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TEMA DE CHARLA DE SEGURIDAD DE INICIO


DE JORNADA
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EL RUIDO Y SUS CONSECUENCIAS

El ruido es la sensación auditiva inarticulada, generalmente desagradable. En el medio


ambiente, se define como todo lo molesto para el oído o, más exactamente, como todo
sonido no deseado.
El nivel de ruido recomendado por la OMS para garantizar una buena salud y bienestar es
de 65 dB. Si la exposición es superior a 85 dB, ya hay riesgo de pérdida auditiva crónica.
Mientras que, si la exposición se repite en el tiempo y por encima de 100 dB, hay riesgo
de pérdida inmediata.
La pérdida de audición, hipoacusia, inducida por el ruido, conocido también como
traumatismo acústico (agudo o crónico), es un problema de salud que se incrementa con
el avance de la civilización. Por ello el ruido se engloba dentro del término contaminación
acústica.
El traumatismo acústico agudo se produce cuando hay una exposición a un ruido único
de muy corta duración, pero de muy alta intensidad, son los llamados ruidos de tipo
impulsivo (una explosión, disparos, petardos…). También puede producirse por
determinados ruidos industriales o los generados en discotecas o conciertos.
Por su parte, el traumatismo acústico crónico, llamado también daño auditivo inducido
por el ruido, es la pérdida auditiva continua, permanente y acumulativa, de origen
neurosensorial, que se desarrolla de forma gradual a lo largo de los años, como
consecuencia de la exposición a niveles perjudiciales de ruido ambiental o laboral, de tipo
continuo o intermitente, de intensidad relativamente alta.
Al principio, la lesión del oído interno y la pérdida de audición pueden ser temporales,
durando minutos, horas o días, pero si la exposición es repetitiva, la lesión del oído
interno puede producir una pérdida auditiva permanente. Así, en una primera fase la
sordera es moderada, solo de frecuencias agudas y se puede revertir. Sin embargo,
después el daño auditivo se hace permanente e irreversible afectando también a las
frecuencias medias y las bajas llegando a presentar una sordera severa.
Así es como el ruido afecta a la audición, dificulta la comunicación y produce otros efectos
negativos sobre la salud: incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
produce insomnio, genera estrés y problemas psicológicos, dificulta el aprendizaje al
disminuir la capacidad de atención y concentración e incluso la memoria y la motivación.

MRHP 2022

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