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Herbert Spencer: biografía y obra

Herbert Spencer, padre del darwinismo social y autor muy influyente en la


psicología de la época. Conoce la vida y obra de este controvertido autor.

El británico Herbert Spencer fue uno de los mayores pensadores de su tiempo. Filósofo,
psicólogo, sociólogo y naturista, fue la figura más destacada del evolucionismo filosófico
y del positivismo en su tiempo. Por ello, no es de extrañar que las fuentes de  muchas
de sus ideas procedan de Lamarck y Darwin.

Herbert Spencer aplicó las leyes evolucionistas a la filosofía y a la sociedad. No


obstante, estas aplicaciones darwinianas justificaban el dominio de unos pueblos sobre
otros, así como la supremacía de unas razas humanas sobre otras.

Estas ideas calarían muy hondo en Occidente durante el siglo XIX y la primera mitad
del XX. Esto se refleja, especialmente, en el éxito de su obra. Spencer fue un autor
que llamó la atención de infinidad de pensadores de áreas muy diversas.

Algunos autores se prestaron a debate, se inspiraron en sus ideas o lo citaron como


influencia. Nombres como: Émile Durkheim, George Edward Moore o Thomas Hill
Green se han asociado frecuentemente a la figura de Spencer. Sin duda, un autor muy
prolífico, aunque no exento de polémica.

Biografía de Herbert Spencer

Herbert Spencer nació en el seno de una familia humilde en 1820 en Derby


(Inglaterra) y murió en 1903 en Brighton (Inglaterra). Aunque fue a la escuela, no
aprendió a leer hasta los 7 años. En su adolescencia, estudió ciencias, pero nunca
destacó como un gran alumno.

De forma completamente autodidacta, se formó como ingeniero y trabajó en el


sector del ferrocarril entre 1837 y 1846. Durante todos estos años, continuó sus
estudios por su cuenta y fue publicando algunos libros sobre ciencia y política. Años
más tarde, en 1848, obtuvo un puesto de trabajo como redactor en la revista The
Economist.

Este cambio supuso el fin de su carrera como ingeniero y el inicio de su labor como
escritor y filósofo. En 1851, publicaría su primer libro Social Statics Economist, en
el que predijo que la humanidad se adaptaría a vivir en sociedad sin necesitar de un
Estado.

Spencer solía frecuentar reuniones y tertulias a las que acudían diversos pensadores
coetáneos. Fruto de estas reuniones se produjo su primer contacto con algunos autores
positivistas. De este contacto surgió Principles of Psychology en 1855, publicación en la
que defendió que la mente humana se regía por las leyes naturales y que podían
explicarse por medio de la fisiología y la biología.
Años más tarde, publicaría System of Synthetic Philosophy. Con esta obra, pretendía
demostrar que los principios de la evolución se aplicaban a la filosofía, la psicología y la
sociología por igual. Fue una obra gigantesca, compuesta por más de 10 volúmenes, y
que le llevó 20 años completar. Herbert Spencer fue un escritor prolífico durante
toda su vida.

No es frecuente que las obras filosóficas se hagan un hueco como grandes ventas. Tal
vez, lo puedan llegar a lograr con el paso del tiempo, pero resulta extraño encontrar
tratados entre las primeras posiciones.

Lo habitual es que las mayores ventas del mundo editorial estén vinculadas a la
literatura. Sin embargo, Herbert Spencer destacó como un pensador cuya
influencia era inmensa, llegando a vender más de un millón de copias de su obra
en vida. Incluso, estuvo nominado al Premio Nobel de Literatura en 1902.

Herbert Spencer y la psicología

Herbert Spencer escribió su obra antes que Darwin. Por tanto, integró el


asociacionismo y la fisiología con la teoría de la evolución lamarckiana. De esta
manera, Spencer se anticipó décadas a la psicología de la adaptación.
Conceptualizaba el desarrollo como el proceso mediante el cual las conexiones entre
las ideas reflejaban con exactitud las conexiones entre los sucesos dominantes en el
entorno.

Las conexiones se establecerían por los viejos principios de contigüidad y contingencia.


Por lo tanto, el desarrollo de la mente representaría un ajuste adaptativo a las
condiciones del entorno. El autor británico conceptualizaba el cerebro como un
registro organizado de experiencias. Por otra parte, opinaba que los instintos  eran
hábitos asociativos bien aprendidos.

Defendía, a su vez, que los procesos mentales que pueden llevar a cabo las distintas
especies se reducen al número de asociaciones que puede llevar a cabo el cerebro de
un animal en particular. Es decir, para Spencer, las diferencias entre las capacidades
mentales de las distintas especies serían cuantitativas.

Herbert Spencer y el darwinismo social

De forma muy controvertida, Spencer defendió que los grupos sociales tienen


diferentes capacidades para dominar la naturaleza y establecer su primacía. De
esta manera, los ricos serían más aptos que los pobres. Puesto que unos estarían en la
cúspide de la sociedad, mientras los otros se encontrarían en la base.

Para Spencer, la sociedad funcionaba de forma similar a un ser biológico.


Así, justificaba el dominio de los pueblos y razas superiores, abogando por la
desaparición de los más débiles. De este modo, las políticas imperialistas y el racismo
contaban, a partir de este momento, con un sustento teórico.
En definitiva, los más fuertes debían imponerse en la lucha por la supervivencia,
cuyo objetivo debía ser evitar la degradación y degeneración de la sociedad. De lo
contrario, si los débiles o menos capaces superaban en número a los mejor dotados
(física e intelectualmente), el país corría el riesgo de decaer.

Reflexiones sobre la vida y obra de Herbert Spencer

En conclusión, Spencer defendió un punto de vista positivista, biologicista y


evolucionista de la filosofía, la psicología y la sociología. Concedió una importancia
fundamental al aprendizaje y a la adaptabilidad física y psicológica del ser humano. Por
contra, su obra fue malinterpretada por muchas personas que vieron ella un sustrato
científico para sus ideas racistas y supremacistas.

Que la obra de un autor sea malinterpretada y adaptada no es algo exclusivo de


Spencer, sino que se ha dado a lo largo de toda nuestra historia. Algo similar le
ocurrió Maquiavelo o incluso a Nietzsche, cuya obra fue interpretada bajo la óptica del
nazismo y el antisemitismo; cuando, en realidad, su Übermensch nada tiene que ver
con estas ideas. No resulta fácil hablar de superioridad de unos frente a otros sin
generar polémica.

Además, las obras tanto filosóficas como literarias debemos tratarlas con cierta
perspectiva. Es decir, debemos conocer en qué época y contexto fueron concebidas
para, así, comprender un poco más el pensamiento del autor. Polémicas y reflexiones a
un lado, de lo que no cabe duda es de que Herbert Spencer logró destacar como un
gran pensador multidisciplinar en su tiempo y por aunar diferentes teorías que
generaron un gran impacto.
Herbert Spencer
Herbert Spencer nació en el seno de una familia humilde en 1820 en Derby
(Inglaterra) y murió en 1903 en Brighton (Inglaterra). De forma completamente
autodidacta, se formó como ingeniero y trabajó en el sector ferrocarrilero y más tarde
como redactor en la revista The Economist, lo que dio inicio a su labor como escritor y
filósofo. En 1851, publicó su primer libro Social Statics Economist, en el predijo que
la humanidad se adaptaría a vivir en sociedad sin necesitar de un Estado. En Principles
of Psychology de 1855, defendió que la mente humana se regía por las leyes
naturales y que podía explicarse por medio de la fisiología y la biología. Más tarde,
publicó System of Synthetic Philosophy, en el pretendía demostrar que los principios de
la evolución se aplicaban a la filosofía, la psicología y la sociología.

Herbert Spencer escribió su obra antes que Darwin; se anticipó décadas a la


psicología de la adaptación.

Conceptualizaba el desarrollo como el proceso mediante el cual las conexiones entre


las ideas reflejaban con exactitud las conexiones entre los sucesos dominantes en el
entorno. Estas conexiones se establecerían por los viejos principios de contigüidad y
contingencia. Así, el desarrollo de la mente representa un ajuste adaptativo a las
condiciones del entorno. Conceptualizaba el cerebro como un registro organizado de
experiencias y opinaba que los instintos 1 eran hábitos asociativos bien aprendidos. Para
él, los procesos mentales que llevan a cabo las distintas especies se reducen al número
de asociaciones que puede realizar el cerebro; entonces, las diferencias entre las
capacidades mentales de las distintas especies son cuantitativas.

Defendió que los grupos sociales tienen diferentes capacidades para dominar la


naturaleza y establecer su primacía. Para Spencer, la sociedad funcionaba de forma
similar a un ser biológico. Así, justificaba el dominio de los pueblos y razas
superiores, abogando por la desaparición de los más débiles.

Los más fuertes debían imponerse en la lucha por la supervivencia, cuyo objetivo
debía ser evitar la degradación y degeneración de la sociedad; de lo contrario, si
los menos capaces superaban en número a los mejor dotados (física e
intelectualmente), el país corría el riesgo de decaer.

Spencer defendió un punto de vista positivista, biologicista y evolucionista de la


filosofía, la psicología y la sociología. Concedió importancia fundamental al
aprendizaje y a la adaptabilidad física y psicológica del ser humano. Su obra fue
malinterpretada por quienes vieron ella un sustrato científico para sus ideas racistas
y supremacistas.

1
Desde un punto de vista biológico un instinto es un comportamiento innato.  Son nuestras necesidades internas
y esas conductas que nos permiten subsistir en un entorno determinado. De este modo, instintos como el de
conservación, protección, sociabilidad, reproducción, cooperación o curiosidad son facultades muy básicas que
definen no solo a los seres humanos, sino también a gran parte de los animales.

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