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GUÍA VOL. 3
INTERVENCIÓN EN EL ABUSO
SEXUAL INFANTIL
Por el contrario, hay casos en que el niño/a accede sin problemas y entra
con muy buen ánimo al consultorio; sin embargo, dedica toda la sesión a
evadir (consciente o inconscientemente) el tema que lo trae a terapia, y
juega durante meses enteros a juegos estereotipados, haciendo chocar
autitos o pelear animalitos una y otra vez sin parar.
Este tema resulta muy delicado dado que el psicólogo/a deberá realizar
ciertas y determinadas intervenciones que ayuden al niño/a a salir del
estado disociativo en el cual se encuentra. Semejante labor a veces lleva
varios meses de psicoterapia, hecho que, lamentablemente, no suele ser
entendido desde los tiempos judiciales y las exigencias siempre urgentes
de realizar informes que acrediten pruebas “contundentes” del supuesto
abuso.
SEGUNDA ETAPA:
JUEGOS POSTRAUMÁTICOS
Esta segunda etapa –que podría llegar a ser también la primera, si es que el
niño/a en cuestión es más extrovertido o se encuentra menos dañado/a
psíquicamente– suele durar entre seis meses y un año. Vale aclarar que el
daño psíquico no sólo dependerá del tipo de abuso (si ha sufrido una
violación con acceso carnal o un manoseo, por ejemplo) sino de la
constitución y fortaleza innata del niño/a para soportar lo que ha sufrido,
así como de la red de contención que funcione a su alrededor.
En este momento terapéutico, el niño/a víctima de abusos comenzará a
hacer una catarsis emocional con el objetivo de descargar el exceso de
energía y/o emociones negativas que le generó el trauma sobre los
muñecos/as que tiene a su alcance. Así, descargará sobre estos todo su
odio, furia, terror, angustia y desesperación que a ellos mismos les
provocó su abusador/a.
TERCERA ETAPA:
JUEGOS ELABORATIVOS
Una vez que han descargado todo el exceso de emociones negativas,
recién entonces, los niños/as víctimas podrán ser capaces de reordenarse
mentalmente como para elaborar e intentar comprender racionalmente
aquello que les sucedió.
Se trata de una etapa caracterizada por una actividad lúdica en donde los
niños/as escenificarán simbólicamente la escena traumática, pero sin el
monto de angustia que en la etapa previa les impedía armar historias con
principio, desarrollo y final.
Así, irán jugando durante meses enteros –incluso años, en los casos más
severos– escenificando una y otra vez de mil y una maneras distintas la
escena traumática, hasta poder llegar a aproximarse a una hipótesis
explicativa que les permita comprender de alguna manera qué fue y por
qué les sucedió lo que les sucedió.
CUARTA ETAPA:
JUEGOS REPARATORIOS
Esta etapa se caracteriza por el armado de escenas lúdicas en las cuales el
niño/a víctima intentará reparar de un modo u otro las heridas que, a
pesar de haber comprendido de dónde y por qué surgieron, aún persisten
en su alma.
QUINTA ETAPA:
JUEGOS REGLADOS
En esta etapa el niño/a siente un menor interés por los juegos simbólicos y
se muestra más interesado por los juegos reglados de mesa. Juegan al
ajedrez, a las damas, al ludo, a las cartas, a la batalla naval…
SEXTA ETAPA:
JUEGOS DE DESPEDIDA
Llega un punto en que después de mucho trabajar en sus juegos el niño/a
manifiesta aburrirse en su terapia. Sucede que ya ha elaborado su trauma
y se encuentra en otra etapa de su vida, la que exige dejar atrás el
sufrimiento, porque se siente merecedor de toda la felicidad y paz del
mundo. Cuando esto sucede, llega entonces la hora de comenzar
despedirse.