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El documento habla sobre los efectos del ruido en la salud. Explica que la exposición a niveles de ruido superiores a 85 dB representa un riesgo para la audición, mientras que por encima de 100 dB existe un riesgo de pérdida auditiva inmediata. También describe el daño auditivo temporal y permanente que puede causar la exposición repetida a ruidos intensos, afectando primero a las frecuencias agudas y luego a las medias y bajas, llegando a una sordera severa. Finalmente, se
El documento habla sobre los efectos del ruido en la salud. Explica que la exposición a niveles de ruido superiores a 85 dB representa un riesgo para la audición, mientras que por encima de 100 dB existe un riesgo de pérdida auditiva inmediata. También describe el daño auditivo temporal y permanente que puede causar la exposición repetida a ruidos intensos, afectando primero a las frecuencias agudas y luego a las medias y bajas, llegando a una sordera severa. Finalmente, se
El documento habla sobre los efectos del ruido en la salud. Explica que la exposición a niveles de ruido superiores a 85 dB representa un riesgo para la audición, mientras que por encima de 100 dB existe un riesgo de pérdida auditiva inmediata. También describe el daño auditivo temporal y permanente que puede causar la exposición repetida a ruidos intensos, afectando primero a las frecuencias agudas y luego a las medias y bajas, llegando a una sordera severa. Finalmente, se
El ruido es la sensación auditiva inarticulada, generalmente desagradable. En el medio
ambiente, se define como todo lo molesto para el oído o, más exactamente, como todo sonido no deseado. El nivel de ruido recomendado por la OMS para garantizar una buena salud y bienestar es de 65 dB. Si la exposición es superior a 85 dB, ya hay riesgo de pérdida auditiva crónica. Mientras que, si la exposición se repite en el tiempo y por encima de 100 dB, hay riesgo de pérdida inmediata. La pérdida de audición, hipoacusia, inducida por el ruido, conocido también como traumatismo acústico (agudo o crónico), es un problema de salud que se incrementa con el avance de la civilización. Por ello el ruido se engloba dentro del término contaminación acústica. El traumatismo acústico agudo se produce cuando hay una exposición a un ruido único de muy corta duración, pero de muy alta intensidad, son los llamados ruidos de tipo impulsivo (una explosión, disparos, petardos…). También puede producirse por determinados ruidos industriales o los generados en discotecas o conciertos. Por su parte, el traumatismo acústico crónico, llamado también daño auditivo inducido por el ruido, es la pérdida auditiva continua, permanente y acumulativa, de origen neurosensorial, que se desarrolla de forma gradual a lo largo de los años, como consecuencia de la exposición a niveles perjudiciales de ruido ambiental o laboral, de tipo continuo o intermitente, de intensidad relativamente alta. Al principio, la lesión del oído interno y la pérdida de audición pueden ser temporales, durando minutos, horas o días, pero si la exposición es repetitiva, la lesión del oído interno puede producir una pérdida auditiva permanente. Así, en una primera fase la sordera es moderada, solo de frecuencias agudas y se puede revertir. Sin embargo, después el daño auditivo se hace permanente e irreversible afectando también a las frecuencias medias y las bajas llegando a presentar una sordera severa. Así es como el ruido afecta a la audición, dificulta la comunicación y produce otros efectos negativos sobre la salud: incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, produce insomnio, genera estrés y problemas psicológicos, dificulta el aprendizaje al disminuir la capacidad de atención y concentración e incluso la memoria y la motivación.