0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
12 vistas3 páginas
El resumen analiza el seminario 20 de Lacan sobre el goce femenino. Se discute que el goce femenino presenta dificultades para ser captado por el saber y los místicos, y que Lacan vincula el goce femenino con Dios, dos entidades paradójicas. También se examinan las fórmulas de la sexuación como un mapa del goce fálico y el goce femenino, y cómo el goce del cuerpo del otro es posible a través de la función fálica. Finalmente, se sugiere que el goce
El resumen analiza el seminario 20 de Lacan sobre el goce femenino. Se discute que el goce femenino presenta dificultades para ser captado por el saber y los místicos, y que Lacan vincula el goce femenino con Dios, dos entidades paradójicas. También se examinan las fórmulas de la sexuación como un mapa del goce fálico y el goce femenino, y cómo el goce del cuerpo del otro es posible a través de la función fálica. Finalmente, se sugiere que el goce
El resumen analiza el seminario 20 de Lacan sobre el goce femenino. Se discute que el goce femenino presenta dificultades para ser captado por el saber y los místicos, y que Lacan vincula el goce femenino con Dios, dos entidades paradójicas. También se examinan las fórmulas de la sexuación como un mapa del goce fálico y el goce femenino, y cómo el goce del cuerpo del otro es posible a través de la función fálica. Finalmente, se sugiere que el goce
En esta oportunidad contamos con la participación de Natalia Cejas, quien se encuentra
realizando una tesis sobre el goce femenino y con la interlocución de Gabriela Rodríguez. Esta vez se trabajó sobre el capítulo VI del Seminario 20 “Dios y el goce de La mujer”. Gabriela Rodríguez señala que los problemas que Lacan aborda en este capítulo están en plena elaboración. Señala al menos dos advertencias de Lacan con respecto a este goce que apuntan a que no nos apresuremos a recoger sus resonancias demasiado pronto. El goce femenino se presenta por el lado de la pura experiencia y su paso a la dimensión del saber es problemática, no solo para Lacan sino para los mismos místicos a los cuales Lacan se refiere respecto del goce femenino, el riesgo es mistificar este goce en el sentido de falsear la cosa, pues bien, no se trataría de ello. Según señala la “y” del título pone en conjunción dos entidades absolutamente paradojales. La mujer que no existe y Dios ¿existe? Las que pondrá en relación al estatuto de la creencia en este sintagma que cobrará importancia en la enseñanza de Lacan. Por su parte Natalia Cejas aborda el goce femenino señalando que no es del todo evidente la lectura que suele hacerse de este sintagma. Esto motiva su investigación sobre la dimensión del goce femenino en la enseñanza de Lacan. En el seminario 20 la formulación del goce femenino ocupa un lugar fundamental sobre todo en lo que se refiere a las clases VI y VII, que son las que marcan una torsión en su enseñanza, donde Lacan empezará a servirse de la topología de los nudos. Es importante tener presente algunas cuestiones que viene trabajando en clases anteriores, como la significancia de la que se habló en la clase que dio Florencia Dassen. Termino que implica la sustantivación de un adjetivo, poniendo en juego la cuestión de la sustancia. Esto alude a cierta materialidad, que tiene que ver con la materialidad del sonido en relación al campo significante como a la materialidad del cuerpo. La significancia nos invita a pensar ese plano misterioso en el cual el significante se hace carne. Lacan vuelve a todo esto en esta clase. Señalando ese punto de disrupción entre el saber y el S1 para pensar que sería leer a la letra. También es necesario tener en cuenta lo trabajado en la clase anterior en relación a la ética a Nicómaco, la variación de la órbita elíptica y el utilitarismo de Bentham. Todas estas referencias le servirán para pensar en los modos de declinación del todo. Lacan retomará lo que llamó la otra satisfacción en la clase anterior, la satisfacción de la palabra. Con cierta ironía y ante un auditorio repleto hace todo un deslizamiento que va del pasearse entre los oyentes de modo 'justito' a la cuestión del 'justamente' y del 'todo justo' o 'algo justo' con esto retoma lo que dijo sobre Aristóteles en la clase anterior sobre el prosdiorismo del ‘todos’. ¿Cuál es el modo de declinación que interesa a la práctica analítica? esto no es algo que se entienda rápidamente. Primero hay que leer antes de comprender, se puede leer sin comprender. Es la comprensión lo que a veces obstaculiza la lectura, señala. Llevará aún más lejos la consecuencia del no hay relación entre los sexos, enunciando lo que la suple como lo uniano, el Hay del Uno. En el discurso de Freud esto se presenta como el eros, la tendencia a la fusión que haría uno del dos, que Freud sostuvo con una metáfora biológisita. Lacan va a plantear que para lo úniano la referencia no será biológica sino que se ubicará en 'el nivel de la lengua'. Este Uno lo presenta como un Uno absolutamente sólo. Intentará reinventar una nueva categoría del Uno. Lacan sostiene que el psicoanálisis debería interesarse por el problema del amor a Dios, abordado por la filosofía. Algo de esto se había tomado en las clases en Sainte Anne. Provocando un eco sobre todo en los filósofos, a los que Lacan reduce a una posición materialista. Se referirá a cierta crítica que habría recibido respecto a que ponía entre el hombre y la mujer al Otro, eso no sería sino otro de los nombres de Dios. En todo caso, señala, no se trataba de un intento de laicizar sino más bien de exorcizar a Dios. Sin embargo en esta clase intentará mostrar en qué Dios existe. Existe, pero lo hace bajo un modo que no complacerá a los teólogos señala. Ese Otro, si hay uno sólo, será entonces prueba de que algo tiene que ver con el Otro sexo. Lacan había abordado esto en la ética del psicoanálisis cuando trabajó el amor cortés como forma de sublimación del obstáculo. Se detiene en la noción aristotélica de obstáculo, jugando con el equívoco entre obstáculo (éntasis) y éxtasis. Es este lugar del obstáculo lo que estos lectores críticos localizaron en La instancia de la letra, aquellos que, gracias a haberlo odiado, pudieron des-suponerle un saber y realizar una lectura. Natalia señala que se trata de una invitación a que nos interesemos por el abordaje que se hace en el campo de la filosofía del amor a Dios. Para ver justamente si podemos cernir un modo de declinación del todo que interese a nuestra práctica. Volviendo sobre los filósofos materialistas, señala que Lacan diferencia su posición respecto a su concepción del ser de cualquier ontología. Para Lacan el pensamiento es goce, separándose así de cualquier tradición filosófica que sostenga el ser en el pensar. Localiza allí el goce del ser. Volverá sobre los místicos, a partir de entramar este goce del ser con el goce del ser supremo, es decir el amor a Dios. Advirtiendo que en todo caso lo que opone al ser será lo que denomina como 'el ser de la significancia' que localiza por fuera de cualquier proyecto materialista. Este ser de la significancia es el goce del cuerpo al que diferencia del goce del ser o del pensamiento. Esto llevara a cernir la dificultad de ¿qué sería gozar del cuerpo si no hay relación sexual? Es instalada esta pregunta como Lacan avanzará sobre las formulas de la sexuación. En esta parte de su clase formulará otra nueva declinación del todo, sostiene Sejas, y propone leer las formulas de la sexuación como si fueran una suerte de mapa, señalando que no se trataría de una lógica clasificatoria de personas. Las formulas pertenecen a una construcción que viene llevando Lacan. Son el resultado de un ordenamiento matematizado del goce de lo que va a denominar como goce fálico y ese otro goce (femenino). Es la operación de la función fálica lo que permite el acceso al uso del cuerpo del otro. Ceñido en particular en esta página en relación a la experiencia masculina de acceso al goce del cuerpo de la mujer. Deriva por la cual se introduce en el seminario que el 'no hay relación sexual' sólo permite el goce del cuerpo si se trata del cuerpo del otro. Lo que lleva a pensar que el modo en el que debe leerse la negación del artículo femenino singular. Propone que no se trata de la falta de un significante sino de la presencia de un significante que no puede significar nada. En este sentido, señala el ser 'no toda' permitiría acceder a un goce suplementario. No se trata de una falta sino de algo en más. Un goce del cuerpo que estaría en más. Esta dimensión del saber en juego respecto a esta modalidad de goce es la novedad que va a aportar en el plano del saber. Parece anticipar lo que dirá en la clase siguiente respecto al nudo que que representa la cuestión de su saber en el goce femenino. Se trata de una experiencia que genera un cortocicuito con el campo del saber ya que hay una dimensión sentida en la experiencia de goce que no admite o no del todo la articulación significante. La suposición de que en el otro eso sabe y por lo tanto el inconsciente habla, el inconsciente que hasta ahora era descifrable, no se verifica aquí, lo que hará que quede en suspenso frente a esta experiencia de goce, es lo llevara a Lacan a leer a los místicos.