Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POTOSI-BOLIVIA
EL ACULLICU
CONCEPTO:
El acullico es una práctica cultural que se lleva a
cabo en algunos países de América del Sur,
especialmente en Bolivia y Perú. Se trata de la
masticación de hojas de coca, una planta nativa
de la región andina que tiene propiedades
estimulantes y medicinales.
HISTORIA
El cronista García Diez escribió que antes del imperio incaico, los ayllus aymaras del reino
Lupaqa tenían cocales en tierras de Chicaloma o Chicaruma, es decir, en los Yungas del
actual departamento de La Paz. Por otra parte, en la visita a Zongo, realizada en 1568, se
recuperó la noticia de que los indígenas del lugar poseían cocales desde mucho tiempo
atrás, y la realizada a Chuquito en 1576 recogió el dato de que los "reinos" aymaras de Lago
Titicaca tenían cocales en Larecaja y los Yungas de La Paz.
Sobre una de las funciones principales de la coca en estos grupos étnicos, es muy
importante considerar la hipótesis de que su cultivo, comercialización y consumo estaban
insertos en el contexto del control de diferentes pisos ecológicos practicado por los lupaqas,
pacajes y otros pueblos aymaras. Además, cumplió una función cultural como elemento
vital en las prácticas rituales y religiosas.
El intercambio de hojas de coca con otros productos como carne, papas, habas, verduras
fue también una práctica muy habitual durante el reinado de los Incas, es decir, las hojas de
coca también formaban parte importante de la economía Inca.
Los Incas poseían un sistema de correos a lo largo y ancho de su territorio, los encargados
de transportar las encomiendas eran conocidos como ‘Chaskis’, normalmente eran
hombres jóvenes de contextura atlética que recorrían
el imperio a pie. Este grupo fue uno de los que más hizo
uso de las hojas de coca, pues su consumo les permitía
cumplir su trabajo y recorrer grandes distancias sin
sentir fatiga.
Como se puede apreciar, los Incas dieron usos muy
diversos a la hoja de coca y esta formaba parte
fundamental de su estructura social, economía y espiritual, de ahí que la consideraran como
planta sagrada.
Desde fines del siglo XVI, muchos españoles tenían encomiendas de coca en la región de los
Yungas de La Paz y, en el siglo XVII, ya existían numerosas haciendas en la zona. A pesar de
ello, muchos ayllus Yungueños continuaron poseyendo sus propios cocales e importantes
familias de caciques indígenas, como los Guarachi, contaron, a su vez, con grandes
extensiones a su cultivo.
En el siglo XVII, la coca fue utilizada también como valor de cambio y con ella se podía
obtener ganado y otros productos altamente valorados. Muchos indígenas se convirtieron
en comerciantes de coca, llamados "cocanis", que la trasladaban en sus espaldas por
caminos de herraduras desde los Yungas de La Paz hasta Potosí. Además, según una autora,
existían diferentes tipos de trabajadores, como arrendatarios, esclavos trabajadores
temporarios involucrados con su producción, los que provenían principalmente de Pacajes,
Larecaja y Omasuyos.
Uso cotidiano vs. ceremonial: El pijchu se asocia más con el consumo cotidiano de hojas de
coca para obtener beneficios estimulantes y energéticos en situaciones de trabajo, estudio
o actividades diarias. Se utiliza como un supresor natural del apetito y un estimulante para
combatir la fatiga. Por otro lado, el acullico puede tener un componente ceremonial y
espiritual, utilizándose en rituales y ceremonias tradicionales para establecer una conexión
con lo sagrado, los antepasados y los espíritus de la naturaleza.
Forma de consumo: En el pijchu, la persona mastica directamente las hojas de coca en su
boca, extrayendo los alcaloides y los sabores de la planta. En cambio, en el acullico, las hojas
de coca se mastican y se forman pequeños paquetes llamados "acullicos" o "chacchar" con
las hojas masticadas y un polvo alcalino llamado "llipta" o "llipcha". Estos paquetes se
mantienen en la boca para permitir la absorción gradual de los alcaloides.
Significado cultural y social: Tanto el pijchu como el acullico tienen un significado cultural
y social importante en las comunidades indígenas de Bolivia. Sin embargo, el pijchu está
más asociado con el consumo individual y privado de hojas de coca, mientras que el acullico
tiene una dimensión más comunitaria y se practica en
grupos, fortaleciendo los lazos sociales y culturales.
TRADICION
La Erythroxylum coca, como se la conoce por su nombre científico, es desde hace siglos
parte de la vida de los pueblos indígenas de Bolivia. Pero además de otros países como
Colombia, Perú, Ecuador, Brasil, Venezuela y el norte de Argentina.
«Pero leer el futuro en las hojas de coca es un asunto secreto, oculto y reservado a unos
pocos, no cualquiera lo puede hacer», sostiene Pablo Mamani, oriundo de Santiago de
Huata. Esta región altiplánica de la provincia Omasuyos del departamento de La Paz, es un
pueblo del que se cuenta historias temibles y fantásticas.
Mamani llega cada día al cerro de Munaypata, en las faldas de la ciudad de El Alto, donde,
en una callejuela de tierra, se asientan pequeñas casetas de color azul. En ellas, se
encuentra a expertos en leer el futuro.
En ellas, los brujos andinos ofrecen a sus clientes remedios que curan los fríos del alma, que
brindan salud y prosperidad en los negocios y el amor, y que garantizan la buena fortuna.
La lectura de la suerte o del futuro en las hojas de coca puede generar alegrías o tristezas
entre las personas que diariamente acuden a esa suerte de ‘oficinas de atención al cliente’.
Desde la cima del cerro, donde se ubican las ‘oficinas’ kallawayas para las ofrendas a la
Pachamama, la Madre Tierra, se puede ver en su plenitud el cielo paceño. También se
observa la gran vitalidad urbana, las cúpulas de los templos católicos y el imponente nevado
Illimani.
HERENCIA:
El nacimiento de la hoja de coca en el mundo andino tiene una herencia de cientos de años.
Históricamente se debe a que los nativos indígenas adoraban la hoja de coca por sus
propiedades curativas y estimulantes.
ECONOMIA
SOCIAL
Se puede afirmar que muchos de estos usos tradicionales están aún presentes en las
poblaciones campesinas alto-andinas y en las poblaciones, originarias de los Andes que han
emigrado hacia los principales centros poblados. En la actualidad, estas poblaciones usan la
hoja de coca para la masticación en los trabajos y faenas que realizan, siendo ésta la
modalidad de uso más difundida, mitigando el hambre, la sed y el cansancio. Los otros usos
son los rituales y medicinales, mientras aquellos restantes van perdiendo vigencia a medida
que los intercambios de mercancías se monetizan y las nuevas generaciones emigran hacia
las ciudades y adoptan distintos patrones educativos y culturales.
“La masticación de la hoja de coca, en las circunstancias y maneras practicadas por los
indígenas, es un hecho cultural enraizados en principios étnicos y éticos de los pueblos
andinos, cuyas funciones religiosos, socioculturales,
económicas y médicas constituyen un complejo
funcional para la preservación y fortalecimiento de su
identidad y que no puede por ninguna razón equipararse
con una toxicomanía.” (Instituto Indigenista
Interamericano, pág. 12)