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1) Doña María de la Encarnación Bazán, viuda de Pascual Jiménez, fue víctima de un complot orquestado por Miguel Baldés y autoridades locales para despojarla de sus tierras, ganado y cosechas en 1780.
2) Fue encarcelada durante cuatro meses sin cargos y sus bienes fueron embargados y vendidos.
3) Pasaron 20 años de litigio para tratar de recuperar sus bienes, pero no hay evidencia de que lo haya logrado. El documento muestra el funcionamiento corrupto del sistema de
Descripción original:
Despojo de los bienes por el Cabo de la Acordada a doña Encanación Bazpan viuda de Pascual Jiménez.
1) Doña María de la Encarnación Bazán, viuda de Pascual Jiménez, fue víctima de un complot orquestado por Miguel Baldés y autoridades locales para despojarla de sus tierras, ganado y cosechas en 1780.
2) Fue encarcelada durante cuatro meses sin cargos y sus bienes fueron embargados y vendidos.
3) Pasaron 20 años de litigio para tratar de recuperar sus bienes, pero no hay evidencia de que lo haya logrado. El documento muestra el funcionamiento corrupto del sistema de
1) Doña María de la Encarnación Bazán, viuda de Pascual Jiménez, fue víctima de un complot orquestado por Miguel Baldés y autoridades locales para despojarla de sus tierras, ganado y cosechas en 1780.
2) Fue encarcelada durante cuatro meses sin cargos y sus bienes fueron embargados y vendidos.
3) Pasaron 20 años de litigio para tratar de recuperar sus bienes, pero no hay evidencia de que lo haya logrado. El documento muestra el funcionamiento corrupto del sistema de
Doña María de la Encarnación Bazán viuda de Pascual
Jiménez, vecina de Paso del Fierro, acusada de abigeato, fue víctima de un complot orquestado entre integrantes del Tribunal de la Acordada y autoridades de Cotaxtla para mantenerla en presidio durante cuatro meses y despojarla de su hato ganadero, cosechas de ajonjolí, frijol y maíz; la hacienda y sus enseres; y un sembradío de caña de azúcar que estaba pronta para entrar a la molienda. No sólo fue afectada y vejada en el contexto de una sociedad rural machista, voraz y misógina, sino como ahora, por un aparato de justicia incapaz de resolver los conflictos de una manera rápida y expedita. Ocurrió en el lejano año de 1780, en el desorden y los estertores del gobierno virreinal de Carlos III y el vacío de poder en el gobierno de Veracruz que dejó la muerte del virrey de la Nueva España, don Antonio María de Bucarelli y Ursúa, ocurrida un año antes de estos hechos, en 1779, y el arribo del nuevo virrey Bernardo de Gálvez, quien ocupó el cargo hasta 1785. El argumento principal para el embargo de sus bienes fue que compró ganado robado para el consumo de los trabajadores de su hacienda aunque, en la queja que interpuso ante el procurador del virrey, detalló los nombres de los productores de ganado de haciendas cercanas a quienes les adquirió lícitamente el producto. La viuda de Pascual Jiménez, administradora de los bienes de sus tres hijos “y de dos doncellas”, recorrió un largo peregrinaje, por más de dos décadas, en defensa de su patrimonio en los tribunales de justicia del virreinato. En primera instancia, recién salida de prisión, no encontró respuesta en el “gobernador” de Veracruz y tuvo que trasladarse a la Ciudad de México para denunciar el atropello de que fue objeto: “para que tomaran conocimiento de esta solicitud”. El recurso de queja, divulgado en original por el Archivo General de la Nación. puede ser consultado de manera libre en formato digital en el sitio web https://memoricamexico.gob.mx/. Título: expediente 12; Forma parte de: Acordada; Nota de tiempo: 1782; Descripción: Sobre un embargo injusto que en Cotaxtla, jurisdicción de Veracruz, hizo el cabo de la Acordada Miguel Valdés a María de la Encarnación Bazán viuda de Jiménez. Procedencia: Archivo General de la Nación; Licencia de uso: para uso educativo, sin fines de lucro. En la transcripción que hice del original, aclaro, deber haber algunos errores de interpretación tomando en cuesta que el documento fue redactado con el lenguaje y la sintaxis de hace 243 años, además de que en algunas partes el texto no es muy legible pero contenido sustancial de la historia se sostiene. El 13 de febrero de 1782, en la ahora Ciudad de México, dos años después de los hechos, la afectada se presentó ante la autoridad para dar testimonio del atropello de que fue objeto con la anuncia del “gobernador Yndio de Cotaxtla Thomas María”, como reza en el original. Su caso se resguarda en el expediente No. 227 F 187 en documento oficial con el sello del rey Carlos III. En su denuncia, acusó directamente al “cuadrillero” Miguel Baldés (sic) quien por órdenes del Cabo de la Comisaría de la Acordada, don Ramón Santa María, le embargó violentamente todos los bienes que administraba como tutora de sus hijos “por motivo de no haber querido condescender a una repetida súplica (que pasaba a molestia) de don Baldés que era que le vendiera media res que tenía destinada a repartir entre los operarios de mi rancho denominado Paso del Fierro”. En el texto, transcrito del original y adaptado al lenguaje actual para una mayor comprensión, fechado el 13 de febrero de 1782, compareció ante “XE (Sic) Dios que su recta justificación se ha de servir, tomar el correspondiente conocimiento en la injuria y acusación gravísima”. Argumentó que le negó la venta de la carne ya que era para gasto de su propia casa. En respuesta el tal Baldés la denunció ante el Yndio Gobernador del mencionado pueblo de Cotaxtla, acusándola de abigeato; dijo que “yo compraba reses hurtadas”. Con la anuncia del alcalde o el gobernador como lo llama la quejosa en la redacción con un lenguaje de la ápoca, el tal Baldés, a la media noche de ese mismo día, allanó el rancho “con dos hombres del gobierno” quienes revisaron los cuartos de la hacienda hasta encontrar la media res que solicitaban y, a la sazón, se la llevaron consigo; asimismo apresaron a dos trabajadores o “dos infelices operarios” con tanto atropellamiento que, en resultas, a uno de ellos le sobrevino la muerte y al otro lo liberaron hasta el siguiente día. En la diligencia expone que la vaca no era robada; se lo compró a un criador de ganado mayor cuyo nombre no es legible en texto original, “como también he hecho lo mismo, en otras varias ocasiones, a Joaquín Escamilla, mayoral de la hacienda de Santa Lucía”. Pero como ya estaba determinado por Baldés y el alcalde de Cotaxtla, éstos redactaron un escrito “cuyo contenido hasta el día de hoy ignoro”, para don Ventura de la Fuente, titular del Tribunal de la Acordada, quien comisionó al Cabo don Joaquín Santa María, para el seguimiento de las diligencias. Muchos años antes, alrededor de 1710, el gobierno virreinal había creado en la Nueva España con el nombre de La Acordada una organización destinada a la persecución y juzgamiento de diversos delitos de orden común. Acordada era también el nombre de la cárcel en que eran custodiados los señados de cometer delitos. Derivado de ello, doña María Encarnación Bazán viuda de Pascual Jiménez, fue arrestada en su hacienda de Paso del Fierro y recluida en presidio durante cuatro meses sin que se le fincaran siquiera cargos, en tanto, los autores materiales e intelectuales del arresto, embargaban y se repartían sus bienes. A los 15 días de su arresto procedieron a la incautación y a la venta de las cosechas de diversos cultivos que la denunciante clasifica como “semillas” que debieron ser ajonjolí, maíz y frijol, con un valor de mil pesos; once caballerías, una superficie considerable de caña de azúcar que tenía sembrada ya casi lista para entrar a la próxima molienda que estimo con un valor de “de seiscientos pesos”. Asimismo, el rancho o hacienda y los enseres, fueron adjudicados por Baldés y su hermano Gregorio, “quienes son declarados enemigos”, ya que, previo a los hechos que se denuncian, también le robaron a su hijo Faustino Jiménez, “Onze cavesas de ganado” y cuando el afectado se apersonó a cobrárselos, con lujo de alevosía, violencia y prepotencia, le contestaron que le pagarían con un balazo en la frente. En la investigación personal que realizó el afectado, encontró tres pieles de los animales enterrados en el monte y el resto de la carne salada en la casa de los denunciantes, con lo que se deriva que, para no pagar la deuda, con ayuda de las autoridades, urdieron un plan para acusarla de abigeato y “quitarnos de en medio”. La viuda concluye en su denuncia, “y para no cansar la atención de V.E. (Virrey de la Nueva España) concluyo disiendo (sic) que cuánto (sic) expongo en este escrito estoy pronta a probar cómo el de los malos procedimientos de Baldés que por ello he sufrido la pena de precidio”. Asimismo, solicita que el Virrey se sirva mandar a que el Gobernador de Veracruz reciba atender “a los testigos que presentaré para probar lo que llevo expresado” y que notifique a don Ventura y a Santa María en el acto para que “se me devuelvan mis bienes y pido contra Baldés” la aplicación estricta de la ley. En el expediente hay una extensión de la denuncia de su hijo don Pascual Faustino Jiménez, originario de “San Pedro Cotaxtla” en donde agrega más detalles del pleito y averiguación por la pérdida de sus 11 cabezas de ganado a manos del “cuadrillero” Miguel Baldés, hecho ocurridos en el año ochenta (1780). Coincide en que se encontraron las pieles en el monte y la cane salada en la casa de Baldés y reitera que se les cobró de buena manera sin que el denunciado haya procedido de buena fe, por el contrario, se mostró violento. Por último hay una ampliación de la declaración de la viuda rendida en un tribunal de Veracruz en el año de 1800, o sea, 20 años después de ocurridos los hechos, en donde continúa con el litigio para tratar de recuperar sus bienes. En el documento consta que ya es vecina de la Ciudad de Veracruz. “Excelentísimo Señor. Ante la piedad de Usted V.E (Virrey), con todo rendimiento expongo: que hace poco más o menos cuatro meses, obtuve un decreto para que el Gobernador de esta plaza me hiciera entrega del importe del rancho llamado Paso del Fierro, a nueve leguas de aquí, que es donde tenía mi vecindad y estancia, se embargó por indicios mal fundados y a pesar de que con testimonios y pruebas revertí las acusaciones que se me hicieron hasta el momento no se le ha dado el merecido cumplimiento ni me han entregado el importe de lo que con la mayor injusticia me corresponde”, señala a transcripción del documento original ajustado al lenguaje actual. Hasta esa fecha los bienes de los hijos de la viuda se mantenían embargados debido a la tardanza en la aplicación de la ley y algunos artilugios leguleyos de los abogados de la época como el argumento de las autoridades de la Acorda en el sentido de que se había perdido o extraviado el expediente o documento original de la queja o que lo habían remitido a otro Capitán de Acordada. Ya en un lenguaje más firme la viuda exige que, “sin frívolos pretextos” se cumpla el Decreto Superior de que le sean resarcidos sus bienes y se concrete la justicia que le asiste. Aquí termina la historia en el expediente del Archivo General de la Nación; no sabemos si la viuda recuperó el patrimonio de sus hijos. Lo más seguro es que no. Diez años después de su última queja inició la revuelta de la Independencia de México que dio al traste con todas las instituciones de Virreinato pero este joya de documento, resguardo por el Archivo General de la Nación (AGN) , nos da un claro ejemplo de la dilatación de la justicia, tal como ahora, en lo que fue el Real Tribunal de la Acorda. Paso del Fierro II. Acudo a Paso del Fierro a seguir las huellas de doña María de la Encarnación Bazán viuda de Pascual Jiménez. Se ubica alrededor de diez a doce kilómetros de la Carretera Federal Veracruz- Córdoba entrando por la comunidad del Bosque y luego el ejido el Jícaro o Mecayucan el cual es su nombre oficial; luce una bien cuidad carretera pavimentada protegida por cercas vivas de palo mulato y palo de cocuite para proteger el ganado; hay un puente que comunica el Jícaro con la Cebadilla y luego la ruta hacia Cruz de Quintero. Aquí se acaba la carretera pavimentada. Lo que sigue es una terracería en buen estado con rumbo al norte, hacia el colindante municipio de Jamapa. Es el mes de mayo y el calor es intenso; veo ganado de registro pastando, extensos cultivos de caña, maíz y frijol, como en la época en que vivió aquí doña María de la Encarnación Bazán viuda de Pascual Jiménez. Llego a la bifurcación de un camino; al sur conduce a la comunidad de Brillante, al norte, al ejido ya perteneciente al municipio de Jamapa; diviso a un kilómetro la autopista Veracruz- Córdoba, el camino que condujo a los a los primeros españoles al Altiplano y que seguramente fue la ruta de los primeros pobladores de estas tierras hacia Veracruz y viceversa. Actualmente Paso del Fierro es una serie de ranchos privado y es el nombre de una congregación de Cotaxtla donde opera una agencia municipal con jurisdicción en: Cruz de Quintero, La Burrera, Piedra Sentada, Veladero, Rincón Quemado, la Cebadilla, Santa Rita, Paso Aguirre y se extiende hasta Loma de los Hoyos y Mata Catarina. En su declaración la viuda de Pascual Jiménez dijo que su rancho, Paso del Fierro, se ubicaba a siete leguas del puerto de Veracruz y acertó, estamos alrededor de 40 kilómetros de la costa. Actualmente los ranchos de Paso del Fierro están fraccionados en diversos predios de propiedad privada. Ricos ganaderos y herméticos agricultores, desconfiados de los intrusos por la experiencia histórica de tracciones, tensiones y conflictos. Voy en busca de un vestigio de lo que fue la hacienda de la viuda pero no encuentro nada. Un lugareño me dijo, “en aquella loma había cimientos de una construcción muy antigua; un día de aguaceros torrenciales los vecinos escarbaron los cimientos, los trituraron para rellenar los hoyancos del camino”. Tal vez fue fueron los cimientos de lo que fue la hacienda de don Pascual Jiménez y que heredaron sus hijos y administró con mano firme hasta 1780 doña María Encarnación Bazán viuda de Pascual Jiménez cuyo expediente de queja obra en el Archivo General de la Nación.