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América Latina
Velázquez Quintero Datse
Los anteriores no son casos exclusivos del territorio, puesto que hubo otros
países donde se instauraron gobiernos militares, como Ecuador en 1972 con el
derrocamiento pacífico de José María Velasco, o Brasil que en 1964 tuvo lugar la
imposición un gobierno cívico-militar que culminaría hasta 1985 con la llamada a
elecciones, o la dictadura del general Stroessner en Paraguay que se extendió
desde 1954 hasta 1989. No obstante, el presente ensayo está enfocado en los
casos, uruguayo, chileno y argentino por las semejanzas en que se concretaron
los derrocamientos de sus gobiernos previos, y la implantación a posteriori del
neoliberalismo, y la aplicación de la Operación Cóndor.
1
Para entrar de lleno al fenómeno es indispensable contextualizarlo en el
proceso global de la Guerra Fría, o como lo señaló el historiador británico Eric
Hobsbawm, la “segunda guerra fría” (1974-1979), a raíz de los movimientos
revolucionarios que surgieron en todo el globo, 1 con cargado matiz social, que al
calor de la época era fácilmente asociable con la Unión Soviética.
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palacio presidencial de La Moneda con su regimiento de tanques desconociendo
al gobierno. Este fallido golpe de estado -conocido como el golpe Tanquetazo-
organizado por el grupo paramilitar nacionalista "Patria y Libertad", fue seguido por
una huelga general a fines de julio que incluyó a un grupo de mineros de cobre. En
agosto del mismo año, se produjo una crisis constitucional; La Corte Suprema se
quejó públicamente de la incapacidad del gobierno para hacer cumplir la ley de la
tierra. El 22 de agosto, la Cámara de Diputados (con los Demócratas Cristianos
unidos al Partido Nacional) acusó al gobierno de actos inconstitucionales e instó a
los militares a hacer cumplir el orden.8
8
Salinas Figueredo, “Golpe”, 2015, p. 82-84.
3
situación, sólo tengo una cosa que decir a los obreros: ¡no voy a renunciar!”
Debido a este mensaje de radio, se cortaron todas las conexiones con el exterior.9
4
El 27 de junio de 1973, argumentando que "el acto criminal de conspiración
contra el país, en sintonía con la complacencia de los políticos sin sentimiento
nacional, se inserta en las instituciones, para presentar formalmente disfrazado
como una actividad legal",14 Bordaberry disolvió el Legislatura con el apoyo de las
Fuerzas Armadas, creó un Consejo de Estado con funciones legislativas,
constitucionales y administrativas, restringió la libertad de pensamiento y facultó al
ejército y la policía para garantizar la provisión ininterrumpida de servicios
públicos.
Afirmo hoy, una vez más, en circunstancias de extrema importancia para la vida
nacional, nuestro profundo compromiso con la democracia y nuestro compromiso
incondicional con un sistema de organización política y social que gobierna la
convivencia de los uruguayos y con el rechazo de cualquier ideología De origen
marxista que intenta explotar la generosidad de nuestra democracia, aparecer
como una doctrina de la salvación y terminar como un instrumento de opresión
totalitaria.15
5
figura del general Juan Domingo Perón marcó una tendencia en la política
argentina, al conjuntar elementos del fascismo con la justicia social, 18 gestando un
populismo robusto en la nación sureña, representado por la segunda esposa del
líder carismático, e incluso más representativa que el mismo Perón, Eva Duarte.19
6
Fuerzas Armadas a lo largo del siglo XX fueron el anticomunismo y el catolicismo
fundamentalista, bases sobre las que se estructuró la orientación restauradora de
los golpistas.23 El Vicariato Castrense de Argentina, con su sede en la iglesia de
Stella Maris, fungió como la bisagra entre la nueva dictadura y la jerarquía
eclesiástica. Algunos miembros del alto clero no sólo confabularon con los
golpistas, como monseñor Tortolo, asesor espiritual de Isabel Martínez de Perón, 24
también legitimaron al nuevo régimen y sus acciones, tal como lo ilustra la
siguiente declaración del obispo Victorio Bonamín en noviembre de 1981: “Los
miembros de la junta militar serán glorificados por las generaciones futuras.”25
Bibliografía
23
Novaro, Historia, 2003, p. 34.
24
Mignone, Iglesia, 1986, pp. 17-21.
25
Ibíd., p. 24.
7
Buriano Castro, Ana (ed.), Tras la memoria. El asilo diplomático en tiempos de la
Operación Cóndor, México, Instituto de Cultura de la Ciudad de México-Gobierno
del Distrito Federal- Instituto Mora, 2000.
Buriano Castro, Ana, Silvia Dutrénit Bielous y Daniel Vázquez Valencia (ed.),
Política y memoria: a cuarenta años de los golpes de Estado en Chile y Uruguay,
México, FLACSO México-Instituto Mora, 2015.
Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica-Grijalbo Mondadori,
S. A., 1998 (edición original en inglés, 1994).
Moniz Bandeira, Luiz Alberto, Fórmula para el caos: la caída de Salvador Allende:
1970-1973, Buenos Aires, Corregidor, 2011.
8
Yankelevich, Pablo (coord.), Historia mínima de Argentina, México, El Colegio de
México, 2014.