Está en la página 1de 2

Leyó, y leyó bien.

Fárragos Doblegar

Necesidad de sentirse Cerril Su tiempo sin horas


triste
pretérito Fascinación por lo fugaz
Alboroto
Inhóspito Indulgente
Lluvia triste
Vaho hirviente Marginal
Tapizando las vigas
Sigilosos Escollo
Acolchonando paredes
Ralo Pletórico
Entrañas
Enhiesto incoherencia
Turba
Pueblo ígneo que se Edad indecisa
Ajetreo cuece…
Ocultar las manos
Casi invisibles de Cerros pétreos
Escueto
habituales
Infestar
Inocuo
Deseable dignidad de
Menguado
haber muerto Mundo paralelo
Polícromas
Ceniza Lasitud
Tarde destinada a no
Entorpece Acaso
dejar huella en la
Sosiego memoria de nadie Baladí
Haragán Infiltrado Laberinto
Espiral Pesquisa Cenicientos
Arguyen Execrable Aciaga
Hirsuto Indigencia Crasa
Abjurar Hórridas Atónito
Escuálido Estribo Trémulo
Volatizar Añade Purgar
Menesterosos Arisco Metáfora
Perspicuo Guijarro Intuír
Se enloquecían los Párpados Pigmeo
árboles
Estropajo Vértigo
Olía vagamente a…
Ofuscaba Modesto
Cicatriz rencorosa
Fornido Rumores
Dorso
Macilentos Gravitación
Garabatear
Extenuados Tiempo disecado
Lámparas estudiosas Limpió el pico de la
botella con su mano
Napa sumergida
inmunda.
La barba parecía morderle
El sol aparecía simpático
la cara
Sabor a mármol
Simetrías
Vejez desdentada
Acosado
jirones
conjeturas

Lacerante

Indolencia

exclamar

Clamor

Desdén

Hincó

Ridículo

Nictápole: que ve mejor


de noche que de día

Hipogeo: bóveda
subterránea

Le permitían transitar por


calles y avenidas
prohibidas…..

Oscuridad religiosa del


templo

Porque ella, linda. Porque


ella, horrible, porque ella,
tan fea

Y ella le dio la mano, ese


estropajo húmedo;
además no miraba a los
ojos

Empañan los vidrios con


aliento

Se llevaban la cara al
plato y no el tenedor a la
boca

También podría gustarte