¡No dejes para mañana
ABRAZANDO LA PALABRA DEL DOMINGO
CATE gestos
Escuchamos la Palabra de Dios
.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Dijo Jesús a sus apóstoles:
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama
a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que
me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el
que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca,
a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».
Palabra del Señor.
UN CORAZÓN QUE SABE HOSPEDAR DAR Y RECIBIR
Hoy Jesús parece que nos redobla la apuesta.
Si el domingo pasado nos repetía tres veces “No tengan
miedo”, en este día escuchamos la palabra “recibe” seis veces.
¡El que los recibe a ustedes, me recibe a mí, y el que me recibe,
recibe a mi Padre! Mt 10, 40
Nuestro Papa Francisco nos dice que la primer actitud en el
corazón del discípulo es “aprender a recibir” es “aprender a
alojar” a “hospedar”
Pero no podemos dar lo que no tenemos y es por eso que lo
primero es dejarnos amar por Dios, recibirlo a Jesús en el
centro de nuestro corazón, porque “Dios nos amó primero” y
quien ama a Dios aprende a amar a todos sin dejar a nadie
afuera; ama a sus padres, hermanos, amigos, a los que
conocemos y a los que no conocemos tanto. Porque siempre
“el amor nos mueve a amar y nos hace familia, comunidad”
Cuando uno se siente amado, desea profundamente que nadie
se pierda ese amor. “Ustedes han recibido gratuitamente, den
también gratuitamente” Mt 10, 8b
DAR Y RECIBIR, RECIBIR Y DAR esa es la mejor escuela para
aprender a seguir a Jesús.
hicieron por mí” Mt 25,40
a quien puedes recibir hoy!
¡Seamos vasos de agua fresca!
Mt 10, 37-42
“LA HOSPITALIDAD, EL RECIBIR, LAS PUERTAS ABIERTAS,
El ABRAZO DE TERNURA”
Recibir es abrir puertas, es alojar, hospedar, esperar,
entregar, curar, proteger, amar, escuchar, sanar,
acompañar, abrazar…
Por eso el Papa nos habla de la Iglesia como una “madre de
corazón abierto” ¿No les parece tan linda esta imagen para
hablar de nuestra Iglesia?
Pensemos juntos ¿qué mamá no conoce profundamente a
cada uno de sus hijos y es capaz de entregarlo todo por
ellos, especialmente por el que está herido, sufre o vive
alguna necesidad? ¡Así tiene que ser nuestra Iglesia!
Ser hospitalarios es vivir con los brazos y las puertas del
corazón abiertas.
Ser hospitalarios es aprender a recibir a todos.
Ser hospitalarios es tener siempre lugar para uno más en
nuestras mesas.
¡Qué bien nos sentimos cuando llegamos a un lugar y nos
reciben con alegría, con brazos abiertos, con ternura, cuando
se preocupan por nosotros, cuando conocen nuestro nombre,
saben qué nos pasa, nos escuchan, nos entregan lo mejor y
nos hacen sentir en casa, en familia!
Vivir siendo hospitalarios es hacer vida la frase de Jesús “lo
que hicieron por el más pequeño de mis hermanos lo
¡Que el Señor nos ayude a vivir la hospitalidad todos los
días, con pequeños gestos y en cada lugar en que nos
encontremos! En el cole, en casa, con nuestros amigos, en
las redes…
Ya sabemos que no será fácil, habrá momentos de dudas,
de cruz, de dolor, pero tenemos que confiar que siempre
estamos en los “brazos de Dios”, que no estamos solos, que
somos comunidad y que entre todos intentamos ser esta
“iglesia hospital de campaña” que quiere sanar nuestras
heridas y las de todos.
 Gesto para la Misa
o el encuentro. No hay excusas, tenemos visitas

En un primer momento podemos pensar juntos;

¿Qué excusas usamos cuando evitamos recibir a alguien?

¿Qué excusas usan los demás para no recibirnos, para no abrirnos sus puertas, no invitarnos,
o no aceptarnos en sus grupos? etc

A veces escuchamos...
No tengo tiempo, otro día, me da fiaca, no se que haría, no lo conozco tanto, nunca me
invitó, no es de mi grupo, no tengo que ofrecerle...

Cómo duelen las excusas. Hoy Jesús nos enseña qué importante es ser "hospitalarios" buenos
anfitriones, estar atentos a abrirle las puertas a todos, no mirar para otro lado.
Qué feo es hacerse los distraídos cuando alguien necesita de nosotros.

GESTO...
¿Se animan a buscar una puerta? Tal vez tengan alguna que se pueda sacar y después
volver a colocar, o podemos hacer una grande de cartón, o simularla invisible... A ser creativos

Vamos a invitar a varios chicos o grandes que quieran participar...

Golpearemos la puerta y cuando nos abran les mostraremos una tarjeta con el nombre de la
visita que van a recibir y ellos van a tener que representar con qué gestos creen que
recibirían esa visita. (pero no pueden decir a quién reciben). Qué cara pondrían, qué gestos,
etc
Primera opción
A todos le muestran el cartel con el mismo nombre, Jesús.
Así como recibieron a Jesús deberíamos recibir a todos.
Segunda opción... ¿Quién es? Y respondemos quiénes somos... así vemos cómo nos abren...
Messi, una señora pidiendo comida, mi mejor amigo, mi abuela, Jesús... (piensen otros)

¿Cómo les parece que a Jesús les gustaría que recibamos a los que nos necesitan?

Gesto para la Misa o el encuentro.

Seamos un vaso de agua fresca
SEAMOS UN “VASO DE AGUA FRESCA” PARA TODOS LOS QUE NOS
NECESITAN
¡PUERTAS ABIERTAS PARA TODOS!
Gracias Jesús por tu visita,
¡Seguro cuando Jesús usó esta imagen pensaba en su tierra y en esos días de tanta
caminata al sol y mucho calor! y por golpear la puerta de nuestro corazón.
Si vos vivís en un lugar donde ahora hace frío, imaginate un mate, un té calentito, Gracias por estar siempre cerca,
un fuego prendido, un pan caliente, una manta que te abrigue. por soñarnos amigos, discípulos, familia, iglesia,
Tenés que sentir que llegás a un lugar y eso que te ofrecen es lo que estabas comunidad, hermanos…
necesitando y te “alegra el alma”. Hoy te damos gracias por todos los que son
Lo importante del gesto es “que alguien te hace sentir valioso, querido, cuidado” como “vasos de agua fresca en nuestra vida”.
igual que cuando venís de la calle con mucho calor y te preparan algo fresquito. Enseñanos a ser hospitalarios,
¡Ese es el mejor gesto de recibimiento que te pueden hacer! Y ese es el mensaje de a tener siempre un abrazo de ternura
Jesús para el que golpea nuestras puertas,
TENEMOS QUE APRENDER A SER HOSPITALARIOS, TENEMOS QUE SER, LO
y que aprendamos a recibir al otro,
QUE EL OTRO NECESITA”
haciéndolo sentir como en su “casa”.
Podemos mostrar un vaso de agua fresca...
¿Quiénes son nuestros vasos de “agua fresca”? Gracias por invitarnos a ser una iglesia
Los que nos llenan de vida, los que nos reciben siempre con los brazos abiertos, con “corazón de madre”,
los que están atentos a lo que nos pasa, esos que nos acompañan en todo una iglesia “hospital de campaña”
momento, que comparten nuestras alegrías y también nuestras tristezas. que siempre está atenta
Los que nos ayudan a ser cada día mejores personas, los que nos conocen las caras, a recibir a los “heridos del corazón”
los gestos, y tienen siempre tiempo para escucharnos, para darnos una palabra Queremos que vos seas siempre
cariñosa. el centro de nuestras vidas,
Pensemos en sus nombres para darle gracias a Dios por tenerlos en nuestras vidas. y nos ayudes a tomar nuestra cruz y seguirte.
¡Son como nuestro pedacito de cielo! Te pedimos especialmente por…
¡Qué feliz nos hace ser parte de tu Equipo!
Y para cerrar esta oración podemos pensar
Amén.
¿Para quién puedo ser yo un “vaso de agua fresca” o un “mate calentito en este
tiempo?

Textos. Flavia Oubiña

La Fiesta del Abrazo Ilustraciones Lorena Dietrich