Cuando se habla de filosofía moral, se alude también a ética; ambos conceptos
análogos. Si la ética es la reflexión sobre lo que es “bueno y malo”, la moral supone las normas sociales y los valores, posteriores a ese análisis filosófico.
La ética, es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o no del comportamiento
humano: esto es la virtud, el deber, la felicidad, etc. Tiene como centro de atención las acciones humanas y las características de las mismas. Las acciones humanas constituyen el escenario donde se produce el acto moral en sí, como acto racional sistemático que repercute en los niveles individual, social, antropológico, ontológico… Dicho acto se tiene como acto libre y consciente, de ahí lo de acto racional.
Supone un juicio de determinar si es ético o no, si es bueno o malo, si con el ejercicio
o la ejecución de ese acto moral nos encontramos en el lado del bien o del mal.
La moral, es un conjunto de normas, valores, costumbres e incluso creencias que
funcionan como directrices en la sociedad. Gracias a su carácter normativo es posible distinguir qué es lo bueno y lo malo, sus hechos, cuáles son las acciones correctas y cuáles son las incorrectas.
El origen de la moral es la costumbre, arranca de las pautas vinculadas al grupo social
y a la tarea de supervivencia.
La ética en el nivel de la propuesta sobre lo correcto en las acciones humanas y a la
moral en el nivel de la codificación: códigos de comportamiento concretos.
La ética siempre será una actividad teórica y la moral una práctica.