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La vieja y querida pirámide invertida

Los nuevos formatos que empiezan a delinearse en


el periodismo exigen cambios en el entrenamiento
básico de los novicios en el oficio de escribir, "pero
retirar la estructura de Pirámide Invertida de las
rutinas de redacción es una exageración, porque
todavía, y por mucho tiempo, seguirá siendo el
mejor método y modelo de entrenamiento para
contar las cosas", dice el periodista Juan
Gargurevich.
                                                                Glenda González

Ahora todo el mundo habla mal de ella, pero durante


150 años la pirámide invertida fue la mejor
herramienta para enseñar a un periodista novato
sobre cómo contar las cosas que pasan. Solo tenía que
contestar  las siguientes preguntas: 
 Qué
 Quién
 Dónde
 Cuándo
 Cómo
 Por qué 
Con ello se tenía el párrafo perfecto. Pero ahora
cuando el periodismo impreso ya no tiene ninguna
posibilidad de ofrecer sorpresas, porque las noticias
ya volaron a la vía audiovisual o a Internet, muchos
piden retirar la pirámide invertida del diccionario de
la especialidad.

Uno de los que la sentenció fue el periodista


argentino, Tomás Eloy Martínez, en un famoso
discurso en el Sindicato Internacional de la Prensa
(SIP), en 1997:
“Casi todos los días, los mejores diarios del mundo
se están librando del viejo corsé que obliga a dar
una noticia obedeciendo al mandato de responder
en las primeras líneas a las seis preguntas
clásicas…”

Martínez extendía su reflexión hacia las nuevas


formas de narrar que comenzaron a adoptar los
periódicos impresos de la época, en medio del embate
de las versiones digitales.

Lea: Escritura digital, críticas a la pirámide invertida

Los historiadores cuentan que este modo de escribir,


con los datos principales en el primer párrafo y luego
los detalles secundarios, nació debido a la fragilidad
de la red telegráfica de mediados del siglo XIX en los
Estados Unidos. Las comunicaciones se interrumpían
con frecuencia y muchas historias quedaban truncas. 

Entonces la agencia de noticias Associated


Press impuso a sus corresponsales un modelo que
inmediatamente siguieron los demás, pues su eficacia
quedó ampliamente demostrada.

Esto se hizo más dramático cuando comenzó la Guerra


de Secesión en 1864, fuente de noticias que no podían
ser contadas al viejo estilo de crónica frondosa y
dramatizada. Fue así como, al grito de “¡hechos, solo
hechos!” el periodismo norteamericano giró
bruscamente hacia el relato que muchos tildan de
factual, austero, y sin adjetivos, que comenzó a
considerarse como la mejor manera de ser objetivo.

A partir de entonces todos los manuales de


periodismo insistieron en que la técnica de la
pirámide invertida era “la” manera de contar las
cosas. 

Sin embargo,  también hay una verdad absoluta que


todos los periodistas conocen: “La única regla fija en
el periodismo es que no hay reglas fijas”. Tal hecho
deja los espacios abiertos a las nuevas propuestas y a
la creatividad. 

De ahí han derivado muchos planteamientos, nuevos y


viejos, que señalan que la vieja y querida pirámide
invertida no es la única forma de contar la cosas en
periodismo. 

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Fuente: Juan Gargurevich. Periodismo, periodistas,
periódicos
(https://tiojuan.wordpress.com)

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