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Conceptos de gobernabilidad
Así mismo, el autor (A. Camou) establece tres variables que influyen en la misma
como lo son:
c) Gobernabilidad y estabilidad.
Si bien desde el siglo XIII tuvo cabida el término “gobernanza” en la lengua francesa,
inicialmente se usó para referirse a la dirección de asuntos vinculados con el ámbito
público, de modo que su vinculación con el poder y con el Estado –en la lengua
francesa- no era directa. Ya para el siglo XVIII en Alemania se empieza a usar el
término para referirse a la manera que tiene un Estado de usar los recursos
apropiadamente de modo que pueda satisfacer los requerimientos de la sociedad y lograr
que la misma pueda surgir económica y socialmente. A principios del siglo XX el
término “gobernanza” se empieza a vincular más con la gestión administrativa que con
el poder.
Para la década de los 70 del siglo XX la “gobernanza” se empieza a utilizar por quienes
proponen modernizar la gestión pública en el ámbito local, de modo que se empieza a
cuestionar el rol del gobierno local en función de fortalecer la democracia aún
atendiendo demandas de descentralización, de modo que los ciudadanos, como
beneficiarios, empezaron a participar a través de asociaciones de vecinos, redes por
medio de las que se vinculaba sector público con sector privado y las políticas públicas
se orientaron a mejorar la calidad de los servicios públicos habilitando canales para
lograr más participación.
De ahí que el término se empieza a vincular directamente con el poder que se despliega
desde el sistema político, esto sobre planteamientos previos en función de los cuales se
entendía la “gobernanza” como una manera de vincular actores cuyo objetivo en común
es lograr una mejor gestión. De ahí que en la década de los 70 -80 del siglo XX se
empezara a plantear la gobernanza por medio de sistemas de dirección y control que
podía aplicarse en el sector público y en el primero mediante los indicadores: gestión de
la información, transparencia y rendición de cuentas basado en delimitación previa de
responsabilidades.
Existen funciones en las que se ha comprobado que el sector privado es más eficiente,
de modo que lo mejor que puede hacer el gobierno en ese caso es permitir a
organizaciones del sector privado asumir las responsabilidades en cuestión, en el
entendido de que el gobierno ha de ser gestor de políticas.
De ahí que se entiende la gobernanza como requisito indispensable para que exista
gobernabilidad. Todo sistema político tiene reglas (escritas y no escritas) mediante las
cuales se orientan, los actores, a resolver conflictos y tomar decisiones. Mientras más se
acerquen esas reglas al logro de instituciones mediante las cuales se pueda responder
eficazmente demandas de los ciudadanos por medio de consensos y logrando inclusión
de diversos sectores sociales, más capacidad tiene un gobierno de ejecutar políticas
públicas de manera efectiva y menos tensiones existen entre demandas de la sociedad y
resultados que puede exhibir el gobierno.
Para que efectivamente las demandas sociales sean abordadas a partir de políticas
públicas, es necesario que primero formen parte del contenido de la agenda pública, de
modo que mientras más acceso tenga la sociedad a una agenda pública, más posibilidad
existe que existan niveles altos de gobernabilidad.
Para que efectivamente los actores de diversos sectores tengan acceso a la agenda
pública, es preciso que existan instituciones, siendo que por medio de éstas tendría
cabida el rol de cada uno de los actores estratégicos en diversos niveles. Dicho lo
anterior, la gobernabilidad es resultado de patrones de interacción social, de maneras de
proceder de los actores ante ciertas oportunidades orientadas a concretar por medio de
políticas, lo que está permitido en función de las instituciones que prevalecen en la
sociedad. El sistema sociopolítico es el que termina por definir las instituciones y en
función de éstas, las interacciones que mantienen los actores, lo cual trasciende al
desempeño del gobierno, de ahí que las demandas de la sociedad y las respuestas del
gobierno se encuentra imbricadas siendo que resultan de una estructura institucional y
de interacción entre actores específicos.
Este texto tiene muchos ejemplos (125-134), no sé si les resulte adecuado añadir algo
del caso, o adaptarlo a Venezuela, ustedes me dicen.
La gobernabilidad y gobernanza son términos que se han venido llenando de significado
después de que en el mundo occidental se ha evidenciado fallas de la mano invisible del
mercado, crisis en el manejo de políticas micro y macroeconómicas, en formas de
gobierno y producto de eso, han surgido demandas orientadas a una manera de gobernar
que responda a dinámicas actuales en que actores sociales bien pueden ser actores
estratégicos y es insuficiente plantear políticas públicas desde una estructura jerárquica
centrada en el Estado o en el mercado, únicamente.
De ahí que en los últimos años la gobernanza está siendo objeto de diversos estudios,
siendo que se le vincula con elecciones políticas acertadas y con la convergencia de
múltiples intereses diversos que pudieran ser contradictorios en una acción mediante la
cual sean satisfechas las expectativas de los actores, para lo que es indispensable la
cooperación de instituciones públicas y no públicas, actores políticos, sociales, públicos
y privados.
Gobernanza entonces se asocia con una manera de gobernar, alejada del control
jerárquico, orientada a la cooperación. En todo caso se trata de un concepto que se
orienta a lograr la eficiencia por medio de una gestión que se adapte a la realidad actual
y de cabida a nuevos actores y nuevas estrategias para abordar las medidas a tomar, para
lo cual es preciso que se centre en cambios estructurales en el gobierno y replantee el rol
del Estado como instancia de articulación de intereses en la toma de decisiones.
En función de estos factores se puede describir qué tanta gobernabilidad puede brindar
un sistema socio-político en función de la articulación que existe entre los actores
(políticos y sociales) que han de orientarse a solventar problemas de la sociedad de
conformidad con normas establecidas (explícitas e implícitas) en una sociedad, de ahí
que la gobernabilidad sea una cualidad del sistema socio-político. De hecho Coppedge
(en Camou 2001) indica que la gobernabilidad es “el grado en que el sistema político se
institucionaliza”, entendiendo que las instituciones son el conjunto de mecanismos a
través de los cuales se regula la conducta humana en sociedad, de modo que los
procedimientos institucionalizados son estables en una sociedad.
De ahí que para Fernando Calderón (en Camou, 2001) la gobernabilidad tiene cabida
dentro de una sociedad democrática en que el orden es abierto, se reconoce que es
conflictivo y dentro del mismo se procura dar lugar una gestión eficiente en que si bien
el poder Ejecutivo tiene autoridad frente al Legislativo y frente a la sociedad, los actores
(que para Prats serían los “actores estratégicos”) han de orientarse a lograr una sinergia
¿cooperacion? ¿Coorelacion? en aras de responder de manera efectiva las demandas de
la sociedad.
Camou también hace referencia a “cinco grados de gobernabilidad” mediante los cuales
se puede definir un nivel “ideal” de gobernabilidad, en que no hay conflictos, así como
un escenario de “ingobernabilidad” en que no hay solución a conflictos porque no hay
pautas que sean respetadas por toda una comunidad política. Los tres grados que faltan
los define Camou de la siguiente manera: “gobernabilidad normal”, en que se mantiene
un equilibrio dinámico entre demandas de la sociedad y respuestas del sistema –de
modo que se mantiene una estabilidad y el sistema político y social se reconocen como
legítimos-, “déficit de gobernabilidad”, en que hay desequilibrio entre demandas y
respuestas –en este nivel se empieza a cuestionar la legitimidad del sistema desde
alguna de las esferas, lo económico, político, ciudadano, entre otros, y se pierde la
estabilidad del sistema- y “crisis de gobernabilidad”, en que prevalece el desequilibrio
entre demandas y respuestas del sistema político –desde el gobierno no se llevan a cabo
políticas públicas orientadas a promover el bienestar de la sociedad, con lo que el
sistema político pierde legitimidad, no hay estabilidad en las instituciones que sustentan
la democracia y sus repercusiones en el ámbito económico llevan a que la gestión del
gobierno se considere ineficaz-.
Es de hacer notar que para la elaboración misma del marco y su adaptación a las
diversas realidades, juegan un rol fundamental diversos actores, dentro de los que caben
Estado, empresas, organizaciones sin fines de lucro, sindicatos, grupos de interés e
individuos.
Para lograr una adecuada “Gobernanza” es preciso en primer lugar que mediante el
sistema electoral se garanticen normas y reglamentos por medio de cuya aplicación, se
logre una representación proporcional en los poderes públicos, de las preferencias de los
ciudadanos, al tiempo que han de habilitar los canales para que entre el poder Ejecutivo
y el Legislativo se establezcan los intercambios a los que haya lugar, para actuar de
manera coordinada. Lo anterior se establece como precepto con el fin de que la toma de
decisiones desde las ramas del poder público, sean acertadas de conformidad con las
demandas de los ciudadanos.
Dicho lo anterior, el legislador mediano, esto es quien mejor puede responder ante las
expectativas y preferencias del “votante mediano”, ha de contar con un rango de acción
tal que por medio del mismo le sea posible responder satisfactoriamente ante las
demandas de los votantes. Sumado a lo anterior, el Presidente ha de contar con un apoyo
mayoritario de los votantes, dentro de lo cual ha de estar inmerso el votante mediano.
Para estos autores los sistemas bipartidistas constituyen una barrera para lograr la
gobernanza en el entendido de que en estos sistemas suele presentarse la situación en la
cual el Presidente no logra mayoría en el Congreso y una mayoría relativa puede llegar
a concentrar la mayoría de los votos sin representar por eso los valores y demandas que
el votante medio exige.
Ahora, el énfasis está en que las reglas electorales permitan que la representación que se
ejerce desde ramas del poder público así como la conformación de los partidos
políticos, se correspondan con las preferencias de los votantes, lo cual ha de sumarse a
decisiones institucionales efectivas, de modo que los votantes se sientan satisfechos.
La manera de garantizar una buena gobernanza bajo este esquema es bajo la condición
de que el partido del legislador que puede vetar decisiones del Presidente, esto es el
partido que aglutina 2/3 partes del poder Legislativo se acerque lo más posible al
legislador mediano, de modo que se puedan esbozar políticas que cuenten con el
respaldo mayoritario de los integrantes del poder Legislativo.
Asimismo es conveniente que los integrantes del Gabinete expresen preferencias que se
acerquen lo más posible a las preferencias del legislador mediano, de modo que sean
factibles acuerdos orientados a cooperar y a responder satisfactoriamente demandas de
los votantes, de ahí que en un esquema presidencial multipartidista, sea frecuente la
conformación del Gabinete con presencia de muchos partidos políticos, Gabinete en que
la mayoría ha de ser integrante del mismo partido político que el Presidente.
Como inciso se puede añadir que para Aguilar Villanueva las políticas públicas pueden
entenderse como medidas y estrategias cuyo objetivo último es solventar problemas de
interés público y que son ejecutadas por una autoridad competente y legítima. Dicho
esto, se entiende que hayan pasado necesariamente por un proceso de planificación y le
hayan sido asignados objetivos debidamente delimitados, se desarrolle por medio de
objetivos acordes con la política por medio de los cuales se aspira que se llegue al
cumplimiento último y requieren de recursos así como de una suficiente reciprocidad
por parte de los beneficiarios y actores estratégicos.
En este contexto, “el Estado sigue siendo un actor relevante, y en realidad el actor
dominante para definir los objetivos”, en ese contexto controlan instrumentos de acción
y recursos por medio de los cuales se ejecutan las políticas.
Es así como el concepto de gobernanza está cruzado por otras variables que le llevan a
ser entendido en función de aspectos que se orientan a lograr más participación, con lo
que es preciso hacerse de nuevas reglas, para compartir competencias de manera
adecuada sin negar el principio de representación, que en gobernanza gira en torno de
intereses sociales, con lo que las interacciones del gobierno con actores sociales ha de
dirigirse a las actividades propias de dichos actores. El objetivo es complementar
funciones, no suplantar unos por otros, antes bien se orienta a lograr la participación
popular en la definición de metas y rendición de cuentas.
6. Principios de la gobernabilidad
- Participación
- Transparencia: aumenta la legitimidad del sistema y ayuda a que los ciudadanos
se conviertan en actores activos en asuntos públicos.
- Rendición de cuentas de los poderes públicos.
- Eficacia y eficiencia: lograr los objetivos con economía y en el menor tiempo
posible.
- Coherencia: que los objetivos sean consistentes y estén coordinados, esto es la
política no está cruzada por medidas que puedan generar resultados contrarios a
los planteados inicialmente. Requiere de un liderazgo político y compromiso de
parte de las instancias que han de garantizar coherencia.
- Redes de actores: convergencia de actores para superar disfuncionalidades en el
diseño de las políticas públicas. Son relaciones de naturaleza no jerárquica,
interdependiente, por medio de la que se vinculan actores que comparten al
menos un interés común e intercambian recursos para lograr dicho interés por
medio de una política pública.
- Interacción entre actores: fija normas que guían la interacción en las redes.
- Poderes públicos: en este contexto coordinan redes (gobierno y administración
pública), limitan su poder efectivo e imponen (mediante el ordenamiento
jurídico) actos establecidos de manera coercitiva.
- Gobernar en Gobernanza: haciendo uso de redes auto-organizadas e
inter-organizativas que complementan mercados y jerarquías centradas en el
Estado, de modo que se acerca a las nuevas concepciones de la gestión pública,
con lo que se encuentra inmersa en su concepción, preceptos orientados a lograr
legitimidad del gobierno en un sistema democrático.
6.1 ¿Por qué tanto interés por la gobernanza desde la década de los 90?
Paralelamente buena parte de los Estados en el mundo occidental han comprobado que
pueden presentarse ciclos en su economía que les lleven a no disponer permanentemente
de tantos recursos como aquellos de los que dispusieron en la década de los 60, 70, lo
cual ha incidido en el control político que pueden ejercer, de modo que la deuda pública
de cara a los compromisos en cada área, llevó a que se tuviera que re-ajustar los gastos
en servicios públicos, sueldos y salarios de empleados públicos, entre otras
modificaciones que llevaron a que los gobiernos tuvieran que plantear una
re-estructuración del gasto público.
La realidad antes descrita, llevó a que aumentaran las quejas por parte de actores
sociales, las organizaciones con fines políticos e instancias políticas han perdido apoyo
y los gobiernos han tenido que aplicar medidas poco populares.
De ahí que para mantener legitimidad, los Estados se han visto urgidos de implicar a
actores privados e intereses organizados en actividades de prestación de servicios
públicos pese a limitaciones presupuestarias. Sumado a lo anterior, la naturaleza
participativa de la gobernabilidad ha servido de base para gestionar asuntos y retos que
ha de afrontar el Estado ha contribuido a difundir y afianzar concepciones en torno de
las cuales gira la gobernanza, a lo que se añade la legitimidad y calidad en la prestación
de servicios que ha de lograrse en conjunto con actores sociales sin imponerles su
voluntad.
(Hay una referencia a sistema social como autopoiético, que se encuentra a partir de la
página 65 del texto denominado “La gobernanza hoy”, no sé si les resulta conveniente
añadirlo)
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