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Universidad Nacional de Buenos aires

Facultad de Arquitectura, diseño y urbanismo.


Carrera de diseño de Imagen y Sonido
Cátedra Técnicas Audiovisuales
Profesor titular: Jorge Gomez
Profesor Adjunto: Lic. Rodrigo Ruiz

Cuidar y proteger al oído

La estructura anatómica del oído nos muestra no sólo la gran complejidad del mismo
sino lo delicado de las partes que lo componen. De más esta decir y lo difícil que cuesta
pensar que la cadena de huesos del oído medio son literalmente unos huesos muy pequeños
sostenidos por unos músculos de parecidas dimensiones . Es más las células ciliadas, por
ejemplo, son sensibles a movimientos más pequeños que las dimensiones atómicas, razón
por la cual están fácilmente expuestas a la destrucción por sobrecarga (especialmente las
externas). Sin embargo naturalmente el oído posee algunos recursos de autoprotección que
contribuyen a preservarlo.

Protecciones del oído externo

El conducto auditivo externo esta “separado” en dos partes diferenciadas. En su tercio


exterior posee una cobertura formada por un tejido cutáneo grueso con pilosidades cuyo
trabajo es bloquear el paso de objetos extraños al interior del conducto que pudieran
perjudicar al tímpano, además posee unas glándulas que segregan cerumen, sustancia
cerosa que fija las partículas de polvo y las arrastra hacia el exterior, realizando un trabajo
higiénico. Por otro lado, en condiciones ambientales de gran nivel sonoro, la segregación de
cerumen es , como decirlo?, más abundante, tendiendo a obstruir el canal con el
denominado tapón de cera.
La porción restante, correspondiente a la parte interna de la longitud del canal, no
posee más que una piel delgada, que se encuentra ligeramente curvado, dificultando la
penetración de objetos grandes hacia el tímpano.
El tímpano es un órgano que de manera asombrosa se reconstruye espontáneamente,
en caso de que por alguna enfermedad o ruido violento sufriera lesiones, pero en general
esto puede dejar algún tipo de secuelas.

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Protecciones del oído medio

El oído medio cuenta con dos tipos de protecciones. La primera, es por orden y
cuenta de la trompa de Eustaquio. La misma está destinada a proteger al oído contra
variaciones de presión atmosférica o, presión estática.
Normalmente está cerrada, y se abre al tragar y al bostezar, momento en que el aire
puede entrar o salir de la cavidad del oído medio. A causa de determinadas enfermedades
otorrinolaringológicas, la trompa de Eustaquio permite también el ingreso de gérmenes
capaces de infectar el oído medio, con la posible segregación de mucosidades, que al
rellenar la caja timpánica reducen la eficiencia de la transmisión, en especial en alta
frecuencia.
El segundo tipo de protección se refiere a la contracción del músculo estapedio,
ubicado sobre el estribo, que entorpece sus movimientos. Esto sucede cuando el nivel
sonoro excede los 80 dB, lo cual representa una reducción de unos 10 dB en la capacidad de
la transmisión. Esta protección, sin embargo, funciona bien por debajo de los 500 Hz, ya
que este músculo responde a una acción refleja que demora cerca de 100 ms en
efectivizarse (Moch, 1986).
Este recurso sirve verdaderamente para proteger al oído de la propia voz del
individuo, cuyo nivel sonoro puede ser realmente muy alto (por ejemplo durante un grito).
En este caso la protección sí es efectiva dado que el reflejo estapedial se produce antes de
la emisión vocal.
Sin embargo la protección del estapedio es totalmente inefectiva para ruidos de
crecimiento muy rápido como por ejemplo los ruidos impulsivos, los impactos intensos o
las explosiones, los cuales se propagan fácilmente y sin atenuación al oído interno,
pudiendo causar daño auditivo permanente. En algunos casos las explosiones son tan
intensas que producen el desgarramiento inmediato del tímpano. Esta situación,
contrariamente a lo que podría imaginarse, es útil, ya que antes de que los huesecillos
puedan comunicar la totalidad de la energía de la onda sonora al oído interno la eficiencia
mecánica se reduce, disminuyendo el riesgo de destrucción de las células ciliadas. No
olvidemos que el tímpano se reconstruye naturalmente.

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Protecciones del oído interno

No podemos decir verdaderamente que el oído interno tenga una protección


propiamente dicha. Sin embargo, ante un sonido de gran nivel sonoro (el oído interno)
genera señales nerviosas que el cerebro interpreta, reenviando señales inhibitorias hacia las
células ciliadas externas, lo cual hace que éstas reaccionen con las llamadas contracciones
lentas, que tienden a oponerse a la vibración de la membrana basilar.
Este acto de autoprotección tiene una demora considerable, por lo tanto no permite
controlar los rápidos ruidos impulsivos. Debido a esto el oído interno está, prácticamente,
desprotegido, lo cual se agrava por lo delicado de las células ciliadas, que, por ser de un
tamaño muy pequeño (2 m), están fácilmente expuestas a sufrir daños.

El daño auditivo

El daño auditivo es irreparable y además es acumulativo.


Hay que tener en cuenta que el oído es uno de los órganos del cuerpo humano que no
se detiene, está todo el tiempo funcionando, inclusive cuando dormimos, es más, en este
estado es el único sistema que nos mantiene en alerta. Por lo tanto debemos cuidarlo. La
exposición severa a altas presiones sonoras es el mejor participe para la destrucción del
oído.
Uno de los problemas que pueden presentarse en el oído es la HIPOACUSIA
PROFESIONAL.

La profesoacusia o hipoacusia profesional es la a la pérdida auditiva permanente o


irreversible originada por la exposición prolongada (generalmente durante años) a niveles
de ruido excesivos en ambientes laborales, es decir durante varias horas por día. Esto no
debe confundirse con el trauma acústico1.

1
Pérdida repentina de la audición a causa de una exposición accidental a ruidos excepcionalmente fuertes,
como explosiones, disparos, etc. sin la debida protección auditiva.

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Relación entre la pérdida auditiva promedio y la incapacidad para la
comprensión de la palabra (Lord, 1980).

Pérdida auditiva promedio Descripción del grado de incapacidad


PAP 25 Sin dificultades para la voz suave
25 < PAP 40 Dificultades sólo para la voz suave
40 < PAP 55 Dificultad frecuente para la voz normal
55 < PAP 70 Dificultad frecuente para la voz alta
70 < PAP 90 Sólo comprende el grito o la voz amplificada
90 < PAP Normalmente no comprende ni la voz amplificada

La hipoacusia profesional tiene una evolución en el tiempo bastante característica. En


los primeros dos años de exposición se produce un ligero aumento del umbral en la banda
entre 3 kHz y 6 kHz ., Este incremento no es significativo para la comprensión oral, ya que
las frecuencias que son utilizadas para la palabra están por debajo de los 3 kHz. Por este
motivo la incipiente hipoacusia suele pasar desapercibida, Hacia los 10 años de exposición
ya se ha producido un significativo aumento del umbral en 4 kHz, denominado escotoma
(un pico de 30 dB), y la lesión comienza a manifestarse también en frecuencias más bajas.
Después de unos 20 años el escotoma se profundiza, afectándose la banda de los 2
kHz, aunque aún sin una pérdida significativa para la palabra. Después de eso el escotoma
se profundiza aún más y luego de unos 35 años, se tiene una pérdida auditiva de alrededor
de 50 dB en toda la banda de 2 kHz a 4 kHz, lo cual constituye una incapacidad
considerable para la inteligibilidad del habla.
El motivo de esta afección auditiva de origen laboral está en la lesión crónica de
sectores desprotegidos del órgano de Corti, debido a la falta de recuperación se profundiza
el problema hasta el deterioro definitivo de las células. Cuando menciono los sectores
desprotegidos del órgano de Corti me refiero a las zonas donde corresponden las
frecuencias de mayor sensibilidad del oído. Por lo tanto los ruidos de baja frecuencia son
menos dañinos que los de alta frecuencia

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Evolución de una hipoacusia profesional. Comienza afectando las altas frecuencias y
luego se propaga y profundiza hacia las frecuencias esenciales para la comprensión de
la palabra (Hassal, 1988).

Por último, cabe notar que los ruidos de carácter impulsivo , es decir de muy corta
duración son potencialmente peligrosos, ya que pueden ser muy intensos y sin embargo
evocar una sensación de sonoridad mucho menor. Ello se debe a que la sensación de
sonoridad demora algunos cientos de ms antes de manifestarse en toda su dimensión, a
causa de la percepción de la intensidad experimenta un mayor retardo que la de la
frecuencia. El resultado puede ser que ante la reiteración de los impulsos, se produzca muy
rápidamente daño auditivo sin que nos demos cuenta.

La siguiente tabla intenta explorar los distintos Niveles de Presión Sonora a la que podemos
estar expuestos en nuestra vida cotidiana.

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Fuente o ambiente Pef [Pa] NPS [dB]

Fuente o Ambiente Pref (Pa) NPS (dB)


Umbral de dolor 20 120
Discoteca a todo volumen 6,3 110
Martillo neumático a 2 m 3,6 105
Ambiente industrial ruidoso 0,63 90
Piano a 1 m con fuerza media 0,20 60
Automóvil silencioso a 2 m 0,063 70
Conversación normal 0,020 60
Ruido urbano de noche 0,0063 50
Habitación interior (dia) 0,0020 40
Habitación interior (noche) 0,00063 30
Estudio de grabación 0,00020 20
Cámara sonoamortiguada 0,000063 10
Umbral de audición a 1 Khz. 0,000020 0

Referencia Bibliografía

Basso Gustavo Análisis Espectral. La transformada de Fourier en la música Ed.


EUNLP,1999.
Miyara, F. Acústica y Sistemas de Sonido. Editorial U.N.R. - Rosario 1999.
Basso, Gustavo; Percepción Auditiva. Nuevos Enfoques.; UNQ, Quilmes, 2000

Miyara, Federico: “Control de Ruido”. Publicación electrónica en CD. Editorial


ASOLOFAL, Rosario, 2000.

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