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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES


ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACION SECUNDARIA
ESPECIALIDAD HISTORIA, GEOGRAFIA Y CIENCIAS SOCIALES

El momento ideal para aplicar el castigo positivo como medida correctiva

DOCENTE:
Peter Rodríguez Bocanegra
GRUPO N°3
INTEGRANTES:
Espinoza Morillo Juan Francisco
Pérez Yupanqui Luz Clarita
Quezada Lujan Ruth Noemí
Villanueva Silva Solángel Juleisi
CURSO:
Taller de teorías del aprendizaje

NUEVO CHIMBOTE – PERÚ


2023
INTRODUCCION
Antiguamente el estilo de crianza por parte de los padres a los hijos se daba de
manera estricta y correcta, estos castigos meramente adecuados permitían que los hijos
no hagan lo que quieran y se respeten las jerarquías dentro del hogar, en el siglo pasado
no se desautorizaba al padre y este al tener potestad actuaba de la mejor forma
conveniente para educar a sus hijos, distintos tipos de castigo se les aplicada a los niños
para enderezar sus caminos y no se descarrilen. Esas personas que crecieron con ese
estilo de crianza muestran ser personas correctas y tener valores, porque desde pequeños
se les dijo que estaba bien y que estaba mal.

Actualmente, no se ve que se castiguen a los hijos y si lo hacen, les cae una


denuncia, en este siglo se ha desautorizado al padre, y ya no se puede corregir a los
niños como debería hacerse, hoy se les deja hacer todo lo que quieran sin medir
consecuencias, trayendo posteriormente malos hábitos, al no ponerse un alto a las
distintas faltas que comenten los niños se les esta motivando a seguir haciéndolas, pues
lo ven como algo normal, y más si le hablan, hacen caso omiso y siguen en las suyas, no
obstante, al aplicarse medidas correctivas, es decir mano dura, los niños ya no harían lo
que esta mal, sino, evitarían lo malo para no ser castigados.

Además, la mejor manera para erradicar las malas costumbres, es quitándola de


raíz es decir, corregir a los niños desde pequeños para así evitar futuros problemas que a
la larga pueden ser perjudiciales para las familias o comunidad. Ahora bien, el objetivo
de nuestro trabajo es brindar información de como los castigos positivos son
necesarios para erradicar los malos hábitos o comportamientos de los niños. Es
importante y fundamental dar a conocer cuales pueden ser las ventajas que ofrecen los
castigos, si se quiere ciudadanos responsables y con valores la mejor forma es
corrigiendo y enseñando las maneras correctas en como se deben hacer las cosas.

En la misma línea, hacemos mención que las madres de hoy han dejado las
viejas y adecuadas medidas de corrección y han optado por el dialogo, que esta bien,
pero que lamentablemente en la actualidad tiene poca eficacia, por otro lado, están las
madres que pegan descontroladamente a sus hijos, que al mínimo error de ellos los
pegan, buscan la sin razón y terminan castigando a los niños; hay momentos en los
cuales se debe enseñar con miel y momentos en los cuales se debe usar la hiel. Es
necesario poder entender cuando son necesarios las medidas correctivas para eliminar
un comportamiento y reforzar otro comportamiento, que nosotros queremos que tengan
los más pequeños, sin lugar a duda, es fundamental conocer este tema de los castigos y
saber cuándo aplicarlos de la mejor manera.

-METODOLOGIA

-HIPOTESIS

DESARROLLO

En el trabajo de investigación realizado por Rivas, (2021), muestra primeramente lo


trascendental de educar y criar a los niños sancionando las conductas inadecuadas y no
aceptables, esto indica establecer límites y castigos al niño, con el objetivo de garantizar
hombres de bien en la sociedad, sin que esto signifique violencia, todo lo contrario.
Asimismo, se propone que las conductas antisociales observables en la sociedad y en
otros casos la fragilidad emocional o falta de resiliencia de los adolescentes y jóvenes
son consecuencias de ausencia de castigo ante conductas inadecuadas del niño, y en el
peor de los casos derivan del uso y abuso del castigo corporal y psicológico. En segundo
lugar, se sustenta una mirada diferente hacia el castigo corporal como última opción, es
decir, lo ideal sería nunca aplicar el correcto castigo positivo, pues existen técnicas
previas para castigar al niño cuando se porta mal, sin embargo, en casos de “niños
difíciles” será necesario el uso del castigo corporal, y de llegar a esta extrema opción, se
deberá aplicarlo responsablemente, es decir, de forma esporádica, medida, ceremonial y
usando la razón; además se menciona con detalle que existen factores perjudiciales para
los niños y curiosamente algunos de estos factores negativos son aceptados por la
sociedad en general. Finalmente, como referencia se consideran los pensamientos de
Montaigne, Locke, Rousseau, asimismo se considera a las teorías psicológicas de
Melanie Klein y de John Bowlby, además se considera trabajos de investigación y
también las ideas de autores psicólogos, relacionados al tema.

En la misma línea, el artículo de Larzelere, se basa en la actualización de los resultados,


en los cuales se aplicaban el castigo físico habitual y no abusivo por parte de los padres
a sus hijos. Los resultados difieren según los factores metodológicos, infantiles y
subculturales, así como según la forma en que se utilizó el castigo físico. Los seis
estudios que utilizaron muestras clínicas (incluidos cuatro estudios clínicos
aleatorizados) y los tres estudios de análisis secuencial encontraron resultados
beneficiosos, como la reducción del incumplimiento y las peleas, principalmente cuando
se usaron azotes no abusivos para respaldar tácticas disciplinarias más leves en 2 a 6
años de edad. Cinco de los ocho estudios longitudinales que controlaron la mala
conducta infantil inicial encontraron resultados predominantemente perjudiciales de las
nalgadas. Sin embargo, esos resultados perjudiciales se debieron principalmente al uso
demasiado frecuente del castigo físico. Además, Se han encontrado resultados
aparentemente perjudiciales para todas las tácticas disciplinarias alternativas cuando se
investigan con análisis similares. Tales asociaciones perjudiciales de uso frecuente de
cualquier táctica disciplinaria pueden deberse a la confusión residual del mal
comportamiento inicial del niño. Hallazgos específicos sugieren discriminaciones entre
castigos físicos efectivos y contraproducentes con niños pequeños. Se necesita más
investigación para aclarar el papel de las nalgadas y las tácticas disciplinarias
alternativas en los aspectos del sistema de control de la disciplina de los
padres. Hallazgos específicos sugieren discriminaciones entre castigos físicos efectivos
y contraproducentes con niños pequeños. Se necesita más investigación para aclarar el
papel de las nalgadas y las tácticas disciplinarias alternativas en los aspectos del sistema
de control de la disciplina de los padres. Hallazgos específicos sugieren
discriminaciones entre castigos físicos efectivos y contraproducentes con niños
pequeños. Se necesita más investigación para aclarar el papel de las nalgadas y las
tácticas disciplinarias alternativas en los aspectos del sistema de control de la disciplina
de los padres.

Por su parte Magg, (2001), en su investigación, se enfoca en los métodos para lidiar con
las interrupciones de los estudiantes, a través de varias formas de castigo, como retiros
del salón de clases, multas, actividades de restitución, suspensiones dentro y fuera de la
escuela y expulsiones. Aunque algunos de estos enfoques pueden hacer que las escuelas
sean más seguras al eliminar a los estudiantes infractores, tienen poco efecto en alentar
a los estudiantes a realizar comportamientos socialmente apropiados. Hay muchas
razones por las que los educadores consideran que el castigo es un enfoque más
aceptable para manejar los comportamientos desafiantes de los estudiantes que el
refuerzo positivo. Este artículo delinea estas razones y aboga por que los educadores
planifiquen la ocurrencia del refuerzo positivo para aumentar los comportamientos
apropiados en lugar de correr el riesgo de promover comportamientos inapropiados al
azar.La mayoría de los enfoques para lidiar con las interrupciones de los estudiantes
involucran el uso de varias formas de castigo, como retiros del salón de clases, multas,
actividades de restitución, suspensiones dentro y fuera de la escuela y
expulsiones. Aunque algunos de estos enfoques pueden hacer que las escuelas sean más
seguras al eliminar a los estudiantes infractores, tienen poco efecto en alentar a los
estudiantes a realizar comportamientos socialmente apropiados. Hay muchas razones
por las que los educadores consideran que el castigo es un enfoque más aceptable para
manejar los comportamientos desafiantes de los estudiantes que el refuerzo
positivo. Este artículo delinea estas razones y aboga por que los educadores planifiquen
la ocurrencia del refuerzo positivo para aumentar los comportamientos apropiados en
lugar de correr el riesgo de promover comportamientos inapropiados al azar.

De la misma manera, Peña, (2021), en su trabajo refiere que la complejidad del castigo
viene determinada por la educación que van recibiendo los niños a lo largo de su vida:
la educación en responsabilidad, en autonomía, la disciplina impuesta, la autoridad
ejercida y los valores de respeto por la norma y por los demás. El castigo es necesario si
queremos mantener una sana convivencia en sociedad, haciendo cumplir las normas
establecidas. Pero no vale cualquier castigo. Hay diferentes tipos de castigos que,
además, traen una serie de consecuencias, positivas o negativas, que debemos conocer
con anterioridad para planear el castigo más apropiado a cada conducta indeseada,
siempre intentando respetar la dignidad del niño sin imponerle castigos que puedan ser
humillantes ni aquellos que supongan un maltrato físico o psicológico.

Rojas, J.A. y Perdomo, I.R. (2019), en su trabajo de investigación titulado: Experiencias


de castigo físico en familias de la región de la Orinoquía colombiana, tuvo como
Objetivo. presente investigación se enfocó en comprender la construcción de
representaciones sociales sobre el castigo físico utilizado en la crianza a partir de los
relatos de un grupo de madres y sus hijos adolescentes colombianos. Metodología. El
enfoque metodológico empleado fue cualitativo, se realizó un muestreo no
probabilístico para elegir por conveniencia las 20 diadas participantes (madre e hijo); se
utilizó una ficha de caracterización familiar; adicionalmente, se aplicó una entrevista
semiestructurada dirigida a madres y otra dirigida a los adolescentes. Resultados y
conclusión. El estudio arrojó que la mayoría de los participantes asocian el castigo físico
con los golpes, describen la ira y tristeza como desencadenantes emocionales de su uso
y refieren a la madre como principal castigadora. En general, se percibe un alto grado de
aceptación hacia la implementación del castigo y con ello se refleja la vigencia y posible
perpetuación de esta práctica en la crianza.
Peña, (2020-2021), en su trabajo de investigación titulado: El castigo en la educación.
Sentido, usos y límites, nos menciona, que la complejidad del castigo viene determinada
por la educación que van recibiendo los niños a lo largo de su vida: la educación en
responsabilidad, en autonomía, la disciplina impuesta, la autoridad ejercida y los valores
de respeto por la norma y por los demás. El castigo es necesario si queremos mantener
una sana convivencia en sociedad, haciendo cumplir las normas establecidas. Pero no
vale cualquier castigo. Hay diferentes tipos de castigos que, además, traen una serie de
consecuencias, positivas o negativas, que debemos conocer con anterioridad para
planear el castigo más apropiado a cada conducta indeseada, siempre intentando
respetar la dignidad del niño sin imponerle castigos que puedan ser humillantes ni
aquellos que supongan un maltrato físico o psicológico
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

¿Cuál es la problemática que está ocurriendo?

Se evidencia que se ha dejado de utilizar medidas correctivas, para erradicar malos


hábitos.

¿Por qué está sucediendo?

¿Qué ha llevado a la situación o fenómeno?

¿Cuáles son los puntos críticos, riesgos que generan ese proceso o fenómeno?

¿Qué significan esos resultados?

APLICAR EL CASTIGO EN MOMENTOS ADECUADOS

- SKINNER

- CONDICIONAMIENTO OPERANTE

-REFORZAMIENTO POSITIVO

-REFORZAMIENTO NEGATIVO

- CASTIGO POSITIVO

- CASTIGO NEGATIVO

TESIS

Castigo positivo

El castigo positivo es una estrategia de modificación de conducta que consiste en aplicar


un estímulo aversivo después de un comportamiento no deseado, con el objetivo de
reducir su probabilidad de repetición en el futuro. Aunque puede parecer una solución
rápida, su efectividad puede traer resultados eficaces. Cuando se aplica adecuadamente,
el castigo positivo puede disminuir comportamientos no deseados a corto plazo. Sin
embargo, si se aplica de manera contante, puede generar limitaciones y riesgos. Puede
afectar negativamente la relación con la persona que lo administra y enseñar a evitar la
conducta solo en su presencia.

Según la real academia española, el castigo es una pena que se impone a quien ha
cometido un delito o falta. En esta definición llama la atención la palabra “delito”,
dando la sensación de tratarse de un concepto mucho mas profundo y grave de lo que
realidad es.

A menudo nos encontramos ante un mal comportamiento de un niño y no sabemos si


debemos aplicar como medida correctora el castigo dado al poco conocimiento que
tenemos sobre si nuestras medidas van a ser las correctas o no. Muchas veces, los
padres y las madres utilizan los castigos para intentar corregir los malos
comportamientos de sus hijos. Pero la mayoría de los progenitores utilizan este método
sin conocer las diferencias entre castigo positivo y negativo.

Cada vez que se traspasan ciertos límites o no se cumplen con las normas establecidas
es nuestro deber tomar ciertas decisiones, siendo la estrategia mas utilizada para ello los
castigos, medida que suele aplicarse en los niveles escolares inferiores y en las familias
con niños pequeños. Y es que la sociedad ha tenido que inventar ciertos mecanismos
para limitar ciertos modos de actuacion, siendo lo mas habitual el uso del castigo.

Castigo positivo

Consiste en realizar algo que disminuirá la probabilidad de que alguna conducta se


produzca. Por ejemplo, si queremos que alguien no corra por la carretera (conducta no
deseada), le ponemos una multa (estímulo aversivo).

Para que un castigo tenga efecto, debemos tener en cuenta lo siguiente:

Intensidad: Aunque siempre hay que tener cuidado por cuestiones éticas, cuánto más
duro sea el castigo, más eficaz será. Por ejemplo, si alguien corre mucho con el coche y
se salta las normas, tendremos que poner una sanción económica severa o retirarle el
carnet de conducir. Si no hiciéramos esto y tan solo le amenazáramos, probablemente
esta persona no dejaría de correr con el coche.

Normas: Es importante que todos los castigos tengan unas normas y que siempre
sancionemos las acciones y no a las personas. Es decir, si dos personas hacen mal la
misma cosa deberán recibir el mismo castigo.

Inmediato: Como en el caso de los reforzadores, es importante que el castigo se


produzca inmediatamente después de la realización de una conducta negativa.
Frecuencia: Es importante que siempre que se realice algo que está mal se reciba el
castigo correspondiente. Si unas veces ponemos un castigo y otras no, no será tan
eficaz.

Refuerzo de respuestas alternativas: Para que un castigo sea eficaz, también tenemos
que reforzar aquellas conductas que son deseables. Por ejemplo, si un niño tiene
tendencia a portarse mal y un día se porta bien, tendremos que felicitarle por ello.

Aplicación del castigo positivo en la actualidad

En la actualidad no se aplica mucho el castigo positivo por parte de las madres a sus
niños; porque, tratan de corregir a sus hijos de una manera inapropiada cumpliéndoles
sus caprichos o muchas veces dejándose chantajear para que tengan un buen
comportamiento, pero también en algunos casos de familias, los padres inculcan y
educan a sus hijos desde pequeños con diálogos positivos y a veces aplican métodos
correctivos que son positivos y así logran desarrollar muy buenos valores en sus hijos y
logran que sean personas de bien para la sociedad

Es por eso que se visualiza que la crianza y disciplina de los niños ha evolucionado en
las últimas décadas. Si bien es cierto el castigo positivo en los siglos pasados se usaba
como un método correctivo por parte de las madres a sus hijos, obteniendo un resultado
de manera inmediata, hoy en día ese castigo que se utilizaba para corregir el
comportamiento de los niños se ve de manera negativa por parte de las madres y
autoridades las cuales sin darse uno cuenta al no aplicar esos castigos a los niños,
generan cambios negativos tanto en hijos como en las madres, porque los llevan a una
situación crítica donde no existe el respeto por parte de los hijos a sus padres .

Esto se genera porque los padres de hoy en día son más dóciles y flexibles al momento
de corregir a sus hijos, causándoles un daño negativo para su desarrollo y disciplina en
los centros educativos y muchas veces también en sus propios hogares actuando de una
manera irrespetuosa.

Cuando y como usar el castigo positivo

En este punto es importante comprender que los castigos deben ser severos, cuando los
niños cometen o hacen actos que no son debidamente correctos, pues al no hacerlo se
estaría incentivando a que en otro momento lo vuelvan hacer, para ello es que al mínimo
instante en el que ocurra la conducta negativa se opte por el castigo positivo. Vale
mencionar que debe ser empleado con moderación y solo cuando sea estrictamente
necesario. Pues es importante intentar otras estrategias de modificación de conducta,
como el establecimiento de límites claros, antes de recurrir al castigo. El cual debe
aplicarse de manera consistente para que el individuo pueda relacionar claramente la
conducta no deseada con las consecuencias negativas. Si se aplica de forma
inconsistente, puede generar confusión y dificultades en el desarrollo emocional del
niño.

Los momentos en los cuales se debe aplicar el castigo son:

-Si hacen un berrinche en publico

-Si suelen coger objetos que no son suyos

-Si vulneran a otros niños por obtener lo que quieren

-Si les hablas con infinidad de veces y no obedecen

-Si suelen levantar la voz y hacen todo lo que quieren

-No respetan las jerarquías dentro del hogar

Ahora bien, sabiendo estos puntos el castigo positivo debe aplicarse y adecuarse a la
conducta no deseada y debe ser lo suficientemente estricto para que el niño lo perciba
como un comportamiento que no debe repetir, este castigo no puede ser excesivamente
perjudicial. Es importante considerar la edad, el nivel de desarrollo y las características
individuales del pequeño. Además, de aplicar el castigo, es propicio brindar alternativas
de comportamiento que nosotros queremos que tengan los niños, a través de la
enseñanza de habilidades para manejar las distintas situaciones que va afrontar durante
el desarrollo de su niñez y de su vida, con el fin de que este tenga comportamientos
apropiados y eficaces.

Acompañar el castigo positivo con refuerzo positivo a través de recompensas y elogios


puede reforzar el comportamiento deseado. De esta manera, se aumentan las conductas
positivas y se fomenta su repetición en el futuro. Esto implica mantener una
comunicación abierta, explicar claramente las razones detrás del castigo para que de esa
forma se pueda orientar al niño a no volver a caer en lo mismo.

Cuando no usar el castigo positivo


Antes de recurrir al castigo, debemos analizar la situación y ver si ese comportamiento
necesita ser erradicado, porque no todo comportamiento es malo, hay momentos en que
los niños van a equivocarse y mas que golpes necesitan una guía y orientación, para no
repetir lo mismo, muchas madres al mínimo comportamiento que ellas creen incorrecto;
castigan al niño. Si el niño se ensucia, si rompe una taza, si no coge cuaderno, los
castigan, en estos puntos es necesario evitar los castigos, porque no se les da la
oportunidad de tener una comunicación sana con los padres.

Si el comportamiento no es intencional o está fuera del control de la persona, el castigo


positivo puede resultar injusto y no lograr los resultados deseados. En tales casos, es
mejor enseñar y no dejarse llevar por el impulso del momento, pues ya se estaría
abusando del niño al hacer severos los castigos y esto conllevaría a reactivar emociones
negativas y empeorar su sufrimiento. En estas situaciones es recomendable usar los
refuerzos positivos.

Casos

Ventajas y desventajas del castigo positivo

Ventajas:

 Efecto inmediato: El castigo positivo puede producir resultados rápidos, ya que


implica una consecuencia desagradable inmediata al comportamiento no
deseado. Esto puede interrumpir eficazmente la conducta no deseada y
establecer una clara asociación entre el comportamiento y las consecuencias
negativas.

 Establecimiento de expectativas claras: El castigo positivo puede ayudar a


establecer límites y expectativas claras sobre qué comportamientos son
inaceptables. Al experimentar las consecuencias negativas asociadas con una
conducta no deseada, las personas pueden comprender mejor qué se espera de
ellas.

 Motivación para el cambio: El castigo positivo puede generar una motivación


adicional para evitar la conducta no deseada. Al experimentar las consecuencias
desagradables, las personas pueden sentir una motivación interna para modificar
su comportamiento y evitar el castigo en el futuro.

Desventajas:

 Posible impacto negativo en la relación: Si el castigo positivo se utiliza de


manera excesiva o inapropiada, puede tener un impacto negativo en la relación
entre la persona que impone el castigo y quien lo recibe. Esto puede generar
resentimiento, miedo o frustración, lo que debilita la confianza y la
comunicación.

 Efectos secundarios indeseados: El castigo positivo puede llevar a efectos


secundarios no deseados, como el desarrollo de comportamientos defensivos, la
evitación de situaciones o incluso la reacción agresiva. Además, el castigo puede
enseñar a las personas a evitar ciertos comportamientos solo cuando están siendo
observadas, lo que no garantiza un cambio real en su comportamiento.

 No aborda la causa subyacente: El castigo positivo se enfoca en suprimir el


comportamiento no deseado, pero no necesariamente aborda la causa subyacente
del problema. Si no se aborda la raíz del comportamiento, es posible que persista
o que aparezcan nuevas conductas problemáticas.

 No promueve el aprendizaje de comportamientos alternativos: El castigo


positivo se centra en lo que no se debe hacer, pero no proporciona una guía clara
sobre qué comportamientos son más apropiados o deseables. Para lograr un
cambio duradero, es fundamental enseñar y reforzar activamente
comportamientos alternativos positivos.

Es importante recordar que el castigo positivo debe utilizarse con moderación y


combinarse con otras estrategias de modificación de conducta, como el refuerzo
positivo, el establecimiento de límites claros y la enseñanza de habilidades alternativas.
Además, es crucial evaluar cuidadosamente cada situación y adaptar las intervenciones
a las necesidades individuales de cada persona.

CONCLUSION:
.

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