia.
 Flexibilidad
El objetivo de los ejercicios de flexibilidad es disminuir la rigidez, aumentar la
movilidad articular y prevenir las contracturas.
Unas adecuadas flexibilidad y elasticidad en los tejidos blandos periarticulares son
también importantes para proteger la articulación del estrés perjudicial. Un adecuado
arco de movimiento articular y flexibilidad de tejidos blandos son fundamentales para la
comodidad, la seguridad y la función. Los ejercicios de estiramiento o flexibilidad son
elementos clave en los programas de ejercicios de personas con artrosis.
Pueden comenzar con ejercicios de estiramiento estático de los principales grupos
musculares hasta notar la sensación subjetiva de resistencia, manteniendo la posición
durante 5 a 15 segundos, una vez al día y tres días por semana. El objetivo es progresar
hasta alcanzar el arco completo de movimiento, haciendo 3-5 estiramientos por grupo
muscular clave, manteniendo la posición de 20 a 30 segundos.

4.2. Fase de movimiento controlado y de retorno a la función


 Fuerza
El objetivo es aumentar la potencia de los músculos que soportan las articulaciones
afectas.
El músculo constituye un significativo mecanismo de absorción de impactos. La
atenuación de choques en personas sin afecciones del aparato locomotor es sobre un
30% más alta que en las que tienen enfermedades articulares.
Es necesario incluir el acondicionamiento muscular, mediante ejercicios concéntricos y
excéntricos, de resistencia y movilidad, en los programas de ejercicios. Los ejercicios de
refuerzo y de resistencia se incorporan al programa para ayudar a conseguir y mantener
la movilidad y la función. Los ejercicios deben ser seleccionados en función del dolor,
la estabilidad e inflamación, sin incurrir en la fatiga, de modo que las resistencias sean
submáximas.
Las contracciones isométricas iniciales serán del 40% al 60% del máximo y repetidas de
1 a 10 veces por grupo muscular. Al principio la contracción no se mantendrá más de 6
segundos, debiéndose continuar la respiración, y descansar 20 segundos entre
contracciones. Inicialmente se propondrán dos veces al día para aumentar de 5 a 10
veces, según tolerancia.
Los ejercicios isotónicos comenzarán con resistencia inferior al 40% del 1RM × 10-15
repeticiones durante 2-3 semanas; para hacerse moderada con 40%-60% del 1RM × 8-
10 repeticiones; y superar el 60% del 1RM sólo con 6-8 repeticiones. Se harán sólo dos
días por semana, aumentándose de un 5 % a 10 % semanal. La resistencia se puede
hacer mediante bandas elásticas, pesas o máquinas. La musculatura solicitada irá
adaptándose a los nuevos requerimientos endureciéndose y adquiriendo la facultad de
poder trabajar más tiempo

 Resistencia (ejercicios generales)


Programas de acondicionamiento físico sin exacerbar los síntomas, este es un ejercicio
cardiorrespiratorio o aeróbico en el que trabajan grandes grupos musculares en
movimientos repetidos. De este modo se mejora la función cardíaca, respiratoria y
muscular.
 Caminar
En consecuencia, como ejercicios generales aeróbicos de bajo impacto articular
podemos recomendar, en primer lugar, por su fácil disponibilidad, la marcha, siempre
que ésta se realice por un trayecto regular, bien pavimentado, sin cambios frecuentes de
niveles y sin excesos de longitud ni tiempo. Como norma no debería mantenerse, sin
descansar, más allá del tiempo o trayecto a partir del cual el paciente advierta aumento
de su dolor o calentamiento articular. La marcha libre normal produce mínimas
presiones.

 Ejercicios acuáticos
Otra alternativa son los ejercicios en el agua, sea la natación, en cualquier estilo que el
paciente controle, sean ejercicios recreativos o simplemente haciendo movimientos
diversos dentro del agua, ya que ambos tienen similares efectos. Por el empuje
hidrostático las articulaciones de carga se desgravan, evitándose el impacto articular
inconveniente.
Se recomienda ejercicios de marcha dentro del agua, hacia delante, hacia atrás, hacia
cada lado, levantando la pierna con extensión total de rodilla, con flexión exagerada de
cadera y rodilla, etc. También el paciente, boca arriba o boca abajo, agarrado o con un
flotador, puede hacer batidos de piernas, círculos con estas, cruces en tijera, flexiones de
rodillas al pecho y otros movimientos.
 Bicicleta

Otro medio fácil y excelente de realizar ejercicios de los miembros inferiores en descarga es la
bicicleta estática de resistencias. Utiliza los grandes grupos musculares de las extremidades
inferiores, específicamente los vastos medial y lateral, el recto femoral, los músculos de la pata
de ganso, el glúteo mayor, el ileopsoas , gemelos y soleo.

Puede comenzarse practicando unos 5 a 10 minutos una o dos veces al día e ir alargando el
tiempo y la resistencia pasados los días.

Aumento progresivo del juego articular y de la movilidad de los tejidos blandos.


 Técnicas de movilización de la articulación.
1. Distracción de la superficie que soporta el peso de la cadera, deslizamiento
posterior.
Indicaciones: evaluación; tratamiento inicial; control del dolor; movilidad general.
Posición del paciente: decúbito supino, con la cadera en posición de reposo y la rodilla
extendida.
Posición del terapeuta y ubicación de las manos: párese en el extremo de la camilla;
ponga una cincha alrededor de su tronco y luego coloque el pie del paciente dentro de
esta rodeando el tobillo .Coloque sus manos en forma proximal a los maléolos, por
debajo de la cincha. La cincha le permite utilizar el peso de su cuerpo para aplicar la
fuerza de movilización.
Fuerza de movilización: la tracción se aplica sobre el eje longitudinal al jalar de la
pierna mediante la inclinación de su cuerpo hacia atrás. 5.45fig.
2. Deslizamiento anterior de la cadera.
Indicaciones: Para aumentar la extensión; para aumentar la rotación externa.
Posición del paciente: en decúbito prono, con el tronco apoyado sobre la camilla y las
caderas sobre el borde de esta .El pie opuesto en el suelo.
Posición del terapeuta y ubicación de las manos: párese en el lado medial del muslo del
paciente. Coloque una cincha alrededor de su hombro y del muslo del paciente como
ayuda para sostener el peso de la pierna. Sostenga la pierna del paciente con su mano
distal. Coloque su mano proximal en la cara posterior de la porción proximal del muslo,
justo por debajo del glúteo.
Fuerza de movilización: mantenga su codo extendido y flexione las rodillas; aplique la
fuerza a través de su mano proximal en dirección anterior. 5.47 fig.

Técnicas de autoestiramiento
Estirar cualquier tejido que limite el rango. Este modo permite al paciente, mantener o
incrementar la amplitud del movimiento adquirida como resultado de la intervención
directa del terapeuta. Se trata de una forma de estiramiento que con frecuencia es un
componente integral del programa de ejercitación en el hogar, necesario para el manejo
individual y a largo plazo de diversos trastornos musculoesqueléticos y
neuromusculares.
Para aumentar la extensión de cadera
 Flexiones en pronación
Posición del paciente y procedimiento: posición prona, con las manos sobre una mesa a
nivel de los hombros. Haga que el paciente presione el tórax hacia arriba y permita que
la pelvis se hunda.
 Estiramiento de la prueba de Thomas
Posición del paciente y procedimiento: supina con las caderas cerca del extremo de la
camilla de manejo, ambas caderas y rodillas flexionadas, y el muslo del lado opuesto al
de la cadera tensa sostenido contra el pecho. Haga que el paciente lentamente baje el
muslo que está estirando hacia la camilla en forma controlada, y permita que la rodilla
se extienda de modo que el recto femoral que cruza ambas articulaciones no limite el
rango. No permita que el muslo rote hacia afuera o haga una abducción. Dirija al
paciente para que deje que el peso de la pierna genere la fuerza de estiramiento, y para
que relaje los músculos tensos en el límite de la amplitud. Puede aplicarse una fuerza de
estiramiento pasiva manualmente, o utilizarse una técnica de mantener y relajar con la
aplicación de una fuerza en el muslo distal.
 Estiramiento del esgrimista modificado
Posición del paciente y procedimiento: de pie en una postura similar a la de la estocada
del esgrimista, con la pierna de atrás en el mismo plano que la de adelante y el pie
apuntando hacia adelante. Haga que le paciente incline primero la pelvis hacia atrás y
luego coloque el peso del cuerpo sobre la pierna del frente, hasta notar una sensación de
estiramiento en la región anterior de la cadera de la pierna que esta atrás. Si el talón del
pie de atrás se mantiene en el suelo, este ejercicio también puede estirar el musculo
gastrocnemio.
Para aumentar la flexión de cadera
 Rodilla al pecho bilateral
Posición del paciente y procedimiento: supina. Haga que el paciente lleve ambas
rodillas hacia el pecho y sostenga los muslos firmemente hasta notar una sensación de
estiramiento en la región posterior de la cadera. Controle cuidadosamente la posición
porque si la pelvis se levanta de la superficie la columna lumbar se flexiona y la fuerza
de estiramiento se transmite allí, en lugar de transmitirse en las caderas.
 Rodilla al pecho unilateral
Posición del paciente y procedimiento: supina. Haga que el paciente lleve una rodilla al
pecho y sostenga el muslo con firmeza contra este, mientras mantiene la otra extremidad
inferior extendida sobre la superficie. Esta posición aísla la fuerza de estiramiento en la
cadera que se está flexionando y ayuda a estabilizar la pelvis. Para enfatizar el
estiramiento del glúteo mayor, haga que el paciente empuje con la rodilla hacia el
hombro opuesto.
 Estiramiento sobre manos y rodillas
Posición del paciente y procedimiento: sobre manos y rodillas. Haga que el paciente
mueva la pelvis hacia una inclinación anterior, causando la extensión lumbar; que luego
mantenga la extensión lumbar y desplace la nalga hacia atrás como intentando sentarse
sobre los talones. Las manos deben permanecer hacia adelante. Es importante no dejar
que la columna lumbar se flexione mientras se sostiene la posición de estiramiento para
que el ejercicio afecte la cadera.
Para aumentar la abducción de cadera
Posición del paciente y procedimiento: supina con ambas caderas flexionadas a 90°, las
rodillas extendidas, y las piernas y nalgas contra la pared. Haga que el paciente mueva
en abducción ambas caderas todo lo posible, con la fuerza de estiramiento causada por
la gravedad.
Para aumentar la abducción y la rotación externa simultáneamente
Posición del paciente y procedimiento: sentado o en posición supina con las plantas de
los pies juntas y las manos sobre la superficie interior de las rodillas. Haga que el
paciente empuje las rodillas hacia el suelo con un estiramiento sostenido. El
estiramiento puede aumentarse acercando más los pies al tronco.

Mejora del alineamiento articular y el movimiento libre de dolor.


Las técnicas de movilización con movimiento (MCM) pueden aplicarse con un cinturón
de movilización que produce un deslizamiento inferolateral indoloro, y luego
superponiendo un movimiento en el límite de la amplitud disponible.
1. Aumento de la rotación interna
Posición del paciente: supina con la cadera afectada flexionada y un cinturón de
movilización asegurado alrededor de la cadera proximal y la pelvis del terapeuta.
Procedimiento: estabilice la pelvis del paciente con la palma de la mano más cerca de su
cabeza. Utilice el cinturón de movilización para producir un deslizamiento indoloro
inferolateral mientras la mano caudal rodea el muslo y la tibia flexionados para generar
una rotación interna indolora en el límite del movimiento. 20.5 A fig.
2. Aumento de la flexión
Posición del paciente: supina con la cadera afectada flexionada y un cinturón de
movilización rodeado el muslo proximal y la pelvis.
Procedimiento: estabilice la pelvis del paciente con la palma de la mano más cercana a
su cabeza. Utilice el cinturón para generar un deslizamiento inferolateral indoloro
mientras la mano caudal rodea el muslo y la tibia flexionados para producir una flexión
indolora en el límite de la amplitud de movimiento.
3. Aumento de la extensión
Posición del paciente: supina con la pelvis cercana al extremo de la camilla del
tratamiento en la posición de la prueba de Thomas (el muslo opuesto sostenido contra el
pecho) y un cinturón de movilización asegurado alrededor del muslo proximal y la
pelvis del terapeuta.
Procedimiento: estabilice la pelvis del paciente con la palma de la mano más cercana a
su cabeza. Utilice el cinturón para producir un deslizamiento inferolateral indoloro
mientras la mano caudal presiona contra el muslo extendido, para crear una extensión
indolora en el límite de la amplitud. 20.5 C fig.
4. Aumento de la extensión con sostén de peso corporal
Posición del paciente: de pie, con el pie no afectado sobre un banquito y un cinturón de
movilización alrededor del muslo proximal y de la pelvis del terapeuta.
Procedimiento: estabilice la pelvis con ambas manos y aplique un deslizamiento lateral
indoloro con el cinturón mientras el paciente se mueve hacia adelante para producir la
extensión indolora de la cadera afectada. 20.5 D fig.
Mejora del rendimiento muscular en los músculos de sostén
 Inicie ejercicios para desarrollar la fuerza y el control de la musculatura de la
cadera (especialmente el glúteo mayor, el glúteo medio y los rotadores) y
mejorar la estabilidad y el equilibrio cuando se realiza actividades con sostén del
peso del cuerpo. Comience con resistencia isométrica submáxima , continúe con
resistencia dinámica a medida que el paciente tolere el movimiento .Si algún
ejercicio exacerba los síntomas articulares, reduzca su intensidad. También
revalúe las actividades funcionales del paciente y adáptelas para reducir el
estrés.
 Avance hacia los ejercicios funcionales según sean tolerados mediante
actividades de cadena cerrada y de sostén del peso. El paciente puede necesitar
dispositivos de asistencia mientras sostiene su peso. Utilice una piscina o tanque
para reducir los efectos de la gravedad y realizar ejercicios con carga parcial sin
estrés.
 Desarrolle conciencia postural y equilibrio.
 Avance en un programa de ejercicio aeróbico de bajo impacto (natación,
bicicleta, o caminata dentro de lo tolerado).

Actividades de entrenamiento del equilibrio.


o Utilizar tareas funcionales que involucren múltiples partes del cuerpo con el
objetivo de aumentar el desafío del control postural, para lo que el paciente debe
levantar objetos de diferente peso en posturas y velocidades diferentes.
o Incrementar gradualmente la cantidad de balanceo manteniéndose de pie en
diferentes direcciones mientras se encuentra sobre una superficie estable y firme.
o Para garantizar la seguridad durante la marcha y locomoción, el terapeuta debe
hacer que le paciente practique actividades de balanceo postural dentro de los
límites de estabilidad y que desarrolle actividades dinámicas privilegiando la
función.
o Haga que el paciente traslade el peso de adelante hacia atrás, de lado a lado, y
oblicuamente.
o Una vez que el paciente pueda desplazar el peso y mantener el equilibrio con los
brazos en movimiento, haga que levante alternativamente los pies y marche en el
lugar.
o Progrese con el movimiento de cada pierna hacia delante y hacia atrás, que el
paciente aprenda a recibir el peso sobre la pierna que se mueve.

Educación del paciente


Ayude al paciente a establecer un equilibrio entre actividad y reposo, y a conocer la
importancia de reducir las fuerzas de deformación estresantes manteniendo la fuerza y
la flexibilidad muscular en la región de la cadera.
La entrega de información y educación son en general una obligación de los equipos
médicos, a la vez que una responsabilidad compartida con los pacientes. Esto es
particularmente importante en enfermedades crónicas como la artrosis, y debe incluir
aspectos relativos a la importancia de la enfermedad, sus formas de estudio, alternativas
terapéuticas y pronóstico.
Esto implica permitir que el paciente comprenda el proceso patológico que les afecta a
través de la diseminación de información en los consultorios médicos, y los capítulos de
las bases de la artritis, lo que les permite participar en su propio cuidado. Tal
intervención ha sido demostrado que disminuye el dolor y mejora la calidad de vida en
general en pacientes afectados por artrosis.

4.3. Tratamiento farmacológico


Los analgésicos, antiinflamatorios tienen cabida para el tratamiento de las fases
avanzadas de la artrosis, disminuyendo el dolor y sufrimiento en los pacientes.
No obstante, es importante aclarar que estos tratamientos solo tienen como finalidad el
control sintomático, no actuando en ningún momento sobre la propia degeneración
articular.

Paracetamol
El paracetamol es una opción más para el alivio sintomático del dolor artrósico. Cuando
existe inflamación subcondral y/o sinovial, es preferible el tratamiento con AINE
porque la actividad del paracetamol es analgésica y antitérmica (acción central), sin
efecto antiinflamatorio ni antiagregante plaquetario. A pesar de que su nivel de
evidencia en relación a la eficacia es inferior al de otros fármacos, su perfil de
seguridad, superior al de los AINE, y su bajo coste le hacen presentarse como una de las
primeras alternativas terapéuticas para el abordaje del dolor en el paciente artrósico. La
farmacodinámica se caracteriza por una absorción gastrointestinal, vida media entre 2 y
5 horas, metabolización en hígado y eliminación renal. No obstante, no se trata de un
fármaco inocuo. Así, debe prescribirse con precaución en pacientes con enfermedades
hepáticas y muy especialmente en los pacientes enólicos. Por otro lado, y a pesar de no
ser un hecho conocido, su utilización por encima de 3 g/día puede convertirlo en un
fármaco gastrolesivo. Por tanto, debe administrarse con precaución en pacientes con
antecedentes de úlcera gástrica, hemorragia digestiva alta o con intolerancia a los AINE.
Por otro lado cabe destacar que paracetamol a dosis ≥ 3 g/día puede producir aumentos
de la tensión arterial que repercuten finalmente en el sistema cardiovascular, de forma
especial en los pacientes afectos de alguna forma de cardiopatía. Recientemente, se ha
publicado que en pacientes artrósicos tratados con paracetamol a dosis superiores a 4
g/día aumentan los niveles de transaminasas hepáticas por encima de cifras normales y
por ello contribuyen a la hepatotoxicidad. Por todo ello, paracetamol se considera una
buena elección para el tratamiento del dolor leve-moderado en la artrosis, por su
eficacia similar a las demás alternativas, buen perfil de seguridad a dosis establecidas y
buena relación coste/efectividad.
Opioides
Los analgésicos narcóticos de acción central son un grupo de fármacos usados para el
tratamiento sintomático de pacientes afectos de artrosis de cadera con dolor moderado o
intenso.
Deben recomendarse con precaución debido a sus múltiples efectos secundarios. Por su
frecuencia de uso, podríamos destacar la combinación de codeína con paracetamol. En
un estudio realizado en pacientes afectos de artrosis de cadera, la combinación de
codeína más paracetamol proporcionaba más y mejor analgesia que paracetamol solo.
En dicho estudio, destaca, sin embargo, que un tercio de los pacientes abandonaba el
tratamiento debido a diversos efectos secundarios como náuseas, vómitos, estreñimiento
y vértigo. El tramadol es un analgésico de acción central que constituye una alternativa
eficaz en pacientes que no pueden ser tratados con AINE. Ha demostrado ser eficaz en
el alivio del dolor de pacientes artrósicos que presentan dolor basal importante o brotes
de dolor en los que los AINE se han mostrado ineficaces en el control de los síntomas.
La combinación tramadol/paracetamol a dosis fija de 37,5/325 mg es eficaz en el caso
de dolor moderado, pudiendo ser utilizada en combinación con AINE, precisando en
muchos casos una vigilancia especial ante la mayor probabilidad de aparición de
secundarismos gastrointestinales.

AINE
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son el tratamiento recomendado cuando el
dolor experimentado por el paciente no mejora con paracetamol. Es el tratamiento
preferido por muchos pacientes por su eficacia, aunque no debemos olvidar que
presenta múltiples efectos secundarios, como gastropatía, toxicidad renal (con
disminución del filtrado glomerular y necrosis tubular), toxicidad hepática, alteraciones
en la agregación plaquetaria, retención hidrosalina (edemas, descompensación de
insuficiencia cardiaca e hipertensión arterial). No existen recomendaciones específicas
sobre la elección preferencial de cualquier subgrupo terapéutico de AINE en cuanto a
efectividad, eficacia y presencia de efectos secundarios. Mención aparte merece el
grupo de los coxibs (antiinflamatorios COX-2). Estos fármacos presentan un mejor
perfil de seguridad gastrointestinal en general, así como una menor incidencia de úlcera
gastroduodenal en particular. Sin embargo, estudios recientes han puesto en cuestión su
seguridad cardiovascular. Recientemente ha sido publicado un meta-análisis del
celecoxib, que lo sitúa en el mismo rango de toxicidad cardiovascular que naproxeno.
Por tanto, deben ser usados con precaución en personas con hipertensión arterial, al
igual que el resto de AINE, y también debemos prestar atención a la posible afectación
de la función renal. Su utilización en pacientes artrósicos de edad avanzada debería ser
valorada por sus efectos secundarios.
Fármacos condroprotectores
Los denominados fármacos sintomáticos de acción lenta (SYSADOA: Symptomatic
Slow Acting Drugs for OsteoArthritis), condroitín sulfato, glucosamina y ácido
hialurónico exhiben acción analgésica y mitigan el dolor de la artrosis de rodilla, cadera
y manos. Se ha postulado su efecto modificador de la enfermedad (efecto DMOAD:
Disease Modifying Osteoarthritis Drugs). A pesar de presentar un, lento inicio de sus
efectos poseen como ventajas adicionales, una eficacia global parecida a la de los AINE
y un efecto que se prolonga durante más tiempo, incluso durante algunos meses después
de la supresión del tratamiento (efecto carry over o remanente). Además, se trata de
productos que forman parte de la matriz del cartílago, son seguros, y tienen una baja
relación coste / efectividad.

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