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VIVENCIAL

Biblioteca Nacional del Perú


Lima, San Borja
Franco Vella - Oficina de Arquitectos

La experiencia de la Biblioteca Nacional del Perú (San Bor-


ja) se puede expresar desde su llegada, y como es que la esca-
la de ciudad te relaciona experimentalmente con el edificio,
el edificio está situado inteligentemente en un sector inme-
diato con el actual Ministerio de Cultura, Centro de Conven-
ciones de Lima, Teatro Nacional y Banco de la Nación, en
donde casi todos estos edificios contienen una calidad arqui-
tectónica importante desde distintas épocas, esto explica-
do desde una lectura arquitectónica, sin embargo, el usuario
o ciudadano común lo mirará desde un conjunto de edificios
con volúmenes simpáticos, y como se forman los atrios que
son espacios que se le regala a la ciudad por la Av. Javier Prado.

Desde esta situación, el ingreso es por la Av. De la Poesía, en


donde no me parece una avenida importante o en donde la en-
trada nos diga mucho desde esta experiencia, es como que, si la
monumentalidad o tamaño de la pieza se reduce o tensiona en
la avenida menos importante, por otro lado, ese intervalo en-
tre el ingreso al edificio en sí, se siente cómodo, desde que le
da un respiro a esa relación con la escala de las manzanas co-
lindantes, en este caso manzana de viviendas. En este recibidor
que tiene la Biblioteca me parece interesante, un gran espacio
a doble altura en donde uno puede relacionarse con las demás
personas que puedan ingresar, o para pedir información, u otra
actividad, cabe mencionar la sala de exhibición q se encuen-
tra antes no expresa mayor experiencia desde su arquitectura.
Describiendo la vivencialidad desde la Biblioteca, estando en este hall o
recibidor, como espacio es interesante desde su función, pueden suceder
actividades, pero entre este espacio y los libros, y los ambientes de lectura;
desde mi perspectiva, se ven aislados, y me viene a la cabeza una Biblioteca
de otra envergadura quizás, que es la Biblioteca de Vasconcelos hecho por
los arquitectos Alberto Kalach y Juan Palomar en México y pues, se ve una
relación o una inmediatez desde la interacción de los libros con los lecto-
res, entre distintos ambiente y los usuarios unos espacios mejor pensados.

Esto me da a pensar que a pesar de que formalmente en su exterior la


pieza arquitectónica es alucinante y se puede dar la incógnita de des-
cubrir el espacio interior, la experiencia dentro de, no es de la mis-
ma magnitud en la que se lee el edificio, puesto que hay una des-
conexión total desde el espacio que hace circular, es decir desde el
espacio servidor hacia los espacios servidos, libreros, sala de exhibición.

Y esta poca relación desde los espacios de lectura con el usuario se magnifi-
ca desde que las aulas, o espacios para leer o realizar trabajos académicos,
parecen aulas, como mencioné adrede, porque son espacios sin ninguna
cuidado en lo innovador o en lo diferente, que puede ser mejor o peor,
pero es una postura interesante desde mi perspectiva, como por ejemplo,
la Biblioteca que se desarrolla en un Teatro en Argentina, quizás este fuera
de contexto, pero es ahí donde la curiosidad y la expresión de la arquitec-
tura nos permite una mayor relación social y cultural entre los usuarios.

Por todo esto explicado, me parece que desde la importancia que tie-
ne la Biblioteca Nacional del Perú, es una experiencia en la que no hay
mucho que decir desde la grandeza, desde la innovación, hablando de
nuevas experiencias, de dejarnos con la boca abierta en cada cami-
nar dentro del edificio, como mencioné desde su sitio es interesante,
es como si su belleza y su mayor expresión hubiese sido regalada sola-
mente a la ciudad desde lo que se puede experimentar por fuera, por
dentro, es una biblioteca más, resuelta de una manera decente y co-
herente, pero como diría un profesor mía, falta de alma, de asombro,
pero en donde quizás sea lo más arraigado a poder disfrutar de un libro
pensando en el libro y no en la experiencia tridimensional del edificio.

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