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PORTOBELO Y

EL SAN LORENZO
DEL CHAGRES
Perspectivas imperiales. Siglos XVI-XIX

Tomo I

Alfredo Castillero Calvo


PORTOBELO Y
EL SAN LORENZO
DEL CHAGRES
Perspectivas imperiales. Siglos XVI-XIX

Tomo I
PORTOBELO Y
EL SAN LORENZO
DEL CHAGRES
Perspectivas imperiales. Siglos XVI-XIX

Tomo I

Alfredo Castillero Calvo


ISBN 978-9962-706-06-9 (obra completa)
ISBN 978-9962-706-07-6 (tomo I)

Castillero Calvo, Alfredo.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres: Perspectivas imperiales. Siglos XVI-XIX.
Panamá, Editora Novo Art, S.A., 2016.

© Alfredo Castillero Calvo


acchistoriador@cwpanama.net

Se reservan todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta obra puede repro-
ducirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia,
grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de re-
cuperación, sin autorización expresa del autor.

Cubierta delantera: Detalle del plano de la bahía de Portobelo, circa 1760. BNM,
Colección Godoy.

Cubierta trasera: Perspectiva del castillo de San Felipe, circa 1630. AGI, MP Panamá 93.

Guardas: Detalle del plano de la bahía y pueblo de Portobelo, por Agustín Crame,
1779. AHEM, PAN-03-10.

Portada:La captura de Portobello por Vernon. Oleo de George Chambers Senior de


1836. National Maritime Museum, Greenwich, Inglaterra.

Diseño y diagramación: Pedro A. Argudo F.


Edición de textos y estilo: Montserrat de Adames
Editora Novo Art, S.A.
www.editoranovoart.com

Primera edición, 2016


Tiraje de 3,000 ejemplares

Impreso en Colombia por Panamericana Formas e Impresos, S.A., quien solo actúa
como impresor, para Editora Novo Art, S.A.

Obra patrocinada por:


Para enriquecer el conocimiento individual y colectivo de una nación, es nece-
saria la tarea de recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica que coad-
yuva al fortalecimiento de la identidad nacional. En esta oportunidad, valoramos
y agradecemos la contribución historiográfica de Panamá y de América del doctor
Alfredo Castillero Calvo, quien ha recibido varios reconocimientos públicos por su
obra como historiador y defensor del patrimonio cultural, labor plasmada en de-
cenas de libros, artículos, ensayos, horas de clases y conferencias, siendo los más
recientes reconocimientos internacionales que ha recibido su ingreso a la Real Aca-
demia Sevillana de Buenas Letras en 2014 y a la Real Academia de la Historia en
2016.
Manzanillo International Terminal, S.A., en Colón, se enorgullece de ayudar a
patrocinar la obra Portobelo y el San Lorenzo del Chagres: Perspectivas imperiales. Siglos
XVI-XIX, último trabajo del reconocido historiador doctor Alfredo Castillero Calvo,
fruto de dos años dedicados exclusivamente a su redacción y resultado de décadas
de investigación en archivos internacionales, sobre todo de España.
Situados en la costa caribeña de Panamá, pocos lugares en las Américas han
sido testigos de tanta historia como los fuertes de Portobelo y San Lorenzo del Cha-
gres. Durante siglos, estos dos sitios jugaron un papel preponderante en la domi-
nación española del Nuevo Mundo y fueron críticos en la protección de los intereses
del Imperio español.
Sin duda, Portobelo y el San Lorenzo del Chagres con sus imponentes fortale-
zas tienen innumerables secretos del pasado colorido y, a menudo, tumultuoso de
Panamá. Hoy, también sirven como un recordatorio de que durante medio milenio,
Panamá ha sido un cruce vital que conecta los océanos Atlántico y Pacífico y un
punto de enlace de primera importancia desde los orígenes de la globalización.
Los libros del doctor Castillero Calvo, dedicados a la historia urbana del Pa-
namá colonial, Sociedad, economía y cultura material, Historia urbana de Panamá la Vieja,
publicado en 2006, y La ciudad imaginada: Historia social y urbana del Casco Viejo de
Panamá, publicado primero en 1999 y reditado y ampliado en 2014, se complemen-
tan con este último trabajo, que saca a la luz numerosos aspectos de una historia
casi desconocida aunque fascinante como es la de Portobelo y el San Lorenzo del
Chagres, que desempeñaron un papel tan esencial en la defensa del Imperio espa-
ñol y en la protección de una de las actividades comerciales más importantes de su
época como fueron las ferias de Portobelo.
El doctor Alfredo Castillero Calvo enfatiza en “la singularidad y riqueza de la
historia panameña”, hace un llamado a los lectores: “de habituarlos a un tipo de
historia diferente a la tradicional, a descubrir que hay maneras de hacer historia
distinta a la que conocen. Ningún historiador tiene la última palabra, porque la his-
toria se enriquece constantemente con nuevos conocimientos. Toda historia escrita
es también una construcción cultural que refleja su propia época, lo que significa
que cada generación reivindica parcelas de pasado que antes se desconocían, y que
enfoca las historias ya conocidas de manera distinta a como se había hecho antes y
con arreglo a sus propios valores, intereses y motivaciones”. Asimismo, afirma, que
la historia de Panamá “no puede entenderse desde una perspectiva provinciana,
limitada a una visión ideológica o étnica o a una época o fronteras geográficas: hay
que verla en el contexto de la historia global, porque Panamá siempre ha tenido
vocación aperturista y ha estado en la encrucijada de los grandes acontecimientos
mundiales”.
Es nuestro honor en Manzanillo International Terminal, ser parte de este pro-
yecto y felicitamos al doctor Castillero Calvo por los resultados de su encomiable
obra al laborar diligentemente, durante muchos años, el material contenido en este
libro de información detallada, rigor científico, redacción clara y amena y de ilus-
traciones de insuperable calidad. Los lectores no solo obtendrán una mejor com-
prensión de la historia de Portobelo y el San Lorenzo del Chagres, sino que también
podrán apreciar la enorme importancia que tiene la preservación de estos conjuntos
monumentales, declarados por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Con esta obra Portobelo y el San Lorenzo del Chagres: Perspectivas imperiales. Siglos
XVI-XIX, el doctor Alfredo Castillero Calvo cumple una vez más con su misión de
resaltar la importancia de que los pueblos conozcan su historia y se fortalezca la
identidad nacional. Exhortamos al lector a adentrarse en estas fascinantes páginas
de historia patria.

Stacy Hatfield
Gerente General
Manzanillo International Terminal-Panamá, S.A.
El Patronato de Portobelo y San Lorenzo se complace en presentar el libro Por-
tobelo y el San Lorenzo del Chagres: Perspectivas imperiales Siglos XVI-XIX, que es pro-
ducto de décadas de investigación por parte del doctor Alfredo Castillero Calvo,
una obra que abarca los tres siglos de nuestra historia colonial y que nos descubre
el papel protagónico que desempeñaron Portobelo y el fuerte de San Lorenzo en la
defensa y el comercio del Imperio español.
De esta manera, el Patronato cumple con uno de sus fines esenciales, que es la
promoción, conservación y restauración de los bienes que conforman el patrimonio
del Conjunto Monumental Histórico de Portobelo y el Castillo de San Lorenzo El
Real de Chagre.
Con el respaldo de abundante documentación de archivo en gran parte desco-
nocida, el autor analiza, de manera extensa y profunda, la historia de dos de los sitios
más importantes del Imperio español en el continente americano. En esta obra se do-
cumenta la evolución histórica del istmo de Panamá a lo largo de tres siglos, y nos
narra desde los inicios de la conquista en el siglo XVI, lo que el autor llama “la bús-
queda de la terminal perfecta” en el Caribe panameño. Esta búsqueda se inicia con
la fundación de Santa María la Antigua, continúa con las fundaciones de Acla y Nom-
bre de Dios y culmina con Portobelo. Durante esta búsqueda juega un papel funda-
mental el descubrimiento de la navegabilidad del río Chagres por los capitanes Corzo
y La Serna. Todo ello fue un largo y difícil proceso cuyo propósito consistía en po-
tenciar las ventajas transístmicas de Panamá y cuya culminación fue, precisamente,
la fundación de Portobelo y sus fortificaciones y el fuerte de San Lorenzo.
La obra dedica un amplio espacio a la militarización del Istmo desde la misma
fundación de Portobelo, analizando desde sus orígenes la introducción de las prime-
ras fuerzas armadas regulares y la formación de las primeras milicias, y asimismo
nos descubre, con abundantes evidencias estadísticas, el creciente papel que jugaron
en la defensa las milicias locales, integradas sobre todo por negros y mulatos.
El libro aporta nuevas luces sobre la enorme importancia de las ferias de Porto-
belo, cuando por allí pasaba el 60% de toda la plata que del Perú y Bolivia se expor-
taba a España y al resto del mundo, y en donde convergía una parte considerable del
comercio mundial de la época. Un capítulo importante, que es complemento del tema
de las ferias, está dedicado al transporte y el comercio de la ruta transístmica y destaca
las características, funciones y rol que desempeñaron el Camino Real y el Camino de
Cruces.
La lectura del libro nos revela una historia de Portobelo y el San Lorenzo fas-
cinante, entre otras razones porque fue escenario de numerosos combates, reflejo
de la lucha por el control económico de las colonias españolas por parte de las po-
tencias hegemónicas de la época. Contra la versión historiográfica tradicional de
que nuestro país fue siempre vencido en estos ataques, el autor demuestra con pruebas
fehacientes que nuestras tropas no solo se defendieron numerosas veces con arrojo
y actos de heroísmo, sino que también el enemigo fue no pocas veces derrotado
(como ocurrió con Drake en 1596), o bien obligado a desistir de sus planes de inva-
sión, como ocurrió con Morgan luego de atacar Portobelo en 1668, o con el viceal-
mirante británico Edward Vernon en 1742, todos ellos episodios hasta ahora
desconocidos.
En este libro, magistralmente redactado por el doctor Alfredo Castillero Calvo,
hallaremos una radiografía de la forma de vida de la época, la organización política,
la evolución del comercio, la esclavitud, el cimarronaje, el mestizaje, las órdenes re-
ligiosas y su papel en la evangelización del Istmo, la resistencia de los indios a la
conquista, las amenazas de ultramar, y la defensa. Reveladores son asimismo los
varios capítulos dedicados a la historia de las fortificaciones y al financiamiento de
las defensas.
El autor nos presenta una serie de mapas y documentos de la época, hasta
ahora inéditos y virtualmente desconocidos, que ha recabado en sus innumerables
viajes de investigación al Archivo General de Indias y otros archivos españoles y
europeos. Y rescata del olvido episodios heroicos de personajes que lucharon en la
defensa de nuestro país durante los incesantes ataques e invasiones que sufrió du-
rante el período colonial.
El Patronato de Portobelo y San Lorenzo agradece el esfuerzo y dedicación em-
prendidos por el doctor Alfredo Castillero durante la elaboración de esta trascen-
dental obra, que servirá sin duda a todos los panameños para conocer mejor nuestra
historia, y valorar los hechos y eventos que contribuyeron a forjar la nacionalidad
panameña.
Agradecemos también a la empresa Manzanillo International Terminal (MIT)
por su participación activa en la edición de este libro, sin cuyo aporte no hubiera
sido posible esta publicación.

Patronato de Portobelo y San Lorenzo


Índice general

Prefacio .......................................................................... 15

Capítulo I.
La búsqueda de la terminal perfecta 19

La ciudad como instrumento de articulación del territorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19


Buscando la terminal perfecta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Fundación de Nombre de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
De la Serna y Corzo descubren la navegabilidad del Chagres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
El primer camino transístmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
El puerto de Nombre de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Más desventajas de Nombre de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Buscando rutas alternas (1536-1597) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

Capítulo II.
La fundación de Portobelo 45

Preparativos para la mudanza de Nombre de Dios a Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45


La mudanza se complica con el ataque de Drake . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Los dilemas de la mudanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
¿Traslado o fundación ex novo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Capítulo III.
Primeras descripciones de Portobelo 65

Las Ordenanzas ovandinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65


Las primeras descripciones enviadas de Panamá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Las Descripciones de Panamá y Portobelo de 1606 a 1610 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
El verdadero autor de la Descripción de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Milicia y descripción de las Indias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Apología y discursos escritos en Portobelo por Vargas Machuca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Tribulaciones de Vargas Machuca en Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Algunos errores en la Descripción de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

Capítulo IV.
Primeros años. Un recorrido analítico por la Descripción de Portobelo de 1606-1607 81

Portobelo y su zona de influencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82


La ciudad, sus casas y edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
El clima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
La agricultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
El puerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Construcción de embarcaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Las defensas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
El sistema ribereño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Árboles maderables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Árboles frutales silvestres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
Hortalizas y otros cultivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Plantas medicinales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Animales domésticos y de caza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
La pesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Ofidios, sabandijas, anfibios y otros animales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Minas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Descubrimiento de Portobelo y fundación de Nombre de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Jurisdicción de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Padrón de Portobelo en 1606 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Absentismo de los vecinos más ricos y vecinos “insignes” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Ingresos del Cabildo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Pobreza de Portobelo tras la mudanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
Actividades comerciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
El transporte mular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Hatos y fincas agrícolas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
El funcionariado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Elecciones y funciones del Cabildo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Falta de edificio para aduana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Transportes por mar y tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Alquiler de casas, bodegas y tambos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Importación de vituallas para consumo interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Enfermedades y forma de curarlas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Ingresos y gastos de las Cajas Reales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Iglesia parroquial y convento de La Merced . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
El hospital de San Sebastián . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
El cimarronaje y los negros “mogollones” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
“Indios de guerra” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112

Capítulo V.
El enemigo interno 115

Defensas naturales: A manera de introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115


El siglo XVI: Un país en guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
El enemigo interno: Cimarrones e indios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Persistencia del cimarronaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Primeros ataques cunas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
La campaña de Ferrón Barragán contra los cunas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
La jornada de Maldonado de Saavedra al Darién . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Cambio de rumbo: evangelización en lugar de guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

Capítulo VI.
Primeras tropas regulares y milicias, 1597-1772 143

Comienzos de la organización militar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143


Creación de las primeras fuerzas milicianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Aumento de las dotaciones militares en el siglo XVII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
Evolución de las fuerzas regulares y milicianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
Dotaciones militares durante los ataques piráticos a Portobelo: de Parker a Morgan . . 164
Fuerzas existentes durante los ataques de Morgan y Vernon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
Tropas existentes después del ataque de Vernon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Las milicias ordinarias a mediados del siglo XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177

Capítulo VII.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas, 1772-1821 185

Creación de las milicias disciplinadas y del Batallón Fijo de Panamá . . . . . . . . . . . . . . . 185


Propuestas militares de un virrey, un contador y
un cura en vísperas de la Independencia (1803-1814) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
El Batallón Cataluña: 1816-1821 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
La invasión de MacGregor en 1819 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212
La Constitución Política y el Batallón Cataluña Expedicionario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212
La Independencia de Panamá de España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214
Secuelas de la militarización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
Capítulo VIII.
Las fortificaciones de Portobelo 219

Las fortificaciones de la Conquista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219


Amenazas piráticas y primeros grandes proyectos de fortificación . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Defensas contra el enemigo interno: El fuerte de Bayano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
Las dos grandes etapas en las fortificaciones de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
El fuerte-trinchera de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
El Castillo de San Felipe, alias de Sotomayor, de Todo Fierro y de Austria . . . . . . . . . . 242
El castillo de Santiago de La Gloria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
¿Construir con piedra basáltica o con coral? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
Proyecto de mudanza de Portobelo al recinto
murado de San Carlos (o “San Cristóbal”) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260
El reducto de San Jerónimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
El fuerte Farnesio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281
El plan de defensa de Ignacio Sala-Manuel Hernández . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290
El fuerte-batería-reducto de San Jerónimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296
Las casas-fuertes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298

Capítulo IX.
El San Lorenzo del Chagres 303

Primeros años: 1595-1607 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303


Progresivo deterioro del San Lorenzo (1617-1660) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Frustráneos esfuerzos del ingeniero Juan de Somovilla Tejada (1661-1667) . . . . . . . . . . 308
El nuevo San Lorenzo por Fernández de Córdoba y Ceballos y Arce . . . . . . . . . . . . . . . 311
El plano del San Lorenzo por Juan Bautista de la Rigada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328
Pulsión por renovar las fortificaciones después del ataque de Morgan . . . . . . . . . . . . . . 329
La obra del ingeniero Nicolás Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
Las obras del ingeniero Manuel Hernández . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334
La visita de Agustín Crame . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337
Conclusión para las fortificaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341

Capítulo X.
El gasto militar y el financiamiento de las defensas 355

Ingresos fiscales y gastos militares hasta 1664 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356


Creación del situado en 1664 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360
Remisiones del situado a Panamá: 1667-1810 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
El peso del situado en la Caja de Lima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
Las finanzas militares y su impacto en la economía hasta 1821 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370
Capítulo XI.
La guerra: El siglo XVII 375

Un país de “frontera” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375


El ataque de William Parker en 1601 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377
Henry Morgan ataca a Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387
Henry Morgan ataca el San Lorenzo del Chagres en 1671 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
Edad dorada de la piratería y el ataque de Springer a Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414

Capítulo XII.
La guerra: El siglo XVIII 419

La guerra de Sucesión (1701-1713) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419


El bloqueo a Portobelo por el almirante Hosier en 1726 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420
Ataques de cunas en Darién e invasiones de indios mosquitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422
La guerra del Asiento, o de la Oreja de Jenkins,
y los ataques a Portobelo y el San Lorenzo por Edward Vernon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423
Bombardeo del San Lorenzo en marzo de 1740 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
El proyecto Vernon-Anson de capturar Panamá en 1742 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 440
1742: Ataque británico a Portobelo y Chagres y las defensas locales . . . . . . . . . . . . . . . . 443
El bombardeo de Portobelo por William Kinghills en 1744 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 450
Otros episodios bélicos y alzamientos a fines del siglo XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 454

Capítulo XIII.
La guerra: En vísperas y durante la Independencia 459

Ataque a Portobelo por Benito Chasserieux en 1814 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 459


La invasión a Portobelo por Gregor MacGregor en 1819 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 459
Nuevas amenazas externas y consolidación de la Independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 476

Capítulo XIV.
Las ferias de Portobelo 481

Las ferias de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 481


El sistema estatal de monopolio: Leyes de hierro y permisividad
cómplice, o el sueño de un orden imperial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 485
Una fiscalidad asfixiante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
El contrabando o cómo el sistema se traiciona a sí mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 494
Las ferias de Portobelo según los contemporáneos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 501
Simetrías y recurrencias del sistema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507
Tipicidad y atipicidad de las ferias y galeones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 510
Participación y beneficios de los comerciantes locales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 512
Corrupción de funcionarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 517
El fin de las ferias de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 524
Capítulo XV.
Transporte y comercio en la ruta transístmica 529

La ruta del Istmo y el transporte de tesoros y mercancías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 529


La navegación del Chagres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 530
La navegación costanera Chagres-Portobelo y el camino de mulas Cruces-Panamá . . 534
Ventas, poblados y caminos de la ruta transístmica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535
Un viaje “típico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 540
¿Mejoramiento de las técnicas de transporte? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 541
Las barreras tecnológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 543
La barrera de los costos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 544
La barrera de las distancias-tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 546
Más costos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 548

Capítulo XVI.
Sociedad, urbanismo y arquitectura. Primera parte 555

El trazado urbano de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 555


Realidad social y urbana en el siglo XVIII,
según las descripciones contemporáneas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 557
Estadísticas sociodemográficas de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 574
Parcelario de la ciudad de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 575
Inventario de casas de Portobelo en 1744 y 1774 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 581
Materiales de construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 588

Capítulo XVII.
Sociedad, urbanismo y arquitectura. Segunda parte 609

El negocio de alquilar casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 609


La Aduana, Casas Reales y Contaduría de Portobelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 616

Capítulo XVIII.
Justicia colonial ¿Quién mató al teniente Álvarez? 639

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 659

Siglas usadas y archivos consultados .......................................... 669


Prefacio

Este libro empezó a prepararse desde 1970. Durante los últimos dos años me
he dedicado a redactar el texto, ampliar mis investigaciones para ahondar en lo que
hacía falta, revisar y corregir lo que ya había escrito en años anteriores, y sobre todo
descubrir y rescatar muchos aspectos que antes no habían ocupado mi atención.
Pero todo empezó realmente hace 46 años. No hacía mucho había concluido mi
tesis doctoral, que poco o nada tenía que ver con Portobelo o el San Lorenzo. Había
visitado Portobelo por primera vez en agosto de 1969, acompañando a los congre-
sistas que habían sido invitados de España y otras partes para conmemorar el Ses-
quicentenario de la Fundación de Panamá. Como no existía entonces carretera para
llegar a Portobelo había que embarcarse en bote desde María Chiquita. Necesaria-
mente esta corta visita solo podía ser un agradable paseo dominical.
En octubre siguiente, invitado por un amigo cercano, a la sazón alto funcionario
del Gobierno, estuve presente en la inauguración de la carretera recién hecha para
conectar Panamá con Portobelo (por una entrada diametralmente opuesta a la que
se había usado en los siglos coloniales). El acto estuvo presidido por el jefe de Go-
bierno y participó todo o casi todo el Gabinete. Era un acto importante. En ese mo-
mento no era capaz de reconocer por su nombre uno solo de sus fuertes, ni tenía
idea de los que había al otro lado de la bahía. Lo único que podía identificar era la
entonces ruinosa Aduana, ya que cualquiera la conocía por fotografías. Aquel fue
un acto protocolar, no de estudio, y me regresé a Panamá sin haberme enterado
gran cosa de lo que había visto, y aún menos sospechando que algún día le dedi-
caría a Portobelo muchos años de mi vida como historiador y que este pueblo y sus
fortificaciones sería una de mis más preciadas querencias.
Aunque nunca llegué a conocer el impacto que este contacto con Portobelo pro-
dujo en los altos niveles de gobierno, el hecho es que el entonces recién nombrado
director general de turismo, o IPAT (no existía entonces el INAC, ni ninguna agencia
de gobierno que se ocupara de estas cosas), me convocó a una reunión donde me
explicó que tenía instrucciones precisas de darle la más alta prioridad a Portobelo.
Nunca supe quién sugirió mi nombre para esta reunión, aunque puedo imaginar,
si recuerdo cómo se hacían las cosas en aquellos años, que como se me había visto
en aquel acto inaugural de la carretera, y no había otro historiador a mano, alguien
Prefacio
16

sugirió que se me llamara para ocuparme del asunto. Cuando se me preguntó lo


que se podía hacer no dudé en responder. Había que empezar por estudiarlo todo
y partir literalmente de cero. ¿Y quién podía hacerlo? No vacilé un segundo en ofre-
cerme. Partí entonces para España, Inglaterra y Francia a buscar cuanto documento
escrito, plano o mapa tuviera que ver con Portobelo y dediqué varios meses a la
tarea. Regresé repleto de información en notas, microfilm, filminas y fotocopias, y
con una idea bastante más completa de la inmensa tarea que quedaba por hacer.
Pero eso era solo el comienzo.
Con el paso del tiempo acabé al frente de una oficina que tuvimos que inven-
tarnos: Turismo Histórico y Social, a la que luego se fueron agregando otras fun-
ciones. Como el IPAT contaba con buen impulso institucional y suficientes recursos,
desde esa oficina pudimos traer, gracias a convenios con la OEA, el BID, y otras
agencias internacionales, a varios grupos de expertos para que hicieran análisis y
propuestas para la puesta en valor, pero ya no solo de Portobelo, sino también de
Panamá la Vieja y la Nueva Panamá. Esto me obligó a seguir el paso de los expertos,
de los que naturalmente aprendí mucho, y a empaparme hasta donde pude del arte
de la fortificación, y de todo lo relacionado al urbanismo de nuestras dos ciudades
primadas.
Fue un aprendizaje de años y sin habérmelo propuesto, acabé especializán-
dome en fortificaciones y en ciudades. En los años 70 y 80 escribí artículos, mono-
grafías y opúsculos sobre Portobelo y las dos Panamá, e incluso ingresé como
miembro numerario a la Academia Panameña de la Historia con un estudio sobre
nuestra ciudad primada. Luego publiqué un libro donde identificaba el arquetipo
urbano de la vivienda colonial, tanto en Portobelo como en Panamá, y años después
me aventuré en dos proyectos más ambiciosos: el libro sobre Panamá la Vieja y el
titulado La ciudad imaginada. En ese largo recorrido publiqué también varios trabajos
sobre las ferias de Portobelo, la ruta transístmica, la Aduana, el financiamiento de
las defensas y las fortificaciones. Además, en 1978 redacté un texto para uso de mis
estudiantes que publicó la revista de Patrimonio Histórico, del INAC, con el título
“Portobelo: Apuntes para un libro en preparación”. No anticipaba entonces que esa
“preparación” demoraría ¡38 años!
Pero hacía falta algo fundamental: una obra de conjunto dedicada a Portobelo.
Y este tema llegó a convertirse en una de mis mayores aspiraciones. Una obra en la
que pudiera recoger todo lo que tenía disperso en revistas de difícil acceso o per-
dido en las páginas de libros donde hablaba de muchas otras cosas. Pero más que
eso, sentía la necesidad de ahondar en varios de los temas a los que ya me había
asomado, y en muchos otros que conocía mal o debían profundizarse más.
Por eso fue absolutamente providencial que a mediados del 2014 me visitaran
Nilda Quijano y Yelitza Norse, en representación de MIT y del Patronato de Porto-
belo, para proponerme que escribiera un libro sobre Portobelo y el San Lorenzo.
Respondí con la misma prontitud y entusiasmo que hacía 44 años, cuando tuve
aquella reunión con el director del IPAT.
En este libro el lector podrá reconocer algunos temas que ya he estudiado en
otras publicaciones, de las que como es natural me he aprovechado. Pero todos
ellos han sido revisados, corregidos y ampliados. Otros son totalmente nuevos y al
investigarlos resultaron para mí una verdadera revelación, como cuando descubrí
que el gran peso de las defensas recaía en el paisanaje o que fueron más las veces
que detuvimos o vencimos al enemigo de lo que nos ha hecho creer la historia
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
17

tradicional. El lector encontrará una historia totalmente nueva y llena de sorpresas,


y sinceramente aspiro a que la disfrute tanto como yo la he disfrutado al escribirla.
En la preparación de un libro como este, que ha sido el resultado de tantos años
de investigación en archivos extranjeros, he acumulado deudas de gratitud con nu-
merosos colegas y amigos y sería imposible mencionarlos a todos. Limitaré mis
agradecimientos a aquellos que me han ayudado en estos dos últimos años. Mi pri-
mera deuda es sin duda con MIT, Nilda Quijano y Yelitza Norse, que me han hon-
rado al invitarme a escribir esta obra, permitiéndome hacerla con plena libertad
científica y sin imponerme cortapisas ni exigencias de ningún tipo. Gracias a estas
libertades he podido profundizar a mis anchas en temas que de otra manera habría
tenido que reducir a pocas páginas o pasar a simples notas. La obra se ha hecho
más extensa pero en cambio ha ganado en contextualización de eventos y en el aná-
lisis y profundización de aspectos cuya explicación habría quedado incompleta.
Doña Julia Navas, de nuestra Embajada en Madrid, atendió de manera expe-
dita cada solicitud mía para que en los distintos archivos y museos españoles me
facilitaran reproducciones en alta definición de imágenes y mapas. Don Manuel
Álvarez Casado, facultativo del AGI, me facilitó reproducciones digitales de docu-
mentos indispensables para mi investigación y con una prontitud que nunca habría
esperado. El doctor Allan J. Kuethe, Horn Professor de la Texas Tech University, me
llamó la atención sobre al asalto de Vernon al Istmo en 1742, un tema hasta ahora
totalmente descuidado por los estudiosos, gracias a lo cual pude rescatar uno de
los episodios más apasionantes de nuestra historia militar. Además tuvo la gentileza
de leer el texto que escribí sobre la guerra del Asiento y de hacerme sugerencias
para mejorarlo. Con el doctor Juan Marchena, de la Universidad Pablo de Olavide,
de Sevilla, también gran erudito de la historia militar de la Colonia, mantuve un
fecundo intercambio y me ayudó a aclarar varias dudas. El exembajador británico
Jim Malcolm OBE, con quien realicé una exploración a Acla y a la antigua colonia
escocesa del Darién, me facilitó fotografías (su nueva pasión desde que se jubiló) y
el mapa del ataque de Vernon al San Lorenzo en 1740. El doctor Alfredo Morales,
catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla compartió conmigo
ideas que ayudaron a enriquecer la obra. Nicolás Liakópulos Falcón me acompañó
en los viajes que hice a Portobelo y el San Lorenzo para reconocer su estado actual,
y con su habitual generosidad me abrió de par en par su extensa colección de obje-
tos coloniales encontrados en Nombre de Dios y Portobelo. En el viaje a San Lo-
renzo nos acompañó el arqueólogo aficionado Luis E. González Ortiz, sin cuya guía
difícilmente habríamos llegado. El historiador chiricano Mario Molina, el arquitecto
Raúl Murillo, el coleccionista Vicente Pascual Landa, el conservacionista y explo-
rador Luis Puleio y el explorador e historiador Hernán Araúz Torres me facilitaron
valiosas imágenes que enriquecen el contenido iconográfico del libro. Con Hernán
Araúz tuve además provechosos intercambios en materia cartográfica, en particular
sobre el primer mapa exento del istmo de Panamá. Tengo una gran deuda con el
Museo del Canal Interoceánico de Panamá y su diligente personal, por facilitarme
el acceso a sus colecciones e incluso molestarse en abrir urnas para fotografiar al-
gunos de sus valiosos objetos. Tengo también una gran deuda con varios archivos
y bibliotecas de España sin cuyo material iconográfico y sobre todo cartográfico
esta obra no habría sido posible, como son la Biblioteca del Palacio Real, el Servicio
Histórico del Ejército, el Museo del Ejército, en Toledo, el Archivo Histórico del
Ejército, el Museo Naval, la Biblioteca Nacional y por supuesto el Archivo General
Prefacio
18

de Indias. Y en Colombia, el Archivo General de la Nación. Me merece también un


reconocimiento especial el Sistema Nacional de Investigación de la Secretaría Na-
cional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT), gracias a cuyo apoyo he
podido dedicar tantas horas a la investigación y redacción de esta obra. A Pedro y
a Montserrat, de la Editora Novo Art, S.A., debo agradecer su dedicación y entrega
para que este libro fuese lo más perfecto posible. A mi esposa Angie, como siempre,
le debo el amor, la paciencia, comprensión y la paz espiritual, que he necesitado
para preparar esta obra. Realizar un trabajo como este solo es posible cuando se
tiene ese sólido soporte espiritual, para no mencionar la paciencia que tuvo cada
vez que me escuchaba cuando le leía algún texto recién escrito. No siempre esas
lecturas salían libradas de sus agudas críticas, que al aceptarlas mejoraron por su-
puesto el texto, y aquellas que merecían su aplauso me alentaron para continuar
sin desmayo.
A todos ellos me complace expresarles mi profundo agradecimiento pues sin
su apoyo este libro no habría sido posible. Huelga decir que cualquier error, omi-
sión, imprecisión o interpretación desacertadas o mal sustentadas, solo a mi deben
imputarse.

Alfredo Castillero Calvo


Los Portales, Buenaventura, Coclé
CAPÍTULO

La búsqueda de la terminal perfecta

La ciudad como instrumento dizó España a lo largo de la Reconquista, durante


de articulación del territorio la cual se fundan numerosas ciudades, a las que a
su vez se le incorporan nuevos elementos forma-
La fundación de ciudades tenía en España les. El trazado de la ciudad en forma de retícula y
hondas raíces tanto políticas como institucionales. la ortogonalidad del sistema callejero, la centrali-
De los romanos España había heredado los castros dad de la plaza Mayor, rodeada de los edificios
o campamentos militares que para Roma eran ins- más emblemáticos, como la catedral, símbolo del
trumentos clave para la penetración (y luego arti- poder espiritual, y el Cabildo, símbolo del poder
culación) territorial. Roma había heredado de local, y la orientación de la urbe hacia los cuatro
Grecia el modelo urbano reticular, que se remon- puntos cardinales, todo ello era parte de un legado
taba a la ciudad de Mileto. Pero Roma hace sus que el Nuevo Mundo heredaba de la civilización
propias aportaciones, ya que en su caso las nuevas occidental. Era un legado formal que recibía de Es-
ciudades son parte del programa de conquistas paña, de Roma y de la propia Grecia. Fue ese mo-
que despliega por toda Europa, el norte de África delo el que se aplicó aquí y que se replicó por todo
y el Cercano Oriente. En cada ciudad que funda, el continente.
como Emérita Augusta, o César Augusta (Mérida Pero tal vez las innovaciones más importantes fue-
y Zaragoza, en España), o Londinium (la actual ron, por un lado, la institución del Cabildo, o Ayunta-
Londres), o Lutecia (actual París), para solo men- miento, como órgano de representación local, y
cionar cuatro ejemplos, aplica el patrón reticular por otro, el papel de las ciudades de la Reconquista
heredado de Grecia; pero aporta como propio la como factores de penetración, conquista y articu-
orientación de las ciudades hacia los cuatro pun- lación territorial. La rigurosa replicación de este
tos cardinales y su papel como instrumento de ar- modelo en el Nuevo Mundo transformaría profun-
ticulación del territorio. Esa herencia la profun- damente la organización territorial del continente.
La búsqueda de la terminal perfecta
20

mostrar ventajas geográficas básicas,


tanto higienistas como funcionales (si
para la guerra, la administración o la
explotación económica), que debía le-
vantarse un acta formal para darle legi-
timidad y que acto seguido debía
elegirse a las autoridades que la regi-
rían, es decir el Cabildo o Ayunta-
miento, integrado por los fundadores
más notables. En cada acto fundacional
debía procederse a distribuir los solares
entre los vecinos, y asignarse los espa-
cios que ocuparían las iglesias y con-
ventos, el hospital y los edificios cívicos
(como la Aduana, el Ayuntamiento o la
Audiencia). Así fue como se hizo en la
primera fundación formal celebrada en
nuestro país. Recordemos el papel fun-
damental que allí tuvo la elección del
primer Cabildo, cuando se eligió a
Vasco Núñez de Balboa como alcalde
de primer voto. En este acto jurídico
quedaba formalizada la fundación de la
ciudad de Santa María la Antigua del
Darién, la primera que se fundaba con
plenos derechos en Tierra Firme. Este
patrón fundacional fue de enorme tras-
cendencia. Es que fundar una ciudad
no era un acto espontáneo e improvi-
sado, fruto del impulso voluntarioso de
un grupo de individuos, sino algo pre-
viamente planificado, consensuado
entre vecinos y autoridades y con la de-
Torreones típicos levantados durante la conquista para defenderse de los
indígenas. AGI, MP Panamá 4. bida autorización de estas. Hacer lo
contrario se consideraba un acto ilegal
claramente tipificado.
Algunas de las nuevas fundaciones de la Re- Lo anterior permite comprender por qué la
conquista fueron conocidas por los primeros con- ciudad, así como su órgano de representación
quistadores, como es el caso de Pedrarias Dávila, legal, el Cabildo, adquiere el predicamento que
que se paseó por las calles de Santa Fe, fundada por tuvo durante la conquista y colonización española
los Reyes Católicos para sitiar Granada, el último del territorio americano, y explica que España se
bastión musulmán. De manera que Pedrarias, como convierta en la mayor fundadora de ciudades de
muchos otros, pudo aprender de primera mano el la historia humana, superando con creces a su
modelo que habría de aplicar en el Nuevo Mundo. propio modelo, Roma: en medio siglo ya se ha-
Ya para entonces se disponía de una amplia expe- bían fundado todas las capitales de Hispanoamé-
riencia fundacional y de un nutrido arsenal legalista rica y su vasto territorio se encontraba cubierto
en la materia. Se sabía que cada fundación debía ser por una tupida red de concentraciones urbanas.
autorizada previamente, que el sitio escogido debía La ciudad se convierte así en el gran instrumento
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
21

de articulación espacial, de administración polí- para fundar ciudades en el Nuevo Mundo. Por ello
tica y aprovechamiento de los recursos materiales las que se fundan en nuestro país durante aquellos
del Nuevo Mundo. Fue también el principal tempranos años deben ser consideradas paradig-
agente civilizatorio. máticas, en particular la ciudad de Panamá, ya que
Pero la tarea no era fácil. Primero se experi- es la primera con carácter permanente. Nunca
mentó en La Española y en otras islas mayores del antes la Corona había dado órdenes de fundar ciu-
Caribe, aunque de manera más bien tentativa y dades a sus conquistadores. Eran las primeras que
transitoria; luego se dio el salto al continente, con respondían a un plan regio y con las características
un pie en el istmo de Panamá, que se convierte du- formales y funcionales que ya he mencionado. De
rante los siguientes quince años –entre 1510 y hecho, el acta fundacional más antigua que se con-
1526– en la nueva plataforma para la expansión de serva en América es la de Natá, fundada en 1522,
la conquista y las exploraciones. No sorprende que pero esta se hizo copiando la de Panamá, solo que
lo primero que traten de hacer los conquistadores esta se ha perdido. Lo más significativo es, sin em-
sea fundar ciudades, ya que esto formaba parte de bargo, que en estas instrucciones no se le explica a
sus patrones culturales y era un paso indispensa- Pedrarias cómo hacerlo, ya que se asume que él
ble para afianzar la conquista. Pero en los comienzos debía saberlo puesto que había conocido el modelo
fue inevitable que hubiera mucho de experimen- que debía imitar.
tación y fracaso, por lo que no pocas ciudades tu- Pedrarias se afana por fundar ciudades: Los
vieran luego que abandonarse, o refundarse Anades, Santa Cruz, Fonseca Dávila, Acla. Y salvo
mudándola a otro sitio. Cristóbal Colón funda Acla, todas fallan. Pero es que el territorio aún no
Belén, al norte de Veraguas, y Martín Fernández se conocía bien y los esfuerzos se habían concen-
de Enciso (y junto con él Balboa), funda Santa trado en la costa caribeña oriental del Istmo, donde
María la Antigua del Darién. Pero cuando llega Pe- el territorio es de pluviselvas carentes de espacio
drarias en 1514, la fase experimental pasa a una para la crianza de ganado, la clave para el sustento
nueva etapa. Pedrarias trae plenos poderes reales, de la hueste. Tampoco se conocía el río Chagres, ni
ya que su cargo equivale al de virrey, o alter ego del si este era navegable; ni que el Istmo era el centro
rey1, y sus instrucciones regias son muy claras: una del continente, ni que su zona central tenía muy
de sus misiones fundamentales es fundar ciudades poca altitud. Ninguna de sus grandes ventajas era
para organizar el territorio bajo su mando y ase- entonces discernible y en esa etapa resultaba im-
gurar la conquista. Lo interesante es que Pedrarias posible acertar en la elección de sitios para fundar
es el primero en recibir instrucciones de la Corona ciudades.

Playas de Acla con la isla de Oro al fondo.


Fotografía de Jim Malcolm, OBE.
La búsqueda de la terminal perfecta
22

Todo cambió cuando la conquista se desplaza mente sobre el mismo meridiano de Panamá para
hacia el oeste, se explora el istmo central, se reve- que ambas sirvieran como ciudades terminales del
lan las distancias entre ambos mares por su parte Istmo, y en 1522 funda Natá, como granero de la
más estrecha y el Istmo se vislumbra como eje para colonia.
la expansión de la conquista hacia Centro y Sura- De esa manera se implantó una inexorable
mérica y para la interconexión entre el Pacífico racionalidad al territorio panameño, prefigu-
americano y España. Cuando Pedrarias llega al rando su inserción en una economía de mercado
Istmo en 1514 nada de esto se conocía; pero para a grandes distancias, destinado a servir a los trán-
1519 el panorama era distinto. Fue entonces sitos entre España y los yacimientos argentíferos
cuando ese año decide fundar Panamá, no obs- altoperuanos, y a conectarse desde temprano a la
tante la oposición de muchos de sus hombres, que naciente globalización del planeta. La función
temían pasar hambre al quedar esta en el Pacífico, transístmica quedaba así establecida con carácter
al otro lado del Istmo, y de esa manera más aleja- permanente y ha mantenido su vigencia hasta
dos de los centros de abastecimiento del Caribe. nuestros días. Así pues, el potencial geográfico de
Pero Pedrarias no detuvo su programa fundacio- Panamá pudo ser anticipado desde temprano y
nal. Era un programa racional y coherente: en 1520 de allí que se organizara precozmente. Pocos pa-
le encarga a Diego de Albítez la fundación de íses, si alguno, tuvo en América comienzos tan
Nombre de Dios, situado en línea recta virtual- premonitorios2.

Mapa de la bahía de Nombre de Dios. Es muy abierta y salpicada de peligrosos arrecifes. Las costas eran muy bajas e inadecuadas para la
construcción de castillos según los criterios defensivos de la época. AGI, MP 1.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
23

Foto aérea de la bahía de Nombre de Dios, 1970. Cortesía del IPAT.

Buscando la terminal perfecta Santa Cruz, Los Anades y Fonseca Dávila. Son
mencionadas de paso en las crónicas de Bartolomé
Dicho lo anterior, se comprenderá mejor el de Las Casas, Fernández de Oviedo, Pascual de
proceso fundacional que media entre Santa María Andagoya, Mártir de Anglería y Antonio de He-
la Antigua, Acla, Nombre de Dios, Panamá y final- rrera, donde compiten en contradicciones y ambi-
mente Portobelo. Santa María la antigua del Da- güedades, por lo que resulta muy difícil identificar
rién había sido la capital de Castilla del Oro desde su ubicación. De sus restos no se conoce nada, y se
su fundación en 1510 hasta 1519, pero tuvo que ser ignora si se fundaron a orillas del mar o al interior.
abandonada en favor de Panamá, cuya situación De todos los ensayos fundacionales, desde
geográfica era mucho más a propósito para los ob- temprano debió ser evidente que el mejor candi-
jetivos de la Conquista. Mientras que Santa María dato sería Acla, ya que tenía muchas ventajas: era
quedaba en el golfo de Urabá –es decir en una un asentamiento indígena (por tanto un sitio pro-
zona demasiado excéntrica, literalmente al ex- bado para la vida humana), era ya familiar para los
tremo oriental del Istmo–, la nueva capitalidad se conquistadores y había sido el punto de partida
encontraba justo donde más convenía, en la parte que escogió Balboa, guiado por los nativos, para
más estrecha del Istmo y virtualmente en el mismo cruzar el Istmo y descubrir el Pacífico en 1513.
centro, por lo que se funda como nueva terminal Desde entonces quedó establecido que la distancia
de Castilla del Oro. Pero antes de que se fundara entre Acla y el Mar del Sur era la más corta cono-
Panamá, que queda en la vertiente del Pacífico y cida hasta entonces para cruzar el Istmo. Para la
era un territorio aún desconocido, el conquistador Corona esto era esencial, pues desesperaba por en-
estuvo tanteando otros sitios para mudar Santa contrar una ruta (de mar o terrestre) que le permi-
María y desde donde se pudiera atravesar al Istmo tiera atravesar el Nuevo Mundo, que tan poco
con más facilidad. Se fundaron ciudades como provecho le estaba rindiendo hasta entonces, para
La búsqueda de la terminal perfecta
24

llegar a la otra mar y desde allí


navegar hasta el mítico Oriente
y las islas de las Especias. De
hecho esta fue la misión que le
encomendó expresamente a Pe-
drarias en sus célebres Instruc-
ciones de 1514. Años más tarde
lo resumía así el cronista Gon-
zalo de Illescas: “Su principal
intento (después que se supo
del Mar del Sur) no era sino ha-
llar un estrecho para pasar de
acá a allá, sin descargar los na-
víos, y por allí hallar camino
para las islas Molucas, de donde
los portugueses (navegando al
Oriente) traen canelas y clavos
y las otras especias”3.
Pero primero era necesario
asegurar la travesía transístmica Mapa del istmo de Panamá, circa 1597, cuando aún no se había abandonado Nombre de
Dios y empezaba a construirse Portobelo. AGI, MP 23.
de la manera más eficiente y
práctica. Para que consiguiera
ese propósito también se le ordenaba a Pedrarias conquista de Veraguas y antiguo lugarteniente de
fundar ciudades de un lado al otro del Istmo en los Diego de Nicuesa) que se dirigiera a Acla con
siguientes términos: “Lo que parece que allá se debe doce o quince hombres y construyese allí un for-
hacer es [que] será bien que por la parte más corta y tín que sirviese de refugio para las expediciones
menos fragosa y que mejor sea proveída y abastecida hacia el Mar del Sur y el occidente del país. Hay
se haga desde la villa de Nuestra Señora Santa fuertes indicios de que ya en ese punto Pedrarias
María del Darién hasta la dicha Mar del Sur tres o pensaba trasladar hacia Acla la capitalidad de
cuatro asientos en las partes que parecieren más Castilla del Oro y abandonar Santa María la An-
provechosas en el golfo de Urabá para atravesar y tigua. Al poco tiempo, sin embargo, los indígenas
ollar la tierra de la una parte a la otra y donde con del vecino cacicazgo de Careta, en represalia por
menos dificultad la gente pueda andar” . La ins-
4 los abusos de Olano y su gente, atacan la fortaleza
trucción es específica: fundar ciudades donde se pu- y dan muerte a sus defensores. Pero Pedrarias
dieran comunicar los dos mares con más facilidad sigue en su empeño de poblar Acla y a mediados
y a menor distancia (“por la más corta parte y de 1516, tal vez en septiembre, envía al propio
menos fragosa”). Cuando se redactan las instruccio- Núñez de Balboa para que le dé carácter formal a
nes y gracias a las noticias que llegaron del Descu- la población. Con su característico liderazgo, en
brimiento del Pacífico, ya se sabía en la Corte que poco tiempo Balboa vuelve a levantar la ciudad.
Acla era el sitio más cercano al Mar del Sur, mucho Establece el Ayuntamiento, nombra regidores, re-
más ciertamente que Santa María la Antigua. Si en parte solares. Y como apenas quedaban nativos
el citado capítulo de las instrucciones se menciona en el área (unos por haber perecido como resul-
a Santa María del Darién es porque para entonces tado de la conquista, otros por haber huido a los
era la única ciudad poblada y sede del Gobierno, montes), los nuevos pobladores tienen que va-
por lo que cualquier exploración debía partir de allí. lerse por sí mismos para desmontar y labrar la
De esa manera, tan pronto como Pedrarias se tierra. Levantan sus viviendas con sus propias
hace cargo de Castilla del Oro, ordena en 1515 a manos, y lo mismo hace Balboa, para alentar a
Lope de Olano (superviviente de la frustránea los demás y dar ejemplo. Había fundado Acla
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
25

con 60 hombres que el capitán Andrés Garavito Fundación de Nombre de Dios


había llevado de Cuba; se le agregan otros 20 pro-
cedentes de Santa María la Antigua y Pedrarias El primer contacto de los europeos con el sitio
le envía otros 200 más. En marzo de 1517 ya Acla donde se fundaría Nombre de Dios es bien cono-
contaba con cerca de 300 vecinos blancos, unos 30 cido, gracias a los relatos del Cuarto Viaje de Colón
esclavos africanos y algunos centenares de indios y a las crónicas de Oviedo y de Las Casas. Entre
de distintas procedencias. Acla va adquiriendo los primeros el más completo es el de Fernando
una posición predominante en la colonia y su Colón, el hijo del almirante que siendo adolescente
papel como terminal pronto desplaza a Santa le acompañó en este viaje y que luego escribe su
María la Antigua5. Así lo confirmaba el cronista biografía. Después de abandonar Belén y navegar
Fernández de Oviedo, cuando hacía relación de hacia el este, Colón descubre a Portobelo. “Entró
las ciudades fundadas en el Istmo y que él cono- en Portobelo, al que puso este nombre porque es
cía de primera mano: “Acla era mayor pueblo que muy grande, hermoso y poblado y tiene entorno
ninguno de los que he dicho”6. mucha tierra cultivada. Entró allí el 2 de noviem-
Sin embargo, Panamá se funda en 1519 y bre [de 1502] por entre dos isletas. Dentro de él
poco después Nombre de Dios, situadas donde el pueden las naves acercase a tierra y salir volteando
Istmo es más estrecho. Acla quedó desde enton- [o dando bordadas] si quieren. La región que
ces demasiado excéntrica para cruzar el Istmo y rodea el puerto no es agreste, sino cultivada y llena
perdería utilidad para la explotación del territo- de casas, distantes unas de otra un tiro de piedra
rio. Con el desplazamiento de la actividad econó- o de ballesta; parece una cosa pintada la más her-
mica del país hacia su centro geográfico y mosa que haya visto”. Durante los siete días que
establecerse la nueva terminal caribeña en Nom- estuvieron allí detenidos “por las lluvias y malos
bre de Dios, Acla queda condenada a la margina- tiempos”, se acercaban los nativos “en canoas de
lidad. Su población decrece, aunque no desa- todo el contorno a rescatar de las cosas que allí
parece del todo, ya que permanece un puñado de comen, y ovillos de algodón hilado muy lindo, que
empedernidos mineros explotando la riqueza aurí- daban a cambio de algunas cosillas de latón, como
fera de sus vecindades. Finalmente es abando- alfileres y agujetas”. El 9 de noviembre abandonan
nada en 1559, cuando se encuentra oro en Vera- Portobelo y “navegan ocho leguas rumbo a Le-
guas y sus pocos vecinos se desplazan hacia este vante; pero al día siguiente volvimos atrás cuatro
nuevo centro minero. forzados del mal tiempo, y entramos en las isletas,

Representación ideal de la toma de posesión del Mar


del Sur por Balboa en 1513. Colección Vicente Pascual.
La búsqueda de la terminal perfecta
26

cerca de tierra firme, donde está el Nombre de En 1510, derrotado tras su fallido proyecto de
Dios; y porque todos aquellos contornos e isletas conquistar Veraguas, Nicuesa envió a recorrer por
estaban llenos de maizales, se les puso por nombre la costa oriental al capitán Gonzalo de la Raya para
de Bastimentos”. Allí permanecieron hasta el 23 de que encontrase un sitio donde poderse reponer del
noviembre de 15027. El primer Nombre de Dios, desastre. Según el cronista Oviedo, “aquel capitán,
fue pues bautizado Bastimentos. Fue el primer poniendo en efecto lo que fue mandado, llegó al
avistamiento de Portobelo y Nombre de Dios. Pero puerto que al presente se llama el Nombre de Dios
el primer poblamiento propiamente le correspon- [...] allí halló este capitán que la tierra era fértil, e
dió a Diego de Nicuesa. había de comer, e contentóse de la disposición de
la tierra e del puerto, e desembarcóse
con los que llevaba consigo e quedó
allí con ellos”. Según Oviedo, Nicuesa
llegó después en otra embarcación, y
al entrar “en aquel puerto, le llamó el
Nombre de Dios, que hoy tiene”8.
Otra versión muy conocida es la
de Bartolomé de las Casas. Según Las
Casas, Nicuesa abandonó Veraguas en
una carabela y dos bergantines y al
pasar frente a un puerto “cuyos mora-
dores se llamaban chuchureyes [...]
como le pareció que había en aquel
lugar disposición para hacer una for-
taleza, determinó de poblar y dijo:
«Paremos aquí en el Nombre de Dios»;
y desde allí le quedó el nombre hasta
hoy”9.
Según Oviedo, la población se
fundó “en un cerro que está en la en-
trada del puerto, sobre la mano sinies-
tra a la parte del este, junto al mar, la
cual punta promontorio e asiento hasta
hoy se llama el cerro de Nicuesa”10.
Ambas versiones varían en el de-
talle pero coinciden en el fondo.
El sitio y puerto de Nombre de
Dios ya era familiar a los colonos
antes de su fundación, por lo que no
sorprende que a poco de fundarse Pa-
namá, fueran los propios vecinos de la
nueva capital los que propusieran es-
coger a Nombre de Dios como termi-
nal. Lo hicieron basándose en varias
consideraciones. No solo porque tenía
un puerto ya conocido, sino también
Dibujo del puerto de Nombre de Dios. Del manuscrito anónimo conocido como
(y tal vez sobre todo) porque sabían
Drake manuscript, titulado “L´Histoire naturelle des Indes...”, 1586. Biblioteca Pierpont por los cálculos de los cosmógrafos
Morgan, Nueva York, MA 3.900. Mide 30.4 cm. que quedaba virtualmente sobre el
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
27

Distintos objetos de metal de uso doméstico del siglo XVI encontrados en Nombre de Dios. Se observan cascabeles de niños, dedales, ta-
chuelas, hebillas, pinzas y diversas piezas de metal para el mobiliario. Todas las piezas publicadas en este capítulo pertenecen a la colección
Nicolás Liakópulos Falcón.

mismo meridiano y en línea recta sobre Panamá y Siendo tan apremiante la necesidad de fundar las
a una distancia donde el Istmo era más estrecho. De ciudades terminales, estas se fundan con muy pocos
hecho, 82° para la longitud de Panamá y 81½° para meses de diferencia. Primero Panamá, el 15 de agosto
Nombre de Dios, siendo Toledo el meridiano 0. de 1519, y antes de que termine ese año o a comienzos
“Porque en el Nombre de Dios, que es en la otra del siguiente, Diego de Albítez funda Nombre de
costa del norte, está norte sur con la dicha ciudad y Dios. (La fecha usualmente aceptada es 1520, pero
provincia de Panamá se ha de hacer otro pueblo, el otros documentos indican que fue a fines de 1519).
cual por estar en el paraje y asiento que está, como
porque se espera que será el más populoso que
habrá en aquellas partes de donde han de ser soco- De la Serna y Corzo descubren
rridos y favorecidos los otros pueblos que se hicie- la navegabilidad del Chagres
ren en esta costa”11. El propio cronista Gonzalo
Fernández de Oviedo (que tenía conocimientos cos- Hasta esas fechas apenas se sabía nada del río
mográficos y sabía manejar instrumentos de nave- Chagres. Lo había descubierto Colón en su Cuarto
gación, de lo que solía presumir) reconocía que por Viaje y lo bautizó río de Los Lagartos, debido a la
donde más se estrechaba el Istmo era entre Panamá abundancia de saurios que observó en sus orillas.
y Nombre de Dios. Sin embargo, era consciente de Aunque algunos españoles habían incursionado so-
las dificultades orográficas que se interponían entre meramente sus aguas entre 1506 y 1515, no fue hasta
ambas terminales, por lo que calculaba la distancia el 11 de marzo de 1527 que el alcalde mayor y juez
real en 20 leguas, cuatro más de las estimadas usual- de residencia de Castilla del Oro, Juan de Salmerón,
mente. Había cruzado dos veces el camino a pie le entregó instrucciones formales al capitán Fer-
“antes que lo pudiesen andar caballos, e después lo nando de la Serna y al piloto Pedro Corzo para que
he andado a caballo algunas veces”12. Pocos como estudiasen el Chagres de una manera sistemática, a
él conocían tan bien ese camino. fin de conocer geográficamente su curso y si tenía
La búsqueda de la terminal perfecta
28

condiciones para la navegación comercial13. Oviedo Gaspar de Espinosa en carta al rey de 10 de octu-
en cambio le atribuye al gobernador Pedro de los bre de 1533: “El Chagre puede hacerse navegable
Ríos, no a Salmerón, la orden para que La Serna y a muy pequeño costo y puede llegar a ser la mejor
Corzo hicieran la exploración. Según el relato de y más útil vía acuática del mundo”. Ya en esos
Oviedo hicieron una canoa en la costa del río (tal vez tiempos el río de Los Lagartos empezó a conocerse
cerca del futuro San Francisco de Cruces) y “entra- como río Chagre (por el nombre del cacique y los
ron a los cuatro de abril, y el sexto día adelante, que nativos que poblaban sus riberas) y solo desde me-
se contaron diez de aquel mes, llegaron a la boca del diados del siglo XVIII como Chagres.
río, donde entra en esa mar, a la banda del norte, e Para esas fechas ya las dos ciudades termina-
hallaron hondable e buena navegación”14. Y conti- les tenían varios años de fundadas. Se había cons-
núa Oviedo: “Así que en seis días lo navegaron, e truido (o estaba en proceso de construirse) el
tornaron a andar lo mesmo, el río arriba, en otros primer camino transístmico entre las dos termi-
ocho, hasta el propio lugar donde habían entrado en nales, y el puerto de Nombre de Dios era cada vez
él con aquella canoa, que fue a seis leguas, de Pa- más visitado por naves que llegaban de España y
namá, e lo que fueron por agua son veinte e cinco le- de otras islas del Caribe, convirtiéndose en la
guas, que es por todo treinta y una leguas, poco más principal vía de entrada al continente de aventu-
o menos. De manera que es una pequeña jornada, reros, funcionarios, religiosos y comerciantes. El
desde Panamá al río, de seis leguas e buen camino”15. descubrimiento de Corzo y La Serna sería de
Los resultados de la exploración fueron tan enorme trascendencia, pues no era lo mismo cru-
halagüeños que debieron superar todas las expec- zar por tierra la ruta Panamá-Nombre de Dios,
tativas. Fue un gran hito histórico y la relevancia que hacerlo vía el Chagres, sobre todo cuando se
de este descubrimiento debió ser evidente para los trataba de transportar grandes volúmenes de
contemporáneos. Para el cronista Fernández de carga. Era la gran solución esperada tanto tiempo
Oviedo, el Chagres era “el río más valioso del por la Corona para facilitar el acceso a las espe-
mundo”. Con igual convencimiento se expresaba cias y riquezas de Oriente, y la ruta del Chagres

Cajón con gran variedad de fragmentos de porcelana china de la dinastía Ming, clara evidencia del temprano comercio que se realizaba
entre China y Panamá en el siglo XVI.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
29

sería decisiva para la conquista de Perú. Pero a la


postre la mayor importancia del Chagres fue que
contribuyó a disminuir sensiblemente los fletes
para el tráfico de mercancías tanto procedentes
de Europa como de los centros productores del
Pacífico americano.
Todavía debían pasar algunos años para que
se pudiera construir un camino carretero que co-
nectara a Panamá con un buen fondeadero en el
río (es decir hasta que se fundara el poblado de
San Francisco de Cruces). Había que esperar tam-
bién a dominar sus corrientes de “subida” o “ba-
jada”, a menudo traicioneras, a que se estableciera
un sistema adecuado de embarcaciones para el
transporte de mercancías, pasajeros y tesoros, y fi-
nalmente que se limpiara de desechos y troncos
flotantes hasta permitir la navegación con alguna
seguridad.

El primer camino transístmico Lebrillo de bronce encontrado en el Camino Real con diseño de
rosas. El primero que lo encontró lo halló doblado, lo abrió y usó
Apenas en 1521 se expide una R. C. ordenando para lavar oro, de ahí su estado de deterioro.
que del impuesto de penas de cámara se separasen
60,000 maravedíes para la apertura del camino de
Panamá a Nombre de Dios. Ese mismo año la Co- al licenciado Antonio de la Gama, gobernador y
rona autoriza a Pedrarias para que reclute indios juez de residencia de Tierra Firme, para que infor-
que ayuden a los vecinos a construir el camino. En mase sobre el tema, debido a las constantes quejas
1524 el propio Pedrarias separa mil pesos de la Real de los vecinos de que esta situación les encarecía
Hacienda para “comenzar a construir el camino que la vida17. En otra R. C. la reina, enterada del “mal
va de la villa de Nombre de Dios a la de Panamá”. camino, lodos e ríos e pasos malos”, le ordenaba a
El mismo año una nueva R. C. autoriza a gastar De la Gama que informase sobre la navegación del
otros 3,000 pesos con el mismo propósito. El cro- Chagres y hasta dónde podían llegar los barcos
nista Pedro Mártir de Anglería, que tuvo en sus cargados de mercancías. Tal vez era la primera vez
manos un “gran fajo de cartas de Pedrarias” dice que se planteaba oficialmente el Chagres como
que este hacía referencia al “camino comenzado que ruta alterna debido a las pésimas condiciones del
una vez construido pondrá en comunicación fácil- camino de Nombre de Dios a Panamá18.
mente ambos mares”. En otra parte, Anglería es- Pero las pésimas condiciones del camino no
cribe: “A través de este istmo y a gran costa, ya del mejoraron. Una R. C. de 13 de mayo de 1538 auto-
rey, ya de los habitantes, rompiendo rocas y destru- rizaba a Pascual de Andagoya la compra en la
yendo numerosas guaridas de diferentes fieras, Casa de Contratación de Sevilla de doce carretas
están construyendo un camino capaz para dos ca- “con sus llantas y clavazón de hierro”, para que las
rros, a fin de disponer de un medio fácil para inves- llevara a Tierra Firme. No se sabe si las compró o
tigar los secretos de ambos mares”16. si las llevó, pero si eran para emplearlas en la ruta
Pero su entusiasmo no estaba bien fundado. Panamá a Nombre Dios de poco habrían servido19.
Ni el camino era “capaz para dos carros” (o en De cualquier forma ya se sabía que el camino no
todo caso solo en algunos tramos cortos) y cuando admitía el uso de carretas, como consta en otras
se terminó de construir se evidenció que era “muy Reales Cédulas. En 1575, el oidor Alonso Criado
malo”, por lo que en otra R. C. de 1532 se ordenaba de Castilla escribe: “hay de distancia del Nombre
La búsqueda de la terminal perfecta
30

de Dios a la boca del dicho Río de Chagre diez y del Chagres. Informó que podían navegar barcos
ocho leguas por la mar, que por tierra no se puede de cinco o seis leguas río arriba y que en la boca
caminar por la aspereza y fragosidad de las mon- del río podían entrar barcos de hasta 250 tonela-
tañas y arboledas de esta tierra”20. Otros documen- das. Sería el primer mercader que introducía mer-
tos contemporáneos coinciden en lo mismo. “Las cancías por el Chagres. Con objeto de comprobar
mercaderías se llevan y traen del Nombre de Dios su testimonio, el gobernador con su comitiva se
a Panamá por dos caminos, uno por tierra con embarcaron “en las barcas de los susodichos” a fin
arrias, por donde hay dieciocho leguas de camino de poder rendir una cabal relación a su majestad.
muy áspero y malo”. O bien: “El camino de Pa- Así lo hicieron y llegaron hasta la boca del río,
namá a Nombre de Dios por tierra es malísimo, de “donde hallaron el barco grande del dicho Ruy
montañas, de arboledas altísimas y ciénagas y de- Gómez”. Realizaron sondas y exploraron la costa
rribaderos, que con la mucha agua que lleva se cercana acompañados del mencionado Juan de
desbarata luego”21. Castañeda, que era “hombre sabio y entendido en
Por otra parte, no es hasta 1533 cuando la Co- las cosas de la mar”. Buscaron también un sitio
rona provee los fondos y la autorización para cons- donde pudiera fundarse un poblado cerca de la
truir una “barca de pasaje para que esté en el río boca. En fin, que ampliaron los conocimientos que
de Chagre por donde de aquí adelante puedan se tenían del río. En su testimonio, el mercader Fer-
pasar y pasen los caminantes y bestias”. Entre las nando Díaz Durán, de 53 años, declaró que había
primeras cargas que se llevaron iban dos pilas de viajado desde Nombre de Dios hasta el interior del
barro vidriadas de bautizar compradas en Sevilla Chagres “con dos barcas mías, una pequeña y otra
para la catedral de Panamá que había encargado mayor, cargadas de botijas de vino y otras cosas”.
el obispo fray Tomás de Berlanga. En esta solitaria Confirmó que en la boca podían entrar naves de
y primeriza barca, tuvieron verosímilmente que hasta 250 toneladas. Eran las primeras naves mer-
embarcarse los que llegaban en tropel para su- cantes que navegaban en el Chagres y desembar-
marse a la conquista del Perú por Pizarro. Pero no caban en o muy cerca del futuro Cruces. Fue otro
demoraría el día en que empezara a aumentar el hito histórico. Pocos días después, el 20 de marzo,
trasiego ribereño. De la Gama ordenaba cortar varios árboles para
De hecho, el año 1533 parece haber sido crítico hacer tres cruces y colocarlas en el desembarcadero
en la promoción y actividades del Chagres. En donde más tarde se fundaría San Francisco de Cru-
obedecimiento de la citada R. C. de la reina, el go- ces. Luego el gobernador dio instrucciones para
bernador De la Gama, junto con los miembros del que se abriese la trocha del camino que comunica-
Cabildo de la capital, acordaron visitar el Chagres ría a Cruces con la ciudad de Panamá22.
al tener noticias de que recién habían navegado Meses más tarde el gobernador pedía a la Co-
por el río las primeras embarcaciones mercantes. rona autorización y recursos para construir el ca-
Resultado de su visita enviarían relación testimo- mino de cuatro y media leguas (en realidad la
nial a la Corona. La comitiva se instaló en un bohío distancia era de 6 leguas) entre Panamá y Cruces;
que tenía en su estancia a orillas del río Toribio y sin demora, atendiendo a la importancia del
Montañés, donde encontraron a Diego de Esqui- asunto, mediante R. C. de 21 de enero de 1534, el
vel, “que tenía allí su barco y a Fernando Díaz rey accedía a su petición. Poco antes, en 1532, ya
Durán con otras dos barcas suyas, y a Ruy Gómez la Corona había dado instrucciones para limpiar el
con otra barca”. El 10 de marzo de 1533 procedie- río y construir “las casas necesarias para la carga
ron a tomar declaraciones a varios testigos. y descarga de las mercaderías [es decir sendas
El mercader Diego de Esquivel, de 31 años, aduanas, una en la boca y otra en Cruces] y otras
declaró que el 28 de febrero anterior había nave-
gado por el río en un barco cargado de “botijas de
Selección de fragmentos de porcelana china encontrados en
vino, aceite y otras cosas”, llegando con su barca Nombre de Dios con diseños florales, vegetales y faunísticos, y
hasta las “estancias de Toribio Montañés, Juan de distintas formas (platos, cuencos, tazas, kendis, etc.). En varios de
Castañeda y Alonso Palomino”, situadas a orillas ellos se encuentra la marca de la fábrica donde se produjeron.
La búsqueda de la terminal perfecta
32

cosas que por el dicho río pasaren y vinieren”23. Nombre de Dios. El camino de Cruces a Panamá
Obviamente, ya el Chagres empezaba a cobrar sería menos costoso y (este sí) podía recorrerse en
forma como vital ruta fluvial. carretas. Otra idea, aún más extrema y que adqui-
A partir de entonces, el tráfico por el Chagres ría cada vez más fuerza, era la de mudar Nombre
no dejaría de animarse. Ya en 1535 el obispo fray de Dios a la boca del Chagres. La idea la propuso
Tomás de Berlanga, que era un gran entusiasta del de manera enfática el obispo Berlanga en 1535,
río, escribía que “después que yo estoy aquí, ha en- aunque también otros la endonsaron26.
trado en él [refiriéndose al río] navío de setenta to- Cuando se navegaba el Chagres y se salía por
neles cargado de caballos y otras mercaderías, y la boca para enrumbar la nave hacia el este en di-
pueden entrar navíos de cien toneles de esta ma- rección a Nombre de Dios y continuar ceñidos a la
nera”24. Aún no habían entrado en escena las chatas costa, a medio camino se divisaba el bien abrigado
y bongos, que serían las embarcaciones caracterís- y profundo puerto de Portobelo. Desde esa distan-
ticas de la navegación ribereña y durante décadas cia, todavía en tiempos tempranos, podían avis-
todavía seguían entrando al río “bergantines, bar- tarse algunos bohíos poblados por indígenas.
cas, fragatas y fragatillas”, de cuyo porte y tonelaje Como vimos atrás, eran indios pacíficos cuando
solo se puede especular. En 1575, cuando ya el sis- los conoció Colón. Pero eso no tardaría en cambiar.
tema transístmico estaba consolidado, por el Cha- Las Casas se refiere a su transformación en indios
gres navegaban regularmente 25 “barcos que aguerridos y hostiles a los españoles luego de cier-
llevan la ropa” y manejaban 500 esclavos negros25. tas incursiones de Lope de Olano en la década de
Estos “barcos” probablemente eran las célebres 1510, de manera que pocos se atreverían a acer-
“chatas”, que ya desde 1570 son mencionadas en carse al sitio, prefiriendo pasarlo de largo. Pero el
los documentos contemporáneos. lugar era bien conocido. Desde que lo bautizó
Para el año 1533 ya se había hecho evidente Colón en su Cuarto Viaje, su nombre se hizo fami-
que el camino transístmico entre Nombre de Dios liar. Pero la comunidad indígena de Portobelo
y Panamá resultaba muy costoso pues “continua- desapareció pronto, y ya en la década de 1570 el
mente hay necesidad de repararlo”. Entonces puerto era utilizado como ocasional refugio de pi-
cobra fuerza la idea de usar cada vez más el ca- ratas. Para cualquier funcionario, mercader o na-
mino de Panamá a Cruces y navegar por el río en vegante que pasara frente a este magnífico puerto,
“bergantines y barcas” hasta su boca y de allí a debía resultarle obvio que el lugar era mucho más

Instrumentos para pesar monedas y metales preciosos.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
33

a propósito que Nombre de Dios para terminal en era la de una U muy abierta (era una “bahía”, más
el Caribe, no solo por la calidad del puerto sino, y que un puerto propiamente, decía el ingeniero
tal vez sobre todo, por su mucho mayor cercanía a Bautista Antonelli). Esta disposición le exponía a
la boca del Chagres. los vendavales y nortes. Su segundo gran pro-
Según algunas fuentes, de Nombre de Dios a la blema era su poco calado, que fue agravándose
boca del Chagres había de 18 a 19 leguas (entre 99 y con los años, de manera que para la década de
105 km); de Nombre de Dios a Portobelo 5 o 6 le- 1570 “dicen que se va disminuyendo, y que si no
guas (27.5 a 33 km), y de Portobelo a la boca del se remedia ha de venir a perderse”, escribe el cro-
Chagres otras 8 leguas (44 km). (Estas medidas son nista mayor de Indias Juan López de Velasco, cuyo
muy imprecisas, lo que podría imputarse a que eran texto fue escrito entre 1571 y 1574. Durante los pri-
dadas según el recorrido por mar y no linealmente, meros años, cuando las embarcaciones desplaza-
sobre todo entre Nombre de Dios y Portobelo, ban poco tonelaje y las flotas eran pequeñas, esta
donde debían sortearse las “islas de Bastimentos”). limitación no era un problema grave. Pero a partir
Según otras fuentes, la boca del río quedaba a cinco de mediados del siglo, una vez fue aumentando el
o seis leguas (o 33 km) menos de Portobelo que de comercio, así como el porte de las naves, y en lugar
Nombre de Dios. Es decir, que en realidad la distan- de carabelas empezaron a llegar galeones, se fue
cia de Nombre de Dios a la boca del Chagres no era haciendo evidente que el puerto resultaba total-
de 18 o 19 leguas, sino de trece a catorce. De cual- mente inadecuado, y para empeorar las cosas su
quier forma, navegando de Portobelo al Chagres la fondo se iba achicando.
economía en tiempo de recorrido resultaba consi- Durante los meses de octubre hasta abril,
derable. Era un ahorro demasiado patente para cuando soplan con fuerza los llamados “vendava-
pasar inadvertido. Hasta cabe suponer que más de les” o “nortes”, las naves corrían el riesgo de zo-
uno se habría preguntado, ¿cómo no se le ocurrió a zobrar, como ocurrió repetidas veces, y las flotas
los fundadores escoger a Portobelo en lugar de se veían obligadas a desplazarse hasta Cartagena,
Nombre de Dios? Es más, ¿por qué no abandonar con los consecuentes costos, riesgos y retrasos que
del todo Nombre de Dios y mudar el puerto a la esto acarreaba. Varias flotas estuvieron a pique de
misma boca del Chagres? perderse y se sabe de por lo menos dos en las que
Como se trataba de una de las rutas más im- naufragaron varios barcos. Así sucedió el 4 de no-
portantes del Imperio y era mucho lo que estaba viembre de 1563, cuando se desató un “temporal”
en juego, sería inevitable que estas ideas (y otras en Nombre de Dios donde naufragaron cinco
más alocadas y hasta absurdas) no tardaran en co- naves de la flota del general Antonio de Aguayo y
brar forma. Pero llegar a una decisión final tomaría algunos se ahogaron “porque sucedió a media
tiempo y para que materializase la mudanza de la noche”27. Según el oidor Criado de Castilla, que es-
terminal debían pasar todavía 77 años. El hecho es cribe el 7 de mayo de 1575, “de un año a esta parte
que desde muy temprano se fue haciendo evidente [se han perdido] tres galeones y dos navíos”28. Se
la necesidad de mudar Nombre de Dios a otro refería al parecer a la flota de Iñigo de Lecoya, que
sitio, y no solo a Portobelo o a la boca del Chagres. mencionaré de inmediato. Líneas atrás escribía el
mismo oidor: “Es el puerto poco seguro y muy pe-
ligroso cuando corren vientos nortes”.
El puerto de Nombre de Dios Para comprender la gravedad del problema
conviene conocer el parecer de los almirantes y ca-
Aunque desde muy temprano se hizo evi- pitanes generales de las flotas. Resumiré dos, el de
dente que Nombre de Dios no era el sitio ideal los almirantes Iñigo de Lecoya, escrito en 1575, y
para recibir las armadas que llegaban para recoger Antonio Navarro de Prado, que escribe en 1580.
la plata de Potosí y descargar las mercancías que Lecoya envió, sin que se le pidiera, un Memorial
traían los galeones, no es hasta la década de 1530 que redactó en Nombre de Dios el 2 de marzo de
cuando empiezan a llover las críticas por la mala 1575. Su diagnóstico fue rotundo, y lo acompañaba
calidad del sitio. Lo peor era el puerto. Su forma de propuestas de solución sugerentes. En su carta
La búsqueda de la terminal perfecta
34

de remisión empieza así: “Hazme parecido cosa En el arrecife “de adentro” había tres brazas y un
muy necesaria dar cuenta a vuestra majestad de palmo más o menos. Diez años antes, agrega,
este puerto o mejor decir los arrecifes de Nombre de “solía haber siete o ocho brazas y dicen que de dos
Dios”. Se remitía a las R. C. que ordenaban la salida años a esta parte se ha escaseado hasta el brazaje
de las flotas de la barra de San Lucar en agosto que digo”. El problema es que las embarcaciones
para que pudieran volver a Sevilla en el mismo que llegaban en las flotas requerían un fondo de al
mes del año siguiente. El problema es que las flotas menos tres brazas, aunque otras necesitaban tres y
llegaban a Nombre de Dios entre noviembre y fe- media brazas, otras hasta cuatro e incluso más.
brero, cuando “calan vientos nortes, nordestes y Todo lo anterior, sumado a los fuertes vientos que
noroestes y por estar este puerto tan descubierto a soplan entre noviembre y marzo, ponía en serio
los dichos vientos con muy poco temporal se per- riesgo las flotas.
derán las naos que estuvieren en los arrecifes de El almirante Lecoya decidió recorrer la costa
fuera, como se perdieron este invierno los galeones en dirección al Chagres con objeto de encontrar
y fragatas de vuestra majestad y han perdido a me- “algún puerto” donde pudiera “excusar de que las
diados de este mes de febrero dos naos de vuestra flotas vengan a este que es tan malo”. Luego de
flota”. hacer el recorrido, recomendaba que las flotas des-
En uno de los “arrecifes” del puerto (el de cargasen preferiblemente en Cartagena y que las
“adentro”), solo podían “estar hasta seis o siete na- mercancías fuesen trasladadas en fragatas hasta el
víos de 150 ó 250 toneladas cada uno y no más por Chagres y Cruces. Según él “esto se podía hacer
no ser el puerto ancho ni mayor por no haber agua con mucha facilidad y aún con menos costa que de
para mayores naos”. Como resultado, la capitana este puerto para Cruces, porque de esa ciudad del
y almiranta estuvieron “peleando con el fondo Nombre de Dios a Cruces lleva [o cobra] una fra-
cuando las otras dos naos se perdieron toda la gata de las de esta ciudad 600 pesos de plata ensa-
noche y el día siguiente yo hice cortar a la almi- yada y cuando menos 500 y llevan hasta 150 ó 160
ranta la [vela de] mesana porque no se me abriese [toneladas] de carga y desde Cartagena hasta la
con los golpes que daba contra el fondo y en ella y boca del río de Chagres va una fragata dos veces
en la capitana hice calzar a proa toda la artillería y mayor que las de esa tierra por 200 pesos de plata
aún pipas de los bastimentos, de suerte que alija- corriente, de manera que aunque con la mucha
ron [aligeraron] algo la popa, aunque todavía to- descarga de las naos se acrecientan estos fletes de
caban y con ello todos echaron los timones a los los barcos de Cartagena en alguna manera siempre
primeros zapatazos”. saldría más barato llevando la ropa de Cartagena
Dado que uno de los peores problemas era la a la boca del río de Chagres”.
pérdida de profundidad del puerto, el almirante Finalmente proponía construir un “buen
indagó entre pilotos y maestres de la carrera y ve- fuerte para que asegurase la boca del río en el cual
cinos de Nombre de Dios “de cómo se han gastado podría estar un capitán nombrado por la Audien-
estos arrecifes que dicen puertos y como hay tan cia de Panamá con 20, ó 25 ó 30 soldados”. Sería la
poca agua en ellos”. “Todos” le respondieron, que primera vez que se planteaba la construcción de
hacía “20 años solía haber ocho o nueve brazas de una fortaleza en el sitio. Sugería también la cons-
agua de fondo”, pero que “agora no hay de tres trucción de almacenes “para descargar en ellas la
brazas y media o cuatro”. El propio almirante hizo ropa y chatas para que de la boca del río llevasen
sondear el puerto y confirmó lo que le decían. Lo a Cruces que es donde se descargan los barcos
más profundo era la punta de afuera donde había para Panamá”.
cuatro “brazas largas”. En otro “arrecife”, donde Concluía su memorial con una referencia a la
estaba amarrada la capitana, había solo tres brazas reparación del camino de Nombre de Dios, lo que
y dos tercias de agua, y junto a ella, donde estaba siempre se había hecho con esclavos. Pero lo que en-
la almiranta, solo había tres brazas. Donde estaban contró fueron “cinco o seis viejos que no se pueden
“la nao de Diego de Soto y la de Alvendín, que se tener”, mientras que el alcalde mayor tenía seis,
perdieron en este otro día” había tres brazas escasas. “otros tantos cada uno de los alcaldes ordinarios” y
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
35

que desde el mes de octubre de cada año


hasta mediado de abril que duran las brisas,
están en él las naos y en ventura de perderse,
que pocas veces escapan y algunas se ha
visto no quedar nao ninguna y por esto es
forzoso volver las flotas a invernar a Carta-
gena y por ser la tierra del dicho puerto de
Nombre de Dios malsana vienen las naos a
quedar despobladas y sin gente”. Y agrega
de seguido: “Y si cuando van las flotas en
tiempo de brisas no aciertan a tomar desde
la Cabeza de Cativá [cerca de la punta de
San Blas, viajando de Cartagena] al dicho
puerto de Nombre de Dios, que son 18 le-
guas, están muy a pique de ensenarse en la
Cabeza de Cativá [es decir quedar atrapados
allí] y habiendo mirado los puertos que por
allí hay más a propósito había visto el de
Teja y ladrillos encontrados en Nombre de Dios probablemente llevados Puerto Velo y hallado ser tal que en él pue-
desde Cartagena. den caber diez flotas juntas muy guardado
de las travesías y mucho más seguro y sano
“cinco el regidor y tres el fiel [ejecutor] ocupados que la dicha ciudad de Nombre de Dios y que no
en cosas que les conviene [a ellos] procurando hay desde él al río de Chagres más de ocho leguas
poco el servicio de vuestra majestad”. Total, en y se suelen meter allí los corsarios a guardar [es
manos de los funcionarios, 26 esclavos que no se decir espiar] los barcos que pasan del dicho
empleaban en el camino sino en sus asuntos pri- puerto del Nombre de Dios a Chagres o a los que
vados. Según Lecoya todo este gasto en esclavos y vuelven y se puede invernar en el dicho Puerto
caminos se evitaría si se hiciese la “descarga en Velo y de allí a esa ciudad de camino más llano
Cartagena y llevando la ropa en fragatas al río de para las recuas”.
Chagres”29. El mensaje del almirante es claro: el puerto de
Siendo tan grave lo que describía Lecoya, Nombre de Dios era una amenaza para el sistema
sorprende que no hubiese ninguna reacción a su de flotas; para evitar este riesgo las flotas tenían
informe ni a sus propuestas por parte de la Corte. que “invernar” en Cartagena, pero lo mismo po-
Tal vez su propuesta de llevar las mercancías de dían hacerlo en Portobelo, que además quedaba
la flota en fragatas desde Cartagena hasta el Cha- muy cerca del Chagres. Razonaba entonces: ¿Por
gres y Cruces debió parecerle al Consejo de Indias qué no mudar Nombre de Dios a Portobelo?
demasiado temeraria, muy arriesgada y poco Había indagado por qué esto no se había hecho
práctica. antes, y le informaron “que por haber algunos
La descripción que hace el almirante Antonio pantanos desde el dicho Puerto Velo a esa ciudad”
Navarro de Prado del problema era igualmente (Panamá)30.
alarmante. Señala las mismas desventajas que El informe de Navarro de Prado resultó deci-
había observado Lecoya, y coincide en la necesi- sivo. Fue a partir de este informe que la Corona
dad de abandonar Nombre de Dios, pero propone empezó a considerar en firme la mudanza a Por-
una idea nueva, la de mudarlo a Portobelo. Nava- tobelo. Este informe es resumido en R. C. de 12 de
rro de Prado había sido almirante de la última flota enero de 1581, aunque fue escrito al parecer hacia
y su informe es resumido en la R. C. de 12 de enero marzo del año anterior. En efecto, el 29 de marzo
de 1581. Empezaba afirmando “que el puerto de de 1580 escribía al rey desde Panamá, informán-
Nombre de Dios es muy malo y en tanta manera dole de la llegada de su flota (que fue “muy rica”),
La búsqueda de la terminal perfecta
36

primero a Cartagena el 15 de febrero, y luego a en él muchos navíos y mueren mucha gente por el
Nombre de Dios el 7 de marzo, de donde se diri- mal temperamento e incomodidades del camino
giría a la capital31. Esta vez la Corona no demoró que hay de él a esa ciudad y que así se entiende
en reaccionar, ya que, primero, acusa recibo y re- que convendría pasar la descarga de las flotas que
sume su informe en enero siguiente, y luego, me- van a esa tierra a Portobelo, por ser muy capaz,
diante R. C. fechada en Elvas el 12 de enero de bueno y seguro y el camino mejor y más sano”. A
1580, ordenaba a la Audiencia de Panamá que en- continuación pedía mayor información sobre el
viase su parecer sobre la propuesta de Navarro de tema33. Luego fueron acumulándose otras R. C. del
mudar Nombre de Dios a Portobelo32. En otra R. C. mismo tenor.
de Badajoz, de 1 de julio del mismo año, también Para esas fechas la Corona se había formado
dirigida a la Audiencia de Panamá, volvía a insistir una buena idea sobre el problema, y ya en 1585
sobre el problema. En ella decía: “Nos somos in- había tomado la decisión de abandonar Nombre
formados que por no ser bueno el puerto de la ciu- de Dios y mudarlo a Portobelo. Sin embargo,
dad de Nombre de Dios e irse cegando se pierden hacía falta un informe más, el que debía entregar

Diversos tiestos de mayólica de distinta procedencia aún pendiente de estudio.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
37

Bautista Antonelli, el ingeniero sobre el cual re-


caería la misión técnica de la mudanza, de cons-
truir las fortificaciones y de trazar un nuevo
camino. Antonelli llega al país en 1587 y su in-
forme fue el puntillazo final. Vale la pena repro-
ducirlo por extenso. “Nombre de Dios –escribe–,
está construido sobre una bahía arenosa”. Está ro-
deado de “muchos bosques y sobre algunos luga-
res abundan las inundaciones continuamente por
causa de las lluvias, que caen sobre las colinas”.
“Nombre de Dios es un puerto inadecuado por
naturaleza y no hay siquiera agua potable buena,
y está sujeto a los vientos del norte y del este que
soplan de continuo sobre esta costa; muchos de
los grandes barcos que llegan a este lugar descar-
gan la mitad de su equipaje entre los dos arrecifes
de peñas, ya que hay poco fondeadero en el
puerto; y después que un barco ha descargado la
mitad de sus víveres, entonces se dirige hacia la Fragmento de pieza cerámica.
segunda roca, que aparece por la plataforma,
pero las pequeñas embarcaciones llegan cerca de
otra roca por el lado oeste. Si el viento acaece lle- Aparte de la mala de la calidad del puerto de
gar hacia el norte y noroeste, y sopla con violen- Nombre de Dios, Antonelli consideraba que el sitio
cia excesiva, algunos grandes bajeles que se no ofrecía ninguna ventaja para ser fortificarlo. El
encuentran por ese camino deben reforzarse con alcalde mayor de la ciudad recién había hecho
seis cables, especialmente durante las tormentas construir un fuerte, pero este no debió impresionar
y sin embargo algunas veces son conducidos a la a Antonelli, ya que propuso como solución tempo-
costa y abandonados, y todo porque no desafían rera hacer “un foso hecho de tierra o arcilla, de
las tormentas con cables suficientes y porque hay modo que estos habitantes puedan defenderse del
muchos bancos de arena y rocas, los cuales se ha- peligro de tres o cuatro barcos”34.
llan en ambos lugares. También los barcos se de- La decisión de la mudanza era irrevocable, y
moran en el puerto, por el motivo que con la ya no había vuelta atrás. Pero no fue hasta 1591
tempestad el mar está bien crecido, lo que es cuando, remitiéndose al informe de Navarro de
causa de que los cables se rompan a menudo [...] Prado, la Audiencia da órdenes para que se ex-
la causa de esto es que los bajeles navegan en plore la apertura de un camino hasta Portobelo. El
bajas aguas, antes de llegar a la alta mar [...]; ob- auto de la Audiencia para autorizar la exploración
servando adentro no es sino un mal puerto de del camino se expidió en Panamá el 15 de marzo
agua poco profunda”. Salvo algunos detalles, el de 159135.
texto repite lo que se sabía y habían descrito otros
informantes igualmente bien documentados, Más desventajas de Nombre de Dios
como ya hemos visto. En cambio, agregaba Anto-
nelli, Portobelo tenía un magnífico puerto. Era Otros problemas serios que enfrentaba Nom-
amplio y profundo y con capacidad para alojar bre de Dios eran la insalubridad y la carestía de ali-
gran cantidad de embarcaciones. El sitio era ideal mentos. El sitio se reveló sumamente malsano y
para establecer un sólido sistema de fortificacio- durante las ferias, cuando se concentraban pasaje-
nes, disponía de muy buena agua y de toda clase ros, soldados y comerciantes, las enfermedades
de recursos al alcance. No dudaba en abandonar causaban estragos. Una de las primeras referencias
Nombre de Dios y mudarlo a Portobelo. la brinda Bartolomé de las Casas. Dice que “por
La búsqueda de la terminal perfecta
38

estar cercado de lugares muy bajos y montuosos y nimientos”. En la década siguiente el problema
el mismo asiento de él y todos allí humidísimos, no continuaba igual y todo indica que esta situación
tiene número la gente española que de enfermeda- nunca mejoró.
des han perecido y mueren cada día”36. Otras noti- En efecto, el año 1575 el oidor Criado de Cas-
cias tempranas se deben a Gonzalo de Guzmán, tilla escribía que Nombre de Dios era “tierra muy
lugarteniente de gobernador de la isla de Cuba. En malsana a causa de estar rodeada por la parte de
carta que dirige al emperador Carlos V el 31 de oc- tierra de montes muy espesos y cerrados que la
tubre de 1534 desde Santiago, refiriéndose a las mu- cercan, por do mucha gente de las flotas de España
chas personas que se movilizaban hacia el Perú, mueren allí, de manera que la reputan por sepul-
escribe “que en Nombre de Dios y Panamá los en- tura de españoles”39. Ese mismo año perecían 30
tierran en una sepultura de seis en seis por lo calu- personas y caían enfermas otras 140 en la armada
roso y enfermo de la tierra”. La alta mortandad se de Juan de Posada Quiroga, que arribó a Nombre
hizo legendaria y es muy conocida la frase de fray de Dios con soldados que debían marchar a Chile
Tomás de Berlanga que escribe para los mismos para luchar contra los araucanos. Entre los muer-
años: “el pueblo del Nombre de Dios, que es cueva tos se encontraba el propio jefe de la expedición.
de ladrones y sepultura de peregrinos”37. O como Haciéndose eco del estereotipo, en su célebre Me-
escribía López de Velasco hacia 1580: “El pueblo es morial, Juan García de Hermosilla (que escribe
muy enfermo por el temple húmedo y caluroso, entre 1556 y 1580) decía que cada año las muertes
principalmente desde mayo a noviembre, cuando podían subir a mil, aunque como veremos más
son las muchas aguas y cuando muere mucha gente adelante se trata de una fuente poco objetiva. El fa-
si las flotas llegan en aquel tiempo”38. moso viajero Francesco Carletti, que llegó a Nom-
Una de las principales causas de la insalubri- bre de Dios a mediados de 1594, cuando ya
dad era la proximidad de la ciudad a la selva, avanzaban los preparativos para la mudanza a
como comentaba el gobernador Francisco de Ba- Portobelo, no tardó en caer presa de la “calentura”
rrionuevo en 1535: “Esta ciudad tiene montes y consideró que había sido poco menos que un mi-
sobre las casas. He procurado descombrar algo, y lagro que no le enterrasen allí. En esa ocasión, mu-
después que esto se hace está sano el pueblo”. Pero chos de los que arribaron en la flota murieron.
estos desmontes no se hacían con la frecuencia ne- Según le informaron, “más de la mitad muere cada
cesaria y el problema persistía, dando por resul- año tan pronto como alcanzan aquellas tierras o
tado que no se crearan sabanas para desarrollar la aquel Nombre de Dios, un lugar nocivo para la
ganadería y los cultivos. “En el Nombre de Dios salud y que posee un aire pestífero”40.
no hay tierra de labranzas ni pastos para ganado”, El hecho es que después de medio siglo de
escribía en 1535 fray Tomás de Berlanga. El tema fundado Nombre de Dios, aún carecía de crías de
de la insalubridad y la vecindad de la selva como ganados y cultivos. Como era muy poco o nada lo
causa del problema vuelve a plantearse en 1561. que se cosechaba, todo debía introducirse de
Ese año los miembros del Cabildo comunicaban a afuera. Los alimentos escaseaban a menudo y el
la Corona que Nombre de Dios era una de las ciu- costo de vida era en extremo elevado. Como resul-
dades “más enfermas que hay en estas partes y tado, escribe el Cabildo, muchos vecinos abando-
causale el estar en lugar montuoso y cenegales y naban el pueblo y dejaban sus casas vacías sin que
sería bien sana si alrededor de ella se talase una nadie las ocupase. En 1537-1538, tenía 150 vecinos
legua de término y aún los vecinos han hecho y y 152 casas. Pero ya en 1549 las casas se habían re-
hacen cada día para el efecto lo que pueden”. Dos ducido a 70 y el pueblo contaba con un total de 600
años después, en 1563, el Cabildo informaba que “ánimas”. Para 1563, la mitad de las casas que exis-
“está el monte pegado a las casas y causa grandes tían diez años atrás ya estaban desocupadas “y no
enfermedades”, por lo que suplicaban se les facili- hay quien quiera el solar de balde de muchas de
tasen 50 esclavos para desmontarlo. Confiaban ellas y así se va arruinando la tierra”41. En 1568
que una vez hecho el desmonte podría criarse ga- solo contaba con 100 vecinos. El cronista general
nado y cultivar maíz, legumbres y “otros mante- de Indias Juan López de Velasco, que escribe entre
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
39

1571 y 1574, dice que en Nombre de Dios había nazas fue la causa principal de que los vecinos em-
entre 150 y 200 casas, pero que solo estaban pobla- pezaran a desplazarse a Panamá cuando no había
das cuando había flotas pues “cuando no las más actividad ferial (en el llamado “tiempo muerto”),
de ellas están vacías”. Entonces la ciudad tenía para regresar solo cuando estas volvían a anun-
también 1,000 esclavos negros42. Finalmente, en ciarse.
1587, cuando Antonelli visita Nombre de Dios, El hecho es que la tendencia de la población a
solo encontró 30 casas de madera, la mayoría de disminuir continuó, y lo hizo de manera tan drás-
extranjeros, que estaban allí hoy y se retiraban ma- tica que es difícil encontrar otra explicación. En
ñana43. Con tan pocas casas y muchas de ellas ha- 1577 los habitantes se habían reducido a entre 20
bitualmente desocupadas, Nombre de Dios debía y 30, a 30 en 1587, y a menos de 40 en 1596, cuando
dar la impresión de un miserable caserío sin la la ciudad estaba a punto de ser abandonada. Esto
menor importancia. ocurría en una época en que las ferias eran opulen-
Fue en la década de 1570 cuando empezaron tas y cuando los vecinos acumulaban jugosos in-
a arreciar los ataques de piratas y corsarios a Nom- gresos como resultado del comercio. En 1570,
bre de Dios. Verosímilmente, el temor a estas ame- cuando se hizo una “Memoria de los vecinos de la

Distintos objetos de metal para uso doméstico, donde hay piezas de candelabros, mazos para morteros, candiles, piezas de cerraduras,
muebles y puertas.
La búsqueda de la terminal perfecta
40

ciudad de Nombre de Dios y de los que tienen de corsarios ingleses; el mes de mayo siguiente, otros
5,000 ducados arriba”, se identificaron nada menos “corsarios llegaron cerca de la casa de Cruces” y
que a veintinueve vecinos en esa categoría. Vero- se temía que “si vinieran cantidad de ellos toma-
símilmente esa suma debía ser considera como re- rían con facilidad la ciudad de Panamá y luego
ferente básico para calificar a un vecino como rico. Nombre de Dios”; en 1577 corsarios ingleses, alia-
Dos tenían 40,000 ducados, uno 60,000, otro 50,000, dos con cimarrones del palenque de Rincón Cho-
otro 30,000, otro 15,000, y varios entre 6,000, 8,000 lón, atacan y esconden las mercancías robadas en
y 10,000 ducados, lo que sugiere que un alto por- algún sitio a orillas del Chagres, y el año siguiente,
centaje de vecinos era rico o muy rico44. Varios te- avisan desde Santo Domingo que había navíos
nían casa en Nombre de Dios y en Panamá. Si, franceses en La Yaguana más cinco galeones ingle-
como vimos, para esas fechas la ciudad tenía unos ses con mil hombres que se dirigían a Chagres para
cien vecinos, significa que más de una cuarta parte poblar su boca47. Fue en esos años que Drake rea-
eran ricos. lizó sus primeras incursiones por la costa Caribe
Como es evidente, las casas eran ocupadas del Istmo. En 1572 atacó a Nombre de Dios, aun-
mayormente con ocasión de las ferias y cuando que con poco éxito. Luego se dirigió a la boca del
estas cesaban los vecinos las desocupaban para río Chagres. A principios de 1573 capturó en el ca-
marcharse a Panamá, que era más segura, y tam- mino una recua de mulas cargada de oro, y en Cru-
bién más saludable. Más que un asentamiento for- ces mató a 6 ó 7 mercaderes y prendió fuego a la
mal, Nombre de Dios era una ciudad para hacer Aduana, destruyendo más de 200,000 pesos en
negocios y un lugar transitorio. Esta realidad sería mercancías. En las dos décadas siguientes volvie-
también característica de Portobelo, con la gran di- ron a repetirse los ataques piráticos. En fin que
ferencia de que esta era una ciudad eminente- Nombre de Dios tenía demasiados problemas y
mente militar y con un abrumador predominio de encima de eso amenazas exógenas, de manera que
la población castrense. el caso merecería una atención urgente.
Finalmente, en Nombre de Dios las condicio-
nes del terreno no permitían construir fortalezas
adecuadas para garantizar una buena defensa del Buscando rutas alternas (1536-1597)
puerto, al menos desde el punto de los criterios
militares de la época. Desde 1538 la Corona había Conociéndose la mala calidad del puerto de
dado órdenes para que se hiciera una fortaleza o Nombre de Dios, sus problemas de insalubridad y
“castillo”, cuya “traza” había llevado consigo de abastecimiento, y las enormes ventajas que el
Pascual de Andagoya, quien debía encargarse de tráfico transístmico representaba para el comercio,
edificar la obra y para ello le acompañaban sería inevitable que desde temprano empezaran a
“maestres y oficiales” 45. Pero había que consultar proponerse rutas alternas. Primero surgieron va-
con los entendidos para escoger el mejor sitio. Fi- rias propuestas en firme para el área centroameri-
nalmente se escogió un arrecife para construir el cana. Vecinos, autoridades y mercaderes de esta
“castillo”, pero todavía en 1556 la obra no se región soñaron con esa posibilidad, y durante la
había terminado46. Según el cronista López de Ve- segunda mitad del siglo XVI se hicieron persisten-
lasco, esta construcción no pasaba de ser una mo- tes intentos por arrebatarle a Panamá su privilegio
desta “fortalecilla”. Y más adelante: “No hay en y desviar la ruta bien hacia Honduras o hacia Ni-
él fortaleza ninguna más de seis piezas de bronce caragua, que aspiraban a convertirse en el eje del
en la playa, dos grandes y dos medianas, y las tráfico intermarino.
otras dos pequeñas”. El más sonado de estos proyectos proponía
Para empeorar las cosas, la amenaza pirática privilegiar la ruta transístmica hondureña, com-
estaba arreciando desde principios de la década prendida entre Puerto Caballos en el Caribe y la
de 1570. En febrero de 1571 “corsarios” franceses bahía de Fonseca –en el golfo de ese nombre–, en
habían apresado un barco “cargado de ropa en el el Pacífico. El primero en sustentarlo, ya en 1536,
río Chagres”, y en marzo siguiente amenazaban fue el gobernador de Honduras Francisco de
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
41

Montejo, pero su gran promotor fue Juan García mucho más sano y su hinterland transístmico –que
de Hermosilla. Con tenacidad infatigable, García se extendía hasta la bahía de Fonseca, que le ser-
inundó la Corte, desde 1556 hasta la década de viría de terminal en el Pacífico–, gozaba de una
1580, con testimonios y pruebas para apoyar su gran fertilidad. Esta ventaja le permitiría producir
tesis. El Cabildo de Guatemala le nombró procu- toda clase de bienes y facilidades para el comercio,
rador en la Corte para tratar de llevar adelante el en mayor abundancia y a mejores precios que los
proyecto y en 1554 la Corona le autorizó a que le- que podían obtenerse en el istmo de Panamá. En
vantara informaciones sobre los méritos de las cambio Nombre de Dios era un sitio mortífero, ca-
distintas rutas y la practicabilidad de cambiar la rísimo y su puerto era pésimo. Además los fletes
de Panamá por la de Honduras. El resultado fue por la ruta panameña resultaban excesivos. Las
un imponente “Memorial” de 142 fojas, tan ex- condiciones de Panamá no eran mucho mejores.
tenso como parcializado, cuyo original reposa en Su puerto era malo y la navegación hacia el Perú
el Archivo General de Indias y que ha sido publi- muy “trabajosa” ya que, como decía uno de los tes-
cado por Fernández de Navarrete48. En octubre tigos, “los navíos salen de Panamá para poder
de 1556 se remitieron Reales Cédulas a las Au- tomar buena altura de la costa del Perú han de
diencias de La Española y de los Confines (Gua- subir barloventeando hasta Punta de Burica que es
temala), al gobernador de Tierra Firme (Panamá) cerca de Nicaragua, lo cual suben con mucho tra-
y a la Casa de Contratación de Sevilla, ordenán- bajo a causa de tener casi siempre el viento por
doles que tomaran información de todos aquellos proa y las corrientes que vienen a entrar en el
que estuviesen familiarizados con el problema. Ancón de Panamá y San Juan y desde Punta Bu-
Esto dio lugar a que García de Hermosilla se des- rica atraviesan para tomar la costa del Perú y te-
plazara a distintos lugares para hacer nuevo aco- niendo las corrientes por contrarias las suelen
pio de pruebas en favor de su causa. Así, le meter en parte donde se pierden y les es forzoso
encontramos en agosto de 1571 en Nombre de volver”. La ruta Puerto Caballos-Fonseca, ofrecía
Dios, luego de haber realizado allí sus pesquisas, en cambio, al decir de García de Hermosilla, ven-
redactando una carta a la Corona en la que tra- tajas inmejorables.
taba de sustentar una vez más la idea que parecía La idea sin duda era tentadora y merecía ser
haberse convertido en la obsesión de su vida. escuchada. Pero hacía falta que las pruebas con-
Durante esos años se fueron apilando testimo- vencieran. Hasta la década de 1580 la única prueba
nios y García prosiguió su lucha redactando nue- que parecía haber aceptado la Corona era que con-
vos Memoriales. La considerable masa de datos venía mudar Nombre de Dios a otro sitio, lo que
acumulados, aunque no siempre exenta de parcia- era un problema, no una solución. Recomendacio-
lidad, constituye un material valiosísimo para el nes para su traslado databan de fechas lejanas.
conocimiento de las realidades del istmo pana- García incluso recurrió a informes como los del
meño y de Honduras durante aquella época, las cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, el cosmó-
rutas y condiciones de la navegación, las activida- grafo Luis Gutiérrez y el exgobernador de Panamá
des productivas, los puertos y las costas, la pobla- Juan Barba de Vallecillo Cabeza de Vaca. García no
ción, el comercio, los precios, los fletes y otros estaba solo.
temas de interés. No obstante su riqueza informa- El tema no era, pues, nuevo ni mucho menos.
tiva para el conocimiento del período, esta docu- Aún más, la mudanza de la propia ciudad de Pa-
mentación no ha sido todavía explotada a fondo, namá ya se había planteado desde 1531. El gober-
dado que ha interesado más que nada como mate- nador Antonio de la Gama le escribía ese año a
ria de estudio sobre el alegato que le dio origen. Francisco Pizarro que tenía el propósito de realizar
La tesis de García de Hermosilla se reducía a dicho traslado en vista de las quejas de los vecinos
que resultaba mucho más ventajoso el “puerto” de por la insalubridad de su clima. Poco después, por
Caballos en Honduras, para la concentración de R. C. la Corona ordenó a los vecinos que opinaran
las flotas, que el de Nombre de Dios. Desde allí era sobre el asunto. Resultado de esto fue la carta que
más breve la navegación a España. El lugar era dirige Pascual de Andagoya al emperador, escrita
La búsqueda de la terminal perfecta
42

hacia 1534, en la que adversaba la idea, alegando Bautista Antonelli, para la mudanza de Nombre de
que no había otro puerto en todo el Mar del Sur Dios a Portobelo. Llegaron en 1588 y su parecer fue
donde los veleros podían anclar junto a las calles, totalmente contrario a la ruta hondureña.
lo que le daba una clara ventaja a Panamá, conclu- En una Consulta del Consejo de Indias fe-
yendo enfáticamente que había sido Dios mismo chada en Madrid el 29 de agosto de 1592 y en el
el que había elegido ese sitio49. No se volvió a dis- Memorial del procurador de Panamá, Álvaro Ro-
cutir más del asunto. Al menos no hasta que Gar- dríguez Zambrano, citado antes, se resumen y fun-
cía de Hermosilla iniciara su gran campaña. Toda damentan las razones que hicieron desechar el
esta problemática era, pues, bien conocida por la proyecto50. La navegación atlántica se alargaría en
Corona, pero la característica parsimonia de la ad- 140 leguas y se haría mucho más peligrosa, lo
ministración española demoró la decisión. mismo que en el Pacífico, sobre todo a la altura del
Un hecho parece haber precipitado la necesi- puerto centroamericano de Papagallo. Puerto Ca-
dad de decidir sobre el asunto: las triunfales y alar- ballos y Fonseca no eran puertos, sino meras ba-
mantes incursiones de Hawkins y Drake en hías. El primero estaba casi siempre cubierto por
distintos puntos del Caribe durante los años 1585 la niebla y era incapaz de embarcaciones superio-
y 1586. Sea que se tratara de un cambio de la ruta res a las 200 o 300 toneladas. El de Fonseca estaba
transístmica o de solo el puerto terminal caribeño, expuesto a “temblores y terremotos”. Y entre los
había que actuar rápido. Lo más urgente era sin dos mediaban, según la Consulta del Consejo, 68
duda lo referente al puerto, ya que este debía ofre- leguas, y 80 según Rodríguez Zambrano, es decir
cer suficiente abrigo a las flotas y estar convenien- cuatro veces o más la distancia entre Nombre de
temente dotado para asegurar su protección en Dios y Panamá. En el trayecto entre aquellos dos
caso de ataque. Tan pronto llegaron a la Corte no- puntos no había más poblaciones que San Pedro,
ticias sobre los zarpazos piráticos, Felipe II nombró Comayagua y San Miguel, separadas por enormes
al maestre de campo Juan de Tejeda y al ingeniero distancias y cruzadas por “siete ríos caudalosos”
militar Bautista Antonelli para estudiar un plan ge- que harían necesaria la construcción de varios
neral de defensa del continente, en especial del Ca- puentes y una barcaza, sin considerar un tramo de
ribe. Entre sus tareas prioritarias estaba el resolver tres leguas que en invierno quedaba anegado e in-
el problema del puerto transístmico. Dado que las transitable. Dada su condición de bahías abiertas
flotas eran vitales para la economía del Imperio y y desprotegidas, se harían necesarias dos galeras
ellas constituían la presa mayor tras la que iban las armadas para su defensa y la construcción de sen-
armas enemigas, era lógico que el tema de la de- dos fuertes en cada terminal, lo que supondría un
fensa se planteara junto con el de las flotas. A gasto anual de 114,000 ducados para la tropa y el
donde fuera que se mudara Nombre de Dios, ten- desembolso de 130,000 ducados para la construc-
dría que ser un lugar bien fortificado en el que las ción de los fuertes, sumas que resultaban excesivas
flotas pudieran sentirse protegidas. para el Fisco. Para el acarreo de las mercancías a
Era de esperarse que en estas circunstancias el través de ese ancho y accidentado territorio se ha-
llamado “Memorial” de García de Hermosilla brían necesitado 19,000 mulas, según el cálculo se-
fuera abierto nuevamente a discusión, ya que ñalado en la Consulta del Consejo de Indias –es
había quedado encarpetado, poniéndose a prueba decir unas 16 veces más que en la ruta panameña–,
sus argumentos sobre el terreno. Pero pronto se para cuyo tráfico bastaban entonces unas 1,200.
descubrió que las supuestas ventajas de Honduras Aunque Honduras era un gran centro productor
no eran tales y que su plan era más bien descabe- de mulas –lo que no era Panamá, que a la sazón
llado, ya que haría mucho más demorados y cos- apenas producía unas 500 al año–, los costos del
tosos los tránsitos transístmicos. Entre los transporte se elevarían sensiblemente, dada la
comisionados que fueron a explorar la viabilidad enorme extensión del trayecto (unos 400 kilóme-
de la ruta hondureña estaban el maese de campo tros) y la necesidad del “mucho bastimento para
Juan de Tejeda y Francisco Valverde de Mercado, sustentarlas”, siendo “que en la comarca del
quien sería luego nombrado comisario, junto a puerto de Caballos no hay pastos por ser todo
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
43

monte espeso”. Según Álvaro Rodríguez Zam- pontífices romanos [...] desde que Christo Nuestro Señor
brano, con la ruta hondureña no serían posibles las nació, hasta nuestros tiempos…, en la que colaboraron
ferias más que cada dos años, en tanto que en Pa- otros autores, hasta la impresión de la parte sexta publi-
namá eran anuales51. cada por el impresor Melchor Sánchez, Madrid, 1652.
4
El rey comunica a Pedrarias Dávila que iba camino a Cas-
Los argumentos de García de Hermosilla con
tilla del Oro, el descubrimiento de la Mar del Sur por
relación a las dificultades de la navegación vía Pa- Vasco Núñez y le da instrucciones para poblar y seguir
namá no engañaron a la Corte y fueron desestima- los descubrimientos, Valladolid, 19.VIII.1514. En: Angel Al-
dos. Y más bien se advirtió el peligro de des- tolaguirre y Duvale, Vasco Núñez de Balboa, Madrid, 1914,
mantelar todo un sistema ya estructurado en torno documento No. 23, pp. 54. He modernizado la puntua-
a la ruta panameña. Se temía la despoblación del ción y la ortografía. Corchetes míos.
país, en especial de las ciudades terminales, cuya 5
Para reconstruir el proceso que aquí se resume, he utili-
única razón de existir, según se decía, era su fun- zado principalmente las siguientes fuentes: Gonzalo Fer-
ción portuaria, lo que dejaría a este importante pa- nández de Oviedo y Valdés, Historia general y natural de
las Indias, Biblioteca de Autores Españoles, Editorial Atlas,
saje natural expuesto a la rapacidad enemiga. Los
Madrid, 1959, tomo III, libro XXIX, capítulos X al XII; Bar-
negros cimarrones, recién sometidos, volverían a tolomé de Las Casas, Historia de las Indias, edición de
sus andanzas. Se perdería la posibilidad de explo- Agustín Millares Carlo y estudio preliminar de Lewis
tar los yacimientos auríferos del valle del Guaymí Hanke, Fondo de Cultura Económica, primera edición de
y quedarían abandonadas las pesquerías de perlas la Biblioteca Americana, México, 1951, libro III, capítulo
en el golfo panameño. Ya que, según el plan de LIII, tomo III, pp. 78-79; Gaspar de Espinosa, “Relación que
García de Hermosilla, Puerto Caballos haría no ymbió el Lysenciado Espinosa de lo que subcedio en la
solo innecesario a Nombre de Dios, sino incluso entrada quél fizo por mandado del Logar-Theniente Xe-
a Cartagena de Indias, también este puerto y neral en las provyncias del Mar del sur” (CODOIN, tomo
XXXVII, cuaderno I, pp. 1ss); Pascual de Andagoya, “Rela-
todo el sistema económico de su hinterland se
ción de los sucesos de Pedrarias Dávila en las provincias
despoblarían52. de Tierra Firme y de lo que ocurrió en del descubrimiento
La despoblación y abandono del istmo pana- de la Mar del Sur...”, s.f., en José Toribio Medina, El Descu-
meño y de la región cartagenera quedaban fuera brimiento del Mar del Sur: Vasco Núñez de Balboa, Santiago
de toda consideración, dada su extraordinaria im- de Chile, 1914, tomo II, pp. 183, 193 y 197); y varios do-
portancia estratégico-militar en una época en que cumentos incluidos en el apéndice de Angel Altolaguirre
el peligro pirático se hacía cada vez más amena- y Duvale, op. cit.
zante, siendo este hecho una de las razones prin-
6
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, op. cit., tomo III,
cipales de la misión caribeña encomendada a Teje- p. 318.
7
Hernando Colón, Vida del Almirante don Cristóbal Colón,
da y Antonelli. Como se sabe, el más imponente
edición y prólogo de Ramón Iglesia, Fondo de Cultura
complejo militar que se estableció en el Caribe Económica, México-Buenos Aires, primera edición, 1947,
quedó precisamente en Cartagena, y su castillo de pp. 286 y 287.
San Felipe de Barajas fue sin comparación el de 8
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, op. cit., tomo III,
mayores proporciones que jamás construyó el Im- pp. 179-180.
perio español en América. 9
Bartolomé de Las Casas, op. cit., tomo. II, p. 424.
10
Op. cit., tomo. III, p. 179.
11
“Condiciones que otorgó el gobernador a los vecinos de
Notas al capítulo I Panamá por virtud de las cuales la poblaron y edificaron
con que su alteza las confirmase”, AGI Panamá 379. Pu-
1
Para el tema de Pedrarias como virrey, Castillero Calvo blicado en Castillero Calvo (1967b, pp. 81-83).
(2011a, pp. 255-280). 12
Op. cit., tomo III, p. 331.
2
Sobre la ciudad como instrumento de articulación terri- 13
Sobre esta exploración ver Gonzalo Fernández de Oviedo
torial y los problemas de la fundación de Panamá, varios y Valdés, Historia general y natural de las Indias, Biblioteca
trabajos de Castillero Calvo (1981), (1994), (1992), (1999), de Autores Españoles, Editorial Atlas, Madrid 1959, tomo
(2006, capítulo II), (2012), (2014, caps. II y IV). III, p. 332. Para las instrucciones de Salmerón, AGI Patro-
3
Parte segunda de la historia pontifical y católica en la qual nato 26, R. 19.
se contienen las vidas y hechos notables de todos los sumos 14
Oviedo, op. cit., p. 331.
La búsqueda de la terminal perfecta
44

15
Ibídem. 35
Abundante información sobre el traslado de Nombre de
16
Décadas del Nuevo Mundo, tomo II; 726 y 555, respectiva- Dios a Portobelo en AGI Panamá 1, 14, 43 y 44.
mente. 36
Op. cit., tomo III, p. 203.
17
Todas estas R. C. en AGI Panamá 233 y 234. 37
Loc. cit.
18
La R. C. de la reina e información pedida por De la Gama, 38
“Demarcación y división de las Indias”, BNM, códice J.15,
el 28.II.1533, AGI Patronato 193, R. 18. publicado en CODOIN, tomo XV, pp. 409-416 y 474-478.
19
R. C. de Valladolid, 13.V.1538, AGI Panamá 235, legajo 6, También publicado por Carol F. Jopling (1994, p. 17).
folio 208v. 39
Op. cit.
20
Alonso Criado de Castilla, oidor decano de la Audiencia 40
Francesco Carletti, Razonamiento de mi viaje alrededor del
de Panamá, “Sumaria descripción del reino de Tierra mundo (1594-1606), Universidad Nacional Autónoma de
Firme, llamado Castilla del Oro, que está sujeto a la real México, 1976, pp. 40s.
Audiencia de Panamá”, Nombre de Dios, 7.V.1575, AGI Pa- 41
Carta del Cabildo secular, Nombre de Dios, 18.XII.1563,
namá 11. Publicado en Manuel María Peralta (1883, pp. AGI Panamá 32, No. 12.
172-174) y en Carol F. Jopling (1994, pp. 10-15). 42
Además de López de Velasco; CODOIN, tomo XV, loc. cit.;
21
El primer texto es anónimo, de 1575. BNM, códice J.15, también Carol F. Jopling (1994, p. 17).
publicado en la CODOIN, tomo XV, pp. 409-416 y 474- 43
Loc. cit.
478. También en Carol F. Jopling (1994, p. 17). El segundo 44
Ver análisis en Castillero Calvo (1980), basado en “Memo-
es de Juan López de Velasco (1894), a cuya obra me re- ria de vecinos de Panamá y de la opinión que tienen de
fiero con detalle en el capítulo II. hacienda, digo los que tienen de cinco mil ducados
22
R. C. de la reina con información pedida por De la Gama arriba” y “Memoria de los vecinos de la ciudad de Nombre
el 28.II.1533, AGI Patronato 193, R. 18, ya citada arriba. de Dios y de los que tienen de 5,000 ducados arriba”,
Esta información la reproduce Carol F. Jopling (1994, BAHM, Relaciones Geográficas de América del Sur,
pp. 5-8). 9/4661.
23
R. C. de Toledo, 20.II.1534, en AGI Panamá 234, legajo 5, 45
R. C. de Valladolid, 18.III.1538, AGI Panamá 235, legajo 6,
folio 141r-143r. Corchetes míos. folio 190v.
24
Carta al emperador fechada en Panamá, 22.II.1535, AGI 46
R. C. de Valladolid, 8.IV.1538, AGI Panamá 235, legajo 6,
Patronato 194, R. 27. Corchetes míos. Copia en BAHM, Co- folio 194v-195r. R. C. de Valladolid, 9.XII.1556, AGI Panamá
lección Muñoz, tomo 81. 236, legajo 9, folios 218v-219r.
25
Alonso Criado de Castilla, op. cit. 47
Carta de la Audiencia de Panamá, Panamá, 20.II.1571, AGI
26
Ibídem. Panamá 13, R. 11, No. 38. Carta del oidor doctor Barros
27
Cartas y expedientes de los oficiales reales de Panamá, de San Millán, Panamá, 20.V.1571, AGI Panamá 13, R. 11,
Nombre de Dios, 15.XII.1563, AGI Panamá 33, No. 66. No. 41. Carta del general de la flota Diego Flores de Val-
Carta del Cabildo de nombre de Dios 18.XII.1563, AGI Pa- dés, Nombre de Dios, 16.III.1571, AGI Panamá 40, No. 3.
nama 32. Carta del fiscal Gonzalo Núñez de la Cerda, Panamá,
28
Op. cit. 26.X.1577, AGI Panamá 13, R. 16, No. 77. Carta de la Au-
29
El Memorial va remitido con carta al rey firmada en Nom- diencia de Panamá, 28.V.1578, AGI Panamá 13, R. 17,
bre de Dios, 2.III.1575. AGI Panamá 40. Corchetes e itálicas No. 87.
míos. 48
Sobre este tema hay documentación en AGI Panamá 1
30
R. C. de Madrid, 12.I.1581, AGI Panamá 237, legajo 11. y Justicia 378, pieza 8. Este último con el título “Infor-
Textos entre corchetes míos. También Real Provisión de mación presentada al Consejo por Juan García de Her-
la Audiencia e informe de la misma, sobre apertura del mosilla sobre derrotas al Perú y Nueva España y
camino a Portobelo y en respuesta a dicha R. C., Porto- necesidad de abandonar la descarga de la flota de
belo, 15.III.1591. AGI Panamá 43. Nombre de Dios y trasladarla a Trujillo y Puerto Caba-
31
AGI Panamá 13, R. 10, No. 108. llos”. Este documento se encuentra publicado en la Co-
32
AGI Panamá 237, legajo 11, folio 95v. lección Fernández de Navarrete, Imprenta Real, Madrid,
33
AGI Panamá 229, libro 1. 1825, tomo XXI.
34
“A Relation of the ports, harbors, forts and cities in the 49
Ambas cartas en BAHM, Colección Muñoz, tomo 81.
West Indies”, en Hakluyt’s Voyages, volumen 7. Reimpre- 50
Loc. cit.
sión de 1926. Hay otra versión más abreviada en Kenneth 51
Ibídem.
R. Andrews (ed.), The last voyage of Drake & Hawkins, Cam- 52
Con el triunfo de la ruta panameña, se cerraba el capítulo
bridge University Press, 1972, pp. 193ss. Antonelli hizo conocido bajo el nombre de “la batalla de las rutas”. Este
otra descripción del puerto en 1595, AGI Patronato 26, tema lo ha tratado Clearence H. Haring (1939). También
R. 35. Murdo J. Macleod (1980).
CAPÍTULO

La fundación de Portobelo

Preparativos para la mudanza de la navegación costanera. Como esta solía hacerse


Nombre de Dios a Portobelo a veces en las mismas embarcaciones que recorrían
el Chagres (bongos y chatas), se trataba de una
Hemos visto que en la década de 1580 ya la Co- ventaja de no poca importancia si consideramos
rona consideraba seriamente la alternativa de Por- los peligros del trayecto, sobre todo cuando sopla-
tobelo. Tenía un puerto de magníficas proporciones, ban los llamados “vendavales”, es decir durante
profundo y abrigado, y el relieve de los montes que los fuertes nordestes estivales e incluso en in-
se empinan en torno a la bahía se prestaba óptima- vierno, como ocurrió con la flota de 1681, cuando
mente –según los criterios defensivos de la época–, el mal tiempo echó a pique a la vista de la costa a
para un complejo de fortalezas que protegieran las dos grandes navíos cargados de mercancías y pa-
flotas cuando estas llegaran para las ferias. Otras de sajeros53. Finalmente, aunque la distancia por tierra
las ventajas que se señalaban eran su mayor salu- desde Nombre de Dios a Panamá era la misma que
bridad y las mejores condiciones de su hinterland desde Portobelo, al abrirse el nuevo camino se evi-
para los cultivos. A esto se agregaba la mayor pro- taba la peor parte del trayecto, y la nueva ruta era
ximidad de Portobelo a la boca del río Chagres, por más rápida y cómoda (en todo caso menos tor-
donde se conducían las mercancías hacia Panamá y tuosa), lo que representaba una economía de al
le llegaban los productos del Pacífico, así como el menos medio día de recorrido. El nuevo camino
ganado y la carne en salazón que se producía en las solo se extendía desde Portobelo a Boquerón, un
campiñas de la capital. paso en la cordillera que hacía de estación y que
Dado que el Chagres quedaba a seis leguas antes servía al camino de Nombre de Dios, pero
menos de Portobelo que de Nombre de Dios, el que quedaba ligeramente más cerca de Portobelo
trayecto se reducía a cerca de la mitad, con lo que y por una ruta más accesible. El resto del trayecto,
se ahorraba tiempo y se disminuían los riesgos de hasta Panamá, seguía el viejo camino, que era el
La fundación de Portobelo
46

más fácil, ya que la parte más accidentada se en- En carta fechada en Portobelo el 24 de junio de
contraba entre Boquerón y Nombre de Dios, pa- 1597, Bautista Antonelli se atribuye haber termi-
sando por el difícil tramo de Capirilla, descrito por nado este camino en dos meses y medio y a un
Antonelli como “bosque tejido de zarzas y de gasto de “poco más de 6,000 ducados”, con lo que
grandes barrancas y despeñaderos”, cuyo “camino ahorraba, según decía, 10,000 a la Corona56.
tendrá como ocho o diez pies de ancho”, por lo que Portobelo fue así la solución al serio problema
resultó el tapón ideal para impedir el paso a Drake del puerto transístmico y tras haberse acumulado
en 1596: fue allí donde se atrincheraron las fuerzas numerosos informes adversos a Nombre de Dios, a
españolas al mando de los capitanes Juan Enríquez la vez que se recomendaba la mudanza a Portobelo,
Conabut, Miguel Ruiz de Elduayen y Pedro de finalmente la Corona autorizó el traslado definitivo
Quiñones, que masacraron al enemigo54. Según la mediante R. C. de Madrid, de 21 de diciembre de
nota del secretario Gerónimo Gassol, remitiendo 1593, refrendada por otra de 4 de octubre de 1595.
al Consejo de Indias el informe que envió el Ca- La R. C. de 1593 va dirigida al presidente y oidores
bildo de Panamá, el nuevo camino a Portobelo era de la Audiencia de Panamá, y en la parte expositiva
tres leguas más corto (unos 16.5 km) que el camino leemos: “Visto que como lo tiene entendido, el
viejo a Nombre de Dios55. puerto de Nombre de Dios se va cada día cegando
Con la nueva ruta se evitaba el tortuoso pa- y empeorando y el riesgo de la salud y vida y ha-
saje de Capirilla y en su lugar se hizo otro camino ciendas de lo que a él acuden con las flotas por la
a partir de Portobelo, cuyo relieve sin ser de fácil gran destemplanza de aquel sitio se ha tratado di-
recorrido era menos peligroso y accidentado, y versas veces de mudar a otra parte la descarga de
además más corto. Álvaro de Porras, vecino de las flotas y de los medios que se han propuesto e in-
Panamá, reclama haber descubierto el nuevo ca- tentado, me he resuelto en que se ponga en ejecución
mino, lo que según su testimonio tuvo lugar el 19 el de pasarlas al puerto de Portobelo de esa provin-
de marzo de 1596. En carta suya, de pocos días cia”. Luego se refiere al camino que había de hacerse
más tarde, se compromete a aderezarlo hasta el río entre Portobelo y Panamá, y a los fuertes que se
Chagres por 30,000 pesos, unos 21,800 ducados. construirían en Portobelo y la boca del Chagres. En
la parte dispositiva de la R. C. se ordena la retención
de 100,000 ducados del “medio ducado en cada
SINISTRA carga de mercadurías y del medio por ciento de la
plata”, procedente del Perú, suma que sería utili-
KII KI KM KI KII
zada para las fortificaciones, la construcción del ca-
DII DII
mino y otras obras relacionadas con la mudanza57.
Las demoras en la habilitación del puerto, el
DI DI trazado y selección del emplazamiento para la
nueva ciudad, la construcción de las primeras de-
(POSTICA)

(ANTICA)
ULTRA

CITRA

fensas, el incendio de Nombre de Dios, el ataque de


DM DM
Drake a esta ciudad y a Portobelo, y la terminación
del camino que uniría la nueva ciudad con Panamá,
DI DI retrasaron la mudanza hasta 1597. La Corona enco-
mendó estas tareas a tres comisionados: Bautista
DII DII Antonelli como ingeniero militar; el futuro presi-
KII KI KM KI KII dente de la Audiencia, Francisco de Valverdi (o Val-
verde) y Mercado; y el doctor Diego de Villanueva
DEXTERA Zapata, fiscal de la Audiencia y promovido para
esos propósitos a oidor58. A juzgar por las eviden-
Modelo reticular de “centuriazione” o castramentación romana
que inspiró el urbanismo español durante la Reconquista y sobre
cias documentales, todos ellos se entregaron con
todo el gran proyecto fundacional de ciudades en el Nuevo “gran diligencia” y eficacia a sus tareas e incluso a
Mundo. expensas de su salud.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
47

En un plañidero informe diri- Tres precedentes hispanos de la retícula urbana


gido al rey en el Consejo de Indias en Hispanoamérica, según George M. Foster, 1962.
y firmado por los tres comisionados
en Portobelo el 19 de septiembre de
1595, cuando ya habían empezado
las obras, se quejaban de los mu-
chos problemas que enfrentaban.
No había canteros en el país y nece-
sitaban 25, más seis albañiles y un
buen aparejador con su ayudante.
Enfermaban por tener que alojarse
ellos mismos y los obreros en im-
provisadas rancherías en lugar de
“casas de tablas y teja”. Necesita-
ban con urgencia 300 esclavos pro-
pios del rey porque los que
alquilaban a los vecinos de Panamá
y Nombre de Dios, además de ser Santa Fe de Granada, año 1491.
“costosísimos”, los retiraban du-
rante las flotas para ocuparlos en
sus chatas y recuas. Pedían de
50,000 a 60,000 pesos cada año para
poder comprar esclavos y acelerar
las obras. Solo se habían comprado
trece “piezas”, pagando por ellas
12,000 pesos ensayados (casi mil
por pieza). Otros 7,800 pesos ensa-
yados se habían enviado a Carta-
gena para comprar más esclavos, y
así poder completar hasta los 40 ó
50 que se necesitaban con más ur-
gencia. No había cal en Portobelo ni
en toda la costa, y debía llevarse
desde Cartagena y Cruces. Se ha-
bían fabricado chalupas y barcos
para acarrear materiales para las Villareal, en Castellón, siglo XIII. Briviesca, en Burgos, siglo XIV.
obras, pero “todo con grandes cos-
tas”. Decían que “por ser esta tierra
tan a trasmano deshabitada y tenida por grande- salarios. Nadie de Cartagena, Panamá o Nombre
mente enferma, ser calurosa y nueva de montaña de Dios quería ir a trabajar en las obras “estando
y que hasta que se poblase había de faltarle de en tanto riesgo de la salud ni dejar tierras provistas
todo lo necesario no solo de regalo para enfermos y socorridas por la que no puede ser hasta po-
pero de bastimentos para los sanos, ha sido for- blarse y hecha población”. Seguían quejándose de
zoso dar ración a todos los oficiales y obreros es- “tantas incomodidades y falta de todo regalo y con
pañoles que sirven y una botija de vino al mes tanto trabajo y a tan excesiva costa que con ser el
porque de otra manera desfallecen y enferman y Nombre de Dios el más caro pueblo de todas las
se desacreditan las obras y todos huyen de ellas”. Indias, este sitio por ahora lo es mucho más res-
Para mejorar esta situación pedían aumentar los pecto de proveernos de allí con más costas de fletes
La fundación de Portobelo
48

y acarretos”. No podía tenerse ganado en pie, sino (y que probablemente procedían de alguna región
con mucha dificultad, “por ser todo montaña”, de del interior del continente negro muy alejada del
manera que las mulas empleadas en las obras no mar) no estaban acostumbrados a comer pescado,
tenían yerba que comer. Proponían que los dos alimento que podrían conseguir sin dificultad en
pueblos de cimarrones reducidos de Santa Cruz la la propia bahía, y frecuentemente se escapaban al
Real (en Panamá) y Santiago del Príncipe (en monte para alimentarse con lo que pudieran cazar.
Nombre de Dios) se mudasen a Portobelo “para
bastimentos y regalos”, una idea que como vere-
mos en otro capítulo, el comisionado Valverde,
Detalle del plano de la ciudad de Panamá por Bautista Antonelli,
siendo ya gobernador, lograría concretar59. Otro 1586, donde el trazado urbano replica el patrón de los castros ro-
de los problemas era que los esclavos que tenían manos y de la ciudad de Santa Fe de Granada. MNM.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
49

La mudanza se complica Tampoco la armada de Drake contaba con el


con el ataque de Drake elemento sorpresa, ya que desde hacía meses, gra-
cias a los espías flamencos en Europa, se habían re-
Sin embargo, estas eran cuestiones de rutina cibido noticias en España y distintos puntos de
que mal que bien podrían irse superando, compa- América de que el inglés organizaba un gran golpe
rado con lo que sobrevendría después. Hagámo- y se esperaba que su destino fuera Panamá. Las
nos una rápida composición del lugar. Portobelo primeras noticias de que se preparaba la armada
empezaba a ser desmontado y se preparaba el en Inglaterra las había enviado la Corona a Pa-
abandono de Nombre de Dios para mudarlo con namá el 8 de mayo de 1595 y las confirma el 14 de
todos sus vecinos a su nuevo destino y, mientras junio de 1595. Cuando la flota enemiga entró al Ca-
esto se hacía, el ingeniero Antonelli avanzaba en ribe no se le perdió pista, y pronto se supo, pri-
el “adobio” del nuevo camino. Ya esto era bastante mero, de su ataque a Puerto Rico (donde Drake fue
trabajo para los tres comisionados. Pero el asunto rechazado por el fuego de las baterías que recién
se complicó seriamente cuando, por un lado, una había construido Antonelli y perdió varios barcos),
poderosa armada inglesa invade y destruye Nom- y luego de su paso por Cabo de la Vela, Maracaibo,
bre de Dios, mientras que al mismo tiempo se re- Río Hacha y Cartagena, de donde se dio aviso a
ciben noticias de que desde España se preparaban Panamá. De esa manera, las autoridades paname-
los galeones para navegar a Tierra Firme. ¿Cómo ñas tuvieron suficiente anticipación para irse pre-
recibir a la flota que venía de España y la armada parando, y desde que tuvieron las primeras
del Perú con la plata, arriesgando millones de noticias, se enviaron 50 tropas a la boca del río
pesos en mercancías y tesoros, si Nombre de Dios Chagres a sueldo del rey y otros 30 a Nombre de
había sido destruido y se encontraba despoblado, Dios “para centinelas”, y “cuya defensa su majes-
y Portobelo estaba aún en construcción y no tenía tad tenía cometida al alcalde mayor” Suárez de
una sola fortaleza para defenderse? Amaya, aunque más tarde se disolvieron al pasar
El sábado 6 de enero de 1596 sir Francis Drake tres meses sin novedad. Con la misma urgencia se
desembarca en Nombre de Dios sin encontrar resis- pidió ayuda al marqués de Cañete, virrey de Perú,
tencia. Llegaba con una impresionante armada que sin demora envió una fragata con seis piezas
compuesta de 23 navíos y treinta lanchas, con la in- de artillería, 150 botijas de pólvora, abundante
tención de invadir el Istmo y capturar la ciudad de plomo, cuerdas para mechas de arcabuces, alpar-
Panamá, para incorporarla a los dominios de la gates para calzar la tropa y armas portátiles que
reina Isabel. Otras versiones apuntan como único llegaron a Panamá el 10 de diciembre de 1595.
propósito saquear sus riquezas y apoderarse de la Al mando de esta fuerza iba el capitán general
plata que se enviaba de Perú. En cualquier caso era de mar y tierra Alonso de Sotomayor, nacido el
un ataque frontal en toda regla de una potencia ene- año 1546 en Trujillo, Extremadura, hijo segundón
miga contra el Imperio español. Drake esperaba de rancia familia aristocrática y con esmerada edu-
contar con el apoyo de los negros cimarrones que le cación recibida en Madrid. Era un soldado vete-
habían sido tan útiles en sus incursiones anteriores, rano, famoso por su arrojo y temeridad, que
pero ignoraba que el cimarronaje estaba entonces gozaba de gran prestigio en el ejército. Participó
bajo control, y que los supervivientes estaban po- durante varios años en las guerras europeas, sobre
blados en Santiago del Príncipe, junto Nombre de todo en Flandes, donde recibió numerosas heridas.
Dios, y en Santa Cruz la Real, cerca de Panamá, La más fea fue un arcabuzazo en la boca que le
donde servían como soldados “mogollones” al ser- destruyó la quijada, le rompió ocho dientes y des-
vicio de las armas españolas. Tampoco sabía que en trozó la lengua, dejándolo al borde de la muerte y
Panamá se encontraba el ingeniero Antonelli, uno con el rostro deformado. En distintos combates su
de los ingenieros miliares más competentes y pres- cuerpo había recibido el impacto de cuatro bala-
tigiosos de Europa, que en un suspiro podía escoger zos, uno de ellos en la rodilla. En premio a sus ser-
el mejor sitio donde levantar fuertes y trincheras, vicios, Felipe II le había premiado con el hábito de
diseñarlas y dirigir su construcción. Santiago y nombrado gobernador de Chile, donde
La fundación de Portobelo
50

combatió fieramente a los araucanos. Era su último Portobelo a toda prisa. En Nombre de Dios, Soto-
cargo antes de ser enviado por el virrey Cañete a mayor ordenó al alcalde mayor Suárez de Amaya
Panamá. Llegaba a su destino acompañado de va- que hiciese “retirar toda la gente inútil, mujeres y
rios de los oficiales veteranos que habían comba- hacienda y que solo quedase con la gente de pro-
tido con él en las guerras de Flandes y la Arau- vecho para la defensa que pudiera estorbarle el ca-
cania, como Mateo de Ribera, Pedro Ramírez de mino a los atacantes”. También le ordenó que
Quiñones y Juan Enríquez Conabut. todos los barcos que había en el puerto los enviase
Pese a la gravedad de las circunstancias, en al Chagres para su protección. Hecho esto, Soto-
un típico despliegue de mezquindad y argucias mayor viajó a Portobelo, donde permaneció doce
legalistas, cuando Sotomayor llegó a Panamá, la días, ordenando que se retirasen todos los basti-
Audiencia se negó a recibirle en su calidad de ca- mentos y municiones y que el capitán Mateo de Ri-
pitán general, alegando que el virrey no estaba bera se mantuviera en la trinchera que había
autorizado para nombrarle en ese cargo, ya que construido el ingeniero Antonelli, aunque sabía
esto era potestad del rey. Pero luego de un largo que si llegaba una armada “tan gruesa” esta de-
debate de diez días en el seno de la corporación, fensa sería inútil. También desde Portobelo le dio
y en vista de la inminente invasión de Drake, órdenes al maese de campo, que estaba en la Venta
cuyas velas recién se habían visto en Río Hacha, de Chagres, que si el enemigo se apareciese por la
y de que Sotomayor solo mostraba interés por costa de Nombre Dios mientras él estuviese en el
cumplir con su misión militar, el 20 de diciembre río, de inmediato despachase al capitán Juan Enrí-
siguiente la Audiencia libró una Real Provisión quez Conabut con 40 hombres de su compañía
para recibirle como tal capitán general “para esta para impedirle el paso en la loma de Capirilla, si-
ocasión” 60. Se le reconocía, pues, con reticencia y tuada a un cuarto de legua antes de llegar a la
solo temporalmente. Venta de la Quebrada en el camino que va de Pa-
Tan pronto como llegó, Sotomayor desplegó namá a Nombre de Dios. Sotomayor había estado
una febril actividad para distribuir las fuerzas en en el sitio con Antonelli y ambos reconocieron que
los sitios más estratégicos por donde podría avan- como era un paso angosto de unos diez pies de
zar el inglés. Seis días después de ser reconocido ancho, y quedaba junto a una “barranca honda por
como capitán general salió de Panamá con Jeró- ambos lados”, resultaba ideal para detener al ene-
nimo Zuazo Casasola, alguacil mayor de la Au- migo. Una vez llegado allí Conabut debía fortifi-
diencia al que Sotomayor nombró maestre (o carlo por ambos lados. Para ello se le enviarían de
maese) de campo, Francisco Valverde de Mercado Cruces un herrero con su fragua y pertrechos, ofi-
(factor y veedor de Real Hacienda nombrado para ciales y ayudantes, un negro carbonero, ocho quin-
Nueva España pero aún en Panamá, donde era co- tales de hierro, vergazón, hierro, dos quintales de
misario para la mudanza de Nombre de Dios), los platina, dos arrobas de acero y “cantidad de ne-
capitanes Miguel Ruiz del Duayen (o de Elduayen, gros”. Se trataba pues de una fortificación resis-
capitán del fuerte y presidio de Bayano), el capitán tente. Dadas estas órdenes Sotomayor regresó al
Hernando de Ocampo y el capitán Juan de Roelas, río Chagres y se dirigió en un patache a Portobelo
acompañados de 20 “soldados morenos horros de en compañía de Antonelli, Miguel Ruiz de Eldua-
su compañía”. Al día siguiente llegaron a la Venta yen, Fernando de Ocampo, el capitán Juan de
de Chagres, donde permaneció el maese de Roela y algunos soldados.
campo Jerónimo Zuazo Casasola. El día 28 Soto- Virtualmente todo el país quedó movilizado.
mayor se dirigió por tierra a Nombre de Dios y el Se reclutaron los mogollones de Santa Cruz y San-
maese de campo se encaminó a Cruces para despa- tiago del Príncipe, así como muchos mulatos y ne-
char la compañía que debía vigilar la boca del Cha- gros horros, e incluso esclavos. Se pidieron fuerzas
gres y construir bohíos en el sitio conocido como a Natá, Los Santos y Veraguas que llegaron con sus
Cruz de Juan Gallego, donde se alojaron el capi- propios capitanes. También se pidieron a Peno-
tán y sargento mayor Antonio Carreño de Abreu nomé, de donde se enviaron indios flecheros. Al
y su tropa. Las piezas de artillería se llevaron a parecer, no hubo adulto varón con capacidad para
“Planta y perspectiva de
Portobelo sacada a lo natu-
ral con sus medidas y el fodo
que tiene el dicho puerto
como se parece con los nú-
meros”. Firmado por Bau-
tista Antonelli. Al norte se
observa de su puño y letra
el “fuerte de Sotomayor que
se ha de comenzar luego”.
Abajo la futura plataforma
que sería la principal de-
fensa del fuerte. Al sur y al
frente del Sotomayor el fuer-
te trinchera de Santiago, pre-
decesor del Santiago de la
Gloria. Se indica donde que-
daría el fuerte de Triana, la
ciudad de Portobelo, el ca-
mino para Panamá y el “río
de Portobelo” (futuro río Cas-
cajal). MNM.
Plano de la bahía y puerto de Portobelo,
circa 1600. Es un bosquejo muy rudi-
mentario donde aparece la primitiva to-
ponimia del área. Destaca la ubicación
del fuerte de Sotomayor y el fuerte trin-
chera de Santiago. AGI, MP Panamá 12.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
53

portar armas que no quedara reclutado. Según las Nombre de Dios, cansados, hambrientos, sin pól-
fuentes, entre los que llegaron del Interior abun- vora ni picas, con sus arcabuces mojados y sin he-
daban los que eran “sueltos para el monte y el ma- rramientas para ayudar a levantar la fortificación.
nejo de mosquetes”. El miércoles 17 de enero en Se les alojó y alimentó lo mejor que se pudo y se
una revista general que hizo Sotomayor se conta- les repartieron armas y municiones para que pu-
ron entre la tropa pagada y los voluntarios 325 sol- dieran combatir junto a la tropa de Conabut, quien
dados, casi todos arcabuceros, comandados por quedó al mando de la defensa.
seis capitanes. A juzgar por las numerosas relacio- Muy temprano en la mañana del miércoles,
nes, deposiciones, cartas e informes conservados, Conabut se dirigió a la tropa, exhortándola con
el país entero se preparó para el choque. una ardorosa arenga para que entraran con reso-
Una vez asomaron las velas enemigas frente a lución al combate, y muy poco después, a las 8 de
Nombre de Dios el 6 de enero, el alcalde mayor de la mañana, se pusieron a la vista los ingleses. Su-
Nombre de Dios, Suárez de Amaya, y el oficial a maban 900 soldados (según la versión del propio
cargo, capitán Pedro de Quiñones, siguiendo las Conabut y de otras fuentes oficiales), que rápida-
órdenes de Sotomayor, abandonaron la ciudad y mente atacaron con fiereza el fuerte. Soldado ex-
tomaron el camino que conducía a Panamá. Nom- perimentado en combate con armas de fuego,
bre de Dios quedó casi totalmente despoblada, Conabut dio órdenes de que no se disparara un
permaneciendo en ella unos esclavos de la rica co- tiro hasta que tres filas del enemigo quedaran ex-
merciante Ana Gómez, que fue capturada, y un puestas en campo abierto frente al fuerte, con ob-
puñado de españoles pobres que los ingleses deja- jeto de infligirles el mayor daño. En el momento
ron libres o que también huyeron. Al encontrar la justo Conabut dio la orden disparar al grito de
ciudad desierta, desconcertado y receloso, Drake “Santiago”.
ordenó a Thomas de Baskerville que con 900 tro- El sitio era estratégico ya que el paso era muy
pas se dirigiera por el camino que conducía a Pa- estrecho y el cerro de Capirilla quedaba flan-
namá guiados por un arriero (o un “mulato queado por dos hondonadas abruptas, de manera
baquiano” según otra fuente) que habían captu- que era muy difícil de asaltar. Los ingleses ataca-
rado, y siguiéndole el rastro al capitán Quiñones y ron furiosamente e incluso se abalanzaron con sus
al alcalde mayor, pero en las alturas de Capirilla, a picas hasta las mismas bocas de los arcabuces es-
entre siete y media y ocho leguas y media de Nom- pañoles. Varios de los que trataron de escalar la
bre de Dios (entre 41 y unos 47 km, casi a medio trinchera fueron ensartados por el mismo Conabut
camino entre las dos terminales), les esperaba el con su propia pica. En el fragor de la batalla llegó
capitán Juan Enríquez Conabut, el soldado vete- al son de tambores y trompetas Hernando del
rano de origen flamenco, que había acompañado Liermo Agüero, capitán de la guarnición de Ba-
a Sotomayor en Flandes y Chile. yano. Traía 30 soldados de refuerzo, agua fresca y
Siguiendo las órdenes de Sotomayor, Conabut provisiones, y con este apoyo empezaron a fla-
recién había llegado a Capirilla, procedente de la quear los invasores. El maese de campo Zuazo Ca-
Venta de Chagres con 48 soldados (23 soldados de sasola luego envió desde la Venta de Chagres más
su compañía, 13 vecinos de Panamá, y once solda- agua fresca en botijas que cargaron dos arrieros
dos mogollones, y además el propio Conabut), y que estaban a mano y llegó con nuevos refuerzos,
de inmediato se puso a construir el fuerte con cuando ya el enemigo iba en retirada.
picos, hachas y machetes. También construyó una Por todo, la tropa española que participó en el
enramada para proteger las armas y pertrechos de combate llegó a contar con cerca de 130 hombres,
la lluvia e hizo limpiar trochas para acceder a fuen- aunque todos se encontraban agotados por las
tes cercanas de agua fresca. El martes 8 de enero, a marchas forzadas de día y de noche, por los pre-
las tres de la tarde, cuando ya casi estaba todo ter- parativos para la defensa y por la propia batalla.
minado, y luego de cuatro días de fatigosa jornada El fuego de arcabuces de ambos bandos duró
por tierra, llegaron los 56 soldados de Quiñones y entre hora y media, dos horas y media y tres horas
de Suárez de Amaya que venían en retirada de (según qué fuente se cite) y la derrota de los ingleses
La fundación de Portobelo
54

fue aplastante. Al declararse en retirada, mientras hasta el 15 de enero, cuando se embarca con la
se alejaban de Capirilla, fueron perseguidos al tropa debilitada y desmoralizada en dirección
grito de “Ea españoles, a ellos”, por el propio oeste; recala en la isla Escudo de Veraguas para
Agüero (que quedó malherido de una bala en un reponerse de las heridas, recuperar fuerzas y eva-
brazo) y por el aguerrido capitán Jerónimo Ferrón luar la situación. Allí decide regresar sobre sus
Barragán (luego célebre por sus luchas contra los pasos, atacar Portobelo y penetrar el Istmo por el
cunas) que les propinaron más bajas. Quedaron Chagres, confiando erróneamente que estaría mal
muertos más de 150 ingleses, y unos 200 heridos. defendido. Ignoraba que Alonso de Sotomayor
Tres o cuatro de sus capitanes murieron y dos que- continuaba reforzando posiciones y tomando dis-
daron heridos, además “de muchos alféreces, ofi- tintas medidas para organizar la defensa de la
ciales, sargentos y gente granada”; se capturaron ruta transístmica.
a seis prisioneros, varios de ellos heridos. Por parte Uno de los prisioneros ingleses capturados en
de las fuerzas locales solo hubo 7 muertos, de los Capirilla había confesado que la intención de
cuales 4 eran españoles y 3 negros, y solo hubo 6 Drake era tomarse Panamá. Decía que si no podía
heridos. El fuerte de Capirilla fue luego bautizado avanzar por tierra a Panamá lo haría entrando por
en celebración del triunfo como San Pablo de la el río Chagres con 1,600 hombres en 22 lanchas y 4
Victoria, pues la batalla tuvo lugar el 10 de enero, piezas chicas de artillería en cada una, con dos a
“en el día de San Pablo, primer ermitaño” 61. Des- popa y dos a proa. Se había ganado la primera ba-
pués de esto fue abandonado, aunque ocasional- talla, pero el peligro continuaba y Sotomayor debía
mente sería ocupado y reforzado cuando había continuar con los preparativos de defensa.
amenaza de piratas y corsarios, o para perseguir Temeroso de que Drake cumpliese su desig-
desertores. nio, Sotomayor ordenó al oidor Villanueva Zapata,
Según los informes recogidos, los mogollones uno de los comisarios de las fábricas de Portobelo,
de Santiago del Príncipe y de Santa Cruz la Real que se retirara del sitio con los hombres del capitán
se comportaron a la altura, sobre todo los prime- Pedro de Ribera a la Venta de Chagres, pues no
ros, que estaban al mando de su gobernador espa- tenía artillería para defenderse, al menos no la su-
ñol Juan de Tejeda. Una vez vieron desembarcar a ficiente para una armada “tan gruesa”. A su vez
los ingleses, quemaron sus 30 chozas y se retiraron Sotomayor agrupó a toda la gente de armas, que
al monte, desde donde les impedían recoger agua en ese momento sumaban más de 700 hombres, en
en el río Factor y les mataron a 25, incluyendo a un un fuerte-trinchera que había construido Antonelli
importante capitán. Fue aún más sorprendente la en el sitio de Cruces, y distribuyó espías a lo largo
lealtad mostrada por los esclavos, entre los que de la ribera. Allí permaneció hasta el 25 de enero,
destacó Pedro Yalonga, por cuyo heroico desem- cuando se dirigió a Panamá para buscar más re-
peño se le otorgó la libertad. Mató a un sargento fuerzos y organizar su defensa, ya que en ese mo-
mayor inglés y fue uno de los que con los mogo- mento solo podía especularse a dónde se encon-
llones impidió a los invasores recoger agua en los traba Drake y si realmente volvería a atacar. Desde
ríos Factor y El Chorrillo62. Si Drake esperaba que abandonó Nombre de Dios, pasaron 24 días
apoyo de los esclavos se llevó la gran sorpresa. sin tenerse noticias de su flota.
Al reagruparse en Nombre de Dios, un Drake A las 3 de la tarde del miércoles 7 de febrero
inflamado por la ira y la sensación de derrota, or- arriba la armada inglesa a Portobelo y el viernes 9
denó ensañarse en el poblado incendiándolo todo: de febrero por la mañana llega el aviso a Panamá
“la iglesia mayor, la aduana, las atarazanas reales de que estaba surta en el puerto con 21 velas, ade-
y todas las otras casas sin dejar ninguna y dejó la más de lanchas y un patache del capitán Melchor
ciudad yerma y asolada”. Juárez, capturado en la isla Escudo de Veraguas.
Guiado por algún vecino resentido y ciertos Otra fuente indica que la noticia la llevaron a Pa-
esclavos, hizo saquear todas las haciendas que te- namá el día doce dos soldados enviados a Porto-
nían los vecinos a poco más de una legua de la belo, lo que es más probable dada la distancia y
ciudad. Drake permanece en Nombre de Dios dificultades del recorrido.
Bahía de Portobelo y fortificaciones en proceso, circa 1600. Frente
al San Felipe, en la otra orilla de la bahía, hay varios proyectos en
construcción. Al extremo oeste, cerca de El Cocal, “trinchera de
Santiago”. A su mano derecha, “fuerte comenzado para el castillo
de Santiago”, que parece referirse al futuro Santiago de la Gloria.
Siguiendo la orilla y más cerca del pueblo se lee “Cerro del Chorri-
llo donde se trata de fortificar”. Esto crea confusión pues allí se
construiría el Santiago de la Gloria. Luego sigue “Ciudad de San
Felipe de Portobelo que está hecha”. Y al fondo, orillando el río
Portobelo (o Cascajal), “llano donde se trata que sería bien pasar
la ciudad y disignio [diseño] de ella”. Todo esto sugiere tanteos y
mucha vacilación sobre el sistema de defensa y de la propia ubi-
cación definitiva de la ciudad. AGI, MP Panamá 17.

Cuando llegan estas noticias se ignoraba que el escapado, dando la noticia de la muerte de Drake
día 8 de febrero Drake había muerto. Con la inquie- y de que su plan consistía en penetrar por el Cha-
tante noticia de las velas enemigas se tocó alarma. gres y atacar Panamá “o morir en el intento”.
Sotomayor montó en su caballo y se dirigió a la Drake, al igual que muchos de sus hombres, había
plaza Mayor con el maestre de campo Zuazo Casa- fallecido al enfermar de disentería mientras se en-
sola, que se encontraba muy enfermo en cama “pur- contraba en la isla Escudo de Veraguas, o tal vez
gándose” y así y todo se empeñó tercamente en contraída ya en Nombre de Dios. Otras versiones
acompañarle. Reunida toda la gente que quiso su- atribuyen su muerte al dolor por el fracaso de su
márseles, incluyendo “muchos ricos”, “con notable misión. Según el informe de Thomas Maynard fue
diligencia, coraje y brío” se dirigen al camino de arrojado al mar “a la usanza de la marinería”, una
Cruces, marchando la mayoría a pie. Al mediodía legua mar adentro (en un ataúd de plomo o, lo que
del 14 de febrero, 400 hombres armados habían lle- es más probable, envuelto en mantas con un lastre
gado a su destino y al parecer con la moral muy de plomo para que se fuera al fondo y no saliera a
alta. Previamente Sotomayor había despachado flote donde pudiera caer en manos enemigas,
aviso a Cartagena de que la armada enemiga había según las dos versiones divulgadas). También
vuelto y que se encontraba en Portobelo y pidió re- había muerto John Hawkins, otro de los principa-
fuerzo de indios guerreros a Penonomé. les generales de la flota inglesa.
Casi inmediatamente después de la partida Andrés Yegros informaba además que tras su
del contingente de vecinos y soldados hacia Cru- muerte se produjeron controversias en la flota
ces, llegó Andrés de Yegros, nativo de La Mancha, sobre a quién correspondía el mando, y que final-
que había sido prisionero de los ingleses y había mente se decidió por Baskerville. Agregaba que
La fundación de Portobelo
56

Sotomayor. Destruyeron lo que estaba construido,


robaron lo que pudieron y dejaron todo quemado,
incluyendo los depósitos de alimentos. Sin em-
bargo, la mayor parte del tiempo se mantuvieron
a salvo en sus barcos y pocas veces se atrevieron a
enviar lanchas a la orilla para conseguir agua e in-
cluso el maíz que ellos mismos habían quemado
ya que cada vez que lo intentaron fueron atacados
con graves pérdidas. Veintiséis ingleses que baja-
ron en chalupas fueron atacados por Jerónimo Fe-
rrón Barragán (el mismo que había peleado en
Capirilla), que les mató a 24 y capturó a dos. Juan
Guerrel mató a seis de un total de siete, que de-
sembarcaron en un pequeño bote y capturó al sép-
timo. Finalmente el 18 de febrero de 1596 la flota
inglesa se hace a la vela totalmente derrotada.
El desastre de la armada inglesa había sido
devastador. De las 27 velas que salieron de Ingla-
terra solo quedaban 18 en Portobelo; nueve de
ellas se habían perdido. Habían salido de Ingla-
terra 3,000 hombres de guerra (aunque se decía
que llevaban hasta 5,000), “y agora llevan solo
2,000”. Más de 1,000 murieron en Puerto Rico y
Felipe II, por Sofonisba Anguisola (1566-1573). Óleo sobre lienzo. Tierra Firme por enfermedad. Solo cinco naves
Museo del Prado, Madrid.
llegaron a salvo a Inglaterra. Habían muerto dos
generales (Hawkins y Drake), un almirante y nu-
los ingleses se encontraban muy cansados, débi- merosos oficiales de alto rango, según se llegó a
les y descorazonados, sufriendo de hambre y falta saber por los ingleses capturados. Y “todo esto sin
de provisiones, de manera que, habiendo muerto daño nuestro de consideración”, ya que solo mu-
Drake, su mayor deseo era regresar a Inglaterra rieron “cuatro españoles, un mulato y dos negros
luego de abastecerse de madera y agua. Concluía y ninguno más”, concluía con justificado orgullo
diciendo que entre los ingleses existía gran des- el autor de una de las varias relaciones que han
contento con Drake por haberles engañados, así llegado hasta nosotros. No hay duda de que había
como a la reina, con grandes promesas de riqueza sido un desastre humillante para las fuerzas in-
solo para conseguir apoyo para su empresa. Otro vasoras y un triunfo clamoroso contra el inglés
prisionero inglés que fue capturado en Portobelo para las defensas locales63.
por Jerónimo Ferrón Barragán confirmó todo lo Luego de recibir diversos informes procedentes
anterior. de Panamá, donde unos pretendían atribuirse más
Con esta valiosa información, Sotomayor méritos que otros64, no le quedaron dudas a la Co-
envió al sargento mayor Liermo Agüero a Porto- rona del extraordinario desempeño militar de
belo, con el capitán Diego Rangel y 30 soldados, a Alonso de Sotomayor, por lo que decidió no solo
fin de unirse a los capitanes Juan Guerrel y Ferrón otorgarle la titularidad de la Capitanía General de
Barragán, que se encontraban allá, para que le in- Panamá sino también la de gobernador y presidente
fligieran a los ingleses el mayor daño posible. de Tierra Firme. Ya el 25 de julio de 1596 el Consejo
Cuando llegaron a Portobelo los ingleses solo de Indias le proponía al rey el nombre de Sotoma-
encuentran algunas de las construcciones que se yor para presidente de la Audiencia panameña, que
habían empezado a levantar, y el lugar estaba había quedado vacante65. Y por R. P. de Madrid, de
deshabitado debido a las órdenes impartidas por 24 de febrero de 1597, se le nombraba gobernador y
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
57

capitán general de Tierra Firme66. Era la primera vez Con la llegada de Sotomayor junto con estas
que para Panamá se concedían los tres títulos en dos compañías a cargo de los capitanes Roa y Me-
una sola persona. La elección del individuo, así léndez Blasón se introducen por primera vez tro-
como la creación con carácter permanente del cargo pas regulares en Panamá y se inicia una nueva
de capitán general, y la concentración de esos tres etapa en la historia militar del país. El origen de
cargos en uno, evidencian la importancia militar esta compañía se remonta a 1594, cuando el rey or-
que se le confiere a Panamá, que desde entonces se dena a Meléndez Blasón que reclute 250 hombres
reconoce como territorio de guerra. Con estos títu- y los mantenga entrenados hasta nuevas órdenes.
los en mano (además de la merced que le concedió Finalmente, en 1597 se le ordena que de esos 250
el rey de la encomienda de Villamayor), Sotomayor efectivos forme dos compañías y un total de 200
viaja a España en compañía del virrey marqués de hombres para que se sume a Alonso de Sotomayor
Cañete, y se entrevista con el rey en El Campillo. El y marche con él a Tierra Firme. Viajó con ellos en
rey le encarga entonces la tarea de sumarse a los es- calidad de almirante de cuatro de las naves de la
fuerzos que se hacían en la mudanza de Nombre de armada de Gutiérrez Garibay. Tenía una extensa
Dios y la construcción de las fortificaciones de Por- carrera militar. Había peleado en la toma de
tobelo y el San Lorenzo del Chagres. Con sus nue- Túnez, en Sicilia, Nápoles, Bretaña, en la batalla de
vos títulos en mano, y ahora sí, plenamente empo- Lepanto y al parecer también en la batalla de la Ar-
derado, Sotomayor regresa a Panamá con 200 tro- mada Invencible, servido en la Coruña, Lisboa, en
pas que estarían a cargo de los capitanes Lorenzo las “armadas del Mar Océano” “y en otras muchas
de Roa , Pedro Meléndez Blasón , y el sargento
67 68
batallas, desde soldado aventajado, cabo de escua-
mayor Gonzalo Franco de Ayala, todos ellos vete- dra, sargento, alférez, sargento mayor y finalmente
ranos de las guerras de Flandes y otros campos de capitán de infantería, haciendo de ordinario mu-
batalla europeos. Cada uno de estos militares lleva- chas hazañas”, por lo que gozaba entre sus pares
ría varias armas propias consigo.
Ayala por ejemplo pidió licencia
para llevar cuatro espadas, cuatro
dagas, cuatro arcabuces, dos rode-
las, dos montantes, dos cotas, dos
alabardas, dos morriones, dos par-
tesanas y dos petos fuertes69.
Cuando muere en el castillo de
Santiago de Portobelo, donde era
castellano, Pedro Meléndez Blasón
deja en su testamento, “un peto
fuerte, un morrión de gala y dos
rodelas, una de gala y otra fuerte,
tres cajas de guerra, cantidad de
arcabuces y mosquetes, varias es-
padas y dagas y otras armas e ins-
trumentos de guerra”. Sotomayor
llevaba además varias piezas de
artillería y artilleros, además de al-
bañiles, canteros y carpinteros
para construir las fortificaciones.
Arriba a Panamá para hacerse
Retrato de Isabel I de Inglaterra, conocido como “Retrato de la Armada”, atribuido a
cargo del Gobierno el 6 de junio de George Gower (1540-1596). Destaca la posición de la mano derecha sobre el globo.
1597 en la armada al mando de Al fondo se observa la batalla naval alusiva a la armada invencible. Se encuentra en
Juan Gutiérrez de Garibay70. la abadía de Woburn, Bedfordshire, Inglaterra.
La fundación de Portobelo
58

de gran reputación como soldado. El propio Soto- casas y bohíos que allí estaban hechos, donde es-
mayor, cuando le preguntaron con ocasión de tuvo hasta el domingo a medio día 18 de este mes
amenazas enemigas, cómo le encargaba a él solo [febrero] y hace nueve días dicen salió de aquí con
con un puñado de hombres la defensa del fuerte 18 navíos gruesos y 17 lanchas habiéndose echado
de San Pablo de la Victoria, expresó que “se holga- en tierra las negras que trajo del Río de la Hacha y
ría de tener 20 soldados como Meléndez”, indi- cuatro o cinco negros y otros prisioneros y gente
cando con ello la confianza que le tenía71. inútil y se llevó, dicen, de los de esta provincia,
Al llegar a Panamá, las 200 tropas se repartie- barqueros del Chagre y otros arrieros y negros
ron entre Roa y Meléndez, que fueron nombrados muy prácticos y diestros en la navegación del río
como castellanos, respectivamente, de los castillos de Chagres y caminos, entradas y salidas de esta
de San Felipe y de Santiago, aunque parte de los tierra y no se sabe a dónde fue ni qué destino lleva
efectivos se destinaron a la custodia de la boca del y se debe temer querrá volver a intentar lo que co-
Chagres, el fuerte de Bayano y el fuerte de Gatún. menzó de robar esta ciudad y destruir este reino”.
Ambos destacaron. Roa fue luego gobernador de Más adelante dice que Drake “quemó los dos ter-
Veraguas, nombrado por el propio Sotomayor. cios de los barcos del río Chagres”. Son las decla-
Muere en 1629. Meléndez intervino personalmente raciones de Salazar en el parecer que presentó ante
en la construcción del Santiago (incluso cargando la Audiencia el 26 de febrero cuando se discutía
materiales, y moviendo tierra y fajina como cual- acaloradamente sobre la mudanza de Nombre de
quiera de sus soldados) y fue un militar totalmente Dios a Portobelo74.
entregado a su oficio, manteniendo a su tropa Ante este cúmulo de angustiosas circunstan-
siempre disciplinada “y a punto”. Cuando William cias, desde el 26 de enero anterior (es decir cuando
Parker invadió Portobelo en 1601, ya había cum- aún los ingleses ocupaban Portobelo) las principa-
plido 50 o más años, y pese a su avanzada edad les autoridades del reino empezaron a reunirse en
luchó bravamente hasta caer desangrado tras reci- juntas para tomar acuerdos sobre cómo proceder
bir dos mosquetazos y 17 heridas, una de ellas en para adelantar la mudanza. Se reunieron Juan del
la cabeza y dejado por muerto, aunque sobrevivió. Barrio de Sepúlveda, oidor más antiguo, que como
Fue el gran héroe de la resistencia contra Parker. tal actuaba de presidente; el oidor licenciado An-
Permanecería como castellano del Santiago du- tonio de Salazar (el oidor Villanueva Zapata no es-
rante 25 años, hasta su muerte en 1627, luego de taba presente por encontrarse “muy enfermo, por
haber “servido al rey 70 años” y cuando tenía cerca los muchos trabajos en esta comisión de Portobelo,
de cien años de edad. Durante la invasión de Par- por los malos caminos ásperos, serenos soles,
ker el sargento mayor Franco de Ayala se encon- aguaceros, tener los pies mojados todo el día por
traba gravemente enfermo y no pudo participar en los ríos y beber las aguas crudas de las montañas”
la defensa, muriendo muy poco después72. y por su reciente fatigosa travesía del Chagres tra-
tando de escapar de Drake); el fiscal licenciado
Los dilemas de la mudanza Francisco Alfaro; Bautista Antonelli (en este docu-
mento le nombran varias veces Juan Bautista),
En carta enviada al rey desde Panamá el 28 de Francisco Valverde de Mercado factor y veedor de
marzo de 1596, el doctor Diego de Villanueva Za- Real Hacienda de la Ciudad de México y comisario
pata menciona otra que envió el 29 de febrero an- de las fábricas de Portobelo, el tesorero Baltasar
terior dando cuenta “del daño grande que el Pérez Bernal, el alcalde ordinario de Panamá, Bal-
corsario inglés hizo en Nombre de Dios y Porto- tasar Antonio de Poveda, y el capitán general
belo y cómo todo fue destruido y desolado sin Alonso de Sotomayor, así como otras personas im-
quedar en pie cosa alguna”73. Los daños que oca- portantes. No asistió el contador Juan Bautista de
sionó la armada inglesa y los que se temía podía Nava por estar enfermo.
seguir cometiendo los resume el oidor Antonio de El rey había dado órdenes expresas de mudar
Salazar: “Se llevó la artillería que allí estaba y robó la descarga de las flotas a Portobelo, ya se había ini-
todo lo demás que pudo y deshizo la trinchera, ciado el desmonte del lugar, acumulado materiales
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
59

adónde acomodar las mercancías y tesoros ni casas


donde alojarse. Se trataba, como es obvio, de un
asunto de extrema urgencia. Con razón expresaba
por escrito y desde su lecho de enfermo el oidor
Villanueva Zapata: “Este negocio de gobierno es el
más importante que se ofrecerá en muchos años en
este reino”, por lo que “se requiere gran brevedad
en la determinación”.
La Junta no vaciló, y unánimemente sus
miembros acordaron iniciar el traslado. Acorda-
ron que se construyesen casas reales y atarazanas
en Portobelo, según la “traza y orden que para
ello diere el ingeniero militar” (se refiere a Anto-
nelli) y para ello “hagan recoger la clavazón que
se pudiere aprovechar de las casas reales e atara-
zanas que se quemaron en Nombre de Dios”.
Como las colonias eran dependientes del hierro
que recibían de España, los clavos y herramientas
eran muy escasos y caros, de manera que esta me-
dida no debiera sorprender y no era para nada
excepcional. Cuando se quemaron los restos de la
almiranta San José en 1631, se hizo con el propó-
sito de poder aprovechar sus clavos, y cuando se
incendió la ciudad de Panamá en 1671 llegaban
barcos de Costa Rica –donde los clavos eran aún
más raros–, para comprar o recoger los que en-
contraron quemados.
La Junta acordó también que se iniciase
pronto la fortificación de Portobelo y que se acele-
rase la construcción del camino. Para que los veci-
Retrato de sir Francis Drake, pintor anónimo. National Portrait Gallery,
Londres. nos de Nombre de Dios no persistieran en
permanecer en esta ciudad, la Junta ordenó prego-
para las fortificaciones y empezado a explorar el nar públicamente “que ningún vecino de los que
nuevo camino, e incluso se había construido una fueron de la dicha ciudad de Nombre de Dios ni
trinchera. Pero en eso sucedió el ataque de Drake otra persona alguna pueda edificar ni edifiquen
que lo trastornó todo. Para agravar la situación, se casa, bohío ni rancho alguno en el sitio donde era
habían recibido avisos de que la Real Armada pro- la dicha ciudad de Nombre de Dios ni en otra parte
cedente del Perú con la plata del rey y de particu- alguna sino en el dicho puerto de San Felipe de
lares llegaría a Panamá a principios de enero de Portobelo, adonde cada uno de ellos dentro de
ese año (cuando Drake atacaba a Nombre de Dios) quince días primeros siguientes de como se les se-
y que la flota que debía salir de España para parti- ñalare solar edifique su casa cubierta de teja y no
cipar en la feria estaba por salir, si es que no lo de paja so pena de perder el solar que se le señalare
había hecho, ya que ambas debían encontrarse al o debiere dar y que si el mismo término no comen-
mismo tiempo en el Istmo. zare a edificar se dará a otra persona que lo quiera
Pero sucede que Drake había dejado a Nom- edificar luego, aunque no haya sido vecino del
bre de Dios totalmente desolado y que lo poco que Nombre de Dios y asimismo pierdan el derecho
se había hecho en Portobelo también lo había des- que tienen o pueden tener como tales vecinos acá
truido, de manera que los feriantes no tendrían se les de sitio para casa en el dicho San Felipe de
La fundación de Portobelo
60

Portobelo y más que a su costa se enviare a quemar mente se habrán de hacer casas reales, iglesia y
lo que edificaron en la dicha ciudad de Nombre de hospital [que tendrían que construirse a costa de
Dios e 500 pesos para la cámara e fisco de su ma- la Real Hacienda] y no sirviendo sino solo para un
jestad”. Todos se conformaron con este acuerdo. año será gasto superfluo pues haciéndose en Por-
Pero entonces se presentó el procurador ge- tobelo podrán servir por cuatro años y más en el
neral de Nombre de Dios, Manuel Fernández, pi- entretanto que se hacen las casas principales y en
diendo que se suspendiese esta decisión “hasta esto se ahorrará la Real Hacienda mucho gasto”.
pasada la presente flota”, aduciendo que se es- Agregaba que como se acostumbra bajar primero
taba reedificando Nombre de Dios y que en cosa la plata antes de que llegue la flota de España, se
de un mes la ciudad estaría preparada para reci- correría el riego de que fuese robada por el ene-
birla, aunque esto último no era cierto. Su peti- migo, el cual atacaría y quemaría a Nombre de
ción consistía básicamente en que se les Dios, lo que no sucedería en Portobelo “por ser
permitiese a los vecinos levantar sus casas solo puerto cerrado y capaz para defenderse”. Antici-
para esta ocasión y que luego se mudarían todos paba que una vez hecha la descarga de mercancías,
a Portobelo. Alegaba que Portobelo “no está ro- la flota se regresaría tan pronto como podía a Car-
zado ni arrancados los árboles para poder fabri- tagena [debido a la inseguridad y mala calidad del
car bohío ni casa ninguna ni hay los materiales de puerto de Nombre de Dios], quedando Nombre de
palma y otras cosas sino es más de dos leguas Dios sin gente ni defensa, “y no es bien que por la
adentro de la montaña [...] mientras que Nombre opinión de cuatro vecinos se deje de conseguir lo
de Dios está limpio y rozado y aquerenciado de que la real persona tanto desea por sus Reales Cé-
suerte y manera que luego se puede poblar y hay dulas y bien universal”.
mucha abundancia de materiales de palma, ma- Los argumentos continuaron de parte y
dera y comida en el monte por los negros, palmi- parte, unos abogando por continuar con la mu-
tos, corozos y banqueyes y otras frutas del monte danza, otros (y no solo los vecinos de nombre de
que con algunas rozas que hay y legumbres que Dios sino también muchos mercaderes avecinda-
tienen los negros de Santiago del Príncipe es sus- dos en Panamá) en favor de que se repoblase a
tento suficiente para que se hagan dentro de un
mes cien bohíos y pueden aprovechar las clava-
zones quemadas en el propio asiento”. En otras
palabras, que Portobelo no estaba en condiciones
de alojar la flota y sí en cambio Nombre de Dios.
Agregaba que casi no quedaban barcos para na-
vegar desde Portobelo por el Chagres ya que los
había destruido Drake, que el nuevo camino es-
taba lejos de haberse terminado, y que era mejor
utilizar el viejo, que ya era conocido. Decía que
los vecinos se comprometían a gastar mil pesos
cada uno para “derribar árboles y sacarlos de raíz
para hacer sus bohíos”.
Contra la inesperada petición del apoderado,
el ingeniero Antonelli presentó su propia petición,
argumentando que si el enemigo atacase a Nom-
bre de Dios, con solo dos o tres lanchas lo destrui-
ría. Agregaba con sarcasmo que “si dicen que lo
defenderán ya se ha visto la defensa que hicieron
en la venida de este corsario”. Para Antonelli los
únicos que harían los bohíos “serían los ricos, y Retrato de sir Francis Drake, por Jodocus Hondius (1563-1612).
estos no servirán más de para una flota y forzosa- National Portrait Gallery, Londres.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
61

Nombre de Dios, aunque solo fuese con ocasión llevaban las vituallas para el abastecimiento coti-
de la inminente llegada de la flota. Al parecer ya diano) “fuesen a hacer la descarga a Portobelo”,
se había descartado el temor de que los ingleses con lo que su situación se tornaría insostenible.
volviesen a atacar, de modo que la discusión De esa manera, y ya superados todos los obs-
debía concentrarse solo en si se hacía la mudanza táculos y contrariedades, el 20 de marzo de 1597
o si la flota sería recibida en Nombre de Dios. El Francisco Valverde de Mercado fundó formal-
hecho es que lo acordado en la Junta se hizo pre- mente la nueva ciudad, con el nombre de San Fe-
gonar en Panamá el mismo 26 de febrero de 1596 lipe de Portobelo, en honor a Felipe II, monarca
por voz de Pedro de Mora, pregonero público del reinante78.
Concejo de Panamá, y parecía no haber vuelta
atrás. ¿Traslado o fundación ex novo?
Pero en eso llegaron noticias de que la flota
había llegado a Cartagena el 10 de marzo y que era Aunque la historiografía no lo ha advertido,
inminente su arribo al Istmo. El mismo 10 de debe señalarse que en realidad se trataba de un
marzo se recibía una R. C. fechada el 10 de enero traslado de ciudad, en términos parecidos a
anterior, donde el rey ordenaba que la flota debiera como ocurrió con la mudanza de Panamá la Vieja
recibirse en Nombre de Dios. La R. C. es vista por a la Nueva. En las fundaciones ex novo, después
la Audiencia que no tuvo más remedio que aca- del áulico ceremonial de raíces visigodas que es
tarla, con lo cual ya no quedaba nada más que dis- muy conocido, se procedía a elegir a los miem-
cutir y la flota tendría que ser recibida en Nombre bros del Cabildo. Pero, que se sepa, esta ceremo-
de Dios75. nia fundacional estuvo ausente en ambos casos.
La flota arribó a Nombre de Dios el 23 de abril No se han encontrado evidencias documentales
a cargo del general Francisco de Eraso y la Armada de que se hicieron tales ceremonias, pese a que
Real con la plata del Perú llegó a la misma ciudad para ambas fundaciones abunda el material es-
el primero de mayo76. Pronto se descubrió que ni crito. Y si es así, puede razonablemente asumirse
los vecinos habían cumplido con la promesa de que simplemente no hubo tal ceremonial. La do-
tener construidas a tiempo sus casas, y no demo- cumentación coeva conocida indica que varios
raron en surgir conflictos con Eraso, hombre con- miembros del Ayuntamiento de Nombre de Dios
flictivo que se resistía a recibir órdenes de nadie. (tanto los que habían sido elegidos por votación
Pero aparte de esto la feria se pudo desarrollar con como los que habían comprado sus cargos), con-
normalidad. Fue la última que se celebraría en tinuaron ocupando sus oficios en Portobelo. Lo
Nombre de Dios. mismo sucedió en la fundación de la Nueva Pa-
Poco después la Audiencia informaba al rey namá. Todo ello indica que se trataba de una sim-
que ya Antonelli había logrado completar la cons- ple mudanza de sitio, trasladándose del
trucción del nuevo camino a Portobelo, que el ca- primitivo asiento las funciones, la parafernalia
mino viejo de Nombre de Dios se había “cortado” institucional y las mismas autoridades. De
y ya no se podría usar77. Así, pues, los vecinos de hecho, era así como lo entendían los contempo-
Nombre de Dios no tendrían más remedio que ráneos. El autor de la Descripción de Portobelo de
mudarse cuanto antes, puesto que la comunicación 1606-1607 lo dice claramente: Portobelo “se
por tierra con Panamá se hacía imposible. De pobló primero cinco leguas del puerto y del sitio
hecho se prohibió expresamente repoblar bajo cas- donde agora está, y se llama Nombre de Dios:
tigo la vieja ciudad que quedó para siempre aban- trasladada a este lugar se comenzó a llamarla
donada. Como algunos vecinos se mostraban ciudad de San Felipe o la ciudad de Portobelo,
recalcitrantes y remisos a la mudanza, no solo fue que quiere decir bello, nombre que tenía antes el
preciso destruirles el viejo camino, sino que ade- sitio, que se lo dio Diego de Nicuesa su primer
más se dieron órdenes para que las “fragatas y bar- descubridor por la hermosura del puerto”. Para
cos del trato” (es decir las embarcaciones que, este autor, no se trataba de una nueva fundación
sobre todo desde Nicaragua, Tolú y Cartagena, sino de un traslado de la primitiva ciudad a otro
La fundación de Portobelo
62

lugar, es decir que mudaba su sitio pero no su si- Notas al capítulo II


tuación79, conservando así su función como ciu-
dad terminal y soporte de las célebres ferias. 53
Sobre el naufragio de esta flota, que estaba al comando
Un ejemplo es el importante cargo de alguacil del marqués de Brenes, AGI Escribanía de Cámara 1098-A,
mayor. Originalmente era otorgado por merced 1098-B, 1099-A y 1099-B y Panamá 88. Hay una relación
impresa sobre este naufragio en AHNM, Diversos, Cartas
real. El primero en ocuparlo en Portobelo fue Juan
de Indias, expediente 401. “Diario de todo lo sucedido y
Díaz Franco, que lo había obtenido por merced
executado en el Viage de la Armada de Galeones del ge-
para ejercerlo antes en Nombre de Dios. Siguiendo neral Marqués de Brenes, año 1681”, impreso de 16 hojas
con su práctica de ampliar el número de “oficios en 2o, sin firma.
vendibles y renunciables” cada vez que estaba en 54
Carta de Bautista Antonelli al rey, Portobelo, 24.VI.1597.
apuros financieros, la Corona decidió vender nue- AGI Panamá 44.
vos cargos públicos a comienzos de la década de 55
El informe de Gassol es de Madrid, 29.VIII.1592, AGI Pa-
1590, entre ellos el de alguacil mayor, y el propio namá 1, No. 67.
Franco lo compró en 1592 por 7,000 ducados para
56
Carta de Bautista Antonelli al rey, Portobelo, 24.VI.1597.
ejercerlo “por una vida”. Ocupaba el cargo cuando AGI Panamá 44. Una amplia documentación sobre el
tema en AGI Panamá 44 y sobre todo en AGI Panamá 14.
se fundó Portobelo y lo continuó ejerciendo hasta 57
AGI Panamá 14. He modernizado la ortografía y la
su muerte en 161680. puntuación.
Otro ejemplo es el del regidor y capitán Diego 58
Ver AGI Panamá 14, donde abunda material sobre el
Méndez Torres, que en 1589 remató el oficio de de- tema. El maestre de campo Juan de Tejeda llegó a Pa-
positario general de Nombre de Dios por 1,953 namá con Antonelli en 1587. Su misión era encargarse
pesos 1 tomín de plata ensayada. Lo adquiere con de lo militar, pero al año siguiente fue nombrado gober-
derecho a voz y voto en el Cabildo y las mismas nador de Cuba, donde se ocuparía de edificar sus forta-
preeminencias que los depositarios generales de lezas y debía hacer frente a nuevas amenazas piráticas.
Panamá y Cartagena. El oficio le fue confirmado Luego de trabajar con Antonelli en varias fortificaciones
del Caribe, ya se encuentra en Cuba para ocupar la go-
por el rey en 1590 y lo seguía ejerciendo en Porto-
bernación el 31.III.1589. Ver R. C. de 23.X.1588 anun-
belo hasta 1606. Una R. C. firmada en Denia de 23 ciando su viaje a Cuba, AGI Indiferente General 541,
de agosto de 1599, ordenaba al Cabildo de Porto- legajo 1, así como otros documentos del mismo legajo.
belo que informase sobre la petición que había pre- 59
El informe, firmado por Diego Villanueva Zapata, Fran-
sentado Diego Méndez Torres, “vecino y regidor de cisco Valverde de Mercado y Bautista Antonelli, AGI Pa-
la misma, de que, una vez dadas las fianzas que le namá 44.
corresponden por su oficio, no se las vuelvan a 60
Carta del oidor Antonio de Salazar al rey, Panamá,
pedir”. Luego ocupó el cargo de oficial real de Real 22.I.1596, AGI Panamá 14, R. 12, No. 68.
Hacienda, también en Portobelo81.
61
Cf. J. Díez de la Calle, oficial real de la 2a Secretaría de
Nueva España, “Noticias sacras i reales de los dos impe-
Los miembros del Cabildo de Nombre de Dios
rios de las Indias Occidentales de la Nueva España”, “Libro
que en 1594 respondían a planteamientos de los sexto del distrito de la Audiencia y Chancillería Real que
comisarios de la fundación de Portobelo y conti- reside en la muy noble y muy leal ciudad de Panamá de
nuaron ocupando sus cargos en esta ciudad fue- la Provincia de Tierra Firme [...] con lo eclesiástico y secu-
ron: Gaspar de Salinas, regidor en Nombre de Dios lar que hay en él”, año 1659. El autor dice seguir “en lo que
y luego en Portobelo; el licenciado Francisco Oso- toca al distrito de esta Audiencia de Panamá a la relación
rio de Contreras, regidor en Nombre de Dios y que en virtud de cédula real hizo hacer el obispo don fray
luego en Portobelo, hasta 1602, donde también fue Hernando Ramírez de la orden de la Santísima Trinidad,
vicario luego de ordenarse sacerdote; el licenciado licenciado don Juan Bernal de Contreras, canónico de la
Santa Iglesia de esta ciudad”, Biblioteca Nacional, Madrid,
Cristóbal de Ojeda, regidor en Nombre de Dios y
Mss. 2734 y 3024.
luego alcalde ordinario en Portobelo, hasta su 62
R. C. de 6.VIII.1596 concediendo libertad al esclavo Pedro
muerte en 1599; Juan de Tejada y Gerónimo Bas- Yalonga, AGI Panamá 237, legajo 13, folios 2r-2v.
cuñán, igualmente regidores en ambas ciudades82. 63
Para reconstruir este episodio histórico me he basado en
Al parecer Pedro de Cubillas también fue regidor las siguientes fuentes. Extensa carta al rey con cinco fo-
en las dos ciudades. lios apretados, del Lic. Antonio de Salazar, oidor de la
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
63

Audiencia de Panamá, de 22.I.1596; “Relación de las pre- de la isla Bermuda”, sobrevino una tempestad que separó
venciones de guerra que se han hecho en este reino de a los galeones, y la capitana, donde iba Roa, y que trans-
Tierra Firme...”, con once folios de letra menuda, ambas portaba más de tres millones de pesos en plata, perlas y
en AGI Panamá 14, R. 12, No. 68. Carta del Cabildo ecle- otros bienes de propiedad regia y de particulares, co-
siástico de Panamá al rey de 18.I.1596, AGI Panamá 44, menzó abrirse “por diversas partes”, por lo que el general
No. 20. “Relación de lo sucedido a una armada inglesa [...] Flores de Quiñones decidió “desampararla y dejarla en la
con auxilio del ingeniero B. Antonelli”, AGI Patronato mar”. Pero el sargento mayor Roa se ofreció a llevarla a
265, R. 58. Informe al rey de Miguel Ruiz del Duayen, tierra con el tesoro y toda la gente que llevaba a bordo.
22.II.1596, AGI Panamá 44. Informe de Alonso de Soto- El general le dio título de “su teniente”, y Roa la llevó a
mayor con deposiciones de prisioneros ingleses, Cruces, salvo a la isla de La Tercera al cabo de “treinta y tantos
23.I.1596, AGI Santo Domingo 81. Interrogatorio sobre días”. Tras llegar a esta isla, fue enviado por el general en
los servicios de Juan Enríquez Conabut, con 18 peguntas otra nave para que diera aviso al rey del resultado del
y 82 folios, en mayo de 1596, AGI Panamá 44. Estos tres viaje. “Fue un hecho notable de los que han quedado en
últimos extractados y traducidos al inglés por Keneth R. nuestros tiempos”, declaraba años después un contem-
Andrews (ed.), op. cit. poráneo. Ver Información de méritos y servicios del capitán
64
En una carta al rey de oidor Villanueva Zapata ponde- Lorenzo de Roa, Panamá, 17.V.1610, Panamá 63ª, No. 2.
rando el celo que las autoridades demostraron en la de- Me explayo en su biografía en el Diccionario biográfico
fensa contra Drake, menciona que “entre todos se pican español de la Real Academia Española de la Historia, publi-
y contradicen como queriéndose unos quitar a otros su cado en 2008.
trabajo y como desdorándolo sembrando cizaña en el 68
R. C. de 18.II.1597, para Pedro Meléndez Blasón capitán
trigo y defectos”. Nada raro en “un lugar de pocos vecinos de infantería para que vaya con 200 soldados a ponerse
y mal avenidos [que] está lleno de contradicciones y pa- al servicio de Sotomayor en Tierra Firme, AGI Panamá
siones y no hay caso ni persona que no tenga amigos de- 237, legajo 12, folio 263r.
fensores y contrarios perseguidos y así de palabra y con 69
Nota de haberse despachado R. C. el 28.I.1597 conce-
juramento cada un dice según siente o tiene la razón, diendo licencia a Franco para llevar armas a Panamá, AGI
cosa trabajosa y que oscurece algunas veces la verdad”. Panamá 237, legajo 12, folio 251r.
Panamá, 20.V.1596, AGI Panamá 14, R. 12, No. 72. La dis- 70
Carta de los oidores Villanueva Zapata y Arias Ugarte, Pa-
puta por demostrar quién tuvo más méritos en Capirilla namá, junio de 1597, AGI Panamá 14.
dio lugar a extensas informaciones de méritos y servicios, 71
En este fuerte se destacaron doce soldados y un cabo en
sobre todo en los casos de Conabut y de Suárez de 1610 durante la administración de Valverde de Mercado,
Amaya, asunto que ha sido tema de controversia en La para evitar que pasen desertores o gente sin licencia. Carta
Dragontea, de Lope de Vega, quien por razones no acla- de Valverde de 26.V.1610, AGI Panamá 16, R. 2, No. 2.
radas se inclinó a favor del último. Ver sobre esta disputa 72
Ver Información de oficio y parte de Pedro Meléndez
el estudio introductorio en la edición de Antonio Sán- hecha en Panamá y Portobelo en 1604, AGI Panamá 62,
chez Jiménez, Ediciones Cátedra, Madrid, 2007. No. 47. También información de sus méritos y servicios
65
AGI Panamá 1, No. 89. (que incluye su testamento), hecha en Portobelo el
66
AGI Panamá 237, legajo 12, folios 263r-264v. 22.V.1628, AGI Patronato 152, R. 1, No. 12. Ambas muy ex-
67
Se le nombra por R. C. de 27.II.1597, en una de las plazas tensas y donde se destaca su papel en el ataque de Par-
de capitán de infantería de Panamá, y estando por hacer ker. Sobre su edad, carta al rey del presidente Rodrigo de
el viaje para Panamá, el recién nombrado presidente, go- Vivero y Velasco, 15.VII.1627, AGI Panamá 18, R. 2, No. 36.
bernador y capitán general don Alonso de Sotomayor. Y carta del mismo al rey de Panamá, 24.VII.1628, AGI Pa-
Roa nace hacia 1563 en algún lugar de España no iden- namá 18, R. 3, No. 45.
tificado y muere en Panamá hacia 1629. Fue capitán de 73
AGI Panamá 14, R. 12, No. 71. Carta del oidor Villanueva
infantería y sargento mayor de galeones en la Carrera de Zapata, Panamá, 10.X.1596, AGI Panamá 14, R. 12, No. 82.
Indias, capitán de galeras en Cartagena de Indias, capitán Ver también carta del licenciado Salazar al rey, Panamá,
de infantería en Portobelo y Panamá, gobernador de Ve- 25.V.1596, AGI Panamá 14.
raguas, sargento mayor en Panamá, alcalde ordinario del 74
Autos con juntas y acuerdos de la Audiencia, oficiales re-
Cabildo de Panamá. En 1588, siendo capitán y sargento ales y capitán general [...] sobre que se pase luego la ciu-
mayor en la Armada Real del general Álvaro Flores de dad de Nombre de Dios a Portobelo, 26.I.1596, AGI
Quiñones, y con algo más de 27 años de edad, realizó un Panamá 44.
viaje épico que sería recordado muchos como “un hecho 75
Todo lo referente a las juntas y acuerdos de la Audiencia
muy hazañoso”. En este viaje, dirigiéndose a España, iniciados el 26 de enero de 1596 y resumidos aquí, se en-
luego de atravesar el canal de las Bahamas “en el paraje cuentran en AGI Panamá 44.
La fundación de Portobelo
64

76
Carta del oidor Antonio de Salazar, Panamá, 25.V.1596, 27.IX.1605, AGI Panamá 45, Nos. 58 y 17. Memorial de
AGI Panamá 14, R. 12, No. 74. También carta del oidor Hernando de Salazar sobre el oficio de alguacil mayor de
Diego de Villanueva Zapata, Panamá, 20.V.1596, AGI Pa- Portobelo, 18.XI.1616, AGI Panamá 1, No. 298.
namá 14, R. 12, No. 72. 81
Expediente de confirmación del título para Méndez Torres,
77
Carta de los oidores Villanueva Zapata y Hernando Arias en AGI Panamá 55, No. 17. El título en R. P. de San Lorenzo,
de Ugarte, de Panamá, 12.IV.1597, donde además infor- 27.V.1592, AGI Panamá 237, legajo 12, folios 169v-171r. La
man de la muerte del licenciado Antonio de Salazar. AGI R. C. de Denia, de 1599, en AGI Panamá 237, legajo 13, fo-
Panamá 14, R. 13, No. 84. lios 45v-46r. Carta de los oficiales reales de Portobelo, re-
78
Sobre la mudanza a Portobelo y utilizando de algunos de comendando a Bernardo de Vargas Machuca, Portobelo,
los materiales de archivo que aquí he aprovechado, si 1604, AGI Panamá 33, No. 178. Cursivas mías.
bien que con un enfoque y tratamiento distinto, la pro- 82
Testimonio del acuerdo del Cabildo de Nombre de Dios
fesora María del Carmen Mena ha publicado un artículo sobre los puntos de la carta enviada por el doctor Villa-
titulado “El traslado de la ciudad de Nombre de Dios a nueva Zapata y Francisco Valverde de Mercado acerca del
Portobelo a fines del siglo XVI”, Anuario de Estudios Ame- traslado de Portobelo, Panamá, 8.VI.1594, AGI Panamá 14,
ricanos XL, Sevilla, 1983, p. 71-99. R. 10, No. 57. Confirmación de oficio de regidor de Nombre
79
Sobre los conceptos de sitio y situación, a propósito de de Dios para Gaspar de Salinas, 19.III.1593, AGI Panamá 55,
la mudanza de Panamá la Vieja a la Nueva, ver Castillero No. 16. R. C. Concediéndole título de regidor de Nombre de
Calvo (2014, pp. 52-55). Dios a Gaspar de Salinas por el que pagó 500 ducados,
80
Expediente de confirmación del oficio de alguacil 6.IV.1593, AGI Panamá 237, legajo 12, folios 186r-187v. In-
mayor de Nombre de Dios, R. C. de 25.VIII.1593, AGI Pa- formación de oficio y parte del abogado Francisco Osorio
namá 55, No. 20. R. C. de San Lorenzo, 29.IX.1593, con- de Contreras, 1602, quien pago también 500 ducados por
cediéndole el título a Díaz Franco, AGI Panamá 237, el cargo de regidor (luego se hizo sacerdote), AGI Lima 214,
legajo 12, folios 127-200v. Memorial de Díaz Franco so- No. 6. Autos de bienes de difuntos de Cristóbal de Ojeda
licitando que pueda ejercer el oficio de alguacil mayor muerto en Portobelo, 1600-1602, AGI Contratación 929B,
durante el tiempo de su vida el que se case con una No. 23. Título de regidor de Nombre de Dios para Bascuñán,
hijastra suya con cuya dote compró dicho oficio, 37.II.1591, AGI Indiferente General 527, legajo 1, folio 112.

Mapa de Panamá en las “Déca-


das” (1601), de Herrera. Resul-
tado de las medidas de latitud y
longitud –estas últimas basadas
en los eclipses observados en
Panamá–, el cosmógrafo Juan
López de Velasco, elaboró el pri-
mer mapa exento del Istmo
para su “Demarcación y división
de las Indias” (c. 1580). Hay
copia en la John Carter Brown Li-
brary, y ha permanecido inédito
hasta que lo publica H. Araúz
Torres (2016, p. 62). Fue el ante-
cedente del que Herrera publica
en las “Décadas”, el cual es más
acabado y completo, ya que
debió apoyarse en la informa-
ción sobre los eclipses y otros
datos que se le siguieron en-
viando de Panamá. Ver capítulo
siguiente.
CAPÍTULO

Primeras descripciones de Portobelo

Tenemos la fortuna de contar con dos detalla- exotismo de los nuevos dominios, pasó a otra en
das descripciones de Portobelo para sus primeros la que se procuraba sistematizar la información,
años, ambas concluidas en 1607. Una de ellas per- una vez que se hizo evidente la vastedad y com-
manece aún inédita y es la más extensa. Es esta la plejidad de los temas por cubrir. Se enviaban a las
que mayormente aprovecharé para intentar una autoridades coloniales cuestionarios cada vez más
suerte de radiografía de la ciudad, el puerto, las detallados y diversos sobre la flora, la fauna, la geo-
actividades económicas, el gobierno, las caracterís- grafía, la población o la minería. La culminación
ticas de su entorno geográfico y la población du- de este proceso llega en las décadas de 1560 y 1570,
rante los primeros años de existencia de la ciudad. cuando Felipe II nombra a Juan de Ovando y
Desde el mismo amanecer de la Era de los Godoy presidente del Real y Supremo Consejo de
Descubrimientos, en Occidente se produjo una Indias y le encomienda que lo reorganice.
gran avidez por informarse sobre los nuevos terri-
torios, lo que dio lugar a una explosión de textos Las Ordenanzas ovandinas
manuscritos y publicaciones impresas que cubrían
los más diversos aspectos, como la geografía, la El nuevo presidente, además de reorganizar
población, la flora y la fauna, los usos y costum- en la década de 1570 las funciones del Consejo y
bres de los indios, la riqueza mineral, y en fin todo tomar medidas concretas para la administración
aquello que pudiera ser interesante, ya sea para sa- de las Indias, hizo publicar unas Ordenanzas re-
tisfacer la curiosidad del público culto, para el ales con objeto de “tener siempre hecha descrip-
saber científico, o para obtener ventajas materiales. ción y averiguación cumplida y cierta de todas las
Ya en tiempos de Felipe II, cuando el Nuevo cosas del Estado de las Indias, así de la tierra
Mundo empezaba a rendir abundantes frutos eco- como del mar, naturales y morales, perpetuas y
nómicos, aquella fase de deslumbramiento por el temporales, eclesiásticas y seglares, pasadas y
Primeras descripciones de Portobelo
66

presentes […] según la orden y forma del título y territorios americanos que hoy es una fuente de
de las descripciones”. Estas Ordenanzas iban estudio esencial para los historiadores del perí-
acompañadas de un extenso cuestionario a fin de odo. Para realizar esta compleja tarea Ovando
ampliar el conocimiento de las realidades ameri- se hizo acompañar por Juan López de Velasco
canas. Preguntaban por temas de los más varia- (n. 1530 - m. 1598), nombrado cosmógrafo y cro-
dos, como el número y composición de la nista oficial de Indias. A la muerte de Ovando en
población, la cantidad de viviendas, las caracte- 1575, López continuó su obra, hasta que cesó en
rísticas geográficas y propiedades edafológicas, el cargo el año 1591.
la fauna y la flora, la organización administrativa, Del acopio de tan extensa información re-
la economía, y por supuesto la historia. Este cues- sultó su conocida Geografía y descripción universal
tionario se fue luego ampliando y modificando de las Indias, recopilada entre 1571 y 1574. Ade-
con objeto de cubrir cada vez más aspectos, lo más, hacia 1580, López escribió un compendio de
que dio por resultado una acumulación extraor- su Geografía, que tituló “Demarcación y división
dinaria de descripciones o relaciones de ciudades de las Indias”, del que se han conservado dos

Portada de La milicia indiana de Bernardo de Vargas Machuca, supuesto autor de la “Descripción de Portobelo de 1606-1607”.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
67

ejemplares manuscritos, uno de los cuales fue pu- La Geografía se conservó inédita hasta que la
blicado en 1871 en el tomo XV de la Colección Torres descubrió Justo Zaragoza en la Biblioteca Arzobis-
de Mendoza83. El sucesor de López como cronista pal de Toledo y la publicó en Madrid el año 189488.
fue Antonio de Herrera, quien calcó literalmente La razón por la cual no se publicó en su época, res-
este manuscrito, reproduciéndolo en sus Décadas ponde verosímilmente a que ese gran esfuerzo en-
incluso con el mismo nombre84. ciclopédico no se hacía para ser divulgado a los
cuatro vientos, sino para consumo interno del Go-
bierno español, concretamente del Consejo de In-
Las primeras descripciones dias y de sus historiógrafos y cosmógrafos.
enviadas de Panamá Contenía demasiada información que podía ser
usada en contra de España y no convenía ni inte-
En los dominios americanos se respondió tan resaba que se conociera en el extranjero.
pronto como se pudo a estos cuestionarios y, en Cuando murió López, se escindieron los car-
el caso de Panamá, uno de los primeros informes gos de cronista y cosmógrafo mayor y su sucesor
fue enviado por los oficiales de Real Hacienda tan en el primero fue Antonio de Herrera quien, si-
temprano como el año 157085. Ese mismo año se guiendo una costumbre común en la época, no re-
envía una Memoria donde se indica el nombre y paró en copiar textualmente muchas de las
la magnitud de la fortuna de cada vecino de crónicas y papeles que encontró en su despacho.
Nombre de Dios y Panamá86. Ambos manuscritos Como ya se mencionó, Herrera copió fielmente el
se encuentran aún inéditos en la Biblioteca de la texto de la “Demarcación y división de las Indias”
Real Academia de la Historia, en Madrid, aunque de López de Velasco. En cambio, el resto de los
este autor los ha estudiado en detalle en varias de cuatro tomos de sus Décadas constituyen relatos
sus publicaciones. También de esa década es el in- históricos sobre la conquista de América, y esta
forme, más completo y comprehensivo que los materia sí convenía que el mundo la conociera y
dos anteriores, que bajo el título de “Sumaria des- por eso se publicaron tan pronto como fueron con-
cripción del reyno de Tierra Firme”, envía el cluidas. Lo anterior explica que tantos manuscritos
oidor decano y presidente encargado de la Au- sobre la geografía, la etnografía y la historia natu-
diencia Alonso Criado de Castilla el año 1575, y ral del Nuevo Mundo y que se solicitaran repeti-
cuyo original se encuentra en el Archivo General das veces a los gobiernos locales, se encuentren
de Indias87. dispersos en diferentes archivos y bibliotecas y
Sin embargo, no parece que Juan López de Ve- que, con toda probabilidad, muchos se hayan per-
lasco utilizase los citados informes enviados desde dido para siempre o permanezcan a la espera de
Panamá. El del oidor Criado de Castilla le llegaría que alguien los descubra.
después de concluida su Geografía, y el contenido Prueba adicional que confirma lo anterior es
de los dos informes restantes no se refleja en su lo relacionado a la solicitud que se hizo a la Au-
manuscrito, ya sea porque su Geografía era solo un diencia de Panamá para que registraran los eclip-
compendio del inmenso material que llegaba a sus ses de luna que se producirían el 23 de sep-
manos, o porque no los considerase pertinentes. tiembre de 1577 y el 15 de septiembre de 1578.
Como quiera que sea, lo cierto es que las páginas Todos los años se producían eclipses de luna y los
que dedica su Geografía a la Audiencia de Panamá, cosmógrafos podían consultar sus tratados con
constituyen la más extensa y completa descripción tablas astronómicas, o efemérides, para saber a
conocida hasta entonces, por lo que debe legítima- qué hora y día ocurrirían. Era un saber con el
mente asumirse que sus fuentes proceden del ma- cual estaban familiarizados los navegantes, los
terial que recibió su antecesor, el cosmógrafo científicos y cualquiera que estuviese interesado
Alonso de Santa Cruz, quien se mantiene en el en la materia. Durante la Era de los Descubri-
cargo hasta su muerte en 1572, y cuyos originales mientos la necesidad de calcular las longitudes
han desaparecido. adquirió una importancia crucial, sobre todo
Primeras descripciones de Portobelo
68

para la navegación y la cartografía, ya que era las R. C. donde se ordenaba lo observación de los
uno de los recursos más fiables para establecer la eclipses que se producirían el 26 de septiembre de
distancia entre un lugar y otro y su correspon- 1577, el lunes 15 de septiembre de 1578, en julio de
diente diferencia de tiempo. Para España o Por- 1581, el 10 de mayo de 1584, el 17 de noviembre
tugal era crítico saber hasta dónde llegaban las del mismo año, el 12 de mayo y el 4 de septiembre
leguas de demarcación del Tratado de Tordesillas. de 158891. También hay evidencias de que se si-
Además, se necesitaba saber no solo la latitud guieron enviando órdenes en el mismo sentido en
(que era mucho más fácil de calcular), sino tam- años posteriores.
bién la longitud en que se encontraba cada ciu- Según J. M. López Piñero, los eclipses de 1577
dad, río o puerto, y hasta dónde llegaban las y 1578 fueron observados en Madrid por el propio
distintas jurisdicciones americanas. Hasta que no López de Velasco, en Toledo por el ingeniero Jua-
se inventó el reloj marino o cronómetro en el siglo nelo Turiano, en Sevilla por el catedrático de la
XVIII, la náutica y la cartografía tuvieron que de- Casa de Contratación Rodrigo de Zamorano, y así
pender de los eclipses para calcular las longitu- otros cosmógrafos en distintas partes del Impe-
des. Era un método solo aproximado y no muy rio92. A la Audiencia de Panamá se le previno para
preciso, pero hasta entonces no existía otro mejor. que se observara estos eclipses por R. C. de 25 de
Y una mala medición podía resultar catastrófica mayo de 1577, por lo que esta orden llegó dema-
para la navegación, sea porque se calculara mal siado tarde para el primero, y solo pudo estudiarse
la ubicación del puerto de destino, o se fallase en el último. En una carta de 21 de mayo de 1578 la
la identificación de un arrecife o de un bajo. Mu- Audiencia envió un “mapa” acompañado de los
chos naufragios ocurrieron por esta causa. “apuntamientos” que hicieron las “personas que
Según las Ordenanzas que recibió López de aquí se pudieron haber de esta arte”, es decir de
Velasco cuando ocupó el cargo de cosmógrafo y algunos entendidos locales93. Pero este mapa y los
cronista mayor de Indias, una de sus funciones apuntamientos que se adjuntaron se han perdido.
era hacer y ordenar “las tablas de la cosmografía A petición de la Corona volvieron a observarse
de las Indias, asentando en ellas por su longitud eclipses en Panamá en 1584, 1588 y 159094. En la
y latitud y número de leguas, según el arte de geo- carta que desde Panamá remitió la Audiencia re-
grafía, las provincias, mares, islas”, etc. Y más ferente al eclipse de 1584, se prometía enviar unas
adelante: “Otrosí el dicho cosmógrafo tenga cargo “descripciones” o relaciones, que seguramente
de calcular y averiguar los eclipses de la Luna y eran las que había solicitado López de Velasco a
otras señales, si hubiere, para tomar la longitud todas las Audiencias acompañadas de un extenso
de las tierras, y envíe memoria de los tiempos y cuestionario. Las respuestas empezaron a enviarse
horas en que se haya de observar en las Indias a entre 1582 y 1586. Tampoco quedan huellas de esta
los gobernadores dellas con la orden e instrumen- documentación.
tos necesarios, para que en las ciudades y cabezas El hecho es que las primeras referencias docu-
de las provincias donde la longitud no esté ave- mentales relativas a longitudes en Panamá se en-
riguada, la observen hasta que lo esté, y como se cuentran en la Geografía de López de Velasco de
fuere averiguando, se vaya asentando en el libro 1574. En los epígrafes “Tablas de la Audiencia de
de las descripciones”89. Por Real Disposición de Panamá” y “Descripción de la Audiencia de Tierra
27 de agosto de 1580 se autorizaba la entrega de Firme y declaración de la tabla precedente”, señala
cuatro resmas de papel a López de Velasco para 82° para la longitud de Panamá y 81½° para Nom-
que hiciera imprimir las instrucciones relativas al bre de Dios, ambas respecto del meridiano de To-
registro de los eclipses y que enviaría a América90. ledo, un cálculo muy aproximado si se considera
Conforme a estas Ordenanzas, cada vez que que se hizo basándose en eclipses. Asimismo in-
fuera a producirse un eclipse lunar, se enviaba a dica las latitudes y longitudes de Natá, el golfo de
las autoridades coloniales la correspondiente R. C. Urabá, el río Darién, el río Francisca, puerto de
para que lo registraran según las instrucciones que Piñas, la isla de Las Perlas y otros, es decir los cen-
les enviaba López de Velasco. Se han conservado tros más poblados y los lugares geográficos más
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
69

frecuentados por los navegantes y, por tanto, del original, por lo que en primer lugar aparece el
donde se pudieron enviar expertos para hacer las de “La ciudad de Panamá” (pp. 79-108), seguida
mediciones. Pero dado que la Geografía y descrip- de la de Portobelo (pp. 108-120). En la primera dice
ción fue concluida en 1574, López de Velasco no al final, “sacóse año de 1610”, y en la secunda “sa-
pudo haber utilizado los informes de fechas pos- cóse año de 1607”96. A juzgar por el texto de una
teriores a la terminación de su obra, aunque estos carta de la Audiencia, este interrogatorio llegó a
también fueran solicitados por él. Como vimos, Panamá en junio de 1605. Dice así: “En el aviso que
todos los informes documentados sobre eclipses llegó aquí por principio de junio de este año nos
datan de 1578 en adelante. De esa manera, los manda V. Mgd. que le informemos de las cosas y
datos que ofrece tuvo que haberlos basado en los estado de este reino y por un interrogatorio que
materiales acumulados durante las administracio- vino en el mismo pliego despachóse luego por los
nes anteriores, sobre todo los papeles de su ante- lugares del distrito y en ellos y en esta ciudad se
cesor, Alonso de Santa Cruz, que le fueron va haciendo lo que V. Mgd. manda y, como cosa
entregados a López al morir aquel en 157295. tan larga y de tantas particularidades requiere es-
No obstante, aunque es mucho lo que se ha pacio y no puede ir en esos galeones, irá en la pri-
perdido para el siglo XVI, en cambio, se conser- mera ocasión”97.
van detalladas y extensas descripciones para el En realidad ambas descripciones son extractos
siglo XVII. de otros manuscritos que se encuentran en el
mismo tomo de la “Descripción de Indias” de la
Las Descripciones de Panamá Biblioteca Nacional de Madrid. El correspondiente
y Portobelo de 1606 a 1610 a Panamá fue publicado en su totalidad el año
1908 por Manuel Serrano y Sanz. Su título “Des-
Durante el siglo XVII las autoridades colonia- cripción de Panamá y su provincia, sacada de la
les, a petición del Consejo de Indias y en el mismo relación que por mandado del Consejo hizo y
espíritu ovandino, siguieron enviando nuevas y
más actualizadas descripciones. En este sentido
fue fundamental el “Interrogatorio para todas las
ciudades, villas y lugares de españoles, y pueblos
de naturales de las Indias Occidentales, islas y Tie-
rra Firme; al qual se ha de satisfacer, conforme a
las preguntas siguientes, habiéndolas averiguado
en cada pueblo, con particular cuidado”. El inte-
rrogatorio contenía 355 preguntas sobre virtual-
mente cualquier cosa. Fue publicado en el tomo IX
de la Colección Torres de Mendoza (pp. 58-79). A con-
tinuación, en el mismo tomo, sigue el texto de la
“Descripción corográfica de algunos lugares de las
Indias, sacado de informaciones que están en las
secretarías del Consejo”, cuyo original se encuen-
tra en la Biblioteca Nacional, en Madrid, en el
tomo en holandesa con la inscripción en el lomo
“Descripción de Indias”, tomo I, Manuscritos de
América, Mss. 3064, al cual se puede acceder me-
diante el portal de internet Biblioteca Digital Hispá-
nica. Los folios 206r a 215v corresponden a la
“Descripción de Panamá”, y los folios 216r a 220v
a la de Portobelo. La Colección Torres de Mendoza Retrato de Bernardo de Vargas Machuca, por Julio García Godoy
reproduce estas descripciones en el mismo orden (1889-1977). Se encuentra en el despacho del director del MNM.
Primeras descripciones de Portobelo
70

embió aquella Audiencia” (año 1607) 98. El


de Portobelo en cambio permanece in-
édito y es el que aprovecharé por ex-
tenso99. Se encuentra en los folios 125r a
143v. Su título “Descripción de la ciudad
de San Phelipe de Portobelo, sacada de
Relaciones de los años 1606-1607”. Al re-
verso del último folio se lee: “Pedro de
Valencia. Descripción de la ciudad de San
Felipe de Puertobelo”, con la misma letra
del texto, por lo que podría sugerir que
Valencia es su autor. Valencia recién había
sido nombrado en 1607 cronista e histo-
riógrafo oficial de Indias, de modo que a
su cargo se encontraba la tarea de recopi-
lar y afinar las descripciones que le envia-
ban del Nuevo Mundo100.
Pero es obvio que Valencia no estaba
en capacidad de ofrecer tal cúmulo de
datos y con tanta precisión y conoci-
miento como los que encontramos en la
Descripción de Portobelo, dado que nunca
había estado allí. De hecho, en el mismo
texto Valencia reconoce que el autor es
otro, uno que obviamente conocía a fondo
no solo a Portobelo, sino toda clase de
problemas relacionados con el istmo de
Panamá, mientras que probablemente lo
que hizo fue resumir o reelaborar el ori-
ginal, acaso puliéndolo para mejorar su
estilo o abreviándolo y cosas así. Fue se-
guramente lo que también hizo, apretán-
Portada de la primera y segunda parte de la Historia general de Indias, del
dolo más, en el que luego publicó la cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés.
Colección Torres de Mendoza. No por nada
en el título de la Descripción inédita,
como vimos, se agrega “sacada de Relaciones de los textos originales ya que reconoce ser otros sus
los años 1606-1607”, y en el de la Colección Torres autores, como en el título de la de Tunja donde dice
de Mendoza, “sacóse año de 1607”. Cabe suponer “sacada de las informaciones hechas por la Justicia
que eso mismo fue lo que hizo con las descripcio- de aquella ciudad”. Recopiló, ordenó, pulió y puso
nes de Panamá de esos años. en limpio los textos que le enviaron para que todos
De hecho, en otras de las descripciones que se tuvieran un mismo o parecido formato, ya que era
encuentran en el mismo tomo, y con su misma letra lo que le correspondía hacer.
clara y elegante, aparece también al reverso del úl- El propio Valencia nos ofrece una pista muy
timo folio el nombre de Pedro de Valencia. Tal es el clara sobre el autor de la Descripción de Portobelo
caso de la de la ciudad de Zacatecas, de la Villa de cuando dice, refiriéndose a los comentarios adver-
Santo Domingo de Tomina, y de Tunja. La de Gua- sos que este hacía sobre el tratamiento que aplica-
yaquil también muestra el mismo tipo de letra. Pero ban los médicos para las “cámaras de sangre”: “En
no parece que Valencia haya pretendido atribuirse cuanto a las cámaras de sangre dice el autor de la
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
71

Relación su experiencia y parecer [a saber], que los cuatro años, aunque se cree que estuvo en Perú en
médicos sin diferencias de personas ni de comple- la campaña que organizó el virrey Toledo contra
xiones, usan en general ayudas lavativas y que él Francis Drake, cuando este realizaba su célebre
observó en su casa que todos aquellos que recibieron viaje de circunnavegación del globo y ataca El Ca-
este remedio murieron, y los que no lo quisieron llao. En 1582 Vargas Machuca se afinca en el
admitir escaparon [por lo que] colige que no pro- Nuevo Reino de Granada y en 1585 ya es vecino
ceden de calor como los médicos piensan, sino las de Tunja, donde casa con la nieta de uno de los
más de resfriado [y] remite este juicio a los médi- conquistadores que había acompañado a Jiménez
cos y en esto lo acierta porque él es soldado”. En otra de Quesada, Lázaro López de Salazar. Luego en-
parte del texto, como se verá en el próximo capí- viuda y casa en segundas nupcias, también en
tulo, este mismo “soldado” hace observaciones de Tunja. Desde entonces participa en numerosas
sentido común sobre la reproducción de los sapos, campañas de pacificación de indígenas rebeldes en
que según algunos los producían las gotas de llu- las márgenes del Magdalena y contra grupos indí-
via que caían en los torrenciales aguaceros de Por- genas aguerridos como los páez, los pijaos, los an-
tobelo, juicio que él sensatamente rechazaba. daquíes, los muzos, los carares, los cusianas y los
Asimismo, cuando trata de las zarigüeyas (llama- becos, primero como capitán de caballería, luego
das también zorras, chuchas o çaçapis) escribe: como maese de campo y como teniente de gober-
“Dice el que hizo la Relación que no ha hallado quien nador. Fundó la ciudad de Simancas o Nueva Si-
le diga cómo conciben”101. Fue pues otro el que re- mancas, a orillas del río Iscuandé, y salvó de un
dactó la Descripción y era soldado. asedio indígena a la ciudad de Altagracia. Todo
esto le granjeó un sólido prestigio como caudillo
militar. Como era típico de estas campañas de pa-
El verdadero autor de la cificación, tuvo que aportar sus propios recursos,
Descripción de Portobelo aunque sin obtener mayores beneficios económi-
cos sino más bien pérdidas, de manera que con su
¿Pero quién pudo ser este soldado? Me fortuna seriamente reducida y con deseos de me-
arriesgo a sugerir que se trata nada menos que del jorar su posición, decide dejar a su familia en Tunja
capitán Bernardo de Vargas Machuca quien, en y viaja a Madrid en 1595.
1607, cuando se redactó la Descripción, era el al- Durante todos estos años, sobre todo mientras
calde mayor de Portobelo y comisario de fábricas recorría la geografía neogranadina, acumuló no
y fortificaciones nombrado por el rey en 1602. solo una gran experiencia en materia militar, sino
Nació al parecer en el fuerte de Simancas el año también amplios conocimientos sobre la geografía
1555, donde su padre era alcaide y desde niño ini- física, las plantas y animales nativos, y siendo
ció su aprendizaje como soldado; incluso en 1568 como era acucioso observador de la materia mé-
con solo trece años acompañó a su padre en la dica, recopiló abundante información sobre el uso
campaña contra el alzamiento de los moriscos gra- de medicamentos y tratamientos de enfermeda-
nadinos de las Alpujarras. Dada la cercanía de Si- des, sobre todo entre los soldados. Todo este cú-
mancas a Valladolid, la capital de la provincia (solo mulo de conocimientos los aprovechó para
11 km), pudo realizar allí algunos estudios, como redactar, en 1595, mientras residía en Santa Fe de
él mismo afirma en uno de sus libros, pero estos Bogotá, su obra más destacada, Milicia y descripción
debieron ser muy básicos pues se embarcó como de las Indias, conocida también como Milicia in-
soldado para la Italia española (el reino de Nápo- diana. Con el manuscrito en mano y ya instalado
les) cuando tenía quince años. Fue allí donde em- en Madrid, empieza a relacionarse con gente cons-
pezó su verdadera carrera militar. picua de la Corte y por primera vez aparece en las
En 1578, con veintitrés años de edad, se em- listas de candidatos para distintas posiciones en
barca por primera vez para América, en compañía América. Finalmente consigue la autorización real
de un oidor destinado a Nueva Galicia (México). para que se publique su obra, que sale a la luz el
No se sabe mucho de su vida en los siguientes año siguiente102.
Primeras descripciones de Portobelo
72

Milicia y descripción de las Indias mente en términos muy parecidos a como lo hace
en la Descripción de Portobelo. En los últimos ca-
Milicia y descripción de las Indias se divide en pítulos de esta sección, evidencia tener ya bastan-
cuatro libros independientes, que corresponden tes conocimientos sobre Portobelo y Panamá,
propiamente al tema militar, a los que agrega al aunque se ignora de qué fuente tomó sus datos. La
final, a manera de anexos, una suma de hidrogra- obra culmina con un texto que titula “Compendio
fía y de geografía de América, y un breve tratado de la Sphera” donde resume los conocimientos
de la Esfera. El primer libro trata de las virtudes convencionales en materia cosmográfica. Al final,
que deben adornar a un buen caudillo militar, incluye un glosario con 49 americanismos103, uno
adaptado a las realidades del Nuevo Mundo, en el de los primeros publicados. En 1600 publica otra
que hace detalladas referencias técnicas sobre el ar- obra que contribuiría a aumentar su prestigio: Ejer-
mamento, con frecuentes alusiones a los clásicos y cicio a la gineta.
sus hazañas militares. Estos libros constituyen un El rey aprobó la publicación de Milicia y des-
auténtico manual para el explorador y el conquis- cripción de las Indias mediante R. C. de Madrid, de
tador. En el libro segundo, lo más relevante para 2.X.1598, por su “mucha utilidad por tratarse en
lo que aquí nos interesa es el epígrafe titulado él negocios que importaban a nuestro reino y bien
“Prevención de medicinas y aplicación de ellas”, de los indios naturales de aquella tierra”. Como
donde se explaya en el tipo de medicinas que veremos ahora, parece evidente que esta publica-
deben llevarse para la cura del soldado y la forma ción contribuyó a que se le premiara con la alcal-
de tratar sus enfermedades, haciendo específica re- día mayor de Portobelo, un puesto sin duda
ferencia a las “cámaras de sangre” y a los “resfria- importante, ya que se trataba de una plaza vital
dos”, con lo que demuestra el conocimiento que para la defensa y el comercio de América. Vargas
sobre el tema tenía cuando se refería al caso en Por- Machuca había presentado ya varias solicitudes
tobelo. El libro cuarto destaca por la explicación a la Corona para algún puesto en Indias, e incluso
que da para la toma de posesión de los territorios uno para la gobernación de Veraguas, pero este le
recién conquistados, y que le sirve de inspiración fue conferido al lisboeta Juan López de Sequeira
para la portada del libro, donde aparece un gra- con sueldo de 1,200 ducados al año. De hecho, en
bado suyo de medio cuerpo en traje militar po- la consulta del Consejo de Indias de 10 de enero
sando orgullosamente con un compás en la mano de 1600, donde se proponían candidatos para Ve-
sobre el globo terrestre y debajo el texto: “Con la raguas, en primer lugar aparecía Vargas Ma-
espada y el compás, más y más y más y más”, en chuca. Allí se reconocía que era “muy buen
alusión obvia a los vastos territorios conquistados soldado valiente y cuerdo y que ha servido mu-
por España. chos años muy bien en las Yndias en descubri-
La “Descripción breve de todas las Indias Oc- mientos poblaciones y reducciones de yndios de
cidentales, con la ydographía y geographía de las que ha constado por ynformaciones hechas con-
costas del mar, reynos y particulares provincias” forme a la ordenanza y pareceres de la Audiencia
se inicia en la página 127 de la edición original. Allí del Nuevo Reino de Granada en que aprueba
se describe en lenguaje accesible las costumbres y mucho su persona”104. Pero tuvo que esperar
usos de los indígenas, hace referencia a las plantas hasta fines de 1601 para que el Consejo de Indias
introducidas en América desde España y las que lo propusiera para alcalde mayor de Portobelo y
son endémicas de América. Señala entre las que no recibe el título en forma hasta el 16 de febrero
son nativas al plátano (que le merece en la Descrip- de 1602105.
ción de Portobelo especial atención), y ofrece una En la Consulta del Consejo de Indias en la que
amplia relación de la flora y de la fauna tanto ame- se le propone para Portobelo se resumen sus eje-
ricana como de los animales domésticos introdu- cutorias y méritos: “El capitán don Bernardo de
cidos desde España. Describe minerales, ríos, Vargas Machuca que ha treinta y un años que
fuentes y lagunas, y cuando se refiere a los peces sirve, los diez primeros en Italia y en las armadas
incluye a las iguanas y manatíes, significativa- reales, y los restantes en las Indias, donde ha hecho
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
73

servicios muy particulares y principalmente en el Iscuandé, Colombia]. Prendió un tirano que se


Nuevo Reyno de Granada, en jornadas pacificacio- había rebelado contra la Corona real y le envió a la
nes y castigos de indios rebelados. Fue capitán y Audiencia de Quito, donde se hizo justicia de él, y
justicia mayor en la ciudad de Nuestra Señora de en otras jornadas fue por maestre de campo y ha
la Gracia [Altagracia, actual Zulia, Venezuela] y la siete años que vino a pretender gratificación de sus
socorrió estando cercada de indios y los desbarató servicios dejando en aquellas partes su mujer y
y allanó y lo mismo a la de Medina de las Torres hijos y aunque ha sido propuesto en diversas oca-
[Departamento del Meta, actual Colombia]. Ree- siones no ha sido proveído y compuso el libro de
dificó la ciudad de las Atalayas [Cúcuta, Colom- la Milicia indiana que anda impreso y es hombre de
bia] y pobló la Nueva Simancas [a orillas del río ingenio y confianza y VM [vuestra majestad] ha
mandado se le consulte para estos car-
gos”106. No eran pocas sus ejecutorias y
así lo reconocía el Consejo.
El cargo de alcalde mayor tenía un
sueldo de 600 ducados, más otros 600
ducados que se le pagarían como comi-
sario de fábricas y fortificaciones, las cua-
les se habían iniciado en 1597 y todavía
entonces estaban en pleno proceso de
construcción. Era un cargo inferior en
importancia al de Veraguas y no lo que
esperaba, pero tuvo que conformarse.
Llegaría a ocupar el puesto entre media-
dos o fines de 1602 y tal vez lo primero
que le tocó hacer fue seguirle Juicio de
Residencia a su predecesor, Miguel Ruiz
de Elduayen, ya fallecido. A juzgar por
una carta suya de 17 de julio de 1603
para entonces ya había realizado esta
tarea107.
Caben pocas dudas de que Vargas
Machuca estaba plenamente dotado para
elaborar una Descripción como la que
comentamos. Cuando sigamos el reco-
rrido de esta Descripción se hará aún
más evidente que si alguien en Portobelo
podía dar tal cúmulo de noticias sobre la
naturaleza, las condiciones físicas de
Portobelo, el tratamiento de las enfer-
medades y muchas más cosas, este no
podía ser otro que Vargas Machuca. En
los folios dedicados a las fortificaciones
de Portobelo y el Chagres, para las cuales
propuso diseños en sus etapas iniciales,
encontramos detalles que solo alguien
como él podía ofrecer, dado su cargo
Portada de Historia de los hechos de los castellanos, del cronista mayor Antonio de comisario de fábricas y fortificacio-
de Herrera y Tordesillas. nes. Difícilmente podría encontrarse
Primeras descripciones de Portobelo
74

Apología y discursos escritos


en Portobelo por Vargas Machuca

En Apología y discursos, Vargas Ma-


chuca pretendía refutar la Brevísima des-
trucción de las Indias de fray Bartolomé de
las Casas, publicada en 1542, que Vargas
Machuca había leído en una traducción
francesa. Le incomodaban los argumen-
tos lascasianos, que rechazaba radical-
mente, así como le irritaba la mala fama
que este libro le había dado a la conquista
española, según él injustamente. Para en-
tonces ya era un tema pasado de moda,
pero se propuso combatirlo defendiendo
la Conquista. Desde 1573 se habían expe-
dido las “Ordenanzas de descubrimiento,
nueva población y pacificación de las In-
dias”108, que había ordenado promulgar
el presidente del Consejo de Indias Juan
de Ovando y Godoy. En ellas se elimi-
naba el concepto de “conquista” y en su
lugar se empleaba el más eufemístico de
“pacificación”, con lo que se pretendía
dar un tratamiento más humanitario a
los indígenas. Vargas Machuca hizo sus
campañas en Nueva Granada bajo este
nuevo concepto, y justificó las guazábaras
contra los indígenas rebeldes como algo
tan necesario como inevitable, y para ello
se basaba en su propia experiencia, refu-
tando a Las Casas utilizando su mismo
Portada de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, de Bartolomé método argumentativo.
de las Casas, 1552. Escrito a mano al pie del título y por autor desconocido, se En esta obra incluye un “Parecer” fir-
lee el siguiente texto: “Esta obra no fue escrita por D. Bartolomé de las Casas, mado en Panamá el 26 de junio de 1606
sino por un francés enemigo de los españoles”.
sobre la campaña de Juan López de Se-
queira contra los indios coclés de la provin-
cia de Veraguas, que fue condenada y
en Portobelo a otro con más autoridad para tratar fuertemente penalizada por la Audiencia de Panamá
todos estos temas. Es más, estando en Portobelo y que luego anexó a su libro109. López de Sequeira le
redactó un primer borrador de la obra que titularía había pedido a Vargas Machuca que emitiera su pa-
Apología y discursos o defensa de las conquistas occi- recer sobre su campaña en Veraguas basándose pre-
dentales. Lo envió primero a Lima para su publica- cisamente en los principios que sostenía en la Milicia
ción, pero se extravió. Más tarde, cuando se y descripción de las Indias, y así lo hace el autor.
trasladó a la isla de Margarita como gobernador, A todos los gobernadores nombrados para Ve-
pulió o amplió el texto, cuyo manuscrito envió a raguas con anterioridad a López de Sequeira, y por
Madrid, aunque no se autorizó su publicación. supuesto también a él, se les habían entregado
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
75

junto con sus títulos las Ordenanzas de descubri- Tribulaciones de Vargas Machuca
miento de 1573, de modo que no desconocía en Portobelo
cómo debía proceder. Al parecer el principal ob-
jetivo de su campaña era encontrar minas de oro, Aunque Vargas Machuca gozó del reconoci-
metal que ya se había explotado antes en el real miento del Cabildo, de los oficiales reales, de figuras
de minas de Concepción entre 1559 y 1589, y se como el gobernador de Veraguas Juan López de Se-
sabía que en la provincia existían otros sitios queira, y de varios miembros de la Audiencia de Pa-
donde se encontraría oro. De hecho, una fuente namá, tuvo desde el comienzo varios desencuentros
menciona que debía repoblar el viejo real de con el presidente, gobernador y capitán general de
minas de Concepción o fundar otro sitio donde Panamá, Alonso de Sotomayor, al igual que con su
se encontraran minas, y pacificar a la población sucesor Francisco Valverde de Mercado. Este último
indígena rebelde. Buscó oro al este de la provin- le había negado insistentemente su condición de co-
cia, en el territorio de los indios de la etnia coclé, misario de fábricas y fortificaciones y el pago de 600
cuya mano de obra pensaba utilizar para la ex- ducados anuales que le correspondían por ese cargo,
plotación minera, pero desde que desembarcó que le retuvo hasta que en 1607 la Corona ordenó
tuvo que enfrentar ataques indígenas encabeza- por R. C. que los oficiales reales se le pagaran111. De-
dos por el cacique Cocobe. bido a estas diferencias, ya había pedido en 1603 su
En 1602, fundó el poblado minero de Lisboa, traslado a otro puesto en Indias, como consta en una
pero debido a los ataques indígenas tuvo que carta del Cabildo de Portobelo de 9 de julio de 1603,
abandonarlo y fundar otro que bautizó Nueva Lis- donde reconocían sus méritos y pedían que se le de-
boa. López de Sequeira respondió a la resistencia jara en la alcaldía mayor. También gozaba de reco-
indígena con brutalidad, dedicándose literalmente nocimiento por parte de los oficiales de la Real
a cazar indios, someterlos con saña y repartirlos Hacienda de Portobelo112. Y en el “Parecer” de Apo-
entre los mineros de manera arbitraria. El resul- logía y discurso inserta sendas cartas de conspicuos
tado es que la campaña fracasó estrepitosamente. miembros de la Real Audiencia de Panamá donde
La Audiencia le acusó de extrema crueldad con los se destacan sus méritos.
indígenas y de abuso de poder. Le suspendió del Finalmente recibe el nombramiento de gober-
cargo y le mantuvo preso en la capital durante dos nador para la isla perlífera de Margarita, en Vene-
años110. zuela, y el 8 de julio de 1608 escribe desde Portobelo
No obstante la gravedad de estos cargos, que no podría desplazarse para ocupar su nuevo
López de Sequeira consiguió que se le exonerara, cargo hasta octubre de ese año113. No se sabe cuándo
al parecer, gracias a la defensa que presentó Vargas realmente abandonó Portobelo, pero ya en marzo de
Machuca. De acuerdo a Vargas Machuca, como 1609 tenía su reemplazo. Francisco Valverde de Mer-
consecuencia de su defensa, López de Sequeira cado, que fue presidente de la Audiencia de Panamá
“fue restituido en el gobierno que la habían qui- entre 1605 y 1614 y se caracterizó por poblar la ad-
tado”. Así lo firma como conclusión de su “Pare- ministración con sus “criados”, había nombrado
cer”. Como es obvio, López de Sequeira debía como alcalde mayor de Portobelo al capitán Alonso
estar bastante familiarizado con La milicia indiana Sotelo, también “criado” suyo, y a quien había favo-
de Vargas Machuca. ¿Se inspiraría en este manual recido antes con otros cargos de responsabilidad. La
para realizar su campaña veragüense? ¿Serviría alcaldía mayor era provista por la Corona, pero el
también La milicia indiana de guía para otros con- presidente podía llenar el puesto durante las acefa-
quistadores contemporáneos? Es una posibilidad lías, aunque de manera interina114. Después de seis
que convendría investigar. De lo que no hay duda largos años de ejercer en Portobelo, Vargas Machuca
es que esta obra era bien conocida por las autori- se marcharía a Margarita, adonde llega a principios
dades y el público culto de Panamá, y no debiera de 1609. Regresa a España, donde continúa preten-
extrañar que también lo fuera en el Nuevo Reino diendo nuevas posiciones, aunque sin éxito, y muere
de Granada y otras partes de las Indias. gravemente enfermo en Madrid el año 1622.
Primeras descripciones de Portobelo
76

Algunos errores en la moria colectiva la célebre frase de Nicuesa


Descripción de Portobelo cuando encontró consuelo al llegar a Nombre de
Dios. Por muy borrosa que sea la memoria oral,
siempre es más fácil retener anécdotas de ese
Las primeras líneas de la Descripción de Por- tenor y probablemente fue así como el autor reci-
tobelo van dedicadas al descubrimiento del Pací- bió la información. Si bien la biografía de Colón
fico por Núñez Balboa, a quien el autor le da el ya había sido publicada por primera vez en 1571,
nombre de Blasco y no Vasco, un error muy exten- esta se hizo en italiano y probablemente nunca
dido en la época (en la “Descripción de Panamá y fue conocida en Panamá o por Vargas Machuca.
su provincia, de 1607”, compañera de la de Porto- Debido a su éxito se hicieron otras tres ediciones
belo, se dice Blasco Núñez Vela) 115: “Salió por tie- italianas en el siglo XVII; una francesa en 1680 y
rra a descubrir el mar del sur. Subidos él y su gente otra inglesa en 1704, pero no apareció en caste-
en una sierra descubrieron ambos mares, y cre- llano hasta 1749117. De la obra de Oviedo y Valdés
yendo se juntaban por medio de algún estrecho, se hizo una primera impresión en Sevilla en 1535,
envió soldados a la averiguación, los cuales vol- pero esta solo llegaba hasta el libro XX y no in-
vieron certificando a voces que no se hallaban en cluía los datos referentes al descubrimiento de
isla, sino en tierra firme, y que los mares no se jun- Portobelo por Colón citado arriba, ya que estos se
taban”. Esta aclaración es pertinente ya que otras encuentran en el libro XXVIII. Una segunda edi-
crónicas no lo destacan con la misma precisión. De ción se hizo en Salamanca en 1547 pero no llegaba
hecho, en la “Descripción de Panamá”, de 1607 no más allá de libro XVII. La segunda parte, con el
se menciona este dato. contenido que nos interesa aquí, se pensaba im-
Su siguiente comentario es para destacar que primir en Valladolid, pero quedó interrumpida al
la población de Portobelo no consistía propia- morir Oviedo en 1557, y así la obra permaneció
mente en una nueva fundación, sino en un tras- inédita hasta mediados del siglo XIX, cuanto la
lado, tema que ya comenté en el capítulo publica completa en 1851 José Amador de los
anterior. “Se pobló primero cinco leguas del Ríos, en Madrid, en la imprenta de la Real Aca-
puerto y del sitio donde agora está, y se llama demia de la Historia118.
Nombre de Dios: trasladada a este lugar se co- Por su parte, la obra de Las Casas permaneció
menzó a llamar la ciudad de San Felipe o la ciu- inédita hasta su publicación en 1872, aunque el
dad de Portobelo, que quiere decir bello, nombre manuscrito reposó en el Consejo de Indias, donde
que tenía antes el sitio, que se lo dio Diego de Ni- lo conocieron tanto Ovando y Godoy como Juan
cuesa su primero descubridor por la hermosura López de Velasco, e incluso el cronista de Indias
del puerto”. Antonio de Herrera y Tordesillas quien, según
Es interesante destacar la atribución que se le Francisco Esteve Barba, “lo pudo utilizar amplia-
da a Nicuesa como autor del nombre y descubri- mente”119. De hecho, en el capítulo II, del libro oc-
dor de Portobelo. Como vimos en el capítulo an- tavo de sus Décadas, Herrera reproduce lo que
terior, quien lo descubrió y bautizó así fue escribe Las Casas con relación a Nicuesa. Primero,
Cristóbal Colón. Así lo afirman Fernando Colón, dice, se detuvo en el puerto “que el Almirante don
Bartolomé de las Casas, Gonzalo Fernández de Cristóbal nombró Portobelo”; y más abajo: “Pasa-
Oviedo y lo confirma el cronista mayor de Indias ron de Portobelo seis o siete leguas a Levante, a
Juan López de Velasco, cuando escribe, refirién- otro puerto cuyos moradores se llamaban Chuchu-
dose a Portobelo: “llamólo así por su bondad el Al- reyes, y porque le pareció que en aquel lugar había
mirante Cristóbal Colón la primera vez que disposición para hacer fortaleza, determinó de po-
descubrió esta costa”116. blar y dijo: «Paremos aquí, en el Nombre de Dios»,
La atribución que se hace a Nicuesa del des- y desde entonces le quedó el nombre hasta hoy, el
cubrimiento de Portobelo puede imputarse a que puerto y la ciudad de Nombre de Dios, que hasta
estas tres crónicas permanecieron desconocidas ahora fue bien celebrado”120. Parece casi un calco
en Panamá, y que en cambio prevaleció en la me- de Las Casas.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
77

Verosímilmente las obras de Hernando “Descripción de Portobelo”, e igualmente sor-


Colón, de Oviedo y de Las Casas fueron descono- prende que Pedro de Valencia, que tuvo acceso
cidas en Panamá y por el propio Vargas Machuca, en los archivos del Consejo a las mismas fuentes
y lo mismo sucedió con la de López de Velasco, que Herrera, no advirtiese este error y tratase de
que como ya se dijo no llega a publicarse hasta corregirlo. Las Décadas continuaron publicán-
1894. Pero no se explica que el texto que manejó dose hasta 1615, pero el libro octavo, del primer
Pedro de Valencia atribuyese el descubrimiento
de Portobelo a Nicuesa y no a Colón, siendo que
las Décadas de Herrera habían empezado a publi- Páginas interiores de la “Descripción de Portobelo
carse y circular desde 1601, seis años antes de la de 1606-1607”. BNM, tomo I, Mss. 3064.
Primeras descripciones de Portobelo
78

volumen, donde aparecía lo referente a los descu- mil ducados arriba” y “Memoria de los vezinos de la ciu-
brimientos de Colón y Nicuesa, ya se había publi- dad del Nombre de Dios y de la opinión que tienen de
cado en 1601. Sencillamente Valencia descuidó hazienda...”, BAHM, Relaciones Geográficas de América
reparar el gazapo. del Sur 9/4661.
87
Fechada en Nombre de Dios, 7.V.1575, AGI Panamá 11.
De hecho, las Décadas de Herrera fueron cono-
El texto ha sido publicado en varias colecciones de
cidas desde temprano en Panamá, aunque no documentos. Una reciente en Carol F. Jopling (1994,
consta a partir de qué fecha. En su extensa y deta- pp. 10-15).
llada “Relación histórica y geográfica de la provin- 88
Lo publicó la Biblioteca de Autores Españoles, Editorial
cia de Panamá”, fechada entre 1638 y 1640, el Atlas, Madrid, 1971, pp. 171ss. De la edición de Justo Za-
maestrescuela Juan Requejo Salcedo cita varias ragoza hay versión accesible en internet.
veces a Herrera121. Pero como es obvio su obra es 89
José María López Piñero, Ciencia y técnica en la sociedad
muy posterior a la “Descripción” de 1607 y se des- española de los siglos XVI y XVII, Labor Universitaria, Bar-
conoce cuándo la Audiencia pudo tener acceso a celona, 1979, pp. 218-219.
90
AGI Indiferente General, 426, legajo 26, folio 214v.
las Décadas. Para entonces cualquiera que la con- 91
Estas R. C. se encuentran en AGI Indiferente General, 427,
sultara habría advertido el error. y se enviaron a distintas jurisdicciones coloniales.
La Descripción la divide el autor en cuatro 92
Op. cit., p. 219.
partes. La primera “trata de lo natural”. La se- 93
Carta al rey firmada por el presidente Lic. Juan López de
gunda “trata lo moral y político”. La tercera “trata Cepeda, y los oidores Dr. Alonso Criado de Castilla, Dr.
lo militar”. La cuarta “trata lo eclesiástico”. Con- Alonso de Cáceres de Ovando y Gonzalo Núñez de la
cluye con una suerte de apéndice titulado “La Cerda, Panamá, 16.VI.1579, AGI Panamá 13, R. 18, No. 99.
villa de Santiago del Príncipe”. La subdivisión del También carta al rey de los oidores Criado de Castilla y
texto replica fielmente el patrón de la Descripción Cáceres de Ovando, Panamá, 21.V.1578, AGI Panamá 13,
R. 17, No. 86.
de Panamá y de las otras descripciones que a la 94
Cf. Cartas de la Audiencia fechadas en Panamá, 4.VI.1584,
sazón se enviaban de América, lo que no debe sor- AGI Panamá 13, R. 23, No. 161; Panamá, 10.VI.1590, AGI
prender ya que respondían a un mismo conjunto Panamá 14, R. 6, No. 30; y R. C. de Madrid, 27.II.1591, AGI
de preguntas. Dicho esto, descubramos lo que nos Panamá 229, legajo 1, folios 98v-99r.
dice la Descripción sobre los primeros años de 95
Esto también lo sugieren Francisco Esteve Barba, Histo-
Portobelo. riografía indiana, Editorial Gredos, Madrid, 1964, pp. 113-
114 y 418, y J. M. López Piñero, op. cit., p. 219.
96
CODOIN, tomo IX, Madrid, 1868.
Notas al capítulo III 97
Carta dirigida al rey por el presidente Francisco Valverde
de Mercado, y los oidores Cristóbal Cacho de Santillana
83
Se utilizó el manuscrito de la Biblioteca Nacional de Ma- y Álvaro Zambrano, Panamá, 1605, AGI Panamá 15, R. 6,
drid con la signatura J. 15. La Colección Torres de Mendoza No. 55. Modernicé puntuación y ortografía.
(o CODOIN) fue publicada entre 1864 y 1884 con el título 98
Manuel Serrano y Sanz, Relaciones históricas y geográficas
Colección de documentos inéditos relativos al descubri- de América Central, Madrid, 1908, pp. 137-218. Puede ac-
miento, conquista y organización de las antiguas posesio- cederse por internet. Bajo el título de la Descripción, Se-
nes españolas de América y Oceanía sacados de los rrano anota que el texto era “copia hecha en el segundo
archivos del reino y muy especialmente del de Indias. tercio del siglo XVII”. Pero, ¿cómo dice eso si agrega a con-
84
Historia general de los hechos de los castellanos en las islas tinuación que la fecha es 1607? El original tiene la misma
y Tierra Firme del Mar Océano, conocida generalmente letra que la de Portobelo y es casi seguramente de Pedro
como Décadas, se publicó entre 1601 y 1615. Se han de Valencia, que era cronista del Consejo entre 1607 y
hecho varias ediciones, la más reciente por M. Cuesta Do- 1620. Al dar como fecha del documento el año 1607, Se-
mingo, en 4 tomos, por la Universidad Complutense de rrano se basa en el año que indican las propias páginas
Madrid, 1991. interiores del original. Su transcripción tiene un serio
85
Carta fechada en Panamá, 30.I.1570, BAHM, Relaciones error de bulto, ya que en la p. 196, indica entre los gastos
Geográficas de la América del Sur, signatura 9/4661 a del presidio de Portobelo la suma de 62,000,596 pesos,
9-25-4-46, No. 17. cuando en el folio 74r del original se lee claramente
86
“Memoria de los vezinos de Panamá y de la opinión 62,596 pesos. Serrano debió confundirse con el “calde-
que tienen de hazienda digo los que tienen de cinco rón” que aparece en el original, y en lugar de un punto
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
79

después del 2, insertó tres ceros, creyendo que eran mil. 109
Se conservan dos manuscritos de la obra, uno en el Pa-
Sin embargo debió darse cuenta de que esto no podía lacio Real y otro en la Biblioteca Universitaria de Sala-
ser correcto. manca, que es más completo e incluye el “Parecer”. El
99
Lo copié en fichas a mano durante el mes de septiembre primero fue publicado en el siglo XIX por Antonio María
de 1965, cuando preparaba mi doctorado en Madrid, y Fabié y en la Colección de documentos inéditos para la his-
aún las conservo. Las he utilizado en varias de mis publi- toria de España; y el segundo, por María Luisa Martínez
caciones, aunque nunca las había aprovechado a fondo de Salinas por la Diputación Provincial, Valladolid, 1991.
como lo haré en esta obra. Esta obra circula en versión digital accesible por internet
100
Este humanista, hasta ahora poco conocido, ha sido es- con amplia biografía de Vargas Machuca. Ha sido editada
tudiado por el profesor de la Universidad de León Jesús con introducción de Kris Lane y traducción al inglés por
Paniagua Pérez, en “Pedro de Valencia, cronista e histo- Timothy F. Johnson, con el título de Defense and discourse
riógrafo oficial de Indias (1607-1620)”, Anuario de Estudios of the western conquests, por The Pennsylvania State Uni-
Americanos, Consejo Superior de Investigaciones Cientí- versity Press, 2010. También merece consultarse sobre la
ficas, tomo LIII, 2, 1996, pp. 231-249, y en “El humanismo obra de Vargas Machuca, M. Cuesta Domingo y F. López
español y la crónica oficial de Indias de Pedro de Valen- Ríos “Guía y vademécum del Conquistador”, Universidad
cia”, CMHLB Caravelle No. 76-77, pp. 223-234. Complutense de Madrid, Trocadero, Revista de Historia
101
Corchetes y cursivas míos. Moderna y Contemporánea, No. 16, 2004, pp. 253-281,
102
Baso estos datos biográficos sobre todo en los trabajos que también puede accederse por internet.
de María Luisa Martínez de Salinas, Mariano Cuesta Do- 110
Ver Castillero Calvo (1995, p. 143). Sobre esta campaña
mingo, Fernando López-Ríos Fernández, Benjamín Flores ver sobre todo AGI Panamá 68, donde se encuentra una
Hernández, y Kris Lane, cuyas obras cito más adelante. información de méritos y servicios en Veraguas de López
103
La segunda edición del libro se publicó en la librería de de Sequeira y un expediente suyo solicitando se le sus-
Victoriano Suárez, Madrid, 1892, con una breve introduc- penda la condena que le hizo el Consejo y se le premie
ción sobre su biografía y obras. La Biblioteca Ayacucho lo con el Gobierno de Panamá o de Guatemala. Ver tam-
publica de nuevo en Caracas el año 1994, con “Presenta- bién cartas suyas al rey, quejándose del maltrato de la
ción” de Oscar Rodríguez Ortiz. En 2003 lo publica la Uni- Audiencia y pidiendo se le permita defenderse en el Con-
versidad de Valladolid, con estudio y edición de Mariano sejo, fechadas el 4.VIII.1605, AGI Panamá 45, No. 74; el
Cuesta Domingo y Fernando López-Ríos Fernández. Ver 6.VIII.1606, AGI Panamá 47; y el 8.I.1607 en AGI Panamá
también Benjamín Flores Hernández, “Bernardo de Var- 45 No. 76. En el encabezamiento del “Parecer” de la edi-
gas Machuca y el Caribe”, Revista Mexicana del Caribe, vol. ción de Apología y defensa... de M. L. Martínez de Salinas
VII, No. 14, pp. 81-103, Universidad de Quintana Roo, Mé- de 1991 se lee “conquista de Guiamicode”, lo que es un
xico, 2002. Aunque se han publicado varios estudios va- error de la lectura del manuscrito original pues proba-
liosos sobre Vargas Machuca, se ha dado a conocer poco blemente lo que escribió el autor fue Guaymí coclé (los
de los seis años que ejerció en Portobelo y por supuesto dos grupos indígenas de la zona).
nadie antes había vinculado su nombre a la Descripción 111
R. C. de 7.VII.1607, AGI Panamá 237, legajo 13, folios
que comentamos. 122v.-123v.
104
AGI Panamá 1, No. 148. 112
La carta del Cabildo, en AGI Panamá 32, No. 28. La carta
105
Había sido propuesto para el cargo por el Consejo de In- de los oficiales reales de Portobelo, elogiando sus ejecu-
dias y aceptado el 17.XII.1601, AGI Panamá 1, No. 161. El torias como alcalde mayor en Portobelo, en otra carta al
título de alcalde mayor en AGI Indiferente General 516, parecer de 1604, en AGI Panamá 33, No. 178.
legajo 1, folios 82v-84r, y en AGI Contratación 5792, le- 113
AGI Panamá 46, No. 5.
gajo 2, folios 308v-309v. 114
No se sabe en qué fecha Sotelo empezó a ejercer el
106
AGI Panamá 1, No. 161. Los corchetes son míos. Moder- cargo, pero el 29.III.1609, ya en su calidad de alcalde
nizo la ortografía y la puntuación. mayor, presentaba una dilatada Información de oficio
107
Carta suya sobre el Juicio de Residencia, AGI Panamá 45, contra Cristóbal Guerra, soldado de la capitana de la
No. 45. armada de Jerónimo Portugal y Córdoba, por haber
108
El original en AGI Indiferente General 427. Se reproduje- apaleado durante la feria de Portobelo al oficial de
ron con pocos cambios en la Recopilación de Leyes de los Real Hacienda Cristóbal de Balbas. AGI Panamá 15, R. 1,
reinos de las Indias, Madrid, 1681; ha sido publicado en No. 10.
la Colección Torres de Mendoza, vol. VIII, Madrid, 1887, y 115
Ver pp. 139 y 159 de la versión impresa ya citada.
por el Instituto de Cultura Hispánica, Madrid, 1973, con 116
Op. cit., tomo II, p. 424.
breve introducción de J. Ibáñez Cerda. Hay versión digital 117
Sobre las tempranas ediciones de la biografía de Hernando
en internet. Colón, ver Francisco Esteve Barba, op. cit., pp. 36-37.
Primeras descripciones de Portobelo
80

118
Estas ediciones pueden consultarse por internet ya que 121
Publicada por Manuel Serrano y Sanz en la ya citada
son de dominio público. Relaciones históricas y geográficas de América Central.
119
Op. cit., p. 89. Juan Requejo Salcedo cita a Herrera en las páginas 4,
120
Antonio de Herrera, Historia general de los hechos de los 10, 82 y 83, y es evidente que lo consultó. Ver comen-
castellanos en las islas i Tierra Firme del Mar Océano, o “Dé- tarios sobre el conocimiento de las Décadas y de la
cadas”, edición y estudio de M. Cuesta Domingo, Univer- historiografía coeva en Panamá, en Castillero Calvo
sidad Complutense de Madrid, 1991, tomo I, p. 527. (2006, pp. 417-426).

El istmo de Panamá. Detalle del Atlas de Willem Janszoon Blaeu , titulado Theatrum Orbis Terrum, sive Atlas. Pars secunda, Ámsterdam, 1634,
p. 210. Copia digital del original de la Biblioteca Nacional, Madrid. En este mapa se reconocen topónimos ya desaparecidos que indican la
ubicación de asentamientos indígenas de la Conquista, como Caravaro (en Bocas del Toro), Comagre, Careta, Cuareca, Punta de Comagre,
Tumaco y Chiapes, y nombres luego caídos en desuso de lugares mencionados en la documentación temprana de la colonia, como Limaret,
Punta de Cativá, Tubrava,  la isla de Cobaya (Coiba), el río Filipina, o pueblos abandonados como Trinidad y Carlos.
CAPÍTULO

Primeros años. Un recorrido analítico por


la Descripción de Portobelo de 1606-1607

El recorrido que a continuación haremos por sobre el problema del cimarronaje y los traslados
el texto de la Descripción de Portobelo de 1606-1607, del pueblo de mogollones (o excimarrones) de
nos revelará lo avanzado que estaba para entonces Santiago del Príncipe. En fin, da noticias casi que
el conocimiento que su autor había adquirido del de cualquier cosa de interés. Es difícil, ciertamente,
territorio, su fauna y su flora, y el celo que demos- encontrar una fuente contemporánea más com-
tró por responder a las expectativas del Consejo, pleta para conocer la situación de Portobelo en sus
recolectando cuanta información pudiera ser útil primeros años. En cuanto a temas de gobierno y
o interesante. Le habían bastado los breves cuatro guerra tiene la ventaja adicional de que es una
años que llevaba en Panamá para acumular toda fuente de primera mano, ya que el autor las cono-
esta información, lo que revela su dedicación al ció por sí mismo y no por terceros.
tema y su evidente capacidad de observación y es- De la lectura del texto se desprende que, si
tudio. Del texto se desprende que ya se conocía o bien el autor investigó mucho por su cuenta,
se le habían dado nombres a la mayoría de los ár- buena parte de la información, sobre todo la refe-
boles, los ríos y los animales, aunque no a todos, y rida a la flora y la fauna, debió obtenerla de terce-
así lo reconoce el autor. Virtualmente nada rele- ros. Pero qué duda cabe que este material puede
vante era omitido. Entra en detalles sobre el fun- ser una delicia para los biólogos. Además, ofrece
cionamiento de las flotas y las ferias, del comercio novedades de primera importancia. Una de ellas
regional y de las pulperías, resume el padrón po- se refiere a la fecha de introducción del guineo en
blacional, da detalles sobre los cultivos y crianza el Istmo y al carácter endémico del plátano de co-
de animales, la organización del gobierno y quié- cina. En varias partes del texto se observan algu-
nes ocupan los cargos, las fortificaciones, explica nas inexactitudes inexplicables, como decir que
la crítica situación económica de la ciudad tras la había “cuyes” en la selva portobeleña, cuando sa-
mudanza y la decadencia de las flotas, informa bemos que ese no era su hábitat y que es originario
Descripción de Portobelo de 1606-1607
82

de la zona andina. O cuando incluye entre los cul- pilador del texto, el cronista Pedro de Valencia, ya
tivos de los cimarrones la patata, que no llega a que era una obra elaborada por su predecesor y en
cultivarse en Panamá hasta finales del siglo XIX (a su propia oficina. Al oeste, agrega, dista 12 leguas
menos que el original dijera batata –camote o pa- del río Chagres “donde está una fuerza de españo-
tata dulce– y que el error lo cometiese Pedro de Va- les”, y de Cartagena 80 leguas, o el doble si se fuera
lencia al transcribir el texto). El autor peca de por tierra debido a la “aspereza” del camino.
ingenua credulidad cuando atribuye facultades El trayecto entre Portobelo y Cartagena “no es
curativas a las uñas de los tapires y los monos pe- comunicable por indios de guerra que habitan en
rezosos, creencia que probablemente estaba exten- medio”, dice refiriéndose a los indios cunas de la
dida entonces. También incurre en una que otra zona fronteriza entre Panamá y el Nuevo Reino de
inconsistencia cuando se trata de números. Al Granada, aunque sin identificar su etnia. Para el
brindar datos sobre los salarios de funcionarios y autor son solo “indios de guerra”. Todavía se en-
militares confunde al lector al usar bajo el mismo contraban en las márgenes de Tierra Firme, aun-
rubro distintas unidades monetarias que dificultan que no tardarían en avanzar hacia el oeste hasta
las operaciones aritméticas, lo que sugiere que los acercarse a la misma capital. Y aclara páginas más
números no eran su fuerte. Aunque, en beneficio adelante, cuando vuelve a referirse a estos mismos
suyo, debe recordarse que esta carencia de rigor en “indios de guerra”: “a cincuenta leguas de esta ciu-
las cifras era muy común entre aquellos funciona- dad y sesenta de Cartagena, sobre el mar del norte
rios coloniales cuyo oficio no les obligaba a lidiar a la parte del este habitan indios de guerra de la
a menudo con cuentas, como tal vez era su caso. provincia del Darién donde estuvo poblada la ciu-
En resumen, la Descripción no es una fuente per- dad del Antigua por Blasco Núñez Balboa”. Lo an-
fecta pero difícilmente se encontrará otra mejor. terior confirma lo que ya se sospechaba, a saber,
Al hacer este recorrido me permitiré moder- que los cunas (ya que estos “indios de guerra” no
nizar la ortografía y la puntuación del texto; sub- podían ser otros que los cuna) aún no habían ocu-
dividiré los temas con subtítulos; insertaré pado el espacio que antes dominaban los cuevas,
corchetes, incluyendo palabras que por lógica es- para entonces extintos como consecuencia de la
tructura sintáctica obviamente faltan, y asimismo conquista, y se encontraban en torno al golfo de
acompañaré las citas con comentarios complemen- Urabá, en la actual Colombia122. Sobre esto volveré
tarios y/o contextualizados. más adelante.
Más allá del Chagres quedaba el poblado mi-
Portobelo y su zona de influencia nero de Nueva Lisboa, recién fundado por López
de Sequeira, a 30 leguas de Portobelo. “Todo lo
Vimos en el capítulo anterior que el autor de- medio entre estas distancias es despoblado e in-
dica las primeras líneas del texto al descubri- útil”. Los montes llegaban “a las mismas paredes
miento del Mar del Sur y a la fundación de de la ciudad”.
Portobelo y de esa manera empieza la primera
parte, que “trata de lo natural”. El siguiente dato La ciudad, sus casas y edificios
que ofrece es la “situación y posición” de Porto-
belo: se encuentra, dice, a 9½ grados de latitud Alrededor de la ciudad, para tener pastos para
septentrional y dista de Panamá 18 leguas. Sor- el ganado y las cabalgaduras, se “rozó el monte”,
prende que omita mencionar la longitud, dato que creando un “ejido o campo limpio de dos mil
ya era conocido, pues como vimos en el capítulo pasos alrededor de la ciudad”. Si se dejaba un año
anterior, esta información se envió de Panamá sin rozar, se volvía a cubrir de selva espesa. La pro-
desde el año 1578 basada en los eclipses observa- pia ciudad quedaba “en la ladera de una sierra y
dos; además, es un dato que se encuentra en el pri- arrimada al mar en forma de un semicírculo”.
mer tomo de las Décadas de Herrera (publicado en Tiene figura de media luna “de suerte que por el
1601), que si bien el autor pudo no conocerlo, sor- medio es el mayor fondo de la población, lo más
prendería que este fuera también el caso del reco- delgado por las puntas que se tienen al oriente y
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
83

al poniente. La línea semicircular es en la falda de eran de mejor calidad. Ya existían cinco de ese tipo,
la sierra, y la recta, que como diámetro termina el dos de ella todas de piedra y ladrillo hasta el techo
medio círculo, se ajusta con la orilla del mar”. Todo y otras tres “hasta el primer suelo”.
el “circuito de la ciudad será de 500 pasos”, o bien Otra fuente contemporánea en la que se plan-
una extensión de cerca de 700 m (un paso = 1.4 m). teaba por primera vez la conveniencia de mudar
La ciudad tiene dos plazas. La mayor es la que Portobelo a orillas de El Cascajal (el futuro recinto
llaman “del mar y a ella salen dos calles que ha- murado de San Carlos o San Cristóbal, del que ha-
biendo comenzado ambas desde el castillo de San- blaré en el capítulo VIII donde trato de las fortifi-
tiago atraviesan por lo más fondo de la ciudad”. caciones de Portobelo), da otros detalles sobre las
La otra plaza dista de esta “como cien pasos” casas ya construidas. Dice que era 40 casas, “las
(unos 140 metros). Entre ambas plazas pasa, cru- treinta de buena calidad de madera tabla y teja [...]
zándolas, “una calle hasta los fines de la ciudad, y las otras diez casas son de obra fácil y ruin”. En
cortándola a la larga, y mediante una puente atra- conjunto, las casas ocupaban menos de 160 lum-
vesando por encima de una acequia de agua que bres de a 15 pies y 8 pies de fondo, y había “casi
baja al mar por una quebrada de la sierra acompa- otro tanto” de bohíos “fuera del cuerpo de la ciu-
ñada de alto bajo por ambas partes con su hilera dad”. Como la medida de las casas se hacía nor-
de casas”. Otras calles “cortas bajan y atraviesan malmente por el frente y este era de 160 lumbres
la calle larga”. No queda clara esta alusión a la (cada lumbre 4.1 m), su extensión alcanzaría unos
“acequia”, porque de ser así existiría un canal (es 656 metros de frente, lo que se corresponde con las
decir una acequia) paralelo a la quebrada que pa- 40 casas que dicen estar bien construidas, más las
saba bajo el primer puente que se construyó. otras diez de obra “fácil y ruin”. Según esto, el total
El texto pasa luego a describir los edificios. de las viviendas tendría un frente medio de 3.5
“Dentro de la traza de la ciudad hay 50 casas, sin lumbres.
los edificios públicos, que son la iglesia mayor, el La ciudad tiene cuatro arrabales. El de Triana,
convento de La Merced, el hospital real, las casas donde vivían “los esclavos del rey que trabajan en
reales [es decir la primitiva Aduana o Casa de los castillos y otra gente pobre”. Triana se encontraba
Contratación] y el Cabildo.
Portobelo conservaría este
mismo conjunto de edificios
durante el resto del período
colonial”. Tanto los edificios
públicos como las casas son
“de maderos gruesos estantes
[es decir apoyados] sobre
fundamentos de piedra”. Las
paredes principales y las del
medio o interiores son de ta-
blas; los techos están cubier-
tos con tejas. Todas las casas
son de alto, con bodegas en lo
bajo, entresuelos y “mucho
ventanaje, por el calor grande
de la tierra”. Para entonces ya
empezaban a construirse al-
gunas casas de piedra y ladri-
llo, “y se hallan de mejor
vivienda”, es decir que tenían Detalle del plano de la bahía de Portobelo, por Agustín Crame, Portobelo 1779. Se observa
mejor espacio habitable y que la selva y los montes cercanos oprimen la ciudad. AHEM, PAN-03-10.
Descripción de Portobelo de 1606-1607
84

entre el castillo de Santiago y la población propia-


mente. Otro arrabal era el de La Merced, en torno
al convento de ese nombre. Otro era el de Guinea
y el cuarto el de La Carnicería, “en que habitan los
negros y mulatos horros”, es decir libertos, además
de “algunos pobres”. En los arrabales hay 34 casas,
casi todas de paja “cubiertas de palmas y las pare-
des de cañas silvestres”, aunque algunas son de ta-
blas “cubiertas de tejas”.
“Dentro de la ciudad algunas casas tienen
huertezuelos de hortaliza”, aunque “de poca con-
sideración, con algunos arbolillos”. Los de mayor
provecho son “los platanales”, un fruto nativo que
ya se había convertido en el alimento básico de los
pobres y los esclavos. La ciudad carece de fuentes,
aunque Antonelli propuso por lo menos dos, a juz-
gar por uno de los planos que hizo de la ciudad.
Las huertas no tenían más riego “que el de la llu-
via”, y cuando es necesario se riegan “a mano”. En
lugar de fuentes, la ciudad tiene acequias “que
bajan de la sierra al mar” como la ya mencionada,
que “desciende entre las dos plazas”, además de
otras dos “que corren por dos de los arrabales”.

El clima
El autor describe el fuerte calor y la humedad
característica del sitio, donde llueve casi todo el
año. Las brisas procedentes del este son las que
Todavía hoy, la selva disputa espacio a las casas de Portobelo. Área
producen mayor frescura, aunque son muy húme-
del antiguo barrio de Guinea. Fotografías tomadas con dron, por
das. Del oeste llegan los “vendavales”, que “corren Andrés Cruz, marzo de 2015.
la mitad del año, comenzando por enero” y son
menos calientes y secos. Como resultado de las llu-
vias y los vientos, sobre todo desde principios de tiempo de armadas. “No hay campo ni parte llana
julio a diciembre, “es este lugar el más enfermo de de consideración en todo el distrito, y si se ve al-
cuantos se conocen en las Indias”. “Las enferme- guna se halla cubierta de bosque, o anegada con cié-
dades son graves y peligrosas; y es maravilla que nagas y totalmente sin utilidad”. “La tierra, de suyo,
en algún tiempo en todo el año se halle casa sin al- aunque áspera, es fértil”, y abunda en árboles “de
guien enfermo”. muy buena madera”, pero el monte es tan “ce-
rrado” que “ni aún hombre solo” lo puede penetrar
La agricultura sino “con cuchillo en mano para ir cortando y
abriéndose paso”. No obstante, agrega, algunos cul-
La ciudad padecía de serias dificultades para tivos podrían prosperar bien, como lo ha demos-
el desarrollo de la agricultura y de la crianza de ga- trado la caña de azúcar, ya que el lugar es húmedo
nado. Este hecho convirtió a Portobelo en un lugar y abunda en valles ríos y quebradas. También abun-
muy dependiente del exterior para su abasteci- daba la leña para cocinar. La fruta que más abunda
miento, exponiéndolo a frecuentes episodios de es- es el plátano, tema que dada su importancia prefiere
casez y altos precios, sobre todo de alimentos en tratar con detalle más adelante.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
85

El puerto El fondo del puerto, tanto frente al San Felipe como


en “la ranchería San Bernardo”, donde había una
El autor se deshace en elogios sobre el puerto, “guardia de soldados” y luego se construiría el
por su “hermosura, seguridad y comodidad para fuerte Farnesio, tenía 17 brazas y cinco palmos,
todo género de navíos mayores y menores con que siendo la “braza de ocho palmos vulgares”. Más
aventaja a todos los puertos de las Indias”. “Está adentro de la bahía, “frente al castillo de Santiago
rodeado en circuito de sierras que lo cierran y abri- nordeste sudeste con la tierra de afuera, el fondo es
gan de todos vientos”, salvo el del oeste, aunque de 16 brazas y media”, de manera que el fondo dis-
“sopla aquí tan moderado que por mucho mar que minuye desde el San Felipe al Santiago “siete bra-
meta, se puede cualquier navío sustentar sobre un zas y un palmo”. (Lo que contrastaba notablemente
áncora”. “Y si aconteciese, lo que nunca se ha visto, con la poca profundidad del puerto de Nombre de
venir tan deshecho que fuese menester mayor de- Dios que no alcanzaba a más de 3.5 brazas). Hasta
fensa, tiene dentro de sí el mismo puerto una en- este punto, es decir frente al Santiago, “surgen las
senada al norte, donde pudiera recoger cualquier armadas y flotas de España, y más adentro las fra-
bajel, y estar seguro del oeste, y del mar que me- gatas y barcos enfrente de la ciudad”. “De manera
tiese”. Se entra al puerto “a la larga este-oeste, y que las naves grandes de armada surgen a 500
tiene desde donde comienzan a poder surgir los pasos del castillo de Santiago y otros a 400, 300, 200,
navíos en línea recta hasta el fin, más de 3,000 y 100, y las fragatas y barcas se ponen tan cerca de
pasos geométricos”. “Su latitud, que es norte-sur, la tierra, que barbean en los muelles”. Siendo tan
en lo más angosto es de más de 1,500 pasos, y por amplio y profundo “caben en el puerto dentro del
lo más ancho, que es a la entrada, tendrá más de amparo de los castillos 300 naos y galeones de ar-
1,800”. De esa manera “su entrada es libre y sin re- mada y juntamente de lanchas, barcos, fragata y ba-
celo”, es decir fácil y segura. jeles pequeños más de otros mil”. Y aún más,
Sin embargo, cuando Bautista Antonelli rea- “queda de fondo de los castillos afuera para recibir
lizó la inspección del puerto en 1595 anotó que más de 2,000 naos gruesas, pero con menor seguri-
cuando las naves entraban por el lado donde se dad de los vientos”. Eran pues evidentes las bon-
construiría el San Felipe, es decir al noreste, “la dades del puerto y justificaban su buena fama.
mayor parte no pueden entrar a la vela” y deben En el puerto se pescaba poco por razones de
arrojar el ancla “a la boca del puerto” para entrar seguridad. De noche estaba prohibido “por respe-
“atoándose”, o sea avanzar con ayuda de embar- tos convenientes a la guerra”. De día, cuando se
caciones más pequeñas desde las cuales se iba ti- hacía, era con “esparaveles [una red redonda que
rando de los cables de las anclas. Aunque otros lo se arroja a fuerza de brazo en ríos y parajes poco
consideraban una desventaja, para Antonelli era profundos], y humildes embarcaciones de pesca
una ventaja desde el punto de vista militar, ya que conocidas como «chinchorros», cosa que no es de
el atacante tendría de esa manera que demorar su consideración”.
entrada, quedando expuesto a la artillería del San “Vienen a este puerto las flotas de España para
Felipe123. De hecho, cuando el vicealmirante Ed- el Pirú, y al contrario, las personas y plata que allí
ward Vernon atacó Portobelo en 1739, tuvo que han de pasar a España”. (En las lenguas quechua y
“atoar” sus naves frente al San Felipe, aunque esto aimará, se decía Piruw, por lo que durante el perí-
no le impidió que lo demoliera a punta de tiros; odo colonial se pronunciaba Pirú y no Perú). Y en
además, le resultó una ventaja pues allí se detuvo, cuanto a los puertos de la región que comerciaban
luego de capturar este fuerte, manteniéndose a dis- con Portobelo: “Los que han de ir a los puertos de
tancia de la artillería del Santiago, cuyas balas esta costa y de Tierra Firme, son Cartagena, Santa
nunca le alcanzaron. Marta, Río de la Hacha, a las provincias del Nuevo
Otra ventaja del puerto es que “todo el fondo Reino de Granada, Coclé, Veragua, Costa Rica, Ni-
[...] está limpio de peñascos y de los que los mari- caragua, islas de Santo Domingo, La Habana”. El
neros llaman ratones, que son riscos encubiertos año en que hay flotas entran al puerto 100 naves y
en que se rozan los cables y se cortan las amarras”. bajeles y el resto del tiempo ascienden a 50 o 60.
Descripción de Portobelo de 1606-1607
86

La costa cercana a Portobelo tanto al este gaban a Portobelo jarcias, clavazón y brea. Al-
como al oeste es “apacible y por la mayor parte guna brea le llegaba de Nicaragua “aunque no es
limpia”. “En toda ella hay muchos puertos en que de tan buen efecto y se usa poco de ella”.
se pueden recoger grandes bajeles, y otros porte- La fabricación de un barco puesto a la vela
zuelos menores para los pequeños, bastantes todos cuesta entre 800 y 1,000 pesos, y las fragatas entre
para defensa de cualquier temporal”. De hecho, 1,000 y 1,500 pesos “conforme a su grandeza”.
esta ventaja sería ideal para los que se dedicaban Estos “barcos” eran probablemente chatas, y las
al contrabando. “fragatas”, bongos de una vela cuyo vaso era un
Por la costa corren dos tipos de vientos, “la tronco de madera ahuecado, los dos tipos de em-
mitad del año vendavales y la otra mitad brisas”. barcación que se usaron en el Chagres durante el
“Las brisas llaman en esta tierra a los vientos que período colonial y cuyo desplazamiento era de al-
vienen del este o Levante”, y soplan desde princi- rededor de 25 toneladas. Aunque estas eran em-
pios de enero hasta junio. “Los vendavales soplan barcaciones costosas, lo que más encarecía el
desde el oeste y no llegan a durar un día”. transporte ribereño era la mano de obra esclava
que se necesitaba para la navegación, es decir los
Construcción de embarcaciones bogas o remeros, más el proel, una suerte de capi-
tán o timonel que iba al frente del bongo para ad-
Hasta entonces no se habían construido na- vertir de riscos y raudales.
víos en el puerto salvo “algunos barcos y fragatas
solamente para el viaje del río de Chagre y el co- Las defensas
mercio de estas costas”. El año en el que más se
han construido “no pasan de seis y de ahí abajo Para esa fecha Portobelo estaba custodiado
hasta uno, y año hay que no se labra ninguno”. por dos castillos: a la entrada, situado al norte del
“Portobelo podría fabricar más barcos que en La puerto, estaba el San Felipe Sotomayor; al sur,
Habana y en cualquier otra parte de las Indias”. junto a la ciudad, el Santiago. Pero la “principal
(Una evidente exageración, ya que La Habana defensa son montañas inaccesibles que cierran el
llegó a convertirse en el siglo XVIII en el gran as- puerto por todas partes y hacen casi imposible el
tillero de España en América). Pero no se hacen
por la falta de “mantenimientos y por el consi-
guiente de los jornales de los maestros y artífices Antiguo Santiago de la Gloria desde el mar.
y por ser la tierra tan enferma”. De España le lle- Fotografía de Juan Albarrán, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
87

entrarle por tierra, sino es con grande peligro del En la costa cercana se cuentan veinticuatro
enemigo y grandísimo descuido de los defenso- ríos mayores y menores, aunque en ninguno
res”. Esa fue una de las razones por las que Anto- puede entrar bajel, “sino es alguna barquilla o cha-
nelli escogió a Portobelo. De hecho, los estrategas lupa”. La gran excepción es el río Chagres “que
consideraron siempre la naturaleza del Istmo su entra a doce leguas de este puerto”. “Por él suben
mayor defensa contra el enemigo externo. Fue un barcos grandes hasta la casa de Cruces, que está a
factor disuasivo que inhibió a Henry Morgan de seis leguas de Panamá, en invierno, que en verano
avanzar más allá, cuando atacó Portobelo en 1668, no pueden por falta de agua”.
e incluso cuando atacó Vernon a Portobelo, en 1739 A media legua de Portobelo hay una laguna
y en los años próximos. Y si Portobelo cayó más de “que llaman ciénaga”. “Se junta con el mar como a
una vez al ser atacado fue, como anticipaba la Des- un cuarto de legua mediante un estero que sale del
cripción, “por descuido de los defensores”. De eso puerto, de un cuarto de legua de largo, y la laguna
habían sido testigos los vecinos tan recientemente tendrá tres cuartos de legua de circunferencia”. “Es
como el año 1601, cuando atacó William Parker salobre y crece y mengua con el mar”. Su parte más
por sorpresa. profunda mide dos estados (unos 12 pies). Se na-
vega en canoas, bateles y chalupas para ir a San-
El sistema ribereño tiago del Príncipe, pueblo de negros mogollones
(antiguos cimarrones liberados) “de donde se traen
Junto a la ciudad el río más importante era el bastimentos y otras cosas”. Los bateles que van allá
río Cascajal, a veces llamado Lajas, aunque enton- desde Portobelo “saltan en tierra a un cuarto de
ces se le llamaba río de Portobelo. “El río de Por- legua del lugar, y de allí llegan a pie”. Esta laguna
tobelo nace de manantiales a cinco o seis leguas del “procede de manantiales manifiestos y secretos,
puerto, en el cual entra por parte que su boca dis- demás del acrecentamiento que recibe del mar”.
tará de la ciudad mil pasos y es donde más cerca
se llega a ella, porque hacia su nacimiento se va Árboles maderables
desviando siempre”. “Sus crecientes suben y bajan
en breve tiempo, porque proceden de aguaceros y Los árboles de las montañas que rodean Por-
porque tienen corta acogida, por esto impiden tobelo en su mayoría no son frutales, “pero entre
poco el vado a los caminantes”. No tiene puentes, estos hay muchos de muy buena madera y uso
“ni hace falta, porque sirven las canoas en las cre- para fábricas y edificios, y otros para leña”. Gran
cientes”. Estas canoas “andan por el río para ser- parte de ellos permanecía aún sin nombrar y “sin
vicio de la ciudad, trajín de frutas, maderas y otras ser conocidos”.
cosas”. No entran por este río bajeles “por el poco Los conocidos y con su propio nombre son
fondo y la pequeñez del río”. Fue a la orilla de este cedro, caobana, guayacán, roble, laurel, guácimo,
río que se proyectó varias veces mudar la ciudad espavé, corotú, mangles, unos blancos y otros co-
con el nombre de San Carlos o de San Cristóbal, lorados, quiras, ceibas espinosas, higuerón, gigua,
aunque ambos intentos fracasaron, como se verá calabazuelos, higueras que llaman totumas o
en otro capítulo de este libro. mance, pixbaes, canima y cacique. “La madera del
Otro río de Portobelo era el llamado “de la Do- cedro es olorosa y buena para arcas y escritorios”.
minica”. “Nace en un valle diferente al anterior, Se hace con ella, “muchas tablas porque es la más
pero viene a entrar también en el puerto y por el utilizada para la construcción de edificios en la ciu-
mismo valle (porque a una legua antes vienen a dar dad y en las fábricas de navíos, barcos y cuales-
ambos valles en uno) más los ríos sin juntarse en- quiera instrumentos”. La madera de caobana es
tran cada uno de por sí en el mar”. Además, la ciu- veteada de negro sobre colorado y “es buena para
dad tenía en su circuito “muchos arroyos, tantos sillas, bufetes y mesas”. Los guayacanes son de
como valles o quebradas”. “Unos entran en el mar, dos colores, amarillos y negros. “El amarillo se
otros en los ríos y ninguno es de consideración y toma por medicina contra las bubas” (es decir la
tampoco hay fuente notable digna de contar”. sífilis). Durante mucho tiempo se creyó, en efecto,
Descripción de Portobelo de 1606-1607
88

que el guayacán servía para esta cura, y la idea la cura y el agrio que tiene, como las uvas y los
propagó el médico y botánico sevillano Nicolás jobos”. Pero todas estas frutas “carecen de sabor y
Monardes que en las décadas de 1560 a 1570 pu- de esa manera no son de consideración, con excep-
blicó obras sobre las bondades medicinales de cier- ción del caimito y la almendra que son regaladas”.
tas plantas americanas, sobre todo el guayacán, del El caimito “lleva fruta en abundancia y ella es sana
que le enviaban trozos de corteza desde el propio y de buen gusto”. La almendra es poco menor que
Panamá y con lo que hizo buen dinero. Pero ob- la nuez, pero no es sana. “El membrillo también es
viamente el guayacán era inútil para combatir la buen fruto y algo más crecido que los nuestros”.
sífilis. El guayacán negro “dura debajo de tierra sin Entre las “frutas mansas se dan bien de las de
corromperse, y es de tan dura madera que se me- España naranjas, limones, cidras”. Entre las locales,
llan en el las hachas poco menos que si hirieran en en primer lugar el plátano, “fruta sabrosa y de sus-
hierro”. Este árbol solo se encuentra lejos de la ciu- tento”. Al describirlo deja claramente sentado que
dad. Luego se comprobó que gracias a su dureza se trata del plátano de cocina, llamado en otras par-
y resistencia al agua, el guayacán resultaba ideal tes “hartón” y que hasta hace muy poco los paleo-
para construir las cureñas de los cañones, aunque botánicos consideraban exógeno de América y no
su confección resultaba costosa, llegando a costar nativo124. “Antes de maduro lo comen en lugar de
hasta mil pesos una sola. pan la gente de servicio, cocido o asado. Maduro lo
Para navíos era útil la madera del calabazuelo. comen todos como fruta. Es frío y ventoso y causa
Las “higueras totumas, o mance, sirven para curtir peligrosas enfermedades mayormente a los nuevos
cueros con mayor eficacia que el zumaque”. El ca- en la tierra porque lo comen con exceso”. A conti-
bime era escaso “y su aceite (que es muy estimado) nuación describe el fruto que conocemos como gui-
se saca aquí en poca cantidad”. “La resina que lla- neo, que sí es de origen exógeno: “hay otro plátano
man cativa mangle, se saca en mucha abundancia que llaman de Guinea por haberse traído de allá a
y por esto solía ser despreciada”. “Ahora se estima Cartagena, de donde después se trujo aquí habrá
y se pide más”. Otro gran provecho del monte era cuatro años”, es decir hacia 1603. Pocas veces en-
la leña “que por tenerla tan cerca se trae a la ciudad contramos una fecha tan precisa para conocer
casi sin costa”. “La mejor es la del mangle colo- cuándo se introdujo una plata exótica en el país.
rado, tanto y más buena que la de encina en Es- “Este es fruta olorosa y suave que no se come sino
paña”. También se hace “mucho carbón y muy maduro y no es menos dañoso que el de la tierra,
bueno para herreros y otros oficios y servicios”. “El antes más frío y ventoso”. La descripción de ambas
mejor es el de la gigua”. musáceas no deja lugar a dudas.
Luego describe la guayaba. “La guayaba se
Árboles frutales silvestres tiene por fruta sana aunque algo fría y muy estítica”.
Era usada “para las cámaras, cruda y asada”. Cáma-
Entre los árboles frutales “que se conocen ras era el nombre genérico que se daba entonces a
entre los silvestres del monte son encinas que lle- las diarreas. Como refresco “también se bebe el agua
van bellotas, caimitos, algarrobos, membrillos, la- cocida con ella, y con los cogollos de su árbol, como
yaya, ailos, uvas que nacen en árboles a racimos, sana y regalada”. Se hace “conserva de ella como de
jobos, cabezas de negrillos, nísperos, almendros, membrillo”. Se come con toda y cáscara, al igual que
castaños, yaguas, corozos, palmas reales, palmi- la manzana. Entre los “árboles grandes” estaba la
tos”. “Todas estas son frutas propias de la tierra y papaya, de la que también se hacía conserva “como
diferentes de las de España, aunque se las hayan calabacete”. “No tienen uso en la medicina, mas de
dado a algunas los nombres de las nuestras por la que algunos las comen por el gusto y por templar
semejanza”. “Ninguna de ellas se vende ni se gasta con ellas la frialdad de la fruta”. “De tajadas de la
en uso ordinario como mantenimiento sino es que papaya cuando está verde, se hace conserva como
en necesidad alguno se sustente con ella en la calabacete”. De las piñas también se hacía “conserva
montaña que podrá por algún tiempo aunque muy estimada”. Pondera asimismo las bondades de
mal”. A veces se les da a los enfermos “por la fres- la guanábana y el aguacate.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
89

Hortalizas y otros cultivos semilla con las que solían alimentarse en su tierra
de origen, como en el caso del arroz, ya que era
En Portobelo no abundan las hortalizas de- parte habitual de su dieta. Lo raro habría sido
bido a “la ocupación o descuido de la gente y por- que no lo cultivaran tan pronto como pudieran,
que requiere mucha diligencia”. Vuelve a repetir como se sabe que en efecto lo hicieron125. Más
que “la tierra de suyo es fértil”, pero agrega que adelante veremos que, según el autor, incluso los
por ser “muy caliente, produce gusanos, cangrejos, negros fugitivos tenían cultivos de arroz en sus
sapos, hormigas y otras sabandijas que destruyen palenques.
las hortalizas”. Para proteger las pocas hortalizas Y continúa la Descripción. El jengibre se daba
se construyen “barbacoas”, que son como “zarco bien “porque acude razonablemente” y podría ex-
puesto plano sobre cuatro palos, alto del suelo un portarse a España. La cosecha de maíz “ha sido
estado [unos seis pies]; sobre este echan tierra muy pequeña hasta aquí” y el consumido era tra-
hasta media vara de hondo [una vara = 0.82 cm] y ído de afuera, pero no porque rendía poco ya que
allí siembran rábanos, lechugas, coles, berenjenas, “acude a cien fanegas y de ahí arriba”, aún culti-
pepinos, nabos, frijoles”. Pero todo en “poca can- vado con poco trabajo, sino porque “los vecinos
tidad y no bueno”. Los perejiles, yerbabuena y ocupados en la fundación y edificios del lugar no
poleo [es decir menta], la siembran “en cajones de han podido hacer rozas ni sembrar para granjería”.
madera y macetas de barro”. Pero se esperaba que una vez terminada la cons-
Entre las semillas las más sembradas eran el trucción de los fuertes y de la ciudad, los esclavos
maíz, el arroz, el ajonjolí y el jengibre. quedaran desocupados “y les será forzoso emplear-
Para sembrarlas “talan el monte por las cuestas los en la labor de la tierra”.
y laderas, y seca la leña en el mismo lugar le ponen
fuego”. “Esto llaman rozas”. “En la tierra así des- Plantas medicinales
montada y limpia hacen hoyo y siembran las semi-
llas”. Este cultivo es muy limitado “porque la gente Entre las “yerbas y piedras medicinales de la
se aplica poco a ello y porque se gasta mal”. tierra que se hallan o nacidas allí o traídas, son zar-
En cuanto al arroz no está demás mencionar zaparrilla, pimienta longa, jengibre hinojo, bence-
que se ha extendido en Panamá el mito de que nuco, raíz de China, mechoacán, habillas, corozos
fue introducido por los inmigrantes chinos del de monte, higuerilla del infierno, la yerba del es-
siglo XIX o principios del XX, mito a cuya difu- cudo, la guacima, cortezas de mance, cortezas de
sión ha contribuido por ignorancia la prensa cocos”. “En la marina se hallan la piedra antales y
local. La realidad es que ya en tiempos de Pedra- la dentales, coral blanco, piedra pómez”. Y agrega
rias Dávila, se habían expedido Reales Cédulas un dato interesante: como ya no quedaban indios
donde se prometía premiar a quien primero co- naturales “que den noticia de ellas [...] no se cono-
sechara arroz. Hay además incuestionables evi- cen hasta ahora más medicinas de las dichas”. Los
dencias documentales de que el grano se pro- estragos de la despoblación aborigen de los tiem-
ducía en los campos de Los Santos cuando recién pos tempranos de la conquista, había alcanzado
se había fundado en 1569. Según la “Descrip- para entonces a Portobelo, Nombre de Dios y toda
ción” de Panamá de 1607, para entonces se pro- la cosa cercana.
ducía más arroz del que se necesitaba para el Describe luego los usos terapéuticos de al-
consumo doméstico, pudiéndose exportar hasta gunas plantas. La pimienta lunga y el jengibre se
500 quintales anuales al Perú. Ya en el siglo XVII usaba en composiciones de botica “como de
formaba parte de la ración diaria de las tropas. cosas calientes y aromáticas”. El hinojo es ca-
El arroz había sido introducido en España por los liente, pero diferente del de España. Con “el agua
árabes desde que la invadieron en el siglo VIII, y en que se cuece se dan baños y toman sudores”.
cuando los españoles se establecieron en Amé- El bencenuco “es contrayerba y remedio de cual-
rica, como es típico de cualquier pueblo conquis- quier picadura de sabandija y de veneno”. “El
tador, trataron de cultivar cualesquier planta o agua de su cocimiento sana la sarna. Sus polvos
Descripción de Portobelo de 1606-1607
90

son cáusticos”. Las “habillas llaman a ciertas pe- Animales domésticos y de caza
pitas de un árbol y son purgativas”. También se
hacen purgas con los “corozos de monte”. La se- Continúa con la lista de animales conocidos y
milla de la “higuerilla del infierno es la que en que se podían comer, como jabalíes, unos llamados
España llaman tártagos”. Sirve de purgante, “zahinos por el color” y “otros de manada, estos
aunque si no se aplica con mucha prudencia, porque juntos siguen un capitán y se halla siempre
“mata mayormente los coléricos por ser también ser el más flaco de la manada”. También eran co-
caliente su veneno”. La yerba del escudo es mestibles los conejos, armadillos, guardatinajas y
“contraveneno para las picaduras de culebra”. las antas. Las uñas de las antas o “vacas monteses”
“Con el agua cocida con cortezas de mance o con (es decir tapires) servían “contra el mal de corazón
las de cocos se curan cámaras” (es decir dia- y han de ser de la mano izquierda”.
rreas). Un mayor efecto se producía cuando se Agrega a la lista de animales los tejones o
hacía “comer la frutilla de la guácima, que es “gatos llamados nalúes”, erizos, ardillas, perros,
muy astringente”. gatos, caballos, vacas, puercos, cabras y “algunos
Para la preparación de fármacos se podía con- venados bermejos, y en ellos se hallan piedras be-
tar con el coral blanco, la piedra pómez, los antales zoares”. “Críanse en el monte unos ratones gran-
y dentales. Entre las yerbas ponzoñosas se encon- des. Llámanles cuyes y su carne es de buen
traba el bejuco. Su tallo o vástago colorado tiene comer”. Dado que el cuy no es endémico del
hojas vellosas que cuando se abren despiden una Istmo, cabe suponer que el autor lo confunde con
leche que produce llagas en la piel humana, lo que el ñeque o con el conejo pintado, dos roedores que
sucede a menudo a los que entran al monte y la abundan en la selva portobeleña, sobre todo el
cortan sin conocerla, “de que les quedan la cara y primero126.
manos muy lastimadas y afeadas”. También son Se refiere luego a las zarigüeyas, a las que
ponzoñosas la ceiba espinosa, unos arbolitos que llama “chuchas” y que en otras partes se les daba
llaman manzanos por tener el “color y olor muy el nombre de “zazapis” (lo escribe con cedillas en
semejantes a los de los manzanos enanos de Es- ambas letras c). Le llama la atención la bolsa de las
paña” y si se comen “matan sin remedio”. El autor que cuelgan sus hijuelos. No consiguió quien le ex-
se refiere verosímilmente al manzanillo. Otra plicara cómo conciben, pero rechazaba la versión
planta dañina es la “yerba del escudo”, llamada así popular según la cual la bolsa en que la madre car-
por su forma. gaba a sus hijuelos era “el vientre en que de prin-
Concluye este tema agregando dos datos cipio se engendraron”, lo que rechazaba por
que pueden explicar la carencia de mayor infor- “inverosímil”.
mación y que merece retener: “No se conocen Pasa luego a mencionar las aves. De España
más yerbas medicinales ni otros remedios, por- se habían introducido “gallinas, patos reales, pa-
que habiendo gran diversidad de yerbas y sim- tillos, patos caseros, jabancos, palomas torcazas,
ples en los montes, son conocidos muy pocos por tórtolas, garzas, águilas reales, gavilanes”. Las
no haber indios ni vecinos antiguos en la tierra propiamente locales y “diferentes de las de España
que den noticia o que con la experiencia los des- son gallinas pavones, faisanes, perdices, gallinas
cubran. Todos van por aquí de paso y no tratan de monte (que por otro nombre llaman perdices
de experimentar ni querer conocer otras medici- de Acla, son aves grandes y de buen gusto), hal-
nas que las usadas en España y que se hallan en cones, alcatraces, gaviotas, rabihorcados, galliná-
las boticas”. ceas (es un ave sucia que come la carne mortecina
No sorprende la minuciosidad con que el y ansí limpia los campos y los pueblos), choritos
autor identifica estos fármacos nativos y sus usos urracas, papagayos, periquitos, guacamayas, rui-
médicos, ya que es un tema que le había interesado señores, cuervos, oropéndola”. La oropéndola “es
desde mucho antes y lo había desarrollado en su un pájaro de buen parecer de color negra y parda
Milicia y descripción de las Indias, aunque en esta y el pico muy amarillo, labra su nido con maravi-
Descripción incluye otros nuevos. llosa cautela para asegurar la cría de la injuria de
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
91

Asediada por el corto espacio entre la orilla del mar y la selva, Portobelo no tenía espacio para expandirse. Frente de mar de la Aduana.
Fotografía tomada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.

culebras y micos, tejido de pajas muy apretadas y “Todo es buen pescado pero tómase poco y ese en
trabadas con la forma de un currón o redoma con la misma entrada del río en el puerto”. En la la-
la entrada tan estrecha que apenas cabe por ella”. guna o estero “se crían peje mandinga, mojarras
En una nota al margen del texto se lee: “No le de- como las de España, parguetes, buen pescado se-
bieran llamar los españoles oropéndola, pues no mejantes algo en sabor y hechura a los besugos
se parece en nada al ave llamada acá ansí porque de España”. También “crían pargos, y guabinas
sus péndolas o plumas imitan al oro. Puédese lla- como las de España”. Incluye en esta lista a las
mar nidipéndula o filipéndula porque cuelga su iguanas que, dice, “se cuentan y comen por pes-
nido de un hilo”. Y continúa describiendo el nido. cado por ser animal que habitan dentro y fuera
Aclara que “de todas estas aves de la tierra nin- del agua”. “Su carne es comida sabrosa y sana,
guna es doméstica sino es las gallinas que son las parece la del conejo”.
que traídas acá llaman gallipavos”. “De los pescados del puerto y del mar de esta
costa que se han conocido hasta ahora” y tienen el
La pesca mismo nombre que en España o difieren poco, se
encuentran: “acedias, agujas, albacores, besugue-
Pasa luego a dar lista de los peces de mar y tes, bufeos, calamares, chopos, chuchos, corvinetas,
río conocidos. En el río de la ciudad, es decir el dorados, godiones, jureles, langostas, lenguados,
Cascajal, “se crían dorados, boquichicos, barbu- lizas, manas, meros, pámpanos, pargos, peje es-
dos, mojarrillas, camarones, jaibas que son can- pada, pulpos, rayas, róbalos, salmonetes, sardinas,
grejos, también entran otros pescados del mar”. sargos, sábalos, sierras, toninas”.
Descripción de Portobelo de 1606-1607
92

Entre las especies locales y desconocidas en pio animal “suele padecerlo y se cura arañándose
España: “caimanes, catalnillas, chapines, cojinúas, el lado del corazón con aquella uña”.
corcobados, macauí, mojarras, palometas, peje Los sapos abundaban “no solo en las calles,
espín, peje lagarto, peje piedra, pejesapo, picudos sino en las casas aún hasta en los aposentos altos”.
rabirubos, roncadores, savilecas, sarnosos, tiburo- No son muy venenosos y no dejan dormir de
nes, tortugas, viejas”. noche con su “importuno cantos”. Se multiplican
Explica que “los caimanes de este mar son tanto “que se han persuadido algunos que nacen
muy grandes y hay muchos, pero hasta ahora no de la lluvia, cada uno de una gota”. De hecho, esta
se sabe que hayan hecho presa en persona ellos ni conseja fue recogida en la crónica de fray Antonio
los tiburones ni están cebados en hombres”. “Los Vásquez de Espinosa, escrita en 1628127. Pero el
negros comen caimanes pequeños, y también se autor de la “Descripción”, menos crédulo, aclara:
comen los tiburones nuevos”. “La carne de los cha- “Esta opinión no es cierta y parece haber nacido
pines es blanca, hebrosa y muy sabrosa, y ansí se de que los sapos dejan sus huevos en el polvo, que
hace de ella manjar blanco”. después se empollan y vivifican con las aguas y se
Se refiere luego al manatí como a otro “pes- ven aparecer de súbito y saltar cuando llueve”.
cado”. “Es anfibio y que sale del mar a pacer en la
tierra”. “Tiene tanto unto y grasa como un puerco”. Minas
“Su aceite es de mal olor, pero diferente al de la ba-
llena y se emplea en las embarcaciones para alum- Hasta entonces no se habían encontrado
brar las bitácoras y en algunas casas en lámparas”. minas de azoque ni de plata: “No se entiende que
Agrega que si bien el manatí se come, es “muy da- se hayan en este distrito, conforme a los grados de
ñoso para los que han tenido bubas [es decir sífi- la región y disposición de la tierra”. En cambio “de
lis], que despierta los humores de ellas por oro se cree sin duda que hay muchas en toda esta
antiguas que sean y olvidadas que estén”. cordillera, que es muy rica de este metal”, aunque
Cuando se pesca en el mar, tanto los españoles aún no se había descubierto ninguna “porque los
como los negros utilizan “nasas semejantes a las vecinos se aplican a solo la mercancía y ninguno a
de España, y otras diferentes y con atarrayas”. Al- descubrimiento, ni a labor de la tierra”. Muchos
gunos pescan con “varas”. Esta pesquería bastaba años más tarde se descubriría en la jurisdicción de
para “sustentar la ciudad de pescado fresco”, ya Portobelo la mina de Santa Rita.
que no solía salarse. Se vendía la libra de pescado
a dos reales y a real y medio. Descubrimiento de Portobelo
y fundación de Nombre de Dios
Ofidios, sabandijas, anfibios
y otros animales En la segunda parte de la Descripción, dedi-
cada a “lo moral y político”, el texto empieza refi-
En los montes había sabandijas ponzoñosas riéndose a la fundación de la ciudad por Francisco
como culebras cascabel y víboras, “cuya morde- de Valverde y Mercado, a la sazón veedor y factor
dura mata al que no fuese socorrido dentro de de Real Hacienda en Panamá, así como “uno de los
veinticuatro horas con remedio conveniente”. comisarios de las fábricas de este puerto y de la
También había alacranes, grandes y azules, arañas boca del río de Chagre y del camino que se abrió
de monte gruesas y vellosas “que son muy en gran para la ciudad de Panamá”. Como vimos en el pri-
manera venenosas”. mer capítulo, fue a Valverde a quien correspondió
Aclara que “ninguna de las carnes de los ani- encabezar el traslado definitivo de Nombre de Dios
males de la tierra tiene veneno”, salvo la del “que y la fundación de Portobelo el 20 de marzo de 1597.
llaman perico ligero” (o mono perezoso). “Esta es A Valverde le correspondió, como fundador de la
mortal por el exceso de calidad flemática”. Sus ciudad que era, la repartición de los solares y el
uñas se consideraban “remedio contra el mal de otorgamiento de otras mercedes entre los vecinos
corazón”, especialmente la mano izquierda. El pro- que se hallaban en la ciudad en ese momento.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
93

Luego de participar en la fundación de Porto- si Nombre de Dios tenía escudo de armas propio,
belo y en la fase inicial de la construcción de las aunque los antiguos vecinos “dicen eran un es-
fortificaciones, viajó a Nueva España en 1600 para cudo con un castillo y una nave con una inscrip-
ocupar el cargo de factor y veedor de Real Ha- ción en latín que quería decir Tierra Firme breñas
cienda. Pero en 1605 regresa a Panamá desde el de oro, como si dijese Continentis Novi Rupes Au-
puerto de Acapulco, y tras 25 días de navegación reae”. De hecho a Nombre de Dios se le despachó
llega a Perico el 16 de mayo para tomar posesión privilegio de armas con la descripción detallada
de su nuevo cargo el día siguiente. Sucedía como del escudo mediante R. C. de Valladolid, de 7 de
presidente, gobernador y capitán general de la Au- diciembre de 1537130.
diencia Panamá, a Alonso de Sotomayor, el pri- La Corona le había concedido a Portobelo,
mero en ejercer estos tres cargos y bajo cuya como especial merced, que los vecinos no pagasen
administración se habían iniciado las obras de for- “almojarifazgo ni otros derechos” sobre “los man-
tificación, la apertura del camino a Panamá y la tenimientos y materiales de la tierra que entraren
mudanza. Valverde ejerció el cargo hasta su en el puerto”. Se había concedido por tiempo li-
muerte el 4 de octubre de 1614128. mitado pero se fue prorrogando y se esperaba que
Vale la pena seguir al pie de la letra la expli- se le concediera a perpetuidad o “por más tiempo,
cación del texto sobre cómo se fundó “la ciudad que importaba mucho para la población y conser-
original, que fue la de Nombre de Dios”. “Pasó así. vación de esta tierra que padece gran pobreza y
De la población del Antigua del Darién salió Diego carestía”.
de Nicuesa a descubrir los mares y buscar como-
didad de puerto. Halló en el río y puerto de Vera- Jurisdicción de Portobelo
gua una población en que estaba Lope de Olano,
y juntos volvieron ambos atrás siguiendo la costa,
Portobelo se encontraba dentro de la jurisdic-
y descubrieron este puerto, que por su belleza llamaron
ción de la Audiencia de Panamá, pero la de la ciu-
Portobelo. Aquí dejó Diego de Nicuesa la mitad de
dad propiamente “no se extiende de las tejas
su gente, y él pasó a Cabo Mármol, donde edificó
afuera, por ser todo entorno arcabucos y montes
un fuerte y algunas casas en torno del, y llamó a la
incultos que no se labran ni habitan”. Por esta
población Nombre de Dios, y redujo a ella la gente
razón “no se eligen alcaldes de la Santa Herman-
que había dejado en Portobelo, con que por enton-
dad ni hay para qué”. “Mas el distrito de suyo con-
ces quedó despoblado este sitio. Después, en el
fina por parte de medio día con el de la ciudad de
año de 1518, Diego Albítez por orden de Pedro
Panamá y con el del Mar del Sur por el oriente con
Arias, gobernador del Darién, volvió a proseguir
la ciudad de Cartagena, por el poniente pasando
la población. Ansí que aunque algunas relaciones
un golfete de mar confina con las provincias de
atribuyen a Pedro Arias de Ávila la fundación de
Coclé y Veragua, por la parte septentrional tiene la
Nombre de Dios, lo cierto es haberla fundado
costa del Mar del Norte que corre cuarenta o cin-
Diego de Nicuesa por otras razones, y porque la
cuenta leguas hasta dar en los indios de Urabá que
costa del Darién, Veragua, y esta parte del mar del
son de guerra”. Nuevamente aquí parece referirse
norte se descubrieron más de cuatro años antes
a los cunas, todavía entonces situados en el área
que el golfo de San Miguel y Costa del Mar del Sur,
del golfo de Urabá.
y por las nuevas de aquel descubrimiento y mues-
tra del oro que se llevó a España, fue enviado con
socorro Pedro Arias de Ávila”129. Nuevamente, el Padrón de Portobelo en 1606
autor repite lo que dice al comienzo de la Descrip-
ción, e insiste en darle el crédito de la fundación El autor afirma que en Portobelo solo se habla
de Portobelo a Nicuesa. el castellano, “porque no hay indios ningunos en
Portobelo no tenía escudo de armas y las la ciudad, y los negros aprenden y hablan la len-
armas reales (es decir de la Corona) las tenía pin- gua de sus amos”. A continuación presenta un re-
tadas en el edificio del Cabildo. El autor ignoraba gistro de la población, que recojo en el cuadro de
Descripción de Portobelo de 1606-1607
94

Población de Portobelo en 1606

Descripción Total Observaciones

“Vecinos y personas libres” 450 “Las personas de todas naciones, sexos y edades y estados que
hay en esta ciudad, sin los esclavos, entrando en este número
los soldados”.
Varones 131 Del total de 450, excluidos los soldados.
Hembras 119 Ídem.
Varones de 16 años arriba 93 Excluidos los soldados.
Niños de seis o menos años 38
Clérigos 3 “Clérigos que sirven en la iglesia parroquial”.
Frailes 6 “Frailes conventuales de La Merced”.
Soldados 200 “Soldados recibidos a sueldo en los castillos de la ciudad”.
Vecinos casados arraigados 27 “Vecinos casados y arraigados que asisten en la ciudad”.
Vecinos casados sin hacienda ni raíces 21 “Vecinos casados que no tienen hacienda en raíces”.
Españoles casados 33
Españolas casadas 34
Criollos y mestizos 27 “Criollos y mestizos casados hay 6, solteros 21”.
Viudos 4 “Vecinos viudos arraigados”.
Viudas 7
Extranjeros 11 De ellos “casados tres, solteros ocho”.
Gente de paso 34 “Gente suelta de paso que al presente habita en la ciudad hay 34
personas, varones 19, hembras 15”.
Mulatos 7 “Mulatos y zambahigos”. Casados 3, solteros 4.
Mulatas 9 “Mulatas y zambahigas”. Casadas 5, solteras 4.
Negros horros (es decir libertos) 15 De ellos, casados 9, solteros 6.
Negras horras 34 De ellas, casadas 9, solteras 25.
Esclavos de 10 a 40 años 316 De ellos, 200 son varones, 116 hembras.
Vecinos que no residen en Portobelo 16 “No habitan en esta ciudad mas de que vienen a ella en tiempo
de flota y viven de asiento en Panamá donde también son
vecinos”.

esta página. Se hizo basado en un “padrón parti- se ordena, en este mismo cuadro, para su corres-
cular con los nombres, edades y haciendas de las pondiente interpretación estadística.
personas que se lee en las relaciones, desde las Al adaptar los datos de este cuadro a moder-
hojas treinta hasta cuarenta y dos”. En doce hojas nos criterios estadísticos obtenemos un panorama
se daba información de cada persona, con su más claro, como se puede apreciar en los cuadros
nombre y condición, que el autor resume, y aquí que siguen.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
95

Resumen tercio en Portobelo. En 1607 el 12% consiste de mu-


latos, zambos o zambaigos, criollos y mestizos, lo
Descripción Total Porcentaje que evidencia una población en creciente proceso
de mestizaje, tendencia que se iría acentuando
“Vecinos y personas libres”, fuertemente con los años. Por cada 100 pobladores
excluyendo los soldados 250 32.64
hay más de seis negros y negras que han adquirido
Población militar 200 26.11 su libertad, convirtiéndose en horros o libres. Casi
Esclavos 316 41.25 al final, en la “cuarta parte”, donde “trata lo ecle-
Total 766 100.00
siástico”, dice que en toda la feligresía, incluyendo
negros, blancos y tropa, había 550 “en edad de con-
Nota: Al parecer, los 93 “varones de 16 años arriba”, los tres clérigos y los fesar”, lo que equivale a casi el 71% del total y su-
seis frailes, que hacen un total de 102, los incluye la Descripción entre “ve- giere una población predominantemente adulta.
cinos y personas libres”, pues de otra manera no cuadrarían las sumas.
Portobelo era un pueblo con pocos niños. Más de
una cuarta parte son soldados. Otro rasgo que
Población por casta llama la atención es la relación de masculinidad de
la población, que consiste en el número de hom-
Descripción Total Porcentaje bres por cada cien mujeres. Esta desproporción es
aún más acentuada entre la población esclava. Los
Mulatos(as), y zambahigos(as) 16 2.09
hombres casi duplicaban a las mujeres. El absen-
Negros y negras horros 49 6.40 tismo de numerosos vecinos que tenían propieda-
Criollos y mestizos 27 3.52 des en Portobelo pero que vivían en Panamá,
Esclavos de 10 a 40 años 316 41.25
también sería típico a lo largo del período colonial.
Tenían en Portobelo una o más casas para alquiler,
Blancos, incluso soldados 358 46.74 barcos para la navegación del Chagres y otros ne-
Total 766 100.00 gocios en Portobelo.

Absentismo de los vecinos más


Relación de masculinidad de
la ciudad de Portobelo en 1607 ricos y vecinos “insignes”

Descripción Hombres Mujeres Según el texto el valor de “las haciendas de


toda esta gente suma 473,500 pesos de nueve rea-
Pobladores blancos 131 119 les”. La ciudad contaba con oficiales “mecánicos”
Soldados 200 0 como herreros, carpinteros, herradores, zapateros,
sastres y calafates. Entre los vecinos “insignes que
Esclavos 200 116
tiene esta ciudad, se han ido a vivir a Panamá die-
Total 531 235 ciséis, los más ricos, dejando aquí sus barcos y
casas”. “Han quedado siete vecinos principales y
Nota: La relación de masculinidad del cuadro anterior indica una prepon-
derancia abrumadora de población masculina: por cada mujer había 2.26 personas de consideración, demás de los dos cas-
hombres. El 69.32% son varones mientras que el 30.68% son hembras, lo tellanos y sus tenientes y el gobernador del pueblo
cual es una asimetría inusual para una población estable. de los negros mogollones”. Estos eran Alonso So-
telo, factor de Real Hacienda; don Luis de Laguna,
Esta composición y estructura demográfica “que fue contador”; Baltasar Maldonado, “que fue
fue característica de Portobelo durante el resto del alférez y es ahora alcalde ordinario”; el capitán
período colonial. Según la “Sumaria Descripción” Diego Chumacero de la Vega, “gobernador del
del oidor Criado de Castilla, de 1575, ya citada, pueblo de los mogollones”. Para asuntos militares
Nombre de Dios contaba con 1,000 esclavos, de señala como los más importantes al capitán Lope
manera que su número se había reducido a un de Quevedo, castellano del San Felipe; el capitán
Descripción de Portobelo de 1606-1607
96

Pedro Meléndez, castellano del Santiago; el alférez Cabildo es “el derecho que pagan los negros que
Gerónimo Fernández de Múnera, que era regidor entran en el puerto que es dos pesos corrientes por
del Cabildo. Entre los “buenos soldados”: don varón y uno por hembra” y se conoce como “de-
Juan de Alvarado, teniente del San Felipe; Antonio recho de sisa y roza, porque está aplicado para des-
Méndez, teniente del Santiago. Y entre los “vecinos montar el circuito de la ciudad, abrir y aderezar los
notables que restan”, Francisco Suárez de Amaya, caminos y calzadas”. Al año este ingreso aportaba
“capitán de la milicia de los ciudadanos”; el doctor 1,500 pesos corrientes (de 9 reales el peso), lo que
Diego López, médico de la ciudad y teniente de te- supone la introducción de 750 esclavos por año.
sorero; y el teniente de contador Pedro de Cubillas. Dato este por demás interesante.
Al final de la Descripción el autor dice que la Por cada res vacuna que entraba a la ciudad
había concluido “por junio de 1606, y que hasta “de afuera a pesarse en la carnicería” se pagaba
junio de 1607 habían faltado en Portobelo doce ve- dos reales, lo que producía al Cabildo ingresos
cinos entre casados y solteros, unos que habían anuales por 2,000 reales, o bien 250 pesos de 8.
muerto y otros ídose a vivir a otras partes”. Esta Según esto, entrarían a Portobelo mil vacas al
tendencia se mantendría en los años siguientes. año, lo que daría un promedio de 2.73 vacas dia-
rias, digamos 3 considerados los días de guardar.
Ingresos del Cabildo Como eran vacas que solían venir desde las cer-
canías de la capital y aún más lejos, y debían atra-
Los ingresos o “proprios” del Cabildo eran “la vesar el Istmo central por atajos y malos pasos
correduría de lonja que se arrienda para cada flota, selváticos que solo los vaqueros conocían, llega-
que es cada dos años y vale arrendarse en 5,000 ban muy reducidas de peso y una vez muertas su
pesos de a 9 reales [...] y cuando la flota es conoci- carne en canal no pasaba por lo regular más de
damente rica llega a 6,000 pesos”. Fuera de las flo- 350 o 375 libras, lo que daría para cada habitante
tas no tenía ningún provecho esta actividad “por portobeleño una media de 1.2 a 1.5 libras diarias
la cortedad de la contratación”. Otro ingreso del de carne, cantidad que no era poco ciertamente.

Entrada a la bahía de Portobelo. Fotografía to-


mada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
97

Tales proporciones no deben sorprender ya que gra- tabla, tejas y cal se traían de Cartagena, que dista
cias al temprano desarrollo de la ganadería en Pa- más de 80 leguas”. Para cubrir esos gastos “ven-
namá, la carne de res se convirtió en uno de los dieron sus esclavos, joyas y alhajas”. La tercera
pilares fundamentales de la dieta. (Una libra de 16 causa fue el saqueo de Portobelo por el pirata in-
onzas para el soldado o el esclavo eran raciones co- glés William Parker el 16 de febrero de 1601, “que
tidianas habituales). Además, debe considerarse acabó esta ciudad y las haciendas que habían que-
que el mayor consumidor sería la población adulta, dado”. En un lustro los vecinos habían sufrido dos
tanto civil como militar, que era la predominante131. devastadores ataques piráticos.
Los cálculos anteriores son por supuesto bur- La cuarta causa es haber quedado muy “tra-
dos, pero a falta de otros mejores pueden servirnos bajados” los vecinos por “haber servido de su vo-
como marco de referencia. Al parecer, todavía en- luntad en las fábricas de los castillos por servir y
tonces el consumo de carne porcina no se había agradar a su majestad y a los gobernadores, lle-
desarrollado en Portobelo, como lo haría después. vando fajina y subiendo piedra a cuestas”. Es
La suma de estos “proprios” convertidos a pesos decir, que la mudanza no fue una bendición para
de 8 reales rendía al año al Cabildo cuando había los vecinos.
flotas, unos 7,262 pesos. El Cabildo tenía tres es-
clavos que trabajaban en el matadero y la carnice- Actividades comerciales
ría, más otros nueve o diez ocupados “en cosas del
servicio público, particularmente ayudando a El autor pasa luego a referirse a la actividad
rozar el monte y aderezar los caminos”. comercial, la más importante del puerto. Empieza
mencionando cómo suben o bajan los precios de
Pobreza de Portobelo tras la mudanza las mercancías procedentes de España para las fe-
rias conforme a su abundancia y al valor de la
En Portobelo no había haciendas de cosecha o plata que llega del Perú y Bolivia, de manera que
frutos de la tierra. Se criaba algún ganado vacuno, “a veces pierden o ganan moderado o con exceso
cabrío y de cerda “pero en muy poca cantidad”. los cargadores” aunque en ocasiones obtienen ga-
Los principales ingresos de los vecinos “consisten nancias de 100 a 200%. En la página siguiente se
en la contratación y comodidad del puerto”. Pero da una lista de productos introducidos para el con-
en ese momento “hállase la ciudad muy pobre [...] sumo desde otras colonias durante las ferias.
aunque se esperaban verosímilmente riquezas”. Los tiempos de gran bonanza comercial de las
Probablemente el autor alude a que en la década décadas de 1570 y 1580 eran cosa del pasado, de
de 1590 la Corona había hecho planes para que las modo que ya no quedaban mercaderes “que ten-
flotas “invernaran” en Portobelo o Cartagena, lo gan posibilidad para enviar o ir a cargar a España
que generó grandes expectativas. Sin embargo, y los que algo pueden hallan más segura y mayor
esto no sucedió. El hecho es que la propia mu- ganancia empleando en la misma ciudad y fiando
danza a Portobelo se hacía en medio de nuevas es- por menudo, en que ganan a 200% y tienen tiempo
peranzas de riqueza, pero obviamente no resultó para cobrar entre flota y flota”. “Todos los vecinos
así y esto explica en parte que los vecinos más de cualquier calidad o con poco o mucho caudal
acaudalados se trasladaran a Panamá. contratan”. “Contratan también los oficiales mecá-
Comenta a continuación las causas de esta nicos, porque no se pueden sustentar con sus ofi-
“pobreza”. En primer lugar la destrucción de ha- cios y entre flota y flota han menester contratar”.
ciendas y mercancías en Nombre de Dios el 13 de Unos comercian con mercancías de España, “otros
agosto de 1596, cuando se incendió la ciudad du- en pulperías (que así llaman a las tiendas de cosas
rante la invasión de Francis Drake. Luego, la pro- de comer y diferentes menudencias)”. Las pulpe-
pia mudanza a Portobelo, que dejó a los vecinos rías eran pequeñas tiendas de abarrotes que abun-
“perdidas sus casas, heredamientos y estancias en daban en las ciudades del período colonial. Su
Nombre de Dios, y edificando casas nuevas aquí signo distintivo era una escoba en la entrada, al pa-
con muy grande costa, porque los materiales, recer una tradición de origen gallego. Los más
Descripción de Portobelo de 1606-1607
98

Productos de otras regiones introducidos para la venta en tiempos de flotas y ferias

Producto Procedencia Precios

Cordobanes “Vienen en abundancia de Chile 70 pesos docena.


y de los llanos de Perú”
Cordobanes Nuevo Reino de Granada 70 pesos (al parecer la docena).
Alpargates Nuevo Reino de Granada 30 o 32 pesos el ciento.
Loza y otras cosas Santa Marta
Miel de abejas y de caña, sebo, brea, Nicaragua El quintal de sebo a 8 y 9 pesos de
aceites, resinas, petates para esteras, 9 reales; el de brea de 9 a 10 pesos.
chocolate en pasta y cocoa en grano

acaudalados comerciaban directamente con Perú El transporte mular


y llevaban allá sus mercancías. Pero “en general
contratan por sus personas, aunque algunos en- En Portobelo nadie era propietario de caballo
vían las mercadurías con yentes y vinientes”. Seis ni de “mula de rua”. La ciudad era demasiado pe-
mercaderes venden “ropa de España”, pero solo queña y no había espacio ni calles lo suficiente-
dos tenían tiendas abiertas de ropa de España. mente largas como para poder lucir estas
Había 14 pulperías, pero durante las flotas su cabalgaduras. En cambio “algunos vecinos espa-
número aumentaba a treinta. En tiempos normales ñoles y algunos de los negros libres tienen mulas
se contaba, pues, una pulpería por cada 55 habitan- que alquilan”. Sin embargo las recuas son peque-
tes. Se trata de una proporción mucho mayor que la ñas y escasas y no se encuentran en el propio Por-
de Panamá, donde en 1630 había una pulpería por tobelo sino en Panamá “por la comodidad del
cada 132 habitantes132. Y siendo, como ya se dijo, que pasto que allá hay y falta aquí”. Lo que explica que
en Portobelo había 50 casas, durante las ferias, serían el grueso del negocio del transporte terrestre ba-
muy pocas las que no tenían sus bajos ocupados por sado en las recuas quedó situado en la capital.
pulperías. Estas pulperías alquilaban la parte baja de Estas recuas eran trajinadas por negros, ya que no
las casas, usualmente en las esquinas, y ocupaban había mano de obra indígena “ni ellos las pudieran
un frente a veces no mayor a media lumbre (una servir por su cortedad de cuerpos y de fuerza”.
lumbre = 4.1 m) y otro tanto de fondo, pero es evi-
dente que por su número invadían literalmente el Hatos y fincas agrícolas
casco urbano de la ciudad. Había pulperos mulatos
y mulatas, blancos pobres, e incluso soldados de los En el distrito de Portobelo solo había tres estan-
castillos (con su mujer a cargo). Dada su naturaleza cias, aunque de “muy poca importancia, porque no
de comercio al por menor, no requería de una gran se crían en ellas sino plátanos y algunos árboles de
inversión de capital y cualquiera podía tener uno de fruta y gallinas para el regalo de sus dueños”. Por
estos pequeños negocios. Allí se vendía “miel, azú- su parte “algunos negros horros tienen dentro en el
car, conservas, manteca de puerco, pescado, queso, monte algunas labrancillas de maíz y arroz” y le-
almidón, garbanzos, ajos, habas, sal, frijoles, loza, pe- gumbres, pero “de poca consideración”. A media
tates, sogas, jáquimas, cinchas, alpargates, jabón, legua de la ciudad había desde 1604 un hato de
velas de cebo y de cera, cordobanes, mantas de al- vacas de leche, pero debido a la espesura del monte
godón, sombreros y otras menudencias”. Eran tam- solo tienen para pastar un cuarto de legua (unos es-
bién lugares de encuentro y sociabilidad, donde se casos mil cuatrocientos metros). “El ganado que
compartían noticias, y a menudo se vendían bebidas mejor se da es el cabruno, por ser el temple y el
alcohólicas y se jugaban cartas o dados. monte a propósito, pudiéndose multiplicar mucho
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
99

porque no hay cabra que no para dos o tres cabri- El funcionariado


tos”. Pero había pocas cabras, ya que solo se criaban
para “regalo de leche y cabritos”. Bastaría, dice la Trata después sobre la organización y caracte-
fuente, con rozar el monte para acrecentar esta rísticas del Gobierno, que recojo en el siguiente
crianza, lo que sería “buena granjería de cordobanes cuadro.
y demás aprovechamiento”.

Organización del Gobierno en Portobelo

Cargo Nombre de autoridad Observaciones

Alcalde mayor Capitán Bernardo de Vargas Además tiene título de comisario de fábricas y fortifica-
Machuca ciones. Está subordinado al gobernador y capitán general
de Panamá. Se provee por seis años y en interinidad lo
nombra el gobernador y capitán general. Tienen 1,200
ducados de salario anual, incluyendo los 600 como co-
misario de fábrica y fortificaciones.

Alguacil mayor (No se menciona que lo ejer- Se adquiere por compra al rey. Nombra dos alguaciles
cía Juan Díaz Franco, que lo en el Cabildo, a los que paga él mismo. Uno era alcalde
había comprado en Nombre de la cárcel y el otro portero del Cabildo para repeso de
de Dios por 7,000 ducados la carnicería y almotacén, aunque a este le pagaba el
en 1592, para ejercerlo de Cabildo cien pesos al año. El salario del aguacil mayor
por vida y lo continuó ocu- proviene de las “décimas de las ejecuciones”, en realidad
pando en Portobelo hasta “cuatro por el primer ciento y dos por cada uno de los
su muerte en 1616) demás”. Aparte de esto, “tiene dos pesos de a 9 reales
por cada navío o fragata que entra en el puerto por
razón de visita que les hace, salvo los navíos de flota que
son libres”.

Regimientos o capitu- Son cinco, “los tres los compró por una vida con su oficio
lares del Cabildo el alférez real, para nombrar quién los sirva”.
Lo sirve uno de los regidores por turno “por merced que
le hizo a esta ciudad el emperador Carlos V en Valladolid,
14.V.1542 y confirmado por Felipe II en 8.VII.1558”.

Fiel ejecutor Lo nombra cada año por elección el Cabildo.

Procurador general y La arrienda la ciudad como uno de sus ingresos o pro-


mayordomo prios por merced del rey, para tiempo de flota.

Correduría de lonja La tiene comprada el escribano de registros de Panamá


Escribanía de registros y la sirve por teniente. Es renunciable por dos vidas y la
del puerto actual es la primera.

Depositario general Se vendió por renunciación del anterior propietario en


1,900 pesos ensayados.
Descripción de Portobelo de 1606-1607
100

Vista del antiguo Santiago de la Gloria desde la batería alta del San Fernando (o “San Fernandito”), al otro lado de la bahía. La selva parece
tragarse el fuerte. Fotografía del autor, marzo de 2015.

En España y Francia la venta de oficios públi- Cabildo se venden por 500 pesos. Sabemos que
cos y renunciables fue característica del antiguo ré- años más tarde, en 1637, se pagaba por el mismo
gimen, y los abusos a que esta práctica se prestaba solo 200 pesos. La escribanía del Cabildo se adqui-
ha sido un tema ampliamente discutido entre los ría por dos vidas a un costo de 5,000 pesos ensaya-
historiadores. La Descripción explica con detalle dos. Quien la había comprado la renunció por 4,607
cómo los cargos públicos habían empezado a des- pesos ensayados. La otra escribanía pública se ven-
valorizarse en años recientes, señal de decadencia dió en 1,500 pesos ensayados y se vendió para una
económica de la ciudad. Así, el alferazgo real, es segunda vida por el mismo precio. Y así concluye
decir el cargo de alférez real del Cabildo, se había diciendo: “Hoy tienen todos los oficios muy menor
vendido “la última vez en 2,400 ducados, habién- estimación, y si vacan se venderán en precios muy
dose vendido primero hasta en 2,000 pesos ensa- menores”. Culpa de esta situación al aumento de
yados y aún esta vez última no llegó a aquel precio “la contratación de Nueva España en la China y en
que es más de su valor” debido a competencias el Pirú”, por lo que ha “menguado la que solía
entre los aspirantes durante el remate, ya que su tener España por este puerto con el Pirú y la ciudad
verdadero valor no pasaba de 1,000 ducados. El al- ha bajado mucho en el comercio y número de ha-
guacilazgo mayor, que entonces ejercía Juan Díaz bitadores”. La Descripción de Panamá de 1610
Franco y que este compró en 7,000 ducados “no coincide en señalar el daño que ocasionaba el co-
vale de 2,000 ducados arriba”. Los regimientos del mercio con China. Se esperaba que esta tendencia
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
101

cesara “para que este crezca y vuelva a su ser”. Santa Hermandad en Nombre de Dios, ya que se
Pero lo cierto es que la apertura a China, en la que necesitaban para perseguir y someter el cimarro-
también participaban los propios mercaderes pa- naje, pero para los tiempos de la Descripción este
nameños, continuó hasta por lo menos 1630 y el peligro había disminuido bastante y no se consi-
cambio de situación nunca revirtió. deraban necesarios, de manera que sus funciones
pasaron a recaer en los alcaldes ordinarios.
Elecciones y funciones del Cabildo
Falta de edificio para aduana
La Descripción pasa luego a explicar las elec-
ciones y funciones del Cabildo o Ayuntamiento, Según la Descripción, para entonces aún no
que era la principal representación jurídica de la existía edificio de aduana en Portobelo, de manera
ciudad. Sus miembros, llamados regidores o capi- que las fragatas con alimentos y provisiones, en
tulares, eran solo vecinos blancos, pertenecían a la lugar de descargar, los pobladores acudían directa-
pequeña élite local y formaban una suerte de pe- mente a ellas a comprar. Por su parte, “las flotas
queña plutocracia. El Cabildo contaba con dos al- descargan en tierra, y las mercadurías se ponen en
caldes ordinarios, un procurador general y un casas, que cada mercader alquila para las suyas”.
mayordomo, que eran elegidos muy temprano en De esa manera, para que los oficiales reales de Real
la mañana del primero de enero de cada año en Hacienda pudiesen cobrar los derechos “dan cré-
una ceremonia celebrada en la casa capitular. Esta dito a los registros”. Se colocan “guardas juradas
ceremonia se realizaba de la siguiente manera. por la marina que descaminan y denuncian de la
“Entran los alcaldes del año precedente y dejan las ropa desmandada”. Los maestros de las flotas
varas [de mando], y quedando solo los regidores arman barracas “en los muelles y plaza del mar” y
en presencia del alcalde mayor y ante el escribano entregan “por cuenta a los mercaderes en presencia
del Cabildo votan por cédulas y regulados los de alguno de los oficiales reales que asiste a la en-
votos por el regidor más antiguo, resulta la elec- trega”. Esto por supuesto se prestaba a muchas irre-
ción hecha, de que da fe el escribano con aproba- gularidades y abusos, por lo que era evidente la
ción del alcalde mayor”. Luego, “un portero llama necesidad de una aduana para poder cobrar los de-
los electos y habiéndoles tomado juramento el al- rechos como correspondía. Como veremos en otro
calde mayor, el regidor les entrega las varas”. Aun- capítulo, el propio alcalde mayor Vargas Machuca,
que normalmente los Cabildos suelen tener consciente de la necesidad de un edificio para
alcaldes de la Santa Hermandad, este no era el caso aduana, se interesó desde temprano por escoger un
de Portobelo, “por no ser menester”. Los alcaldes solar adecuado para construirla y durante su admi-
o alcaldes provinciales de la Santa Hermandad nistración se levantaron los primeros planos.
eran justicias rurales que perseguían delitos come- Lo que si se había construido, pero que no men-
tidos en la campiña. (En la capital este alcalde tam- ciona la Relación, eran las llamadas Casas Reales o
bién perseguía cimarrones, pero en Portobelo la Casa de Contratación, un modesto edificio de ma-
tarea quedaba en manos de soldados y de excima- dera y que ya estaba en pie durante el ataque de Par-
rrones, o “mogollones”, como veremos más ade- ker en 1601. Como veremos en el capítulo XI, Parker
lante). Como en términos prácticos el distrito de instaló allí su cuartel mientras duró su breve ocupa-
Portobelo quedaba circunscrito a su propio ám- ción, y en una habitación ordenó a uno de sus ciru-
bito urbano, carecía de campos y no tenía gente janos que curara las numerosas heridas que había
dispersa por los montes, no necesitaba de estos al- sufrido el valiente capitán Pedro Meléndez Blasón.
caldes. En la cercanía de la ciudad se encontraba Cuando años más tarde se construyó el edifi-
el pueblo de Santiago del Príncipe poblado por cio que albergaría tanto la aduana como las Casas
antiguos negros cimarrones llamados “mogollo- Reales o Casa de Contratación, y más tarde Con-
nes”, pero estaban sujetos al gobernador Chuma- taduría, se usó indistintamente un nombre u otro,
cero de la Vega, tema que se tratará más adelante. de allí la confusión, sobre todo porque el que ha
Con anterioridad habían existido alcaldes de la prevalecido hasta hoy es el de aduana, cuando en
Descripción de Portobelo de 1606-1607
102

realidad el edificio cumplía también otras funcio- Alquiler de casas, bodegas y tambos
nes. Debe advertirse, sin embargo, que durante el
siglo XVII se aludía al edificio más bien como No había mesones en la ciudad, y el alquiler
Casas Reales o Casa de Contratación, y en el siglo de las casas para alojamiento quedaba “al arbitrio
XVIII casi siempre como Contaduría, no como del pasajero”. Las casas y bodegas para almacena-
aduana. El que haya prevalecido el nombre de miento de mercancías se alquilaban durante el
aduana es cuestión de costumbre. tiempo que duraban las flotas “que es cuarenta o
cincuenta días, por la mayor parte a 1,000 pesos de
Transportes por mar y tierra a trece reales [es decir 1,625 pesos de 8 reales o pa-
tacones, que era la moneda de uso común], y de
La Descripción pasa luego a explicar cómo fun- ahí arriba”. Algunas casas de particulares ganaban
cionaban los transportes internos. Para la navega- hasta 1,500 pesos “y de aquí abajo, algunas hay de
ción por la costa y por el río Chagres se usaban 800 y de 500 pesos”. A los huéspedes solo se les
chatas, bongos y fragatillas. En estas embarcaciones proveía de “bufetes y sillas”, pero no se les ofrecía
se llevaba la ropa de las flotas desde Portobelo hasta comida. Solo en casas de pobres el alquiler incluía
la boca del Chagres y de allí por el río hasta el atra- “camas y de comer”.
cadero fluvial de Cruces. Los fletes se cobraban de Las 18 leguas que mediaban en el camino de
la siguiente manera. Para el primer viaje se cobraba Portobelo a Panamá eran “áspero y peligroso”. Es-
1,500 pesos ensayados “y de aquí abajo hasta 1,000, taba todo despoblado, con excepción de las prime-
conforme la más o menos ropa que viene en cada ras nueve leguas [unos 50 km], donde se encuentran
flota”. En el segundo viaje se cobraba 700 pesos en- “algunos tambos, a que llaman bohíos o rancherías
sayados. En el tercero entre 600 y 500 y “ansí van donde hacen dormida los pasajeros y las recuas”.
disminuyendo hasta 300”. Usualmente en una flota Tales bohíos permanecían habitualmente deshabi-
se realizaban entre cuatro y cinco viajes “y muchas tados y solo eran ocupados en tiempo de flota. Eran
veces se fletan el segundo también como el pri- administrados por “gente pobre, y se aprovechan
mero” (es decir unos 1,500 ensayados). Esto signi- dando recaudo [es decir alimento] a los que pasan”.
fica que un dueño de barca podía obtener ingresos En las siguientes nueve leguas de camino había “al-
en una flota por cerca de 5,000 pesos ensayados, una gunas estancias de ganado, donde se albergan los
suma considerable para la época, sobre todo si se caminantes”. No había ninguna otra población en
tiene en cuenta que esta actividad se concentraba en el camino “y por los lados”. Aparte las cuestas de
pocos meses. las sierras y la aspereza del camino, otra dificultad
Pero cuando pasaba la flota estas embarcacio- eran las continuas lluvias, que forma lodazales y
nes “no son de provecho, y los varan en tierra “por ser tan cerrada la montaña no se secan”. De
hasta que vuelva otra flota”. Las fragatas se fleta- esa manera debe caminarse por los ríos y los viaje-
ban por arrobas o más o menos conforme a los ros van mojados hasta la cintura. Pero cuando hay
tiempos. También sacaban bastante “provecho los crecidas no se puede ir por ellos pues “si crecen sú-
que tratan en ellas”. bito se pierden muchas personas y mercadurías”.
Otro transporte esencial eran las mulas. Eran Se prefieren las mulas a los caballos pues trepan
caras y su alquiler en la ruta Portobelo-Panamá de- como cabras por la sierra y van con tiento por los
pendía de si era invierno o verano, y si había abun- despeñaderos, mientras que los caballos “no sufren
dancia o falta de pasajeros. Esta ruta era muy tanto trabajo” y se encabritan y despeñan, por lo
accidentada y llena de peligros y el maíz se llevaba que no se usan para este trayecto, aunque son más
de acarreo ya que no se producía en Portobelo ni útiles para vadear los ríos.
en sus alrededores salvo en cantidades insuficien- Los pasajeros “no llevan camas” ni las hay en
tes. El alquiler de una recua (completa solía contar el camino, sino hamacas, “porque ninguno aunque
con 37 mulas) cuesta en esa ruta 40 pesos de 8 re- sea rico quiere pagar alquiler demás de que la
ales, a veces 30, 25, 15, 12, y aún baja a 8, pero al- mula en que él va”. Deben llevar su propia comida
guna vez alcanza a 50 y 60 pesos. pues en el camino “no hay más que agua y leña”.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
103

Algunos viajeros hacen el trayecto a pie cuando no precio prefijado los llamados “obligados”, nombre
consiguen mula, y del esfuerzo “enferman muchos que se daba al ganadero o grupo de ganaderos aso-
y más los nuevos en la tierra”. El esfuerzo es ciados o proveedores que ganaban la postura
mayor sobre todo en el primer tramo de nueve le- anual a principio de cada año para abastecer la
guas, que se recorren en “tres o cuatro días en el plaza. Al hacer la postura ofrecían no solo la can-
invierno”. Si se va ligero puede hacerse en dos tidad de reses que proveerían sino también el pre-
días. No hay nada habitado en este tramo, que solo cio al que venderían la carne, de modo que aquel
es explorado por algunos cazadores y sobre todo no variaba durante el año. El abasto de cerdos no
por los “negros cimarrones, y aún estos reconocen se hacía mediante obligados y lo introducían “di-
la menor parte”. Este camino discurre de norte a versas personas”.
sur. Al este los despoblados se extienden por 50 o La seguridad alimenticia, dice el autor, se cifra
60 leguas (275 a 330 km) “hasta dar en indios de en la merced que el rey le ha dado a Portobelo de no
guerra de las provincias del Darién y Urabá”. El pagar derechos sobre los alimentos, ya que si tuvie-
autor repite, pues, lo que ya había dicho sobre la ran que pagarlos, dado que son de acarreto, “se irían
ausencia de poblados (y por tanto de grupos indí- todos, a otras partes más sanas y de menos riesgo”.
genas) entre la zona de ocupación española en Pa-
namá hasta la frontera con el Nuevo Reino de Enfermedades y forma de curarlas
Granada. Al oeste, dice, hay 30 leguas (unos 165 km)
de territorios despoblados “hasta las provincias de El autor repite que “la ciudad es muy en-
Coclé y Veragua por el interior de la sierra, atrave- ferma” y pasa a explicar las enfermedades y los
sados de algunos ríos, el de Chagre y otros”. Era métodos acostumbrados para tratarlas. Las más
un espacio inhóspito y virtualmente desértico. comunes son “calenturas continuas, tercianas,
cuartanas, y las de más peligros de que pocos es-
capan es cámaras de sangre”. Por lo general se
Importación de vituallas aplican sangrías y purgas. Usualmente se procura
para consumo interno que el enfermo “no beba agua ni vino refrescán-
dolo y entreteniéndolo con otras cosas si no es que
Páginas atrás el autor menciona los productos el paciente sea colérico adusto, que entonces se
que llegaban a Portobelo con ocasión de las flotas. atreven a refrescalo con un jarro de agua”. A los
El cuadro en la página siguiente incluye los ali- demás “los refrescan untándoles las espaldas y el
mentos, altos precios y procedencia de lo que lle- hígado con ungüento rosado y sandalino” y pro-
gaban a Portobelo “de acarreto” para consumo de curan “que las comidas refresquen”. Se les coloca
sus habitantes. “defensivos de vinagre y agua rosada habiéndoles
Raras veces faltaba la harina, pero cuando era rapado el pelo de la cabeza y descargándolos con
así “se siente mucho”. La harina del Nuevo Reino ventosas en las espaldas que hallan mejores que
“no da tanto como la del Perú” (es decir que para sangrías”. “Con cualquier exceso o descuido dicen
hacer pan rinde menos), pero el pan que se hacía que se le pasma el estómago a los enfermos y mue-
con ella se vendía al mismo precio. De Cartagena ren dentro de veinticuatro horas”.
“vienen las cosas que allí sobran”. El vino de Ca- “En cuanto a las cámaras de sangre [al parecer
zalla (provincia de Sevilla, Andalucía) es el mejor disentería] los médicos sin diferencias de personas
“y del que más se gasta y suele vender”. “Los ta- ni de complexiones usan en general de ayudas de
berneros no ganan más del quinto”, al igual que lavativas” y dice que ha observado “en su casa que
los pulperos en la venta de productos de las “tien- todos aquellos que recibieron este remedio murie-
das que llaman pulperías”. Con la harina impor- ron y los que no lo quisieron admitir escaparon”,
tada se hacía “el pan masado blanco, de 10 a 12 por lo que “colige que no proceden del calor como
onzas”, vendido a un real. “El pan baço, que lla- los médicos piensan sino las más de resfriado”. Así
man açemite al mismo precio siendo de doblado pues, según el autor, se daba tratamiento para las
precio” (sic). La carne de vaca la ofrecían a un diarreas a los que padecían simples resfriados.
Descripción de Portobelo de 1606-1607
104

Productos alimenticios introducidos en Portobelo para consumo de sus pobladores

Producto Procedencia Precio en Portobelo

Harina de trigo Llanos de Perú 16 a 18 reales arroba


Harina de trigo Nuevo Reino de Granada 14 reales
Biscocho Nuevo Reino de Granada 16 pesos de 8 reales el quintal “y de ahí arriba”
Harina de trigo Laguna de Maracaibo 14 reales arroba
Ganado vacuno Panamá 6 reales y 6½ reales (¿la libra?)
Ganado de cerda Panamá 1 real la libra

Jamones Nuevo Reino de Granada 20 y 24 reales si son de cebones,


(“tan buenos como los de España”) los demás a 14 y 16 reales
Quesos (“como los de Flandes”) Nuevo Reino de Granada “De a libra ½ cada uno” y cuestan a 4 o 5 reales
Maíz Santa Marta 20 a 24 reales la fanega
Carneros (“para regalo”, Santa Marta 2 y 3 pesos
o sea para ricos,
no para la venta al público)
Miel Nicaragua 4 a 5 reales de 8 la botija, “y algunas veces más”
Tabaco Nicaragua A real el manojo
Gallinas Nicaragua 8 reales
Ganado de cerda Cartagena
Ganado de cerda Tolú
Maíz Tolú 20 a 24 reales fanega
Azúcar y miel Jamaica y Santo Domingo “A los precios dichos” (sic)
Carne salada Jamaica y Santo Domingo 10 a 12 reales arroba
Maíz, tabaco, ganado Suerre (puerto de Cartago, “En gran abundancia a los precios dichos”
de cerda y gallinas Costa Rica)
Vino en botijas peruleras España, Cazalla 4 reales el cuartillo
de 20 a 26 cuartillos “y es el
cuartillo más de cuarto mayor
que el de España”.
Vino España, Aljarafe 2 a 3 reales el cuartillo
(“que llaman cocido,
es fuerte y malo”)

Y por lo visto el sangrado continuaría aplicán- men es de 1 de julio de 1667 y dice así: “Certifica-
dose durante mucho tiempo a cualquier enferme- mos que ha más de quince días que visitamos jun-
dad, como consta del que se le hizo a alguien tan tos y cada uno de por si al señor Juan Pérez de
conspicuo como Juan Pérez de Guzmán en 1667 Guzmán, presidente, gobernador y capitán general
por los médicos Bartolomé de Torres, de Panamá, de este dicho reino y le hemos visto padecer una
y de Antonio Enríquez, que llegó en la armada de destilación catarral con agravación de cabeza,
galeones del príncipe de Montesarcho. Su dicta- dolor en ella y calentura, la destilación referida
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
105

desciende al pecho y excita mucha tos, por cuya corriente o de 9 reales era de 306 maravedíes; el
causa se ha sangrado cuatro veces y aunque al pre- ducado tenía de 375 maravedíes y el peso ensa-
sente está aliviado de dichos achaques no está del yado 450 maravedíes. Varias sumas del original
todo libre de ellos, de que se sigue que si se le da son inexactas. El texto para el salario de capitanes
solo o sereno, o se mueve algo más de lo que está y tenientes, sargentos dice así: “El salario de dos
ordenado se le ha de ocasionar renovación de di- capitanes o castellanos a 1,200 patacones cada año
chos accidentes” 133. Tenía un simple catarro, aun- [al parecer por cada uno] y dos tenientes o alférez
que fuerte, y para curarlo se le sangraba. a 32 patacones y sargentos a 25 patacones al mes
montan a 3,152 pesos corrientes” (de 9 reales), lo
Ingresos y gastos de las Cajas Reales que equivaldría a 3,546 patacones o pesos de 8 rea-
les. Todos son pagados en patacones o pesos de 8.
El autor pasa a referirse a las Cajas Reales, a Mi cálculo da un total para los tres rangos, de
los salarios de la tropa y diversos gastos de la ciu- 3,768 patacones, suma que uso en el cuadro. Para
dad. Dice que Nombre de Dios tuvo Caja Real crear más confusión, veremos que más adelante
desde sus orígenes, incluso antes que Panamá, y afirma que el salario de los tenientes era de 36 pa-
con la mudanza se trasladó a Portobelo. Sus ingre- tones al mes, no 32. Aunque no lo dice, el salario
sos consisten en almojarifazgos y alcabalas, “por- del comisario de fábricas, que era el propio Var-
que no hay quintos [de minas] ni tiene su majestad gas Machuca, ganaba en realidad 600 ducados al
otras rentas en esta tierra”. Los oficiales reales que año y el total de 1,200 ducados era por este salario
administraban la Caja eran el contador, el tesorero más el de alcalde mayor. En el apartado de gastos
y el factor, con salario de 1,200 ducados al año cada móviles por cinco negros del rey que sirven la
uno. En ese momento estos cargos no tienen “due- falúa del San Felipe, dice que se gastan al día real
ños propietarios”, es decir titulares y eran ejercidos y medio por cada uno y da un total de 195 pesos,
por “tenientes”. lo que parece un error. Si se paga real y medio
Los ingresos “de dos a dos años poco más o cada día por cada uno de los cinco esclavos, equi-
menos” montan 231,640 pesos. Con esta suma valdría a 51 maravedíes diarios por cada uno (un
pagan los salarios de los oidores y oficiales de la real = 34 maravedíes) y 255 diarios por los cinco,
Audiencia de Panamá, así como los oficiales reales y por todo el año la suma sería de 93,075 marave-
de Portobelo “y guardas”. Dado el “mucho gasto díes o 342 pesos de 8 con 2 reales, que es la que
que hay no se remite plata a Castilla, antes se toma uso para la suma total.
de la que se remite del Perú para el sustento de
esta provincia, unas veces 30,000 pesos y otras Iglesia parroquial y convento de La Merced
veces 50,000, conforme las ocasiones que se van
ofreciendo en esta provincia de Tierra Firme”. La “cuarta parte” de la Descripción, “trata lo
Continúa con los salarios “situados en la Caja de eclesiástico”. En Portobelo había dos templos, la
Portobelo”, como se muestra en el cuadro en la pá- iglesia mayor y parroquial “cuya advocación es San
gina siguiente. Felipe”, y el convento de Nuestra Señora de La
Este cuadro merece algunos comentarios. El Merced. En la parroquia había dos curas, uno de
original da los montos indistintamente en duca- los cuales era vicario; además tenía un sacristán.
dos, pesos corrientes, patacones y pesos ensaya- Cuando se producían vacantes, el obispo de Pa-
dos. En algunos casos indica la conversión namá “nombra por oposición los más idóneos ante
correspondiente, en otros el total que da permite el gobernador de esta provincia” y el gobernador,
hacer el cálculo correcto. Para efecto de las sumas haciendo uso de los acuerdos de Patronazgo Real
totales hago la conversión a pesos de 8 reales, con el Vaticano “señala el que le parece”. Los feli-
que era la moneda física que mayormente circu- greses de la parroquia “son todos los vecinos de la
laba y era de uso corriente. Utilizo las conversio- ciudad, españoles y negros, de los cuales son de
nes siguientes. El real era igual a 34 maravedíes, edad de confesar 550”. Como las crianzas y labran-
por tanto el peso de 8 era de 272 maravedíes y el zas eran de poca importancia, tampoco se entregaban
Descripción de Portobelo de 1606-1607
106

Salarios y gastos “situados” cada año en la Caja de Portobelo

Descripción Pesos de 8 reales Observaciones

200 plazas de soldados 24,210p “21,520 pesos corrientes” (de 9 reales). Incluye “ventajas de los
capitanes y demás oficiales”.
Dos capitanes o castellanos, uno por el San 2,400p A 1,200 patacones o pesos de 8 cada uno.
Felipe y otro por el Santiago
Dos tenientes o alférez (uno por cada 768p 32 patacones al mes cada uno.
castillo)
Dos sargentos (uno por castillo) 600p 25 patacones al mes.
Un sargento mayor para toda la plaza 1,200p “1,200 al año”. No dice si pesos corrientes o de ocho reales, pero
se infiere que es de 8 reales.
Ayudante de sargento mayor 360p 30 patacones (o pesos de 8) al mes.
16 artilleros y dos condestables (para los 4,774p “24 patacones al mes con 8 escudos de las ventajas de los con-
castillos) destables”.
Pólvora y municiones que gastan los La cantidad “es incierta porque es conforme las ocasiones que
castillos gente de guerra cada año se ofrecen en ellos y así no se pone la cantidad”.
La capellanía de Bayano 401p 5r Vale cada año “una barra de plata ensayada que son 357 pesos
corrientes”.
Dos curas de la iglesia mayor de Portobelo 367p 5r “50,000 maravedíes cada uno al año son 100,000 maravedíes”.
Por el vino y aceite que se da a la iglesia 157p 4r 140 pesos corrientes.
mayor y convento de La Merced cada año
Gasto del hospital, con médico cirujano y 12,375p 11,000 pesos corrientes.
boticario
Gastos “movibles” con cinco negros y una 193p “A real y medio cada día cada negro montan 193 pesos y la lan-
falúa que sirve al San Felipe Mi suma: 342p de cha que costó 380 pesos”.
8 con 2r (ver p. 105)
Otro gasto “movibles” por el sustento de 96 6,570p Estos esclavos sirven en las fábricas y fortificaciones. Cada es-
esclavos del rey clavo cuesta cada día 1½ real, que hacen 52,560 reales o 5,840
pesos corrientes.
Un comisario de fábricas nombrado por su 1,649p 2r 1,200 ducados al año que hacen 1,466 pesos corrientes.
majestad
Un tenedor de bastimentos 804p 3r 500 pesos ensayados al año “que hacen 715 pesos corrientes”.
Por el vestuario de los 5 negros del San Felipe 31p 2r 250 reales que son 27 pesos corrientes y 7 reales.
Un mayordomo de los negros 405p 360 pesos corrientes.
Por el vestuario de 96 esclavos del rey 596p 2r “De dos a dos años monta 9,600 reales, la mitad cada un año
que montan 4,800 reales que hacen 530 pesos corrientes”.
Un maestro mayor de las obras 2,516p 2r “1,830 ducados al año sacados los domingos de él a seis duca-
dos cada día monta 2,236 pesos y 6 reales”.
Un capellán en las fábricas y castillos 402p 4r “250 pesos ensayados al año que hace 357 pesos corrientes y 5
reales”.
Un apuntador sobrestante que tenga 495p “16 reales de sueldo al día que hacen 440 pesos corrientes”.
cuentas con los negros de su majestad
Gran total 50,248p 3r
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
107

diezmos a la Iglesia. “Las ren-


tas de los beneficios son
50,000 maravedíes” (unos 184
pesos de 8 reales). Se daban a
cada cura de la Caja Real. Los
derechos de los entierros y
otros servicios, que ascendían
a no más de 2,000 pesos co-
rrientes por año, se los repar-
tían ambos curas. Pero como
las flotas y el comercio esta-
ban disminuyendo, estas ren-
tas habían decaído. No había
capellanías para beneficiar a
los curas, como en Panamá.
El convento de La Merced
fue creado mediante “licencia
de la Audiencia Real y de la
catedral de Panamá” el 15 de
diciembre de 1596. Lo fundó Selva cerrada alrededor del San Cristóbal. Fotografía del autor, marzo de 2015.
fray Juan de Avendaño, su pri-
mer comendador “por marzo
de 1597”. Además del comendador tiene cinco frai- Allí se curaban “solamente los soldados de los cas-
les sacerdotes y un lego. Sus ingresos consisten en tillos del puerto y de Chagre”, así como “la gente y
“limosnas y de las dos capellanías de los castillos oficiales de la fábrica” de las fortificaciones. Carecía
que sirven por orden del presidente”, cuyo valor es de renta y no recibía limosnas, ya que se sustentaba
de 250 pesos corrientes cada una. Otro ingreso pro- con un fondo autorizado por el rey de la Real Ha-
viene de la capellanía “de la doctrina del pueblo de cienda. Se atendían “todas las enfermedades y a
Santiago del Príncipe que también sirve un fraile y todos en una enfermería”, en la que había veinte
le da su majestad 500 pesos de a 9 reales, de que camas. Aunque había a veces más enfermos “no
lleva la mitad el convento”. Además tiene el ingreso faltan camas porque de los soldados cada uno lleva
de 8 pesos de 9 reales de renta en unas casas “cuyo la suya en que se cura”. El hospital tiene un admi-
solar era del convento”. nistrador nombrado por los oficiales reales de Real
El autor de la Descripción considera el con- Hacienda, al que “le toman cuenta”. El servicio de
vento “de grande importancia y consuelo para la enfermería lo ejercen “negros y negras aplicados
tierra [...] por el gran concurso de gente de las flo- por la ciudad para servir en el hospital”. Original-
tas y por los muchos enfermos y pocos clérigos mente había dos hospitales “en diversos sitios”,
que tiene la iglesia”. Todavía no tenían edificio y uno era propiamente de la ciudad, y el otro era el
su construcción se hacía lentamente, por lo que hospital real. Ambos “se juntaron pasando el real a
“los frailes pasan necesidad”. Un fraile mercedario la casa de la ciudad”, donde se curaban “no solo
servía de capellán en el San Lorenzo del Chagres. soldados y gente de fábrica sino también los pobres
de flota y armada y viandantes”. Pero “los gober-
El hospital de San Sebastián nadores de esta provincia” (se refiere, al parecer, al
gobierno con sede en la capital), han establecido
La ciudad tenía un hospital bajo la advocación “expresamente” que se excluyan “los extravagan-
de San Sebastián, advocación que era común en tes” y se atiendan en el hospital real “solo los sol-
aquella época y antes de que asumieran su direc- dados y gente cuya cura pertenecía al hospital
ción los frailes hospitalarios de San Juan de Dios. real”, de manera “que los pobres extravagantes han
Descripción de Portobelo de 1606-1607
108

quedado del todo y lastimosamente desampara- El fenómeno del cimarronaje estalló a media-
dos”. En 1605 el alcalde mayor (es decir el propio dos del siglo XVI cuando se produjo la rebelión del
Vargas Machuca) “alcanzó licencia y curó con li- esclavo Felipillo en el golfo de Panamá. Más grave
mosnas que juntó muchos pobres extravagantes fue, por lo numeroso, el movimiento cimarrón for-
durante la flota” ya que la ciudad “está imposibi- mado por un grupo germinal de 300 esclavos pro-
litada de fundar ni dotar hospital”. Este gesto hu- cedentes de Cabo Verde que naufragó en las costas
manitario fue reconocido por el propio Cabildo de de San Blas hacia 1553 y que bajo el liderazgo de
Portobelo134. Bayano, un cimarrón de la etnia vai, mantuvo en
La renta que se le entregaba al hospital no era jaque a las autoridades locales hasta 1555. La resis-
fija, y variaba cada año según el número de enfer- tencia cimarrona fue tenaz y duró varios años. La
mos. Algunos años el gasto en médico y medicinas cantaron para la posteridad poetas celebrados
alcazaba a 11,000 pesos, aunque a veces “baja a como Juan de Castellanos y Juan de Miramontes y
nueve, seis y cinco mil pesos”. El salario del admi- Zuázola, y cronistas como fray Pedro de Aguado
nistrador equivalía a “una plaza de soldado de 18 relataron su lucha por resistir y mantenerse libres.
pesos al mes”, es decir 216 pesos al año. (Al pare- En la década de 1570 los cimarrones constituían
cer se trata de patacones o pesos de ocho reales). una seria amenaza, no solo porque, según la “Su-
maria Descripción” del oidor Criado de Castilla, ya
El cimarronaje y los negros “mogollones” en 1575 llegaban a sumar unos 2,500 –una cifra re-
almente intimidante–, si no y sobre todo porque se
La “tercera parte” de la Descripción “trata lo habían aliado a los piratas a los que servían de
militar”. Hace una detallada descripción de las for- guías, les ayudaron a familiarizarse con el territorio
tificaciones de Portobelo –el Santiago y el San Fe- y a asaltar las recuas y poblados. Así lo hicieron con
lipe, y el San Lorenzo del Chagres–, e informa el pirata inglés John Oxenham (lugarteniente y
sobre las piezas de artillería y municiones, número amigo de Francis Drake), a quien acompañaron
de soldados y salarios. Pero he preferido utilizar para cruzar el Istmo. En el golfo de Panamá, Oxen-
este material en los capítulos que dedico a estos ham capturó una jugosa presa, pero fue perseguido
temas en el libro. En el epígrafe “sueldos y venta- por el capitán general Pedro de Ortega Valencia,
jas” ofrece nuevamente un listado de gastos y sa- quien recuperó el botín y dispersó a los piratas. A
larios, que es algo más completo que el de la varios de los cabecillas que se capturaron se les hizo
relación de “situados” mencionada atrás. Allí se ahorcar en la plaza Mayor de la ciudad de Panamá.
observan ciertas variantes y diferencias, como A Oxenham se le condujo preso a Lima, donde fue
decir que a los tenientes de los castillos se les pa- colgado el 29 de octubre de 1581 (curiosamente, no
gaban 36 “patacones cada mes”, cuando anterior- por pirata sino por luterano). Tan grave fue consi-
mente decía que eran 32. También he optado por derado el problema de estas alianzas entre cimarro-
utilizar este material en otro capítulo del libro. nes y piratas que llegó a prohibirse por una
El autor menciona en cuatro breves líneas los temporada la introducción de esclavos.
ataques a Portobelo de los piratas ingleses, france- Durante estos años se habían formado dos
ses y holandeses, los cuales han causado “grandes grupos distintos de cimarrones, uno en las cerca-
daños, porque siempre que la han acometido la nías del futuro Portobelo, al mando de Luis Mo-
han saqueado”. Y agrega, “lo demás es de poca zambique, y otro al este de Panamá, al mando de
consideración”, refiriéndose al parecer al problema Antón Mandinga, que señoreaba el territorio si-
del cimarronaje, un tema que según el autor era tuado al este de Chepo, hasta probablemente el
para entonces una amenaza menor y que si en valle del actual Chucunaque. El grupo más te-
lugar de exesclavos fuesen españoles o de otra na- mido era el de Antón Mandinga ya que era el más
ción, no se les calificaría de otra manera que de numeroso.
“salteadores o rebeldes”. Interesante observación: Ante este peligro, la Audiencia y el Cabildo de
para el autor no eran más que facinerosos y trans- Panamá convocan a juntas para discutir sobre la
gresores del orden. conveniencia de “hacerles guerra o darles perdón
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
109

general”. Prevaleció el último criterio y en acata- Se les pobló a distancia de una legua de Pa-
miento a la R. C. de Madrid de 2 de junio de 1574, namá la Vieja y a una legua de la costa, donde se
se hizo pregonar “que todos los negros cimarrones fundó Santa Cruz la Real. Una fuente oficial de
que vinieren de paz dentro del término que les se- 1620 asegura que la distancia a la capital era de
ñalaredes sean libres y que los dueños de ellos no “dos leguas”136. Se encontraba rodeada de ríos y si-
los pueden tener por esclavos, ni servirse dellos tuada a las faldas del cerro Ancón. Bordeando este
como de tales: que a los que ansí vinieren de paz cerro y cruzando los ríos Hondo y Grande, se em-
se les perdonan todos y cualesquier delitos que hu- prendía la larga marcha por tierra hacia el interior
bieren cometido”. Los primeros resultados se ob- del país, en dirección a los ríos Perico, Caimito, Pe-
tienen al firmarse las capitulaciones de paz con los requeté, luego hacia Penonomé, Natá y aún más
cimarrones que ocupaban la región de Portobelo allá. Para asegurar su supervivencia se les entre-
el 20 de noviembre de 1579. Conforme a este garon numerosas cabezas de ganado vacuno.
acuerdo se les concedía carta de libertad colectiva Pero el asiento de Santa Cruz no duró mucho
(se convertirían en “súbditos libres de la Corona”), tiempo. En el primer capítulo mencionaba que en
amén de menudencias materiales, además de ropa, 1595, cuando ya empezaban los desmontes y pre-
maíz y ganado, y se les agrupó en un poblado a paración del terreno para la fundación de Porto-
“media legua” al este de Nombre de Dios, a orillas belo, los comisarios de las fábricas Dr. Diego de
del río Francisca, bautizado Villa de Santiago del Villanueva Zapata y Francisco de Valverde de
Príncipe, cuyos vestigios han sido recientemente Mercado (que luego sería presidente de la Audien-
investigados por un equipo de arqueólogos135. cia), junto con el ingeniero Bautista Antonelli, pro-
El capitán general al frente de la campaña con- pusieron a la Corona que “los negros reducidos de
tra los cimarrones del Bayano era el ya mencio- los dos pueblos de Santa Cruz y Santiago [del Prín-
nado Pedro de Ortega Valencia. En las primeras cipe] conviene se muden aquí [a Portobelo] para
fases, mientras perseguía a Oxenham, capturó a al- bastimentos y regalos”, es decir para que se dedi-
gunos cimarrones, que al parecer se llevaron a la caran a cultivos y abasteciesen a la población137. Y
capital donde se vendieron como esclavos. Luego así se hizo.
se iniciaron negociaciones de paz. Estas tardaron Cuando se realizó la mudanza de Nombre de
un poco más que las que se celebraron con Luis de Dios a Portobelo, el primero en trasladarse, y por
Mozambique, al parecer debido a malentendidos instrucciones del presidente Alonso de Sotomayor,
entre los grupos de combatientes, aunque final- fue Santiago del Príncipe (donde estaba el grupo de
mente se llegó a un acuerdo y el jefe cimarrón, Luis de Mozambique) que, según varias fuentes
Antón Mandinga, accedió a entregarse, recibiendo contemporáneas, quedó establecido a una distancia
igualmente cartas de libertad para todo su pueblo. de “media legua” de Portobelo, conservando su
Cuando este grupo se entrega a fines de 1581, que- nombre original138. Habían permanecido en el
daban poco menos de 700 temerosos supervivien- asiento primitivo, es decir cerca de Nombre de Dios,
tes, de los cuales 188 individuos eran nativos de unos dieciocho años. En la R. C. fechada en Madrid
África, mientras que otras 500 personas eran ne- el 21 de junio de 1574 mencionada antes, “se tomó
gros criollos, indios, zambos y mulatos, es decir asiento de reducción al servicio de su majestad, y
que apenas poco más de la cuarta parte del total de que militasen contra los cimarrones cada vez que
eran propiamente africanos. Los indios darienitas, los hubiese en la tierra”. Mediante este “asiento” los
seguramente vestigios cuevas, se contaban por do- excimarrones, ya en su condición de libertos, se
cenas. Los cimarrones los habían esclavizado y se comprometían a combatir el cimarronaje. Estos
servían de sus mujeres como concubinas. Sus pa- combatientes contra los cimarrones serían conoci-
lenques tenían nombres como Ronconcholón (o dos con el nombre de “mogollones” 139. Se ignora la
Rincón Cholón), Jerenjerén y otros. Los zambos o razón de este nombre.
“zambahigos” eran obviamente fruto de esta con- También según la Descripción, cuando se
vivencia interétnica, que ya existía desde hacía un realizó la mudanza a Portobelo, los de Santiago
par de generaciones. del Príncipe “se vinieron a ese sitio, de donde, en
Descripción de Portobelo de 1606-1607
110

cumplimiento de sus obligaciones salen unas veces Por R. C. de 19 de agosto de 1609, la Corona
ellos a solas, otras en compañía de los españoles a había ordenado mudar a los pobladores de San-
prender y deshacer los cimarrones y no dejar en- tiago del Príncipe a los “arrabales de Portobelo”.
grosar sus juntas, con lo cual son de mucho prove- Para entonces, por instrucciones del presidente
cho”. Con los años, sin embargo, su población no Francisco Valverde de Mercado, a Santiago del
cesó de disminuir. Originalmente se contaban Príncipe ya se le habían agregado los antiguos ci-
“más de 200” mogollones, pero “agora no pasan marrones que poblaban Santa Cruz la Real, tal
de cuarenta los que toman armas”. Según los ofi- como los comisarios de las fábricas lo habían pro-
ciales de Hacienda Juan de Nava y Juan López de puesto a la Corona en 1595. Es decir, que los dos
Cañizales ya citados, el total entre varones y hem- pueblos de cimarrones, el de Luis de Mozambique
bras era de 600. El cuadro siguiente muestra a lo y el de Antón Mandinga, ya se encontraban con-
que había quedado reducida la población. centrados en uno solo lugar al terminar en la pri-
mera década del siglo XVII, y el nombre que
Población de negros libres de prevaleció para el poblado fue el de Santiago del
Santiago del Príncipe en 1606 Príncipe. Son hechos que hasta ahora no mencio-
naba la historiografía tradicional.
Descripción Cantidad Inicialmente Valverde y los propios mogollo-
nes aplaudieron la orden regia de ser asimilados
Varones casados 39 por Portobelo, pero finalmente se opusieron a ella,
Solteros de diversas edades 33 aduciendo que allí donde estaba Santiago del Prín-
Mujeres casadas y solteras 58 cipe eran mucho más útiles, gracias a sus “rozas y
Esclavos 22 chacras”, ya que proveían de alimentos frescos a
Total 152
Portobelo como legumbres, aves, huevos y frutas,
lo que tendrían mucha dificultad de producir vi-
viendo en el mismo Portobelo. Según Valverde
El gobernador de Santiago del Príncipe era el debía más bien prohibirse que “ningún negro corte
antiguo cimarrón “don Luis Mozambique”. Según árbol y rama en Buenaventura, porque es la parte
el autor, llegaba a la edad de 110 años. Su mujer, de donde un enemigo podía surgir [...] estando ce-
la etnia bran, era “doña María Bran”, de 50 años. rrado y montuoso esta esto mucho mejor”. Por
Dato curioso: este matrimonio tenía esclavos pro- otra parte, en Santiago del Príncipe tenían gober-
pios, cinco de 20 a 30 años y un niño de un año. nador y un religioso y cuando un poblador salía a
Aunque, según el autor, Luis Mozambique fungía sus rozas, o viajaba a Portobelo o a Panamá, debía
como “gobernador”, “no lo es más que en el nom- registrarse en un padrón, de manera que todos es-
bre”, ya que el “verdadero gobernador” es el capi- taban bien controlados. Como decía Valverde, per-
tán español Diego Chumacero de la Vega, con maneciendo allí “se sabe el que está en la zona y
sueldo de 500 pesos ensayados “de 9 reales”. El el que ha ido a Portobelo o Panamá”. Además,
cargo de “gobernador” de Mozambique era al pa- eran los mogollones los que hacían la vigía en
recer para guardar las apariencias y mantenerlos Bohío Cacique “que es el principal centinela de
apaciguados. Los mogollones, por lo demás, esta- Portobelo”. Por el momento, pues, Santiago del
ban subordinados “en cuanto a las cosas de guerra” Príncipe continuó donde estaba141. Pero cabe supo-
al alcalde mayor de Portobelo, es decir que cuando ner que no pasarían muchos años para que desa-
salían en busca de cimarrones, lo hacían bajo las ór- pareciera, pues como mencionan tanto la Des-
denes de dicho alcalde mayor. En Santiago del Prín- cripción como el propio Valverde, el número de
cipe celebraban elecciones de dos alcaldes y alguacil sus pobladores ya se encontraba muy reducido y
cada año, y de esa manera siguiendo el patrón de con tendencia a seguir decreciendo.
las elecciones de cabildos de españoles. Un fraile En efecto, para 1620 la población de ambos
mercedario les enseñaba la doctrina cristiana, tam- sexos del Santiago del Príncipe ya había quedado
bién con salario anual de 500 pesos140. reducida a solo 10 o 12 personas, por muerte y
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
111

otras razones. Con esta información, el factor y el a los chapetones ni les sirvan de guía, so pena de
tesorero de Real Hacienda Juan de Nava y Juan doscientos azotes”, lo que sugiere que todavía en-
López de Cañizales, siempre celosos de los fondos tonces el poblado mogollón existía143. No se sabe
reales, preparan un informe a la Audiencia para cuándo finalmente desapareció del todo, pero esto
que este pequeño grupo superviviente se pasase a era cuestión de tiempo.
Portobelo, donde podían medrar con ocasión de De acuerdo a la Descripción, ya para entonces
las armadas y otras ocasiones. Siendo esto así soli- no había muchos esclavos fugitivos, pero el cima-
citaban a la Audiencia que se eliminasen los cargos rronaje aún persistía. Pese a que eran pocos los ci-
del gobernador y del capellán con el ahorro consi- marrones, estos no dejaban de constituir una seria
guiente. Después de todo, ni uno ni otro salían de molestia, sobre todo en el camino de Panamá a
Portobelo a visitar el pueblo mogollón. Por otra Portobelo, donde atacaban a las recuas y transeún-
parte casi todos, sino todos los pobladores de San- tes, causando “muchos daños, muertes y robos”.
tiago del Príncipe, tenían bohíos en Portobelo, En ese momento el autor estimaba que entre mu-
donde convivían con negros horros del pueblo, y jeres y varones no había más de 25, que se encon-
se esperaba que residiendo allí serían “más útiles” traban poblados a unas 30 leguas de Portobelo, en
y podían asistir con más frecuencia a misa, etc., la costa norte “y donde habrá tres años fueron pre-
aunque el gobernador y el capellán los obligaban sos algunos en la última entrada que contra ellos
a oír misa en su pueblo los domingos para “dar se hizo”. Como veremos ahora, se refería al palen-
color a sus salarios” 142. que cimarrón de Pierde Vidas, aunque omite men-
No queda constancia de que la petición de los cionar otros poblados que seguramente ya exis-
oficiales reales fuese acogida por la Audiencia. El tían, y lo hace tal vez porque no se encontraban en
hecho es que dos años más tarde, el 28.V.1622, el la jurisdicción de Portobelo. Según el autor, este
presidente Rodrigo de Vivero y Velasco hacía pre- problema debía acabarse cuanto antes para evitar
gonar un bando “para que los negros mogollones “que se multipliquen por generación o porque se
de Portobelo y Santiago del Príncipe, no escondan le sumen otros fugitivos”. Sin embargo, debido a

Vista de Portobelo desde el “San Fernandito”. Destacan la Aduana, la iglesia parroquial y el fuerte batería
de San Jerónimo, pero el elemento dominante es sin duda la selva. Fotografía del autor, marzo de 2015.
Descripción de Portobelo de 1606-1607
112

los altos costos se hacían pocas incursiones para “Indios de guerra”


reprimirlos y en su lugar lo que se procuraba era
más bien evitar que se escaparan los esclavos y Como ya se mencionó, los “indios de guerra”
“atajar los pasos a los que van huidos”. se encontraban a 50 leguas al este de Portobelo y 60
Agregaba también que con cierta frecuencia leguas al oeste de Cartagena “sobre el mar del
los cimarrones se acercaban a las goteras del pue- norte [...], donde estuvo poblada la ciudad del An-
blo para inducir a otros esclavos y esclavas a que tigua por Blasco Núñez Balboa”. Hasta entonces no
se fugasen. Las mismas características del paisaje habían creado problemas. “No acometen ni hacen
selvático invitaban a estas fugas. Tenían a su al- daño para que obliguen a hacerles guerra ni se ha
cance abundantes “mantenimientos, muchos pes- intentado contra ellos”. El mayor daño que causa-
cados y tortugas”, “pero su sustento principal es ban era darles refugio a los esclavos fugitivos “que
de los platanales que siembran a orillas de los ríos se huyen a ellos para hacerse cimarrones”. Según
y en las ciénagas”. el autor “esto se evitaría totalmente con poblar
En sus palenques o poblados siembran “maíz entre ellos algún pueblo de españoles que los tu-
y arroz, yuca y patata (sic, ¿por batata?), frijoles, viese en orden y obediencia y tratase de su conver-
cañas dulces y otras legumbres, frutas y pepitas de sión”. Esto no era una idea nueva y ya se había
diferentes palmas y palmitos que generalmente probado antes con otros grupos indígenas, pero no
obtienen en todas partes”. Sus armas son “lanzas, siempre con éxito. Y agrega: “Esta conquista y po-
dardos, arcos y flechas y principalmente se valen blación sería muy fácil y casi sin resistencia por el
de huir y esconderse, y si no pueden, ofenden en poco número de indios que parece que hay pues
emboscadas o esperando en palenques que son aún se duda si bastarán para que se pueda poblar
como trincheras de palos”. Si capturan a alguien y sustentar pueblo de ellos”, lo que demuestra lo
en los montes “la ahorcan”. En Portobelo había ri- poco que se sabía entonces de los cunas.
gurosas ordenanzas contra los cimarrones que ha- Creía el autor de la Descripción que tal vez se
bían sido confirmadas por la Audiencia, como las encontrarían más indígenas “hacia el Cenú y Urabá
que se indican en el cuadro que sigue. y las fuentes de los ríos” que están a las espaldas de

Ordenanzas para castigo a los cimarrones en Portobelo

Delito Castigo

“Al que cogiere alguno que fuere huyendo, su amo le


pague por premio 20 pesos”.

“Que a el esclavo que faltare cuatro días del servicio de “Cincuenta azotes amarrado al rollo, y que esté allí todo
su amo”. el día”.

“Al que faltare ocho” días. “Cien azotes por las calles y traiga una calza de yerro seis
meses, y que si alguno se la quitare tenga pena de qui-
nientos pesos”.

“Al cimarrón de treinta días de ausencia”. “Cien azotes y quede desjarretado el pie derecho [y] sea
desterrado del reino”.

Si la ausencia “pasare de treinta días”. “Sea el varón capado en el rollo y la hembra desjarretada”.

“Y si perseveren huidos seis meses”. “Sean ahorcados”.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
113

la ciudad de Antioquia, “que por su parte y la de aquí examinado, ya que nos revela las estructuras
Cartagena se ha tenido siempre noticia de que hay sobre la que se articularon la economía, el sistema
indios”. Lo decía alguien que tenía bastante cono- de defensas, la sociedad, el gobierno, la cultura ma-
cimiento del Nuevo Reino de Granada por haberlo terial y la vida cotidiana. Básicamente todo esto per-
recorrido durante varios lustros cuando era resi- sistió durante los dos siglos siguientes.
dente en Tunja. Y continúa: “La calidad y condición Las ferias siguieron dominando las expectati-
de estos indios del Darién será la que se conoce en vas de la vida económica hasta que fueron inte-
todos los demás, que siendo pocos dan acogida y se rrumpidas para siempre en 1739, 132 años después
dejan gobernar sin resistencia y si son muchos se de terminada la Descripción. El cimarronaje persis-
atreven y resisten con guerra y astucia”. Se creía que tió. Los altos índices de masculinidad permanecie-
ese territorio era rico en oro “porque en toda esta ron. La ciudad siguió siendo una plaza altamente
cordillera se halla donde quiera que se busca y más militarizada, y de hecho su población militar au-
aquí que los ríos que corren por esta tierra vienen mentó. El miedo a la piratería continuó basculando
de cordillera muy más rica de oro que esta que es la década tras década, como lo había sido hasta enton-
de las espaldas y vertientes de Antioquia donde ces. La habitual tranquilidad del pueblo solo era sa-
tanto oro se sabe que hay”. cudida, como hasta 1607, cuando había ferias y
Según su plan, “el medio más fácil de hacer llegaban los ingleses, los franceses o los holandeses.
dicha conquista y población será que la Audiencia El número de casas se mantuvo casi igual y el alqui-
de estas provincias haga asiento con un vecino rico ler inmueble continuó siendo el principal ingreso
de Panamá o de Portobelo, y dándole el gobierno de los vecinos; tampoco se hicieron más puentes y
de la provincia, incluyendo en ella esta ciudad, calles; el hospital continuó donde estaba, así como
desde aquí hiciese la entrada y población y se soco- la iglesia parroquial y el convento mercedario. Y el
rriese de las municiones y cosas necesarias y si po- paisaje selvático que abrazaba la ciudad continuó
blase un pueblo se le diese el gobierno principal y tan virginal como en los tiempos de la Descripción.
cuando más por su vida y de un sucesor”. Este era Fue preciso esperar hasta la década de 1970 –¡más
el método acostumbrado para hacer estas “conquis- de tres siglos y medio!– para que unos campesinos
tas”, pero no siempre acababan bien. Muy pocos del sur de Azuero se establecieran en las mismas go-
años después, en 1611, los cunas irrumpieron en teras de Portobelo, que luego bautizaron Nuevo To-
Chepo alarmando a los vecinos de Panamá, teme- nosí, y convirtieran la selva en potreros. Pocos
rosos de que atacarían la ciudad. El ataque nunca ejemplos como este de permanencias tan terca-
se produjo, pero desde entonces y a lo largo de todo mente resistentes al cambio.
el período colonial el conflicto con este grupo étnico
no cesó. Fracasaron los enfrentamientos armados, Notas al capítulo IV
las misiones de los dominicos y los jesuitas, y se
proyectó en la década de 1780 su total exterminio 122
Sobre la temprana extinción de los indios cueva, ver el
por la vía militar. Nada resultó. Al final de la Colo- primer capítulo de Castillero Calvo (1994), pp. 37-53.
nia seguían señoreando un amplio territorio de gran 123
“Descripción de Portobelo”, Portobelo, 26.V.1595, AGI Pa-
parte del Darién y de la costa de San Blas. tronato 26, R. 35 (1).
Lo hasta aquí dicho cubre, y ciertamente de 124
Para una discusión exhaustiva basada en documenta-
manera bastante comprehensiva, los aspectos fun- ción literaria y gráfica sobre el origen endémico del plá-
damentales de la realidad portobeleña durante sus tano de cocina en América, ver Castillero Calvo (2010),
primeros años. Ya entonces quedaban sentadas las sobre todo pp. 140 a 146.
125
Para el tema del arroz durante la colonia, numerosas pá-
bases de lo que sería el Portobelo colonial. Pocas
ginas en Castillero Calvo (2010).
cosas esenciales cambiaron durante las décadas si- 126
Para este tema consulté al zoólogo Ricardo Moreno, que
guientes, y para alguien que visitara Portobelo ya ha estudiado desde 1999 hasta el 2008 la fauna de Por-
muy avanzado el siglo XVIII, apenas le resultarían tobelo, con muestreos de cámaras trampa y, según me
perceptibles los cambios. Todo ello evidencia la im- informa, ha descubierto que los “ñeques son abundantes
portancia y trascendencia historiográfica del texto y los conejos menos abundantes, aunque también hay
Descripción de Portobelo de 1606-1607
114

muchos”, y asimismo que el ñeque “siempre ha sido una 138


Así lo afirma la Descripción de Portobelo de 1606-1607; el
carne apetitosa para los campesinos y no campesinos y presidente Francisco Valverde de Mercado en carta al rey
es muy utilizado para zoo criaderos”. de Panamá, 25.VI.1607, AGI Panamá 15, R. 8, No. 79; y los
127
Compendio y descripción de las Indias Occidentales. Trans- oficiales de Real Hacienda, el factor Juan de Nava y el te-
crito del manuscrito original por Charles Upson Clark, sorero Juan López de Cañizales en carta dirigida a la Real
Smithsonian Institution, Washington, D.C., 1948. Publi- Audiencia fechada en Portobelo, 7.VII.1620, con testimo-
cado anteriormente en inglés el año 1942. Hay otra edi- nio adjunto de Juan de Nava y de Juan de Ibarra, AGI Pa-
ción por la Biblioteca de Autores Españoles, Editorial namá 34A, No. 40.
Atlas, Madrid, 1969. Ver Segunda Parte, libro II, capítulo 139
Sobre el primer cimarronaje, Fray Pedro Aguado, Historia
II, donde escribe: “las gotas de agua en cayendo, se con- de Venezuela, Madrid, 1918, tomo II. Ver también Ar-
vierten en sapillos”. mando Fortune, “Los negros cimarrones en Tierra Firme
128
Sobre su regreso a Panamá, carta suya de 3.I.1606 (AGI y su lucha por la libertad”, en Obras selectas, compilación
Panamá 15, R. 7, No. 58) y carta de la Audiencia de y prólogo de Gerardo Maloney, INAC, Panamá, 1993, pp.
12.X.1605, AGI Panamá 15, R. 6, No. 53. Sobre su muerte, 133ss. Por mi parte también he estudiado el cimarronaje
carta del Cabildo de Panamá de 30.X.1614, en AGI Pa- en varias publicaciones. Ver por ejemplo, Castillero Calvo
namá 30. (2006), pp. 29, 131, 164, 304-305, 438, 669, 709, 670, 816,
129
Cursivas mías. 910-913. Documentación de archivo sobre la pacifica-
130
AGI Lima 365, legajo 2, folio 321v. ción de los cimarrones de los grupos de Mozambique y
131
Sobre la producción ganadera y el consumo cárnico Mandinga, en AGI Panamá 41, 42 y 376. Una gran canti-
abunda material en Castillero Calvo (2010). dad de documentos del AGI sobre el cimarronaje han
132
Ver Castillero Calvo (2006), p. 310. En 1630 había en la sido compilados por Carol F. Jopling (1994).
capital 57 pulperías para 7,500 habitantes. 140
Los salarios de Chumacero y del fraile mercedario en
133
AGI Santa Fe 223. Cursivas mías. carta ya citada de los oficiales de Hacienda Nava y López
134
Expediente del Cabildo de Portobelo, Portobelo, de Cañizales, de 7.VII.1620.
10.V.1606, AGI Panamá 32, No. 29. 141
Carta de Valverde al rey, Panamá, 25.VI.1607, AGI Panamá
135
La distancia de media legua es señalada en informe de 15, R. 8, No. 79; y carta del mismo al rey de Panamá,
los oficiales de Real Hacienda Juan de Nava y Juan López 23.V.1609, AGI Panamá 16, R. 1, No. 4. En la primera apo-
de Cañizales acompañando carta suya para la Audiencia yaba la idea que incluso, según dice, atraía a los mogo-
de Portobelo, 7.VII.1620, AGI Panamá 34A, No. 40. Sobre llones; en la segunda planteaba todo lo contrario.
la identificación física del sitio ver Tomás Mendizábal y 142
Carta ya citada de Nava y López Cañizales de 7.VII.1620,
Guillermina de Gracia, “Prospección arqueológica Nom- AGI Panamá 34A, No. 40. Según el informe adjunto fir-
bre de Dios-Villa de Santiago del Príncipe. Informe in- mado por Nava y el contador de Hacienda Juan de Iba-
édito entregado a la Dirección Nacional del Patrimonio rra, cuando se fundó Santiago del Príncipe tenía 600
Histórico”, Panamá, 2014, publicado en la revista Canto personas entre varones y hembras. En este informen, fe-
Rodado, del Patronato de Panamá Viejo, No. 10, Panamá, chado el 5.VI.1620, hacen una relación de cómo se fun-
2015. daron Santa Cruz la Real cerca de Panamá y Santiago del
136
Carta a la Audiencia de los oficiales de Real Hacienda, el Príncipe, y de la concentración de ambos grupos en este
factor Juan de Nava y el tesorero Juan López de Cañiza- último poblado y que cuando se refundieron ambos
les fechada en Portobelo, 7.VII.1620, con testimonio ad- pueblos sumaban 500 pobladores (lo que debió ocurrir
junto, AGI Panamá 34A, No. 40. hacia 1610).
137
La carta está fechada en Portobelo, 9.V.1595, y dirigida 143
Testimonio adjunto a carta del presidente Vivero de
al rey “en su Consejo de Indias”, AGI Panamá 44. 6.VI.1622, AGI Panamá 17, R. 6, No. 101.
CAPÍTULO

El enemigo interno

Defensas naturales: lo principal, con que es lo mismo que si no le hu-


A manera de introducción biera queda cortado México no solo por el Mar del
Sur para dar la mano con el Perú, sino por el mar
Poco después del devastador ataque de Henry del Norte, pues siendo dueños los enemigos de
Morgan a Panamá en 1671, un conspicuo y al pa- puesto tan importante y de las islas de Barlovento,
recer alto funcionario del Imperio español redactó nada puede pasar con seguridad a España, y
unas lúcidas reflexiones sobre el significado de cuando esto no fuere así, quien ganó a Panamá
este ataque, en cuyas primeras líneas se lee: “El más fácilmente ganará la Veracruz”. En el párrafo
sitio de Panamá parece que fue hecho por la natu- que sigue agrega, la “aspereza del sitio, la entrada
raleza para el dominio de los dos mares Norte y del río Chagres, y otras naturales defensas persua-
Sur, por ser como la garganta, o cintura de toda la dían inconquistable aquella ciudad con poca pre-
América para que se pueda fácilmente rendir y vención que hubiera de los vecinos”144.
aprisionar con breve cadena todo aquel Nuevo Al autor solo le faltaría añadir que estas de-
Mundo. Los españoles no han hallado otro puesto fensas de la naturaleza tenían otro ominoso aliado,
más a propósito para emporio de todo el comercio las enfermedades, en buena medida, ocasionadas
del Perú, ni otro camino más cómodo para condu- por las características del trópico húmedo y su in-
cir las grandes riquezas de aquel dilatado imperio, finita variedad de insectos y alimañas ponzoñosas.
y así el haber perdido a Panamá es lo mismo que Una tropa atrapada en medio de la selva, acosada
el haber perdido la llave, la cadena, y el freno que por la humedad y el calor sofocante, padeciendo
aseguraba la posesión, obediencia y utilidad de lluvias torrenciales, o picadas de mosquitos Ano-
aquellas inmensas regiones. Queda cortado el paso pheles y Aedes aegypti, y de las insufribles chitras, o
de España al Perú, o a lo menos con tales dificul- bebiendo agua cruda o contaminada, era fácil can-
tades y rodeos que la conducción montará más que didata a contraer enfermedades como la fiebre
El enemigo interno
116

amarilla (o vómito negro), la malaria, o la disentería, 1796: “La mayor defensa de estas costas y fronteras
con frecuencia mortales, cuando no a insufribles estriba en su mal temperamento, despoblación y
infecciones de la piel. Así sucedió cuando Drake falta de recursos para mantener número conside-
quedó atrapado en Nombre de Dios, y su tropa y rable de invasores”. Líneas más adelante agrega,
él mismo fueron víctima de la disentería. Pero una refiriéndose a los planes de defensa que hizo el in-
de las peores experiencias en la selva fue la que su- geniero Agustín Crame en su visita a Panamá: “La
frió la expedición de Francisco Maldonado al Da- defensa principal consiste también en las dificul-
rién en los primeros meses de 1622. De las más de tades que ofrece el país para internarse con alguna
800 personas que le acompañaron, solo sobrevivie- grande expedición militar en términos que ni aun
ron 65. Algunas, como la mujer del propio Maldo- la ocupación de cualquiera de los dos puntos de
nado, murieron por desnutrición (al parecer con Portobelo y Chagre sería decisiva para el enemigo,
pelagra). La gran mayoría padeció terribles maza- que en la guerra del año del 41 lo tuvo en su poder
morras que les impedían tenerse en pie, y las pica- [se refería al ataque de Vernon de 1741 y 1742], y
das de mosquitos obligaban a los soldados a acreditó esta aserción volviendo a abandonarlo,
rascarse hasta descarnar la piel y dejar expuestos sin pensar en internarse hacia Panamá, cuyo in-
los huesos de las piernas. Cuando la tropa de Mor- tento también se pudiera haber impedido con poca
gan atacó Portobelo en 1668 y trató de avanzar gente, según lo informó el Sr. Virrey D. Sebastián
hacia Panamá, fue frenada a causa de las ciénagas Eslava a la Corte en aquella ocasión”145.
pútridas del extramuros y de las enfermedades, Pero así y todo, en 1671 las defensas naturales
más que por los arcabuces y la artillería de las fuer- no detuvieron a Morgan y la capital cayó. Era un
zas que se enviaron desde la capital para enfren- concepto válido pero no necesariamente infalible,
tarlo. Fue una lección que no se olvidó cuando se ya que en última instancia la verdadera defensa re-
prepararon ataques piráticos posteriores. La expe- caía en la tropa pagada y las milicias y en esa oca-
dición escocesa al Darién a fines del siglo fracasó sión fallaron patéticamente.
rotundamente más que nada debido a muertes por Antes de esta invasión, todos los ataques por
enfermedades. Otro caso trágico ocurrió en 1744 parte de las potencias enemigas se habían concen-
cuando la flota del comodoro Hosier, teniendo ya trado en el frente Caribe del Istmo. Pero ninguno
en la mira a la bahía de Portobelo, tuvo que levar tuvo éxito en cruzar el Istmo, salvo algunas esca-
anclas al caer toda su fuerza presa de la peste. La ramuzas en la década de 1570 que culminan el
naturaleza panameña debía enviar un poderoso año 1580, cuando un puñado de piratas, guiados
mensaje disuasorio para cualquiera que proyectara por cimarrones, lograron hacer la travesía y me-
invadirla. rodear por las aguas del golfo de Panamá, aun-
Es difícil encontrar un texto más rotundo y que finalmente fueron derrotados y ajusticiados.
elocuente que el citado al comienzo de este epí- En 1596 la invasión inglesa al mando de Drake
grafe: si caía el Istmo, España perdería a América. fue rechazada en el cerro Capirilla, y falleció en
Como es evidente, para entonces se tenía clara idea su barco teniendo Portobelo a la vista. En 1601
de la importancia geoestratégica de Panamá. Tam- William Parker atacó Portobelo pero solo para sa-
bién se tenía clara idea del papel que jugaba la na- quearlo, y tan pronto logró su objetivo se retiró el
turaleza para la defensa del Istmo. La tesis de que mismo día. Igual sucedió con Morgan cuando
la naturaleza era su principal defensa fue desde atacó Portobelo en 1668. Lo saqueó, negoció con
temprano sostenida tanto por los ingenieros mili- los pobladores un rescate, y pronto se dio cuenta,
tares como por las autoridades civiles, y se man- luego de algunas escaramuzas con la resistencia
tuvo de manera recurrente a lo largo de todo el local en las ciénagas y montes cercanos, de que
período colonial, sea cuando se discutían los pla- tratar de cruzar el Istmo por tierra era una loca
nes de defensa o la ubicación de las fortificaciones, temeridad, por lo que una vez recibió la paga re-
o se trataba de la apertura o destrucción de cami- clamada se largó. De hecho aceleró su partida,
nos que pudiera usar el enemigo. Como decía el conformándose con la entrega del 10% de la suma
virrey José Ezpeleta en la Relación de mando de que había pedido originalmente, solo para no
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
117

tener que permanecer más en el sitio, donde sus y toda la artillería, aunque sin atreverse a avanzar
tropas perecían a racimos por las heridas y las más allá de la boca del río. Era pleno “verano” pa-
enfermedades. nameño, y los fuertes vientos del noreste que so-
Desde entonces fue claro, y así quedó asen- plan entre diciembre y marzo impedían entrar al
tado en la memoria colectiva, tanto de locales río, de modo que se vieron obligados a abandonar
como de enemigos, que la naturaleza se encargaría el sitio con dificultad y a toda prisa el siguiente
de derrotar a cualquier atacante que capturara Por- miércoles 15 de marzo. Para poder salir de la boca
tobelo o tratara de cruzar el Istmo por tierra para del río y hacerle frente a los “nortes” tuvieron que
apoderarse de Panamá. Pero había un punto vul- atoar los barcos (es decir echar al agua algunos
nerable, el río Chagres, y fue por allí que entró botes para que tiraran de los cables atados a las an-
Morgan cuando atacó la capital en enero de 1671. clas de los barcos y “atoarlos”) y, para aligerar las
Sin embargo, su plan era solo saquear la ciudad, naves, liberaron no solo a los soldados que habían
no ocuparla de manera permanente y mucho capturado en el fuerte sino a otros que traían de
menos ocupar todo el país. La suya era una opera- las “islas de Barlovento” y que tras ser liberados
ción pirática de rapiña y no otra cosa. prestaron al gobierno local valiosa información de
Cuando esto sucede, desde hacía varios lus- inteligencia. La naturaleza nuevamente jugó un
tros la situación geopolítica del Caribe había cam- papel crítico en la defensa de la ruta148.
biado mucho. En 1655 Inglaterra le arrebata Luego de este fracaso, los invasores se dividie-
Jamaica a España y la guerra entre las dos naciones ron y los piratas holandeses se dirigieron hacia Bas-
se extendería hasta 1660. Desde entonces el Caribe timentos donde, en una audaz emboscada, la com-
deja de ser un mar exclusivamente español y se in- pañía de 30 soldados negros (tal vez mogollones) que
ternacionaliza. Ya no había puerto español en el envió desde Portobelo el alcalde mayor Pedro de
Caribe que no estuviera expuesto a los saqueos de Arredondo Agüero, hicieron siete prisioneros, inclu-
piratas y corsarios. Como era de temer, tan tem- yendo al piloto y dieron muerte al capitán.
prano como en la madrugada del jueves 9 de La noticia del ataque la llevó a Panamá un es-
marzo de 1656, a menos de un año de la captura clavo del castillo el sábado 11 de marzo a las 11 de
de Jamaica, una fuerza pirática ataca el fuerte de la noche, es decir que virtualmente voló para llegar
San Lorenzo del Chagres. Según el detallado in- en solo dos días, y el presidente Carrillo de Guz-
forme del presidente de Panamá, Pedro Carrillo de mán de inmediato despachó correos a Natá, Los
Guzmán, consistía en “cantidad de enemigos” Santos y Portobelo, a fin de formar una fuerza y
aunque él mismo no sabía cuántos. Para entonces rechazar al enemigo. Casi de inmediato, a las 3 de
el castillo ya llevaba medio siglo de construido y la madrugada siguiente, salieron de Panamá dos
solo se le habían hecho algunas reparaciones de ur- compañías de mulatos y negros con 200 hombres,
gencia en 1623, cuando se tuvieron noticias de que “gente suelta y a propósito para la montaña y de
velas holandeses se concentraban en la isla de La valor”, a los que pronto se unieron otros 200 sol-
Beata, al sur de Santo Domingo, y amenazaban con dados españoles milicianos “gente suelta y bien ar-
invadir el Istmo146. Pero ya en 1655 se encontraba mada”, más otros 200 “indios flecheros”, que se
en ruinas y había quedado reducido a un modesto concentraron en Cruces “hasta segunda orden”,
“cuartel” donde se cobijaban 50 soldados. El asalto mientras esperaban a que llegara el propio presi-
lo realizan piratas ingleses y holandeses, que lle- dente. Una vez allí Carrillo de Guzmán envió una
garon en dos urcas grandes y una fragata, guiados pequeña partida de españoles con telas empapa-
por un portugués que había sido soldado en el das de alquitrán para que cortaran las amarras e
propio fuerte de San Lorenzo llamado Francisco incendiaran los buques enemigos, pero la fuerza
de Acosta, y por un negro pescador llamado Juan invasora ya había partido antes de que llegaran.
de Mendoza, ambos casados en Cartagena147. El susto pasó sin mayores consecuencias. Pero
Pero los invasores no pudieron hacer otra cosa después de este episodio, el presidente Carrillo de
que quemar el cuartel y almacenes, capturar algu- Guzmán procedió sin demora a fortalecer las for-
nos prisioneros y llevarse pertrechos y municiones tificaciones –que eran antes de tierra y fajina y por
El enemigo interno
118

tanto muy poco resistentes– para hacerlas de pie- a prueba porque desde Panamá avanzó el batallón
dra, así como a reforzar la guarnición, que au- Cataluña respaldado por tropa miliciana local y
mentó a 88 plazas149. Portobelo fue recuperado. Fue el último ataque
El San Lorenzo no volvió a ser atacado hasta enemigo a Portobelo durante el período colonial.
cinco lustros después, en enero de 1671, cuando lo Por supuesto que durante la Colonia hubo
invadió Morgan. Ya el fuerte era de piedra y la más ataques a Portobelo y al San Lorenzo del Cha-
guarnición ofreció una feroz resistencia, muriendo gres, así como amagos de asaltos a la capital, y au-
casi toda y provocando la muerte de muchos pira- daces intentos enemigos para apropiarse del este
tas. Pero el fuerte cayó y Morgan logró avanzar del país, como el de los escoceses a fines del siglo
por el río y atacar Panamá en una operación de in- XVII y de los británicos a fines del siglo XVIII,
creíble intrepidez. Esta fue la única vez que ocurrió ambos en el territorio que se conocía entonces
algo así. como Darién. Es una larga historia de guerra que
Una situación muy parecida al ataque de Mor- sometieron a la comunidad de vecinos a constante
gan a Panamá volvió a repetirse 68 años más tarde zozobra, y no dejaban de constituir una seria ame-
con el vicealmirante Edward Vernon. Capturó sin naza para la propia integridad del territorio.
problemas Portobelo en diciembre de 1739. En
marzo siguiente atacó y destruyó el fuerte de San El siglo XVI: Un país en guerra
Lorenzo del Chagres, pero no avanzó por el río ni
tampoco trató de cruzar el Istmo por tierra. Su A lo largo de todo el siglo XVI, desde los tem-
plan era capturar Cartagena y Panamá para unir pranos años de la Conquista, hasta la fundación de
sus fuerzas con la escuadra que comandaba por el Portobelo en 1597, el istmo de Panamá había sido
Pacífico el comodoro George Anson y adueñarse escenario de numerosos episodios bélicos, sea para
del pasaje transístmico. Pero en abril de 1741 Ver- someter a indígenas rebeldes o para rechazar ata-
non sufrió una aparatosa derrota en Cartagena, y ques piráticos, o porque los propios españoles se
el plan original tuvo que reformularse. peleaban con saña entre sí. Durante los años que
En 1742 Vernon repitió su visita a Porto- duró la Conquista, es decir hasta la década de
belo y se dirigió a la boca del Chagres para cruzar 1560, los habitantes del istmo de Panamá estuvie-
el país, pero temeroso de la temporada de lluvias ron sometidos a constantes sacudidas de violencia
que se anticipó ese año y de la fuerte resistencia y de hechos sangrientos provocados por los mis-
que le esperaba, desistió del plan para siempre. mos conquistadores. En tiempos de Balboa y Pe-
Por otra parte, Anson perdió algunas naves mien- drarias y luego durante la conquista de Veraguas,
tras costeaba Sudamérica y, tras enterarse de la de- era raro el año que estos conflictos no tiñeran de
rrota de Vernon en Cartagena y ya sin fuerzas sangre el país. Durante muchos años, hasta que se
suficientes, tuvo que desviar su rumbo hacia Aca- consumó la conquista veragüense, Natá fue consi-
pulco y de allí a Oriente, sin siquiera acercarse a derada tierra de frontera y estuvo constantemente
Panamá, salvo una breve parada en Coiba para ad- desafiada por la resistencia indígena de caciques
quirir agua y alimentos. Le resultó mejor circun- como Urracá y Estiber, entre otros. El esclavo fugi-
navegar el mundo, como lo hizo, que invadir el tivo Felipillo introduce desde 1549 un nuevo ele-
Istmo. Así, Vernon volvió grupas con una men- mento en los conflictos locales: el cimarronaje. Le
guada sensación de gloria, que no lo duraría sucede en la década siguiente Bayano, que man-
mucho, ya que era muy poco o nada lo que había tiene en vilo a la colonia durante décadas, hasta
conseguido. La historia quiso repetirse en 1819 en que los cabecillas se entregan. Primero lo hace Luis
plena guerra de Independencia, cuando Gregor de Mozambique en 1579 y luego Antón Mandinga
MacGregor ataca Portobelo, mientras se esperaba en 1581.
(aunque esto nunca ha quedado muy claro) que Una década antes, los intentos de expansión
Alexander Cochrane, comandante de la armada colonizadora hacia el sur y el occidente de Vera-
insurgente chilena, atacara por el Pacífico. Pero en guas, estuvieron acompañados por frecuentes cho-
esta ocasión la naturaleza no tuvo que ser puesta ques de armas con los indios, unas veces porque
“Mapa geográfico del reino de Tierra Firme y sus pro-
vincias de Veragua y Darién, por Tomás López”, geó-
grafo del rey, Madrid, 1802. Trae tres viñetas. Una de la
bahía de Portobelo, donde se indica que los castillos
de San Felipe, La Gloria y San Jerónimo están “demoli-
dos”. Otra de la boca del Chagres “con el castillo de San
Lorenzo demolido y el pueblo de Chagre incendiado”.
Y una tercera para el entorno de la ciudad de Panamá.
Aunque el mapa está fechado en 1802, al parecer se
refiere a la situación del pueblo de Chagres después
del ataque de Vernon, si bien en el título se indica “nue-
vamente dado a la luz y corregido”. Gran parte del ter-
ritorio noroccidental de Nueva Ganada aparece como
parte del Darién y por tanto de Panamá. BNM, R. 9927.
Mapa geográfico del reino de Tierra Firme y
sus provincias de Veragua y Darién,
por Tomás López, geógrafo del rey, Madrid, 1802
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
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los colonos perseguían a los que se encontraban re- En esta campaña no solo sirvieron como cargueros
fugiados en los montes para repartírselos en enco- y auxiliares, sino también como soldados, algunos
miendas, otras porque los indios de la isla de equipados con armas de fuego. En una Probanza
Cébaco atacaban la recién fundada ciudad de La que presentaron en 1613, para protestar de su le-
Filipina, que incendiaron repetidas veces matando altad a la Corona y reclamar ciertos beneficios,
a varios de sus vecinos. evocaban sus ejecutorias desde que el pueblo se
En abril de 1576 se rebelaron los indios de fundó hacía 40 años. Señalban su papel en la cam-
Trota (en las cercanías de Soná, entre la península paña de López de Sequeira, el haber combatido
de Las Palmas y Santiago), y mantuvieron en contra Francis Drake y otros invasores enemigos,
jaque hasta agosto a 40 soldados que fueron en- y el hecho de haber estado destacados durante
viados con un capitán para reducirlos. En este al- años en el fuerte de Chepo para combatir a los
zamiento mataron ocho vecinos y un cura150. cunas153.
También para esas fechas se produjeron ataques Hasta la década de 1560 hubo incesantes lu-
a los reales de minas por los indios coclé, en la ver- chas entre los propios colonos, siendo las más gra-
tiente caribeña de la provincia de Veraguas (que ves las que amenazaban desde Perú con los
en esa época también cubría el oeste de la actual hermanos Pizarro y sus seguidores en las décadas
provincia de Colón). Veraguas fue entonces la de 1530 y 1540, con asaltos como los de Bachicao e
nueva frontera occidental de Tierra Firme, con Hinojosa o la invasión de los hermanos Contreras
dos flancos constantemente bajo amenaza, el de desde Nicaragua en 1550; el combate en el río Gatú
la zona de Coclé, al noreste, y el de La Filipina, al en 1558 entre las huestes del gobernador Juan Ruiz
sur de la provincia. de Monjaráz y las de Francisco Vásquez, y la rebe-
Para las mismas fechas varias fragatas piráti- lión de Rodrigo Méndez de 1562, todas ellas acom-
cas merodeaban por las costas de Bocas del Toro y pañadas de traiciones, atentados y muertes.
el norte de Veraguas. Los piratas atacaron y sa- Pero también se producían amenazas externas
quearon Concepción, capital minera de la región. aún más alarmantes, como fueron las invasiones
Pero cambiaron de táctica al observar que la mayor de corsarios y piratas. En 1572 sir Francis Drake
parte del oro no se encontraba en este poblado sino desembarca a las 3 de la madrugada en Nombre
en los lavaderos del interior de la provincia. En de Dios, con cuatro pinazas y 150 hombres. Tras
lugar de atacar el real de minas optaron por rete- una breve escaramuza en una esquina de la plaza
ner las vituallas que llegaban de Cartagena, Tolú del mercado, Drake resultó herido en una pierna
o Nicaragua a cambio de rescates. Los ataques a y el plan de ataque se frustró: “Los piratas tuvieron
los reales de minas del norte de Veraguas por los tanto miedo –declaró un testigo portugués– que
indios coclé arreciaron en los años siguientes, en- dejaron sus municiones y quitándose los calzones
cabezados por el cacique Cocobe. Como conse- nadaron todos hacia sus pinazas y así regresaron
cuencia, las minas fueron abandonadas. de nuevo con sus barcos al puerto”. De los atacan-
No fue hasta principios del siglo XVII –cuando tes no murió más que el trompetero y por parte de
el gobernador Juan López de Sequeira llegó con los vecinos solo uno que estaba curioseando aso-
fuerzas de castigo–, que los coclés (situados entre mado a una ventana. Drake marchó luego hacia la
el río Chagres y el norte de Veraguas) pudieron ser boca del río Chagres por donde entró hacia el in-
sometidos. Lo hizo con extremo rigor y solo enton- terior del Istmo, y a principios de 1573 interceptó
ces pudo reiniciarse la explotación minera en la en el camino una recua de mulas cargadas de oro.
zona151. Los indios del pueblo indígena de Peno- En el atracadero fluvial de Cruces mató a seis o
nomé (también de la etnia coclé) participaron acti- siete mercaderes y al no encontrar más que mer-
vamente en esta campaña de conquista, y fueron cancía prendió fuego a la aduana, donde fueron
decisivos en la pacificación de los indios rebeldes destruidas mercancías por valor de cerca de
(de la misma etnia pero de distintos cacicazgos), a 200,000 ducados. Al parecer Drake ascendió a la
quienes convencieron para que se redujeran en po- cordillera desde donde divisó el Pacífico, y se pro-
blado y se radicaran en el propio Penonomé152. metió regresar.
El enemigo interno
122

Como una secuela de esta primera incursión, zas pudieron ser rechazadas, lo que realmente sor-
llegó una nueva expedición en 1573 encabezada prende. Diego de Frías Trejos se había sazonado en
por John Oxenham, hombre de confianza de combates contra indígenas en Perú; Alonso de So-
Drake, a quien este le había informado sobre las tomayor llegó a Panamá cuando ya era un vete-
posibilidades de hacer trato con los cimarrones. rano de las guerras de Flandes y de las campañas
Oxenham realizó sus correrías por Darién desde contra los mapuches de la Araucanía chilena, y
esa fecha hasta 1577, contando con la colaboración Pedro Ortega Valencia tenía una dilatada trayec-
del capitán “Juan Botcler”, llamado también “Cha- toria militar que databa de los tiempos de las gue-
lona”, “un gran piloto y uno de los más raros hom- rras pizarristas de mediados del siglo, y había
bres del mundo en su oficio”154, “de habla apor- destacado por su participación en el descubri-
tuguesada, hombre grave muy temido y respetado miento de las Islas Salomón, donde bautizó la isla
y obedecido de sus soldados”155. de Guadalcanal en homenaje al pueblo donde
Con una fuerza de 50 hombres y la ayuda de nació. Eran soldados de respeto, pero no eran los
los cimarrones cruzaron Darién y en canoas se de- únicos.
dicaron a atacar las embarcaciones que entraban al El problema era que las tropas que acompaña-
archipiélago de Las Perlas, donde obtuvieron un ban a estos caudillos militares carecían de forma-
jugoso botín. Pero acosados de un lado por el ge- ción militar, y en su inmensa mayoría eran reclu-
neral Pedro de Ortega Valencia, que en un enfren- tadas del paisanaje. Cuando se hacían alardes para
tamiento hirió a Oxenham, y de otra parte por movilizar a la población masculina a un teatro de
Diego de Frías Trejos, que finalmente lo aprehen- guerra, el grueso de la defensa debía recaer en ba-
dió, los piratas fueron capturados o muertos156. quianos locales, pero sobre todo en vecinos sin dis-
Durante esa misma década, el país se encon- ciplina castrense que raras veces, si alguna, habían
traba asediado por todos los frentes: rebeliones in- disparado un mosquete o un arcabuz ni empu-
dígenas en Veraguas y Coclé; cimarronaje en la ñado una pica en campañas militares. Era tropa bi-
región del Caribe, cerca de la futura Portobelo, co- soña que acudía a las armas solo cuando la ocasión
mandados por Luis de Mozambique, y al oriente lo pedía.
de la capital, en Darién, por Antón Mandinga; asal-
tos piráticos por la costa veragüense e invasiones El enemigo interno: Cimarrones e indios
profundas al territorio por Drake y Oxenham. Este
ciclo de guerra se cierra con la invasión coman- Cuando se alude a los episodios bélicos que
dada por Drake en 1596, de la que ya me he ocu- tuvieron lugar en Panamá y Portobelo durante el
pado en el capítulo segundo. Era un ciclo que período colonial, invariablemente vienen a la
dejaba una estela de muerte y un creciente temor mente los ataques de corsarios y piratas, o de bar-
por la amenaza de fuerzas externas, mientras que cos de línea británicos del siglo XVIII. Pero lo
en el occidente del Istmo, los indios del norte de cierto es que gran parte de los encuentros militares
Veraguas y Coclé, y del recién conquistado Chiri- tuvieron como escenario el interior del país, sobre
quí, no dejaban de hostilizar cada vez que podían. todo contra los cimarrones y los indígenas, que
El país estaba muy poco poblado, y el número además eran amenazas cotidianas. El peligro más
de brazos con que se podía contar para asumir la frecuente era interno, no del exterior.
defensa era alarmantemente reducido, de modo El cimarronaje fue un peligro muy serio sobre
que los levantamientos indígenas o el peligro ci- todo en el siglo XVI, cuando se estimaban hasta
marrón, o los ataques de corsarios y piratas eran 2,000 cimarrones en 1575, según el oidor Alonso
amenazas muy serias que, de no frenarse, podían Criado de Castilla. El problema quedó bajo control
tener efectos catastróficos, incluso para la propia a partir de 1581, luego de quedar pacificados los
supervivencia de la colonia. Sin embargo, raras dos grupos cimarrones principales: el de Porto-
veces faltaron militares con amplia experiencia en belo, liderado por Luis de Mozambique y el de Ba-
la guerra y con evidente capacidad de liderazgo, yano, liderado por Antón Mandinga. Pero el
gracias a lo cual, una tras otra, todas estas amena- cimarronaje no tardó en reaparecer a principios del
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siglo siguiente y de hecho continuó causando pro- práctica, sirviendo constantemente como centro de
blemas a lo largo de todo el período colonial. Es operaciones de las tropas que se enviaban desde
cierto que ocasionalmente seguían fugándose al- Panamá para ir en busca de los atacantes, que so-
gunos esclavos, y que a veces se presentaban bro- lían caer por sorpresa desde la selva cercana, oca-
tes amenazantes de cimarronaje, como el que sionando muchas muertes en el propio pueblo, al
ocurrió en 1710, pero ya para el siglo XVIII el fe- ganado y a los vaqueros. El peligro cuna amainó
nómeno del cimarronaje había perdido la grave- entre finales de la década de 1630 y 1650, cuando
dad que tuvo en el siglo XVI, y por lo general se el fraile dominico Adrián de Santo Tomás inició su
reducía a casos aislados y poco significativos. labor catequizadora con la ayuda de Julián Carri-
En 1578 se había establecido el fuerte o presi- solio, un español que se había criado entre los in-
dio de Bayano (o San Miguel de Bayano) con 30 dios. Pero esta fue una tregua efímera.
soldados, fundado con el propósito de perseguir y En 1653 se produjo un nuevo levantamiento
castigar esclavos fugitivos y a raíz de haber estos indígena que obligó al restablecimiento del viejo
formado alianza con piratas. Quedaba junto al río presidio en Chepo (o presidio de Bayano) com-
de ese nombre (río Bayano o río Chepo), a 40 le- puesto por 50 infantes y 25 nativos. A partir de en-
guas de Panamá y seis del mar Pacífico. No era tonces las relaciones hispano-indígenas en Darién
propiamente una fortaleza sino “una casa edifi- fueron deteriorándose y hacia la década de 1670
cada en una sabana, en que se hace cuerpo de las misiones fracasaban escandalosamente. Empe-
guardia”. Alrededor del presidio se encontraban zaron a hacerse cada vez más frecuentes los ata-
los bohíos donde vivían los soldados. En 1607 su ques cunas, que hacia 1680 pactan alianzas con los
capitán era Lope de Estrada. Tenía un alférez, ingleses y otras naciones enemigas de España. De
Pedro Méndez; un sargento, Pedro Jiménez; un esta manera, y tras varios asaltos indígenas a las
proveedor, Francisco Jiménez, y un total de 21 es- minas de Darién y otras partes del oriente pana-
pañoles, más una docena de negros libres, mulatos meño, se hizo necesario construir nuevamente un
y mestizos, hasta sumar una treintena de solda- fuerte en el propio pueblo de Chepo. A principios
dos157. Más que un fortín para defenderse de ata- del siglo XVIII ya estaba nuevamente en pie.
cantes era un centro de operaciones para perseguir
fugitivos. El fuerte se mantuvo en pie durante tres Persistencia del cimarronaje
décadas, pero al disminuir el peligro cimarrón y
considerarlo ya innecesario, el presidente Fran- El autor de la Descripción de Portobelo tenía
cisco de Valverde Mercado ordenó abandonarlo en razón al afirmar que para 1606 el cimarronaje ya
enero de 1608 y sus 30 tropas fueron agregadas al había dejado de constituir una amenaza grave. De
presidio de la capital158. Esta decisión fue dura- hecho, ya desde principios de la década de 1580 el
mente criticada por otras autoridades ya que, si problema parecía haber quedado bajo control. Pero
bien el cimarronaje había disminuido, no había lo cierto es que estaba muy lejos de desaparecer y
desaparecido completamente y sobre todo porque continuó siendo un inquietante desafío. Para los
muy poco después empezó a aparecer un nuevo dueños de los esclavos cada fuga era una pérdida
peligro probablemente mayor y que nadie había monetaria y cada campaña militar para perseguir-
anticipado: los aguerridos cunas, conocidos enton- los y castigarlos representaba una costosa eroga-
ces por el nombre de bugue-bugues. ción para el Erario. Y esto se repetiría casi año tras
El hecho es que en 1616, luego de una cre- año.
ciente oleada de ataques sangrientos de los cuna, Aún estaba fresca la tinta de la Descripción de
volvió a plantearse la urgencia de restablecer el Portobelo, cuando el presidente Francisco Val-
viejo fuerte. Ante esta situación, se restablece el verde de Mercado (en el cargo desde 1605 hasta
fuerte y en 1620 se nombra a Jerónimo Ferrón Ba- 1614, cuando muere en Panamá) informaba en una
rragán como su capitán y castellano, que se dedica carta al rey escrita en 1607 de nuevos brotes de ci-
a perseguir fieramente a los cunas. Pero esto no de- marronaje. En su carta dice que al año anterior, es
tuvo sus ataques, por lo que Chepo estuvo, en la decir en 1606, le había dado cuenta al soberano
El enemigo interno
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sobre la repoblación de Pierde Vidas, donde se en- fuerza, compuesta de 24 soldados españoles, ade-
contraban nada menos que cien cimarrones. Ha- más de otros tantos cargadores, se dirigiese hacia
bían vuelto a poblar este sitio, que al parecer era la punta de San Blas, mientras que desde Portobelo
una de sus querencias, luego de haber sido desalo- saldría el capitán Chumacero de la Vega con 20 sol-
jados en tiempos de su antecesor, el presidente dados españoles y 20 “morenos” mogollones con
Alonso de Sotomayor, cuando se apresaron 30 y al- comida para dos meses. Ambas fuerzas se encon-
gunos fueron ajusticiados. El autor de la Descrip- trarían en Acla. El choque con los cimarrones se
ción parece referirse a este caso y, aunque no produjo a 36 leguas de Portobelo y a media legua
abunda en el mismo, coincide en que se habían de la “marina” (obviamente Pierde Vidas y Tiende
castigado a 30 y que el poblado (cuyo nombre tam- Ropa, respectivamente). Capturaron a 14 “y entre
poco menciona) se encontraba a 30 leguas de dis- ellos dos capitanes muy antiguos y movedores”,
tancia de Portobelo, unos 265 km, la distancia que antes de 1581 habían servido de guías a los pi-
existente entre este puerto y Pierde Vidas, la ratas y que pretendían volver a hacerlo para atacar
misma que señalaba Valverde. Panamá y Portobelo. A estos capitanes “se les hizo
Sotomayor había descrito este episodio a la justicia en el sitio”. En el palenque habitaban 37 ci-
Corona en carta fechada en Portobelo el 26 de di- marrones y la tropa encontró allí “mucha comida
ciembre de 1602, cuando ya Vargas Machuca (el de arroz y maíz”. No eran, pues, muchos los fugi-
supuesto autor de la Descripción) había tomado tivos y no queda claro si todos fueron apresados.
posesión de alcalde mayor, de modo que este su- La táctica usada en esta ocasión sería la típica en
ceso debía resultarle conocido. Según Sotomayor, las siguientes operaciones contra los cimarrones,
en abril de 1599 se habían fugado once esclavos del es decir enviar fuerzas desde el fuerte de Bayano
rey que trabajaban en la construcción de las forti- y de Portobelo, con tropas regulares y mogollo-
ficaciones, y en enero de 1602 se fugaron otros diez nes159. (Más tarde, como veremos, se agregó a la
más, junto con una negra. Decía que a estos escla- tropa una eficiente fuerza de indios flecheros co-
vos del rey “se les trata bien y aventajadamente de clés). También fue típico que al poco tiempo se ne-
los demás” aunque, por supuesto, “sienten el con- cesitaría organizar nuevas partidas para capturar
tinuo trabajo”, y son “muy deseosos todos de li- otros cimarrones. Estas campañas se equipaban
bertad”. El entonces alcalde mayor de Portobelo y por dos y hasta cinco meses y su propósito era pei-
comisario de fábricas capitán Martín Ruiz de Ar- nar todo el territorio donde se sospechaba que
teaga (predecesor de Vargas Machuca), envió en había cimarrones. Este patrón táctico se repetiría
su búsqueda a diez soldados españoles y 20 negros redundantemente a lo largo del siglo XVII.
mogollones a cargo del capitán Diego Chumacero Al tener noticias en 1606 de que los cimarro-
de la Vega, su gobernador. Este encontró a los ci- nes volvían a ocupar la misma zona donde se les
marrones “a 20 leguas de Portobelo”, pero como había encontrado en 1602, el presidente Valverde
iba su “gente muy cansada” solo pudo capturar a organizó una operación de castigo, enviando 19
un negro y una negra y luego perdieron el rastro tropas del presidio de Bayano y 12 de los castillos
de los demás. de Santiago y de San Felipe de Portobelo. Los pri-
En julio de 1602 volvieron a escaparse de meros entrarían por Chepo y saldrían por la punta
Portobelo otros 15 esclavos y tres negras de parti- de San Blas, y los de Portobelo irían al antiguo sitio
culares, pero demoraron en advertirlo por estar de Nombre de Dios. Ambas fuerzas se unirían en
toda la ciudad ocupada en atender la flota de en- la punta de San Blas, para dirigirse juntos por la
tonces (flota en la que habría llegado Vargas Ma- costa hasta Pierde Vidas.
chuca), y además hubo “mudanza de alcalde La tropa estaría bajo las órdenes de Lo-
mayor” (Vargas Machuca llegaba a reemplazar a renzo de Narváez, alférez de Portobelo, hombre
Ruiz de Arteaga) por lo que no se hizo ninguna di- “muy a propósito para semejante ocasión por ser
ligencia para capturarlos. Finalmente, para evitar buen soldado de monte”, aunque luego enfermó y
que el problema se agravase, Sotomayor ordenó al tuvo que continuar la marcha cargado en hamaca.
capitán del fuerte de Bayano que con toda su La tropa quemó el pueblo de Pierde Vidas y sus
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cultivos. En sus bohíos encontraron “arroz y maíz los cimarrones con machetes, lanzas y flechas, y
en grano y por pilar”, que aprovecharon para sus- además les robaron entre 3,000 y 4,000 pesos en
tentarse pues habían agotado sus bastimentos. La sedas y 800 pesos en monedas. Los demás lograron
persecución se extendió por varias semanas y cu- escapar nadando a una pequeña isla cercana
brió 40 leguas (unos 220 km), desde el río Chagres donde se escondieron en los manglares, hasta que
al río Francisca y desde los astilleros de Bayano, en los rescató una fragata que iba para Cartagena.
el Pacífico, hasta Portobelo. Aunque se capturaron Según relataron, los cimarrones atacantes eran
pocos cimarrones, para Valverde lo importante era doce y su “capitán” llevaba “insignias de plumas”
el mensaje que se les enviaba: “Para que sepan que y “corona de ellas en la cabeza”.
los buscan cuidadosamente”. Esta táctica envol- Al tenerse estas noticias se acordó hacer un
vente –persiguiendo cimarrones simultáneamente “castigo ejemplar” para que tales casos no se repi-
por el Pacífico y el Caribe–, era la misma que había tieran. Se enviaron 25 soldados del presidio de San
aplicado Alonso de Sotomayor y sería recurrente Miguel de Bayano en dirección a puerto Faisanes,
en lo sucesivo. cerca de Acla, “para tomarles la espalda”, y seis
Según Valverde, los cimarrones procuraban “morenos” de Portobelo, (seguramente mogollo-
establecerse entre la ensenada de Acla y el golfo de nes de Santiago del Príncipe), además de 25 indios
Urabá (al parecer en sitios cercanos a la costa), aun- flecheros de Parita, Cubitá y Olá (que se identifi-
que no se atrevían a llegar hasta esta última zona caban a sí mismos como indios coclés) para aco-
por temor a los “indios de guerra”, es decir los rralarlos en una operación de tenaza. Valverde
cunas. Recién en 1606 una fragata española proce- explica que enviaba indios flecheros “para excusar
dente de México había naufragado frente a la no llevar negros [al parecer se refiere a negros es-
playa de Pierde Vidas, conocida como Tiende clavos, no a mogollones, que eran identificados
Ropa. En un bote algunos lograron llegar a Porto- como «morenos»] que avisaran a los cimarrones y
belo, quedando once náufragos en la playa. Al lle- estorbar todo lo que puedan como ha acecido en
gar el bote a Portobelo, se organizó una misión de jornadas pasadas”. Obviamente no se fiaba de los
rescate compuesta por seis soldados y varios car- esclavos. Dice que a los indios se les ha tratado
gueros con bastimentos. Pero al llegar a Tiende bien y se les paga a razón de 64 reales a cada uno
Ropa descubrieron que siete de los náufragos, in- por mes. Agrega que son “gente muy suelta y
cluyendo un sacerdote, habían sido asesinados por grandes rastreros”. Después de hecho el castigo a

Montañas del Darién. Fotografía de Jim Malcolm, OBE.


El enemigo interno
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los cimarrones, los 25 indios permanecerían cuatro por diferentes partes, saliendo algunas veces a sal-
meses en Pierde Vidas y explorarían la zona bus- tear, matar ganados y hacer otros robos, llegando
cando esclavos fugitivos para que “no quede ma- su atrevimiento a tanto que suelen venir al río La-
driguera ni orín [en probable alusión a herrumbre vanderas [en la propia ciudad de Panamá] y lle-
u óxido de hierro que dejarían sus armas o herra- varse las negras que puedan robar con la ropa que
mientas a su paso o en sus asientos] que no hayan están lavando y el número de dichos negros cima-
visto”160. rrones cada día va aumentando [...] y faltan en esta
Por otras fuentes sabemos que durante la ad- ciudad más de 250 negros”, pérdida que represen-
ministración de Valverde de Mercado se hicieron taba una fortuna para los dueños. La complicidad
tres jornadas contra los cimarrones: la de Pierde de los esclavos urbanos con los cimarrones era pa-
Vidas, la de río Sabanilla, la de Tiende Ropa, y otra tente. Valverde narra que los cimarrones con fre-
más en la “ensenada de Coclé” (probablemente cuencia “iban y venían a Panamá y tenían trato con
contra fugitivos de las minas de la zona), en las los negros cautivos, los cuales les habían empe-
que “se mataron 72 cimarrones”. Valverde formó zado a dar hachas, machetes, hierros de lanzas,
dos escuadras para que salieran cada año en sen- ollas de cobre, hierro para flechas, tabaco y otras
das fragatas por la costa del Pacífico y por el “mar cosas y ellos tenían a un negro herrero que tenía
del norte”. Una entraría por el sur, desde la zona su fragua y fuelles con que hacía hierros de lanzas
de Bayano, y la otra desde Portobelo, que recorre- y de flechas y machetes”163.
ría las costas por Pierde Vidas, Serranilla y Acla. La pérdida de esclavos no solo se medía por
Luego de varias campañas, hasta el año 1609, la su valor en dinero (como mínimo una “pieza” cos-
campaña de Valverde había dejado virtualmente taba 50 pesos y para esos años en un gran lote de
libre de cimarrones todo el este de Panamá, y cada esclavos bozales, es decir recién importados, la
vez se encontraban menos, a los que ajusticiaban, media era de entre 400 y 500 pesos la pieza, aun-
ahorcando y descuartizando a los varones y ahor- que había algunos muy valiosos por los que se pa-
cando a las mujeres. De hecho los muy pocos que gaba bastante más; los esclavos del rey que
encontraban eran mínimos grupos solitarios dis- trabajaban en las fortificaciones costaban hasta mil
persos por los montes. Si los mataban en el en- pesos), sino y sobre todo porque las principales ac-
cuentro, se llevaban sus orejas como evidencia. tividades económicas de Panamá dependían de la
Pero no obstante estas campañas sistemáticas, los mano de obra esclava, como eran la pesquería de
esclavos seguían escapándose y el problema per- perlas, el transporte mular en las rutas Panamá-
sistía, aunque en pequeña escala161. Cruces o Panamá-Portobelo, en la navegación del
En tiempos de los presidentes Diego Fernán- Chagres, en la crianza de ganado, en la tala de bos-
dez de Velasco (que llegó a Panamá el 12 de fe- ques y los astilleros, en el cultivo de rozas de maíz
brero de 1616)162, de Rodrigo de Vivero y de y en los trapiches, de manera que sin esta fuerza
Enrique Enríquez de Sotomayor, es decir entre laboral la economía se vería amenazada.
1616 y 1637, también se hicieron “muchas entra- La alarma era creciente debido a la osadía de
das”. Según una fuente –al parecer interesada–, sus ataques. Al alcalde de la Santa Hermandad de
estas campañas habían dejado “la tierra limpia, y la ciudad de Panamá (que era el encargado de apli-
si algunos cimarrones quedaban se han reducido”. car la justicia en los campos y de perseguir cima-
Pero en 1636 otras fuentes contemporáneas disien- rrones), le incendiaron los bohíos de un hato que
ten. Según estas últimas, los cimarrones tenían tenía en las goteras de la ciudad, cerca del río Juan
“poblaciones en partes remotas como es en Chi- Díaz; le “quemaron” también un hato en Pacora, y
mán, en la isla grande de El Rey, en el paraje que le mataron a un negro horro que estaba en una de
llaman La Canaleta, en los montes de Pequení, en sus estancias, no solo para robarle y hacerle daño
cerro de Cabra y en el río Chagre, en el paraje que sino “para atemorizarle y nos les persiguiese”.
llaman El Gatún”. Es decir, más de media docena Casi al mismo tiempo mataron a otros cinco negros
de refugios y tal vez más de un palenque en cada libres y a un español. También atacaban poblados
uno. Algunos andaban como “tropas sueltas [...] indígenas para matar a los varones y robarse las
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
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mujeres. Probablemente la mayoría de los que vi- Cabe suponer que mientras más palenques existie-
vían en palenques solo deseaban que se les dejase ran mayores incentivos tenían los esclavos para
vivir en paz y libertad. Pero estos otros malhecho- huir, ya que vivir en comunidad ofrecía mejores
res, o “tropas sueltas”, no eran otra cosa para el posibilidades de supervivencia, mientras que fu-
autor de la Descripción de Portobelo de 1606-1607, garse sin otro propósito que escapar sin destino
más que simples “salteadores o rebeldes”, es decir fijo podría tener resultados fatales. Es cierto que
meras bandas de matones y ladrones. hubo esclavos que lograron sobrevivir viviendo
Debido a que las jornadas para perseguir y solos, o en grupos muy pequeños, pero fueron
castigar a los cimarrones las había costeado hasta raros estos casos. El hecho es que los castigos con-
entonces la Corona, se había propuesto desde tenidos en las Ordenanzas (que eran sanciones tan
hacía varios años que para correr con los gastos de- severas en la capital como en Portobelo), obvia-
biera crearse una Caja Común o Caja de Comuni- mente no frenaron la pulsión de los esclavos para
dad con fondos aportados por los propios vecinos escapar de sus amos y buscar la libertad.
dueños de esclavos. El presidente Enrique Enrí- Prueba de que el fenómeno del cimarronaje era
quez retomó el proyecto en 1636, ya que no le pa- recurrente y que pese a las persecuciones y castigos
recía justo que el Erario cargase con este gasto, no desaparecía del todo es que, para fines del siglo
pero era el Cabildo, como representante de la co- XVII, un nuevo brote había aparecido al este del an-
munidad de vecinos, el que debía decidir si se cre- tiguo Nombre de Dios, lo que confirma que esta
aba o no la Caja Común. Según una “Relación” zona era una de sus viejas querencias. Una de las
que presentaron los oficiales reales de Real Ha- ventajas del sitio, según las fuentes, era que por
cienda, el costo de estas jornadas totalizaba entre mar les resultaba fácil comunicarse y comerciar con
1608 y 1636, 25,012 pesos y 6 reales (en pesos de 8), otros palenques cimarrones de las jurisdicciones de
a razón de 893 pesos y sencillo por año. La comu- Tolú y Cartagena. Sabiamente, las autoridades de
nidad de vecinos, a través del Cabildo, acuerpó la Panamá decidieron que en lugar de reducirlos por
iniciativa y se elaboró una ordenanza con 18 pun- la fuerza, lo que hasta entonces nunca había dado
tos, uno de los cuales establecía que cada dueño resultados permanentes, sería más práctico otor-
de esclavo debía depositar 4 reales por cada es- garles libertad, permitiéndoles permanecer en su
clavo de su propiedad y de esta Caja se le reem- palenque y, a cambio de esto, que se comprometie-
bolsaría la pérdida del que se le fugase. Unos 15 ran a servir de barrera humana para combatir a sus
vecinos objetaron el plan y el tema siguió debatién- recalcitrantes enemigos: los cunas. A manera de es-
dose. El hecho es que hasta esa fecha el cimarro- tímulo les ofrecieron también ciertos bienes mate-
naje distaba mucho de haberse aplacado164. riales. Era un arreglo parecido al que se hizo a fines
Según el censo que se hizo en la ciudad de Pa- del siglo XVI con Luis de Mozambique y Antón
namá para la Descripción de 1607, la población era Mandinga. Los cimarrones aceptaron y se fundó en
de 5,708 habitantes, y el total de esclavos sumaba 1690, ya con carácter formal, el pueblo que aún con-
3,721, lo que representaba el 65.19% del total165. Era serva el nombre de Palenque. La fórmula resultó
una desproporción alarmante. La población blanca exitosa. No hubo más cimarronaje por esa zona, los
apenas creció en los años siguientes mientras que, palenqueños se convirtieron en aliados de los es-
según algunas fuentes, la proporción de esclavos pañoles, y los cunas tuvieron un nuevo frente que
siguió aumentando. Y dado que muchos de estos combatir.
esclavos trabajaban en los campos, o en la navega- Pero en las cercanías de Panamá y en el ca-
ción del Chagres, o en la pesquería de perlas, o cor- mino a Portobelo el cimarronaje persistía. Aunque
tando madera para los astilleros, o conduciendo no se conocen suficientes datos sobre las campañas
mulas en medio de las selvas, era virtualmente im- que, verosímilmente, se organizarían para reprimir
posible mantener sobre ellos una vigilancia ni leja- el cimarronaje, es evidente que este no cesaba. Tal
namente efectiva, de modo que lo sorprendente es vez la mejor prueba es el predicamento que ad-
que no hubiese más cimarrones y que el cimarro- quiere el cargo de alcalde provincial de la Santa
naje no hubiese adquirido proporciones mayores. Hermandad, una de cuyas funciones, como ya se
El enemigo interno
128

mencionó, era perseguir esclavos fugitivos y salte- Antonio de Echeverz y Subiza, quien emigra a Pa-
adores de caminos, así como aplicar la ley en las namá en 1679. En 1683 compró el cargo en 8,000
zonas rurales. pesos, a condición de extender su jurisdicción a
La primera referencia documentada a este Portobelo, ocupando las alcaldías provinciales de
cargo es de 1571, cuando lo ejerce Jerónimo las dos ciudades terminales con derecho a voz y
Núñez166. En 1578 lo ejercía Hernando de Berrio167. voto en ambas. El rey le confirma en el puesto, cuyo
En 1591 y 1596 el Cabildo capitalino eligió alcalde título recibe en propiedad en 1685176. A poco se ex-
provincial de la Santa Hermandad a Juan de la tiende del rumor de que su fortuna tuvo origen
Fuente Almonte y de las Casas168. Aunque el cargo ejerciendo este cargo tras capturar esclavos fugiti-
era elegido por el Cabildo, estaba sujeto a la con- vos que no entregaba a sus amos legítimos, como
firmación real, y su salario anual a principios del debía hacerlo cuando su ausencia era reciente.
siglo XVII era de 100,000 maravedíes, o 368 pesos La Alcaldía Provincial de la Santa Hermandad
de ocho reales169. Pero el Ayuntamiento convenció había existido en Nombre de Dios, ya que se re-
a la Corona para que este cargo fuese vendido y quería en una época en la cual el cimarronaje era
que el titular tuviese derecho a voz y voto en sus una amenaza mayor. Pero al fundarse Portobelo ya
sesiones. El primer alcalde provincial que lo ad- no se consideraba necesario, puesto que carecía de
quiere por compra es Álvaro Quiñones en 1631170. áreas rurales y el escaso cimarronaje podía ser con-
En 1644, la mejor postura que se ofreció por el trolado por los soldados de los castillos y los mo-
cargo fue de 7,500 pesos171. En 1648 el cargo fue re- gollones. De esa manera, sus primitivas funciones
matado en 8,000 pesos en don Pedro Coronado172. pasaron a recaer en los alcaldes ordinarios, según
Pero el valor de este oficio empezó a decaer du- vimos en un capítulo anterior.
rante la crisis económica de mediados del siglo Mediante una R. C. de 3 de noviembre de 1689
XVII y en 1651 el presidente Juan Bitrián de Bea- y atendiendo a una solicitud que elevó al Consejo
monte y Navarra declaraba su valor en 5,000 pesos de Indias, se le conferían a Echeverz y Subiza
de ocho. Hasta ese año había ocupado el cargo don “todos los honores y preeminencias que por su tí-
Pedro de Cabrera, pero este lo renunció en favor tulo le pertenecen y especialmente las que se ob-
del capitán Hernando Antonio de Peñaloza, quien servan al provincial de la Hermandad de la ciudad
recibió el título de manos de Bitrián de Beamonte de Sevilla”177. En el memorial que resumía sus eje-
y Navarra el 23 de noviembre de 1651173. cutorias y presentó al Consejo de Indias en 1712,
En 1672 el presidente Antonio Fernández de presumía de haber “quemado palenques de cima-
Córdoba, quien había llegado a Panamá para ocu- rrones y negros y consiguiendo la quietud del
parse de su mudanza y reconstrucción luego del reino”.
ataque de Morgan, consideraba que el alcalde pro- Desde entonces el cargo quedó acaparado por
vincial era “necesarísimo en esta tierra para tener el poderoso clan Echeverz Urriola. En 1726 Eche-
en freno los negros esclavos que se huyen de sus verz renuncia el título en favor de su primogénito
dueños y se van a los montes a sus ladroneras”. Antonio de Echeverz y González, que todavía lo
Logró que el cargo se vendiera en 7,000 pesos, que- ejerce en 1752; a este le sucede Bernardo Antonio
dando “en persona muy a propósito y grata a todos de Echeverz entre 1753 y 1756, y en 1775 se le
[se refiere a don Pedro Clemente] y ahora quedo en- otorga el título a don Manuel Bernardino de
tendiendo en que salga en busca de estos negros Urriola y Echeverz178. También desde el siglo XVII
que llaman cimarrones para reducirlos a obediencia este cargo está documentado para Natá, Los San-
de sus dueños que no es menos servicio de Dios tos y Santiago de Veraguas. La alcaldía provincial
porque en los montes viven en la misma barbarie de la Santa Hermandad todavía existía en vísperas
que en Guinea”174. Quiere decir, por tanto, que en de la Independencia. Aunque el tema necesita ser
ese tiempo el problema cimarrón continuaba. En más investigado, lo anterior sugiere que si el cargo
1681 se arrendó el oficio en Simón González175. aún continuaba existiendo es porque se le necesi-
Entre fines del siglo XVII y principios del si- taba, aunque no se sabe si para solo perseguir “sal-
guiente, el cargo recayó en el poderoso vasco teadores” o también cimarrones.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
129

El hecho es que hacia 1710 el cimarronaje partes resultan agravios”. En las vecindades de su
había recrudecido, convirtiéndose en una seria jurisdicción un grupo de “más de 35 cimarrones”
amenaza sobre todo en las vecindades de Cruces, le habían robado dos negras a “dos pobres veci-
donde había un palenque compuesto por cerca de nos”, y en el paraje llamado Cruz de Hierro le arre-
111 negros de la etnia arará (“que somos nobles”, bataron otra a Joseph Sotelo “delante suyo con
decían) armados con 60 escopetas, “y los demás grave violencia”. En el paraje de Afrenta Ruines,
con lanzas”. Otro palenque se encontraba cerca del quitaron “los huesos y cuartos” de algunos cima-
poblado de San Juan (en “lo más sagrado que es el rrones que en castigo habían sido ahorcados y des-
camino de Portobelo”, exclamaba un angustiado cuartizados y “estaban colgados”, y los enterraron
presidente Joseph de la Rañeta y Vera), donde “al pie de una cruz que en dicho paraje han puesto
había 50 negros congos. Todos ellos, los arará y los y asimismo otras morisquetas”. A un vecino del
congos, estaban dispuestos a hacerle frente al al- sitio, llamado Ramón Gallardo, “le quitaron una
calde provincial de la Santa Hermandad Antonio camisa y no se qué otras cosillas, y le hicieron incar
de Echeverz y Subiza, que desde 1685 era también de rodillas delante de dicha cruz y rezar”181. Ya
capitán de caballos de Panamá, y desde 1692 estas afrentas y humillaciones empezaban a resul-
miembro de la Orden de Calatrava179. Era el hom- tar intolerables. Pero lo peor es que continuarían.
bre más rico de Panamá, cuya fortuna se calculaba Pocos meses más tarde, en junio del mismo
en más de 800,000 pesos, y se preparaba con sus año, en un trapiche de Gabriel Eusebio de Urriola,
cuadrilleros para reducirlos. Hacía tiempo que no habían macheteado en la cabeza a uno de sus es-
se presentaba una amenaza tan grave como esta180. clavos y apaleado violentamente a otro. Al primero
Tal vez exageradamente aprehensivo, La Ra- le mataron por “bufón” y al otro le maltrataron por
ñeta decía haberse “descubierto de palabra y por “embustero”. Al dejar el sitio comenzaron a dispa-
escrito el designio que tenían [los cimarrones] del rar salvas con su escopetería en un gesto de
saqueo del arrabal de esta ciudad”. Esta amenaza “mayor arrogancia”.
por supuesto nunca cristalizó. Pero no le faltaban Alarmado por estas noticias, el presidente
razones para angustiarse, ya que en tiempos re- convocó a Junta de Hacienda en la que compare-
cientes los cimarrones habían estado cometiendo cieron los oidores de la Audiencia y los funciona-
asaltos, robos, asesinatos y actos violentos cada rios de Real Hacienda, los capitanes Francisco de
vez más alarmantes. Como buen soldado, La Ra- la Flor, factor, Bernardino Calvo de Segura, conta-
ñeta, que era brigadier y además teniente general dor, y Joseph de Toledo Gudiño, alguacil mayor,
de Portobelo y ocupaba la presidencia de la Au- para que emitieran su parecer sobre en quién de-
diencia en interinidad, trató de atacar el peligro bían recaer los gastos para la “expugnación” de los
manteniendo guardias permanentes y convocando cimarrones, ya que no parecía justo que estos los
“crecido número de gente que por todas partes a asumiera la Real Hacienda, siendo que “la lim-
un mismo tiempo hagan salidas”, aunque solo pieza de los caminos de cimarrones y la disolución
fuera para que los cimarrones supieran “el ánimo de los palenques de negros” eran tareas propias
de esta vecindad, y un rasgo del poder de Su Ma- del alcalde provincial de la Santa Hermandad, el
jestad”. Tenía además apercibidos algunos cabos conflictivo y prepotente Antonio de Echeverz y Su-
para que con soldados “reformados” salieran a biza, que ya llevaba más de un cuarto de siglo en
buscarles. Con estas medidas esperaba cuando el cargo. Todos coincidieron en que los costos de-
menos “reprimir su avilantez”. Era una moviliza- bía asumirlos Echeverz y mediante Real Acuerdo
ción poco usual para enfrentar a los cimarrones. se votó para que se hiciera cargo del caso ya que
En marzo de 1710, el alcalde de Cruces, don como tal alcalde era de su incumbencia.
Tomás López Vizuete le había informado a La Ra- Con anterioridad ya se había conminado a
ñeta del “grave perjuicio de imponderables exce- Echeverz a que saliera a perseguir cimarrones,
sos tan estragada inquietud como asiste en estos pero varias veces se había excusado. Y en esta oca-
caminos con la sublevación de tanto negro que les sión trató nuevamente de escurrir el bulto adu-
infestan haciéndose tan partícipes pues por todas ciendo que los cimarrones eran solo un puñado
El enemigo interno
130

capado, y el censo arrojó no


menos de 200 fugitivos solo
en Panamá. Así y todo, Eche-
verz apeló a otra excusa, la de
que junto con otros capitula-
res se encontraba desde hacía
cuatro meses refugiado en la
catedral, donde se había aco-
gido al asilo eclesiástico por
un conflicto sobre cuestiones
electorales que tenía el Ca-
bildo precisamente con el
presidente La Rañeta182. Si de-
jaba su refugio temía perder
la inmunidad y ser apresado.
La Audiencia acordó que se le
permitiría dejar el refugio sin
que perdiera la inmunidad y
salió a regañadientes en bus-
ca de sus cuadrilleros para re-
clutar más hombres y em-
prender la marcha contra los
cimarrones.
Al enterarse de que se or-
ganizaba esta campaña, los
cimarrones de la etnia arará,
lejos de acobardarse se enva-
lentonaron y dirigieron a
Cruces, amenazando con que-
mar el pueblo. Allí los hom-
bres se encontraban ausentes
“trabajando en distintas par-
tes”, de modo que “sus muje-
res y muchos muchachos”
quedaban indefensos. Don
Tomás López Vizuete, gober-
nador, justicia mayor y ca-
pitán a guerra del pueblo de
Dibujo que representa la explotación de oro en Veraguas, circa 1586. Del manuscrito anónimo la Gorgona, y administrador
“L´Histoire naturelle des Indes...”, conocido como Drake manuscript. Biblioteca Pierpont Morgan, mayor de las reales aduanas
Nueva York, MA 3.900. de Cruces, temía que los ci-
marrones “ejecuten con sus
insignificante. Decía que apenas quedaban cinco y depravados pechos alguna crueldad y torpezas en
que si “abultaban más” era porque los mismos se los inocentes”.
aparecían en distintas partes haciendo sus fecho- El ataque a Cruces no se produjo, pero los ci-
rías. Receloso de los datos que daba Echeverz, el marrones apresaron a Lorenzo Hernández, a quien
presidente hizo publicar un bando para que los ve- condujeron a su palenque y en la plaza le ataron
cinos manifestaran cuántos negros se les habían es- “a la Ley de Bayona”, un castigo bajomedieval que
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
131

se aplicaba, según una versión, colocando al reo en ferias desde 1739, fue perdiendo importancia. Tres
cuclillas, atados los codos a una vara que se pasaba factores pudieron haber contribuido a esta situa-
por debajo de las corvas. Según Girolamo Benzoni ción. Por un lado, la mano de obra esclava fue ce-
“la Ley de Bayona”, “que es así llamada por los es- diendo espacio a la mano de obra libre, que era
pañoles y que yo creo fue inventada por un gran cada vez mayor. Por otro, la disminución de escla-
demonio”, ya estaba extendida en América desde vos importados por falta de negocios, y finalmente
mediados del siglo XVI. En la Península, su apli- el fortalecimiento del aparato militar, sobre todo
cación era común y abundan las referencias litera- desde la creación del Batallón Fijo (c. 1740) y de las
rias a esta “ley”. En el informe que hizo en 1608 milicias disciplinadas en 1772-1773. Se requerían
Mateo Alemán (autor de la célebre novela El pícaro cada vez menos esclavos para el transporte ribe-
Guzmán de Alfarache, Madrid, 1599), cuando hizo reño, marino y mular, había pocas construcciones
una visita de inspección a las minas de azogue de civiles, y los esclavos que construían las fortifica-
Almadén, en La Mancha, observó la forma como ciones estaban bastante vigilados. Así y todo, en
se aplicaba a los forzados cuando no satisfacían las 1755 se produjo una revuelta de unos cien esclavos
exigencias del capataz: “Los maltrataba cruel- cancanes y mandingas empleados en los fuertes de
mente atándolos en cueros a la ley de bayona que lla- Portobelo, que protestaban por los azotes, el mal
man, que es atadas las manos y pies a un palo trato, el excesivo trabajo y la escasa alimentación,
atravesado por las corvas de las piernas y las sangradu- pero este amotinamiento fue pronto sofocado. Des-
ras de los brazos de manera que un hombre no se puede pués de 1777, además, Panamá dejó de ser un cen-
rodear”. Y esta no era la única ni la peor de las mu- tro de redistribución de esclavos por el Pacífico y
chas formas de torturarlos183. cada vez serían menos los bozales que se introdu-
De cualquiera de las dos formas como los ci- cen y por tanto menos los candidatos a escapar de
marrones aplicaran la atadura, el hecho es que azo- la esclavitud185.
taron a Hernández y le mantuvieron de pie atado
“a la Bayona” durante varias horas para que con- Primeros ataques cunas
fesara si era cierto que Echeverz iba en su busca
para castigarlos y si él era espía suyo. Para ame- A partir de 1611, siendo todavía presidente
drentarle se pusieron en fila 111 cimarrones con Valverde de Mercado, se producen las primeras in-
objeto de que los contara, y le mostraron las 60 es- vasiones de indios cunas a las cercanías de la ca-
copetas que tenían. Finalmente aparentaron sol- pital. Según la Descripción de Portobelo de
tarle para que le dijera a Echeverz con cuántos se 1606-1607, todavía para esos años los cunas se en-
enfrentaría y que además debía luchar contra los contraban en la distante frontera del golfo de
50 congos que le esperaban en el poblado de San Urabá y no se consideraban una amenaza. Eran
Juan. Pero cuando se alejaba escuchó los “rastrilla- tan poco conocidos que se aludía a ellos simple-
zos de las escopetas” y sintió el golpe de una lanza mente como “indios de guerra”. Pero no es cierto
que se le clavó en la espalda, aunque logró arro- lo que dice el autor de la Descripción en el sentido
jarse al río y escapar nadando “como media legua, de que le daban refugio a los cimarrones en su te-
hasta la estancia de María de Fuentes”, donde fue rritorio, pues, muy por el contrario, lejos de sim-
rescatado, y ya muy maltrecho por la “herida en patizar con estos, cuando podían los atacaban y
las espaldas sobre los riñones”, pudo hacer rela- mataban. Su odio era mutuo y recrudecería con el
ción de lo sucedido184. tiempo.
Se desconoce cuál fue el resultado de la cam- En 1608 cuando el presidente Valverde ordenó
paña de Echeverz. Pero este episodio ilustra que el al alférez del presidio de Bayano, Pedro Méndez,
problema cimarrón distaba de haber desaparecido. que buscara cimarrones en Pierde Vidas (tema al
Como quiera que sea, en lo sucesivo son cada que ya me referí), este se encontró con varios por-
vez más esporádicos los datos sobre el cimarronaje tugueses extraviados que llevaban un cargamento
y cabe conjeturar que a medida que avanza el de 200 esclavos de Angola y habían naufragado en
siglo, sobre todo después de la suspensión de las Acla. Valverde ordenó que fuesen en su ayuda y,
El enemigo interno
132

siguiéndoles el rastro más allá de Acla, Méndez se Así pues, al quedar el vasto espacio selvático
encontró con varias “rancherías de indios llenas de del Darién literalmente vacío de hombres luego de
ollas y otras cosas en que en verano van a hacer sal la virtual extinción del pueblo cueva (enemigo an-
y hallaron camino muy trillado de la sierra adonde cestral de los cunas) y ya casi sin cimarrones que
estos indios viven que es a las espaldas del río Da- temer, los cunas inevitablemente sentirían la pul-
rién y a las del Bayano gobernación de Antioquia”. sión por avanzar hacia el oeste, donde encontra-
Poco después encontrarían varios cuerpos de ci- rían fáciles y apetecibles presas: por un lado,
marrones muertos por los indios y a dos negros y abundante ganado fácil de robar, y por otro, des-
dos negras escondidos en la maleza que se les ha- prevenidos y dispersos pobladores de la zona de
bían escapado. También los indios habían matado Chepo. La ausencia del fuerte de Bayano, por lo
a varios portugueses186. Es evidente que no gusta- demás, debió envalentonarlos. En 1614 los ataques
ban de los negros ni de los europeos, pero todavía cunas recrudecieron. Asesinaron a varios negros
para 1608 se encontraban en sus territorios de ori- esclavos y carpinteros que trabajaban en los asti-
gen sin acercarse a la ciudad de Panamá. La situa- lleros, llegando “hasta los montes de Chima [¿Chi-
ción, sin embargo, empezó a cambiar rápidamente mán?], 18 leguas de esta ciudad y en una estancia
entre esa fecha y 1611. mataron un vecino y otros siete negros”. Atemori-
Aunque de ese año data la primera referencia zados, los colonos se retiraron a Panamá con sus
documentada al ingreso de los cunas a territorio cuadrillas de esclavos “y quedó todo despoblado
propiamente panameño, es muy probable que ya y los indios señores de ello y últimamente han lle-
llevaban años avanzando desde su posible puerta gado al río de La Maestra, diez leguas de esta ciu-
de entrada, el elevado cerro Tacarcuna, en la actual dad”. En sus cercanías, en la estancia de otro
frontera con Colombia y según sus tradiciones un colono vecino de Panamá “mataron otros ocho ne-
arcaico centro ritual. Solo se puede especular gros”. Las autoridades llamaron al capitán Pedro
cuándo y cómo se inició y produjo este proceso. En Montilla Añasco, “hombre plático en guerra de in-
la distintas campañas que se hicieron contra los ci- dios” y fundador de Alanje, para que marchara
marrones hasta 1580, se encontraron algunos pa- con un destacamento al territorio cuna y sometiese
lenques de negros tan lejos como el valle del a los rebeldes, pero no se pudo conseguir el finan-
Chucunaque –después uno de los sitios de resi- ciamiento para esta campaña y tuvo que regresar
dencia preferida de los cunas–; sin embargo, la a Chiriquí187.
tropa no encontró allí ningún cuna. Tampoco entre Desde entonces se vivió bajo el temor de que
los cunas, hasta donde se sabe, ha quedado memo- los cunas atacasen la capital. Esta amenaza nunca
ria que sugiera haber tenido buenas relaciones con materializó y era remota la posibilidad de que ocu-
los cimarrones. La disminución del cimarronaje rriera, pero lo cierto es que para el imaginario po-
hasta casi desaparecer, por un lado, y por otro el pular el peligro cuna llegó a convertirse en un
desinterés de la colonia por este territorio, que miedo recurrente. Entre 1611 y 1620 se ensañaron
quedó virtualmente abandonado a su propia en la zona de Chepo, cometiendo numerosas
suerte hasta el primer tercio del siglo XVII, dejó un muertes y actos de violencia. Habían robado escla-
vacío que le abrió a los cunas de par en par las vos, “indios de paz”, estancias de cultivos y hatos
puertas del Darién. Puede especularse que poco de ganado, y asesinado españoles188. Durante la
después de 1581, y sobre todo desde principios del década de 1620 empezó además a recrudecer el ci-
siglo XVII, cuando se hizo evidente que el territo- marronaje, que se concentra entre las riberas del
rio estaba virtualmente libre de cimarrones, al en- río Chagres y Chepo, convirtiéndose en una suerte
contrarse los cunas con un territorio totalmente de frontera entre cunas y cimarrones, dos fuerzas
despoblado y sin ninguna resistencia humana que étnicas que se odiaban entre sí. Como decía el go-
les impidiera avanzar, empezaran primero lenta- bernador y presidente Álvaro de Quiñones Osorio:
mente, luego de manera cada vez más rápida y Bayano era el “confín que separaba el territorio ci-
audaz, a ocupar las tierras que serían después su marrón de los bugue bugue”, nombre que probable-
residencia definitiva. mente le pusieron los cimarrones. No fue hasta la
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
133

década de 1630 cuando empieza a mencionársele jeres, hombres y niños que había hecho prisioneros,
en los textos como “darienes”, y solo más tarde alegando que no tenían cuerda para atarlos ni co-
cuna-cunas o simplemente cunas189. mida para alimentos. (Esta atrocidad contravenía
En la región de Chepo y Bayano existían asti- las instrucciones que llevaba y causaron gran dis-
lleros donde se construían embarcaciones para la gusto al presidente, ya que de esa manera veía ale-
navegación por el Pacífico. Allí se encontraban los jarse la posibilidad de conseguir un acuerdo de paz
más importantes hatos ganaderos de los vecinos con los cunas). Después de estos primeros choques,
de la capital, trapiches y varios aserraderos para los indios contraatacaron en cantidad de 300, aun-
las construcciones de casas en Panamá, de modo que solo mataron un soldado español y “diez u
que los ataques cunas constituían una seria ame- once indios y negros cargueros”, por lo que la cam-
naza para la economía. Como resultado, desde paña de Ferrón se consideró una franca victoria. Sin
1614, la Audiencia y el Cabildo, tras criticar la pre- embargo, este sería solo un episodio más en la larga
matura e inconsulta decisión de Valverde de aban- guerra que se prolongaría hasta finalizar la colonia.
donar el fuerte de Bayano, solicitaron que se Como esta campaña no se hizo en o desde el
reedificase. A este coro se sumó en 1616 el nuevo fuerte de Bayano, que aún no se había acabado de
presidente, Diego Fernández de Velasco, sucesor construir, el presidente Vivero consideró que este
de Valverde. Finalmente la Corona ordenó resta- sería inútil, además de que sus 50 soldados de do-
blecerlo, y en 1620 se nombra al frente del presidio tación podrían ser fácil presa de los cientos de in-
a Jerónimo Ferrón Barragán como capitán y caste- dígenas que podrían atacarles en cualquier
llano con un sueldo de mil ducados190. momento, por lo que propuso suspender la obra.
Y como durante este tiempo Ferrón estaba en cam-
paña y no había podido ocupar formalmente el
La campaña de Ferrón Barragán fuerte, que aún no estaba en pie, los oficiales rea-
contra los cunas les, en un típico exceso de celo burocrático se re-
sistieron a pagarle el sueldo, hasta que luego de
Jerónimo Ferrón Barragán tenía una larga tra- muchas negociaciones pudo cobrarlo, gracias a las
yectoria militar de más de 20 años y, como ya se presiones del propio presidente193.
mencionó, se había destacado combatiendo contra En la campaña de Ferrón Barragán, Narváez
Drake. Según consta por R. C., debía “entrar a san- Alfaro y Juan Lorenzo, se gastó la considerable
gre y fuego contra los indios rebeldes”191. Cuando suma de 11,254 pesos con 4 reales. Hasta entonces,
se hizo cargo, según el nuevo presidente Rodrigo según informes de los oficiales reales de Hacienda,
de Vivero y Velasco, sucesor de Fernández de Ve- no se habían hecho gastos de campaña contra los
lasco, ya los cunas eran responsables de cerca de cunas entre 1605 y 1613. En 1614 se gastaron 681
500 muertes y recién se habían acercado a tan solo pesos con 6 reales; en 1615 nada; en 1616, 8 pesos
siete leguas de la capital192. con 7 reales; nada entre 1617 y 1619; en 1614, 486
El presidente Vivero envió a Ferrón al frente de pesos 2 reales; en 1625, 569 pesos 2 reales y nada
una tropa de 160 soldados y 60 indios flecheros de entre 1626 y 1637. Durante los períodos con pocos
la etnia coclé, así como 30 cargueros. Le acompaña- gastos usualmente se trataba de compra de ali-
ban como subalternos el sargento mayor del reino mentos, alpargatas, cuerdas y otros insumos para
don Francisco de Narváez Alfaro y el capitán Juan la tropa y para los indios coclés que protegían al
Lorenzo. (El que Ferrón estuviera por encima del pueblo de San Cristóbal de Chepo de los ataques
sargento mayor evidencia la preeminencia confe- cunas. Así pues, durante todo este período el
rida a su autoridad). Después de varios años de de- mayor gasto se hizo durante la campaña de Ferrón
sasosiego, sería la primera gran ofensiva realmente Barragán en 1622 y el total de gastos entre 1605 a
efectiva contra los cunas, a los que se les causó un 1637 había sido de 12,999 pesos 4 reales. Otra
enorme daño. Les quemaron las casas y bastimentos fuente agrega que entre 1635 y 1637 se gastaron
y en combate murieron entre 80 y 100 indios. Pero además 4,807 pesos de 8 y 3 reales. Todo, sin em-
Ferrón se excedió en el castigo al degollar a las mu- bargo, había sido en vano.
El enemigo interno
134

La jornada de Maldonado Santa Dorotea, de 269 toneladas, y el patache Señora


de Saavedra al Darién Santa Ana, de 115 toneladas “y un tercio” (era un
navío “fuerte”, construido en la isla Margarita).
Entre todas debían transportar “casi 450 perso-
Las alarmantes noticias que llegaban a la Corte nas”. Las tres naves irían en conserva acompa-
sobre los ataques indígenas, obligaron a la Corona ñando la flota que se dirigía a Cartagena al mando
no solo a ordenar el restablecimiento del fuerte de del general Juan Flores Rabanal. En el navío Santa
Bayano, sino a tomar acciones aún mayores, como Ana se transportaría un extenso surtido de vitua-
el nombramiento del vecino de Santa Marta, Fran- llas, numerosas armas de fuego (como arcabuces,
cisco Maldonado de Saavedra, con el flamante tí- escopetas, mosquetes, “pistolas medianas”, alabar-
tulo de gobernador y capitán general del Darién, das, “rodelas de tablillas”), gran cantidad de pipas
adonde debía dirigirse en los primeros galeones de vino y de vinagre, hachas, barretas de hierro,
para “descubrir el Darién, pacificar a los cunas y cuchillos carniceros, “palas y azadones gurbias”,
poblarlo con españoles”194. Maldonado Saavedra machetes, miles de varas de ruan, crea y cáñamo
firmó un asiento o capitulación en regla con 33 ca- para vestir a la tropa y los colonos, medicinas,
pítulos de instrucciones para la conversión de los jabón, cera, pailas, calderos y por supuesto “casca-
indios a la verdadera Fe, y la orden de concedérsele beles, pesos de corales, peines y cuentas para dar
un cuantioso préstamo de “ayuda de costa” por a los indios”, además de “campanas para el servi-
15,600 ducados para costear la empresa195. En 1621, cio del culto”199. No faltaba nada para conquistar
los oficiales reales de Real Hacienda, en acata- y poblar Darién. Y esto era solo lo que cargaba una
miento a R. C., le entregaron al “conquistador del de las tres naves. No se mencionan en el registro
Darién”, de la Caja de Portobelo, 13,000 pesos en- piezas de artillería y no se sabe si iban en las otras
sayados (de 450 maravedíes el peso, lo que corres- embarcaciones, aunque al parecer no se llevaron.
pondía a los 15,600 ducados de la capitulación o R. C. Esta expedición era la más ambiciosa que se
de Madrid de 13 de junio de 1620). Como era di- había organizado para conquistar el Darién desde
nero en calidad de préstamo, Maldonado tuvo que aquella famosa de Pedrarias de 1514. Pero podría
recurrir a fiadores en Madrid, Sevilla, Lima y Pa- esperarse que fuera mucho más auspiciosa pues
namá. Pero luego surgieron problemas con las fian- para 1621, a lo largo de toda la costa, desde Pa-
zas y al parecer los fiadores tuvieron que cargar con namá hasta Santa Marta, pasando por Tolú y Car-
todo, lo que se complicó en un caso por la muerte tagena, existían poblados cristianos y recursos
prematura de su yerno, uno de sus principales fia- desde donde podía recibir apoyo. Lamentable-
dores196. Todavía en 1625 estos problemas continua- mente nada resultó como se esperaba.
ban y se expidió una R. C. para que si Maldonado Para conocer la suerte que corrió la expedición
no hacía el reembolso de una de las fianzas en los contamos con el desgarrador y pormenorizado re-
plazos fijados, se le prendería y pondría en pri- lato de fray Pedro Simón (Cuenca, España, 1574;
sión198. El pleito aún continuaba ventilándose en el Ubaté, Cundinamarca, c. 1628). Según este relato,
Consejo de Indias en 1633197. y de acuerdo a la R. C. de Madrid, 9 de mayo de
Según la documentación que reposaba en la 1620, Maldonado debía llevar a su costa, pertre-
Casa de Contratación, la Corona había autorizado chos, navíos y 400 hombres “los 250 de los Reinos
a Maldonado para que fletara tres naves con un de España, y de estos los cincuenta [hombres] ca-
desplazamiento total de 580 toneladas. Sin em- sados y con sus familias, y los 150 de acá de las In-
bargo, al fletar en Sevilla las naves en enero de dias”. (De hecho, se le sumaron muchos más en
1621 estas solo alcanzaron 548 toneladas, por lo Nueva Granada). Con la gente de armas que salía
que Maldonado protestó debido al espacio que le de España se formaron cuatro compañías, forma-
hacía falta para transportar agua y leña y la poca das por un capitán y sargento mayor, un teniente
capacidad de las cubiertas para los viajeros. Las general, otros dos capitanes y tres alféreces. Irían
tres naves que se fletaron fueron el filibote Nuestra dos religiosos, Melchor Maldonado, hijo del capi-
Señora del Rosario de 164 toneladas, la nao o navío tán general y gobernador, y fray Diego de Rangel,
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
135

ambos agustinos. El anuncio


de que se preparaba esta jor-
nada “hizo tanto ruido en Es-
paña”, ya que se anunciaba
con el “campanudo” nombre
del Darién, que era muy co-
nocido desde los tiempos de
Balboa, no menos que por su
promisoria riqueza aurífera.
Las dos naves y el pata-
che salieron de San Lucar de
Barrameda en compañía de
los galeones de Flores Raba-
nal el primero de mayo de
1621. Pero tan pronto como
zarparon tuvieron serios con-
tratiempos. Fueron vapulea-
dos por una violenta tormen-
ta en el golfo de las Yeguas
que duró quince días conti-
nuos, y la flota quedó dis-
persa. No fue hasta el 21 de
mayo, y ya a la vista de Cana-
rias, que volvieron a reunirse
las 54 naves que habían sa-
lido juntas en la flota. No
eran buenos augurios para la
expedición.
Pero las angustias conti-
nuaron, y en la nave Santa
Dorotea la extrema escasez de
agua causó la muerte por sed
a una mujer, dos muchachos
y un hombre. Finalmente, lo-
graron recalar en la isla Gua-
dalupe, donde se llenaron las
pipas de agua fresca y de allí
continuaron hasta Santa
Marta adonde llegaron el 24 Dibujo que representa la fundición de oro de las minas de Veraguas. Del manuscrito anónimo
de junio. Desde la salida en “L´Histoire naturelle des Indes...”, conocido como Drake manuscript. Biblioteca Pierpont
Morgan, Nueva York, MA 3.900.
San Lucar hasta Santa Marta,
el viaje había demorado 53
días. Desde allí se enviaron mensajes a los pobla- decir en septiembre, que pudieron dirigirse a Tolú,
dos vecinos, para que se sumaran a la jornada y donde se le sumó otra gente y adquirieron más
luego se dirigieron a Cartagena donde desembar- bastimentos y armas. Tolú se estableció como
caron en julio. Para entonces ya había sesenta “en- plaza de armas para reorganizarse y allí permane-
fermos de chapetonada”. Pero todavía las demoras ció la expedición otros cuatro meses, hasta el 5 de
continuaron y no fue hasta tres meses después, es febrero de 1622.
El enemigo interno
136

Ya preparados para la conquista propiamente, siete bajeles y a pura fuerza de brazos y sirga”, es
con seis fragatas adquiridas en la zona y uno de decir remolcándolas con sogas desde la orilla.
los navíos que se llevaron de España, la expedición Para empeorar las cosas, el guía Andrés con otros
abandona la barra de Tolú en dirección a la “ense- indios cargueros al encontrarse en su tierra se es-
nada de Acla” con unas 800 personas: 400 eran caparon. Sin nadie quien los guiara, los soldados
hombres, algunos casados con sus mujeres, niños, se sintieron “desamparados” y literalmente per-
negros e indios de servicio. De los que habían lle- didos en medio de aquel océano verde. Los ali-
gado de España apenas quedaban ochenta, “por mentos escaseaban y a la tropa se les redujo la
diferencias que tenían con el general, e imaginar, ración “a media libra de maíz en grano y tres
según las cosas que veían, el fin que tuvo la jor- onzas de carne corrompida por el calor inmenso
nada”. Y debía asistirles razón. Había pasado de- de la tierra”.
masiado tiempo sin que nada pareciera concre- De aquí en adelante todo fue de mal en peor.
tarse, la escasez de alimentos era ya patente, así Cada vez caían más enfermos y el poco maíz que
como los defectos de la organización, de manera se repartía entre los colonos “era necesario que
que se habría generalizado el descontento, por lo cada uno lo pilase o aderezase como pudiera, que
que ya algunos empezaban a anticipar en qué aca- ya faltaba aún con qué, y se tenía por dichoso el
baría todo aquello, y prefirieron prudentemente que en la bacinilla raso de todas conservas, podía
retirarse a tiempo. Lo cierto es que desde que sa- hacer su comida; pero lo más común era comer
lieron de San Lucar en mayo hasta que salieron de aquellos cuatro granos que le daban, tostados”. En
Tolú en febrero siguiente, habían pasado diez un sitio donde encontraron restos de un antiguo
meses y ya empezaban a producirse las primeras asiento cristiano, Maldonado estableció provisio-
bajas por enfermedad y falta de alimentos, al ex- nalmente el Real de la Resurrección, mientras que
tremo de que a los soldados de infantería solo se enviaba a su hijo Francisco Maldonado Ribas y
les daban raciones de seis onzas de cazabe y cinco otros 80 soldados, algunos de ellos sazonados en
de cecinas de res. las guerras europeas, para explorar el interior. Lle-
Desde Tolú se dirigen por la costa hacia “una vaban solo ración para dos o tres días compuesta
de las siete bocas del Darién” (refiriéndose al río de nada más que de “un bollo de maíz de cuatro o
de ese nombre, afluente del río Atrato). A partir cinco onzas y media libra de tasajos de vaca”. La
de ese momento ya ingresaban al territorio bajo jornada duró siete días, de modo que pasaron los
jurisdicción del gobernador y capitán general últimos días sin comer. Cruzaron pantanos y esca-
Francisco Maldonado. Mientras navegaban en- laron la sierra, hasta que siete soldados que se ha-
contraron por la costa a indios cunas que ya ha- bían enviado para reconocer la zona fueron
bían tenido contactos previos con cristianos y con atacados por una “gran multitud de indios”. Aun-
quienes intercambiaron hachas, machetes y cha- que se defendieron valerosamente con sus alfan-
quiras, a cambio de gallinas, y allí se les sumó un jes200 y usando los mosquetes como mazos por falta
indio de nombre Andrés, que cuando subió a una de pólvora, tres cayeron muertos, uno de ellos “pa-
de las naves, fue retenido, y se le forzó a servir de sado de muchas flechas y lanzas”. Otros dos que-
guía. Una vez arribaron a la ensenada de Acla daron mal heridos de lanzadas, y los dos restantes
avanzaron hacia el interior del río Darién para lograron escapar, huyendo hacia donde se encon-
buscar un espacio adecuado donde establecer un traba el resto de la tropa. Fueron perseguidos por
poblado, pero ninguno de los sitios explorados los indios, que al enfrentarse a la tropa huyeron al
era adecuado. Todos eran cenagosos y malsanos, estallido de los disparos de un mosquete y una pis-
y donde los mosquitos, chitras y otros insectos pi- tola, las únicas armas de fuego que tenían pólvora,
caban sin piedad. Maldonado ordenó a varias ya que las demás estaban inservibles por la hume-
partidas de soldados que exploraran el territorio dad. Por falta de comida la tropa optó por no per-
río arriba. Sin embargo, las fustas y fragatas avan- seguir a los indios y luego de enterrar a los
zaban muy lentamente, ya que siendo de poco ca- muertos bajaron con los heridos al real. Mientras
lado, debían hacerlo “echando toa a todos los descendían de la sierra fueron seguidos por los
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
137

indios, que desde el arcabuco y protegidos por el Para evitar nuevas deserciones mediante un
espeso follaje selvático les enviaban “rociadas de castigo ejemplar, Maldonado ordenó que al capi-
flechas, aunque sin daño”. tán Dieguez de Castro se le ajusticiase sin demora,
En ese momento se hizo evidente para Mal- dándole “garrote en el árbol de la fragata”. Le le-
donado “lo mal país que era”, ya que “todos en- vantaron “en alto en un peñol, y le pusieron en las
fermaban y muchos morían de llagas en los pies espaldas con letras góticas la causa de su muerte”.
y piernas a causa de las mazamorras y de rascarse Fue una escena espantosa. El espectáculo “causó
las picaduras de los mosquitos, tanto que a mu- horror a todo el ejército”, y provocó además un
chos se les parecían los huesos”, por lo que deci- “notable sentimiento en todo el real”. Y las cosas
dió abandonar el río y salir hacia la ensenada. siguieron poniéndose peor. Hambre, enfermeda-
Arribaron a una de las islas que dividen la boca des, deserciones, con un jefe déspota que era inca-
del río y saltaron a tierra donde hicieron algunos paz de controlar a su tropa y rodeados de indios
bohíos, pero el lugar era sumamente malsano y hostiles, la expedición parecía estar definitiva-
empezó a morir tanta gente “que los más días se mente condenada al desastre.
enterraban tres o cuatro”. La bautizaron isla de las Lo único que se podía hacer entretanto para
Doncellas “por haber enterrado en ella a dos que tratar de sobrevivir era buscar cada cual qué
murieron”. Y así “quedó la isla arada con tantos comer. Como Maldonado ya no se fiaba de nadie,
como se enterraban”. envió a su hijo Francisco para que con cuarenta
Para entones ya habían pasado tres meses soldados, “los de mayor confianza, y los más ca-
desde que abandonaron Tolú y la estación seca ter- sados, porque no se huyeran, a buscar comidas,
minaba, por lo que Maldonado despachó una fra- donde las hubiera” en dos de las fragatas. Salieron
gata para que buscara por la costa, en dirección “por la boca de la ensenada de Acla” en dirección
oeste, algún sitio donde poblar. Encontraron uno este. Allí encontraron la estancia de un español de
donde al parecer no había mosquitos y que bauti- Cartagena, donde se apropiaron de algunos escla-
zaron Real de San Bartolomé. Sin embargo, la desi- vos, cerdos y cazabe para llevarla al Real de San
lusión estaba tan extendida que el capitán de una Bartolomé, aunque sin pagar por ello. Y no era la
de las cuatro compañías, llamado Juan Dieguez de primera vez que en la zona se apropiaban de vi-
Castro, osó presentarle al general un memorial fir- tuallas sin pagarlas.
mado por sus soldados solicitándole les dejase Mientras se esperaba esta ayuda, observando
retirarse a una estancia de españoles que anterior- los indígenas desde cerca la situación desesperada
mente habían visto (probablemente cuando estu- de la colonia, y que ya habían quedado tan pocos
vieron en Tolú) donde pudieran invernar. Esto soldados después de la partida de las fragatas, de-
ocasionó gran inquietud en la colonia y la reacción cidieron atacar al Real de San Bartolomé. Los ata-
de Maldonado fue mandar a apresar al capitán y a cantes sumaban centenares y la defensa no pudo
dos de sus secuaces. El malestar se extendió y em- contar ni siquiera con pólvora y cuerdas para los
pezaron las deserciones en masa. Unos se arroja- mosquetes y arcabuces, debido a que por descon-
ron al agua desde las fragatas y nunca más se supo fianza de sus soldados Maldonado les había pro-
de ellos. Otros desertaron con el contramaestre de hibido tenerlas en el pueblo con el argumento de
un navío y varios marineros. En otra fragata, el ca- que “la malgastarían”. El propio Maldonado no
pitán Agustín Barahona, que había tenido un tuvo a mano ninguna arma de fuego con qué de-
fuerte cruce de palabras con la mujer de Maldo- fenderse. El asalto indígena fue feroz. Mataron sal-
nado, convenció a los “enfermos más alentados y vajemente a todo el que pudieron, sin perdonar
que solo tenían llagas en las piernas, uno de los ci- mujeres y niños, que trataban de esconderse “de-
rujanos, y un arráez” de alzar velas y escapar hacia bajo de las camas de viento o barbacoas o donde
Cartagena. Maldonado despachó con prisa a una podían”. Algunos soldados que habían desobe-
fragata con un alférez y algunos soldados para que decido la prohibición de guardar pólvora las sa-
los detuviesen, pero también estos se fugaron y caron de sus escondites y lograron matar a ocho
nunca volvieron. o diez cunas, dejando además a muchos heridos.
El enemigo interno
138

Los indígenas mataron a más de cien colonos nombre de pelle-agra, o piel áspera). Pero segura-
usando arcos, flechas y lanzas. Por lo menos dos mente no fue el único caso. Y el que no murió de
de las víctimas murieron a consecuencia de flechas eso habría muerto de inanición, debido a la pro-
envenenadas. El desastre fue total, y la tragedia longada insuficiencia de alimentos. La llegada a
pudo ser aún mayor de no ser porque los cunas se Cartagena de aquellos cuerpos famélicos y enfer-
retiraron al caer muerto “uno que debió ser prin- mos debió ser un triste espectáculo dantesco. Aun-
cipal, a quien cargaron y llevaron entre cuatro”. que fray Simón no indica la fecha de la retirada del
Tocaron a retirada al sonido de flautas hechas con Darién, al parecer esta se hizo hacia el comienzo
“huesos de espinillas de hombres”, una de las cua- de las lluvias o antes de que estas llegaran, es decir
les dejaron caer “con la prisa de la huida, que no hacia abril o como muy tarde mayo. Siendo así, la
pudieron seguir los nuestros por no tener armas ni tragedia darienita se habría consumado entre fe-
municiones con qué”. Esta fue la estocada final. brero y mediados de año, es decir en solo tres
El horror de la masacre dejó tan amedrentados meses.
a los pocos colonos sobrevivientes, que empezaron El rotundo fracaso de Maldonado y el hecho
a temer más por otro ataque que al acoso del ham- de que se produjera con tantas muertes ocasiona-
bre. Consciente de que no había ya nada que hacer, das por los indígenas, explica que casi de inme-
aunque todavía reticente, Maldonado decidió fi- diato, con muy poco tiempo de diferencia, se
nalmente abandonar el sitio, pero mientras no con- organizase desde Panamá la campaña de Jerónimo
tara con suficientes fragatas para cargar a los Ferrón Barragán, que tiene todas las características
escasos sobrevivientes, no podía hacerlo. Entre- de una operación de castigo.
tanto, para no perecer de hambre, los colonos se Maldonado debió quedar en la ruina, pues los
mantuvieron de los manatíes y tortugas que les pleitos derivados de las sumas impagas a los acre-
llevó un pescador, de algunos mariscos, y tuvo que edores continuaban hasta la década siguiente. Su
recurrirse a una mochila con harina de hacer ostias conquista fue un lamentable fiasco y un gasto tan
para hacer “poleadas o puches” y alimentar a las grande como inútil. No solo no produjo ningún re-
120 personas que quedaban. sultado sino que enfureció aún más a los cuna. En
Cuando lograron salir hacia Cartagena, mos- una minuta del Consejo de Indias dirigida al rey
queados por no haber cobrado por lo que les ha- fechada en 1640, se menciona que ya Maldonado
bían vendido, ni aun los colonos de la costa había muerto. De los 15,600 pesos que se le pres-
quisieron darles vituallas, de modo que sus pade- taron bajo fianzas posiblemente solo se recuperó
cimientos continuaron mientras demoró la nave- una parte. En esta misma minuta se menciona que
gación y algunos murieron en el trayecto. Solo un tal Juan de Rada (otros textos dan el nombre de
lograron desembarcar 115 supervivientes, y un ter- Francisco de la Rada) “se ha ofrecido a hacer esa
cio de ellos seriamente enfermos. Algunos tan gra- conquista y pacificación”. Era vecino y regidor de
vemente afectados por los hongos en los pies Cartagena de Indias “y de los más ricos y abona-
(mazamorra o pie de atleta), que no podían cami- dos de ella”. Había ejercido de soldado, alférez, ca-
nar. En el viaje entre Tolú y Cartagena fallecieron pitán y sargento mayor. Llevaría solo gente de
más de 50 personas. De los más de 800 que al prin- “aquella tierra”, pero no de España, al menos du-
cipio integraban la expedición solo sobrevivían 65. rante los primeros cuatro años. En su lista para la
En San Bartolomé la propia mujer de Maldonado “conquista y pacificación del Darién, Urabá, Tunu-
había fallecido. Dice fray Pedro Simón que “de guna y Guaçuçé”, incluía más o menos las mismas
lepra”, aunque probablemente se trataba de pela- cosas que había llevado Maldonado 20 años antes:
gra, causada por un agudo déficit nutricional y “Cien arcabuces, cien mosquetes, cien quintales de
una dieta casi exclusivamente a base de maíz, que pólvora, doscientos de plomo, cien quintales de
se manifiesta, entre otros síntomas, por feas erup- cuerda, 150 rodelas de tablillas, cien quintales de
ciones cutáneas201. (De hecho, a la pelagra se le co- clavazón para casas y fábricas de bajeles. Cien
nocía como lepra hasta 1771, cuando un médico quintales de jarcia, 60 quintales de brea, 100 quin-
italiano reconoció su sintomatología y le dio el tales de hierro, 40 quintales de acero, 4,000 varas
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
139

de cañamazo para hacer sayos de armas y vestir empezaron a cambiar en esta zona, donde los do-
los gastados. 8,000 varas de crea para vestir los sol- minicos, acompañados por frailes agustinos, conti-
dados de la conquista. 1,000 camisas. 4,000 pares nuaron fundando otros pueblos indígenas, aunque
de alpargatas. Hachas terciados, machetes, azadas, en el resto del Darién la actitud belicista de los
barretas de hierro de toda cantidad. Cuchillos car- cunas persistió204.
niceros, 500 de ellos. Dos cajas de medicinas. Una Para 1640 esta campaña misional parecía tener
fragua o dos aviadas. Cera y ornamentos para el asegurado el éxito, pero sorprendentemente ese
culto divino. Cantidad de vestidos hechos para al- mismo año la Corona firmaba una capitulación
gunos soldados y caciques. Mil ducados de resca- con el capitán Francisco de la Rada para conquis-
tes para los indios. Vino para más de un año, tar Darién por las armas. ¿Cómo podía la Corona
vinagre y aceite para lo mismo, aguardiente y incurrir en el mismo error, luego del aparatoso
jabón para el propio tiempo. Cadenas, grillos, ar- desastre de la expedición de Maldonado? La expli-
pones y otras muchas cosas que son necesarias que cación que cabe es la importancia estratégica que
no se ponen aqui”. se le reconocía al Darién y la necesidad de conso-
Si la Corona aceptaba su plan, firmaría una ca- lidar el dominio regio sobre este territorio, pasara
pitulación según la cual, caso de tener éxito en la lo que pasara y al costo que fuese (aunque, es
campaña, se le otorgaría título de capitán general bueno decirlo, siempre que el costo recayera en
y el hábito de alguna de las Órdenes de Caballería otros, no en las arcas reales, como había sido el
(como Alcántara, Santiago o Calatrava), tanto para caso de Maldonado y lo habría sido también el de
él como para su hijo202. la Rada). Por otra parte, como era típico de la
época, parece evidente que la Corona no estaba al
Cambio de rumbo: tanto del nuevo manejo que se le estaba dando al
evangelización en lugar de guerra problema e ignoraba el éxito que tenía el proyecto
evangelizador del presidente Enrique Enríquez, ya
Para las mismas fechas en que se preparaba la fallecido para entonces. El hecho es que al llegar la
expedición de Juan (o Francisco) de la Rada, un R. C. anunciando la capitulación con De la Rada,
nuevo gobernador y presidente, Enrique Enríquez la Audiencia de Panamá se apresuró a solicitar a
de Sotomayor, político sagaz y prudente, al recono- la Corona que se suspendiera el proyecto militar,
cer la futilidad de las campañas militares, había de- lo que finalmente consiguió. La capitulación fue
cidido abandonar la práctica de combatir a los cancelada y el proyecto evangelizador continuó205.
indios a sangre y fuego. Es decir, una política muy Pero una cosa era el Darién del Sur y otra el resto,
distinta a la que en años recientes habían practicado donde los distintos cacicazgos continuaron en pie
sin éxito Ferrón Barragán y Francisco Maldonado y de guerra y el conflicto cuna permaneció a lo largo
que ahora pretendía repetirse. En lugar de ello optó de todo el período colonial, aunque con distintos
por iniciar una campaña de evangelización a cargo grados de intensidad.
del fraile dominico Adrián de Ufeldre, o fray Adrián Durante estos años, además, entre 1616 y 1623,
de Santo Tomás, quien junto con otros religiosos de otro peligro, aún más grave si se quiere, se cernió
su orden en la década de 1620 había evangelizado sobre el país, cuando poderosas armadas de po-
con éxito los indios gentiles de la provincia de Chi- tencias rivales de España amenazaron a Panamá y
riquí. Además, el presidente recurrió a una alianza Portobelo. Primero en 1616, todo el país se puso en
con un joven español criado entre los cuna, Julián armas ante la aproximación de velas holandesas
Carrisoli de Alfaraz203, quien estaría a las órdenes que avanzaban por el Pacífico al mando de Joris
de fray Adrián, serviría de intermediario y al que von Spielbergen, y luego en enero de 1623, otras
posteriormente se le entregarían poderes oficiales. setenta velas holandesas parecían dirigirse a Por-
Fray Adrián ya se encontraba en Darién en la dé- tobelo. Ninguno de los dos temidos ataques se
cada de 1630 y en marzo de 1638 fundaba San Enri- produjo, pero nadie lo habría podido anticipar, de
que (o San Enrique de Pinogana), al sur de la manera que, amenazados por un lado por los
provincia. Las relaciones hispano-indígenas pronto cunas y los cimarrones, y a la vez por ambos mares
El enemigo interno
140

por formidables fuerzas enemigas el pánico se 145


Germán Colmenares (ed.), Relaciones e informes de los go-
apoderó del país. Toda la población se mantuvo bernantes de la Nueva Granada, Tomo II, pp. 294 y 299, Bi-
alerta y los que podían llevar armas se las pasaban blioteca del Banco Popular, Bogotá, 1989.
con estas encima o a su alcance. Además, se hacían
146
Consulta del Consejo de Indias resumiendo la Probanza
de Méritos y Servicios del alcalde mayor de Portobelo
levas por todo el país, quedando de esa manera
Pedro Cazorla Adalid, quien estuvo a cargo de estas
abandonados los cultivos y la crianza de ganado. obras, Madrid, 22.III.1632, AGI Panamá 2, No. 18.
Eran tales los miedos que sentía la colonia, que el 147
Desde 1580 Portugal y España habían estado bajo una
presidente Fernández de Velasco propuso en 1616 misma Corona, pero en 1640 Portugal se separa y entran
construir una muralla para fortificar la capital y en guerra, de modo cualquier portugués en América era
aumentar su presidio a 500 soldados. Y los miedos un enemigo potencial. Lo irónico es que todavía después
no cesaron. En 1637, el nuevo presidente Enrique de pasados varios años tanto en Panamá como en otras pla-
Enríquez de Sotomayor estaba alarmado por el pe- zas americanas había numerosos portugueses radicados
ligro de que fuerzas holandesas penetrasen y co- que eran comerciantes, o funcionarios públicos, e incluso
los había que servían como soldados en las fortificaciones.
lonizasen Darién aliándose a los “indios darienes”, 148
Así explicaba esta dificultad en 1805, el geógrafo y marino
nombre que prefiere usar al de bugue bugue206. español José Joaquín Fidalgo cuando estudiaba las costas
De todos los peligros internos, con mucho el caribeñas: “Los navíos deben entrar en el puerto a la espía
más grave fue la resistencia indígena, sobre todo o remolque, porque los vientos en él son de proa o de
la de los cunas, en particular cuando en la segunda calma, y han de fondear al N. O. del fuerte de Santiago de
mitad del siglo XVIII se aliaron a los británicos y la Gloria en 10 ó 12 brazas sobre fango gredoso con alguna
amenazaron la propia soberanía española en el Da- arena; pero los buques menores pueden acercarse a la ciu-
rién. Pero también durante el siglo XVIII fueron dad teniendo cuidado de evitar el bajito ya expresado” (se
crecientes las invasiones de los indios mosquitos refiere al situado cerca del San Fernando). “Expedición Fi-
dalgo. Derrotero de las costas de la América septentrional
de Nicaragua y para fines del siglo eran cada vez
desde Maracaibo hasta el río de Chagres...”, en Cuervo An-
más audaces y sangrientas las rebeliones de los in- tonio B., Colección de documentos inéditos sobre la geografía
dígenas de las misiones en Chiriquí. El problema y la historia de Colombia, Sección I: Geografía y viajes, tomo
del control doméstico de estos levantamientos fue I, Bogotá, Zalamea Hermanos, 1891, p. 283.
uno de los mayores retos que enfrentó el régimen 149
Aunque este episodio no es desconocido por la historio-
Borbón, no solo en Panamá sino en todo el conti- grafía, sus detalles nunca antes se habían dado a cono-
nente207. Sin embargo, y contra todas estas adver- cer. La descripción de arriba procede de carta al rey el
sidades y amenazas, nunca se perdió un solo trozo presidente Pedro Carrillo de Guzmán, fechada en Pa-
del territorio panameño a manos de enemigos. namá, el 13.VII.1656. Sobre medidas para reforzar el
fuerte y aumentar las dotaciones, en cartas de 21 y el
¿Cómo se hizo frente a tantas amenazas exter-
30.VII.1656. Todas estas cartas en AGI Panamá 22, R. 1,
nas y domésticas? El tema lo discutiré en cuatro pla- No. 1 y AGI Panamá 89.
nos distintos. En primer lugar, la organización de las 150
Carta del gobernador de Veraguas Pedro Godines Osorio
fuerzas de defensa en sus diversas etapas. Luego, el al rey, La Concepción, 22.III.1577, AGI Panamá 41.
complejo sistema de fortificaciones que se construyó 151
Sobre las amenazas a los reales de minas de Veraguas en
para defenderse del enemigo. En tercer lugar, cómo el siglo XVI, Castillero Calvo (1967a, capítulo II), y Casti-
se costeaba la defensa. Finalmente, analizaré los llero Calvo (1995, capítulo VI).
principales ataques enemigos y cómo se les enfrentó.
152
Para los contemporáneos “los indios de guerra [...] habi-
De eso trataré en los capítulos siguientes. tan en las montañas de cloqué [por Coclé] que es entre
el río de Chagre y el escudo de Veraguas”. R. C. a la Au-
diencia de Panamá, San Lorenzo, 31.V.1600, en AGI Pa-
Notas al capítulo V namá 229, Registros Cedularios de Oficio. Esta R. C. se
basaba en noticias recibidas desde Panamá y en ella se
144
“Relación del sitio y puerto de Panamá”, sin fecha ni le pide a la Audiencia que diese más información sobre
firma, en el tomo en holandesa con el título Descripción el particular. El legajo AGI Panamá 68, está casi todo de-
de Indias, tomo I, folios 13r-14v. BNM Manuscritos de dicado a la conquista de Coclé. En una Probanza de 1603
América, signatura 3064. He modernizado la puntuación sobre esta campaña, el testigo Rodrigo González, enco-
y la ortografía. mendero y nativo de Santa Fe de Veraguas, dice que “los
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
141

coclés colindan con la Concepción de Veraguas y su río 165


Datos sobre este padrón en M. Serrano y Sanz, op. cit.,
y el Chagre”. Pero como veremos luego, los indios de Pa- pp. 166-168.
rita, Cubita y Olá, situados más al sur, entre Penonomé y 166
“Información hecha sobre la carestía de Tierra Firme”, le-
Los Santos, también se consideraban coclés. vantada por Jerónimo Núñez, alcalde ordinario y de la
153
Esta Probanza es de marzo-abril de 1613, AGI Panamá Santa Hermandad, Panamá, 18.II.1571, AGI Panamá 33.
377. “Información a pedimento de los yndios de Chepo 167
Testimonio de Autos presentados por Berrio en Panamá,
sobre que pretenden no pagar tributo atento a ser pocos 19.III.1578, AGI Panamá 41, No. 47.
y su gran pobreza y sustentar sacerdote”, Panamá junio- 168
Ver Castillero Calvo (2006, p. 785).
julio de 1602, AGI Panamá 377. Según esta información 169
Descripción de la Audiencia de Panamá, de 1607, publi-
o Probanza, los indios de Chepo habían quedado redu- cado por M. Serrano y Sanz, ya citado.
cidos a entre “treinta y cuarenta personas chicas y gran- 170
Contenido en título para Quiñones, de Panamá,
des, viejos y mozos, varones y hembras”. Estos indios de 24.XII.1631, AGI Panamá 57.
Chepo en realidad procedían de Penonomé. 171
Según carta de los oficiales reales de Panamá de 27.IX.1644,
154
Así se expresaba Diego de Frías Trejos, enviado por el virrey contenida en R. C. de 30.VI.1646, AGI Panamá 239.
del Perú, Francisco de Toledo, para reducir a los piratas. 172
Carta del fiscal Juan Méndez de la Vega, Panamá,
Carta de Frías al rey, Panamá, 15.V.1578, AGI Panamá 41. 14.IX.1648, AGI Panamá 21, R. 2, No. 18.
155
Carta de los vecinos de Panamá al rey, 15.IV.1577, AGI Pa- 173
Título otorgado por el presidente Juan de Bitrian Bea-
namá 41. monte y Navarra, de la orden de Alcántara, para el capitán
156
Sobre estos episodios, varias cartas y documentos en AGI Fernando Antonio de Peñaloza como provincial de la
Panamá 41. Santa Hermandad, Panamá, 23.XI.1651, AGI Panamá 57.
157
Descripción de la Audiencia de Panamá, 1607, p. 205. 174
Dilatado informe al rey de 43 capítulos, Panamá,
158
Referencia a la fecha de clausura del fuerte en carta de 9.III.1672, AGI Panamá 93.
Valverde de Mercado fechada en Portobelo, 15.VII.1608, 175
R. C. de 8.VI.1681, para que se volviera a sacar a pregón
AGI Panamá 15, R. 9, No. 95. Sobre traslado a Panamá, el oficio de alcalde provincial de la Santa Hermandad de
Memoria con listado de tropas del presidio de Panamá Panamá y Portobelo, AGI Panamá 231, legajo 8, folios
por el contador de Real Hacienda Juan Pérez de Lezcano, 220v-222r.
de 21.V.1609, en AGI Panamá 46. 176
Memorial impreso de Antonio de Echeverz presentado
159
Carta del presidente Alonso de Sotomayor al rey, Porto- en el Consejo de Indias en 1712, AGI Panamá 188. El tí-
belo, 26.XII.1602, AGI Panamá 15, R. 3, No. 31. Es intere- tulo de confirmación en AGI Panamá 58, No. 28.
sante señalar que Sotomayor se atribuye la organización 177
La R. C. en AGI Panamá 139.
de esta campaña, sin mencionar al alcalde mayor Vargas 178
Los títulos correspondientes en AGI Panamá 254. Para
Machuca (que casi con seguridad recién había llegado mediados del siglo XVIII se mencionan las ejecutorias de
al país), tal vez por encontrarse él mismo en Portobelo y estos personajes en el Juicio de Residencia del goberna-
ser la máxima autoridad, o quizá por considerar que el dor Manuel Montiano, AHNM, Consejos 20644.
nuevo alcalde mayor era nuevo en la tierra y desconocía 179
Estando piratas ingleses a la vista de la capital, el presi-
lo que debía hacerse. dente conde del Palmar nombró a Echeverz capitán de
160
El contenido de este incidente procede de carta de Val- caballos en 1685. Memorial impreso de Antonio de Eche-
verde y Mercado (sin fecha, pero con seguridad de 1607), verz presentado en el Consejo de Indias en 1712, ya ci-
AGI Panamá 15, R. 8, No. 86. tado, AGI Panamá 188. Su nombramiento como
161
Para las campañas de Valverde, varias cartas suyas al rey, calatravo, en Órdenes Militares, Calatrava, AHNM, expe-
de Portobelo, 15.VII.1609, AGI Panamá 15, R. 9, No. 95; o diente 799, donde se encuentran también las pruebas
de Panamá, 23.V.1609, AGI Panamá 16, R. 1, No. 4. de su hermano Baltasar, del mismo año 1692.
162
Carta de Diego Fernández de Velasco al rey, Panamá, 180
Carta dirigida por La Rañeta al oidor decano de la Au-
25.IV.1616, AGI Panamá 16, R. 8, No. 89. diencia de Panamá Martín de Recabaren, Panamá,
163
Carta de Francisco Valverde de Mercado al rey, Panamá, 18.V.1710, en “Autos hechos por el presidente Joseph
23.V.1609, AGI Panamá 16, R. 1, No. 4. de la Rañeta para la develación de cimarrones”, fecha-
164
Sobre todo lo anterior, carta del presidente Enrique Enrí- dos en Panamá de 18.VI.1710 a 17.VII.1710, AGI Panamá
quez de Sotomayor al rey, Panamá, 15.VII.1637, acompa- 189.
ñada de varios expedientes que incluyen el debate sobre 181
Carta de López Vizuete al presidente brigadier Joseph de
la creación de la Caja Común y las citadas ordenanzas. AGI la Rañeta y Vera, Cruces, 21.III.1710, AGI Panamá 189.
Panamá 19, R. 4, No. 43. Los gastos de las jornadas consis- 182
Sobre las diferencias entre Echeverz y La Rañeta (quien le
tían en comida, alpargates, medicamentos, pólvora y cuer- metió preso y embargó parte de sus bienes), y referencias
das para las armas de fuego portátiles de los soldados. a la vida del primero, Castillero Calvo (2006, p. 825).
El enemigo interno
142

183
Ver Girolamo Benzoni, Historia del Nuevo Mundo, edición 193
Ibídem.
de Manuel Carrera Díaz, Madrid, Alianza Editorial, 1989. 194
R. C. de Madrid, 15.VII.1620, AGI Panamá 243, legajo 1,
Esta “ley” se llamaba así por el puerto francés de Bayona, folios 50r-51v. Real Provisión de 2.VII.1620, AGI Panamá
donde se aplicaba este castigo a los ladrones. Sobre la 243, legajo 1, folios 13v-16v. Consulta del Consejo, Ma-
visita de Alemán, Pilar Diez de Revenga Torres, “Una ac- drid, 12.V.1620, AGI Panamá 1, No. 321.
tividad poco conocida de Mateo Alemán: La visita a las 195
R. C. de Madrid, 12.VI.1620, AGI Panamá 243, legajo 1, fo-
minas de Almadén”. Universidad de Murcia, Grupo NE- lios 35r-35v. Las capitulaciones en la misma R. C. y legajo,
OLCYT, Universidad Autónoma de Barcelona. Cursivas legajo 1, folios 1r-11r.
mías. Agradezco esta información a mi buen amigo y co- 196
Informe de los oficiales reales de Panamá, 22 y 24.V.1637,
lega Juan Marchena Fernández, de la Universidad Pablo AGI Panamá 19, R. 5, No. 52.
de Olavide, en Sevilla. 197
R. C. Madrid, 8.IV.1624, AGI Panamá 243, legajo 1, folios
184
Todo el episodio anterior en “Autos hechos por el presi- 56v-57r.
dente Joseph de la Rañeta para la develación de cima- 198
Registros de naves a Tierra Firme, AGI Contratación 1171.
rrones”, Panamá, 18.VI.1710 a 17.VII.1710, AGI Panamá 199
Ibídem. La lista completa se encuentra en el registro del
189, ya citado. navío Santa Ana.
185
El expediente sobre este motín en AGI Panamá 300, con 200
El alfanje era un sable corto, de origen árabe, curvo en
carta de remisión del gobernador de Portobelo Francisco la punta, de filo en un solo lado y doble filo en la punta.
de Garay a Julián de Arriaga, de Portobelo, 8.VII.1755. Es más rápido de desenfundar que las espadas y más a
Para la introducción de esclavos y la población de escla- propósito para pelear cuerpo a cuerpo en la selva.
vos en Panamá, Castillero Calvo (2004, volumen I, tomo 201
Fray Pedro Simón (1892, tomo V, tercera parte, noticia VII,
I, capítulo XVI, “La trata de esclavos”, y p. 487 sobre el cese capítulos LIX-LXII, pp. 348ss). Hay versiones digitalizadas
de las introducciones en 1777 y 1784). que pueden bajarse por internet.
186
La misma carta de la nota anterior y en otra en AGI Pa- 202
Este borrador de minuta del Consejo es de julio de 1640.
namá 15, R. 9, No. 94. AGI Indiferente General 1480.
187
Carta del Cabildo de Panamá al rey, Panamá, 26.IV.1616, 203
Hacia 1627 Julián Carrisoli había naufragado con otros
AGI Panamá 30. españoles en las costas de San Blas cuando tenía 13
188
Consulta del Consejo, de Madrid, 12.V.1620, refiriéndose años. Los náufragos fueron sacrificados por los indios,
a varias cartas enviadas por la Audiencia de Panamá salvo Julián, que el cacique crió como a un hijo. Aprendió
sobre el tema, AGI Panamá 1, No. 321. la lengua cuna, se convirtió en un miembro más de la
189
Carta del presidente Álvaro de Quiñones Osorio al rey, tribu y casó con dos indias. Cuando en la década de
Panamá, 12.IX.1629, AGI Panamá 87. 1630, tras décadas de hostilidades, las relaciones con los
190
Sobre el problema cuna, el cimarronaje y el presidio de cunas parecían no tener solución, Julián se presentó a
Ballano entre 1609 y 1620, Carta de la Audiencia, Pa- las autoridades españolas y se ofreció como intermedia-
namá, 22.VI.1614, AGI Panamá 16, R. 6, No. 69. Carta del rio. Enrique Enríquez le nombró alcalde y justicia mayor
Cabildo de Panamá, 16.VI1.1616, AGI Panamá 30, No. 68; del Darién y en 1645 presentó una Probanza con sus mé-
Carta del presidente Diego Fernández de Velasco, Pa- ritos para solicitar el título de “marqués, adelantado o al-
namá, 6.V.1616, AGI Panamá 16, R. 8, No. 95; Carta de la mirante de toda la provincia del Darién”. AGI Panamá 34.
Audiencia, Panamá, 22.VI.1619, AGI Panamá 17, R. 3, Más sobre este personaje en Castillero Calvo (1995, ca-
No. 28; R. C. en respuesta a la Audiencia, Lisboa, pítulo VIII).
24.VIII.1619, AGI Panamá 229, legajo 2, folios 103v-104v; 204
Me ocupo por extenso sobre la evangelización de fray
Carta del oidor Alonso Espino de Cáceres, Portobelo, Adrián en Castillero Calvo (1995, capítulos VII y VIII).
3.VII.1620, AGI Panamá 17, R. 4, No. 76; Carta de la Au- 205
Carta de la Audiencia de Panamá al rey de 23.X.1641, AGI
diencia, Panamá, 22.VI.1622, AGI Panamá 17, R. 3, No. 30; Panamá 19, R. 8, No. 78.
Mandamiento del Consejo de Indias a la Casa de Contra- 206
Carta al rey, de Panamá, 15.VII.1638, AGI Panamá 19,
tación, para enviar armas al presidio, Madrid, 23.III.1620, R. 5, No. 52.
AGI Panamá 229, legajo 2, folio 115r. 207
Sobre las frecuentes rebeliones domésticas por grupos
191
R. C. al presidente y oidores de Panama, Madrid, 15.VII.1620, indígenas durante el siglo XVIII, Leon A. Campbell, “Es-
AGI Panamá 237, legajo 14, folios 190r-190v. tructura social del ejercito de Tupac Amaru en Cuzco,
192
Cartas duplicadas de Rodrigo de Vivero y Velasco al rey, 1780-1781”, en Allan J. Kuethe y Juan Marchena F. (eds.)
Portobelo, 6.XII.1622, que incluye cartas y expedientes (2005, pp. 129-147). Para el recrudecimiento de las fre-
del Cabildo de Panamá y pormenorizadas instrucciones cuentes sublevaciones indígenas en Panamá durante el
para la campaña que habría de librar Ferrón, AGI Panamá XVIII, y la guerra contra los cunas y los mosquitos, ver
30, No. 87. Castillero Calvo (1995, varios capítulos).
CAPÍTULO

Primeras tropas regulares


y milicias, 1597-1772

Comienzos de la organización militar urbanos, negros horros, indígenas, o simples cam-


pesinos blancos, mestizos y mulatos, que en mu-
El tránsito del siglo XVI al amanecer del siglo chos casos nunca habían manejado armas de fuego
XVII se anunció con un giro importante en el sis- en un escenario de guerra. Como veremos más
tema de defensa al introducirse dos elementos to- adelante, en 1608 la mitad de los vecinos blancos
talmente nuevos y antes desconocidos en el país. de Natá poseía escopetas o arcabuces, pero poseer
Por un lado, la tropa regular, es decir, soldados un arma de fuego no significaba tener experiencia
profesionales asalariados y de plena dedicación a en combate. En 1709, solo uno de cada tres milicia-
la vida castrense; por otro, la creación de milicias nos poseía armas de fuego; el resto solo lanzas.
compuestas por la población civil. De esa manera, Cuando los milicianos acudían a un conflicto
a partir de entonces van a coexistir, por un lado, solían pelear hombro con hombro junto a las tropas
soldados regulares empleados permanentemente regulares, pero su formación militar era deficiente
en el ejército, y por otro, los cuerpos milicianos for- y a menudo de poca utilidad. Sin embargo, aunque
mados por el paisanaje. Estas milicias se reunían el paisanaje no era muy efectivo en combate no por
algunos domingos, o en ciertas fechas festivas eso dejaba de constituir un soporte importante en
(como “la Naval”, para rememorar la batalla de la defensa, siquiera sea como auxiliares. Una de sus
Lepanto, o la Semana Mayor), donde se les pasaba ventajas era que estaban “hechos a la tierra”, es
revista, hacían desfiles, participaban en ceremo- decir ya aclimatados, y era inevitable recurrir a este
nias públicas y, ocasionalmente, se ejercitaban en recurso humano que era el que más abundaba en
el manejo de las armas y otras disciplinas militares. el país. Además, cuando participaban en alguna
No recibían paga, salvo cuando salían de campaña jornada los costos los cubría el miembro de la élite
y se les daba algún prest, armas y vituallas. Las que los dirigía, sea como capitán u otro rango mi-
fuerzas milicianas estaban compuestas por blancos litar honorario, lo que suponía un considerable
Primeras tropas regulares y milicias
144

Arcabuz. Arma portátil muy usada en las guerras


del período colonial. Solía ser pesado y
para poder manejarse, requería ser
apoyado en una horquilla.

Detalle de llave de mecha de arcabuz.

Mosquete de mecha. Siglo XVI. Hierro, madera; forjado,


mecanizado, templado, troquelado, tallado, labrado;
142.5 cm de longitud, 18 cm de ancho; 5.94 kg. MET.

ahorro para la Corona. Sería por tanto un error me- Y ya vimos que fueron muy capaces de derrotar a
nospreciar estas fuerzas, o considerarlas total- fuerzas muy superiores cuando Drake atacó en
mente inútiles, sobre todo cuando la amenaza era 1596. En esta ocasión se movilizó virtualmente
externa, ya que eran muy conscientes de la impor- toda la población masculina adulta. Participaron
tancia de defender el terruño donde habían nacido mogollones, esclavos, indios flecheros, vecinos de
y que reconocían como su “patria” (era la palabra distintos pueblos del Interior, y “hasta ricos” de la
usada). Y aunque no faltaron casos de cobardía y capital, y cuando se supo que los ingleses se en-
a la primera amenaza huían asustados a escon- contraban en la boca del Chagres, al parecer con
derse, también hay ejemplos de valentía y audacia intención de avanzar hasta Panamá, marcharon
en combates con fuerzas extranjeras, y en condi- como un solo hombre hasta Cruces para hacerle
ciones de franca desigualdad. Todo esto abunda en frente.
la documentación. Incluso cuando se trataba de Como quiera que sea, durante el siglo XVII,
enfrentarse a piratas, más de una vez dieron la las autoridades no tenían mucha confianza en la
talla. Pero pelear contra un puñado de piratas era utilidad de estas milicias, sobre todo de las milicias
muy distinto a enfrentarse a regimientos de línea compuestas por negros o mulatos, como se hizo
británicos que llegaban en grandes números como evidente durante el ataque de Morgan en 1671. Re-
sucedió en el siglo XVIII. Era de esperarse que para celosos (al parecer sin ningún fundamento) de que
estos combates no fueran cotejas; sin embargo du- los milicianos de color se pasaran al enemigo, se le
rante la guerra del Asiento (1739-1748) demostra- quitó a sus capitanes mulatos el mando de las
ron ser no solo necesarias sino incluso decisivas. compañías, lo que les produjo un profundo resen-
También resultaron muy útiles cuando se trataba timiento que aún recordaban décadas más tarde.
de luchas internas contra indios o cimarrones, No obstante, esta percepción fue cambiando con el
como ya se ha mencionado en capítulos anteriores. tiempo y ya desde principios del siglo XVIII, tanto
Primeras tropas regulares y milicias
146

de Nombre de Dios. Pero las obras no se inician y la del San Lorenzo del Chagres en cuatro piezas,
hasta 1597 y solo dos años más tarde se encuentran tres medias culebrinas y medio cañón208.
en condiciones de ser ocupadas por el primer con- Según la Descripción de Portobelo de 1606-1607,
tingente de soldados regulares. La responsabilidad para esas fechas la composición de la tropa y la ar-
de organizar las defensas corresponderá a Alonso tillería se mantenía con pocos cambios. La plaza
de Sotomayor. Como vimos en un capítulo ante- tenía un sargento mayor y un ayudante de sargento
rior, había diseñado la estrategia para derrotar a mayor. El San Felipe tenía 50 soldados, incluyendo
Drake en 1596 cuando ocupaba el cargo provisio- la primera plana, es decir un capitán o castellano,
nal de capitán general, que luego le confirma la un teniente o alférez, un sargento, dos cabos de es-
Corona y le nombra además gobernador y presi- cuadra y un condestable para la artillería. De esta
dente de la Audiencia de Panamá. Este nombra- fuerza se enviaban algunos soldados a La Ranchería
miento es algo más que un premio a su triunfo de San Bernardo, situada al otro lado de la bahía,
sobre el inglés. Se hace sobre todo porque se reco- para hacer “una posta de día y de noche”, es decir
noce a Tierra Firme como territorio de frontera y para hacer la vigía por ese frente. Esto práctica
expuesto a ataques de potencias enemigas. debió iniciarse probablemente después de que en
Con estos tres títulos Sotomayor regresa a Pa- 1601 entró por allí William Parker sin ser advertido,
namá con 200 tropas, artillería, abundantes pertre- lo que evidenció la inutilidad del primer fuerte de
chos militares, dos capitanes y un sargento mayor, Santiago, que estaba situado a la entrada oeste de
todos ellos veteranos de los teatros de guerra euro- la bahía. El San Felipe tenía ocho piezas de artillería,
peos. Cuando se produjo el ataque de Drake aún no una culebrina, cinco medias culebrinas, medio
existían tropas regulares, y los soldados veteranos cañón y un falconete “prevenidos con balas y cade-
eran aquellos que Sotomayor había llevado consigo nas”. Contaba con 100 botijas de pólvora que pesa-
desde Chile y se contaban con los dedos de una ban 150 arrobas. Tenía además mosquetes, arca-
mano, como eran Juan Enríquez Conabut, Mateo de buces y picas de repuesto para los soldados.
Ribera o Pedro de Quiñones. Es en 1597, como se Al Santiago (el segundo que se construyó,
señaló en el capítulo II, cuando llegan las primeras luego de que se eliminó el anterior, quedaba en el
tropas regulares a Panamá, consistentes en dos barrio de Triana, al lado oeste del pueblo), se le asig-
compañías de 200 efectivos que había reclutado y naban (al menos nominalmente) 150 plazas, inclu-
entrenado el capitán Pedro Meléndez Blasón desde yendo su primera plana, es decir un capitán, un
1594. De manera que 1597 marca un antes y un des- teniente, un sargento, cuatro cabos de escuadra y
pués en la historia de la militarización del país. un condestable de artillería, además de diez artille-
El nuevo aparato defensivo será modesto al ros. Contaba con 14 piezas de artillería: una cule-
principio. En 1598 consistía en dos castillos en Por- brina real, siete medias culebrinas, un cañón, otro
tobelo, el San Felipe y el Santiago, que alojarán res- medio cañón, dos medios sacres, dos falconetes,
pectivamente 50 y 150 hombres; otro en el río además de mosquetería y arcabucería, “y cada sol-
Gatún, afluente del Chagres, con 25 hombres pres- dado sus armas de fuego”, aparte de otras armas de
tados de la plaza de Portobelo; más una treintena fuego de repuesto. Tenía suficientes balas y bastante
de soldados en Panamá y 21 hombres en el pe- cuerda para las mechas, además de “103 botijas pe-
queño reducto de Bayano, territorio bajo amenaza ruleras de arroba y media de pólvora cada una”.
cimarrona. Para 1600, algunas bajas por enferme- El San Lorenzo del Chagres tenía un capitán
dad en Portobelo habían reducido la dotación ori- o castellano, un cabo de escuadra y dos artilleros.
ginal de 200 hombres a solo 100, según declaraba Para entonces recién se había construido este
el castellano Hernando del Yermo Agüero, quien fuerte. “Acabóse este fuerte estándose haciendo
pide otros 100 para rehacer las dos primitivas com- esta relación”, dice su autor, es decir en 1606.
pañías de la plaza. En 1601 cuando invadió Parker, Según la Descripción de Panamá de 1607 también
Pedro Meléndez solo contaba con 32 soldados de la construcción de los castillos de Portobelo se
su primitiva compañía. La artillería del San Felipe había acabado; su costo ascendió a “más de 70,000
consistía en 8 piezas; la del Santiago en 14 piezas pesos ensayados al año”. El San Lorenzo tenía
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
145

las autoridades civiles como militares empezaron naza pirática en el Caribe. Los relampagueantes y
a reconocer que eran no solo necesarias sino ade- exitosos asaltos de la piratería enemiga pusieron
más indispensables, e incluso más importantes en evidencia la necesidad de introducir cambios
para la defensa que las fuerzas regulares. Sobre radicales que aconsejaban dejar la guerra en
esto volveré más adelante. manos de militares de escuela o en todo caso ex-
Vimos en un capítulo anterior que cuando el perimentados, y reemplazar los rudimentarios for-
San Lorenzo del Chagres fue atacado en 1656, se re- tines originales que disponían de muy escasa
clutaron negros libertos, españoles e indios fleche- potencia de fuego, por un complejo y sólido sis-
ros coclés. A lo largo del siglo XVII, para las tema de fortificaciones capaces de repeler los ata-
campañas contra los cimarrones se recurría una y ques con artillería pesada. Uno de los objetivos
otra vez a los negros mogollones de Portobelo y a primordiales de este ambicioso proyecto era ase-
los indios flecheros coclés de Parita, Cubita y Olá. gurar la protección de las ferias que se celebraban
Eso sí, con ellos iban soldados profesionales sea del en el istmo de Panamá, donde se recogía la plata
fuerte de Bayano o de los castillos de Portobelo, y producida por las minas del Alto Perú y se descar-
a la cabeza del cuerpo se encontraba un cabo o ca- gaban toneladas de costosas mercancías europeas,
pitán que invariablemente era un militar español. un negocio de muchos millones de pesos que era
Durante el avance de Morgan por el río Chagres en vital para la economía del Imperio español.
1671 los indios flecheros no dejaron de hostigar al Para elaborar el plan de defensas, como ya se
invasor, y así pueden darse otros ejemplos. mencionó, la Corona nombra a los ingenieros mi-
Las tropas regulares y las milicias eran inno- litares Juan de Tejeda y Bautista Antonelli. Llegan
vaciones militares que formaban parte de una ma- al Istmo en 1586, y proponen la construcción de
siva transformación en la política defensiva de las fortalezas en la boca del río Chagres y en Porto-
Indias, y surgió como respuesta a la creciente ame- belo, bahía a la que habría de mudarse la ciudad

Espuela de caballería de tiempos de la Conquista. Testera de caballo. Siglo XVI. Acero, oro, cuero;
Hierro; forjado, calado; 15 cm de altura,16 cm de curtido, remachado, forjado grabado, dorado;
anchura; 0.321 kg. MET. 28.5 cm de altura, 28 cm de anchura, 9 cm de
profundidad; 1.385 kg. MET.

Acicate de caballería. Siglo XVI. Acero;


forjado; 29.4 cm de altura, 7.6 cm
anchura; 0.654 kg. MET.

Polvorera gualdera. Siglo XVI. Madera y


metal; labrado, forjado; 27.7 cm de altura,
23.5 cm de anchura; 0.435 kg. MET.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
147

cuatro piezas de artillería: tres medias culebrinas La artillería y las municiones de balas proce-
y medio cañón. Su dotación se proveía de los sol- dían de España, aunque también “se podrían pro-
dados que transferían del San Felipe. También con- veer del Pirú artillería como ya se ha traído,
taba con suficientes arcabuces y mosquetes, alguna con gran trabajo”. También se obtenían de
abundante munición, cuerda, plomo, balas y diez España “la mosquetería, arcabucería, piquería y
botijas de pólvora de arroba y media cada una. pólvora y cuerda y plomo, aunque se proveen en
Disponía además de cinco esclavos negros de ser- gran cantidad de la pólvora de San Francisco de
vicio, tres de ellos para “dar los avisos de cualquier Quito y es mucho mejor que la de España”. Tam-
caso o suceso que saben, en una canoa, el río bién de Quito se obtenía la cuerda, “aunque es
arriba, hasta la casa de Las Cruces”. (Fue uno de hecha de algodón hilado”. Igualmente de Quito
estos mensajeros negros el que llevó a Panamá la se obtenía el plomo “pero todo es más barato y de
noticia del ataque pirático al San Lorenzo en 1656, mayor comodidad traído de España”. Con todo,
como vimos atrás). En la navegación por el río los según el autor de la Descripción de Portobelo de
chasquis solían tardarse cinco o seis días hasta 1606-1607, “para estar bien proveídos” a sus cas-
Cruces, y de allí por tierra a Panamá otro día. Pero tillos les hacía falta “mucha artillería y plazas de
es evidente que en situaciones de gran peligro, artilleros y bastimentos”. En 1607, en efecto, el
como sucedió cuando Drake ancló en Portobelo en nuevo presidente de la Audiencia Francisco Val-
1596, o cuando los piratas atacaron el San Lorenzo verde de Mercado (sucesor de Sotomayor) consi-
en marzo de 1656, hacían el recorrido por tierra deraba que había que recibir más y mejores
bordeando el río, y de esa manera podían llegar a piezas de artillería, como lo demuestra la “memo-
su destino hasta en dos días. Otros dos esclavos ria” que envió en varias cartas al rey y que se
servían a otros menesteres dentro del fuerte. muestra en el cuadro que sigue.

“Memoria de piezas de artillería que se ha de pedir para


los castillos de Portobelo y El Chagres”. Año 1607

Castillos Piezas Observaciones

CASTILLO DE SANTIAGO
“Caballero de los Reyes” Seis piezas “Que sean gruesas y de alcance”.
Una culebrina
Medios cañones “Mejor si pudieran ser aculebrinados.
Serán más a propósito”.
Plataforma Santa Isabel 4 medios cañones
2 pedreros o algún cañón

CASTILLO SAN FELIPE


Plataforma Santa Bárbara Una culebrina
Dos medios cañones
Dos pedreros

SAN LORENZO DEL CHAGRES


(“Boca del río Chagres”) Dos piezas gruesas “Y de alcance por si acaso por el río
acometieren lanchas”.

Fuente: AGI Panamá 15, R. 8, No. 86.


Notas adjuntas a esta “Memoria”: “Toda la artillería que se enviare vendrá con sus encabalgamences (sic) de España, por la gran costa que tienen el hacerlos
y que traigan sus cucharas y balas rasas y demás de cadena embestidas y de diamante conforme los calibres de cada pieza”. “En las Armadas solían dar un
género de piezas que llaman berracos, fundición de don Jorge Manrique que por furiosos no los podían traer los navíos y son más a propósito para castillos.
Estos hacen al caso por ser piezas que se cargan con menos pólvora y son de mucho alcance”.
Primeras tropas regulares y milicias
148

Daga “de mano izquierda”. Siglo XVII. Madera,


acero, cobre, hierro; forjado, labrado; 54 cm
de longitud, 34 cm de anchura; 1.201 kg. Era
muy usada en duelos a espada en la mano iz-
quierda. Este tipo de combate se conocía
como “a la española”. MET.

Daga encontrada durante las


obras de ampliación del Canal
de Panamá. En depósito y
exhibición en el MUCI.

Empuñadura de espada Empuñadura de espada Detalle de pica o lanza de


de lazo de tiempos de de guarnición de tiempos de la Conquista.
la Conquista. MET. barquilla. MET. MET.

Espada de guarnición de barquilla.


Espada de lazo. Siglo XVI. Madera, acero, hierro; Siglo XVI, Madera, acero, cobre, hierro; Pica o lanza de infantería. Siglo XVI.
forjado, troquelado, labrado; 118 cm de longi- forjado, troquelado; 99 cm de longitud, Madera, acero; forjado, labrado;
tud, 15 cm de anchura; 2.115 kg. MET. 19 cm de anchura; 1.632 kg. MET. 201 cm de longitud; 0.515 kg. MET.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
149

Según los datos conocidos para los primeros Los capitanes de las milicias no recibían paga
años del siglo XVII, la dotación original establecida alguna y debían costear gran parte de los gastos
por Sotomayor en 1598, se mantiene con ligeras va- que ocasionaban las revistas periódicas, alimen-
riantes en el mismo pie hasta 1607, es decir con 266 tando a su tropa, pagando el transporte y hasta su-
soldados. Pequeña en apariencia tendrá, sin em- ministrándole armas. Como decía la Audiencia en
bargo, un peso social relativo de no poca impor- 1607: “Estos capitanes no ganan sueldo, antes para
tancia si consideramos la escasa población de los aprestarse en las ocasiones gastan mucho de sus
núcleos urbanos en que se concentra: en Portobelo, haciendas”210. Solo cuando se realizaba una cam-
que tenía 550 habitantes, la soldadesca representa paña militar propiamente, el Fisco corría con los
más de la cuarta parte de la población, y en Pa- gastos de transporte y vituallas y entregaba a los
namá habrá desde 1608 un soldado por cada cinco soldados un “prest” para alimentarles y una paga
de sus 500 vecinos blancos. Esta proporción en modesta. Sin embargo, en ciertas ocasiones, los ca-
favor de la tropa no tardará en aumentar. pitanes cobraban “sueldo de capitán vivo”.
También se creó desde muy temprano una
Creación de las primeras fuerzas milicianas compañía de “negros” (negros libertos, se en-
tiende), a cargo de un “soldado del presidio”, que
Además de instalar las primeras tropas regu- ya estaba activa en 1607. La participación de la po-
lares, Sotomayor establece la primera fuerza mili- blación de color en las milicias no solo represen-
ciana compuesta por personal civil. En la capital taba privilegios como el fuero militar y ciertas
crea cuatro compañías milicianas llamadas “del exenciones fiscales, sino que además era una ma-
número”, cada una a cargo de un capitán, el cual nera de escapar de la pobreza y la marginalidad.
será elegido por el gobernador entre los vecinos Para el hombre de color se hizo evidente que ins-
acomodados y de mayor predicamento social, sea cribirse en la milicia constituía un mecanismo de
que estos tuviesen experiencia militar previa o no, ascensión e integración social, de ahí que desde
aunque prefiriendo a los que la habían tenido, eso temprano fuesen tantos los que se incorporasen al
sí, siempre que fuese rico. El cargo podía proveerlo sistema, como veremos más adelante.
provisionalmente el presidente de la Audiencia, Ese año la Audiencia informa a la Corona
pero el nombramiento formal lo confería el propio quiénes capitaneaban las compañías milicianas del
rey, generalmente basado en listas de nombres que número: el maestre de campo Juan Tinoco, Barto-
se le enviaban. Era un verdadero honor ser capitán lomé Gómez de Reynoso, Francisco de Almonte y
de estas compañías, que solo acarreaban gastos. Pedro Pablo Minucho211. Todos ellos opulentos pa-
Ocupar uno de estos cargos era tan apetecido por tricios urbanos.
los miembros de la élite que –en un caso tal vez ex- Para esas fechas debieron realizarse los prime-
tremo pero no obstante significativo–, el rico em- ros esfuerzos por organizar milicias en el Interior,
presario Jorge Calvo Minucho solicitaba el título como lo sugiere el alarde que se hizo en 1608 con
de maestre de campo de las milicias del reino ofre- ocasión de la amenaza de un ataque holandés.
ciendo pagar por el cargo 6,000 pesos, una suma Pero la tarea de formar una milicia en los campos
considerable entonces209. Pero esto no era precisa- del Interior era mucho más difícil que en un centro
mente un derroche, ya que en el fondo lo que bus- urbano como Panamá, pues, como lo indica la
caba el patricio urbano era consolidar su misma documentación referente al citado alarde,
ascendiente social. Desde muy pronto se hizo evi- los vecinos de Natá y La Villa de Los Santos vivían
dente que la aspiración a capitanear una milicia ur- muy dispersos en los campos atendiendo a su ga-
bana era parte de una estrategia de poder de la nado (una actividad que propicia la dispersión) y
élite, de manera que este tema rebasa lo puramente solo se reunían en los pueblos con ocasión de las
militar y encaja en la problemática de la historia fiestas religiosas, como la Semana Santa. En Natá,
social. Cuando se establecieron las milicias disci- donde se recogían para esta celebración 1,200
plinadas a partir de 1772-1773, esta estrategia so- almas, una vez pasada la fiesta la milicia provincial
cial cobró aún más fuerza y significado. se disgregaba, permaneciendo en el poblado solo
Primeras tropas regulares y milicias
150

20 almas212. Lo anterior sugiere que las milicias de migo realmente temible probablemente no se pro-
Natá y de La Villa de Los Santos debieron ser du- duciría hasta el ataque de Morgan, cuando se
rante mucho tiempo cuerpos mal organizados y hizo una leva masiva entre los pobladores de Pe-
muy temporarios. nonomé, La Villa de Los Santos y Natá. Los asal-
La invasión holandesa no se produjo, pero esta tos piráticos que se produjeron en la década
experiencia sirvió para exponer la situación de las siguiente también debieron contribuir a que esas
milicias provinciales del momento. Al recibir las milicias se tomaran más en serio su papel y pro-
noticias de que las velas enemigas se habían visto bablemente desde entonces adquirieron un carác-
en la isla de Cabo Verde y se especulaba que podían ter más permanente.
amenazar al Istmo, el gobernador, capitán general
de Veraguas y alcalde mayor de Natá y La Villa de
Milicias y armas personales en la
los Santos, Juan de Arrola, dio órdenes en abril de
Alcaldía Mayor de Natá. Año 1608
ese año para que se hiciera pregón en la jurisdicción
con objeto de hacer una lista y alarde de los vecinos
Armas Milicias Porcentaje
de 18 a 60 años y conocer qué armas tenían. Una
vez reunidos serían puestos a las órdenes del capi- Espadas 39 44.82
tán Cristóbal Martínez de Salazar, capitán de infan-
Espadas y dagas 5 5.75
tería española de la capital y su jurisdicción.
Además del capitán Salazar, de un alférez, un sar- Arcabuces 4 4.60
gento (de los cuales no se indica las armas que por- Escopetas 33 37.93
taban) y un muchacho tambor de la etnia angola, Lanzas 2 2.30
se registraron 87 milicianos (se da el nombre de Sin nada 4 4.60
otros cuatro que aparecieron después pero no se in-
Total 87 100.00
dica si portaban o no armas). El total sumaba 92
personas. Pero el total de milicianos propiamente
Fuente: Expediente adjunto a la carta del gobernador Juan de Arrola, Villa
sumaría 90, ya que habría que descontar al capitán
de Los Santos, 26.IV.1608, AGI Panamá 29, R. 16, No. 59.
Salazar, que fue enviado de Panamá, y al tambor.
La fuerza equivalía a una compañía. Casi la mitad
(el 42.53%) se presentó con armas de fuego portáti- En 1616 se produce tal vez el primer alarde ge-
les –33 con escopetas y 4 con arcabuces–, lo que neral que pone a prueba la organización de los
contrasta con los textos literarios contemporáneos cuerpos milicianos, tras la amenaza de cinco velas
que sugieren que las milicias estaban mucho peor holandesas que se aproximaban por el Pacífico y
armadas y virtualmente sin armas de fuego. En habían sido avistadas por las costas de Perú.
proporción parecida (50.57%) otros milicianos se Luego se supo que estaban capitaneadas por el ho-
presentaron con solo espadas o con espadas y landés Joris von Spielbergen. A la sazón, las únicas
dagas. Dos con solo lanzas y otros cuatro sin nada, fuerzas regulares en la ciudad de Panamá eran los
como lo demuestra el cuadro que sigue. 100 soldados bajo el mando del sargento mayor
Es interesante señalar que, siendo Arrola go- Francisco Narváez Alfaro, un militar de carrera y
bernador de Veraguas, la leva se hiciera solo en la antiguo compañero de armas de Alonso de Soto-
Alcaldía Mayor de Natá (que comprendía los po- mayor. En la capital se enlistaron 670 milicianos,
blados de Natá, La Villa de los Santos, Penonomé que sumados a los regulares sumarían un total de
y otros, es decir en el territorio de las actuales pro- 770 tropas. Todos estarían al mando de Narváez.
vincias de Panamá oeste, Coclé, y provincias de La fuerza miliciana estaba organizada en seis
Azuero), pero no en las actuales provincias de Ve- compañías al mando de otros tantos capitanes,
raguas y Chiriquí, lo que sugiere que aún no se ha- además de una compañía de “negros horros”.
bían formado milicias allí. También se consideraba parte de la fuerza a los 18
El hecho es que para las milicianas provincia- funcionarios que integraban el Cabildo, además de
les la primera experiencia militar contra un ene- algunos “letrados”. La voz “Interior”, se utiliza en
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
151

esta documentación para designar los territorios al unidades, para hacer un total para todo el país de
este y oeste de Panamá. El “valle de Chepo” aportó 1,280 milicianos y 100 regulares, 50 de los cuales
110 hombres; La Villa de los Santos y Veraguas, 90, se habían trasladado de Portobelo para esa emer-
que quedaron al mando del rico e influyente ve- gencia, además de “muchos forasteros de los que
cino de Panamá don Ordoño de Salazar. Otros 80 van y vienen a sus contrataciones”. A juzgar por el
quedaron a cargo del capitán Pedro Méndez, que total, virtualmente no quedó hombre con capaci-
antes había sido alférez del presidio de Bayano. dad de portar armas que no fuese reclutado.
Otros tres capitanes comandarían sendas compa- Las milicias del Interior, sin embargo, dejaban
ñías de infantería “del Interior”. Al parecer todos mucho que desear y eran casi totalmente inútiles
estos capitanes procedían de la capital, como en el para la guerra. Como escribía el Cabildo capitalino:
caso de Jinés de Bustamante, un soldado de carrera
que había participado en teatros de guerra euro- Los más de ellos son indios naturales y el
resto labradores que jamás han visto la guerra en
peos a fines del siglo XVI; tenía más de una década
campaña y sin armas, que fue necesario armarlos
de residir en Panamá y a la sazón era veinticuatro
con lanzas y adargas los de a caballo y los de a
del Cabildo. Además de estas seis compañías del pie con armas de fuego y picas y es gente tan
Interior, se creó otra de indígenas, con 100 hom- pobre y miserable que fue forzoso sustentarlos a
bres. El total de milicias interioranas sumaba 610 costa de la Real Hacienda213.

Capacete de infantería. Segunda


Rodela a prueba de mosquete, circa 1550. mitad del siglo XVI. Acero; for-
Acero, textil; forjado, cosido; 57 cm de diáme- jado, pulido; 31 cm de altura, 26
tro, 6.13 kg. MET. cm de anchura, 39 cm de profun-
didad; 1.250 kg. MET.

Peto de infantería, entre 1450 y 1500. Acero;


forjado, pulido; 52 cm de longitud, 39 cm de
anchura; 2.523 kg. MET.

Nota: Las descripciones y medidas de las


armas del Museo del Ejército en Toledo (MET)
proceden del personal especializado de dicho
museo. Estas armas fueron prestadas al
Museo del Canal Interoceánico de Panamá
para la exposición realizada en 2013 para con-
memorar el Descubrimiento del Pacífico cuyo Fragmento de cota de malla del siglo XVI, encontrada en Nombre de Dios.
comisario fue el autor de este libro. Colección Nicolás Liakópulos Falcón, en depósito y exhibición en el MUCI.
Primeras tropas regulares y milicias
152

Como la gobernación, capitanía general y pre- milicias por Alonso de Sotomayor desde que se or-
sidencia de Tierra Firme estaba acéfala, el virrey ganizó el primer cuerpo miliciano a principios del
príncipe de Esquilache, había designado en interi- siglo, pero tampoco era militar214. El propio Manso
nidad para el cargo al oidor más antiguo, Francisco de Contreras era un letrado, no un militar.
Manso de Contreras, a quien comisionó para la or- El año 1623 corrió el rumor de que otra vez
ganización de las defensas. Manso de Contreras, los holandeses amenazaban al Istmo. Se les había
el oidor Gonzalo Mejía de Villalobos y el fiscal visto en la isla de la Beata (pequeña isla hoy des-
Melchor Suárez de Poago, se encargaron de disci- habitada situada al suroeste de la actual República
plinar a los milicianos. La mayoría de los capitanes Dominicana) y se creía que “iban a tomar el Cas-
de las compañías eran militares de carrera, como tillo de San Lorenzo del Real de la boca del Cha-
Roa, Bustamante y Meneses; pero otros, como gre”. El presidente de la Audiencia ordenó al
Pedro Pablo Minucho y Ordoño de Salazar, eran entonces alcalde mayor de Portobelo, Pedro Ca-
civiles cuyo principal mérito consistía en su for- zorla Adalid, para que se pusiera al frente del cas-
tuna. Minucho había sido nombrado capitán de tillo en calidad de castellano, y según su Probanza

Fuerzas regulares y milicianas de Tierra Firme para enfrentar


al pirata holandés Joris Von Spielbergen. Año 1616

Jefes a cargo de las compañías Cargo Tropa

I. Ciudad de Panamá
Juan de la Fuente Almonte y de las Casas Capitán de caballería 60
Don Francisco Narváez Alfaro Sargento mayor y capitán 100 (regulares)
Lorenzo de Roa Capitán en 7 fragatas 140
Pedro Pablo Minucho Capitán de la compañía de la ciudad 140
Don Tomás de Meneses Capitán de compañía de la ciudad 102
Francisco Almonte Ídem 60
Gaspar de Zurita Ídem 90
Alcaldes, veinticuatros y letrados 18
Juan Moreno Capitán de negros horros 120
Subtotal 830

II. “Interior”
Don Francisco Manso Capitán 110
Don Ordoño de Salazar Capitán 90
Pedro Méndez Capitán 80
Subtotal 280

Infantería del “Interior”


Luis Delgado Capitán 90
Jinés de Bustamante Capitán 90
Rodrigo de Escobar Capitán 50
Indígenas, “ítem de por sí” 100
Subtotal 330

Total 1,440

Fuente: “Relación de prevenciones de guerra por la Real Audiencia, siendo capitán general el Lic. Francisco Manso de Contreras [...] por nuevas de cinco
navíos holandeses”, AGI Panamá 30.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
153

de Méritos y Servicios, “le reedificó y fortaleció 1595. Era ya difunto cuando ejercía el presidente
con una plataforma y planchadas y otras fortifica- Vivero y Velasco, quien recibe una R. C. fechada
ciones”215. Dada la urgencia, seguramente volvie- en Barcelona el 4 de abril de 1626 ordenándole in-
ron a hacerse levas y a movilizar las milicias. Pero formar al rey “qué compañía es la que servía y en
estos grandes esfuerzos de movilización humana virtud de qué título y en qué ocasiones lo hizo y si
no solo acarreaban gastos a los capitanes a cargo ha gozado algún sueldo y cómo procedió en ella y
de las milicias, sino que también los preparativos qué otras ocupaciones militares ha tenido”. Tam-
militares suponían fuertes erogaciones para el Era- bién preguntaba por “las parte y servicios” de su
rio. Según el celoso funcionario fiscal Juan López hijo homónimo, quien había pedido se le confir-
de Cañizares, nuevamente “se puso el reino en mase en la misma compañía ya que su padre la
armas y se condujo gente para la defensa de Por- había renunciado en él. Según esta R. C. Vivero
tobelo”, lo que costó al Fisco “70,000 pesos, de más debía proponer tres personas para que el rey eli-
de lo ordinario que tiene de costa este reino y giera la que ocuparía la vacante. Vivero respondió
puerto cada año y con infantería y situaciones que que Juan de la Fuente “fue uno de los vecinos hon-
son 150,000 pesos”. Es decir, que ese año solo el rados y ricos que tuvo esta ciudad y como tal le hi-
Fisco se gastó en guerra 70,000 pesos más que la cieron varias veces alcalde ordinario”. Pero
suma regular asignada para este renglón, hasta to- agregaba que “no fue soldado ni gozó de sueldo,
talizar 220,000 pesos216. Esta cifra nos da una idea pero tuvo esta compañía con títulos de los presi-
de lo que se gastaría en las distintas (y numerosas) dentes, juzgando que como hombre rico y pode-
movilizaciones que se hicieron en esta época cada roso lo conservaría mejor que otro”. Decía no saber
vez que amenazaban velas enemigas. “que se ofreciese ocasión de llegar a las manos con
En 1624, al hacer una relación histórica sobre el enemigo”. Es decir, que nunca había participado
las compañías milicianas existentes en la capital en actos de guerra. En cuanto a su hijo, “tampoco
del Istmo, el presidente Rodrigo de Vivero y Ve- ha sido soldado pero ya le nombré atendiendo a lo
lasco explicaba que había cuatro compañías del que se le debía a su padre”. No explica en qué
número “y una de negros con capitanes españo- cargo, aunque verosímilmente al frente de la
les”, las mismas que existían en 1607. Agregaba misma compañía miliciana de a caballo.
que eran servidas de manera honoraria, es decir Vivero aprovecha para destacar la importan-
“sin sueldo”. Cada una tenía unos 80 hombres cia de reforzar la compañía de caballos, que a su
“gente del vulgo y oficiales”, aunque de “poco ser- juicio era vital para la defensa de la ciudad. Tam-
vicio [...] los más de que hay que hacer poco caso”. bién pedía que con objeto de estimular al que se
La compañía de negros tenía 80 unidades “efecti- nombrara en su lugar la Corona le concediese el
vas”, aunque por prejuicio racial opinaba que “su privilegio de “sustentar a caballo lanza y adarga,
color no les asegura guardar a Dios ni a vuestra que no pueda estar preso por deudas y que co-
majestad”. Tres de las compañías de blancos eran nozca de sus causas el capitán general”. Pedía,
de infantería, mientras que la cuarta era de caba- pues, típicos fueros militares. Estaba seguro de que
llería. Cada una tenía alrededor de 110 hombres. con estos privilegios y “que el capitán sea alentado
Sobre los capitanes consideró necesario aclarar y hombre rico podrá ser que resucite esta compa-
que, “siempre son los hombres más ricos para que ñía y tenga siquiera cien hombres” (antes tenía
socorran a los soldados, y de mayor autoridad”. solo 60). Afirmaba asimismo que el que actual-
Eran pues, cargos honorarios y de gran prestigio mente “la tiene no es tan activo como yo quisiera”
social. (no dice su nombre, pero al parecer se trata del hijo
Uno de esos capitanes de milicias era el sevi- de Almonte), y proponía a otros dos para el cargo:
llano Juan de la Fuente Almonte y de las Casas, el capitán Sebastián Antonio de Prado, “que
que murió sin haber entrado nunca en combate. siendo capitán de infantería es hombre muy solí-
Tenía importantes lazos de familia y negocios en cito y diligente aunque está pobre”; y don Antonio
Panamá, Sevilla y Lima, y había sido nombrado ca- Enrique del Castillo “un caballero mozo y rico, sol-
pitán de la caballería, o capitán de caballos, desde dado que fue sargento mayor en Guayaquil”217.
Primeras tropas regulares y milicias
154

Para Vivero era evidente que aunque el capitán cordaba que cuando Drake atacó en 1596, el pre-
debía ser preferentemente rico, debía ser además sidente Alonso de Sotomayor le encargó en su ca-
“alentado” y sobre todo tener conocimientos en el pacidad de capitán de milicias que “guardara y
arte militar. La principal credencial de los De la custodiara” a la ciudad de Nombre de Dios, lo
Fuente era ser ricos. Pero el sistema tenía muy cla- que hizo “con toda diligencia y a sus expensas,
ras las reglas y el rey nombró (o confirmó) a Juan recogiendo toda la gente que pudo y estaba dis-
de la Fuente Almonte para suceder a su padre me- persa por los campos, hasta que el enemigo se
diante R. P. fechada en Madrid el 27 de junio de hizo a la vela”. Luego de esto, y cuando los ingle-
1629218. ses avanzaron hacia Portobelo, nuevamente Soto-
En lo sucesivo la costumbre de nombrar al mayor le encargó que le acompañase, encargán-
frente de las compañías de caballos (al igual que dole “el despacho y avío de todos los correos, que
para las otras compañías) a hombres muy ricos, se fue el servicio de mayor consideración”. En 1601,
continuaría como hasta entonces, y tal vez el mejor cuando William Parker atacó Portobelo, siguió
ejemplo para fechas posteriores sería Antonio de nuevamente a Sotomayor “con su compañía [mi-
Echeverz y Subiza que fue nombrado en 1685 ca- liciana], haciendo mucho gasto y costa con ella y
pitán de caballos. Como se mencionó en el capítulo otros vecinos, dándoles sustento”. Ese mismo
anterior, llegaría a ser el hombre más rico de Pa- año, queriendo Sotomayor “enviar gente de gue-
namá. Tenía embarcaciones de altura que viajaban rra para castigar a los indios coclés [del norte de
a Lima y a Sevilla, abundante ganado y tierras, Veraguas] que habían muerto algunos españoles
casas costosas de alquiler, y muchos esclavos y ca- y quemado un barco del río Chagres, prestó uno
ballos. Si algo tenía en común con los Almonte es suyo sin interés alguno para dicho efecto”. Ese
que era muy rico. mismo año cedió gratuitamente varias de sus
Era natural que así fuera, ya que se necesitaba casas en Portobelo para alojar a Alonso de Ri-
mucho dinero para costear una compañía de caba- vera, nombrado gobernador de Chile, que “pa-
llos, sobre todo durante las urgencias de guerra. saba con mucha gente de guerra” para combatir
De hecho, la compañía de caballos era la más cos- a los araucanos. En el mismo año y el siguiente,
tosa de todas. En caso de una amenaza de guerra, estando “esperando los galeones la plata que es-
el capitán debía proveer los caballos –cerca de un taba detenida en Cruces y no podía bajar por
centenar–, alimentar a los animales y a los jinetes falta de agua”, “con suma industria y trabajo
mientras durase la situación bélica, dotar a estos llevó y pasó muy gran parte en hombros de ne-
de armas y pertrechos, y todo este gasto debía con- gros [suyos] por los pasos dificultosos del río
tinuar mientras durase la alarma, que podría ex- hasta ponerla en salvamento en Portobelo”. Du-
tenderse por semanas. Para la Corona era mejor rante los nueve años que gobernó Francisco Val-
que estos capitanes fuesen ricos a que tuviesen ex- verde de Mercado (1605 a 1614), “le acompañó
periencia militar. No debía haber ninguna sorpresa en todas las salidas que hizo por mar y tierra en
en que se escogiese al hijo de Almonte para suce- ocasiones de enemigos”. En 1615, durante la
derle ya que era su heredero y también era rico, en amenaza de los cinco navíos y dos lanchas holan-
lugar de los otros dos candidatos con formación o desas que entraron al Mar del Sur por el estrecho
experiencia militar que recomendaba el presidente de Magallanes “haciendo mucho daño por todas
Vivero. aquellas costas y se tuvo por cosa cierta que ven-
El propio De la Fuente Almonte y De las dría sobre Panamá a cuya causa se hicieron y
Casas, pese a que nunca estuvo en combate, aprestaron muchas armas y defensas para resis-
mientras fue capitán de caballos fue de bastante tirle y ofenderle, fue uno de los primeros que con
ayuda durante distintas urgencias militares. mayor cuidado y diligencia acaudilló y aprestó
Según una Probanza de Méritos y Servicios que su compañía de caballos a su costa en cuanto fue
presentó en 1618, cuando ya llevaba 40 años de necesario alentando y doctrinando muchos veci-
residir en el Istmo (primero en Nombre de Dios, nos para la defensa de la dicha ciudad, con cuyo
luego en Portobelo y finalmente en Panamá), re- ejemplo y disciplina se animaron y dispusieron
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
155

todos el tiempo que duró la dicha nueva”. Para vir sin sueldo y que si la necesidad apretare ven-
respaldar lo anterior, solicitó a la Audiencia que gan las compañías con sus capitanes o por lo
cada extremo fuese confirmado por testigos jura- menos las dos de cuatro que hay y la de los criollos
dos mediante la correspondiente información219. morenos esta solo sin socorro, sin que tengan más
Los testimonios, confirmando lo anterior, se re- paga y que lo mismo se haga con los pobres de las
cogieron en un largo expediente de apretada demás compañías con que se excusará gran gasto
letra procesal. a vuestra real Hacienda y se defenderá mejor el
Como se ve, a De la Fuente Almonte no le dicho puerto”220. En pocas palabras, que cuando
había faltado experiencia en varios teatros de gue- amenacen velas enemigas se envíen de Panamá
rra y aunque no empuñara un arma por sí mismo dos compañías milicianas a costa de sus capitanes.
para combatir al enemigo, es evidente que contri- Si es cierto que aún no se habían creado milicias
buyó con sus propios recursos en las más graves en Portobelo, probablemente se deba a que la do-
urgencias de guerra. Lo mismo haría décadas más tación militar regular se consideraba suficiente.
tarde Echeverz y Subiza, cuando piratas ingleses Tuvo que esperarse hasta 1629 y 1630 para que se
amenazaron invadir Panamá. Salió a combatir en crearan las primeras milicias portobeleñas. Pri-
la isla de Perico y estuvo a cargo de proteger el mero, por R. C. de 18 de junio de 1629, se crea una
arrabal de Santa Ana. Era este tipo de acciones las compañía de arcabuceros de infantería española;
que se esperaba de tales capitanes milicianos. No luego, por R. C. de 8 de junio de 1630, se da con-
se les pedía que fueran héroes en combate, pero sí firmación a cuatro compañías milicianas221. Al pa-
que colaboraran en la defensa con lo que tenían. Y recer, de las cuatro compañías milicianas, una era
así lo hicieron. de españoles, y las otras tres de cuarterones de mu-
Todavía en 1623 no se habían creado compa- lato, de mulatos y de negros horros, cada una con
ñías milicianas en Portobelo, como lo sugiere la su propio capitán. Pero como había poca población
carta ya citada del tesorero Juan López de Cañiza- en Portobelo, entre las cuatro compañías difícil-
res de ese año, cuando se refiere a que ante la ame- mente podía formarse una compañía completa, y
naza de velas holandesas se envió a esa ciudad en una revista que se hizo en 1667 solo se contaron
“gente para defenderla”. Líneas más abajo propo- 129 hombres. En 1680 durante el ataque de Sprin-
nía que “tenga obligación la ciudad de Panamá y ger, el teniente general de Portobelo, Juan Infante
las compañías [milicianas] que tiene a enviar de Mesía, se quejaba de que “no llegaban a juntar 70
cada una, una o dos escuadras con un cabo con hombres de vecinos blancos, pardos y negros de la
ocasión de enemigos los más ricos que puedan ser- milicia de esta ciudad”222. Sería un déficit crónico.

Compañías del número en Panamá. Año 1624

Capitanes Condición Fecha de nombramiento

Juan García Serrano Veinticuatro, “hombre rico y a propósito”. “En tiempos de (el gobernador)
Diego Fernández de Velasco”.

Alonso Sánchez de Cuéllar “Hombre rico y a propósito”. Ídem.

Pedro Pablo Minucho “Vecino rico y honroso”. “En tiempos de Alonso de Sotomayor,
ha muchos años”.

Baltasar Maldonado “El hombre más rico”. Hacia 1624, por Rodrigo de Vivero
y Velasco.

Fuente: Carta del presidente Rodrigo de Vivero y Velasco al rey, Panamá, 30.VI.1624, AGI Panamá 17. Vivero menciona además una compañía de “negros”.
Primeras tropas regulares y milicias
156

Aumento de las dotaciones decía en su conocida “Relación”, refiriéndose a la


militares en el siglo XVII tropa situada en la capital:

Tiene un presidio de 100 soldados pagados,


La tropa regular de la capital fue original-
que hacen cuerpo de guardia en la plaza, y otros
mente dotada con 30 unidades, pero esta cifra tuvo 100 añadidos de pocos años a esta parte, los cua-
que ser aumentada rápidamente, elevándose a 100 les se reparten a hacer cuerpo de guardia por es-
con un sargento mayor al frente, siendo el primero cuadras en el fuerte de la Natividad que está en
el capitán Francisco de Narváez Alfaro. En 1608 le el reducto en la puente y entrada de esta ciudad,
sucede interinamente como sargento mayor del y en las casas reales para guarda del puerto, y en
“presidio de esta ciudad”, el capitán Lorenzo de las casas del presidente227.
Roa, quien había llegado con las 200 tropas de So-
tomayor en 1597 y fue primero castellano del San En efecto, en una Junta de Guerra de abril de
Felipe en Portobelo. El mismo año 1608 el contador 1632 el Consejo de Indias había aconsejado aumen-
de Real Hacienda Juan Pérez de Lezcano hizo un tar la dotación regular de la capital a otros 100 sol-
listado de la tropa registrando un total de 97 sol- dados, lo que ratificó la R. C. de 23 de octubre
dados, entre los cuales había tres negros: uno era siguiente228. De esa manera se elevaba a 200 uni-
pífano y los otros dos tambores, todos probable- dades la tropa regular, cantidad que se mantuvo
mente muchachos. Para entonces, acababa de su- hasta el ataque de Morgan229.
primirse el fuerte de Bayano, cuyos 30 hombres se En 1663, una certificación indica que la tropa
agregaron al presidio de Panamá223. El sargento conservaba la dotación de 200 unidades. Consistía
mayor era el jefe superior de la guarnición o “pre- en dos capitanes, dos alféreces, dos sargentos, ocho
sidio” de Panamá y tenía un sueldo mensual de cabos de escuadra, 50 mosqueteros, 128 arcabuce-
100 pesos. En 1607 tenía un ayudante con un ros, dos pífanos, cuatro tambores y dos abandera-
sueldo de 36 pesos mensuales. Luego se le agregó dos. Los salarios totalizaban 39,534 pesos anuales230.
otro ayudante más. La tropa del presidio tenía Para entonces, a las cuatro compañías milicia-
también tres sargentos con 18 pesos mensuales de nas, con sus respectivos capitanes, establecidas en
sueldo224. tiempos de Sotomayor, se habían agregado una
Ese mismo año había 185 soldados en Porto- compañía de negros y otra de mulatos. Cada com-
belo, de los cuales 130 estaban asignados al San- pañía tenía 100 hombres, totalizando 500 milicia-
tiago de la Gloria y 55 al San Felipe. Chagres tenía nos231. En 1683, según el gobernador de Portobelo,
solo 15, aunque su dotación nominal era mayor. El Francisco de Castro, había en esta población entre
total hacía 297 hombres, 33 más que el año ante- 100 y 120 milicianos.
rior. Los salarios y raciones, o “prest”, cuando este Tanto las fuerzas regulares como las milicia-
se daba, tenían un costo anual para todo el Istmo nas fueron aumentando a tenor de las crecientes
de 95,000 pesos. Para mantener la tropa en 1609 se amenazas militares a que estuvo expuesto el país.
consumía el 78% del total de entradas de las Cajas Al principio, ambas se concentraron en la zona de
Reales. Este altísimo porcentaje sería característico tránsito, y solo Portobelo y Panamá tenían milicias
de los gastos militares durante el resto del período organizadas. Pero con el tiempo también fue nece-
colonial225. sario establecer milicias provinciales en distintos
Las dotaciones siguieron aumentando a me- puntos del Interior, aunque probablemente no fue
dida que avanzaba el siglo XVII, sobre todo en hasta las invasiones de Morgan que empezaron a
Portobelo y Chagres. Ya en 1623 en solo Porto- adquirir carácter permanente, como ya he suge-
belo la dotación había ascendido a 420 hombres, rido, y ya para 1710 están claramente documenta-
y en 1632 a 500, aunque en la práctica, debido a das para Natá, Los Santos, Parita, Chame, Capira
las enfermedades y las frecuentes deserciones, y Cruces232.
solo pasaron revista 295 hombres226. En 1638, el Durante los años de la guerra de Sucesión es-
maestrescuela de la catedral Requejo Salcedo pañola (1702-1713) debió existir un ambiente de
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
157

gran ansiedad en Panamá, como lo demuestran los capitanes debían tender las banderas el sábado 14
preparativos que se hicieron para la defensa y las en sus casas para que acudieran “todos los vecinos
revistas de las fuerzas milicianas en 1709 y 1710. A y moradores, estantes y habitantes de cualquier ca-
finales de 1709 el presidente interino Joseph de la lidad y condición que sean exentos y no exentos
Rañeta, alegando “velar sobre los designios de los españoles, mulatos, cuarterones, negros, zambos o
enemigos, que por todas partes nos cercan, y que de otras castas con calidad de armas que cada uno
nos hallen prevenidos al opósito y defensa”, or- tuviere, bien sea escopetas, arcabuces, mosquetes,
denó mediante bando pasar “muestra general a las trabucos, lanzas, chuzos para que el día siguiente
compañías milicianas de todas las ciudades, villas a las tres de la tarde, estando así prontos se les pase
y lugares de españoles sujetas a esta Capitanía Ge- muestra y alisten con las armas que cada uno se
neral y que en ellas se alisten todos sin excepción hallare”. El resultado se observa resumido en el
alguna de 16 años arriba”. Según el protocolo, los cuadro que sigue.

Muestra general de las compañías milicianas de todas las ciudades, villas y lugares
de españoles sujetas a esta Capitanía General. Noviembre de 1709

Cuerpos Hombres Bocas de fuego Lanzas

Milicias de Natá: una compañía de españoles, una compañía de mesti- 483 143 229
zos, una compañía de pardos, una compañía de zambos.

Milicias de La Villa de Los Santos: cinco compañías de españoles, una 635 275 152
compañía de mulatos, una de zambos, una de cuarterones.

Milicias de Parita: dos compañías. 139 37 45


Compañía de caballos con lanzas de Natá y otra Compañía de caballos 110 110
con lanzas de La Villa.

Milicias de Portobelo: una compañía de españoles, una compañía de 210 71 8


mulatos, una compañía de negros.

Milicias de Chame y Capira: una compañía de españoles, una compañía 387 18 387
de caballos (con 49 españoles agregados), una compañía de mulatos,
una de mestizos, una de indios.

Milicias de San Francisco de Cruces: una compañía. 50 17 33


Milicias de Taboga. 28 2 1
Vecinos de Panamá: dos compañías de españoles, una compañía de es- 690 239 106
pañoles forasteros, una compañía de españoles criollos, una compañía
de cuarterones, una compañía de mulatos forasteros, una compañía de
mulatos criollos, una compañía de zambos, una compañía de zambos,
una compañía de negros libres.

Totales 2,732 802 1,071


Porcentaje de tipo de armas por hombre 29.35 39.20

Fuente: Bando ordenado pregonar por el brigadier don Joseph de la Rañeta y Vera, presidente gobernador y capitán general de Panamá, 9 de diciembre de
1709, AGI Panamá 132. Las listas se hicieron en cada sitio en noviembre anterior. También, Carta del presidente de Panamá al rey, “remitiendo lista de las
tropas efectivas y armas que había hallado”, Panamá, 13.XI.1710, AGI Panamá 132. En total, había 37 compañías con un promedio de 74 unidades cada una.
Primeras tropas regulares y milicias
158

Aportación de armas de fuego por el grupo español. Año 1709 Al parecer, muy poco
después se creó el primer
Cuerpo Vecinos Bocas de fuego Porcentaje cuerpo de milicias en Chiri-
quí, no se sabe si en respuesta
Vecinos de ciudad de Panamá 364 215 59.07 al mismo clima de expecta-
Compañía de Portobelo 90 49 54.44 ción generado por la guerra
Milicias de Chame y Capira 105 12 11.43 de Sucesión, o a consecuencia
de la amenaza pirática en
Milicias de Los Santos 440 66 15.00
Bocas del Toro y el levanta-
Milicias de Natá 108 39 36.11 miento indígena acaudillado
Total 1,107 381 34.42 por el sukia Pablo Présbere en
1709 en la frontera tico-pana-
meña. De hecho, las primeras
Para el cuadro anterior solo se tomaron en noticias conocidas sobre milicias en Chiriquí datan
cuenta aquellos con referencia específica a “espa- de 1725, cuando se produjo en Alanje la rebelión
ñoles”. No así el grupo de “caballerías con lanza” de zambos milicianos acaudillada por Cristóbal de
de Natá y La Villa, al no indicarse a qué grupo Contreras, pero es obvio que este cuerpo ya existía
étnico pertenecían, como tampoco la Compañía antes de esa fecha233. A mediados del siglo XVIII,
miliciana de Cruces del capitán Luis Infante de Félix Francisco Bejarano, gobernador de Veraguas
Lara (enemigo mortal del presidente La Rañeta (que comprendía también a Chiriquí), creó una
y refugiado en la catedral en ese momento) cuya tropa miliciana de casi 1,500 hombres como reac-
casta étnica tampoco se indica. El resultado no ción a la creciente oleada de invasiones de indios
debe sorprender, ya que siendo las armas de mosquito procedentes de Nicaragua, sobre todo
fuego más costosas que las lanzas, era de espe- la de 1757, cuando atacaron Santa Fe. Formó un
rarse que las poseyeran sobre todo los “españo- batallón de milicias en la capital provincial, San-
les”. Debe agregarse además, que el 34.41% de tiago, con “12 compañías de a 120 hombres cada
los españoles aportaron también lanzas, incluso una con todos sus respectivos oficiales y sargentos
aquellos que se presentaron con bocas de fuego. y cabos”, y un total de 1,440 hombres, armados
Llama la atención que el grupo de españoles de con 525 fusiles234. Para la época era una fuerza irre-
La Villa superarse al de la capital. Otro factor que sistible y desacostumbrada, lo que sugiere el firme
sorprende es la ausencia de espadas y dagas, propósito de impedir el avance del enemigo235.
como las que se presentaron en la leva de 1608. La amenaza de los mosquitos, sin embargo, no
En cuanto a las lanzas, estas no deben despre- cesó, y en la década de 1780, coincidiendo con la
ciarse pues se trata de un
arma de uso inmemorial y
Armas de fuego aportadas por las demás castas. Año 1709
ya se sabe que bien usadas
pueden ser mortíferas. Cuerpo Vecinos Bocas de Porcentaje de
Cabe preguntarse si este fuego armas de fuego
contingente miliciano, con
solo 802 armas de fuego (de Vecinos de ciudad de Panamá 326 2 0.97
todos tipos y calibres), unos Compañía de Portobelo 120 122 59.22
cien lanceros de a caballo y Milicias de Chame y Capira 105 12 5.83
poco más de mil lanzas,
Milicias de los Santos 195 28 13.59
podía ser rival para aguerri-
Milicias de Natá 180 42 20.39
dos y bien armados invasores
enemigos. Nunca se puso a Total 926 206 100.00
prueba, de modo que no lo Porcentaje del total de armas aportadas por vecinos 22.24
sabremos.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
159

campaña de exterminio de los cunas en Darién, tituidas de manera creciente por las milicias, y la de-
se produjeron varias rebeliones indígenas en Ve- fensa se torna más efectiva. La primera y la última
raguas y Chiriquí, lo que hizo necesario hacer de estas etapas obedecen a grandes proyectos de
nuevas levas, como veremos más adelante. Lo modernización del sistema de defensas del Imperio,
cierto es que gracias a estas fuerzas milicianas los y las dos intermedias son la respuesta o reacción a
ataques de los mosquitos quedaron limitados a catastróficos ataques externos a Panamá.
zonas fronterizas y apartadas, sin que jamás lle- El notable incremento de la dotación de tropas
gasen a amenazar seriamente pueblos españoles regulares a partir de 1671 es una consecuencia in-
importantes, como Santiago, Natá, Penonomé o mediata del ataque de Morgan. Sin embargo, la
Los Santos. evolución de las dotaciones hacia los años en que
se producen las incursiones de Vernon a Portobelo
Evolución de las fuerzas y Chagres (entre 1739 y 1742), y mientras duró la
regulares y milicianas guerra del Asiento, responden a factores de orden

El monto de las dotacio- Fuerzas regulares y milicias en el istmo


nes de soldados pasa por cua- de Panamá. Años 1709-1710
tro etapas relativamente bien
definidas: la que se extiende
Cuerpos Compañías Plazas
desde su establecimiento hasta
el ataque de Morgan a Pa- EJÉRCITO REGULAR
namá (1597-1671); la que va I. Presidio de Panamá 7 530
desde esta fecha al ataque de Infantería 466
Vernon (1673-1739), la que Artillería 20
desde este último año se ex- Bergantines del Mar del Sur 44
tiende hasta principios de la II. Castillo de Chagres 77
década de 1770, y la que se ini- III. Fuerte de Chepo 1 71
IV. Presidio y castillos de Portobelo 1 290
cia entonces con la creación
Total de fuerzas regulares 9 968
del Batallón Fijo (c. 1740) y de
las milicias disciplinadas FUERZAS MILICIANAS
(1773-1821). A mediados del I. Panamá
siglo, luego de concluida la Españoles avecindados 2
guerra del Asiento, se inicia la Españoles forasteros 1
renovación de las fortificacio- Españoles criollos 1
nes de Portobelo y Chagres Mulatos criollos 2
Cuarterones 1
según nuevos y más moder-
Zambos 1
nos esquemas defensivos, y el Negros libres 1
situado llega con mayor regu- Subtotal 9 690
laridad, lo que garantizaba II. Natá, Villa de Los Santos y Parita
mejores armamentos y pertre- Infantería 14 1,257
chos, y pagas más puntuales Caballería 2 110
(aunque no siempre). Pero el Subtotal 16 1,367
gran impulso hacia la moder- III. Portobelo, Chame, Capira y Cruces 12 675
nización de las defensas se Subtotal de fuerzas milicianas 37 2,732
produce a partir de 1773. Se
Total de fuerzas militares en el Istmo 53 4,390
acrecienta el prestigio de la ca-
rrera militar, aumentan las
Fuentes: Para las fuerzas regulares, “Informe del sargento mayor de Panamá, Joseph Correoso Catalán,
fuerzas milicianas, las tropas Panamá, 12.XI.1709”, AGI Panamá 132. Para las fuerzas milicianas, carta del presidente de Panamá “remi-
regulares empiezan a ser sus- tiendo lista de las tropas efectivas y armas que había hallado”, Panamá, 13.XI.1710, AGI Panamá 132.
Primeras tropas regulares y milicias
160

Diseño de cañón. Noviembre 16 de 1710. A plumilla, coloreados. AGI, MP Ingenios y muestras 56.

más complejo. La llegada del vicealmirante coin- efectos inmediatos era la carestía de alimentos. Así
cide con la reciente ampliación de ciertas reformas lo resumía el presidente Dionisio de Alcedo y He-
al monto de la dotación con el propósito de dismi- rrera al referirse a estos efectos durante la guerra
nuir y racionalizar el número de soldados para Tie- del Asiento. “Siempre que se ha ofrecido guerra o
rra Firme, tendencia que se mantuvo en lo entrada de enemigo, o pirata, en las costas de esta
sucesivo. Por otra parte, en las capitulaciones que mar del Sur y con mayor exceso en la última del
impuso Vernon a las autoridades de Portobelo en año de 1739 con los ingleses, por los de 1741 y 1742
1739 estas se comprometían a mantener la ciudad dejaron de bajar absolutamente las embarcaciones
como “plaza abierta”, lo que suponía dejarla inde- con la incursión y presas que hicieron en las de este
fensa. Cuando Kinghills bombardea a Portobelo en tráfico los bajeles de la escuadra del almirante
1744, la encuentra virtualmente indefensa, situa- Jorge Anson, y después, por el de 1746, con el mo-
ción que continuaría hasta por lo menos 1748, tivo de la inundación y ruina del presidio del Ca-
cuando termina el conflicto angloespañol. Es un llao y pérdida de los navíos y fragatas que se
período de más de una década con un marcado dé- hallaban en su puerto, de tal suerte que llegó a lo
ficit de plazas en Portobelo y el San Lorenzo. sumo la estrechez y la carestía de los mantenimien-
Aunque la ciudad no fue atacada durante el tos en este vecindario y de los demás que se soco-
resto del siglo, la situación bélica internacional ten- rren de su provincia en tanto extremo que en
dría importantes consecuencias en sus aspectos varias ocasiones de esta repetida calamidad llegó
defensivos. El siglo XVIII se vio sacudido por una a aprovecharse la harina corrompida del calor y de
sucesión de interminables guerras hispano-britá- la humedad, que ordinariamente y en providencia
nicas, algunas de las cuales fueron desastrosas de buen gobierno se suele arrojar por las murallas,
para España, y en mayor o menor medida todas por no poder subsistir en su natural ser arriba de
afectaron severamente a Panamá, tanto desde el cuatro meses y seis cuando más en las templadas
punto de vista militar como económico. Uno de los estaciones de los veranos, y en el citado año de
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
161

1746 fue tan común y general esta desgracia que siguiente estalla la guerra de Independencia de Es-
ni aun aquel recurso tuvo la necesidad y se ocurrió tados Unidos (1775-1783). Aunque España no le
comer las viandas generalmente con plátanos, sin declaró formalmente la guerra a Inglaterra hasta
exceptuarse las casas de mayor respecto y conve- 1779, en realidad estuvo apoyando a los colonos
niencia, de que resultó la epidemia que padeció desde 1775, e Inglaterra lo sabía. Total, fueron 39
toda la ciudad con muerte de muchas personas”. años en estado de guerra.
La misma situación se repitió en cada uno de los Pocos años más tarde, en la década de 1780, y
conflictos que tuvieron lugar durante el siglo XVIII como reflejo de las añejas rivalidades hispano-bri-
entre España y Gran Bretaña236. tánicas, tiene lugar el conflicto con los indios cunas
El primer conflicto bélico entre los dos países apoyados por los británicos en Darién, cuyo pro-
fue la guerra de Sucesión española (1701-1713); el pósito era apoderarse de este territorio. Todo el
segundo es la guerra de la Oreja de Jenkins o gue- país se moviliza, la leva se extiende a todos los rin-
rra del Asiento, que se inicia en 1739 (con el ataque cones, se construyen varios fuertes a lo largo del
de Vernon a Portobelo) y concluye en 1748. Luego arco caribeño de San Blas, y se declara la guerra a
sigue un período de paz que será interrumpido en sangre y fuego contra los cunas. Para las mismas
1756, para dar inicio a la guerra de los Siete Años, fechas se incrementan las invasiones de los indios
que se extiende hasta 1763. Durante esta guerra Es- mosquito al norte de Veraguas (también apoyados
paña pierde a La Habana y Manila en 1762 y este por los británicos), y surgen varios brotes rebeldes
hecho tendrá enormes repercusiones en el sistema entre los indios de Chiriquí con matanza de colo-
defensivo de las colonias españolas. En la década nos y misioneros237.

Diseño de gualderas o armazones para reforzar las cureñas para montar los cañones de artillería. Noviembre 16 de 1710. A plumilla, colo-
reados. AGI MP Ingenios y muestras 57.
Primeras tropas regulares y milicias
162

Cañón de bronce de la fábrica de Barcelona, montado en una imitación de cureña en el portal de la Aduana de Portobelo. Fotografía del
autor, marzo de 2015.

Luego, como consecuencia de las guerras na- rehabilitación militar de Portobelo para dotarlo de
poleónicas, Panamá sufre otros años de parálisis modernas y más convenientes fortificaciones. La
comercial entre 1796 y 1798. Aunque la ruta pana- responsabilidad de la tarea recae en Ignacio Sala,
meña tuvo un breve respiro comercial en 1799, el quien se traslada de Cartagena a Portobelo en sep-
conflicto bélico de esos años con Gran Bretaña vol- tiembre de 1752. En 1753 concluye su estudio y co-
vió a afectar el abastecimiento alimenticio del país, mienzan las obras, que quedan a cargo del inge-
sobre todo entre 1802 y 1803. Nuevamente retorna niero Manuel Hernández. Con la aparición de Sala
la inestabilidad tras la invasión francesa a España y Hernández en el escenario militar de Portobelo
en 1808. Este mismo año cesan las hostilidades se produce un vuelco radical en materia de fortifi-
entre España e Inglaterra, y la ruta del Istmo se caciones. Los otrora mastodónticos castillos conce-
abre al comercio con las naciones amigas y neutra- bidos para un papel más que nada defensivo y con
les238. Como resultado de la insurgencia en Buenos una artillería relativamente poco efectiva, dan
Aires y en México, la plata de las minas de Bolivia, paso a un conjunto de baterías, fuertes y reductos
Perú y Nueva España, fluyen hacia Panamá, y inspirados en las modernas concepciones del arte
desde Panamá se abastece el Pacífico desde Gua- de la fortificación cuya principal característica va
dalajara a Perú con mercancías que esa misma a ser su potencia de fuego, es decir su función
plata compraba en Jamaica. Sin embargo, luego de ofensiva. Mientras se realizaban las obras durante
diez años de bonanza, este ciclo se detiene en 1819 esa década, la dotación se reduce a la mínima ex-
cuando el Istmo vuelve a ser teatro de guerra al presión, ya que carecía de sentido mantener la do-
atacar Gregor MacGregor a Portobelo y es amena- tación nominal completa mientras no se con-
zado por el Pacífico por las fuerzas navales de Ale- cluyeran las fortificaciones.
xander Cochrane. Fueron muchos años de crisis Pero hay que considerar otros factores. Preci-
alimentaria y desgaste militar. samente cuando Portobelo se encuentra mejor pro-
Entre 1739 y 1748, como secuela del ataque de tegido una vez se concluyó el complejo fortificado
Vernon, Portobelo era una plaza muerta y virtual- levantado por Manuel Hernández, su importancia
mente indefensa. El intento del presidente Alcedo estratégico-militar ya periclitaba. De hecho, la im-
de reconstruir el fuerte Farnesio en 1744, en la en- portancia estratégico-militar del Istmo había pa-
trada occidental del puerto, tal vez sea la única sado a un orden muy secundario, ya que desde el
construcción militar digna de mencionarse. Pero ataque de Vernon la plata que antes llegaba del
en la década siguiente la Corona promueve la total Perú se desvía por el cabo de Hornos, y las mayores
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
163

Turquesa o instrumento de bronce (semicerrada) para hacer moldes de balas de distintos calibres
encontrada en Portobelo. Colección Nicolás Liakópulos Falcón, en depósito y exhibición en el MUCI.

Turquesa abierta para hacer moldes de balas encontrada en Portobelo.


Colección Nicolás Liakópulos Falcón, en depósito y exhibición en el MUCI.

Palanqueta encontrada en Portobelo. Era


una barreta de fierro con dos cabezas a
los extremos. Se disparaba con cañón
para causar daño en los aparejos y la ar-
boladura de las embarcaciones enemigas.
Los extremos eran pelotas de hierro cor-
tadas por la mitad, como la de la muestra.
Colección Nicolás Liakópulos Falcón.
Primeras tropas regulares y milicias
164

inversiones en el sistema de defensas, tanto de Herrera y Antonio de Arévalo. En lugar de solda-


tropa, como de fortalezas, se concentran en La Ha- dos, milicianos. Tal es la tónica prevaleciente du-
bana, San Juan de Puerto Rico y Cartagena. Por lo rante el siglo XVIII y los últimos años del período
demás, es cada vez más firme el convencimiento colonial. El cambio será radical.
de que la defensa debía recaer en las fuerzas mili-
cianas en lugar de la tropa regular.
Las milicias –reclutadas de entre la propia Dotaciones militares durante los ataques pi-
población, es decir vecinos blancos, mulatos y ne- ráticos a Portobelo: de Parker a Morgan
gros libertos–, proveían su propio equipo y, a ex-
cepción hecha de sus jefes, no recibían paga Cuando William Parker asaltó Portobelo en
alguna, lo que suponía una considerable economía 1601 había unos 50 soldados en el San Felipe,
al desangrado Erario imperial. Por otro lado, se mientras que el Santiago tenía asignada una do-
trataba de gente del lugar aclimatada, que conocía tación de 30 soldados, pero como este fuerte aún
mejor que nadie el terreno y, sobre todo, estaba estaba en construcción, todos se encontraban alo-
más que ninguna dispuesta a defender lo suyo de jados a manera de “cuartel” en una casa de ve-
un ataque enemigo. Estos eran los argumentos em- cino. El “primer” Santiago es luego reemplazado
pleados por notables autoridades como Alcedo y por el Santiago de la Gloria, junto al barrio de

Distintas municiones de guerra españolas. AGI, MP Ingenios 8.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
165

Triana (prevista su terminación, “de gran fá- Fuerzas existentes durante los ataques de
brica”, para enero de 1603239), y en el año 1663 se Morgan y Vernon
construye el reducto de San Jerónimo, frente al
pueblo y en medio de la bahía. En 1607 para el Las invasiones de Morgan a Portobelo en 1668
San Felipe se destinan 50 soldados, y 100 para el y a Panamá en 1671 obligaron a introducir cambios
Santiago de la Gloria, reservándose tan solo 50 radicales en el sistema de defensas. Uno de los más
para la defensa de la plaza y presidio de Porto- importantes fue la creación del situado para garan-
belo. En 1608 había 55 soldados en el San Felipe tizar su mejor financiamiento, como explicaré en
y 130 en el Santiago. En el San Lorenzo del Cha- otro capítulo. A la vez, se tomaron diversas medi-
gres había 14 plazas en 1608. Fray Antonio Vás- das para mejorar las condiciones del sistema de
quez de Espinosa escribía hacia 1628 que en el fortificaciones. Se inició la construcción del recinto
San Felipe había 60 soldados y en el Santiago de amurallado de San Carlos para mudar a su interior
la Gloria 125, sin contar el capitán, los artilleros y la ciudad de Portobelo, y la mudanza de la ciudad
“demás asistentes”240. Según el tesorero Juan de Panamá a un nuevo emplazamiento más seguro
López de Cañizares, en 1623 el San Felipe tenía, y protegido por una sólida muralla. En Portobelo
en efecto, 60 soldados, los que consideraba insu- fue suprimido el cargo de alcalde mayor, cuyas
ficientes, pues a su juicio necesitaba 100. El San- funciones eran más bien políticas y administrati-
tiago tenía no más de 100 soldados241. vas, para sustituirlo por el de teniente general, con
En la ciudad de Panamá, como vimos, la pri- atribuciones eminentemente militares y con facul-
mera dotación de su presidio fue de 100 plazas, tad para sustituir al presidente de Panamá en las
que originalmente habían estado en el presidio interinidades. Finalmente, se aumentó considera-
del Bayano, pero que fueron trasladadas a la ca- blemente la dotación militar de Tierra Firme244.
pital por R. C. de 23 de octubre de 1632. Ese Fueron, pues, las dos invasiones de Morgan, sobre
mismo año se ordenó acrecentar la dotación con todo la de 1671, las que obligaron a la Corona a
otra compañía también de 100 hombres y en 1671 asumir estas medidas de urgencia.
fue aumentada a tres compañías de 100 hombres Cuando en 1672 viaja a Panamá Antonio Fer-
cada una242. nández de Córdoba para reorganizar las defensas
En 1631, habiendo sido nombrado castellano y mudar la capital al “sitio del ancón”, llegó con
del San Felipe don Pedro Vélez de Guevara, quien abundantes pertrechos y cinco compañías de re-
llega con una compañía de 100 hombres para re- fuerzo. No solo se aumentó la dotación y el arma-
partir entre este castillo y el Santiago, quedaron en mento, sino también el situado.
este último 199 plazas, incluidas las del castellano Fernández de Córdoba hizo luego algunos
y el alcalde. En 1656, la dotación del San Lorenzo ajustes. A partir de julio de 1672 al presidio de la
fue aumentada a 88 plazas tras sufrir el ataque pi- ciudad de Portobelo se le asignaba por dotación
rático de marzo de ese año y que ya examinamos. una compañía de 100 hombres. El castillo de San-
En 1633, al concluir la construcción del San Jeró- tiago tendría una guarnición de 267 hombres, di-
nimo, entonces un modesto “reducto”, se le asigna vididos en tres compañías, y el San Felipe 138
una dotación de 5 hombres. En 1666 se encontra- plazas, divididas en dos compañías. El San Jeró-
ban en el San Felipe 107 plazas. Una fuente indica nimo tendría un castellano con 600 pesos corrien-
que aunque se desconoce en virtud de qué se rea- tes de 9 reales al mes, un sargento con 23 pesos, un
lizó ese aumento en la dotación, parece que esto condestable y 4 artilleros con 20 pesos corrientes
guarda relación con los 100 infantes que en 1631 de sueldo al mes. Total para la defensa de Porto-
había conducido a Portobelo Vélez de Guevara. belo, 512 hombres.
Cuando Morgan entró a saco en Portobelo el año El presidio de Panamá tendría 201 plazas con
1668, dice Exquemeling que la guarnición de la las primeras planas, es decir como en el cuadro an-
ciudad sumaba 300 soldados, y su población era terior. El presidio de Chepo tendría 13 naturales
de unas 400 familias243. con sueldo de dos reales cada uno y dos y medio
Primeras tropas regulares y milicias
166

“Razón de la gente de guerra que sirve por situación en Tierra Firme y de


las cinco compañías que llevó Antonio Fernández de Córdoba”. Año 1672

Presidios y castillos Soldados efectivos

Presidio de Panamá. Hay 201 plazas efectivas con primeras planas y bajadas 22 planas 179 en Panamá
que se componen de dos capitanes dos alféreces dos sargentos y 4 tambores y dos pí- (de los cuales 35 sirven en
fanos, dos abanderados, un ayudante propietario, un armero, un barbero, etc., quedan presidio de Chepo)
179 plazas de soldados, de los cuales 35 sirven en el presidio de Chepo.

Castillo de Chagres, 135 plazas, y quitando primera plana, condestables y artilleros, que- 121
dan 121 plazas.

Castillo de Santiago, 267 plazas, y quitando primera plana, condestables, artilleros ciru- 223
jano, enfermero, barbero, armero y 6 plazas que se suprimieron para el sargento mayor
del número de Portobelo, capitanes de españoles y mulatos, sus sargentos y el de la com-
pañía de negros y cabo de la vigía de Cacique, quedan 223 soldados con cinco cabos de
escuadra.

Castillo de San Felipe de Portobelo, tiene 138 plazas de situación, de las cuales se bajan 114
24 de la primera plana, condestable, artilleros, y tres plazas suprimidas para el armero
sargento mayor del número y capitán de negros, y quedan 114 plazas de soldados con
tres cabos de escuadra.

“Las cinco compañías que vinieron de España a cargo de Fernández de Córdoba y están 243
en Panamá”: 57 del capitán Pedro de Sayas y Guzmán; compañía del capitán Reymundo
Atondo, 57; compañía del capitán Domingo Martínez, 41; compañía del capitán Francisco
Terán, 41; compañía del capitán Juan Fernández de Moserín, 47.

Total (984, incluyendo planas mayores etc.) 880

Nota: “De las dos compañía del presidio falta mucha gente que se ha ido y apuntado sus plazas por inútiles y de ningún servicio y lo mismo sucede en el
castillo de Chagre, donde además de faltar mucha gente la que hay está casi impedida por sus muchos achaques”. Certificación del contador del sueldo de
la gente de guerra, Juan Matías Pérez, Panamá, 4.V.1672. AGI Panamá 89.

al cabo, cada día, más provisión de bastimentos. enviaban de Lima desde 1664, se incrementan a
Además tiene de guarnición 35 plazas pagadas 275,314 pesos 6 reales245.
que se enviaban del presidio de Panamá. Estas dotaciones se mantendrían igual hasta
El castillo de Chagres tendría de situación 135 1686, al menos nominalmente. Hasta 1683 el pre-
plazas con la plana mayor (como en el cuadro an- sidio de la ciudad de Panamá mantendría una do-
terior), además de 5 negros esclavos de servicio y tación de 400 hombres, que fue ese año aumentada
25 naturales con su cabo “que asisten de socorro”. a 600 hombres repartidos en tres compañías. Al
Total para todo el país, cerca de mil plazas. castillo de San Lorenzo del Chagres se le asignan
Al aumentar las dotaciones había que hacer 135 hombres repartidos en dos compañías, excep-
también ajustes en los gastos, lo que tabulan los ción hecha de la asignación de 20 soldados y un
oficiales reales en el cuadro siguiente según el in- sargento para el San Jerónimo a partir de 1683. La
forme de Fernández de Córdoba. asignación nominal de las tropas regulares totali-
Como resultado, el situado para cubrir estos zaba desde ese año 1,240 hombres246. Sin embargo,
gastos tuvo que ser aumentado. Los 105,150 que se debido a las bajas por muerte, enfermedades o
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
167

deserciones, las tropas nominales raras veces coin- señalaron las siguientes dotaciones y salarios para
cidían con las efectivas, que casi invariablemente Portobelo, lo que idealmente debía regir a partir
eran menores. de esta fecha y buena parte del XVIII.
En 1691 el castillo de Santiago tenía 147 hom- A este total de 267 hombres había que agre-
bres. El de San Felipe, 118 soldados. La compañía gar un capellán de la Orden de La Merced con 178
del presidio de Portobelo, 73 soldados y el fuerte pesos seis reales al año; cinco negros esclavos con
de San Jerónimo 25 hombres. Los que, agregados, dos reales de ración al día cada uno, y 12 pesos
a la compañía del navío de convoy de Portobelo, de vestuario al año también para cada uno. Se in-
que contaba 93 hombres y la “gente del bergantín cluían también cinco reales de vela al día, dos
de Portobelo”, que sumaba 41, hacían un total de para la torre, dos para los cuerpos de guardas y
472 plazas. uno para el rancho de Santa Bárbara, lo que hacía
Basándose en la R. C. de 21 de abril de 1698, al año un gran total de 228 pesos un real. En con-
que fijaba el situado de Tierra Firme en 215,315 junto, los gastos del Castillo sumaban 63,198
pesos 6 reales, los oficiales reales de Real Hacienda pesos 5 reales al año.

Costos de las fortificaciones del Istmo entre 1665 Y 1672


(en pesos de 8 reales)

Presidio 3.III.1672 25.II.1665 Diferencia

Panamá 43,086p 42,079p 377p


Sitio de Ancón 135p 135p 0
Presidio de Chepo 9,000p 11,300p 2,300p
Santiago de Portobelo 62,275p 4r 46,602p 15,671p 4r
Un capellán 178p 6r 178p 6r 0
Cinco esclavos 516p 2r 0 516p 2r
Velas 136p 7r 91p 2r 45p 5r
Para reparo de cureñas a todos los castillos 618p 0 619p
Castillo de San Felipe 33,266p 2r 25,609p 4r 7,656p 6r
Capellán 178p 6r 178p 6r 0
Velas, etc. 91p 2r 91p 2r 0
Canoas 180p 0 180p
Esclavos 516p 0 516p
Fuerte de San Jerónimo 20,470p 4r 1,890p 580p 4r
Velas 91p 2r 0
Vigías de la costa de Portobelo 3,674p 0
Castillo de Chagre 64,893p 4r 27,659p 4r
Fletes de plata 1,000p 0
Fletes de pólvora armas y pertrechos 5,000p 0
Total 276,551p 129,495p 7r

Fuente: Informe de los oficiales reales de Panamá, de 3.III.1672, enviado por Fernández de Córdoba a la reina en carta de 9.III.1672. AGI Panamá 167.
Primeras tropas regulares y milicias
168

Castillo de Santiago de la Gloria en Portobelo desde 1698 A estos gastos se agre-


gaba el de los vigías. En la
Cargo Nº de plazas Paga mensual Sueldo anual “colina del cerro que predo-
por unidad mina al castillo de Santiago
se han puesto nuevamente
Castellano 1 112p 4r 1,350p nueve hombres de vigía con
Alférez Teniente 1 36p 432p tres reales al día cada uno”,
Sargento 1 25p 7r 310p lo que hacía el año 1,231
pesos 7 reales. “En el camino
Pajes (2 tambores, 1 pífano, 5 18p 1,080p
1 alabardero, 1 rodelero) de la montaña que va al sitio
de Buenaventura se han
Tenedor de bastimentos, 1 24p 6r 297p
puesto nuevamente 8 hom-
armas y municiones
bres y un cabo con 2 reales al
Cabos de escuadra 5 25p 3r 1,282p día al dicho cabo por ser sol-
Arcabuceros 192 18p 41,472p dado y a los demás milicia-
Mosqueteros 36 20p 2r 8,748p nos a 3 reales al día cada
Artilleros 24 22p 4r 6,480p uno”. Esto suponía al año
1,186 pesos 2 reales. “En el
Condestable 1 27p 324p
sitio del Cascajal se ponen de
Total 267 61,775p vigía 3 hombres y una cabo
con 2 reales a este y 3 a los
demás a cada uno”, lo que
El castillo tenía, además, un capellán de la hacían al año 501 pesos 7 reales. “En el sitio de
Orden de La Merced con 178 pesos 6 reales al año. Juan Gallegos se ponen de vigía 4 hombres y un
Cinco esclavos de la dotación con dos reales al día cabo, a este 2 reales y a los demás a 3 reales cada
de ración, lo que hacía al año 516 pesos 2 reales. Se uno al día”, los cuales montan al año 638 pesos 6
destinaban 3½ reales de vela al día, 2 para el reales. “En el sitio de la Atalaya se ponen dos
cuerpo de guardia y 1½ para
los torreones, lo que hacía al
Castillo de San Felipe en Portobelo desde 1698
año 159 pesos 5½ reales. Dis-
ponía además de 3 canoas;
Cargo Nº de plazas Paga mensual Sueldo anual
una para el puesto de vigía en
por unidad
“La Ranchería que está en la
boca del puerto”, otra para Castellano 1 112p 4r 1,350p
hacer la ronda al castillo y la
Alférez Teniente 1 36p 432p
otra para conducir leña, agua
y carne. Se consideraba que el Sargento 1 25p 7r 310p
gasto del castillo ascendía al Pajes (1 paje de rodela, 1 tambor, 4 18p 864p
año a 34,312 pesos un real. 1 pífano, 1 abanderado)
El fuerte tenía “un negro Cabos de Escuadra 3 21p 3r 769p 4r
de Su Majestad que sirve en Tenedor de bastimentos 1 24p 6r 297p
él con dos reales al día de ra- Arcabuceros 83 18p 17,928p
ción y 12 pesos que se consi-
Mosqueros 31 22p 7,533p
deran al año para su vestua-
rio”. Se le asignaban además Condestable 1 27p 324p
2 reales de velas al día. El total Artilleros 12 22p 4r 3,240p
de gastos al año ascendía a Total 138 33,047p 4r
6,229 pesos.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
169

hombres con 3 reales al día Reducto de San Jerónimo en Portobelo desde 1698
cada uno”, lo que hace al año
273 pesos 6 reales. “En el sitio Cargo Nº de plazas Paga mensual Sueldo anual
de Cacique se ponen 3 hom- por unidad
bres y un cabo, a este a 2 rea-
les al día y a los demás tres”, Castellano 1 67p 4r 810p
montando al año un total de Sargento 1 25p 7r 31p 4r
501 pesos 7 reales. “En el
Arcabuceros 12 18p 2,592p
sitio de Buenaventura 3 hom-
bres y un cabo a lo mismo”, Soldados 8 15p 6r 1,512p
que hace al año también 501 Artilleros 3 22p 4r 810p
pesos 7 reales. Total de gas- Total 25 5,755p 4r 
tos para vigías; 5,975 pesos
7 reales.
Al parecer, la “compañía
antigua” del presidio de Panamá fue transferida a y “servir lo que se ofrece para el Chagres y de Cha-
la plaza de Portobelo. Ver su dotación en el cuadro gres a Portobelo de cuenta de Su Majestad y para
siguiente. dar los avisos que son necesarios a Cartagena”
Se consumía un real de vela al día para el tenía de dotación 37 plazas. Representaba el año
cuerpo de guardia. El total de gastos anuales as- un gasto de 11,949 pesos 3 reales.
cendía a 15,858 pesos 5 reales. De unas compañías En resumen, había 619 plazas para la defensa
que fueron enviadas a luchar contra la frustrada de Portobelo. El total de gastos ascendía a 155,346
colonia escocesa del Darién se formó una con 82 pesos 4½ reales, sin contar los 619 pesos 4 reales
plazas para servir también en el presidio de Por- que suponía el mantenimiento de 6 esclavos que
tobelo con el mismo patrón de sueldos. Sus gastos tenía el rey en la ciudad. El presupuesto de gastos
ascendían al año a 17,822 pesos 1 real. Finalmente militares asignado a Portobelo representaba el 56%
la balandra “armada de guerra” para guardacostas del total asignado a Tierra Firme.
A la sazón, el castillo de
San Lorenzo del Chagres cons-
Compañía antigua del presidio de Panamá, taba de 102 plazas. Sus gastos
transferida a Portobelo. Año 1698 totalizaban 52,349 pesos.
Había vigías en el cerro
Cargo Nº de plazas Paga mensual Sueldo anual Ancón de la Nueva Panamá, y
por unidad en el río Mandinga. Se paga-
ban cuatro oficiales franceses
Capitán 1 93p 6r 1,125p
por orden del rey. Uno de ellos
Alférez 1 31p 4r 378p era ingeniero, con sueldo de
Sargento 1 21p 7r 262p 4r 1,200 pesos al año. La “compa-
Pajes (1 de rodela, 2 tambores, 5 15p 6r 945p ñía antigua del presidio de Pa-
1 pífano, 1 abanderado) namá según su nueva planta”
Cabos de Escuadra 4 19p 1r 918p sumaba 82 plazas, que supo-
Ayudante 1 30p 360p nían al año 18,227 pesos 1 real.
Además y como consecuencia
Ayudante 1 26p 7re 322p 4r
de cierta R. C. de 18 de julio de
Mosqueros 19 18p 4,104p 1683, había otras 4 compañías
Arcabuceros 37 15p 6r 6,933p con unas 82 plazas cada una,
Total 70 15,348p que totalizaban 330 plazas. Se
pagaban en sueldos y otros
Primeras tropas regulares y milicias
170

gastos relacionados a la defensa 76,896 pesos 1 real. en el castillo un capellán de la Orden de La Mer-
Finalmente, había 164 plazas de dos compañías des- ced con un sínodo de 178 pesos y 6 reales al año.
tacadas en Panamá “de la gente que vino de España El castillo de San Felipe tenía 138 plazas de dota-
en la escuadra de M. Ducase con 82 plazas cada ción. Su castellano gozaba el mismo sueldo que
una”. Por todo en la capital había 494 soldados. el de Santiago. Tenía también un capellán merce-
Había dos bergantines guardacostas en Da- dario. El San Jerónimo contaba 20 soldados, un
rién con 82 plazas, lo que suponía una erogación castellano con 600 pesos de sueldo anuales y un
de 25,803 pesos 6 reales. La compañía de Chepo sargento.
tenía también 82 plazas, con un gasto anual de En 1704 a esta dotación se agregaban 82 hom-
18,247 pesos 6 reales. bres de la compañía de Mateo Almaguer, otros 82
De esta manera, al finalizar el siglo XVII y co- de la compañía de Rosendo Fernández y 37 hom-
menzar el siglo XVIII, Tierra Firme contaba para su bres de la “balandra de S.M.” con lo que la fuerza
defensa con una fuerza regular de 1,195 hombres. militar de Portobelo se eleva a 634 hombres.
La dotación nominal fijada en 1672 se man- Diversos testimonios de 1707 indican que
tuvo inalterable hasta las mismas vísperas del raras veces la dotación real o existente coincidía
ataque de Vernon, concretamente hasta 1738. En con la prescrita o nominal. El San Felipe, cuyo
efecto, en 1702 se afirmaba que en la ciudad de castellano era el sargento mayor don Pedro de Sa-
Portobelo debía haber una compañía miliciana de lazar, tenía “en ser” –o efectivas–, solo 100 plazas,
100 hombres. El Santiago mantenía una dotación en lugar de las 138 prescritas. Faltaban solo 28
de 267 hombres. Su castellano gozaba un sueldo plazas, aunque se afirmaba que en “tiempo de
de 1,000 pesos corrientes de 9 reales al año. Había ocasión”, es decir de guerra, “son inexcusables

Típica espada española de empuñadura de copa. Largo


de la espada: 87 cm. Diámetro de la copa: 18 cm. Se
producían alrededor de 1715. Encontrada en Tonosí.
Colección Nicolás Liakópulos Falcón.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
171

164 hombres”: 84 para la artillería y 80 con un a los virreyes a enviar con puntualidad esta subven-
“cabo de valor” y algunos baquianos en una co- ción o socorro, pero sin ningún resultado, pues los
lina situada cerca del castillo “para impedir la su- virreyes se disculpaban alegando estar sobrecarga-
bida a cualquier desembarco o gente que arrojan das las Cajas de Lima con las elevadas pensiones
el enemigo por cualquier paraje”. que le estaban asignadas. Se ordenó entonces que
En el Santiago, donde era castellano el sar- en el ínterin, se pagasen los “residuos” de las reales
gento mayor Pedro Tello de Villarragut había “en Cajas de Panamá, quedando momentáneamente
ser” 128 plazas, siendo necesarios 21 infantes y 4 suspendidas las remisiones del situado. Esto ocurre
artilleros, faltando dos de la dotación “por haber en el primer tercio del XVIII.
hecho fuga”, y en el “eran necesarios 80 hombres Como consecuencia de lo anterior, las obras de
en tiempo de función”. fortificación quedaron paralizadas y durante lar-
Otro documento del mismo año nos indica gos meses los soldados dejaron de percibir su
que la dotación del San Felipe fue aumentada de paga, teniendo que soportar, junto con sus familia-
100 plazas a 129, la del Santiago, de 128 a 264 y res, verdaderas penurias. Todo esto provocó un
la del San Jerónimo, de 25 a 27. Este incremento creciente clima de malestar en la tropa a partir de
probablemente era mendaz y solo existía en el 1709. Este año se produjo una deserción masiva de
papel. Es sabido que para cobrar sueldos de sol- 86 soldados regulares. En lo sucesivo, repetidas
dados inexistentes, las autoridades remitían a la veces la tropa realizó protestas y amenazas de al-
Corona listas abultadas. En una consulta del zarse en armas o de retener el tesoro real para co-
Consejo de Indias de 22 de febrero de 1708 rela- brarse la paga, poniendo en serio peligro la
tiva a este problema, se acusaba en el punto dos defensa del Istmo.
a los “gobernadores y demás ministros” tener La solución propuesta en el sentido de que el
“introducido suponer plazas de 100 hombres “residuo”, o sea la diferencia de lo que se enviase
donde realmente no hay 10, remitiendo de las de Lima a Panamá hasta completar los 288,000 o
muestras las listas completas, cobrando por en- 292,000 pesos del situado, jamás tuvo efecto por
tero los sueldos en conocido fraude de V.M. y de las limitaciones presupuestarias del Istmo, pues
su real hacienda”. sus ingresos apenas alcanzaban a entre 80,000 y
A partir de la primera década del siglo XVIII el 100,000 pesos. No fue hasta mediados del siglo
país tuvo que enfrentar varias dificultades tanto mi- cuando la remisión de los situados volvería a lle-
litares como económicas que contribuyeron a dis- gar de manera más o menos regular, pero aún en-
minuir notablemente la tropa regular. Durante los tonces no se evitarían las deserciones y tal vez
trece años que duró la guerra de Sucesión española nunca se mantuvo completa la dotación militar de
(1701-1713), las actividades mercantiles se vieron se- los castillos.
riamente afectadas, las ferias de Portobelo quedaron Como decía una fuente en 1711, el castillo de
interrumpidas durante un largo período, lo que es- San Felipe, cuya dotación nominal era entre 136 y
timuló el contrabando y esto a la vez contribuyó a 138 plazas, “no quedaba con 50”, o tal vez “mucho
la disminución de los ingresos fiscales. Al disminuir menos por no asistirles con los pagamentos o soco-
las transacciones comerciales y en consecuencia rro alguno diario, ni pan de munición, sin tener re-
menguar los derechos fiscales, sobre todo el almo- cursos en un castillo fundado sobre unas rocas,
jarifazgo, las Cajas Reales de Lima se encuentran padeciendo notables miserias, cuando ni se le su-
imposibilitadas de enviar con regularidad el si- ministra alguna forma de alimentarse, ni su caste-
tuado. De esa manera, desde los últimos años del llano los puede socorrer por padecer la misma
gobierno del virrey conde la Monclova, el situado estrechez de medios y no haber jamás en el castillo
empieza a remitirse a Panamá cada vez con mayo- providencia alguna de víveres, sucediendo muchas
res retrasos. Ante las quejas y súplicas de los gober- veces la furia de los temporales privarles la comu-
nadores, presidentes y demás autoridades del reino nicación y recurso de la ciudad, dejando aquella
de Tierra Firme, se libraron diversos despachos por guarnición sitiada en una total miseria que pagan
el Consejo de Indias, conminando insistentemente con muchas enfermedades y no pocas vidas”.
Primeras tropas regulares y milicias
172

Al terminar la guerra de Sucesión española y La diferencia entre tropas nominales y efecti-


firmarse la Paz de Utrecht en 1713, España quedó vas lo confirma otra reseña que se hizo el año si-
nuevamente en condiciones de restablecer el orden guiente. En el San Felipe, en lugar de 138 hombres
en sus colonias ultramarinas. En 1717 se expidió había solo 65, en el Santiago había 86 cuando debía
una nueva R. C. que fijaba la dotación para Porto- haber 266, en el San Jerónimo 27, debiendo ser 28,
belo. Para el castillo de San Felipe se establecería y en el presidio de Portobelo 46 en lugar de 82. Fal-
una dotación de 138 hombres, para el Santiago de taba un tercio de la dotación.
267, para el San Jerónimo de 28 y para el presidio Esta situación continuó empeorando pues
de la ciudad 83 soldados. Los sueldos se mante- cuando se hizo la revista de las tropas de los casti-
nían iguales a los de fines del XVII y comienzos del llos y el presidio de Portobelo el 1 de noviembre
XVIII. Ningún cambio se introducía a las cantida- de 1739, un mes antes del ataque de Vernon, en el
des prescritas desde 1672, excepción hecha del nú- Santiago no había más que 71 tropas efectivas,
mero de hombres del presidio, que se reducía de once en el San Felipe, 16 en el San Jerónimo y tam-
100 a 82. Pero esta dotación jamás estuvo com- bién 16 en la compañía del presidio, para un total
pleta, manteniéndose casi siempre por debajo de de 114 hombres. El resto estaba enfermo en casa o
lo establecido. en el hospital, destacado en otros sitios, o no eran
En 1717 no había en todo Portobelo más que hombres de armas (médicos, barberos, capellán,
326 soldados; otra fuente menciona solo 306. enfermeros, esclavos, etc.)249. La situación nunca
Como acabamos de ver su dotación nominal era había estado peor. De esta manera, con estos efec-
de 516 hombres. Ese mismo año el presidio de Pa- tivos y los aproximadamente 240 milicianos que
namá contaba 307 hombres y el de Chepo 33. El menciona Gutiérrez Bocanegra, Portobelo solo
29 de noviembre de 1735 los científicos marinos contaba para defenderse con unos 350 hombres.
Jorge Juan y Antonio de Ulloa visitan Portobelo No sorprende que cuando atacó Vernon el resul-
y no encuentran más que 80 soldados en el San- tado fuese tan desastroso. Sobre este asunto vol-
tiago de la Gloria y 86 en el San Lorenzo. En con- veré en otro capítulo. El día del ataque, como
junto, incluidos los castillos y los hombres del veremos en el capítulo donde se trata este tema, en
presidio de Portobelo, no había más que 125 sol- el San Felipe no había uno solo de los soldados pa-
dados247. Por su parte, el recién nombrado te- gados y fue necesario cubrir sus plazas con 20 mi-
niente general de Portobelo, Bernardo Gutiérrez licianos pardos del pueblo, a los que se agregaron
Bocanegra, remitía la revista que había realizado varias decenas más que fueron enviados de los
el 25 de julio del mismo año, según la cual, la guardacostas y sobre los cuales recayó de hecho la
compañía de blancos vecinos y moradores se re- defensa.
ducía a solo 32 hombres; la de pardos y mulatos, En 1738 Martínez de la Vega, había propuesto
a 61, y la de morenos libres a 149 hombres. una reforma en la dotación, sugiriendo una canti-
En la capital la situación no era mejor. El dad fija de 1,000 hombres para todo el territorio
nuevo presidente, Dionisio Martínez de la Vega, bajo su jurisdicción, repartidos en 10 compañías de
que toma posesión del cargo el 4 de enero de 1735, 100 hombres cada una, cuya distribución en las
afirmaba el 20 de junio siguiente que las fuerzas distintas plazas quedaría al arbitrio del presidente,
originales de 581 hombres se habían reducido por gobernador y capitán general del reino. Pero esta
R. O. de 30 de diciembre, a 306 infantes agrupados propuesta no llegará a materializar, ya que pocos
en cinco compañías y 20 artilleros. Sin embargo meses más tarde la situación se complicó tras el
–continúa–, para entonces solo contaba con 105 ataque a Vernon, quedando severamente dismi-
plazas efectivas, desglosadas en cinco compañías nuidas sus dotaciones, lo que a la vez coincide con
de infantes y los 20 artilleros. Preocupado, asegu- la creciente importancia que empieza a concederse
raba que con tal falta de hombres era imposible a las tropas milicianas, como ahora veremos. Aún
hacer frente a la defensa del país y ni aun para con- más, las 10 compañías propuestas por Martínez de
trolar el contrabando, que se había extendido la Vega sufren a los pocos años una drástica dismi-
como una plaga incontenible248. nución, quedado reducidas a 7 compañías de solo
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
173

Fusil-mosquete español de avancarga de mediados del siglo XVIII encontrado en Tonosí. Colección Nicolás Liakópulos Falcón.

Partes del fusil-mosquete:

a. Barril o cañón.

b. Baqueta o barra de hierro para introducir la pólvora y la bala o limpiar el cañón.

c. Cuerpo del arma, aunque sin su rastrillo,


gatillo y otras piezas del disparador.

d. Balas de plomo para disparar


en el fusil-mosquete.
Primeras tropas regulares y milicias
174

53 hombres cada una. Así pues, para la defensa de dia que les correspondía a cambio de una cierta
Tierra Firme quedarían asignadas nominalmente suma. Como veremos en otro capítulo, casi en los
solo 371 plazas en lugar de 1,000. mismos términos describe esta situación Antonio
El problema no se limitaba al déficit de efec- Fernández de Córdoba cuando visitó Portobelo
tivos. También lo era la falta de armamento, del en 1672.
estado de las fortificaciones y de la calidad de la Otro tanto afirma Martínez de la Vega cuando
tropa. He aquí lo que escribe Gutiérrez Bocane- escribe sobre la tropa que “la mayor parte de la
gra sobre el estado en que se encontraban los cas- que hay en sus guarniciones se compone de na-
tillos: “Son todos de construcción antigua, muy turales pardos y oficiales de ejercicios mecánicos,
maltratados, su artillería, por la mayor parte pagando estos las guardias de los pocos españo-
buena, de diversos calibres; sus cureñas, de nin- les que se mantienen, haciéndolas por ellos mien-
gún servicio por sus pocos reparos, expuestas a tras están ocupados en sus tareas”251. Como
corrupción por lo lluvioso y calidísimo del tem- acabamos de ver también Gutiérrez Bocanegra
peramento; sus municiones, cortas”. Faltaba pól- afirmaba que debido a la escasa paga, los pocos
vora, lo que denunciaba como mal endémico, y que se interesaban en cubrir las plazas regulares
solicitaba que se remitiese de España, ya que procedían “del paisanaje”. Esto significa que ya
consideraba de baja calidad la del Perú. Como para esas fechas gran parte de la tropa regular, o
veremos en otro capítulo, cuando atacó Vernon tropa pagada, era constituida por el “paisanaje”,
gran parte de la artillería del San Felipe estaba es decir por nativos, en este caso “naturales par-
desmontada por falta de cureñas. En cuanto a la dos”, y seguramente por no pocos de los que ejer-
calidad de la tropa señalaba que “la infantería de cían los oficios mecánicos, un fenómeno que
sus guarniciones es muy corta y de malísima ca- hasta ahora se consideraba más bien propio de fe-
lidad, pues por la cortedad del sueldo no hay chas más avanzadas del siglo XVIII.
quien siente plaza, a excepción del paisanaje, pues Resumiendo, en víspera del ataque de Ed-
no dándoles más que la media paga mensual- ward Vernon, la situación de las defensas de Por-
mente, siendo esta tierra tan excesivamente cara, tobelo era calamitosa. No tenía suficiente tropa y
no se pueden mantener, por lo que se ven preci- esta era de pobre calidad, estaba mal armada y
sados los oficiales a permitirles usen de sus ofi- sus fortificaciones se encontraban en pésimas
cios, pagando sus guardias, de donde resulta que condiciones. Probablemente nunca había estado
en ninguna parte está vuestra majestad más mal peor.
servido ni tiene peor tropa”. Gutiérrez Bocanegra
acompaña su informe con los estados de armas
y tropas, indicando que la plaza de Portobelo es- Tropas existentes después
taba expuesta a ser tomada por 300 hombres, por del ataque de Vernon
lo que solicitaba que se formara un batallón de
400 o 600 hombres para su defensa250. Para reemplazar a Martínez de la Vega llega
La alusión que hace a que “usen sus oficios” Dionisio de Alcedo y Herrera el 8 de julio de
hace referencia a que a los soldados se les permi- 1743. Una de sus principales misiones era restau-
tía ejercer cualquier “oficio mecánico” (sea de rar el sistema de defensas del país tras los daños
plateros, zapateros, herreros o pulperos), una infligidos por Vernon en Portobelo y el San Lo-
práctica que como veremos en otro capítulo se renzo desde el año 1739. Para Alcedo “el batallón
había extendido en el siglo XVII y que fue en de la guarnición de esta plaza era el alma que las
parte causa de la caída de Portobelo a manos de vivificaba”. Agrega que “estaba formado sobre el
Morgan en 1668 al encontrarse gran número de pie de las diez compañías del reglamento que re-
las tropas fuera de los castillos, ya sea en sus mitió el virrey en 1741 con el segundo del Regi-
casas o ejerciendo sus oficios. Estos mismos sol- miento de Granada”. Se trataba obviamente de
dados pagaban a otros para que hicieran la guar- un pie nominal.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
175

Estructuras del ejército regular y dotaciones efectivas existentes


en el istmo de Panamá. Años 1663-1718

Plaza militar 1663 1678 1682 1691 1709 1717 1718

I. Panamá

Presidio de la ciudad 200 270 450 486 347 622

Planchada del Ancón 5

Guardacostas o bergantines del Mar del Sur 107 44

Subtotal 205 267 270 557 530 347 622

II. Portobelo

Castillo de Santiago 199 149 248 147 96 267 267

Castillo de San Felipe 106 136 118 91 138 138

Castillo de San Jerónimo 14 14 25 25 28 28

Presidio de la ciudad 81 74 73 78 83 82

Guardacostas 134

Subtotal 305 329 472 497 290 516a 515a

III. Castillo de San Lorenzo del Chagres 79 101 108 77 102 102

IV. Compañía de Chepo 15 47 71 38 82

Total 510 690 843 1,162 968 1,001 1,321

Fuentes: Para 1663, basada en la certificación remitida por el presidente Fernando de la Riva Agüero y comentada por don Fernando García de Buitrago, del
Consejo de Indias, en Madrid, 1.XII.1663, AGI Panamá 87. No se menciona el castillo de Chagres, que al parecer cubría su dotación con fuerzas del presidio
de Panamá. Tampoco se incluye el reducto de San Jerónimo, recientemente construido y probablemente aún no estaba en servicio. Para 1678, certificación
de Juan Matías Pérez, Contador y Juez Oficial de Real Hacienda, Portobelo, 28.XII.1678, AGI Panamá 88. Para 1682, certificación de Juan Matías Pérez, familiar
del Santo Oficio de la Inquisición, Contador Juez Oficial de Real Hacienda de Tierra Firme y Veragua y del sueldo de guerra..., Portobelo, 8.III.1682, AGI Panamá
97. (a) Son plazas nominales, el resto corresponde al número de plazas efectivas. La asignación del situado enviado de Lima estaba prevista para cubrir solo
701 plazas, cuyo número había ascendido en vista de los crecientes peligros piráticos que acechaban al reino sobre todo después de 1680. Pérez estimaba
que además de la dotación efectiva había unos 130 hombres con “sueldo y ración” en la “armadilla” que custodiaba “la boca del río Darién [...] para freno de
los indios y para impedir el paso de los piratas, toda gente del convoy de la costa de Portobelo, que se ha estado pagando de la Real Hacienda desde que
sucedió la entrada del pirata en mayo de 1680”. Para 1691, “Memoria de la gente de mar y guerra que sirve en las plazas de Panamá y Portobelo según la cer-
tificación que remiten los oficiales reales con carta de 12.IV.1691”, en AGI Panamá 147. Para 1709, “Informe del Sargento Mayor de Panamá, Joseph Correoso
Catalán”, Panamá, 12.XI.1709. AGI Panamá 132.
Primeras tropas regulares y milicias
176

Con las tropas que se enviaron en tres parti- cuando se sublevó la tropa del Batallón Fijo y del
das poco después desde Perú, llegaron a comple- Regimiento de La Reina, también a consecuencia
tar hasta 521 hombres. Pero como de costumbre de los bajos salarios y del atraso de los situados.
continuaron sucediéndose bajas, sobre todo por Aducían que los soldados “con los 8 pesos men-
enfermedad entre los que procedían de Europa. suales de sueldo que gozan es moralmente impo-
Finalmente, cuando escribe Alcedo estando pri- sible (a tiro largo) mantener la vida humana en
sionero en Chepo el año 1748 o 1749, solo queda- esta ciudad, ni en la de Portobelo, fuerte de Chagre
ban en el batallón 224 plazas, fuera de la plana y demás puestos donde han de servir”. “Absolu-
mayor del presidio. tamente se morían de hambre”, alegaban. Recla-
Durante la administración de Alcedo “las maban el aumento de salarios, su pago puntual y
compañías del batallón estuvieron siempre des- que se les excusase el uso del nuevo uniforme, que
nudas y descalzas” y se pensó uniformar a los era de paño, “por lo ardiente del país”. Reclama-
soldados. Para introducir los uniformes incluso ban también “que no se nos oprima encerrándonos
se otorgó licencia al tratante de esclavos Julián de desde la media tarde en los cuarteles”. Pedían asi-
Barboteau. Para pagar el costo del uniforme se mismo que no se les aplicaran castigos humillantes
descontaría “una pequeña cantidad diaria a los tales como “azotes como a niños, o viles esclavos”,
soldados”, lo que provocó un alzamiento de la o “darles palos tendidos boca abajo, castigo muy
tropa. El descontento continuó hasta 1746, cuan- acostumbrado en la tropa alemana y recién intro-
do se le descontó a los soldados el costo de los ducido en la tropa de España”.
uniformes, pero en mayo de ese año la situación Toda la guarnición se apoderó de la Contadu-
se complicó cuando llegó la fragata La Concepción ría, de los reales almacenes donde se guardaba la
de Tomas Chavaque con solo una pequeña canti- pólvora, de la sala de armas y “cargaron toda la
dad del situado, que solo alcanzaba para pagar artillería a metralla apuntando a la ciudad, y amu-
un mes a la tropa. Los soldados se amotinaron, nicionaron abundantemente toda la gente”. Cer-
reclamando que se les devolviera lo que habían caron la casa del gobernador, que quedó arrestado
pagado por los uniformes. Cuando se les trató de bajo vigilancia de centinelas, nombraron a un sar-
reprimir, los soldados que llevaban esa misión se gento de artilleros como su general, colocaron
les unieron. Algunos soldados desertaron, otros guardias y centinelas armados en cada calle, y es-
se refugiaron en el convento de San Francisco, y cogieron el cuartel de Chiriquí, en Las Bóvedas,
otros en el de Santo Domingo. Finalmente Alcedo para sus reuniones y asambleas. Al día siguiente,
tuvo que ceder y les devolvió a los soldados lo con las ánimos aún más caldeados, y los cañones
que habían pagado, decisión que fue luego apro- apuntando a la ciudad, un artillero “con la mecha
bada por el virrey252. en la mano”, estuvo a punto de hacer fuego. Hubo
Los motines de la soldadesca motivados por intensas negociaciones en las que intervinieron
el retraso de la paga e incluso por el maltrato se re- por parte del Gobierno el capitán de milicias
pitieron varias veces a lo largo del siglo XVIII, casi Mateo de Eyzaguirre, conde de Santa Ana, que se
siempre poniendo en serio peligro la seguridad del infiltró en la tropa enviado por el gobernador para
país, o más precisamente la de las dos ciudades que disuadiera a los amotinados, el ingeniero Ma-
donde se concentraba la tropa: Panamá y Porto- nuel Hernández, el teniente de rey, el obispo y va-
belo. Para reclamar sus exigencias, sin duda bas- rias autoridades seculares. Finalmente se les
tante justificadas, se refugiaban en sagrado (en la concedió lo que pedían y se les otorgó “perdón e
Catedral o en la iglesia de Santa Ana los de Pa- indulto general bajo del seguro de iglesia y proce-
namá, y en la iglesia mayor los de Portobelo), diendo el juramento correspondiente, que debía
como sucedió en 1748 y en 1751 en Panamá y en hacer el gobernador sobre los cuatro Evangelios y
1763 en Portobelo. En cada caso se accedió a sus asistencia del obispo y otras seculares”. En reali-
reclamaciones y se les perdonó. dad la situación fue salvada gracias a que Eyza-
Tal vez el amotinamiento más grave fue el que guirre que era un rico comerciante en esclavos y
ocurrió entre el 20 y el 25 de septiembre de 1766, cacao, cubrió el déficit del situado y se le pudo
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
177

pagar a los soldados253. En 1767 nuevamente el Re- 7 hombres, “aunque algunos le faltan”. El total de
gimiento de la Reina se amotinó, exigiendo que se milicianos sumaba 297. La compañía de blancos
cumpliera lo que habían pedido el año anterior254. tenía 32 hombres; la de cuarterones y pardos, 94; la
En tales circunstancias, con el gobernador de de morenos criollos, 61; la de negros libertinos de
rehén, la ciudad ocupada por la fuerza con ame- Portobelo, 69; y la de negros libertinos de Palenque,
nazantes “manifiestos” y “ultimátum”, y a punto 50. El 10.46% eran blancos y el 89.54% era “de
de cañonear el edificio que ocupaba la Audiencia, color”. Estas proporciones sugieren que, en compa-
a las aterrorizadas autoridades no les quedaba otra ración a décadas anteriores, las milicias de color
opción que acceder a todo lo que pedían. Así constituían un contingente vez mayor. Resumiendo
aprendió la tropa que solo con estos pronuncia- estos datos, la tropa veterana y las milicias sumaban
mientos se les hacía caso, lo que explica la repeti- por todo 508 hombres, correspondiéndole el 58.46%
ción de los motines255. a las milicias257. Las diferencias que encontramos
Después del ataque de Vernon, Portobelo per- entre las cifras de Hernández y los de Urrutia sobre
maneció virtualmente indefenso durante varios los “veteranos” son por cierto típicas, ya que de un
años, con sus fortificaciones desmanteladas y con mes a otro podían variar por deserción de los sol-
muy poca tropa, y la recuperación militar de esta dados, por enfermedad, porque algunos eran asig-
plaza no llegó a producirse hasta después de con- nados a otros puestos o por cualquier otro
cluida la guerra del Asiento en 1748. Durante ese imponderable. Esta situación es típica de toda la in-
tiempo la tropa regular nunca llegó a completar las formación estadística en la materia.
diez compañías reglamentarias pues, como acaba-
mos de ver, se encontraba reducida nominalmente
a 371 en tiempos de Martínez de la Vega, y a 224 Las milicias ordinarias a
hombres en tiempos de Alcedo; en 1749 solo sumaba mediados del siglo XVIII
280, y en 1751 no quedaban más que 118 soldados.
Ese mismo año no se encontraba en Portobelo Todas las señales apuntan a que el estado de
más que una “compañía de piquete arreglado” que indefensión del Istmo durante la primera mitad
tenía solo 25 hombres, más otros seis oficiales del del siglo XVIII fue tal vez el peor de toda la historia
Estado Mayor y 4 artilleros. Total: 35 hombres. En colonial. La disminución del monto correspon-
1755 el gobernador Montiano manifiesta que en diente al situado, así como la inseguridad y la
Portobelo no quedaba más que un piquete con 20 forma errática como este llegaba, fue característico
hombres y sus oficiales. de las cuatro primeras décadas del siglo XVIII, si-
En 1761, cuando ya había concluido la renova- tuación que continuó hasta comienzos de la dé-
ción de las defensas de Portobelo por el ingeniero cada de 1760. Dado que los salarios militares, los
Manuel Hernández, en la plaza solo había 197 sol- pertrechos y las reparaciones a los fuertes se cos-
dados, 7 oficiales, 7 sargentos y 2 tambores; aunque teaban con los fondos del situado, al faltar este los
diariamente solo se empleaban 2 oficiales, 3 sargen- contingentes militares efectivos se mantienen muy
tos, 1 tambor, 6 cabos y 68 soldados. Una nota ad- por debajo de las dotaciones nominales, y la capa-
junta a esta fuente advierte que siempre había unos cidad defensiva se reduce a la mínima expresión.
30 hombres enfermos y “a veces todos los oficia- Como resultado, durante este período tuvieron
les”256. Hernández se refiere al parecer solo a la lugar varias sublevaciones de la soldadesca por el
tropa regular, veterana o pagada, pues en la reseña retraso de su paga, y nunca los castillos, fuertes y
que hizo en diciembre del mismo año el coronel reductos estuvieron peor servidos, debido a la
Pedro Joseph de Urrutia, gobernador de Portobelo gran cantidad de bajas que se producían por en-
la “tropa veterana” contaba con 211 hombres (201 fermedad, muerte o deserciones. Siendo que era
soldados, 2 capitanes, 3 tenientes, 3 subtenientes, 8 tan insegura y errática la paga, ocupar un cargo
sargentos y 2 tambores). A su vez la tropa miliciana, militar debió resultar muy poco atractivo en esta
“inclusive los negros de la población de Palenque”, época. No sorprende que las fortificaciones estu-
contaba con 297 hombres. La plana mayor tenía viesen también en pésimas condiciones.
Primeras tropas regulares y milicias
178

Cuando en 1709 el teniente general de Porto- que en cualquier momento ocurrirían nuevas de-
belo Joseph de la Rañeta fue a Panamá para ocupar serciones masivas y motines parecidos al de 1709.
la presidencia en interinidad, “le hallé totalmente Este temor se confirmó el 30 de abril de 1722,
aniquilado por lo que toca a estado militar. La mu- cuando después de realizada la revista, 65 solda-
ralla sin explanadas, sin fosos con que se sigue sin dos se escaparon con sus armas, unos huyeron al
terraplenes; la artillería la mayor parte desmon- monte y otros se refugiaron en la iglesia de Santa
tada por estar las cureñas podridas y sin alguna de Ana259. Es fácil imaginar el temor de las autorida-
reserva, sin más armas que algunas quinientas y des a que ocurriera un ataque enemigo encontrán-
estas ya trabajadas, con una corta porción de pól- dose las defensas en tales condiciones. El cuadro
vora y así todo lo demás”. Debido al hambre que que sigue muestra a qué niveles había quedado re-
acosaba a los soldados por el retraso del situado, ducida la fuerza regular en Portobelo en vísperas
que ya llevaba meses sin llegar, le arrebataban las del ataque de Vernon.
provisiones a los dueños de abastos de Portobelo Hemos visto que aunque desde hacía más de
y Panamá, que vivían permanentemente atemori- un siglo se había estado apelando a las milicias
zados. Ese mismo año, como ya vimos, se produjo para apoyar a las fuerzas regulares, por lo general
uno de los peores motines de la soldadesca, su utilidad había sido cuestionada. Sin embargo,
cuando 86 desertaron en la plaza de Panamá. La las milicias ofrecían varias ventajas desde el punto
Rañeta trató de someterlos pero se defendieron de vista fiscal y de la defensa. En primer lugar, el
con piedras y sables ocasionándole algunas heri- costo de las milicias era mucho menor que el de las
das menores. Alegaban que habiendo llegado plata fuerzas regulares, pues los gastos se limitaban a los
de Perú para la feria en lugar de pagarles sus suel- salarios de la oficialidad, mientras que la tropa mi-
dos atrasados solo se le entregaron migajas. Una liciana era pagada solo cuando era movilizada,
vez sofocó el motín, La Rañeta quiso “diezmar a prestando servicio en las fortalezas y presidios o en
44 soldados” pasándolos por las armas, pero el Ca- algún teatro de guerra. Por otra parte, la existencia
bildo se opuso y finalmente fueron desterrados258. de las milicias permitía contar con una reserva per-
El clima de malestar en la tropa por la falta de manente para suplir las frecuentes bajas que se
pagas continuó y en los años siguientes se temía producían cuando había defecciones de las fuerzas

Tropas regulares nominales y efectivas en Portobelo en el primer tercio del siglo XVIII
(en vísperas del ataque de Vernon)

Cuerpos Nominales Efectiva, Efectiva, Efectiva, Efectiva,


(desde 1672), año 1717 año 1735 año 1736 año 1739
año 1717

Castillo de Santiago 267 80 86 71

Castillo de San Felipe 138 s.d. 65 11

Reducto de San Jerónimo 28 s.d. 27 16

Presidio de la ciudad 83 s.d. 46 16

Total 516 306 a 326 125 224 114

Nota: Los datos proceden de páginas atrás de este mismo capítulo. s.d. = sin datos. Poco antes del ataque de Vernon, la dotación efectiva de las fuerzas re-
gulares había quedado reducida a un 43.41% de la dotación nominal. Pero esta tendencia venía de atrás: en 1707 el Santiago solo tenía 128 hombres y el
San Felipe 100. Para 1739, la “Revista militar” que hizo el 1 de noviembre el teniente general y gobernador interino de Portobelo Francisco Javier Martínez
de la Vega Retes, AGI Panamá 203.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
179

regulares, mientras llegasen refuerzos del exterior, plirlo con respecto [sic, por respeto] a las milicias
y a la vez representaban un numeroso contingente que en número de 364 hombres formaba una bata-
humano que podía ser rápidamente movilizado llón de cuatro compañías de las listas de su pobla-
ante la eventualidad de una amenaza. ción”. Se mantuvieron durante el bombardeo al
Además, el contingente miliciano no solo cons- amparo de los edificios, operando la pequeña ar-
tituía una fuerza de reserva, sino también un venero tillería que tenían a mano. Dañaron una de las ba-
permanente del que podía nutrirse el contingente landras enemigas y evitaron que el enemigo se
regular. Tenemos, por ejemplo que en 1736, de las atreviese a desembarcar, como habían amenazado,
173 plazas regulares existente en el Istmo, 104 co- o como dice Alcedo, “en el caso de poner el ene-
rrespondían a reclutas milicianos, es decir el 60% migo en ejecución la amenaza”261.
del total. Para esa misma fecha, Jorge Juan y Anto- Para Alcedo, las milicias eran “el principal
nio de Ulloa observaban que la guarnición de Por- nervio de las fuerzas de este reino, porque aunque
tobelo estaba formada en su mayor parte de milicias sean menos disciplinadas, son más a propósito
procedentes de Panamá, compuestas de mulatos y para el modo en que se puede y debe hacer la opo-
tercerones. De hecho, por lo menos desde 1744, sición en cualquier insulto o invasión de enemigos,
salvo la oficialidad, la mayor parte de los contingen- por la calidad de los terrenos y orden de la situa-
tes de los fuertes de Chagres y Darién estaban cons- ción”262. Este concepto se fortalecería con los años,
tituidos por fuerzas reclutadas del paisanaje. Esta como ahora veremos. En sus tiempos –década de
tendencia fue acentuándose a medida que avanzó 1740– había en solo la capital, 10 compañías mili-
el siglo, como ahora veremos. cianas con 1,044 hombres. Es decir, una compañía
Pese a que los militares de carrera expresaron más que en 1710 y 354 hombres adicionales. Esta-
durante el siglo XVII muchas reservas sobre la uti- ban constituidas por cuatro compañías de españo-
lidad militar de las milicias, este pobre concepto les: una de europeos a cargo de Juan Chacón, otra
cambió radicalmente en el siglo XVIII y cada vez de criollos a cargo de Nicolás de Justiniano, otra
se les reconoció mayor importancia, incluso más de vecinos de Panamá a cargo de Juan Andrés de
que a la tropa regular. En 1704 encontramos uno Palmas, y otra de forasteros a cargo de Joseph Na-
de los primeros juicios de valor favorables al papel varro Aspuche. Las otras seis eran de gente de
de las milicias en la defensa. Se decía en un docu- color. Una de cuarterones a cargo del capitán Rai-
mento de entonces que era “gente afectiva, de tra- mundo de Torre; otra de pardos libres a cargo de
bajo de quien el teniente general de Portobelo Capitán Blas de Zárate; otra de cuarterones y par-
puede echar mano en todas ocasiones como siem- dos a cargo del capitán Miguel Barsallo; otra de
pre se ha hecho y por la experiencia de que como zambos, a cargo del capitán Juan Sebastián; otra de
leones embisten el peligro y con buen celo en cual- negros criollos a cargo del capitán Alejo Montalvo;
quiera ocasión sirven de mucho y por la práctica y otras dos de bozales libres de Guinea, a cargo del
que tienen de todos los caminos de tierra y entra- capitán Andrés de Ribas, la primera y del capitán
das de la parte del mar”. Esta percepción se fue ge- Joseph Lozano González, la segunda263.
neralizando y autores de prestigio como los En 1736, poco antes de la llegada de Alcedo,
científicos marinos Jorge Juan y Antonio de Ulloa, las milicias de Portobelo sumaban 242 hombres re-
tras recorrer en la década de 1730 gran parte del partidos en tres compañías, una de blancos, de 32
continente, llegaron a destacar la importancia de hombres, otra de pardos y mulatos, con 61 y otra
este cuerpo, incluso en referencias directas a las de morenos libres con 149 hombres. Según Ber-
milicias panameñas260. nardo Gutiérrez de Bocanegra, gobernador de
El propio presidente Dionisio de Alcedo y He- Portobelo, estas milicias carecían de armamento
rrera fue uno de los mayores defensores de los “excepción de tal cual lanza o chuzo” y a su juicio
cuerpos milicianos. Dice, a propósito del bombar- habían servido “más de embarazo que de servi-
deo de Kinghills a Portobelo en 1744, que “ha- cio” pues por la carestía de armas en los castillos
biendo este ofrecido pasar después a batir la no se les podían suministrar. Aunque reconocía
ciudad a robarla y a quemarla, no se atrevió a cum- que su poca utilidad se debía sobre todo a la falta
Primeras tropas regulares y milicias
180

de armamento, en realidad no era justo en su apre- de Kinghills. La compañía de españoles tenía por
ciación de las milicias. Estaba recién llegado al capitán a D. Jacinto González de Corvera; la de par-
cargo y no las había visto actuar. En 1744, cuando dos a Bartolomé de Salazar; la de negros criollos a
atacó Kinghills a Portobelo, el que no sirvió para Domingo Bulerón; la de negros libres de Guinea a
nada fue precisamente él, pues el peso de la defensa Antonio Cevallos. De estas compañías solamente
recayó en las milicias, que tuvieron un desempeño gozaban sueldos un “sargento de cada una de ellas
realmente ejemplar, mientras que a Bocanegra se y además los soldados que para los puestos que es
le reprendió por su falta de iniciativa y sin mo- preciso cubrir se toman a sueldo por no haber tropa
verse de su sitio en lugar de ir al frente de batalla. arreglada”. Al sargento, a razón de 13 pesos por
Más sobre esto en el capítulo sobre el bombardeo mes y a cada soldado a razón de 3 reales cada día
de Kinghills. de sueldo. Esta erogación se tomaba de las Cajas
Más detalle nos ofrece Alcedo y Herrera tanto Reales de Portobelo, pero cuando no había fondos
sobre la indumentaria como las armas de las mili- se esperaba a la llegada del situado de Lima. El su-
cias en todo el país. Dice que la ropa “no era a pro- cesor de Alcedo, Manuel de Montiano, advierte
pósito la veterana ni la europea, sino la del país que el número de soldados milicianos de Portobelo
que vulgarmente llaman de el cotón y pie mon- variaba según la “necesidad”266.
dado, porque no llevan más como vestuario que Montiano habla de la existencia de “milicias
un capisayo de bayeta para el agua ni más calzado urbanas” en Veraguas, aunque no agrega detalles
que unas plantillas de cuero como sandalias para pe- sobre las mismas. Para entonces empezaba a gene-
netrar por los montes sin embarazarse en los ato- ralizarse la práctica de eximir del pago del derecho
lladeros, en las quebradas ni en los espinales”. fiscal de la “media annata” a los oficiales que se
Alcedo parece referirse a las cutarras de nuestros inscribiesen en las milicias como incentivo para
campesinos, cuya fecha de creación se desconoce. aumentar su número. Durante la guerra del
Durante el siglo XVII el calzado que se proveía a Asiento, sobre todo siendo ya inminente la se-
los soldados en campaña eran alpargatas. En gunda campaña de Vernon sobre Panamá en 1742,
cuanto a sus armas, agrega Alcedo, “regularmente cuando el presidente Martínez de la Vega trató de
son el fusil, la lanza, el machete o cuchillo de movilizar las milicias del Interior encontró que casi
monte para rozar los estorbos el quipe a la espalda nadie estaba dispuesto a aceptar el cargo de oficial
con el bastimento y las municiones”264. por lo costoso del puesto, por lo que optó por exi-
En 1744, durante el ataque de Kinghills a Por- mirlos de la “media annata”, y tal vez este fue el
tobelo (como veremos en el capítulo donde trato precedente267. Esta exención se mantenía durante
este tema) la milicia se dividía en cuatro compañías, su sucesor, Alcedo y Herrera, quien trató de supri-
una de blancos con 62 hombres, otra de mulatos con mirla, aunque no sin provocar oposición.
116 hombres, otra de negros criollos con 60, y otra En Veraguas no había ni fortalezas, ni tropa
de negros bozales libres con 126, de modo que la regular. Tampoco en el Partido de Natá donde, a
compañía de blancos representaba el 17% mientras semejanza de la provincia de Veraguas, las milicias
que el resto constituía el 83%, una distribución so- estaban “sobre buen pié”. Montiano atribuye esta
ciorracial que ya era típica de la tropa265. feliz circunstancia nuevamente a la relevación del
En 1756 había en Portobelo 289 milicianos re- pago de la media annata, impuesto que consistía
partidos en cuatro compañías. La de milicianos es- en la entrega de la mitad del primer sueldo anual
pañoles contaba 47 hombres. La de pardos, 118. La a la Corona.
de criollos, 69. La de negros libres de Guinea o sim- El creciente interés geopolítico del Darién
plemente “libertos”, 69. Los milicianos blancos obligó a mantener en esta provincia una perma-
constituían el 16.26%. Los pardos, criollos, y ne- nente vigilancia militar, y en tiempos de Montiano
gros libres, el 88.58%. existía un fuerte de estacas en el Real de Santa
En 1755 las milicias de Portobelo estaban a María, con un “presidio” compuesto por el gober-
cargo del sargento mayor D. Juan Felipe de Salazar, nador de la provincia, un sargento del batallón de
quien ya las había dirigido en 1744 durante el ataque la plaza de Panamá, algunos cabos y soldados del
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
181

mismo, y 32 soldados milicianos. Estos milicianos Pero tanto en la provincia de Veraguas, como en el
gozaban un sueldo de 11 pesos 4 reales al mes cada Partido de Natá, esta circunstancia debió constituir
uno y se les daba además una ración de carne y la excepción, hasta que apareció la amenaza de los
otra de tabaco. En el real de minas de Cana, aun- indios mosquitos, o miskitos, desde mediados del
que ya la explotación aurífera se había abando- siglo XVIII.
nado, se mantenían para su protección 12 infantes Para 1761, como ya se mencionó, la tropa mi-
y 2 artilleros. En Chepigana había un sargento y 20 liciana de Portobelo contaba con 297 hombres y
soldados milicianos cuya paga corría sobre el representaba más del 58.46% del total del cuerpo
mismo pie que el del Real de Santa María268. armado de la ciudad. Para esas fechas ya los fuer-
Como hemos visto, a los soldados milicianos tes que había empezado a construir el ingeniero
se les asignaba una paga “según la necesidad”, es Manuel Hernández estaban en condiciones de ser
decir ocasionalmente, a tenor de las amenazas de ocupados, de manera que desde estas fechas las
ataques enemigos. Esta paga sería regular una vez dotaciones aumentan. También desde estas fechas
se incorporaran de manera permanente a los cuer- se intensifica aún más la organización de las mi-
pos veteranos como el Batallón Fijo o la Compañía licias en todo el territorio del Istmo, creándose
de Artilleros cuando suplían las bajas. Donde las numerosas compañías, batallones y piquetes nue-
erogaciones a las milicias ordinarias debieron ser vos en Natá, en Darién, en Chiriquí y en Vera-
mayores sería seguramente en Portobelo y Darién, guas. El paso siguiente se produce a partir de
dada su mayor vulnerabilidad a las amenazas bé- 1773, cuando las primitivas milicias ordinarias se
licas, debiendo mantenerse permanentemente en transforman en milicias disciplinadas, tema del
pié al menos una cantidad mínima de milicianos. próximo capítulo.

Fuerzas milicianas de Portobelo. Años 1672-1784

Compañías 1672 1683 1702 1736 1744 1756 1761 1784

Compañía de blancos (o “españoles”) 32 47 32 62

Compañía de pardos y mulatos (y “cuarterones”) 61 118 94 100

Compañía de “negros o morenos libres” 149 69 61


(“morenos criollos” o “libertinos”, o “de Guinea”)

Negros “libertinos” 60

Negros “libertinos” de Palenque 50

Totales 100 100 a 120 100 242 364 234 297 162

Nota: En 1736, según el gobernador de Portobelo Gutiérrez Bocanegra, las milicias carecían de armamento “excepción de tal cual lanza o chuzo” y servían
“más de embarazo que de servicio”, pero como vimos su comentario no era justo con este cuerpo. Según Alcedo y Herrera (“Imagen política…”, ya citado)
para 1744 consistían en un batallón de cuatro compañías. La denominación de los cuerpos se puede prestar a confusión pues, como vemos, en la compañía
de pardos y mulatos también se incluyen cuarterones; en la de negros o morenos libros se alude también a ellos como criollos o libertinos de Guinea. La de
blancos aparece también como de españoles. Probablemente en 1784 un buen número de milicianos había sido incorporado a las fuerzas regulares, por lo
que las milicias parecen haber disminuido respecto de los años anteriores. Los datos para 1683 a 1761 proceden de citas anteriores en el texto. Para 1784,
“Estado general que manifiesta la fuerza actual de los cuerpos de milicias disciplinadas de dicha gobernación y comandancia general, según la revista hecha
por el jefe comandante de ellas el teniente coronel don Nicolás Palazuelos”, firmada por el gobernador y comandante Ramón de Carvajal, Panamá, 31 de
enero de 1784, AGI Panamá 360.
Primeras tropas regulares y milicias
182

Notas al capítulo VI 10.VIII.1623, AGI Panamá 34A, No. 55 (capítulo 9 de la


carta).
221
Cf. J. Díez de la Calle, “Libro sexto del distrito de la Au-
208
Para aligerar el texto de citas resumiré en esta nota las diencia y Chancillería Real que reside en la muy noble y
fuentes sobre estadísticas militares. Para 1606-1607, las muy leal ciudad de Panamá de la Provincia de Tierra
Descripciones de Panamá y de Portobelo. Para el siglo Firme […] con lo eclesiástico y secular que hay en él”, año
XVII, sobre todo AGI Panamá 85 a 90; para el XVIII, sobre 1659, citada en el capítulo II.
todo, AGI Panamá 130, 132, 138, 147, 168, 187 y 353 a 222
Carta de infante Mesía al rey, Portobelo, 20.VII.1680, AGI
360. Abundante información se encuentra también en Panamá 95.
la Data de la Contaduría de Panamá y Portobelo. Sobre 223
Esta memoria o lista tiene fecha de Panamá, 21.V.1609,
el situado, además, AGI Panamá 167 y 169. AGI Panamá 46.
209
Remisión del título de maestre de campo de Jorge Calvo 224
“Descripción de la Audiencia”, 1607, p. 203.
por el Consejo de Indias, Madrid, 18.I.1667, AGI Panamá 225
Castillero Calvo (1977, pp. 357-360).
230, legajo 6, folios 130-131r. También, carta de Juan de 226
Ibídem, p. 361.
Solar, secretario del Consejo de Indias, remitiendo el tí- 227
Op. cit., pp. 39-40.
tulo de maestre de campo para Calvo en los galeones del 228
R. C. de San Lorenzo, 23.X.1632, AGI Panamá 89.
príncipe de Montesarcho, pero advirtiendo que se le re- 229
Para las dotaciones militares, Castillero Calvo (1977,
tenga hasta que pague los 6,000 pesos que ofreció para pp. 357-360).
esta gracia, más otros 200 pesos que debía de la con- 230
Ibídem.
dena de la residencia que se le tomó cuando fue alcalde 231
Requejo Salcedo, op. cit., p. 40.
mayor de Portobelo. Madrid, 18.I.1667, AGI Panamá 230, 232
Carta del presidente de la Audiencia, Panamá,
legajo 6, folios 130v-131r. 13.XI.1710, AGI Panamá 178.
210
Descripción de la Audiencia de Panamá, 1607, ya citado, 233
Un estudio exhaustivo sobre este episodio en Castillero
p. 203. Calvo (1992, pp. 171-308).
211
Ibídem. 234
Carta al rey, del Cabildo de Alanje, 30.I.1764, con un exal-
212
Carta del gobernador Juan de Arrola al rey, Villa de Los tado panegírico de las ejecutorias del gobernador, en
Santos, 26.IV.1608, AGI Panamá 29, R. 16, No. 59. AGI Panamá 301.
213
Carta del Cabildo al rey, Panamá, 26.IV.1616, AGI Panamá 235
Cf. Castillero Calvo (1995, capítulo XVIII, p. 379).
30. Firman Juan de Salazar, Manuel Jorge de Prado, alfé- 236
Más sobre este tema, Castillero Calvo (2010, capítulo XII).
rez mayor Agustín Franco, Andrés Cortés de la Serna, Bal- 237
Ver Castillero Calvo (1995, sobre todo el capítulo XVI: “Po-
tasar Cortés de la Serna, Nicolás Martínez Montenegro, lítica borbónica de fronteras”).
Damián Méndez, y el escribano del Cabildo Urbán de 238
Estudio el impacto económico que estas guerras tuvie-
Medinilla. ron en Panamá, sobre todo desde el punto alimentario,
214
Sobre estos personajes, Castillero Calvo (2006, capí- en Castillero Calvo (2010, pp. 235ss).
tulo XII). 239
Carta al rey del presidente Alonso de Sotomayor, Porto-
215
Consulta del Consejo de Indias resumiendo su Probanza, belo, 26.XII.1602, AGI Panamá 15, R. 3, No. 31.
Madrid, 22.III.1632, AGI Panamá 2, No. 18. 240
Compendio y descripción de las Indias Occidentales, en Bi-
216
Carta de Juan López de Cañizares, tesorero de la Real Ha- blioteca de Autores Españoles, Editorial Atlas, Madrid,
cienda del Reino de Tierra Firme y provincia de Veragua, 1969, p. 213.
sobre diversos asuntos tocantes a su oficio, Portobelo, 241
Carta impresa de López de Cañizares al rey, Portobelo,
10.VIII.1623, AGI Panamá 34A, No. 55. (Capítulo 6 de la 10.VIII.1623, copia en The British Library, Spanish Papers
carta). Relating to the West Indies and the Philipines, Depart-
217
Carta de Rodrigo de Vivero y Velasco al rey, Panamá, ment of Manuscripts, Add 13992.
6.VII.1626, AGI Panamá 18, R. 1, No. 14. Ver también R. C. 242
Las referencias que se citan a continuación para la dota-
fechada en Barcelona, 4.IV.1626, AGI Panamá 237, legajo ción de las fuerzas regulares en el Istmo durante el siglo
14, folio 273v. XVII, proceden de distintos legajos del AGI Panamá 85 a
218
AGI Panamá 238, legajo 15, folios 35r-36r. 99. Para los años 1672 a 1715, AGI Panamá 130, 131,
219
Su solicitud al Consejo de Indias y el expediente con la 147,167 a 169, 186 y 187. Para dotaciones en el siglo
información, fechados en Panamá en 1618, en AGI Pa- XVIII, hasta 1812, AGI Panamá 249 a 256, 316, y 353 a 360.
namá 63A, No. 14. 243
Op. cit.
220
Carta de Juan López de Cañizares, tesorero de la Real Ha- 244
Sobre la creación del teniente general de Portobelo y
cienda del Reino de Tierra Firme y provincia de Veragua, su secuela de efectos, sobre todo AGI Panamá 172, 183
sobre diversos asuntos tocantes a su oficio, Portobelo, y 184.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
183

245
R. C. de la reina para Fernández de Córdoba referente a 254
Todos estos incidentes en AGI Panamá 356, 357 y 358.
su carta de 9.III.1672, donde daba cuenta “de las partidas Los cinco últimos los reseña Juan Marchena Fernández
que importaban la defensa y seguridad de este reino y en “Sin temor de rey ni de dios. Violencia, corrupción y
que no es bien por ahora minorar la guarnición de esos crisis de autoridad en la Cartagena colonial”, en Allan J.
presidios en tiempos que son tan necesarios”. AGI Pa- Kuethe y Juan Marchena F. (eds.) (2005, pp. 49-56).
namá 167. 255
Ibídem.
246
“Razón de la gente que tienen de dotación los presidios y 256
Abundante información sobre dotaciones y planas ma-
castillos de la provincia de Tierra Firme”, sin fecha, pero alu- yores durante las décadas de 1750 y 1760 en AGI Pa-
siva a la “última orden del año de 1683”, AGI Panamá 147. namá 356.
247
Relación histórica del viage a la América Meridional, tomo 257
“Estado general de la plaza de San Felipe de Portobelo
I, Madrid, 1748, p. 132. También, Jorge Juan y Antonio de que forma el coronel don Pedro Joseph de Urrutia Ramí-
Ulloa, “Las noticias secretas de América” de Jorge Juan y rez de Guzmán, su gobernador”, Portobelo, 18.XII.1761,
Antonio de Ulloa (1735-1745). Edición crítica del texto ori- AGI Panamá 357.
ginal por Luis J. Ramos Gómez, CSIC, Instituto Gonzalo 258
Carta del presidente Joseph de la Rañeta y Vera, Panamá,
Fernández de Oviedo, Madrid, 1985, tomo I, p. 109. 20.X:1709, acompañada de parecer fiscal del Consejo de
248
AGI Panamá 355. Indias de Madrid, 17.VI.1715, AGI Panamá 123. También
249
“Revista que se pasó a la infantería de este presidio y cas- “Diario de lo sucedido con unos soldados del presidio...”,
tillos...”, el 1.XI.1739, AGI Panamá 203. del sargento mayor de la plaza de Panamá Joseph Corre-
250
Lo referente a las cureñas del San Felipe lo consignan a oso Catalán, Panamá, 3.XI.1709, también con parecer del
propósito del ataque de Vernon Jorge Juan y Antonio de fiscal del Consejo de Madrid, 30.VI.1711, AGI Panamá
Ulloa (1985, tomo II, pp. 514). Para el informe de Gutié- 148.
rrez Bocanegra, AGI Panamá 355. Cursivas mías. 259
“Expediente de autos y cartas sobre sublevación de al-
251
AGI Panamá 355. Cursivas mías. gunos soldados del presidio de Panamá”, con carta del
252
“Imagen Política, Militar Histórica y Geográfica, que re- gobernador Gerónimo Badillo, Portobelo, 29.VII.1723,
presenta el tiempo y la justificación legal de la conducta AGI Panamá 129. También Consulta del Consejo de In-
de Dionisio de Alcedo y Herrera...”, fechada circa 1750, dias de. 15.III.1723, AGI Panamá 106.
AHNM Consejos 20635. Alcedo empezó a escribir el 260
Noticias secretas de América, Ediciones Mar Océano, Bue-
texto mientras se encontraba prisionero en Chepo acu- nos Aires, 1953, pp. 119, 133 a 135 y 142.
sado de irregularidades administrativas y por su com- 261
“Imagen Política, Militar Histórica y Geográfica...” ya
placencia con el contrabando. Al parecer concluyó el citado.
manuscrito en Madrid hacia 1750. Todavía permanece 262
Ibídem.
inédito y lo encontró el autor cuando investigaba para 263
Ibídem. En esta y otras obras suyas, Alcedo ofrece abun-
su tesis doctoral. El Batallón Fijo se había creado por re- dante información sobre la guerra y las defensas de Pa-
glamento desde 1738, lo que contemplaba tener su pro- namá durante su administración.
pio uniforme. (Ver Allan J. Kuethe et ál., 2014, p. 124). 264
“Relación de Panamá y Veragua”, BNM Manuscritos, sig-
Aunque se ignora en qué fecha precisa llegó a consti- natura 20400. Cursivas mías.
tuirse formalmente, ya existía en tiempos de Alcedo y 265
Los datos sobre la composición de la milicia, en declara-
Herrera, o poco antes, en tiempos de Martínez de la ción del capitán Juan Carlos Gutiérrez de Cevallos, ad-
Vega. junta a carta de Alcedo y Herrera para el sargento mayor
253
Detallada relación de esta “sublevación”, en “Diario de lo Salazar, Panamá, 8.VIII.1744, AGI Panamá 362.
acontecido en esta plaza de Panamá, desde la noche del 266
“Relación”, fechada en Panamá, 29.IX.1756, AGI Panamá
20 del mes de septiembre próximo pasado a las 9 y 223. Montiano también ofrece abundantes referencias a
media de ella, hasta las 7 de la de 25 del mismo mes”, fir- las milicias en “Copia de Informe hecho por el goberna-
mada por el gobernador y comandante general de Pa- dor de Panamá al virrey de Santa Fe, con las noticias res-
namá Joseph Blasco de Orozco, Panamá, 5.X.1766. Va pectivas”, Panamá, 12.IX.1756, AGI Panamá 130.
acompañada de otros documentos sobre este incidente. 267
La documentación sobre este tema en AGI Panamá 356.
AGNB Milicias y Marina, tomo 2, folios 673-702. 268
Ibídem.
Primeras tropas regulares y milicias
184

Copia de versión digital del original que se encuentra en la Biblioteca Nacional de España.
CAPÍTULO

El Batallón Fijo y las Milicias


disciplinadas, 1772-1821

Creación de las milicias disciplinadas a paso galopante y a un gran costo, aumentó y re-
y del Batallón Fijo de Panamá formó notablemente la fuerza naval, acrecentó las
dotaciones militares y empezó a regularizar los
Los trabajos ya clásicos de Allan J. Kuethe y pagos y asignaciones de los situados. Además for-
otros han explicado el origen del Batallón Fijo y de taleció sus fuerzas regulares y en lugar de las mi-
las milicias disciplinadas en América, que aquí re- licias de antaño, creo un nuevo tipo de milicias,
sumo269. Durante el conflicto bélico angloespañol mejor organizadas, entrenadas y armadas.
de 1761-1763 (que tuvo lugar durante la guerra in- Para dar marcha a esta profunda reorganiza-
ternacional conocida como guerra de los Siete ción de las defensas, en 1763 fue nombrado el
Años), España sufrió la pérdida de La Habana y conde de Ricla con el cargo de capitán general de
de Manila en 1762. Fueron derrotas humillantes la isla de Cuba, donde tomaría nuevamente pose-
para España y expusieron lo vulnerable que se en- sión de La Habana, que bajo los términos del Tra-
contraban sus defensas. Espoleado por una ur- tado de París era devuelta a España. Como su
gente necesidad de revancha, así como por el asistente principal iría el mariscal decampo Ale-
temor de que los británicos ampliaran sus zarpa- jandro O’Reilly. Bajo la dirección de estos dos es-
zos territoriales en América, y también incitado forzados y experimentados militares en muy poco
por su aliado francés, bajo el llamado Pacto de Fa- tiempo fue reconstruido y fortalecido el ejército
milia, Carlos III se abocó a una profunda revisión regular, llamado también veterano, o Batallón Fijo;
de su estrategia militar. Para hacerlo y de esa ma- y aún más importante, se reestructuró el sistema
nera tratar de recuperar el perdido prestigio inter- de milicias cubano siguiendo pautas ya probadas
nacional de España, inicia una serie de reformas en España y con el nombre de milicias disciplina-
fundamentales con objeto de mejorar el sistema de das. Fueron dotadas con cuadros de oficiales regu-
defensas del Imperio: modernizó las fortificaciones lares, se les dio un entrenamiento miliar sistemático,
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
186

fueron provistas de armas, uniformes y equipo mi- las fortificaciones de América. Tenía amplios po-
litar adecuado, y como estímulo adicional se les deres para hacer estos reconocimientos y a partir
confirieron amplios privilegios corporativos. Se de 1777 empieza su largo periplo en Venezuela,
suponía o esperaba que de esa manera, encontrán- primero en La Guayana, luego en Cumaná, Puerto
dose ya mejor armadas y entrenadas, estarían más Cabello, La Guaira y Caracas. Pasa a la isla Mar-
preparadas para la guerra. Para hacer más efectivo garita, Río Hacha, Santa Marta y Cartagena, y fi-
este proyecto y sustituir de raíz el modelo tradi- nalmente llega a Portobelo a principios de 1779. En
cional de las milicias, el conde de Ricla lo codificó su breve paso por Panamá propuso recomendacio-
mediante el Reglamento para las milicias de infantería nes para reforzar las fortificaciones y diversas me-
y caballería de la isla de Cuba, que redactó en 1764 y didas para mejorar las dotaciones militares.
que fue promulgado en 1769. El mismo plan fue Según los datos que Crame llegó a registrar, la
implantado pronto en la isla de Puerto Rico, dada tropa regular estaba integrada por los siguientes
su gran importancia estratégica en el sistema de cuerpos. Al Batallón Fijo en Panamá (cuya dota-
defensas del Caribe, y entre 1772 y 1773 se hizo lo ción nominal no menciona), le faltaban 200 hom-
mismo en las dos plazas más importantes del vi- bres. La compañía de artilleros, contaba con 100
rreinato de Nueva Granada, Cartagena y Panamá, hombres. Un piquete suelto en Chagres, tenía 29.
donde se introdujo el mismo
Reglamento con algunos cam-
bios y adaptaciones necesa- Dotaciones militares en Panamá según, Agustín Crame. Año 1779
rias. Cuando en 1777 el virrey (recién creadas las milicias disciplinadas)
de Perú, Manuel de Guirior,
hizo escala en el istmo de Pa- Descripción Hombres
namá en camino hacia su des-
tino y observó en la capital las Tropas regulares
maniobras de la milicia dis- Batallón Fijo de Panamá 479 a
ciplinada quedó tan bien im- Compañía de artilleros 100
Piquete suelto del Chagres 29
presionado que solicitó a la
Piquete suelto del Darién 106
Corona que de inmediato se Piquete suelto de Terable y Mandinga 11
introdujera el modelo en Li- Batería de San Jerónimo y ciudad (Portobelo) 300
ma. Pedía que las milicias de Batería de Santiago y casa-fuerte (Portobelo) 160
Lima se organizaran igual Batería de San Fernando y la ciudad (Portobelo) 140
que las de Cuba, Cartagena Total 1,325
y Panamá270.
La tarea, sin embargo, no Milicias disciplinadas
sería fácil, y mucho de su Batallón de blancos de Los Santos 720
Batallón de pardos de Panamá 720
éxito dependía de la capaci-
Batallón de pardos de Natá 720
dad de ejecución de los go- Cinco compañías sueltas de milicias blancas 300
bernantes y militares locales. Siete compañías sueltas de color 530
De esa manera, y para eva- Batallón de milicias urbanas y cuatro compañías
luar los progresos del nuevo de color en Veraguas 1,109
sistema, así como los gastos Total 4,099 b
del aparato defensivo y reco-
nocer el estado en que se en- Notas: a = Los textos de esos años indican que la dotación nominal de este batallón era de 691 plazas,
contraban las fortificaciones, de modo que si faltaban 200 como dice Crame, las existentes serían 479, suma que incluyo en el cuadro.
b
= Según Crame, el total de tropas milicianas ascendía a 5,033, pero de acuerdo a sus propios datos las
fue nombrado en 1778 el in- sumas resultan en 4,099 plazas. De cualquier forma para Crame estas cifras eran simplemente nominales
geniero militar y brigadier cu- y en caso de guerra no llegarían a juntarse más de 3,000 milicianos en todo el reino. Si aceptamos como
correctos los datos del cuadro, el total de fuerzas militares sumaría 5,424 plazas, de manera que las fuerzas
bano Agustín Crame con el regulares representaban el 24.43% y las milicias el 75.57% del total de dotaciones militares del país. Esta
cargo de visitador general de tendencia a favor del número de milicianos iría aumentando con los años.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
187

Pie de dotación de los cuerpos veteranos de artillería, infantería, milicias disciplinadas y


urbanas de la Comandancia General de Panamá en 1784

Cuerpos Compañías Soldados Fecha de creación

Cía. Veterana del Real Cuerpo de Artillería 1 100 1.VII.1760


Batallón de Infantería Fijo de Panamá 9 691 1.VI.1773
Piquete suelto fijo del castillo de Chagre - 30 Se ignora
Compañía suelta fija en la prov. de Darién 1 105 Ídem
Dos partidos de tropa ligera de Chimán 1 80 20.VIII.1778
Batallón de milicias disciplinadas de blancos de Natá 9 720 1773
Batallón de blancos disciplinados de Panamá 5 300 1773
Batallón de pardos disciplinados de Panamá 9 720 1773
Batallón de pardos disciplinados de Natá 9 720 1773
Compañías sueltas de pardos de varios pueblos 4 368 1773
Compañía suelta de morenos libres de infantería de Panamá 1 80 1773
Compañías sueltas de morenos artilleros de Panamá y Portobelo 2 200 1773
Compañías sueltas de morenos urbanos en islas del Rey 2 160 1781
Batallón de blancos y 4 compañías de milicias urbanas de Veraguas 13 1,070 1782
Compañías sueltas urbanas de blancos de Alanje 5 405 1782
Compañías sueltas de pardos urbanas de Alanje 5 405 1782
Total 76 6,154

Fuente: El cuadro lo firma el gobernador y comandante general de Panamá, Ramón de Carvajal, Panamá, 1.III.1784, AGI Panamá 360. Los gobernadores de
las plazas y provincias de Panamá eran los siguientes. Comandante general e inspector de todo el Istmo y gobernador de la capital, el coronel Ramón de
Carvajal; la plaza de Portobelo, el teniente coronel Félix Martínez Malo; el castellano de Chagre, el coronel Miguel Remón; la provincia de Darién, el teniente
coronel Andrés de Ariza; la provincia de Veraguas, el capitán Joseph Palacio.

Otro piquete en Darién, 106. Y otro más en Terable Según Crame, las fuerzas de Portobelo se
y Mandinga, 11 hombres. Pocos años antes se ha- componían al tiempo de su visita de 600 hom-
bían creado las milicias disciplinadas en Panamá bres, repartidos así: 300 hombres en la batería de
y para entonces el número de milicianos había au- San Jerónimo y la ciudad; 160 en la batería de
mentado considerablemente, pues sumaban en Santiago y su casa-fuerte; y 140 en la de San Fer-
todo el reino, según Crame, nada menos que 5,033 nando y la ciudad. Aunque no lo indica taxativa-
hombres. Había un batallón de blancos en La Villa mente, es casi seguro que buena parte de estas
de Los Santos, con 720 plazas. Un batallón de par- dotaciones la integraban fuerzas milicianas. Re-
dos en Panamá, también con 720 hombres. Otro, comendaba que su número se reforzase hasta
igualmente de pardos, en Natá, también con 720 completar 1,000. Sin embargo, una Junta de Gue-
plazas. Cinco compañías sueltas de milicias blan- rra celebrada en Madrid en 1784 no compartía la
cas con 300 plazas. Siete compañías de color con opinión de Crame en cuanto a aumentar esta do-
530. En Veraguas había un batallón de milicias ur- tación. Tampoco recibieron respaldo sus reco-
banas y cuatro compañías de gente de color que mendaciones para mejorar las fortificaciones. La
sumaban 1,109 plazas. Eran, desde luego, datos Junta las había considerado favorablemente al
nominales que no engañaban a Crame, para quien principio, pero al terminar el reciente conflicto
en caso de guerra se completarían, con suerte, no con Gran Bretaña y firmado el Tratado de París
más de 3,000 hombres en todo el reino. en 1783 ya no se justificaban.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
188

En 1784 la Comandancia General de Panamá año, el Batallón Fijo de Panamá tenía 434 hombres
elaboró un detallado cuadro del “estado o pie de efectivos, de los cuales 333, o sea el 76.73%, lo cons-
dotación con que se establecieron los cuerpos vete- tituían “españoles americanos”, es decir reclutas na-
ranos de artillería, infantería, milicias disciplinadas tivos procedentes del cuerpo miliciano.
y urbanas existentes en dicha Comandancia Gene- En otro informe de Carvajal fechado en Pa-
ral...”, con indicación de la fecha de creación de cada namá el 11 de octubre de 1784 “Sobre el estado ge-
cuerpo, los nombres de sus jefes o comandantes y neral actual que manifiesta la fuerza actual de los
la descripción de la “divisa y uniforme que usan”, cuerpos de milicias disciplinadas, según la revista
datos que resumo en el cuadro que sigue. Se trata, hecha por el jefe comandante de ellas el teniente
por supuesto, de la dotación nominal, como ano- coronel don Nicolás de Palazuelos”, el total arro-
taba Ramón de Carvajal, comandante general: “Al jaba 2,626 plazas. Informa de manera muy favora-
batallón veterano fijo de Panamá le faltan para su ble sobre estas milicias: “Se hallan en completo
completo 250 hombres, y 46 a la compañía veterana buen estado de servicio; es tropa de buena calidad,
de artillería, cuyas considerables bajas, no han po- bien instruida y que promete total desempeño por
dido reemplazarse, no obstante las activas diligen- la continuada disciplina que ha recibido durante
cias de reclutar gente en la provincia de Veragua, a la guerra, y la que he dispuesto siga en los propios
consecuencia de la Real Orden expedida para este pueblos, proporcionando que estén prontos a acu-
solo objeto”. De esa manera la fuerza efectiva para dir donde se les llame con la utilidad que se re-
el Batallón Fijo sería de 441 plazas y para el Cuerpo quiere y a este fin se les ha repartido el armamento
de Artillería de 54. En otro documento del mismo que les faltaba”271.

Plano de Cartagena y su puerto. AGI, MP Panama 140.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
189

Divisa y uniformes de los batallones, compañías y piquetes sueltos


de la Comandancia General de Panamá. Año 1784

Compañías, batallones y piquetes Uniformes

Cía. Veterana del Real Cuerpo de Artillería “El mismo que en España usa el Real Cuerpo de Ar-
tillería”.

Batallón de infantería Fijo de Panamá “El de los oficiales, casaca azul, botón blanco, chupa,
calzón, vuelta y collarín rojo, y la tropa uniforme
blanco, vuelta y collarín rojo”.

Piquete suelto fijo del castillo de Chagre “Sin uniforme”.

Compañía suelta fija en la prov. de Darién “Sin uniforme”.

Dos partidos de tropa ligera de Chimán “Gabán azul, sombrero de paja y cucarda, vuelta y
collarín rojo, calzado de alpargata”.

Batallón de milicias disciplinadas de blancos de Natá “Uniforme blanco, botón dorado, vuelta y collarín rojo
y galoncito en este”.

Batallón de blancos disciplinados de Panamá “Uniforme blanco, botón blanco, vuelta y collarín rojo
y galoncito en este”.

Batallón de pardos disciplinados de Panamá “Uniforme blanco, botón dorado, vuelta y collarín
azul”.

Batallón de pardos disciplinados de Natá “Ídem en todo”.

Compañías sueltas de pardos de varios pueblos “Uniforme blanco, vuelta y collarín verde, botón dorado”.

Compañía suelta de morenos libres de infantería de “Uniforme blanco, vuelta y collarín azul, botón do-
Panamá rado”.

Compañías sueltas de morenos artilleros de Panamá “Uniforme blanco, vuelta y collarín verde y botón
y Portobelo blanco”.

Compañías sueltas de morenos urbanos en islas del “Uniforme blanco, vuelta y collarín verde y botón
Rey blanco”.

Batallón de blancos y 4 compañías de milicias urbanas “Sin uniforme señalado por ahora”.
de Veraguas

Compañías sueltas urbanas de blancos de Alanje Ídem.

Compañías sueltas de pardos urbanas de Alanje Ídem.

Nota: La misma fuente que el cuadro anterior. Las imágenes con el diseño de estos uniformes, en la “Relación de los cuerpos veteranos y de milicias de la
provincia de Panamá”, enviada por el virrey de Nueva Granada Antonio de Caballero y Góngora en carta No. 982 a José de Gálvez, de 15.X.1785. El uniforme
del Batallón Fijo fue establecido en el reglamento de su creación de 1738 y era igual al de Cartagena de 1736: tejido de barracán (lienzo de algodón) azul (o
azul de Cuenca, con añiles del oriente ecuatoriano), las vueltas de las mangas de la casaca y cuello de color encarnado, chupa y calzón de lienzo de color
crudo, sombrero de tres picos de color negro con galón plateado y lacillo de seda rojo. Se mantenía igual en 1785. (Datos en AGI Panamá 355, que agradezco
al historiador militar sevillano Juan Marchena). Ver imagen en p. 201.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
190

Ya para entonces cerca de tres cuartos del Ba- El mismo fenómeno se observa en la oficiali-
tallón Fijo estaba constituido por “españoles ame- dad del Regimiento de Infantería de Voluntarios
ricanos”, como lo evidencia el cuadro que sigue. Y Blancos de Panamá y el Partido de Natá en 1806,
esta tendencia continuaría. como lo evidencia el cuadro en la página siguiente.
Los españoles americanos doblan a los de origen
Plazas del Batallón Fijo de Panamá, europeo.
según su nacionalidad. Año 1784 La diferencia entre dotaciones nominales y
efectivas continuaría siendo crónica. En 1785, las
Nacionalidad Cantidad Porcentaje tropas regulares se componían, al igual que en
1779, de tres cuerpos. El Batallón de Infantería
Españoles 50 11.52 Fijo de Panamá, cuya dotación nominal era de 407
Portugueses 4 0.92 hombres, solo contaba en 1785 con 135 plazas
Italianos 47 10.83 efectivas. El Real Cuerpo de Artillería, Compañía
de Panamá, con una dotación nominal de 100
Españoles americanos 333 76.73
hombres, tenía solo 51 efectivos. Los Piquetes
Total 434 100.00 Sueltos de la Compañía Fija del Darién contaban
con 105 hombres, el Piquete Fijo de Chagres, con
Fuente: “Estado que manifiesta la tropa que el expresado Batallón presentó
con justificación de la que se hallaba ausente en el acto de la revista pa- 30 hombres, y la Partida de ligeros de Chimán,
sada por mí como inspector y comandante general del Istmo de Panamá con 80 hombres, lo que totalizaba 215 hombres.
y de todas las tropas”, Panamá, 31.I.1784, Ramón de Carvajal, AGI Panamá Así pues, en 1785 había en el Istmo un ejército re-
360. Según otro “Estado” de la tropa de la misma fecha firmado por Ramón
de Carvajal, entre los españoles 11 eran de Castilla la Vieja, 8 de Castilla la gular integrado por solo 401 hombres, aunque sin
Nueva, 24 de Andalucía, 4 de Galicia y 4 de Aragón. AGI Panamá 261. contar con las fuerzas de Portobelo y Chagres. Si
para entonces había en Portobelo y Chagres las
En cuanto a la oficialidad, se observa también mismas plazas efectivas que, según Crame exis-
una creciente participación de nativos panameños tían en 1779, entonces el total de fuerzas regulares
(o de españoles americanos), como lo evidencia el sería de 1,001.
cuadro que sigue.
El cuadro anterior es solo
una muestra, pero la tenden- Oficialidad del Batallón Fijo de Panamá por país de origen.
cia al predominio creciente de Años 1751-1807 (totales por año)
los oficiales panameños, o de
los “españoles americanos”, es País 1751 Porcentaje 1783 Porcentaje 1807 Porcentaje
característica del período. Así,
en 1788, el 34.60% son oficiales Panamá 3 15.00 15 34.88 26 83.88
panameños (casi como en España 17 85.00 23 53.49 5 16.12
1783). Pero la proporción au-
menta en 1794, cuando consti- Italia – 5 11.63 – –
tuyen el 42.90% –13 oficiales Total 20 100.00 43 100.00 31 100.00
de Panamá y uno de Nueva
Granada, de un total de 28–; Fuente para 1751: “Informe del gobernador y capitán general Manuel Montiano con carta al marqués
todavía ese año los peninsula- de la Ensenada, Panamá, 11.III.1752”, adjuntando libretas de vita et moribus el 31.XII.1751, AGI Panamá
356. Los españoles eran de Galicia, León, Toro, Valencia, Granada, Murcia, Soria, Cádiz, Ceuta y Córdoba.
res son la mayoría, con 14 ofi- Los de Panamá de la capital y de Chepo. Fuente para 1783: Libretas de vida firmadas por el sargento
ciales y el 50%. En 1800, solo mayor Juan Antonio de la Mata y notas del teniente coronel y comandante general de Panamá Cayetano
Jiménez, 31.XII.1783, AGI Panamá 261. Los de España procedían de Barcelona, Tarragona, Melilla, isla
hay 10 oficiales españoles con de León, Cádiz, Astorga, “Andalucía”, León, Valencia, Lugo, Málaga, Granada, Jerez de la Frontera, Gerona
el 37%, mientras que los “es- o Cádiz. Los de Italia, de Roma, Milán, Parma, Turín y Florencia. Los de Panamá, la gran mayoría procedía
pañoles americanos” suman de la capital. Fuente para 1807, “Libretas de servicios del Batallón Fijo de Panamá”, AGNB M y M, tomo
XLV, folios 405-420. Bajo el rubro Panamá había uno de Santiago de Cuba, uno de Santa Fe de Bogotá,
17 y el 63% (de Panamá son la y uno de Guayaquil, que aquí se suman como “españoles americanos”. En la década de 1800 dejan de
mayoría, con 15). aparecer italianos.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
191

Oficialidad del Regimiento de Infantería de de exterminio contra los cunas en Darién. Es evi-
Voluntarios Blancos de Panamá y el Partido de dente que las milicias ya empezaban a suplantar
Natá. Año 1806 a la tropa regular, y que la defensa era cada vez
más un asunto que debía resolverse en el plano
País de origen Total Porcentaje local, con los propios recursos humanos de cada
territorio.
España 10 26.32 Según una “Relación” de las tropas efectivas
Portugal 1 2.63 existentes en el Istmo en enero de 1788, la tropa re-
Italia 1 2.63 gular se reducía a 633 hombres, mientras que las
milicias sumaban 813, totalizando 1,446 hombres.
Total Europa 12 31.58
La cifra de las milicias no correspondía al total de
Panamá 25 65.79 estas en el país, sino a aquellas que recibían sueldo
Nueva Granada 1 2.63 y se habían integrado a los cuerpos regulares para
Total españoles americanos 26 68.42 suplir sus bajas o vacantes. La Compañía de Arti-
Gran total 38 100.00 lleros Veterana, contaba con 57 efectivos; el Bata-
llón Fijo de Panamá, con 350; dos Partidas de
Fuente: “Libro de servicios de los oficiales y sargentos primeros del Regi- Ligeros de Darién, con 80; la Compañías Fija del
miento de Infantería de Voluntarios Blancos de Panamá y el Partido de Darién, con 100; el Piquete del Castillo de Chagres,
Natá, 31.XII.1806”, AGNB M y M, tomo 40, folios 1-47.
con 46. La plaza de Portobelo tenía 107. Las 813 mi-
licias incluían una compañía de artilleros morenos
Las milicias disciplinadas se dividían en seis con 38 plazas efectivas. Es decir, que del total de
grandes cuerpos. El Batallón de Blancos del par- las 1,446 fuerzas que recibían paga, el 52.22% co-
tido de Natá, con 720 hombres. El Batallón de Par- rrespondía a las milicias. El Batallón Fijo, cuya do-
dos del Partido de Natá, con 720 hombres. El tación nominal era de 680 hombres, solo tenía
Batallón del Partido de Panamá, con 720 hombres. efectivos 350 faltándole 330, cantidad que era su-
La Compañía de Blancos y Pardos de Panamá, con plida por las milicias, correspondiéndole a estas el
424 hombres. El Batallón de Blancos de Veraguas, 48.53% del total. La Compañía de Artillería debía
con 729 hombres. Y la Compañía Suelta de la pro- tener 100 plazas nominales, pero le faltaban 43,
vincia de Veraguas “y la de Alanje” (es decir Chi- cantidad que era también suplida por milicianos.
riquí), con 1,164 hombres. Los milicianos de la Para ambos cuerpos veteranos, que debían tener
Compañía de Blancos y Pardos de Panamá estaban 780 plazas, 373 eran milicias. En otras palabras, el
distribuidos en los distintos pueblos que formaban 47.82% de las dos principales fuerzas regulares o
la provincia de la siguiente manera. Había 62 blan- veteranas eran en realidad milicias.
cos y 100 pardos en Portobelo, es decir que prácti- Las tropas del Batallón Fijo estaban reparti-
camente se duplicaba el número de los primeros das por todo el país. En la plaza de Panamá había
respecto del existente en 1761. En Chagres había 133 con los oficiales; en la plaza de Portobelo, 89
40 pardos; en Cruces, 60; en Arraiján había 70 blan- con los oficiales; en el castillo de Chagre, 17 con
cos; 8 en Panamá; 40 en Gorgona; en Pacora había los oficiales. El resto del total de 350 estaban dis-
43 “de todo”, es decir de diversos grupos étnicos. tribuidos en los fuertes de Concepción y Man-
Si aceptamos como buena la cifra de 1,001 dinga, en la provincia del Darién, en Chimán,
para la tropa regular efectiva, la suma de esta y las Chepo, Penonomé y Veraguas. Ese año conti-
milicias totalizarían 5,578 plazas, correspondién- nuaba la guerra contra los cunas, de modo que en
dole a las regulares el 17.94% y a las milicias el el fuerte de Concepción se concentraban 158 mi-
82.05%. No en vano un documento de 1788 decía, licias y 17 tropas del Batallón Fijo. En el de Man-
a propósito del creciente número de milicianos, dinga, 202 milicianos y 17 del Batallón Fijo; en
que estos “suplían la decadente fuerza del Bata- Chimán, 13 milicianos y 47 del Batallón Fijo; y
llón Fijo y Compañía de Artilleros”. Pero este no- para toda la provincia del Darién, 237 milicias y
table incremento se explica en parte por la guerra 48 del Batallón Fijo. Todos con su correspondiente
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
192

oficialidad incluida272. En Dotaciones nominales y efectivas del contingente


cada plaza la superioridad militar del istmo de Panamá. Años 1600-1817
numérica de las milicias era
manifiesta. La compañía de Nominales Efectivas
artilleros estaba concentrada Años Total Regulares Milicias Total Regulares Milicias
en las plazas de Panamá, Por-
tobelo y Chagres. En Man- 1600 304
1607 266
dinga había 4 unidades y 2 en
1608 300
la provincia de Darién. 1616 1,280 c
Según los datos que reco- 1623 420
gió la expedición de Malas- 1632 500 295 1,280 c
pina en 1790, Chagres tenía 1646 700
una dotación ordinaria en 1659 700
tiempos de paz de 50 hom- 1663 605
bres; en Darién la tropa no era 1682 843
del Batallón Fijo de Panamá, 1683 1,240 843
1684 1,734
y tampoco estaba formada
1691 1,162
por fuerzas milicianas, sino 1698 1,803
compuesta por una “guarni- 1702 1,162
ción peculiar a cada puesto 1704 1,483 1,162 321a 920 639 281 a
compuesta de su respectivo 1709 1,197 397 800 a
paisanaje”. Al parecer, el vi- 1710 3,695 963 2,732
rrey Ezpeleta dio una orden 1717 976
el 29 de julio de 1790 según la 1718 1,119
cual se asignaba a Darién una 1730 1,000
1734 397 b
dotación de 201 hombres, dis-
1735 173 b
tribuidos en Yaviza, Chimán, 1736 1,054 1,504 460 1,044
Cana, Real de Santa María, 1744 1,632 850 782
Chepigana, Bocachica y Boca- 1749 865 371 494 280
grande. El cuadro que nos 1751 371 414 118 296
ofrece la expedición Malas- 1753 238
pina el 11 de diciembre de 1768 251
1790 es el siguiente: el Bata- 1776 3,583 593 2,990
llón Fijo de Infantería del Da- 1779 834 5,377 737 4,394
1784 6,094 926 5,168 580
rién, 77; dos partidas fijas del
1785 5,914 1,446 4,468
Darién, 80; y el piquete fijo 1788 5,914 1,446 4,468
del Chagres, 25. Total de la 1789 1,690 851 839
tropa fija: 857. 1790 3,737 857 2,880
En cuanto a las milicias 1794 901
propiamente, había dos bata- 1796 901 601
llones de blancos –uno en Ve- 1803 901 1,933 933 1,000
raguas, otro en el partido de 1809 901 1,933 933 1,000
Natá–, que sumaban 1,440 1817 1,266 548
hombres; y otros dos de par- Notas: a = Ciudad de Panamá; b = No incluye Portobelo; c =Fuerzas milicianas de 1616. El situado de 1682
dos, también de 1,440 hom- solo cubría 701 plazas, pero había 843 efectivas. Nótese el repentino aumento de las fuerzas milicianas
bres. Al parecer, había “cuatro a partir de 1776. Se trata ya de milicias disciplinadas. El fuerte aumento entre esa fecha y 1788 responde
al masivo reclutamiento del paisanaje para formar las milicias que combatirían en la campaña de exter-
compañías sueltas de varios minio contra los indios cunas del Darién. Una vez concluida esta campaña las fuerzas milicias disminuyen,
colores cuya formación se al ser estas menos necesarias.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
193

haya suspendida”. La fuerza militar del Istmo, su- y un Batallón de Pardos de Panamá y Natá, cada
mada la milicia y las fuerzas regulares, totalizaba uno con 800 hombres; una Compañía de Pardos de
3,737 hombres. Panamá y Natá con 100; cuatro compañías e infan-
A partir de 1794, la composición de las mili- tería ligera de Portobelo y Chagres con 400; 7 com-
cias disciplinadas cambian, de conformidad a los pañías de blancos de Veraguas y Alanje con 700 (al
ajustes contenidos en el Reglamento para las milicias parecer luego eliminada); y una Compañía de
disciplinadas de infantería y Dragones del Nuevo Reino Blancos de Portobelo con 79 plazas. Total: 2,879
de Granada, y provincias agregadas a este virreinato273 plazas.
que manda a codificar el virrey José de Ezpeleta Sin embargo, entre 1803 y 1809, las milicias
basado en recomendaciones que había hecho el co- quedan reducidas a 1,000 hombres, equiparándose
ronel Anastasio Zejudo. Se reduce el tamaño de las con poca diferencia a las tropas regulares, para to-
milicias, quedando los efectivos en 800 plazas y se talizar cerca de 2,000 efectivos. Finalmente, a juzgar
elimina el Batallón de Infantería de Veraguas. Se por el extenso capítulo dedicado a las milicias por
crea un Regimiento de Blancos de Panamá y Natá, el contador de Real Hacienda Salvador Bernabeu

Combate de la escuadra de galeones españoles contra cuatro navíos mercantes holandeses


frente a la costa de Barú (actual Colombia), 16.III.1724. AHNM, Estado, legajo 2318.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
194

de Reguart en su “Plan de economía y buena ad- base de un hombre por cada diez pobladores. A
ministración o prospecto al gobierno político, mi- la sazón, la población total del país, según el más
litar y económico para el istmo de Panamá”, reciente padrón, era de unos 63,000 habitantes.
fechado el 30 de diciembre de 1809, ya para esa Las milicias efectivas de ese año –como acaba-
época prácticamente la totalidad de la tropa regu- mos de ver– sumaban 4,394, es decir que repre-
lar estaba constituida por paisanos274. sentaban un 7% de la población. Sumado esto a
la dotación efectiva de la tropa regular, tenemos
un total de 5,377 hombres, lo que hace más del
Porcentaje de las fuerzas milicianas efectivas 8% del total de la población. Si consideramos la
del total de las fuerzas armadas media anual del período contemplado en el cua-
dro, la cual asciende a 2,827 hombres, con rela-
Año Porcentaje ción a una media anual para la población de
digamos 55,000 habitantes, tendríamos que el
1704 31 contingente militar representaba el 5% de la to-
1709 67 talidad del país, lo que equivaldría en nuestros
1710 74 días a mantener en armas a cerca de 200,000
1736 69 hombres. No habría, pues, exageración en decir
1744 48 que nos encontramos en presencia de un país al-
1751 72 tamente militarizado. He aquí una visión bas-
tante distinta a la que estamos acostumbrados y
1776 84
que debe hacernos repensar el estudio de la so-
1779 82
ciedad panameña colonial.
1785 76 Sin embargo, el peso de la militarización no
1788 76 estaría igualmente repartido, pues se concentraba
1789 50 fuertemente en la zona de tránsito. El cuadro si-
1790 77 guiente permite apreciar que en Portobelo, para un
1803 52 a grupo representativo de cinco años, el contingente
1809 52 a militar llegó a contar como media el 50% de la po-
blación, es decir una proporción dos veces mayor
Nota: a = Esta aparente disminución porcentual responde al hecho de que que a comienzos del siglo XVII. En Panamá esta
las cifras que dan los informes militares sobre tropas regulares incluyen a proporción tuvo una media de alrededor del 20%,
milicias que han sido incorporadas a aquellas para suplir sus bajas. En aunque hay que recordar que esa ciudad suminis-
1788, como vimos, ya esta relación era del 52.22%.
traba milicianos a Portobelo y otras partes, lo que
representaba una sangría demográfica aún mayor.
Teniendo en cuenta los datos conocidos, la El peso de esta sobrecarga es más notable si consi-
media anual de las fuerzas regulares en el siglo deramos además la relación existente entre la do-
XVII era de 617 hombres, mientras que en el siglo tación militar y la población masculina: para 1779,
XVIII fue de 696; pero lo que más destaca es el en Portobelo había 793 varones y la población mi-
hecho de que los contingentes armados aumenta- litar ascendía a 707 plazas, es decir que el 89% de
ron sensiblemente gracias al reclutamiento del la población masculina estaba militarizada; para el
paisanaje, es decir del cuerpo miliciano, multipli- mismo período, la proporción era en Panamá de
cando como media anual por más de tres el con- un 63%.
tingente regular. De esa manera, las milicias La defensa del pasaje privilegiado, que no
constituyeron una considerable reserva efectiva podía ser costeado con los beneficios de unas fe-
de gran importancia militar, recayendo sobre el rias ya inexistentes pero tampoco con un situado
paisanaje la mayor parte de la defensa del país. siempre atrasado e incompleto, habría así de re-
Según una fuente militar de 1779, el cuerpo caer sobre los propios habitantes del Istmo. La
miliciano fue estimado nominalmente sobre la esperanza de recompensa, honores, privilegios
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
195

corporativos y una buena paga facilitó la forma- caso éxito, a la explotación de sus otros recursos,
ción del cuerpo de oficiales de la milicia. Los hom- como el oro, las perlas, la madera, el tabaco, la caña
bres más ricos y distinguidos se disputaron el de azúcar para producir aguardiente, o el múrice
privilegio, no exento de ventajas económicas y ho- para tintes, todo lo cual requería abundantes bra-
nores colaterales, para escalar el rango supremo de zos, pero que la guerra permanente con los cunas
la Comandancia General de las milicias, como es sustraía, reduciendo la capacidad productiva del
el caso, para citar los dos ejemplos tal vez más país. Los principales yacimientos de oro y la más
conspicuos del período: Mateo de Izaguirre, escla- abundante y mejor madera se encontraban tam-
vista y comerciante en cacao, conde de Santa Ana, bién en las vecindades del teatro de guerra darie-
único Título de Castilla del Panamá colonial, y el nita por lo que tampoco estos recursos pudieron
coronel Pablo Arosemena, rico comerciante y ser adecuadamente explotados. El estado de gue-
dueño de una goleta que viajaba con frecuencia a rra casi permanente, la movilización de milicianos
Jamaica para comprar harinas y mercancías. para cubrir las plazas vacantes de la tropa regular
Sobre los efectos que en la población tuvo la en Panamá, Chagres y Portobelo, y después en
formación de milicias no faltan testimonios. La Chepo, Terable, Yaviza, el Real de Santa María,
movilización frecuente al teatro de guerra del Da- Cana, Tichichi, Tucutí, Concepción, Mandinga,
rién provocó muchas bajas, despoblando el inte- Caimán, Carolina, todos estos últimos en territorio
rior del país y obligando a dejar abandonados los darienita, y el abandono de los campos con la con-
cultivos. Esto resultó particularmente grave du- secuente baja en los rendimientos, constituyeron
rante el siglo XVIII, siglo de atonía comercial, pues una grave punción demográfica para el Istmo y un
a falta de comercio los habitantes del Istmo hicie- severo freno a su desarrollo económico. El cuadro
ron reiterados ensayos por recurrir, aunque con es- que sigue ilustra la considerable movilización de

Movilización de milicias durante amenazas de indios cuna en Darién


y mosquitos de Nicaragua y Honduras. Año 1780

Destinos Capitanes Tenientes Subtenientes Sargentos Tambores Cabos y Total


soldados

Plaza de Portobelo 7 8 7 21 10 585 616


Castillo de Chagres 2 3 3 6 4 149 159
Batería nueva de Gatún – – – 2 – 19 21
Pueblos de la Gorgona y Cruces 1 1 1 3 1 96 100
para sostener los antecedentes
Puesto de Penonomé 3 8 3 9 3 288 300
Puesto de Chepo con 2 2 4 9 2 189 200
el fuerte de Terable
Puesto de Chimán – – – 2 – 33 35
Provincia de Darién 4 3 1 6 – 173 179
Santiago de Veraguas – – 1 1 – 28 30
Cuerpo resultante en Panamá 15 16 16 54 21 1,304 1,379
Total general existente 34 41 35 113 42 2,864 3,019

Fuente: “Estado general que manifiesta la fuerza militar de la gobernación y comandancia general de Panamá para cubrir sus plazas y más arriesgados
puestos, con inclusión de los establecimientos providenciados para impedir las sorpresas por la mar del norte, y celar igualmente por la del sur, cuanto es
proporcionable al intento, quedando en esta plaza para su guarnición y atendenciones (sic) el cuerpo resultante”, Panamá, 3.I.1780, Ramón de Carvajal (go-
bernador y comandante), AGI Panamá 256.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
196

fuerzas milicianas para las urgencias que surgie- gada a cambiar de planes y a suspender las accio-
ron en 1780, cuando a la vez que se agudizaba la nes, quedando los cunas una vez más dueños de
crisis en Darién con los cunas, y recrudecía la ame- su territorio.
naza de los indios mosquitos de Nicaragua. Refiriéndose a la importancia de la milicias,
Según el anterior “estado”, el comandante señalaba el virrey Mendinueta, en su Relación de
del Batallón Fijo, teniente coronel Cayetano Jimé- Mando a su sucesor del año 1803, que de no haber
nez, se encontraba al frente de “los puestos de sido por ese cuerpo “no podemos adivinar cuál
Chepo y Penonomé”, “no solo para observar y hubiera sido la suerte del Istmo de Panamá, si los
mantener aquel importante puesto y el fuerte de enemigos hubieran determinado atacar; es cierto
Terable, sino también para procurar el estableci- que sin las milicias habría estado enteramente in-
miento de vigías con escala, hasta descubrir defenso”. El propio Mendinueta, así como otras
desde la cordillera la Punta de San Blas y ense- fuentes, alude con claridad al decisivo papel de las
nada de Mandinga por la mar del note, desmon- milicias en Panamá y otras partes del virreinato,
tando línea recta desde Chepo la parte de sobre todo en Cartagena, durante la guerra de 1797
inaccesible monte que se necesite para esta ope- a 1801, y al costo en vidas humanas a causa de las
ración, empleando en ella la misma tropa, y la movilizaciones. Pocos años antes, desde 1770, los
parte del pueblo que interesa en causar imposibi- proyectos de colonización del Darién por el virrey
lidad a los insultos de los indios del Darién, a arzobispo Caballero y Góngora para frenar el pe-
cuyo efecto le acompaña un ingeniero que deberá ligro indígena, obligaron a movilizar fuertes con-
después ocuparse en descubrir y facilitar el paso tingentes milicianos hacia ese destino, por falta de
desde Chepo a Chimán, diligencia importantí- tropa regular. Muchos hombres que fueron trasla-
sima al cumplimiento de las órdenes de su majes- dados junto con sus familias del interior de Pa-
tad para seguridad de aquella frontera”. El namá a los fuertes de Carolina, Mandinga,
teniente coronel Félix Martínez Malo mandaba el Concepción y Caimán, jamás regresaron, lo que
segundo de Penonomé “con el preventivo desig- fue señalado por los contemporáneos como causa
nio de defender aquella entrada si los enemigos de la despoblación del país.
intentasen algún desembarco en Coclé, playa ex- El gobernador y comandante general de Pa-
puesta también en el norte y contener por aquella namá, José Domas y Valle, respondía el año 1791,
parte los indios mosquitos, socios de los ingleses, cuando ya llevaba cinco años en Panamá, a un
y para la mejor construcción de vigías o atalayas novel y mal informado contador de nombre Juan
en que citan las guardias avanzadas, como para de León y Páez, quien proponía eliminar el situado
guardar la comunicación al sur menos distante y restaba importancia a las milicias. En defensa de
que por la parte de Chepo, he comisionado al ca- estas Domas y Valle escribía: “Ellas defendieron su
pitán de ingenieros don Ciriaco Galluzo, al exa- patrio suelo en tiempo de la guerra [se refería a la
men del territorio y pasos más arriesgados de él guerra contra los cunas] sin que mi antecesor pre-
para el establecimiento iniciado con acuerdo del tendiese otra tropa de afuera, en medio de que Su
referido don Félix Martínez Malo”. Majestad se la ofreció, española o francesa, del
Las avanzadas de los mosquitos fueron dete- Guárico o de la Habana, previniendo a los genera-
nidas, y nunca lograron atacar Penonomé, Natá o les de uno y otro distrito le dirigiesen el contin-
Santiago. En 1805 tuvieron la osadía de atacar gente de fuerzas que se necesitaba. Solo pidió
Santa Fe, pero de ahí no pasaron, y desde entonces caudales para acuartelar dos batallones de pardos,
dejaron de representar una amenaza. La historia y completar el Fijo de esta plaza. De aquí se puede
con los cunas fue más compleja. En la campaña de inferir si son imaginarias las milicias y si también
exterminio a sangre y fuego, las fuerzas españolas lo han sido en el sacrificio que se hizo de ellas en
(junto con las milicias locales) habían logrado so- los nuevos establecimientos del Darién, donde ha-
meter la resistencia, pero por razones ajenas a la biendo perecido más de mil hombres de heridas y de mi-
campaña y debido a la crisis internacional que pro- seria merecieron el más particular elogio de Su
vocó la Revolución francesa, España se vio obli- Majestad y muy laudables alabanzas de varios
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
197

jefes que las hicieron distinguir de las de Carta- en defensa todos los puestos en que está dividida
gena. Bien testigo es de tan innegable prueba el tan corta tropa, mayormente careciendo de las for-
señor don Antonio de Arévalo y otros muchos ofi- tificaciones necesarias al intento y sería indispen-
ciales de graduación”275. sable el recurso de las milicias”. Continúa
Lo anterior no solo destaca la gran importan- destacando la importancia de las milicias “que
cia de las milicias y la aprobación de que gozaban. desde luego considero muy útil y aún del todo ne-
También sugiere que la campaña contra los cunas cesario en este Reino, donde es costosa, difícil y di-
se hizo básicamente con fuerzas locales compuesta latada la conducción de regimientos de España, y
en su mayoría por milicias de pardos y que más de muy frecuente su deserción, a que no es fácil poner
un millar murieron en ella. Con razón la población freno por lo abierto de la tierra y abrigo que en-
del país se resintió. cuentran los desertores en los habitantes”277. Pero
En las ciudades de Panamá y Portobelo, las bajas del Batallón Fijo no solo se producían por
donde era más fácil hacer la conscripción que en deserciones, sino también por enfermedad y
el Interior, observamos efectivamente un decreci- muerte, de manera que el Fijo nunca estaba com-
miento demográfico entre 1779 y 1803, es decir du- pleto, siendo necesario que sus bajas las cubrieran
rante un período de fuertes levas: Portobelo, con las milicias y de allí su importancia como lo evi-
1,796 pobladores en 1770, desciende a 1,663 en dencian los cuadros incluidos en este capítulo. Esta
1780; Panamá, que tenía 7,831 habitantes en 1790, situación ocurre cuando la gran campaña contra
disminuye a 7,244 en 1803. los cunas y los mosquitos estaba a las puertas.
Obsérvese que en el cuadro anterior no apa- ¿Cómo se les habría hecho frente sin las milicias?
recen las dotaciones asignadas a los fuertes de Por- La situación del pie de fuerza de las tropas re-
tobelo. Esto se debe a que tras las reformas gulares las registra el virrey José de Ezpeleta en su
iniciadas en 1772-1773, su guarnición consistía “en Relación de mando de 1797, como se observa en la
los contingentes que se remiten de Panamá”, segu- página 199.
ramente sacados del Batallón
Fijo y de la Compañía de Ar-
tilleros276. Lo anterior sugiere Porcentaje correspondiente a los contingentes milicianos
que estos destacamentos de- y regulares de la población de las ciudades de Panamá
bían ser muy variables, según y Portobelo. Años 1704-1809
si había o no amenazas exter-
nas. Páginas más adelante el Panamá Portobelo
virrey agrega que según el re- Población Población Población Población
ciente estado remitido de Pa- (E) militar (E) militar
namá en 1772, el Batallón Fijo
Años Total Total % Total Total %
solo contaba con 593 plazas
efectivas (faltando por tanto 1704 7,143 1,197 17
86 de la dotación nominal),
número a su juicio “muy es- 1736 1,250 466 37
caso”, ya que debían distri- 1744-48 7,175 744 10 1,259 664 53
buirse “en Chagres, Darién,
1759 1,300 726 61
Chepo, Chimán, y sostener
las invasiones de indios, 1761 1,148 698 60
cuando solo Portobelo nece- 1779 7,201 2,138 32 1,796 707 39
sita de tres Compañías”. Y
1784 7,201 1,551 22
concluye: “De modo que sería
imposible en una repentina 1803-09 7,244 1,516 21
declaración de guerra acudir
oportunamente a mantener Nota: (E) = Estimado a base de censos contemporáneos.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
198

Las fuerzas militares de Panamá tras la creación de las milicias disciplinadas y del Batallón Fijo

Cuerpos 1772 1779 1785 1789 1794 1799 1803 1806 1807 1809

EJERCITO REGULAR
Batallón Fijo de Infantería 679 679 407 a 679 679 488 a 688 679 484 a 548 a
Compañía de Artillería 100 100 51 a 100 100 100 90 150
Infantería Ligera de todos 46 80 a
80 80 80 80 82
colores (Chimán)
Destacamento de Chagres 30 a 46 50 29 29 29
Compañía de pardos 105 a 109 109 109 109 109
de Darién del Sur
Subtotal 779 825 673 1,014 1,018 806 988 1,049

MILICIAS DISCIPLINADAS
Batallón de pardos de PA 720 720
Compañía de morenos de PA 80
5 compañías de blancos de PA y PO 300
4 compañías de pardos de PA y PO 308
2 compañías de artillería de 200
morenos de PA y PO
Batallón de pardos de NA 720 720
Batallón de blancos de NA 720 720
Compañía suelta de blancos 424
y pardos de PA
Batallón de blancos de VA 729
Regimiento de blancos de PA y NA 892 800 800 800
Batallón de pardos de PA y NA 893 800 800 800
Compañía de pardos (artillería) de PA 100 100 100 100
4 compañías de infantería ligera 360 400 400 400
de PO y Chagres
7 compañías de blancos de VA y AL 700 (E)
Compañía de blancos de PO 70

Subtotal 3,048 2,945 2,100 2,100 2,170


Totales 3,873 3,959 3,118 3,097 3,219

Fuentes: Allan J. Kuethe (1979), tablas 1, 4, 6, 9, 11, 13, pp. 191-217. Para 1785, AGI Santa Fe 604. Para tropas regulares, el mismo año, informe del gobernador
de Veraguas Juan Antonio de la Mata, Panamá 28.III.1785; para tropas milicianas, carta del gobernador de Panamá, de la misma fecha.

Notas: a = Dotaciones efectivas; PA = Panamá; PO = Portobelo; NA = Natá; VA = Veraguas; AL = Alanje; (E) = Eliminada. Las demás cifras corresponden a las
dotaciones nominales. En 1772 esta el Batallón de Murcia. Este fue reemplazado por el de Nápoles. Para 1803, Relación de mando del virrey Pedro Mendinueta
(Germán Colmenares, 1989, tomo III, p. 138). A partir de 1794 el cuadro muestra una composición distinta de los cuerpos milicianos, lo que debe a los ajustes
al pie de fuerza establecido por el Reglamento para las milicias disciplinadas de Infantería y Dragones del Nuevo Reino de Granada, y provincias agregadas a
este virreinato del virrey Ezpeleta.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
199

Pie de fuerza regular en Panamá, según el virrey José de Ezpeleta en (circa) 1797

Cuerpo Pie de fuerza Observaciones

Batallón Fijo 693 Tiene nueve Compañías de setenta y siete hombres. “Es im-
portantes por cuanto lo es su destino, en donde no hay otro
Cuerpo veterano”. “Por desgracia está muy falto de gente, y
haciéndose la recluta en el mismo país, no puede jamás
tener su completo, por estar bastantemente disminuida la
población. De otras partes del Reino es de mucha dificultad
y costo enviarle reemplazos (además de que en ninguna
parte sobran) y de España ha mucho tiempo que no le viene
un hombre”.

Compañía del Darién del Sur 109 “Gente de color de aquel distrito, propia para su objeto, que
no podría desempeñar tan bien otra clase de tropa, pues
tan presto usan del remo y canalete como del fusil y del ma-
chete, para rozar y derribar los matorrales del monte de
cuyas sendas y veredas tienen larga práctica”.

Dos partidas sueltas de Chimán 80 “De la misma clase que los de la antecedente Compañía y
con igual objeto”.

Piquete Fijo del castillo de Chagres 54 Los comanda un teniente. La ventaja de tener allí una “resi-
dencia perpetua” es que evitaba tener que enviarles reem-
plazos del fijo de Panamá.

Cía. de Artilleros veteranos 100 (?) “Le faltaba gente, y se ha mandado que de los 360 hombres
destinados a aquel Batallón [el fijo] se escojan los necesarios
para completarla”.

Total 1,036 Este total corresponde al pie de fuerza nominal

Fuente: Relación de mando de José Ezpeleta, en Germán Colmenares (1989, tomo II, pp. 287-289).

El nuevo virrey, Pedro Mendinueta, no es- cias. Así lo expresa en su Relación de mando de
taba conforme con la reducción de las milicias 1803: “Las milicias no son en nuestra América un
propuesta por su antecesor Ezpeleta, ya que no problema en cuanto a su utilidad, supuesto que
tenía dudas de su importancia, no solo para fre- según el estado actual de tropa veterana, nadie
nar a indios hostiles sino también contra poten- puede dudar la precisión de servirse de ellas, si-
cias extranjeras. Cuando asume el mando en quiera para completar las guarniciones en
1797 nuevamente, España e Inglaterra estaban en tiempo de guerra. Si no hubiera sido por este re-
guerra y la isla de Trinidad había caído en manos curso, habría caído Puerto Rico en manos de los
enemigas. (En 1796 se iniciaba otra guerra anglo- ingleses, que lo invadieron el año 97, y aunque
española que se extiende hasta 1802). Dadas no podemos adivinar cuál hubiera sido la suerte
estas circunstancias y basado en su experiencia de Cartagena e Istmo de Panamá si los enemigos
(venía de Cuba, donde vivió de cerca la aplica- hubieran determinado atacar estos puntos, es
ción de las reformas militares) no le quedaban cierto que sin las milicias habrían estado entera-
dudas sobre la necesidad de revitalizar las mili- mente indefensos”278.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
200

Propuestas militares de un virrey, un teniente, dos subtenientes, dos sargentos pri-


un contador y un cura en vísperas meros, dos sargentos segundos, dos tambores, seis
cabos primeros, seis cabos segundos, y 82 solda-
de la Independencia (1803-1814) dos”280. Pero este fue otro plan que nunca se
aprobó.
Pese a las halagüeñas palabras del virrey Respondiendo a la objeción de algunos mili-
Mendinueta, lo cierto es que en los primeros lus- tares de que sería imposible mantener el Batallón
tros del siglo XIX, al menos por lo que respecta a con 1,200 tropas completo respondía: “¿de dónde
Panamá, tanto las tropas veteranas como las mili- sale la gente de que se componen los cuerpos de
cias disciplinadas pasaban por una etapa de des- milicias que hay que poner al sueldo porque el Ba-
composición. En su Relación de mando de 1803 el tallón Fijo nunca tiene completa su fuerza? Todos
virrey Mendinueta hace referencia a su proyecto son naturales de este istmo”. Así venía sucediendo
para crear en el istmo de Panamá una compañía desde hacía un cuarto de siglo. Pero no se hacía
urbana de caballería, “de cuya especie no había ilusiones. “A pesar del gran número de mozos hol-
tropa alguna en aquellos parajes, y un Batallón de gazanes sin estado, oficio, ni ocupación útil de que
Infantería con 800 plazas en la Provincia de Vera- abunda en este Reino de Tierra Firme, o goberna-
guas, que por considerarlo conveniente propuse se ción de Panamá, jamás se ve completo su Batallón
pusiese en pie de disciplinado o provincial; pero Fijo, y así es necesario cubrir la falta con milicianos
en la Corte no han contestado”279. Como se recor- de los voluntarios blancos del Regimiento de In-
dará, su antecesor Ezpeleta había eliminado este fantería de la Villa [de los Santos] y Batallón de
batallón en 1794. Cabe suponer que el proyecto de Pardos de Natá con visible perjuicio de la agricul-
Mendinueta no pasó de allí, pues no hay indicios tura y de la sociedad”.
de que fuese aprobado. Para este cáustico y celoso funcionario de Ha-
En cualquier caso, las primeras pistas de de- cienda gastar plata en las fuerzas armadas (tanto
cadencia entre los regulares y las milicias proceden veteranas como milicianas) era un verdadero des-
del ya mencionado contador de Real Hacienda Sal- pilfarro: “Ningún caudal de la Caja entrego con
vador Bernabeu de Reguart. Para agosto de 1809, más repugnancia y sentimiento que aquel que se
cuando redacta su informe, el Batallón Fijo –que distribuye a los cuerpos militares de esta guarni-
estaba según él compuesto por ocho compañías de ción, pues veo que a pesar de los centenares de ta-
fusileros y una de granaderos, que “jamás se ven legas que el erario consume en mantenerlos, no
completas”–, “solo constaba de 516 plazas”. Le pa- tiene el Estado un soldado y defensa porque ni son
recía excesivo el número de oficiales que dirigía soldados los que hay ni tienen disciplina militar
ese “puñado de hombres”. Además del tambor para poder serlo”.
mayor, dos pífanos, un cabo y seis gaitadores, tenía Lo peor era que para cubrir las plazas regula-
18 sargentos, 16 tambores, 55 cabos, de modo que res era necesario sustraer cada vez más brazos del
para comandar los 417 soldados propiamente campo, con la consecuente disminución de la pro-
había que pagar a 9 capitanes, 9 tenientes, 9 subte- ducción agrícola y el daño general a la economía.
nientes, un comandante graduado de coronel, un Mencionaba como ejemplo que en la reciente su-
sargento mayor, un ayudante mayor y dos subte- blevación independentista de Quito, el virrey de
nientes abanderados “que hacen por todo 32 ofi- Santa Fe había ordenado enviar desde Panamá 200
ciales”. Para Bernabeu “el perjuicio que resulta al tropas a Guayaquil, de las cuales 100 eran milicia-
erario de este desarreglo, no necesita demostración nos, los cuales había sido “necesario arrancar de
porque se viene a los ojos”. sus labranzas”. Que se sepa, sería la primera vez
Bernabeu proponía que en lugar de lo ante- que se enviaban tropas panameñas a teatros de
rior, el batallón “o cuerpo fijo”, deberá estar for- guerra de otras partes de América. No se sabe
mado por 1,200 plazas efectivas, y lo comprendían cuántos regresaron vivos, si es que volvieron. Años
“una compañía de granaderos y once fusiles de a más tarde, y ya en pleno huracán de la insurgencia,
100 hombres cada una en esta forma. Un capitán, se enviarían dos cuerpos más, una hacia el Chocó
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
201

Batallón de blancos de Natá, Compañías sueltas de blancos Compañías sueltas de pardos de Panamá
circa 1785. de Panamá y Alanje, circa 1785. y las de Veragua y Alanje, circa 1785.
AGI, MP Uniformes 106. AGI, MP Uniformes 108bis. AGI, MP Uniformes 109bis.

Batallón Fijo de Panamá, Batallones de pardos de Compañías de morenos artilleros


circa 1785. Panamá y Natá, circa 1785. de Panamá, circa 1785.
AGI, MP Uniformes 111 ter. AGI, MP Uniformes 107. AGI, MP Uniformes 110 ter.

y otra a Santa Marta, ambas comandadas por ofi- En cuanto a las tropas regulares, según Ber-
ciales panameños, José de Fábrega y José María nabeu, era tal la indisciplina, el relajamiento de
Remón. ¿Por qué no enviar oficiales españoles si las costumbres, el vicio del alcohol, el juego y las
su misión era reprimir alzamientos de otros ame- mujeres, que podía decirse que el rey no tiene
ricanos? Como es obvio, ya las circunstancias y la “un soldado que pueda llamarse propiamente
época eran distintas. tal”. Su opinión no era mejor cuando se refería a
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
202

las milicias, que aconsejaba suprimir del todo: napoleónicas? ¿Cómo habría podido enviar solda-
“Sería conveniente la extinción absoluta de la mi- dos a cada una de las numerosas plazas militares
licia que más bien debiera llamarse indisciplinada, que tenía en sus colonias si apenas tenía hombres
que no disciplinada”. Es evidente que los mejores para defender su propio suelo patrio? De hecho
tiempos de este cuerpo, cuando mantuvo a raya la esta situación ya existía desde mediados del siglo
amenaza indígena durante la década de 1780, ya XVIII, como lo evidencian los textos de los con-
se habían olvidado. Si lo que afirmaba Bernabeu temporáneos ya citados, así como los cuadros re-
era cierto, cabe conjeturar que desde aquellos años producidos en páginas anteriores, cuando tres
y a falta de nuevos retos o estímulos, en el último cuartos de las fuerzas de defensa ya eran milicias.
cuarto de siglo las milicias disciplinadas se habrían No se trataba de una política deliberada o calcu-
ido lentamente degradando. lada por parte de los estrategas peninsulares.
Aunque es cierto que las milicias ya inspiraban
plena confianza para asumir la defensa, también
lo es que España no podía seguir enviando sufi-
cientes hombres para cubrir las plazas america-
nas, que desde las reformas borbónicas eran cada
vez más numerosas.
Para los años inmediatamente anteriores a la
Independencia carecemos de suficientes “estados”
detallados sobre la dotaciones militares como los
que hemos examinado para las décadas previas.
Pero aunque la información escasea, lo que se ha
conservado permite proponer algunas explicacio-
nes a ciertos hechos críticos del período. Cualquier
consideración debe tener en cuenta, además, que
las circunstancias no son las mismas cuando en oc-
tubre de 1813 las tropas francesas capitulan en
Pamplona y el 29 de diciembre Napoleón obliga a
su hermano José a que abdique de la Corona espa-
ñola. Liberado de su exilio en febrero de 1814, Fer-
nando VII regresa a España y en marzo recupera
el trono. Con la retirada de Napoleón del escenario
peninsular, España vuelve a estar en condiciones
de retomar la campaña de reconquista de los terri-
torios rebeldes de América.
Para empezar, debe destacarse que debido a
Retrato del conde de Santa Ana, circa 1765. Autor anónimo. Comer- la estratégica posición geográfica de Panamá, Es-
ciante en esclavos y cacao, patrocinador de la iglesia de Santa Ana, paña no podía permitirse abandonarla a su propia
dueño del primer edificio de piedra en la plaza de Santa Ana, donde suerte y mantenerla mal defendida, y además era
residía y tenía sus almacenes. Fue decisivo en el control del motín
la ruta por la que debían transitar las tropas que
de soldados de septiembre de 1766. Instituto Nacional de Cultura.
iban al sur del continente a defender el territorio
contra la creciente insurgencia, de modo que sería
La otra circunstancia que destacaba Bernabeu inevitable que en Panamá existiera una importante
era que para 1809 la casi la totalidad de la tropa presencia militar durante las guerras de Indepen-
regular la constituían milicianos. ¿Pero cómo no dencia. Y cabe razonablemente pensar que una vez
iba a ser así, si entre 1808 y 1814 España estaba España se liberó de Napoleón y pudo reemprender
atrapada en su propia guerra de Independencia y el plan de reconquista de sus colonias rebeldes, se
batalla tras batalla era humillada por las fuerzas hicieran esfuerzos para mejorar las condiciones de
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
203

sus fuerzas leales, como eran sus Batallones Fijos Cortes de Cádiz y derogara la Constitución Polí-
y sus cuerpos de artilleros y de milicianos. tica de la Monarquía. Al clausurarse las Cortes
En primer lugar, en Panamá se encontraban quedaba Cabarcas desempleado, en una posición
las fuerzas tradicionales. Existía, por un lado, el de desamparo y lejos de su tierra. Aunque es muy
Batallón Fijo de infantería veterana, la Compañía probable que Cabarcas simpatizara con los princi-
veterana de Artillería y varios cuerpos de milicias pios fundamentales de la Constitución, no por eso
disciplinadas de blancos, negros y pardos libres. dejaba de ser devotamente fiel a la Corona y dis-
Tropas veteranas y bisoñas se encontraban distri- taba mucho de ser independentista, como lo reve-
buidas por todo el país, aunque concentradas lan este y otros escritos que dejó.
sobre todo en tres puntos: en la capital, en el sis-
tema fortificado de Portobelo, y en el fuerte de San
Lorenzo del Chagres. Desde el punto de vista mi- Gráfica del ejército regular
litar era más ostensible, sin embargo, la presencia Plazas efectivas
de algún batallón peninsular con una fuerza no-
1,400
minal de unos 400 hombres. La mayoría se acan-
tonaba en la capital, mientras que el resto se
enviaba a Portobelo, al San Lorenzo del Chagres o 1,200
a otros sitios estratégicos. En 1772 había llegado el
Batallón de Murcia, que luego sería reemplazado 1,000
por el Batallón de Nápoles. El Batallón Albuera
llega en 1818 a Santa Marta con 549 efectivos para
800
combatir a los insurgentes de Cartagena. Pero
antes había pasado por Panamá, donde se detuvo
bastante tiempo (aún se encontraba allí en diciem- 600
bre de 1814). Sus soldados llegaron tan desprovis-
tos de todo, que en Panamá se les suministró parte 400
de la paga, además de pertrechos y hasta unifor-
mes, que costearon las damas de la élite local.
200
En este punto del análisis es oportuno citar el
“Plan descriptivo de seguridad para el Ystmo de
Panamá que propone el doctor don Juan José Ca- 0
1608 1646 1682 1718 1753 1790 1817
barcas, maestre escuela dignidad de aquella cate-
dral, al excelentísimo señor don Miguel de Años

Lardizábal, ministro [universal] de Indias”, fir-


mado en Madrid el 2 de junio de 1814281. Cabarcas Es muy probable que Cabarcas redactara este
era cartagenero y gozaba de gran predicamento en texto para llamar la atención hacia su persona (una
la élite panameña, que lo elige en medio de tumul- práctica muy extendida en la colonia), aspirando
tuosas elecciones como diputado a las Cortes de tal vez a que se le diera algún cargo en la Península
Cádiz mientras Fernando VII se encontraba en el o en Panamá y, por qué no, acaso para disipar sos-
exilio. Cuando Cabarcas llega para ocupar su es- pechas de que fuera constitucionalista o insur-
caño ya se había promulgado la Constitución Polí- gente. En el ambiente reinante de “caza de brujas”
tica de la Monarquía Española, en cuyos debates que se desató tras el retorno del rey “felón”, podía
participó activamente otro panameño, José Joa- temerse cualquier cosa, y su texto le habría podido
quín Ortiz y Gálvez. servir de escudo. No debe olvidarse que su desti-
Cabarcas, que era un hombre mesurado de natario, Lardizábal y Uribe, era monárquico recal-
pensamiento y maneras, redacta este “Plan Des- citrante y que mientras se debatían las Cortes
criptivo de Seguridad” apenas semanas después gaditanas, siendo diputado por Nueva España (de
de que el 4 de mayo Fernando VII disolviera las donde era oriundo), hizo todo lo que pudo por
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
204

preservar los derechos de Fernando VII, llegando contra toda tentativa que en la crisis presente y en
a sostener que la soberanía no residía en el pueblo lo sucesivo pudiera acometerle”, decía refiriéndose
sino en el rey, por lo cual fue juzgado y desterrado a la insurgencia en Cartagena, Santa Fe, Caracas y
de las Cortes en 1810. Estando en el destierro re- Nueva España. Las fuerzas beligerantes de estos
dactó un famoso “Manifiesto” donde exponía su países, escribe, “sin mucho esfuerzo, siguiendo los
punto de vista, por lo que las Cortes ordenaron deseos que han manifestado los primeros, pueden
quemarlo en la plaza pública de Cádiz y le conde- atacar y asaltar todos los puntos de su defensa ex-
naron a muerte, aunque luego se le conmutó la terior y tomar la plaza de Panamá”. Y continúa:
pena por destierro. Dado que el texto de Cabarcas ¿Cuál sería “el dolor de todos los habitantes de Pa-
iba dirigido a un personaje que defendía tales namá al ver abatida y subyugada aquella lealtad
ideas radicalmente monárquicas y en una posición envidiable, aquella fidelidad sin límites, y aquel
tan elevada como era la suya, ya que era ministro entusiasmo y heroico valor con que se decidió en
Universal de Indias, no debe descartarse la posibi- defensa y adhesión a la justa causa de la Penín-
lidad de que fuese una movida no desprovista de sula?”. En el estado de “cuasi total abandono” en
oportunismo político y de astucia. Tampoco debe que se encuentra el Istmo, aseguraba, “está ex-
descartarse la posibilidad de que lo hiciera de ma- puesto, por tanto, a ser presa de cualquiera que se
nera desinteresada y de buena fe. Todos estos son dedique o empeñe a tomarla”.
imponderables muy difíciles de resolver. Se refiere luego muy brevemente el estado en
Su “Plan descriptivo de seguridad para el que se encuentran las fortificaciones. Las de la ca-
Ystmo de Panamá” es una reflexión sobre la situa- pital “son bastante irregulares” y podían ser “to-
ción en que se encontraban las defensas locales en madas si son atacadas por el sur”. La principal
medio de la crisis independentista de las colonias, defensa eran Portobelo y Chagres, “que forman el
y contiene un conjunto de proposiciones militares principio de su defensa exterior”, aunque estaban
para que el país pudiese hacerle frente a estas ame- necesitadas de “reformas y refacciones”. Es todo
nazas. Llama la atención que para la misma época lo que dice.
sean un funcionario de Hacienda, como Bernabeu, Obviamente, para Cabarcas es más impor-
y un miembro del Cabildo catedralicio, como Ca- tante ocuparse de los cuerpos armados, empe-
barcas, los que elaboran este tipo de propuestas re- zando por el de artillería. Consta, dice, de dos
formistas para el ejército. Tal vez la mayor compañías, una veterana de blancos y otra de par-
diferencia entre ambos textos sea que Cabarcas dos libres, y se conservaban “en un pie regular”.
tuvo acceso cercano al ambiente de guerra durante El problema es que estas compañías debían ser dis-
la ocupación napoleónica, donde se enteró de las tribuidas para cubrir Portobelo y el castillo de Cha-
ventajas que tenían las armas inglesas para el com- gres, que por ser “muy malsanos [...] aniquilan de
bate, o la eficacia de la guerra de guerrillas, y como tal modo la compañía veterana de blancos, que
buen observador que era, tomó nota de ello para rara vez se halla completa, y los pardos son los
hacer sus propuestas, como ahora veremos. únicos que sufren estos temperamentos por tener
Cabarcas empieza por destacar la gran impor- una constitución más fuerte y análoga a la ardentía
tancia estratégico-militar de Panamá: “El Ystmo de del clima”. Abonando en las ventajas de los par-
Panamá es el punto más interesante de ambas dos, agrega que “el servicio que hacen es tan pun-
Américas” por lo que sin “pérdida de momentos” tual como el de los veteranos y la aptitud para el
debían procurarse “todos los medios que estén al manejo del cañón en nada cede a los demás”. Pro-
alcance [...] para conservarlo”. Reconocía que su ponía que la compañía de pardos artilleros se tu-
condición de abandono se debía a los propios pro- viese siempre completa “considerándose en la
blemas internos que recién habían agobiado a la clase de veterana como la otra de blancos, llevando
Península. Pensaría que desaparecida ya la ame- mensualmente su prest bajo la ordenanza rigurosa
naza napoleónica, España podría ocuparse mejor del mismo cuerpo”, de esa manera “podría con-
de la defensa de Panamá. Su plan es sencillo y su tarse con dos compañías de artilleros completas y
intención era defender y asegurar “su importancia en estado de ser útiles en todo caso”.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
205

El Batallón de Infantería Fijo de Panamá es- campos”. (También esto era señalado por Berna-
taba compuesto, dice Cabarcas, por “una compa- beu de Reguart). Se dificultaba formar este cuerpo
ñía de granaderos y de diez de fusileros, cuya “por su corto vecindario para completar el Regi-
fuerza debe componer 600 plazas”. Sin embargo, miento” y debido a que era difícil reunirlos, por lo
agrega, “se halla en tal absoluta decadencia que no que proponía que “se formase y estableciese en
es creíble su presente estado”. Lo explica recor- Santiago de Veragua [...] donde abunda la gente y
dando que se produjo una disminución de 200 tro- sin perjuicio de sus labores podrá completarse e
pas cuando se enviaron contra los insurgentes de instruirse fácilmente [...] existiendo allí la plana
Quito, más otros 100 que se enviaron al Chocó (a mayor y entonces contaba esta provincia con un
cargo de José de Fábrega) “para contener aquel ve- cuerpo del que podía valerse para su defensa”.
cindario inquieto”, y la compañía de granaderos En cuanto al Batallón de Pardos Libres, “se
que fue remitida a Santa Marta (que estuvo co- encuentra en la misma decadencia y abandono
mandada por José María Remón). ¿Quiere esto [...] siendo la gente mejor y más a propósito para
decir que todas las tropas que se enviaron a Quito, la guerra [pero] no puede contarse con ella por
el Chocó y Santa Marta se dieron de baja, o que no su indisciplina”. Se mantenían “constantemente
regresaron nunca? De esa manera, continúa, quedó algunas compañías sobre las armas para la guar-
“tan arruinado que aún no puede cubrir útilmente nición de Panamá”, pero el gasto era excesivo y
los destacamentos de Portobelo, Chagres, Chimán sin mayores resultados. Además, esta fuerza
y Darién del Sur, mucho menos prestar la fuerza sería inútil si la plaza es atacada debido a su falta
necesaria para la guarnición de la plaza, sin pasar de disciplina.
en silencio”. Para solucionarlo, Cabarcas propone Concluía pesimista este apartado. “Esta es la
“que se determina que de las diez compañías de miserable situación que presenta aquella intere-
fusileros, sean cinco de blancos y cinco de pardos, santísima plaza de Panamá. Esta es la débil fuerza
de otro modo será un batallón de oficiales y sar- para defenderse. Esta, en fin, entre muchas que no
gentos sin tener a quién mandar, causando un deben ocultarse aún a los menos advertidos, lo que
gasto sin provecho y el Istmo sin la defensa que a muy pocos esfuerzos del extranjero o de los infi-
necesita”. (Lo mismo decía Bernabeu de Reguart). dentes, les proporciona para posesionarse de su
Si este “proyecto no fuese posible”, proponía esta- punto”. Dada esta situación extrema, y basándose
blecer en Portobelo dos compañías veteranas de en el conocimiento que tenía del país, Cabarcas
pardos con oficiales y comandante del ejército. propone que “en lugar del Batallón de Milicias
“Estos harán el servicio [...] con más provecho por Pardas debe formarse un Batallón Veterano de Tro-
la natural dureza que tiene esta clase de gentes”. pas Ligeras con la fuerza de 400 plazas dividido
Si se hace de esa manera, el Batallón Fijo de Pa- en cuatro compañías al cargo de su comandante,
namá “no tendrá que enviar destacamentos a un sargento mayor, dos ayudantes un abanderado
aquella plaza, ni el dolor de perder las compañías y tres oficiales por compañía. La tropa deberá ser
enteras, como sucede con frecuencia”. “También de la gente que más abunda en aquel país, que son
podría adoptarse que de aquí [es decir de España] zambos, mulatos y mestizos porque es la única y
fuesen cuatro compañías de cien hombres cada más aparente para la clase de servicio a que debe
una para regenerar aquel Batallón”. Como no constituirse”. Tal vez sea la primera vez que un
había en Panamá “jefes comandantes y sargentos texto destaque con tanto énfasis la superioridad
mayores, sería necesario enviarlos de la Península de los “pardos” para la guerra. El problema era
a fin de que instruyan y organicen aquel cuerpo”. su indisciplina.
Su siguiente punto es el Regimiento de Mili- Y agrega una proposición novedosa, de la
cias Disciplinadas. La de infantería de blancos “es que se habría enterado por los golpes de mano
casi nominal”, vale decir que existía más en el que le propinaron a las tropas napoleónicas gue-
papel que en realidad. “Existen los oficiales y un rrilleros famosos como Juan Martín Diez, el Em-
corto número de plazas compuesto de gente sin pecinado, Francisco Chaleco, Espoz y Mina y
instrucción y muy precisa para el cultivo de los varios otros: “Su táctica deberá ser de línea con la
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
206

completa instrucción de la de guerrilla, para la de- Esta aspiración autonómica en lo militar era
fensa que la situación local de las márgenes del río muy cónsona con otros proyectos de la élite pana-
de Chagres y la escabrosidad del tránsito, desde meña durante la crisis independentista y desde que
Cruces a Panamá, ofrecen tan ventajosamente, que en 1810 se regó como pólvora el movimiento “Jun-
parece imposible que cubriendo este cuerpo los tista” tras el exilio de Fernando VII. El autonomismo
puntos indicados, con buena disciplina no impi- panameño se manifestó de diversas maneras. Pri-
dan los progresos de cualquier enemigo”. Era la mero, las autoridades se rehusaron a aceptar las rei-
primera vez que se planteaba para Panamá esta teradas invitaciones que le hicieran los centros
forma de la hoy denominada guerra asimétrica. rebeldes de la Nueva Granada para que se les
Luego continúa con las armas que debían em- uniera, aún bajo amenaza de que se le retiraría el si-
plearse. Proponía que “todo armamento debía tuado. El situado dejó de enviarse, pero Panamá
comprarse en Inglaterra, debiendo ser el fusil persistió en su negativa. En medio del caos reinante
corto, como lo usan las tropas ligeras de los ingle- y encontrándose Nueva Granada desangrándose en
ses, y un pequeño sable que tenga el principal uso guerras de insurgencia, era natural que Panamá tra-
para abrir veredas y desmontar, con otros objetos tara de velar por sus propios intereses de manera
que exijan las circunstancias”. Debió inspirarse en independiente. Así por ejemplo trató de crear un
lo que observó de las tropas inglesas cuando bata- Juzgado Privativo del Comercio, o Consulado inde-
llaban junto a los españoles contra Napoleón, en- pendiente del de Cartagena. ¿Pero cómo no desear-
contrándose el propio Carbarcas en España. lo si Cartagena ya había roto con España y el Istmo
Cabarcas confiaba que “estando organizado este seguía siendo fiel al monarca? En medio de la crisis
cuerpo puede asegurar que será el verdadero ba- se trasladaron a Panamá las sedes de la Audiencia
luarte y defensa de la importante plaza de Pa- y del virreinato de Nueva Granada, pero inmedia-
namá”. Con estos cambios “en muy breve tiempo tamente el Cabildo pretendió, en otro gesto de rea-
se hallará aquella plaza en pie de defensa respeta- firmación autonomista, que los litigios que antes
ble”. Le parecían que hacerlo “era muy fácil y po- ventilaba la Audiencia fuesen resueltos por el Ca-
sible y nada gravoso”. bildo de Panamá, lo que por supuesto creó vivas
Plantea entonces lo que sería una de las gran- fricciones entre ambos cuerpos.
des aspiraciones de la élite panameña en los lus- En el caso de la creación de la Capitanía Ge-
tros siguientes, hasta la Independencia: la neral que proponía Cabarcas, subyacía también
conversión del país en Capitanía General. Según una fuerte aspiración autonomista. Panamá había
Cabarcas una fuerza militar como la que propo- sido Capitanía General desde los tiempos de
nía “nada adelantaría [...] si el jefe militar del Alonso de Sotomayor en 1597. Pero al periclitar su
Istmo quedase dependiente del capitán general importancia comercial y militar desde mediados
del reino”, es decir de Nueva Granada, con sede del siglo XVIII se suprimió la Audiencia y la Capi-
en el lejano Bogotá, distante “como 700 leguas”. tanía General, siendo el último en ocupar ambos
Se trataba de un tópico añejo que había ocasio- cargos Manuel Montiano. Desde entonces quedó
nado múltiples quejas y protestas desde que Pa- el Gobierno en manos de un gobernador y coman-
namá formó parte del Nuevo Reino de Granada dante general como máxima autoridad, mientras
en 1739. Con razón decía Cabarcas que “teniendo que los gobernadores de Veraguas, Portobelo y Da-
que aguardar resoluciones tan pasivas y distantes rién, le estarían subordinados. Sin embargo, desde
en los casos que ocurran, es aventurar cualquier un comienzo los gobernadores provinciales estu-
providencia y exponer la seguridad de esta pro- vieron constantemente disputándole al coman-
vincia”. La conclusión era lógica: “Por todo ello dante general su autoridad, que este pretendía
creo conveniente que se erija en Capitanía Gene- ejercer sobre todo el territorio panameño. En 1812
ral, independiente de Santa Fe, [y] quede de este al virrey Benito Pérez, residente temporal en Pa-
modo asegurado el objeto que me propongo y namá debido a la caída de Bogotá en manos rebel-
eludidas todas las esperanzas de los que ambicio- des, se le da el título de Capitán General, pero esto
nan la llave de las Américas”. no era lo que aspiraba Cabarcas ni la élite local, ya
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
207

que recibía el título en tanto que virrey, y una vez neral por derecho propio y con sede en el propio
abandonara Panamá (si lo hacía) se lo llevaría con- país, para que de esa manera quien ocupase el
sigo. (Esto nunca sucedió pues Pérez murió ines- cargo ejerciera con mayor eficiencia el mando de
peradamente cuando se disponía a abandonar el las fuerzas locales contra eventuales enemigos.
país tras haber renunciado al cargo de virrey, por Se ignora cuál fue la reacción de Lardizábal
lo que el asunto persistió). El objetivo de Cabarcas cuando recibió el texto de Cabarcas, aunque, dadas
era que el Istmo dejase de ser una comandancia y las convulsas circunstancias del momento, cabe
gobernación de segunda, sujeta a la muy distante dudar de que hiciese algo en favor suyo o de que se
Santa Fe, y se le diese categoría de Capitanía Ge- interesase por sus propuestas de cambios militares

Cuerpos militares del Istmo, según el plan de “seguridad” de Juan José Cabarcas. Año 1814

Cuerpos Compañías Total Observaciones de Cabarcas

Cuerpo de artillería Una de veteranos 200 (?) “Se conservan en un buen pie regular”. Pero como se reparten
blancos. Una de entre Panamá, Portobelo y Chagres y estos lugares son malsa-
pardos libres nos “aniquilan la compañía veterana de blancos”. “Más resisten-
tes e igual de aptos son los artilleros pardos, cuya compañía
debe estar siempre completa y reconocérseles como vetera-
nos, de manera que serían dos compañías completas”.

Batallón Fijo de Una de granaderos, 600 “En absoluta decadencia que no es creíble su presente es-
Infantería de Panamá diez de fusileros tado, sin embargo son buenos sus oficiales y los que se han
hallado en el caso han acreditado aptitud y valor”. Se habían
producido varios cientos de bajas por haber sido enviados
recientemente contra la insurgencia de Quito, Chocó y
Santa Marta.

Regimiento de Milicias “Es casi nominal. Existen los oficiales y un corto número de
Disciplinadas de Infan- plazas compuesto de gente sin instrucción”, y son muy ne-
tería de Blancos cesarios en el cultivo de los campos. Cabarcas propone que
el Regimiento se establezca con su plana mayor en Santiago
de Veraguas, donde había más población.

Batallón de Milicias de No dice “Se encuentra en la misma decadencia y abandono [...]


Pardos Libres siendo la gente mejor y más a propósito para la guerra
[pero] no puede contarse con ella por su indisciplina”.

Ibídem Cuatro compañías 400 Sustituirlo por un Batallón Veterano de Tropas Ligeras con
(pero modificado) 400 plazas en cuatro compañías, con un comandante, un
sargento mayor, dos ayudantes, un abanderado y otros ofi-
ciales por compañía, y la tropa compuesta como zambos,
mulatos y mestizos por “ser la gente que más abunda en
aquel país”. Usarían armas de factura inglesa como el fusil
corto y un pequeño sable. Este cuerpo sería “el verdadero
baluarte y defensa de la importante plaza de Panamá”.

(Capitanía General) Cabarcas proponía para que la defensa fuese realmente


efectiva y según su “plan de seguridad”, que el Istmo debía
elevarse al rango de Capitanía General.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
208

en Panamá. De cualquier forma el año siguiente, el 1819 (es decir un mes antes del informe De Diego),
18 de septiembre de 1815, se extinguió el Ministerio decía faltarle al Batallón 244 hombres y tener efec-
Universal de Indias y Lardizábal quedó como con- tivos solo 545. Las fuerzas efectivas debían ser pues
sejero de Estado, una posición de mucha menor au- muy variables283. O alguno de los dos mentía.
toridad e influencia. Finalmente cae en desgracia El hecho es que a un mismo tiempo, entre 1816
en 1816 al oponerse al matrimonio del rey con su y 1818, se encontraban en Panamá los Batallones
sobrina María Isabel de Braganza, infanta de Por- Albuera y Cataluña, hasta que finalmente el pri-
tugal, y fue desterrado de la Corte. Como era de es- mero marchó a Santa Marta para combatir la insur-
perarse, el plan de Cabarcas nunca se aplicó en gencia. Panamá gozaba durante esos años de gran
Panamá. Alejandro Hore y José de Fábrega, los úl- bonanza comercial y podía permitirse fuertes gas-
timos gobernantes de Panamá del período colonial, tos para atender a las necesidades de tanto soldado
nunca fueron capitanes generales sino gobernado- veterano, pero como quiera que sea, tenerlos en
res y comandantes generales. Finalmente, una vez media ciudad, paseándose por las calles y sin duda
se independiza Panamá en 1821 la idea de crear con aire ufano por haber expulsado a Napoleón (el
una Capitanía General ya no tenía ningún sentido Batallón Albuera había peleado nada menos que en
y por supuesto el tema se olvidó. la batalla de Bailén, la primera derrota en campo
abierto que sufrió el corso en toda su carrera), sin
El Batallón Cataluña: 1816-1821 duda debió crear mucha tensión social, aunque este
es un tema que nadie ha estudiado.
Una nueva etapa surge con la llegada del Ba- En principio estos batallones debían ser reno-
tallón Cataluña. Partió de Cádiz el primero de vados cada dos o tres años y, en ambos casos, tanto
marzo de 1816 y arriba a Panamá hacia mediados su oficialidad como buena parte de su tropa, había
del año. Según certificación de su primer coman- sido probada en los teatros de guerra de Europa,
dante, Isidro de Diego, fechada en Panamá el pri- sobre todo en la reciente guerra de Independencia
mero de diciembre de 1819, salió de la plaza de de España, donde se luchó contra las tropas de Na-
Cádiz con 592 fusiles y bayonetas, inclusos 200 fu- poleón entre 1808 y octubre de 1813, cuando los
siles que recibió del Real Almacén de aquella ciu- franceses capitulan en Pamplona.
dad. El vestuario de la tropa también se hizo en Además, a Panamá se enviaban con frecuencia
Cádiz por cuenta de la Real Hacienda. Su bandera tropas peninsulares cuyo destino final era Ecuador
databa de 1813. Pero ya en Panamá no tardarían en o Perú, que por falta de embarcaciones disponibles
producirse bajas por deserción, muerte y enferme- debían permanecer durante semanas en el país, ge-
dades. El 17 de julio de 1817 tenía un total de 379 neralmente en la capital. O bien se trataba de noti-
efectivos, aunque su pie de fuerza nominal era de cias inquietantes que hacían referencia al envío
784 plazas. En 1819 contaba con 777 fusiles y otras desde España de grandes cantidades de soldados
tantas bayonetas, todos de buen servicio. “Las cajas para sofocar la insurgencia, como la que afirmaba
de guerra y cornetas de ordenanzas también están que desde Panamá se dirigía a Perú el 6 de febrero
en buen estado”. Para la fecha del informe “estaban de 1817, consistente en una expedición de 20 mil
acuartelados”. En esa misma fecha había cuatro hombres al mando de Enrique O’Donnell, conde
soldados enfermos, un tambor, ocho cabos, y 56 de La Bisbal. O aquella, también para esas fechas,
soldados, todos “enfermos calenturientos” (¿ataca- que hacía referencia a las órdenes del virrey de
dos de malaria?)282. Habían muerto seis, y deser- Perú de que se enviasen embarcaciones a Panamá
tado 10, total 16. Se le habían incorporado 13 de para “recibir mil hombres de tropa que se esperan
otros cuerpos, de los cuales tres desertaron, total allí de la Península de principios de marzo convo-
16. En esa fecha la “fuerza efectiva” (en realidad yados por la fragata de S.M. Sabina”284. Es más, el
nominal) era de 784 hombres, aunque “falta para 25 de noviembre, apenas tres días antes de la In-
el completo 296”, es decir que solo había activos dependencia, en la gaceta Miscelánea del Istmo de
488 hombres. En la revista que hizo el tesorero de Panamá, se anunciaba que desde Cuba se enviaban
Hacienda, José Vallarino, el 15 de noviembre de 400 tropas procedentes de la guarnición de Florida.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
209

“Batallón de Infantería 1a de Cataluña, 2° Ligero”


“Recado que manifiesta la fuerza efectiva con que se halla el citado Batallón hoy día de
la fecha con expresión de los destinos ausentes y los que quedan en este”. Año 1817

Destinos Soldados propiamente Totales


(sin la oficialidad o plana mayor)

Fuerza efectiva 359 502


Fuerza agregada 6
Total 359 508

Destinos donde se distribuyen las plazas del Batallón:


Portobelo 78
Cruces 10
Chagres 26
Darién y Chimán 12
Total repartidos entre Portobelo, Cruces, Chagres, Darién y Chimán 101 129
“Quedan presentes en este destino” (Panamá) 258 379

Fuente: Firmado en Panamá, 24.VII.1817, por Isidro de Diego, primer comandante, y José de Santa Cruz, segundo comandante. AGI Cuba 743. Su pie de fuerza no-
minal era de 784 hombres, pero como se aprecia en el cuadro, ya en 1817 había quedado reducido a 508 efectivos, es decir que solo contaba con el 64.79%.

El Batallón Cataluña fue el último cuerpo ve- Al igual que con anterioridad, Panamá con-
terano que envió España con destino a Panamá. El taba con una “Compañía fija veterana de artille-
cuadro anterior revela las dotaciones efectivas que ros”, compuesta por 50 unidades incluida la plana
tenía el Batallón recién llegado a Panamá. Ya para mayor (con capitán, subteniente y sargentos). Ade-
entonces tenía una considerable cantidad de bajas. más contaba con otras 52 plazas milicias de artille-
De hecho, nunca tuvo completa su fuerza, que- ros destinados a la ciudad de Panamá y 41
dando esta generalmente reducida al 60%, e in- Portobelo: total: 143. Estas tres últimas eran co-
cluso menos, de su dotación nominal. mandadas solo por cabos. El cuerpo miliciano se
Según esta fuente, el Batallón Fijo tenía, además muestra en el cuadro de la página siguiente.
de los dos comandantes, dos ayudantes (1° y 2°), un En 1819, el segundo comandante general de
abanderado, 12 capitanes, 16 tenientes, 9 subtenien- Panamá don Juan Domingo de Iturralde, envió de-
tes, 35 sargentos, 18 tambores y un tambor mayor, 11 talles fisonómicos de 93 soldados con información
cornetas, 57 cabos, un cirujano (don Joaquín Morro), de talla, color, pelo, ojos, nariz, forma del rostro y
y 359 soldados, de manera que el total de efectivos si sabían leer o escribir, etc., del Piquete Fijo de in-
suman 508. Del total de 508 efectivos, 129 (inclu- fantería del castillo de Chagres, de la Compañía de
yendo 101 soldados) eran distribuidos en Portobelo, infantería fija del Darién, del Batallón de Pardos li-
Cruces, Chagres, Darién y Chimán, de manera que bres de Panamá y su Provincia. La lista no es com-
en la capital permanecían 258 soldados para un total pleta pero se pueden extraer datos precisos de 93
de 379 efectivos incluyendo la oficialidad285. El total individuos de los distintos cuerpos con el resul-
de efectivos se encuentra incluso por debajo de los tado en la página siguiente.
que tenía en la década anterior, y en poco tiempo Aunque la muestra del cuadro anterior es in-
quedarían reducidos a cerca de 400 plazas como re- completa puede considerarse bastante representa-
sultado de las frecuentes bajas. Un alto porcentaje (el tiva. La media ponderada arroja una altura para el
28.20%) (lo que solía ser causa de disgusto y malestar conjunto de 5 pies 2¼ pulgadas. Sorprende la baja es-
para Bernabeu y para Cabarcas) estaba constituido tatura de los soldados (al menos de acuerdo a los es-
por la oficialidad, tambores, cornetas, etc. tándares actuales), ya que 58.06% mide entre 5 pies
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
210

Compañías sueltas de milicias disciplinadas en el istmo de Panamá. Año 1817

Cuerpos Plana mayor Soldados Total

Regimiento de milicias disciplinadas de Panamá 1 coronel; 1 sargento mayor; 7 capitanes; 740 881
7 tenientes; 10 subtenientes; 141 entre
sargentos, cabos, tambores etc.

Batallón de pardos libres de Panamá 1 ayudante; 9 capitanes; 6 tenientes; 662 808


9 subtenientes; 146 sargentos, cabos,
tambores, etc.

Cuerpo de cazadores de Portobelo 1 capitán; 2 tenientes; 1 subteniente;


y márgenes del Chagres 1 sargento; 1 cabo; 2 tambores - 4

Total 1,693

y una o dos pulgadas, y el 73.26% entre 5 pies 3 murió en Madrid durante el alzamiento de 2 de
pulgadas. La totalidad son “pardos”. Pero no debe mayo de 1808 no medía más de 5 pies de altura.
olvidarse que eran igual de bajos algunos de los De hecho la tendencia dominante de los ejér-
grandes líderes militares de la época como Bolívar citos de Francia y España era la corta estatura, no
(5 pies, 4 pulgadas, o 1.62 m), o Napoleón (5 pies, muy diferente a las milicias panameñas. Los volti-
2 pulgadas, 4 líneas, o 1.63 m según su autopsia), geurs de Napoleón eran los más bajos y medían
y que el duque de Wellington, héroe de Waterloo, 1.59 m; los cazadores 1.62 m, los fusileros 1.65 m
era aún más bajo que el corso. Incluso el gran vi- de promedio. Solo los granaderos eran más altos
cealmirante Horatio Nelson era bastante bajito. con 1.74 m de promedio. Pero la talla media del
Luis Daoiz y Torres, el gran héroe sevillano que soldado francés era de cinco pies una pulgada. El
propio Alejandro Hore, comandante general de
Panamá, era un hombre menudo, de corta estatura
Talla de soldados de varios batallones y Compañía y de “apariencia bastante insignificante”. La altura
de milicias disciplinadas de Panamá. Año 1819 de nuestros soldados podía muy bien equipararse
a los del ejército más temible de la época.
Altura en pies, líneas Cantidad Porcentaje El Resumen siguiente revela, no obstante, que
y pulgadas el pie de fuerza efectivo era inferior al de la década
de 1790, cuando solía rebasar las 3,000 plazas. El
5 pies 2 2.15 Batallón Cataluña Expedicionario se haría célebre
5 pies 1 pulgada 27 29.03 por el papel crítico que desempeñó en el desenlace
independista de 1821, ya que hay razones para sos-
5 pies 2 pulgadas 27 29.03
pechar que la irritación popular que provocaban
5 pies 3 pulgadas 16 17.21 sus violaciones y atropellos, contribuirían a excitar
5 pies 3-4 pulgadas (o 3.5) 18 19.35 la voluntad independentista. Desde 1820 se había
5 pies 4 pulgadas 1 1.08 convertido en una fuerza represiva y hostil a la po-
blación, desde que, contra la voluntad popular,
5 pies 6 pulgadas 2 2.15
gran parte de su oficialidad se rehusara a juramen-
Total 93 100.00 tar la Constitución Política de la Monarquía Espa-
ñola. Esta Constitución había sido jurada en todas
Fuente: Se encuentra en correspondencia del virrey de Nueva Granada de
1819 a 1820, con documentos sobre la tropa de Panamá y del Batallón Ca- las capitales provinciales del Istmo en 1812, donde
taluña Expedicionario, AGI Cuba 743. sus principios liberales se habían dado a conocer
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
211

Resumen de fuerzas regulares y Batallón Cataluña se encontraba atrincherado en


milicias en Panamá. Año 1817 las murallas de la ciudad apuntando con cañones
al arrabal de Santa Ana.
Cuerpos Total En este contexto conviene mencionar que entre
1816 y 1820 la tropa acantonada en Panamá estaba
Batallón Cataluña Expedicionario 508 al mando del mariscal de campo Alejandro Hore,
un veterano militar fogueado en varias batallas con-
Compañías veterana y miliciana de artilleros 143 tra las fuerzas napoleónicas en la Península, a quien
el propio Fernando VII había encomendado disol-
Regimiento de milicias disciplinadas,
ver por la fuerza las Cortes de Cádiz, donde se
Batallón de pardos libres de Panamá y
cuerpo de cazadores de Portobelo y Chagres 1,693 había promulgado la Constitución286. Para encar-
garle una misión semejante, debía gozar de la con-
Total 2,344 fianza real, y cabe asumir que el propio Hore la
habría cumplido de buen grado, es decir por no
Fuente. Ver cuadros anexos a la Relación de mando del virrey Francisco Mon- simpatizar con las Cortes ni con la Constitución.
talvo. En: Germán Colmenares (1989, tomo III, pp. 338ss).
Tanta presencia militar, presente o en tránsito,
era excesivamente desproporcionada para la es-
casa población del país. Hacia 1810, fuentes distin-
ampliamente y despertado una general simpatía tas registraban una población para todo el Istmo
en la población. Pero la Constitución había sido de apenas entre 70,000 y 100,000, mientras que la
derogada por el rey Fernando VII en 1814, y en capital no contaba más de 10,000 habitantes. Según
1820 bajo presión de las fuerzas armadas peninsu- una fuente aislada (aunque no confirmada estadís-
lares se vio forzado a restablecerla él mismo, si ticamente y probablemente exagerada), esta cifra
bien que a regañadientes. Aunque el contingente se había elevado a 20,000 entre 1813 y 1814287. El
del Batallón Cataluña se encontraba muy dismi- hecho es que la población aumentó, en parte de-
nuido, no dejaba de constituir una presencia inti- bido a la inmigración masiva de funcionarios rea-
midante para la población, y de hecho constituía listas que huían de los avatares de la guerra (sobre
una fuerza lo suficientemente temible como para todo de Nueva Granada), tras haberse establecido
lograr la recuperación de Portobelo, luego de la cabecera del virreinato neogranadino en Pa-
haber sido tomado por Gregor MacGregor en 1819. namá el año anterior; en parte también debido a
En medio del caos reinante en los territorios los comerciantes que llegaban atraídos por la pros-
vecinos debido a las guerras de Independencia, al peridad comercial que venía gozando Panamá en
escaso control que podían ejercer las autoridades los años recientes, muchos de los cuales llevaban
desde la lejana Madre Patria, y el hecho de que el sus propios esclavos de las Antillas. Sería de espe-
propio virrey de Nueva Granada, Juan de Sámano, rar que estos “emigrados” políticos se opusieran a
instalado en Panamá en diciembre de 1820, tam- la Independencia, aunque se desconoce cuál fue su
bién se negara a jurar la Constitución, no puede peso político en aquellas circunstancias, si tuvo al-
descartarse que el triunfo sobre MacGregor enso- guno, salvo el de algunos casos conspicuos cono-
berbeciera a su tropa y oficialidad, incitándoles a cidos. Lo cierto es que tan abrumadora presencia
cometer atropellos en el paisanaje, como violación militar y movimiento de tropas, efectivas o en trán-
de mujeres, atropellos y encarcelamientos arbitra- sito, que tan marcadamente contrasta con la exi-
rios de los sospechosos de independentistas o güidad de la población civil, fue un poderoso
constitucionalistas, provocando gran tensión en la factor de disuasión para cualquier arresto de in-
población y en última instancia disparando la vo- tención liberal y no digamos de insurgencia, pero
luntad separatista. Cuando pasó por Panamá Juan aun así estos no dejaron de manifestarse.
de Abreu, que había viajado desde España para Lo cierto es que durante esos años la guerra
negociar en Perú acuerdos de paz, encontró que la fue una presencia permanente en Panamá, sea
población cruzaba disparos con la tropa y que el que se enviaran voluntarios del Batallón Fijo a
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
212

los escenarios neogranadinos donde se combatía, del Cataluña. Eran tropas acostumbradas al clima
como las que comandaron los oficiales panameños tropical, la gran mayoría estaba en su tierra y no
José María Remón y José de Fábrega, ya mencio- pocos conocían el terreno. Luego de una marcha
nados, o que llegaran tropas de refresco del exte- forzada por la selva, siguiendo caminos extravia-
rior, o que amenazara una invasión a sus riberas. dos para evitar ser advertidos, cruzan el Istmo en
De hecho, en 1814 hubo un intento de asalto a Por- 20 fatigosas horas bajo lluvias torrenciales, y en la
tobelo encabezado por el corsario Benito Chasse- madrugada del 30 de abril llegan a Portobelo,
rieux, pero fue rechazado, y la amenaza de ataques donde sorprenden dormidos o descuidados a los
corsarios continuó, sobre todo en la costa caribeña. invasores. Inexplicablemente, los centinelas, si los
En mayo de 1818 el gobernador y comandante ge- había, no pudieron advertir a tiempo el ataque y
neral Alejandro Hore comunicaba al capitán gene- en pocas horas Portobelo fue recuperado. En sus
ral Juan de Sámano la presencia del temible y partes de guerra, Hore reconoció la importancia de
conocido corsario francés Louis Michel Aury, al las milicias, destacando los nombres de algunos
servicio de la causa independentista, en las cerca- oficiales panameños que mostraron gran valor en
nías de Chagres y Portobelo288. el combate. Abundaré más sobre este episodio en
un capítulo posterior.
La invasión de MacGregor en 1819
Nada de lo anterior se compara, sin embargo, La Constitución Política y
con la captura de Portobelo por Gregor MacGregor el Batallón Cataluña Expedicionario
el 10 de abril de 1819. El ataque fue realizado con
relativa facilidad y casi no costó bajas. La plaza Sin embargo, Hore apenas pudo paladear su
tenía 90 hombres de armas, pero más de la mitad triunfo. Meses más tarde, en junio de 1820 llegaba
estaba enferma en el hospital de San Juan de Dios, a Panamá la noticia del restablecimiento de la
por lo que la defensa fue virtualmente nula. Según Constitución Política. Esto le produjo un fuerte dis-
la versión de Alejandro Hore, disgustado por la co- gusto, que al parecer le causó la muerte, o al menos
bardía del comandante de la plaza, Juan Van así lo creyó la opinión pública. (El médico Wea-
Herch, este huyó a Panamá a buscar refuerzos therhead, prisionero capturado en Portobelo y
“menos de ocho horas antes de que entraran los obligado a servir en el hospital de San Juan de Dios
enemigos, sin haber tenido un muerto ni un he- ofreció una versión menos politizada: simple fie-
rido”. Portobelo quedó en poder de MacGregor, bre amarilla). En julio del año siguiente también
quien entregó el mando civil a los próceres neogra- fallece el virrey Sámano y en su reemplazo llega el
nadinos Juan Elías López de Tagle y Joaquín Var- capitán general Juan de la Cruz Mourgeón, que
gas, y todo parecía marchar como se esperaba. alarmado por el clima de tensión reinante, optó
Pero la indisciplinada tropa invasora no tardó en por honrar la Constitución y devolver los derechos
entregarse al desorden y la bebida, mientras que conculcados a los ciudadanos. Se le había prome-
desde Panamá Hore se preparaba para devolver el tido el título de virrey si sometía a los territorios
golpe. Contaba con el Batallón Cataluña (aunque rebeldes del virreinato, de manera que tan pronto
este se había reducido a solo 200 hombres), pero como llegó debió dedicarse a armar un ejército y
podía echar mano de un Regimiento de Infantería acopiar toda clase de recursos en Panamá, como
de Blancos y de las milicias disciplinadas de par- dinero y vituallas para alimentar a su tropa y
dos libres, así como de varias decenas de artilleros poder marchar hacia la reconquista. Pero llega en
y tiradores locales y con esta fuerza empezó a or- un momento en el que Panamá se encontraba em-
ganizar la reconquista. pobrecida y sin dineros debido a que la plata que
A los pocos días, Hore salió desde Panamá hasta la víspera del ataque de MacGregor había es-
con 500 soldados divididos en dos cuerpos, la ma- tado fluyendo de Perú y de México había dejado de
yoría procedentes de las milicias blancas y pardas llegar, y para obtener alimentos se vio obligado a en-
locales, aunque comandados por él y la oficialidad viar tropas al interior del país, donde la soldadesca
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
213

“Relación de los oficiales que desde el grado de brigadier hasta teniente coronel se hallan en este gobierno,
con expresión de destinos que sirven, fechas de sus empleos, graduación”, etc. Por Alejandro Hore,
gobernador y comandante de Panamá, primero de febrero de 1820

Nombre Fechas de sus Fechas de sus Años de servicio Edad


empleos efectivos graduaciones

Teniente coronel Pedro Aguilar, teniente de Teniente de rey, Teniente coronel, 55 años, 4 meses, 73
rey de esta plaza 10 mayo 1817 4 septiembre 1809 26 días

Teniente coronel José María Chiari, sargento Sargento mayor, Teniente coronel, 32 años, 11 meses 44
mayor 22 octubre 1814 30 mayo 1819

Teniente coronel José Fábrega, gobernador Gobernador, Teniente coronel, 34 años, 22 días 46
de Santiago de Veraguas 9 mayo 1819 18 octubre 1813

Teniente coronel graduado de coronel Ysidro Teniente coronel, Coronel, 22 años, 5 meses, 37
de Diego (1er comandante del Cataluña) 30 mayo 1819 1 junio 1819 16 días

Teniente coronel graduado de coronel José Teniente coronel, Coronel, 16 años, 8 meses 35
Santa Cruz, 2do comandante del Cataluña y 30 mayo 1819 1 junio 1819
gobernador a.i. de Portobelo por el virrey

Teniente coronel Víctor Beltrán, capitán del Capitán, Teniente coronel, 15 años, 10 meses, 36
Batallón 1er de Cataluña 25 febrero 1816 1 junio 1819 13 días

Coronel de milicias con grado de teniente Coronel, Teniente coronel, 19 años, 9 meses, 61
coronel Pablo Arosemena 4 abril 1806 6 diciembre 1810 21 días

Teniente coronel Federico Govea, Sargento Sargento mayor, Teniente coronel, 48 años, 4 meses, 66
mayor veterano de milicias 18 septiembre 1812 30 mayo 1819 29 días

Teniente coronel Francisco Alameda, capitán Capitán, Teniente coronel, 14 años, 1 mes, 29
comandante a.i. de ingenieros de esta plaza 30 enero 1819 1 junio 1819 21 días

Teniente coronel Pedro García, capitán del Capitán, Teniente coronel, 29 años, 22 días 39
Real Cuerpo de Artillería 19 marzo 1817 1 junio 1819

Teniente coronel Manuel Sanguillén, capi- Capitán, Teniente coronel, 37 años, 4 meses, 56
tán a guerra del punto de Palenque, provin- 6 diciembre 1810 8 febrero 1817 27 días
cia de Portobelo

Fuente: Relación enviada por el gobernador y comandante de Panamá, Alejandro Hore, al virrey de Nueva Granada, Panamá, 1.II.1820, AGI Cuba 744.
Nota: En esta relación no aparece el teniente coronel Juan Van Herch “que se ha negado totalmente a franquearme la noticia que al efecto le pedí, fundándose
que como gobernador de Portobelo directamente se entendía con su excelencia, pues para desimpresionarlo de su infundada presunción no ha salido el que le
haya manifestado su situación”. Y agrega Hore “sus contestaciones poco respetuosas se apartan en un todo de la debida moderación”, y le pide al virrey que “se
sirva providenciar lo conveniente”. Como es obvio, Van Herch no aceptaba subordinarse a Hore. Este le había pedido el 7.I.1820 su hoja de vida, a lo que se había
rehusado alegando que estaba “muy equivocado que su graduación lo exige” (esta nota en el mismo legajo). Las tensiones entre ambos militares no eran nuevas,
y se agravó después del ataque de Gregor MacGregor a Portobelo en abril de 1819, cuando de Van Herch se retiró cobardemente de la plaza.
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
214

atropelló a granjeros y ganaderos para forzarles a donde ya existía un clima favorable a la separa-
entregar lo poco que tenían. Estos atropellos crea- ción. El Cabildo natariego, alentado por Gómez
ron gran malestar y según parece fue el detonante Miró, proclamó de inmediato la Independencia,
que provocó el Grito de La Villa. Finalmente, celebrando “con repiques de campanas, salvas de
Mourgeón, que tenía prisa para cumplir con su co- fusilería y públicos paseos por las calles...”291.
metido embarcó la mayor cantidad de tropa que Alarmado por estos acontecimientos, el 17 de
pudo para ir a Ecuador. Se ignora cuántos del Ba- noviembre, el gobernador y comandante general
tallón Cataluña o de las milicias se llevó, el hecho José de Fábrega (a quien Mourgeón había dejado
es que dejó críticamente disminuida la dotación a cargo del Gobierno) de inmediato convocó a una
militar del país, lo que fue aprovechado con gran Junta de Guerra que prudentemente acordó que en
sentido de oportunidad por la élite, y tan pronto lugar de enviar una tropa para reprimir a los in-
como Mourgeón abandonó la plaza, se dedicó a so- surgentes, se nombrara a dos comisionados de paz
bornar a los pocos que quedaban en la capital y de para negociar la reconciliación con los santeños, a
esa manera se pudo declarar la Independencia sin los que tratarían de convencer de que se reintegra-
necesidad de derramar sangre y evitando una con- ran a la Corona bajo promesa de perdón para los
frontación militar289. responsables. Llevaban esta misión el teniente co-
Apenas se supo que había partido Mourgeón, ronel José María Chiari, que también tenía el rango
empezaron a agitarse los pueblos del Interior, pro- de teniente de rey, y un civil, el próspero comer-
bablemente encolerizados por los atropellos que ciante Juan de la Cruz Pérez, ambos panameños292.
recién habían sufrido a manos de las tropas del ca- Los comisionados llegaron a Los Santos el 20 de
pitán general, y aprovechando la disminución de noviembre, encontrando al Cabildo en plena se-
las fuerzas armadas. Un líder natariego, Francisco sión. En el Cabildo de Los Santos, sin embargo, los
Gómez Miró290, lanzó una proclama escrita que comisionados de la capital no consiguieron su ob-
hizo circular por varios pueblos del Interior exhor- jetivo, pues tan pronto plantearon su propuesta les
tando a mantenerse alerta, confiando en que era respondió Francisco Gómez Miró con un enarde-
posible lograr la libertad si la población apoyaba. cido discurso defendiendo el movimiento. Sus pa-
labras contagiaron de entusiasmo a los presentes
y el Cabildo ratificó su decisión de mantenerse in-
La Independencia de Panamá de España dependiente. Si hemos de creer a Nicolau, “la mu-
chedumbre aglomerada frente al Cabildo, conta-
El clima de inquietud que siguió a todos estos minada de ardiente patriotismo, entra a la Sala de
acontecimientos indujeron a Segundo Villarreal, sesiones vivando a la libertad y a sus libertadores;
jefe de las milicias de Los Santos, y miembro del saca en hombros al orador y lo pasea así, triun-
colegio electoral, a atacar el 10 de noviembre, con fante, por la Plaza principal y por todas las calles
un cuerpo de voluntarios, el cuartel de La Villa, de la ciudad, como un estandarte de su Victo-
para luego dirigirse a la cárcel y liberar a los en- ria”293. Acto seguido se despacharon postas a otros
carcelados por conspiración. Horas después se lugares para comunicar los hechos y se enviaron
reunió el Cabildo encabezado por su alcalde Julián sendos ultimátum a Veraguas y Panamá. Gómez
Chávez, y La Villa de Los Santos se proclamó in- Miró partió pocas horas después hacia Natá,
dependiente de España bajo la garantía de Colom- donde era esperado con ansiedad.
bia. Villarreal fue nombrado comandante de armas Las noticias de la insurrección tenían alar-
y formó una pequeña fuerza, armada con escope- mada a la capital. Fábrega ordenó la movilización
tas, arcabuces, palos y machetes. Al llamamiento de tropas; se leyeron bandos por calles, plazas y
de La Villa, los pueblos del partido inmediata- poblados, alertando sobre la gravedad de los he-
mente se sumaron al movimiento: Las Tablas, chos; se detuvieron a sospechosos, y se amenazó
Pocrí, Macaracas, Pedasí, Parita, Santa María, Ocú con perseguir a los conspiradores. Después de
y Pesé. La noticia del “grito” de Los Santos se regó todo, esa era su obligación, ya que para eso se le
como la pólvora y llegó a Natá el 15 de noviembre, había nombrado.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
215

El 20 de noviembre, mismo día que se cele- sueldos atrasados, los hermanos Blas, Mariano y
braba en Los Santos la sesión con los comisionados Juan Arosemena, y el antioqueño José María Ba-
Chiari y Pérez, José de Fábrega convocaba a una rrientos, formaron un fondo común para pagar a
Junta General en su propia casa, a la que concu- los desertores. A cada soldado desertor le pagaron
rrieron gran número de notables. En la sesión se 10 pesos y si desertaba con su arma 25 pesos. Cua-
propuso crear una Junta General de Provincias que tro oficiales del Batallón de Cataluña les sirvieron
se celebraría el 20 de diciembre siguiente y a la que de enlace con la tropa.
se invitarían diputados de todos los Ayuntamien- A Blas Arosemena se le encomendó formar
tos. Prevaleció la moción de Nicolás Remón, quien una compañía militar para el futuro gobierno y
propuso que en la reunión prevista no se tomaran con ese propósito se dirigió a La Villa. En la capital
decisiones, “sino únicamente [...] buscar los me- empezaron a movilizarse grupos de patriotas para
dios de consolidar los pueblos que se han separado establecer asociaciones populares, como Juan José
de la capital”294. Es decir, que se trataba de evitar Argote, Manuel María Ayala, José María Herrera,
la confrontación armada, pero eso sí, restable- Manuel Fuentes, José Vallarino, José María Goitía,
ciendo el orden a la situación preexistente al 10 de José Antonio Cerda, Juan José Calvo, Manuel Arze
noviembre anterior. y los tres hermanos Arosemena. Se organizaron
Entretanto, el 21 de noviembre, Gómez Miró varias asociaciones patrióticas compuestas por los
regresaba a Natá, y en “su trayecto los pueblos sa- dirigentes artesanales “de más influjo en el pue-
lieron a su encuentro vivándolo y dando muestras blo”, prueba esta de que el movimiento también
palpables de un gran entusiasmo republicano, y a contaba con apoyo popular.
su llegada los natariegos le hicieron un suntuoso Al hacerse evidente las deserciones, el Go-
recibimiento popular”295. Gómez Miró se dirigió al bierno se alarmó, sospechando que debía existir
pueblo para explicar lo ocurrido en Los Santos, y un plan de insurgencia, aunque el secreto se man-
reiteró su propósito de defender la Independencia tuvo y no fue descubierto. Poco a poco el cuartel
con 4,000 hombres. El paso siguiente era asegu- de Mano de Tigre, a la entrada de la ciudad amu-
rarse el apoyo de Veraguas. El Cabildo de Los San- rallada, se fue quedando sin soldados, y en la
tos le daba al de Santiago de Veraguas un plazo de noche del 27 de noviembre se produjo una deser-
un mes para que se sumara al movimiento, pero ción masiva de 60 soldados. La situación era crítica
Gómez Miró, más impaciente, redujo el plazo a para el Gobierno, que rápidamente colocó en las
tres días. El 25 de noviembre Natá confirma la In- bocacalles algunas piezas de artillería. Pero ya era
dependencia, se celebra una misa solemne y se re- demasiado tarde.
aliza un desfile de tropas, mientras que a Gómez Al amanecer del día siguiente, 28 de noviem-
Miró se le designa comandante del batallón. Poco bre, el vecindario clamó por una reunión del Ca-
después, se adhiere a la causa San Francisco de la bildo. En el Ayuntamiento empezaron a congre-
Montaña. garse los capitulares, el gobernador Fábrega, el
Al regresar a Panamá los comisionados Chiari obispo Durán, el auditor de Guerra Urriola, el pro-
y Pérez, encontraron una ciudad alterada por las curador general, la Diputación Provincial, los em-
actividades republicanas. El Cabildo, la Diputa- pleados de Hacienda y los jefes militares. “Un
ción Provincial y el obispo Durán, eran partidarios inmenso gentío se apoderó de la barra”, mientras
de la Independencia. De hecho, la circunstancia de que en la plaza Catedral se congregaban los vecinos
que el comandante Fábrega fuese panameño, pa- de San Felipe y Santa Ana, “queriendo ser testigos
recía contribuir al estimular los ánimos, generali- del acto más grandioso de la historia de la vida so-
zándose cada día la voluntad separatista. Corrían cial del país”.
fuertes rumores de que la tropa estaba desertando, Mariano Arosemena recuerda aquel mo-
y de que incluso la oficialidad trataba de evitar una mento, que jamás olvidaría: “Después de un pro-
confrontación armada, prefiriendo abandonar el fundo silencio de parte de los miembros de la
país y retirarse a Cuba. Aprovechando el desánimo reunión, pero de murmullo en la barra, se procedió
de la fuerza armada, y el hecho de que se le debían a la discusión del negocio en examen”. Juan José
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
216

Martínez, el provisor y deán de la catedral, fue el quedó arrastrado por una vorágine de guerras in-
primero en hablar, proponiendo que se declarase testinas atizadas por supuestas ideologías antagó-
la Independencia del Istmo, “pero a reserva de lo nicas (unos se llamaban conservadores, otros
que resolvieran las Cortes del reino”. Pero esto era liberales, no pocas veces defendiendo ideas opues-
volver a lo de antes. Su moción no gustó y fue de- tas con una misma bandera) que desangrarían el
sechada, aceptándose la siguiente: “Panamá, es- territorio con opresivas dictaduras y frenarían el
pontáneamente, i conforme al voto jeneral de los desarrollo de las nuevas naciones. Buena parte del
pueblos de su comprensión, se declara libre e in- atraso del continente durante el siglo XIX se debió
dependiente del Gobierno Español”296. a esta situación.
A diferencia de otros países del continente, la
Nueva Granada, incluyendo a Panamá, se libró en
Secuelas de la militarización buena medida de estos desastres, aunque no del
todo. No fue tierra abonada para dictadores. En
Al terminar este capítulo cabe plantear algu- Panamá se dieron golpes de fuerza como el de José
nas reflexiones. ¿Había sido consciente España de Domingo Espinar en 1830, o el de Rafael Alzuru
que armar a los criollos en la forma de milicias dis- en 1831, o el de Tomás Herrera en 1844. Pero solo
ciplinadas y facilitarles, como lo hizo, su acceso a el de Alzuru pretendía imponer un régimen mili-
los cuerpos regulares, como los Batallones Fijos, tar. Fue un breve episodio matonesco que pudo so-
hasta casi coparlos por completo, de que alguna focarse rápidamente. Los otros solo pretendían
vez se le volteasen, convirtiéndose en su propio restablecer el orden en medio de una crisis política
enemigo interno? Pero ya vimos que eso era inevi- aunque en términos civiles. Incluso tuvimos im-
table, pues de otra forma España no habría podido portantes caudillos al frente de tropas como Pedro
cubrir tantas plazas y frentes amenazados por sus y Juan Goitía, o Santiago De la Guardia, y más
numerosos enemigos en un territorio tan vasto tarde Rafael Aizpuru, Buenaventura Correoso, o
como América. No tenía otra opción. Fue al final, Belisario Porras, pero aunque a veces se les llamara
cuando se produjeron levantamientos locales casi “generales”, como a Aizpuru o a Correoso, en rea-
en la víspera de la insurgencia separatista (como lidad todos era civiles y ninguno parece haber con-
el de Tupac Amaru) cuando España se dio cuenta templado entre sus planes imponer un régimen
del peligro potencial de unas milicias disciplinadas dictatorial o autocrático.
y bien armadas. Pero ya era demasiado tarde y La mayoría de los conflictos bélicos que com-
cuando la situación era totalmente irreversible. prometieron a Panamá en el siglo XIX se origina-
Para entonces ya no era posible someter a los re- ban en Colombia. Cuando ocurrían, Panamá era
beldes por la fuerza, de suerte que durante las gue- inevitablemente arrastrado al conflicto, pero sin
rras de Independencia sería inevitable que España que este se originara en su territorio, salvo de ma-
fuese derrotada y expulsada. Era solo cuestión de nera excepcional. La tendencia a resolver los con-
tiempo. Muchas de las batallas ya ni siquiera se li- flictos por la vía civil fue la tónica dominante a lo
braban entre españoles y criollos, sino solo entre largo del siglo y nuestros máximos caudillos polí-
criollos. Sería menos una guerra entre tropas en- ticos fueron en realidad civiles, como en el caso de
viadas desde la cabeza del imperio que una de Justo Arosemena. La situación de Panamá era pro-
americanos contra americanos. bablemente reflejo de la existente en Colombia
Tampoco podía preverse la secuela de esta si- (que presumía de civilista), aunque tal vez tuvo un
tuación. Esa inmensa masa de tropas armadas y peso aún mayor la poderosa presencia de Estados
entrenadas, acostumbradas a la sangre y la violen- Unidos desde mediados del siglo XIX. Era una pre-
cia, y dirigida por una oficialidad habituada a fue- sencia abrumadora, tanto en el plano económico
ros y privilegios trató sin demora de encontrar un (el ferrocarril transístmico, grandes navieras y
espacio de poder en el nuevo escenario que abría mucha inversión en toda suerte de negocios),
sus puertas y mostraba un horizonte que no tenía como en el militar (con el intimidante Pacific Squa-
límites. De esa manera gran parte del continente dron permanentemente anclado en la bahía). Y por
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
217

supuesto no se puede ignorar la tupida red de tra- mantiene en 1803 cuando el virrey Mendinueta en su
bas diplomáticas suscritas entre Colombia y Esta- Relación de Mando (contenida en la misma edición) dice
dos Unidos (como el Tratado Mallarino-Bidlack de que las “atenciones a que está adicto” (es decir compro-
1846), que coartaban cualquier arresto panameño metido) el Batallón de Panamá (que tenía entonces 689
hombres) “son muchas, pues consiste en la plaza de Pa-
de autonomismo o rebeldía. (La guerra de los Mil
namá, la de Portobelo y Puerto de San Lorenzo de Cha-
Días es el mejor ejemplo). Todos estos factores, qué gres”. Consideraba muy corto su contingente “aun para
duda cabe, contribuirían a mantener una cierta Pax tiempo de paz” y reconocía la dificultad de mantenerlo
Americana, esa suerte de techo tutelar que en buena completo ni aun siendo tan corto su número, dado “que
medida libraría a Panamá de mayores desastres el país no da recluta para ello”, tomo III, p. 138.
bélicos y por supuesto de pretendientes a dictado- 277
Ibídem, p. 348.
278
res. Pero estos son temas que deben ser más estu- Relación de mando de Pedro Mendinueta a su sucesor An-
diados y escapan a los propósitos de este libro. tonio Amar y Borbón, año 1803. Germán Colmenares
(1989, tomo III, p. 142).
279
Ibídem, p. 145.
Notas al capítulo VII 280
“Plan de economía y buena administración o prospecto
al gobierno político, militar y económico para el istmo
269
Ver por ejemplo Allan J. Kuethe (1979), y otros que cito de Panamá”, en la versión accesible por internet de Ángel
en la bibliografía. Rafael Almarza, ya citada, p. 238.
270
Carta de Guirior a José de Gálvez, Secretario de Indias, 281
AGI Santa Fe 668, R. 17.
Lima, 20.II.1777, AGI Lima 655, No. 25. 282
“Cuadro del Batallón de Infantería primero de Cataluña
271
Este “Estado”, en AGI Panamá 360. expedicionario 2° ligero No. 1. Relación de la fuerza con
272
“Relación de la tropa que actualmente guarnece las pla- que se halla este cuerpo hoy día de la fecha números que
zas y puestos de dicha Comandancia General según la faltan para su completo con noticia de la alta y baja ocu-
fuerza de los cuerpos que la tienen distribuida en los si- rrida en el mes próximo pasado”. Da el visto bueno su pri-
guientes destinos que por menor se detallan en el día de mero comandante Isidro de Diego, AGI Cuba 743.
la fecha”, Panamá, 20.I.1784, AGI Panamá 360. 283
Impreso con espacios en blanco llenados en Panamá del
273
Reglamento milicias. Empleados. Retiros. AGS Sección extracto de revista que hizo José Vallarino, tesorero de
Despacho de Guerra, legajo 7080, expediente 11-80, Real Hacienda, Panamá, 15.XI.1819, AGI Cuba 743.
recto-imagen No. 159/960. 284
Ambas noticias en Gaceta del Gobierno de Lima, No. 18,
274
Enviado con carta suya, de Panamá, 30.XII.1809, en la de 15.III.1817. En Gaceta del Gobierno de Lima, tomo II,
CMAFACM Secretaría General, legajo 6, No. 39. Este do- 1817. Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid, 1971,
cumento fue la respuesta del contador a la orden de la pp. 141s.
Junta Central durante la ocupación napoleónica de la Pe- 285
Se encuentra en copia facsimilar en los cuadros anexos
nínsula para que se redactaran instrucciones a los di- a la Relación de mando del virrey Francisco Montalvo.
putados que viajarían a representar las provincias Germán Colmenares (1989, tomo III, p. 338).
americanas. Lo descubrí en la década de 1970 cuando 286
Cf. Mariano Arosemena, op. cit., p. 99.
realizaba un proyecto de investigación patrocinado por 287
Anónimo inglés en El Instructor o Repertorio, Nº 63, marzo
la OEA. La copia que entregué a la Facultad de Humani- de 1839.
dades de la Universidad de Panamá fue publicada en el 288
Varios informes sobre la amenaza de invasión de MacGre-
Boletín de la Academia de la Historia, Nos. 31-32, de enero- gor y de su alianza con Aury, en cartas de Alejandro Hore
septiembre de 1982, pero tan pésimamente transcrita al virrey de Nueva Granada en AGI Cuba 742, 743 y 744.
que desaconsejo utilizarla. Ver mejor Ángel Rafael Al- 289
Sobre estos incidentes ver varios artículos del autor en
marza et ál., 2008, pp. 167-250, que se puede acceder por la bibliografía.
internet. 290
En 28.X.1811, se le confirmó a Gómez Miró el oficio de
275
Carta al virrey de Perú Francisco Gil y Lemus, con copia escribano público y del Cabildo de Natá, y le expidieron
al virrey de Nueva Granada, por Joseph Domas y Valle, títulos de escribano y notario de Indias, ver AGI Panamá
Panamá, 8.I.1791, AGI Panamá 261. El documento tiene 294.
79 folios. Cursivas mías. 291
Lo cita Ernesto J. Nicolau, tomándolo de “Declaración ju-
27
Así lo expresa el virrey Pedro Messia de la Zerda en la “Re- rada y rendida ante el Notario de Los Santos en febrero
lación del estado del virreinato de Santa Fe”, que entrega de 1822 por testigos oculares y actuantes”, El Grito de La
a su sucesor Manuel Guirior el año 1772. Cf. Germán Col- Villa, Panamá, 1961, p. 47. Debe advertirse, sin embargo,
menares (1989, tomo I, p. 196). Esta misma situación se que este autor incurre en muchos errores cronológicos,
El Batallón Fijo y las milicias disciplinadas
218

onomásticos y de interpretación que deben ser expur- 293


Ibídem, p. 54.
gados, y con frecuencia deja de mencionar el archivo del 294
Ibídem, p. 58.
que proceden sus fuentes. 296
Ibídem, p. 62.
292
Nicolau, por error, le da el nombre de José de la Cruz 296
Mariano Arosemena, Apuntamientos históricos (1801-
Pérez. Ver Mariano Arosemena, Apuntamientos, p. 126. 1840), Ministerio de Educación, Panamá, 1949, pp. 129ss.

Plano del Castillo de San Felipe, o Todo Fierro, poco antes del ataque de Vernon.
Leyenda: GB. Es la entrada y salida del castillo. A. Batería de cañones a barbeta. CHB. Lienzo de muralla que se debe demoler.
FE. Batería que se había proyectado a la derecha del castillo. DA. Batería nueva que se ha proyectado formar, corriendo hasta el
ángulo A en L. L. Rastrillo con que se debe cerrar la entrada del castillo y esta batería nueva. Y. Galeria que sirve para el resguardo
de la artillería. “Este plano denota el estado en que queda la obra de este castillo arreglada en el todo al que levantón Dn. Juan
Joseph Navarro, capitán de altobordo”. CGEM.
CAPÍTULO

Las fortificaciones de Portobelo

Las fortificaciones de la Conquista de la memoria popular, denominada punta Ni-


coya), pero del que no quedan vestigios materiales
En los comienzos de la Conquista, las acciones conocidos. Todas estas estructuras defensivas su-
militares y los sistemas de defensa fueron comunes gieren el arraigo de arcaicos modelos medievales
en todos los territorios del Nuevo Mundo, y el es- que aún persistían a principios del siglo XVI.
pacio panameño no solo no escapó a esa regla sino
que más bien fue paradigmático. Las primeras for-
tificaciones que construyeron los españoles eran Amenazas piráticas y primeros
simples torreones defensivos de tierra y fajina297, grandes proyectos de fortificación
que se levantaban cada vez que se fundaba un po-
blado. Eran edificaciones ligeras, fáciles de cons- La necesidad de construir verdaderas fortale-
truir y poco costosas, que resultaban suficientes zas no surge hasta la segunda mitad del siglo XVI,
para protegerse de las armas ofensivas de los in- cuando las colonias deben prepararse para enfren-
dios. Así fue como se erigió San Sebastián de Bue- tar la creciente amenaza de la piratería. Ya desde
navista en el golfo de Urabá durante la expedición la década de 1540 algunos piratas franceses empe-
de Alonso de Ojeda. Lope de Olano levantó por ór- zaban a hostigar las costas caribeñas del Istmo. Sin
denes de Pedrarias un fortín en Acla el año 1515. embargo, es a partir de las décadas de 1570 y 1580
En algunos lugares estos torreones se hicieron de cuando el peligro se hace más evidente, sobre todo
piedra, como el que erigió Juan Ponce de León en después de los ataques de Francis Drake y de John
Caparra, la primera capital de Puerto Rico. En Oxeham. Ya en esas fechas se encontraba consoli-
Nombre de Dios, se construyó al parecer el primer dado el sistema comercial del Imperio, que le asig-
fortín en piedra en territorio panameño. Se levantó naba a la ruta del Istmo un papel esencial. Cada
en la “Punta de Nicuesa” (hoy, por una confusión año debía celebrarse una gran feria en Nombre de
Las fortificaciones de Portobelo
220

Dios (y desde 1597 en Portobelo) donde se concen- Como el problema de la amenaza externa no
traría una flota de galeones cargada de mercancías solo afectaba a Tierra Firme, sino también a todo
europeas que llegaba para recoger la cosecha de el complejo colonial del Caribe, la Corona decidió
oro y plata (sobre todo plata) de las minas sudame- enviar al toscano Bautista Antonelli como inge-
ricanas, por lo que el Istmo rápidamente se con- niero, quien gozaba de gran prestigio entonces, y
vierte en blanco preferido de los asaltos enemigos. a quien acompaña como militar el maestre de
Para entonces el volumen de los metales preciosos campo Juan de Tejeda. En España supervisaría los
y mercancías que se trajinaba en las ferias de Nom- proyectos el ingeniero mayor del rey Tiburcio
bre de Dios era cada vez mayor; había aumentado Spanochi, quien además elaboraría numerosas
notablemente el número de embarcaciones y el to- trazas para las fortificaciones. Su misión com-
nelaje de las flotas, lo que puso en evidencia las li- prendía diseñar un vasto y ambicioso proyecto
mitaciones de su pequeño puerto, que era muy que incluía Cartagena, Puerto Rico, Santo Do-
abierto, poco profundo y con muchos arrecifes. mingo, Cuba, Cartagena y el istmo de Panamá. Se
Además, fuera del pequeño fuerte que se cons- trataba del primer proyecto de defensa continen-
truyó en la punta de Nicuesa, el puerto no tenía tal que acometía el Imperio español en América.
otra defensa, ni sus características geográficas se Antonelli llega a Panamá por primera vez en 1586
prestaban para un sistema de fortificaciones ade- donde, tras analizar las alternativas propuestas
cuado, al menos según los criterios poliorcéticos (algunas de ellas descabelladas, como la ruta del
de la época. Y sin una buena defensa, las ferias Magdalena o la de Honduras), decide que la
quedaban seriamente expuestas. Dado el creciente mejor de todas es Portobelo, cuyo elevado y on-
peligro pirático y la enorme importancia que para dulante relieve montañoso, que se levanta como
el Imperio tenía la concentración de la flota, resul- un muro sobre su abrigada y profunda bahía, le
taba perentorio encontrar un puerto alterno, más parecía ideal para construir las defensas. Su reco-
abrigado y profundo y que pudiera defenderse mendación fue aceptada y se le ordenó instalarse
mejor en caso de ataque. en el Istmo para construir las fortalezas, trazar

Portada y dos primeras páginas del Tratado y práctica de fortificación, del ingeniero
Cristóbal de Rojas, 1598, ampliamente utilizado por los ingenieros militares de la época.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
221

en 1601. Para el Chagres, Antonelli diseñó el pro-


yecto del San Lorenzo. Y luego de estas tareas,
que parecían las más urgentes, se traslada a la ca-
pital, donde propone una muralla perimetral que
la rodearía por completo, y una fortaleza en
torno a las Casas Reales. Sin embargo, el inge-
niero era consciente de que el sitio donde se en-
contraba la capital era inadecuado, difícil de
defender y muy insalubre, por lo que conside-
raba conveniente mudarla a otro sitio donde pu-
diera defenderse mejor y que quedara más cerca
del islote de Perico, fondeadero donde se descar-
gaban las mercancías y tesoros que llegan de
Sudamérica. Según su plan, la ciudad se trasla-
daría a “La Rinconada”, situada en la boca de río

Portada del Tratado de la defensa de las plazas, del mariscal Vauban,


traducido por Ignacio Sala y publicado al castellano en 1743. De esa
manera Sala puso al alcance de los ingenieros militares españoles
la visión revolucionaria de Vauban que cambió de raíz la forma de
construir las defensas en España y América durante el siglo XVIII.

sus plantas, construir un nuevo camino y partici-


par en el traslado de Nombre de Dios a la nueva
terminal caribeña.
En Panamá, Antonelli debía proponer un
complejo defensivo para proteger el istmo cen-
tral, ya que parecía obvio que los puntos de in-
vasión serían Nombre de Dios, o Portobelo, o la
boca del Chagres y por supuesto la ciudad de Pa-
namá, en el Pacífico. Recomendó el abandono de
Nombre de Dios, para reemplazarlo por Porto-
belo, que se funda en 1597. Allí construyó el cas- Principios de fortificación, de Pedro de Lucuze, 1772. Manual utili-
zado por los estudiantes de la carrera militar e ingenieros militares
tillo de San Felipe y el fuerte de Santiago de la en España y muy útil para el manejo de los términos especializa-
Gloria, un reducto alejado de la ciudad que de- dos de la profesión. Aún hoy es una fuente esencial de consulta
mostró ser inútil cuando la atacó William Parker como diccionario de términos militares.
Las fortificaciones de Portobelo
222

ciudad con una trinchera, o con una muralla, o


para levantar un fuerte que protegiera las Casas
Reales y reductos artillados en los islotes de Perico
o Flamenco, o en el cerro Ancón. Casi todos fueron
postergados sine die. La mudanza a “La Rinco-
nada” por supuesto, nunca se realizó.
El proyecto original de Bautista Antonelli, de
cercar la ciudad con una muralla, tuvo que abando-
narse por lo impráctico y costoso, pues habría que
hacerlo en forma de ceja muy abierta y extendida,
aparte de que se descartaba que el enemigo atacase
por mar. Eso sí, cada vez que llegaban noticias de
velas enemigas, los vecinos y el Gobierno se apresu-
raban a construir trincheras, pero nada más. Pasado
el peligro, volvían a engavetarse las propuestas y di-
ferir las decisiones, hasta la próxima ocasión.
De hecho, la única fortificación propiamente
que llegó a levantarse fue el fuerte de la Navidad,
situado a la salida este de la ciudad, junto al
puente de El Matadero, que de muy poco sirvió
cuando atacó Morgan, pues evitó este frente. En
cambio sirvió para que por allí se escaparan los ve-
cinos durante el ataque. Por sus pequeñas dimen-
siones apenas tenía capacidad para un puñado de
Detalle de plano de la bahía de Portobelo, por Bautista Antonelli, hombres y muy poca artillería. Del reducto que se
donde se muestra a ambos lados de la bahía el San Felipe y el
fuerte trinchera de Santiago, luego demolido al descubrirse su inu-
propuso para proteger las Casas Reales solo se le-
tilidad. MNM. vantó un parapeto o muro de escasa altura, que

Grande (hoy La Boca) que quedaba mucho más


cerca del islote de Perico, donde también pro-
puso construir un reducto.
Dado que fue el puerto de Portobelo el elegido
para celebrar las ferias, que necesitaban de una
fuerte protección, fue allí donde primero concentró
sus energías Antonelli. El segundo lugar en impor-
tancia correspondió a la boca del Chagres. Y el ter-
cero, a la ciudad de Panamá, donde, sin embargo,
durante el siglo XVI se hizo muy poco en materia
de fortificaciones y las primeras siete décadas del
siglo XVII, pues hasta el ataque de Morgan en 1671
se dudaba mucho de que se produjese un ataque
enemigo por el Pacífico, ya que era considerado
“mar español”, es decir doméstico, y por tanto se-
guro. En Panamá la Vieja se acumularon legajos
con expedientes plagados de propuestas, discusio-
nes y contrapropuestas de ingenieros, funciona- Restos del primitivo Santiago situado al lado de la carretera que
rios, militares y hasta de vecinos, para cercar la conduce a Portobelo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
223

Dibujo de la “Plataforma de Santa Bárbara” y otras obras del frente del castillo de San Felipe de Portobelo. En ese momento la construcción
principal para su defensa. La ejecución de la obra estuvo a cargo del aparejador y maestro de las fábricas Fernando de Montoya. Según el
texto del plano fue aprobada por las autoridades Miguel Ruiz del Duayen, comisario de fábricas, Gonzalo Franco de Ayala, capitán de in-
fantería y sargento mayor del reino, el capitán de infantería Pedro Meléndez, castellano del Santiago, y Agustín del Yermo Agüero. El reco-
nocimiento se hizo por orden y comisión del capitán general Alonso de Sotomayor que fue a visitar las obras. Se firmó en el asiento de la
trinchera del Santiago el 15.IX.1599. AGI, MP Panamá 14.

tampoco representaba una defensa adecuada. torpe restauración que una vez se trató de hacer en
Nada se hizo en Perico ni en Flamenco, salvo cons- la década de 1940. Fue necesario esperar al ataque
truir una somera plataforma para colocar alguna de Morgan para que materializase el para entonces
pieza de artillería. Y en los grabados contemporá- ya viejo proyecto de mudar la ciudad al “sitio del
neos que muestran las fuerzas de Morgan inva- ancón”, y protegerla dentro de un imponente re-
diendo la ciudad en 1671, la única defensa que se cinto amurallado, u “obra coronada”298.
observa es un parapeto extendido por el frente Para el estudio de todas estas defensas se ha
norte, acaso construido apresuradamente para de- conservado una rica documentación literaria y car-
fenderse del inminente ataque de los piratas, que tográfica, aunque no siempre resulta fácil de inter-
no ayudó mucho durante el ataque. Solo del fortín pretar, sea porque muchos proyectos nunca se
de la Natividad quedan restos, aunque muy mal- realizaron, porque parte del material cartográfico ca-
tratados y difícilmente discernibles debido a la rece de acompañamiento descriptivo, o porque este
Las fortificaciones de Portobelo
224

nos ha llegado sin la cartografía correspondiente, sin


mencionar que muchas referencias documentales
son demasiado vagas para comprender qué se pro-
yectaba realizar o qué efectivamente se hizo.

Defensas contra el enemigo interno:


El fuerte de Bayano
Pero la colonia panameña también tenía que
defenderse de enemigos domésticos, asunto al que
ya me he referido en capítulos anteriores. Como se
recordará, para combatir a los esclavos fugitivos se
construyó a fines del siglo XVI un fuerte en Bayano,
al este de la capital. El fuerte fue temporalmente
abandonado luego de amainar la amenaza cima-
rrona, pero volvió a ser reocupado al aparecer la
amenaza cuna a partir de 1611. De este fuerte no se
han conservado evidencias cartográficas, ni se han
realizado pesquisas arqueológicas, de modo que
casi no sabemos nada de sus características cons-
tructivas. Ante la amenaza cuna que no cesaba y
que por el contrario recrudecía, la Corona ordenó
reforzarlo por R. C. de 20 de abril de 1654 con una
guarnición de 50 hombres, de los cuales 35 eran sol-
dados, más un cabo y trece indios, pero en 1672 el
presidente Antonio Fernández de Córdoba los re-
formó reduciéndola a 18 soldados, lo que fue apro-
bado por la Corona mediante R. C. de 15 de junio Diseño de la ciudad de Portobelo, con el cerro San Cristóbal si-
de 1673299. No obstante, debido a la creciente ame- tuado casi en el centro, probablemente por Bautista Antonelli. Esta
naza pirática a partir de 1679, y considerando que propuesta contemplaba fundar la ciudad a orillas del río Cascajal
y no donde quedó finalmente, lo que sugiere las vacilaciones que
Chepo era la ruta de paso entrando por Playón tuvieron los fundadores sobre dónde fundarla y cómo asegurar
Chico en San Blas, el presidente Pedro de Ponte su defensa. AGI, MP Panamá 18.
Franca y Llerena, conde del Palmar, ordenó en 1682
reforzarlo nuevamente con una compañía de 50 pla-
zas. Fue entonces fortificado con fosos, parapetos y ancho cuarteles almacenes y capilla que todo deje
estacadas y llegó a desempeñar un papel destacado en defensa”, a un costo de solo 1,500 pesos, “obra
en la lucha contra cunas y piratas. Durante esos bien barata” pues, según dijo, lo demás lo puso él301.
años se discutió seriamente la mudanza del fuerte Las porfiada resistencia de los cunas –que
y el pueblo a un “mogote” o islote en la confluencia nunca fueron sometidos pese a las reiteradas
entre los ríos Mamoní y Bayano, según un proyecto “paces” que firmaban y raras veces honraban–, co-
del sargento mayor (o sargento general) de batalla braron nuevos bríos desde fines del siglo XVII al
Luis de Venegas Osorio, para el cual hizo un descubrirse yacimientos auríferos en el interior del
mapa300. En 1692, el ingeniero mayor de Tierra Darién, lo que incentivó la presencia de extranjeros,
Firme, Juan de Ledesma, concluye la construcción como el frustrado proyecto colonizador escocés de
de un nuevo fuerte en Chepo con “200 pies de cua- fines del siglo. Pero sobre todo la arribada de fran-
dro con cuatro medios baluartillos, todo guarnecido ceses hugonotes que se afincaron durante décadas
de estacadas gruesas precintada con clavazón, un en sus costas hasta que fueron aniquilados por los
grueso parapeto de tapiales, su foso de 12 pies de cunas a mediados del siglo XVIII, que se dejaron
“Planta del castillo de San Felipe de Sotomayor Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
225
en la forma y traza que queda en 28.III.1600, fir-
mada por Miguel Ruiz del Duayen, Gonzalo
Franco de Ayala y el aparejador Fernando de
Montoya, basada en el plan propuesto por An-
tonelli. Se hicieron constantes ajustes y cambios
al proyecto original a medida que avanzaban las
obras. AGI, MP Panamá 15.
Las fortificaciones de Portobelo
226

Uno de los varios perfiles que se dibujaron de los costados del castillo de San Felipe, firmados por Miguel Ruiz del Duayen y Fernando Mon-
toya, 3.IV.1600. AGI, MP Panamá 16.

convencer por los británicos de que los franceses ne- yecto para adueñarse del Darién. Ante esta seria
gociaban con España su naturalización y de que les amenaza, el virreinato neogranadino reaccionó con
traicionarían. A partir de entonces el apoyo británico ímpetu, construyendo cuatro fortificaciones en el
en armas y pertrechos a los cunas se incrementó, arco caribeño de San Blas, desde el río Mandinga,
sobre todo durante la segunda mitad de este siglo, en el golfo de San Blas, pasando por el río Concep-
lo que les hizo aún más temibles. Esta explosiva si- ción y la bahía de la Caledonia, hasta el río Caimán
tuación obligó al Gobierno a construir diversos for- en la banda oriental del golfo de Urabá. Cada fuerte
tines en el interior del Darién (el “Darién del Sur”). sería ocupado por tropa y colonos tanto del interior
El más importante fue el de Yaviza, a orillas del de Panamá como de las Canarias, Galicia y Astu-
río de ese nombre, a mediados del XVIII, cuyo obje- rias. El proyecto consistía en acabar para siempre
tivo era cortar las comunicaciones internas de los con el problema cuna, exterminándolos a sangre y
cunas. De este fuerte solo quedan unos muros, que fuego, y aplicaba un modelo que se emplearía en
están a punto de perderse para siempre. Pero el
mayor esfuerzo fue el que se hizo en la década de Planta del castillo de San Felipe, al parecer por Cristóbal de Roda,
1780, cuando Gran Bretaña envió “asesores milita- circa 1626. Las obras no cesaban de ser reparadas pero a la vez se
res” para apoyar a los cunas, como parte de un pro- le iban introduciendo numerosos cambios. AGI, MP Panamá 34.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
227
Las fortificaciones de Portobelo
228

otras colonias como parte de un amplio programa Planta de la bahía de Portobelo incluyendo el nuevo proyecto
de consolidación y defensa de las fronteras. de mudar la ciudad para el San Cristóbal. Copiada del origi-
nal y revisada por el general de batalla Juan Bautista de la
Otros casos contemporáneos donde el pro- Rigada, 22.X.1688. AGI, MP Panamá 97.
blema a enfrentar era similar (indios hostiles y alia-
dos a los británicos) fueron el proyecto del Gobierno
neogranadino para exterminar a los recalcitrantes Sin embargo, los grandes trastornos que ocu-
indios guajiros que habitaban la península Guajira, rrieron en el escenario internacional –primero la
situada al noroeste de la ciudad de Río Hacha, o el Revolución norteamericana y luego la Revolución
de las costas caribeñas de Honduras y Nicaragua francesa y las guerras napoleónicas– y el conse-
para someter a los indios mosquitos (o miskitos) y cuente cambio de contrapesos de las grandes po-
donde se construyó el formidable fuerte de San tencias, hizo desistir a España de estos costosos
Fernando de Omoa para proteger el golfo de Hon- proyectos bélicos que desde el principio resultaron
duras. Era la primera vez que en Darién, la Guajira poco prometedores. En 1783, se firmaba el Tratado
y la Mosquitia se planteaba en firme una política de París, en el cual Gran Bretaña reconoció la In-
de fronteras, al menos en el sentido de tratar de dependencia de Estados Unidos y se restablecían
imponer el dominio efectivo de España sobre estos las paces con España con cesiones mutuas de terri-
territorios. torios, etc. Por otra parte, con la muerte en 1787 del

“Descripción de Portobelo y planta de la ciudad y sus castillos”, por Cristóbal de Roda, 15.VI.1626. AGI, MP Panamá 42.
“Planta del puerto de Portobelo con sus dis-
tancias y paraje donde se ha de construir la
fuerza nueva” (el San Jerónimo, que aparece
con la letra A), circa 1640. AGI, MP Panamá 94.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
231

ministro de las Indias, José de Gálvez, gran pro- San Felipe o Todo Fierro exhibían los típicos torre-
motor de estos proyectos fronterizos, y la de Car- ones de la llamada “fortificación medieval” y,
los III el año siguiente, dejando en el trono al como esta, se acoplaban ceñidamente a la configu-
vacilante Carlos IV, se perdía el empuje que nece- ración del paisaje, como así lo evidencian los per-
sitaban y ya no tendrían ocasión de replantearse files cartográficos y plantas que se guardan en los
nuevamente durante el resto del período colonial. archivos, bibliotecas y museos. La presencia de
El proyecto de fortificaciones del arco de San Blas “cubos”, hornabeques303 y cierta inclinación al tra-
fue abandonado. Los fuertes se desmantelaron, se zado regular, introducidos por Antonelli, sitúa
retiró a la tropa, salieron todos los colonos y a los estas fortalezas, sin embargo, en los albores de la
indios cunas se les dejó en paz. Tal como se temía, fortificación abaluartada o “moderna”. Los aportes
pocos meses después volvían a atacar causando de Cristóbal de Roda y otros ingenieros de su ge-
numerosas muertes302. neración acentúan esta tendencia hacia la moder-
Como es lógico, la historia de las fortificaciones nidad aunque sin llegar a superar del todo la
seguía de cerca la evolución de las amenazas milita- herencia del medioevo304.
res tanto internas como exógenas. El istmo central, Todas las obras que se realizaron bajo estos cá-
sobre todo, y en segundo lugar el Darién, mucho nones continuaban en pie hasta 1739, cuando el vi-
más amenazados que el occidente del país, como era cealmirante Edward Vernon las desmanteló hasta
de esperarse, fueron los territorios donde se constru- dejarlas inservibles y así permanecieron hasta
yeron todas las fortificaciones. Y su número y forta- 1752, fecha en que se inició el siguiente período,
leza fue aumentando con las crecientes amenazas. que estuvo dominado por los proyectos y realiza-
ciones de los ingenieros militares Ignacio Sala y
Manuel Hernández. El cambio fue radical y se hizo
Las dos grandes etapas en literalmente borrón y cuenta nueva. A partir de en-
las fortificaciones de Portobelo tonces hay un antes y un después. Los viejos cas-
tillos fueron definitivamente abandonados y toda
Como es obvio, era el istmo central el que pre- la obra que se hizo fue nueva. De hecho, las nuevas
sentaba la situación más sensible. Allí el reto no construcciones se levantaron en lugares distintos
eran indios mal armados y rebeldes sino enemigos a donde habían estado las anteriores, aunque se
formidables y temibles, y las fortificaciones debían aprovecharon muchos de sus materiales, sobre
encarar la metralla de cañones, las balas de nume- todo la piedra labrada o sillar.
rosas armas de fuego portátiles manejadas por cor- Los elementos innovadores que traen consigo
sarios o piratas fogueados en combate y además Sala y Hernández introducen de golpe la nueva vi-
fuerzas navales poderosas. sión que en materia de fortificaciones ha puesto de
Me referiré en primer lugar a Portobelo. La moda el mariscal francés Sébastien Le Prestre de
historia de las fortificaciones de Portobelo pasa por Vauban (nacido en Francia en 1663), que rápida-
dos períodos claramente diferenciados. El primero mente se extiende por toda Europa y se implanta
cubre aproximadamente siglo y medio, y se inicia en América. Sistema de Academia, se caracterizará
con las obras que seguían las propuestas y trazas por su racionalidad, lógica y sentido geométrico,
de Bautista Antonelli, que luego continuaron otros eliminando algunos excesos ornamentales propios
ingenieros y militares de carrera, como los comi- del período anterior, como la “piña”, un penacho
sarios de fortificaciones (Vargas Machuca entre decorativo que es sustituido por la bola lisa, des-
ellos), alarifes como Hernando de Montoya y sobre nuda, exenta de todo ribete o adorno superfluo. La
todo ingenieros como su sobrino Cristóbal de simplificada estampa de las garitas reemplaza las
Roda. Estas construcciones se caracterizaban por pesadas torres. La irregular “verdugada” de los re-
su aire medievalizante. Eran “castillos” cuyas di- vestimientos da paso a la simétrica hilada sillar. La
mensiones y carácter quedaba definido por la ine- característica “verticalidad” de los antiguos casti-
vitable “torre del homenaje”, como en el caso del llos, que parecen moles adosadas a los cerros, cede
Santiago de la Gloria. Tanto este castillo como el a la “horizontalidad” de los nuevos fuertes-batería.
Perspectiva del castillo de San Felipe,
circa 1630. AGI, MP Panamá 93.

Aparte estas innovaciones morfológicas y blanco elusivo, difícil de alcanzar con precisión.
técnicas, hay otros aspectos funcionales que son Estas características son evidentes en el San Fer-
más importantes. Uno de ellos es el perfecciona- nando y en el nuevo Santiago.
miento de la potencia de fuego y su mayor capa- En el orden anterior, es decir de los tiempos
cidad ofensiva, al aumentar el número de de Antonelli, el castillo debía someterse a las con-
merlones, banquetas y troneras, que reemplazan diciones del relieve, acoplándose al terreno hasta
a los voluminosos baluartes como los que existían confundirse con la naturaleza. En el período do-
en el San Felipe o el Santiago305. Por otra parte, el minado por Sala y Hernández se procura corregir
suave declive del glacis evidencia la intención de la naturaleza, regularizarla, imponérsele. Y de esa
hacerlo coincidir en una ascendente línea incli- manera ceñirse a un reclamo de principio asumido
nada con los merlones, que a su vez se construyen entonces por los ingenieros del siglo XVIII: “reme-
en pendiente, a fin de que las balas enemigas re- diar con el arte los defectos de la Naturaleza”306. Si
boten y no den en el blanco. El perfil de los fuer- en los anticuados Santiago de la Gloria y Todo Fie-
tes-batería es rasante, hasta casi confundirse con rro vence el accidente natural, en los nuevos fuer-
el nivel del agua, mostrando de esa manera un tes-batería como el complejo de San Fernando, el
Planta del castillo de Santiago por el aparejador Hernando de Montoya, circa 1610.
Es uno de los primeros proyectos del Santiago. AGI, MP Panamá 19.
Las fortificaciones de Portobelo
234

gastos. Por ejemplo, el San-


tiago de la Gloria, que em-
pezó con 150 plazas, ya había
aumentado a 199 plazas en
1663, a 497 en 1691, y luego se
mantiene en torno a 267 pla-
zas hasta el ataque de Vernon.
El San Felipe empezó con 50
tropas y dobla su dotación en
1663, para mantenerse desde
entonces en torno a 138 hasta
principios del siglo XVIII. En
1682 el Santiago, el San Felipe
y el San Jerónimo, cuyas do-
taciones fueron aumentadas
luego del ataque de Morgan,
ocupaban en conjunto casi
400 tropas, sin contar las del
presidio de la ciudad; en 1717
las mismas fortificaciones su-
maban alrededor de 433 pla-
zas (ver tablas en capítulo
anterior). Al terminar Manuel
Hernández las obras, las tres
nuevas fortificaciones de Por-
tobelo (el complejo de San
Fernando, el San Jerónimo y
el nuevo Santiago, además de
las fortalezas complementa-
rias) solo ocupaban alrededor
de 200 tropas con sus oficia-
les. Las dotaciones se habían
reducido a la mitad o a menos
de la mitad en comparación
al sistema de defensas ante-
Planta del castillo de Santiago con baluartes definidos, por Cristóbal de Roda, circa 1620. AGI rior. Para 1788 toda la plaza
MP Panamá 44.
de Portobelo era cubierta por
5 oficiales y una tropa de 102
San Jerónimo y el nuevo Santiago, dominan la ge- soldados, la gran mayoría procedente del Batallón
ometría y la racionalidad. No es el fuerte el que se Fijo de Panamá. Es decir, que la dotación era cua-
somete al paisaje, sino este el que se supedita a tro veces menor que la del San Felipe y el Santiago
aquél. La regla, la norma, la claridad, se imponen cuando recién se habían construido a principios
al confuso e indisciplinado trazado irregular, a los del XVII. El ahorro en sueldos y pertrechos sería
caprichos y accidentes de la naturaleza. notable.
La racionalidad del nuevo diseño contempla Las construcciones del proyecto Sala-Hernán-
además una distribución más eficaz del espacio, dez se ajustaban a los cánones de la más avanzada
de manera que pueda ser defendido por un nú- tecnología militar del momento. Siguiendo los mis-
mero menor de hombres, y esto significa menos mos cánones, los ingenieros españoles de academia
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
235

construían nuevas baterías307 y reductos en La Co- Todas esos proyectos cartográficos se parecen
ruña, Cádiz o Pamplona, en Valdivia, Cartagena, entre sí y revelan un patrón o modelo idéntico aun-
San Juan o La Habana. Ignacio Sala, que había tra- que, como es natural, con las variantes correspon-
bajado en Cádiz, elaboró una gran cantidad de pla- dientes a la importancia o magnitud de cada caso.
nos para las fortificaciones, cuyas reproducciones De hecho, los mismos ingenieros trabajan tanto en
se exhiben en un museo local y son tantos que pa- América como en España, trasladando de un conti-
recen empapelar sus paredes. nente a otro los mismos modelos. De esa manera,
Sala y Hernández introducen
en el Istmo la más novedosa
corriente de la ingeniería mili-
tar, y en ese sentido lo ponen
al día con los países más avan-
zados de Occidente. Se produ-
cía, así, un salto brusco y
definitivo de la pesada y mo-
numental mole constructiva
precedente, a la línea franca,
funcional, ágil y elegante de
las nuevas edificaciones.
Agregaré solo que las
nuevas prácticas constructivas
se aplican en todo el país,
sobre todo en el San Lorenzo y
las murallas de Panamá, don-
de también trabaja Manuel
Hernández durante varios
años, aunque todos los inge-
nieros que le siguen continúan
aplicando las mismas reglas.

El fuerte-trinchera
de Santiago
Detallaré ahora las parti-
cularidades de cada uno de
los fuertes de Portobelo. El
proyecto original de Bautista
Antonelli consistía en dos
fuertes situados frente a
frente, a ambas entradas del
puerto. Uno, el futuro San Fe-
lipe, quedaría “sobre la cima
del monte que está hacia el
norte” en forma de torre (pro-
bablemente una torre del ho-
menaje), con una plataforma a
Perfil de la muralla y bóvedas del Santiago, al parecer por Cristóbal de Roda, circa 1620. AGI, la lengua del agua; tendría ca-
MP Panamá 59. pacidad para cuatro o cinco
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
237

Planta del castillo de Santiago donde se traslapan sobre el proyecto original, los dos baluartes del frente marino. AGI, MP Panamá 283.

piezas de artillería y una guarnición de seis hom- truido por estos, ordenó Antonelli que se reedifi-
bres. El otro, que se denominaría fuerte de Santiago, case, enviando a la Corona una traza del mismo el
quedaría prácticamente al frente del anterior, defen- 15 de julio de 1597. Según la nueva traza, este fuerte
dería “la costa a lo largo, y una punta de tierra que tendría cuatro baluartes, cincuenta pies de cor-
corre desde el este hasta el oeste y llega hasta la isla tina309 y una torre de veinte pies más alta que aque-
Buenaventura”. Estaría constituido por una “pe- llos, con dos bóvedas, una para morada de los
queña torre a la manera de un fuerte, con ocho pie- artilleros y otra para guardar la plata. Después se
zas de ordenanza [de artillería] y veinticinco le agregarían un foso de cuarenta pies de ancho con
soldados para guardarlo”. En términos técnicos: un entrada cubierta y revellín310, y dos trincheras que
“caballero”308 y una plataforma. comunicasen con la de la Marina, ya en construc-
Al parecer, fue este el fuerte que encontraron ción, y con un morrillo junto a un arroyo próximo.
en construcción los ingleses que llegaron con Fran- En un mapa de la bahía de Portobelo que hi-
cis Drake en 1596, y el mismo que, una vez des- ciera Antonelli en esa fecha, aparecen claramente
señaladas las formas y emplazamientos del “fuerte
“Planta primera” del castillo de Santiago. Probablemente es de Sotomayor” (San Felipe) y la “fortaleza de San-
anterior al proyecto de Roda. AGI, MP Panamá 56. tiago”, aquel en cuadro, en el mismo lugar que
Las fortificaciones de Portobelo
238

ocuparía el futuro castillo de ese nombre, y el San- lengua del agua, se haga otra plataforma encima del
tiago, con cuatro baluartes y una trinchera frente a arrecife cuadradas que sea capaz de 6 a 8 piezas de
unos “bajos”, justo en el sitio donde hoy se encuen- artillería”. La junta consideraba necesario colocar en
tran unos restos cuya identidad ofrece ya escasas el “fuerte” o “trinchera” –se lo denomina de ambas
dudas. Ambos fuertes aparecen asimismo en un maneras– ocho piezas de artillería de 44 quintales,
mapa también de la bahía de 1600, con la misma las cuales podían adquirirse en Sevilla o Cádiz. A la
ubicación: el “San Felipe de Sotomayor”, igual- sazón tenía ocho piezas artilleras, aunque todas pe-
mente en cuadro, y el de Santiago con su trinchera queñas, que habían sido trasladadas desde Panamá
movida un poco hacia el oeste; en el mapa se lee, se- y que se suponía serían de mayor utilidad en la
guramente por error del delineante, “fuerte comen- “plaza del revellín” del San Felipe.
zando para el castillo de San Antonio”311. A poco de haber sido construido, este forte-
En 1600 el fortezuelo de Santiago fue objeto de zuelo tuvo (por así decir) su primera prueba de
atención por parte de una Junta de Guerra reunida fuego durante el ataque de William Parker de 1601,
en Portobelo, la cual recomendó su conservación, donde quedó demostrada su nula utilidad. En
proponiendo que fuese terminado y que “desde allí tiempos de Parker, a juzgar por un mapita de la
se corra una trinchera hasta la marina de hasta 12 bahía de Portobelo que se hizo a propósito de este
pies de alto hecha de mampostería y terraplenada ataque, consistía de una torre y de dos baluartes,
con su parapeto y al cabo de la dicha trinchera a la fuera de lo que parece ser una trinchera a orillas del

“Planta segunda” del castillo de Santiago con los baluartes ya bien definidos. AGI, MP Panamá 57.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
239

Planta del castillo de Santiago, por Cristóbal de Roda, 1620. AGI, MP Panamá 35.
Las fortificaciones de Portobelo
240
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
241

Planta del castillo de Santiago construido entre 1638 y 1639, Al concluirse la construcción del castillo de
por el aparejador Antonio de Fonseca y Oriochea (o Arriochoya, Santiago de la Gloria, el fortezuelo que Parker
según la firma). AGI, MP Panamá 60.
llamaba Saint Diagoes fue abandonado. Sin em-
bargo, su torre ha logrado sortear el paso de los
mar. Los invasores pudieron apreciar que en el for- siglos. Todavía hoy se puede observar a la orilla
tezuelo (que Parker menciona como Saint Diagoes) de la carretera, siendo así los restos más antiguos
había una guarnición de 30 hombres y cinco caño- que aún se conservan de las primeras edificacio-
nes312. Estaba tan mal construido que los artilleros no nes militares que se hicieron, pues al construirse
se atrevían a disparar los caño-
nes por temor a que el ruido
los desmoronase313.
En un principio aparente-
mente no existía un criterio
claro en cuanto al tipo, dimen-
siones y ubicaciones de las de-
fensas que debían proteger a
Portobelo. El propio Antonelli
recordaba en cierta ocasión
que, habiéndose desmontado
la selva que cubría los sitios
que él había elegido para su
emplazamiento, encontró un
terreno con características
bien distintas a las que había
imaginado, viéndose así obli-
gado a modificar su plan ori-
ginal. Estas vacilaciones se
hacen notar más en el caso de
los varios “Santiagos” que se
proyectaron. En junio de 1599
Antonelli abandona Portobelo
y todo lo que en 1600 se había
levantado de este fuerte se re-
ducía a “un caballero y parte
de una plataforma”, obra que
habría que atribuir más bien al
maestro alarife Hernando de
Montoya, “arquitecto y apare-
jador de las obras”314. Parker
encontró en 1601 otro “fuerte
o plataforma” en construcción
entre el fortezuelo de Santiago
y el futuro castillo de Santiago
que identifica en el citado
plano con la letra H (ver p. 558)
Planta con figura de pentágono con cinco baluartes para mudar a su interior la ciudad de
y donde no había artillería. Sin
Portobelo. Mirando a la bahía tendría un revellín y un muelle. El cerrillo San Cristóbal quedaría
embargo, de esta plataforma en el interior de uno de los baluartes. Proyecto de Juan Bautista de la Rigada, 22.X.1688. AGI,
no quedan vestigios. MP Panamá 98.
Las fortificaciones de Portobelo
242

la carretera debieron desaparecer los últimos ves- se celebró misa cantada y una vez concluida mar-
tigios que quedaban de su trinchera. En la actua- charon “en procesión cantando la letanía desde
lidad lo que queda más bien parece un peñón donde se dijo la misa al puesto donde se había de
solitario como caído del monte, que no sugiere ni comenzar la obra de la dicha trinchera y en la es-
vagamente su origen y que solo un ojo entrenado quina de la parte del mar en el frente señaló el dicho
podría reconocer. ingeniero la piedra primera que se había de asentar,
la cual se bendijo por el dicho padre en las oraciones
del misal y agua bendita”.
El Castillo de San Felipe, alias de En el sitio escogido se hizo un hoyo, dentro
Sotomayor, de Todo Fierro y de Austria del cual se colocaron cinco monedas: “un doblón
de a cuatro de otro, y un real de a ocho y uno de a
Según el plan de defensas de Bautista Anto- cuatro y otro de a dos y otro sencillo de plata”.
nelli, la primera fortificación que se construye es Quedaron cubiertas con una plancha de plomo con
el castillo de San Felipe, concebido para custodiar la inscripción del año y los nombres de Jesús y de
la boca norte de la bahía, frente al islote de Drake. Felipe II. Sobre la plancha se arrojó cal y se “asentó
El 11 de septiembre de 1597, estando ya Antonelli la primera piedra”.
preparado para comenzar las obras, se procedió a Hecho esto, desde la trinchera del Santiago, si-
la ceremonia para la colocación de la “primera pie- tuada al lado opuesto de la bahía, se dispararon
dra”. Se conserva el testimonio que describe esta trece salvas con piezas grandes, dos de ellas con
ceremonia, basada en arraigadas tradiciones fun- bala para conocer el alcance de su artillería, y tres
dacionales. Sería bautizado con el nombre de So- pequeñas, y dos veces saludó la arcabucería y la
tomayor, en honor a Alonso de Sotomayor, el mosquetería. Luego se enarboló una bandera sobre
militar que recién había derrotado a Drake. El acto la primera piedra y nuevamente la infantería hizo
se haría en el sitio escogido por Antonelli para le- otra salva. Luego los concurrentes pasaron a la otra
vantar el castillo, “a la parte izquierda que es a la esquina del frente de la plataforma en la que se
banda del norte”, donde se construiría “una plata- abrió otro hoyo “hecho en la dicha peña viva” en el
forma y torre”. Se encontraban presentes el alcalde cual se colocaron “otro real de a ocho y otro real de
mayor y comisario de las fortificaciones capitán a cuatro y sobre ello otra plancha de plomo como la
Miguel Ruiz del Duayen, el propio Antonelli, el ca- sobredicha con las mismas letras”. Habiendo
pitán y castellano Pedro Meléndez Blasón “con su echado la cal encima, se hicieron otras salvas por la
bandera de infantería, arcabuceros mosqueteros”, infantería “y se asentó la dicha piedra de esquina y
el tesorero de las fábricas Alonso Zapata de Cár- quedaron asentadas”. Así quedó concluido el acto.
denas, el capitán Melchor Juárez, el licenciado Fungió de escribano Rodrigo de Miranda315.
Cristóbal de Ojeda, Francisco de Hervas Sar- Como se deja de ver, el primer nombre del cas-
miento, el escribano del Cabildo Pedro de Cubillas tillo fue Sotomayor, y solo la plataforma del frente,
“y otras muchas personas”. que bordeaba el agua, llevaría el nombre de San Fe-
Así reunidos, el capellán de las fábricas, el mer- lipe. Con el tiempo, al castillo se le denominaría de
cedario fray Juan de Avendaño rezó “el antífona de diferentes maneras. Generalmente castillo de San
Nuestra Señora de la Concepción [...] con la oración Felipe, pero también San Felipe de Sotomayor, o de
de la Natividad y otra al Espíritu Santo”. Se coloca-
ron entonces en el sombrero del comisario de forti-
ficaciones y alcalde mayor de Portobelo, Miguel Propuesta sexagonal con seis baluartes para la nueva ciu-
Ruiz de Elduayen, unos papelillos con los nombres dad de Portobelo. Así estaba cuando la revisó el ingeniero
de los doce apóstoles, de los que tomó uno el cape- mayor de Tierra Firme Juan de Ledesma el 23.I.1686. Se
quejaba de que en tres años no se había puesto una sola
llán Avendaño. En el papelillo aparecía escrito el piedra y que ya tenía partes en ruinas. El único baluarte
nombre de San Felipe, por lo que de acuerdo al ri- en pie era el San Pedro, que había sido mal diseñado y ya
tual la plataforma del castillo llevaría ese nombre y estaba en ruinas. Se había perdido “tiempo, dinero y la
quedaba bajo la advocación del santo. Hecho esto, gloria” en esta inútil construcción. AGI, MP Panamá 114.
Las fortificaciones de Portobelo
244

vidores de la artillería estuvie-


sen cubiertos por la espalda.
Confiaba tener terminada la to-
talidad de la obra en 1598, para
luego iniciar la construcción
del Santiago. Siguiendo los
principios constructivos en
boga, Antonelli lo hizo levan-
tar acoplándolo a la configura-
ción del terreno; de esa ma-
nera, el castillo se empinaba
desde “la legua del agua” en
dirección a una elevación mon-
tañosa “por espacio de cien
pies geométricos bien hechos
línea recta el cerro arriba”. Era
una “tierra muy alta y áspera,
inaccesible por la parte de la
tierra” y se extendía hasta la
orilla del mar. A sus espaldas
se hizo un foso seco. Se descen-
día a las baterías “de la mar”
por plataformas dispuestas es-
calonadamente con sus corres-
pondientes plazas de armas.
Las cortinas de las murallas es-
taban rodeadas de fosos y en
ellas se abrieron troneras para
la artillería. En la segunda pla-
za que se encontraba al descen-
der, o “plaza nueva”, había un
aljibe “de agua llovediza y una
campana para tocar los cuartos
de los centinelas y postas”.
Desde esta plaza se des-
cendía al cuerpo de guardia, y
de allí, por una corta escalera,
Otra propuesta hexagonal de Juan Bautista de la Rigada para la nueva Portobelo, 22.X.1688. a otra plaza que estaba divi-
Como si este general de batalla estuviera ensayando varias posibilidades con el mismo con-
dida en dos puntas o caballe-
cepto. AGI, MP Panamá 99.
ros, llamados, el uno, San
Felipe, al este en dirección a la
Todo Fierro, aunque en el lenguaje popular, ya en ciudad, y el otro punta Antonelli. De aquí se bajaba
los tiempos de Morgan, era común llamarlo el a otra plataforma, donde quedaba la plaza de Santa
“castillo de afuera”. Bárbara, la más importante, que avanzaba en direc-
Antonelli puso su mayor empeño en concluir a ción al mar “más de setenta pies”. Para hacerla fue
la mayor brevedad el castillo, prometiendo tener fi- necesario sacarse “el cimiento debajo del agua en
nalizadas las plazas de San Felipe y de Antonelli y fondo de veintisiete palmos en cuadrado en
levantar un lienzo de la torre, de modo que los ser- ochenta y cinco pies de través por cada parte en
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
245

Otra propuesta de Juan Bautista de la Rigada para mudar Portobelo, con dos revellines uno hacia tierra firme y otro hacia la bahía con un
muelle. Quedaría eliminado el castillo del Santiago y en su lugar se construiría frente al San Felipe una batería. En este nuevo proyecto ya
había intervenido Juan de Ledesma con nuevas propuestas. Lo único en pie era el baluarte de San Pedro construido de cal y piedra. Circa
1688. Se conservan otros dos planos con el mismo diseño. AGI, MP Panamá 111.
Las fortificaciones de Portobelo
246

ella”. El castillo “tiene a las puntas traveses a modo parte”. “En ella está toda la defensa de la entrada
de torreoncetes con troneras”, que lo protegerían del puerto y tiene cuatro piezas de artillería”.
en caso de ser atacado por lo “alto de la sierra”. “De “Algunas plazas y muros de este casillo son
allí baja con su cortina y fosos norte sur hasta el de piedra fuerte y dura y que astillaría con la arti-
mar con troneras y plaza bastante para pelear. De llería” (verosímilmente piedra basáltica, que
esta se baja a otra que se dice la plaza nueva, donde abunda en el lugar). “Otras son de unas piedras
está un aljibe de agua llovediza y una campana que se han descubierto debajo del agua a que lla-
para tocar los cuartos de las centinelas y postas”. man arrecifes”. Se trata de coral fosilizado “muy
De esta plaza “se baja al cuerpo de guardia y de el blandos de labrar y de muy poco peso casi como
por escalera corta a otra plaza dividida en dos pun- piedra pómez”, que se prestaban idealmente para
tas o caballeros llamados el uno San Felipe, a este, las fortificaciones, porque “labradas hacen tez y
hacia la ciudad y el otro Punta de Antonelli”. De cobran dureza y la artillería se embaza en ellas, y
estos se baja a una plataforma “importantísima que no hienden ni hace efecto ninguno”, ventaja a la
se llama la plaza de Santa Bárbara”. Se hizo a la que se agregaba el que fraguaba poderosamente al
lumbre del agua metida en el mar más de setenta mezclarse con cal y “cierto barro colorado”. Este
pie; “es cuadrado en 85 pies de través por cada material coralígeno se utilizaría después en “todo

Dibujo del ingeniero Fernando de Saavedra donde señalaba la muralla sexagonal y lo construido para el nuevo Portobelo hasta 1683, pri-
mero por Juan Bautista de la Rigada, luego por el ingeniero Cevallos y Arce, 3.VI.1683. Señala con una cruz lo hecho bajo De la Rigada y
con un asterisco lo hecho bajo Cevallos. Las obras estaban ya prácticamente paralizadas y la mayor parte estaba por hacer. Saavedra yerra
al identificar el río Cascajal como Las Laxas, aunque dentro del plano lo escribe correctamente. AGI, MP Panamá 95.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
247

Interpretación del autor del proyecto San Cristóbal, publicado en “Las murallas de San Cristóbal en Portobelo”, La Estrella de Panamá, El Do-
minical, 18.X.1970.

el castillo de Santiago”, en la Aduana y en otras El San Felipe tuvo varios nombres. Se le bau-
obras civiles y militares de Portobelo. Basado en la tizó originalmente como San Felipe de Sotomayor,
experiencia portobeleña, Antonelli también utilizó en homenaje al militar que defendió Portobelo del
a fondo el coral en los proyectos de fortificación de ataque de Drake en 1596 y que a la sazón era el go-
Cartagena, Santo Domingo, Cuba y Puerto Rico316. bernador, presidente capitán general de Panamá.
En la documentación coeva referente al San Luego se llamó también de Todo Fierro. Pero a
Felipe y al Santiago no se hace mención expresa al fines del XVII era conocido como San Felipe de
“coral”, sino a “arrecifes”, o a “piedra debajo del Austria, en honor a la dinastía reinante. En los do-
agua”. A veces se habla de “canteras”, refiriéndose cumentos se le nombra indistintamente de una u
también al parecer a estos arrecifes. Ocasional- otro forma.
mente se distingue entre “rafas” o “esquineras” y Pero no obstante su fama, la calidad de su cons-
piedra para mampostería, ambos materiales cons- trucción fue desde temprano blanco de duras críti-
truidos con material coralígeno. En el primer caso cas. Poco indulgente, el propio Sotomayor escribía
se trata de grandes bloques tallados y en el se- sobre la obra ingenieril de Antonelli en Portobelo,
gundo de material muy fragmentario. Al primero “no ha puesto en mano cosa que no lo haya errado”.
también se le menciona con el nombre de “sillería” De hecho, ya en 1600, casi inmediatamente después
o “piedra sillar”, que consiste en bloques tallados de terminado el San Felipe, se encargaron nuevas
de regular porte. Sobre estos materiales de cons- obras al maestro alarife Hernando de Montoya, cuya
trucción volveré más adelante. descripción de los gastos que habrían de hacerse
Las fortificaciones de Portobelo
248

sugiere las características de la cons-


trucción y de la mano de obra. Es-
timó un costo total de 56,765 pesos
corrientes de 9 reales. La obra en
cuestión consistía en “juntar y hacer
un cuerpo de caballero en el San Fe-
lipe y la Punta de Antonelli”317.
Pero es obvio que esta obra fue
considerada insuficiente, pues años
más tarde, el Consejo de Indias or-
denó que se celebrara Junta de Gue-
rra en Portobelo, reuniéndose el
general Luis Fajardo, el capitán
Hernando de Liermo Agüero y los
ingenieros Juan Bautista Antonelli,
Cristóbal de Roda (estos dos últi-
mos, sobrinos de Bautista Antone-
lli), y Leonardo Turriano, con objeto
de “resolver las dificultades de las Restos del baluarte de San Pedro, actualmente separado por viviendas contemporá-
neas solo por una leve quebrada. Fotografía del autor, marzo de 2015.
fábricas”. La Junta recomendó cor-
tar el pedazo de peña que ocupaba
la planta de la torre del castillo poniendo su suelo que se encontraba a la entrada y el primero que ha-
a nivel y hacer una nueva plataforma bajo el ba- bría de hacer frente al enemigo cuando atacara.
luarte de San Felipe. Esta plataforma miraba Según Valdés, debido a esta desventaja, el San Fe-
“hacia una ventanilla que está a la marina”, ten- lipe no tenía suficientes tropas para colocar guar-
dría “50 pies cuadrados por la parte de afuera [...] dias de noche en las murallas ni para “repartir la
de manera que la plaza de ella quede cubierta con artillería”, por lo que pedía que del Santiago se pa-
las murallas que se hicieron para poder estar los sasen 50 plazas al San Felipe para que este tuviese
soldados cubiertos sin que los vean de la sierra”. un centenar de soldados318.
Según el castellano del San Felipe, Miguel de La solicitud de Valdés de aumentar la dota-
Valdés, que escribe en 1620, en esta plataforma ción del San Felipe no fue aprobada, pero en 1620,
descansaba “la mayor fuerza de la artillería” pero, el mismo año de su carta, se realizaron importan-
agrega, “la ha maltratado la mar de tal manera que tes remodelaciones recomendadas por el inge-
me ha sido forzoso retirar la artillería atrás porque niero Cristóbal de Roda, que entre otras cosas
no se cayese a la mar”. Urgía repararla “para que contemplaban las reparaciones pedidas por Val-
la dicha artillería pueda estar en sus puestos”. Se- dés para la “plataforma”. Roda, que estaba desta-
ñalaba además, que las “puertas del dicho castillo cado en Cartagena, viaja a Portobelo y redacta en
están viejas y rompidas y algunas de ellas no se marzo de ese año una “Relación” sobre el estado
cierran y se están cayendo y en el mejor aloja- del castillo. A su juicio, la construcción de la pla-
miento de este castillo se están cayendo también taforma de Santa Bárbara “fue errada”, pues se
los tejados y si no se reparan con la brevedad que hizo a plomo en lugar de ir “la escarpa por la
conviene se caerán del todo y se quedarán las mu- pared”. Por “no haberse fraguado ni incorporado
rallas descubiertas y se abrirán todas con el agua con ella la muralla”, la acción de las mareas la ha-
y el sol”. Valdés aprovecha para señalar que las 50 bían hecho caerse parcialmente, tal como decía
plazas de soldados señaladas para el San Felipe Valdés. Proponía Roda que la plataforma se alar-
eran insuficientes, mientras que el Santiago estaba gase para albergar mayor artillería. Tenía 80 pies
dotado con 150, siendo a su criterio que el primero de largo y 70 de ancho. A Roda le parecía más con-
era más importante para la defensa del puerto ya veniente levantar otra plataforma “cortando por
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
249

la mitad” la de Santa Bárbara, “y que la pared de reconociera los castillos con personas “prácticas”
la que se levante tenga cinco pies de grueso y doce para ver si convenía “rehacerlos, derribarlos y uti-
de alto terraplenándola y que tenga su parapeto”. lizar sus despojos en otros nuevos”. Basándose la
Esta nueva plataforma permitiría un mayor juego Corona en las observaciones de Roda, manifestaba
a la artillería, la cual quedaría menos expuesta a que, a juzgar por las “plantas y relaciones” que se
los embates del mar que la de Santa Bárbara, ya conocían, consideraba conveniente mudarlos a
que se levantaría a muchos pies sobre las aguas otros sitios “por haber mostrado la experiencia no
de la bahía. Cuando Roda realizó su visita, se en- ser a propósito los que en el principio se fabrica-
contraban podridas la casa del castellano y la ron”, y asimismo, “hacer la obra con perfección”.
puerta principal del castillo, y por la nota del cas- Para facilitar el cumplimiento de su misión se or-
tellano Valdés ya vimos cuántas cosas más esta- denaba asimismo a La Raspuru, recoger en Carta-
ban en pésimas condiciones. gena a Roda y conducirlo a Portobelo como
Como secuela de estas recomendaciones, se hombre “práctico e inteligente” en esos meneste-
expidió una R. C. el 19 de abril de 1626 ordenando res. Sin embargo, las obras propuestas por Roda
al general de la armada, Tomás de la Raspuru, no fueron ejecutadas hasta pasados diez años de
quien viajaba a Portobelo ese año, que visitara y su misión con La Raspuru.

Vista aérea del baluarte de San Pedro, asediado por viviendas y urbanizaciones de reciente construcción. Fotografía tomada con dron, por
Andrés Cruz, marzo de 2015.
Las fortificaciones de Portobelo
250

Años más tarde, se hicieron algunas obras, Plantas del San Jerónimo “fabricado por el maestro de campo
aunque de escasa relevancia, consistentes más que don Fernando de la Riva Agüero”. Estaba terraplenado a mano
con piedra y cascajo. “Su muralla exterior es de diez pies de alto
nada en eliminar las ruinas que se iban amonto- y del parapeto cinco, con doce troneras en la cortina y frente
nando hasta hacer intransitable e inhabitable el de baluartes que miran a la boca del puerto y 20 en el resto del
castillo, e irle introduciendo tímidamente alguna fuerte”. Su traza es cuadrada con cuatro baluartes para 30 ca-
que otra modesta innovación. Ninguna remodela- ñones. El frente que mira al puerto lleva la letra A. La letra I in-
dica el puente levadizo que mira a la ciudad. Es la planta que
ción mejoró, sin embargo, algunos de sus peores envió a Madrid su sucesor el gobernador Juan Pérez de Guz-
defectos. En la visita que realizó a Portobelo el pre- mán. AGI, MP Panamá 368 y 81.
sidente Fernández de Córdoba en 1672, no esca-
timó críticas. Uno de los puntos débiles del San
Felipe era estar situado a la falda de una “montaña simo, no es de tan perjudiciales consecuencias
eminente y por la parte que mira a tierra, que es la como el otro [se refiere al Santiago] porque solo
más peligrosa, no tiene defensa ninguna más que sirve de defender la entrada del puerto, que aun-
dos torres que se ocupaba cada una con seis mos- que se perdiese no le pudiera mantener el enemigo
queteros, cuyas frentes no se miran una a otra, ni sin tener el de adentro”. Ya para entonces al San
se defienden, pero este castillo, aunque es malí- Felipe se le conocía como “el de afuera”, y el San-
tiago como “el de adentro”319.
Durante el ataque de Morgan a Portobelo en
1668, se confirmó la gravedad de estos defectos y
surgieron muchas dudas tanto sobre la utilidad del
San Felipe como del Santiago, al punto de propo-
ner eliminarlos y se formuló una propuesta total-
mente nueva, consistente en mudar la ciudad a
orillas del río Cascajal, protegiéndola con una mu-
ralla. Como veremos más adelante, cuando Luis
de Venegas Osorio inició este proyecto, conocido
como el San Carlos, o el San Cristóbal, se consideró
que, una vez concluido, el San Felipe y el Santiago
serían innecesarios, por lo que recomendaba que
se demolieran. Este proyecto tuvo al principio
aceptación en la Corte, pero no tardó en abando-
narse y la Corona no dio curso a las recomenda-
ciones de demolición, de modo que los castillos
permanecieron en pie, luego de haberse gastado
más de 150,000 pesos. Las noticias que se conser-
van de finales del XVII y principios del XVIII ape-
nas si hacen referencia a las reparaciones que se
hicieron al San Felipe, lo que indica que debieron
ser pocas320.
Sin embargo, en el siglo XVIII, muy pocos
años antes del ataque de Vernon, se realizaron im-
Aunque el proyecto del San Jerónimo se estuvo considerando se- portantes tareas con objeto de modernizar el San
riamente desde la década de 1648, es durante el gobierno de Fer- Felipe. Fueron demolidas las paredes de las bate-
nando de la Riva Agüero en las dos décadas siguientes cuando la rías más bajas y en su lugar se construyó una sola
obra cobra forma hasta su conclusión. La imagen representa una plataforma. El grosor de las paredes de esta
de las propuestas tempranas más simples, basada en un cuadrado
con cuatro baluartes. Esta traza era una de los cuatro modelos cua-
nueva plataforma, de nueve pies, y la calidad del
drangulares ideales entonces recomendados por los tratadistas. hormigón empleado, consistente en “una piedra
Otro modelo eran las trazas triangulares. AGI, MP Panamá 94b. dura cementada con una cal tan fina que causaba
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
251
Las fortificaciones de Portobelo
252

un largo trabajo dejar cualquier huella sobre ella”, De este proyecto hizo un plano Hernando de
hicieron bien difícil a Vernon la tarea de demoler- Montoya, aprobado por el propio Antonelli, cuya
las. El propio vicealmirante escribió que, a causa copia se encuentra en el Archivo General de In-
de estos inconvenientes, la batería baja, que con- dias. (A Montoya se le había condonado una con-
tenía 22 cañones, tardó en ser destruida entre 16 dena a galeras a cambio de trabajar “gratis” en las
y 18 días. fortificaciones de Portobelo, aunque un docu-
La obra destructiva de Vernon fue continuada mento de 1601 señala explícitamente que se le pa-
cerca de veinte años más tarde al ser aprovechados gaba un sueldo de 16 reales diarios y 480 reales por
los restos del San Felipe para construir el fuerte de mes322). La misma Junta de Guerra recomendó que
San Fernando y su batería alta. Esta acción destruc- en el castillo se colocasen 16 piezas de artillería,
tiva fue completada en el siglo XX por los nortea- dos medios sacres “para el morillo” –hoy llamado
mericanos durante la construcción del Canal, “El Perú”–, 2 culebrinas de 80 y 90 quintales para
extrayendo piedra de la colina sobre la que se “cada uno de los dos caballeros que darían al mar
había construido el castillo. Para los trabajos del sobre la trinchera, 4 medios cañones de a 30 quin-
Canal de Panamá no se encontró una fuente de tales para los dos baluartes a la parte de tierra”,
piedra basáltica más cercana, y sobre los cimientos otras 2 culebrinas “para lo alto del fuerte a la mar”
del viejo San Felipe se montaron todas las instala- y otras 4 piezas “que barran las laderas de la que-
ciones necesarias para arrancar la roca, levantán- brada (de El Chorrillo) de a tercia de cañón”, que
dose en sus proximidades una ciudad: New se colocarían a “lo alto del fuerte”323.
Portobelo. En un derrumbe del acantilado, lo poco Según el proyecto, el castillo tendría un hor-
que quedaba del castillo desapareció. Algunos ves- nabeque compuesto de dos “cubos”, el San Fran-
tigios del castillo se encuentran todavía en la cisco y el San Antonio. A este conjunto se unían
bahía, seguramente piedras sillares, de las voladas tres torres: las torres o garitones grandes de cubos
por Vernon. No se ha hecho un estudio a fondo del volados llamados de San Pedro y San Juan que en-
lugar, pero es posible que de la vieja fortaleza no lazaban respectivamente los gruesos lienzos de
queden más que estos restos sumergidos bajo el muralla este y oeste del hornabeque, y la “torre del
agua321. homenaje”, que dominaba desde la altura el com-
plejo. El cuerpo del castillo se acoplaba a la confi-
El castillo de Santiago de La Gloria guración del terreno, según los cánones dictados
por las escuelas de fortificación entonces en boga.
El castillo de Santiago de la Gloria no empezó Según la “Relación” que hizo Montoya sobre esta
a levantarse hasta 1600, cuando ya Antonelli había obra en 1600, su costo ascendería a 93,420 pesos co-
abandonado la plaza y su constructor fue el apa- rrientes, lo que sumado a los costos del San Felipe
rejador y arquitecto Hernando de Montoya. El elevaban los costos a 150,185 pesos corrientes o
Santiago original, como vimos antes, no consistía 168,958 pesos de 8 reales324.
más que en “un caballero y parte de una plata- Una “Relación” de los gastos mensuales que se
forma”. Por considerarlo absolutamente necesario, hacían en las fortificaciones de Portobelo en 1601 in-
la citada Junta de Guerra reunida ese año en Por- dica que se gastaban 7,110 reales en salarios para el
tobelo advirtió la conveniencia de que el castillo se personal técnico (el maestro mayor Montoya, dos
hiciera sobre la quebrada o arroyo llamado El Cho- canteros oficiales y un sobrestante), a lo que se su-
rrillo “donde estará al opósito del San Felipe”. maban 9,900 reales en cal a 9 reales fanega, y 4,950
Aunque se reconocía las desventajas de su posi- reales para gastos en comida para 105 esclavos y 5
ción debido a la proximidad de los padrastros que esclavas del rey asignados a dichas obras. Otros
le rodeaban, se estimaba “de mucho efecto por [...] 2,764 reales mensuales se pagaban al personal ad-
descubrir la Caldera que está dentro del puerto ministrativo, a saber, el comisario alcalde mayor
donde puede surgir cualquier Armada y se le Martín Ruiz de Arteaga, el contador, el tenedor
podrá impedir [...] y amparar la ciudad por estar de bastimentos, el mayordomo de los negros, el
pegado a ella”. cirujano y en “ungüentos” para curar los esclavos.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
253

substituidas por “baluartes”, construc-


ciones más a propósito para el empleo y
defensa de la artillería. Siguiendo indica-
ciones de Cristóbal de Roda para prote-
ger la retaguardia del castillo y en la
parte posterior de la “torre del home-
naje”, conocida popularmente con el
nombre de “El Perú”, se propusieron so-
luciones como una “media luna”, un “bo-
nete”, y otras tantas antedefensas que
mitigasen la vulnerabilidad que por esa
parte ofrecía el castillo326. Los “padras-
tros” o relieves montañosos de sus proxi-
midades desde donde podía dominarse
con facilidad la fortaleza, fueron critica-
dos por ingenieros y militares y “perso-
nas prácticas e inteligentes” que reco-
mendaban su demolición.
Pero hasta que el castillo fuese ata-
cado no se podía saber con certeza si estas
críticas tenían fundamento. La prueba le
llegó al Santiago en 1668 cuando atacó
Morgan y quedó en evidencia que todo lo
malo que se decía de él era cierto. En
1672, cuando Antonio Fernández de Cór-
doba hizo un recorrido por todas las for-
talezas del país, se llevó la peor impresión
imaginable. Empezaba diciendo en su
carta del 9 de marzo de ese año ya citada:
“Los castillos de Portobelo es la cosa más
lastimosa que he visto en mi visita, y
siendo así que cada piedra de ellos cuesta
Planta con una de las primeras propuestas para el San Jerónimo. El reducto
al rey tanto como si fuese de plata todo lo
era concebido como un simple cuadrado. AGI, MP Panamá 286.
que se les ha añadido estos últimos años
ha sido para acabarlos de echar a perder,
Sin embargo, el informante agregaba que era pre- de modo tal que no les veo remedio, particular-
ciso añadir un oficial cantero, dos sobrestantes, y mente el castillo de Santiago, que es el principal y
otros 95 esclavos, hasta completar un total de 200. que tiene de costa a su majestad cada año sobre
Con este aumento, los gastos mensuales ascende- 50,000 pesos”.
rían a 48,009 reales. Se agregaban también los jor- Y continúa: “Está situado en el pendiente de
nales de marineros para manejar un barco y una una montaña eminentísima, sin defensa ninguna
lancha de alquiler para el acarreo de materiales del que se guarden unas a otras, sin ángulos ni puntas,
mar, a un costo mensual de 8,850 reales. Total: ni forma de fortificación más que una muralla sen-
56,859 reales, o bien 85,288 pesos con 5 reales . 325
cilla, sujeta a escalada por todas partes y la puerta
Sobre los planos de Montoya, otros ingenieros como la de un corral que se entra a pie llano, sin
y arquitectos de los siglos XVII y XVIII elaboraron foso ni estacada ni cosa que la resguarde, y lo peor
diversas remodelaciones. Las defensas anteriores, es que por ambos lados a tiro de piedra está man-
es decir las situadas en el frente de la bahía, fueron dada toda la plaza de armas desde esta montaña
Planta del San Jerónimo dibujada en 1666, cuando ya había fallecido Riva Agüero. Desde 1663 ya Riva Agüero había com-
pletado el terraplenado sobre el “placer” donde quedó el reducto y tenía “encabalgados” sobre las tablazones trece piezas
de artillería. No llegó a ver terminada la obra. AGI, MP Panamá 80.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
255

sin que nadie pueda parar en ella un solo


instante y aseguro a vuestra excelencia
me hace lástima ver el descuido con que
se ha mirado esto y el mal logro de tantos
millones”.
Considera Fernández de Córdoba
que “este castillo es la defensa total del
puerto, sin cuyo consentimiento no puede
hacer ningún navío dentro de él; manda
totalmente la ciudad, con que, perdido, se
pierde toda y es de notar que la parte que
varía el agua y que está segura por su na-
turaleza es solo la fortificada”327.
Todo esto se comprobó cuando atacó
Morgan en 1668. Parte de su tropa rodeó
el castillo pegándose a la muralla y de esa
manera burlando la vigilancia sin que les
dispararan un tiro, mientras que otro
grupo subía al padrastro situado detrás Propuesta triangular para el San Jerónimo con tres “caballeros” (baterías ele-
del castillo y empezaba a disparar a man- vadas sobre el terraplén) para el fuego cruzado de seis cañones. Esta figura
salva desde esa altura causando las prime- triangular era otro de los modelos ideales propuestos por los tratadistas de
la época. AGI, MP Panamá 237.
ras víctimas. Los que avanzaban por tierra
hacia la ciudad lo hicieron sin resistencia
y en muy poco tiempo la tomaron. El Santiago de cipal y de escalar las murallas. Cada uno de los
nada sirvió para proteger la ciudad. Luego, cuando puntos débiles del castillo que había descrito Fer-
ya Portobelo había sido ocupado y las fuerzas de nández de Córdoba se puso en evidencia.
Morgan atacaron directamente al Santiago no tu- Después de esta experiencia se trató de en-
vieron mayor dificultad en destruir el portón prin- mendar sus errores aunque sin modificar del todo
sus fallas principales. El proyecto de Ve-
negas Osorio de mudar la ciudad a la ciu-
dadela de San Carlos o San Cristóbal
nunca materializó, de modo que no se de-
molieron el San Felipe ni el Santiago,
como él había propuesto, de modo que
continuaron en pie, y durante el resto del
siglo XVII, aunque se les hicieron algunas
mejoras, no pudieron corregirse sus ma-
yores defectos.
A principios del siglo XVIII nueva-
mente se le hicieron otras remodelacio-
nes al Santiago. Pero en 1739 el ataque de
Vernon lo dejó en tal estado de deterioro
que se aconsejó su abandono definitivo,
como en efecto se hizo para sustituirlo
por otro Santiago de la Gloria, situado a
pocos metros de distancia pero basado en
Propuesta cuadrangular para el San Jerónimo con cuatro “caballeros” en lugar criterios constructivos enteramente dis-
de tres y un número mayor de cañones. AGI, MP Panamá 238. tintos. Aún quedan en pie muchos de sus
Las fortificaciones de Portobelo
256

Proyecto para el reducto pentagonal de La Ranchería (o fuerte Farnesio) y su batería baja. “Copiado del que levantó Juan de Herrera”, circa
1731. Que se sepa este proyecto nunca se construyó. AGI, MP Panamá 132.

restos, aunque solo reconocibles por el ojo entre- se retrasaba la construcción y le atrajo fuertes crí-
nado, como son los baluartes y bóvedas que aso- ticas; por otro la naturaleza del terreno. Había
man a la bahía, unos muros que formaban parte de hecho la propuesta de las fortificaciones basado
la plaza de armas, actualmente cruzada por la ca- en la morfología o relieve del terreno según como
rretera de acceso al pueblo, y parte de la primitiva le sugería el espeso follaje selvático que lo ocul-
torre del homenaje. taba, y antes de que los lugares escogidos se des-
montaran. El propio Antonelli se lamentó luego
¿Construir con piedra basáltica o con coral? de su error. Como resultado, tuvo que proponer
muchos cambios, o en su lugar el abandono com-
Tal vez los dos mayores problemas que en- pleto de las fortificaciones, e incluso la mudanza
frentó Antonelli cuando empezó las construccio- del pueblo a otro sitio, idea esta que tuvo respaldo
nes en Portobelo fueron, por un lado, la dureza de de las autoridades, aunque finalmente no se ma-
la piedra basáltica con que empezó a hacer las terializó. Lo cierto es que cuando Antonelli aban-
obras, lo que aumentó tremendamente los gastos, donó Portobelo en junio de 1597 su obra quedaba
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
257

muy incompleta (solo había hecho la plataforma Con esta piedra durísima, que se encontraba
del San Felipe y una para el primitivo Santiago), al pie de las obras, se hizo la plataforma baja de
mientras que era objeto de las críticas más severas. Santa Bárbara. Como ya se mencionó, cuando en
Era un hombre ya envejecido y enfermo. Portobelo 1739 Vernon invadió Portobelo y quiso volar esta
había sido su Waterloo. batería, tuvo enormes dificultades para barrenarla
En 1596, cuando apenas empezaban las tareas, debido a la dureza del basalto.
uno de los comisionados de las fábricas, Francisco Debido al problema de la piedra, los comisio-
Valverde Mercado escribía: “la obra de cantería de nados reales tuvieron que buscar una fuente al-
Portobelo será tan costosa por la calidad de la pie- terna de materiales, que finalmente encontraron a
dra que si la fuerza que Bautista Antonelli tiene mediados de 1595. Los tres comisionados de las
trazada se acaba, costará otro tanto peso de plata fortificaciones, Valverde de Mercado, el fiscal Dr.
como el que tiene la piedra, porque la piedra es Diego de Villanueva Zapata y el propio Antonelli,
más dura que pedernal y gasta de picos tan gran escribían al rey: “No se ha encontrado cal desde
cantidad y de todo género de herramientas que Cabeza de Cativá hasta río Chagre, que son 30 le-
cada cantero ha menester un herrero que le esté guas y en muchas partes de la tierra adentro se ha
calzando herramientas de manera que de fierro y buscado y no la hay; la piedra de mampostería está
acero, herrero y cantero cuesta infinito”328. El pro- al pie de la obra y alguna servirá para las esquinas
pio Antonelli se quejaba de que la “piedra es durí- y cuando faltare está ya descubierta ocho leguas
sima, de mala calidad y en toda esta comarca no de aquí la vuelta del río Chagre”330.
haber otra y un oficial con trabajo labra un sillar Aunque no lo expresan taxativamente, hacen
de una vara en cuadra cada día y muchos no le referencia, verosímilmente, a yacimientos coralí-
pueden acabar”329. genos, material que nunca antes habían utilizado

Proyecto de la batería y torre cubierta de La Ranchería, por Diego Bordick, circa 1731. CGEM.
Las fortificaciones de Portobelo
258

en construcciones. De otra manera, ¿para qué ir a Manuel Hernández a propósito de los materiales
buscar piedras para esquineras a más de 40 km. para las fortificaciones de Portobelo a su cargo: “A
si la podían obtener al pie de la obra? Apoyo lo ocho leguas de distancia de este puerto para la
anterior en varias otras fuentes que aluden a la costa de Chagre se halla la cantera de donde se
extracción de “piedra” en los arrecifes de coral si- saca la esquinería: en ella se han puesto doce hom-
tuados, precisamente, a ocho leguas en dirección bres y un mandador; los cantos, por estar cubiertos
al Chagres, zona esta que quedaba en lo que en- de agua, cuestan mucha fatiga, por ser fuerza tra-
tonces se llamaba Puerto de Naos y hoy conoce- bajar achicando el agua. A tres leguas de esta ciu-
mos como Puerto Limón, y que se convierte en dad en la dicha costa, está el paraje de donde se
algo así como la principal “cantera” para las saca la piedra para la cal, y mampostería; allí exis-
obras tanto de Portobelo como del castillo de San ten veinte hombres y un capataz con cinco reales
Lorenzo. diarios; estas piedras solo se sacan en las bajas ma-
En efecto, ya en 1600, en una de las primeras reas del arrecife y formando con el trabajo cantil
referencias cuantitativas a los materiales emplea- de piedra, que se despide necesita bucearse y es el
dos en el San Felipe, se hace clara mención a la modo con que aquí se trabajan”333.
“piedra de cantería del puerto de Naos para el Las tres últimas líneas de la cita son confusas,
lienzo delantero, pilares, parapetos y suelos”, así en parte debido a la puntuación del original.
como al cálculo de 250 “barcadas de piedra de la Según el Diccionario de Lengua Española, cantil (que
mar”, para terminar las obras331. Para la extracción viene de canto), es un “sitio o lugar que forma es-
de este “arrecife que hace media luna”, el presi- calón en la costa o en el fondo del mar”. Un ame-
dente Alonso de Sotomayor proponía “cegarlo con ricanismo para cantil es “borde de un despeña-
unas estacas”332. dero”. ¿Significa que se trabajaba el coral formando
Puerto de Naos queda, precisamente, a unas escalones o gradas? Dado que de este yacimiento
ocho leguas de Portobelo. Todavía a mediados del se extraía coral para cal y mampostería, es
siglo XVIII se seguía explotando esta “cantera”, decir material fragmentario, probable-
que parecía inagotable. Así escribía el ingeniero mente este se obtenía excavando el

Cañón encontrado donde una vez estuvo el proyecto del Farnesio.


Al fondo la boca de la bahía de Portobelo y el islote de Drake.
Fotografía del autor, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
259

Vista aérea del área de La Ranchería o donde estuvo el Farnesio. A mano derecha el islote de Buenaventura. Fotografía tomada con dron,
por Andrés Cruz, marzo de 2015.

arrecife en forma escalonada, teniéndose que bu- y se empezó a explotar profusamente el coral.
cear los trozos que se desprendían –“despiden”, Con coral se hizo “todo” el Santiago, que se con-
dice el texto– a los golpes o picotazos de los obre- vierte en la mayor y más importante fortaleza
ros y caía a partes más hondas. del conjunto, al igual que más tarde el San Jeró-
La preferencia por la “piedra” coralígena lo nimo, y todos los demás edificios públicos y re-
explica la Descripción de Portobelo de 1606-1607: ligiosos de Portobelo y la mayoría de las casas
“Algunas plazas y muros de este castillo [San Fe- principales.
lipe] son de piedra fuerte y dura y que astillaría En aquella época, por supuesto, no se sabía
con la artillería. Otras son de unas piedras que se que el coral era un organismo vivo, y que usarlo
han descubierto debajo del agua que llaman arre- masivamente, como se hizo, acarrearía un terri-
cifes muy blandas de labrar y de muy poco peso, ble daño ecológico. Como quiera que sea es difí-
casi como piedra pómez: labradas hacen tez y co- cil hacer un estimado del área que quedó afectada.
bran dureza, y la artillería se embaza en ellas, no Solo tenemos indicios de lo que se pudo haber
hienden ni hacen efecto alguno; júntanse con extraído hasta la conclusión del San Felipe y el
mezcla de cal, y cierto barro colorado y fraguan Santiago en 1601, durante un período de cinco
poderosamente. De esta piedra es todo el castillo años. En el San Felipe, solo para completar la pla-
de Santiago”. taforma, erigir un “caballero” y hacer la “Punta
Así pues, tan pronto se descubrió el yaci- de Antonelli”, se requerían “250 barcadas de pie-
miento de Puerto de Naos, se abandonó el uso de dra de la mar”. Estas barcadas se realizarían en
la piedra basáltica situada al pie del San Felipe un “barco” que se confeccionaría como parte del
Las fortificaciones de Portobelo
260

proyecto, con alrededor de 16 toneladas de capa- Proyecto de mudanza de Portobelo


cidad, es decir que en 250 viajes o “barcadas” al recinto murado de San Carlos
transportaría unas 4,000 toneladas de coral.
Las fuentes aluden a la compra de este barco
(o “San Cristóbal”)
hecho en Portobelo a un costo de 1,000 pesos. Los
que se construían allí en esa época, según la Des- Recién se habían iniciado las obras en Porto-
cripción de Portobelo de 1606-1607, eran “barcos y belo en 1597, cuando la Corona tuvo noticias de
fragatas solamente para el viaje del río Chagre y que el emplazamiento escogido por Antonelli para
el comercio de estas costas que el año que más no la ciudad era desacertado. El rey dio entonces ór-
han pasado de seis y de ahí abajo hasta uno y año denes al presidente Alonso de Sotomayor para que
hay que no se labra ninguno”. Y más adelante informase sobre la conveniencia de la mudanza de
dice: “Cuesta un barco de los que aquí se fabrican Portobelo “a sitio que fuese más a propósito y se
puesto a la vela de 800 a 1,000 pesos”. Refirién- pudiese cercar con muralla”. En cumplimiento de
dose a este tipo de embarcación decía Antonelli: la correspondiente R. C. de la Junta de Guerra que
“Los barcos [...] tienen 320 quintales o sea 16 to- se reunió en Portobelo en 1600, Sotomayor in-
neladas de carga”334. El cálculo para las barcadas formó que el lugar más apropiado para la mu-
lo baso en estos datos que a mi juicio ofrecen danza estaba “hacia la parte del matadero y
pocas dudas, por lo menos en cuanto a su capaci- camino de Panamá”. Para ilustrar el proyecto se
dad máxima de transporte. Lo que resulta impo- remitió una “planta” donde se mostraba un recinto
sible saber es si cada barcada iba a toda amurallado rectangular con un ángulo achafla-
capacidad. El tonelaje de mis cálculos es por lo nado. La nueva ciudad quedaría al sudeste de la
tanto un máximo. bahía, entre el río Cascajal y el camino a Panamá y
El área a construir era de unas 4,393 varas cú- a no mucha distancia de la población. Se obser-
bicas o unos 3,668 metros. Toda, extraída del vaba, sin embargo, que estaba “tan junto al río de
Puerto de Naos. Para el Santiago de la Gloria se Portobelo [es decir El Cascajal] que lo suele anegar
calcularon 23,355 varas cúbicas de construcción, muy de ordinario” y “que los vecinos de Portobelo
unos 19,500 metros. Para esta obra no se mencio- son tan pobres que sería imposible poder fabricar
nan las barcadas, pero si aplicamos la relación de en otra parte sino fuesen ayudados haciéndoles su
barcadas por varas cúbicas del San Felipe, para el majestad merced en más cantidad de 25,000 duca-
Santiago se habrían necesitado tal vez unas 1,329 dos”. Según el aparejador Hernando de Montoya,
barcadas y un total de 21,266 toneladas de coral. la obra estaría concluida en tres años. Costaría
De esta manera, solo en esta primera etapa cons- unos 167,888 pesos, cálculo hecho a base de las
tructiva, se habrían extraído cerca de 25,000 tone- 41,972 varas que se necesitarían, a razón de 4 pesos
ladas y más de 23,000 metros cúbicos de coral. A de 9 reales cada vara335.
esto se sumó la extracción que continuó durante A la sazón ya estaban edificados en el sitio es-
más de siglo y medio para la reparación, modifi- cogido originalmente (y donde finalmente quedó
cación o ampliación de las fortificaciones y las la ciudad) el Cabildo, la Casa de Contratación, la
obras civiles y religiosas de Portobelo y la forta-
leza del San Lorenzo. En todas las cuales se usó
profusamente el coral, lo que probablemente sig- A. Detalle del “Plano del proyecto de la nueva ciudad de Por-
tobelo”, por el brigadier Juan de Herrera y Sotomayor, 1731.
nificó la duplicación o tal vez triplicación del
Su nuevo nombre sería San Carlos. El recuadro muestra la ubi-
daño ocasionado en los yacimientos coralígenos cación del San Carlos, y la perspectiva de La Ranchería con su
durante estas tempranas obras. Esto nos llevaría torre cubierta. CGEM.
a unas magnitudes del orden de tal vez 70,000
B. Detalle del “Plano del proyecto de la nueva ciudad de Por-
metros cúbicos de coral, si es que no mucho más. tobelo” por Herrera y Sotomayor, 1731. En el recuadro se indica
Se trata, por supuesto, de una estimación mera- que la vieja Portobelo desaparecería (“hasta aquí llega la ciu-
mente especulativa, pero como quiera que sea, el dad existente). Fue solo un proyecto imaginario que nunca
daño fue devastador. llegó a hacerse. CGEM.
A B
A

B C
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
263

iglesia parroquial y además 40 casas, “las treinta abandonar sus casas y construir otras nuevas, así
de buena calidad de madera tabla y teja [...] y las como la edificación ex novo de importantes obras
otras diez casas son de obra fácil y ruin”. Total 50, públicas como la Aduana, el convento de La Mer-
lo mismo que aseguraba la Descripción de 1606- ced, el San Juan de Dios, la iglesia parroquial y el
1607. En conjunto, las casas ocupaban menos de Cabildo).
160 lumbres de a 15 pies y 8 pies de fondo, y había Ya en la visita antes mencionada, que hizo a
“casi otro tanto” de bohíos “fuera del cuerpo de la Portobelo Antonio Fernández de Córdoba en
ciudad”336. Total: 656 metros de frente (una lumbre 1672, se pronunciaba en favor de este proyecto.
= 4.1 m) con un promedio para el total de cerca de Decía estar sorprendido de que “los que fabrica-
13 metros de frente. Pero eran casas con muy poco ron las fortificaciones no hayan reparado que 200
fondo: unas tendrían cerca 5 metros de fondo y pasos más allá [del San Jerónimo] hay un bajo
otras poco más de 2.5 metros de fondo. ventajosísimo para formar una fortificación que
Aunque el proyecto de la mudanza fue apo- con 100 hombres de guarnición, todas las fuerzas
yado, entre otros, por Miguel Ruiz de Elduayen, del mundo no pudieran tomarla, con lo cual se
a la sazón alcalde mayor de Portobelo y comisa- excusaban los dos castillos de Santiago y San Je-
rio de las fábricas, no tuvo el respaldo de Alonso rónimo y ahorraría a su majestad al año lo que
de Sotomayor, quien alegaba que sería “obra vale decir de 300 hombres o ciento y lo más, el
larga y de mucha costa y los vecinos muy nece- que se aseguraba enteramente aquel puerto”337.
sitados”. Al parecer, prevaleció el criterio de So- No ahondó más en el tema, pero siendo quien
tomayor, quien sostenía que si se realizaba la era, verosímilmente su mención al tema no que-
mudanza sería innecesario el castillo de San- daría en el aire.
tiago, pero que en caso contrario no existía mejor El hecho es que el proyecto vuelve a cobrar
sitio para el emplazamiento de la ciudad que fuerza a partir de 1679. Su proyectista es el maes-
junto al cerro de El Chorrillo, es decir a la sombra tro de campo y sargento general de batalla don
del castillo entonces en construcción. La ciudad Luis de Venegas Osorio, a quien la Corona le
permaneció de esa manera en el sitio elegido ori- nombra mediante R. C. de Madrid, de 18 de junio
ginalmente y fue creciendo bajo la protección del de 1678, para que hiciese un reconocimiento de
Santiago de la Gloria, cuya construcción no tardó las fortificaciones del istmo de Panamá, Carta-
en concluirse. gena, Callao y otras338. Venegas viaja con plenos
Curiosamente, la intención de la mudanza a poderes en los galeones del general Enrique Hen-
orillas de El Cascajal se convertiría en una suerte ríquez y llega a Portobelo a fines de 1678339. Años
de obsesión recurrente, pese a los claros inconve- más tarde es nombrado con carácter interino te-
nientes que tenía (fácil inundación, exceso de hu- niente general de Portobelo, cargo este que aban-
medad, costos para los vecinos al tener que dona en 1683 para que lo ocupe en propiedad
Francisco de Castro340.
Antes de recibir su comisión para Panamá, en
A. Detalle del proyecto de Ignacio Sala para las baterías baja y su hoja de vida militar fechada en Madrid el 25 de
alta del San Fernando, Portobelo, 25.I.1753. El proyecto se re-
alizó tal como aparece en el dibujo. La característica domi-
mayo de 1677, consta que había estado al servicio
nante de los nuevos son las baterías, que sustituyen los de la Corona durante 34 años, 5 meses y 18 días.
tradicionales y voluminosos baluartes, aumentando la capa- Había ejercido en Milán, en Nápoles; en la Ar-
cidad de fuego y hacen más efectiva la defensa. CGEM. mada, en Cataluña y Extremadura, hasta llegar al
B. Perfil y plantas para el complejo de baterías del San Fer-
rango de maestre de campo, cargo que a sazón
nando, por Ignacio Sala, Portobelo, 25.I.1753. CGEM. ocupaba al frente de un tercio en Extremadura341.
Tan pronto Venegas Osorio llega a Portobelo en
C. Perfil y planta para el primer proyecto de Sala para el San- diciembre de 1678, se entrega frenéticamente a redi-
tiago, Portobelo, 25.I.1753. Se observa el alargamiento de las
señar y proponer cambios para numerosas fortifica-
baterías para seis cañones de calibre 18 propuesto por Sala.
Este alargamiento fue luego recortado por Manuel Hernández ciones en Panamá, desde Chepo hasta la capital,
en el proyecto final. CGEM. donde propone construir un sólido hornabeque en
Las fortificaciones de Portobelo
264

el frente de tierra. Pero su proyecto bandera es la Para solucionar el problema, Venegas Osorio
mudanza de Portobelo a orillas de El Cascajal, proponía mudar Portobelo a un recinto amura-
tarea que el rey le ordena ejecutar específica- llado –cuyo plano anexa–, proponiendo que la ciu-
mente. Al parecer permanecería en el Istmo hasta dad fuese rebautizada con el nombre de San Carlos
1685. Luego de examinar la situación, el 23 de (o San Carlos de Austria), en honor del monarca
enero de 1679 emite en una carta su opinión ex- reinante, último de los Austria. A su juicio, el
perta al conde de Medellín, presidente del Real y nuevo recinto haría innecesarios los castillos y for-
Supremo Consejo de Indias. talezas de Portobelo, es decir el San Felipe, el San-
En su informe al Consejo, Venegas hace una crí- tiago y el reducto de San Jerónimo, y se ahorrarían
tica implacable sobre el estado de las fortificaciones a la Real Hacienda los sueldos de sus tres castella-
de Portobelo, “porque los castillos no sirven de nos (que serían suprimidos) y el teniente general
nada, ni pueden ser defendidos”, y los compara con sería solo gobernador de la plaza.
“conventos de frailes”. Objeta igualmente la ubica- Habiéndose discutido este plan en Junta de
ción del poblado: “No puede ser peor, por estar en Guerra del Consejo de Indias y tras estudiarse otros
un valle muy enfermo e incapaz de defenderse, y informes igualmente adversos a las fortificaciones
aunque se halla con el castillo Santiago a un costado, portobeleñas, el rey resolvió acoger las recomenda-
no le sirve de nada, por tener un arroyo que desem- ciones de Venegas Osorio mediante R. C. de 27 de
boca en medio de ella, con un valle que va a morir septiembre de 1680342. Ordenó la construcción del
a la mar cubierto del castillo, por donde fue el ene- nuevo recinto amurallado, la mudanza de Porto-
migo cuando lo ganó [refiriéndose al reciente ata- belo a su interior una vez terminado este y el des-
que de Morgan en 1668]; y siempre que lo intentare mantelamiento del castillo de Santiago de la Gloria,
le sucederá lo mismo sin poderlo remediar”. cuya piedra sería aprovechada en la nueva obra. La
Describe así la desventajas de la ciudad: “Es guarnición del Santiago se mudaría igualmente al
muy corta y limitada, pues solo tiene cuatro piezas interior de las nuevas murallas. La nueva población
de piedra y cal, que son la iglesia parroquial, muy tendría tres baluartes y dos medios baluartes, ade-
pequeña, con el techo de madera, un convento de más de un muelle “sobre un bajo que tenía ade-
frailes mercedarios de la misma fábrica, el hospital lante”. El nuevo Portobelo, sería rebautizado con el
de San Juan de Dios, y las casas de la Contaduría nombre de San Carlos y se encargaría a Venegas
que se están cayendo”. “Todo lo demás de la vi- Osorio la ejecución del proyecto, señalándose que
vienda de esta ciudad es tablas y se reduce a dos en su ausencia le reemplazaría en esta tarea el inge-
calles”. Le preocupaba que una vez concluía las fe- niero militar de Tierra Firme don Bernardo de Ce-
rias y se retiraban los galeones, la defensa naval de ballos y Arce. Luego, Venegas Osorio enviaría a la
Portobelo quedaba reducida al “navío de convoy, Corte varios diseños distintos para el San Cristóbal.
que es de poco porte”. De esa manera quedaban A juzgar por las decisiones del Consejo, debie-
expuestas y sin ninguna protección “más de diez ron movilizarse importantes recursos para dar ini-
millones de mercaderías, que tardan en conducirse cio a la obra. Al parecer se le dio carácter prio-
a Panamá ocho, o diez meses”, pues “con seis u ritario. La primera armada de galeones que llegara
ocho navíos de piratas, que con facilidad se juntan debía entregarle a Venegas Osorio la suma de
en aquellos mares pueden saquear, o quemar el 20,000 pesos “para el socorro diario de la gente que
dicho puerto”. Además, no podía esperarse mucho ha de trabajar en él”. Tras el desembarco se desti-
del vecindario en caso de que Portobelo fuese ata- naría al trabajo de remover tierra y fajina a toda la
cado, “porque los criollos y moradores, tienen gente de la infantería y de mar que llegara en los
abandonado el punto del peligro y hacen estudio galeones. Trabajarían en jornadas de cuatro horas
en no volver la cara al enemigo como se ha expe- diarias (dos en las mañanas y dos en las tardes),
rimentado”. Remitía por supuesto a la reciente in- pagándoseles “tres reales además de su ración por
vasión de Morgan de 1668. A su juicio nada parecía este trabajo”, lo que se calculaba en 500 hombres
recuperable, ni sus vecinos, ni las fortificaciones, de trabajo diarios. El Consejo de Indias ajustaría
ni la misma ciudad. en Sevilla la compra de 200 esclavos para enviarlos
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
265

a las obras. Mientras estas avanzaban se ordenaría gruesa y espesura del monte que tenía sobre el
a la Armada de Barlovento que se mudase a Por- pantano”. Los peones, dice un documento, tuvie-
tobelo para custodiarlo. Se ordenaba asimismo a ron que trabajar metidos “en el cieno hasta más de
la Capitanía General de la Artillería de Sevilla que las corvas”. Hacia el mes de octubre, Venegas Oso-
entregase a la Casa de Contratación “mil zapas, rio comenzó a “hacer una cortadura para que sir-
mil azadas, 500 picos, 200 hachas, 100 hachas gran- viera de foso, en lo que gastó más de tres semanas
des de mano, 200 marrazos, 100 picos acerados, con más de 100 peones”. Pero al percatarse de cier-
una docena de petos para romper las piedras y 50 tos errores de cálculo tuvo que suspender el tra-
mazas de hierro para el mismo efecto”343. Preparar bajo para rehacer el delineamiento y levantar sobre
todo esto tomaba tiempo. las mismas líneas de los baluartes y murallas
La limpieza del sitio se inició en julio de 1681, “unas calzadas de tierra y cascajo para que sobre
tarea que ocupó “cerca de cincuenta días con mu- ellas pudiesen trabajar los obreros”. Esto lo man-
chísimo trabajo” debido a “la mucha arboleda tuvo ocupado hasta enero de 1682. En esta fecha

Plano y perfil de una de las dos casas fuertes gemelas que se hicieron para “impedir que los enemigos se apoderen de las alturas y dominen
los dos fuertes dichos” (el San Fernando y el Santiago), por Manuel Hernández, 9.V.1760. Eran idénticas pero con posiciones invertidas. CGEM.
Las fortificaciones de Portobelo
266

Plano y perfil del almacén de pólvora situado a media legua de Portobelo y con capacidad para 800 quintales, por Manuel Hernández,
8.V.1760. Según la tradición local, fue totalmente destruido en la década de 1960 por los tractores o cuchillas de la empresa Golden Eagle
que supuestamente iba a realizar proyectos mineros en la zona. CGEM.

empezó a levantar el baluarte de San Pedro en tie- Desde octubre hasta enero de 1683, Venegas
rra y fajina, además de “otras dos calzadas que Osorio estuvo ausente y le reemplazó, desde fe-
atraviesan toda la ciudad de norte a sur y delante brero, el sargento mayor e ingeniero militar de Tie-
a poniente regulando la dicha ciudad de seis ba- rra Firme, Bernardo de Ceballos y Arce. Venegas
luartes que son los que están delineados”. Osorio retornó a sus tareas en julio siguiente y se
Del 3 de julio de 1683 data un plano que segu- hizo bajo su dirección otro baluarte, el San Juan de
ramente por órdenes de Venegas Osorio dibujó el Dios, con sus “rajas de piedras y cal en los ángulos
teniente de ingenieros Fernando Mohedano de y una cortina que corre desde el dicho baluarte
Saavedra y Córdoba344. La planta representa una hasta el de San Cristóbal [en los planes se le deno-
figura hexagonal con seis baluartes, denominados mina del Duque] al mismo peso que las demás
de San Pedro, del Rey, de La Merced, de San José, obras con un portete de cantería que está en esta
de San Juan de Dios y del Duque (situado sobre el cortina la cual tiene 176 varas de tierra y fajina de
cerrillo de San Cristóbal, casi en el medio del com- ambos lados del dicho portete y esto tiene once
plejo). Tenía además una puerta de tierra en direc- varas de frente y tres y media de alto”.
ción al camino de Panamá, una puerta de mar Sin embargo, la mala calidad de la obra no
hacia la bahía, un boquete que daba al río Cascajal, tardó en hacerse notar, y en agosto del mismo año
que prácticamente lo bordeaba, y un postigo con- el baluarte de San Pedro empezó a desmoronarse.
tiguo al proyectado baluarte del Duque que daba La fajina se había podrido y comenzaban a abrír-
también al Cascajal y que por error el delineante sele brechas al caérsele la tierra que la recubría.
identifica como “Las Laxas”. Cuando, poco tiempo después, las obras quedaron
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
267

a cargo del maestre de campo y teniente general a esta correspondencia, manifestaba que desde el
de Portobelo, Francisco de Castro, se encuentra día 23 de enero de 1686 cuando había visitado por
con que prácticamente no se había avanzado nada primera vez a Portobelo, no se había colocado una
en el proyecto. “Dos bonetes que se habían hecho sola piedra adicional a las obras349. En tres años no
en lo alto de las colinas que dominan la ciudad se había hecho nada.
hoy se hallan derrumbadas y podridas las esta- Ledesma es nombrado en agosto de 1685, pero
cas”. Casi todo el resto de la obra se encontraba no empieza a ejercer el cargo hasta 1686, tocándole
igualmente “derrumbado y podrido”. Agregaba colaborar estrechamente con el sargento general de
que era imposible defender la ciudad “pues las batalla Juan Bautista de la Rigada en su misión al
compañías milicianas son de 100 a 120 hombres y reino para estudiar diversos problemas relaciona-
no se pueden sacar de los castillos por orden del dos con sus defensas. Ledesma era teniente gene-
rey y se necesitan para la defensa entre 400 y 500 ral de artillería y se encontraba a la sazón en
hombres”. Propuso hacerle un revestimiento o Pamplona. Había ocupado varios cargos hasta el
“encamisado” de cal y canto a los muros para que de teniente general de artillería en Flandes y estaba
pudiesen sostenerse pero, como la experiencia de- dispuesto a viajar cuanto antes en el navío del
mostraría más adelante, cualquier esfuerzo por re- asiento de negros que iba a Curazao. En su nom-
parar una obra que tan mal comienzo había bramiento se le advertiría que “su residencia ordi-
tenido, resultaría inútil345. naria ha de ser en Portobelo y que cuando vaya a
A juicio del presidente de la Audiencia de Pa- esta ciudad ha de tocar de camino en Cartagena
namá Pedro de Ponte Franca y Llerena, la obra ca- para reconocer el estado de sus fortificaciones”.
recía de “subsistencia”, por ser de “fajina y tierra” Como era costumbre cuando llevaban estos desti-
y estar “fundada en terreno muy húmedo y pan- nos, le acompañaría toda su familia350.
tanoso”, recomendado que se hiciese de “cal y pie- Ambos militares armonizan sus criterios y
dra”346. Para entonces (comienzos de 1684) ya se emiten parecidas opiniones por lo que respecta al
habían gastado 9,000 pesos y para que no se de- proyecto amurallado de Portobelo. De la Rigada
rrumbase toda la obra había sido necesario asegu- tenía plenos poderes pues su cargo era cabo prin-
rarla con puntales. Por órdenes del propio cipal de las armas de tierra del Perú y por su rango
presidente se inician entonces los trabajos para militar estaba a un nivel superior que Ledesma.
afianzar los cimientos, haciéndolos de cal y canto Fue nombrado en mayo de 1688 y debió salir en
como él proponía. La cortina del baluarte de San los galeones en julio acompañado por 15 soldados
Pedro que daba de cara al mar se empezó a “llenar para su protección351.
de piedra y cal quedando deslumbrada en la me- De los diversos informes y nutrida correspon-
dianía del grueso casi la mitad de ella”. Algunos dencia enviada a Madrid por Ledesma y De la Ri-
de estos trabajos se hicieron al parecer bajo la di- gada se desprende lo siguiente. El baluarte de San
rección de Bernardo de Ceballos, quien continuaba Pedro, única obra hecha de mampostería, tenía 228
ejerciendo como ingeniero mayor de Tierra Firme pies en el frente que daba de cara a la bahía, siendo
hasta 1683, cuando fallece347. Se ignora hasta su flanco de 25 pies; el frente que miraba al camino
dónde avanzaron la obras bajo la administración de Panamá medía 192 pies de longitud, y 83 pies de
de Ponte Franca, aunque consta que desde antes largo la cortina que unía el baluarte a la muralla que
del mes de enero de 1686 ya habían quedado defi- se extendía en dirección al San Juan de Dios. Según
nitivamente paralizadas. Rigada, las paredes del baluarte medían 15 pies de
En 1689, en efecto, el nuevo ingeniero mayor alto y 6 de ancho. En conjunto tenía 3,429 varas cas-
de Tierra Firme, teniente general de artillería Juan tellanas cuadradas que, tasadas a 8 pesos la vara
de Ledesma (quien reemplaza a Ceballos y cuadrada, importaría una suma de 27,438 pesos, lo
Arce)348, en carta enviada al rey el 6 de enero, hacía que agregado a otros gastos menores “no pasaría de
una larga relación del estado en que se encontraba 30,000 pesos”. Sin embargo, según “la voz popu-
el proyecto, detenido desde hacía tres años. En esta lar”, además de lo gastado se debían más de 50,000
y otras cartas suyas, así como un plano que anexó pesos, lo que resultaba desproporcionado.
Las fortificaciones de Portobelo
268

Fuera del baluarte no había más que “una estribos para los seis baluartes, etc. Según la nueva
trinchera con su zanjón de su misma longitud del planta, las dimensiones del recinto amurallado se-
cual se sacó la tierra que hace distinguir dos corti- rían las siguientes: 8,060 pies de circunferencia (24
nas y un baluarte opuesto al referido”. Entre los pies de alto, 6 de cimientos inclusive y de 6 de es-
graves defectos del proyecto se señala que el di- pesor), lo que hacían 1,260,480 pies cuadrados que
seño trazado por Venegas Osorio carecía de escala a su vez eran 46,684 varas castellanas cuadradas.
y de perfil, de manera que “no se puede adivinar A un costo de 8 pesos la vara cuadrada, esta parte
ninguna dimensión que sea fija y verdadera”. El del proyecto importaría 373,475 pesos, lo que agre-
muelle marcado por Venegas Osorio no tenía más gado a los 101,333 pesos que costaría el muelle y
que 410 pies de largo, siendo necesarios no menos otros gastos adicionales, elevaba los costos a un
de 2,200 pies, con objeto de que penetrase lo sufi- total de 572,656 pesos. Según los cálculos de Ri-
ciente en la bahía de modo que los barcos mercan- gada, el proyecto de Venegas Osorio habría cos-
tes pudiesen atracar en él sin rozar el fondo. tado 415,000 pesos.
Asimismo, consideraban el baluarte de San Ledesma y Rigada opinaban que la idea del
Pedro mal delineado y peor fabricado, pues carecía recinto murado era por demás necesaria porque
de cimientos, de suficiente altura y de parapeto, de convenía “cerrar esta plaza”, pues “cerrado Porto-
modo que era incapaz de soportar el peso de la ar- belo será la mejor plaza de América y se volverá a
tillería. Finalmente, señalaban que en los trabajos su antigua riqueza”. Y continúa Ledesma: “El sitio
que se hicieron “no hubo brueta de mano ni de para la obra no puede ser mejor sirviéndole el río
tiro, ni carretón que llaman campiñario, ni palas de foso, por una parte, el mar por otra y el sitio de
de carte para la tierra [...] ni los instrumentos, he- la otra parte del río tan pantanoso como el del río
rramientas, oficiales, carpinteros y demás artífices que quedará la plaza aislada como un diamante y
que son inexcusables”. Tampoco se emplearon tor- muy saludable”. Por lo demás, continúa, “el sitio
nos, ni se piloteó el suelo para los cimientos, “cosa para fabricar no tiene igual por tener dentro agua,
precisa en tierra blanda como la de Portobelo”. arena y piedra que pocas veces se halla en una
Según Ledesma, los interesados habían inun- obra”. Agregaba que la cal para las obras no se en-
dado al Consejo de Indias con planos, magnifi- contraba muy lejos.
cando los resultados obtenidos pues, nos dice, Rigada señalaba como una innegable ventaja
“todos los que pasan a esa Corte van instruidos para el proyecto el hecho de que no se pudiese dar
sobre el particular para hacer tablas de juego”. fondo en la bahía hasta pasados los 2,200 pies del
Llega incluso a insinuar que hubo malos manejos recinto, lo que anulaba la amenaza de bombardeo
en los fondos destinados para las obras, temiendo por fuerzas navales invasoras352.
que si se seguían administrando como hasta en- ¿Cuál fue el resultado de estos informes? La
tonces, aunque se gastase toda la plata del Potosí, acusación de Ledesma sobre el mal manejo de los
jamás se concluiría el proyecto. Esperaba, no obs- fondos fue absuelta por el visitador de Tierra
tante que sus voces de alerta y las del sargento ge- Firme, doctor Nicolás de Varáez, quien en septiem-
neral de batalla Juan Bautista de la Rigada, bre de 1688 comunicaba a la Corona que aun
“quitaran el velo del engaño de las obras de Por- cuando aquel fue “el más desordenado que cabe
tobelo tan desgraciadas, habiendo perdídose el pues no hubo la cuenta y razón que conviene”, no
tiempo, el dinero y la gloria de tener cerrada una hubo acción fraudulenta que pudiese probarse353.
plaza en que consiste la manutención de la Amé- Varáez aclara, y esto no deja de ser interesante, que
rica Meridional”. Ledesma era “más quejoso que celoso” y lo que
Ante esta decepcionante situación, Rigada, pretendía era conseguir que se prosiguieran las
con ayuda de Ledesma, revisó de arriba abajo el “fábricas del recinto murado para tener en que
proyecto, ordenó nuevos planos y propuso cam-
bios substanciales al plan original, como el notable
alargamiento del muelle según se señaló atrás, y Planta y perfil del Santiago tal como quedó según las mo-
la construcción de nuevos terraplenes, revellines, dificaciones que le hizo Manuel Hernández, 9.V.1760. CGEM.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
271

Plano y perfil de la batería de San Jerónimo tal como plata y oro y demás frutos y efectos con que bajase
quedó, por Manuel Hernández, 9.V.1760. CGEM. el comercio del Perú, para que su importe sirviese
a la traslación de la ciudad de Portobelo al sitio
ocuparse y [probar] ser de algún servicio su ofi- nombrado San Cristóbal”. Estas eran sumas con-
cio”, en otras palabras justificar su cargo. Este jui- siderables y demuestran el firme empeño de la Co-
cio no está del todo desprovisto de fundamento, rona por persistir en el proyecto.
pues para esas mismas fechas Ledesma solicitaba Los comerciantes que fueron de España contri-
al rey que en vista de la paralización de las obras buyeron con 21,074 pesos 2 reales, correspondientes
se le remitiese a la plaza de
Cartagena “para emplearse”,
es decir que se le transfiriese
a otro empleo en esta otra
plaza.
Sin embargo, nada pa-
rece indicar que el proyecto
Rigada-Ledesma fuese lle-
vado adelante. En 1692 en
efecto, el nuevo presidente de
Panamá, marqués de la Mina,
comunicaba a la Corona que
si no se proseguía la obra era
preferible demolerla, según el
dictamen del ingeniero mili-
tar, pues había, “peligro de
que la usase el enemigo para
su resguardo”354.
Aunque el proyecto fue
entonces abandonado, du-
rante muchos años no dejó de
recomendarse el sitio de San
Cristóbal para trasladar la
ciudad. De hecho, el proyecto
volvió a revivirse en firme en
1730 a raíz de una Real Orden
de 12 de junio de ese año di-
rigida al marqués de Villaher-
mosa, presidente de Panamá.
De acuerdo a esta orden, los
diputados del comercio de
España y Perú que concurrie-
ran a la feria de galeones a
cargo del teniente general
Manuel López Pintado de-
bían contribuir con “un
medio por ciento del valor de
los géneros que fueren en los
expresados galeones y otro
medio por ciento de toda la Vista aérea del San Jerónimo. Fotografía tomada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.
Las fortificaciones de Portobelo
272

al medio por ciento del valor de las mercancías que mente se expidió una nueva R. C. para el sucesor
llevaron (lo que significa que estas tenían un valor de Villarrocha y nuevo presidente de Panamá, Dio-
de 4,214,800 pesos). Por su parte, los diputados del nisio Martínez de la Vega, fechada en San Lorenzo
comercio de Perú se comprometieron el 10 de junio el 2 de diciembre de 1736, para que continuase con
de 1731 a entregar por su medio correspondiente el proyecto y volviese a cobrar el impuesto del
a los 13,487,792 pesos que llevaban en barras, ba- medio por cierto a los comercio de Perú y España,
rretones y monedas de plata, la suma de 67,439 pese que a las serias objeciones que estos habían
pesos. Las sumas aportadas por ambos comercios formulado.
sumarían un total de 88,513 pesos con 2 reales. Las objeciones de los comerciantes las recoge
Eran cantidades respetables y se exigía que las en- en una réplica impresa, aunque sin fecha, el dipu-
tregasen “sin dilación”. Una vez recogidas estas tado por Perú don Juan de Berria. Para empezar,
sumas debían ser entregadas al presidente de Pa- rechazaba el argumento de que era necesario
namá, marqués de Villarrocha. Con ese dinero de- mudar de sitio a Portobelo porque era una ciudad
bían costearse “la fábrica de la iglesia, muralla, malsana, ya que si esto era cierto en sus orígenes
contaduría y demás oficinas”355. cuando se consideraba “sepulcro de españoles” la
Pero estas sumas resultarían insuficientes y no situación era ahora muy distinta. En cuatro o cinco
se pudo realizar la mudanza, por lo que nueva- meses “apenas muere uno y solo cuando se junta

Vista aérea de las baterías baja y alta del San Fernando. Foto-
grafía tomada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
273

dos bultos con telas y ropas


que solían ser el doble de los
fardos comunes. Defiende el
sistema de defensas que aún
conservaba Portobelo adu-
ciendo que desde hacía mu-
chos años ningún enemigo
había osado invadirlo, recor-
dando que en 1697 cuando
Cartagena fue saqueada “no
se atrevieron a pasar a Porto-
belo estando para celebrar la
feria de galeones y esto
mismo sucedió cuando la es-
cuadra del almirante Hosier
que no obstante haberle te-
nido bloqueado algún tiempo
no se atrevió a invadir la
plaza”. Que en el “tiempo
muerto”, cuando no había fe-
Vista aérea del complejo del San Fernando, donde se observa en la cumbre del cerro la Casa rias ni quedaban bajeles ni
Fuerte. Fotografía tomada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.
galeones en Portobelo, “y en
sus castillos más que algunos
la gente de las armadas del norte y del sur a la ce- soldados y su corto vecindario sin fuerza para
lebración de la feria”, y esto “debido a la corrup- hacer vigorosa defensa del enemigo que intentase
ción de las harinas y otros alimentos y de los invadirlo al sitio de San Cristóbal si llegase a cons-
vapores que exhalan los frangotes al tiempo de truirse, y en este caso es mayor la resistencia que
abrirse”, aunque en los últimos años tampoco este puede hacer la actual ciudad de Portobelo, por ha-
había sido el caso. En cambio el sitio de San Cris- llarse en medio de los dos castillos de Santiago y
tóbal “es sumamente húmedo y pantanoso, cer- San Jerónimo fundado este dentro del mar sobre
cado del río Cascajal de aguas salobres y de una un bajo distante 30 pasos de la ciudad”. Y así con-
laguna o ciénaga que le hacen mucho más enfermo tinúa con otros argumentos para concluir solici-
que la actual ciudad de Portobelo por ser manan- tando al rey que “se sirva sobreseer en la traslación
tial perenne en todos tiempos del año, motivo por- de la referida ciudad a San Cristóbal, derogando
que aunque en el año 1680 se intentó la referida las órdenes que se han dado para ello por los per-
mudanza y se sacaron cimientos a costa de la Real juicios que causarían”.
Hacienda se dejó de continuar la obra por no Cuando Villahermosa recibió la R. C. de 12 de
poder agotar las aguas, razón porque no ha habido junio de 1730 inmediatamente trató de darle cum-
persona que haya intentado hacer casa ni bohío en plimiento, convirtiéndose en gran defensor del
aquel paraje por lo malsano”. proyecto y un año después le encarga la tarea al
Juan de Berria pasa luego a referirse a la difi- brigadier e ingeniero director del Ejército Juan de
cultad del traslado de las mercancías por la boca Herrera y Sotomayor. Herrera y Sotomayor era in-
del río Cascajal, debido a un “gran bajo donde con- geniero extraordinario y tenía rango de maestre
tinuamente varan las canoas pescadoras que trafi- de campo; además era el castellano del castillo de
can sin que las liberte de este riesgo el ir sin carga, Barajas, en Cartagena de Indias. Pero a fin de que
ni el que las gobierne personas prácticas”. Pasar se ocupara del San Cristóbal y de otras obras de
sobre este bajo se hacía sumamente difícil cuando fortificación en el Istmo, Villarrocha lo retuvo con-
la carga iba en frangotes, unos voluminosos y pesa- tra de su voluntad una larga temporada, durante
Las fortificaciones de Portobelo
274

la cual dejó una serie de magníficos planos para Comercio de Lima fechada 28 de abril de 1732, y
el San Lorenzo del Chagres, la capital y Portobelo, quedó congelado sine die. Para los comerciantes li-
así como un vistoso y elegante plano que diseñó meños esa decisión debió causar gran alivio a su
para el San Cristóbal356. Más tarde llegó Nicolás bolsillo.
Rodríguez, el nuevo ingeniero destinado a Pa- El tema no volvió a mencionarse en los años
namá, de modo que Herrera pudo regresar a Car- siguientes. Aparte de que los costos eran excesi-
tagena, quedando en manos de Rodríguez el vos y de que había tanta oposición al proyecto,
estudio del San Cristóbal. Pero Rodríguez calculó también cabe otra posible explicación para que el
que los costos de la obra serían enormes, esti- proyecto quedase engavetado por lo menos du-
mando que solo para “lo más preciso” harían falta rante décadas. Recordemos que en 1739, luego
422,226 pesos 4 reales “sin incluir menudencias ni del ataque de Vernon a Portobelo, las ferias deja-
la batería torre que se ha de hacer en el paraje de ron de celebrarse y su importancia estratégica y
la Ranchería y otros gastos”357. Si a esto se suma comercial periclitaron sin posibilidad de recupe-
lo que ya se había gastado en la década de 1680, ración. Si había sido difícil conseguir el medio por
la obra habría costado arriba del millón de pesos, ciento exigido por la R. C. de 12 de junio de 1730
sino más. y enfrentado tantas resistencias cuando todavía
Con esta nueva perspectiva de altísimos cos- se celebraban ferias, ¿de dónde se iban a obtener
tos, y pese a que el debate sobre la conveniencia o recursos cuando ya no se celebraran más? La
no del San Cristóbal continuó, el proyecto volvió razón de ser de las fortificaciones de Portobelo (y
a enfriarse en la Corte. Finalmente encontró la por tanto del San Cristóbal) era, como desde el
abierta oposición del influyente secretario de Es- principio, proteger las flotas durante las ferias.
tado de Felipe V, José Patiño, en una respuesta Pero si yo no habría más ferias, ¿para qué insistir
que redactara a los miembros del Consulado del en un proyecto tan costoso? Como quiera que sea,
las obras de fortifica-
ción de Portobelo no
vuelven a reactivarse
hasta mediados del si-
glo con las intervencio-
nes de Sala y Hernán-
dez, cuyas novedosas
propuestas no toman
para nada en cuenta el
viejo proyecto del San
Cristóbal. Ya para en-
tonces el viejo proyecto
parecía estar condena-
do definitivamente al
olvido.
Aun así, todavía en
1779, el viejo proyecto
sería objeto de estudio
por Agustín Crame. Tras
inspeccionarlo, deses-
tima su utilidad militar
por razones que le pare-
cían obvias, conside-
Vista aérea de la Casa Fuerte del complejo San Fernando. Fotografía tomada con dron, por Andrés rando las características
Cruz, marzo de 2015. del terreno. Y no se le
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
275

Casa Fuerte del conjunto San Fernando.


Fotografía de Juan Albarrán, marzo de 2015.

escaparía el hecho de que era muy tarde para em- El proyecto del San Cristóbal resultó en fin de
prender un proyecto tan costoso que no se justificaba cuentas un total fiasco. La única obra realmente
cuando ya Portobelo había perdido importancia mi- efectuada fue la que tuvo lugar durante la década
litar y comercial. Escribe:  “Aún se ven fragmentos de 1680. Lo que se hizo después fueron solo planos
de un recinto que se empezó para mudar el pueblo, e inspecciones de ingenieros y otras autoridades.
no creo que haya habido, aún en la época que mere- Desde el principio fue un proyecto mal concebido,
cía más atención, proyecto formal  para fortificarlo, peor ejecutado y los enormes recursos que se ma-
y a la verdad no se erró en ello, porque los cerros que nejaron fueron pésimamente administrados. Si se
por todas partes lo dominan lo hacen impracticable, consideran todos estos factores, fue uno de los ma-
siendo su mayor seguridad esta misma imposibili- yores despilfarros y fracasos en la historia de la
dad  de fortificarlo, pues aún cuando los enemigos fortificación americana.
se hiciesen dueños de las baterías y del pueblo que- Hasta fines de la década de 1960, se ignoraba
darían sin fortificación en que hacerse firmes y ex- la existencia de este proyecto, y el lugar donde se
puestos a ser continuamente invadidos por las encuentra era raras veces visitado debido a las con-
dominaciones de la espalda”.  Su inspección no lle- diciones pantanosas del suelo, salvo por algún ca-
vaba la intención de evaluar el proyecto para reacti- zador furtivo o desorientado, que por supuesto
varlo, ya que para entonces su ejecución no tenía difícilmente habría podido discernir lo que tenía
ningún sentido; se limitaba simplemente a emitir su frente a sí en medio de la tupida selva y espesa ma-
opinión de experto, como lo hizo con todo el sistema leza que cubría el sitio. Sin embargo, algunos libros
de defensas del Istmo. hacían mención al recinto murado de San Carlos
Las fortificaciones de Portobelo
276

Vista aérea del Santiago donde se observan los daños que ha sufrido a consecuencia de los derrumbes del cerro cercano y de las obras de
la carretera inaugurada en 1969. Fotografía tomada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.

como parte integrante de un castillo, o bien se re- de San Pedro, y a la semana siguiente ya fue posi-
fieren al “castillo de San Cristóbal”, al que el ima- ble reconocer todos los vestigios restantes hasta re-
ginario popular le agregaba el curioso e inespe- montar el cerrillo de San Cristóbal. Para dar a
rado sobrenombre de Camangua. conocer este valioso descubrimiento publiqué “Las
Guiado por la documentación y el material murallas de San Cristóbal en Portobelo”, que ocu-
cartográfico conservado en el Archivo de Indias paba un “ombligo” del Dominical del diario Pa-
aquí citados, y estando en septiembre de 1970 a namá América, el 18 de octubre de 1970. Era la
cargo de los proyectos de puesta en valor de los primera vez que se publicaba algo sobre el tema.
conjuntos monumentales de Panamá y Portobelo, Cuando se descubrió el sitio en 1970 los restos
como director de Turismo Histórico y Social del se encontraban sumamente desgastados y a ratos
Instituto Panameño de Turismo Interno (antes de se confundían con el suelo cenagoso semejando,
que existiera el Instituto Nacional de Cultura) en- debido a su poca altura, una formación natural. Al
cargué que limpiaran el área a una cuadrilla de hacer la limpieza los peones creían estar cami-
desmonte de Portobelo que estaba bajo mi mando. nando sobre el suelo firme y si se iba despreveni-
En primer lugar quedó al descubierto el baluarte damente sobre estos restos tal era la impresión que
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
277

se tenía, aunque a menudo se encontraban retazos de Echeverría escribía el 6 de noviembre de 1649


de “tierra y fajina” que denotaban la intervención que el “placer” en el que se había recomendado la
humana. erección del San Jerónimo, se había ido “exten-
En la actualidad se mantiene aún en pie el ba- diendo más con el cieno que con el río [Cascajal] y
luarte de San Pedro con tres flancos de murallas las aguas llovedizas que tienen sus vertientes”,
de unos 4 metros de alto y 1.70 metros de espesor. agregando que de hacerse la obra aumentaría el
El tramo mayor, hacia el fondo, mide unos 70 me- “placer”, cegándose el atracadero de barcos. Eche-
tros, el del frente unos 40 metros, el más pequeño verría afirmaba que según la opinión general la
unos 20 metros, desde donde se desprenden frag- destrucción del Santiago para substituirlo por el
mentos de lo que fue la “cortina” de muralla que San Jerónimo resultaría muy costosa, recomen-
unía este baluarte con el de San Juan de Dios. El dando en cambio que aquel se reparase, hacién-
baluarte de San Pedro es lo más importante que dole un foso de entrada cubierta y edificando
queda del proyecto amurallado. Las fuentes indi- sobre su padrastro un fuerte que protegiese la
can que se levantaron, además, la cortina de mu- guardia del castillo.
ralla que unía, hacia la derecha, el baluarte de San Estas propuestas fueron vistas en Junta de
Pedro con el de San Juan de Dios, que también se Guerra del Consejo el 20 de noviembre de 1648,
hizo, y la cortina que desde este baluarte salía donde se resumían las recomendaciones que había
hacia el cerillo de San Cristóbal, situado casi a las hecho Roda desde 1620 (y que ya se habían visto
márgenes del río Cascajal. en la Junta de Guerra en febrero de 1632) para eli-
Mi última visita al lugar la realicé a principios minar el Santiago y mudarlo al bajo situado junto
de 2015 y, para mi sorpresa, encontré varias vivien- al matadero. Pero en lugar de tomar una decisión,
das permanentes tan cerca del baluarte de San lo que se hizo fue pedirle a los “cabos de galeones”
Pedro, que solo las separaba una pequeña que- que iban en la armada de Pedro de Ursúa para que
brada que corre casi al pie del baluarte. Por otra hiciesen junta en Portobelo, luego de visitar los
parte, al oeste, casi orillando al antiguo complejo castillos, y emitiesen opinión. En la misma Junta
y a solo metros de distancia, ya se ha levantado se evocaba una R. C. de 23 de julio de 1646 donde
una moderna aunque pequeña urbanización. No ya se había pedido que se organizase junta con el
me sorprendería que en pocos años se extiendan general de galeones y se pedía que reconociesen
nuevos proyectos de vivienda hacia el interior del los castillos (tanto de Portobelo como el San Lo-
viejo proyecto, hasta invadirlo completamente y renzo) a los ingenieros Juan de Somovilla Tejada y
construir sobre el propio cerro San Cristóbal. Juan Bautista Antonelli358. Pero de momento no se
llegó a ningún acuerdo. Y así continuaron repitién-
dose las vacilaciones de la Junta de Guerra para
El reducto de San Jerónimo asumir decisiones concretas.
Sin embargo, en 1653 vuelve a revivirse el pro-
La tercera fortaleza que se construyó en Por- yecto y en carta de 23 de julio de 1656 el presidente
tobelo durante el siglo XVII fue el San Jerónimo. y gobernador de Panamá, Pedro Carrillo de Guz-
Aunque su construcción no se inicia hasta prome- mán, comunicaba a la Corona que en el referido
diar el siglo, ya en la década de 1620 Cristóbal de “placer” se “echó piedra para la base” y que el
Roda recomendaba su construcción en un “placer” fuerte se había puesto “en perfección con sus tro-
o bajo, formado con el cieno acumulado por las co- neras”. Su sucesor, Fernando de la Riva Agüero,
rrientes del río Cascajal, es decir donde el fuerte alienta nuevamente el proyecto y en sendas cartas
quedó efectivamente emplazado posteriormente. suyas de octubre y diciembre de 1658 propone que
A su juicio costaría unos 93,099 pesos y podría re- se construya con 12 cañones y una dotación de 50
emplazar al Santiago de la Gloria, al que aconse- hombres. Pero una Junta de Guerra del Consejo de
jaba desmantelar. Solo necesitaría para su defensa Indias acordó que concentrarse sus energías en la
100 hombres y 23 piezas de artillería, en lugar de reparación de la fortaleza del San Lorenzo del Cha-
los 500 hombres y 29 piezas que tenía aquel. Juan gres, y que “no se hiciese novedad” al respecto del
Las fortificaciones de Portobelo
278

San Jerónimo hasta tanto no emitiesen su dictamen a este reparo el que la conservación de la nueva for-
ciertas autoridades y personas prácticas en ocasión tificación acarrearía grandes gastos, pues obligaba
de los próximos galeones que visitaran Portobelo. a la Real Hacienda a mantener un castellano al
Sea cual sea el dictamen de estas autoridades, frente del castillo y un número plural de soldados.
el hecho es que el propio De la Riva Agüero co- Pedía finalmente al Consejo que mandase personas
municaba en diciembre de 1659 haber levantado prácticas e inteligentes para que informasen sobre
una estacada, dado así comienzo a las obras. Gra- la conveniencia o inutilidad del “nuevo castillo”.
cias a los donativos que hicieron el maestre de Sin embargo, a juzgar por las noticias que se
campo Jorge Calvo Minucho y el castellano Pedro conservan, la iniciativa de la construcción fue bien
de Arredondo Agüero, acaudalados vecinos de acogida por las autoridades locales, destacándose
Portobelo, y ambos con anterioridad alcaldes ma- entre sus más fervientes defensores al presidente y
yores y capitanes a guerra, las obras ya se encon- gobernador Juan Pérez de Guzmán, sucesor de De
traban bastante avanzadas en 1663. Calvo donó la Riva, quien muere el 23 de noviembre de 1663,
4,000 pesos y ofreció 6,000 más si se le otorgaba antes de que concluyeran las obras. Pedro de Arre-
el puesto de castellano del San Jerónimo. Pero al dondo Agüero, nombrado por De la Riva castellano
que se nombró en ese cargo fue a Arredondo del San Jerónimo, se ofrece por su parte a hacer a su
Agüero, que sirvió con 3,000 pesos para la obra y costa lo que restaba de la construcción del fuerte a
había ofrecido otros 3,000 más si se le confirmaba cambio de que se le hiciese merced del nombra-
como castellano359. miento de capitán general. Se calculaba que para
Al decir del propio De la Riva Agüero, en un concluir la obra hacían falta 200,000 pesos.
comienzo cegó el fondo del “placer” con “piedra Aunque la obra realizada en el fuerte por De
seca, cascajo y barro”, levantando unos parapetos la Riva gozaba de general aceptación, los expertos
de estacas con “piedra floja, tierra y fajina de 9 pies no dejaron de señalarle la necesidad de hacerle
de alto y 8 de grueso”. Colocó sobre las explanadas modificaciones. Al morir De la Riva, le sucedió in-
de tablas 13 piezas de artillería y dotó al fuerte de terinamente como presidente y gobernador el
puerta y puente levadizo. Según otra fuente, De la oidor Bernardo Trigo de Figueroa, quien hizo le-
Riva se limitó en un principio a “entablar una pla- vantar una cortina “que mira a la boca del puerto”,
taforma” dotándola de ciertas piezas de artillería, de 30 varas de largo y una y media de grueso,
pero no contento con ello “comenzó a hacer una donde se colocaron seis piezas de artillería; sin em-
nueva fábrica mudando lo que era plataforma en bargo, los lados y espaldas del fuerte quedaron al
fuerza dentro del agua [...] dejándola asilada por descubierto y carentes de murallas. Al oidor le su-
todas partes, para lo cual cegó e hizo hacer un te- cedió, también interinamente, Pablo de Figueroa,
rreno en dos varas de fondo y más por algunas Corregidor de Paita nombrado por el virrey del
partes de agua dándole capacidad bastante para Perú; pero no se prosiguieron las obras y el mar
hacer una considerable fuerza”. Según el proyecto empezó a socavar “muchas parte del suelo firme
de De la Riva el fuerte debía tener 50 varas de cor- con que estaba cegado”, provocando la destruc-
tina y dos baluartes con 20 varas de cortina adicio- ción de la cortina o parapeto. Al llegar el presi-
nales. En 1663 ya tenía “encabalgadas” las 13 dente en propiedad, Juan Pérez de Guzmán, este
piezas de artillería mencionadas antes, dos de ellas decidió que la planta del fuerte quedase com-
de a 18 libras de calibre, cinco de ocho, cuatro de a puesta por cuatro baluartes “de corta circunferen-
seis, y dos de bronce de a tres libras. cia” con objeto de poder ser defendido con menos
Al tener noticia de estos progresos por varias soldados, así como de un aljibe, almacenes para ví-
cartas y planos enviados al Consejo de Indias por veres y municiones y alojamientos para la infante-
el propio De la Riva y por Arredondo Agüero, el ría. En consecuencia, ordenó demoler la plata-
fiscal de ese organismo manifestó su desacuerdo forma y la casa de la pólvora y pertrechos, sin
por considerar que el gobernador había procedido
sin la necesaria licencia del Consejo y por tanto ex- Vista aérea del Santiago con la bahía al fondo. Fotogra-
cediéndose en sus atribuciones. El fiscal agregaba fía tomada con dron, por Andrés Cruz, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
279

haber tomado la precaución de hacer antes una mente incapaz de ofrecer una adecuada defensa.
cortina donde pudieran colocarse los cañones. El Como veremos en un capítulo posterior, solo le hi-
hecho es que para julio de 1668, cuando Morgan cieron frente a los atacantes 5 soldados trasferidos
atacó Portobelo, el San Jerónimo era solo un bonete del presidio de Panamá y el castellano Arredondo
o reducto de 45 pies de lado, que a juicio del inge- Agüero. La resistencia duró solo minutos.
niero Somovilla Tejada “todo lo que estaba hecho Un año después del ataque de Morgan, el 3 de
no valía nada y que todo lo que se gastase en dicha noviembre de 1669, Juan Pérez de Guzmán hizo
fábrica era perdido y sin fruto”. Así se lo había ex- Junta de Guerra con el general de galeones y el in-
presado a Pedro de Arredondo360. Lo peor es que geniero militar Juan Betín para tratar sobre las de-
durante el ataque todavía el San Jerónimo estaba fensas de Portobelo. Esta Junta acordó proseguir
en construcción, sus cañones estaban enterrados con las obras de San Jerónimo “en que consiste la
en la arena, carecía de pólvora y otros pertrechos, principal defensa del puerto”, según palabras del
y no tenía dotación propia, por lo que era total- propio Guzmán.
Las fortificaciones de Portobelo
280

El autor en una de las dos baterías a barbeta del San Jerónimo. Fotografía de Nicolás Liakópulos Falcón, marzo de 2015.

Para esas mismas fechas el ingeniero Betín co- de defensa361. Aparte de Betín hay noticias de otros
municaba que el San Jerónimo se encontraba prác- dos ingenieros que estuvieron vinculados estre-
ticamente concluido, pareciéndole que se había chamente a la obra: Francisco Panique, quien ase-
gastado de la Real Hacienda mucho dinero infruc- soró a De la Riva, y Juan de Somovilla Tejada,
tuosamente. No obstante el proyecto de De la Riva quien al decir del propio Betín le formuló repetidas
de dotar al fuerte de dos baluartes y de Pérez de consultas desde Portobelo362.
Guzmán de colocarle cuatro, el San Jerónimo que En 1672 cuando Antonio Fernández de Cór-
conoció Betín se reducía a un modesto “reducto” doba visitó los fuertes de Portobelo todavía el San
–término que él usa acertadamente– carente de tra- Jerónimo “se estaba trabajando”. Lo describe así:
veses, esto es, de baluartes y por tanto desprovisto “Consiste en un bonete cuadrado que puede tener
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
281

40 a 50 pies de cuadro, sin través ninguno, ni altura El fuerte Farnesio


suficiente para estar fuera de escalada”, lo que
quiere decir que sin dificultad sus muros podían Sobre una leve colina que se alza como una ai-
ser escalados. Y agrega: “Esta pequeñez no le per- rosa quilla frente al mar abierto, en el lado sur de
mite alojamiento ni disposición de tener guarni- la bahía de Portobelo, se conservan los restos del
ción considerable, y aunque está dentro del agua pequeño fuerte Farnesio. A la lengua de tierra que
por todas partes no está libre de sorpresa, porque une la colina donde quedó emplazado el fuerte se
se puede pasar en la baja mar” 363. la conoce actualmente como La Escucha, aunque
Como se ve, su opinión no distaba de la de So- durante la Colonia se la llamó, según las épocas,
movilla Tejada pero sí de la de Pérez de Guzmán. La Ranchería o El Cocal, y a la misma punta, punta
Poco después de la visita de Fernández de Cór- La Ranchería o punta Farnesio. Cuando lo estudié
doba el San Jerónimo fue concluido, se le colocaron por primera vez a comienzos de la década de 1970,
piezas de artillería y quedó en condiciones de la espesura de la selva impedía hacer un adecuado
cumplir su papel en la defensa. reconocimiento del lugar y era difícil encontrar las
El San Jerónimo se mantuvo sin mayores cam- cuatro grandes piezas de artillería que han logrado
bios hasta que el esfuerzo conjunto de los ingenieros resistir el paso de los siglos. Hasta entonces el
Ignacio Sala y Manuel Hernández lo transformaron lugar había sido utilizado por los portobeleños
completamente convirtiéndolo en un fuerte-batería. para cultivar otoe, ñame, plátano, y, en el bajo,
Se terraplenó el espacio comprendido entre el primi- caña de azúcar, lo que les han mantenido familia-
tivo reducto y tierra firme, hasta quedar a unos pasos rizados con sus cuatro cañones, los escasos vesti-
de la Aduana. Sobre el terraplén, siguiendo la línea gios pétreos de la construcción y las abundantes
del cordón se construyó el parapeto con su ristra de “huacas” de balas de diversos calibres que, según
troneras, merlones y banquetas para la batería baja, se dice, han desaparecido por habérselas ido lle-
que quedaría casi a ras del agua y con capacidad para vando algunas partidas de indios cunas que las
una veintena de cañones. Sobre el reducto primitivo, utilizaban como lastre arrojándolas al mar cuando
se levantó una garita circular con sus aspilleras364, yo no hacían falta. A eso se limitaban los conoci-
una pequeña batería a barbeta para defender el frente mientos que se tenían entonces sobre el Farnesio.
que miraba a la batería baja y al pueblo, y cinco mer- Es un nombre que había desaparecido de la me-
lones con sus banquetas y troneras donde se coloca- moria de los portobeleños y que nuestros estudio-
rían otros tantos cañones para proteger la bahía. A sos habían olvidado registrar.
un pie del reducto, al que se accedería por una La información que sobre el Farnesio podía
rampa, se agregó una casa de pólvora de mampos- consultarse para aquellas fechas en nuestro medio
tería a dos aguas, a prueba de bomba y reforzada con se limitaban a una copia fotográfica de un plano
estribos o contrafuertes. En la retaguardia del fuerte del Archivo General de Indias, perteneciente a la
se levantó un largo parapeto con aspilleras para la colección de Pérez Chanis de la Universidad de
fusilería. Se construyó un cuartel con capacidad para Panamá365 y dos reproducciones de la Carpeta IV
200 hombres, plaza de armas, habitación y oficinas de la obra Cartografía de ultramar, publicación de
para el castellano, y al lado de su acceso principal se 1957 de los Servicios Geográfico e Histórico del
construyó una batería a barbeta junto a otra garita Ejército, de Madrid. Ya era algo, pero resultaba te-
circular con sus aspilleras para la fusilería que defen- merario afirmar que los pocos restos que entonces
día la entrada y a las que se accedía por una rampa. quedaban respondían a las plantas que allí se re-
Era una obra completamente distinta a la anterior, producían. Hoy, por fortuna, una abundante do-
basada en conceptos novedosos de fortificación y sin cumentación permite salir de dudas.
duda mucho más afectiva para la defensa que el pri- Los planos a que me refiero pronto encontra-
mitivo reducto. La cartela que exhibe el dintel de su ron una explicación en las fuentes literarias encon-
puerta de entrada lee su año de conclusión: 1758. Es tradas. El marqués de Villa Hermosa, presidente
el San Jerónimo que actualmente se conserva. Sobre de la Audiencia, gobernador y capitán general de
el mismo volveré más adelante. Tierra Firme, manifestaba el 6 de mayo de 1732 su
Las fortificaciones de Portobelo
282

propósito de construir en “el arrecife de la Ranche- Herrera. Es sabido que Bordick era subalterno del
ría”, una batería, y en el “Cerro de la Ranchería”, ingeniero director Herrera, en calidad de ingeniero
una “torre”, según los planos que había ordenado en segundo, y seguramente hizo este diseño si-
confeccionar un año antes el ingeniero Juan de He- guiendo órdenes de aquel. Puede incluso asegu-
rrera Sotomayor, brigadier e ingeniero director del rarse que el diseño del Farnesio que proyectara
Ejército. Estas fortificaciones debían proteger la en- Herrera, es el que hizo Bordick. Tal vez, en efecto,
trada de la bahía cruzando el fuego con el del cas- el proyecto detallado del Farnesio jamás fuera tra-
tillo de San Felipe, situado al frente. A juicio del zado por el propio puño de Herrera, sino por Bor-
marqués, el proyecto era “sumamente necesario e dick. Como hemos dicho, este diseño carece de
indispensable pues con ella [...] todas la demás for- fecha, pero, considerando estos factores y la fecha
tificaciones de Portobelo quedan inútiles e innece- del proyecto, sin duda fue confeccionado en 1731.
sarias pues aquellas aseguran enteramente la boca Resumiendo, con ser tres los planos existentes (el
del puerto y la torre, la misma boca y puerto de que lleva la firma de Navarro, el de Herrera y el de
Buenaventura y demás parajes de inmediación de Bordick) se trata sin duda de un mismo proyecto.
dicho puerto que son los más expuestos y acomo- En todos estos planos, la torre propuesta para
dados para el desembarco”366. el cerro y punta de La Ranchería debía estar cu-
La carta de Villa Hermosa fue remitida al rey en bierta, con techo de teja. Tendría dos plantas. En la
compañía de un plano a color titulado “Plano y vista planta baja quedarían el almacén para la pólvora
del reducto cubierto que se debe hacer en la monta- y la plaza de armas, la cual estaría a un nivel de 10
ñuela de la punta de La Ranchería, a la entrada de pies de altura, debiéndose colocar en ella la artille-
la bahía de Portobelo” y “Plano y vista de la batería ría. En la planta alta quedaría un corredor con sus
baja de la Punta de la Ranchería”, que es el mismo parapetos de madera para la fusilería. Al reducto
que reposa en el Archivo de Indias ya mencionado. se accedería por una sola puerta mediante una es-
Carta y plano fueron separados, lo que no impide calera levadiza. La figura del reducto sería de base
establecer su relación, pues en el dorso del diseño se pentagonal, cada una de cuyos lados tendría cerca
hace referencia a la carta de remisión. También en el de 30 metros siendo así de unos 150 metros su cir-
plano podemos leer que se trata de una copia del cunferencia369.
que hizo Juan de Herrera, y a que hace referencia a A nivel del mar, casi “a flor de agua, sobre el
Villa Hermosa, copia probablemente hecha por el ca- arrecife que sale de la dicha Punta y queda en seco
pitán de navío Juan José Navarro367. a la baja marea”, quedaría la “batería baja la cual
El plano de Juan de Herrera que existe en el cruza sus fuegos con el castillo [de San Felipe], de
Centro Geográfico del Ejército, en Madrid, no pa- donde distará 3,650 pies, bate toda la costa de en-
rece ser, sin embargo, el modelo en que se basó frente, la bahía y avenida de mar en fuera (sic) y
Juan José Navarro, pues carece de los detalles que hasta la ensenada de Buenaventura”370. Aunque la
tiene el diseño de este. En el de Herrera se observa concepción de la batería es básicamente la misma
el diseño de una “torre cubierta” con figura pen- en el plano de Bordick que en el del Archivo de In-
tagonal que debía quedar emplazada sobre la dias, este da mayores detalles. La batería tendría
“Punta de la Ranchería con el nombre de Fuerte 30 cañones. En el interior quedaría un cuartel para
Farnesio” y, a muy pequeña escala, el dibujo de Infantería, el alojamiento para el cabo, almacenes
una “batería baja, proyectada sobre el arrecife que para armas y pertrechos, almacén de pólvora, cis-
queda en seco en la baja marea”. También en la re- terna y cobertizos para la artillería. Su diámetro
ferida punta de La Ranchería368. sería de unos 120 metros371. En el plano firmado
En el Centro Geográfico del Ejército, en Ma- por Herrera el proyecto debería denominarse
drid, existe otro diseño del Farnesio aún más com- fuerte Farnesio, en honor a la segunda esposa de
pleto, que no lleva firma ni fecha. Los editores de Felipe V, Isabel de Farnesio.
la Carpeta IV lo atribuyen a Diego Bordick. Resulta
casi idéntico al proyecto del Archivo de Indias que, La batería del San Jerónimo desde la batería a barbeta
como hemos visto, es copia del ideado por Juan de de la entrada. Fotografía del autor, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
283

Sin embargo, el proyecto, tal como lo conci- La idea de fortificar la punta de La Ranchería
bió Herrera, jamás llegó a realizarse. Y nada de lo se mantendrá vigente durante mucho tiempo, aun-
que queda en pie sugiere ni siquiera vagamente que no logre cristalizar. Así por ejemplo, en una
la idea del ingeniero. En realidad, nunca se hizo carta escrita aparentemente en Portobelo el 10 de
la “torre cubierta”, ni la “batería baja” por él pro- agosto de 1623, Juan López de Cañizares, tesorero
puestas. Con todo, no sería la primera ni la última y juez oficial de Real Hacienda en Tierra Firme y
vez que la punta de La Ranchería fuera objeto de persona que vivía desde hacía tiempo en el reino,
atención para aprovechar sus ventajosas condi- comunicaba a la Corona “que el sitio de la Ranche-
ciones estratégicas. ría está en frente del dicho castillo (de San Felipe)
En realidad, la idea de hacer este fuerte era bas- otro cuarto de legua por agua, tierra firme con la
tante vieja. En la Descripción de Portobelo de 1606- ciudad, tenga siempre cuatro soldados de este cas-
1607 se menciona que en el lugar “donde se ha tillo y dos piezas de artillería o más, y artillero,
hecho la Ranchería que llaman de San Bernardo”, para avisos y señas, si el enemigo echase algunas
sita para más señas “en frente del castillo de San Fe- lanchas para entrarse com otra vez entró y tomó la
lipe”, debía hacerse “un reducto donde hubiese un ciudad”373.
par de piecezuelas para trabucar cualquiera lancha Al finalizar el siglo XVII cobró nueva fuerza
que se le arrimase y demás de esto esta fuerza o re- el proyecto. La R. C. fechada en Madrid a 27 de
paro tendría otros buenos efectos si se hiciese”372. La septiembre de 1680 y dirigida al sargento general
identificación del sitio no deja lugar a dudas. de batalla Luis de Venegas Osorio, encomendándole
Las fortificaciones de Portobelo
284

“el reconocimiento de las fortificaciones de Tierra nan la ciudad”, edificó un par de bonetes de tierra
Firme y demás del Perú”, le ordenaba estudiar la y fajina. Sin embargo en 1683 ya se hallaban “de-
conveniencia de la vieja idea374. En parte, la R. C. rrumbados y podridas las estacas”376. Hizo tam-
es una respuesta a una carta de Venegas de 23 de bién un reciento de tierra y fajina en las boca calles
enero de 1679 dirigida al conde de Medellín, pre- de Portobelo pero no tardaron igualmente en de-
sidente del Consejo de Indias, donde se proponen rrumbarse y podrirse. Como ya se mencionó en el
diversas innovaciones en la defensa de Portobelo, epígrafe sobre el San Cristóbal, a juicio del enton-
como la reubicación de la ciudad en el sitio de San ces teniente general de Portobelo, Francisco de
Cristóbal, la demolición de los castillos de San- Castro, tales esfuerzos resultaban inútiles por
tiago de la Gloria y San Felipe, etc., temas que ya cuanto hacían falta para su defensa entre 400 y 500
discutimos páginas atrás. Respecto al San Felipe, hombres y no había más que entre 100 y 120 mili-
la Corona resuelve no demolerle “hasta que con cianos y no podía echarse mano a la guarnición re-
las dudas que se ofrecen de si quedase la boca del gular de los castillos por prohibición expresa del
puerto defendido con fortificar el mogote que rey377.
está a la otra banda de él, me informéis, como os En la misión de dotar al territorio de Tierra
mando lo hagáis sobre si se podrá hacer esta for- Firme con adecuadas defensas llegó en la segunda
tificación de calidad que queden en toda defensa, mitad del año 1688, en reemplazo de Venegas Oso-
batiendo la entrada del puerto de manera que no rio, el sargento general de batalla Juan Bautista de
puede dar fondo ningún navío”. Y agrega: “En La Rigada, quien, como señalé en el epígrafe sobre
caso de que no se haga así, como se podrá fortifi- el San Cristóbal, emitió un severo juicio sobre los
car el San Felipe u otro sitio, de suerte que queda trabajos de su predecesor, particularmente en Por-
la boca del puerto cubierto de artillería y cruzán- tobelo. Por lo que respecta al proyecto del Farne-
dose con la de la nueva ciudad” . No se sabe si
375
sio, es evidente que Venegas Osorio no había
el proyecto de “fortificar el mogote que está a la hecho nada. Pero el lugar le pareció potencial-
otra banda” del puerto, esto es frente al San Fe- mente útil a De La Rigada, quien en repetidas oca-
lipe, estaba contenido en la carta de Venegas Oso- siones propone que fuera fortificado. En cartas de
rio al conde de Medellín,
pues no lo conocemos. Pero
las características del refe-
rido mogote, tanto como su
ubicación “en la otra banda
del puerto” coinciden clara-
mente con el sitio donde se
proponía emplazar el fuerte
Farnesio.
Tenemos noticia de que,
una vez en Portobelo y tras
ciertos decepcionantes resul-
tados en el proyecto del San
Cristóbal, Venegas distrajo al-
gunas energías en la realiza-
ción de otros trabajos de
fortificación en el área del
puerto. Se dice que “a los cos-
tados del riachuelo de Gui-
nea, a la salida del barrio
negro de ese nombre y en lo
alto de las colinas que domi- Cañón, banquetas y merlones del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
285

La Ranchería o alias Farne-


sio”, al que debían suminis-
trársele pertrechos de los
castillos de San Felipe y de
Santiago en caso de ataque380.
Es decir, que dependía de
estos castillos. Probablemente
la artillería que se le instaló
en 1726 procedía de las em-
barcaciones de la armada
surta en la bahía, artillería
que sería seguramente de-
vuelta al desaparecer el peli-
gro de la escuadra británica,
quedando el fuerte total-
mente desprovisto de caño-
nes. Aunque al respecto de
las obras que se hicieron en
1726 la documentación es
muy parca, es bastante proba-
Portada del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
ble que no se hiciese gran
cosa, siendo que se dispuso
25 de octubre y de 14 de noviembre de 1688 y de 6 de muy poco tiempo y se trataba de acudir a una
de enero de año siguiente, manifestó su opinión fa- emergencia. De haberse levantado una obra con-
vorable a este viejo proyecto378. Idea que desarrolla sistente, seguramente que Juan de Herrera no hu-
más ampliamente en un “parecer” que remite al biera elaborado a solo cinco años de diferencia su
presidente de Panamá sobre las fortificaciones de famoso proyecto, que como ya se mencionó tam-
Portobelo, de la manera que sigue: “Que frente de poco se hizo.
dicho castillo [de San Felipe] se podrá hacer una En efecto, cuando Edward Vernon visitó el
batería en un cerro el más saliente dentro de la em- Farnesio en 1740, no encontró nada en pie, salvo
bocadura del puerto para su mayor seguridad con los restos de la batería de fajina construida con
escarpas y hacer inaccesible toda la circunsferencia ocasión de la misión de Hosier, 14 años atrás.
en sus murallas que es obra muy fácil y de poco Aunque su testimonio ofrece abundantes deta-
gasto”379. lles, no dice una palabra de la existencia de piezas
Pero tampoco en esta ocasión el proyecto llegó de artillería.
a plasmarse. Fue necesario aguardar a poco más Habiéndole informado en una carta el presi-
de medio siglo para ver el comienzo de las obras. dente de Panamá, Dionisio Martínez de la Vega,
En efecto, no vinieron a iniciarse los trabajos hasta sobre la existencia del fuerte Farnesio, emplazado,
1726 tras un esfuerzo acelerado por proteger la según decía, en un lugar muy a propósito para eri-
bahía de un posible ataque de una escuadra britá- gir una fortaleza, Edward Vernon afirma que una
nica que había llegado a las cercanías de Portobelo mañana fue a visitar el sitio en compañía de su in-
al mando del almirante Hosier. geniero, capitán Knowless, y agrega: “Pero, cuando
Después del episodio anterior, y una vez su- llegué allí no encontré nada de lo hecho con ante-
perada la crisis (tema al que me referiré en un ca- rioridad, sino tan solo algunos restos de una batería
pítulo posterior), el fuerte Farnesio parece haber de fajina que había sido erigida en tiempos del al-
perdido importancia, al menos durante varios mirante Hosier cuando ancló en el puerto, y creo
años. En 1738 Dionisio Martínez de la Vega, hace que solo se colocaron los cañones que se pudieron
referencia expresa a la existencia del fuerte “alias acarrear, no habiendo trazas de reconstrucción.
Las fortificaciones de Portobelo
286

Alderete, afirmaba que una fragata mer-


cante holandesa nombrada “La Casan-
dra” acosada de la necesidad, o acaso por
temor a caer presa de los guardacostas
que perseguían contrabandistas, se en-
tregó a las autoridades de Portobelo.
Quedó abandonada en la bahía y por
“descuido y falta de carena se fue a pique
en el surgidero”. Sin embargo, logró sal-
varse su artillería, la que fue enterrada en
diversos parajes del puerto. Ya al frente
de la Presidencia, Alcedo ordenó, proba-
blemente a mediados de 1744, a Panta-
león Jiménez de Uríes, teniente general y
gobernador interino de Portobelo, que in-
quiriese sobre aquella tradición y que, de
confirmarse, se desenterrasen y acondi-
Expurgador del aljibe del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
cionasen los cañones, los cuales se coloca-
rían “en el plano de la plaza de armas del
Es la punta de un pequeño monte en la boca castillo arruinado de La Gloria, mirando a la boca
opuesta del puerto hacia el fuerte de hierro [«Iron del puerto para impedir la entrada a los corsarios
Fort», esto es, castillo de Todo Fierro], sin amplitud y piratas”. A la sazón la plaza se encontraba total-
suficiente para construir un fuerte de consideración mente desprovista de artillería como consecuencia
[...] de modo que yo creo que el presidente no per- de la acción destructiva de Vernon en 1739-1740, y
seguía en ese párrafo más que encontrar la ocasión el rescate de los viejos cañones enterrados consti-
de complacer a su Católica Magestad con el sonido tuía una solución desesperada para dotar al puerto
del nombre de su familia”381. de una defensa mínima. Jiménez solo encontró
En su trabajo sobre Portobelo, Edwin C. Webs- cuatro cañones de doce libras de calibre, “en el pa-
ter manifiesta su sospecha de que en el período raje que llaman el Cocal”; es decir en punta de La
comprendido entre la última visita de
Vernon a Portobelo en 1742 y poco antes
de la paz de 1748, el fuerte Farnesio fue
reocupado382. Aunque no explica los mo-
tivos de su sospecha, al parecer tiene
razón. En una voluminoso escrito del úl-
timo presidente de la Audiencia pana-
meña, Dionisio de Alcedo y Herrera
(1690-1777), prácticamente desconocido
pero saturado de valiosas informaciones
relativas al período comprendido entre la
toma de Morgan de 1671 y mediados del
XVIII, aparecen suficientes indicaciones
sobre este particular, que vienen a confir-
mar la sospecha de Webster, aportando
además otros datos insospechados383.
Según Alcedo, “una antigua tradi-
ción” de la década de 1720, durante la ad-
ministración del presidente Manuel de Brocal del aljibe del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
287

Ranchería o punta Farnesio, los cuales “hizo cal- miento e instalación de los cañones en el Farnesio
dear, acondicionar y montar en sus correspondien- o El Cocal tendrían lugar, bien al mismo tiempo, o
tes cureñas y son los que forman la batería que está con anterioridad a los 14 cañones que Alcedo dice
en el paraje referido”. Alcedo explica que, no obs- haber ordenado instalar en distintas baterías del
tante las muchas diligencias que se hicieron, no San Lorenzo del Chagres, lo que nos sitúa proba-
pudieron encontrarse más cañones, pues el entie- blemente a principios de 1745385.
rro se hizo a escondidas de los vecinos de la pobla- Por otra parte, todo parece indicar que esta re-
ción y no quedaba en el puerto “soldado alguno ocupación se haría efectiva con posterioridad al
de la corta guarnición que existía entonces”. Que ataque de Kinghills a Portobelo, el cual tuvo lugar
sepamos, jamás se ha vuelto a tener noticias de el dos de agosto de 1744. En apoyo de esto acuden
tales cañones384. varios argumentos. Se sabe que Portobelo se en-
El detallado informe de Alcedo deja pocas contraba entonces indefenso y carente de fortale-
dudas acerca de la reocupación del Farnesio. Pero zas. De haber existido entonces el Farnesio se
todavía quedan por resolver un par de asuntos. En hubiese respondido al bombardeo, pero no fue
primer término, ¿en qué fecha se realizó esta reo- así, sin duda porque sencillamente aún no se ha-
cupación? Se puede suponer que el acondiciona- bían instalado en el fuerte los cañones de la fragata

Escalera y entradas al depósito de pólvora del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
Las fortificaciones de Portobelo
288

La Casandra. Los documentos dejan entrever más En cuanto al Farnesio, nos encontramos,
bien que todavía en agosto de 1744 las defensas de según lo anteriormente dicho, con dos fechas
Portobelo no se habían aún recuperado del daño topes: agosto de 1744 y enero de 1745. Cinco meses
infligido por Vernon. Este solo había permitido solamente, lo que nos deja un margen de acierto
que para defenderse de eventuales ataques piráti- bastante estrecho. Nada tendría de extraño que,
cos, Portobelo pudiese construir un parapeto de precisamente, como consecuencia del ataque de
tierra y fajina a la entrada de la ciudad, es decir en Kinghills, el presidente de Panamá se apresurase
la ruta que conducía a Panamá. Pero lo cierto es a instalar una mínima defensa en Portobelo en pre-
que esta precaria construcción, que fue encargada visión de nuevos incidentes de ese tipo que tan
por el presidente Martínez de la Vega al ingeniero mal paradas dejaban la honra y las haciendas de
Nicolás Rodríguez, no tuvo ninguna utilidad. Así los súbditos españoles.
y todo, cuando Kinghills bombardeó Portobelo las Pero aún queda otra cuestión. Alcedo habla
milicias pudieron responder con la escasa artillería de cuatro cañones de a 12 libras. Todavía allí se
que tenían a mano e incluso le hicieron daño a una conservaban precisamente cuatro cañones. El
de sus balandras, y el vigor con que se produjo esta padre Edwing C. Webster, estudió estos cañones
respuesta disuadió al atacante de desembarcar, en la década de 1970, concluyendo que tres son
que se retira sin conseguir nada después del fra- del calibre 14 y uno de 24386, pero otras mediciones
goroso y destructivo bombardeo. Sobre este tema realizadas en 1971, basadas en la primera Orde-
me explayo en el capítulo XII. nanza de Carlos III (entre 1759 y 1760) arrojaron

Garita del reducto del San Jerónimo.


Fotografía del autor, marzo de 2015.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
289

datos distintos. Las medidas tomadas a los cuatro saber de la ejecución del proyecto de El Cocal y en
cañones del Farnesio (de la faja alta al brocal, de el estado actual de la investigación resulta difícil
la faja alta al cascabel, diámetro de la boca del establecer la relación que pueda guardar el pro-
muñón, longitud del muñón, diámetro del oído), yecto de Crame con la presencia de los cuatro ca-
indican que tres de ellos son de calibre 8 largo ñones que hoy se conservan sobre los abatidos
(8 libras) y uno de 8 corto (8 libras). De ser esto restos del Farnesio.
cierto, tendríamos que el Farnesio sería ocupado De cualquier forma, y sea cual fuere el pro-
por lo menos una tercera vez. Si consideramos la yecto que se ejecutó en la cima del Farnesio, un
datación de los cañones que hoy se conservan hecho cierto es que de él no quedan planos. Los
sobre sus restos (serían sin duda colocados con al- planos de Herrera y Bordick ya dijimos que nunca
guna posterioridad a 1759-1760), entonces fueron llegaron a cristalizar. Tal vez por su carácter pro-
llevados a Portobelo dentro del programa de re- visional y por lo deleznable de la fábrica nunca se
habilitación militar de la plaza de mediados del consideró necesario remitir a la Corona diseños de
siglo XVIII, esto es, tras la misión Ignacio Sala-Lo- su planta.
renzo de Solís-Manuel Hernández. Por las dimen- Cuando realicé en 1970 mi primera visita al
siones de estos cañones habría además que antiguo fuerte Farnesio, la maleza era abundante
descartar que fueron utilizados alguna vez en un y dificultaba el estudio del área. En esa ocasión
navío, del tipo de La Casandra o de cualquier otro. solo pudimos localizar uno de los cañones. Des-
No son del tipo marino sino de plaza, lo que re- pués, siguiendo mis indicaciones, la cuadrilla de
chaza la posibilidad de que fueran los que se de- limpieza del Instituto Panameño de Turismo
senterraron en tiempos de Alcedo y Herrera. (IPAT) desmontó el sitio, lo que permitió recono-
Cuando en 1779 el brigadier Agustín Crame cer con más facilidad los restos del fuerte. Las
visita a Portobelo como parte de sus tareas para medidas que se tomaron permitieron establecer
preparar un plan general de defensa de América, con bastante aproximación las dimensiones y
recomendó para proteger la bahía de Buenaven- contorno de la obra. Los cuatro cañones encon-
tura, una batería de fajina “capaz de 3 ó 4 caño- trados permanecían semienterrados en el suelo
nes”. Asimismo, propone que en el sitio llamado de la tierra bastante floja. Tres de estos cañones
El Cocal, es decir La Ranchería, se construya una mirando hacia la entrada de la bahía y uno colo-
“batería de tierra y fajina en la falda de referido cado de espaldas hacia ellos, mirando hacia la
monte El Cocal, colocando en ellas de tres a cuatro ensenada de Buenaventura. Al pudrirse la ma-
cañones del calibre que se puedan manejar como dera de las cureñas sobre las cuales estaban mon-
asimismo algunos pedreros”387. tados cayeron al suelo, permaneciendo en esa
Por lo que respecta al proyecto de El Cocal no posición hasta entonces.
cabe duda que Crame señalaba probablemente el Se escala la pequeña colina o “mogote” por
mejor emplazamiento para proteger el área, por- una senda ligeramente empinada que conserva
que es más fácil controlar una invasión a la ense- restos de ladrillos erosionados. Subiendo por la
nada de Buenaventura desde la falda que no desde senda referida se encuentra la plataforma del án-
la cima, donde siempre estuvo el fuerte Farnesio. gulo del fuerte mejor conservada. Excavando su-
Es sabido que una junta reunida en Madrid, en perficialmente con la punta de un machete no fue
mayo 1786, cuando ya Crame había fallecido, con- difícil encontrar enterrada allí una bala del cañón
sideró plausibles todos los planteamientos que el montado sobre la plataforma, en magnífico estado
célebre brigadier hizo respecto a la defensa del de conservación: aparecieron asimismo fragmen-
Istmo388. Es probable que el proyecto de la bahía tos de metralla de hierro, trozos de teja y ladrillo,
de Buenaventura llegara a realizarse, como son tes- lo que hace pensar que al ser construido el fuerte
timonios varios cañones que se han encontrado a en 1726, o probablemente en alguna de las dos re-
la orilla de la carretera y que hasta hace pocos años ocupaciones que posteriormente tuvo (en 1744, o
se podían observar al ir dejando atrás la ensenada después de 1760), se protegió la artillería con un
en dirección a Portobelo. Nada se ha llegado a “cubierto” o “tendal”, como se decía entonces, de
Las fortificaciones de Portobelo
290

teja: el ladrillo sería para el piso o el parapeto pro- El plan de defensa de Ignacio
tector de la batería. Esta plataforma tiene la figura Sala-Manuel Hernández
en “U”, lo que le da a su ángulo una forma redon-
deada. Aunque abunda la piedra suelta, uno de los El 4 de diciembre de 1752 llegó a Portobelo el
ángulos interiores de la plataforma conserva su teniente general Ignacio Sala, uno de los más pres-
forma original presentando un filo perfecto. Cada tigiosos ingenieros militares españoles de enton-
cañón debía ir montado sobre una plataforma in- ces, gobernador a la sazón de Cartagena de Indias
dependiente y a niveles distintos, de mayor a y conocido como traductor del gran reformador de
menor a partir de la que da de cara a Portobelo. la arquitectura militar, el mariscal francés Vauban,
También en las otras plataformas abunda la piedra y él mismo innovador en el importante arte de la
suelta pero no es difícil establecer su forma. Un se- fortificación. Por R. C. de 21 de abril del mismo
gundo cañón, a unos 9 metros del anterior, a más año, se le encomendaba la misión de restablecer la
bajo nivel, mira también en dirección a la bahía. El función militar que antaño había gozado Porto-
tercer cañón, del mismo calibre que los anteriores, belo390. O dicho en palabras del gobernador y co-
se encuentra a un nivel ligeramente inferior y en mandante general de Panamá, Manuel Montiano:
posición paralela a aquel. El cañón mira hacia el Había “resuelto V. M. se fortificase y pusiese en
mar abierto. Todos estos cañones son de calibre de buen estado de defensa la bahía de Portobelo y que
a 8 largo. Pocos metros más adelante, la línea del para delinear y proyectar la fortificación que se tu-
fuerte parece cerrar más su ángulo en dirección al viere por más oportuna pasase a aquella ciudad”.
cuarto y último cañón, de calibre de a 8 corto. A Sería una tarea típica de “borrón y cuenta
sus pies desciende bruscamente la colina; domina nueva”. Los primeros pasos y la cronología de las
todo el bajo y apunta en dirección a la ensenada de obras las describe el propio Montiano en varias
Buenaventura. cartas que dirigida al rey. En una de ellas, cuando
Pocos días después de haber realizado el pri- ya las obras estaban casi concluidas, anota que
mer levantamiento “a mano alzada” de Farnesio Ignacio Sala envió “por delante” al ingeniero en
los peones de la cuadrilla del Instituto Panameño segundo don Manuel Hernández “para que corri-
de Turismo (IPAT) extrajeron de los escombros y giese los planos de aquel puerto, sacase los corres-
la tierra del Farnesio unas 25 balas de cañón de pondientes perfiles, tantease los parajes donde se
distintos calibres y no menos de un centenar de deberían colocar las baterías para mejor impedir la
fragmentos de metralla, fuera de diversos restos entrada de dicho puerto y ejecutar otros varios
de cureñas389. preparativos contenidos en la comisión que se le
En marzo de 2015 visité nuevamente los restos despachó”391. Esta tarea habría recaído en el inge-
del Farnesio. Lo encontré casi igual a como lo dejé niero en segundo Nicolás Rodríguez, pero este
la última vez hace unos 45 años. Nada parecía había fallecido meses atrás, por lo que fue enviado
haber cambiado y los pocos restos que se conser- Hernández, y para que le ayudase se designó al
van muestran el carácter de provisionalidad que delineador de la plaza de Panamá don Luis Segre-
tuvo su fábrica. El sitio estaba limpio y bien cui- tier. Hernández llega a Portobelo el 18 de octubre
dado, y aún pude observar los restos de cuatro rús- de 1752 e inicia sus tareas con Segretier y algunos
ticas plataformas, sobre cada una de las cuales esclavos que le facilitó Montiano392.
debía reposar un cañón. Hoy, al igual que como los Sala había elaborado un extenso informe sobre
observé por primera vez, estos cañones se encuen- Portobelo fechado el 25 de enero de 1753 y le entrega
tran acostados y dispersos por el suelo sin con- a Hernández un detallado pliego de instrucciones
cierto. Tampoco ha cambiado nada la espléndida que debían servirle de guía para la construcción de
vista que se domina desde la altura del mogote: los fuertes, fechado en Portobelo el 4 de febrero si-
por un lado, el islote de Buenaventura; y por otro, guiente393. Tan pronto como llegó a Portobelo,
la entrada a la bahía de Portobelo, lo que explica Sala procedió a “delinear, proyectar la fortifica-
la importancia estratégica que desde temprano se ción y el principiar las obras”. No desaprovechó
le había asignado a este sitio. la oportunidad de destacar que era “su proyecto”
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
291

Puerta de entrada al depósito de pólvora del Santiago. Fotografía del autor, marzo de 2015.

y así lo evidencia su firma estampada en casi todos en manos “del engeniero en segundo [Manuel
los planos que se conservan, fechados el 23 de Hernández] ya no podría mi presencia hacer falta
enero de 1753. Cuando llegó, escribe: “Me hallé alguna en aquella ciudad ni se podría seguir error
como en un desierto, con muy pocos negros escla- en la construcción de aquellas obras, a más de que
vos de su majestad, sin providencia alguna de he- así por mi enfermedad como por haber empezado
rramientas y sin encontrar embarcación para pasar en aquel país las abundantes lluvias que acostum-
a reconocer estos terrenos”. Y agrega: “En un mal bran en ninguna manera podría yo hacer falta en
bote prestado que mandé componer y con algunas Portobelo, haciendo bastante en esta ciudad”, dice
herramientas asimismo prestadas pasé a reconocer refiriéndose a Cartagena395.
todos los sitios de esta bahía y continué trabajando Sala estaba enfermo de erisipela, mal que en
mi proyecto que consiste en el fuerte de San Fer- Portobelo, “volvió a retoñar, echando nuevos
nando, la batería de Santiago, el reducto de San Je- rayos y pintura en el pie, rodilla y parte del muslo,
rónimo y la batería de la ciudad”. Concluye habiendo sido preciso acudir a sangrías, purgas y
diciendo que había empezado el fuerte de San Fer- otros remedios para atemperarme la sangre”.
nando, “que es el más principal de este proyecto” Sobre el tobillo “se abrió el tumor del pie”. Cami-
394
. Según Sala se trabajó intensamente entre fe- naba con dificultad y era atendido por el cirujano
brero y abril, y habiendo quedado su continuación del batallón. Al agravarse de esa manera el mal, se
Las fortificaciones de Portobelo
292

sintió en la necesidad de regresar a Cartagena el 3 Las siguientes seis páginas de la carta ya citada
de mayo de 1753. Llegó a Cartagena el 9 de mayo de Montiano, de 5 de agosto de 1757, están dedica-
siguiente. Pero antes de abandonar Portobelo se das a elogiar a Manuel Hernández. Y lo hace con
detuvo dos días en el San Fernando “para recono- un entusiasmo desacostumbrado para ser una carta
cer el estado de aquellas obras”. Tras hacer este re- oficial dirigida al rey. Alaba su “mayor aplicación”,
conocimiento, escribe: “Encontré construidos los “los más conocidos ahorros en beneficio de la Real
fundamentos de muralla de los fuertes de la bate- Hacienda, por la economía y arbitrios de que se ha
ría baja y su contraescarpa”396. Solo había perma- valido su desinterés y celo”, el hecho de soportar
necido al frente de las obras durante cinco meses. “las incomodidades de aquel temperamento, aun
La tarea quedó entonces “al cuidado y direc- exponiéndose al peligro que amenaza su destem-
ción del referido don Manuel Hernández”, escribe planza [...] por haber antepuesto a todo, el más
el gobernador Montiano. Sala nunca más volvió a cabal desempeño de su cargo”; “con una conducta
Portobelo y Hernández quedó a cargo de la ejecu- tan propia de un oficial dedicado a cumplir exac-
ción del proyecto hasta su culminación. O como tamente con su obligación, ha hecho el particularí-
escribe Montiano: “Desde cuyo estado y después simo mérito que cuantos le han visto empleado en
de su progreso hasta el presente, ha corrido y corre su incumbencia lo publican”. En fin, que su entrega
con la dirección de aquellas fábricas de fortifica- a la tarea era reconocida no solo por él sino también
ción el expresado don Manuel Hernández”. Para públicamente. Por todo ello Montiano le conside-
la fecha de esta carta –5 de agosto de 1757–, ya raba “benemérito para el premio que vuestra ma-
Hernández “ha conseguido construir los dos fuer- jestad fuere servido concederle”400. De hecho varias
tes nombrados San Fernando y Santiago, y actual- de sus súplicas de promoción le fueron concedidas
mente se halla entendiendo en fabricar el titulado en los años próximos.
San Jerónimo”397. Lorenzo de Solís, recién nom- Después de elevar a la Corona repetidas solici-
brado en 1752 ingeniero director de las obras de tudes para que se le traslade a España, finalmente
Cartagena, escribía al marqués de la Ensenada el esto se le concede en 1772. En su solicitud resumía
26 de marzo de 1754, que el San Fernando ya se su biografía profesional. Hasta entonces había ser-
había concluido398. En otra carta del ingeniero di- vido a la Corona durante 38 años401. En 1740 “em-
rector Lorenzo de Solís al gobernador de Panamá barcó para Canarias donde estuvo diez años y
decía haber visto las obras en Portobelo “y salvo levantó planos de las islas de Tenerife y Palma,
pequeñas mejoras” que recomendó, alabó el celo donde construyó una gran parte del muelle hasta el
de Manuel Hernández. Encontró que el Santiago, embarcadero”. “Después pasó a Cartagena de In-
el San Fernando y el San Jerónimo quedaban “só- dias, y en las obras de Bocachica asistió dos años”.
lidamente construidos y con buen arte colocados De allí “fue a Portobelo y trabajó en la construcción
los aspectos de sus respectivos fuegos, de que sentí de baterías, almacén, casas fuertes y muelle”.
un imponderable gozo”. Solís también introdujo “Luego pasó a Chagre y dispuso para defensa de
algunos cambios al proyecto original de Sala399. aquel río en la guerra pasada la defensa posible, que
En la portada de cada fuerte debía colocarse continuó después trabajando de firme siete años,
una cartela tallada en pierda donde apareciera ins- hasta que por último fue destinado a Panamá en
crita la fecha de su terminación. Sin embargo, la donde ha dejado planteada y principiada toda la for-
única que se conserva es la del San Jerónimo, donde tificación de esta plaza”. Y continúa: “En el dilatado
se lee claramente el año 1758. Según la correspon- tiempo de 32 años que se ha mantenido en América,
dencia conservada parece no haber duda de que el ha padecido muchas inclemencias y perdido su
San Jerónimo fue el último en construirse, mientras
que el primero sería el San Fernando, seguido por
el Santiago. También queda claramente establecido Campamento norteamericano situado cerca del San Fernando,
donde se alojaban los empleados que trabajaban en la “can-
que si bien los diseños los realizó Sala, el ejecutor tera” de piedra basáltica situada detrás del antiguo San Felipe,
de los proyectos fue Hernández (quien introdujo al- para el rompeolas de Colón. Fotografía de 1908. Identificada
gunos cambios a los diseños de Sala). con el No. 522-A, ACP.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
293

salud. Ahora que vuestra majestad se ha dignado proyectar autoridad pues tuvo un desempeño crí-
concederle su regreso a España y se halla con once tico en el apaciguamiento del motín de la tropa en
años de coronel, pide se sirva vuestra majestad aten- 1766, tema al que me refiero en el capítulo VI.
derle con la graduación y ascenso correspondiente, El 1760 Hernández ocupaba la interinidad del
ya sea por el mismo cuerpo de ingenieros, o conce- gobierno de Portobelo; su ascenso a coronel de in-
diéndosele una tenencia de rey o gobierno militar en genieros lo recibe en 1761 y para esos años es pro-
país templado de España”402. Finalmente se le des- movido a ingeniero mayor o ingeniero en jefe de
tina a Valencia por Real Orden de 26 de septiembre Tierra Firme. Como veremos luego, después de
de 1772, luego de haber trabajado en las fortificacio- concluir las obras de Portobelo, se trasladó a la
nes de Panamá durante 20 años403. boca Chagres, donde se dedicó durante varios
Los gobernadores y comandantes generales años a levantar una obra totalmente nueva sobre
que tuvo Panamá entre 1752 y 1772 se prodigaron el primitivo San Lorenzo. Hernández continuaría
en elogios a Hernández. El gobernador y coman- con la misma dedicación en las obras de fortifica-
dante Joseph Blasco de Orozco decía que “su celo ción de la capital. Su trabajo en el país fue real-
e integridad, merecían muy particular atención mente ingente.
pues en los destinos que tuvo trabajó con incesante Durante esos años hubo una concentración inu-
fatiga”404. Hernández, que estaba a la cabeza del sual de ingenieros militares en el país, sea traba-
cuerpo como comandante de ingenieros, debía jando en Portobelo, en el San Lorenzo o en la
Las fortificaciones de Portobelo
294

Almacén a prueba de bomba del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.

propia capital, lo que sugiere un serio empeño por Requena habían sido “destinados a servir bajo las
recuperar el sistema de defensas de Panamá después órdenes del gobernador de Panamá, el mariscal de
de los daños infligidos por los británicos durante la campo Joseph Blasco de Orozco”, y el 28 de abril de
guerra del Asiento. Bajo las órdenes de Hernández 1764 obtienen licencia para salir de Cádiz hacia su
trabajó el ingeniero en segundo Tomás de Rojas que destino406. En 1769 Navas sucede a Rojas como in-
estuvo a cargo de los trabajos en el San Lorenzo. Se geniero en segundo al fallecer este, quedando a
tenía previsto que Rojas sucediera a Hernández cargo de las obras de fortificación de la ciudad de
como director de las obras en el país, pero ya en- Panamá. También recae sobre él transitoriamente el
fermo y de edad avanzada muere en 1769. gobierno militar del Istmo. Muere en Panamá el 28
Bajo la dirección de Hernández trabajaron los de agosto de 1784, luego de haber residido en el país
capitanes de ingeniero Juan Bautista de Bea y Fran- veintidós años.
cisco Javier de Navas (o Francisco Navas). También Tras su fallecimiento, Nava es reemplazado
trabajaron a sus órdenes Circiaco Galluzo, que era por el ingeniero ordinario teniente coronel Juan
subteniente y ayudante de ingeniero, quien viajó en Bautista de Bea, al que se nombra como coman-
compañía de Bea cuando este se dirigía a Portobelo, dante de ingenieros. Bea había construido varias
y el delineador Francisco de Requena405. Navas y baterías en Portobelo bajo las órdenes de Hernández
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
295

y ocupó interinamente el gobierno de Portobelo, Hernández, que fue como se dijo a quién corres-
así como la castellanía del San Lorenzo del Cha- pondió la ejecución de la mayor parte de las obras
gres. Desempeñaría un papel importante en la re- concebidas por el talentoso proyectista Ignacio
construcción del edificio de gobierno o Contaduría Sala, surgió una nueva plaza fortificada. Vernon
(actual Presidencia de la República), y en el pro- cerró un capítulo de la historia de las fortificacio-
yecto para la fábrica de tabacos. Pero de lo que más nes de Portobelo y el equipo Sala-Hernández abrió
se vanagloriaba cuando hacía sus peticiones de uno nuevo. De la obra previa apenas quedan res-
promoción, fue de su participación en la guerra tos, de manera que lo que se ofrece a la vista del
contra los cunas, cuando construye el fuerte de visitante corresponde a esta nueva etapa.
Mandinga o San Gabriel de la Concepción. En Según los proyectos de Sala se remodelaría to-
1785, estando el fuerte aún en construcción, fue talmente el San Jerónimo, al que se agregaría un
atacado por 750 indígenas armados por los ingle- terraplén que lo uniría a tierra firme; la construc-
ses y luego de dos horas y media de combate, pese ción de un nuevo Santiago a unos metros del anti-
a ser doblado en número, los rechaza dejando “un guo castillo de ese nombre; un moderno juego de
reguero de sangre”407. fortalezas al otro lado de la bahía, integrado por
Bea había nacido en Navarra hacia 1728 o 1729 una batería baja –el castillo de San Fernando–, una
y en la hoja de vida que presentó en 1788 para soli- batería alta, llamada popularmente San Fernan-
citar a la Corona el cargo vacante de teniente de rey dito, y una casa-fuerte situada en la cima del
en Panamá, declara haber ostentado el título de in- monte para proteger la retaguardia de las baterías
geniero en segundo desde hacía diez años. Ignoro alta y baja. A estas construcciones se agregarían
si la tenencia de rey se le otorgó, pero su carrera si- otras de porte menor, consistentes en varias casas
guió en ascenso. En 1790 ya había ascendido a co- fuertes y un almacén para la pólvora situado a las
ronel. En 1794 se le otorga por real despacho el afueras del pueblo, en el camino hacia Panamá y
nombramiento de ingeniero director de los reales del que apenas quedan restos. El San Fernando con
ejércitos, cargo al que le da curso el virrey de Nueva su batería alta, sería el más importante a juicio de
Granada Joseph de Ezpeleta. Y en 1797 solicita el Sala y vendría a reemplazar el viejo castillo de
grado de brigadier, con el respaldo del comandante Todo Fierro, cuyas piedras el ingeniero ordenó
general de Panamá y del virrey de Nueva Gra- aprovechar409.
nada408. Dado que Bea estuvo ejerciendo en Panamá Al quedar a cargo de las nuevas obras, el in-
más de un cuarto de siglo, deben abrigarse pocas geniero Manuel Hernández optó por introducir al-
dudas de que muchas de las intervenciones que se gunas modificaciones, aunque sin cambiar la
hicieron en las fortificaciones e incluso en las obras concepción original. En el San Fernando, que como
civiles estuvieron bajo su dirección, pero este es un se dijo fue el primero en construirse, desplazó
tema que debe investigarse más. hacia el ángulo noroeste el almacén de pólvora en
Durante el período en que se estuvieron reali- lugar de dejarlo pegado a la pared del subsector
zando obras bajo Manuel Hernández, los viejos este. El almacén se hizo a dos aguas en ángulo
castillos de Portobelo fueron demolidos, comple- recto y protegido por antepechos, según las más
tando la acción destructora de Vernon, y en su recientes exigencias impuestas en el arte de la for-
lugar se levantaron otros concebidos según los úl- tificación, siendo el primer almacén de este tipo
timos patrones constructivos en boga. La fortifica- que se construía en Portobelo. En su bóveda de
ción portobeleña cambió radicalmente de fiso- medio cañón, con respiraderos “a dado”, debían
nomía. Las moles irregulares de Antonelli y Roda tener cabida 700 quintales de pólvora. A esta bó-
cedieron paso a los fuertes, a las baterías, a los re- veda se ingresa por una hermosa puerta coronada
ductos, a las casas fuertes, más estilizados y fun- por tres bolas.
cionales, cuyos perfiles casi se confunden con el El modelo original del fuerte conservó sus ca-
paisaje y apenas se elevan sobre la superficie del torce troneras para los cañones, pero se le adicionó
agua, reduciendo a la mínima expresión el blanco un tambor, a guisa de antemural adicional frente
a los atacantes. De manos del ingeniero Manuel al desembarcadero; una escalinata que se adosó al
Las fortificaciones de Portobelo
296

terraplén para descender a la plaza de armas, y un colocadas sendas garitas, quedando a un lado de
“lugar común” o sanitarias, próximo a dicha es- la que da de frente a la bahía una espléndida espa-
calera. Se le eliminó, asimismo, un almacén de ví- daña, usada para dar los rebates y cambios de
veres que debía quedar incrustado en la ladera guardia. Hasta la década de 1970, esta era la única
(ver p. 262). que se conservaba en pie de las tres que hizo le-
Fue a poca distancia de este fuerte-batería que vantar Hernández, pero el remezón de un sismo la
los norteamericanos instalaron la ciudad provisio- derrumbó y no ha vuelto a restaurarse. Las otras
nal de New Portobelo, erigida para la extracción de dos quedaban en el San Jerónimo y en la batería
piedra en la cantera situada detrás del Todo Fierro alta del San Fernando (ver pp. 262 y 269).
durante la construcción del Canal de Panamá. Du-
rante este corto período se utilizó la plaza de armas
del San Fernando como cementerio y durante los El fuerte-batería-reducto de San Jerónimo
trabajos de limpieza que realizara la cuadrilla del
Instituto Panameño de Turismo en 1970 se encon- Para el San Jerónimo, Sala no dejó otro plano
traron varias cruces de hierro que debieron ser co- que el que se observa en uno que hizo de la ciu-
locadas sobre las tumbas de los trabajadores dad de Portobelo. Sin embargo todo su plan de
canaleros, la mayoría de ellos de origen griego. defensa lo hizo acompañar de una detallada “Re-
A la batería alta, o San Fernandito, se le agre- lación” y de una “Instrucción” dirigida a Manuel
garon dos troneras: una para un cañón, con lo cual Hernández para la ejecución de las obras, donde
tendría 7 en lugar de 6, del calibre de a 12, otra explica con profusión de detalles sus plantea-
para un pedrero que debía proteger la retaguardia mientos y recomendaciones. Estos documentos
de la batería. Un diminuto almacén de pólvora con contienen además las máximas y principios que
aspecto de retrete se mantiene perfectamente con- inspiraron toda su obra, constituyendo tanto un
servado con un calentador para las balas y bom- tratado sobre el arte de la fortificación como un
bas. También se pueden observar un aljibe y su prolijo guión orientador para el ingeniero que se
expurgador, aquel con su bóveda aún embetu- encargaría de las construcciones. No obstante,
nada. El descombramiento del fuerte a principios Hernández introdujo algunas modificaciones al
de la década de 1970 permitió dar con el firme del plano propuesto por el ingeniero director para el
pavimento de la explanada y el adarve410 en “de- San Jerónimo. La planta de Sala muestra dos ba-
clivio”, encontrándose durante las tareas de lim- terías, una baja de 10 cañones y una alta de 6, con
pieza y sobre las cunetas adosadas a los parapetos tres en cada uno de los dos flancos que miran
o merlones, decenas de balas que debieron rodar hacia la bahía. Hernández redujo a 5 cañones la
al deshacerse los balerios. batería alta, destinándolos todos al flanco con 8
En la batería de Santiago el almacén de pól- troneras adicionales. A la batería alta le adicionó
vora “a prueba” quedó bajo el terraplén, conser- un medio reducto y a la baja un reducto com-
vando la clásica forma abovedada. La bóveda, de pleto a más alto nivel con batería “a barbeta”, y
medio cañón, tiene dos angostos pasillos aboveda- una tronera. Colocó asimismo, en cada batería,
dos que la recorren por el frente y los laterales, así sendas garitas (ver p. 270).
como varios respiraderos “a dado” para facilitar la Es la única fortaleza de esta serie con tres al-
ventilación del depósito, sin merma de su seguri- macenes de pólvora. Uno pequeño y otro mediano,
dad. Se penetra al almacén por una puerta adinte- abovedados, para la batería alta, y uno en ángulo
lada. Se mudó el emplazamiento de las cocinas y recto a dos aguas y de medio cañón la bóveda si-
se agregó un “tendal” o cubierto para la artillería milar al del San Fernando, para servir la batería
junto al cuarto del condestable. Al tendal se acce- baja, y con capacidad para 800 quintales de pól-
día por una pequeña rampa. El proyecto de Sala vora. La batería alta aún conserva en buen estado
de hacer una prolongación con una batería adicio- su aljibe con su expurgador para filtrar las aguas,
nal de sus cañones fue desechado por Hernández. pero del “lugar común” apenas si quedan restos.
En cada una de las dos baterías del fuerte fueron En razonable buen estado se encuentra también la
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
297

de siete en siete pies de distan-


cia que serán donde apoyen
las cabeceras, y así en dicha
cuadra se podrán colocar sol-
dados”. También proponía
construir nuevos “armeros”
para que la tropa dispusiera
de más “comodidad para
poner los fusiles”. En la ter-
cera y última cuadra, que tam-
bién tenía dos tablados, estos
eran de cañas e igualmente in-
útiles por ser además muy an-
gostos para alojar la tropa.
Proponía hacerlos de nuevo.
Uno tendría siete pies, “in-
cluso el cabezal”, y el otro
cinco pies por no haber más
espacio. Se colocarían “las
mismas divisiones de tablas
Bóveda del almacén de pólvora del San Jerónimo. Fotografía del autor, marzo de 2015.
de siete en siete pies de distan-
cia, como en el antecedente,
puerta principal del fuerte, cuya portada exhibe en que serán donde apoyen las cabeceras”. Todo el te-
el centro de su arquitrabe una cartela dispuesta al jado de estas cuadras “y demás edificios de dicha
parecer para recibir un escudo de armas e inscrip- batería” debían “retejarse”.
ción, en la que solo se talló “1758”, año de conclu- En cuanto al almacén o “repuesto de pólvora”,
sión de las obras. hacía falta “componer su techo o bóveda respecto
Siguiendo la “Instrucción” de Sala, se coloca- a que las humedades de las muchas lluvias lo
ron bajo las troneras de la batería baja una serie de pasan y se podrá remediar haciéndole un sobrete-
respiraderos o válvulas para servir de desagüe al jado ligero, siguiendo la misma figura del actual,
interior del fuerte y de conducto de entrada y sa- sin que se apoye en él”. Según el ingeniero se po-
lida a las olas, a fin de amortiguar el efecto del ole- dían alojar en estas cuadras hasta 250 soldados. Y
aje sobre las murallas, según el principio físico de en tiempo de sitio hasta 638, incluyendo cuatro sol-
la fuerza impelente y expelente411. dados por cañón y 128 artilleros.
Los alojamientos de los soldados los describe El ingeniero Bea incluye en este mismo in-
en un informe de 1771 el ingeniero Juan Bautista forme lo que debía hacerse en las “cuadras” de
de Bea que se anexa al “Plan de Defensa” de Agus- los demás fuertes. En el Santiago, por ejemplo,
tín Crame de 1779. Escribe Bea que el San Jerónimo que también tenía tres cuadras para los soldados,
tenía tres “cuadras” para alojamiento de los solda- la segunda estaba desocupada por carecer de ta-
dos. A la entrada del fuerte se encontraba la pri- blados “y estar todas las tablas y madera de su
mera con dos filas de tablados “de buena calidad”. techo podridas”. En la primera cuadra podían
En la segunda cuadra había un “tablado de tablas alojarse 36 soldados, en la segunda 21, y en la ter-
de buen servicio”, pero el otro era de cañas y de cera 26, de manera que por todo se podían alojar
poca consistencia por lo que aconsejaba hacerlo de en este fuerte 83 soldados. En el almacén o re-
nuevo de tablas y de una vara y dos pies, ya que puesto de pólvora del Santiago, la humedad y las
el terreno no dejaba más espacio. En esta tablado, lluvias habían abierto grietas en su bóveda, por
agrega Bea, “se podrán colocar los soldados por lo que recomendaba rellenarlas con hormigón.
toda su longitud, poniendo unas divisiones de tablas Bea estimaba que “en tiempo de sitio” el Santiago
Las fortificaciones de Portobelo
298

necesitaría 444 soldados: además de los 83 habi- Notas al capítulo VIII


tuales mencionados, 96 artilleros y 348 para el
manejo de la artillería412.
297
La fajina es un haz o manojo de ramas ligadas por dos o
Pero estos eran planes muy hipotéticos. tres partes de medio pie de grueso, aunque su grueso y
su largo depende de las ramas que se arrancan de los ár-
Nunca se asignaron tantas plazas a los fuertes ni
boles. Se atan a unos 30 cm de distancia de ambas ex-
se produjo un “sitio” que las justificara, tal como tremidades. Se utiliza en obras de tierra y fajina para los
preveía Bea. Lo que sí ocurrió fue que en el San Je- fosos, trincheras, parapetos y otras construcciones lige-
rónimo se refugió el grueso de los invasores que ras de ataque y defensa.
ocuparon Portobelo en 1819 al mando de Gregor 298
Abundo en el estudio de los proyectos de Antonelli y
MacGregor, desde donde cruzaron fuego cerrado otros ingenieros militares en la capital, tanto para la de-
con el Batallón Cataluña y los milicianos paname- fensa como la mudanza, en Castillero Calvo (2006 y 1999,
ños hasta que fueron sometidos. Fue su última y sobre todo la reedición de 2014).
prueba de fuego en combate.
299
La R. C. y la aprobación de la propuesta de Fernández de
Córdoba, en AGI Panamá 147. Más sobre este fuerte du-
rante la administración de Fernández de Córdoba, que
Las casas-fuertes propone mudarlo a la “isla del río Bayano”, en AGI Pa-
namá 167.
De los tres “reductos” o casas-fuertes ideados 300
Documentación sobre estos temas en AGI Panamá 147
por Sala, solo se hicieron dos, uno para proteger la y 167. El mapa en cuestión es al parecer el que se en-
retaguardia y padrastros del Santiago y otro para cuentra en AGI Mapas y Planos Panamá 23.
dominar las alturas situadas detrás del San Fer- 301
Carta de Ledesma, Panamá, 14.VII.1692, AGI Panamá 167.
nando y su batería alta. Casi idénticas, a excepción 302
Sobre estos temas Castillero Calvo (1994 y 2008).
de ciertos detalles de escasa relevancia, ambas se 303
El hornabeque es una obra exterior de las fortificacio-
hicieron con foso seco, una garita, un aljibe con su nes y constituye el frente principal de defensa. Su
expurgador, un alto de madera, puerta de acceso forma semeja una flecha. Se compone de un frente
abaluartado de dos medio baluartes unidos por una
con puente levadizo, troneras para pedreros y nu-
cortina y del saliente de aquellos parten dos alas o lí-
merosas aspilleras para la fusilería. Conocida po- neas rectas de diferente longitud. El baluarte es la
pularmente con el nombre de “casamatas”, aún se parte principal de una fortaleza. Puede ser lleno, vacío,
conservan en pie (ver pp. 265, 274 y 275). unido, separado, doble, cortado y plano. Sus partes
Con posterioridad a Sala y Hernández, en son las caras, flancos, ángulos, gola y semigolas. Los
1779, el brigadier de infantería Agustín Crame pre- “perfectos”, tienen figura de diamante, como el de
sentó un nuevo “Plan de Defensa” para Portobelo. Mano de Tigre del frente de tierra de las murallas de
Como ya se ha mencionado, por Real Orden había Panamá. O los baluartes que una vez tuvieron el San
sido nombrado visitador de las principales fortifi- Felipe y el Santiago en Portobelo.
304
Para la reconstrucción de la historia de las fortificaciones
caciones de América para que elaborase un plan
de Portobelo en el siglo XVII, me baso sobre todo en los
general de defensa. A juicio de Crame las fortifica- legajos de AGI Panamá 85 a 90 y 168.
ciones construidas en tiempos de Hernández eran 305
El merlón es un macizo del parapeto que se encuentra
suficientes para las urgencias del momento, aun- separado de otro merlón por una tronera contigua, que
que recomendaba construir tres pequeñas baterías es el espacio donde se colocan los cañones. La banqueta
de refuerzo, de tres a cuatro cañones cada una. es una grada de tierra o piedra que se hace sobre el te-
Una para proteger la bahía de Buenaventura, otra rraplén junto al parapeto y sirve para que la tropa haga
para el sitio de El Cocal y otra en las alturas del fuego protegida por el merlón o el parapeto.
306
monte ubicado detrás del Portobelo formando una Ordenanzas para el Real Cuerpo de Ingenieros Militares,
1739.
“línea circunvalada”. Al parecer, todas se constru- 307
Batería es un grupo de piezas de artillería, que se dis-
yeron, excepción hecha de la propuesta para El pone dentro de una obra fortificada.
Cocal, y aún se conservan en pie, evidenciando 308
Caballero es una batería elevada que se coloca en cual-
que se trataba de construcciones más bien modes- quier parte del terraplén. Su función principal es domi-
tas, sobre todo si las comparamos con las realiza- nar y descubrir la campaña por donde pudiera acercarse
das por Hernández. el enemigo.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
299

309
Cortina es el lienzo de muralla entre dos baluartes. Su la Gloria, fechada en Portobelo, 11.III.1600, en AGI Patro-
lado exterior está revestido por tepes, ladrillos o piedra. nato 256.
310
Revellín es una obra exterior situada en el foso frente a 325
“Relación de lo que se gasta cada mes en las fábricas y
la cortina y su función es defender la cortina y cubrir los fortificaciones de la ciudad de Portobelo al presente...”,
flancos. ya citada.
311
Los originales de estos mapas se encuentran en el Ar- 326
Media luna es un revellín situado sobre el ángulo del ba-
chivo General de Indias, y del último hay una copia en el luarte. Su nombre deriva de la curvatura de su gola. Su
Archivo Histórico del Ejército, Madrid. invención se atribuye a los holandeses. La gola es la parte
312
Este mapa trae una leyenda donde se señalan los puntos posterior de los baluartes y hornabeques que no tiene
de ataque de Parker con un recuadro de la ciudad y se parapeto y cubre la línea imaginaria que une los extre-
señala el sitio del primitivo Santiago con la letra G, con mos de los flancos de los ángulos fijantes. Bonete es una
la información mencionada. Ver Geographical description obra exterior formada por dos ángulos entrantes y tres
of the coasts, harbours, and sea ports of the Spanish West salientes. Es más ancho por el frente que por la gola. Es
Indies; particularly of Porto Bello, Cartagena, and the island conocido también como bonete de clérigo.
of Cuba... Translated from a curious and authentic Manus- 327
Carta fechada en Panamá, 9.III.1672, AGI Panamá 93.
cript written in Spanish by Domingo González Carranza, his 328
Carta de Valverde al rey, Panamá, 5.V.1596, AGI Panamá
Catolick Majesty’s principal Pilot of the Flota in New Spain, 44.
Anno 1718. To which is added an Appendix, containing 329
Carta de Antonelli al rey, Portobelo, 15.VII.1597, AGI Pa-
Capt. Parker’s own account of his taking the Town of Porto namá 44.
Bello, in the Year 1601, Londres, 1740. Hay copia en la Bi- 330
Carta al rey, Portobelo, 9.V.1595, AGI Panamá 44.
blioteca Nacional de España, accesible en la Biblioteca 331
“Relación de las costas que parece a Hernando de Mon-
Digital Hispánica. toya, aparejador mayor de las fábricas de Portobelo, que
313
Carta de Francisco Suárez de Amaya, Portobelo, tendrá la de la obra que se propone para el San Felipe...”,
1.VI.1601, describiendo el ataque de Parker y señalando Portobelo, 9.III.1600, AGI Patronato 256.
las quejas en ese sentido del capitán Lorenzo de Roa, AGI 332
Sotomayor al capitán Miguel Ruiz de Elduayen, mayor-
Santo Domingo 187. domo de las fábricas, Panamá, 3.III.1600, AGI Patronato
314
La descripción de la ceremonia de colocación de la pri- 256.
mera piedra en AGI Panamá 44 y AGI Patronato 256. 333
“Relación circunstanciada del estado de las obras de Por-
315
El acto quedó registrado por el escribano Rodrigo de Mi- tobelo, hoy primero de julio de 1756”, Portobelo, Manuel
randa. AGI Patronato 256. También se encuentra en AGI Hernández, AGI Panamá 356.
Panamá 44. 334
Hakluyt´s voyages, vol. VII, primera edición, 1607, reim-
316
Parte de la anterior descripción del San Felipe procede presión de 1926, p. 116.
de la Descripción de Portobelo de 1606-1607, cuando re- 335
Mis fuentes para el estudio del proyecto de mudanza de
cién se habían terminado las obras. Portobelo al San Cristóbal, se basan sobre todo en AGI
317
“Relación de los costos que parece a Hernando de Mon- Panamá 88, 89, 90,168 y 299.
toya, aparejador y maestro mayor de fábricas de Porto- 336
Consulta del Consejo de Indias resumiendo informe de
belo que tendrá la de la obra que se propone para juntar Luis de Venegas Osorio a cargo de las obras, Madrid,
y hacer un cuerpo de caballero en el San Phelipe y la 5.IX.1680, AGI Panamá 90.
Punta de Antonelli”, Portobelo, 29.III.1600, AGI Patronato 337
Carta ya citada de Panamá, 9.III.1672, AGI Panamá 93.
256. 338
La R. C. en AGI Panamá 231, libro 7, folios 399r-399v.
318
Carta dirigida al rey en 1620 (sin fecha de día ni mes), AGI 339
Consta de su llegada por una carta de los oficiales reales
Panamá 47. de Real Hacienda de Portobelo, de 15.I.1679, donde in-
319
Carta de Fernández de Córdoba, Panamá, 9.III.1672, AGI forman haberle entregado 4,000 pesos a cuenta de su
Panamá 93. sueldo. El presidente Alonso Mercado y Villacorta había
320
Toda esta información en AGI Panamá 88, 89 y 90. autorizado este pago mediante decreto de 23.XII.1678
321
Para el estudio de las fortificaciones en el siglo XVI, AGI en respuesta a petición suya de la misma fecha. AGI Pa-
Panamá, legajos 88 a 99. namá 37, No. 85.
322
Sobre su sueldo, “Relación de lo que se gasta cada mes 340
Por R. C. de 7.VII.1685, se contesta carta a Francisco de
en las fábricas y fortificaciones de la ciudad de Portobelo Castro de 31.VII.1683, donde informa que tomó posesión
al presente...”, año 1601, AGI Panamá 32. de la tenencia general de Portobelo en propiedad, cargo
323
AGI Patronato 256. que había ejercido interinamente, por dejación que hizo
324
Montoya dejó una “Relación” donde describe la distribu- del mismo Luis de Venegas Osorio. AGI Panamá 231, le-
ción de los costos para la construcción del Santiago de gajo 9, folios 31v-32r.
Las fortificaciones de Portobelo
300

341
AGI Indiferente General 125, No. 112. también Castillero Calvo (2008, pp. 630 y 937) y (2014,
342
La R. C. en AGI Panamá 168. pp. 74, 89 y 103).
343
Lo anterior en Consulta del Consejo de Indias, Madrid, 345
Castro envió un memorial sobre el tema fechado en Por-
5.IX.1680, donde se resume la carta escrita por Venegas tobelo el 2.VIII.1683. Ver también otra carta suya de
Osorio al conde de Medellín, presidente del Consejo, y 18.I.1684. Ambas en AGI 168.
las decisiones asumidas por esta corporación, AGI Pa- 346
Carta de Pedro de Ponte Franca Llerena de 18.XII.1683.
namá 90. Ver también “Relación de lo que está mandado En otra carta de 23.VIII.1682 ya había abundado por ex-
sobre la mudanza y fortificación de Portobelo y lo que tenso (en diez folios) los problemas que advierte en el
últimamente se ha escrito sobre el estado en que se proyecto del San Cristóbal y sus conflictos con Venegas
halla”, que contiene varios capítulos de la Secretaría del Osorio. Ambas en AGI Panamá 168.
Consejo de Indias, sin fecha pero al parecer de noviem- 347
Sobre su muerte, carta del presidente Pedro de Ponte
bre de 1683, AGI Panamá 90. Franca de 5.VIII.1683, resumida en el Consulta del Con-
344
Mohedano Saavedra Córdoba y Gómez Tenorio, era sejo, AGI Panamá 85.
hijo de la madrileña Melchora Gómez Tenorio, de Ma- 348
El título de Ledesma en AGI Panamá 88. Se le asigna un
drid, y de don Fernando Mohedano de Saavedra de la sueldo de 110 escudos como ingeniero militar de la pro-
Villa Pedroche, en Córdoba. Ambas familias eran hi- vincia de Tierra Firme. Pidió que se le diese el mismo sueldo
dalgas y los Mohedano Saavedra tenían sepultura fa- de su antecesor, Ceballos, que era de 150 escudos más 300
miliar en la catedral de Córdoba y varios parientes con pesos para casa y vivienda, como a Juan Betín, ingeniero
hábitos de caballería y cargos importantes. Según una que fue de Cartagena y como a otros ingenieros. Consulta
fuente, llegó con su familia a Panamá cuando era aún del Consejo de Indias de 15.VIII.1685, donde se dice que
niño. Fue autor de las principales informaciones con- urgía enviar a Ledesma a Panamá para ocuparse de las for-
servadas referentes al ataque de Morgan a Panamá en tificaciones. El mismo mes se le da el nombramiento.
1671 y en sus declaraciones afirmó tener entonces 33 349
Carta de Ledesma al Secretario del Consejo Veytía Linaje,
años, por lo que habría nacido en 1638. La madre Panamá, 28.I.1688, donde adjunta dibujo del baluarte de
pidió información de su linaje y circunstancias para San Pedro, colocando al pie “a este baluartillo se reduce
que viajara a América entre 1648 y 1649, de modo que toda la obra de Portobelo”. AGI Panamá 88.
llegaría a Panamá de unos diez años de edad. Para en- 350
AGI Panamá 85.
tonces su padre era difunto. Su carrera profesional y 351
Referencia a su nombramiento en mayo de 1688 y licen-
política fue muy exitosa. En 1665, Pérez de Guzmán le cia para su viaje con los 15 soldados, en AGI Contratación
nombró capitán de infantería española del número. 5450, Nos. 52, 55 y 76. Dejó varios diseños para las forti-
Fue procurador general y defensor de huérfanos de ficaciones. Hizo cuatro para la ciudad de Panamá (AGI, M
Panamá en dos ocasiones, capitán de artillería y sala y P 109, 105, 107 y 110) y dos conocidos para el San Cris-
de armas, veinticuatro y alférez real del Cabildo, can- tóbal, AGI M y P 112 y 113. Todos en 1689. Ninguno de
ciller y custodio del real sello en la Audiencia, caste- estos proyectos se concretó.
llano del San Lorenzo y teniente de ingenieros, 352
Varios de los informes de Ledesma, y De la Rigada, en
dejando como testimonio de su calidad como deline- AGI Panamá 168.
ante importantes planos y mapas, algunos muy cono- 353
Sobre la intervención de Nicolás de Varáez, varias cartas
cidos. Como teniente de ingenieros trabajó bajo Pérez en AGI Panamá 168.
de Guzmán, Fernández de Córdoba, Mercado y Villa- 354
Carta del marqués al rey, Panamá, 15.VII.1692, AGI Pa-
corta, Losada Quiñones, y los ingenieros Ceballos y namá 88.
Arce y Venegas Osorio. Cuando murió Ceballos le re- 355
La R. C. confirmando la de 12.VI.1730, es de San Ilde-
emplazó como su teniente hasta que llegó en fonso, 23.VIII.1734, AGI Panamá 299.
26.I.1686 el ingeniero Juan de Ledesma. Se ignora 356
AGI Panamá 178.
cómo y donde adquirió su habilidad como dibujante 357
Carta al rey de Dionisio Martínez de la Vega, Panamá,
y experto en fortificaciones. Casó con Juana Ruiz de 30.I.1735, con informe adjunto del ingeniero Nicolás Ro-
Campos, hija del rico comerciante Diego Ruiz de Cam- dríguez, AGI Panamá 299.
pos, y en segundas nupcias con Bárbara Gómez Ponce 358
La Junta de Guerra del Consejo de 20.XI.1648, en AGI Pa-
de León, quedando bien entroncado con la élite local namá 89.
y dejó descendencia, como los López de la Flor y Saa- 359
Cf. Minuta del Consejo de Indias sin fecha (al parecer de
vedra. Ver Información que presentó Saavedra en 1663), en AGI Panamá 89.
1686, en AGI Panamá 67, No. 21; Relación de méritos 360
Declaración de Pedro de Arredondo en Juicio de Resi-
resumida por el Consejo de Indias, de Madrid, dencia de Bracamonte sobre pérdida de Portobelo, AGI
9.VII.1680, AGI Indiferente General 128, No. 105; ver Escribanía de Cámara 462A.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
301

361
El reducto es una obra exterior usualmente para contener General de este reino de Tierra Firme y Presidente de la
la batería, y su planta es generalmente cuadrada. Sirve Real Audiencia de esa ciudad de Panamá”, s.f., aunque
tanto para defensa como para ataque. probablemente escrita en Panamá en 1747, cuando ya
362
Abundante información para la historia del San Jeró- el autor había sido depuesto y residenciado. AHNM Con-
nimo en AGI Panamá 88 y 89. sejos, signatura 20639.
363
Carta de Fernández de Córdoba ya citada, Panamá, 384
Ibídem.
9.III.1672, AGI Panamá 93. 385
Ibídem.
364
Aspillera es una abertura profunda en el muro o parapeto 386
Op. cit., s.p.
que sirve para que la tropa dispare la fusilería. Es más 387
“Relación de lo que se debe ejecutar para defender e im-
ancha del lado interior y más estrecha al exterior, lo que pedir que los enemigos no puedan desembarcar en los
permite desplazar el fusil en ángulo para disparar y paraje accesibles de esta costa como asimismo la de-
queda más protegido del ataque exterior. fensa que debe hacer por tierra hasta Portobelo”. Agustín
365
Efraín Pérez Chanis, Mapas y planos de la antigua Audien- Crame, 1779. SHMM Manuscritos de América, signatura
cia de Panamá, Sevilla, 1951. Biblioteca de la Universidad 5-2-8-6.
de Panamá. 388
SHMM Manuscritos de América, signatura 5-2-8-6.
366
AGI Panamá 355. 389
Para lo anterior, he aprovechado mi folleto El fuerte Far-
367
AGI Planos Panamá 132. nesio, en Portobelo (1971).
368
SG Madrid, LM-9a-Ia-a-61. 390
La R. C. en AGI Panamá 356.
369
AGI Planos Panamá 132 y SG, LM-9a-Ia-59. 391
Carta de Manuel Montiano al rey, Panamá, 5.VIII.1757,
370
SG LM-9a-Ia-59. AGI Panamá 258.
371
AGI Planos Panamá, 132. 392
Carta de Manuel Montiano al marqués de la Ensenada,
372
“Descripción de la ciudad de San Felipe de Portobelo sa- Panamá, 25.X.1752, AGI Panamá 356.
cada de relaciones de los años 1606 y 1607”, BNM Ma- 393
Ambos en AGI Panamá 356.
nuscritos de América, signatura 3064. 394
Carta de Ignacio Sala al marqués de la Ensenada, Porto-
373
Museo Británico, Departamento de Manuscritos, Catá- belo, 10.II.1753, AGI Panamá 356.
logo Add 13992. Spanish Papers Relating to the West In- 395
Carta de Sala al marqués de la Ensenada, Cartagena,
dies and The Phillipines. Se trata de un impreso. 23.VII.1753, AGI Panamá 356.
374
Venegas Osorio fue nombrado por R C. de 3.I.1679. 396
Dos cartas de Ignacio Sala al marqués de Villar, Porto-
375
Se refiere a la mudanza de Portobelo al sitio de San Cris- belo, 10.IV.1753, y de Cartagena, 15.V.1753, ambas en
tóbal. Esta documentación en AGI Panamá 168. AGI Panamá 356.
376
Carta de Francisco de Castro al rey, Portobelo, 2.VIII.1683, 397
Carta de Manuel Montiano al rey, Panamá, 5.VIII.1757,
AGI Panamá 168. Hay un magnífico “Plan du port ville, AGI Panamá 258.
et forts de Portobello”, precisamente del mismo año 398
AGI Panamá 356.
1683, que representa las figuras de estos dos bonetes 399
Carta de Solís al gobernador Montiano, Portobelo,
en perspectiva, que en la leyenda se explican como “es- 25.II.1757, AGI Panamá 357.
peron et bastion plat”. Al parecer el plano fue remitido 400
Carta de Manuel Montiano al rey, Panamá, 5.VIII.1757,
por M. Gabarú, el 4 de enero. Biblioteca Nacional, París, AGI Panamá 258.
Colección de mapas y planos provenientes del Servicio 401
La Real Orden que ordena el regreso de Hernández a Es-
Central Hidrográfico de la Marina, portafolio 143, divi- paña es de 12.IX.1770, AGI Panamá 358.
sión 16, pieza 3. 402
Minuta con hoja de vida de Hernández, de 17.VII.1772,
377
Carta de Francisco de Castro citada en la nota anterior. AGI Panamá 359.
378
AGI Panamá, legajo 168. 403
En Castillero Calvo (2014, capítulo III: “La ciudad forta-
379
Ibídem. leza”). Desde página 95, se hace referencia por extenso
380
Carta de Dionisio Martínez de la Vega al rey, Panamá, a la obra de Hernández en las fortificaciones de Panamá
8.XI.1738, AGI Panamá 355. y en el resto del libro es mencionado numerosas veces.
381
Cf. Ranft, B. Macl. (ed.), The Vernon papers, Navy Records 404
Ibídem.
Society, Londres, 1958, p. 85f. 405
La licencia para viajar a Portobelo de Bea como ingeniero
382
The Defense of Portobelo, Florida State University Is- ordinario y de Galluzo como subteniente y ayudante de
thmian Antropology Society, 1970, p. 21. ingeniero (o “ingeniero extraordinario”), y su partida en
383
“Imagen política militar histórica y geográfica que repre- Cádiz en septiembre de 1770, AGI Contratación 5519,
senta el tiempo y la justificación legal de la conducta de R. 39, No. 1.
Dionisio de Alcedo y Herrera en la administración uso y 406
La licencia de Navas y Requena en AGI Contratación
ejercicio de los cargos de Gobernador y Comandante 5507, R. 7, No. 2.
Las fortificaciones de Portobelo
302

407
Esta información se encuentra dispersa en AGI Panamá Panamá 357. Gran parte del material cartográfico corres-
256, 263, 358-360. Ver también Castillero Calvo (2014, pp. pondiente, ha sido publicado en Cartografía de ultramar,
96, 105, 191, 281). Carpeta IV, América Central, Servicios Histórico y Geográ-
408
AGS, SGU, legajos 7053.5, 7240.21, 7244.47, 7237.18. fico del Ejército, Madrid, 1957.
409
Para los proyectos de Sala y Hernández, hay abundante 412
“Relación del número de tropas que se necesitan para una
material en AGI Panamá 356 a 360. buena defensa en cuatro baterías de este puerto y sus dos
410
Adarve es el camino que sirve para el paso de la tropa casas fuertes, como asimismo el [ilegible] de ellas, que se
dentro de los fuertes y se forma en la parte superior del pueden colocar en las cuadras que se hallan existentes,
terraplén. Se le da una leve inclinación hacia la plaza del como también las obras y reparos precisos que se deben
fuere para que corra el agua. ejecutar en dichas baterías”. Juan Bautista de Bea, Porto-
411
Las “Instrucciones” de Sala, en AGI Panamá 356. Abun- belo, 16.I.1771. Anexo al “Plan de defensa de Portobelo
dante información literaria sobre las obras de Sala y Her- por el brigadier D. Agustín Crame”, Portobelo, 27.I.1779,
nández en Portobelo y Chagre, en el mismo legajo y AGI AGNB Milicias y Marinas, tomo 6, folios 779-811.

Cañones y garita de la batería alta (o “San Fernandito”)


del complejo fortificado de San Fernando. Fotografía
del autor, marzo de 2015.
CAPÍTULO

El San Lorenzo del Chagres

Primeros años: 1595-1607 La obra fue realizada por tres alarifes y tuvo un
costo de 130,000 ducados. Se trataba de una canti-
Para construir el San Lorenzo, con objeto de dad tal vez exagerada para lo que realmente se
que protegiera el acceso ribereño al interior del hizo, pero esto se debía a que los materiales debían
Istmo, Antonelli escogió el peñón o eminencia ro- traerse de lejos y que alimentar a los obreros era
deada por un acantilado situado en la orilla sep- costoso: como evidencia se decía que una gallina
tentrional de la boca del río Chagres y en su parte puesta en el castillo se pagaba a 24 o 30 reales. En
posterior por cañadas profundas. Su posición era contraste, según la Descripción de 1606-1607, una
estratégica y demostraría ser crítica para la defensa gallina llevada desde Nicaragua a Portobelo solo
del Istmo. Antonelli advirtió que una de las venta- costaba 8 reales y, por un carnero de Santa Marta,
jas para la construcción era que cerca del sitio se una media de 20 reales. En el San Lorenzo una ga-
encontraba “piedra blanda” fácil de trabajar y la llina costaba el equivalente a más de tres días de
cal se podía conseguir a corta distancia. Esta “pie- salario de un teniente o alférez, cuyo sueldo era de
dra blanda” no era otra que material coralígeno, 32 pesos (o “patacones”) al mes, o bien 8 reales y
que como vimos en el capítulo anterior se encon- medio al día. Para el sargento el gasto equivalía a
traba frente a la isla de Naos, es decir a una distan- más de seis días de salario.
cia mucho más corta de la boca del Chagres que de Las obras en sí eran poco consistentes y tenían
Portobelo. Las primeras excavaciones en la punta un carácter meramente provisional. Aún antes de
que se asomaba al mar, se iniciaron en 1588 y aún haberse terminado de construir tuvo su primera
continuaban en 1596. De esa manera se preparaba el prueba de fuego, aunque sin mayores consecuen-
terreno para construir unas simples trincheras, una cias, cuando en 1596 el fuerte fue sorprendido por
modesta plataforma artillada de ocho cañones a sir Francis Drake, que luego avanzaría hacia Nom-
barbeta, y una torre donde se alojaría la guarnición. bre de Dios y Portobelo.
El San Lorenzo del Chagres
304

Durante décadas se le concedió al castillo una boladas al pie de ella una plataforma cuadrada si-
importancia secundaria, y no fue hasta después guiendo el hilo del río, donde está la artillería cu-
del ataque de Morgan en 1671, cuando se hizo evi- bierta en la parte que es su puesto. Tiene su
dente la necesidad de transformar completamente cuerpo de guardia a la puerta con su puente y su
la obra. capilla donde dice misa el capellán que tiene den-
Según la Descripción de Portobelo de 1606- tro que es un fraile mercedario”. Según esta Des-
1607, “está plantado a la entrada de la mano iz- cripción, la obra recién acababa de concluirse, es
quierda, situado a la orilla del río y embate de la decir en 1606, cuando aquella se terminaba de re-
mar, al pie de un morro que le es eminente y pa- dactar. Más bien debió decir “que estaban por
drastro. Tiene su torre en cuadro aunque algo an- concluirse”, pues el presidente Francisco Val-
gulado con tres entresuelos y altos para alojamien- verde de Mercado, en carta al rey de 25 de enero
tos y su sótano debajo de tierra. Tiene sus troneras de 1610, afirmaba que “estarán acabadas al fin de

“Castillo de San Lorenzo que está en a boca del río de Chagre que se está cayendo” (identificado como I), por el capitán e ingeniero de su
majestad Cristóbal de Roda, 1620. Fue construido originalmente por Bautista Antonelli en 1595 y para 1620 ya mostraba muchas grietas
en las murallas frente al mar y el río. El número 2 corresponde a la plataforma donde se encontraba la artillería; el numero 3 corresponde a
la torre donde se alojan los soldados; 4 es el puente para entrar al castillo y las numerosas s son las grietas que según Roda tienen el tamaño
de la cabeza de un hombre. A mano derecha se observan varias casitas donde se alojan “los negros que sirve el castillo”. Detrás del fuerte
se lee “sierra que es más alta que el castillo”. Lo rodean barrancos y hay un camino que sube hacia el monte desde las casas de los esclavos.
AGI, MP Panamá 36.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
305

“Descripción del río de Chagre y planta de su castillo”, por Cristóbal de Roda, 1.VII.1626. Según la leyenda del plano, el 1 corresponde a la
“plataforma baja”; el 2 es el cobertizo para la capilla y el cuerpo de guardia; el 3, el aljibe; el 4, la casa de las municiones; el 5, el alojamiento
de los soldados; y en el 6 se encuentra el alojamiento de los soldados “y en lo más alto de ella la pólvora”. AGI, MP Panamá 40.

este mes”, y ya se empezaba a construir el aloja- tobelo por 25,000 ducados. En 1603 se hace otro
miento del que sería su primer castellano, Pedro gasto más por 90,000 ducados. Ese mismo año se
Meléndez413. compran 106 piezas de esclavos para trabajar en
En una carta del mismo Valverde de Mercado las obras por un total de 36,875 ducados (con un
de 1607 (aunque sin indicación de día y mes) se ad- promedio de poco más de 479 pesos de 8 reales la
junta la relación que presentó el contador de Ha- “pieza”). Y así siguen los gastos hasta 1607, aun-
cienda Juan de Ibarra sobre los gastos que se que sin singularizarse lo correspondiente a cada
hicieron hasta la terminación de las fortificaciones fuerte, hasta totalizar la suma de 483,122 ducados
de Portobelo y “la boca del Chagres”. Los gastos con 6 reales. Se indica en el mismo documento que
empiezan a partir de la R. C. de 20 de diciembre se trata de ducados de 375 maravedíes. De esa ma-
de 1593, cuando se ordena a las Cajas Reales de Pa- nera, convertidos a pesos de 8 reales de 272 mara-
namá pagar la suma de 100,000 ducados. Otra R. C. vedíes el peso, suman 666,069 pesos de 8 reales,
de 24 de febrero de 1597 ordena el pago de las mis- que sumados a los 6 reales restantes hacen un gran
mas Cajas por 60,000 ducados; y lo mismo en otra total de 666,273 pesos de 8 reales414. Era una suma
R. C. de 10 de octubre de 1602 de las Cajas de Por- enorme.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
307

Progresivo deterioro del diseño en forma de estrella con capacidad para seis
San Lorenzo (1617-1660) cañones y una guarnición de 15 artilleros y solda-
dos, para lo que calculaba un costo de 80,000
Pero una década más tarde, concretamente en pesos, pero este proyecto no fue aprobado en la
1617, ya empezaban a llegar a Madrid las primeras Corte y la situación preexistente continuó417. Poco
quejas sobre el estado ruinoso del San Lorenzo. Ese después visitaría al fuerte el alarife y maestro can-
año el presidente Diego Fernández de Velasco tero Cristóbal de Armiñán (constructor del Puente
daba órdenes a Juan de Nava, un celoso factor y del Rey en Panamá la Vieja y de la Aduana, en Por-
veedor de Real Hacienda, para que reconociese el tobelo) quien propuso algunos arreglos a un costo
estado en que se encontraba el fuerte. Nava ob- estimado en 32,000 pesos, pero tampoco nada se
servó que la plataforma se había abierto y estaba hizo, y en 1631 el presidente y capitán Álvaro de
solapada por los cimientos debido al embate de las Quiñones Osorio declaraba que el San Lorenzo era
olas del mar415. Como resultado, se pidió al sobrino totalmente inútil y estaba a punto de desplo-
de Antonelli, el ingeniero militar Cristóbal de Roda marse418. Quiñones Osorio incluso envió en 1637
–que estaba a cargo de las obras de fortificación de una planta en perspectiva para la reconstrucción
Cartagena–, para que se trasladase a Panamá, del fuerte, inspirado en el proyecto anterior de
donde además de reconocer la situación del San Roda, donde los cinco “rayos de la estrella” serían
Lorenzo (para repararlo o hacerlo de nuevo), estu- sustituidos por cuatro medio baluartes de diverso
diase el estado en que se encontraba los fuertes de tamaño, con el agregado de una “cortadura” o te-
Portobelo y lo que se necesitaba hacer en la capital, naza para proteger el portete de Batatas, cuyo
donde hizo nuevas propuestas para las Casas Re- fondo era de solo media braza y se encontraba al
ales. No era la primera vez que estaba en Panamá, costado oriental del castillo, en la costa que iba
pues en 1609 había dibujado un plano urbano de hacia Portobelo419. Y así continuaron nuevas pro-
la ciudad que es muy conocido. puestas y reclamos por parte de las autoridades lo-
Con relación al San Lorenzo, Cristóbal de cales, pero el exasperante burocratismo de la
Roda confirmó “que se está cayendo” y para ilus- Corte, mezclado con la falta de dinero, impidió
trarlo delineó una “scenographía” donde mos- que se hiciera algo.
traba las amplias grietas de las murallas de los El hecho es que para 1655 el San Lorenzo había
frentes ribereño y marino416. Pero aparte de este di- quedado reducido a un modesto cuartel con 50 tro-
bujo, Roda no le hizo ninguna reparación pues, pas. Como ya se dijo en un capítulo anterior, al año
como vimos en un capítulo anterior, en 1623 su es- siguiente fue atacado por una fuerza pirática que
tado ruinoso se mantenía, y fue necesario hacerle llegó de Jamaica, y esta vez el presidente Pedro Ca-
algunos remiendos de urgencia al tenerse noticias rrillo de Guzmán se apresuró a hacerle algunas re-
de que se aproximaban velas enemigas. En 1626, paraciones y aumentó su dotación a 88 hombres.
Cristóbal de Roda volvió al San Lorenzo y luego Por R. C. de 22 de septiembre de 1659 se ordenó al
de hacerle un nuevo reconocimiento, propuso un sucesor de Carrillo, el maestre de campo Fernando
de la Riva Agüero, para que se ocupase del asunto,
convocando a “personas prácticas, oficiales de gue-
“Planta en perspectiva del sitio de la boca del Chagres”. En este rra y hacienda, y llevando los ingenieros de Carta-
plano se propone hacer una “cortadura” sobre el cerro situado gena si pareciese necesario”. Riva Agüero no hizo
detrás del fuerte, para impedir el paso del enemigo desde el la junta ordenada, aunque sí consultó a “soldados
portete de Batatas. La cortadura tendría 20 pies de alto y con
un parapeto; el foso tendría 15 pies de alto y 20 de ancho.
prácticos”, e informó al rey en carta del 18 de marzo
Junto a la cortadura quedaría el almacén de pólvora. Fue re- siguiente que había reconocido el fuerte, donde es-
mitido por el presidente de Panamá en 1637. En lugar de los tuvo ocho días, e hizo una “estacada y otros repa-
cinco rayos de la estrella situados al frente del fuerte, se pro- ros”. Quedó en evidencia que era necesario
ponen cuatro mediobaluartes de magnitud desigual. Alrede-
dor del área habitada por los esclavos del castillo se ha
construir una obra nueva de cal y canto y que las
colocado, siguiendo la orilla del río, una suerte de murete. AGI, trincheras y baluartes eran de tierra y fajina, las cua-
MP Panamá 35. les era preciso reparar constantemente debido a las
El San Lorenzo del Chagres
308

lluvias frecuentes. Para entonces de los 88 soldados diseños y “trazas” eran enviados a la Corte para
que había dejado Carrillo solo quedaban 65, pero ser evaluados por la Junta de Guerra del Consejo,
Riva Agüero aconsejaba reducirlos a 50. Había de- pero uno tras otro se desestimaban, y pasaban
jado a cargo de la tropa a su sobrino García de la años sin que se le hicieran reformas y reparaciones
Riva Agüero. Calculaba el costo para la obra en sustanciales al castillo.
100,000 pesos, que según él tardaría en terminarse Cuando los ingleses ocuparon en 1667 la isla
en cinco o seis años. Catalina (actual Providencia), situada peligrosa-
mente a medio camino entre Panamá y Jamaica
(recién ocupada por Inglaterra), Somovilla Tejada
Frustráneos esfuerzos del ingeniero fue enviado otra vez al Istmo con órdenes de la
Juan de Somovilla Tejada (1661-1667) propia reina gobernadora para que estudiase nue-
vamente las fortificaciones. El ingeniero propuso
La Junta de Guerra del Consejo de Indias de varios proyectos de defensa para Portobelo y en
15 de abril de 1661 aprobó las recomendaciones del especial para el San Lorenzo, para el que diseñó en
presidente y aconsejó al rey que ordenara al inge- 1667 otro plano en forma cuadrangular con cuatro
niero Juan de Somovilla Tejada, ingeniero militar baluartes reducidos423, pero tampoco sus ideas fue-
de Cartagena –que ya había estado varias veces en ron aprobadas y no se hizo nada.
Portobelo y en el San Lorenzo–, para que viajara Como era típico de la parsimoniosa burocracia
nuevamente al Istmo y opinara sobre “aquella fá- peninsular, la reacción regia no llegó hasta después
brica”, así como sobre el plano o traza del San Lo- del devastador ataque de Henry Morgan en 1671,
renzo que había enviado Riva Agüero420. cuando abatió la fortaleza luego de una batalla
En la misma Junta de Guerra se menciona que sangrienta con los defensores, avanzó por el río y
en sus visitas previas al San Lorenzo, Somovilla Te- atacó la ciudad de Panamá. Fue entonces cuando
jada ya había llamado la atención sobre el mal es- se hizo evidente la urgencia de ocuparse en serio
tado de su fábrica y la facilidad con que podía ser del San Lorenzo.
dominado por el enemigo. Somovilla regresó al La caída de Panamá horrorizó al Gobierno de
fuerte y estudió el plano que había enviado Riva Madrid, al que no podía escapársele las magnitud
Agüero y, en carta al rey de 9 de julio de 1661, le co- de sus consecuencias, ya que la ruta transístmica
municó que el plano debía desecharse por falta de era una pieza esencial en el engranaje imperial, por
medidas y otros defectos técnicos y en su lugar lo que procedió sin mucha demora a tomar medi-
envió otra planta de su propia factura421. Esta planta das urgentes con objeto de reparar el daño. La
o traza tenía forma de estrella y en ella proponía un tarea se le encargó a uno de sus militares de mayor
foso en la retaguardia, un “baluarte principal”, dos prestigio, el maestre de campo y sargento general
medio baluartes y un revellín a media luna que mi- de batalla de la Armada de Flandes, Antonio Fer-
raba al mar422. Sin embargo, la Junta de Guerra del nández de Córdoba (que solo usaba el segundo
Consejo de Indias no tomó ninguna determinación apellido, y en la documentación oficial suele men-
y el San Lorenzo continuó como estaba. cionársele solo como Antonio de Córdoba). Era
A lo largo de los años siguientes, los capitanes además miembro del Real Consejo y hermano del
generales, presidentes y gobernadores de Panamá influyente Gonzalo Fernández de Córdoba, a la
no se cansaron de enviar informes a la Corona, do- sazón presidente de la Casa de Contratación de Se-
cumentando el pésimo estado en que se encon- villa. Llega a Panamá con el cargo de capitán ge-
traba el castillo y la necesidad de reconstruirlo neral, gobernador y presidente de la Audiencia.
totalmente. Lo visitaron otros ingenieros y se en- Su tarea sería enorme. Se le entregan plenos po-
viaron nuevas “trazas” para la plataforma, la torre, deres (a la vez que grandes recursos) para mudar la
el almacén de pólvora, la cortadura, y un nuevo abatida capital a un nuevo sitio y consolidar el sis-
diseño cuadrangular para que tuviera dos baluar- tema de defensas, a fin de que las armadas de galeo-
tes, dos medio baluartes regulares y un través para nes pudieran continuar llegando al Istmo. Además
la protección del almacén de pólvora. Todos estos de las murallas para la nueva capital, la fortaleza
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
309

“Plano del castillo de la boca del río Chagre, de la situación del portete y desembocadura del arroyo de las Lajas y del río Chagres”, por el ingeniero
Juan de Somovilla Tejada, 1667. Este proyecto para reformar el San Lorenzo del Chagres nunca se realizó. Se había propuesto previamente otro
de forma triangular. De hecho ambas trazas son similares a otros proyectos propuestos en América en la década de 1660. Se basaban en un
modelo ideal que puso de moda el ingeniero militar Cristóbal de Rojas en la Academia de Matemáticas y Arquitectura Civil y Militar de Madrid a
fines del siglo XVI y que en algunos lugares llegaron a construirse. AGI, MP Panamá 83.

que requería atención más urgente era el San Lo- meses sin techo dónde cobijarse y casi sin tener con
renzo del Chagres, que había sido destruido por qué alimentarse. Difícilmente podría encontrarse
Morgan. También debía restaurar el orden y devol- otro presidente del período colonial que tuviera que
ver la confianza a los atemorizados vecinos, que ha- enfrentar una misión de tal magnitud y gravedad.
bían quedado reducidos a la mitad, unos por De hecho, se entregó con tanta dedicación a esta
muerte violenta durante el ataque de Morgan, pero vasta y compleja tarea que en ella acabó con su vida.
la gran mayoría a consecuencia de pasar largos Para emprender tamaños retos, hacer habitable la
El San Lorenzo del Chagres
310

nueva capital y poner el sistema de defensas en con- Lorenzo, se planificarían con arreglo a los métodos
diciones de enfrentar otra amenaza pirática, necesi- constructivos más avanzados de la ingeniería mi-
taba con urgencia de ingenieros, y se hizo litar contemporánea. Fernández de Córdoba deli-
acompañar de un viejo conocido y compañero de neó el primer proyecto para la Nueva Panamá,
armas en Flandes, el sargento mayor y experimen- aunque este sería luego modificado por Ceballos
tado ingeniero Bernardo de Ceballos y Arce424. y Arce y por el ingeniero Juan Betín, que era el in-
Fernández de Córdoba viajó en tres galeones geniero mayor de Indias con sede en Cartagena y
con un tercio compuesto por 550 soldados llama- que ya había trabajado antes en los proyectos de
dos “de la chamberga”, y abundantes pertrechos restauración de los fuertes de Portobelo luego del
militares. La expedición levó anclas para Panamá reciente ataque de Morgan en 1668428.
el 12 de agosto de 1671425. Su experiencia militar la La reina nombra a Ceballos y Arce mediante
recibió sobre todo en las guerras de Flandes y era R. C. de seis de noviembre de 1671, con el título de
bastante entendido en el arte de la fortificación. En ingeniero mayor de Panamá, para que siguiera al
un Memorial redactado por Diego Carcelén La- presidente y asumiera la responsabilidad técnica
drón de Guevara, procurador general de la ciudad de las obras429. A Ceballos y Arce se le otorga tam-
de Panamá, se refiere a él como “gran maestro del bién el nombramiento de sargento mayor, el cargo
arte”426. El propio Fernández de Córdoba delineó militar de mayor rango en Panamá tras el de capi-
la ciudad con sus murallas y, como veremos más tán general que ostentaba el presidente Fernández
adelante, también el proyecto para un nuevo cas- de Córdoba. Esto sugiere los amplios poderes que
tillo de San Lorenzo del Chagres427. Tanto Fernán- se le confieren y, asimismo, evidencian la impor-
dez de Córdoba como Ceballos y Arce se habían tancia que se reconoce a su misión. Ceballos y Arce
formado en la tecnología de punta de la fortifica- arribó a Portobelo en septiembre de 1672, en los si-
ción abaluartada de la llamada “Escuela de Flan- guientes galeones, que estaban a cargo del general
des”. Así pues, la Nueva Panamá, así como el San Diego de Ibarra430.

“Prospect of Chagre”, o perspectiva del Chagres, de autor desconocido. Imagen del San Lorenzo durante el ataque de Vernon en 1740. Nótense las
casas de los pobladores detrás del fuerte y en la otra banda del río, la Aduana. Escala de 1,000 pies. British Library, Londres.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
311

El nuevo San Lorenzo por Fernández del arrabal y que según el testimonio del escri-
de Córdoba y Ceballos y Arce bano del Cabildo Francisco de Benavides, estos
debían tener entre dos, tres o cuatro lumbres de
Fernández de Córdoba y el ingeniero Ceba- frente y de fondo433.
llos y Arce se involucraron directamente en la re- Describo a continuación, lo que observó Fer-
cuperación del San Lorenzo. El presidente no nández de Córdoba cuando reconoció el fuerte y
esperó a que llegara Ceballos para viajar al casti- lo que propuso hacer. Este reconocimiento lo hacía
llo, que encontró demolido a consecuencia del úl- acatando la R. C. de 4 de agosto de 1671, en la cual
timo ataque de Morgan, y luego de hacerle un la reina “me manda fortifique esempecialmente
detenido reconocimiento propuso modificarlo de (sic), y en aquella forma que más convenga para
raíz. Dejó delineadas todas las cuerdas para la su mayor seguridad el castillo de Chagre”. Tan
fortificación y envió a la Corona una planta, traza pronto llegó al Istmo se informó sobre “el estado
o diseño para el nuevo proyecto. En este recono- del castillo, su gasto ordinario, y extraordinario, la
cimiento se hizo acompañar por el capitán Fer- falta de albañiles y materiales para formar una for-
nando Mohedano Saavedra y Córdoba, que tificación real y, considerado todo junto, con la
había estado en el San Lorenzo para otro recono- suma inmensa que costaría, cuya obra habría de
cimiento, acompañando a Juan Pérez de Guz- durar muchos años, siempre arriesgada hasta po-
mán, y quien había certificado que lo hizo “como nerla en defensa, y que concluida quedaba gra-
persona inteligente y práctica en fortificacio- bada la Real Hacienda en una suma muy
nes”431. El castellano del San Lorenzo, Francisco considerable, para el alimento y sueldos de su
de Herrera, certificó que en esta visita el capitán guarnición, y además de esto no se aseguraba el
Saavedra “como persona inteligente, delineó el Mar del Sur ni la ciudad de Panamá por haber mu-
dicho castillo y terreno, haciendo planta de las chas otras entradas para llegar a él, propuse en una
fortificaciones que se acordó se hiciese en este junta que se hizo en 23 de enero de este año de
sitio y asimismo hizo un mapa general de este 1672, que tenía por muy conveniente y necesario
reino que llevó el dicho capitán general”. Según al servicio de vuestra majestad que en Chagre se
la certificación del nuevo castellano del San Lo- fabricase una pequeña fortificación capaz de 45
renzo, Joseph de Paredes, Saavedra acompañó a hombres, y que lo que se había de gastar en reedi-
Fernández de Córdoba entre el 10 y el 12 de ficar en aquel sitio una fortificación real, parte de
marzo de 1672 “para reconocer y medir el terreno ello se aplicase a la fabricación del ancón [es decir
y delinear la nueva fortificación e hizo la planti- en la construcción y mudanza de la Nueva Pa-
lla de la puerta y puente que se está ejecu- namá], por ser este el centro, y a donde se enca-
tando”432. Ninguno de estos diseños se conserva, minan todos los deseos de los enemigos de la
pero estas referencias evidencian la importancia Corona”434.
del trabajo que realizó Saavedra. Recordemos Reducir la dotación constituía una medida ra-
que también delineó el proyecto del San Cristó- dical. Hasta entonces, y por órdenes de los presi-
bal bajo Venegas Osorio, como se mencionó en el dentes Pedro Carrillo de Guzmán, Fernando de la
capítulo anterior. Y es suyo el mapa que hizo en Riva Agüero y Agustín de Bracamonte, la dota-
1688 para la ciudad de Panamá cuando ya estaba ción del castillo era de 135 plazas. (Aunque a me-
totalmente construida, siendo el más acabado y nudo se obviaba mencionarlo, se sabe que además
confiable que se conserva para fines del siglo contaba con 25 naturales). Incluía castellano, te-
XVII; actualmente se encuentra en el Museo de niente y alférez, sargento, tambor, abanderado,
Historia de Panamá. Consta también que du- barbero, pífano, armero, tres esclavos, 98 arcabu-
rante la administración de Mercado y Villacorta, ceros, 20 mosqueteros, un condestable de artillería
mientras se construía la ciudad de Panamá, Saa- y 4 artilleros, más 6 esclavos permanentes de la
vedra, en su condición de teniente de ingeniero Corona. (Fue con esta tropa, o lo que restaba de
de Ceballos y Arce, fue el responsable de medir ella, que el San Lorenzo defendió la entrada del
y estacar los solares tanto de intramuros como río cuando atacó Morgan en 1671). Los salarios de
El San Lorenzo del Chagres
312

esta dotación costaban al año 54,363 pesos, y con La junta se conformó con su parecer y con lo
los ajustes propuestos por Fernández de Córdoba allí acordado se dirigió poco después al castillo.
se ahorrarían 28,572 pesos, “quedando el costo en Lo encontró “muy irregular y poco sujeto a una
25,572 pesos”435. buena fortificación, particularmente si se siguiese
Dos aspectos destacan hasta aquí en la carta- la forma en que ha estado hasta ahora fortificado,
informe de Fernández de Córdoba: por un lado, porque además de ocupar un grande ámbito era
propone reducir el tamaño del fuerte para aho- preciso bajar la muralla por un precipicio de más
rrar costos y, por otro, que la mudanza y fortifi- de 50 varas de alto, hasta topar con el agua de la
cación de la Nueva Panamá exigía una atención caleta del Portete, y de allí subir con ella hasta la
prioritaria. punta de otra colina”. A su juicio, si se recuperaba

“Planta de la fortificación de Dos Brazas que está 3 leguas del Gatún y 6 del castillo de Chagre. Hecho para la defensa del río, 1675. Después
del ataque de Morgan en 1671 se hizo evidente la necesidad de construir fortificaciones a lo largo del Chagres, para lo cual se construyeron
el fuerte de Gatún y el de Dos Brazas (más tarde conocido como La Trinidad). A juzgar por su escala de 90 varas castellanas (0.82 m), su ex-
tensión debía ser de más de 100 metros y por su parte más ancha de unos 37 metros. Este proyecto podría atribuirse al ingeniero militar
Bernardo de Ceballos y Arce, ya que era jefe de ingenieros de Panamá. No hubo ningún intento serio del enemigo de cruzar el Chagres y
atacar la capital. Vernon pensó hacerlo pero no demoró en desistir. Quedó sepultado bajo las aguas del Chagres cuando se construyó el
canal de Panamá. AGI, MP Panamá 85.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
313

“Planta de la fortificación del Gatún que está 3 leguas del castillo de Chagre, para defensa del río, hecha año 1675”. Es un proyecto paralelo
al de dos Brazas. También quedó cubierto por las aguas del Chagres cuando se construyó el canal de Panamá. AGI, MP Panamá 86.

el fuerte, tal como había sido concebido, el gasto Agrega que esperaba solo a que llegasen re-
sería “inmenso”, además de “poco seguro, por- cursos de Perú para dar comienzo a la obra y que
que toda la plaza de armas quedaba descubierta si hubiesen llegado a tiempo ya “estuviera con-
por la desigualdad del terreno”. Su propuesta cluida”. Finalmente llegó el situado ordinario. Sin
consistía en “ocupar solo una punta de una co- embargo, la casi totalidad del situado estaba des-
lina que mira a la mar y al río, sin padrastro nin- tinado a otros gastos “y se debía todo él con otras
guno que la mande, y con tan corta fábrica de muchas mayores cantidades”. Pero esto no impi-
murallas como verá vuestra majestad por la planta dió que se reservase “una porción” para la cons-
que envío, pues con una sola tenaza cierra la co- trucción del San Lorenzo, “y al instante se puso la
lina de punta a punta y de esta toda la cortina y mano en la obra”. (Según una Junta de Guerra del
un baluarte están libres de ataque o sorpresa por Consejo de Indias de 6 de junio de 1673, esa “por-
una gran barranca que tienen delante, y les sirve ción” era por 80,000 pesos437).
de foso, con que solo tiene acceso a la frente del Y continúa el presidente: “Aunque se empezó
otro baluarte, y este muy difícil, no solo para pi- ya en invierno y se prosigue con él, no ha dejado
ratas, pero para ejercicios reglados, con que sin de adelantarse, y hoy se hallan los dos baluartes
tener en qué dudar, dejé delineadas y tiradas las muy fuera de tierra, y espero que este verano ha de
cuerdas de la fortificación”436. quedar perfeccionada, y lo que más nos detiene al
El San Lorenzo del Chagres
314

presente es la cal, porque las continuas lluvias no “Plano del fuerte del Santísimo Sacramento, situado
dejan arder los hornos, y como las aguas duran aquí en la boca del río Trinidad, vertiente en el de Chagres,
cuya boca principal se haya distante seis leguas río
ocho meses continuos, son pocos los que quedan arriba. Proyectado por el ingeniero director don Juan
para trabajar a gusto”. de Sobreville el año pasado de 1741 y habiéndose
Luego se refiere al “ingeniero” que se ocuparía dado principio a su construcción con el motivo de la
de las obras, que no era otro que su viejo compañero presente guerra [se refiere a la del Asiento], se encon-
traron en este paraje ocho cañones de artillería, por
de armas Ceballos y Arce: “Yo he enviado el inge- lo que parece que los años pasados debió de haber
niero, que ha venido en esta ocasión de galeones, a aquí alguna fortificación”. Como se explica en el texto,
reconocerla y me parece no ha hallado qué enmen- este proyecto reemplaza el anterior, construido por
dar como lo manifiesta la declaración adjunta”. Le Ceballos y Arce en la década de 1670, y obviamente
había sido abandonado junto con sus ocho cañones.
aseguraba a la reina que el castillo de San Lorenzo
Según la leyenda del plano: A era el alojamiento de
“ha de ser una de las mejores fortificaciones que los oficiales; B era el foso; C, el puente; y D, los cuarte-
vuestra majestad tiene en sus reinos, y que con 50 les. Escala de 15 toesas. El dibujo fue realizado por el
hombres de guarnición queda con toda seguridad, capitán de ingeniero ordinario del reino de Tierra
y estos no porque necesite de todos, sino porque el Firme, Nicolás Rodríguez en 1745. Quedó bajo las
aguas del Chagres al construirse el canal de Panamá.
mal temple origina muchas enfermedades”.
Mientras tanto, se avanzaba en la construc-
ción de una plataforma “a la lengua del agua, y que “nada de lo antiguo pudo servir a ella”,
entrada del río, en parte donde precisamente han debe entenderse que se trataba de una obra com-
de venir las embarcaciones a topar con los peño- pletamente ex novo. Como de costumbre, la
les de las vergas para entrar en él”. Al agregar mano de obra consistía en esclavos, por lo que

“Planta del castillo de Chagre hecha por el general don Juan


Bautista de la Rigada”, 1689. Ver discusión sobre la autoría y
otros aspectos de la planta en el texto. AGI, MP Panamá 119.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
315
El San Lorenzo del Chagres
316

“Plano del fuerte nombrado el Santísimo Sacramento, nuevamente construido en la boca del río de la Trinidad, vertiente en el de Chagre,
que proyectó el brigadier D. Juan de Sobreville, ingeniero director de los dominios de S.M. Hecho de orden del MISD, Dionisio de Alcedo y
Herrera [...] por el teniente don Luis Segretier segundo ingeniero en él”. Explicación: A. Fuerte del Santísimo Sacramento. B. Alojamiento
de oficiales. C. Explanadas. D. Foso delante del fuerte. E. Foso a su espalda. F. Puente. G. Cuarteles. Escala de 30 toesas. BPRM. (En el tomo
misceláneo VIII J 2, o Mss. 1622).

“han ahorrado en jornales tanto como han cos- sidente estaban allí para perder tiempo. El pro-
tado”. Procuraría gastar lo menos posible, aun- pio Fernández de Córdoba había arribado a Por-
que recordaba “la carestía de la tierra y de tobelo el 25 de noviembre de 1671 y diez meses
haberle de conducir por mar todos los materia- después ya estaba levantando el San Lorenzo. Y
les de la fábrica y edificios”438 . concluye Ceballos y Arce: “Reconocí dicha forti-
La certificación del ingeniero Ceballos y ficación y no hallo cosa que enmendar en ella por
Arce a que aludía Fernández de Córdoba va ad- estar muy conforme a las reglas de la milicia, y
junta, y en ella afirma que tan pronto como “lle- juntamente afirmo que la planta que hallé sacada
gué a Portobelo en los galeones que al presente por dicho señor presidente está muy conforme al te-
están en este puerto” se dirigió al San Lorenzo rreno y a la fábrica”. Y como se trataba de una
por órdenes de Fernández de Córdoba para “re- certificación oficial concluye: “Y para que conste
conocerle y enmendar las faltas que tuviese y me donde convenga por mandado de su señoría di
embarqué en la fragata San Jorge que iba a con- la presente y la firmé en Portobelo 9 de septiem-
ducir materiales”. Como es obvio, ni él ni el pre- bre de 1672”439.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
317

Siendo todo esto así, el nuevo San Lorenzo se “negra para que cuide la curación de los enfermos,
basaría en un diseño de Fernández de Córdoba, además del médico que allí asiste para los cuales
que contaría con la aprobación de su ingeniero, se han remitido medicinas”440. Es evidente que se
quien a la postre estaría a cargo de ejecutar las estaba trabajando en firme para levantar la obra.
obras. Por desgracia no se conserva la planta que En Consulta de 6 de junio de 1673, los cuatro
envió el presidente, pero parece evidente que las ministros del Consejo de Guerra resumieron la do-
obras realizadas se basaron en ella. Prueba de ello cumentación enviada por Fernández de Córdoba,
son otras certificaciones sobre gastos y operarios, y se aprobó su proyecto. Se aprobaba que el castillo
como la del contador de Real Hacienda Juan Ma- se hiciera “de piedra”, y se reconocía la experticia
tías Pérez, quien dice para esas mismas fechas que militar de “don Antonio”. Vuelven a referirse a la
en el San Lorenzo el Real del Chagres trabajaban “planta” que había remitido. Reconocen que el
80 esclavos. (Al parecer 70 varones y 10 mujeres). “castillo del Chagre es la principal fortaleza de la
Agrega que se irían enviando otros si hicieran provincia sino la que defienda aquella entrada y
falta, además de 39 indios. De Portobelo se envia- desembarco”. Y esto era así “porque aunque vi-
ron “canteros y albañiles” y “se están conduciendo niese armada real siempre habrá de intentar el de-
bastimentos, pilones, batequelas y otras cosas de sembarco con embarcaciones pequeñas y no ser
esta ciudad [Panamá] y Portobelo cal, ladrillo y capaz la boca del río de Chagre de porte y distando
tejas y otros materiales y bastimentos que se han la ciudad [Panamá] 25 leguas del castillo de Cha-
traído de Cartagena”. También se ha enviado una gre no es fácil que gente enemiga vaya con ejército

“Plano y perfil de las fortificaciones últimamente construidas en la boca del río del Gatún, en las riveras del Chagre, por haber arruinado el tiempo
las anteriormente fabricadas, de orden del señor don Dionisio d Alcedo y Herrera [...], por el teniente don Manuel Pinto de Acosta, sobrestante
de las reales obras y fábricas de su majestad, en la plaza de Panamá, en el año de 1749”. Tenía cinco cañones en la planta baja y guardia principal
(letra A) otro cañón que flanqueaba la orilla izquierda (letra B). Tenía un foso, construido en 1743 (letra C) y otro “antiguo” (letra F).
Nota dentro del plano: “En tiempo de nortes suben las chatas, bongos y piraguas que trafican en este río hasta el fuerte de La Trinidad a
vela, como no lo impida alguna creciente llevando dicho viento en unas calles a popa y en otras a bolina”. Quedó bajo las aguas al construirse
el canal de Panamá. BPRM (en el tomo Misceláneo VIII J 2, Mss. 1622).
El San Lorenzo del Chagres
318

a sitiarla por falta de víveres y las demás cosas ne- “Plano del castillo del San Lorenzo del Chagre y sus inmediacio-
cesarias para mantenerse, mayormente en una tie- nes”, por Agustín Crame. Este plano refleja el estado del fuerte
al final del período colonial. Es básicamente el que construyó
rra malsana y cenagosa”. Elogian las características Manuel Hernández en 1763, aunque con modificaciones intro-
del sitio escogido por Fernández de Córdoba para ducidas o recomendadas por Agustín Crame en 1779. CGEM,
edificar el castillo, que por su altura “recibirá más signatura 6.077.
puros los aires”. Y concluían con la resolución
acordada: “Juzga la Junta que podría vuestra ma- ción con que se ha aplicado a ella”. También se le
jestad servirse de mandar aprobar a don Antonio enviaba un “papel con los reparos que se han
de Córdoba la fortificación que hace en Chagre y hecho con vista de la planta para que vea como
que se le den gracias del cuidado y buena disposi- quien tiene presente el terreno y está al pie de la

“Plano de la boca del río de Chagre [...] con demostración del castillo San Lorenzo el Real y su batería baja, demolido por la nación inglesa
año de 1740”. Escala de 100 toesas de seis pies reales de París. Leyenda: A. Castillo San Lorenzo el Real demolido. B. Batería baja demolida.
C. Foso del castillo. D. Obra exterior que se principió los años pasados para extensión del castillo. E. Puente de comunicación para el pueblo.
F. Pueblo de Chagre nuevamente reedificado por haberse incendiado por los españoles el antiguo, motivo la guerra el año 1742. G. Baterías
nuevas construidas este año de 1749 con cajones de pilotaje y tierra. H. Almacencillo de pólvora nuevamente ejecutado. I. Aduana demolida
por los ingleses año de 1740. K. Caño de la Aguadilla. L. Batería nueva en la playa de la Aguadilla. M. La Laja. N. Portete de Las Lajas. O. Que-
brada a Las Lajas. P. Bajo de la Tortuguilla. Q. Portete de Batatas. Según la cartela del lado inferior, fue “levantado y hecho” por el ingeniero
Nicolás Rodríguez, por órdenes del presidente Alcedo y Herrera en 1749. BPRM (en el tomo Misceláneo VIII J 2, Mss. 1622).
A

A. El fuerte de San Lorenzo en 1779. Detalle del plano anterior.

B. Explicación que acompaña el plano anterior. Detalle.

C. Perfiles del plano anterior. Detalle.


Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
321

obra si convendrá extender más la fortificación, como hemos visto hasta aquí, se producen modi-
añadiendo otra nueva a la tenaza para que esta ficaciones, a veces radicales. Los ingenieros se co-
quede por retirada y que también haga la plata- rrigen y critican unos a otros, formulan “reparos”
forma y roquete que trataba de fabricar a la legua drásticos a lo que hacen sus colegas, y como resul-
del agua y disponga con sus experiencias militares tado los proyectos raras veces acaban concretán-
todo aquello que tenga por necesario y diera de sí dose (cuando se concretan) tal como se pro-
el terreno para la defensa de aquel puesto ejecu- yectaron originalmente. ¿Pero fue este el caso?
tándolo con noticias de estas advertencias”. El El 8 de abril de 1673 fallece Fernández de Cór-
papel en referencia aludía a las recomendaciones doba (por enfermedad y debilitado por el agota-
que hiciera al proyecto don Pedro Fernández del miento físico), con lo cual Ceballos y Arce perdía
Campo y Angulo a petición del Consejo . Así 441
todo el apoyo de su compañero de armas y amigo,
pues, el proyecto de Fernández de Córdoba recibe quien es reemplazado como jefe de Gobierno pa-
plena aprobación por parte del Consejo de Indias, nameño por el maestre de campo Alonso Mercado
a lo que seguiría la correspon-
diente Real Cédula. De esa
manera Ceballos y Arce po-
dría continuar al pie de obra
sin demoras. Tal era la con-
fianza del Consejo en el pro-
yecto de Fernández de Cór-
doba que dejaban a su criterio
aceptar o no los “reparos”
que había formulado Campo
y Angulo.
Es interesante destacar
que para el Consejo de Indias
ya no había dudas sobre la
enorme importancia del fuer-
te de San Lorenzo, “porque es
la principal entrada y desem-
barco de los enemigos en
cualquier invasión que inten-
taran en el reino de Tierra
Firme”, “que es la garganta
de las Indias”442. Es obvio que Vista aérea del San Lorenzo desde la retaguardia, donde se observan el foso, el puente, las
baterías y el medio baluarte que mira al mar. Cortesía de MIT.
el ataque de Morgan en 1671
les abrió los ojos a los estrate-
gas y por primera vez la protección de la boca del y Villacorta, con quien tuvo no pocas diferencias443.
Chagres era considerada de alta prioridad militar. Se quejaba también de los oidores, ya que “cada
No obstante todo lo anterior, el gran experto uno gobierna y manda más que el presidente y se
en la historia de las fortificaciones hispanoameri- meten en lo que no entienden, y se les ha de con-
canas Manuel Zapatero y autor de una obra consi- templar, y no sabe uno qué hacer para tenerlos gra-
derada “clásica” sobre el San Lorenzo, afirma que tos”444. El hecho es que se desestimaban sus
Ceballos y Arce realizó las obras entre 1677 y 1680 pareceres en materia de fortificaciones y le trata-
según los diseños del general de batalla Luis de ban con desprecio. Según él, como no se acataban
Venegas Osorio. Sin embargo, no menciona a Fer- sus indicaciones, “las fortificaciones de Panamá
nández de Córdoba ni los documentos arriba cita- van a pie de plomo porque hasta ahora no está aca-
dos. En todos los proyectos de fortificaciones, tal bado del todo punto el foso, y desde la armada acá
El San Lorenzo del Chagres
322

con el ingeniero Juan de


Betin y en varios otros
proyectos, como el San
Cristóbal, según ya se
mencionó. Lo cierto es
que durante la adminis-
tración de Alonso Mer-
cado y Villacorta las
obras avanzaron con
bastante lentitud y el
gran diseño para el re-
cinto amurallado de
Panamá no quedó con-
cluido hasta 1683. Ce-
ballos no consiguió el
traslado que pedía, y el
5 de agosto de 1683 el
nuevo presidente Pedro
de Ponte Franca y Lle-
rena, informaba que
había muerto447.
En la misma carta
donde se quejaba de la
Vista aérea del San Lorenzo desde el frente, con El Portete de las Lajas a la izquierda. Cortesía de MIT. administración, Ceba-
llos y Arce escribía que
no ha hecho más que un baluarte y una cortina sin “el Castillo de Chagre está ya en toda defensa y
cal con que ha sido siempre contra mi sentir”. En muy bien fortificado, con la batería que se le ha
carta al Consejo de Indias solicitaba que se le des- hecho a la lengua del agua solo falta que acabar la
tinase a “cualquier otra parte, porque estoy a pique tercia parte de la escalera por donde comunica el
de perder el crédito y reputación que he granjeado castillo con esta batería”. El propio presidente Mer-
en veintiún años que he servido en Flandes debajo cado y Villacorta se refiere varias veces a la obra
de la mano de tantos capitanes generales, que me como si estuviese casi acabada. El 31 de julio de
conocían; al fin, perdí mucho con la muerte del 1677 le escribe al rey, luego de resaltar la impor-
señor don Antonio Fernández de Córdoba que me tancia militar del San Lorenzo, que “solo falta ceñir
había visto obrar en muchas ocasiones y estos ca- las espaldas del castillo por la parte del precipicio
balleros por acá no me conocen y hacen la estima- con una pared de ladrillo y del que asegure y her-
ción del puesto de ingeniero como si fuera algún oficio mosee la obra, fábrica breve y que no hace falta a
vil” . En otra carta suya se remitía a sus méritos
445
la defensa del castillo para que esté enteramente
como soldado e ingeniero. En Flandes había pele- protegido”448. En carta que envía al conde de Me-
ado desde 1651 hasta 1671 como soldado raso, y dellín en la Junta de Guerra del Consejo de Indias,
en 1656 participó en una batalla victoriosa para las fechada en Portobelo el 30 de diciembre de 1678,
armas de España. Y lo más importante: “Me he menciona lo “adelantada que ya se encontraban
ejercitado toda mi vida en las matemáticas, parti- las fortificaciones del castillo de Chagre”, que que-
cularmente en la Geometría, Astronomía, Perspec- daba “con bastante defensa después de concluidas
tiva, Óptica y Fortificación”446. sus fábricas”, sobre todo por la terminación de la
Teniendo que soportar durante varios años plataforma a nivel del mar para la artillería. A su
estas presiones y disgustos, Ceballos y Arce conti- juicio “se ha conseguido con grande acierto, sa-
nuó trabajando en las murallas de la capital junto liendo esta obra de muy permanente duración y
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
323

de regular y buena defensa”. Lo único que le fal- más que una entrada muy angosta por tierra y a la
taba, concluye, “es la artillería gruesa de alcance lengua del agua tiene su batería capaz de ocho o
que tengo pedida y 30 plazas más de consigna- nueve cañones para desviar las embarcaciones, y
ción”449. Quedaba pendiente, pues, solo “amue- no lleguen al castillo por la boca del río”. Para que
blar” el fuerte. se comprendiera la obra realizada prometía hacer
Por su parte, el 15 de octubre de 1677, Ceba- un “realce” de la planta “en una tabla, como la que
llos y Arce escribía en otra carta que el San Lorenzo hizo del puerto de Ostende Miguel Florencio van
“queda fortificado a lo moderno, está fabricado Langren, cosmógrafo de su majestad, porque de
sobre un peñasco de treinta varas de alto, cuyo pie otra manera no se puede explicar, por la eminencia
lame la mar y el río, de calidad que no le queda y por tener por un lado el río que llaman del Chagre

Vista aérea del San Lorenzo desde la retaguardia, con El Portete de las Lajas (nombre
del riachuelo que desembocaba allí) a la derecha. El primer cuerpo que se observa
corresponde a la batería exterior, situada cerca del pueblo. Cortesía de MIT.
Vista aérea del San Lorenzo con la boca del
río Chagres a la derecha. Cortesía de MIT.
y por el otro lado el portete, que es una entrada máxime cuando ya había sido aprobado, como
que hace la mar”450. El propósito de hacer este re- hemos visto, por el Consejo de Indias, y una obra
alce podría sugerir el orgullo que sentía Ceballos de esa magnitud y tanto costo no podía ser tan fá-
y Arce por mostrar su obra acabada. No se sabe si cilmente suplantada por otra.
lo hizo y si fue así a dónde fue a parar. ¿Pero se re- Según Zapatero, citando documentos de la
fería al proyecto de Fernández de Córdoba o al Recopilación Aparici del Servicio Histórico del
que, según Zapatero, había diseñado Venegas Oso- Ejército, una Junta de Guerra le informaba al rey
rio? Como vimos en el capítulo anterior, Venegas en 1680 que “ya se hallaba en Chagre el sargento
Osorio no llega al Istmo hasta fines de 1678, es general de batalla don Luis Venegas Osorio, para
decir cuando ya la construcción del San Lorenzo hacerse cargo del reconocimiento del castillo y su
llevaba cinco años y se encontraba virtualmente foso, acompañado del ingeniero militar don Ber-
concluida, al punto que Ceballos y Arce se prome- nardo de Ceballos y Arce y ejecutar lo que se tu-
tía enviar el citado “realce” o relieve de lo que ya viere por más conveniente”. Zapatero asume, pero
estaba hecho. Me atrevo a sugerir que el diseño de sin dar pruebas, que “los trabajos de reconstruc-
Venegas Osorio consistió en proponer algunas mo- ción, según la «planta» de Venegas, debieron co-
dificaciones al de Fernández de Córdoba, pero no menzar seguidamente [para hacer] la plaza más
mucho más, ya que no queda ninguna evidencia fuerte de la América”. Pero ya hemos visto que
documental de que este proyecto fuese desechado, todo este camino había sido recorrido en los últimos
El San Lorenzo del Chagres
326

siete u ocho años, pues se había empezado en cumentales, casi no quedan referencias a la pre-
1672. Aún más, en la reproducción de la “Planta sencia de Venegas Osorio en el San Lorenzo,
del castillo de Chagre hecha por el general don como si su paso por el castillo hubiese sido
Juan Bautista de la Rigada”, de 1689 (a la que me fugaz. Sospecho que su mayor prioridad fue el
referiré más adelante), Zapatero escribe: “Esta proyecto de mudanza de Portobelo al San Cris-
nueva fábrica del San Lorenzo el Real se cons- tóbal al que, como hemos visto, se dedicó con
truyó entre 1677 y 1680 según la planta del gene- mucho empeño y, si como parece, ya el San Lo-
ral de batalla Venegas Osorio, por el ingeniero renzo estaba terminado, lo relegaría a un se-
miliar Bernardo Ceballos y Arce”. Pero esto no lo gundo plano, dejándolo virtualmente como
dice el texto que acompaña el plano y es solo una estaba.
interpretación gratuita de Zapatero. Venegas El hecho es que ya el primero de noviembre de
Osorio probablemente se limitó a tratar con Ce- 1677 tomaba posesión del San Lorenzo su nuevo cas-
ballos y Arce sobre aquellos puntos que habría tellano, Pedro de Arredondo Agüero, que había sido
que mejorar o cosas así, ya que de lo que se tra- antes alcalde mayor de Portobelo y castellano del
taba era de un “reconocimiento” de las obras, San Jerónimo y del Santiago, de modo que se trataba
porque en ningún documento conocido se hace de una promoción, ya que en el Santiago estuvo in-
referencia a que hiciera una nueva “traza” donde terinamente y devengando la mitad del sueldo del
aconsejaba su “reconstrucción”, como propone propietario. (Como alcalde mayor había ganado 600
Zapatero451. Además, mientras que la participa- pesos de 8 reales al año y como castellano del San
ción de Ceballos y Arce durante la gestión de Lorenzo ganaría 810 pesos)452. Y es que el San Lo-
Fernández de Córdoba abunda en evidencias do- renzo se había convertido en el principal bastión de

Vista de la boca del río Chagres desde la plataforma baja del San Lorenzo. Las restantes fotografías de este capítulo, que siguen son del
autor, de 26 de marzo de 2015, a excepción de la que aparece acompañado de Nicolás Liakópulos Falcón.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
327

mera vez que se le concedía tal relevan-


cia); y finalmente, que el San Lorenzo se
había convertido en “baluarte de la ciu-
dad y de todo el reino de Tierra Firme”.
Otra consulta del Consejo del mismo año
confirmaba esto último: “El Castillo del
Chagre es la principal fortaleza de esa
provincia”454.
Hombre emprendedor y eficiente
(además de adinerado), Arredondo Agüe-
ro trató tan pronto como pudo de resolver
los problemas que encontró. Como abun-
daba el monte a su alrededor, con sus pro-
pios esclavos lo desmontó incluso en días
de fiesta, dejando el campo descubierto
hasta “un tiro de culebrina”. Llevó cabras
Vista de la antigua batería que apuntaba al mar, de la que ya no quedan ni y 50 vacas de todos tamaños, “que lo van
merlones, ni cañones. Allí se encuentra la base de cemento para una batería cultivando y haciendo prado” y encargó
antiaérea norteamericana y cerca de ella los restos de un antiguo almacén de a Piura ovejas “para lo mismo”455. Arre-
pólvora del propio San Lorenzo. dondo tomaba posesión del castillo trece
meses antes de que el ingeniero Venegas
Tierra Firme y requería de un militar experimentado Osorio arribara a Portobelo y bastante antes de que
y competente, como era el caso. Así lo exigía el Con- este visitara por primera vez el San Lorenzo. Y
sejo de Indias en Junta de Guerra de 5 de enero de como parece evidente, se encontraría con un San
1674, cuando afirmaba que, “respecto de haberse fa- Lorenzo ya terminado.
bricado el castillo de Chagre
esencialmente y en forma re-
gular de plaza fuerte y de re-
conocerse la importancia del
sitio por el accidente pasado
de la invasión a Panamá, y que
este castillo ha de ser baluarte
de la ciudad y de todo el reino
de Tierra Firme, sería muy
conveniente que el castellano
de él sea soldado de aquel
grado y experiencia militares
que se requieren”453.
Tres señalamientos del
texto anterior deben desta-
carse. Por un lado, confirma
que para 1674 el castillo ya se
encontraba construido “esen-
cialmente y en forma regu-
lar”; por otro lado, que se
reconocía su “importancia”, Vista de la plataforma baja donde se observan en primer plano los restos de la casa del caste-
luego del desastroso ataque llano del fuerte, y junto a estos las paredes en pie del cuartel. Al fondo, los vanos de acceso a
de Morgan en 1671 (era la pri- las bóvedas o casamatas y sobre estas la plataforma alta y la principal puerta de entrada.
El San Lorenzo del Chagres
328

tarse a la configuración del terreno, para


lo cual aprovechaba el espolón que se
proyectaba frente a la boca del río. Se tra-
taba de una obra completamente nueva y
distinta a lo que había existido desde
tiempos de Antonelli, de modo que repre-
senta una segunda etapa en la historia del
fuerte.
De acuerdo al plano, el fuerte tenía
una batería frente al acantilado de la
punta, con el propósito de protegerlo de
ataques por mar; un pequeño hornabe-
que detrás de la batería, a la que se bajaba
por escalera, formado por dos medio ba-
luartes irregulares con una explanada
para la artillería; un foso que lo separaba
Estructura abovedada que servía de puerta principal del fuerte y a la que se
de la batería situada frente al mar y un
accedía por un puente levadizo, actualmente unos viejos y resecos tablones hornabeque grande con dos medio ba-
a punto de romperse y peligrosos para el visitante. luartes y cortinas con parapeto para pro-
teger el patio de armas y los cuarteles. Al
exterior se encuentran dos edificios, uno
detrás del fuerte y otro en la orilla del
El plano del San Lorenzo frente, para depósito y seguridad de las
por Juan Bautista de la Rigada mercancías456.

El mayor problema para


establecer de manera conclu-
siva la paternidad del pro-
yecto es que al igual que el
plano de Fernández de Cór-
doba, tampoco el de Venegas
Osorio se ha conservado,
aunque sí la “Planta del casti-
llo de Chagres hecha por el
general don Juan Bautista de
la Rigada” de 1689, basada en
lo que encontró construido y
luego de haberlo este recono-
cido. De manera que para co-
nocer lo que realmente se
hizo debemos guiarnos por
este plano. Según el plano, el
proyecto consistía en una
“traza” irregular y alongada
que seguía básicamente los
mismos principios de los pro-
yectos anteriores, pero sin Los dos arcos que sostienen desde el nivel del foso el puente de acceso a la puerta principal
poder evitar tener que adap- del fuerte.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
329

Pulsión por renovar las fortificaciones despegaba a partir del ataque de Morgan. Ya no
después del ataque de Morgan quedaban excusas para diferir sine die las pro-
puestas enviadas a Madrid por los ingenieros mi-
Para poner en la adecuada perspectiva la litares y debía actuarse sin demora. Además, la
nueva construcción del San Lorenzo debe desta- economía colonial cobraba un nuevo aire. Des-
carse que luego del ataque de Morgan en 1671, pués de décadas de atonía de la actividad minera,
como hemos visto, se hicieron esfuerzos real- los mercados internacionales empezaron a resen-
mente ingentes para fortalecer las defensas del tir la escasez de plata, por lo que esta aumentó su
Istmo. Este ataque había dejado al descubierto la valor. Esta situación estimuló nuevamente la pro-
fragilidad de su sistema de defensas, y la necesi- ducción argentífera de México y el Alto Perú, y la
dad urgente de ponerlo en condiciones de hacer economía colonial volvió a repuntar, poniendo a
frente a la creciente piratería, cuya edad dorada disposición de la Corona nuevos recursos, como

Vista desde la plataforma, en primer plano, la casa del castellano, al fondo el cuartel donde se
observan sus escaleras, y detrás de este la rampa por donde se subían y bajaban los cañones.
El San Lorenzo del Chagres
330

Las autoridades eran


muy conscientes de ello y se
mostraban optimistas sobre
lo que se estaba avanzando.
Así lo expresaba el presidente
Alonso Mercado y Villacorta,
en carta que envía al conde de
Medellín en la Junta de Gue-
rra del Consejo de Indias, fe-
chada en Portobelo el 30 de
diciembre de 1678. Se ufa-
naba, como vimos, de lo ade-
lantado que estaba el castillo
del Chagres, de las obras en la
Nueva Panamá y de los casti-
llos de Portobelo, “y por el
cuidado que en mi tiempo se
pone de que no le pise nin-
guna de las naciones extran-
jeras”. “La fortificación y
Parte del foso que circunda el fuerte donde se observa la piedra sillar y las rafas que refuerzan muralla de Panamá se ha em-
el muro esquinero. Al fondo se observa la única garita existente del fuerte.
pezado a poner en ejecución
con muy cortos medios”, y se
los que se necesitaban para renovar las defensas encontraba virtualmente “puesta en defensa por la
coloniales del istmo panameño. Aunque esta hi- parte de tierra”. Demoraba en concluirse por el
pótesis puede discutirse, no encuentro otra expli- “crecido gasto de más de 300,000 pesos que costa-
cación a la inmensidad de recursos que se ría”, sobre todo para lo costoso de la cal. Ya llevaba
destinaron al Istmo para gastos de defensa du- en construcción tres años, pero confiaba que con
rante esos años, así como el incremento del si- otros 100,000 pesos de socorro y menos tiempo
tuado enviado de Lima. que el referido concluiría las obras. Para 1683 ya
Desde 1673, cuando se fundó la Nueva Panamá, la muralla de la nueva ciudad estaba terminada,
y principios de la década siguiente, se estuvieron re- y prácticamente todo el intramuros se encontraba
alizando, al mismo tiempo, vastos proyectos de for- construido, con numerosas iglesias y conventos,
tificación, que por su magnitud y enormes costos no edificios públicos y residencias privadas. Decía
tenían precedentes en el país. A la misma vez se es- también que “los castillos de San Felipe y San-
taba trabajando en la mudanza de Portobelo al San tiago se han renovado enteramente de muchos
Cristóbal, en el nuevo fuerte de Chagres por Ceba- aderezos y defensas considerables que le faltaban,
llos y Arce, y en la mudanza a la Nueva Panamá con y en particular al de Santiago se le han levantado
su costosa muralla perimetral, sin mencionar obras sobre los dos baluartes bajos de la marina dos res-
menores como los fuertes construidos en 1675 en las guardados y defensas de pared levantada de cal
riberas del Chagres: el Gatún (situado a 3 leguas de y piedra con que ha quedado cubierta la infante-
San Lorenzo) y el Dos Brazas (o Brazos, a 6 leguas ría de las eminencias de las colonias y de la
del San Lorenzo y 3 del Gatún), o el nuevo fuerte de misma suerte se ha desembarazado la plaza de
Chepo mudado al “islote del río de Bayano”, ya en armas de unos cuarteles que impedían la segunda
1685. Desde que se empezaron a construir las prime- muralla y las obras muertas de un cubierto y ex-
ras fortificaciones en Portobelo, entre fines del XVI planada de la subida que embarazaba notable-
y principios del XVII, no se había visto una actividad mente, como también se ha fabricado y hecho casi
constructiva de tal magnitud en el país. nuevo toda la vivienda principal en que se alojan
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
331

los castellanos, quedando con estas obras este cas- nueve naves y dos bombardas. Colocó su escua-
tillo en diferente forma y defensa”. Recién allí se dra ventajosamente “a tiro de pistola del casti-
habían alojado el general de galeones de la última llo”, y “batió su corto espacio con el rigor que
armada y otros jefes y personas que “asimismo lo jamás se ha visto en estos parajes”, relata el pre-
han visto”. En cuanto al San Jerónimo dice que sidente Dionisio Martínez de la Vega. El fuego in-
“está sin repararse [...] hasta saber si se resuelve cesante se extendió desde la una de la tarde hasta
mantener o que se demuela”. las once de la mañana del día siguiente. Y conti-
Y continuaba con entusiasmo: “Esta mejorada núa el presidente: “Dejó arruinadas todas las
disposición de las fortificaciones de este reino [...] obras muertas y los espacios de los tres cañones
y el haberse creado el rostro de teniente general de que habían a su defensa”. Al castellano, que
lo militar y político” de Portobelo, “ha puesto en quedó malherido, y su teniente, no les quedó
gran confianza la propia defensa, ayudando tam- más remedio que rendirse y bajar a una de las
bién a ello lo efectivo del situado”457. naves de Vernon para firmar la capitulación.
Es evidente que se introducían muchos cam- Según esta, la guarnición y su plana mayor que-
bios e innovaciones. Recién se había creado el si- daban en libertad de quedarse en el pueblo ve-
tuado en 1664, cuyo monto sería pronto elevado, cino de Chagres o irse a donde quisieran. El
lo que permitía pagar con mayor regularidad a la enemigo cargó en sus naves toda la artillería útil,
tropa, cuyas dotaciones también se aumentarían, y se apropia de 350,000 pesos que esperaban en
así como cubrir los crecientes gastos de las fortifi- la Aduana del castillo para ser enviados a Es-
caciones: los 105,150 pesos que se remitían al prin- paña459. Vernon se dirige nuevamente a Porto-
cipio desde Lima, fueron elevados a 275,314 pesos belo, que ya había sometido en 1739, y ofrece
con 6 reales anuales, luego de que el presidente garantías de seguridad a la población en un co-
Fernández de Córdoba evaluara los costos que re- municado oficial el 5 de abril de 1740, para luego
quería el incremento de las tropas y otros gastos navegar en dirección a Cartagena donde, tras dos
militares458. Y el monto del situado seguiría cre- meses de lucha, entre marzo y mayo del año si-
ciendo. La tenencia general de Portobelo, un cargo guiente, sufre una aparatosa derrota.
militar, sustituía a la alcaldía
mayor, cuya función era ad-
ministrar justicia, es decir un
cargo de carácter civil. Se in-
troducían pues importantes
cambios institucionales, ad-
ministrativos y financieros,
pero lo que más destacaba
eran las grandes obras de
fortificación.
El nuevo San Lorenzo
continuó, al parecer, sin ma-
yores novedades durante las
décadas siguientes. Pero el
24 de marzo 1740, el viceal-
mirante Edward Vernon
vuelve a Portobelo, donde
permanece hasta el primero
de abril, para dirigirse al San
Lorenzo y el dos de abril lo
bombardea implacablemente
con el fuego simultáneo de Otro aspecto del gran foso que circunda el fuerte.
Boquete o vano por donde se salía de una de las bóvedas hacia el foso.

La obra del ingeniero Nicolás Rodríguez embarazar su entrada”. Según Alcedo, gracias a
estas prevenciones, quedó adecuadamente res-
En julio de 1743 llegó a Panamá el nuevo pre- guardada la boca del río, pudiendo las nuevas ba-
sidente de la Audiencia, gobernador y comandante terías rechazar el ataque de una fragata enemiga
general de Tierra Firme, Dionisio de Alcedo y He- el 29 de enero de 1745. Después, concluye, “nunca
rrera. Había sido nombrado por Real Decreto de volvió otra alguna a repetirlo”460.
15 de noviembre de 1741 con órdenes precisas de Por otra parte, le encargó al ingeniero ordina-
ocuparse de la restauración de las fortificaciones rio Nicolás Rodríguez, quien ya llevaba bastante
de Portobelo y el San Lorenzo y para combatir el tiempo en el país, para que hiciera el levanta-
contrabando. Se embarcó en Cádiz a principios de miento del estado en que había quedado el San Lo-
1743 en el navío de registro El Dichoso; arriba a renzo tras el ataque de Vernon, para luego tratar
Cartagena hacia el 18 de marzo, y no llega a tomar de reconstruirlo. El levantamiento de los planos lo
posesión de su cargo en Panamá hasta el 8 de julio concluyó Rodríguez sin demora, y demostró que,
siguiente. Hombre enérgico y entendido en mate- pese a los daños sufridos, la obra construida por
ria militar, tan pronto como pudo ordenó instalar Ceballos y Arce virtualmente no había sufrido nin-
en el San Lorenzo cuatro baterías, una de cuatro guna modificación ni estructural, ni en el diseño,
cañones, “en la avanzada”, la otra “de otros dos desde que se construyó 60 años antes.
por su costado derecho”, otra “de cuatro, en la pla- Nicolás Rodríguez había llegado a Panamá en
taforma del castillo mirando al Portete y Punta de 1719 para ocupar originalmente el cargo de inge-
Batatas que era el surgidero de las embarcaciones niero interino. Esta era su primera comisión tras
que navegaban el Caribe”, la última, de “otros cua- ingresar en España al Real Cuerpo de Ingenieros en
tro en la aguadilla mirando a la boca del río para 1718. En 1731 fue ascendido a ingeniero ordinario
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
333

para el reino de Tierra Firme. Y luego de 33 años nunca llegó. El San Lorenzo se encontraba en estado
de servicios, pedía el 20 de febrero de 1751 que se ruinoso desde que había sido volado por Vernon en
le ascendiera a ingeniero en segundo. Murió poco 1740 y ya no representaba obstáculo alguno para él.
después en Panamá, luego de haber dedicado vir- Pero este abandona su proyecto transístmico y Dio-
tualmente toda su carrera militar a las fortificacio- nisio de Alcedo, con ayuda del ingeniero Rodrí-
nes panameñas, salvo una breve temporada en el guez, se hace el propósito de hacer lo que se pueda
Callao cuya plaza diseñó en 1728. Dejaba tras de para reconstruir las defensas del Istmo. Rodríguez
sí un legado extraordinario en obras de fortifica- hizo nuevos levantamientos del San Lorenzo entre
ción y numerosos planos y diseños, algunos de 1744 y 1749, donde quedaron en evidencia los terri-
ellos, como la muy conocida isometría de la plaza bles daños que le había infligido Vernon: había de-
Mayor de Panamá en 1748 –uno de los más impre- jado totalmente arruinadas la batería baja y la
sionantes y reveladores dibujos urbanos del perí- plataforma, así como el hornabeque sencillo y los
odo colonial americano, y entre los pocos de su parapetos que daban al frente de la boca. Solo se ha-
tipo para todo el continente–, así como el proyecto bían salvado los dos medio baluartes y la escalera
de revellín para el frente de tierra de la ciudad de que los conectaba con la batería, así como el puente
Panamá y el plano de esta misma ciudad del año durmiente que comunicaba con el poblado. Luego
1749, uno de los más acabados y completos de la de hacerse este reconocimiento, Alcedo y Herrera
primera mitad del siglo XVIII461. ordenó realizar algunas reparaciones indispensa-
Pese a la aparatosa derrota que sufrió en Car- bles al San Lorenzo. Al parecer los trabajos se con-
tagena, Vernon regresa en 1742 a Portobelo y nue- centraron en la batería baja junto al mar, la batería
vamente a la boca del Chagres, con la intención de exterior y el almacén de pólvora, como puede ob-
volver a ocupar la fortaleza y avanzar por el río servarse en el plano que hizo el ingeniero Nicolás
hasta sitiar Panamá, emulando la célebre hazaña de Rodríguez en 1749. El mismo año, el teniente Ma-
Morgan. Confiaba asegurar su éxito con el apoyo nuel Pinto de Acosta, sobrestante de las reales obras
de la escuadra que avanzaba por el Pacífico al y fábricas en Panamá, reconstruía el fuerte de Gatún
mando del comodoro George Anson, pero que que había edificado en la década de 1670 Ceballos y
Arce y que se encontraba en
estado ruinoso, mientras que
el ingeniero Juan de Sobreville
(o Sobrevilla) proyectaba un
nuevo fuerte a orillas del río
que bautizaría Santísima Trini-
dad, o Santísimo Sacramento,
que al parecer reemplaza al
primitivo Dos Brazas o Brazos.
Así lo consigna en su “diario”
para rechazar a Vernon en
1742, el teniente general Juan
Joseph ColomoJoseph Colomo
afirma, donde afirma que El
Trinidad fue proyectado “por
don Juan de Sobreville y cons-
truido por su segundo”. Su se-
gundo era el ingeniero Luis
Segretier, y así consta también
en el plano que ordenó levan-
tar el presidente Alcedo y He-
Otro aspecto del foso. rrera que aquí se reproduce.
El San Lorenzo del Chagres
334

Mientras tanto, durante la administración de meño entre 1761 a 1764), informaba al ministro Ju-
Alcedo y Herrera, continuaron haciéndose más re- lián de Arriaga que el San Lorenzo se encontraba
paraciones al San Lorenzo gracias al trabajo de 60 en ruinas, y le faltaban armas, cañones, pólvora y
esclavos y algunos presidiarios, aunque es difícil pertrechos.
saber hasta qué punto estas obras habían colocado
al fuerte en condiciones de una razonable defensa, Las obras del ingeniero Manuel Hernández
pues la única referencia conocida es el texto del jefe
de artilleros José Antonio Pineda de 1749, según el Ya para entonces se había iniciado una verda-
cual se llegó a avanzar bastante. No debe olvi- dera transformación del sistema de defensas del
darse, por lo demás, que en esas fechas escaseaban Istmo, gracias a los proyectos del ingeniero Ignacio
recursos para obras mayores, de modo que difícil- Sala y del verdadero ejecutor de las obras, el inge-
mente Alcedo habría contado con dinero para rea- niero en segundo teniente coronel Manuel Hernán-
lizar algo notable, salvo tal vez algunos trabajos de dez, quien llega para suceder al ingeniero Nicolás
consolidación del fuerte. De cualquier forma, nada Rodríguez. Los esfuerzos por rescatar el San Lo-
parece haberse realizado en la década siguiente. renzo recaerán enteramente en Hernández. Desde
Lo cierto es que en 1762, un nuevo gobernante, el el año 1752 hasta 1761, había estado trabajando en
brigadier José Raón (al frente del Gobierno pana- Portobelo en la construcción de los complejos del

En primer plano el estanque o aljibe y los vanos de acceso a las casamatas o bóvedas “a prueba”. Arriba, en la plataforma alta, se observa la
puerta de acceso principal.
Garita con aspilleras para disparar
al enemigo que penetrase el foso.
Casamata o bóveda “a prueba”. En todas las casamatas se observan mén-
sulas pareadas probablemente para apoyar vigas o travesaños y colocar
tarimas de madera para guardar pertrechos, municiones o alimentos.

San Fernando y del Santiago, y en el fuerte-batería y la luneta o batería de frente curvo frente a la
de San Jerónimo. Al terminar estas obras se des- plaza de armas. Hernández refundió las tres partes
plaza a la boca del Chagres, donde trabaja ardua- en que estaba separado el fuerte primitivo (la ba-
mente durante siete largos años, entre 1761 y 1768. tería baja, el hornabeque situado junto a esta, el
Concluido su trabajo en el San Lorenzo, se desplaza foso y el hornabeque mayor) y formó uno solo,
a Panamá, donde permanece hasta 1772, realizando para lo cual hizo una plataforma juntando la bate-
nuevas e importantes obras, como el diseño para la ría baja y el hornabeque aumentado. Esta plata-
Contaduría y sede del gobierno, un proyecto de de- forma quedaría protegida por un parapeto con
fensas externo en el cerro Ancón, modificaciones troneras, banquetas y merlones para doce cañones
en la Punta de Chiriquí, donde construye las céle- que protegerían la entrada de la boca del río. Su-
bres “bóvedas”, y sobre todo su ambicioso pro- primió la muralla angulada del frente norte del
yecto de hornabeque en el frente de tierra de las proyecto de Venegas Osorio para dar espacio a tro-
murallas. neras para la artillería que protegería el portete de
El proyecto de Manuel Hernández para el San Las Lajas. El hornabeque grande sería respetado,
Lorenzo replica en buena medida el diseño de Fer- aunque también con algunos cambios, ya que le
nández de Córdoba y ejecutado por Ceballos y introdujo parapetos para troneras y banquetas. Eli-
Arce, en el sentido de que, al igual que en el pro- minó un cerro cercano y construyó una extensa
yecto original, trata de amoldarse a los accidentes trinchera que empezaba en la plaza de armas y
del terreno. Sin embargo, Hernández le introduce tenía una longitud de poco más de 100 metros en
innovaciones técnicas acordes con las nuevas co- dirección este. Esta trinchera servía para comuni-
rrientes en materia de fortificación, sobre todo en car el fuerte con la batería exterior que miraba a la
el sector este, donde se construyen el hornabeque campaña, o hacia el portete de Batatas al norte, o
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
337

la playa de La Aguadilla, al sur. Esta batería exte- guarnición estaba compuesta por una compañía
rior tenía capacidad para siete cañones. La batería del Batallón Fijo de Panamá, un piquete de 13 ar-
baja, situada junto al mar, tendría 10 cañones. tilleros, otro piquete de 28 soldados de infantería
del Batallón fijo de Chagres. El reconocimiento
del fuerte propiamente lo realizó Crame entre el
La visita de Agustín Crame 5 de enero y el 9 de febrero.
A Crame le llamó la atención la dificultad de
A fines de enero de 1779 llegó al San Lorenzo comunicar por tierra el San Lorenzo con Portobelo
el visitador de fortificaciones, brigadier general y Panamá. A su juicio esta era una gran ventaja y
Agustín Crame. El castellano era entonces Miguel resaltaba la importancia estratégica del San Lo-
Remón, con quien Crame haría el reconocimiento renzo, ya que el enemigo solo podría avanzar
del fuerte. Lo primero que se hizo fue levantar un hacia la capital remontando el río, lo que se le di-
inventario de su artillería, fusilería y pertrechos: ficultaría mucho transportando artillería y arma-
10 cañones de bronce, 23 de hierro y dos morteros mentos pesados, aparte de que en el propio río
de bronce. Los cañones y morteros eran de dife- tendría que enfrentarse a los fuertes de Santísima
rentes calibres. Había en existencia 60 fusiles de Trinidad y Gatún.
calibre 16, más 51 de calibre 19, con bayonetas, y En cuanto a la propia fortificación, Crame la ca-
77 pistolas de diferentes calibres. Se contaron lificó como “plaza o fortaleza cerrada” debido a su
también 2,633 balas de cañón de diferentes cali- condición de perímetro amurallado, aunque carente
bres, 23,145 balas de calibre 19, 50 quintales de del requisito de toda buena fortificación abaluar-
plomo en pasta y 25,476 piedras de chispa. La tada, es decir el de “defenderse ofendiendo”. Esto
significa que era difícil de pro-
teger y de ser abastecido de
alimentos y pertrechos; ade-
más en su entorno había va-
rios padrastros, que lo dejaban
expuesto a que lo ocupara con
facilidad un enemigo habili-
doso. Este diagnóstico solo
significaba que no era total-
mente fiable para proteger el
paso hacia Panamá. Feliz-
mente, el San Lorenzo nunca
sería nuevamente atacado y
tales desventajas no tendrían
que ponerse a prueba. Crame
elaboró varios planos para
ilustrar las modificaciones que
proponía para el San Lorenzo
y acompañados de su informe
lo envió a Madrid.
Sus distintas propuestas
para América (incluyendo las
Exhibición de camastros donde dormían los soldados en una de las casamatas o bóvedas “a del San Lorenzo) fueron exa-
prueba” en el Morro de San Juan de Puerto Rico. Se observan al pie de las camas cubetas para minadas por la Junta de Forti-
las necesarias, y en la pared unas tablas para colocar los sombreros y colgar los uniformes de
los soldados. Al fondo hay un tambor y una bandera. Muy parecido debió ser el uso que se le
ficación y Defensas de Indias
daba a las casamatas en el San Lorenzo. En otras bóvedas del Morro se exhiben algunas armas el 9 de mayo de 1786, donde
y la parafernalia para cargar los cañones. Fotografía del autor, diciembre de 2015. no dejaron de reconocer sus
El San Lorenzo del Chagres
338

Así pues, que se sepa, ninguna modificación


importante se introdujo al San Lorenzo luego de la
visita de Crame, de manera que la fortificación que
actualmente puede visitarse es la que construyó
Manuel Hernández en la década de 1760, aunque
desde luego ya seriamente afectada por los estra-
gos del tiempo y la negligencia de las autoridades.
Fue con el plano de Crame en mano que hice un
exhaustivo reconocimiento del San Lorenzo poco
antes de concluir este libro.
Al norte, en la ruta marina a Portobelo y bas-
tante retiradas del fuerte, el plano muestra dos pe-
queñas baterías, una de 6 cañones y 16 libras en la
loma que dominaba el portete de Batata cuyo ob-
jeto era dificultar el desembarco enemigo, y otra
de 3 cañones en el fondo de la cañada. El castillo
Nicolás Liakópulos Falcón y el autor en la plaza de armas y junto propiamente se elevaría 30 varas sobre el nivel del
a la escalera de acceso a la plataforma alta. mar. En el frente marino a nivel del mar, o plata-
forma baja, ya no quedan restos de las obras anti-
méritos. Sin embargo, prefirieron no ponerlas en guas. Lo que muestra el mapa a una altura de 30
ejecución debido a que ya para entonces las ten- varas sobre el nivel del mar es una extensa batería
siones bélicas con Gran Bretaña se habían aplacado con troneras y merlones para 8 o 9 cañones. Esta
luego del Tratado de París de 3 de septiembre de batería bordeaba gran parte del fuerte, pasando
1783, que ponía fin a la guerra de Independencia por un través, al que se accedía por una escalera
de Estados Unidos, mientras España recuperaba
Menorca, Florida, la Mosquitia, Campeche y Pro-
videncia, y entregaba Bahamas. Esto por supuesto
no impidió que nuevas tensiones volvieran a esta-
llar, pero ya el San Lorenzo había dejado de ser un
tema prioritario en el convulso tinglado de las ri-
validades angloespañolas.

Restos de la luneta con batería separada


por el foso de la puerta principal.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
339

de piedra, continuaba por una extensa plataforma para recoger el agua de lluvia, asunto indispen-
hasta un baluarte coronado por una garita (la sable en un fuerte, aunque actualmente el agua
única en pie), y continuaba hasta pasar por la está empozada y con mucha basura. Parece haber
puerta principal para terminar en un medio ba- sido parcialmente cubierto durante la presencia
luarte en forma de punta. norteamericana con una plancha de cemento pero
Todo este recorrido es circundado por un foso dejando abierta una boca rectangular sin ninguna
profundo y ancho con cortinas y contraescarpas de protección que constituye un serio peligro para el
grandes y pesadas piedras talladas rectangulares. visitante, sobre todo para los niños. Inmediata-
En las esquinas de las con-
traescarpas lucen recias rafas
sillares. La procedencia de
estas piedras se desconoce. A
diferencia de los tiempos de
Antonelli, este nuevo fuerte
no se construyó con material
coralígeno.
En el extremo oeste de la
plataforma baja, el que asoma
al mar, aparece un amplio es-
pacio abierto que sirve de
patio de armas o plaza princi-
pal para que los soldados se
ejerciten, pasen revista y se
reúnan para actos formales.
Al extremo sur de la plaza se
encontraba un almacén de
pólvora, para entonces ya
abandonado. Desde la plaza
se ascendía, como se men-
cionó, a un través, por una es-
Paredes del cuartel con la escalera de piedra para el piso alto.
calera de piedra hacia la
plataforma alta debajo de la
cual se encuentran dos bóvedas pequeñas, una ce- mente detrás del estanque o aljibe se observan las
rrada y otra con el fondo abierto que tenía salida puertas que dan acceso a las grandes bóvedas a
al foso. La plataforma alta se extendía hasta el hor- “prueba”, es decir a prueba de bombas. Son bó-
nabeque situado entre los dos baluartes, bajo el vedas profundas, algunas con el fondo tapiado;
cual se encuentran las grandes bóvedas “a solo las que miran al mar, tienen vanos para ven-
prueba”. También sobre esta plataforma, y sobre tanas. Podían tener diferentes usos: servir de
la cortina que une los dos baluartes, se encuentra cuartel para alojar la tropa, o de almacenes de ví-
la puerta principal de acceso al fuerte. veres, provisiones, municiones y de armería. Tal
Continuando hacia el interior de la plata- vez hasta de capilla o de enfermería. También
forma baja, se encuentra, a la izquierda, el aloja- fueron usadas para prisiones e incluso allí estu-
miento del castellano (hoy totalmente en ruinas), vieron retenidos insurgentes sudamericanos du-
y a un lado, a pocos metros de distancia, el cuartel rante las guerras de Independencia. Toda esta
de los soldados, con dos escaleras a sus costados, plataforma fue cubierta por los norteamericanos
lo que sugiere un piso alto. Solo unas paredes del por una gruesa capa de cemento, tal vez para
cuartel están en pie. Inmediatamente detrás de darle protección, pero desde el aire confunde al
estas ruinas se encuentra un aljibe o “estanque” estudioso, ya que ofrece una visión que no se
El San Lorenzo del Chagres
340

compadece con el resto del fuerte. A un extremo Desde allí se extendía otro amplio espacio
de esta plataforma se descendía a la plataforma abierto donde asomaban las primeras viviendas
baja por una rampa que servía para el desplaza- del pueblo. A un lado aparece un pequeño edificio
miento de la artillería. marcado con una cruz que sugiere la capilla del
A la puerta principal, de estructura abovedada, lugar. Al final de este espacio, sobre un cerrillo, se
y carente de cualquier elemento decorativo seña- encontraba otra batería con 9 cañones de grueso
lado, se accedía por un puente levadizo y frente a la calibre y otros más pequeños. La batería estaba ro-
puerta, separada por el foso; al extremo este del deada por un gran foso. Detrás de este montículo
fuerte, se encontraba una luneta con una batería de fortificado caía una profunda cañada, y más atrás
doce o más cañones. Allí, como en el resto del fuerte, se extendía el poblado, hoy irreconocible por en-
los cañones (todos de hierro e incluso uno con ins- contrarse totalmente cubierto por la selva. La ca-
cripciones que denotan factura escocesa) se encuen- rretera de asfalto por la que se accede al San
tran dispuestos sin el menor orden. Unos tirados en Lorenzo tampoco contribuye a discernir ni las ca-
el suelo, otros simplemente recostados sobre algún racterísticas ni la extensión de este viejo poblado.
murete o colocados entre bloques de cemento que Cuando se llega propiamente al San Lorenzo,
tratan de remedar lo que debiera ser una cureña, un no se encuentra un solo lugar para hacer necesida-
falso histórico que solo puede causar irrisión o en- des, ni obtener alimentos o bebidas, ni un área
fado entre los entendidos y por supuesto desorien- para picnic. No hay guías turísticos ni tampoco
tación entre los que no saben de eso. hay asomo de señalización alguna para orientar al

Vista del interior del fuerte desde la plataforma alta. Se observan el aljibe, la rampa y los restos del cuartel con una de sus escaleras.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
341

Restos de la batería oriental del fuerte, situada cerca del poblado y para proteger la retaguardia del
San Lorenzo. En tiempos de Crame se había considerado destruirla pero obviamente esto no se hizo.

visitante o prevenirle de los riesgos de accidente. solían traer instrucciones de la Corona respon-
Lo encontré relativamente limpio de maleza, y un diendo a peticiones enviadas desde Panamá, y sus
ojo entrenado puede sin duda disfrutar enorme- generales, y quien sea que tuviera conocimiento ex-
mente la experiencia de la visita. perto en el tema, era convocado para que emitiera
su dictamen sobre las obras que requerían enmien-
das. En Panamá y Portobelo, además, era frecuente
Conclusión para las fortificaciones que aparte del ingeniero mayor, estuviera presente
otro o varios ingenieros que enfrentaban sus crite-
La historia de las fortificaciones de Portobelo y rios y solían criticarse mutuamente. Se les llevaba
el San Lorenzo evidencia, como hemos visto, mucho desde Cartagena sobre todo, como a Cristóbal de
de ensayo y error. En cada una intervinieron nume- Roda, que viajó numerosas veces, o a Juan de He-
rosos ingenieros y raras veces puede atribuirse a rrera Sotomayor, que fue retenido contra su volun-
uno solo su paternidad. La obra de Antonelli, tad para forzarlo a rediseñar el San Cristóbal.
cuando aún se estaba levantando, fue numerosas Algunos castillos y fuertes resultaron un ro-
veces modificada. Y después de construida, cuando tundo fracaso, como el primer Santiago. Las críti-
se hicieron más evidentes los errores, intervinieron cas, al parecer bien fundadas, que los contempo-
el presidente Sotomayor, o el comisario de fortifica- ráneos le hicieron a la obra de Antonelli sugieren
ciones Vargas Machuca y el aparejador Montoya, que, a juzgar por su legado en Panamá, este inge-
que hicieron incluso nuevas trazas para los castillos. niero demostró ser menos competente de lo que la
Las armadas de galeones que arribaban a Portobelo historia tradicional nos ha hecho creer. Cuando
El San Lorenzo del Chagres
342

estuvo en Portobelo ya no era joven y padeció mu- invasores desembarcaran en el islote de Buenaven-
chos achaques que lo mantuvieron incapacitado tura. Y fue precisamente por allí por donde atacó
por largas temporadas. Tal vez su mayor error fue Morgan en 1668. En la década de 1640 se propuso
la elección del sitio para fortificar Portobelo, y aun eliminarlo del todo y mudarlo hacia el bajo donde
el propio emplazamiento de la ciudad, siendo ne- se construiría el San Jerónimo, aunque también
cesario casi que inmediatamente después de ha- hubo oposición a este traslado, incluso de vecinos.
berse fundado, proponer su mudanza a orillas del Pero tal vez el mayor fiasco fue el proyecto del San
río Cascajal. Cristóbal, que tuvo que abandonarse después de
Otro desacierto fue la elección del sitio donde haberse realizado gastos ingentes. Incluso los pro-
se construyó el segundo Santiago. Tenía padrastros yectos de Sala fueron objeto de revisión por parte
a su espalda donde quedaba muy expuesta la re- de Manuel Hernández. Es sorprendente las veces
taguardia, y podía ser fácil presa por tierra si los que se proponía destruir un fuerte para mudarlo

Vista del foso desde la plataforma alta. Obsérvese el precario equilibro de las cortinas
del lado izquierdo del foso que amenazan con derrumbarse en cualquier momento.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
343

a otro sitio o de reformular completamente el es- varias de sus deficiencias, aunque nada se hiciera
quema defensivo. Parecía difícil llegar a consensos para enmendarlas. Son estas las obras que se ob-
y raras veces una propuesta de solución era uná- servan en la actualidad, y como se dijo, su estado
nimemente aceptada. Aún más frecuentes eran los de conservación es lamentable. Al igual que las
proyectos para introducir cambios radicales o tran- demás fortificaciones el San Lorenzo tuvo una his-
sitorios, que no acababan en nada, debido a la toria accidentada, y también fue objeto de críticas,
exasperante parsimonia burocrática de la Corte, al- cambios y constantes revisiones y reformulaciones.
gunas veces justificadas (como cuando ya había En Panamá la Vieja, se acumularon legajos con
pasado el peligro de ataque inminente y se habían expedientes saturados de propuestas, discusiones
firmado paces con el enemigo, o porque no había y contrapropuestas de ingenieros, funcionarios,
recursos), pero muchas veces simplemente por militares y hasta de los vecinos, para cercar la ciu-
falta de decisión. No era raro que pasaran años dad con una trinchera, o con una muralla, o para
entre la llegada de un proyecto a la Corte y su res- levantar un fuerte que protegiera las Casas Reales
puesta, y no pocas veces ni siquiera se enviaba res- y reductos artillados en los islotes de Perico o Fla-
puesta. menco, o en el cerro Ancón. Pero la única fortifica-
Los mismos fiascos, tentativas, pretericiones y ción propiamente que llegó a levantarse fue el
errores se repiten en las fortificaciones que se cons- fuerte de la Navidad, a la entrada de la ciudad y
truyeron en las dos Panamá, en la boca del río Cha- junto al puente de El Matadero, que de muy poco
gres y en su curso medio. De hecho, la historia sirvió cuando atacó Morgan. Por sus pequeñas di-
constructiva del fuerte de San Lorenzo del Chagres mensiones apenas tenía capacidad para un pu-
replica en casi todo a la de Portobelo. Su primer ñado de hombres y muy poca artillería. Del
constructor es Bautista Antonelli, en 1595, aunque reducto que se propuso para proteger las Casas
la obra se reduce a una plataforma y una torre. Du- Reales solo se levantó un parapeto o muro de es-
rante décadas el San Lorenzo fue considerado un casa altura, que tampoco representaba una defensa
castillo de segunda importancia, su construcción ni remotamente adecuada. Nada se hizo en Perico
era deleznable y muchos de los proyectos que se ni en Flamenco, salvo colocar alguna pieza de ar-
proponían caían en saco roto y sin que se hiciera tillería. Y en los grabados contemporáneos que
nada. Incluso su castellano era nombrado por los muestran las fuerzas de Morgan invadiendo la ciu-
presidentes de Panamá, mientras que los castella- dad en 1671 por el norte, la única defensa que se
nos de Portobelo dependían del nombramiento observa es una suerte de trinchera o empalizada
regio, previa consulta del Consejo de Indias. que rodeaba la ciudad por ese frente, acaso cons-
No fue hasta que quedó abatido durante el te- truida apresuradamente para defenderse del inmi-
rrible ataque de Morgan en 1671, que los estrategas nente ataque de los piratas, pero de estas obras no
imperiales cayeron en cuenta de su importancia es- se conocen fuentes literarias462.
tratégica. El proyecto original fue entonces modi- Las murallas de la Nueva Panamá, obra “coro-
ficado de arriba abajo por Fernández de Córdoba nada” con un solitario baluarte –el baluarte de
y Ceballos y Arce en la década de 1670, y se con- Mano de Tigre–, fue un notable avance en el sistema
vierte en “el baluarte de la ciudad y de todo el de defensas, y ya nunca más la ciudad fue ocupada
reino de Tierra Firme”, es decir en la defensa más por invasores. Pero nunca llegaron a hacerse los dis-
importante del Istmo. El diseño y concepto que de- tintos proyectos para reforzar el frente de tierra, sea
jaron Fernández y Ceballos sirvió de base para lo mediante un complejo revellín, o con un hornabe-
que se hizo casi un siglo más tarde. Pero pasaron que, como el diseñado por Venegas Osorio recién
60 años sin que se hiciera virtualmente nada, hasta construida la Nueva Panamá, o el propuesto por
que llega Manuel Hernández y entre 1761 y 1768 Manuel Hernández, ya avanzado el siglo XVIII. Por
realiza las obras definitivas, como parte del gran otra parte, abundan las quejas por la mala construc-
proyecto de reconstrucción del sistema de defen- ción de los muros, que constantemente amenazaban
sas del Caribe panameño. No obstante, durante la ruina o se derrumbaban y había que hacer grandes
visita de Agustín Crame en 1779, se reconocieron erogaciones para repararlos.
El San Lorenzo del Chagres
344

Foso de la batería exterior del fuerte identificado en el mapa de Crame con las letras M y O.

La figura de los baluartes fue una y otra vez la Punta de Chiriquí, según planos de Manuel
modificada, y constantemente tuvieron que rea- Hernández, luego modificados por otros ingenie-
lizarse cambios, siendo tal vez el más importante ros militares463.
la construcción de la Punta de Chiriquí, en la ac- Para completar las defensas de la capital,
tual plaza de Francia. Al principio se consideró Hernández propuso además fortificar el cerro
que los ataques enemigos seguirían el patrón de Ancón, que dominaba la bahía y la ciudad, pero
Morgan, es decir sometiendo el San Lorenzo y na- el proyecto nunca se materializó. Y aunque las
vegando por el Chagres, de allí que se constru- murallas fueron deterrentes efectivos contra los
yese el baluarte de Mano de Tigre, el único intentos de invasión enemiga, sus fallas eran alar-
baluarte “perfecto” y en forma de diamante, con mantes y reiteradamente señaladas por los con-
sus dos caras iguales, apuntando en esa dirección. temporáneos. La opinión de un experto como
Debido a estas características se le consideraba el Agustín Crame fue ciertamente rotunda: “Las for-
más resistente a un ataque frontal. Sin embargo, tificaciones de Panamá –escribe–, son más infeli-
al aumentar el peligro de que ocurriesen ataques ces de lo que yo creí antes de verlas”464. Tenía
por el Pacífico, fue necesario reforzar el frente que razón, pero ya era el año 1779, demasiado tarde
miraba en esa dirección, de ahí la construcción de para hacerles cambios notables.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
345

El lector debe haber advertido que no es tarea estado mayormente en manos de la iniciativa pri-
fácil reconstruir detalladamente el proceso de cam- vada, sobre todo en los últimos años, gracias al des-
bios por el que pasaron las fortificaciones. Muchos pegue económico del país y a la creciente valoración
de los planos y proyectos sencillamente han desa- inmobiliaria de intramuros, pero no ha sido hasta
parecido. Las trazas o diseños que se han conser- la anterior administración que el Gobierno se deci-
vado no siempre se encuentran acompañados de dió a realizar una radical transformación de su in-
los documentos de remisión que los explican, que- fraestructura (modernización de los desagües,
dando a la interpretación del estudioso lo que el alcantarillados, soterramiento del tendido eléctrico,
ingeniero pretendía hacer, y se corre mucho riesgo pavimentación, amoblamiento de áreas públicas,
al proponer qué fue lo que realmente se hizo. La etcétera).
situación se dificulta aún más cuando se trata de Desde la década de 1990 el Gobierno ha es-
las fortificaciones anteriores a las obras de Manuel tado interviniendo sistemáticamente y sin ningún
Hernández, ya que, o habían sido totalmente des- control externo en edificios históricos, en la misma
manteladas y abandonadas, o lo que queda de calle donde se encuentra el Palacio Presidencial, y
ellas apenas deja espacio a la imaginación. que son de propiedad estatal. Ha hecho derribar
San Lorenzo el Real del Chagres, Portobelo, y viejas residencias para crear espacios para estacio-
las dos Panamá han sido declarados Patrimonio de namientos y plazuelas, o reconstruyéndolas de
la Humanidad. Pero Portobelo y San Lorenzo se en- manera antojadiza sin el menor apego a las nor-
cuentran extremadamente degradados, por lo que la mas internacionales de conservación y burlando
Unesco los ha declarado patrimonios en peligro. las propias leyes nacionales sobre patrimonio his-
Pero independientemente de lo que dictamine la tórico. Ha derribado y vuelto a construir viejas ca-
Unesco, lo cierto es que realmente urge una pronta sonas para aparentar reproducir de alguna manera
y agresiva intervención por parte del Estado en su aspecto colonial o decimonónico. Pero todas
estos dos conjuntos mo-
numentales, pues de
otra manera lo poco que
quede en pie será una
vergüenza nacional.
Portobelo y las dos
Panamá fueron objeto
de los primeros estudios
serios para su puesta en
valor durante la década
de 1970 y principios de
la siguiente, esfuerzos
que se truncaron du-
rante la dictadura de M.
A. Noriega. Sin embar-
go, virtualmente nada o
muy poco se ha hecho al
restablecerse la demo-
cracia en 1990, salvo en
Panamá la Vieja, que goza
de un razonable plan de
conservación, gracias a
un Patronato de carácter
mixto. En el Casco Viejo Vista del portete de Las Lajas desde las alturas de la batería exterior del fuerte, lo que hace evidente la
las restauraciones han profundidad de la cañada y la dificultad de atacar por ese frente sin exponerse al fuego de la batería.
El San Lorenzo del Chagres
346

estas acciones, sin excepción, son falsos históricos. 427


Ver AGI Panamá 87, 88 y 89.
Lejos de dar el ejemplo, con estas intervenciones 428
Es de Fernández de Córdoba uno de los primeros planos
arbitrarias, el propio Gobierno ha demostrado un para la ciudad (en AGI, M y P Panamá 87 bis), y los cam-
total desprecio por la autenticidad del legado ar- bios que luego se propusieron respetaron el trazado ur-
bano con sus calles y plazas y la distribución de los
quitectónico de nuestra ciudad primada.
baluartes del proyecto original. El concepto urbano y mi-
litar para la nueva ciudad es incuestionablemente suyo.
429
El título para Ceballos y Arce se despachó el 6.XI.1671. Se
Notas al capítulo IX le señalaron 65 escudos de sueldo al mes, correspon-
diente al sueldo de sargento mayor. Por R. C. de 4.V.1677
413
La carta en AGI Panamá 16, R. 2, No. 16. “se le hizo merced de aumentarle 2 pesos ½ al día sobre
414
La carta de Valverde de Mercado, en AGI Panamá 15, R. 8, los 65 escudos, que suben a 1,510 escudos al año y corres-
No. 87. ponden a 125 escudos 8 reales al mes”. AGI Panamá 88.
415
El informe de Nava en AGI Panamá 87. 430
En certificación suya hecha en Portobelo el 9.IX.1672, se
416
“Castillo de San Lorenzo que está en la boca del río de refería a que había llegado “en estos galeones que al pre-
Chagre que se está cayendo”, con la rúbrica de Cristóbal sente están en este puerto”. También, carta de Ceballos
de Roda, de 1620. AGI Panamá Mapas y Planos 36. y Arce de la misma fecha. Ambas en AGI Panamá 89.
417
“Descripción del río de Chagre y planta de su castillo 431
Certificación de Pérez de Guzmán, Panamá, 1.X.1671, AGI
hecha por el capitán Cristóbal Roda, ingeniero militar de Panamá 67, No. 21.
su majestad en presencia del general Tomás de la Ras- 432
Las certificaciones de Herrera, de Paredes en San Lo-
puru que por orden de su majestad fueron a visitar en renzo, respectivamente, en 21.V.1667 y 12.III.1672, en
1.VII.1626”. AGI Panamá Mapas y Planos 40. Información de Méritos de Saavedra, en AGI Panamá
418
AGI Panamá 87. 67, No. 21. Saavedra y Córdoba debieron llenarse de
419
AGI Panamá Mapas y Planos 55 A. prestigio a raíz del ataque de Morgan en 1671, sobre
420
Así consta en Consulta de Junta de Guerra de Indias de todo cuando llevó con gran riesgo personal el mensaje
15.IV.1661, AGI Panamá 89. Somovilla Tejada se encon- de Pérez de Guzmán a Cartagena, vía Portobelo, anun-
traba en América desde la década de 1630. Por R. C. de ciando la caída del Chagres y de la capital. Sus informes
23.X.1632 se le da título de ayudante de ingeniero militar y relaciones sobre estos episodios constituyen fuentes
de Indias, AGI Indiferente General 433, legajo 5, folios 198- de primera importancia para reconstruir estos hechos.
199v. Por Real Provisión de 21.XI.1655 se le da “título de Al destacar de esta manera fue acumulando nuevos re-
ingeniero militar de Cartagena y demás lugares de Indias, conocimientos. Fernández de Córdoba le nombra a.i.
en lugar de Juan Bautista Antonelli”, AGI Indiferente Ge- capitán de artillería y de la sala de armas en reemplazo
neral 438, legajo 18, folios 136-140. En 1655 diseñó instru- de Pau y Rocaberti, cargo que la Corona le otorga en
mentos para el buceo y recuperación del galeón San propiedad por R. C. de 23.VI.1673. Ese mismo año, el
Martín, hundido en las proximidades de Puerto Rico, carta 4.X.1673, la Audiencia, presidida por Luis de Losada, le
de don Juan del Solar a la Casa de Contratación, Madrid, elige canciller y custodio del real sello. El 24.IV.1675 el
3.IV.1655, AGI Indiferente General 439, legajo 2, folio 401. nuevo presidente Mercado y Villacorta le nombra te-
421
La Junta de Guerra y la carta de Somovilla, en AGI Pa- niente de ingenieros para que asista a Ceballos y Arce
namá 89. y “tenga a su cargo las fortificaciones en sus ausencias,
422
AGI Panamá Mapas y Planos Panamá 72. enfermedades u otro impedimento”, declarando que
423
AGI Panamá Mapas y Planos 83. Saavedra tiene “particular aplicación a la inteligencia y
424
Sobre esta estrecha relación, carta del presidente Pedro la delineación de las fortificaciones y a la planta y di-
de Ponte Franca y Llerena, conde del Palmar, en carta fe- bujo de ellas”, y recomendándolo para cualquier oficio
chada en Panamá el 2.II.1686, AGI Panamá 88. político o militar en la Mar del Sur “que conviniese
425
Para los preparativos militares, sobre todo AGI Panamá poner en defensa y fortificarle”. Ver también Relación
93 y Lima 72. También Peter Earl (1982, capítulos XIX y de méritos de Saavedra resumida en nota del Consejo
XXI). Cartas de los hermanos Fernández de Córdoba de Indias de Madrid, 9.VII.1680, AGI Indiferente General
sobre el viaje del presidente a Panamá y las primeras im- 128, No. 105.
presiones de este cuando llegó, en AGI Panamá 89. 433
Testimonio de Benavides en Información de Méritos de
426
“Memorial del procurador general de la ciudad, Diego Saavedra en AGI Panamá 67, No. 21.
Carcelen Ladrón de Guevara, dirigido al presidente An- 434
He modernizado la puntuación y la ortografía, salvo la
tonio Fernández de Córdoba, Panamá, 15.I.1672”, AGI Pa- palabra “esenpecialmente”. La carta va dirigida a la reina
namá 89. y fue escrita en Portobelo, el 8.IX.1672, AGI Panamá 89.
Portobelo y el San Lorenzo del Chagres
347

435
Certificación del contador de Real Hacienda Juan Matías longitud a partir del “punto fijo” (o meridiano cero) y por
Pérez, Panamá, 3.III.1672, AGI Panamá 89. navegación y latitud constante. El tema de la longitud
436
Ibídem. Cursivas mías. era crítico para la navegación. En esa época todavía se
437
La Junta de Guerra del Consejo de 6.VI.1673, en AGI Pa- calculaba a base de los eclipses, y no empezó a resol-
namá 89. verse de manera confiable hasta que John Harrison in-
438
Ibídem. ventó el cronómetro marino en la década de 1730,
439
Cursivas mías. La certificación se encuentra en AGI Pa- aunque demoró bastantes años en perfeccionarse.
namá 89. Sobre la llegada de Fernández de Córdoba a 451
Cf. Juan Manuel Zapatero (1985, p. 134).
Portobelo, carta suya a la reina del Panamá, 9.III.1672, AGI 452
En Junta de Guerra del Consejo de Indias de 25.II.1674
Panamá 88. se había propuesto nombrar al capitán Alonso de Alcau-
440
Certificación del contador Juan Matías Pérez, Panamá, dete como castellano del Chagres, pero no consta que
12.VI.1672, AGI Panamá 89. hubiese ocupado el cargo. AGI Panamá 85. El sueldo
441
La Consulta del Consejo, en AGI Panamá 89. mensual de Arredondo Agüero era de 60 pesos corrien-
442
Ibídem. tes de 9 reales. Consulta del Consejo de 13.V.1677, AGI
443
Mercado y Villacorta fue nombrado para Panamá por R. Panamá 85.
C. de 20.XII.1673, AGI Panamá 3, No. 122. 453
Se hace referencia a esta Junta de Guerra en Consulta
444
Carta de Ceballos y Arce, Panamá, 15.X.1677, AGI Pa- del Consejo de 25.II.1674, AGI Panamá 85.
namá 88. 454
AGI Panamá 85.
445
Carta de Ceballos y Arce, Panamá, 24.IV.1677, AGI Pa- 455
Carta al rey Castillo del San Lorenzo el Real, 13.III.1681,
namá 88. Cursivas mías. AGI Panamá 88.
446
Carta de Caballos y Arce, Panamá, 15.X.1677, AGI Pa- 456
AGI Panamá Mapas y Planos 119.
namá 88. 457
La carta de Mercado y Villacorta, en AGI Panamá 88.
447
La carta es mencionada en Consulta del Consejo, en AGI 458
R. C. de la reina de Madrid, 18.I.1673, AGI Panamá 167.
Panamá 85. Había viajado a Panamá con toda su familia. 459
Carta al rey de Martínez de la Vega, Panamá, 10.VI.1740,
Para octubre de 1677 ya se le habían “muerto cinco per- AGI Panamá 356.
sonas de ocho que éramos de familia y los que queda- 460
“Imagen política militar histórica y geográfica que repre-
mos andamos continuamente achacosos por la senta el tiempo y la justificación legal de la conducta de
contrariedad de este temperamento”. Carta de Ceballos Dionisio de Alcedo y Herrera…”, ya citado.
y Arce de Panamá, 15.X.1677, AGI Panamá 88. 461
Abundante información sobre Nicolás Rodríguez, en AGI
448
En AGI Panamá 88. Panamá 141 a 145 y 203; y en AGI Contaduría 1377. El
449
Ibídem. presidente Alcedo y Herrera hizo elogiosas y repetidas
450
Carta de Ceballos y Arce, Panamá, 15.X.1587, AGI Pa- menciones a su obra en sus numerosos escritos. Ver tam-
namá 88. Miguel Florencio van Langren era matemático, bién Horacio Capel et ál., Los ingenieros militares en Es-
cosmógrafo y cartógrafo al servicio de España. Su padre paña, siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su
y abuelo eran cosmógrafos y su padre asistió a las obser- labor científica y espacial, Cátedra de Geografía Humana,
vaciones celestes del gran astrónomo Ticho Brahe. Van Universidad de Barcelona, 1983.
Langren hizo un estudio sobre la “verdadera longitud de 462
Para las fortificaciones de Panamá la Vieja, ver Castillero
la tierra” a partir del meridiano de Toledo. Lo dedicó en Calvo (2006, capítulo VI: “La estructura urbana”).
1644 a Felipe IV, que era muy aficionado a estos temas. 463
Para las fortificaciones en la Nueva Panamá, ver Castillero
También redactó un memorial con reglas prácticas y Calvo (2014, capítulo III: “La ciudad fortaleza”).
teóricas para que los pilotos calculasen los grados de 464
Citado por J. M. Zapatero (1985), p. 203.
El San Lorenzo del Chagres
348

“Plano del castillo y sitio de Chagre con lo que se propone hacer”. Borrador de trazo de mediados a fines del siglo XVIII de autor desconocido
(¿Hernández? ¿Crame?), con escala de 120 toesas. El proyecto muestra una muralla propuesta para circundar la parte posterior del fuerte
y proteger el poblado. Al lado derecho del fuerte se observa el Portete al que avena el riachuelo de Las Lajas, y a su mano izquierda, la
Aguadilla. Al frente se observa un banco de arrecifes o “la laxa”. AGI MP Panamá 21.

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