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Proceso de Reorganización Nacional

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Recuperación de la democracia y globalización
Kirchnerismo y macrismo
El Proceso de Reorganización Nacionala (PRN)12 o simplemente el «Proceso»b fue una
dictadura cívico-militar que gobernó a la República Argentina entre el golpe de
Estado del 24 de marzo de 1976 y la entrega incondicional del poder a un gobierno
constitucional el 10 de diciembre de 1983. Adoptó la forma de un Estado
burocrático-autoritario y se caracterizó por establecer un "plan sistemático" de
terrorismo de Estado y desaparición de personas.c5

Se inició con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 ejecutado por las Fuerzas
Armadas y sectores civiles, principalmente del empresariado y la Iglesia Católica.
El golpe derrocó a todas las autoridades constitucionales, nacionales y
provinciales, incluyendo a la presidenta María Estela Martínez, imponiendo en su
lugar una Junta Militar integrada por los tres comandantes de las Fuerzas Armadas,
que dictó varias normas de jerarquía supraconstitucional y nombró a un funcionario
militar con la suma de los poderes ejecutivo y legislativo, de la Nación y las
provincias, que recibió el título de "presidente", y cinco funcionarios civiles que
ocuparon la Corte Suprema.

Los objetivos declarados del Proceso de Reorganización Nacional fueron combatir la


"corrupción", la "demagogia" y la "subversión", y ubicar a la Argentina en el
"mundo occidental y cristiano".6 Estableció un nuevo modelo económico-social
siguiendo los lineamientos ideológicos del llamado neoliberalismo,7 recién surgido,
impuesto mediante una política de violación sistemática de los derechos humanos, en
línea con la Doctrina de la Seguridad Nacional elaborada por Estados Unidos,
articulado continentalmente mediante el Plan Cóndor, dirigida contra un sector de
la población acusada de ser "peronista", "populista", "zurda", "izquierdista" o
"subversiva". La dictadura produjo miles de desapariciones, asesinatos, torturas,
violaciones, apropiación de menores, exilios forzosos, etc, que ha sido
judicialmente calificado como genocidio.8 Contó con el apoyo o la tolerancia de los
principales medios de comunicación privados y grupos económicos, la Iglesia
católica y la mayor parte de los países democráticos del mundo.

El 10 de diciembre de 1983, la dictadura, debilitada tras la derrota en la guerra


de las Malvinas contra el Reino Unido, sucedida un año y medio antes, se vio
obligada a entregar el poder sin condiciones a un gobierno elegido libremente por
la ciudadanía. Ese día, que luego sería oficialmente establecido como Día de la
Restauración de la Democracia, asumió sus funciones el presidente Raúl Alfonsín,
las dos cámaras del Congreso de la Nación, los gobernadores y legislaturas de las
22 provincias que existían en ese momento y las autoridades municipales
democráticas. La Corte Suprema dictatorial había cesado dos días antes, mientras
que la nueva Corte Suprema designada por el presidente Alfonsín con acuerdo del
Senado, asumió el 23 de diciembre.9

Índice
1 Golpe de Estado
1.1 Antecedentes
1.2 Ejecución
2 Conducción
2.1 Gabinete nacional
2.2 Autoridades provinciales
2.3 Autoridades militares
3 Terrorismo de Estado
3.1 Encarnizamiento contra las minorías
3.2 Secuestro de niños
3.3 Detenidos-desaparecidos
4 Política económica
4.1 Gobierno de Videla
4.1.1 Industria y agricultura
4.1.2 Reforma financiera y «la tablita» de depreciación programada
4.2 Gobierno de Viola
4.3 Gobierno de Galtieri
4.4 Gobierno de Bignone
4.5 Consecuencias
4.5.1 Endeudamiento externo
5 Participación del Plan Cóndor
6 Relaciones internacionales
6.1 Conflicto con Chile
7 Corrupción
8 Política educativa
9 Política cultural
9.1 Quema de libros
9.2 El concepto de «subversión»
9.3 Actos de censura y espionaje
10 Resistencia
10.1 Madres y abuelas de los desaparecidos
10.2 Periodistas
10.3 Juventudes políticas
11 Guerra de las Malvinas
12 Fin del Proceso y consecuencias
12.1 Día Nacional de la Memoria
12.2 Crímenes de lesa humanidad y genocidio
13 Véase también
14 Notas y referencias
14.1 Referencias
14.2 Fuentes
15 Enlaces externos
Golpe de Estado
Antecedentes
La participación de empresarios civiles y de algunos medios de comunicación en los
grupos golpistas de la sociedad argentina también es muy anterior a 1976. Celedonio
Pereda de la Sociedad Rural Argentina denunciaba al gobierno constitucional como
«sovietizante»; Juan Alemann proponía imponer una política de desaparición de
personas desde las páginas del Argentinisches Tageblatt y José Alfredo Martínez de
Hoz colaboró con las fuerzas paramilitares cuando instalaron un centro clandestino
de detención en la empresa Acindar, donde fueron torturados y asesinados varios
militantes sindicales, durante el Operativo Serpiente Colorada del Paraná. Por su
parte, la Santa Sede había designado poco antes como nuncio en Argentina a un
miembro de la logia anticomunista Propaganda Due, Pío Laghi, a la que también
pertenecía el almirante Emilio Eduardo Massera, comandante general de la Armada
Argentina y una de las cabezas de los golpistas. La organización parapolicial
Triple A creada en 1973, siguió operando y tejiendo lazos con los sectores que
preparaban el golpe de Estado; muchos de sus miembros fueron designados por la
dictadura en posiciones estratégicas en la represión.

En mayo de 1975 el general de brigada Jorge Rafael Videla pergeñó una maniobra que
provocó el reemplazo del comandante general del Ejército Argentino Leandro Anaya
por el teniente general Alberto Numa Laplane.10 Laplane duró en su cargo apenas
cien días, lapso durante el cual según la investigadora María Seoane, el dúo
Videla-Viola «conformaría el estado mayor golpista». Tres meses después, Videla
desplazaría a Numa Laplane, mediante un putsch, con el visto bueno de la Embajada
de Estados Unidos.11 Videla pertenecía al sector militar colorado —antiperonista— y
al «profesionalismo prescindente», a diferencia de Laplane que pertenecía al sector
«profesionalista integrado». Los profesionalistas integrados —Carcagno, Anaya y
Laplane— sostenían que las Fuerzas Armadas debían integrarse al orden institucional
bajo las órdenes del poder político. Los profesionalistas prescindentes sostenían
que las Fuerzas Armadas debían mantenerse completamente ajenos a los vaivenes de la
vida política y preservarse como «último baluarte de la Nación».12 Por su parte, el
gobernador de la provincia de Buenos Aires, el sindicalista ortodoxo Victorio
Calabró, de excelentes relaciones con el dúo Videla-Viola, decidió abrir un «bloque
antiverticalista» para enfrentarse a Isabel Perón y operar para promover su
caída.13

En septiembre, la presidenta pidió licencia por razones de salud y el senador Ítalo


Luder asumió la presidencia provisional.14 Luder reforzó el poder de los militares
y sancionó a su pedido, los tres decretos que extendían a todo el país la orden de
«aniquilar» el accionar guerrillero: creaba un Consejo Nacional de Defensa
controlado por las Fuerzas Armadas, y ponía a las policías nacionales y
provinciales a órdenes de aquellas.15 Una de las primeras decisiones del Ejército
fue militarizar el país en cinco zonas, dentro de las cuales cada comandante de
cuerpo tenía autonomía para ordenar las acciones represivas que considerara
necesarias, entre ellas el establecimiento de centros clandestinos de detención y
tortura.11 Luder anunció también que se adelantarían las elecciones previstas para
marzo de 1977, las cuales se celebrarían en la segunda mitad de 1976.14 En una
reunión de los altos mandos del Ejército dirigida por el entonces comandante
general del Ejército Jorge Rafael Videla, con participación de asesores militares
franceses y estadounidenses, se aprobó en secreto la Estrategia Nacional
Contrainsurgente, ordenando prescindir de los procedimientos y garantías del Estado
de derecho y realizar las acciones represivas de manera clandestina y sin
reconocimiento por parte de las autoridades estatales.16 Poco después, el 23 de
octubre de 1975, en la XI Conferencia de Ejércitos Americanos realizada en
Montevideo, Videla declaró públicamente: «Si es preciso, en la Argentina deberán
morir todas las personas necesarias para lograr la paz del país.»17 Poco antes de
morir ya anciano y con serios problemas de salud, en los de veinte días de su
muerte, Perón pensó en encontrar fórmulas para que el líder radical Ricardo Balbín,
pudiera ser investido presidente.
En octubre, Isabel Perón volvió a hacerse cargo de la presidencia, entorpeciendo la
bordaberrización (dictadura con presidente civil) a que estaba llevando la gestión
de Luder. Isabel estaba decidida a no renunciar, ni permitir que la desalojaran
mediante un juicio político, aferrándose estrictamente a la legalidad
constitucional, en un contexto nacional e internacional en el que los respaldos que
podía recibir el gobierno eran cada vez más escasos. La excelente relación de Perón
con el radicalismo balbinista se había esfumado,14 y los principales periódicos
comenzaron a anunciar —e incluso exigir— que las Fuerzas Armadas tomaran nuevamente
el poder.18

A fines de 1975, el gobierno anunció el adelanto de las elecciones presidenciales


para octubre de 1976.1920 Conscientes de que el golpe de Estado estaba en plena
preparación, los legisladores peronistas se dividieron en dos sectores: los
verticalistas sostenían que la única posibilidad de llegar a las elecciones de
octubre, era respetar la institucionalidad que representaba Isabel Perón, mientras
que otro sector, liderado por Luder, era partidario de la renuncia de la presidenta
y su reemplazo por un civil —el propio Luder— o un militar retirado con apoyo
militar. [cita requerida]Un sector del radicalismo liderado por Fernando de la Rúa,
era partidario remover a la presidenta Isabel Martínez de Perón mediante un juicio
político, que fue rechazado en bloque por la bancada justicialista mayoritaria. En
diciembre de 1975 figuras del lópezrreguismo, se separaron de su bloque y el
Partido Justicialista perdió la mayoría pues pasó de 142 diputados a tener 102
contra 129 que sumaban la oposición y los antiverticalistas quedando otros 12 en
posiciones independientes.212213 Años después Videla relató un encuentro en el que
Ricardo Balbín le pidió que las Fuerzas Armadas perpetraran el golpe de Estado
«cuanto antes» y afirmó que el entonces líder radical Ricardo Balbín le pidió, en
un encuentro a solas, que derrocara al gobierno constitucional.23 45 días antes del
golpe del 24 de marzo, Balbín lo invitó a una reunión privada en la casa de un
amigo en común y finalmente preguntó si iban a dar el golpe o no.24 Videla afirmó
que el líder radical le habría pedido que terminaran «cuanto antes» con el gobierno
de Martínez de Perón.25 Con posterioridad al golpe, Balbín haría público el apoyo
de la UCR a la dictadura en estos términos:

Recibimos con satisfacción que las Fuerzas Armadas en el poder hayan ratificado su
voluntad de arribar a un proceso democrático y republicano, que no hayan definido
otros enemigos que los responsables de deshonestidades administrativas y de la
quiebra moral y los que se han marginado voluntariamente del proceso, recurriendo a
la subversión y al terrorismo, y que hayan reconocido la necesidad de los partidos
políticos
Ricardo Balbín, abril de 1976.25
Asimismo se ha señalado el apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos
al golpe, dos días después de producido el golpe militar del 24 de marzo de 1976,
el entonces secretario de EE. UU. Henry Kissinger, ordenó «alentar» la dictadura y
ofrecerle apoyo financiero. Días antes Kissinger al ser informado de que se
produciría un golpe de Estado, afirmó que quería impulsarlos. En tanto el embajador
norteamericano A. Hill, calificó al golpe como «más civilizado de la historia del
país».26

El pedido de intervención militar era tan visible que, desde la oposición admitían
las reuniones con uniformados, entre ellos el senador radical Eduardo Angeloz
decía: «Debo confesar que en el día de hoy he golpeado las puertas […] de la
Policía Federal, la de algunos hombres del ejército, y el silencio es toda la
respuesta que he encontrado», admitía el senador Eduardo Angeloz, a catorce días
del 24 de marzo.27 Días antes del golpe un grupo de representantes de entidades
judías se reunieron en la sede de la DAIA junto a Videla y Massera donde fueron
prevenidos de los planes de ejecutar el golpe esa misma semana, tras lo cual los
líderes de la comunidad comprometieron su apoyo al mismo a cambio de un crédito
especial para reformar la sede de Pasteur 633, el que sería otorgado dos días
después del golpe. Durante el proceso las instituciones de la comunidad se
mantuvieron en silencio, mostrando la entidad un desprecio hacia los familiares de
las víctimas que acudían a pedirles ayuda para encontrar a sus hijos. Pese a cierto
carácter antisemita de la dictadura esta mantuvo fuertes lazos con la dirigencia de
la comunidad, en especial con la DAIA, donde Videla era invitado habitual a los
brindis de Rosh Hashaná y la dictadura mantuvo estrechos lazos con el Estado de
Israel, convirtiéndose junto a EE. UU. en uno de los principales aliados
internacionales del régimen. A partir de 1977 se estrechan vínculos junto con la
irrupción del Mossad dentro de la SIDE.28En 1977 la asociación judía DAIA con el
objetivo de donar su primera edición al almirante Emilio Massera encargó al
escritor Marcos Aguinis un libro especial.2930 Gracias a sus vínculos con el
almirante Massera parte de la dirigencia de la DAIA bajo la coordinación de Marcos
Aguinis, reconocido escritor de la comunidad, participaría activamente en el diario
Convicción, matutino porteño que llegó a tirar 20 mil ejemplares diarios y hasta 40
mil en tiempos de la Guerra de Malvinas actuara como respaldo político a los planes
de Massera, tanto el diario como varios de sus editores entre ellos Aguinis
quedarían cuestionados en democracia por el desvío de fondos públicos que debían
ser destinados a la alimentación de conscriptos en plena guerra para sostener dicho
diario.31 El periodista Jacobo Timerman, quien después de haber sido secuestrado y
torturado acusó a la DAIA y sus directivos de complicidad con la dictadura y haber
actuado como los Jüdenrat durante el nazismo.

El historiador De Riz describió la situación como una crisis de autoridad del


estado que hacía prever el desplazamiento de la presidenta, quien trató de ganar
tiempo adelantando la fecha de las elecciones;32 otros historiadores describen la
situación señalando la instalación de dictaduras en toda la región en el marco de
la Guerra Fría, y el avance del grupo golpista en Argentina, apoyado por Estados
Unidos, la logia anticomunista Propaganda Due a la que pertenecía el almirante
Massera, así como importantes sectores del empresariado y la Iglesia Católica.3311
34 Para entonces, la Argentina era el único país del Cono Sur que mantenía un
régimen democrático, en tanto que todos los países vecinos estaban gobernados por
dictaduras militares (Banzer en Bolivia, Geisel en Brasil, Augusto Pinochet en
Chile, Stroessner en Paraguay y Bordaberry en Uruguay), sostenidas por Estados
Unidos en el contexto de la Doctrina de la Seguridad Nacional.

El 18 de diciembre, el brigadier Jesús Cappellini, militar leal a Videla, lideró un


ensayo de golpe de Estado, con el fin de hacer caer al comandante general de la
Fuerza Aérea, brigadier general Héctor Fautario, último de los mandos militares que
no aceptaba formar parte del grupo golpista y «último sostén» militar del gobierno
constitucional.35 La caída de Fautario y su reemplazo por Agosti, terminó de
conformar la cúpula golpista.36 en agosto de 1975, con el respaldo del sindicalismo
peronista, asumió la cartera económica Antonio Cafiero y pone en práctica una
política heterodoxa y keynesiana, que logra disminuir hacia fines de 1975 la tasa
de inflación al 9% mensual en noviembre de 1975. Sin embargo, la oposición de las
cámaras empresarias implementaron medidas de lock-out que hacia fines de enero de
1976 comenzaron a desabastecer al país, logrando esa fuerte presión empresarial que
la viuda de Perón. El líder radical Ricardo Balbín, máximo líder opositor, tuvo un
encuentro 45 días antes del golpe con Jorge Rafael Videla instándolo a dar un golpe
de Estado.37 Días antes del golpe de Estado, tuvo al menos una reunión con el
general Rafael Videla y luego con el general José Rogelio Villarreal, encargado de
reunirse con los principales dirigentes políticos. Posteriormente parte de los
participantes de estas reuniones se integraron a la Secretaría General de la
Presidencia durante el régimen de Videla, al mando del general Villarreal: Raúl
Castro Olivera, Victorio Sánchez Junoy, Virgilio Loiácono, José María Lladós,
Francisco Mezzadri, Ricardo Yofre, Juan Carlos Paulucci Malvis y el
constitucionalista Félix Loñ.

En 2017 se divulgarían cables secretos que demostraban que Washington apoyó


firmemente la dictadura militar a la que consideraba la mejor opción ante «el clima
de incertidumbre que amenaza a sus intereses en el país». El documento filtrado del
Departamento de Estado de EE. UU. días después de que se conociera que Perón había
sido ingresado de urgencia por un edema pulmonar, señalaba que «debemos esforzarnos
por mantener un estrecho vínculo con los líderes militares clave, en tanto
representan una de las pocas alternativas viables a los peronistas». Henry
Kissinger, nombrado jefe del Servicio Exterior estadounidense encargó la
elaboración de un «documento de contingencia» para que circulase entre las
distintas agencias de EE. UU. en el que enfatizaba que «cualquier intervención en
casi cualquier aspecto de la política interior de Argentina requiere que Estados
Unidos actúe con la mayor discreción y sensibilidad».38

En los diez meses que transcurrieron entre mayo de 1975, cuando Rodrigo anunció su
plan económico, y marzo de 1976, cuando asumió la dictadura militar, la inflación
fue del 481% (casi un 50% mensual).39

Desde mediados de 1975, una delegación de empresarios liderada por José Alfredo
Martínez de Hoz, presidente del Consejo Empresario Argentino se entrevistaba en
secreto con el entonces general Jorge Rafael Videla, comandante en jefe del
ejército, para expresarle la preocupación de los grandes grupos económicos porque
«se estaba impidiendo la libertad de trabajo, la producción y la productividad» y
solicitarle a las Fuerzas Armadas que aseguraran «el imperio del orden sobre todas
las cosas».40 Desde ese momento, las reuniones entre empresarios y militares se
hicieron frecuentes, con la destacada mediación de Jaime Perriaux, director de
empresas como La Vascongada y Citroën. La última de esas reuniones se realizó con
el entonces almirante Eduardo Massera, comandante en jefe de la Armada.40Después
del 24 de marzo de 1976, las organizaciones empresariales comprometidas con el
golpe pasaron a formar parte del área económica del nuevo gobierno cívico-militar.
El Consejo Empresario Argentino, en la persona de su presidente, Martínez de Hoz,
recibió el Ministerio de Economía. La Secretaría de Ganadería le correspondió a la
Sociedad Rural Argentina, representada por Jorge Zorreguieta. El Banco Central le
fue entregado a la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba),
representado por Adolfo Diz. Como secretario de Programación y Coordinación
Económica fue nombrado Guillermo Walter Klein, de la Cámara Argentina de
Comercio.41

En octubre de 1975, los militares y empresarios golpistas comenzaron a reunirse con


la jerarquía de la Iglesia católica que se comprometieron a no oponerse.42
Asimismo, los militares consideraban que los partidos políticos como la Unión
Cívica Radical, el Partido Federal y Partido Justicialista no opondrían resistencia
significativa al golpe de Estado.40

En noviembre, el Partido Justicialista expulsó al gobernador antiverticalista


Calabró y en diciembre la presidenta elaboró un decreto para intervenir la
provincia de Buenos Aires.1343 La intención de intervenir la provincia de Buenos
Aires y la remoción de Calabró, fue tomada por los tres comandantes, como una
declaración de guerra. El 29 de diciembre, el triunvirato golpista envió al vicario
castrene monseñor Adolfo Tortolo, para comunicarle a la presidenta la intimación a
renunciar, dejándole claro que se trataba de una exigencia innegociable.43 Isabel
se reunió entonces con los tres comandantes el 5 de enero de 1976, quienes en una
reunión extremadamente violenta le exigieron la renuncia personalmente. Isabel se
negó a renunciar, ratificó la necesidad de preservar la institucionalidad
constitucional hasta las elecciones presidenciales que deberían realizarse en
octubre y buscó la protección de la Santa Sede, recurriendo al nuncio Pío Laghi,
miembro al igual que Massera de la logia Propaganda Due. Pero el nuncio se
entrevistó a su vez con el embajador de Estados Unidos, Robert Hill, uno de los
principales apoyos del dúo Videla-Viola, y la eventual mediación de la Santa Sede
quedó en la nada. De este modo, en aquella reunión entre la presidenta y los tres
comandantes, quedó definida la suerte del gobierno constitucional. A Isabel solo le
quedaba el poder de no convalidar con sus actos personales, el golpe y la
catástrofe humanitaria que causaría, ya evidente para todos los observadores.
En enero de 1976, María Estela Martínez de Perón reorganizó su gabinete y se
desprendió de sindicalistas y políticos moderados. Los sindicalistas, que en ese
momento estaban divididos entre los leales a la Presidenta —liderados por Lorenzo
Miguel— y aquellos que querían su alejamiento, optaron por tomar una actitud pasiva
pues no querían oponérsele en un momento en que veían inevitable su
derrocamiento.44 45 Los llegados al gabinete propusieron a los militares la
disolución de ambas Cámaras del Congreso de la Nación y la «bordaberrización» del
Poder Ejecutivo similar a la ocurrida en Uruguay el 27 de junio de 1973 pero las
Fuerzas Armadas no lo aceptaron.46En el Congreso los legisladores verticalistas
bloqueaban las propuestas de sus colegas «institucionalistas» y de la oposición
tendientes a desplazar legalmente a la Presidenta.47.

En febrero de 1976 el entonces general Roberto Eduardo Viola elaboró el plan de


operaciones del golpe.48 El plan contemplaba la necesidad de «encubrir» como
«acciones antisubversivas», la detención clandestina de activistas y opositores,
desde la noche misma del golpe.40

El 9 de febrero el periodista político más conocido del país, Bernardo Neustadt,


cerró su programa Tiempo Nuevo mirando fijamente a la cámara y exigiéndole la
renuncia a la presidenta:

Señora, ¿por qué no se hace un favor a usted misma y nos lo hace a todos?
¡Libérese! ¡Deje la presidencia para que asuma alguien más capacitado!
Bernardo Neustadt49
El 17 de febrero el jefe de los servicios de inteligencia, el general Otto
Paladino, volvió a presionar a Isabel para que renunciase, con el argumento de que
en caso contrario va a «correr mucha sangre». Isabel le transmitió entonces a su
ministro de Defensa, la razón de su postura:

Vea doctor, yo no renuncio ni aunque me fusilen. Porque renunciar acá sería


convalidar lo que va a venir después.
María Estela Martínez de Perón50
Los golpistas tomaron el poder en un contexto de violencia creciente, caracterizado
por acciones de terrorismo de Estado llevadas adelante por las Fuerzas Armadas y el
grupo parapolicial Triple A y la actuación de organizaciones guerrilleras como
Montoneros cuyo líder, Mario Firmenich, dijo que «no hicieron nada para
impedirlo».51 Firmenich dijo sobre ello: «No hicimos nada por impedirlo porque, en
suma, también el golpe formaba parte de la lucha interna en el movimiento
Peronista»51 (de tendencia peronista) y el ERP (de orientación marxista-
guevarista).[cita requerida] A comienzos de 1976 las reservas internacionales del
Banco Central de la República Argentina habían descendido a 617,7 millones de
dólares en relación a los 1 340,8 de un año antes.52

El 21 de marzo de 1976 el diario derechista La Nueva Provincia de Bahía Blanca


criticaba a los políticos que daban prioridad a mantener el régimen democrático y
reclamaba abiertamente el golpe militar:

«A las elecciones con muletas», dejó escapar, en alguna ocasión, el líder radical
(Ricardo Balbín). No interesa cuál sea el precio, no importan las consecuencias ni
el estado de la República. Lo importante es llegar... ¿Quizás porque subyugado con
aquellas palabras de Almafuerte supone «curables» los males argentinos cinco
minutos antes que muera la República? ¡Qué increíble ceguera! ¿No cabría pensar,
mejor, con el egregio Lugones, que otra vez LA HORA DE ESPADA se cierne
insoslayable, para bien del mundo?
Diario La Nueva Provincia, 21-02-1976.
En el ámbito internacional, el golpe fue previsto por la inteligencia
estadounidense y anticipado por William P. Rogers al Secretario de Estado de
Estados Unidos, Henry Kissinger, en su reunión semanal el día 24 de marzo de
1976.53 Este expresó su apoyo expresando el interés de Estados Unidos en el golpe,
y su deseo de alentarlos y no hostigarlos, a pesar de las advertencias de William
P. Rogers acerca del probable baño de sangre y las matanzas no solo a terroristas
sino a disidentes en sindicatos y partidos políticos.54

La campaña de prensa a favor de la dictadura militar comenzó antes del 24 de marzo


de 1976. Para los primeros días de marzo, la mayoría de los medios gráficos
comenzaron a dedicar más espacio dentro de sus ediciones a las noticias y temas que
tenían que ver con las Fuerzas Armadas, sus integrantes, sus actividades. Las
revistas Somos, Gente y Para Ti, pertenecientes al grupo editorial Atlántida, son
de las que más apoyaron y difundieron la campaña pro dictadura55

Robert Cox, director del Buenos Aires Herald, en un reportaje, al ser preguntado si
había estado a favor del golpe, respondió: «Por supuesto, el país no aguantaba más
la situación en que estaba sumido».56 El periodista A. Graham-Yooll afirmó: «El
establishment, el país, gran parte de la clase media, yo diría la clase trabajadora
también, apoyó el golpe. Claro que había una enorme parte de la población que
estaba comprometida políticamente que no lo hizo».57 Jorge Fontevecchia escribió
que «en 1976 no se podía saber que la última dictadura sería infinitamente más
cruel y macabra que las anteriores y, aunque duela reconocerlo, una parte muy
numerosa de la sociedad apoyó el derrocamiento del gobierno democrático de Isabel
Perón».58 En mayo de 1978, vísperas del Mundial de Fútbol, aparecieron denuncias
sobre desaparecidos, en tanto el empresario Fontevecchia descalificó en su revista
La Semana la primera denuncia sobre la ESMA producida por un sobreviviente, Horacio
Domingo Maggio, al que llamó «terrorista».5960 Fontevecchia, uno de los principales
empresarios de medios del país, publicó un editorial donde se decía en forma de
«Carta abierta a un periodista europeo»: «Y, por favor, no nos venga a hablar de
campos de concentración, de matanzas clandestinas o de terror nocturno. Todavía nos
damos el gusto de salir de noche y volver a casa a la madrugada».59

Ejecución
Artículo principal: Golpe de Estado en Argentina de 1976
A las 03:10 del 24 de marzo de 1976 el general José Rogelio Villarreal inició el
golpe de Estado diciéndole a la presidenta Isabel Martínez de Perón: «Señora, las
Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y usted queda
arrestada».

La proclama golpista decía:


Agotadas todas las instancias de mecanismo constitucionales, superada la
posibilidad de rectificaciones dentro del marco de las instituciones y demostrada
en forma irrefutable la imposibilidad de la recuperación del proceso por las vías
naturales, llega a su término una situación que agravia a la Nación y compromete su
futuro. Nuestro pueblo ha sufrido una nueva frustración. Frente a un tremendo vacío
de poder, capaz de sumirnos en la disolución y la anarquía, a la falta de capacidad
de convocatoria que ha demostrado el gobierno nacional, a las reiteradas y
sucesivas contradicciones demostradas en las medidas de toda índole, a la falta de
una estrategia global que, conducida por el poder político, enfrentara a la
subversión, a la carencia de soluciones para el país, cuya resultante ha sido el
incremento permanente de todos los exterminios, a la ausencia total de los ejemplos
éticos y morales que deben dar quienes ejercen la conducción del Estado, a la
manifiesta irresponsabilidad en el manejo de la economía que ocasionara el
agotamiento del aparato productivo, a la especulación y corrupción generalizadas,
todo lo cual se traduce en una irreparable pérdida del sentido de grandeza y de fe,
las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de una obligación irrenunciable, han asumido
la conducción del Estado. Una obligación que surge de serenas meditaciones sobre
las consecuencias irreparables que podía tener sobre el destino de la Nación, una
actitud distinta a la adoptada.
Esta decisión persigue el propósito de terminar con el desgobierno, la corrupción y
el flagelo subversivo, y sólo está dirigida contra quienes han delinquido y
cometido abusos del poder. Es una decisión por la Patria, y no supone, por lo
tanto, discriminaciones contra ninguna militancia cívica ni sector social alguno.
Rechaza por consiguiente la acción disociadora de todos los extremismos y el efecto
corruptor de cualquier demagogia.(…)
(…) Por ello, a la par que se continuará sin tregua combatiendo a la delincuencia
subversiva, abierta o encubierta, se desterrará toda demagogia. No se tolerará la
corrupción o la venalidad bajo ninguna forma o circunstancia, ni tampoco cualquier
transgresión a la ley en oposición al proceso de reparación que se inicia.
Las Fuerzas Armadas han asumido el control de la República. Quiera el país todo
comprender el sentido profundo e inequívoco de esta actitud para que la
responsabilidad y el esfuerzo colectivo acompañen esta empresa que, persiguiendo el
bien común, alcanzará con la ayuda de Dios, la plena recuperación nacional.61
Jorge Rafael Videla, teniente general, comandante general del Ejército;
Emilio Eduardo Massera, almirante, comandante general de la Armada;
Orlando Ramón Agosti, brigadier general, comandante general de la Fuerza Aérea.
El «flagelo subversivo», la «demagogia», la «corrupción», el «caos», el «vacío de
poder», la «carencia de soluciones» institucionales, la «irresponsabilidad en el
manejo de la economía», fueron algunos de los argumentos utilizados por los
golpistas para derrocar al gobierno constitucional. García cita la decisión de
Montoneros de convertirse en un auténtico ejército regular clandestino en 1975 y su
búsqueda de la confrontación directa con las Fuerzas Armadas a mediados de 1975 —
con algunos éxitos inicialesd— convenció a los militares de que necesitaban
controlar el Estado y exterminar físicamente a los guerrilleros para vencerles.62
Marcelo de los Reyes dice que "Los militares se dedicaron a los aspectos políticos
del gobierno y la eliminación de la subversión, mientras que la economía quedó en
manos de Alfredo Martínez de Hoz (1976-1981), a la sazón ministro de Economía,
vinculado a los sectores agropecuarios. Martínez de Hoz implementó una fuerte
política liberal y desde 1979 una política cambiaria que fijaba el valor del dólar
a futuro conocida con el nombre de tablita.63 El escritor e integrante de la
organización Montoneros64 Rodolfo Walsh opinó:

Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica
indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de
esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva
oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales
encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que
están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su
gabinete.
(Rodolfo Walsh - Carta Abierta a la Junta Militar- Marzo de 1977)65
Una detallada explicación posible de las consecuencias económicas del golpe de
Estado se encuentran en la nota «Una pesada herencia», de Ernesto Hadida, editor de
Invertia Argentina.66

Simultáneamente con el golpe, esa misma noche se realizaron centenares de


secuestros y arrestos, principalmente de activistas y dirigentes sindicales en
áreas industriales estratégicas, como el Gran Buenos Aires, Córdoba y la zona que
se extiende desde el Gran Rosario hasta San Nicolás.40

El primer día la Junta Militar dictó 31 comunicados. El comunicado N.º 1 dice:


Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el
control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las FF. AA. Se
recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y
directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como
extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que
puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.
El comunicado N.º 19 estableció:
Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que
sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por
cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes
provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente
dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión
de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare
noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o
desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales.

Al día siguiente del golpe, el diario La Nación comunica que se ha impuesto la pena
de muerte en Argentina.
Ese mismo primer día se impuso la pena de muerte y los Consejos de Guerra (Ley
21.264):
Art.1 El que públicamente por cualquier medio, incitare a la violencia colectiva
y / o alterare el orden público, será reprimido por sola incitación, con reclusión
hasta diez años. Art. 2. El que alterare en cualquier forma contra los medios de
transporte, de comunicación, usinas, instalaciones de gas o agua corriente u otros
servicios públicos, será reprimido con reclusión por tiempo determinado o muerte…
Art.5 …el personal militar de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas policiales
hará uso de las armas en caso de que la persona incurra en alguno de los delitos
previstos de dos a cuatro precedentes… Art. 7 Créanse en todo el territorio del
país los Consejos de Guerra Especiales Estables…que juntamente con los Consejos de
Guerra Permanente para el Personal Subalterno de las Tres Fuerzas Armadas,
conocerán en el juzgamiento de los delitos que prevé la presente ley. Art 10. La
presente ley será aplicable a toda persona mayor de dieciséis años.
Conducción

Esquema de la estructura del gobierno de facto


Los golpistas organizaron la dictadura con una Junta Militar de Gobierno que tenía
el poder y se componía por los comandantes de las Fuerzas Armadas.67 Los militares
declararon caducos los mandatos del presidente, de los gobernadores y
vicegobernadores de las provincias, de los interventores federales y del intendente
de Buenos Aires; disolvieron el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales y
destituyeron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia.67

Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti.


El carácter tripartito del poder estableció una situación de independencia virtual
de cada fuerza que, en más de una ocasión, llevó a que actuaran sin comunicación
alguna entre ellas y hasta a enfrentarse entre sí.

La primera Junta Militar se compuso por los comandantes golpistas Jorge Rafael
Videla (Ejército), Emilio Eduardo Massera (Armada) y Orlando Ramón Agosti (Fuerza
Aérea).68 En el curso de la dictadura los integrantes de la Junta Militar fueron
siendo reemplazados. En el cargo correspondiente al Ejército, Videla fue
reemplazado por Roberto Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Cristino Nicolaides.
En el cargo de la Marina, Massera fue reempalzado por Armando Lambruschini, Jorge
Isaac Anaya y Rubén Oscar Franco. En el cargo correspondiente a la Aeronáutica
Agosti fue sucedido por Omar Domingo Rubens Graffigna, Basilio Lami Dozo y Augusto
Hughes. Entre el 22 de junio y el 10 de septiembre de 1982 no hubo Junta Militar
debido al enfrentamiento entre las fuerzas.

Ejército Marina Aviación


Las Juntas designaron con un título denominado «presidente», cargo que concentraba
los poderes ejecutivos y legislativos nacional y provinciales, a Jorge Rafael
Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito
Antonio Bignone, todos ellos pertenecientes al Ejército. Aunque el Estatuto había
decretado que el «presidente» no debía pertenecer a las Juntas.69

La estructura de gobierno nacional se completó con la Comisión Asesora Legislativa


(CAL), integrada por tres militares designados por cada fuerza, con «facultades de
asesoramiento legislativo en representación de las Fuerzas Armadas».70

Los autores e ideólogos del golpe decidieron autodenominarse como Proceso de


Reorganización Nacional, aludiendo de ese modo a dos conceptos fundamentales de la
dictadura:

a) que se trataba de un «proceso» y que como tal «no tenía plazos sino
objetivos»;71
b) que había que «reorganizar» radicalmente al país, implementando reformas que
modificaran profundamente la economía, las relaciones laborales, el sistema
político y la cultura nacional.
«En ejercicio del poder constituyente» la Junta de Comandantes impuso una serie de
«principios liminares», «objetivos básicos», actas y estatutos «para la
Reorganización Nacional», al que deberían someterse todas las otras leyes incluida
la Constitución vigente, en lo que pudiera resultar aplicable aún. Cuatro fueron
las principales normas supraconstitucionales establecidas:

Reglamento para el funcionamiento de la Junta Militar, Poder Ejecutivo y Comisión


de Asesoramiento Legislativo (aprobado por la denominada «ley» 21256, realizada el
24 de marzo de 1976 y publicada el 26 de marzo de 1976);
Acta para la Reorganización Nacional (realizada el 24 de marzo de 1976 y publicada
el 29 de marzo de 1976);
Estatuto para la Reorganización Nacional (publicado el 29 de marzo de 1976);
Acta fijando el Propósito y los Objetivos Básicos del Proceso de Reorganización
Nacional (publicada el 31 de marzo de 1976).
Gabinete nacional
Los presidentes tuvieron sus respectivos ministros:

Todos los ministros de la dictadura


Cartera Titulares Período
Interior Albano Harguindeguy
Horacio Liendo
Alfredo Saint-Jean 29 de marzo de 1976-29 de marzo de 1981
29 de marzo de 1981-12 de diciembre de 1981
22 de diciembre de 1981-1 de julio de 1982
Relaciones Exteriores y Culto César Augusto Guzzetti
Oscar Antonio Montes
Carlos Washington Pastor 29 de marzo de 1976-23 de mayo de 1977
23 de mayo de 1977-27 de octubre de 1978
6 de noviembre de 1978-29 de marzo de 1981
Economía José Alfredo Martínez de Hoz 29 de marzo de 1976-29 de marzo de 1981
Educación Ricardo P. Bruera
Juan José Catalán
Juan Rafael Llerena Amadeo 29 de marzo de 1976-mayo de 1977
junio de 1977-agosto de 1978
3 de noviembre de 1978-29 de marzo de 1981
Bienestar Social Julio Juan Bardi
Jorge A. Fraga 29 de marzo de 1976-30 de octubre de 1978
3 de noviembre de 1978-29 de marzo de 1981
Defensa Nacional José María Klix
David de la Riva 29 de marzo de 1976-30 de octubre de 1978
3 de noviembre de 1978-29 de marzo de 1981
Justicia Julio Arnaldo Gómez
Alberto Rodríguez Varela 29 de marzo de 1976-30 de octubre de 1978
3 de noviembre de 1978-29 de marzo de 1981
Trabajo Horacio Tomás Liendo
Llamil Reston 29 de marzo de 1976-18 de enero de 1979
18 de enero de 1979-29 de marzo de 1981
Planeamiento Ramón Genaro Díaz Bessone
Carlos E. Laidlaw octubre de 1976-diciembre de 1977
diciembre de 1977-30 de octubre de 1978
Secretaría General de la Presidencia José Rogelio Villarreal
Santiago Martella
Héctor Iglesias
Las empresas y grupos civiles que participaron en la organización del golpe se
instalaron principalmente en el Ministerio de Economía, que se le entregó al
Consejo Empresario Argentino asumiendo su presidente, el empresario José Alfredo
Martínez de Hoz, como ministro. La Secretaría de Ganadería le correspondió a la
Sociedad Rural Argentina, representada por Jorge Zorreguieta.72 Por su parte, el
Banco Central le fue entregado a la Asociación de Bancos Privados de Capital
Argentino (ADEBA), siendo designado el economista Adolfo Diz, exdirector Ejecutivo
del Fondo Monetario Internacional y adscripto a la Escuela de Chicago.73 Como
Secretario de Estado de Programación y Coordinación Económica, fue nombrado
Guillermo Walter Klein de la Cámara Argentina de Comercio. El Ministerio de
Educación también estuvo a cargo, desde un inicio, de un grupo de civiles
provenientes del CONICET (Fundación FECIC), siendo nombrado Ricardo Bruera. Más
adelante otros ministerios también quedaron a cargo de los grupos civiles, como el
de Justicia,e el de Relaciones Exteriores,f el de Defensag y el de Salud.h Por otra
parte, a partir del la presidencia de Viola, el Ministerio de Economía se desdobló
en varios ministerios que estuvieron a cargo de las organizaciones empresariales.

Autoridades provinciales
El esquema del poder dictatorial se completó con la designación de gobernadores en
cada provincia e intendentes en las ciudades. La designación de gobernadores en las
provincias recayó casi siempre en un militar. En el caso de los intendentes de
ciudades, en un gran número de casos se trató de políticos civiles, entre ellas la
ciudad de Rosario, la segunda del país en aquel momento. Los partidos políticos,
explícita o implícitamente, aportaron un total de 794 intendentes de la dictadura,
divididos según la siguiente pertenencia:74

Unión Cívica Radical: 310


Partido Justicialista: 169
Partido Demócrata Progresista: 109
Movimiento de Integración y Desarrollo: 94
Fuerza Federalista Popular: 78
Movimiento Popular Neuquino: 23
Partido Demócrata Cristiano: 16
Partido Intransigente: 4
Partido Socialista Democrático: 1
Autoridades militares

La Zona 1 pertenecía al I Cuerpo de Ejército; la Zona 2 al II Cuerpo de Ejército;


la Zona 3 al III Cuerpo de Ejército; la Zona 4 al Comando de Institutos Militares;
y la Zona 5 al V Cuerpo de Ejército. El IV Cuerpo de Ejército se creó en 1982 en
Santa Rosa y no tuvo nunca una zona a su cargo.
En superposición con el esquema formal de autoridades, la dictadura mantuvo el
sistema de zonificación militar del país, dispuesto el 28 de octubre de 1975,
mediante la Directiva del Comandante General del Ejército 404/75 (Lucha contra la
subversión). Según el régimen de zonificación militar, el país quedaba dividido en
cinco «zonas» militares, correspondientes a los Cuerpos de Ejército I, II, III y V
y el Comando de Institutos Militares. Al comandante de cada cuerpo le correspondía
hacerse cargo de la zona. Cada zona estaba dividida a su vez en «subzonas» y
«áreas», y cada uno de los jefes de «zona», «subzona» y «área» tenía mando directo
para la represión en su jurisdicción. Por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires era
una «subzona», ubicada dentro de la «Zona 1»; a su vez la «subzona» Buenos Aires,
estaba dividida en seis «áreas». Los jefes de zona y subzona actuaban con total
autonomía. Su capacidad para tomar decisiones que implicaran violaciones de
derechos humanos era absoluta. El teniente general Martín Balza los definió como
«señores de la guerra… verdaderos señores feudales…».75

Fuera de la estructura de mandos ya descripta, la dictadura creó Grupos de Tareas y


centros clandestinos de detención (CCD) que, en algunos casos, dependían
directamente de la Armada o de la Fuerza Aérea Argentina. Tal fue el caso de la
ESMA, el más grande que funcionó en el país.

Terrorismo de Estado

Mapa de los Estados que fueron parte del Plan Cóndor. En color verde los países más
activos; en verde claro aquellos que participaron esporádicamente; y en azul los
líderes del plan.

Informe secreto de Enrique Arancibia Clavel (DINA) que en julio de 1978


cuantificaba 22 000 muertos y desaparecidos.
Artículo principal: Terrorismo de Estado en Argentina en las décadas de 1970 y 1980
El Proceso de Reorganización Nacional ejecutó un plan de exterminio de miles de
ciudadanos opositores para establecer una política económica neoliberal. En
consecuencia, la mayoría de las víctimas fueron estudiantes, trabajadores,
sindicalistas, docentes y militantes políticos. La dictadura asesinaba siendo
firmante del Plan Cóndor.

Nunca antes en la historia argentina, el Estado, como maquinaria, integralmente


había sido puesto al servicio de la violación sistemática de toda regla, incluso de
las propias, de las dictadas por quienes lo ocupaban, en aplicación de un plan que
la Justicia definió como criminal; consistente en secuestrar personas, tenerlas
alojadas en forma clandestina, torturarlas y luego —según los casos—, dejarlas en
libertad, pasarlas a la Justicia, o asesinarlas. Esto no había ocurrido nunca antes
en la Argentina.
Horacio Verbitsky76
Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de
desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias,
crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de
concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador
internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de
la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que
permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.(Rodolfo Walsh - Carta
Abierta a la Junta Militar- Marzo de 1977)77
Una detallada explicación posible de las consecuencias económicas del golpe de
Estado se encuentran en la nota «Una pesada herencia», de Ernesto Hadida, editor de
Invertia Argentina.78

El número exacto de desaparecidos son más de 30 000: los organismos de derechos


humanos estiman la cantidad en unos 30 000; y, hasta 2007, la Subsecretaría de
Derechos Humanos tenía registradas aproximadamente quince mil víctimas. La CONADEP
documentó 8961 casos. En varios casos, personas que estuvieron ilegalmente
detenidas o desaparecidas, han retornado a la vida pública de forma plena, como
Carmen Argibay, integrante de la Corte Suprema de la República desde 2005 hasta su
deceso en 2014, el expresidente Carlos Menem, dirigentes políticos como Victoria
Donda y Juan Cabandié, que nacieron en un centros clandestinos de detención,
dirigentes sindicales como Alfredo Bravo y Julio Piumato, periodistas como Miriam
Lewin, religiosos como Adolfo Pérez Esquivel, Francisco Jalics y Mariano Puga, etc.

Dentro de las listas de víctimas figuran también cientos de ciudadanos extranjeros


de nacionalidad alemana, española, italiana, griega, sueca, francesa, entre otras.
Adicionalmente más de 500 000 personas que tuvieron que exiliarse.79

Entre los desaparecidos, se encuentra un número de niños que se estiman entre


doscientos cincuenta y quinientos, los cuales fueron adoptados ilegalmente luego de
que nacieran en los centros clandestinos de detención. Existe una organización
denominada Abuelas de Plaza de Mayo que se ha dedicado a localizarlos, y que ya ha
encontrado a más de cien nietos secuestrados por la dictadura.

Durante el tiempo de la dictadura militar de 1976 a 1983 funcionaron centros


clandestinos de detención, encontrándose a la Escuela de Mecánica de la Armada
(ESMA) y el Garage Olimpo entre los más conocidos en la ciudad Buenos Aires. En la
Provincia de Buenos Aires, El Campito (también conocido como Los Tordos), El
Vesubio, La Perla, el Pozo de Banfield, en la provincia de Córdoba, Regimiento 9,
La Polaca, Campo Hípico y Santa Catalina en Corrientes.

Estas acciones de represión ilegal constituyeron el terrorismo de Estado y


agravaron la situación de ilegitimidad e ilegalidad en que habían incurrido las
Fuerzas Armadas al interrumpir el orden constitucional.

Los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el «Proceso» fueron investigados


en 1984 por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) que
produjo el famoso informe Nunca Más.

Obispo Enrique Angelelli asesinado80 en agosto de 1976 a causa de sus luchas


sociales y su defensa por los pobres.
Por estos crímenes, las tres juntas de comandantes que gobernaron el país entre
1976 y 1982 (se excluye la última) fueron juzgadas y condenadas en 1984. Otros
responsables han sido enjuiciados y condenados tanto en Argentina como en otros
países. Los procesos han continuado varias décadas después de los hechos.

Encarnizamiento contra las minorías


Dentro del marco ideológico de la dictadura, heredera en muchos aspectos del
nazismo,81 el concepto de nacionalidad excluía cualquier forma de heterogeneidad
posible.82 Esta búsqueda de homogeneidad de la sociedad dejaba al costado las
minorías tomando en cuenta, por ejemplo, sus raíces (judíos,8384 descendientes de
los pueblos originarios,85 etc.), su orientación sexual y su identidad de género
(homosexuales,86 lesbianas,87 transexuales, etc.) o sus creencias religiosas
(ateos, Testigos de Jehová,88 etc.).

Estas minorías fueron tratadas con especial ferocidad por los represores, creándose
incluso comandos especiales con dedicación exclusiva (como es el caso del Comando
Cóndor, dedicado a perseguir personas homosexuales).87 En el caso de las víctimas
judías, el antisemitismo sistemático llevado a cabo en los distintos centros
clandestinos de detención fue un hecho constatado ya desde el informe Nunca Más83 y
por posteriores investigaciones y trabajos.8990 Los Testigos de Jehová fueron
discriminados durante el servicio militar de sus fieles, no permitiendo la práctica
común llevada a cabo con otros credos religiosos de permitir a sus autoridades el
exceptuarse, y obligando a todos a hacer cuatro años de servicio (tres más que el
resto de los ciudadanos) siendo, además, sometidos a torturas y asesinatos.88 Los
habitantes de las villas miserias vieron como éstas eran arrasadas por los
distintos planes de erradicación,85 sobre todo en el marco de la organización de la
Copa Mundial de Fútbol de 1978.

Secuestro de niños
Artículo principal: Apropiación de menores en el Proceso de Reorganización Nacional
El Proceso llevó a cabo distintas actuaciones relacionadas con los hijos de los
secuestrados, entre los cuales hubo incluso mujeres embarazadas,91 las cuales
dieron a luz, en muchos casos, en cautividad.92

Cuando en los domicilios de los «objetivos» de los grupos de tareas93 había niños,
éstos podían ser secuestrados o dejados en la casa de algún vecino. La práctica
habitual de los grupos de tareas, como el temible Grupo de tareas 3.3.2, fue el
hacer la repartija de los niños secuestrados, dándolos en adopción a familias de
militares o de civiles relacionados con las Fuerzas Armadas. De todos modos, en el
informe Nunca Más también hay testimonios de secuestrados que afirman haber
escuchado los gritos de sus propios hijos mientras eran torturados, lo cual era una
estrategia de tortura psicológica hacia los padres, con el objetivo de
desmoronarlos moralmente.

Fue una práctica habitual, cuando los objetivos recibían la primera sesión de
tortura en su domicilio al momento de ser secuestrados, el realizarlas
independientemente de que pudiera haber niños presentes, los cuales eran testigos
de todo el proceso.

En el caso de las mujeres embarazadas, el régimen de exclusión se volvía algo menos


severo, pero la mujer no recibía prácticamente ninguna atención médica, incluso en
el momento del parto, el cual podía realizarse en el suelo de su celda, el piso de
una cocina, etc. Las mujeres daban a luz normalmente en soledad, o auxiliadas por
otro secuestrado, y hay testimonios que certifican que, inmediatamente después del
parto, las mismas madres debían limpiar los restos de sangre, placenta, etc., que
habían quedado desperdigados. El médico obstetra que las atendía era el Capitán de
Navío Jorge Luis Magnacco.

Detenidos-desaparecidos
Véanse también: Detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado en Argentina y
Detenidos desaparecidos de Argentina.
Un informe a los Estados Unidos enviado por la inteligencia chilena estimaba el
número de desaparecidos en 22 000 personas en 1978.94 Hasta 2003 la Secretaría de
Derechos Humanos de la Nación Argentina tenía registrados 13 000 casos.95 La
CONADEP —Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas—, creada al final de
la dictadura por el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, reunió las denuncias
judiciales presentadas por víctimas y familiares de 8961 personas desaparecidas
hasta el momento de publicación del informe.96En un documento de la embajada de
Estados Unidos en la Argentina, firmado por el encargado de derechos humanos de la
misma, Allen Harris, se relata que un alto oficial del gobierno le había informado
al nuncio Pío Laghi en 1978 que se «habían visto forzados a “hacerse cargo” de 15
000 personas en su campaña antisubversiva».9798También en 1978, el agente secreto
chileno Enrique Arancibia Clavel, envió un informe con un listado parcial de
personas muertas y desaparecidas entre 1975 y julio de 1978 en Argentina, en el que
afirma que hasta esa fecha se habían listado 22 000 desaparecidos.99100101 El
documento publica parcialmente y revela la existencia de registros individualizados
de las personas desaparecidas, que nunca fueron reconocidos por los responsables o
hallados.

Informe secreto de Arancibia Clavel que cuantifica en 22 000 los muertos y


desaparecidos a julio de 1978.
Las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas de Plaza de Mayo, el Servicio Paz y
Justicia y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, basadas
en dichos del propio exdictador Jorge Rafael Videla, quien afirmó en una entrevista
que las desapariciones habían llegado «hasta 30 000»:, calculan en esa cifra el
número aproximado de víctimas a finales de la dictadura.

La sociedad argentina, cambiante, traicionera, no se hubiere bancado los


fusilamientos: ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Córdoba, mañana cuatro en
Rosario, y así hasta cinco mil, diez mil, treinta mil.
Jorge Rafael Videla102
Otros sectores niegan que hayan existido 30 000 desaparecidos y se oponen a la
utilización de dicho número, argumentando que los casos que se conocen de
asesinatos y personas que no volvieron a aparecer es mucho menor.103104 Los
organismos de derechos humanos y diversas organizaciones sociales, políticas y
sindicales consideran que las personas que se niegan a validar el número 30 000
incurren en una conducta equivalente al negacionismo del número de 6 000 000 de
judíos víctimas del Holocausto y tienen como objetivo disminuir e incluso banalizar
el genocidio sucedido en Argentina.105106

La comunidad LGBT reivindica el uso del número simbólico de "30 400" personas
desaparecidas, debido a la omisión en el informe Nunca más de la Conadep de los más
de 400 casos de personas LGBT desaparecidas, recopilados por la Comisión.107108109
La Conadep ha sido criticada por esa revictimización de las personas desaparecidas
con identidades LGBT y la invisibilización de su memoria.110109111

Entre los artistas desaparecidos se encuentran:

Héctor Germán Oesterheld


Nació en Buenos Aires en 1922. A fines de la década del 40 comienza escribiendo
cuentos infantiles, publicados por la Editorial Abril. Luego colabora en la mítica
revista Más Allá, y en 1950 publica su primera historieta, «Alan y crazy». Hacia
1955 publica «Sargento Kirk» y «Bull Rocket». En 1957, con dibujos de Solano López,
publica la primera parte de «El Eternauta», que se convertiría en la más famosa
historieta argentina. Héctor G. Oesterheld, como otros miles de argentinos, fue
secuestrado y desaparecido en 1977 por la dictadura militar.
Rodolfo Walsh
Nació en la localidad de Lamarque, vecina de Choele Choel, en la provincia de Río
Negro, Argentina, el 9 de enero de 1927, y desde el 25 de marzo de 1977 se
encuentra desaparecido. Fue un periodista, escritor, dramaturgo y traductor
argentino que militó en la Alianza Libertadora Nacionalista y, luego, en las
organizaciones guerrilleras FAP y Montoneros. Como escritor trascendió por sus
cuentos policiales ambientados en Argentina y por sus libros de investigación
periodística sobre el fusilamiento ilegal de civiles en José León Suárez de junio
de 1956 (Operación Masacre) y sobre los asesinatos de Rosendo García (¿Quién mató a
Rosendo?) y Marcos Satanowsky (Caso Satanowsky).
Francisco Tenório Júnior, más conocido como "Tenório Jr."
Nació en Río de Janeiro en 1941 y fue desaparecido en Buenos Aires el 18 de marzo
de 1976.112 Tenório Jr. fue un destacado pianista brasileño de samba-jazz, de
considerable relieve artístico en la década de 1970. De acuerdo con testimonios y
documentos obtenidos por investigadores brasileños, Tenório Jr. habría sido
secuestrado por un grupo de tareas perteneciente a la Armada Argentina en la
madrugada del 18 de marzo —pocos días antes del Golpe de Estado del 24 de marzo de
1976— y llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde habría sido
torturado y asesinado de un tiro por Alfredo Astiz el 27 de marzo. Los datos
indicarían que Tenório Jr. fue secuestrado en el marco del Plan Cóndor (el cual
consistió en un plan organizado por las dictaduras sudamericanas de represión,
tortura y asesinatos sistemáticos a nivel regional), ya sea por indicación o con
conocimiento del gobierno militar brasileño, el cual sabía que los militares
argentinos se habían equivocado de persona al momento del secuestro. En Argentina,
el grupo de fiscales que investiga el terrorismo de Estado en Argentina en las
décadas de 1970 y 1980, ha incluido su secuestro, torturas y asesinato, en la
segunda etapa de la causa de Plan Cóndor, la cual fue elevada a juicio y obtuvo
sentencias en 2016.113
Política económica
Archivo:Martinez.de.ogv
El Ministro de Economía de la última dictadura militar argentina, José A. Martínez
de Hoz, describe el plan económico implementado durante la primera etapa del
proceso, en su discurso de despedida del gobierno en Cadena Nacional. 12/03/1981.

Evolución de la pobreza durante el Proceso de Reorganización Nacional.


La política económica de la dictadura incluyó recetas del fondo Monetario
Internacional, benefició a un grupo selecto de monopolios y comenzó un proceso de
endeudamiento récord.
Gobierno de Videla
Los militares dejaron el manejo de la economía en manos de Alfredo Martínez de
Hoz,63 quien se desempeñó como ministro de Economía hasta el 29 de marzo de 1981.
Martinez de Hoz provenía del ámbito privado donde había dirigido la Compañía Ítalo
Argentina de Electricidad; presidió la petrolera Petrosur y la financiera
Rosafin,114 y, habiendo trabado relación con los Rockefeller,115 fue titular de la
acería Acindar durante los años inmediatamente precedentes al golpe de Estado.116
Desde antes de asumir Martínez de Hoz tenía estrechos lazos con la cúpula militar,
que emplearía Acindar como campo de pruebas para las prácticas represivas ejercidas
luego durante el Proceso. Según declaraciones del propio Martínez de Hoz en 1975
habría visitado a Videla ―a la sazón jefe del Estado Mayor―, junto con otros
miembros del Consejo Argentino Empresario, para solicitarle que contribuyera a
preservar el orden en las circunstancias que impedían «la libertad de trabajo, la
producción y la productividad». En el curso de sucesivas entrevistas con los
líderes del Ejército se diseñó un sistema de espionaje y vigilancia, coordinado con
las fuerzas de seguridad y la inteligencia militar, orientado a identificar a los
principales activistas sindicales. Rodolfo Peregrino Fernández, entonces inspector
de la Policía Federal Argentina, declararía ante la Comisión Argentina de Derechos
Humanos que Acindar «pagaba a todo el personal policial ―jefes, suboficiales y
tropa― un plus extra en dinero (...) [para convertirla en] una especie de fortaleza
militar con cercos de alambre de púas». El reemplazo de Martínez de Hoz al frente
de Acindar sería el general Alcides López Aufranc, que continuaría con la labor
represiva.117

Martínez de Hoz siguió los, en ese momento, nuevos lineamientos económicos de la


Escuela de Chicago (genéricamente incluida en el concepto de neoliberalismo), que
habían sido implementados por primera vez por la dictadura de Augusto Pinochet en
Chile, instalada en 1973. Con posterioridad esa orientación económica se volvería
hegemónica en el mundo occidental, a partir de las reformas económicas del
presidente Ronald Reagan en Estados Unidos ("reaganomics") y la primera ministro
Margaret Thatcher, en Reino Unido. Lo acompañaron en el equipo económico,
empresarios y abogados estrechamente relacionados con los grupos más conservadores,
como Guillermo Walter Klein, Adolfo Diz (presidente del Banco Central), Juan
Alemann, Cristian Zimmermann, Enrique Folcini, Jorge Zorreguieta y Francisco
Soldati. Durante esta etapa serían fundamentales las ideas de Milton Friedman y
Friedrich Hayek, máximos exponentes del monetarismo. Hayek previamente declararía
al diario chileno el Mercurio del 12 de abril de 1981, en apoyo el régimen de
Pinochet, que también seguiría sus directrices económicas.: “Mi preferencia
personal se inclina a una dictadura liberal y no a un gobierno democrático donde
todo liberalismo esté ausente”. En esta entrevista en el diario El Mercurio, Hayek
se definió como enemigo del Estado de Bienestar y la Justicia Social. En 1977,
Hayek visitó Argentina y Chile. Hayek se reuniría con Jorge Rafael Videla y con el
integrante de la Junta militar de Gobierno, y con el futuro dictador Leopoldo F.
Galtieri.7 Para Hayek lo fundamental es asegurar ante todo la libertad económica, a
su juicio la única libertad. Hayek aboga por lo que Herman Heller calificaría en
1933 como liberalismo autoritario.118

Las medidas tomadas por Martínez de Hoz en base al ideario liberal incluyeron la
apertura de los mercados y la liberalización del tipo de cambio, apertura a las
importaciones, baja de las retenciones agropecuarias, entre otras. El plan
económico fue presentado el 2 de abril de 1976, y tenía como objetivo explicitado
detener la inflación y estimular la inversión extranjera. A los pocos días del
inicio de la gestión de Martínez de Hoz, el Fondo Monetario Internacional aprobó
con sorpresiva rapidez un crédito de 110 millones de dólares para el país.

Industria y agricultura
El plan de Martínez de Hoz consistía en una reducción arancelaria que llegó a su
máximo nivel en 1978, para darle competitividad a la economía y promover sus
«ventajas naturales». El resultado fue un proceso de importaciones masivas y un
efecto desastroso sobre la industria. Grandes empresas industriales cerraron sus
plantas: General Motors, Peugeot, Citroën, Chrysler, Siam, Decca (Deutz-La
Cantábrica), la planta de vehículos utilitarios de Fabricaciones Militares, Aceros
Ohler, Tamet, Cura, Olivetti, y miles de medianas y pequeñas empresas industriales.
Para 1980 la producción industrial había reducido un 10% su aporte al PBI, y en
algunas ramas como la textil, la caída superó el 15%.119

A su vez se profundizó la concentración de la industria y de la tierra


fortaleciéndose una élite económica que sería denominada «patria financiera» y
«patria contratista» unos pocos grupos empresarios se vieron beneficiados entre
ellos Acindar, cuyo presidente Martínez de Hoz fue Ministro de Economía de la
dictadura; Benito Roggio, beneficiado con la construcción de algunos estadios
mundialistas y otras obras faraónicas del Estado, el Grupo Macri, que en 1975
poseía siete empresas y al concluir la dictadura llegaban a cuarenta y seis; siendo
las más relevantes son Sevel Argentina (automotriz), Sideco Americana
(construcciones), Socma Corp (financiera), Manliba (recolección de residuos), Itron
(electrónica), Solvencia de Seguros (aseguradora), Prourban (inmobiliaria), Iecsa
(instalaciones mecánicas), Perfomar (perforación petrolera).120120 En tanto el
holding Socma, fue beneficiario de importantes licitaciones durante la dictadura,
como la represa Yaciretá, la construcción del puente Misiones-Encarnación, la
central termoeléctrica de Río Tercero y de Luján de Cuyo, la recolección de
residuos de la Ciudad de Buenos Aires, mediante la creación de Manliba, entre
otras. Durante esa época compra Fiat, esta venta terminó siendo un acuerdo para
llevar adelante el cierre de plantas y despidos.121Otros grupos como Arcor y
Pescarmona también tuvieron grandes ganancias.

Apoyado en una política laboral que produjo una profunda reforma de las leyes
laborales, la prohibición de la huelga, la intervención militar de los sindicatos,
y la política represiva del Terrorismo de Estado, Martínez de Hoz decretó el
congelamiento de salarios y contuvo el descontento general, ante una caída del
nivel de vida de la población sin precedentes.

El Proceso fue apoyado por diversos actores de la economía nacional, como la


Sociedad Rural Argentina, que publicó una solicitada el 24 de marzo de 1977, en
conmemoración del aniversario de la dictadura cívico-militar: «La guerrilla
apátrida y brutal, amparada en buena medida por las anteriores autoridades, ha
sufrido rudos golpes y están en franca retirada.» El texto concluía entregando el
apoyo de la Sociedad Rural a «toda acción que signifique completar el proceso
iniciado el 24 de marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos».122
Los sectores de mayor jerarquía de la Iglesia dieron su aval la noche previa al
golpe en una reunión secreta con la cúpula militar.

Reforma financiera y «la tablita» de depreciación programada


En 1977 se promulgó la Ley 21 526 de Entidades Financieras123 que reformó el
sistema financiero, obligando al Estado a dejar de financiarse con préstamos del
Banco Central y comenzó a hacerlo con créditos internos y externos. La demanda
estatal de crédito interno contribuyó a sostener elevada la tasa de interés, por
encima de la internacional, lo cual estimuló el ingreso de capital especulativo.124

Con el objetivo de controlar la demanda de divisas y mantener una política de


atraso cambiario, Martínez de Hoz implementó, a fines de 1978, un sistema de
devaluación programada, apodado «la tablita». Junto con la ley de entidades
financieras antes mencionada, la tablita promovería la especulación financiera
desmedida. La medida se tomó para intentar compensar las pérdidas ocasionadas a los
ahorristas por la diferencia entre la tasa de interés pagada a los depósitos a
plazo fijo y la inflación; para proteger a las entidades financieras, el Estado se
hizo responsable del pago de los depósitos. El coste de estas medidas, que
ocasionaron el cierre de más de 25 entidades crediticias, cuyos pasivos debió
asumir el Estado, fue enorme; también lo fue para los consumidores, que debieron
hacer frente a un mercado de crédito liberalizado, cuyas tasas aumentaron
parejamente a las pagadas por los depósitos. Los créditos hipotecarios alcanzaron
una tasa de interés del 100% anual, que resultó impagables para numerosos deudores,
y condujo a una gran parte de la población a perder la propiedad de sus viviendas.
El resultado combinado de las políticas económicas internas y la situación
financiera internacional de abundantes capitales buscando plazas de inversión,
impulsó un nivel de endeudamiento récord.

En 1978, el plan de neoliberal del Ministro Martínez de Hoz dio indicios de


agotamiento: la inflación anual llegó al 160 por ciento, y el PBI descendió durante
ese año cerca de un 3,2%. En 1979 la tasa de inflación llegó a 139,7 puntos
porcentuales, con una economía estancada. Además, se generó una fugaba del 25% de
los depósitos de los depósitos bancarios, los cuatro bancos más importantes del
sistema quebraron. Durante su gestión la deuda externa la deuda creció de 7000
millones de dólares a más de 40.000 millones de dólares, es decir, que en siete
años se multiplicó casi seis veces.125 Durante 1980 las exportaciones cayeron un
20% respecto del año anterior, las importaciones subieron un 30%. En ese contexto
se produjo el «crack bancario» de 1980, que puso fin a la etapa de la denominada
«plata dulce». La quiebra del Banco de Intercambio Regional junto con el cierre de
otras 37 entidades financieras, que a su vez repercutió en sectores industriales,
originando una fuerte corrida bancaria y fuga de divisas.126

Gobierno de Viola
Artículo principal: Crisis en Argentina de 1981 y 1982
Debido a la imposibilidad por parte de Videla de lograr la estabilidad económica,
en medio de un aumento del desempleo, alta inflación y depreciación del peso, en
marzo de 1981 la junta militar decide desplazarlo y colocar en su lugar al general
Roberto Eduardo Viola. Viola vira hacia un liberalismo económico más moderado,127
nombrando como ministro de economía a Lorenzo Sigaut quien prevenía de la
automotriz FIAT.

Sigaut dejó sin efecto la «tablita» de Martínez de Hoz y desdobló el mercado


cambiario, mediante la creación de un «dólar financiero» libre y un «dólar
comercial» regulado, con diferentes valores. De esta manera buscaba favorecer las
exportaciones que se habían visto perjudicadas por el dólar alto de Martínez de
Hoz.128 Durante su gestión la deuda externa aumentó un 31% y se inició la mayor
recesión de la economía argentina desde la crisis de 1930, cayendo el PBI en ese
año y el siguiente un 9%.129 Esto ocasionaría un golpe interno dentro del gobierno
militar que llevaría al teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri al gobierno.

Gobierno de Galtieri
Galtieri nombró a Roberto Alemann como ministro de Economía. Las políticas
económicas aplicadas implicaron la restricción del gasto público, la disminución
del circulante, la privatización de bienes estatales y la congelación de los
salarios. Su gobierno estuvo signado por la guerra de las Malvinas que ocurrió en
1982.

En febrero de 1982, el Gobierno prestó 30 millones de dólares a la dictadura de


Celso Torrelio en Bolivia. La acción realizada a instancias del gobernante
boliviano tenía como fin recuperar al Banco Central de Bolivia. A la sazón, Bolivia
debía unos 700 millones de dólares a Argentina.130

Gobierno de Bignone
La derrota en la guerra de las Malvinas, sumada a las crecientes dificultades
económicas, provocó la renuncia del presidente Leopoldo Galtieri y la asunción de
Reynaldo Bignone.

Bignone designó como ministro de Economía a José Dagnino Pastore quien declaró el
«estado de emergencia» frente a los cierres de fábricas, la inflación —que
superaría el 200 % en el año— y la constante devaluación de la moneda. Apenas 53
días después Pastore fue reemplazado por Jorge Wehbe quien lanzó un control de
precios que «puso bajo control del Gobierno los productos de 675 empresas», debido
a «la necesidad de “resguardar el salario real,” amenazado por una “estructura
industrial monopólica”».131

En noviembre de 1982 el titular del Banco Central, Julio González del Solar,
dispone la estatización de la deuda de empresas privadas mediante la circular
251.132133 Esto alcanzó a la deuda de empresas como Alpargatas S.A., Grupo Macri,
Banco de Galicia, FATE-ASTRA, Bunge y Born S.A., Grafa S.A., Molinos Río de la
Plata, Loma Negra S.A, Ingenio Ledesma, Pérez Companc S.A., ACINDAR S.A. y Bridas-
Papel Prensa.134125

Consecuencias
El salario real, sobre una base 100 en 1970, había subido a 124 en 1975. En 1976,
en un solo año, cae bruscamente a 79, el nivel más bajo desde los años '30 (OIT
1988). Nunca más ha vuelto a recuperarse. Adicionalmente la pobreza, que desde los
años '40 se ubicaba debajo del 10%, y que era del 5,8% en 1974, subió al 12,8% en
1980 y al 37,4% de pobreza en 1982 (INDEC, datos correspondientes al Gran Buenos
Aires). El desempleo por su parte, se mantuvo relativamente estable, partiendo de
un 3,8% en octubre de 1975 y dejando un 3,9% en octubre de 1983, con un pico del 6%
en mayo de 1982 (durante la Guerra de Malvinas).135

La inflación anual de tres dígitos fue una constante, junto con el deterioro de la
distribución del ingreso. Entre 1976 y 1990 las familias del decil más opulento en
la distribución del ingreso acrecentaron su participación en la riqueza nacional en
un 33%, mientras que los hogares de los tres deciles intermedios (clase media)
perdieron un 9.5%, y los hogares de los tres deciles más bajos perdieron un 27.5%.
En 1974, antes de la implementación del liberalismo económico, solo un 4.6% de las
personas estaba situado por debajo de la línea de la pobreza, en octubre de 1982
esa proporción alcanzaba al 21% y aumentaría aún más luego del episodio
hiperinflacionario de finales de la década.136

Endeudamiento externo
El nivel de deuda se elevó de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087
millones de dólares al finalizar 1983.137 Según el fallo del juez federal
Ballesteros en el caso «Alejandro Olmos c/ Martínez de Hoz y otros s/ Defraudación»
el aumento de la deuda constituyó esencialmente una operación delictiva ejecutada
por empresas nacionales y extranjeras, militares y agentes económicos.138139

AÑOS140 PÚBLICA PRIVADA TOTAL BASE 1975=100%


1975 4.941 3.144 7.875 100%
1976 6.648 3.091 9.736 120%
1977 8.127 3.695 11.822 146%
1978 9.453 4.210 13.663 169%
1979 9.960 9.074 19.034 235%
1980 14.459 12.703 27.162 336%
1981 20.024 15.647 35.671 441%
1982 28.626 15.018 43.634 540%
1983 31.709 13.360 45.087 557%
1984 35.527 10.644 46.171 571%
1985 40.868 8.458 49.326 610%
1986 44.726 6.696 51.422 636%
1987 51.793 6.531 58.324 721%
1988 53.298 5.038 58.336 722%
1989 57.926 4.917 62.843 777%
Participación del Plan Cóndor
Archivos desclasificados de la CIA narran que Manuel Contreras, jefe de la DINA en
Chile, fue invitado en 1975 al cuartel General de la CIA en Langley durante 15
días.141 Tras esa visita, se indica a Contreras como "creador" del Plan Cóndor, y
al Secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger como su ideólogo.142143144
145 Durante los años de las dictaduras, los jefes de inteligencia de América del
Sur se mantuvieron en contacto entre sí a través de una instalación de EE. UU. en
el Canal de Panamá, empleada para coordinar información de inteligencia de los
países del Cono Sur".146 EE. UU fue proveedor clave de asistencia económica y
militar al régimen de Videla durante la fase más intensa de la represión.147 En
1976, el Congreso estadounidense otorgó 80 millones de dólares (USD) a la junta148
e invirtió 1,115 millones de USD en entrenamiento para el personal militar
argentino. La colaboración de la CIA con el servicio de inteligencia argentino se
usó para capacitar y armar otros movimientos golpistas en la región,149150 contando
con la pasividad de la comunidad internacional.151

El Ejército Argentino tuvo un destacamento de instructores en Honduras para apoyar


a los Contras, que tenían como objetivo a Nicaragua.152

Relaciones internacionales
Durante la dictadura militar se tejió fuertes lazos con Estados Unidos, convertido
en el principal apoyo diplomático y económico de la misma153 al mismo tiempo Israel
se convirtió en un fuerte aliado, quién le vendió muy importantes cantidades de
armas mientras la represión afectaba a miembros de la colectividad judía. Además
del suministro de armas, se desarrolló un canal de colaboración entre el Batallón
de Inteligencia 601 y los servicios de inteligencia israelíes, mientras represores
argentinos y militares israelíes coincidían en prestar onerosos servicios
contrainsurgentes en Centroamérica.154Argentina participó en el Plan Cóndor;
operativo de represión antiizquierdista, instrumentado por las dictaduras militares
de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia, en los años 70. Un
ejemplo de coordinación impulsadas por los regímenes de Buenos Aires y La Paz fue
el secuestro y posterior asesinato del expresidente boliviano, general Juan José
Torres, asilado en Buenos Aires, a principios de junio de 1976. La diplomacia
militar argentina concentró todos sus esfuerzos en atraer a Bolivia a su esfera de
influencia. El 17 de julio de 1980 un grupo de militares estrechamente ligados al
narcotráfico, liderados por Luis García Meza y su lugarteniente Luis Arce Gómez con
apoyo activo de la dictadura militar argentina , con apoyo de paramilitares y de
militares argentinos, la acción de un comando terrorista de derecha denominado los
Novios de la Muerte y organizados por el criminal nazi Klaus Barbie y el mafioso
italiano Marco Marino Diodato, encubiertos por la CIA, produjeron un nuevo
sangriento golpe de Estado, derrocando al gobierno democrático de Lidia Gueiler e
impidiendo la asunción del presidente progresista Hernán Siles Suazo cuyos
objetivos de Meza estaban establecer una política económica de libre mercado y el
combate al comunismo.155156 Aquella asonada instaló la «narco-dictadura» de Luis
García Meza, que asesinó, ese mismo día, al dirigente socialista Marcelo Quiroga
Santa Cruz, entre otras víctimas y desaparecidos.

El Ejército Argentino prestó apoyo al golpe de Estado en Bolivia de 1980 liderado


por el general Luis García Meza.157

Conflicto con Chile


Artículo principal: Crisis entre Argentina y Chile de 1978
En 1971 los presidentes chileno y argentino, Salvador Allende y Alejandro Agustín
Lanusse respectivamente, habían acordado someter el diferendo por las islas al sur
del canal Beagle formalmente al Reino Unido, pero en su contenido a un tribunal
arbitral compuesto por jueces elegidos consensuadamente por ambos gobiernos, todo
esto en el marco del derecho internacional y los tratados vigentes.

El 22 de mayo de 1977 se dio a conocer en Londres el laudo arbitral de 1977 que


otorgaba a Chile las islas Picton, Nueva y Lennox junto a las islas adyacentes.
Argentina obtenía la mitad norte del canal y las islas correspondientes.
La Junta Militar declaró la sentencia «insanablemente nula» e inició la
planificación de una guerra de agresión contra Chile para revertir el laudo
arbitral. Los mandos de las Fuerzas Armadas pusieron en marcha la Operación
Soberanía la noche del 21 al 22 de diciembre de 1978, que abortaron horas después
cuando la Junta aceptó la mediación papal en el conflicto.

Ninguno de los dictadores argentinos dio solución al conflicto desatado con el


desconocimiento del laudo arbitral, recién en 1984 el presidente Raúl Alfonsín,
elegido democráticamente en 1983, reconoció lo resuelto por la mediación del papa
Juan Pablo II, poniendo fin así al conflicto con Chile.

Corrupción
El Proceso se vería salpicado por diversos hechos de corrupción, entre ellos los
que pesaron sobre el Ente Autárquico Mundial '78 creada en 1976 por decreto de
Jorge Rafael Videla el fin de organizar la Copa Mundial de Fútbol de 1978. La
organización del campeonato un costo diez veces mayor previsto al inicio. El primer
presidente del comité fue fusilado, según se sospecha, por su sucesor.158La gestión
del mundial 78 estuvo rodeada de secreto, en parte gracias al decreto 1261/77, que
permitía que el EAM '78 pudiera atenerse a la reserva en su gestión. De los 517
millones de dólares estadounidenses de la época que el Mundial costó —más del
cuádruple del costo declarado por España para la organización de la edición de 1982
— se ignora la administración, pues nunca se dispuso de un balance contable del
mismo. La organización del campeonato un costo diez veces mayor previsto al inicio.
Las internas de los militares incidieron en esto.158159El 21 de junio de 1978
estalló una bomba en la casa del secretario de Hacienda de Juan Alemann, que días
atrás había cargado duramente contra Carlos Alberto Lacoste y los despilfarros en
la organización mundialista. El Mundial le salió a la Argentina unos 517 millones
de dólares, 400 más que los pagados por España en la siguiente edición de 1982 y
fue considerado como un «monumento a la corrupción».160Se denunció que eran
frecuentes la falta de transparencia en el manejo de fondos.161El organizador
designado por Videla para organizar dicho mundial sería, ya en democracia procesado
por administración fraudulenta como funcionario público.162163La Cámara Federal de
Buenos Aires consideró que Carlos Alberto Lacoste nunca suministró explicaciones
suficientes y satisfactorias sobre cómo su patrimonio económico haya podido
incrementar en un total de 443% entre los años 1977 y 1979, tal como denunció la
fiscalía nacional en 1984. Fue además procesado por administración fraudulenta como
funcionario público.164165 También se llevarían denuncias sobre negociados
espurios, como la construcción de las autopistas en Buenos Aires y el vaciamiento
de entidades financieras y apropiación ilegal de empresas, como la firma Mackentor
en Córdoba.166En medio, negociados espurios, como la construcción de las autopistas
en Buenos Aires, la organización del Mundial de Fútbol de 1978 y el vaciamiento de
entidades financieras y apropiación ilegal de empresas, como la firma Mackentor en
Córdoba167

Posteriormente documentos de la Audiencia Nacional de España hallados en 2015


describieron la existencia de una red que manejaba los fondos robados a víctimas
del terrorismo de Estado.168 Videla montó varias empresas en ese país y registró
cuentas en distintos bancos de Europa, donde guardó grandes cantidades de dinero
que fueron robados a desaparecidos, que al igual que en otros tantos casos, habrían
sido blanqueado a través de empresas y cuentas bancarias en el exterior.169 Así
mismo, diferentes grupos empresariales ligados a la dictadura fueron beneficiados
con contratos estatales opacos entre ellos Techint, Siderar, Socma, Papel Prensa,
Loma Negra, Ledesma, Molinos, Bunge & Born, Editorial Atlántida, La Nueva
Provincia, Dalminé- Siderca, La Veloz del Norte, entre otras.170

Política educativa
Según Pablo Pineau, la característica central de la política educativa de la
dictadura fue poner fin a la “escuela única” vigente históricamente en la
argentina, igualitaria para todos, que equilibraba las diferencias y las
desigualdades para la población que concurría.171 Con medidas estructurales,
financieras, organizacionales, curriculares y didácticas, la dictadura fortaleció
sus mecanismos de segmentación y diferenciación interna.171

El Proceso de Reorganización Nacional produjo una reformulación del Estado docente


como principal agente educador, tomando medidas como la Ley n. 21809/78, que en el
1978 transfirió a las municipalidades la educación inicial, primaria y de adultos,
siendo las provincias más pobres afectadas por no presentar los recursos materiales
y humanos para hacerse cargo de sus sistemas educativos.171 Favoreció además un
aumento de segmentación en el sistema educativo en temas como las propuestas
curriculares, el nivel de cobertura del sistema y las políticas salariales
docentes, favoreciendo al sistema educativo privado.171

La dictadura reordenó el sistema de acuerdo a criterios excluyentes, meritocráticos


y elitistas, con el fin de lograr una mayor equivalencia entre el sistema educativo
y las clases sociales, tomando decisiones como el armado de distintos circuitos de
trayectoria escolar con baja relación entre sí, siendo la selectividad y
homogeneidad social de la población atendida en cada segmento muy alta; la
segmentación se intensifico con la pasada de un nivel educativo al siguiente, con
la llegada de un ingreso selectivo en institutos privados y públicos, bajo las
excusas de “la buena competencia”, “premiar el esfuerzo”, y “seleccionar a los
mejores” siendo afines de vuelta, a las prácticas neoliberales.171

Las políticas didácticas de la dictadura tuvieron en sus fines generar una


homogeneización mediante una propuesta modernizadora en cuestiones pedagógicas y
didácticas.171 Con estos propósitos, en 1980 se creó la Escuela Superior de
Capacitación Docente, con el fin de formar directivos, vicedirectivos e
inspectores, derivado de la creación del sistema educativo municipal. También se
creó en 1979 el Programa de Capacitación y Apoyo al Docente (PROCAD), siendo una
actividad de capacitación docente a distancia, mediante módulos de distribución
periódico que otorgaba puntaje a aquellos docentes que aprobaran. La función de la
capacitación docente era la difusión de lo “nuevo” y “correcto” desde los agentes
de decisión definidos como "técnicos", hacia quienes lo implementaban -directivos y
docentes.171

Las políticas didácticas estuvieron sostenidas dos teorías psicológicas del


aprendizaje: el conductismo, referente a las actividades áulicas, y la psicología
genética, en cuestión del diseño curricular.171

Política cultural
Artículo principal: Política cultural del Proceso de Reorganización Nacional
El Proceso de Reorganización Nacional tuvo una política cultural y educativa en
sintonía con su política represiva del terrorismo de Estado. Esta política incluyó
una estricta censura previa. El gobierno militar creó un grupo especial encargado
de controlar y censurar todo tipo de producción científica, cultural, política o
artística.

Quema de libros
La dictadura llevó a cabo una sistemática labor de censura, en la cual se quemaron
cientos de miles de libros. Así pues, de editoriales como el Centro Editor de
América Latina se quemaron 1 500 000 de ejemplares, y de Eudeba unos 90 000.172

El 29 de abril de 1976, los ocupantes del Regimiento de Infantería Aerotransportada


de La Calera (en Córdoba) hicieron arder una montaña de libros. El comunicado
oficial decía: «Se incinera esta documentación perniciosa que afecta al intelecto y
a nuestra manera de ser cristiana, a fin de que no pueda seguir engañando a la
juventud sobre nuestro más tradicional acervo espiritual: “Dios, Patria y Hogar”».
Arden, entre muchas obras, las novelas de Gabriel García Márquez, los poemas de
Pablo Neruda, las investigaciones de Osvaldo Bayer. Desde el Ministerio de
Educación y Cultura se pergeña la Operación Claridad: plan de caza de opositores en
toda el área cultural. Además de las desapariciones de artistas, intelectuales,
docentes y alumnos, el plan produce despidos masivos e inhabilitaciones para
enseñar.
En la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe), los militares usurparon la
Biblioteca Popular Constancio C. Vigil. La Vigil era una institución que a
principios de los años setenta tenía una biblioteca de 55 000 volúmenes en
circulación y 15 000 en depósitos. El 25 de febrero de 1977 fue intervenida
mediante el decreto n.º 942. Ocho miembros de su Comisión Directiva fueron
detenidos ilegalmente, y el control de préstamos de libros fue utilizado para
investigar a los socios. Miles de libros de la entidad fueron quemados, por ejemplo
seiscientas colecciones de la obra completa del poeta Juan L. Ortiz. El periodista
y escritor Mempo Giardinelli sufrió las consecuencias de la pasión ígnea de los
militares: su primer novela fue quemada junto a una de Eduardo Mignogna. [Enrique]
Medina es, quizás, uno de los autores más sistemáticamente perseguidos por la
censura, durante la dictadura e incluso antes, según Invernizzi y Gociol. Manuel
Pampín, de Corregidor, editó parte de la obra del autor de Las tumbas, como Sólo
ángeles, cuya sexta edición fue prohibida aunque no la séptima, una copia de la
anterior.

La quema de libros más grande que concretó la dictadura fue con materiales del
Centro Editor de América Latina, el sello que fundó Boris Spivacow, quien además
tuvo un juicio «por publicación y venta de material subversivo». Él fue sobreseído,
pero el millón y medio de libros y fascículos ardieron en un baldío de Sarandí.

Marcelo Massarino, revista Sudestada, 46, 18 de marzo de 2006


Si bien el grueso del accionar censurador del PRN se concentró en el material
bibliográfico que pudiera ser sospechoso de contener ideología izquierdista o
peronista, durante la dictadura se dictaron varios decretos prohibiendo la venta y
distribución y ordenando secuestrar todos los ejemplares disponibles de diversos
libros de orientación nazi o de ultraderecha, entre ellos:

Beveraggi Allende, Walter: Del yugo sionista a la Argentina posible: esquema


económico de la dependencia y la liberación argentina. Confederación Nacionalista
Argentina.
Prohibido por decreto 3209/76 (publicado en el Boletín Oficial de la República
Argentina del 16 de diciembre de 1976, Colección de Anales de Legislación Argentina
XXXVII-A-182).
El Shulján Aruj: código de leyes judías (edición crítica de un libro de 1549).
Prohibido por decreto 2579/77 (publicado en el Boletín Oficial de la República
Argentina del 6 de septiembre de 1977, Colección de Anales de Legislación Argentina
XXXVII-D-3821.
Ediciones Mi lucha (Biblioteca de Esclarecimiento Popular n.º 2).
Prohibido por decreto 2579/77 (publicado en el Boletín Oficial de la República
Argentina del 6 de septiembre de 1977, Colección de Anales de Legislación Argentina
XXXVII-D-3821.
Hermann y Ritach: La economía nacional socialista. Editorial Occidente.
Prohibido por decreto 3006/76 (publicado en el Boletín Oficial de la República
Argentina del 30 de noviembre de 1976, Colección de Anales de Legislación Argentina
XXXVI-D-2959.
Revista Cabildo
Levantamiento de su prohibición. Por decreto 944/76 de junio de 1976 (publicado en
Anales de Legislación Argentina XXXVI—1215) se dejaron sin efecto los decretos
394/75 y 1159/75 firmados por María Estela Martínez de Perón que prohibían la
publicación de la revista.
La edición del 13 de junio de 1977 fue prohibida y secuestrada por decreto 1711/77
(publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina del 16 de junio de 1977,
Colección de Anales de Legislación Argentina XXXVII-C-2612. En el artículo 3.º se
aclaraba que el secuestro de la edición «...no impedirá la realización de las
tareas administrativas inherentes a la revista Cabildo...», la que se siguió
publicando de manera intermitente.
Tribuna Popular, edición del 23 de junio de 1976.
Prohibido y secuestrado por decreto 999/76 (publicado en Anales de Legislación
Argentina XXXVI—2138).
La yesca, ejemplar n° 3.
Prohibido y secuestrado por decreto 1306/76 (publicado en Anales de Legislación
Argentina XXXVI—2173).
Revista Cambio 16 editada en España, n° 250 y 251
Prohibido su ingreso al país y ordenado su secuestro por decreto 3022/76 del 12-9-
1976 (publicado en Anales de Legislación Argentina XXXVI—2933).
Los Principios, diario de Córdoba.
Clausurado por 6 días desde el 12-9-76 al 18-6-1976 por decreto 2310/76 del 1-10-
1976 (publicado en Anales de Legislación Argentina XXXVI—2933).
Semanario Correo de la Semana.
Prohibidos y secuestrados el ejemplar n° 2117 del 7-11-1977 por decreto 3392/77 y
el ejemplar n° 2118 del 14-11-1977 por decreto 3438/77 (publicados en Anales de
Legislación Argentina XXXVI—3878).
Boletín político Convicción.
Prohibido y secuestrado el ejemplar del 21-9-1977 y clausurada la Editorial
Convicción por tres meses por decreto 2877/77 (publicado en Anales de Legislación
Argentina XXXVI—3843).
La Opinión
Ejemplar n° 31 de la revista, prohibido y secuestrado por decreto 259/77 (publicado
en Anales de Legislación Argentina XXXVII—2173).
Ejemplar del 9-1-1977, prohibido y secuestrado por decreto 210/77 (publicado en
Anales de Legislación Argentina XXXVI-C—4124).
A pesar de estos actos de censura puntuales, en realidad el Proceso permitió una
amplia difusión de la literatura nazi y antisemita durante la dictadura.173

El concepto de «subversión»
Durante el Proceso de Reorganización Nacional, la conducción militar definió en un
sentido sumamente amplio el concepto de «subversión». Para la Junta Militar de
Gobierno y sus principales personeros, todo aquel que no estuviera alineado con los
criterios y objetivos de los golpistas, estaba «infiltrado» por el «germen»
subversivo. Los principales jefes de las Fuerzas Armadas compartían esta posición y
lo explicitaron en sucesivas declaraciones públicas, que potencialmente ubicaban
dentro del espectro «subversivo» a gran parte de la población:

Para obtener sus objetivos [los subversivos] han usado y tratan de usar todos los
medios imaginables: la prensa, las canciones de protesta, las historietas, el cine,
el folklore, la literatura, la cátedra universitaria, la religión…
Almirante Armando Lambruschini
El teatro, el cine y la música se constituyeron en un arma temible del agresor
subversivo. Las canciones de protesta, por ejemplo, jugaban un papel relevante en
la formación del clima de subversión que se gestaba: ellas denunciaban situaciones
de injusticia social, algunas reales, otras inventadas o deformadas.
Teniente general Roberto Viola
En nuestros días, se ha consumado lo peor que podía ocurrir y de las más funestas
consecuencias: la infiltración de las ideologías marxistas en el sentido nacional
y, más aún, en el nacionalismo argentino y en la Iglesia católica apostólica
romana.
General Manuel Bayón, director de la Escuela Superior de Guerra, 1977
Hasta el presente, en nuestra guerra contra la subversión no hemos tocado más que
la parte alta del iceberg [...] Ahora es necesario destruir las fuentes que forman
y adoctrinan a los delincuentes subversivos, y esta fuente se sitúa en las
universidades y en las escuelas secundarias. La influencia más peligrosa es la
ejercida por los universitarios formados en el extranjero, y más precisamente en la
Sorbona, Dauphine y Grenoble, que de inmediato transmiten el veneno con el cual
intoxican a la juventud argentina.
Acdel Edgardo Vilas, general de brigada, 2.º comandante del V Cuerpo de Ejército,
1976
A partir de una simple composición sobre las estaciones del año, un maestro
subversivo o un idiota útil comentará a sus alumnos la posibilidad de combatir el
frío según los ingresos de cada familia (…) Para los educadores: inculcar el
respeto por las normas establecidas; inculcar una fe profunda en la grandeza del
destino del país; consagrarse por entero a la causa de la Patria, actuando
espontáneamente en coordinación con las Fuerzas Armadas, aceptando sus sugerencias
y cooperando con ellas para desenmascarar y señalar a las personas culpables de
subversión, o que desarrollan su propaganda bajo el disfraz de profesor o de alumno
(…) Para los alumnos: comprender que deben estudiar y obedecer, para madurar moral
e intelectualmente; creer y tener absoluta confianzas en las Fuerzas Armadas,
triunfadoras invencibles de todos los enemigos pasados y presentes de la Patria.
General de división Luciano Benjamín Menéndez
Actos de censura y espionaje
El gobierno de la Junta Militar dispuso una serie de procedimientos para
«neutralizar el germen subversivo». Estas fueron algunas de las acciones
emprendidas:

En 1977, se distribuyó en las escuelas un material gráfico dirigido a los padres


con hijos en edad escolar, titulado Cómo reconocer la infiltración marxista en las
escuelas:174

Léxico marxista para uso de los alumnos: [...] Lo primero que se puede detectar es
la utilización de un determinado vocabulario que, aunque no parezca muy
trascendente, tiene mucha importancia para realizar este «trasbordo ideológico» que
nos preocupa. Así, aparecerán frecuentemente los vocablos diálogo, burguesía,
proletariado, América latina, explotación, cambio de estructuras, capitalismo.
Historia, Formación Cívica, Economía, Geografía y Catequesis en los colegios
religiosos, suelen ser las materias elegidas para el adoctrinamiento subversivo.
Algo similar ocurre con Castellano y Literatura, disciplinas de las que han sido
erradicados los autores clásicos, para poner en su lugar a «novelistas
latinoamericanos» o «literatura comprometida» en general.
Otro sistema sutil de adoctrinamiento es hacer que los alumnos comenten en clase
recortes políticos, sociales o religiosos aparecidos en diarios y revistas, que
nada tienen que ver con la escuela. Es fácil deducir cómo pueden ser manejadas las
conclusiones.
Asimismo, el trabajo grupal que ha sustituido a la responsabilidad personal puede
ser fácilmente utilizado para despersonalizar al chico, acostumbrarlo a la pereza y
facilitar así su adoctrinamiento por alumnos previamente seleccionados y entrenados
para «pasar» ideas.
En el mismo año, el decreto 3155 prohibió la distribución, venta y circulación de
los relatos infantiles Un elefante ocupa mucho espacio (de Elsa Bornemann), y El
nacimiento, los niños y el amor (de Agnes Rosenstichl) —ambos de Ediciones
Librerías Fausto—, por tratarse de «cuentos destinados al público infantil con una
finalidad de adoctrinamiento, que resulta preparatoria para la tarea de captación
ideológica del accionar subversivo».175El decreto 538, de mayo de 1978, estableció
para profesores y maestros la lectura y comentario obligatorio del folleto
Conozcamos a nuestros enemigos, cuyo contenido resumió el diario La Prensa en ese
mismo mes:

El texto tiende a facilitar a los docentes la comprensión del proceso subversivo en


el país, especialmente en el medio educativo, y brinda elementos de juicio sobre la
forma de obrar del marxismo. Expone también la estrategia particular de la
subversión en el ámbito educativo, sus modos de acción en todos los niveles
educativos y en la actividad gremial del ámbito educativo [sic]. En las
conclusiones del trabajo, cuya lectura y aceptación por parte del personal docente
y administrativo es obligatoria, se expresa que 'es en la educación donde hay que
actuar con claridad y energía para arrancar la raíz de la subversión, demostrando a
los estudiantes las falsedades de las doctrinas y concepciones que durante tantos
años les fueron inculcando en mayor o menor grado.
En octubre de 1978, una resolución del Ministerio del Interior prohibió dos obras
del pedagogo brasileño Paulo Freire: La educación como práctica de la libertad
(editorial Siglo XXI) y Las iglesias, la educación y el proceso de liberación
humana en la historia (editorial La Aurora), ya que, según las autoridades, «sirven
como medio para la penetración ideológica marxista en los ámbitos educativos. Por
otra parte, su metodología para interpretar la realidad, el hombre y la historia es
manifiestamente tendenciosa. Las fuentes de pensamiento del autor, como los modelos
y ejemplos que expone, son de clara inspiración marxista y toda su doctrina
pedagógica atenta contra los valores fundamentales de nuestra sociedad occidental y
cristiana».

También en octubre de 1978 se prohibió la distribución de la novela La tía Julia y


el escribidor, del escritor peruano Mario Vargas Llosa, argumentando que «revela
distorsiones e intencionalidad, así como reiteradas ofensas a la familia, la
religión, las instituciones armadas y los principios morales y éticos que sustentan
la estructura espiritual e institucional de las sociedades hispanoamericanas y,
dentro de éstas, a nuestra Nación, contribuyendo a mantener y expandir las causas
que determinaron la implantación del estado de sitio».

Días antes de celebrarse en Buenos Aires la Semana del Cine Español (del 23 al 31
de julio de 1979) el interventor del Instituto Nacional de Cinematografía, capitán
Bitleston, señaló la «inconveniencia» de presentar varios de los filmes
seleccionados por la Dirección General de Cinematografía de España para ser
exhibidos en Buenos Aires. Los directores y productores españoles, enterados de la
censura previa, se negaron a enviar sus películas, lo que motivó la postergación
sine die del evento.

En julio de 1980, por decreto 2038, se prohibió la utilización en el ámbito escolar


de la obra Universitas, Gran Enciclopedia del Saber, de editorial Salvat, editada
en Barcelona, por «incurrir en falseamiento de la verdad histórica [...] analizando
uno de los períodos más importantes de la historia moderna, como es el proceso de
industrialización, bajo la metodología inspirada en el materialismo dialéctico». En
el mismo decreto se prohibía el Diccionario Salvat: «Las dos obras revelan un
proceso editorial sistemático, en el cual la enciclopedia y el diccionario cumplen
la función expresa de ofrecer al estudiante [...] un léxico definitivamente
marxista, mediante la utilización de palabras y acepciones que, lejos de
corresponder fielmente a los significados propios de la lengua, tienden a sustituir
estos por otros que responden y son típicos de esa ideología».

En septiembre de 1980, un comunicado ministerial prohibió el uso en las escuelas de


los textos de Antoine de Saint-Exupéry, autor, entre otros, de El Principito.

Editores, periodistas, escritores, poetas, cantantes, fueron prohibidos:

Aída Bortnik (escritora)


Jorge Romero Brest (artista plástico)
Roberto Cossa (dramaturgo y director de teatro)
Crist (caricaturista)
Julia Elena Dávalos (cantante folclórica)
Griselda Gambaro (escritora)
Horacio Guaraní (cantautor folclórico)
Nacha Guevara (cantante)
César Isella (cantautor)
Litto Nebbia (cantautor)
Pacho O’Donell (escritor)
Gian Franco Pagliaro (cantante)
Piero (cantautor)176
Ariel Ramírez (pianista y compositor folclórico)
Sergio Renán (cineasta)
Mercedes Sosa (cantante folclórica)
María Elena Walsh (cantautora y escritora)
León Gieco (cantautor)
Los Trovadores (grupo vocal)
Los Indianos (grupo vocal)
Los Huanca Hua (grupo vocal)
Otros fueron asesinados.

Entre algunos casos paradigmáticos se prohibió la enseñanza de la matemática


moderna, o los temas musicales en los que Carlos Gardel era acompañado solo por
guitarras. Grupos de censores marcaban con una cruz los temas musicales que no
podían ser transmitidos por las emisoras radiales.

Las universidades fueron intervenidas, y se enviaron cientos de espías con el fin


de detectar opositores y detenerlos. Asimismo, los programas de enseñanza fueron
«depurados» de todo contenido considerado contrario a la cultura «occidental y
cristiana».

Resistencia

Tradicional pintada de las Madres de la Plaza de Mayo.


Madres y abuelas de los desaparecidos
Véanse también: Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza
de Mayo Línea Fundadora.
Las Madres de la Plaza de Mayo son madres de los desaparecidos que comenzaron a
organizarse durante la dictadura con el objetivo de descubrir el paradero de sus
hijos.

En 1977, el grupo inicial fue infiltrado por el integrante de la Armada Argentina y


represor Alfredo Astiz, resultando secuestrados, torturados y muertos una cantidad
importante de miembros del grupo, incluidas algunas fundadoras.

Las madres y abuelas de los desaparecidos han llevado a cabo una militancia desde
los mismos comienzos de la dictadura hasta la actualidad.

Periodistas
Una orden de la Secretaría de Información Pública prohibió la publicación de
información relacionada con desapariciones, descubrimientos de cadáveres,
enfrentamientos armados y cualquier otro hecho de este tipo. Testimonió Cox que
todos los funcionarios de diferentes escalas del gobierno que entrevistó en esa
época, le sugirieron que no efectuara publicaciones de ese tipo, aunque nunca nadie
le exhibió un decreto firmado que lo dispusiera, ya que incluso en el caso de la
orden de la Secretaría de Información Pública, sólo se le entregó, a su pedido, el
contenido de la disposición por escrito, pero en papel sin membrete y sin firma.177

Los canales de televisión y las estaciones de radio, en su mayoría estatales,


estuvieron íntegramente al servicio del régimen. En la prensa escrita, con la
excepción del Buenos Aires Herald la revista dirigida a la comunidad judía (Nueva
Presencia) o a la irlandesa (The Southern Cross) y Humor sobre el final del período
dictatorial, el apoyo a la junta y el ataque a las organizaciones de derechos
humanos fue lo habitual.178Varios empresarios de medios apoyaron al Proceso, entre
ellos Jorge Fontevechia quién lanzó varias editoriales apoyando el Proceso de
Reorganización Nacional y tildando de campaña antiargentina a quienes criticaban
las violaciones a los derechos humanos que ocurrían en el país.179 Fontevecchia
publicó un editorial donde se decía en forma de «Carta abierta a un periodista
europeo»: «Y, por favor, no nos venga a hablar de campos de concentración, de
matanzas clandestinas o de terror nocturno. Todavía nos damos el gusto de salir de
noche y volver a casa a la madrugada…»180Vicente Massot quién sería el primer
periodista en la historia argentina en ser imputado como responsable de delitos de
lesa humanidad.181 siendo señalado coautor del homicidio, cometido en 1976, de los
obreros gráficos y sindicalistas de base Heinrich y Loyola tras un conflicto
sindical registrado el año anterior en La Nueva Provincia, principal diario de la
localidad del sur bonaerense y de haber «aportes esenciales» para «el ocultamiento
deliberado de la verdad» en los secuestros, torturas y homicidios de 35 personas a
través de tareas de acción psicológica desde las páginas del diario, al servicio de
los represores de la dictadura.182Las revistas Somos, Gente y Para Ti,
pertenecientes al grupo editorial Atlántida, son de las que más apoyaron y
difundieron la campaña pro dictadura, inclusive antes del golpe. En tanto los
diarios Clarín y La Nación siguieron su tradición de apoyo a los golpes militares,
y apoyaron abiertamente la dictadura desde sus inicios. En el primer editorial de
Clarín al otro día del golpe se afirmó que “se abre una etapa con renacidas
esperanzas” y que “la acción de las Fuerzas Armadas se ha caracterizado por una
ponderada decisión de la que ha estado ausente la prepotencia revanchista o la
innecesaria utilización de la fuerza”.En agosto Clarín se refirió a la relación
existente entre la prensa y los jefes de la dictadura militar. Se animó a afirmar
que “la prensa nacional no tiene dificultades con un gobierno que persigue
idénticos fines”.183En abril de 1977, Videla anunció en conferencia de prensa que
los familiares del empresario David Graiver (muerto sospechosamente el año
anterior), quienes además eran los accionistas de Papel Prensa, habían sido
detenidos y que la Junta Militar había decidido “la prohibición de administrar y
disponer de sus bienes”. Ese mismo día, Clarín, La Razón y La Nación, se quedaron
con Papel Prensa. Poco después Papaleo fue llevada detenida a un centro clandestino
de detención, donde recordó posteriormente.: "Cuanto más sangraba yo, él me
eyaculaba encima. De tanto picanearme, me dislocaron los hombros. Me ponían sobre
un elástico, atada, y para escapar de la picana, me movía hacia un costado y el
otro. Después ellos me tiraban en un calabozo, muy chiquito, muy frío". A partir de
marzo de 1977, los familiares y miembros del grupo Graiver fueron detenidos en
forma ilegal. El 8 de marzo, Juan Graiver de Papaleo; el 14, Lidia Papaleo, Silvia
Fanjul y Lidia Gesualdi; el 12, Dante Marra, Julio Daich y Enrique Brodsky; el 15,
Jorge Rubinstein; el 17, Isidoro Graiver; el 22, Martín Aberg Cobo; el 1 de abril
de 1977, Edgardo Sajón; el 12, Rafael Ianover; el 15, Jacobo Timerman y Osvaldo
Papaleo; el 19, Orlando Reinoso; el 22, Eva Gitnacht; fueron los más importantes.
Todos ellos fueron llevados al centro clandestino de detención conocido como el
pozo de Banfield. Algunos de ellos continúan aún como desaparecidos, otros fueron
puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, y otros murieron debido a las
torturas aplicadas.

Además de la labor de exaltación del régimen llevada a cabo por los principales
medios gráficos de la época (las revistas Somos, Para ti y Gente, los periódicos La
Prensa, Clarín, La Nación, La Tarde184 y La Razón)178 la afinidad con el gobierno
también sirvió a algunos grupos editoriales para hacerse con el control de empresas
rivales, las cuales tenían sus propietarios detenidos, como fue el caso de la
empresa Papel Prensa, que acabó siendo propiedad de Clarín, La Nación y La
Razón.178

El periodismo clandestino de Rodolfo Walsh. El periodista, escritor y militante de


la agrupación Montoneros Rodolfo Walsh, que acabó siendo secuestrado y muerto por
un grupo de tareas de la ESMA al cumplirse un año del golpe,185 acometió un
proyecto de periodismo clandestino llamado Agencia de Noticias Clandestina
(ANCLA)185 repartiendo distintas notas informativas en forma individual, como por
ejemplo su Carta de un escritor a la Junta Militar de 1977.186 Las comunicaciones
de ANCLA se iniciaron inmediatamente después del golpe.185
La revista judía Nueva Presencia, fundada en 1977 y dirigida por Herman Schiller,
fue uno de los pocos ejemplos que hubo de denuncias del Proceso publicadas en
medios de comunicación argentinos durante la dictadura.178 Nueva Presencia era una
publicación sostenida por pequeños anuncios publicitarios, en la cual firmaron
artículos personalidades como Emilio Mignone, Nora Cortiñas, Hebe de Bonafini,
Julio Raffo e incluso ex detenidos-desaparecidos exiliados como Graciela Geuna. En
1981 sus oficinas sufrieron dos atentados con bomba.187
La Revista Humor fue, también, otro de los pocos ejemplos del periodismo argentino
que tuvo una actitud crítica hacia el Proceso.178 Dirigida por Andrés Cascioli,
aprovechó el humor para hablar de temas que estaban proscritos por la política
cultural del gobierno de facto.188
Los medios de comunicación extranjeros publicados en la Argentina. Además de los
pocos medios de comunicación y periodistas que hicieron frente a la dictadura,
también hubo casos de periódicos en lengua inglesa que publicaron críticas al
gobierno, como es el caso del Buenos Aires Herald, el primero en hablar de
desaparecidos o el periódico irlandés The Southern Cross.178
Juventudes políticas
Pocas semanas después de concretado el golpe, dirigentes de las agrupaciones
juveniles de algunos partidos políticos comenzaron reuniones clandestinas o
semipúblicas en embajadas, clubes y hasta locales partidarios; participaron
sectores de la diezmada Juventud Peronista (JP, Nilda Garré y Juan Pablo Unamuno),
la Juventud Radical (JR, Federico Storani, Marcelo Stubrin), la Federación Juvenil
Comunista (FJC, Patricio Echegaray, Enrique Dratman y Alberto Nadra), socialistas
("unificados", Eduardo Lázara) y ("auténticos", Mario Mazzitelli, Adrián Camps),
democristianos de izquierda (Carlos Bermúdez) y de la Juventud Intransigente (JI,
Martín Andicoechea, Roberto Garín). Era el inmediato renacer de lo que fueron las
Juventudes Políticas Argentinas (JPA) hasta el 24 de marzo de 1976, y lo que luego
de la Guerra de Malvinas reaparecería públicamente como Movimiento de Juventudes
Políticas (MOJUPO).

Pese al clima represivo plasmaron pronunciamientos conjuntos: el repudio al plan


económico de Martínez de Hoz; la adhesión a la Central Única de Trabajadores
Argentinos (CUTA), por la libertad de los presos y el esclarecimiento de la
situación de los desaparecidos.

Esa coordinación de juventudes impulsó al renacer de los reclamos de los jóvenes


productores (como se evidenció el I, II y III Encuentro de la Juventud de la
Federación Agraria con centenares de delegados)[cita requerida], de los obreros,
protagonistas de los trabajos "a tristeza" en las automotrices o en el ferrocarril,
de las revistas estudiantiles de los colegios secundarios –de las que llegaron a
distribuirse 4.000 sólo en la Capital Federal, y de la que fue una de las más
destacadas –y golpeadas— "Aristócratas del Saber", del Nacional Buenos Aires, de la
reorganización de los centros estudiantiles, enfrentando a Moyano Llerena, de la
resistencia al cierre de la Universidad de Luján y de las actividades en los clubes
de barrio.

En 1977 hubo un pronunciamiento conjunto contra la política económica que


personificaba José Alfredo Martínez de Hoz, y en 1978 por la Paz con Chile. En
1979, se constituyó la Confluencia Multisectorial Juvenil por la Paz en el Beagle –
con León Gieco cantando “Solo le pido a Dios” en Vélez, en el acto de cierre–
cuando las dictaduras se pusieron al borde de la guerra.

Las juventudes también organizaron marchas conjuntas a la Iglesia de San Cayetano,


con el movimiento obrero (sucesivamente la CUTA, los 25, la CGT-Ubaldini) por "Pan,
Paz y Trabajo", enfrentando la represión militar con enfrentamientos en todo el
barrio de Liniers.

También co-impulsaron la movilización ante la visita de la Comisión Interamericana


de Derechos Humanos (CIDH), con miles de personas desafiando los Falcon, las fotos
y las amenazas, en Avenida de Mayo al 760, donde funcionó la OEA. Familiares y
amigos, formularon denuncias, con el apoyo de centenares de comités partidarios y
juveniles de "recepción de denuncias y apoyo a los familiares". Las juventudes
políticas tuvieron su propio encuentro, y entregaran una declaración conjunta y
documentación de casos concretos.

Ya antes, en 1978, se había constituido el Seminario Juvenil de la ADPH, que acuñó


la consigna-denuncia acerca de "el delito de ser joven", pues los estudios
realizados en plena dictadura demostraron que más del 80% de los desaparecidos eran
jóvenes; la mayoría trabajadores, seguidos por los estudiantes. Una delegación de
dirigentes juveniles acompañaron, asimismo, a las Madres de Plaza de Mayo en sus
primeras movilizaciones, recibiendo los gases con los que pretendieron intimidar a
las mujeres del pañuelo blanco.

Manifestantes arremeten contra la Casa Rosada tras la marcha convocada por la


Multipartidaria, el 16 de diciembre de 1982.
Sobre el fin del régimen, las juventudes políticas participaron organizadamente en
la movilización convocada por la CGT a la Plaza el 30 de marzo de 1982.

El 2 de abril de 1982, marcharon a la Plaza de Mayo junto con los que concurrieron
espontáneamente, pero levantando consignas, escritas en panfletos y carteles de la
época, como "Malvinas sí, dictadura no" o “Malvinas sí, democracia también”. Estos
hechos no fueron “espontáneos”, sino organizados, producto de la marcha acordada en
decenas de comités conformados con reclamos y banderas propias en colegios,
universidades, barrios, que fueron los mismos que concurrieron a repudiar a la
cúpula militar cuando se dio su derrota y rendición.189

Guerra de las Malvinas

El hundimiento del ARA General Belgrano fue uno de los golpes más duros del Reino
Unido contra Argentina.
Artículo principal: Guerra de las Malvinas
En diciembre de 1981 la Junta Militar comenzó a preparar secretamente la invasión
de las Malvinas.190 Argentina considera que las islas Malvinas, Georgias y Sandwich
del Sur constituyen territorios propios usurpados por el Reino Unido en 1833.

El 2 de abril de 1982 la invasión se materializó.191 La dictadura estableció una


gobernación militar y una fuerza militar con el fin de negociar para anexionar las
islas definitivamente a la República.192

La resistencia popular cada vez más fuerte giró a favor de la acción militar.193 La
mayoría de los dirigentes políticos apoyaron al hecho.193 A modo de ejemplo Oscar
Alende dijo:

Afortunadamente, éste es un día en que los argentinos podemos afirmar, con el pecho
bien ancho, que las Fuerzas Armadas han interpretado el sentimiento y el
pensamiento popular, en la integración de nuestro territorio nacional, porque las
Malvinas y toda su esfera habían sido realmente usurpadas en 1833.
El Reino Unido envió la Fuerza de Tareas 317 para desalojar a los argentinos y
restablecer el gobierno británico en las islas.194

Las Fuerzas Armadas convocaron a miles de conscriptos a las filas.195 El 1 de mayo


comenzaron las hostilidades en Malvinas. Los combatientes argentinos resistieron al
ejército británico durante 45 días. El momento más crítico fue el hundimiento del
crucero ARA General Belgrano por parte de un submarino británico.196 Un número de
323 argentinos murieron en el incidente.197 El hecho es controversial por cuanto el
crucero estaba fuera de la zona de exclusión total instaurada por el Reino Unido.
El Reino Unido lo considera oficialmente una acción legal.198 Contrastando,
legisladores y funcionarios británicos dicen enérgicamente que fue un crimen de
guerra.198
La batalla final ocurrió entre el 11 y el 13 de junio, donde el ejército británico
se impuso al ejército argentino en la isla Soledad.199 El 14 de junio el comandante
argentino se rindió condicionalmente en Puerto Argentino.200 En ese momento, un
número de 649 argentinos habían muerto en combate, incluidos los del General
Belgrano.

Véase también: Rendición argentina en Malvinas


Los generales de división echaron al teniente general Galtieri, quien se vio
forzado a renunciar el 18 de junio como presidente y comandante.201 El reemplazante
en la Junta fue el teniente general Cristino Nicolaides201 y en la Presidencia fue
el general de división Reynaldo Bignone, quien inició un proceso de restauración
del sistema democrático.202

Posteriormente se iniciarían investigaciones por crímenes de guerra cometidos por


generales argentinos contra los propios conscriptos, en 2009, excombatientes de las
Malvinas contaron las vejaciones a las que fueron sometidos como parte de castigo
de campo por parte de setenta oficiales y suboficiales durante el conflicto bélico.
El veterano José M. Araníbar, que apoyó la investigación sobre vejámenes, torturas,
servidumbre, heridas graves, abandono de persona e incluso dos muertes; la de un
soldado que al parecer fue fusilado por un cabo y otro que murió de hambre al ser
abandonado.203204

Actualmente la Argentina reclama la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias


del Sur y Sandwich del Sur con base en lo estipulado en diferentes laudos y mapas
coloniales españoles, así como en lo enunciado en la constitución nacional.205

Archivo:Informe.final.dictadura.1983.ogv
Informe Final de la Junta Militar sobre la guerra contra la subversión y el
terrorismo.
La dictadura se vio forzada a entregar el poder hacia 1983. La derrota en Malvinas
aceleró su caída.206 El 1 de julio de 1982 Bignone asumió como presidente.202 La
Armada y la Fuerza Aérea abandonaron el gobierno, y el Ejército asumió la
conducción total.207 La Junta Militar se había disuelto el 23 de junio anterior.208
Las Fuerzas Armadas planeaban prolongarse en el poder hasta el 29 de marzo de 1984,
fecha en la cual Bignone entregaría el mando. Pero eventualmente se vieron
obligadas a adelantar el traspaso del poder por su fracaso militar, político y
económico.209 Bignone condujo el último gobierno para ello.209

La Junta Militar se recompuso hacia octubre de 1982 con el teniente general


Cristino Nicolaides, el almirante Rubén Oscar Franco y el brigadier general Augusto
Jorge Hughes.209

Fin del Proceso y consecuencias


Archivo:Asuncion.alfonsin.1983.ogv
Discurso de asunción del presidente Raúl Alfonsín.

Manifestación del pueblo argentino un día antes de las elecciones presidenciales en


la avenida 9 de Julio.
La campaña presidencial de 1983 opuso al candidato peronista Ítalo Luder, quien
rechazaba una revisión de lo sucedido durante la dictadura, otorgando legalidad a
la ley de autoamnistía dictada por los militares, y al radical, Raúl Alfonsín,
favorable al enjuiciamiento de los máximos responsables del terrorismo de Estado
(establecía tres niveles de responsabilidad). El 30 de octubre Alfonsín venció con
el 52 % de los votos, provocando la primera derrota electoral del peronismo en la
historia.

Apenas asumida la presidencia, el 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsín (1983–


1989) firmó los decretos de creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición
de Personas para investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre
1976 y 1983. Su investigación, plasmada en el libro Nunca más, fue entregada a
Alfonsín el 20 de septiembre de 1984.

Archivo:NUNCA MAS.ogv
El fiscal Julio César Strassera solicita la pena de reclusión perpetua para la
Junta Militar y menciona la famosa frase «Nunca más».
El gobierno radical ordenó el juzgamiento de los principales responsables del
terrorismo de Estado en el llamado Juicio a las Juntas, con la participación
destacada del fiscal Julio César Strassera. La sentencia condenó a los integrantes
de las Juntas Militares a penas por delitos de lesa humanidad, incluyendo la
reclusión perpetua de los principales responsables. Era la primera vez que se
enjuiciaba a quienes detentaron la suma del poder público sin más armas que las
leyes. Se los enjuició por los mismos tribunales que pueden enjuiciar a cualquier
ciudadano, aplicando el Código Penal vigente en la república desde 1922. Este fue
un hecho único en el mundo, que sentó precedentes para que se incluyera en el
Código Penal la figura de la desaparición forzada de personas, imitada por varios
países y que logró a la vez que la ONU la declarara delito de lesa humanidad.

Sin embargo, cediendo a las presiones de sectores militares —y también de algunos


sectores civiles—, el gobierno de Alfonsín promulgó las leyes de Obediencia Debida
y Punto Final, las cuales extinguieron las acciones penales contra los mandos
intermedios participantes del terrorismo de Estado.

En 1989 y 1990, el presidente Carlos Menem dictó indultos que beneficiaron a los
funcionarios del Proceso y a los jefes guerrilleros que continuaban judicialmente
comprometidos. La situación de impunidad en Argentina determinó que los familiares
de los desaparecidos buscaran apoyo en el exterior, por lo que desde 1986 se
iniciaron procesos penales contra miembros de la dictadura militar en España,
Italia, Alemania y Francia, por desaparecidos de esos países. En 2004 el Tribunal
de la ciudad de Núremberg, Alemania, emitió órdenes de captura y extradición contra
Jorge Rafael Videla y Emilio Massera; no obstante, quedaron en prisión domiciliaria
por otros crímenes no alcanzados por el indulto, como la apropiación de hijos
nacidos durante el cautiverio de sus padres.

El 15 de abril de 1998, por la ley 24 952210 se derogaron las leyes de Punto Final
(N.º 23492) y Obediencia Debida (N.º 23521), que posteriormente, el 2 de septiembre
de 2003, fueron declaradas «insanablemente nulas» (Artículo 1.º) por la Ley
25779211 El 14 de junio de 2005, la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró
la inconstitucionalidad de las leyes mencionadas anteriormente, además de
establecer la validez de la ley de nulidad.

Día Nacional de la Memoria


Artículo principal: Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

Marcha por los desaparecidos en ocasión del trigésimo aniversario del Proceso de
Reorganización Nacional.
El 15 de marzo de 2006, la ley 26085212 declara al 24 de marzo como Día Nacional de
la Memoria por la Verdad y la Justicia, en conmemoración al terrorismo de Estado y
crímenes de lesa humanidad cometidos durante el Proceso, al cumplirse 30 años del
golpe que derrocara a María Estela Martínez de Perón. Se establece como feriado
nacional inamovible.

Crímenes de lesa humanidad y genocidio


El Tribunal Federal N.º 1 de La Plata utilizó por primera vez en el país la figura
de genocidio para describir las acciones realizadas por el Estado argentino durante
los años del Proceso. Si bien citó el hecho de que durante algunos años la
legislación internacional contemplaba los motivos políticos en la definición, la
fundamentación para aplicar la definición se centró principalmente en el hecho de
que las víctimas pertenecían a un grupo nacional: el argentino. La sentencia se
refiere a la condena al exdirector de Investigaciones de la Policía bonaerense
Miguel Etchecolatz por casos relacionados con detenidos-desaparecidos, leída el 19
de septiembre de 2006.213

El 9 de octubre de 2007 el Tribunal Federal Oral N.º 1 de La Plata condenó a


reclusión perpetua por genocidio a Christian Von Wernich, sacerdote católico y ex
capellán de la Policía bonaerense durante la dictadura militar.

Pero en 2011, en el juicio por los delitos cometidos en la Escuela Superior de


Mecánica de la Armada (ESMA) del Tribunal Oral Federal N.º 5 se debatieron dos
posiciones doctrinales diferentes, una que sostenía debía aplicarse el derecho
internacional y sus actos aberrantes ser calificados como «crímenes contra la
humanidad» y, por ende, delitos de lesa humanidad; y la otra, que sostenía que se
trataba del tipo penal «genocidio y terrorismo». Tanto la Sección Tercera de la
Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional como la Sala Segunda del Tribunal Supremo
se definieron por la primera opción. El tribunal declaró que los hechos objeto de
ese proceso resultaban constitutivos de crímenes de lesa humanidad y debían ser
calificados según el artículo 118 de la Constitución Nacional y Convención sobre la
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los delitos de lesa humanidad,
aprobada por ley argentina Plantilla:N.º 24 584.2

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