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Ministerio de Educación

Dirección Regional Educativa de Panamá Centro


Escuela Franco Panameña Louis Pasteur
Química 10°
Tema 1
Tema: Introducción a la química
¿Qué es la química?
Química es la ciencia que estudia la materia, cómo está compuesta, sus propiedades y
cómo se transforman sus estructuras tras sufrir diversos procesos o reacciones que afectan
sus moléculas y átomos. Cabe mencionar que materia es todo aquello que nos rodea,
compuesto por moléculas y átomos que reaccionan ante diversos cambios químicos, y
que puede relacionarse con la liberación de energía en algunos casos. Los estudios en
química se realizan en laboratorios y emplean el método científico. Esto ha permitido el
descubrimiento de diversas materias, sus composiciones, cómo se relacionan o
transforman. De allí que se hayan descubiertos elementos que resultan básicos en otros
estudios científicos.

Historia de la Química
Las raíces del origen de la Química provienen de dos grandes acontecimientos:
Las tradiciones como la metalurgia, el curtido, en la elaboración de bebidas alcohólicas
como la cerveza, en el teñido de telas, en obtención de bálsamos y perfumes. Ellas
proporcionan una comprensión práctica del conocimiento de la materia y los filósofos
de la antigua Grecia que buscaban racionalmente el origen del universo.
Tomando en cuenta estos dos aspectos podemos diferenciar los siguientes períodos de lo
que nosotros conocemos actualmente como Química.

Período antiguo
Este período comprende desde los hombres primitivos pasando por las antiguas
civilizaciones de China, India y Grecia y sus contemporáneos hasta el año 350 a.C.
Los primeros hombres que empezaron a utilizar instru-mentos se servían de la naturaleza
tal como se encontraba. Así por ejemplo las piedras, ramas de árboles o hue-sos de
animales podían constituir valiosas herramientas. Sin embargo, la naturaleza también
modificaba las cosas, como por
ejemplo la carne obtenida a través
de la caza podía empezar a oler mal
y a descomponerse, como los jugos
de frutas que con el tiempo podían
convertirse en otro tipo de bebidas.

Este tipo de alteraciones que


ocurren en la naturaleza y que van
acompañadas de un cambio
fundamental en su estructura son el
objeto de estudio de lo que hoy
llamamos Química.
Con la conquista del fuego, el
hombre aprende a extraer y a
trabajar los metales, por lo tanto, a
beneficiarse deliberadamente de algunas transformaciones que experimen-tan los
elementos con el calor. Algunos de los primeros metales utilizados por el hombre fueron
el cobre y el oro, que se encontraban seguramente en estado libre en la naturaleza, los
cuales tienen una propiedad distintiva: son maleables; es decir, pueden aplanarse y formar
láminas sin que se rompan, como ocurre con las piedras, que se pulverizan, las maderas
que se astillan y se parten.
Los hombres se dieron cuenta de que al cobre podía dotárselo de filo cortante, como el de
los instrumentos de piedra, pero su filo se mantenía por más tiempo que el de los de
piedra. Solamente la falta del cobre libre en la naturaleza impidió que su uso se extendiera.
El cobre se hizo más abundante cuando se descubrió que podría obtenerse de piedras
azuladas. El cómo se realiza-ron estos descubrimientos probablemente jamás lo
sabre-mos. Pero pudo haber ocurrido unos 4.000 años a. de C. en la península del Sinaí o
en las zonas montañosas al este de Samaria, lo que hoy es Irán. Este metal fue utilizado
en la confección de herramientas en los centros más desarrollados de la civilización. En
el tercer milenio a. de C., se descubrió que al mezclar estaño con cobre se formaba un
nuevo metal; a esta aleación (nombre que se le asigna a la unión de metales) se le llamó
bronce, y hacia el año 2000 a. de C. ya era bastante común como para ser utilizado en la
confección de armas y corazas. Con poste-rioridad a la Edad de Bronce viene otro
descubrimiento importante, un metal más duro: el hierro. Lamentablemen-te este mineral
era demasiado escaso, en un principio las únicas fuentes de hierro eran trozos de
meteoritos, que eran demasiado raros de encontrar. Además, hasta ese momento no existía
ningún procedimiento para extraerlo de las piedras, ya que se requiere un calor más
intenso para fundir el hierro que para fundir el cobre.

El secreto de la fundición del hierro fue develado en el extremo oriental de Asia Menor
alrededor del 1.500 a. de C. Los hititas, que habían levantado un imperio en esa región,
fueron los primeros en utilizarlo en la confección de herramientas. El hierro puro (hierro
forjado) no es muy duro; sin embargo, se mejoraba su dureza al mezclarlo con una
cantidad suficiente de carbón, formándose una alea-ción con este metal, que conocemos
con el nombre de acero.

Hacia el año 800 a. de C., las artes químicas se encontra-ban bastantes desarrolladas. Esto
era particularmente cier-to en Egipto, donde sobresalieron especialmente en la extracción
de los metales como el cobre, plomo, hierro, oro y plata; además, los sacerdotes estaban
muy interesa-dos en los métodos de embalsamado y conservación del cuerpo humano
después de la muerte.

Ellos no solo eran expertos metalúrgicos, sino que tam-bién trabajaban con extraordinaria
habilidad los pigmentos minerales y las infusiones vegetales. Maestros en la fa-bricación
del vidrio y la cerámica, aplicaron el proceso bioquímico de la fermentación a la
fabricación del pan y la cerveza. Debemos destacar que las prácticas de todos estos
procedimientos fueron desarrolladas como un arte y no como una ciencia.

No podemos olvidar que las prácticas de las artes químicas también se desarrollaban en
China e India, especialmen-te en el trabajo de la pirotecnia, los trabajos de las telas y
perfumes.

Grecia (650 a. de C y 380 a. de C)


Los filósofos griegos estaban más interesados en buscar una explica-ción racional al
origen del universo. Uno de los temas que desarrollaron fue el de la divisibilidad de la
materia. En el siglo V a.C., Leucipo fue el primero en poner en
duda la indivisibilidad de la materia, ya que suponía que, si la
materia se divide en infinitas partes, se iba a llegar a un punto en
que la materia sería tan pequeña que no se po-dría seguir
dividiéndose. Demócrito, discípulo del ante-rior, llamó a esta
partícula átomo. Además, supuso que los átomos de cada
elemento eran diferentes y le proporcionaba a la materia distintas
propiedades.

Durante los años 383-322 a.C., un conjunto de filósofos, y entre los cuales destaca
Aristóteles de Estagira, no aceptaba la idea atomística.
Aceptó la idea de los cuatro elementos. La idea estaba basada en la existencia de cuatro
propiedades fundamen-tales: caliente, húmedo, frío y seco. La combinación de estas
propiedades da origen a los cuatro elementos o cuer-pos simples: tierra, aire, fuego y
agua. Estableció que todas las sustancias estaban compuestas por estos cuatro elementos
en distintas proporciones.

Período de la alquimia (350 a.C-1500 d.C.)


Este período en la historia de la química, en Europa es prácticamente una “edad oscura”,
ya que el mantenimien-to y la extensión de la alquimia estuvo en manos de los árabes
durante cinco siglos. Todavía permanecen algunos términos derivados del árabe: álcali,
alambique, alcohol, garrafa, circón, nafta. El más importante alquimista fue Jabir ibn-
Hayyan, conocido en Europa después como Geber. Entre muchos aportes, destacan la
descripción del cloruro de amonio y enseñó cómo preparar albayalde (carbonato de
plomo), destiló el ácido acético a partir del vinagre.

Sin embargo, el objetivo más importante de este período fue el aporte relacionado con la
transmutación de los metales, que consistía en la pretensión de la transforma-ción de los
metales en oro. Consideraba que el mercurio era el metal por excelencia y por otra parte
el azufre po-seía la propiedad de ser combustible. Jabir creía que los metales estaban
formados por mezclas de mercurio y azu-fre; por lo tanto, solamente bastaba hallar algún
material que facilitase la combinación entre el mercurio y el azufre como también la
proporción exacta para formar oro. Esta sustancia activadora para los griegos era el
xerion, que significa “seco”. Los árabes la llamaron aliksir, y en Europa se convirtió
finalmente en “elixir”, llamada vulgar­mente “piedra filosofal”. Este poderoso elixir tenía
otras propiedades como el de curar todas las enfermedades y otorgar la inmortalidad, por
ello se le llamaba el “elixir de la vida”. Esta idea fue la que tomó forma como el período
de la iatroquímica.

Los primeros alquimistas hicieron muchas contribuciones importantes. Por ejemplo,


desarrollaron un sistema para poner símbolos a las sustancias que empleaban, y aun
cuando son muy distintos a los empleados hoy en día. éste fue el inicio de la simbología
química que utilizamos actualmente. Durante el siglo XVII, la alquimia entró en
decadencia, y en el siglo XVIII se transformó en lo que hoy conocemos como química.

Iatroquímica
Etapa histórica de la química como ciencia, cuando comenzaba a despegarse de la
alquimia y se vinculaba a la medicina. La iatroquímica apuntaba a explicar diversos
procesos fisiológicos y patológicos del organismo humano, considerando que la salud
dependía del equilibrio de supuestos fluidos corporales
Paracelso (1493-1541) es señalado como el padre de la iatroquímica. En el siglo XVI, los
postulados de este científico eran considerados vanguardistas y, aunque hoy en día ya
resultan arcaicos, aún son valorados como precursores de los conocimientos actuales de
bioquímica y farmacología, por ejemplo. Suele señalarse la iatroquímica como un eslabón
o una transición entre la alquimia (asociada al esoterismo) y la química. Dicho de otro
modo: no hubiese sido posible alcanzar un desarrollo científico de la química sin la
iatroquímica y, antes, sin la alquimia. Fue Paracelso quien sostuvo que los procesos
fisiológicos y patológicos eran causados por reacciones químicas. A partir de esta teoría,
muchos iatroquímicos apelaron a la combinación de diversas sustancias para preparar
remedios.
La iatroquímica, en este marco, recurrió al reduccionismo y trató de explicar la totalidad
de los fenómenos de la vida desde la química. Siguiendo con este razonamiento, sostenía
que las patologías podían resolverse por vía química. Puede afirmarse, en definitiva, que
la iatroquímica quedó obsoleta cuando empezaron a forjarse las prácticas médicas propias
de la era moderna. Pese a esta cuestión, se siguen valorando sus aportes históricos y su
relevancia entre mediados del siglo XVI y la mitad del siglo XVII, sobre todo en la región
de Flandes.

Como en cualquier otro campo del saber, la iatroquímica no habría existido si no hubiera
sido por las diferentes personas que dedicaron su vida a su estudio y desarrollo. Por esta
razón, a continuación repasaremos los datos biográficos de las más significativas para
esta ciencia que quedó perdida en el tiempo.Podemos comenzar por Jan Baptista van
Helmont, nacido en el año 1577 y conocido como el primero en representar la
iatroquímica. Se conoce que hizo público el gran respeto que sentía por Paracelso y de
hecho compartía con él su forma de entender los elementos metafísicos. Sostenía que el
agua y el fermento eran los dos elementos más importantes de cualquier cuerpo. Jan
Baptista también señalaba que el individuo estaba formado por tres esferas: el archeus
(una zona gris entre el mundo material y el espiritual), el alma y el espíritu. El primero se
podía ver alterado a causa de la acción de los «agentes nocivos», la cual en consecuencia
afectaba el fermento y esto se relacionaba con las enfermedades.

En 1614 nació Franz de le Boë, un científico alemán cuyo compromiso con la


iatroquímica lo ubica incluso por encima de Jan Baptista, cuyos conceptos refinó al punto
de, por ejemplo, dejar atrás la idea de archeus. Sí sostuvo la de fermentación, un proceso
que consideraba esencial en todo organismo y del cual se desprendían los ácidos y los
álcalis. Estas dos sustancias eran de gran importancia para él: nuestra salud dependía de
su equilibrio; si éste se veía perturbado, surgía la enfermedad. Un contemporáneo de
Franz de le Boë, el italiano Baglivi, quien criticó a sus antecesores por mostrarse
«especulativos e indecisos» en contraste con la medicina griega, mucho más ligada a la
razón. Robert Boyle, un irlandés que también se dedicó a la física y a la teología, formuló
la ley que lleva su apellido y se lo considera el primero en desarrollar la química moderna,
aunque sus raíces se encontrasen de manera inevitable en la iatroquímica. Una de sus
obras, El químico escéptico, propone la existencia de átomos como base de la materia y
que éstos se mueven y pueden colisionar, desencadenando los varios fenómenos que
advertimos por medio de la observación.

Flogisto (1650-1774)
A partir de 1650, época en que comenzó a aplicarse el fuego en las máquinas de vapor,
también llevó a los hombres a prestar mayor interés por este fenómeno y sus posibles
nuevas aplicaciones. Dentro de este ámbito, los químicos comenzaron a preocuparse más
a fondo del tema de la combustión. Según las concepciones griegas, todo lo que arde
contiene en sí el fuego, que bajos ciertas condiciones es capaz de liberarse.

Para explicar este fenómeno, Georg Ernest Stahl propone una teoría para la inflamabilidad
de los cuerpos que él llamó flogisto (“hacer arder”). La propuesta fundamentada por Stahl
consistía en que todos los cuerpos combus-tibles perdían algo cuando ardían: el flogisto;
al mismo tiempo quedaba un residuo, conocido como ceniza o “cal” (actualmente óxido),
que carecía de flogisto y que por lo tanto no podía seguir ardiendo.

Asi mismo la teoría del flogisto era aplicable también, se-gún Stahl, al enmohecimiento
de los metales, que para él era equivalente a la combustión de la madera; afirmó que los
metales contenían flogisto, pero no cuando esta-ban enmohecidos. Esta idea era
importante porque permitió proponer una explicación a la conversión de algunos
minerales en metal. Según los flogisistas, cuando un mineral se calienta con una sustancia
muy rica en flogisto, como es el caso del carbón vegetal, éste pasa desde el carbón al
mineral, transformando el carbón en cenizas (cal), sustancia pobre en flogisto, mientras
que con el mineral pasa todo lo contrario.

Existía no obstante un fenómeno que Stahl ni sus discí-pulos pudieron resolver. Como
hemos analizado los cuer-pos que arden, como la madera o el papel, parecían con-sumirse
en gran parte al entrar en combustión, quedando un residuo (cenizas) que era mucho más
ligera que el cuer-po original. Esta situación es coherente con la explica-ción de la
liberación del flogisto. Sin embargo, cuando los metales se enmohecían también liberaban
flogisto, pero al enmohecerse el metal éste aumentaba de masa. Esta contradicción y este
problema sin resolver no parecía tan importante en aquella época, ya que los químicos de
entonces no les daban importancia a las mediciones con precisión. Por lo tanto, las
variaciones de las masas se podían obviar. Después de casi cien años la teoría del flogisto
fue perdiendo fuerza y credibilidad. Uno de los hechos significativos fue el
descubrimiento del dióxido de carbono por parte de Joseph Black.

Período Moderno (1774 a nuestros días)


La química moderna se inició con la investigación de los gases sometidos al vacío y
diversas presiones, realizadas por Torricelli, Blaise Pascal, Robert Boyle en el siglo
XVIII.

En 1772, un noble francés llamado Antoine Laurent Lavoisier


(1774-1794) empezó a experimentar con la com-bustión e introduce
la balanza para determinar las masas de las sustancias antes y
después del proceso. Lavoisier rechazó la teoría del flogisto y
propuso en su lugar que cuando una sustancia se quema se asocia al
oxígeno del aire. Además, introduce en la química moder-na la
medición cuantitativa y no solo cualitativa a la experimentación. En
1789, Lavoisier publicó su “Traité élémentaire de chimie”, que fue
el primer texto de química moderna. En él se in-cluía una lista de
todos los elementos, o mejor dicho, de todas las sustancias que él
consideraba elementos. Cabe hacer notar que de las treinta y tres
sustancias nombra-das sólo dos estaban totalmente equivocadas.
Estas eran la “luz” y lo “calórico” que, como quedó en evidencia
más tarde, no eran sustancias, sino formas de energía. De los treinta
y uno elementos restantes, algunos eran ver-daderos elementos y otros en cambio eran
compuestos que podían descomponerse en sustancias más simples. En el mismo año que
se publicó su libro triunfó la Revo-lución Francesa, degenerando rápidamente en feroces
excesos de terror. Lavoisier por desgracia fue una de las víctimas de la guillotina. Así en
1794 dejó de existir uno de los más grandes químicos que haya existido. Por todas estas
contribuciones al desarrollo de la ciencia es recordado actual y universalmente como el
“padre de la química”.

El método científico
La química, al igual que otras ciencias como la física y la biología usan métodos
empíricos o experimentales para comprender de mejor manera algunos fenómenos que
ocurren en la naturaleza. Esto nos parece una práctica lógica e indispensable hoy día. Pero
antes del siglo XVII, no era un proceso habitual. Aunque ante un mismo problema los
científicos pueden analizar una situación desde distintos puntos de vista, lo hacen
siguiendo algunas pautas comunes que ha adquiri-do el nombre de “método científico”.
Este método es un enfoque general que se puede resumir en el siguiente esquema.
Método Científico

Método Científico

Este proceso es muy dinámico, ya que permite plantear nuevas hipótesis. Si la


experimentación no comprueba la plantea-da, se parte desde un principio haciendo otra
serie de observaciones que llevaran al planteamiento de nuevas hipótesis, como asimismo
se pueden realizar nuevos diseños experimentales hasta comprobar las hipótesis
planteadas. Las hipótesis que resisten las pruebas experimentales y demuestran ser útiles
para explicar y predecir un comportamiento, reciben el nombre de teorías.

Ramas de la química
La química es una ciencia que abarca gran cantidad de áreas de estudio que han generado
diferentes ramas o clasificaciones de los estudios de química.

Química orgánica
La química orgánica es una de las principales ramas de la química, desde la cual se
estudian los elementos y compuestos químicos que contienen el carbono (enlaces
carbono-carbono o carbono-hidrógeno). Algunos ejemplos de estas sustancias son el
metano (CH4) y el ácido acético (CH3COOH). Entre otras utilidades, la química orgánica
permite el estudio y análisis de las bases moleculares de los seres vivos.

Química inorgánica
La química inorgánica también es una de las ramas más importantes, ya que estudia los
elementos y compuestos químicos que no poseen enlaces carbono-hidrógeno, así como
los ácidos y las bases. Algunos ejemplos de estas sustancias son el agua (H2O) y el óxido
férrico (Fe2O3).

Bioquímica
Estudia la composición, la interacción y las reacciones químicas a nivel molecular de los
seres vivos, por tanto, se trata de estudios que se centran en comprender cómo funcionan
los organismos. Esta rama está asociada con los estudios de la genética y la biología
molecular.

Química analítica
Rama de la química que estudia la composición química de un material o muestra,
mediante diferentes métodos químicos y/o fisicoquímicos. Puede ser cuantitativa y/o
cualitativa. La química analítica es ampliamente aplicada en los procesos de control de
calidad en las industrias.

Fisicoquímica
Es la rama de la química que estudia la materia tomando en cuenta tanto sus propiedades
físicas y como químicas, lo que posibilita establecer modelos y/o teorías de estudio.

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