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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


FILIAL SAN JUAN BAUTISTA MISIONES
HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS
QUINTO SEMESTRE

TRABAJO PRACTICO DE HECHOS Y ACTOS JURIDICOS

TEMA: CONFIRMACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS

RESPONSABLE: DIANA STEFANI MARTINEZ LEIVA.

PROFESOR: ALDO RODRIGUEZ

AÑO 2023
Introducción

La confirmación es el acto jurídico que tiene por fin inmediato convalidar un acto anterior
anulable. La parte que puede articular la anulabilidad manifiesta, expresa o tácitamente de
tener al acto por válido, después que ha desaparecido la causa de anulabilidad. Está
establecida en interés exclusivo de la parte perjudicada con la anulabilidad. El acto de
confirmación no requiere la conformidad de la otra parte.

Para conocer más profundamente la confirmación comenzaremos por desarrollar el


concepto de anulabilidad que se fundamenta en la protección del interés privado del
legitimado para accionar, de ahí que frente al acto anulable, la parte afectada puede optar, si
tiene necesidad en la protección, por demandar judicialmente para que se declare su
nulidad, o , si ya no tiene necesidad de protección, puede convalidarlo mediante
confirmación o puede dejar que transcurra el plazo de prescripción para ejercer la acción de
anulación (prescripción extintiva o liberatoria o sanatoria), o renunciar a la acción una vez
que ha cesado la causal de anulabilidad.

Una vez vislumbrado el concepto de anulabilidad podemos entender mejor que es la


confirmación. Que se define como una forma de convalidación de un acto anulable, por
medio de la cual el titular de la acción de anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente su
deseo de querer la validez y eficacia definitiva del acto anulable. La confirmación
encuentra su fundamento en el principio de conservación del acto jurídico.

La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es


algo más que una simple renuncia, es una manifestación de la voluntad expresa o tacita de
que se quiere mantener el acto libre de toda amenaza de destrucción (acto positivo).

El acto anulable es eficaz desde su celebración, produce los efectos que le son propios
como si se tratara de un acto sano sin defectos o vicios que afecte su validez, aunque está
amenazado de anulabilidad, la confirmación suprime la amenaza de anulación y asegura la
validez y eficacia definitiva del acto que ya no podrá ser impugnado de anulabilidad; la
extinción de la amenaza de destrucción del acto no significa que la confirmación tiene
efectos retroactivos, sino que simplemente el acto y sus efectos ya producidos dejan de
estar amenazados de ser destruidos mediante anulación.
LA CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURÍDICO
(Anibal Torres, 2018) formula la siguiente definición:
La confirmación es el acto jurídico que tiene por fin inmediato convalidar un acto anterior
anulable. La parte que puede articular la anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente de
tener al acto por válido, después que ha desaparecido la causa de anulabilidad. Está
establecida en interés exclusivo de la parte perjudicada con la anulabilidad. El Acto de
confirmación no requiere la conformidad de la otra parte. (1357)
Por lo que, la figura de la confirmación, se basa en el principio de conservación del acto
jurídico. Es decir, que es mejor preservar que anular actos o negocios jurídicos que surgen
con algún vicio de la voluntad o causal de nulidad relativa, a fin de mantener su eficacia y
preservar el interés de las partes. La confirmación puede ser realizada directamente por
aquel a quien corresponde la acción de anulabilidad, o por su representante, o por sus
herederos universales, o por su cesionario en el caso de cesión de la posición contractual.
La confirmación viene regulada en el derecho español en los artículos 1309 a 1313 CC, que
los establecen una doctrina que no contradice la contenida en el Art. II-7:211 DCFR.
(Vaquer, 1982, p. 508).
Según Osorio (2001) define que: “En relación con los actos jurídicos, la confirmación no
constituye sino la ratificación, que para su eficacia precisa reunir los requisitos exigidos por
la ley; esto es, capacidad, consentimiento, objeto y causa. Confirmado un acto, surte el
mismo efecto retroactivo, por conceptuarlo válido desde el instante de su celebración.
(Osorio, 2001, p. 198)
CONCEPTO
La confirmación es un acto jurídico en virtud del cual se convalida otro acto jurídico, que
por adolecer de un vicio o causal de nulidad relativa puede ser anulado. Sólo procede en los
actos jurídicos anulables, es decir, la nulidad absoluta constituye una sanción más rigurosa
al fundamentarse en consideraciones de orden público, razón por la cual no es subsanable
en la confirmación. La nulidad relativa se fundamenta en la protección de intereses
privados, por lo que el legitimado para accionar puede no hacerlo y confirmar el acto
viciado.
Es aquella forma mediante la cual se convalida, reafirma o se solidifica los efectos de
determinado acto jurídico, que inicialmente estuvo incurso o llevaba consigo determinada
causal de anulabilidad, es decir, nulidad relativa.
Como se ha señalado, sólo es factible la confirmación de los actos anulables, mas no se
puede hacer extensiva esta figura jurídica respecto a aquellos actos que cuentan con una
causal de nulidad absoluta.
Según Llambías: “la confirmación es un acto jurídico mediante el cual se expurga a otro
acto jurídico inválido del vicio que adolecía y en razón del cual era pasible de nulidad ”;
concepto expresado en el art. 1059 del Cód. Civ. : “La confirmación es el acto jurídico por
el cual una persona hace desaparecer los vicios de otro acto que se halla sujeto a una acción
de nulidad”.
En la nota al mismo artículo el codificador explica que “la confirmación contiene
virtualmente renuncia de la acción de nulidad; pero toda renuncia no constituye una
confirmación...” Salvat en su Tratado explica que la renuncia es el género y la confirmación
una de sus especies.
Jurisprudencia: La confirmación del acto viciado no es otra cosa que la renuncia del
derecho que la ley le otorga para hacer que se declare ineficaz el acto. (CFLPl., 18/11/38,
JA 64-450 y STSFe, 17/12/43, LL 33-382).
Cuando el menor alcanza la mayoridad y confirma el acto afectado de nulidad relativa, éste
queda convalidado desde su origen, no pudiendo ser ya impugnado. (C Civ. D, 29/6/54, JA
1954-IV-359).
En la misma nota se advierte que debe distinguirse a la confirmación de la novación,
porque la confirmación no hace nacer una obligación nueva, sino que repara los vicios de la
misma; y asimismo de la ratificación, porque la confirmación no implica asumir
obligaciones contraídas por otro sin poder suficiente, sino un acto que, como explica Borda,
ha sido realmente otorgado (por el mismo interesado o su representante) “pero que adolece
un vicio susceptible de provocar la invalidez”.
Jurisprudencia: La confirmación se refiere a los actos jurídicos en los cuales la
convalidación emana de quien ha sido parte en él; la ratificación supone la realización de
un acto a nombre de otro, sin tener poderes o con poderes insuficientes de éste, quien
mediante dicha ratificación hace suyos los efectos del celebrado por falsus procurator.
(SCBA, 24/4/45, LL 39-231 y CCiv.E, 24/12/69, LL 139-635, f. 65.658).
La confirmación debe distinguirse del reconocimiento, ya que éste “no equivale siempre ni
puede confundirse con la confirmación, de modo que, si el título era originariamente nulo,
el vicio subsistiría a pesar de habérselo reconocido, mientras no concurra la intención de
convalidarlo haciéndolo desaparecer” según lo resuelto por la SCBA, el 1/4/52, JA 1952-II-
288. Para Salvat “en la confirmación, por el contrario (al reconocimiento), se reconoce la
validez de la obligación (en el reconocimiento puede desconocerse, mas allá de confesar
que la obligación se ha formado). Puede decirse, agregamos aún, que la confirmación
implica un reconocimiento; pero el reconocimiento, por el contrario, no implica una
confirmación” (Conf.: Salvat - Gac. for.,63, pág. 103, de la Cám. Civ.2°, 2/7/26).
NATURALEZA JURÍDICA DE LA CONFIRMACIÓN
Es un acto jurídico porque su autor lo realiza con el fin inmediato de establecer una relación
jurídica válida (Conf. Art. 944), o, mejor dicho, de liberar a la relación existente del peligro
de aniquilación. (Llambías).
Es unilateral, porque basta para crearla la voluntad de una sola persona, que para el caso es
el titular de la acción de nulidad relativa. Acerca de esto dice el art. 1064: “La confirmación
sea expresa o tácita, no exige el concurso de la parte a cuyo favor se hace”. (Conc.:
artículos 946 y 1024 del Cód. Civ.). La razón es – dice el codificador en su nota, tomada de
Aubry y Rau, lo mismo que el texto del artículo - porque se presume que esta parte hubiese
ya dado con anticipación su adhesión a la confirmación, en el momento en que el acto fue
celebrado. De aquí estas dos consecuencias prácticas: 1° la confirmación no puede ser
revocada bajo pretexto de que la otra parte no la hubiese aceptado; 2° si se otorga por
instrumento privado, no es necesario que lo sea por doble ejemplar. (Llambías – Salvat;
Conf. Borda).
Confirmación de los actos jurídicos. Concepto
Art.366.- Se tendrá por confirmado un acto anulable cuando por otro válido, quien tuviere
el derecho para pedir la anulación, hiciere desaparecer los vicios, siempre que lo realizare
después de cesar la incapacidad o defecto de que provenía la invalidez.
Confirmación de los actos jurídicos:
Es el acto por el cual una persona hace desparecer los vicios de que adolecía un acto
jurídico.
Las condiciones para la confirmación son:
1) El vicio debe haber desaparecido,
2) El titular de la acción de nulidad debe manifestar su voluntad de sanear el vicio,
3) El acto viciado de nulidad se debe ejecutar, y
4) Los actos deben ser susceptibles de confirmación.
Formas de la confirmación
Art.367.- La confirmación puede ser expresa o tácita. El instrumento de confirmación
expresa debe contener, bajo pena de nulidad, la substancia del acto que se quiere confirmar,
el vicio de que adolecía y la manifestación de la intención de repararlo.
Formas de confirmación:
Puede ser expresa o tácita. La primera es realizada en otro acto diferente al acto viciado;
dicho instrumento debe contener la confirmación expresa de la sustancia del acto que se
quiere confirmar, el vicio de que adolecía y la manifestación de repararlo. La forma del
instrumento debe ser la misma que la del acto que se confirma.
La confirmación es un acto unilateral, por lo que no requiere el concurso de la parte a cuyo
favor se realiza. La confirmación tacita, por el contrario, se da cuando la parte perjudicada
actuó como si no hubiese existido nulidad alguna y siguió realizando actos como si el acto
fuera valido.
Efecto retroactivo de la confirmación
Art.371.- La confirmación tiene efecto retroactivo al día en que tuvo lugar el acto entre
vivos, o al día de fallecimiento del testador en los actos de última voluntad. Este efecto
retroactivo no perjudicará los derechos de terceros.
PRUEBA DE LA CONFIRMACIÓN
Al igual que las reglas generales, quien alega la confirmación soporta el peso de cargar con
la prueba “onus probandi”, que puede ofrecerse por cualquier medio, cumpliendo todas las
condiciones que la ley exige. Salvo el caso de confirmación expresa, donde el instrumento
debe suministrar la prueba, de acuerdo a los requisitos establecidos por el art. 1061 CC
(arg. de las palabras bajo pana de nulidad).
A su vez, probada la existencia de la confirmación, quien invoque la carencia de eficacia
convalidaría por falla de la forma adecuada deberá rendir la prueba de su aserción.
(Llambías).
CLASES DE CONFIRMACIÓN.
LA CONFIRMACIÓN EXPRESA:
Es el acto jurídico confirmatorio que se hace constar en instrumento público. No puede
haber confirmación verbal. El Código Civil de 1984 que ha derogado al Código Civil de
1936, mantiene el mismo requisito, conforme establece el artículo 230° del C.C.: “salvo el
derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado por la parte a quien corresponda
la acción de anulación, mediante instrumento que contenga la mención del acto que se
quiere confirmar, la causal de anulabilidad y la manifestación expresa de confirmarlo”. La
norma civil indica la forma de instrumento de confirmación del acto jurídico que debe tener
iguales solemnidades a las establecidas para su validez del acto que se confirma.
LA CONFIRMACIÓN TACITA:
La confirmación tácita es la que resulta de la ejecución del acto anulable o de la existencia
de hechos que pongan de manifiesto la intención de no ejecutar la acción de anulabilidad.
El artículo 231° del Código Civil regula la confirmación tácita en los siguientes términos:
“el acto queda también confirmado si la parte a quien correspondía la acción de anulación,
conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en forma total o parcial, o si existen hechos que
inequívocamente pongan de manifiesto la intención de renunciar a la acción de
anulabilidad”. 1 Richard Villavicencio Saldaña La confirmación tácita puede ofrecer serias
dificultades para establecer si hay o no hay voluntad confirmatoria en el sujeto de derecho
de la relación jurídica civil.
EFECTOS DE LA CONFIRMACIÓN.
Extingue la acción de nulidad.
Convalida retroactivamente el acto jurídico o contrato anulable. Es conveniente señalar
que, si acto jurídico es anulable e impugnable por varias causales, distintas unas de otras, y,
la confirmación se produce solo con respecto a una de ellas, no desaparecerá la
impugnación del acto jurídico por las otras causales.
FIGURAS A FINES A LA CONFIRMACION
La ratificación:
Es un acto jurídico que unilateralmente otorga el representado para aceptar o aprobar el
acto celebrado en exceso por su representante o en violación de las facultades de las que la
había investido. La confirmación es un acto que se celebra con la finalidad de subsanar los
vicios o defectos de un acto anulable. Mientras que la ratificación es un acto jurídico que se
celebra con la finalidad de convalidar la actuación de quien ejerció la representación
excediendo las facultades que le habían sido conferidas o violándolas, o de quien se arrogo
una representación que no le había sido conferida.
Por el acto ratificatorio se subsana la falta de consentimiento que previamente debió
prestarse y se aceptan los efectos del acto jurídico celebrado de manera anómala o irregular,
librándose de responsabilidad al representante que se excedió o violó las facultades
conferidas.
Reconocimiento:
Es un acto jurídico mediante el cual se admite la existencia de una obligación preexistente.
Se trata desde luego de una obligación nacida de un acto válido, porque si no lo fuera, por
causa de nulidad relativa sería una confirmación. En ello radica la diferencia y de este
modo en el reconocimiento la obligación que se reconoce emerge de un acto válido
mientras que en la confirmación sé está frente a un acto anulable que se convalida
precisamente con el acto confirmatorio.
El código civil se ocupa del reconocimiento en el libro de las obligaciones y en el Art. 2
Richard Villavicencio Saldaña 1205° precisa que el reconocimiento puede efectuarse por
testamento o por acto intervivos.
La Transacción:
Es un acto jurídico mediante el cual las partes haciéndose concesiones recíprocas deciden
sobre algún aspecto dudoso o litigioso que nace de un acto jurídico que ha dado lugar al
establecimiento de un vínculo contractual generando obligaciones, a fin de evitar un pleito
que podría promoverse o ponerle fin a uno ya promovido.
La transacción viene a ser un acto abdicativo de derechos por las partes que la celebran,
mientras que la confirmación es abdicativa solo por quien está en posibilidad de ejercitar la
acción de anulabilidad por causal que lo legítima. El Código Civil se ocupa de la
transacción en el libro de las obligaciones.
Según el art. 1302° por la transacción las partes haciéndose concesiones recíprocas deciden
sobre un asunto dudoso o litigioso evitando el pleito que podría promoverse. La transacción
tiene valor de cosa juzgada y según el artículo 1303° del Código Civil, si la obligación
dudosa fuera anulable y las partes conociendo el vicio la celebran, tiene validez la
transacción, lo que desde luego no puede ocurrir si la obligación dudosa o litigiosa fuera
nula, es más el art. 1309° permite celebrar a las partes de una relación jurídica obligacional
la transacción si la cuestión dudosa o litigiosa deriva de la nulidad de la obligación sí ambas
partes expresamente lo manifestaran, dicha transacción será válida.
EL ACTO NULO NO PUEDE SER CONFIRMADO:
La nulidad absoluta es insubsanable y por eso el acto nulo no puede convalidarse mediante
la confirmación, por cuanto el acto jurídico nulo carece de los requisitos de validez
contemplados en el Art. 140° del Código Civil.
Consideraciones previas. Antecedentes
Los primeros atisbos de la figura de la conversión se le atribuyen el genio romano y se
encuentran en sede de Derecho Hereditario. Así se invoca a lo manifestado por Ulpiano en
el Digesto cuando admitió que la designación de sustituto pupilar nulo valiese como
sustitución vulgar, en virtud de una de las Constituciones del Divino Marco y de Vero.
Así como en sede de sucesión a título particular cuando un legado era declarado nulo
valiendo entonces per damnationem, según Ulpiano inspirado en un senadoconsulto
neroniano, tal como refiere Díez Soto.
Para Vallet de Goytisolo el supuesto más relevante de conversión, específicamente en el
ámbito formal deriva de la eficacia como codicilio del testamento formalmente nulo, según
se disponía en el Codex VI-XLII, 29 y VI-XXXVI.
En sede contractual, los primeros orígenes en materia de conversión se encuentran en el
supuesto de nulidad de la aceptilatio la que mantenía su validez bajo la figura del pactum de
non petendo, que suponía entonces un acuerdo informal de remisión o perdón de deuda y
que extinguía cualquier obligación siempre y cuando se intercalara como excepción en la
formula respectiva, según lo dispuesto en el Digesto Libro 46.
Por su parte, Valdéz Díaz refiere (de forma mucho más general) que a pesar de la rigidez
con que los romanos concibieron el instituto de la nulidad se conocieron de supuestos
excepcionales en que podía resultar salvado un negocio nulo, así los propios textos romanos
permiten afirmar que conocieron la figura de la sanatio in radice, que más tarde generaliza
el Derecho canónico, entendiendo que en determinados supuestos resulta posible hacer
desaparecer la nulidad y convalidar el negocio que la padecía.
Tendencia actual. Concepto de la conversión
La conversión es aquel medio jurídico por virtud del cual un contrato nulo que contiene, sin
embargo, los requisitos sustanciales o de forma de otro contrato puede salvarse de la
nulidad quedando transformado en éste; es así como las partes pueden convertir un contrato
nulo en otro distinto que reúna los requisitos que establece la ley para que pueda tener plena
eficacia.
Elementos
Conversión sustancial y conversión formal.
La conversión formal se produce una revaluación de las formalidades contractuales en tanto
resulta un requisito para la relevancia externa del supuesto de hecho negocial, produciendo
los efectos intrínsecos a su naturaleza jurídica. En virtud de lo anterior Díez Soto ha
afirmado que la conversión formal “opera exclusivamente en el plano de los efectos
vinculados por el ordenamiento a una determinada "forma" contractual, y no en el de los
efectos derivados del contrato en función de su naturaleza y causa”.
La conversión sustancial implica la recuperación de un acto totalmente inválido y con ello
ineficaz para el Derecho con el consecuente cambio de cualidad o mutación forzosa en la
causa del contrato. Este tipo de conversión opera como un mecanismo marcado una la nota
de excepcionalidad, en tanto supone la actuación de un instituto que su esencia contradice
una sanción legal que impone la normativa civil ante la vulneración de intereses que más
que particulares, trascienden al ámbito de lo general. Se habla de conversión material o
sustancial, cuando estamos ante el fenómeno que puede entenderse como propiamente de
conversión, donde opera una reducción del objeto o de los efectos del contrato o un cambio
del tipo negocial para evitar la nulidad.
Conclusión

Con relación al tema expuesto, considero que lo esencial del mismo es la bondad abstracta
con que los artículos del Código Civil le dan tratamiento, demostrándose el beneficio de la
confirmación para sanear el vicio del acto primitivo y el modo de hacer a su vez que no se
pierdan sus efectos. Y asimismo se advierte en su análisis, un esfuerzo en la búsqueda de su
utilidad práctica para intentar hacer de esta herramienta jurídica algo comprensible y
concreto, tanto desde la doctrina como desde la jurisprudencia.

Así debemos de destacar, que, ENTRE LAS PARTES; el acto invalido remonta sus efectos
expurgatorios del vicio causante de nulidad, a la fecha de celebración de dicho acto.
El art. 1065 CC expresa: “La confirmación tiene efectos retroactivos al día en que tuvo
lugar el acto entre vivos, o al día de fallecimiento del disponente en los actos de última
voluntad”.
La confirmación se identifica con el acto inválido precedente, cuyo efecto consiste,
justamente, en sacarle el vicio que lo invalidaba, haciendo proyectar su influencia desde
que dicho acto pudo ser eficaz.

Advierte Borda un “evidente error” en el supuesto de los actos de última voluntad en que la
confirmación, según la redacción del artículo, tiene efectos retroactivos al día del
fallecimiento del causante; donde “lejos de haber retroactividad, hay postergación de los
efectos de la confirmación hasta el momento de la muerte del causante, lo que es propio de
todos los actos de última voluntad”.

CON RESPECTO A TERCEROS; previene el art. 1065 CC, cláusula final que “...este
efecto retroactivo no perjudicará los derechos de terceros”. Ello significa que si en el
intervalo transcurrido entre la celebración del acto inválido y la confirmación, se ha
constituido un derecho a favor de un tercero, que es enteramente válido en vista de la
nulidad del acto primitivo, la confirmación ulterior de este primer acto, no obstante su
natural efecto retroactivo entre las partes no afecta para nada la situación del tercero.

Bibliografía

- BORDA, Guillermo A.: - Tratado de Derecho Civil (Parte General) II, 11ma ed., Editorial
Perrot, 1996.

-CÓDIGO CIVIL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA.

- LLAMBÍAS, Jorge Joaquín: - Tratado de Derecho Civil (Parte General) Tomo II, 16ta
ed., Editorial Perrot,1995.

- RABINOVICH - BERKMAN, Ricardo D.: - Derecho Civil. Parte General, Editorial


Astrea, 2000.

- SALVAT, Raymundo M.: - Tratado de Derecho Civil Argentino, 5ta ed., Librería y Casa
Editora de Jesús Menéndez, 193

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