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MEDITACIÓN A LA QUINTA ESTACIÓN Y SEXTA ESTACIÓN

Para reflexionar sobre la quinta estación es importante preguntarnos ¿Qué es lo que le


importaba a Poncio Pilato?, hacer lo correcto o actuar de acuerdo a sus intereses personales o
políticos.

Pilato tampoco estaba interesado en la verdad. Se aleja de Jesús exclamando: «¿Qué es la


verdad?». Hoy no es infrecuente esa indiferencia a la verdad. La gente a menudo se preocupa
de aquello que procura una satisfacción inmediata. Se contentan con respuestas superficiales.
No se toman decisiones sobre la base de principios de integridad, sino de consideraciones
oportunistas.

Al no elegir por opciones moralmente responsables, se dañan los intereses vitales de la


persona humana y de la familia. Oremos para que los «conceptos espirituales y éticos»,
contenidos en la Palabra de Dios, inspiren las normas de vida de la sociedad en nuestros
tiempos.

La sexta estación nos habla sobre la inhumanidad que alcanza nuevas cumbres. Jesús es
flagelado y coronado de espinas. La historia está llena de odio y de guerras. También hoy
somos testigos de violencias más allá de lo creíble: homicidios, violencias sobre mujeres y
niños, raptos, extorsiones, conflictos étnicos, violencia urbana, torturas físicas y mentales y
violaciones de los derechos humanos.

Jesús sigue sufriendo cuando los creyentes son perseguidos, cuando la justicia se administra de
modo torcido en los tribunales, cuando se arraiga la corrupción, las estructuras injustas
machacan a los pobres, las minorías son suprimidas, los refugiados y emigrantes son
maltratados. Jesús es despojado de sus vestidos cuando la persona humana es deshonrada en
las pantallas, cuando las mujeres son obligadas a humillarse, cuando los niños de los barrios
pobres dan vueltas por las calles recogiendo desperdicios.

¿Quiénes son los culpables? No apuntemos con el dedo a los demás, pues también nosotros
podemos haber tenido nuestra parte en estas formas de inhumanidad.

PETICIONES

 Por todos nuestros hermanos cristianos perseguidos y necesitados, para que el


Santísimo Cristo de la Vera Cruz les fortalezca en la fe, especialmente en las
dificultades y para que sigan siendo testimonio vivo del Evangelio. (Roguemos al señor
– Te lo pedimos señor)
 Por todos nuestros hermanos enfermos, aquellos que están sufriendo el dolor de una
enfermedad, para que el Señor les regale el don de la salud, pase su mano sanadora
por su cuerpo y recobren pronto esa salud perdida. (Roguemos al señor – Te lo
pedimos señor)
 Por la Iglesia católica en su labor fundamental de sostener a sus hijos y dar a conocer
el Evangelio en todos los rincones del mundo. (Roguemos al señor – Te lo pedimos
señor)

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