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Cosmovisiones filosóficas
Pepper, escribió que una cosmovisión filosófica se caracteriza por una metáfora raíz
y criterio de verdad. La metáfora es lo conocido, objeto familiar o idea que sirve de analogía
por la cual un analista intenta comprender la complejidad del mundo. Quienes adhieren a la
visión del mundo mecanicista, por ejemplo, utilizan la metáfora raíz de una máquina para
interpretar los acontecimientos, todo el universo se considera como una máquina.
Mecanicismo
Aquí, los acontecimientos, objetos y las leyes de la naturaleza no se supone que son
las instancias de forma independientes e inconexas como en el formismo, sino que son
partes que integran un sistema. Este sistema se caracteriza por la metáfora del
mecanismo de la máquina, esta visión del mundo supone que el universo se organizará a
priori en una estructura de partes relacionadas entre sí como una máquina. Los
constructivistas pueden reconocer como mecanismo el objetivismo o el positivismo y es la
visión del mundo que subyace a la mayor parte de la psicología cognitiva. El criterio de
verdad es una versión más elaborada que el formismo pero podría ser llamado como la
verificación de predicción porque formulan declaraciones de la verdad acerca de la
organización asumida del mundo que se prueban el nuevo fenómeno es decir las
predicciones.
Esta forma de realizar un análisis domina gran parte de la investigación en
psicología y educación dónde se observa una larga tradición en el desarrollo y validación de
modelos de construcciones hipotéticas que predicen el comportamiento.
El organicismo
La metáfora raíz se describe como el desarrollo orgánico y su criterio de verdad
es la coherencia. Los organicistas ven los eventos como sistemas orgánicos integrados
que viven crecen y cambian y la verdad se verifica cuando los sistemas de creencias se
vuelven globales e integradores y conducen a una absoluta y completa comprensión. Al
igual que los mecanicistas los organicistas consideran que todos los eventos y hechos del
mundo se encuentran interrelacionados. A diferencia de los mecanicistas los organicistas
consideran el conjunto para ser simplemente una recopilación de sus partes. Se caracteriza
porque aceptan el cambio y la novedad como algo dado ya que argumentan que la
estabilidad y la constancia son eventos que pueden ser explicados. Ejemplos de modelos
organicistas son las teorías del desarrollo del aprendizaje y la psicología que se basan en
modelos de etapas como los trabajos de Piaget.
Contextualismo
Visión del mundo basada en el pragmatismo filosófico influenciado por trabajos de
William James, Charles Sanders Pierce, entre otros. Menand, señala que si nos
esforzáramos en resolver las diferencias personales y filosóficas podremos decir que lo que
estos pensadores tenían en común no era un grupo de ideas sino, una idea acerca de
ideas.
En el pragmatismo y el contextualismo la verdad se encuentra en su función o
utilidad y en el significado de las palabras. El criterio de verdad se denomina éxito de
trabajo, se dice que un análisis es verdadero o válido cuando se produce una acción
efectiva o el logro de una meta. Esta noción de verdad no requiere de verdades
fundacionales o suposiciones sobre el universo absoluto. James, mencionó que " la verdad
de una idea no es una propiedad estanca inherente a ella. La verdad que sucede a una idea
se convierte en verdad por acontecimientos".
Para el contextualista el significado de una idea se define por sus consecuencias
prácticas y su verdad por el grado en que estas consecuencias reflejan una acción exitosa.
Este enfoque funcional al significado refleja la influencia de Darwin en el pragmatismo.
El pragmatismo se puede ver como una aplicación de selección de Darwin a la
epistemología " las ideas son seleccionadas si dan lugar a una acción exitosa al igual que
en la selección natural se seleccionan rasgos si conducen al éxito reproductivo".
La metáfora raíz es la noción de sentido común del contexto o acto en curso, por
ejemplo: leer un libro o enseñar una clase. Estos eventos son acciones prácticas y
concretas que se realizan por alguien con algún propósito en algún contexto. Por contexto,
se refiere al contexto actual como histórico de un acto y para comprender el significado o la
finalidad del acto también se debe tener presente al contexto histórico. Por esta razón los
contextualistas analizan todos los fenómenos como actos en contexto, ya que los
consideran totalidades integradas y se separan en partes distintas sólo para lograr algún fin
práctico.
Entonces ¿Cómo puede un contextualista saber cuánto y qué características del
contexto potencialmente infinito se debe incluir para caracterizar adecuadamente un acto?
La respuesta de un pragmático sería: depende de la propia finalidad para tratar de
caracterizar el acto en primer lugar. Lo que caracteriza el análisis en contexto es que ayuda
a incluir el objeto de análisis dentro del contexto.
Objetos analiticos
Pepper señaló que en el contextualismo, un análisis serio es siempre directa o
indirectamente práctico; y un análisis sin un propósito es problemático. El éxito del criterio
de verdad de un trabajo pierde sentido en un análisis sin una meta explícita, porque el éxito
sólo se puede medir en relación con el logro de algún objetivo . Del mismo modo, la
metáfora de la raíz del acto - en - contexto es difícil de montar si no se explicita el objetivo,
porque no habría ningún fundamento para restringir el análisis al subconjunto de la
extensión infinita del contexto histórico y ambiental del acto.
VARIEDADES DE CONTEXTUALISMO
Como se señaló, las visiones del mundo son grandes categorías que pueden contener
muchas filosofías específicas. Los objetivos analíticos desempeñan un papel tan importante
en el contextualismo que los casos específicos de esta visión del mundo se pueden
distinguir por ellos. Los tipos de análisis realizados por los contextualistas y el tipo de
conocimiento se ven afectados en gran medida por sus objetivos analíticos. Incluso dentro
del mismo dominio, sus objetivos y enfoques pueden ser muy diferentes.
La psicopatología torna enigmáticos los problemas psicológicos, “el hecho de clasificar a los
individuos incapacitados por problemas vitales con el rótulo de enfermos mentales retardó el
reconocimiento de la naturaleza esencial de los fenómenos” (Szasz, 1968:39)”
Los autores consideran que a estos problemas hay que devolverles su naturaleza (de
problema) y analizarlos desde el paradigma del Análisis Funcional de la Conducta y con
técnicas orientadas al CAMBIO.
Sin fundamento empírico alguno, la metamorfosis que declara “esto es una enfermedad”,
“esta persona está enferma”,”tiene una enfermedad mental”, queda, pues, reducida a una
construcción socioverbal vacía de contenido referente, un espejismo de naturaleza verbal,
pura logomaquia.
Se cree mágicamente que la expresión “es una enfermedad” se corresponde con una
enfermedad realmente existente, como si el dar un nombre a algo dotara mágicamente de
existencia a ese “algo” y como si las palabras fueran la “prueba” de la existencia de lo que
nombran.
Este poder del diagnóstico coloca a las personas diagnosticadas en una situación de
indefensión y de pérdida de poder y de control sobre la propia vida, las convierte en
“víctimas” de la supuesta enfermedad, lo cual tiene efectos negativos para la implicación en
los procesos de cambio
Es tan irrefutable el diagnóstico de “enfermedad”, que uno de los “síntomas” de que esta
persona la padece es su no aceptación del mismo, su incapacidad para reconocerse y
aceptarse como enferma: “estás demasiado enfermo como para darte cuenta de que lo
estás”. Si no lo acepta, ello “prueba” que sigue enferma, lo cual invalida su desacuerdo,
reafirma el diagnóstico y puede aconsejar intensificar el “tratamiento” que, en su caso, se
haya decidido aplicar.
No te comprendo
Para el Modelo ABC y para los paradigmas de la psicología, los comportamientos y sus
respectivos problemas se engendran como tales en los procesos transaccionales de
influencia recíproca entre biografía y contexto en los que cumplen una función y tienen un
significado.
Sin biología no hay biografía. Negar que los delirios sean “secreciones” cerebrales no
equivale a negar que los procesos neurofisiológicos intervienen en los delirios.
El psicólogo pone en marcha una serie de procesos de aprendizaje (tanto pavlovianos como
operantes) que darán lugar a la aparición de nuevas conductas, más adaptativas, menos
problemáticas, en el cliente. Y estos procesos de aprendizaje ocurren a través (aunque no
exclusivamente) de la interacción verbal que tiene lugar durante la sesión terapéutica. En
última instancia, el cambio de las verbalizaciones del cliente en sesión ha de ser utilizado
para promover y mantener los cambios extra-clínicos, de manera que las nuevas
verbalizaciones discriminen conductas más adaptativas en la vida cotidiana.
Los procesos de aprendizaje ocurren, los conozcamos o no, los queramos provocar con la
aplicación de técnicas concretas o surjan de manera espontánea, si el psicólogo los conoce,
la probabilidad de que dichos procesos ocurran y den lugar a los cambios en la dirección
deseada será mayor y la intervención será más eficaz.
La consideración del lenguaje como el mecanismo que permite traer el presente hechos
pretéritos, que de esta forma adquieren una funcionalidad actual. Quiere esto decir que
pierde todo sentido la vieja distinción entre pasado y presente a la hora de analizar un
problema clínico o la insistencia en rechazar el modelo conductual porque “olvidaba”
aspectos de la problemática de las personas (sus vivencias pasadas) que podían ser
fundamentales para entender lo que ocurría; en el plano psicológico, pasado y presente
forman parte de un único conjunto que puede ser funcionalmente importante: cuando un
cliente habla de sus experiencias pasadas, su discurso hace presentes tales experiencias,
de manera que el papel que tengan en el momento actual lo tienen porque es presente (al
hablarlo, sentirlo o comportarse con una morfología determinada). Si algo ocurrió en el
pasado, por grave o relevante que haya sido en su momento, que no está funcionalmente
relacionado con el comportamiento actual (patológico o no, problemático o saludable) de
una persona, ese algo pasado no contribuye a explicar éste; y por el contrario, un
acontecimiento pretérito irrelevante puede adquirir una importancia clave en la explicación
del problema actual cuando al traerlo al presente por medio del lenguaje podemos identificar
su funcionalidad. La historia de aprendizaje de una persona es presente desde el momento
que tiene un valor funcional sobre comportamientos actuales y esta funcionalidad se puede
estudiar a partir de las verbalizaciones que dicha persona da cuando describe las relaciones
que ha establecido entre diversos eventos ocurridos a lo largo de su vida. Estas relaciones
son “presente”, aunque describan hechos pasados.
TEXTO 8
CAPÍTULO 7: CONCEPTUALIZAR LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE
CONDUCTA
Incluye las cosas que hace y sobre las que piensa el cliente. La conducta manifiesta incluye
las conductas visibles o observables como la conducta verbal, la conducta no verbal o la
conducta motora. La conducta encubierta incluye sucesos que normalmente son internos, y
no son visibles para un observador, el cual debe confiar en el autoinforme del cliente y en su
conducta no verbal para detectarlos.
La conducta conflictiva que ha presentado el cliente rara vez ocurre en un contexto aislado.
La mayoría de los problemas que se presentan son parte de una larga cadena o serie de
conductas. Además, cada conducta problema que se presenta normalmente consta de más
de un componente ( afectivo, somático, conductual y cognitivo). Por lo cual, las experiencias
de, por ej. ansiedad, puede variar para el cliente dependiendo de los factores contextuales y
los relacionales.
Es conveniente determinar la importancia que corresponde a cada componente de la
conducta problema presentada para seleccionar las estrategias de intervención adecuadas.
Puede ser muy valioso hacer un listado escrito de los diversos componentes identificados
en cada una de las conductas problemáticas.
ANTECEDENTES
Mischel→ la conducta está determinada por la situación.
Los antecedentes pueden provocar reacciones emocionales y psicológicas como
agresividad, miedo, alegría, dolores de cabeza o aumento de la presión sanguínea. Estos, a
su vez, influyen sobre la conducta aumentando o disminuyendo la probabilidad de su
ocurrencia.
Los antecedentes que ocurren inmediatamente antes que la conducta problema se
denominan “sucesos estímulo”, e incluyen cualquier acontecimiento o condición que
favorece la conducta o reduce la probabilidad de su aparición bajo esas condiciones. Los
alejados temporalmente del problema reciben el nombre de “sucesos mediadores” e
incluyen las condiciones conductuales que ha vivido anteriormente la persona, pueden
haber finalizado mucho antes de que aparezca la conducta y sin embargo facilitarla o
inhibirla al igual que los sucesos estímulo. Los sucesos mediadores que deben tenerse en
cuenta al evaluar los problemas de los clientes son la edad, la etapa de desarrollo, el estado
psicológico del cliente, las características de su trabajo, de su casa o del medio escolar y las
conductas que emergen y afectan a las conductas siguientes.
Los antecedentes incluyen más de una fuente o tipo de sucesos, pueden ser: afectivas,
somáticas, conductuales, cognitivas y relacionales. Así también, su influencia sobre nuestra
conducta puede variar de una persona a otra dependiendo de nuestra historia de
aprendizajes, además hay que tener presente que estos son sucesos manifiestos y
encubiertos que influyen en algún grado sobre la conducta conflictiva, bien favoreciéndola o
bien disminuyendo la probabilidad de su aparición bajo ciertas condiciones. La conducta
conflictiva sin embargo, puede estar afectada por otros factores situacionales (reforzadores)
que normalmente se presentan en la situación conflictiva pero no influyen directamente
sobre la conducta. Esto se aprecia de forma especial cuando uno de estos factores
situacionales cambia radicalmente.
El propósito durante la fase de intervención es seleccionar las estrategias que solo
facilitan la ocurrencia de conductas deseables y reducir la presencia de claves que
mantienen la conducta no deseada.
CONSECUENCIAS
Son acontecimientos que siguen a dicha conducta y ejercen alguna influencia sobre ella o
están funcionalmente relacionadas con ella. Se describen como positivas o negativas; las
primeras se denominan refuerzos y las negativas castigos. La naturaleza de las
consecuencias variará según los clientes. Las consecuencias positivas mantienen o
aumentan la conducta frecuentemente mediante refuerzos positivos, lo que implica la
presentación de un hecho manifiesto o encubierto que sigue a la conducta y que aumenta la
probabilidad de que dicha conducta ocurra de nuevo en el futuro.
La gente también se dedica a reproducir conductas que conllevan alguna bonificación o
valor incluso aunque esta no sea muy funcional. Con frecuencia el refuerzo secundario, la
bonificación derivada del problema existente, es la tapadera de problemas más serios que
no siempre presenta el cliente directamente. Según Fishman y Lubetkin es importante que
el terapeuta considere este hecho para prestar atención al problema central, el cual una vez
resuelto generalizará también los efectos de mejoría a otras áreas conflictivas. Los clientes
no siempre conocen las razones que les conducen a involucrarse en las conductas
problemáticas. Una parte de la terapia implica explicitar más las razones o refuerzos
secundarios.
Las consecuencias positivas también pueden mantener una conducta por refuerzo negativo,
eliminar un suceso desagradable que sigue a la conducta, aumentando la probabilidad de
que dicha conducta vuelva a ocurrir. Las personas tienden a repetir conductas que eliminan
sucesos o efectos dolorosos o molestos. También emplean refuerzos negativos para
establecer las conductas de evitación y escape. La conducta de evitación se mantiene
cuando se elimina un suceso desagradable esperado. La conducta de escape se mantiene
cuando un suceso negativo que ya está ocurriendo se elimina o termina.
Las consecuencias negativas debilitan o eliminan la conducta. Una conducta se debilita o
disminuye normalmente si va seguida por un estímulo o suceso desagradable (castigo), si
se elimina o finaliza un suceso positivo o reforzante (contes de respuestas) o si la conducta
ya no va seguida de los sucesos reforzantes (extinción operante). Aunque el empleo de
contingencias negativas para modificar la conducta plantea muchas desventajas, el castigo
se emplea frecuentemente para influir sobre la conducta ajena. Los terapeutas deben ser
conscientes de la presencia de consecuencias negativas en la vida del cliente y sus efectos
sobre éste, así también deben evitar el uso de cualquier conducta verbal o no verbal que
pueda parecer punitiva para el cliente, porque tal conducta puede conllevar problemas
innecesarios en la relación terapéutica y a que el cliente dé por finalizada la terapia.
Las consecuencias también proceden de diversas fuentes o tipos de sucesos: afectivas,
somáticas, conductuales, cognitivas, contextuales y/o relacionales.
Una forma de diferenciar las consecuencias de los meros efectos de la conducta conflictiva
consiste en recordar una regla básica que recibe el nombre de gradiente de refuerzos.
Según este, las consecuencias que ocurren poco después de la conducta tienden a
desempeñar un impacto más fuerte que las consecuencias que ocurren mucho tiempo
después.
Durante la fase de evaluación terapéutica, es importante identificar estas
consecuencias que mantienen, aumentan o disminuyen las conductas deseables y las
indeseables. En la fase de intervención (tratamiento), esta información ayudará a
seleccionar las estrategias y enfoques que se mantendrán y aumentarán las conductas
deseables y debilitarán o reducirán las indeseables como los déficits o excesos
conductuales. La información sobre ellas también es útil para planificar los enfoques de
tratamiento que se basan en el empleo de consecuencias para facilitar la modificación de la
conducta.
RESUMEN
La evaluación constituye la base del desarrollo de todo el programa terapéutico. Cumple
importantes funciones informativas, educativas y motivacionales en la terapia. Una parte
importante de la evaluación reside en la capacidad del terapeuta para conceptualizar los
problemas del cliente. Los modelos de conceptualización ayudan al terapeuta a aclarar la
complejidad de los problemas expuestos por el cliente.
El modelo ABC se basa en multitud de conceptos como:
1. La mayor parte de las conductas problemáticas son aprendidas, aunque esto no
excluye las causas orgánicas de los problemas psicológicos.
2. Las causas de los problemas son multidimensionales.
3. Los problemas deben ser analizados concreta y operativamente.
4. Los problemas suceden en un contexto social y están afectados por antecedentes
internos y externos relacionados funcionalmente o que ejercen influencia de
diferentes formas sobre el problema.
5. Los componentes del problema asi como las fuentes de antecedentes y
consecuencias pueden ser afectivas, conductuales, cognitivas, contextuales y
relacionales.
El diagnóstico puede ser parte valiosa de la evaluación (Manual Diagnóstico y Estadístico).
No es un sustituto adecuado de otros enfoques de evaluación y no es una base efectiva
para especificar los objetivos y seleccionar las estrategias de intervención salvo que sea
parte de un enfoque comprensivo del tratamiento donde los componentes del problema se
identifican de un modo concreto y operativo.
TEXTO 8.
CAPÍTULO 8: DEFINICIÓN DE LOS PROBLEMAS DEL CLIENTE MEDIANTE UNA
ENTREVISTA DE EVALUACIÓN
La entrevista directa es uno de los métodos que siempre está a disposición de cualquier
terapeuta y para ello no requiere ningún coste o tiempo adicional. En la entrevista real es
imprescindible no limitarse solo a la entrevista de evaluación y emplear diferentes métodos
para obtener toda la in información posible sobre el problema del cliente
Suele recogerse:
1- Identificación del cliente
2- Aspecto general y atenuado
3- Historial relacionado con el problema presente
4- Historial psiquiátrico y/o terapéutico
5- Historial académico y profesional
6- Historial médico o sanitario
7- Historial evolutivo/social
8- Historial familiar, marital y sexual
9- Evaluación de los patrones comunicativos del cliente
10- Resultados de estado mental; resumen diagnóstico
Normalmente se comienza con los temas menos conflictivos y deja los más
sensibles para el final cuando se haya establecido un grado mayor de rapport y el
cliente se sienta más cómodo para revelar la información personal.
El terapeuta puede proporcionar al cliente el cuestionario o formulario que este debe
cumplimentar a modo de tarea antes de la próxima sesión.
Clasifica y describe las áreas y componentes del funcionamiento mental implicadas en las
impresiones y clasificaciones diagnósticas.
Las categorías: descripción del aspecto general del cliente, el estado de ánimo y el afecto,
la percepción, procesos del pensamiento, nivel de conciencia, orientación en el tiempo, la
memoria y el control de impulsos.
El examinador puede señalar el grado de objetividad o fiabilidad del auto informe del cliente.
La intención es dar al cliente una muestra o una expectativa de lo que sucederá durante la
entrevista y una explicación de la importancia de la evaluación para el paciente y el
terapeuta.
“hoy me gustaría profundizar en algunos aspectos que más te preocupan, con el fin de
descubrir con exactitud la naturaleza de sus problemas te formulare preguntas muy
específicas, esta información nos servirá a ambos a identificar aquellas áreas que deseas
trabajar en la terapia. ¿Qué opinas tú de esto?”
Se emplean guías de final abierto para ayudar a los clientes a identificar todos los aspectos
y problemas principales que les afectan en el momento actual de su vida.
Si el terapeuta no intenta obtener desde un principio la imagen total el cliente puede revelar
los problemas nexos demasiado tarde en el proceso terapéutico o no hacerlo nunca.
Luego el terapeuta deberá examinar las áreas problemáticas generales o los motivos de
preocupación indicados por el cliente
Determinar los componentes de la conducta. Sin este tipo de información sobre cuándo y
cómo se manifiesta la conducta problema sería difícil seleccionar las estrategias y los
enfoques de intervención. El resultado de esto consiste en la manifestación o definición del
problema en términos tales que dos o más personas pueden coincidir en su identificación.
Afecto y estados de ánimo: los componentes afectivos hacen referencia a los sentimos y
estados de ánimo que describe el propio sujeto, son el resultado de complejas interacciones
entre los sistemas cognitivo, fisiológico y conductual, aunque parezcan procesos
unitariamente experimentados. El componente afectivo se sobrevalora muy a menudo en
terapia
En otra área se relaciona con los sentimientos distorsionados o encubiertos, los que trata de
disimular. El terapeuta puede pasar por alto la ira encubierta.
Sensaciones somáticas
Condiciones, creencias y diálogo interno: las expectativas irracionales sobre uno mismo
y sobre los otros con frecuencia se relacionan con situaciones. Las cogniciones y los
procesos simbólicos influyen sobre los problemas de diversos modos.
Cuando el componente cognitivo es un elemento muy fuerte del problema, parte del
tratamiento resultante suele estar dirigido hacia este componente y las distorsiones o malas
interpretaciones cognitivas
El terapeuta debe prestar atención a cómo se manifiesta este componente en cada cliente y
responder de acuerdo con ello.
Relaciones y los otros significativos: Las personas que rodean al cliente pueden
provocar o exacerbar un problema. Alguien que se ausenta temporal o definitivamente de la
vida del cliente puede tener el mismo efecto. Los problemas interpersonales pueden
presentarse por falta de otros significativos responden al cliente. Puede ser útil para el
terapeuta conocer el resto de las personas implicadas en el problema, saber cómo perciben
estos el problema y lo que podrían ganar o perder estos si se produce el cambio.
Identificar antecedentes
Explorar las variables contribuyentes que preceden al problema y los acontecimientos que
se presentan después del mismo que de algún modo influyen o mantienen la conducta. Los
antecedentes son sucesos internos y externos que ocasionan o provocan las conductas
problemáticas y determinan la mayor o menor probabilidad de su presentación, algunos
ocurren inmediatamente antes que el problema, otros pueden haberse presentando mucho
tiempo atrás.
Identificar Consecuencias
En ocasiones los clientes tienen un «interés encubierto» por mantener el status quo del
problema que les proporciona otras «recompensas».Siempre es muy importante examinar
con los clientes las «recompensas» o los beneficios secundarios que pueden estar
obteniendo a través del problema porque a menudo durante la fase de intervención dichos
clientes parecen «resistirse.. Las recompensas más comunes incluyen dinero, atención de
los otros significativos, satisfacción inmediata de necesidades, eliminación de
responsabilidades, seguridad y control.
Es importante porque persigue varios propósitos. En primer lugar transmite esperanza a los
clientes porque, a pesar de su malestar psicológico, disponen de recursos internos que
pueden emplear para producir un resultado diferente. En segundo subraya la globalidad, el
cliente es más que su «problema». En tercer lugar, proporciona información al terapeuta
sobre los posibles problemas que pueden aflorar durante la intervención. Por último, la
información sobre el «historial de éxitos» del pasado del cliente puede ser aplicable a los
problemas cotidianos
La información que debe obtenerse en este área incluye: Valores conductuales y
destrezas de resolución de problemas, destrezas cognitivas de manejo, tales como el
acercamiento racional a las situaciones, la capacidad para discriminar entre el pensamiento
racional e irracional, la atención selectiva y el feedback de las distracciones y la presencia
del manejo de los «autoenunciados, las destrezas de autocontrol y automanejo conllevan la
capacidad general del cliente para soportar la frustración, para asumir responsabilidades,
para autodirigirse, para controlar la conducta problema mediante consecuencias de
autorrefuerzo o de autocastigo y para percibirse a sí mismo en estado de control más que
como víctima de circunstancias externas.
Su propósito es que el cliente identifique durante cuánto tiempo (duración) o cuántas veces
(frecuencia) ocurren las conductas problemáticas.
Las guías son simplemente instrumentos que puede emplear el terapeuta para obtener
cierto tipo de información. Están diseñadas para ser empleadas como un «mapa de
carreteras» y proporcionar cierta dirección a las entrevistas de evaluación. Sin embargo las
guías por sí solas constituyen una base insuficiente para la evaluación del problema porque
representan como mucho sólo la mitad del proceso: las respuestas del terapeuta. La otra
parte del proceso se refleja mediante las respuestas que estas guías generan en el cliente.
Es muy importante clarificar y reflejar la información que recibimos del cliente antes de
pasar a otra pregunta.
Registros escritos
Normalmente, desde el momento en que un cliente solicita una cita se inicia alguna forma
de registro escrito. En un principio se apuntan los datos de identificación del cliente, los días
de consulta, las cancelaciones, etc. A continuación se registra la sesión de entrevista inicial.
Al escribir un registro o un historial es importante evitar las etiquetas, la jerga y las
inferencias.
Es importante también guardar los registros de las siguientes sesiones terapéuticas y de los
progresos del cliente.
Normalmente, las anotaciones del tratamiento son breves y subrayan sólo las principales
actividades de cada sesión y el progreso o mejoría del cliente.Estas anotaciones se inician
durante el ingreso y progresivamente se va afianzando la información correspondiente a
cada entrevista de evaluación.
También se incluyen los progresos terapéuticos, los objetivos marcados, las estrategias de
intervención y la mejoría del cliente.
También es importante incluir cualquier detalle que pueda tener consecuencias éticas o
legales, especialmente los hechos de manejo de casos.
Registros Descriptivos
En una sesión inicial con el cliente se puede introducir un simple registro descriptivo para
saber qué, dónde y cuándo sucede al cliente.
El registro descriptivo es especialmente útil cuando el cliente encuentra problemas para
identificar el problema o para seleccionar las situaciones problemáticas
Registros Conductuales
En un registro conductual, las conductas problemáticas definidas se colocan a la izquierda.
El cliente apunta la fecha, hora y lugar donde se producen estas conductas. Para registrar
las condiciones contribuyentes, se pide al cliente que anote las conductas y los
acontecimientos que suceden antes y después de las conductas problemáticas. Esta
información permitirá descubrir un patrón entre las conductas problemáticas, entre los
estímulos que provocan dichas conductas y entre las actividades que mantienen, fortalecen
o debilitan tales conductas.
El terapeuta debería recordar que el proceso de auto-observación del cliente puede ser
reactivo. Es decir, el mismo hecho de observarse puede influir sobre la conducta que está
siendo observada. Esta reactividad puede afectar sobre los datos registrados.
Los datos obtenidos mediante la auto-observación del cliente se utilizan durante el proceso
de evaluación y también en el momento de establecer los objetivos o metas del cliente.
El diagnóstico situacional implica una evaluación del Estado Actual del individuo a través del
esquema de áreas y roles fundamentales. Dicho esquema fue creado por Pichón Riviére y
ampliado por Kertész.
Consta de 3 áreas:
1. Área mental.
2. Área Física/corporal.
3. Área Interpersonal.
En todo momento cualquier cosa que haga una persona involucra las tres simultáneamente.
Habitualmente se valoran a través de un interrogatorio, en general en una entrevista dirigida
a cerca de lo que sucede en cada una de las áreas, dificultades, problemas,
síntomas,objetivos que le gustaría conseguir.
Área mental
● orientación en tiempo y espacio
● atención
● concentración
● razonamiento
● memoria
● voluntad
● Curiosidad
● capacidad de imaginación
● creatividad
● autoestima
● juicio
● intuición sobre las personas
Área física corporal
● Salud física en general
● conformidad con el propio cuerpo
● capacidad de relación en general y en situaciones de estrés
● sueño
● apetito
● actividad física regular
● consulta a médicos odontólogos y cumplimiento de las indicaciones
● Prevención de accidentes físicos. Estilos de conducción de auto
● Funcionamiento sexual
Área interpersonal
↠ Rol ocupacional, trabajo
No se refiere solamente a las tareas remuneradas sino también a otras como las de ama de
casa (madres y abuelas) o los de servicio a la comunidad
En general se agrupa a ambos Roles, Estudio y Trabajo, en el Ocupacional, dado que casi
siempre el Estudio representa capacitación para lo laboral.
Una forma de evaluar el rol de trabajo es a través de la Pirámide de Necesidades de
Maslow. Según este psicológico humanista, las necesidades del ser humano están
jerarquizadas y escalonadas de forma tal que cuando quedan cubiertas las de un orden es
cuando se empiezan a sentir las del orden superior. Los primeros dos niveles de
necesidades se consideran de orden inferior, y los siguientes tres niveles de orden superior,
ya que no son importantes para la persona hasta que puede aspirar a satisfactores internos
de naturaleza psicológica.
• Básicas: equivalente a lo material, biológico, confort físico, supervivencia,
alimentación, abrigo.
• Seguridad.
• Pertenencia a grupos y afecto.
• Reconocimiento, status, poder, autoestima.
• Autorrealización. La motivación se dirige a enfrentar el desafío de la tarea en sí,
movilizando las capacidades innatas y adquiridas, buscando nuevos recursos y disfrutando
de esa lucha.
↠Rol ocupacional, estudio
Es esencial evaluar este rol, tanto para la inserción laboral futura como para la satisfacción
de las necesidades descriptas por Maslow.
Las dificultades y/o recursos que se presentan en el proceso de estudiar se pueden medir a
través de los “10 pasos básicos”.
Variables individuales:
1. Autovaloración o autoestima.
2. Motivación.
3. Utilización.
4. Concentración.
5. Comprensión.
6. Memorización.
7. Planificación.
Variables sociales:
1. Evaluación (rendir exámenes).
2. Integración con los pares.
3. Adecuación social.
Otro aspecto a tener en cuenta en el diagnóstico situacional del rol Estudio es la decisión
vocacional.
En el mismo hay una serie de factores que influyen sobre la misma:
A. Inclinaciones, intereses.
B. Aptitudes, habilidades. Inteligencia: Gardner la considera como:
1. La capacidad de resolver problemas de la vida real.
2. La capacidad de descubrir y generar nuevos problemas a ser resueltos.
3. La capacidad de generar productos y servicios valorados en la propia cultura.
Clasifica la misma en siete tipos a tener en cuenta:
1. Verbal/lingüística.
2. Lógico/matemática.
3. Visual/espacial.
4. Corporal/kinestésica.
5. Musical/rítmica.
6. Intrapersonal.
7. Interpersonal.
C. Expectativas conscientes o inconscientes de la familia.
D. Valores.
E. Modelos familiares y/o extrafamilaires.
F. Influencia de los pares.
G. Posible salida laboral.
↠Rol de la pareja
En primer lugar se evalúa si la tiene o no y en caso negativo cuál es la razón. La pareja
estable se evalúa ajustándonos a la cultura de la población y en función de los valores
individuales de las personas.
Por otra parte, es importante la evaluación de la sexualidad dentro de la pareja.
Finalmente para completar la evaluación existen una serie de etapas por las cuales suele
pasar la pareja. Van desde las primeras, satisfactorias (1, 2 y 3) a, en el caso de falta de
crecimiento de la misma, las siguientes, insatisfactorias (4, 5, 6, 7) hasta llegar a la
separación. Estas fueron descritas:
1. Atracción.
2. Valoración de las conductas.
3. Habituación.
4. Expectación.
5. Desilusión.
6. Reordenamiento perceptivo.
7. Verificación
8. Separación
↠Rol de familia
La familia es la unidad básica de la sociedad caracterizada por miembros interdependientes
económica y emocionalmente y con responsabilidades mutuas en el desarrollo, estabilidad y
protección.
La familia es un grupo primario cuyo objetivo principal es darle a cada miembro lo que
necesita para avanzar en su respectivo ciclo vital.
Hoy en día el modelo de familia ha cambiado. Existen múltiples modelos de familias, entre
ellas, monoparentales, ensambladas, incluso con padres de un mismo género.
También se pueden evaluar los vínculos entre los miembros y el funcionamiento de la
familia como sistema.
Por otra parte es importante consignar los stressores ante los que está expuesta la familia.
Los stressores pueden ser divididos en:
• Stressores normativos: estímulos para evolución, metas posibles, jalones en las
etapas de la vida. Son los stressores por los que pasa cualquier familia y son como barreras
que cada una de ellas a través del tiempo, puede y debe superar.
• Stressores no normativos: estímulos que obstaculizan la evolución normal. En su
mayoría son producidos por incapacidad familiar para prevenir o resolver problemas
racionalmente.
Se clasifican en:
A. Leves a medianos.
B. Catastróficos.
Algunos stressores no normativos habituales en la consulta:
1. Ambigüedad en el rol.
2. Conflictos de valores y normas.
3. Conflictos entre roles.
4. Sobrecarga cuantitativa.
5. Sobrecarga cualitativa.
6. Transposiciones de límites y territorialidad.
7. Responsabilidad por personas fuera de los hijos.
8. Malas relaciones interpersonales.
9. Baja participación en decisiones.
Otro aspecto a tener en cuenta es la capacidad de las familias para capear adaptativamente
o desadaptativa los stressores. Se ha traducido el término en inglés “coping” o
enfrentamiento de exigencias y problemas como “capeo”. El mismo resulta a veces
adecuado, aumentando el bienestar de la familia. Otras veces cuando se carece de
recursos la desadapta conduciendo a crisis familiares que dejan profundas cicatrices
aunque el grupo logre luego rehacerse.
Genograma
Para completar la información actual e histórica del rol familiar el instrumento más útil es el
genograma.
El genograma es la representación gráfica de un árbol familiar que registra información
sobre los miembros y sus relaciones, por lo menos en tres generaciones
La información importante que debe registrarse:
1. Demografía.
2. Descripción de las características de cada persona representada.
3. Interrelación entre los hechos traumáticos con el funcionamiento familiar.
Actividad física
Cuando se realizan dentro de ciertas normativas y como competencias, se denominan
deportes. Dado que en nuestro medio un buen porcentaje de los médicos están formados
para ocuparse de la enfermedad, no de la salud, cada individuo es responsable de su
bienestar, y el movimiento corporal es uno de sus pilares.
Hobbies
Se define a los hobbies como “actividades creativas, sin fines concretos de lucro”.
Entonces se consigna:
1. Si practica regularmente algún hobby.
2. En caso negativo si le agradaría iniciar uno actualmente.
3. Significado que tiene para la persona un hobby hoy.
Social
El rol social abarca la pertenencia a grupos, instituciones pero también los vínculos con
amigos: su desempeño exitoso requiere contar con buena autoestima y habilidades sociales
para que las personas se manejen con los demás.
Muchos clientes carecen de amistades y más aún, no saben cómo generarlas. Tal vez no
aprendieron a hacerlo en la infancia, ni fueron capacitados por sus figuras parentales ni por
su red social. Otras personas no son capaces de mantenerlos y los pierden ante pequeños
conflictos.
También es importante evaluar las habilidades sociales. Las mismas son posibles de
aprender en caso de estar ausentes.
Rol de paciente (tratamientos seguidos)
Se consignan tratamientos actuales o previos en psicoterapia.
En general existe un impacto positivo o negativo en la psicoterapia actual en función de las
experiencias previas. En general las creencias que tienen los seres humanos basándose en
referentes, las imágenes internas y la interacción entre ambas condicionan la interpretación
que tienen de la situación actual. Así una buena anamnesis al respecto permite prever lo
que pueda suceder en la experiencia actual
Las decisiones acerca de las variables causales que deberían ser tenidas en cuenta en el
tratamiento afectan la magnitud de los efectos del mismo debido a que las variables
causales difieren en su modificabilidad, en el número y la dirección de los caminos a través
de los cuales influyen en los problemas comportamentales del cliente, y en la fuerza de sus
relaciones funcionales con dichos problemas
1 La importancia estimada de los problemas y sus secuelas.
Tal como se ilustra en la figura 1 (PÁGINA 5), un tratamiento que redujera las respuestas de
dolor del Sr. Stockert tendría, a su vez, los efectos de mejorar sus relaciones con sus hijos y
reducir su uso de medicamentos para el dolor.
Nótese que en la figura 1, un tratamiento que redujera las discusiones maritales de la pareja
tendría una mayor magnitud de efecto que un tratamiento que redujera las atribuciones
negativas de la Sra. Stockert sobre su marido
Algunas variables causales (por ejemplo, cómo responden los padres al comportamiento
opositor de su hijo) son más fácilmente modificadas que otras (por ejemplo, ideas de
persecución por parte de un paciente hospitalizado). La modificabilidad de una variable
causal puede estar afectada por tantos factores como la disponibilidad de tratamientos
efectivos, la resistencia al cambio de los otros en el entorno del cliente, la experiencia del
terapeuta, los efectos negativos secundarios del tratamiento u otras contingencias que
afecten el problema. Manteniendo las otras variables iguales, centrar los esfuerzos de
tratamiento en variables más modificables tendría una mayor magnitud de efecto para el
cliente que centrar el tratamiento en variables menos modificables.
Como se ilustra en la figura 1, una variable causal puede influir en más de un problema y
puede afectar a un mismo problema a través de múltiples caminos. En estos casos, el
efecto total de la variable causal es la suma de todos los caminos causales
6. Variables moderadoras.
Con las variables causales difíciles de modificar, nos centramos en las variables
moderadoras. Una variable moderadora es aquella que afecta la fuerza de una relación
causal. Por ejemplo, el grado en que un cliente que se ha divorciado recientemente (un
acontecimiento histórico que rara vez se revierte) desarrolla síntomas depresivos puede ser
moderado por la cantidad de apoyo emocional que recibe de amigos y familiares. Estamos
interesados en los mismos aspectos de las variables moderadoras que con otros tipos de
variables causales - la modificabilidad, la fuerza del efecto y las vías de influencia.
Hay varias cuestiones y limitaciones relacionadas con el análisis funcional que se aplican a
todos los modelos de formulación de casos clínicos. Estos incluyen:
.1) Validez y exactitud del contenido de un análisis funcional - el grado de precisión con que
se identifican los problemas del cliente, importantes variables causales, e importantes
relaciones funcionales. Es probable que un análisis funcional tenga buena validez de
contenido y sea preciso en la medida en que esté basado en estrategias de evaluación
sólidas, ofrece un excelente panorama de los problemas que implica asumir que los datos
que contribuyen a una formulación de caso clínico son "objetivos". La investigación ilustra
las dificultades de estimar las relaciones funcionales que son el principal componente de las
formulaciones de casos comportamentales.
2. Validez del tratamiento del análisis funcional – el grado en el que los tratamientos
basados en el análisis funcional conducen a mejores resultados que los que no se basan en
él.
3. Rentabilidad y utilidad clínica del análisis funcional y de los FACCM - el grado en
que se justifica el costo de la realización del análisis funcional por la mejora de los
resultados. Es más probable que el análisis funcional sea rentable y clínicamente útil
cuando el caso clínico sea complejo, las variables causales difieran a través de personas
con el mismo problema, los métodos válidos estén disponibles para la medición del
problema conductual, las variables causales y otros moderadores del resultado de la
intervención, cuando exista una estrategia de intervención con base empírica para modificar
las variables causales identificadas en el análisis funcional, cuando un programa de
intervención estandarizado no aborde efectivamente ni eficientemente todas las variables
causales de un problema comportamental, cuando un programa de intervención
estandarizado que no se basa en un análisis funcional haya fallado para un cliente, cuando
haya variables identificadas en la investigación nomotética como importantes moderadoras
del resultado de la intervención, cuando los problemas sean severos, y algunos posibles
tratamientos tengan efectos secundarios severos.
4. La pseudo-precisión de los FACCMs - un FACCM es solo un modelo subjetivamente
construido de un cliente. Porque incluye estimaciones numéricas de las variables, un
FACCM, puede implicar falsamente que estas variables pueden ser medidas con precisión.
Westmeyer examina varias fuentes de variación que pueden afectar a los datos
subyacentes a una formulación de caso.
La magnitud de los resultados del tratamiento se verá afectada por qué tan bien el clínico
seleccione los tratamientos cuyos mecanismos de acción abordan las variables causales y
las relaciones causales más fuertemente asociadas con los problemas del cliente.
Los tratamientos cuyos mecanismos de acción apunten hacia las variables causales más
importantes para un cliente, aquellas variables causales que tengan los efectos más fuertes
y sean las más modificables, serán más eficaces que los tratamientos cuyos mecanismos
de acción apuntan a variables causales menos importantes. (VER PÁGINA 13- FIGURAS)
En primer lugar, sosteniendo otras variables (por ejemplo, la motivación del cliente, los
efectos secundarios negativos del tratamiento) constantes, todos los tratamientos que
aborden algunas variables causales para el comportamiento problema de un cliente serán
efectivos. En segundo lugar, los efectos de un tratamiento serán mayores en la medida en
que los mecanismos de acción más poderosos del tratamiento aborden las variables
causales más importantes de los problemas de un cliente. En tercer lugar, los tratamientos
estrechamente focalizados tienen probabilidad de ser menos eficaces que los tratamientos
con múltiples mecanismos de acción cuando los problemas conductuales de un cliente se
ven afectados por múltiples variables causales. Sin embargo, si las variables causales a las
que se dirige un tratamiento focalizado tienen un efecto más fuerte que las otras variables
causales, el tratamiento estrechamente enfocado puede ser más rentable. La diferencia en
la magnitud de los efectos entre dos tratamientos será una función parcial de la diferencia
relativa entre los tratamientos en el grado en que abordan variables causales importantes.
Por último, los tratamientos que abordan todas las variables causales importantes serán
siempre más eficaces si lo hacen proporcionalmente. Sin embargo, puede que no sean las
más rentables si se dirigen desproporcionadamente a las variables causales menos
importantes.
Los clínicos deben construir primero un análisis funcional y seleccionar tratamientos que
aborden las variables causales que tienen el mayor impacto en los comportamientos
problema de un cliente. Sin embargo, complicaciones significativas se presentan en la tarea
de ajustar las variables y relaciones causales identificadas en un análisis funcional previo a
los tratamientos que tendrán el mayor impacto en esas variables causales. En primer lugar,
los tratamientos difieren en su nivel de especificidad. Muchos tratamientos estandarizados
pueden afectar los comportamientos problema a través de múltiples mecanismos de acción
(para ejemplos adicionales de investigación sobre los mecanismos de los efectos del
tratamiento. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) con un cliente que
experimenta episodios depresivos podría incluir componentes diseñados para fortalecer el
auto-refuerzo, aumentar la precisión y la minuciosidad de los hábitos interpretativos,
fortalecer la comprensión de cómo los pensamientos negativos automáticos pueden afectar
el estado de ánimo disfórico, y aumentar la capacidad de hacer frente a futuros factores de
estrés socioambientales
En segundo lugar, la mayoría de los tratamientos estandarizados tienen múltiples
mecanismos de acción con pesos desiguales, a juzgar por la proporción de tiempo dedicada
a cada componente del tratamiento. El peso que se da a cada mecanismo suele estar
guiado por suposiciones nominalmente fundamentadas sobre las causas del
comportamiento problema y los mecanismos de tratamiento más efectivos.
En tercer lugar, los clínicos a menudo tienen un conocimiento limitado e incierto del
mecanismo de acción de un tratamiento. Esta incertidumbre sobre los mecanismos de
tratamiento deriva de varias fuentes: a) pueden existir discrepancias entre los mecanismos
de tratamiento supuestos y reales, b) los tratamientos pueden tener múltiples componentes,
cada uno con uno o más mecanismos de acción, c) un terapeuta puede no estar
familiarizado con la literatura sobre mecanismos de tratamiento, y d) los mecanismos que
subyacen a un tratamiento eficaz pueden no haber sido identificados. En cuarto lugar, los
tratamientos que supuestamente dependen de un mecanismo determinado para su eficacia
pueden lograr sus efectos a través de otros medios.
Las discrepancias entre los mecanismos de acción pretendidos y validados sugieren que la
aceptación de un mecanismo de acción de un tratamiento, tal como se describe en su
fundamento teórico, es una estrategia potencialmente problemática a la hora de seleccionar
los tratamientos que mejor se ajustan a los resultados de un análisis funcional. En quinto
lugar, aunque los tratamientos validados empíricamente son preferibles a los tratamientos
no validados, restringiendo la elección de las opciones de tratamiento a tratamientos
estandarizados y empíricamente validados no resuelve la incertidumbre de la decisión de
emparejar el tratamiento. Establecer la eficacia de un tratamiento en relación con un
placebo, o con un control en un ensayo clínico, no establece el mecanismo que se
encuentra por detrás de la eficacia del tratamiento. Muy pocas terapias han sido objeto de
investigaciones que claramente han establecido los mecanismos de acción. Esto se debe
en parte a que la identificación de los mecanismos de un tratamiento eficaz requiere un
"desmantelamiento" factorial o una estrategia de investigación de series temporales
interrumpidas, en la que los efectos y las acciones de los componentes de un tratamiento se
someten a evaluación empírica
Los múltiples componentes de un paquete de tratamiento también complican las decisiones
de tratamiento porque no está claro si un componente del tratamiento conservaría su
eficacia en ausencia de otros componentes
Otra fuente de incertidumbre en el emparejamiento de los tratamientos a las variables
causales deriva del hecho de que incluso si los componentes del tratamiento tuvieran un
mecanismo establecido de acción, puede haber otros mecanismos de acción que no hayan
sido identificados.
Resumen
Varios supuestos subyacen a la eficacia potencial de tratamientos ideográficos: a) los
clientes suelen tener múltiples comportamientos problema que pueden afectarse
mutuamente de maneras complejas, (b) cada problema conductual puede ser influenciado
por múltiples variables causales que interactúan entre sí, y c) los tratamientos
estandarizados difieren en el grado en que sus mecanismos de acción abordan las variables
causales más importantes para los problemas de conducta de un cliente. El análisis
funcional, y otros modelos de formulación de casos clínicos conductuales, integran los
juicios de los clínicos sobre los problemas de comportamiento del cliente, importantes
variables causales, y relaciones funcionales entre variables. El objetivo final del análisis
funcional es estimar la magnitud relativa del efecto de cada variable causal, de manera que
se puedan seleccionar adecuadamente los tratamientos para modificar los que son más
influyentes para los comportamientos problema del cliente. La magnitud estimada del efecto
de una variable causal, y de los tratamientos que se centran en esa variable, es una función
de la importancia del comportamiento problema, las rutas causales asociadas a esa variable
y entre los problemas que afecta, la modificabilidad de la variable causal, y la fuerza y
dirección o relaciones causales con otras variables y comportamientos problema. Los
parámetros de un análisis funcional pueden ilustrarse con los FACCM. Un FACCM es un
gráfico vectorial de un análisis funcional que ilustra y cuantifica todos los elementos del
análisis funcional. UN FACCM ayuda al clínico a comunicar sobre su caso y a estimar las
magnitudes de los efectos asociados a cada variable causal.
Hay varias cuestiones asociadas con el análisis funcional: a) validez y exactitud del
contenido, b) validez del tratamiento, c) eficacia en función de los costos y utilidad clínica, d)
precisión ilusoria, e) naturaleza ideográfica del análisis funcional, f) naturaleza dinámica y
condicional del análisis funcional, y g) la susceptibilidad a los sesgos del evaluador.
La tarea de ajustar los tratamientos a las características únicas de los clientes también se
complica por varios aspectos en relación a los mecanismos de acción de los tratamientos:
(a) los tratamientos difieren en su nivel de especificidad, b) la mayoría de los tratamientos
estandarizados tienen múltiples, desiguales mecanismos de acción ponderados, c) los
clínicos suelen tener un conocimiento limitado e incierto del mecanismo de acción de un
tratamiento, d) los tratamientos que se supone que dependen de un mecanismo
determinado para su eficacia pueden lograr sus efectos por otros medios, e) no está claro si
un componente del tratamiento conservaría su eficacia en ausencia de otros componentes,
y f) incluso si uno de los componentes del tratamiento tienen un mecanismo establecido de
acción, puede haber otros mecanismos de acción que no hayan sido identificados.
Al fallar cuando intentamos procesar nueva información hacemos esfuerzos intensos para
retomar el control. (esto es normal)
Lo que es difícil de tolerar, tanto para el cliente como para el terapeuta, es que la
invalidación es necesaria- el terapeuta debe comunicar lo que es inefectivo y lo que no tiene
sentido en la respuesta.
El terapeuta debe invalidar (o al menos evitar validar) cuando las respuestas emocionales
son desproporcionadas o basadas en interpretaciones erróneas
Ayudar a los clientes a cambiar con frecuencia requiere una activa y repetida invalidación de
las respuestas incompatibles con el logro de las metas a largo plazo del cliente.
El terapeuta debe alinearse con las metas del cliente, y simultáneamente, permanecer
abierto a lo que es válido en su respuesta, sin reforzar su comportamiento problemático, sin
evocar reacciones emocionales que descarrilen a la tarea terapéutica y sin perder el foco
del cambio necesario.
Cuando el terapeuta dirige la atención del cliente y elicita una emoción adaptativa con un
comentario validante, por definición, la percepción, recuerdo, e impulso de acción de
emoción también son influidas.
Esto permite una conversación productiva en un estado emocional pero sin desregulación.
QUÉ VALIDAR:
Es esencial validar la perspectiva del cliente. A menos que el cliente crea que el terapeuta
verdaderamente entiende el dilema, él o ella no confiarán en que las soluciones del
terapeuta sean apropiadas o adecuadas.
Las dificultades y obstáculos en relación a la colaboración del cliente provienen de este tipo
de desacuerdos acerca de la ubicación del cliente relativa a sus metas, por lo tanto es
esencial validar y tomar conciencia de su ubicación.
Comienza buscando como esta conducta puede ser comprensible y relevante en el contexto
particular de tu cliente.
Atender a cómo estas cuestiones son relevantes, no patológicas, en el contexto particular
del paciente. Busca los hechos, inferencias lógicas o sentido común que hace sensata a
esa respuesta.
Intenta ver cómo esa respuesta puede ser un medio efectivo para obtener un resultado
inmediato. Hasta un comportamiento evidentemente inválido puede ser válido en términos
de su efectividad a corto plazo.
Lee las emociones del cliente, valida directamente las emociones primarias (triste y alienta
la expresión emocional. Observa y etiqueta las emociones del cliente. Esto ayuda en el
proceso de aprendizaje del cliente.
Para válidas las respuestas cognitivas, elicita y refleja pensamientos, encuentra el grano de
verdad en la cognición del cliente, reconoce su habilidad intuitiva para saber qué es sabio o
correcto (mente sabia) y respeta los valores del cliente.
Asume lo mejor alientalo, focalizate en sus fortalezas, contradice o modula las críticas
externas y sé realista en la evaluación de sus capacidades
Cuadro:
Qué validar
Cómo validar
Busca lo válido
asume que siempre hay algo válido. “el terapeuta observa, experimenta, y afirma
pero no crea validez. Lo que es válido pre existe a la acción terapéutica.
Conoce tu cliente (y la literatura sobre psicopatología y salud psicológica)
Sé consciente de lo que es válido e inválido para un cliente específico.
Sé siempre consciente del nivel de actividad emocional (arousal) del cliente y de
cómo afecta esto su habilidad para procesar nueva información. Equilibra validación
y cambio.
Valida lo válido: invalida lo inválido.
Sé preciso en relación a lo que estás validando.
Para invalidar lo inválido, sé descriptivo sin emitir juicios, mostrando cómo la
respuesta no tiene sentido o no es efectiva.
Valida al nivel más alto posible; las acciones hablan más alto que las palabras.
Escucha y observa de un modo imparcial, y comunica que la respuesta del cliente es válida
escuchando sin prejuzgar.
Usa una mirada que te permita ver la experiencia del paciente desde un: “es así como es
para ti en este momento”
Percibe lo que no dice, pero se quiere decir, sin que el cliente tenga que explicarlo. Los
clientes con una historia de invalidación crónica, están tan sensibilizados que
frecuentemente revelan muy poco acerca de cómo se sienten, y sienten que te lo han dicho
todo. Otras veces, enmascaran o controlan expresiones necesarias para intuir el resto de
las pequeñas señales.
Encuentra las maneras en las cuales la respuesta del cliente es válida en el contexto actual.
Ejemplo: vas con una amiga que una vez fue secuestrada al cine, le ofreces ir por un
callejón para no llegar tarde pero te dice que no quiere porque le da miedo.
“Por supuesto que sientes miedo, fuiste raptada en un callejón, que desconsiderado de mi
parte” sería nivel 4
“Por supuesto que tienes miedo, los callejones son peligrosos, caminemos por otro lado”
sería nivel 5.
Cuando puedas encontrar el nivel 5 de validación (y dedica toda tu energía a eso) utilizalo
más que el nivel 4.
Comunica respeto al cliente como una persona y como un igual, más que como cliente o
como un enfermo. Apunta a las fortalezas de la persona, del mismo modo que ayudarías a
un colega o una persona amada. Es una mirada clara e inquebrantable. El terapeuta valida
al individuo más que a cualquier respuesta particular o patrón conductual.
1.Introducción
2. Fundamentos teóricos
La exposición supone poner al individuo en contacto con el estímulo temido, con el objetivo
de producir la habituación al estímulo, la extinción de la respuesta de miedo y así establecer
nuevas asociaciones, es decir, facilitar un nuevo aprendizaje en relación con ese estímulo.
La exposición sistemática y continuada al estímulo temido permite la reducción de la
respuesta de miedo o ansiedad, facilitando la disipación de la conducta de evitación o
escape que se da ante la aparición real o simbólica del estímulo.
La evitación es el rasgo central de los desórdenes de la ansiedad y las técnicas de
exposición suelen constituir el elemento terapéutico para tratar los problemas de ansiedad.
Las técnicas de exposición están indicadas en dos tipos de casos:
1. En personas que padecen ansiedad (independientemente de que cumplan los
criterios diagnósticos para un trastorno de ansiedad)
2. En personas que mantienen una conducta de evitación o escape que produce un
impacto negativo en su vida
Aunque el entrenamiento en habilidades y la activación conductual implican el incremento
gradual del contacto con situaciones difíciles de abordar ,no se considerarían tratamientos
de exposición propiamente dichos.
La reducción del miedo o la ansiedad es la clave del éxito de las técnicas de exposición,
pero ¿Cómo se produce la reducción del miedo?
Los modelos conductuales clásicos establecen que la exposición lleva a una reducción de la
ansiedad a largo plazo promoviendo procesos de extinción y habituación.
Para explicar los mecanismos subyacentes a la reducción del miedo durante la exposición,
la teoría bifactorial de Mowrer establece qué los miedos se adquieren por condicionamiento
clásico y se mantienen por condicionamiento operante debido al efecto reforzante
(disminución del miedo) durante la respuesta de escape y evitación. Según esta teoría la
exposición directa reduciría la evitación y daría lugar a la extinción del miedo aprendido.
Críticas:
● Falta de sincronía entre los tres componentes de la respuesta de miedo
(subjetivo,fisiológico y conductual)
● El hecho de que los individuos pueden afrontar situaciones ansiógenas a pesar de la
sensación de miedo y la activación fisiológica. Observación que debilita la relación
causal entre el miedo y la evitación.
Por otra parte, los primeros terapeutas conductuales propusieron la inhibición recíproca, la
cual supone que la exposición repetida al estímulo ansiógeno, teniendo una respuesta
incompatible con la respuesta de ansiedad (relajación), llevaría a la disminución o
eliminación del miedo aprendido. No obstante se ha demostrado que la desensibilización se
produce independientemente de la presencia de relajación.
2.2 Habituación
Supone la familiarización con el estímulo fóbico, de tal forma que cada vez se responde
menos al estímulo al que se está expuesto.
La habituación se concibe en términos psicofisiológicos (disminución de la reactividad
autonómica ) y también en términos subjetivos (disminución de la respuesta subjetiva de
ansiedad).
Requisitos para que se dé la habituación:
● La presencia de habituación implicaría que una exposición prolongada
llevaría decrementos en el miedo a lo largo del tiempo, sin embargo hay
sujetos que no experimentan estos descensos
● El fenómeno de habituación implica que el contacto con el estímulo temido,
después de un período libre de él lleve a la reinstalación de la respuesta de
miedo, conllevando un 100% de recaída. Sin embargo, el porcentaje de
recaídas es significativamente menor.
Hay que subrayar que la habituación es un mecanismo de respuesta específico de la
conducta humana y animal y difiere del proceso de reducción del miedo.
2.3 Extinción
Este mecanismo implica el debilitamiento de una respuesta por eliminación de los refuerzos
que la mantienen.
La extinción pavloviana ocurre cuando se presenta repetidamente el estímulo condicionado
en ausencia del estímulo incondicionado.
Esta perspectiva supone asumir que los miedos patológicos son adquiridos clásicamente, lo
cual es cuestionable. Si bien hay un condicionamiento no necesariamente es a través de la
experiencia directa, también puede ser a través de un aprendizaje vicario de que el estímulo
condicionado es señal de ocurrencia de algo malo.
La evidencia actual establece que el proceso de extinción conductual no conlleva la
reversión del aprendizaje sino que promueve un nuevo aprendizaje en que el individuo
atribuye un nuevo significado al estímulo condicionado. Este proceso se denomina
aprendizaje de seguridad Durante este aprendizaje el recuerdo del aprendizaje de peligro
no es eliminado sino que es separado del nuevo aprendizaje, lo que lleva a una
competencia entre ellos en cuanto a su capacidad para activar una respuesta (miedo) u otra
(seguridad).
Aunque la adquisición del miedo no está afectada por la contextualización, la extinción del
miedo es marcadamente dependiente del contexto. Para que el aprendizaje de seguridad se
convierta en un patrón consolidado, estable y predominante, el tratamiento de exposición
requerirá un esfuerzo activo y prolongado para abordar las señales de activación del
aprendizaje de peligro presentes en los diferentes contextos. Es decir que en cuanto las
señales del contexto difieren del contexto de exposición (donde se dió la extinción del
miedo) puede reaparecer la respuesta de miedo.
Procesamiento emocional
Foa y Kozak postularon que la exposición proporciona una información que resulta
inconsistente con la almacenada previamente en la memoria emocional. El cambio de la
memoria emocional requeriría:
A. La activación de la memoria de miedo
B. La codificación de nueva información en la red de información del miedo existente
Para los autores el mejor indicador de que esa codificación se está produciendo es
la reducción del miedo que se va produciendo con la exposición prolongada. Dicha
reducción es identificada a través de la disminución de la activación psicofisiológica
y la experiencia subjetiva del miedo
Durante la exposición los individuos aprenderían dos cosas, por un lado, a corto plazo, el
individuo experimenta una reducción de la activación autonómica, que supone la
codificación de Nueva información incompatible con la anterior. Por otro lado, a largo plazo,
la exposición permite codificar nueva información sobre el significado del estímulo y las
consecuencias esperadas. La exposición facilitaría el cambio en las representaciones
emocionales centrales que controlan las respuestas conductuales y fisiológicas.
La extinción de la respuesta aprendida de miedo va a depender de asegurar que el
paciente procese la nueva información emocional. No obstante este procesamiento podría
verse afectado interferido por variables como la distracción o una activación fisiológica
demasiado intensa.
Es frecuente que los pacientes utilicen diversos tipos de conducta de seguridad para
afrontar las situaciones a las que se exponen, teniendo éstas un efecto negativo sobre el
tratamiento. Por lo tanto la identificación y prevención de estas conductas de seguridad son
un elemento determinante de la eficacia de la exposición.
[Más adelante se habla de las conductas de seguridad y cuestiona el hecho de que sean
negativas]
3. Tipos de exposición
Las técnicas de exposición tienen como elemento común la exposición al estímulo temido, y
se diferencian en cuanto a:
- Forma de presentación del estímulo temido (real o simbólica)
- Intensidad de la presentación (inundación versus exposición gradual)
- Duración de la presentación
- Frecuencia de las presentaciones (masiva versus espaciada)
- Ayuda o apoyo para la presentación del estímulo temido
El modelado de una conducta no temerosa ante el estímulo temido por parte del terapeuta
se considera una parte importante de la exposición guiada. No parece por sí solo un
elemento suficiente para producir cambios clínicos Pero puede potenciar determinadas
formas de exposición en vivo como la inundación.
Gradiente de exposición
● Las sesiones de exposición largas son más eficaces que las cortas
● El tiempo entre sesiones no debe ser muy largo
● La eficacia del tratamiento de exposición en una sola sesión está basada en alargar
la sesión para producir una extinción casi total de la respuesta de ansiedad.
● La eficacia de la exposición masiva y prolongada muestra mejores resultados si
existe un modelado de conducta no temerosa previo.
● Exposición masiva produce mejores resultados que la exposición espaciada
Se recomienda utilizar la exposición masiva y prolongada en las fases iniciales del
tratamiento ya que de esta forma se maximiza el proceso de extinción desconfirmado las
expectativas de resultados catastróficos y luego pasar a una exposición espaciada que
permitiría la consolidación del aprendizaje adquirido en la fase anterior.
Conductas de seguridad
Son estrategias conductuales o mentales desarrolladas por los pacientes para reducir la
ansiedad durante la exposición.
Las conductas de seguridad pueden facilitar la exposición sobre todas las primeras fases
del tratamiento.
Aunque es posible afirmar que las conductas de seguridad interfieren con el Progreso del
tratamiento de exposición no en todos los casos tienen un efecto negativo.
Activación del miedo y reducción durante la exposición
El éxito del tratamiento con exposición dependerá, por una parte, de la activación de la
estructura del miedo y por otra, de la atenuación de la activación psicofisiológica mediante
la presencia prolongada y repetida del estímulo temido.
La evidencia muestra que la inducción de un miedo extremo no es un elemento forzoso para
conseguir una exposición eficaz, sin embargo la confrontación prolongada si es esencial.
Distintos estudios coinciden en que es crucial la activación de la estructura de miedo
durante la exposición para facilitar el nuevo aprendizaje asociado a la desconfirmación de
expectativas. Sin embargo, una activación excesiva puede dificultar la codificación de nueva
información . En cuanto a la reducción de la activación la evidencia muestra que el éxito se
asocia a reducciones inter-sesiones y no a reducción es intra-sesiones.
Parece que los elementos esenciales para conseguir el éxito son la activación moderada del
miedo y la duración de la exposición debe ser prolongada.
5. Procedimiento de aplicación
Se trata de ofrecer en este capítulo una serie de indicaciones a modo de guía general de
aplicación de las técnicas de exposición que, como todas las guías, deberá ajustarse al
caso y problema concreto que se aborde.
En función del problema o trastorno clínico que presenta el paciente Los objetivos de
afrontamiento que se planteen En una terapia de exposición difieren de forma sustancial
donde podemos destacar algunos los más frecuentes:
El estímulo temido en las fobias específicas, pensamiento imágenes obsesiva en el
trastorno obsesivo compulsivo, los síntomas fisiológicos de activación autonómica en el
trastorno de angustia, sensación de descontrol y pérdida de conciencia debido al
incremento de la activación en el trastorno de angustia, recuerdos traumáticos en el
trastorno de angustia o agorafobia.
Algunos terapeutas están familiarizados con la exposición gradual porque les resulta más
manejable, pero lo cierto es que el procedimiento debe adaptarse al paciente y el terapeuta
debe adquirir la experticia suficiente en el manejo de los procedimientos para no hacer
invertir tiempo innecesario en la terapia por déficit personal.
Estas conductas indican que la situación excede los recursos del individuo y se debe optar
por afrontar primero una situación de menor capacidad ansiógena. Se debe recordar que
para que la exposición sea efectiva la ansiedad debe ser moderadamente intensa pero no
extrema o insoportable.
Se prefiere que la exposición en vivo a la exposición imaginación siempre que sea posible,
no obstante el paciente puede referir empezar por exposición a estímulos simbólicos como
pueden ser las imágenes fotografías videos etcétera.
2. Trabajo de exposición:
a. Preparación de la exposición:
– Elegir la situación a exponer y comentar brevemente los detalles de la
exposición
– Suscitar los pensamientos automáticos que origina esa situación
– Reestructurar con el paciente uno o dos pensamientos automáticos
– El paciente desarrolla una respuesta racional para esos pensamientos
– El paciente establece con ayuda del terapeuta metas conductuales no
perfeccionistas.
Durante la exposición, el terapeuta debe preguntar al paciente por los niveles de ansiedad
cada cierto tiempo. Donde los pacientes suelen habituarse pronto a esta interferencia, sobre
todo cuando el terapeuta les ayuda a volverse a situar en la situación con una indicación
verbal (e.g. estabas comentando…). La exposición continúa hasta que la ansiedad
desciende o hasta que los objetivos han sido alcanzados, engeneral, unos 10 minutos.
La fase de revisión incluye la discusión sobre si los objetivos han sido alcanzados y sobre la
utilidad de la respuesta emocional y de la identificación de pensamientos automáticos
nuevos e inesperados. El terapeuta debe incidir en los logros, no permitiendo que el
paciente los minimice. Es importante, que al inicio de las sesiones de exposición, no
abrumar al paciente con listados de cosas que no hizo o no logró durante la exposición,
pues esto redundaría en su tendencia a prestar atención y agranda su conducta negativa.
EXPOSICIÓN EN VIVO:
La exposición en vivo se refiere a la confrontación sistemática y repetida de contextos del
entorno generadores de ansiedad (puentes, supermercados, transporte público, cines, etc.)
y que son evitadas por los afectados por agorafobia.
Este tipo de exposición, gradual y demorada en el tiempo, es tan efectiva como una
exposición no graduada(comenzando por las situaciones más aversivas) y masiva, es decir
a lo largo de varios días consecutivos (p. ej. entre 6 y 10), tanto en el postratamiento, como
después de casi un año después de haber terminado la sesión. Sin embargo, los datos en el
seguimiento a largo plazo cambian.
Para lograr la máxima efectividad de la exposición en vivo es determinante la eliminación de
las conductas de seguridad.
Las conductas de seguridad proporcionan una sensación de seguridad e incluyen también
la búsqueda de re-aseguración o la búsqueda de vías de escape o salida de determinar
situaciones. Estas pueden tener una forma muy sutil, siendo importante estar alerta de la
información para que el paciente pueda identificar todos los estímulos y conductas que
puedan estar teniendo esta función.
La cantidad de tiempo que se dedica a la exposición en vivo es dependiente del perfil de la
agorafobia del paciente. Es obvio que en los casos severos se necesitará más tiempo e
intensidad . La implicación de las personas cercanas en el tratamiento dependerá del modo
en cómo la agorafobia esté afectando a las relaciones y roles familiares.
Los elementos de la Terapia Prolongada de Exposición para TEPT son los siguientes:
- Psicoeducación sobre respuestas comunes al trauma.
- Entrenamiento en respiración, dirigido a conseguir una forma de respirar que induzca
calma.
-Exposición en vivo repetida a situaciones y objetos que el paciente evita debido a la
ansiedad que produce el trauma.
- Exposición prolongada en imaginación a los recuerdos traumáticos, reviviendo y revisando
el recuerdo de la experiencia traumática en la imaginación.
-Incrementar la habilidad del paciente para acceder a los aspectos más relevantes del
recuerdo del trauma: hechos, pensamientos, emociones, experiencias sensoriales.
-Promover la conexión emocional con la memoria del trauma.
-Invitar a la narración (descripción) del recuerdo del trauma con las propias
palabras del paciente, con una dirección mínima del terapeuta.
Para facilitar que el paciente se aproxime gradualmente al recuerdo del trauma, la primera
vez que el paciente se enfrenta a la revisión de este recuerdo en la imaginación, el
terapeuta deberá no ser muy directivo con la descripción que el paciente realice. Como los
pacientes pueden ser resistentes a confrontarse con los aspectos emocionales del recuerdo
traumático, al principio debería ser el propio paciente quien establezca el nivel de detalle
con el que va revisar el material traumático.
En general, se escogerá aquellos recuerdos que resultan más molestos e intrusivos para el
paciente en el momento actual. Se espera que la exposición a los recuerdos más
traumáticos tenga un efecto de generalización sobre aquellos menos impactantes. Si el
paciente se muestra inseguro acerca de cuál es el peor recuerdo, se le indicará que escoja
el recuerdo traumático que considere que puede manejar con mayor facilidad, para después
confrontar aquellos más estresantes.
A medida que el tratamiento avanza el terapeuta debe ir tratando de aumentar el nivel de
detalle de la descripción. Para ello es útil hacer preguntas cada vez más concretas sobre los
pensamientos, sensaciones, emociones y respuestas fisiológicas durante el suceso
traumático. Algunas preguntas que puede hacer son :
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Antecedentes
Cuando surge la tendencia suicida en la terapia, hay dos caminos a seguir: el manejo
del riesgo de suicidio y el tratamiento para controlar las variables para resolver la
tendencia suicida. La gestión incluye los pasos que uno toma para minimizar esta
tendencia. Es importante, no confundirlo con el tratamiento de prevención del suicidio.
Este ultimo es colaborativo y un proceso a largo plazo.
Esta confusión a menudo surge porque los terapeutas ven el suicidio y la
autolesión solo como síntomas o trastornos del trastorno o problema que están
tratando, por lo tanto esperan se resuelva a la par de dicho trastorno o el problema.
Una alternativa más poderosa es enfocarse directamente en el suicidio con el
manejo y el tratamiento.
Aquí nos basamos en los principios y protocolos de la terapia de conducta
dialéctica (DBT) y el Protocolo de gestión y evaluación de riesgos de Linehan, o
LRAMP, o UWRAMP
Hacer un compromiso público con la vida puede ser terapéutico y los clientes pueden
hacer esto. Un plan de seguridad o respuesta a la crisis es el método más efectivo y
útil, e incluyen dos componentes: lo que los individuos pueden hacer por sí mismos y
cómo buscar ayuda de manera efectiva. Estas estrategias están diseñadas para
promover la acción por parte de los clientes y enseñarles cómo manejar su suicidio. El
plan de seguridad también incluye apoyo social que el cliente puede pedir ayuda,
incluida ayuda profesional.
Por varias razones, los médicos deben considerar que las personas suicidas usen
líneas de crisis en lugar de la sala de urgencias, a menos que esta sala tenga un
servicio de emergencia psiquiátrica o un experto en salud mental. 1-Combinación de
los voluntarios y las líneas de crisis personal y supervisores pueden evaluar y
responder al riesgo suicida es su área de especialización. 2- Una visita a la sala de
emergencias lleva mucho tiempo y es costosa para el cliente y, a menudo, implica
medios coercitivos, como restricciones físicas o químicas, que pueden ser
angustiantes o traumáticas. Una línea de crisis es gratuita y resulta en ayuda
inmediata sin medios coercitivos, tiene relaciones con la policía y los servicios de
emergencia, por lo que, si su evaluación de riesgos indica un rescate inmediato
voluntario o involuntario, puede garantizarse de manera rápida y eficiente. 3 Referir
clientes a la sala de emergencias puede tener consecuencias iatrogénicas. A menos
que el terapeuta no pueda ayudar, se debe evitar la derivación a la sala de
emergencias.
Las líneas de crisis también pueden proporcionar apoyo continuo a los clientes
que complementa la disponibilidad del terapeuta. Este apoyo reduce la cantidad de
tiempo que el terapeuta debe pasar trabajando con un cliente con suicidio agudo y a
su vez, ayuda al terapeuta a permanecer con un cliente que se vuelve suicida hasta
que pueda tratarse y resolverse. Por lo tanto, una intervención como una línea de
crisis que brinda apoyo adicional a individuos suicidas y les permite permanecer con
su terapeuta es ideal.
● Medios de Seguridad
1- Historia.
Gran parte de la investigación sobre solución de problemas fue producida por campos como
psicología cognitiva, experimental, la educación y la industria.
Desde este artículo la terapia de solución de problemas, ha sido utilizada para una amplia
variedad de trastornos clínicos como, la depresión, la ansiedad, la agorafobia, la obesidad,
los problemas matrimoniales, el alcoholismo, el retraso mental, la orientación vocacional,
entre otros.
2. Definiciones y descripción general.
CONCEPTO PROBLEMA: Los problemas son definidos como situaciones de la vida que
exigen respuestas de afrontamiento eficaces. Representan una discrepancia entre la
realidad de una situación y los objetivos deseados. Un problema es un tipo de relación
particular entre persona-ambiente que refleja un desequilibrio o una discrepancia percibidos
entre la demandas y la disponibilidad de una respuesta adaptativa.
1- orientación al problema
2- definicion y formulacion del problema
3- Generación de alternativas
4- Toma de decisiones
5- puesta en práctica de la solución y verificación.
En este proceso de orientación también se le puede pedir a los pacientes que completen
una lista de problemas, para reconocer y clasificar problemas, para facilitar la motivación de
encarar problemas y no evitarlos. Por otra parte, se enseña a los pacientes a que
enmarquen reacciones y pasen de estados emocionales a señales de alarma, para que la
atención se dirija al problema.
Los individuos aprenden a formular una amplia variedad de las 5 preguntas con WH:
¿Quién está implicado en el problema?
¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué me hace sentir triste?
¿Qué estoy pensando en relación al problema?
¿Qué sucede si no resuelvo el problema?
¿Dónde ocurre el problema?
¿Cuándo lo solucionaré?
VARIACIONES DE APLICACIÓN.
La variación de los métodos de instrucción pueden incluir, la discusión en grupo, el
modelado de habilidades, las tareas para casa, grabaciones en video con retroalimentación.
También se puede aplicar en paciente psiquiátricos hospitalizados, o con problemas de
adicción a las drogas, o con individuos con depresión clínica o ansiedad.
También este modelo puede ayudar al terapeuta a diseñar un programa apropiado para un
paciente determinado.
La exposición es uno de los métodos más poderosos y efectivos que los terapeutas tienen
para ayudar a los clientes cuyas vidas están restringidas por luchas con miedo y ansiedad.
Es un método clásico de terapia conductual, con más de 40 años de investigación.
Cualquiera sea el enfoque para trabajar con cogniciones (un enfoque cognitivo, como
Beckian CBT; o uno contextual, como la terapia de aceptación y compromiso), generalmente
se utilizará la exposición
No hay mucho apoyo para que la habituación sea el proceso de cambio en la exposición,
por ej.
1) las personas no tienen que experimentar reducción de angustia en la sesión para que la
exposición sea efectiva
2) las personas no tienen que experimentar una reducción de la angustia entre sesiones
para que la exposición sea efectiva
1) violar las expectativas del cliente de lo que sucederá al hacer la exposición (es decir,
el aprendizaje se centra en si el resultado negativo esperado ocurrió o no, o fue tan
"malo" como se esperaba), y el grado de "sorpresa" que tiene un cliente. La práctica de
exposición, es impactante por el grado de desajuste entre lo que el cliente espera y lo
que experimenta ;las sesiones se centran en este objetivo, en lugar de reducir la
angustia;
5) después de una sesión, se debe alentar al cliente a reflexionar sobre estar dispuesto y
abierto durante la exposición, para fortalecer el aprendizaje experimental;
Para el terapeuta ACT, creo que esto puede informar cómo involucrar a los clientes en una
exposición que maximice el aprendizaje y la flexibilidad
· fortalecer la disposición del terapeuta y del cliente para que las sesiones de
exposición tengan
· trabajando con el cliente para estar en contacto con los resultados temidos
· alentar la curiosidad del cliente sobre lo que está aprendiendo durante la exposición,
sin centrarse en que exista una opinión "correcta" o "definitiva
TEXTO 15: ACTIVACION CONDUCTUAL REFUERZOS POSITIVOS ANTE LA
DEPRESIÓN
El conductismo se suele ver como una teoría aplicable, o solo aplicable a animales, niños o
adultos con discapacidades cognitivas. La teoría conductual actual sobre la que se basa la
AC, admite el rango completo de la experiencia humana que sea relevante para la AC. La
teoría conductual actual trata las tres categorías como conducta.
Las teorías conductistas modernas tratan de explicar todo tipo de experiencias privadas,
incluidas las del pensar, sentir, amar, soñar, desear, recordar e incluso experiencias del self.
La teoría conductual moderna tiene en cuenta el rango completo de las experiencias
humanas. La diferencia clave entre entre la visión conductual y las escuelas de
pensamiento en psicología es que estas experiencias privadas son vistas como conductas
privadas, no las causas de las conductas. Las conductas privadas pueden ser abordadas
por los principios de aprendizaje y procesos de cambio como las conductas públicas.
Los conductistas hacen referencia a tales entidades mentales como funciones explicativas.
Para un conductista, los conceptos de memoria, inteligencia y por último esquemas son
circulares, que no se explican demasiado y obstaculizan la búsqueda de causas útiles.
Los conductistas intentan comprender las variables recientes e históricas que dirigen a los
individuos a comprometerse con las conductas de recordar, actuar, inteligentemente y
pensar sobre cosas específicas.
La AC emplea una terminología conductual distinta, que puede ser poco familiar para
algunos lectores y se definirán algunos términos básicos que se usarán y describirán
con mayor detalle a lo largo del libro.
Conducta Operante
La conducta operante es la conducta controlada tanto por el contexto presente como por el
contexto histórico.Donde la conducta operante requiere de un estímulo discriminativo para
evocar la conducta y esta conducta operante, se forma por las consecuencias que han
seguido a la conducta en el pasado. Estas consecuencias incluyen refuerzo positivo,
refuerzo negativo y castigo. Para describir un ejemplo de conducta operante, hay que
describir el estímulo discriminativo que evoca la conducta y las consecuencias que le
siguieron en el pasado.
Refuerzo Positivo
Se dice que el refuerzo positivo ocurre cuando, al introducir algún estímulo tras una
conducta dada, aumenta la frecuencia de dicha conducta en el futuro. Y las interacciones
sociales positivas funcionan como reforzadores positivos, facilitando que la persona acuda a
otros eventos sociales. Los reforzadores positivos pueden incluir recompensas, como
elogios o vales, reforzadores naturales, como la comida o la luz del sol, operaciones
mecánicas como encender el coche o abrir una puerta, y reforzadores sociales. La
activación conductual busca incrementar el contacto con fuentes estables y diferentes de
refuerzo positivo.
Refuerzo Negativo
Se dice que el refuerzo negativo ocurre cuando, al quitar o evitar cualquier estímulo que
sigue a una conducta dada, se incrementa la frecuencia de dicha conducta en el futuro.
Para los individuos con dolor crónico la conducta de quedarse en la cama está
negativamente reforzada por la evitación del dolor. Un proceso clave en AC, la evitación de
la experiencia, es una conducta negativamente reforzada por la eliminación o reducción de
experiencias emocionales aversivas.
Castigo
Se dice que el castigo ocurre cuando, al introducir cualquier estímulo tras una conducta
dada, se reduce la frecuencia de dicha conducta en el futuro. Si la eliminación o evitación de
un estímulo incrementa a ciencia cierta la tasa de la conducta que lo precedía (refuerzo
negativo) o su introducción lleva al decremento de la conducta (castigo), estaríamos
refiriendo por lo general a un estímulo aversivo.
Estímulo Discriminativo
Se dice que la conducta operante está evocada por un estímulo discriminativo o aspectos
del ambiente que señalan que una consecuencia dada anteriormente es posible. En la AC,
es importante evaluar los estímulos discriminativos de las conductas operantes positivas,
para asegurarse de que el aviso para la conducta positiva está disponible en el ambiente.
Extinción
Se dice que la extinción ocurre cuando la frecuencia de una conducta desciende después
de que la consecuencia para dicha conducta se haya retirado. Donde es importante la
extinción para el modelo conductual de depresión, ya que algunas veces la reducción de
conductas vista en la depresión puede considerarse como un resultado de la retirada de
refuerzos positivos.
Conducta Respondiente
La filosofía científica sobre la que se basan las técnicas de AC ha evolucionado desde los
primeros escritos del conductismo radical de B. E. Skinner (1953, 1974) hasta el
contextualismo funcional de Steve Hayes.
Hayes clarificó, elaboró reformuló y reprogramó los temas más importantes de este sistema
filosófico inicial, prescindiendo de algunos de los aspectos más discordantes y polémicos
del trabajo de Skinner y destilando los elementos nucleares que son importantes para las
poblaciones de pacientes adultos y ambulatorios. El contextualismo funcional puede verse
como la base de la AC, aunque algunos conductistas pueden considerarlo, sin embargo,
una aproximación conductual radical o conductual-analítica.
Contexto y significado
La terminología del querer, necesitar o tener la intención también tiene el efecto de llevar el
análisis hacia el futuro. Es decir, nos comprometemos con una determinada conducta
porque queremos que ocurra una determinada consecuencia en el futuro.
Centrarse en las contingencias del pasado es difícil para la mayoría de las personas porque
en cierto modo es ir en contra de la experiencia real. En el momento, estamos en contacto
con la experiencia de querer beber, y no con las contingencias pasadas sobre beber que
han sido reforzadas con éxito, pero eso no significa que las contingencias pasadas no sean
variables importantes y necesarias de controlar desde una perspectiva científica de
causalidad.
La conducta operante tiene un sentido voluntario y está dirigida a una meta. La mayoría de
conductas humanas complejas clínicamente relevantes pueden conceptualizarse como
conductas operantes. De hecho, el objetivo de la AC es activar una amplia clase de
conductas operantes que resultan del contacto con refuerzo positivo, desde conductas
simples como levantarse de la cama hasta conductas complejas como negociar para
conseguir un aumento.
Conducta respondiente
Una conducta definida por su función necesita ser contrastada con una conducta definida
por su forma. Conductas que parecen similares pueden tener diferentes funciones. De
nuevo, la clave está en el contexto presente e histórico. En ausencia de algún conocimiento
sobre el contexto presente e histórico, el llanto o contar chistes serían conductas
incomprensibles.
Los sentimientos son antecedentes típicos en la AC, especialmente, como vimos aquí,
cuando la disminución en esos sentimientos también sirve como los consecuentes que
mantienen la conducta de evitación. En ambos modelos, «B» representa la variable que
se elige para el cambio. En la teoría cognitiva, el objetivo es la creencia —en este ejemplo,
«Soy un fracasado»—-. En la teoría conductual, es la conducta —en este ejemplo, la
conducta de quedarse en casa y no ir a la fiesta.
En ambos modelos, «C» representa las consecuencias relevantes, que serán diferentes
según el modelo. La teoría cognitiva se centra en las consecuencias afectivas o
conductuales potenciales que resultan de la reacción a los antecedentes con unas
creencias específicas.
Para los lectores que hayan sido formados en el análisis conductual, tenemos que
hacer una distinción entre la evaluación funcional empleada en AC del análisis
funcional formal. La AC puede ser empleada en el contexto de pacientes ingresados
donde el personal puede ser entrenado para llevar a cabo tales análisis funcionales.
Los terapeutas tratan de analizar, tan específicamente como sea posible, los
antecedentes y consecuentes relacionados con la conducta clínicamente relevante a
través de detalladas preguntas formuladas al cliente (y a los demás) sobre ejemplos
específicos de la conducta, manteniendo en la mente las limitaciones propias de los
autoinformes del cliente y revisando en todo momento las hipótesis sobre las
funciones conductuales.
Podemos eliminar las dudas sobre este fenómeno si consideramos cómo paramos
rápidamente de respirar cuando no se produce esta consecuencia.
En ambos casos, tanto al caminar como al respirar, no recordamos el proceso por el que el
refuerzo da forma a la conducta. En el caso de caminar, el proceso de formación se
producía en el tiempo, mientras que en el caso de respirar la conducta ocurría
inmediatamente e inmediatamente se producía el reforzamiento.
Otro concepto importante, la programación del reforzamiento, también puede ilustrarse con
el ejemplo de caminar y respirar. La mayoría del tiempo, los reforzadores que siguen a
caminar y respirar ocurren en un programa de reforzamiento de tasa fija, en el cual el
refuerzo es proporcionado después de la ocurrencia de un número fijo (predeterminado) de
conductas. Las conductas más interesantes clínicamente, sin embargo, no se mantienen
por programas.
Por ejemplo, un programa de tasa variable 10 indica que en el tiempo la persona está
obligada a realizar el doble del trabajo para producir el mismo número de refuerzos que una
persona con un programa de refuerzo de tasa variable 5.
Para ambos individuos, el programa de refuerzo es variable —-puede no ser necesario para
estas dos personas acercarse exactamente a 5 o 10 mujeres respectivamente para
conseguir el número, pero en términos de largo plazo esas serán las proporciones.
Lo que importa no es el refuerzo per se, sino el programa de refuerzo —la forma de
reforzamiento que ha ocurrido con respecto a la conducta en el pasado—. En otras
palabras, no nos comprometemos con una conducta con el fin de obtener un refuerzo
específico en el futuro, sino que nos comprometemos con la conducta porque eso nos llevó
a un modelo de refuerzo específico en el pasado.
Un punto final importante es que a medida que aumenta la fuerza del refuerzo, disminuye la
necesidad de frecuencia de aparición para mantener la conducta. La próxima vez que
camine por esa calle en concreto, es probable que ya haya olvidado la moneda y no vaya
mirando hacia el suelo. Ahora imagine que va caminando por la calle, mira hacia el suelo y
ve un cheque de 1.000 dólares, el cual representa un gran reforzador.
La AC presenta una mirada distinta, ya que, como ya hemos discutido, para un conductista,
el significado se encuentra en el contexto de la conducta, específicamente en las
consecuencias de la conducta.
A su vez, una vida deprimida es una vida con contactos limitados con estables y diferentes
tipos de refuerzo positivo —una vida sin significado—. Son importantes los términos de
diversidad y estabilidad. La diversidad se refiere a no poner todos los huevos en la misma
cesta. Así, sí se pierde un reforzador, otros reforzadores estarán en su lugar para funcionar
como factores protectores en contra de la depresión. Consideremos dos factores primarios
de riesgo para la depresión: la viudedad y la jubilación.
La estabilidad pone de relieve que no todos los refuerzos positivos se crean de la misma
manera.Consideremos la heroína, un refuerzo extremadamente positivo y potente. Si
nuestra definición de significado de vida es contactar con el refuerzo positivo, ¿por qué no la
heroína? El problema con la heroína es que las propiedades reforzantes no son estables.
Los efectos reforzantes no duran mucho tiempo y, además, van seguidos del síndrome de
abstinencia y de la necesidad de dosis cada vez mayores para conseguir los mismos
efectos reforzantes.
De acuerdo con la AC, la razón por la que es importante el contacto con fuentes de refuerzo
positivo diversas y estables no es porque ello resultará en experiencias placenteras diversas
y estables, sino porque resultará en repertorios de salud psicológica diversos y estables, en
una conducta significativa (es decir, en línea con los valores morales individuales).
La destreza se refiere a la sensación de logro al realizar una tarea, mientras que el placer
se refiere a las emociones placenteras asociadas a la actividad.
Los valores son una consideración importante para determinar qué repertorios conductuales
serán un refuerzo estable y así incorporarlos en la AC. Mediante la expresión verbal de los
valores, la relación entre conducta y las consecuencias distantes o a largo plazo se hace
más relevante para el individuo, de manera que efectivamente las consecuencias a largo
plazo influyen en la conducta para afrontar la competición con las consecuencias
inmediatas.
Los valores de uno mismo son un producto complejo de su historia. El truco está en
identificar cuáles son esos valores y preparar el ambiente para generar conductas
coherentes con esos valores. Las contingencias deberían hacer el resto para crear una vida
rica y significativa. Así, mientras el núcleo de la AC va dirigido a la activación —tareas
simples que conducen al contacto con fuentes diversas y estables de refuerzo positivo— la
clave está en desarrollar tareas de activación que sean funcionales y extraídas de los
valores de vida y objetivos relacionados con dichos valores, y no primariamente dirigida
hacia las experiencias de placer (de hecho gunas tareas de activación son algo
desagradables).
Como sugerimos en el punto 6, algunas veces el camino más fácil para determinar qué está
reforzando una conducta es retirar potencialmente disponibles de refuerzo positivo. Se han
desarrollado con los años, y empleado en AC, una multitud de estrategías y
consideraciones sobre cómo activar exitosamente a los clientes, teniendo en cuenta los
aspectos de modelado y mejoras graduales.
El refuerzo negativo está tan presente como el refuerzo positivo. El punto importante es que
cuando la evitación comienza a ser extensiva y generalizada, es en efecto una vía hacia
pérdidas adicionales de refuerzo positivo. Así, los esfuerzos excesivos de evitar las
experiencias negativas y sus consecuencias, a pesar de la obvia inclinación que tenemos a
| hacerlo, puede asegurar la construcción de ambientes deprimidos. Los repertorios de
evitación han sido fortalecidos por las consecuencias del refuerzo negativo experimentadas
el día anterior, y sus espirales hacia una depresión más profunda continúan.
Es importante darse cuenta de cómo el análisis está vinculado a las técnicas de tratamiento.
No hay respuestas correctas e incorrectas a la pregunta de cómo conceptualizar las
conductas de un cliente; en su lugar, hay respuestas más o menos útiles. Por último, las
conceptualizaciones de la AC incorporan análisis funcionales ABC ya que estos análisis
están vinculados con las técnicas de tratamiento.En algunos casos, las técnicas simples de
activación para reinstaurar el refuerzo positivo son todo lo que necesitamos. En otros casos,
la evitación juega un papel importante y necesita elegirse como un objetivo más. Esta
complejidad descansa en el núcleo de la AC. Y en otros, están implicados múltiples factores
y el tratamiento envuelve un conjunto de técnicas. En esta complejidad descansa el núcleo
de la AC. Desde el punto 21 hasta el 25 proporcionaremos detalles sobre cuándo y cómo
emplear las diferentes técnicas de AC, basándose en el análisis funcional.
El castigo funciona con frecuencia muy bien, extinguiendo la conducta incluso un tiempo
después de que el castigo haya acabado. Es común para los clientes con depresión crónica
informar de historias de una infancia con castigos prolongados e inevitables. El cliente no
sólo puede no haber aprendido cómo intimar, sino que además puede haberse convertido
en crónicamente pasivo y puede mostrarse reacio a probar.
La investigación con humanos muestra que dichas respuestas no deberían ser interpretadas
como falta de motivación o falta de voluntad (explicaciones ficticias); son una función de sus
historias de castigo.
Las investigaciones sobre el castigo indican que tiene un efecto importante además de crear
indefensión y reducir la conducta castigada. Específicamente, la persona que impone el
castigo se convierte en un estímulo aversivo, suscitando miedo y evitación, y si el castigo es
grave, este miedo y evitación se generalizaron.
En tal situación, tenemos una disminución en la conducta controlada por una historia de
castigo, y un elemento adicional de evitación reforzada negativamente. la depresión, el
resultado final es la falta de contacto con el refuerzo positivo.
Dentro de la AC, por lo tanto, se consideran múltiples vías para perder refuerzos positivos, y
el objetivo del tratamiento es finalmente incrementar el contacto con el refuerzo positivo,
independientemente de cómo el cliente haya llegado a estar deprimido. Trabajar para
activar al cliente con una historia de castigo crónico requiere paciencia y sensibilidad. Una
tarea de activación simple (p. cj., invitar a un hombre a tomar café para conocerle mejor),
que va dirigida a la falta de contacto con el reforzamiento positivo pero que no tiene en
cuenta el castigo o la evitación funcionalmente, podría fracasar.