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Guía técnica
para profundizar en el mundo del color
A lo largo de la historia de la peluquería, el color en el cabello siempre ha
tenido un alto poder para potenciar la estética y para realzar la belleza y el
bienestar de las personas.
La importancia que tiene para los profesionales del cabello es que permite crear
nuevos volúmenes para compensar una forma del rostro determinada, iluminar un
tono de la piel o realzar el color de los ojos. Debemos ver la colorimetría, como la
teoría más valiosa para convertirse en expertos coloristas y, si algo hay que tener
claro, es que sin comprender los conceptos básicos que analizaremos a
continuación, no se podrá diagnosticar, proponer ni encontrar la imagen adecuada
para cada cliente de forma segura. Y, ¿sabes cuál es la consecuencia de estas
tres claves? La fidelización del cliente que, a su vez, se ve traducida en
recomendaciones, nuevos clientes y en un importante incremento de tu
facturación. ¡Fíjate que sencillo! Solo con cumplir con tu obligación como
profesional, es decir, estar formado al máximo en los servicios que ofreces, puede
suponer el crecimiento de tu negocio.
La colorimetría es la ciencia que estudia el color para obtener una serie de valores
numéricos que utilizarás para saber medir y mezclar los colores según tus
necesidades.
Para poner en práctica este arte harás uso constantemente de la estrella de color
o círculo cromático, una herramienta que debe estar presente en tu mente y que
encontrarás en las cartas de color con las que podrás orientar a tus clientes. En el
círculo o estrella cromática siempre hay dos tipos de colores, los primarios son
aquellos que no pueden obtenerse mediante la mezcla de cualquier otro como el
azul, el amarillo o el rojo y están considerados como colores únicos o absolutos, y
los colores secundarios, que son aquellos formados a través de la mezcla de dos
de los colores primarios. Estos colores secundarios son el verde, el naranja y el
violeta. Seguro que ya estás adivinando que estas pautas te servirán no solo para
crear colores, sino que serán la clave para neutralizarlos.
Para eliminar o neutralizar un color tendrás que trabajar siempre con el círculo
cromático, concretamente, eligiendo el color opuesto al que quieres neutralizar.
Para que lo entiendas con mayor facilidad, fíjate bien en los siguientes ejemplos:
Si lo analizas con detalle te darás cuenta enseguida de que para crear una
neutralización real de un color siempre se tiene que producir de una forma o de
otra la suma de los tres primarios.