En este periodo de 1968 y 1970, en el gobierno de Velasco, el incremento en la

participación del Estado fue notable, pues las cifras recopiladas por Parodi apuntan que,
entre 1968 y 1975, las empresas públicas pasaron de representar de 16% a 31% del
total. En 1975, el Estado controlaba el 75% de las exportaciones, 50% de las
importaciones, 66% del crédito bancario, 50% de la inversión y 33% del empleo en el
sector empresarial. Este incremento de la actividad estatal llevó al déficit público
llegando a 9.8% del PBI en 1975 y superando el 10% en los dos años siguientes, al igual
que la deuda pública. Además, cerca de 175 empresas públicas fueron creadas durante
el gobierno de Velasco, la mayoría luego de las expropiaciones, incrementándose así la
planilla pública en 83% para poder financiar el mayor gasto, la deuda publica pasó del
15% del PBI al 48% del PBI lo que causó que la deuda por cada habitante se
multiplicara por 5. Asimismo, la expropiación de la propiedad agraria creó informalidad
y abandono, en el que era hasta entonces, el principal sector económico y el mayor
contribuyente convirtiendo a nuestro país, que era netamente exportador, en uno
dependiente de alimentos, impidiendo las importaciones perjudicando al consumidor. A
pesar del modelo de “sustitución de importaciones”, se importó más de lo que se
exportó dando como resultado el estancamiento del ingreso per cápita real.