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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONES

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES

PROFESORADO Y LICENCIATURA EN LETRAS

TEORÍA Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN II (LINGÜÍSTICA)

PROFESORAS: DAVIÑA, LILIANA

WINTONIUK, MARCELA

2DO PARCIAL DOMICILIARIO

Alumna: MARCHAK, MARIANELLA

Posadas, 2 de diciembre de 2021


2do. Parcial Teoría y Metodología de la investigaciónII – 2021-

Modalidad personal, escrito y domiciliario.

Punto 1.

Reseñar los tres (3) capítulos de Hipertexto de George Landow (1. El hipertexto y la teoría
crítica; 2. Reconfigurar el texto y 3. Reconfigurar el autor) disponible en el Aula Moodle.

Para el género RESEÑA, tener en cuenta el doc. anexo que distingue géneros académicos
de estudio ("Resumen, síntesis, reseña" M.Wintoniuk también disponible en el Aula
Moodle) para abordar la escritura de la reseña solicitada.

(Extensión máxima: 1 carilla y media)

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Punto 2.

A partir de esta constelación aleatoria propuesta, de nociones teórico-operativas del


análisis de la CONVERSACIÓN, solicitamos :

- reordenar dichas nociones señalando las relaciones que guardan según dimensiones de
análisis,

- y exponerlas con un adecuado desarrollo conceptual que dé cuenta de sus alcances en el


universo del análisis conversacional.

Pares adyacentes - Cesión de turno– Tópica - Actos de habla–Marcas del trato


formal/informal - Solapamiento de turnos - Interacción compleja - Digresiones
Expresiones pragmáticas - Asalto de turno – Reformulaciones – Rectificaciones-)

Fuentes: lecturas de base de la cátedra para el tema. (Extensión máxima: 3 carillas)

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Fecha límite para subir en versión PDF el parcial al Aula Moodle: hasta el jueves 02 de
diciembre de 2021.

Extensión total del Parcial: 4-5 carillas

Recomendaciones generales para la escritura del parcial y criterios de evaluación.

* En todos los ítems, referir por cita americana los autores mencionados.

- Manejo selectivo de la bibliografía para apoyar los argumentos del texto propio; por lo
tanto, la operación de selección también será evaluada. Recuerde el respeto a las normas
de uso de fuentes.

- Redacción académica que atienda: cuidado de la ortografía, puntuación, precisión y


claridad en el despliegue, cohesión y coherencia.

- Consignar al final sólo la bibliografía utilizada.


- ESCRITURA en time new roman 12, espacio 1,5, sin espacio en blanco entrepárrafos.
Desarrollo:

Punto 1:
LANDOW, George P. (1995). Cap. 1 “El hipertexto y la teoría crítica” Págs. 13-
49; Cap. 2 “Reconfigurar el texto”. Págs.: 51- 94; Cap 3 “Reconfigurar el autor” Págs.
95-130 en Hipertexto. La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la
tecnología, Barcelona, Paidós.

En el texto Hipertexto. La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la


tecnología de George Landow, traducido y publicado por la editorial Paidós en español en el
año 1995, los capítulos uno, dos y tres, deslindan características y especificaciones con
respecto al Hipertexto.

El primer capítulo tiene el nombre de “El hipertexto y la teoría crítica”, en el cual el autor
inicia el reconocimiento de la relación entre la teoría literaria y el hipertexto informático,
aludiendo a autores como Barthes, Foucault, Derrida y Bajtín, en primer lugar. Dentro de este
capítulo se alega a la orfandad de sistemas conceptuales con respecto al centro, el margen, la
jerarquía y la linealidad. El autor refiere a la historia del concepto de hipertexto en los años
´60 con Nelson, quien lo explica como bloques de texto que están en relación mediante nexos
que comprenden datos verbales y no verbales, aproximándose a la idea de lexias, de Barthes.
Exponiendo, también, conceptos como hipermedia, intertexto, montaje y polifonía, y
siguiendo, desarrolla la idea del posible funcionamiento del libro impreso como hipertexto.

En el segundo capítulo, “Reconfigurar al texto”, se observan diversas interpretaciones de


hipertexto en relación a varios sistemas, como ser los CD´s, explicando su manera de
funcionar en tanto interfaces. Dentro de este apartado, también, se reconocen cuestiones
terminológicas alrededor del libro, por el hecho de no sintonizar con la máquina lectora del
hipertexto, así como también por la nueva postura del lector. En este caso, lo que propone el
autor es la estación de trabajo. Otra de las cuestiones analizadas en este capítulo es la
complejidad de la palabra “texto”, y continuando, Landow explica que el hipertexto anula la
linealidad tecnológica de lo impreso.

En el capítulo tres, “Reconfigurar al autor”, Landow hace hincapié en la relación del


escritor con el lector, mencionando sus funciones y características. Entonces, presenta a
ambas personalidades como hipertextos, dejando de lado la característica unitaria. Aquí es
donde el autor, con respecto a su libro, manifiesta su aspiración de hacer uso, para este, de un
formato hipertextual, así como también confronta a la constitución del libro contra la del
marco hipertextual, aludiendo así a la simplicidad del trabajo en la computadora con respecto
a la máquina de escribir. A la vez, menciona la característica colaborativa que conlleva el
hipertexto a la hora del trabajo, atendiendo a los cambios que pueden ser insertados por el
lector.

Punto 2: La conversación
La conversación es la base de lo cotidiano, del discurso social, de las relaciones
interpersonales. El flujo que se produce en la misma es un continuo y discontinuo de temas,
de ritmos, de simultaneidad, de sobreentendidos, etc. Además, posee como rasgo identitario
el no planeamiento, donde la oralidad juega el papel primordial entre los participantes de
dicha conversación.

Madagán afirma, desde esta perspectiva, que la conversación tiene su sentido completo en
la oralidad, ése es su territorio pues es el de la circulación infinita de enunciados, los cuales
se encuentran sin nombre, son enunciados comunes.

La conversación no posee límites precisos ya que vuelve siempre y no se detiene, invade


los espacios, todas las coordenadas y todos los sentidos. La gramática que se impone en la
conversación es otra que, de la escritura, por lo que ya no depende de una unidad oracional
sino de una unidad de sentido que se apoya de datos extraverbales, y nos lleva a la
aseveración de que la conversación, por lo tanto, posee una superestructura propia.

En este aspecto Carranza reconoce en el análisis conversacional, tres planos de


organización discursiva: el plano de la estructura secuencial, el plano de los actos de habla y
el plano del contenido ideacional.

En el primero, el plano de la estructura secuencial, se encuentra el turno, la unidad básica


estructural, definido como un lapso de tiempo que comienza cuando una persona empieza a
comunicar y concluye cuando dicha persona deja de hacerlo; y es donde el oyente se vuelve
hablante y el hablante se asegura el propio turno. Aquí “…la alternancia de turnos es
negociada por los mismos participantes de la interacción, y su estatuto de dominante o de
dominado va a depender en gran parte de su dominio de las técnicas del “turn system”, y de
su capacidad para tomar o conservar la palabra.” (Kerbrat-Orecchioni en Magadan, 1994, 64)
Hay un funcionamiento dinámico en las intervenciones/turnos de los participantes; estos
gradúan la duración de cada turno, no hay reglas fijas. La negociación se realiza a medida que
se va estructurando la conversación: hay un tejido artesanal textual cada vez que
conversamos.

Continuando, una de las estructuras básicas de los turnos de palabra, según Tusón es lo
que recibe el nombre de par adyacente, que consiste en dos turnos consecutivos que se
caracteriza por la espera de una respuesta a partir de lo dicho, este se denota a través de la
interrogación, saludo, ofrecimiento, etc. (cfr. Tusón, 2003, 138)

La organización en turnos de palabra se concibe, por lo tanto, como un sistema que


responde a la negociación establecida entre los interlocutores, ya sea que esta se respete o se
trasgreda. Este último nos lleva reconocerla en los casos de los solapamientos (donde dos o
más personas hablando a la vez en una misma conversación), los silencios, las interrupciones,
el mantenimiento y el cambio de tema, las rutinas para iniciar y para acabar una conversación
o las técnicas para reparar las “disfunciones” conversacionales (rectificaciones que suponen
cierta ruptura -aunque sea mínima- en el desarrollo lineal de la conversación y en donde
podemos considerar que hay un período de habla cuyo objeto es la corrección).

Continuando con las transgresiones, también encontramos el asalto de turno, que está
marcado por el hecho de que el oyente interviene sin que su participación haya sido directa o
indirectamente solicitada.

El turno, en Jacques Moeschler, es pieza elemental para definir un modelo jerárquico


funcional de la conversación, esto conlleva a que la conversación puede ser analizada con la
ayuda de un sistema de unidades de rango jerárquico y a su vez, que las relaciones entre esas
unidades sean de naturaleza funcional.

Su modelo diferencia tres tipos de constituyentes conversacionales que se distinguen a su


vez por la oposición dialogal/ monologal y la oposición simple/complejo: a) el intercambio
como la unidad dialogal más pequeña que compone la interacción; si el intercambio se
compone al menos de dos turnos de habla de locutores diferentes, se considera complejo,
caso contrario, (se compone solamente de dos turnos de habla) es un intercambio mínimo; b)
la intervención que es la unidad monologal más grande que compone el intercambio. Está
compuesta, por actos de habla (intervención compleja), pero puede reducirse a uno solo
(intervención simple). Y, finalmente, c) el acto de habla que es la unidad monologa más
pequeña que constituye la intervención.
Retomando con la autora Carranza y en relación con lo anteriormente planteado, en el
segundo plano, se encuentra el acto de habla, que, como acto social, la modalidad o
comentario del hablante implica que afecta la relación social con el destinatario una vez
emitido. Muchos son los factores que la determinan como la posición que ocupa la emisión
dentro de la secuencia conversacional, los roles sociales de los participantes, la situación, y el
tipo de hecho de habla.

Continuando con el plano ideacional la autora ubica aquí a la organización de los tópicos,
tomando la noción de tópico que proponen Brown y Yule (1983) como "aquello de lo cual se
habla", elemento dinámico en correspondencia con la interacción propia de los interlocutores
y que comprende a personajes, objetos o ideas principales presentes en el discurso.

Es necesario resaltar que el objeto de estudio del trabajo de Isolda Carranza son las
expresiones pragmáticas, esas "señales", presentes en los tres planos de organización
discursiva mencionados anteriormente, que logra definirlas como formas lingüísticas que
señalan la actitud de un sujeto hacia su emisión y hacia el interlocutor como también los
límites y la relación entre las partes del texto. Esto es posible gracias a la presunción del
principio de cooperación entre los participantes que postura Grice.

Dichas expresiones son segmentos de forma fija y escasa carga semántica que provienen
de distintas categorías gramaticales (pueden ser adverbios, conjunciones, interjecciones o
frases verbales). Sirven de fondo para otros segmentos de texto. Son guías para procesar
emisiones anteriores y proveer de futuras emisiones, es decir que funcionan en el proceso
mismo de la creación del texto en la interacción. (cfr. Carranza, 1997, 69)

Con respecto a las reformulaciones, Marie-Madeleine de Gaulmyn afirma que son


repeticiones parciales y recuperaciones modificadas con valor de evocación, siendo, por lo
tanto, “(…) una técnica formal de la conversación, como un proceso de organización
discursiva y como una actividad más o menos compleja en la cual cooperan los
interlocutores” (Marie-Madeleine de Gaulmyn en Magadan, 1994, 48) asegurando así, la
continuidad de la interacción entablada con el otro de manera satisfactoria para los
participantes a pesar de las intervenciones.

Finalmente no podemos olvidar las Marcas del trato formal e informal que según Kerbrat-
Orecchioni, son los elementos lingüísticos (el empleo del voceo o tuteo por ejemplo) y no
lingüísticos (los elementos cinésicos y proxémicos, es decir, los gestos y posiciones de los
cuerpos respectivamente) con lo cual es posible apreciar la relación de los participantes, se
muestran más o menos próximos dependiendo del grado de conocimiento mutuo, la
naturaleza del vínculo socio-afectivo que los une y la naturaleza de la situación comunicativa.

Estos tres últimos elementos (expresiones pragmáticas, reformulaciones y marcas del trato
formal e informal) estructuran el texto dialógico, marcan el estilo de la interacción y tiene
importantes implicaciones para la investigación de las relaciones interpersonales.
BIBLIOGRAFÍA:

 CARRANZA, Isolda. (1997): “Marco Teórico y metodología” en Conversación y


deixis de discurso, Córdoba, Universidad Nac. de Córdoba, Págs. 9-19
 DE MATTOS, Maria Augusta: Dispersão e Memoria no Quotidiano. S.P: Martins
Fontes 1998.
 LANDOW, George P. (1995). Págs. 13-130; La convergencia de la teoría crítica
contemporánea y la tecnología en Hipertexto Barcelona, Paidós.
 MAGADÁN, Cecilia. Comp. (1994): [blablablá] La conversación. Entre la vida
cotidiana y la escena pública, Bs. As., La Marca. Selección de capítulos.
 TUSÓN VALLS, Amparo. 2003: “La conversación espontánea y otros tipos de
interacción verbal” y “Registro de datos y metodología de análisis” en Análisis de la
conversación. Barcelona, Ariel, pp 67-79 y 97-111.

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