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PETER LANG
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ISSN 0943-6022
ISBN 978-3-631-87237-6 (Print)
E-ISBN 978-3-631-89490-3 (E-PDF)
E-ISBN 978-3-631-89491-0 (EPUB)
DOI 10.3726/b20476
O Peter Lang GmbH
Internationaler Verlag der Wissenschaften
Berlin 2023
Todos los derechos reservados.
www.peterlang.comm
Tabla de contenidos
Laura Bak
Autogeografías: regresar adonde nunca se ha ido 9 3
INTERLUDIOTEATRAL. .....** **
**********'*** .s....,33
Rolando Reano Salazar
Teatro sobre los desaparecidos en el Peru: memoria
y reclamo porel
duelo pendiente..
°°**°****°°**'°°°°°****s4. 135
LA LÍRICA DE LA NOSTALGIA.
* * * s **.. 149
Niall Binns
Treinta años después", 1938-1968. La nostalgia del futuro de Jorge
Teillier. ********e****oo***.
. 151
241
IDAS Y VUELTAS TRANSATLÁNTICAS . . .
c l
Real de Azúa .
a
Resumen: Partiendo de las teorías sobre las relaciones entre el espacio familiar y la
memoria, este estudio sobre Nuestra piel muerta de Natalia García Freire (2019) pretende
revisar las tres líneas que articulan la novela y ubicarla dentro de la narrativa reciente
que invita a repensar las estructuras sociales, políticas, culturales e incluso biológicas,
planteando relaciones alternativas que permitan la continuación de la vida ante las diná-
micas destructoras del mundo moderno.
1. El regreso a lo podrido
En la primera página de Nuestra piel muerta, el narrador, Lucas, comienza
diciendo lo siguiente: "Sucedió todo tan deprisa que solo ahora que han pasado
ya tantas noches de tantos días empiezo a pensar en él como un muerto, de los
que penan. Y por las noches a veces le hablo" (Garcia 15). Este narrador homo-
diegético da comienzo así a su largo monólogo, que abarca toda la novela; un
monólogo que también es un reproche y una confesión, pero podría pensarse
Andrea Carretero Sanguino
22
E l cuento citado
pertenece a la colección Los peligros de fumar en la cama, publicado
por Anagrama en 2018. En este texto de Mariana Enríquez el regreso de los adoles-
centes desaparecidos como muertos que vienen de otro lado posee la misma funcion
que el regreso de Lucas en la novela de García Freire: todos ellos, de una forma u
otra, vuelven al espacio del que fueron rechazados como otros, distintos a los que se
fueron, con el fin de reconstruir las condiciones de vida mediante su regreso desae
la alteridad. En ambos textos, desde una posición política y ética, la aparición de los
jóvenes aparece ligada a la muerte como condición necesaria para proponer nuevas
formas de vida.
Regreso y salvación en Nuestra piel muerta 23
buscar, padre? El silencio? /Un espejismo? /Una patria? El que regresa no tiene
nombre, ni sabe lo que busca, y en su propia casa vive en calidad de huésped»
(García 23).
Aquello que debió permanecer oculto, tanto en el interior de la casa y la
familia como en la propia identidad del narrador, constituye una revelación
de lo abyecto: la podredumbre de la existencia humana en el Antropoceno se
vuelve tangible, corporal y monstruosa.
La casa "como anclaje de la memoria" (Gasparini 6), permite construir el
relato de la degradación de la familia; el hijo dirige al padre un monólogo donde
los tiempos se cruzan, las fronteras de lo humano se
diluyen y la experiencia
de la infancia y el enfrentamiento con el mundo adulto se convierten en la
piel
muerta como consecuencia de la entrada de los monstruos. Lucas
regresa para
acelerar el proceso de descomposición de un sistema tumefacto con el
objetivo
de dar alas a una vida más perfecta. Desde el desamparo, la orfandad y la escla-
vitud, el sujeto-desecho interpela en su discurso a su padre construyendo el
relato de un pasado en la infancia, trastornado por el paso de los años y por una
constante in(ter)vención de la realidad.
Los fragmentos del pasado y del presente se organizan en torno a lallegada
de Felisberto y Eloy y la vuelta de Lucas a una casa de la que solo queda la piel
muerta. Los cruces temporales enmarcan un reproche hacia el padre por haber
permitido la entrada de los extraños, los invasores, que llegaron y fueron aco-
gidos para trabajar y dar vida a sus tierras, pero acaban instalando la podre-
dumbre en la casa y consumiendo a la familia, que se va descomponiendo poco
a poco:
Recuerda que fue usted el que insistió en que se quedaran un poco más? Que había
que cuidar a los forasteros y tratarlos como a hermanos. Que Dios mandaba esto. que
Dios mandaba lo otro. Pues dígale a su Dios que ahora duermen en su cama, visten
sus ropas y que han dejado su cuerpo bajo la tierra de su propio jardín para pisotearlo
cada día.
Su cuerpo, padre, que ahora encogido se debe parecer más al mío de lo que los dos
podemos imaginar.
Como un espejo esta tierra.
Yo de un lado. Usted del otro. (García 17)
El narrador enuncia: "la memoria, cuando no puede recordar, deforma" (García
29); así, este relato es el reflejo de una realidad que la subjetividad modifica,
amplía, reconstruye. Como símbolo especular, también la tierra deforma la
imagen del hombre y el relato del narrador; de un lado, la tierra aparece como
el lugar donde se aferran las raíces, donde nace la vida natural; de otro, se nos
presenta como espacio de pertenencia al cual el sujeto se ve amarrado por unas
Andrea Carretero Sanguino
4
recuerdos,
la convivencia, y hasta la misma existencia, en la casa familiar. Estos
como puntos de fuga, disparan la narración construyendo el sentido del pasado
desde la perspectiva del narrador. La experiencia del regreso supone la llegada
del revenant, literalmente el aparecido del que habla Sylvia Molloy (2015) refi-
riéndose a algunos de Borges, pero cuya caracterización como "un
cuentos
pariente que se ha vueto extraño" (31) encaja perfectamente con el papel que
Lucas desarrolla en la novela. En la memoria del narrador el lector halla las
motivaciones que lo obligan a regresar: a través de un discurso que interpela
al padre muerto, tanto como al Dios padre, el pasado se vuelve una suerte de
justificación para continuar, pero no desde una posición de reconciliación y
recuperación del pasado perdido, es más, "no procura recuperar su comunidad
ni confundirse con ella sino volver a empezar en sus propios términos (31).
En la misma línea, Molloy apunta varias características de los retornantes
en las fhcciones borgianas cuya similitud con la novela de García Freire obliga
a repensar las novelas donde el regreso -y, sobre todo, el que regresa- condi
ciona el devenir narrativo de la experiencia del personaje, tanto en su discurso
como en su identidad. A este respecto, resulta interesante explorar loscondicio
nantes que impone ese regreso para el revenant que, tanto en "La otra muerte"
de Borges como en la Nuestra piel muerta, le permite "construirse a sí mismo
como otro" (33). En García Freire, encontramos a un narrador que pierdea
su padre y, con él, la máxima de la creación de los hijos a imagen y semejanza
del mismo; sobre esa ausencia se reconstruye su identidad y propone un nuevo
relato de la muerte y la resurrección, pues el regreso "no le ofrece la posibilidad
de enfrentar el pasado sino de corregirlo, tanto para los otros como para sí"
(Molloy 33). En consecuencia, el lector halla en el narrador la voz de un dios que
no castiga, sino que se sirve del desecho para re-crear otra forma de existencia:
Nadie hace justicia al huérfano. En estas condiciones, por un segundo, soy como un
dios castigador. Soy como el mismísimo Dios del Antiguo Testamento, aunque menos
sanguinario, no quiero extinguir el planeta, porque por eso Dios se quedó tan solo y
miserable que tuvo que hacerse tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo [...]. Se quedó solo
rehacer
porque destruyó a los hombres, porque vio que su maldad era mucha y quiso
todo lo que había creado, como un niño descontento con sus figuras de arcilla; las
miró informes, siempre inacabadas y se arrepintió y se enfureció, y a veces era mejor
cuando Dios actuaba de esa manera porque después perdió hasta sus ganas de jugar
Con figuras y destruirlas y las dejó corromperse. Pero no supo Dios lo que yo sé, no
sus palabras, licuar sus
supo Dios enseñarle al hombre a pudrirse, a perder su voz y
VISCeras, elevarse y escapar de su cuerpo de hombre, que es solo una pupa. (García 43)
tratara de una tierra que nadie quiere conquistar, como si se hubiera guiado por
un impulso colonialista de apropiación, usufructo y reproducción de sumis
dad anómala en el cuerpo social en que se enclava" (263).
Lo primero que se dice de Felisberto y
Eloy es que "eran dos pero sonao
Como un batallón y su ruido chocaba con todo alrededor porque todo estaba
imer
tocado por ese silencio turbio, menos ellos"
(García 32). Desde el pr
momento se les identifica con una
manada y destaca "ese parecido a u
huecos en lugar de ojos" (31). De acuerdo con las ideas del
tes con citado
de Moraña, el estu
monstruo en esta novela
Constituye una
provocación (in)orgánica que se materializa en sSu ser irre
ductible, éticamente d intensa,
inconmensurable,
discontinua y caótica. Su ser
a partir del cual
genera una
a biológica
stencia biológica
expone condiciones contrarias de
em
sensorial, haciendo coexistir exisic ilibrio
tenso e inestable.
Su ajenidad
características op
in
simbólico ya
que, a constituye el elemento clave de su
v
partir de ella, en los espacios vacíos que se
producen entre s
apariciones;
Regreso y salvación en Nuestra piel muerta 27
Sé que están todos en esta casa, nuestra casa, costra de tierra seca, con su oscuridad,
Ellos son
que es un caldo de cultivo, les ha dado posada para que esperaran mi regreso.
minúsculos, hermosos y leales.
Nuestra piel muerta, Natalia García Freire
los monstruos para contagiar y consumir. Asimismo, el sentido del pasado que
Lucas construye está marcado por el discurso de la represión moral y social qu
impone la doctrina católica y que condiciona toda su infancia bajo el manaalo
a los mandatos del Dios. De esta forma,
S
patriarcal, que a su vez responde
genera una analogía entre el padre muerto al que Lucas se dirige y el Dios pad
era
de la religión católica, como ya había mencionado al comienzo; de ma
recurrente se alude a "los planes perfectos de Dios" ya la idea del hombre ne
a imagen y semejanza de su creador.
mina-
En un movimiento de resistencia frente a la consumición y la conta
ción que pudre los de la casa y la carne de la familia, Lucas mai
muros
el rechazo hacia la idea de
perfección de la especie humana -hecha n
a
halla en el presente de la
narración respecto a la idea de
hogar. Siguiendo
artículo de Celina Manzoni (2015), el regreso provoca la desarticulación
el
de la
idea del hogar, de la familia e incluso la desarticulación de la
identidad, que se
ve desdoblada, y se evidencia cuando Lucas
enuncia: "Hay algo
en mí desde
que regresé.
Siento que hay dentro de mí un otro,
padre, que apareció desde
que Felisberto me dejó quedarme y desde que pisé esta casa de nuevo; un
otro que empieza a espacio entre el corazón y el estómago, quizá fui
nacer en un
otro desde que empecé a acercarme a esta casa, cuando
volvía, incluso mucho
antes de decidirlo" (García 71). Esta identidad
cambiante y la aparición de un
otro coincide con los
planteamientos de Manzoni, que propone la mímesis
como respuesta a la sensación de
extrañamiento generada por el encuentro con
lo cotidiano: "El encuentro con lo familiar
que se vuelve extraño posibilita una
lectura de los relatos de regreso que nos lleva a
pensar tanto en lo ominoso, lo
siniestro, en el sentido freudiano, como en los juegos del doble
que se constitu-
yen en proliferantes en este texto. La ambición de mimetizarse, de convertirse
en otro, de ser otro
y el despliegue de artificios orientados en ese sentido: la
imitación, la copia, el facsímil cuestionan entre otros efectos, la credibilidad del
personaje" (168-169).
Ante la oleada de podredumbre
que invade su casa, su familia y lo con-
vierte en otro constituido por el desecho, la identidad de
Lucas se aproxima
a la
figura del mutante que Noguerol apunta para la novela de Keizman; en
este caso también esta
figura encarna "la situación de los que han debido 'evo-
lucionar para sobrevivir a la devastación" (69). La mutación,
el conocimiento de la botánica* la
potenciada por
y entomología, permite plantear la aproxi-
mación de Lucas a la frontera que lo separa de un devenir-con en
forma de
diálogo entre especies diferentes, acercándose así a los conceptos de paren-
tesco en el Chthuluceno mencionados
por Donna Haraway en "Antropoceno,
Capitaloceno, Plantacionoceno, Chthuluceno: generando relaciones de
E n la novela de García
Freire, la figura de la madre es difusa, se encuentra latente
en cada rincón de la casa y es quien despierta en Lucas, durante la infancia, un
nterés por la botánica que acaba derivando en un conocimiento profundo tanto
$obre botáánica como sobre el mundo de los insectos: "Yo solo tenía ojos y oídos para
el Libro. EI libro de las generaciones de Adán no era tan perfecto como el que me
nabian entregado. Un universo más grande que el que creia que existia se abría ante
Con sus formas de vida simétricasy subterráneas. Estaballeno de dibujos y vida,
denuevas palabras y nombres, como los ibros de mi madre. Ytan fuertes sonaban las
palabras de aquel libro en mis oídos que yo no percibí las señales de lo que se
venía
(García 114).
Andrea Carretero Sanguino
30
venir
3 Las conexiones establecidas a manera de ensamblajes, así como la idea an
det
Freire, podrt
presentes enHaraway y puestas en relación con la novela de García
Mil
asimismo leerse desde los planteamientos de Deleuze y Guattari presentes en
organización de los tlujos
mesetas (1980) acerca de las conexiones maquínicas y la organizaclo e x p u e s t a s
de deseo, pues son evidentes las coincidencias entre las ideas de deven teden
seres
flagelados, trenzas de miofibrillas, enredos microbianos
1 s , s e r e sc o n
gando las rocas. La señorita Nancy viene a mi pecho y ellos la siguen, subenpatas
ras-
por mis
pies, se extienden por mi cuerpo y caminan. Este es mi deseo y late y asciende y tra-
quetea. Algunos se cuelgan de los vellos finos de mis piernas y trepan. Siento su tacto,
que es tímido, y sus patas tan pequeñas se clavan en mis poros me
y protegen.
Me duele el pecho, padre, pero les dejo hacer. Ellos son los dueños
de este templo, y
ahora están en mí. (García 131-132).
Esta idea puede vincular con el propósito de "hacer posible una parcial y
se
por cada cuarto y sé que están ahí, que siempre lo han estado. Que
en esta casa
sOlo quedarán ellos, seres minúsculos que nos sobrevivirán. Solo la carne nos
5 Los sistemas simpoiéticos, según la cita de M. Beth Dempster, que Haraway recoge en
Seguir con el problema (2020), son "los sistemas producidos de manera colectiva que
autodefinidos. La información y el control
no tienen límites espaciales o temporales
se distribuyen entre los componentes. LOs sistemas son evolutivos y tienen potencial
4. Conclusión
aseverar que esta novela se ubica entre los relat
Tras este recorrido, se puede atos
la violencia dentro de la familia,
donde el hogar se revela como
un
que narran la idea de Dios que se crea
contaminado represivo. En este caso,
es
lugar hostil, y
a través de los mandatos divinos la que impulsa todas las dinámicas dedescom
posición en la familia. La entrada de los monstruos como un ser catastrófico y
marcado por la fatalidad (Moraña 218) resulta el motor fundamental del con-
flicto, pues llega a la casa siendo bienvenido y reproduce hasta la saturación los
sistemas hegemónicos, poniendo en evidencia su podredumbre y "violentando
lo real, llevándolo más allá de los umbrales de lo natural y originario, colocán-
dolo frente al abismo del limite y de su superación utópica" (218).
He pretendido aquí revisar las tres líneas que articulan la novela de Natalia
Garcia Freire y ubicarla dentro de la narrativa reciente preocupada por la cons-
trucción de la familiay su especial vinculación con el recuerdo, que necesaria-
mente implica adentrarse en espacios ocultos donde la violencia y la opresión
gestan todo tipo de dinámicas destructoras. Para llevarlo a término, recojo la
referencia al artículo de Rafael Ángel Herra (2020) sobre la relación entre el
monstruo, el espejo y el laberinto. En Nuestra piel muerta a tierra es el espeo
en que la especie humana queda sepultada bajo el triunfo de la vida anima
pues la vida de los insectos posee la perfección que ha el hombre: D.
esta forma, la tierra funciona
perdido de
como un espejo que revela las zonas
la vida humana transforma poariu anto,
y las formas de vida animal: el hombre es, por
el fruto de la ia
deformación de la vida animal. Para la continuación de la viaas
necesario plantear nuevos modos de interacción entre
humanos yno-nuna
1anos.
Frente a la idea
positiva de recuperación nostálgica de las presente
en muchas de las obras
que abordan el regreso al de Ga
Freire, Lucas vuelve con hogar, en la oDra
de la memoria de
un
propósito que no tiene que ver con la peración
por la violencia y
vinculado con un acto de rela cio que
salvación de los purificación,
que.
del
inter-especie. La función capitalismoTcas
de los nuevos
parentescos acd
actua
como
ejercicio de resistencia del regreso ae
contra las fuerzas y el n monstruos
frente a la vida
Regreso y salvación en Nuestra piel muerta 33
obediencia,
identidades.
orfandad y desamparo que construye el cuerpo social y articula las
Obras citadas
DELEUZE, Gilles y Félix GUATTARI. Mil mesetas. Valencia: Pre-Textos, 2012
(1980].
GARCÍA FREIRE, Natalia. Nuestra piel muerta. Madrid: La Navaja Suiza, 2019.
GASPARINI, Sandra. "Casas y memoria: derivas del espacio y el miedo en la
narrativa argentina contemporánea". XXVI Jornadas de Investigación del
ILH. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, 2014.
HARAWAY, Donna Jeanne. "Antropoceno, Capitaloceno, Plantacionoceno,
Chthuluceno: generando relaciones de parentesco". Revista Latinoamericana
de Estudios Críticos Animales 1 (2016): 15-26.
Seguir con el problema. Generar parentesco en Chthuluceno.
Bilbao: Consonni, 2020.
HERRA, Rafael Angel. "Laberinto, monstruo, espejo. In speculo nulla est
redemptio". Theory in Action 13.4 (2020): 63-72.
JELIN, Elizabeth. Los trabajos de la memoria. Lima: IEP, 2014.
MANZONI, Celina. "Poéticas del retorno. Las pesadillas del regreso en la cultura
latinoamericana contemporánea". CELEHIS 29 (2015): 161-179.
MoLLOY, Sylvia. "Dislocación e intemperie: el viaje de vuelta". Caracol 10
(2015): 18-37.
MoRAÑA, Mabel. El monstruo como máquina de guerra. Madrid/ Frankfurt am
Main: Iberoamericana/ Vervuert, 2017.
NocUEROL, Francisca. "Contra el Capitaloceno: escrituras subversivas en el
siglo XX1". Anfractuosités de la fiction: inseriptions du politique dans la litté-
rature hispanophone contemporaine. Ed. Marta Waldegaray. Réims: Éditions
et Presses Universitaires de Reims, 2020: 51-75.