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CONVERSACION SOBRE

NEURODIVERSIDAD Contribución de
Observatorio sobre Políticas de Autismo
FAPOL – Antena La Plata
13 OCTUBRE, 2022SIN CATEGORÍA

“(…)El efecto de la neurodiversidad es paradójico y como Judy misma considera,


la “neurodiversidad” es un movimiento político, del que – podemos agregar – a
algunos les permite nombrarse. Pero, para otros su uso acentúa aún más la
segregación y funciona, como se ubicó en la conversación esa noche, como
reverso del yo soy.(…)”

Gisele Ringuelet, Conversando en los interludios de la Tercera Noche


preparatoria.

CONVERSACION SOBRE NEURODIVERSIDAD (*)

Interlocutoción: Dra. Mercedes Aguirre, Mariana Calatroni y Constanza Gascón.

Durante la pandemia mundial por la emergencia del COVID – 19 la Antena


Autismo La Plata sostuvo sus Conversaciones en modo virtual. En el marco de
una de ellas, en los inicios del ciclo 2021 el factor sorpresa hizo su entrada. Un
participante introdujo un término novedoso, que no habíamos trabajado hasta
el momento: La Neurodiversidad. A su vez, la pregunta a través de la cual se
introdujo, resultó tan provocadora que causó una indagación acerca de otros
discursos y tuvo como efecto una nueva Conversación: ¿No resultan similares
las perspectivas del psicoanálisis y la neurodiversidad? En todo caso, ¿cuál sería
la diferencia entre ellas?

Invitamos a la Dra. Mercedes Aguirre para conversar al respecto. La Dra.


Mercedes Aguirre es psiquiatra especialista infantojuvenil. Jefa de la Unidad de
Consultorio Externo del H.I.A.E.P “Sor María Ludovica”. Docente de la Cátedra de
Discapacidad de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP. Coordinadora del
Taller para hermanos y hermanas de APAdeA.

Antena: ¿Qué es la Neurodiversidad?

M.A.: Es curioso porque yo también llegué a esa noción a través de una persona
en edad adulta, que consultó porque había recibido recientemente un
diagnóstico de autismo y venía con una pregunta respecto de si era correcto o
no. En su búsqueda había llegado a esta nueva noción y a partir de su
inquietud, empiezo a investigar yo también. Una de las cuestiones principales
acerca del término, me parece, es que fue acuñado por una socióloga. Es decir,
viene desde ese campo disciplinar más que desde las neurociencias. Judy
Singer, en 1998, en su tesis doctoral parte del planteo “¿por qué no podemos
tener un día normal?” e introduce esto de la Neurodiversidad. Me parece
importante destacar de dónde sale el término porque tiene sus consecuencias
que sea acuñado por alguien que, a su vez tiene un diagnóstico de autismo.
Luego de que Singer introduzca el término se produce un movimiento de
activismo social por parte de las personas que comparten ese diagnóstico, que
empiezan a enlazarse a partir de eso, como también se producen algunas
divergencias. Mientras que algunos empiezan a tomar el diagnóstico más bien
como una cuestión de identidad, otros siguen sosteniendo que es una
discapacidad. Desde la perspectiva introducida por la Neurodiverdidad se
empieza a proponer dejar de hablar de lo que discapacita, para hablar, más
bien, de algo que disfunciona y de cuáles pueden ser las potencialidades de
alguien que tiene un diagnóstico de autismo.

Antena: Esto de poder pensar el autismo en términos de funcionamientos y


disfuncionamientos, y partir de lo que cada uno tiene, es decir, de lo que hay, es
una orientación que resulta sumamente interesante, muy afín al modo en el que
se plantea también desde el psicoanálisis.

M.A.: Lo que se plantea desde esta nueva perspectiva, de alguna manera es


que, así como hay culturas diferentes, etnias diferentes, también hay mentes
diferentes que tienen distintas formas de funcionar. Dentro del marco de la
Neurodiversidad, hay un mundo de neurodiversidades… y si bien todos
seríamos neurodiversos, hay quienes tienden a un modo de funcionamiento
más típico, que serían “neurotípicos”, y hay quienes se alejan de ese modo
típico, que serían “neurodivergentes”.

Antena: En tu experiencia profesional, ¿notas que las consultas relacionadas


con el diagnóstico de autismo se han hecho más frecuentes?

M.A.: Si. En el último tiempo he comenzado a recibir más consultas por parte


de adultos. Es llamativo porque hasta hace pocos años generalmente se
asociaba ese tipo de diagnóstico con edades tempranas, y venía asociada a toda
una corriente respecto de la detección precoz del autismo.

Antena: Sabes que sí, es cada vez más frecuente el hecho de recibir consultas
de jóvenes y adultos que llegan con el diagnóstico de autismo, ya sea a través
de una investigación propia como por un criterio esgrimido por un profesional.
Pero lo que resulta más interesante es que si bien eso parece tener en un primer
momento un efecto de alivio, porque permite nombrar algo y compartirlo con
otros, al mismo tiempo ubican que las características asociadas al diagnóstico
no logran explicar del todo eso que le trae dificultades a nivel del lazo social o
de la vida cotidiana.

M.A.: Es cierto. Yo creo que en un primer tiempo el diagnóstico les ayuda a


autocomprenderse. Después, hay que ver qué puede hacer cada uno con eso.
Generalmente eso abre la puerta a otro tipo de consultas también.

Antena: Justamente, más allá del diagnóstico, que permite entender y compartir
con otros situaciones similares, parece ser que algo queda, que no entra en los
diagnósticos, y también es importante poder alojar eso que hace a la diferencia.
Desde el psicoanálisis, es en ese punto donde empezamos a pensar, lo que
sería, la singularidad y que estaría en relación a un modo de funcionamiento, si
se quiere. En ese recorrido que parece constatarse en las consultas últimamente
pareciera verificarse que no es tan fácil arreglárselas con eso, aunque se lo
pueda nombrar.

M.A.: Es importante, pero no lo resuelve todo. Desde el paradigma de la


neurodiversidad, se produce un cambio de terminología, que es necesario para
que se pueda pensar al autismo de otra manera, pero también produce un
nuevo binarismo al proponer el par neurotípicos/neurodivergentes. El punto
sería cómo no reproducir, a partir de eso, el binarismo normal/patológico. Yo
tiendo a pensar la neurodiversidad como un colectivo o como paradigma. Creo
que puede haber un punto de contacto con lo que ustedes planteaban que,
desde el psicoanálisis, se puede plantear en términos de singularidad. Desde
este paradigma, todos somos neurodiversos y cada uno tiene un modo
diferente de funcionar. Puede haber un punto de encuentro ahí.

Antena: Puede haber un punto de encuentro, teniendo en cuenta que


singularidad y divergencia no son lo mismo. En ese cruce, lo que podríamos
proponer como eje, para no perdernos, es que se trata de un enfoque
sociológico. Porque, al ponernos a leer e investigar sobre este término, las
neurociencias también se han interesado mucho por ese movimiento y realizan
su propia interpretación al respecto. Es igualmente válida, pero cabe aclarar que
no son lo mismo.

M.A.: Hoy por hoy, la neurodiversidad se tiende a pensar como un paradigma,


si bien no está formalmente escrito desde el punto de vista teórico. Hay que
tener en cuenta que es un colectivo de personas relativamente nuevo, que se
agrupan para hacer valer sus derechos, derechos humanos, y eso tiene más que
ver con lo social, me parece, que con lo neurobiológico, que viene desde otra
mirada.
Antena: Claro, desde la neurobiología la “divergencia” es interpretada en
términos de funcionamiento neurocerebral.

M.A.: Para mí lo que aclara el panorama ahí es establecer la diferencia entre lo


neuroestructural y lo neurofuncional. Desde lo neuroestructural, por ejemplo, se
pueden constatar alteraciones a nivel estructural del cerebro en pacientes
diagnosticados con autismo. Bien, pero eso no determina necesariamente cómo
funciona una persona. Poder ver la neurodiversidad más allá de lo
neuroestructural, es el trabajo que podemos hacer nosotros como
profesionales.

Antena: Esa distinción es fundamental.

M.A.: Les recomiendo una entrevista que le hacen a Judy Singer (1), donde dice
que a partir de ese término que ella acuña en su tesis como novedoso, muchas
veces se toma desde otros lugares y hacen una interpretación propia de eso.
Por eso es importante ir a las fuentes y fijarse en qué contexto fue dicho, quién
lo dijo, qué está planteando.

Antena: Esa referencia aclara un poco más el panorama y cabe destacar que no


es un término que venga desde el ámbito de la salud y que su función no tiene
que ver con dirimir cuestiones diagnósticas sino con la reivindicación de
derechos en tanto personas. Hay que estar atentos a los entrelazamientos
discursivos y los efectos que eso produce. Hasta ahora vos hablaste siempre de
la neurodiversidad como un término o un paradigma, no como un concepto.

M.A.: Singer hace su tesis sobre el autismo y propone ese término como el


modo en el que a ella le gustaría que fueran llamados los autistas. Es un término
que ella misma construye, donde “Neuro” no se refiere a cerebro, sino a mente
y lo “diverso” se refiere al modo de funcionamiento. Ella lo que sostiene es que
el autismo forma parte de una identidad, como un modo de ser.

Antena: Es un modo de hacer lazo también. Jacques Lacan en uno de sus


Escritos (2), en 1945, trabaja la cuestión de la lógica colectiva que no anula,
precisamente, la dimensión de la singularidad. De hecho, ese Escrito ha servido
como uno de los fundamentos teóricos para un tipo de práctica propuesta
desde el psicoanálisis, afín al autismo, pero bueno, será motivo de otra
Conversación (risas). Retomando el enfoque sociológico, lo que es importante
señalar es que desde ese colectivo se produce un saber respecto de ellos
mismos, cuyo patrimonio no es solamente del modelo médico hegemónico,
como era hasta no hace muchos años. Por lo que vos decís, hay todo un saber
que se está construyendo, a partir de lo que ese colectivo puede decir de cómo
ellos son.
M.A.: Totalmente.

Antena: No es novedoso que los autistas hablen o escriba respecto de cómo se


sienten, de sus padecimientos, de sus capacidades; lo que sí es novedosos es
que eso produzca un colectivo. Ahí es donde podemos abrir todo un capitulo
en relación a la época que nos atraviesa.

M.A.: Plantearlo como un modo de ser apunta directamente a la


despatologización.

Antena: Hasta acá, entonces, podemos extraer algunas consecuencias a partir


de la aparición de este nuevo paradigma. Por un lado, en la dimensión clínica,
produce un primer efecto de alivio, vía la identificación, pero que no elimina la
dimensión del pathos ni permite nombrar todo. Como decir, “Ok. Soy parecido,
me pasan cosas similares. Pero no igual” “Ah! Me pasa esto, por esto otro, pero
igual tengo mis cosas”.

M.A.: Es que eso mismo comienza cuando ellos mismos empiezan a investigar
sobre las personas con autismo. Cuando pueden ubicar, “ah, esto lo tengo, pero
esto otro no lo tengo” o “esto igual no explica por qué me pasa lo que me
pasa”. Se puede pensar como un modo de singularizarse también.

Antena: Por otro lado, ¿vos podrías situar alguna consecuencia a nivel social,
local? Si bien se trata de un movimiento que tiene su origen en Australia, ¿qué
consecuencias ha tenido en Argentina?

M.A.: Hay algunos movimientos en nuestro país, se han formado algunas


organizaciones que suelen mantener su actividad, generalmente, en modo
virtual, a través de plataformas, páginas web o perfiles en redes sociales. Entre
las distintas organizaciones existen puntos de controversia que, a mi entender,
se relacionan con las políticas sobre discapacidad. Por ejemplo, si se empieza a
pensar desde la neurodiversidad y dejamos de poner una etiqueta diagnóstica,
qué pasa a nivel de las obras sociales, la cobertura en salud … porque por las
características del sistema de salud argentino, muchas veces es el diagnóstico lo
que abre el acceso a una cobertura específica. En otras palabras, si “soy
neurodivergente” ¿cómo accedo a determinado tratamiento? Hasta ahora, gran
parte de las prestaciones en salud se basan en un manual diagnóstico que, por
cierto, no es nacional.

Antena: Ahora bien, si se trata de salir de la esfera de la discapacidad y del


modelo asistencialistas, ¿por qué sería necesario un tratamiento específico?
M.A.: En principio, no sería necesario un tratamiento igual para todos. Quizás
haya autistas que no necesiten tratamiento, habrá que evaluar cada caso. Esto
sería extensivo para otras “patologías”, porque dentro de la neurodivergencia
no solamente están las personas con autismo, también las personas con
dislexia, con hiperactividad, etc. Lo que se plantea desde el paradigma de la
neurodiversidad cuestiona al modo en el que se realizan los diagnósticos, al
sistema de salud en sentido amplio. Hasta dónde nos va a llevar como sociedad
esto, no tengo la menor idea, si es sistema de salud se hará eco de esto, no lo
sé.

Antena: ¿Puede ser que desde la neurodiversidad se plantea la cuestión en


términos de apoyos?

M.A.: Desde la Convención de los derechos de las personas con discapacidad,


que nace en el 2006, se empieza a hablar de condición en lugar de enfermedad
o de trastorno. Ahí cambian algunos ejes, porque si hablamos de condición y no
de trastorno, no necesitamos un tratamiento sino apoyos para poder vivir como
cualquier otra persona. Apoyo, sería lo que necesita cualquiera para poder vivir.
En el caso del autismo, se suele hablar de “altas necesidades de apoyo” o “bajas
necesidades de apoyo”. El apoyo puede abarcar desde un recurso humano
hasta tecnológico, desde una silla de ruedas a un sistema alternativo de
comunicación. La psicoterapia como el tratamiento farmacológico, son apoyos
de tipo individual.

Antena: Es complejo, el término apoyo resuena todavía a que hay alguien que
apoya a otro que recibe o requiere ese apoyo. Una ley puede ser el picaporte
para abrir muchas puertas y promover determinados accesos. Pero, a su vez, es
necesario que algo o alguien aloje eso que va más allá de la ley, que es esto que
nombrábamos como lo que cada uno hace con “sus cosas”, que justamente es
lo que verificamos que motiva la consulta con una pregunta más singular.
Muchas veces nos encontramos siendo destinatarios de lo que cada quien pudo
ir haciendo con eso que ni el diagnóstico, ni el apoyo, acaba por tratar. Ese
“autotratamiento” es lo que interesa al psicoanálisis particularmente.

Notas

(*) Conversación realizada en La Plata el 14 de Mayo de 2022.

1. Judy Singer. https://madinmexico.org/entrevista-con-judy-singer/


2. Lacan, J.: El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un
nuevo sofisma, en Escritos 2, Siglo XXI editores, Buenos Aires, 1987, pág.
187.

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