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“EL AMOR ROMÁNTICO EN BOQUITAS PINTADAS”

LEO PACHECO

LITERATURA

6TO AÑO A
EL AMOR ROMÁNTICO EN BOQUITAS PINTADAS

Introducción:

Manuel Puig fue un escritor argentino nacido en General Villegas el 28 de diciembre de 1932.
Conocido por sus exitosas novelas, fue un apasionado del cine y dedicó gran parte de su juventud
al séptimo arte. Sus obras son un claro reflejo de este primer amor: en ellas, las descripciones son
minuciosas y cuidadas incluso en cuestiones mínimas, desde una vestimenta hasta la luz que
ilumina una escena. Boquitas pintadas, publicada en 1969, expone la historia de un grupo de
jóvenes, sus amistades y amoríos, mediante la experimentación que caracterizó a la literatura de
Puig. Uno tras otro, se suceden múltiples géneros discursivos como cartas, monólogos interiores,
notas, diálogos y confesiones, a través de los cuales se nos revela una historia en la que somos los
lectores quienes debemos unir las piezas que conforman el relato.

Partiendo desde su novela Boquitas pintadas, en la cual está muy presente el tema del amor en
varias de sus formas, se hará un análisis sobre cómo se configuran las relaciones amorosas en esta
obra, pudiendo decir, por ejemplo, si hay una idealización del amor por parte de algún personaje,
si alguna cumple con los estereotipos de relación perfecta, u otras situaciones similares. Hay
variedad de vínculos amorosos en la novela, de distintas edades y distintas clases sociales, por eso
en base a cómo estos aparezcan se tratará de establecer si existe realmente un tipo de amor
romántico en la novela.

Desarrollo:

En el contexto de las relaciones amorosas, el romance generalmente implica una expresión del
fuerte amor entre los involucrados, o los profundos y fuertes deseos emocionales de conectarse
con otra persona íntima o afectivamente. Algunos analistas contemporáneos afirman que las
características más señaladas de este tipo de amor se confirman y difunden a través de relatos
literarios, películas, canciones. Se trata de un tipo de afecto que, se presume, ha de ser para toda
la vida (te querré siempre), exclusivo (no podré amar a nadie más que a ti), incondicional (te
querré pase lo que pase) e implica un elevado grado de renuncia (te quiero más que a mi vida).  La
cultura occidental ha enfatizado históricamente el amor romántico mucho más que otras en las
cuales los matrimonios arreglados son la regla.

La relación de Nené y Juan Carlos

Es la historia de amor central de la novela, por la que empieza todo, ya que Nené en la primera
entrega le envía cartas a Doña Leonor, la mamá de Juan Carlos, para darle el pésame por la ya
sabida muerte de él, pero también para recuperar unas cartas que el muchacho le escribió un
tiempo atrás. No es realmente larga esta relación y se da cuando ambos son muy jóvenes. La
hermana de Juan Carlos, Celina, quien era amiga de Nené, se opone desde un inicio a su relación al
igual que el padre de Nélida, por esto es que no hay apoyo desde la familia de ambos e incluso la
relación termina porque los padres prohíben a Nené que siguiera viéndolo. En la duración de la
pareja, Juan Carlos engaña múltiples veces a Nené estando con otras mujeres, incluyendo a una
amiga de ella. Sigue manteniendo relaciones con otras mujeres pero no con su novia, ya que ella
no quiere porque cree que luego de eso va a dejar de amarla. Nené tampoco quiere que se entere
de que ya no era virgen, puesto que tiempo atrás había mantenido relaciones sexuales con el
doctor Aschero cuando ella trabajaba como su enfermera, pero todo terminó porque el hombre
estaba casado y la esposa se enteró de sus infidelidades. Juan Carlos además pasaba sus días sin ir
a trabajar pero yendo a lugares de apuestas y de bebida con su amigo Pancho, otro motivo por el
que tenía una mala fama. Tras un tiempo cuando el se entera de que está enfermo, se va a vivir un
tiempo a Cosquín para hacer un tratamiento y recuperarse, pero vuelve sin completarlo y sin
curarse, allí es donde termina la relación de ambos porque si seguía enfermo el padre de Nené le
prohibía verla:

“Nélida le miró los ojos claros, no verdes como los de Celina sino castaño claro, y sin saber
por qué pensó en lujosos jarros de miel; Juan Carlos cerró los ojos cuando ella le acarició la
cabeza despeinada y Nélida al verle las pestañas espesas y arqueadas pensó sin saber por
qué en alas de cóndor desplegadas; Nélida le miró la nariz recta, el bigote fino, los labios
gruesos, le pidió que le mostrara los dientes y sin saber por qué pensó en casas de la
antigüedad vistas en libros de texto con balaustradas blancas y columnatas sombreadas
altas y elegantes; Nélida le miró la nuez colocada entre los dos fuertes músculos del cuello,
y los hombros anchos, y sin saber por qué pensó en los nudosos e imbatibles árboles de la
pampa bárbara: el ombú y el quebracho eran sus árboles favoritos. A las 23:20 Nélida le
permitió pasarle la mano por debajo de la blusa. A las 23:30 Juan Carlos se despidió
reprochándole su egoísmo. A las 23:47 Nélida terminó de dividir su pelo en múltiples
agrupaciones sujetas con papel. Antes de dormirse pensó en que el rostro de Juan Carlos
no tenía defectos”. (Boquitas pintadas, cuarta entrega, pág 28 )

“A las 23:20 consideró necesario acariciarle los senos pasando su mano por debajo de la
blusa y corpiño, porque debía mantenerla interesada en él. A las 23:30 se despidieron. A
las 23:46 Juan Carlos pasó por la construcción de la Comisaría”. (Boquitas pintadas, cuarta
entrega, pág 28)

En estos dos fragmentos se relata un encuentro entre Nené y Juan Carlos que también representa
cómo eran sus encuentros ya que generalmente eran rutinarios en el portón de la casa de Nélida.
Muestra la percepción de la relación desde ambos lados, si bien por parte de ella sí logra ser un
encuentro romántico y demuestra estar verdaderamente enamorada; por parte de él solo tiene
interés de tratarla como a una mujer más y poder tener sexo con ella. Incluso cuando dice que
pasa por la construcción de la comisaría es porque iba a ir a la casa de Mabel a estar con ella.

En el relato de Nené hay apreciaciones romanticas hacía el físico de Juan Carlos, hablando de
forma casi poética sobre sus ojos, sus pestañas o su rostro. Dándole mas importancia que a las
sugerencias sexuales que él le hacía. Ella es fiel en todo el tiempo en el que están juntos, por eso el
amor de Nené a Juan Carlos sí es un amor romántico que reúne las características que
generalmente se consideran necesarias para el romanticismo. Es exclusivo y para toda la vida ya
que confiesa años más tarde, incluso teniendo ya otra pareja y estando casada, que nunca amó a
alguien tanto como a Juan Carlos y nunca estuvo con otros hombres estando con él. Es
incondicional porque cuando él enferma ella sigue queriendo estar con él y es de las pocas
personas que le escriben cuando va a vivir a Cosquín, y lo quiere a pesar de todos los obstáculos
que tiene la relación. Además también implica un alto grado de renuncia, el quererlo más que a su
vida, ya que un vez estando Juan Carlos ya muerto ella fantasea con un reencuentro tras su
muerte, pudiendo pensar que podría tener deseos de morirse para estar con él. “¿viste que
hicimos mal en preocuparnos tanto? ¿viste cómo al final juntos estamos? esa enfermedad que tú
creíste… una barrera, fue tan sólo el desvío que hoy nos uniera… tu hermana que me odiaba… hoy
ya no cuenta, tu madre despreciativa quedó alejada… y ese inmundo de Aschero ¿acaso qué
importa? todo quedó atrás… en la otra vida ¿mi marido? no era malo… nunca lo quise ¿mis hijos?
a Dios le cantan…”. (Boquitas pintadas, decimoquinta entrega, pág 102)

Al contrario, en la narración de Juan Carlos, no hay apreciaciones románticas hacía su novia ni


nada parecido, su único objetivo es la seducción “Juan Carlos pensó que Nélida era la Reina de la
Primavera 1936, la besó por segunda vez ciñéndola con fuerza y pensó en las maniobras que
infaliblemente la seducirían como habían seducido a muchas otras. Pero Juan Carlos no dejó que
sus manos descendieran más allá de la cintura de Nené. Estuvo por decirle que no era un tonto,
que solamente hacía el papel de tonto” (Boquitas pintadas, cuarta entrega, pag 31 )

El único momento donde muestra un afecto romántico hacia Nené fue cuando residía en Cosquín
y estaba aislado de su vida normal, una de las pocas personas que le envían cartas era ella y Juan
Carlos llegó a pensar proponerle casamiento. “Estuve pensando tanto en vos, y en otras cosas,
pensar que recién ahora que estoy lejos me doy cuenta de una cosa… Te lo quiero decir pero es
como si se me atrancara la mano ¿qué me pasa, rubia? ¿me dará vergüenza decir mentiras? yo no
sé si antes sentía lo mismo, a lo mejor sentía lo mismo y no me daba cuenta, porque ahora siento
que te quiero tanto.

Si pudiera tenerte más cerca, si pudiera verte entrar con el micro que llega de Córdoba, me parece
que me curarías la tos de golpe, de la alegría nomás”. (Boquitas pintadas, septima entrega, pag
48)

Parece que en ese momento Juan Carlos fuera a cambiar y a demostrarle a Nené que la ama
realmente pero en esa misma estadía en Casquín tiene un encuentro con una de las enfermeras,
mientras que a Nélida la amenaza para que no esté con nadie más.

La relación de Pancho y la Raba.

Pancho aparece en un primer momento como amigo de Juan Carlos, es este quien le aconseja que
se acerque a la Raba antes de que otros lo hagan. Pancho invita a la Raba a salir a las romerías, una
fiesta que se hacía en el pueblo, y aprovecha para acercarse a ella. En un momento un perro
intenta atacarlos y Pancho demuestra su valentía protegiéndola, queda bien a partir de esto y
convence a la Raba de que lo acompañe a la comisaría en construcción donde él trabajaba. Allí le
dice que aunque quiera o no va tener relaciones con él. Luego de un tiempo la Raba queda
embarazada y Pancho se va a otro lugar para ser policía y le pide que no cuente a nadie sobre que
él es el padre de su hijo. Cuando vuelve su hijo tiene aproximadamente un año. Ellos nunca fueron
pareja y Pancho no tenia ninguna intención con la Raba pero es ella quien se ilusiona y planea un
casamiento y una vida en familia los tres juntos. “¡claro que le va a gustar! que es igualito a él y así
nos casamos un día cualquiera, sin fiesta ¿para qué gastar tanto? así el Pancho ve que ya volví de
Buenos Aires y a la mañana después de la misa de seis no va nadie a la iglesia, por la puerta
chiquita del fondo entra el Pancho, yo, la madrina y el padrino, al señor y a la señora les pido que
sean padrinos, la niña Mabel a la mañana trabaja en la escuela” (Boquitas pintadas, undécima
entrega, pag 71).

Cuando la Raba vuelve a encontrarse a Pancho, este la ignora pero la Raba no lo ve así, “ y otro día,
cuando cobre, te compro los zapatitos ¿cierra a las siete y media la zapatería? y tu papá no me
saludó porque estaba apurado ¿se iba a la zapatería para darnos una sorpresa?” (Boquitas
pintadas, undécima entrega, pag 74). Más tarde ella lo encuentra saliendo de la habitación de
Mabel y lo asesina, pero cambian la versión para decir que fue Pancho quien la agredió.

Pancho en ningún momento muestra algún tipo de amor romántico hacia la Raba, sólo quería
estar con ella una noche pero luego quedó ligado al embarazarla. Nunca le dice que quiere ser su
novio o casarse, tampoco quería tener un hijo. Por esto es que por su parte no está presente el
amor romántico, y tampoco otro tipo de amor, desde un principio que su intención era otra
distinta relacionado a la sexual y no a lo romántico.

La Raba si muestra un amor romántico pero sin tener un fundamento, basándose en una imagen
idealizada de Pancho que ella misma se creo. Creyendo que iba a querer formar una familia con
ella, criar a su hijo juntos en una casa que él mismo iba a construir. La madre de Mabel le había
advertido que se cuidase de los hombres que quisiesen aprovecharse de ella pero cree que Pancho
es distinto. En un principio, al igual que Nené, siente ese amor incondicional y exclusivo, creyendo
toda la historia de amor que ella misma se inventa. Cuando se da cuenta que las cosas no son así y
que lo que siente no es correspondido, cae en la realidad de que Pancho nunca quiso lo mismo
que ella y lo asesina a sangre fría al verlo salir de estar con Mabel.

Es distinto el amor que siente Raba a Nené, si bien ambos se puede decir que tienen algo de
idealización por los hombres, Nené tiene cierta justificación al ser Juan Carlos su pareja y creer lo
que él le dice, pero la Raba no tiene una base, desde el principio es un amor que ella idea, ese
amor romántico si está, pero hacía una imagen de alguien que no existe.

Conclusión:
Se parte de la definición de amor romántico, que si bien el romanticismo puede ser algo subjetivo,
hay características que a lo largo del tiempo se fueron reuniendo como requisito. Con esta idea de
la busca aplicar a la obra, a las dos relaciones elegidas, la de Pancho y la Raba y la de Juan Carlos y
Nené. Se analiza cada una por parte individual, viendo cómo se aplica a cada personaje. En el caso
de Nélida y Juan Carlos se observa la presencia de el amor romántico por parte de ella y no de él,
lo mismo que sucede con Pancho y la Raba. En estas relaciones quienes lo representan son las
mujeres y no los hombres.

Bibliografía:

PUIG, M (1969) (2013) Boquitas pintadas. Argentina, Buenos Aires. Booket.

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