Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En el presente trabajo me propongo mostrar a través del arte del cuerpo “body art”;
el dolor, la violencia y el género, analizando especialmente obra de los años setenta.
Si bien el núcleo principal estará centrado en Ana Mendieta, la referencia abarca a
otras artistas mujeres, principalmente Marina Abramovic, Gina Pane, Orlan y Tania
Brugera, a esta última la menciono por su obra “Homenaje a Ana Mendieta” (cubana
al igual que Mendieta), aunque posterior a ella.
Las obras de Ana Mendieta seleccionadas para el presente estudio: “Untithed”,
“Ánima silueta de cohetes”, “Yagul”, “Árbol de la vida”, “Untithed” (Silueta serie),
“Isle”, fueron expuestas en el 2004 en el Whitney Museum of New York, “Earth Body”
(Cuerpo terrenal) muestra itinerante hasta el 2006. Allí se presentaron trabajos de
Mendieta, empleando su cuerpo- o su perfil- como elemento fundamental de obras
en tierra en pequeña escala, películas y fotografías de las antiguas performances y
escenificaciones de la artista. La exposición fue organizada por el Hirshhorn
Museum del Smithsonian Institution y curada por Olga Viso, subdirectora del
Hirshhorn; Viso y los especialistas Guy Brett, Chrissie Iles y Julia Herzberg afirman,
en el magnífico catálogo de la muestra (documento de referencia) que Mendieta
estuvo entre los exponentes más intrépidos e influyentes de la vanguardia
estadounidense de los setenta.
La obra de Ana Mendieta marca el conflicto originado por el trasplante cultural que
sufre, cuando en 1961, es trasladada de Cuba a vivir en los Estados Unidos (a
través de la operación Peter Pan), con su hermana y sin sus padres.
Esta pérdida de una identidad fuertemente arraigada a partir de importantes lazos
parentales, la lleva en los años setenta a formular propuestas artísticas de gran
originalidad que culminan con la serie “Silueta”. En su “Silueta” (esculturas de su
cuerpo en tierra) body-art, Mendieta realiza rituales indígenas y Santeros
(reproduciendo esos ritos con la sangre y los despojos animales). Recrea con sus
performances rituales de tierra- fuego- sangre que la conecta con la posibilidad de
recuperar la identidad perdida. Procura así liberar el dolor traumático y moverse
hacia la recuperación de memorias e imágenes que como “huellas” logran sostener
el dolor psíquico. Esta imagen recurrente en Mendieta, es un contorno vaciado (de sí
misma) que regresa a la madre tierra y el acontecer de su exilio, subyace en forma
recurrente en su obra.
Cambio de Paradigma
La gran revolución en el arte fue marcada por Marcel Duchamp, con su famosa
“Fuente” de 1917, acto de introducir en una galería un urinario masculino, dándole el
sentido de objeto artístico. Debemos decir que fulminó la idea de obra de arte y del
creador sacralizado con sus ready-mades.
Ready-Made fué el término utilizado por Marcel Duchamp para designar los objetos
del entorno, carentes de valor artístico en si mismos, pero que al ser presentados
fuera de su contexto habitual adquieren un sentido distinto, cuestionando el
concepto tradicional del arte y recabando para ellos el sentido de objetos artísticos.
Al involucrar al observador en la constitución del objeto estético, pues a partir de
ahora, la poiesis supone un proceso en el que el receptor se convierte en co-creador
de la obra, el arte libera a la recepción estética de su pasividad contemplativa. El rol
del observador es un rol activo
En Nueva York, en 1915, compré en una quincallería*(* Quincalleria, del término francés
quincaillerie: Ferretería) una pala de nieve sobre la que escribí: “En previsión de brazo
Fluxus
Fluxus es influido por dada y el surrealismo de Duchamp, que con los ready-mades
convirtió a un objeto de uso cotidiano en una obra de arte; así como por el teatro
futurista y el llamado Bruitismo2, por John Cage, el estilo de los Haiku, el Anti-Arte, el
Borderline Art (arte al límite), el Vaudeville y Charlie Chaplin.
Los artistas Fluxus buscaron romper las barreras entre las distintas disciplinas del
arte, generando la “transversalidad del antiarte”.
En este sentido es que se produce una transversalidad entre las distintas disciplinas
artísticas, los sentidos, el espectador y el artista, sumado a las cosas cotidianas, los
gestos, las acciones más simples, se convertían en obra-Fluxus ya que, al igual que
los ready-mades, eran extraídas de la realidad cotidiana.
1
Palabras de M. Duchamp en un coloquio en el MOMA de N. Y. 19/10/1961, publicado en Art and Artists, Londres julio
de 1966, pág. 47
2
"El bruitismo es una especie de retorno a la naturaleza. Es la música producida por circuitos de átomos" - Richard
Huelsenbeck, En Avant Dada: A History of Dadaísmo (1920)
Ahora bien, si en el arte tradicional predominaba el objeto sobre la teoría, en el
modelo sintáctico-semántico, desde la abstracción, se da un equilibrio hasta pasar a
situaciones límite donde la teoría es más importante que el objeto (arte conceptual).
Tan necesario como percibir la obra concreta es actualizar los conceptos teóricos
anteriores a la misma, sus presupuestos productivos y receptivos.
Por otro lado Cage va a ser uno de los primeros compositores que le van a dar una
gran importancia al silencio en la música. El se da cuenta que lo que concibe como
silencio en realidad no lo es, ya que durante los silencios musicales en un concierto
continúan sucediendo eventos sonoros (la tos del público, los ruidos en el exterior
del auditorio, etc.).
Entonces, sonido y silencio van a ser lo mismo. Cage va a eliminar la dualidad con la
que estamos acostumbrados a percibir el mundo (sonido-silencio, bueno-malo, bello-
feo, etc.). Así, él deja de prescindir de la estructura y se deshace de ella. El sonido
deja de ser un obstáculo para el silencio, y el silencio deja de ser una red protectora
contra el sonido. La eliminación de esta dualidad va a traer como consecuencia que
cada cosa y sonido tengan su propio centro. Esta es la base con la cual Cage se
justifica para no establecer conexión entre varios eventos sonoros, y esto va a
permitir que una enorme cantidad de sonidos entren en un solo evento singular y
complejo sin que exista ningún tipo de discriminación
Después el arte conceptual ha venido siendo retroactivamente empleado para
referirse a formas tempranas de arte en vivo como "Happenings", "Actions", "Fluxus
events" y "Body art".
Happening
Su obra "18 happenings in 6 parts" que tuvo lugar en la Reuben Gallery de Nueva
York en otoño de 1959, bautizó con este nombre, happening, una compleja serie de
actividades de artistas norteamericanos y europeos que consideraban que el arte no
podía desligarse de la vida y en el que el espectador entraba a formar parte de la
obra de arte.
Cada uno de los tres artistas participantes crea un happening (individual)que cada
uno lo desarrollará en el mismo día y horario en sus respectivos países.
Como ‘Arte conceptual’ se entenderá a ese movimiento que aparece a finales de los
años sesenta y setenta con manifestaciones muy diversas y fronteras no del todo
definidas. La idea principal que subyace en todas ellas es que la "verdadera" obra de
arte no es el objeto físico producido por el artista sino que consiste en "conceptos" e
"ideas". Con un fuerte componente heredado de los "ready made" de Marcel
Duchamp.
Características generales
En términos de justicia social y alteridad hay que leer buena parte de los acontecimientos de
revolución social que recorrieron Europa y América a finales de los 60. Desde luego, esta
conciencia de justicia social, no está implantado en todos. Se necesita actuar para
promoverlo en un mundo incapaz de sentir lo que le pasa al otro, donde las imágenes
atroces anestesian toda emoción.
Marina Abramovic
Fue una de las pioneras del género artístico de la 'Performance' junto con otros artistas
como Gina Payne, Chris Burden, o Ana Mendieta.
Marina Abramovic nació en Belgrado en 1946 y el eje de su producción se halla en su propio
cuerpo, un territorio para la experimentación y el cambio, soporte de toda su trayectoria
artística.
La artista servia, como ella misma se considera (abuela del arte de la performance) en la
contemporaneidad continua en ese camino.
Siguiendo la idea -común a todos los performers- de sentir el mundo a través de la
experiencia personal del cuerpo, la artista trató de indagar en los límites de la resistencia
moral y física, reflexionando sobre los patrones de comportamiento de la mente y el cuerpo.
Su idea era establecer un diálogo energético con los espectadores. Así realizó acciones,
poniendo el cuerpo al límite y en muchos casos ,
los espectadores ponían fin a la acción.
En sus primeras performances -Rhythm 4, Rhythm 5, 1974; Rhythm 10, 1975- que
estuvieron salpicadas por el escándalo. En este impulso de demolición de las categorías
artísticas, las performance corporales de Marina como 'Ritmo' tratan de plantear el cuerpo
del artista como el objeto de la obra en el que el público puede intervenir a voluntad.
M. Abramovic -Rhythm 10- 1975
3
Marina Abramovic- Conferencia en Festival Mundial de Video en Ámsterdam-2003
Gina Pane
(Biarritz, 1939-París, 1990) está considerada una de las artistas más significativas del body
art o arte corporal. A fines de los años sesenta, Gina Pane inició una serie de intervenciones
solitarias en el paisaje que confrontaban su cuerpo con la naturaleza; más tarde, a partir de
1971, se expuso ante el público dibujando sobre su piel pequeñas heridas que, junto a la
utilización de los más diversos materiales alegóricos -fuego, leche, carne, espinas, trataban
los temas de la muerte, del dolor, de los alimentos. En estas acciones, la herida se convertía
en elemento de reflexión sobre el dolor y la capacidad del cuerpo humano para expresar los
sentimientos más profundos. Las acciones de la francesa Gina Pane son quizás las más
representativas.
Cuando Pane, vestida de un blanco inmaculado, clava espinas de rosa en su antebrazo,
mastica vidrios rotos, hace cortes en su vientre o en la planta de sus pies,
cuando realiza Escalada no anestesiada y sube por una escalera cortante con sus pies
desnudos; en realidad, pretende poner de manifiesto la condición de la mujer como “herida”,
como una herida sangrante y dolorosa que ha permanecido oculta y que es necesario
“resaltar”, “herir”.
Orlan
De modo diferente plantea sus acciones, todas están enmarcadas en una teatralidad
exacerbada.
Orlan nunca ha dejado el discurso del cuerpo en su obra, haciendo de éste su principal
herramienta de trabajo, llevándolo hasta su transformación, con un discurso emancipador
del cuerpo como forma natural de la identidad.
Las performances de cirugías estéticas que dieron forma a su manifiesto de Carnal Art y
que hicieron conocida su obra a nivel masivo, tienen su raíz en todo el trabajo anterior, y en
ellas reúne muchas de las obras que había realizado. Orlan se ha sometido a siete
operaciones para cambiar su apariencia física de forma extrema –actualmente posee dos
“cuernos” en su frente, que maquilla de color plateado para destacar- desarticulando el
canon con el cual estas operaciones son utilizadas comúnmente. Es decir, no las utiliza para
acercar su apariencia al modelo de belleza occidental.
Esta idea de “canon electrónico” es aplicada por algunos artistas vanguardistas, entre los
que sobresale la francesa Orlan, personaje polémico y provocador dentro de la escena del
body-art cibernético. Orlan ha experimentado desde 1990 siete operaciones de cirugía
estética para alcanzar La obra maestra absoluta: la reencarnación de santa Orlan. Cada
operación es una performance que pone en escena toda una parafernalia mediática: a
través de Internet puede seguirse el desarrollo de cada operación; también pueden
adquirirse vídeos de todas sus operaciones, pero lo que más llama la atención es cómo
Orlan vende restos orgánicos de su piel y grasa a modo de reliquias (de ahí lo de su
autodenominación de santa Orlan) Su objetivo no es otro que el de parecerse a un retrato
robot electrónico compuesto de un collage de los rasgos de las mujeres retratadas por los
mejores pintores del Renacimiento: desde la frente de la Gioconda hasta la barbilla de la
Venus de Botticelli.en
Orlan, que se declara abiertamente feminista, ataca los cánones impuestos por la sociedad
al utilizar la cirugía estética para autodiseñarse. Repite hasta la saciedad mediática,
eslógans como “He donado mi cuerpo al Arte” o “el cuerpo no es más que un disfraz”.
Proclamadora de la obsolencencia del cuerpo, Orlan está contra lo natural, lo congénito y la
actitud de conformarse con el cuerpo dado.
Dirige desde el quirófano las intervenciones realizadas bajo anestesia local ante la vista de
fotógrafos, cámaras de televisión, de acuerdo a una minuciosa planificación. Cada nueva
operación es un paso más hacia la transformación de Orlan, que intenta unir arte y vida con
su trabajo. Define su obra como un arte carnal que denuncia las presiones sociales ejercidas
sobre el cuerpo femenino, considera caduca nuestra noción del cuerpo y propone un uso de
la tecnología aplicado a la vida humana donde todo pueda ser intercambiable y renovable
para lograr un ser humano "más feliz".
Tania Bruguera
Vive y trabaja entre La Habana e Illinois. Nació en Cuba, en 1968
Pone el eje de su obra en su propio cuerpo intervenido y desde ahí parten sus creaciones.
A partir de la serie performática Homenaje a Ana Mendieta, la obra de Tania Bruguera
comenzó a conocerse internacionalmente. Fue un extenso período de de-construcción,
mimesis analítica, y término de la obra de la fallecida Ana Mendieta, que se extendió a largo
de una década (1988-1997).
de sangre de animales y pintura roja sobre una pared, hasta las series Silueta, donde
incorpora su cuerpo a la naturaleza. En una de estas Silueta, Tania Bruguera permanece
acostada como un cadáver mientras su cuerpo simula estar sometido a la cremación. La
desnudez femenina, la fascinación por la sangre como "algo poderoso y mágico, que no
es fuerza negativa", y el intento por convertirse "en extensión de la naturaleza", al decir
de Mendieta, serán símbolos que acompañarán a Tania a lo largo de su obra.
La artista Tania Bruguera ha definido su obra como una respuesta a su entorno cultural,
donde funde lo estrictamente personal e íntimo con lo colectivo y lo social, tratando de crear
obras en las cuales la línea entre realidad y arte sea borrada. Creo que de un modo u otro,
somos el reflejo de su obra y que finalmente todo ese espacio de culpa, responsabilidad,
silencio y sacrificio, aceptado o no, es lo que nos corresponde.
Tania Bruguera
Tania Bruguera “Body of Silence, 1998
“La exploración en mi arte “entre” la relación mía con la naturaleza ha sido el evidente
resultado del despojamiento de mi patria durante mi adolescencia. La fabricación de
mi silueta en la naturaleza guarda (hace) la transición entre mi patria y mi nuevo
hogar. Ésta ha sido una manera de reclamar mis raíces para convertirme en una con
la naturaleza. Aunque la cultura en la cual vivo es parte de mí, mis raíces e identidad
cultural son resultado de mi herencia Cubana.”
Ana Mendieta
Las hermanas Mendieta fueron mandadas a Iowa (cuando Ana tenía 12 años) donde
vivieron en orfanatos, correccionales para jóvenes y casas de adopción. En Iowa por
primera vez Ana Mendieta fue consciente de ser una persona de “color”. Después de haber
nacido en Cuba en 1948 y de haber vivido una vida tranquila y económicamente estable en
el seno de una familia aristócrata de ascendencia europea, Ana Mendieta llegó a Iowa, tuvo
que cambiar la percepción racial de sí misma y aprendió a vivir de la caridad. Las hermanas
sufrieron del racismo típico de una sociedad no acostumbrada a tener cerca personas de
color, ‘diferentes’. Fueron llamadas “negras” y les llegaban anónimos que decían “vuelve a
Cuba”. Estas experiencias hicieron que Ana Mendieta siempre se calificara a sí misma como
una artista y mujer de color, o como una artista no blanca
En Iowa, Ana Mendieta tuvo una relación muy intensa con su profesor Hans Breder con
quien viajó a México y a quien le debió sus años formativos y el amor que desarrolló por su
tercera patria, México, un lugar que, según la autora, no era ni Cuba ni Estados Unidos, en
donde podía hablar español, sentir la cultura latina donde había crecido y en donde la
mayoría de la gente era de su altura y tenía un color de piel parecido al de ella. Mendieta no
podía viajar a Cuba por las restricciones de los viajes a la Isla que se dieron durante el
gobierno de Kennedy y pudo encontrar en México un espacio donde realizar su arte.
Mendieta realizó muchas de sus Siluetas en México porque este país suponía una ubicación
perfecta para sus performances, aunque también realizó algunas en Iowa.
Mendieta estudió en la Universidad de Iowa donde se graduó de pintura en 1972. Sus
primeras obras de 1972 a 1975 fueron de enfoque feminista, de provocación y preocupación
por la mujer, la violencia y la defensa de nuevas estructuras sociales. Este sello de mujer y
la necesidad de Mendieta de expresarse y defender a quienes ocupan los márgenes de la
sociedad son característicos de sus obras hasta el momento de su fallecimiento.
Mendieta vivía una identidad muy particular que se revela en su arte, una identidad
fragmentada, descentrada, heterogénea, propia de alguien que no pertenece a ningún lugar,
como exiliada, Mendieta poseía una identidad quebrada.
El planteamiento del trabajo de Ana Mendieta se desarrolla en un marco puramente
occidental y durante un momento plagado de cambios: un espacio fronterizo entre la
concepción unitaria del individuo, de la identidad fundamentada en las relaciones
dicotómicas de acción-reacción, causa efecto, racional en la medida en que concibe su
evolución totalmente lineal, predecible, de cuerpos opacos e indisolubles pero abstractos en
cuanto a un ser que aparentemente evoluciona independiente de su contexto... y una-otra
identidad basada en el devenir, donde los cuerpos pasan a ser transparentes, plurales, en la
que el sujeto se percibe profundamente contextualizado y por tanto circunstancial, que
emerge y se desintegra en el seno de las relaciones humanas, y se construye y deconstruye
de forma infinita.
Durante la década de los 70 comienzan a fortalecerse los movimientos feministas que
brotaban en las primeras revoluciones de los años 60. Esto va a tener una gran influencia en
el trabajo de Mendieta quien está altamente sensibilizada y comprometida con los diversos
problemas de carácter social de su entorno.
Los que tratan la marginalidad, la otredad institucionalizada como un nuevo exilio social
provocado por el propio Estado y sus avatares mediáticos, en defensa de la identidad
unitaria y nacional que, pretendían promover para asegurar al ciudadano una identidad
estable.
Mendieta ha manifestado el deseo de ser otro, de trabajar desde el margen, en la periferia,
lugar de resistencia para la construcción de una identidad que le pertenezca.
Su obra contiene la riqueza no sólo de alguien formado en una importante etapa de cambio
de pensamiento sino además de quien abarca las concepciones estructurales de dos
culturas tan dispares como Estados Unidos y Cuba. En Latinoamérica ya a mediados de
siglo xx, en pleno apogeo de la modernidad, se estaba trabajando bajo el influjo de distintas
corrientes ideológicas: las que provenían de las capitales culturales y las que allí se
reconstituían creando continuamente nuevos lenguajes y nuevas re-combinaciones a través
elementos que se entrelazan, pero sobre todo, a través de los fragmentos que conforman el
mapa de pluralidades propias de la transmodernidad. Dicho de otro modo, ellos ya eran
transmodernos
Entre las obras seleccionadas las “Silueta” es el testimonio de una liturgia místico artístico,
que alude en ocasiones – en los títulos, en el empleo de ciertas técnicas o en algunos
detalles- a ritos afrocubanos. La foto cumple el rol de plasmar y comunicar este testimonio.
La fotografía cumple un rol crucial, además de ser el fruto exhibible, el trabajo eleva a la
fotografía a la faz de proyecto.
En la obra de Mendieta, cada continente es a su vez contenido de otro continente, y cada
representación puede ser referente de otra representación. Desaparece el límite entre lo
4
“El cuerpo conquista el territorio invisible del alma. Tomamos nota. Usted no tiene nada que ver.
Está saturado de imágenes que le transportan le sustituyen, sueña. Arrebato alucinatorio: ya no hay
fronteras entre el placer y la realidad, entre lo verdadero y lo falso. El espectáculo es una vida de
ensueño y todos la queremos” Julia Kristeva. Las nuevas enfermedades del alma. Madrid. Cátedra,
1995, Pág. 16
representado y lo directamente presentado. Esta ambigüedad en la realidad e ilusión se
activan sincrónicamente de manera independiente, muestra un juego borgiano que explora
el límite entre el objeto verdadero y el objeto representado, entre el original y la copia,
ambos intangibles en la virtualidad de la fotografía, en continua evanescencia y
resurgimiento. La imagen fotográfica aparece como una estrategia para generar una
interferencia, que ponga en duda el sistema de la imagen como el aparentemente inalterable
curso de las cosas.
El uso de la fotografía instala una nueva categoría de espacio- tiempo, local inmediato y
temporal anterior. Se produce una conexión ambigua entre el aquí y el ahora. Es a nivel de
ese mensaje denotado, que se puede comprender plenamente la irrealidad real de la
fotografía: su irrealidad es la de aquí, pues el hecho concreto (foto) no se vive como ilusión.
Su irrealidad, es la intangibilidad de lo presentado. En lo que concierne a la fotografía, la
obra de Ana Mendieta es una buena referencia para la revisión de los procesos de
representación, para la reformulación del lugar que ocupa el cuerpo dentro de esos
procesos. Y especialmente para la contextualización de un elemento performático que es
crucial en buena parte del arte contemporáneo.
Las ceremonias de Mendieta en cierta manera fueron posadas para la cámara.
Cuando nos enfrentamos a la fotografía como objeto definitivo, nos vemos obligados a
invertir su lógica y localizar en su estructura de significados los elementos procesales que la
constituyen y que dinamizan su estructura espacio-temporal. Para ello, debe entenderse que
dichos elementos constituyen un ejercicio de representación previo al propio acto
fotográfico, que se infiltra en la fotografía, impidiéndole estabilizarse como objeto definitivo.
Las puestas en escena, las actuaciones o las representaciones de lo que será fotografiado,
constituyen construcciones ideológicas y estéticas. Eventos que cargarán a la foto de una
energía interna.
En ambos casos lo performático, es una vía privilegiada para la fusión de una subjetividad
dentro de la objetividad de la obra de arte, y uno de los mecanismos por los que se ha ido
constituyendo la progresiva ideologización del objeto artístico contemporáneo. La relación
con una imagen fotográfica que reproduce los resultados –escultóricos en apariencia- de un
proceso performático, incluiría una disolución imaginaria del objeto fotográfico y una
inclusión de la performance (si se permite el juego de palabras) entre sus referentes.
Parafraseando a Rosalind Krauss, podríamos decir que si en el “campo expandido” de la
escultura se encuentra la instalación, en el campo expandido de la fotografía se halla la
performance.
El arte de Mendieta es una mezcla de procedimientos, pero también de poéticas y
perspectivas culturales que se vincula con lo que Luis Camnitzer ha llamado arte Spanglish.
“Hay por ejemplo un término utilizado en los Estados Unidos, el de “spanglish”, que
permite enfocar más precisamente muchos de los productos hispanos. Utilizado,
como lo es normalmente en relación al idioma, el término tiene connotaciones
negativas. Implica la ausencia de un instrumento funcional, sustituido por un híbrido
de dos lenguas. Pero la interpretación negativa oscurece el origen y las necesidades
que la nueva lengua satisface. Si el término se utilizara en relación al arte, “spanglish”
representaría la fusión de una memoria en deterioro con la adquisición de una nueva
realidad distanciada por su estranjeridad. Es en ese sentido que “spanglish” es una
buena metáfora para el arte de Mendieta. El arte “spanglish” es probablemente la
opción más auténtica para el artista latino con las raíces cortadas” (Camnitzer, 1988)
“Mi arte es la forma en que restablezco los lazos que me unen al universo. Es un
regreso a la fuente materna. Me convierto en una extensión de la naturaleza y la
naturaleza en una extensión de mi propio cuerpo. Este acto obsesivo de reafirmar mis
lazos con la tierra es en realidad una reactivación de creencias primigenias, una
fuerza femenina omnipresente, la imagen posterior de estar encerrada en el útero, es
una manifestación de mi sed de ser" Ana Mendieta.
La actividad polisémica de la sangre (como signo de violencia física, pero también como
elemento místico y vitalista) y el empleo de su cuerpo, fueron una constante en su serie
“Silueta”.
La obra de Ana Mendieta, se podría denominar como visualización del cuerpo como
soporte, lo que cabría definir como representación de dicho cuerpo – soporte.
“Un parergon se ubica contra, al lado y además del ergon, del trabajo hecho, de la obra,
pero no es ajeno, afecta el interior de la operación y coopera con él desde cierto afuera. Ni
simplemente afuera, ni simplemente adentro. Como un accesorio que uno está dispuesto a
recibir en el borde y a bordo. Es, en un primer abordaje, el a – bordo...
5
Camnitzer, Luís, “Ana Mendieta en el New Museum de Nueva York” ArtNexus, Bogotá, nº 38, 1988
Pero el étymon siempre habrá tenido, para quién sabe leer, sus efectos de borde”.
(Derrida, 2001)
De ahí que las nociones tales como “soporte”, con ciertas connotaciones metafísicas y
“suplemento” representante, por el contrario, de ese mundo derriano de la diferencia, dejan
de constituir orillas opuestas, para pasar a ser dos caras de una misma moneda
“deconstruída”.
Durante una semana, las velas consumidas se reemplazaron por otras nuevas, al tiempo
que se formaba en el suelo una suerte de cuerpo esculpido en cera. Mendieta hace
abundantes referencias a la santería, práctica religiosa del folklore afrocubano, en la que se
inscribe la secta de los Ñáñigo, que excluía a las mujeres de sus ritos
La brecha que la mujer tiene de nacimiento, la división que la convierte en un ser poderoso
dador de vida, caracteriza muchas de las imágenes de su serie Esculturas Rupestres,
excavadas en las paredes de la cueva del Águila en el Parque Jaruco (Habana - Cuba).
El contacto con su lugar de origen era la forma de ligarse tanto al mundo africano como al
indígena, sin perder el profundo interés en explorar su condición femenina y los elementos
de la naturaleza, atraída por la idea de conjugar los poderes animistas que penetran la
naturaleza y dan "fuerza vital" al hombre. El rescate de una nueva espiritualidad no se
distancia de su interés por analizar los desplazamientos culturales surgidos desde la
Conquista hasta la historia más reciente: pasado de refugiados, exilados, desplazados, del
que ella misma fue partícipe.
Mendieta no sólo fue una artista con una identidad quebrada, fue mujer y tanto con su
cuerpo, como con la silueta del mismo, representó un deseo de comunión con el universo,
una necesidad de entrar de nuevo a formar parte de la tierra, que para ella significaba lo
esencial, lo que nos da la vida y a donde regresamos al morir. La obra de Mendieta es un
grito corporal, emitido desde cada punto posible y vivido con plena intensidad .Con esta
vitalidad y energía se despidió Ana Mendieta de la vida
Dos años antes de su muerte escribió: "Mis obras son las venas de irrigación de un
fluido universal. Por medio de ellas asciende la savia ancestral, las creencias
originales, la acumulación primordial, los pensamientos inconscientes que animan el
mundo."
“No existe un pasado original que se deba redimir -continúa Mendieta-: existe el
vacío, la orfandad, la tierra sin bautizo de los inicios, el tiempo que nos observa desde
el interior de la tierra. Existe por encima de todo la búsqueda del origen”.
CONCLUSION
Marina Abramovic, Gina Pane, Orlan, Mendieta, son claros exponentes del body art en las
expresiones de dolor, violencia y género.
Las acciones performáticas de Mendieta derivan hacia una serie de obras que llamó
“Silueta”. En estas manifestaciones, la artista transita un camino esencial e integrador con la
naturaleza
A partir de ese momento ya no le interesa tanto su propio cuerpo, como la “huella” que deja
ese cuerpo. Inicia un período de intensa relación con los elementos básicos de la existencia
orgánica: la tierra, el fuego, el aire, el agua. La artista en “Silueta” juega con la dialéctica
presencia – ausencia. La “huella”, los contornos de un cuerpo realizados con velas, ceniza,
flores, tierra, nieve, aluden a las relaciones entre muerte, resurrección, desarraigo. Es el
retorno de la artista a la tierra, de metáforas que explican el regreso al útero (la madre que
quedó en Cuba), de un enterrarse en la tumba (muerte), de la regeneración de la vida (la
silueta corporal dibujada con flores) y en definitiva un grito de libertad.
De una manera simbólica y utilizando formas cercanas a ritos primitivos, las “Silueta” nos
hablan de la ausencia – del cuerpo ausente- es decir son rastros “huellas” de su anterior
presencia. El signo de su existencia como parte fundamental de la tierra.
La suplementariedad del cuerpo niega la presencia radical del sujeto, haciendo que este, el
sujeto se deconstruya y llegue a desaparecer – “ausencia”- en una compleja red significante.
Este cuerpo ausente es un silencioso- no estar-, o al menos no estar del todo, una pérdida,
una oclusión del cuerpo. En palabras de Jaques Derrida, “es esa cosa- la ceniza es una
cosa –que queda después que una materia ha sido quemada, la ceniza de un cigarro,
la ceniza de un puro, la ceniza de un cuerpo humano... La figura de todo aquello que
justamente pierde su figura en la incineración y, por tanto, en una cierta desaparición
del soporte o del cuerpo del que la ceniza guarda la memoria”6
Hasta su muerte trágica pareció completar un ciclo, Mendieta se usó a sí misma como una
metáfora. Y hasta su muerte -como obra póstuma – deja la “huella”, como “silueta” final
sobre el cemento de New York.
Apéndice
6
Derrida, J. Points de suspensión. París: Galilée, 1992, pág. 405
un desierto amarillo y gris te alcanza
y te sujeta por los aires.
Ana
Una golondrina de arena y barro.
Ana
Una golondrina de agua.
Ana
Una golondrina de fuego.
Ana
Una golondrina y un jazmín.
ANEXO DE IMAGENES
7
Papalote en Cuba se designa así al barrilete
8
MOREJÓN, N (1993) Paisaje Célebre, Caracas, Fundarte. Poesía presente en la página Web: www.lyrikline.org
Ana Mendieta – “Untitled” 1973 A. Mendieta- “Yagul” 1973
Color photograph Color photograph
Ana Mendieta
Still from Creek #2
1974
Galerie Lelong
Ana Mendieta - Siluetas - 1977
Ana Mendieta - Silueta “Sin título” 1978
Ana Mendieta - Silueta - Iowa – 1978 Fotografía Galería Lelong- New York
Ana Mendieta - Silueta 1980- Fotografía