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INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y CAPACITACIÓN EN

DESARROLLO INFANTIL, HUAXYACAC

GUÍA VOL. 3

LA TERAPIA DE JUEGO COMO

INTERVENCIÓN EN EL ABUSO

SEXUAL INFANTIL

CURSOS & DIPLOMADOS ICADIH


ETAPAS DEL JUEGO EN LA
PSICOTERAPIA
GUÍA VOL. 3. LA TERAPIA DE JUEGO COMO INTERVENCIÓN EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

La actividad lúdica desplegada a lo largo de Resulta casi imposible determinar a


la psicoterapia irá paralela a los tiempos de priori cuánto tiempo durará –o debería
recuperación del niño/a víctima. Así, sus durar– la psicoterapia de un niño/a
juegos irán mutando a medida que avance víctima por trauma sexual para poder
el tratamiento psicológico; esto es, a medida lograr recuperarse por completo; o
que vaya pudiendo ser capaz de elaborar casi por completo, porque hay heridas
su trauma. que nunca logran sanar del todo. Pero,
según mi particular experiencia laboral
Podemos decir que en estos casos el jugar (tanto a nivel privado como a nivel
atravesará por distintas etapas, las cuales institucional), los tratamientos del
se desarrollarán en un lapso mayor o trauma por abuso sexual a niños/as
menor de tiempo, según: que a largo plazo tienen los mejores
pronósticos suelen ser las psicoterapias
Las características del abuso sufrido: individuales con una duración de entre
aunque esto no sea absolutamente uno a cuatro años, según sea la
determinante, en líneas generales, la gravedad del caso. Así, dentro del
víctima ocasional de un único abuso marco de esta modalidad de trabajo, se
sexual exogámico suele reponerse más puede observar que las etapas que
rápido que aquella que durante años recorrería el juego de las pequeñas
fue víctima de un abuso crónico víctimas a lo largo de su tratamiento
intrafamiliar cometido por el padre, serían seis:
hermano, abuelo o tío.
El tipo de secuelas psíquicas: si bien
todo abuso sexual deja secuelas
psíquicas, las víctimas que cuentan con
mayores recursos yoicos que les
permitan expresarse y simbolizar su
trauma podrán ser capaces de
recuperarse más rápidamente.
La red de contención familiar: los
niños/as abusados/as que más rápido
se recuperan son aquellos que cuentan
con una buena estructura familiar o
con, al menos, un par de personas
dentro de su familia por las cuales se
sienta amado incondicionalmente.
La red de contención social: para una
buena recuperación es imprescindible
que el niño/a víctima cuente con un
grupo de apoyo de su comunidad que
lo estimule a romper el miedo a hablar
de su secreto y que también le puedan
brindar una red de seguridad a través
de la facilitación de tratamientos
psicológicos accesibles
económicamente, así como de ayuda
legal.

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GUÍA VOL. 3. LA TERAPIA DE JUEGO COMO INTERVENCIÓN EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

PRIMERA ETAPA: AUSENCIA DE JUEGO O


JUEGOS ESTEREOTIPADOS
Muchos niños/as que han atravesado un trauma sexual están tan
deprimidos/as, aterrados/as, aturdidos/as y bloqueados/as que llegan al
consultorio sin siquiera tener ganas de jugar. O bien se quedan sentados en
un rincón del consultorio callados/as, sin emitir una sola palabra, o en los
casos más extremos, hasta se niegan a entrar.

En general, cuando sucede esto es porque el abuso en cuestión ha sido


producto del incesto o el niño/a aún mantiene contacto con su abusador/a
o vive cerca de él/ella y se encuentra con pánico de hablar por temor a las
posibles represarías...

Circunstancialmente, el niño/a accede a estar en contacto con el


psicólogo/a pero no quiere estar a solas con él porque teme que le vuelvan
a hacer daño. En esos casos, se lo debe atender dentro del marco de una
sesión vincular con su madre (o con la figura protectora que lo traiga a
terapia), para que así, de esta manera, poco a poco, vaya adquiriendo
confianza y perdiendo el miedo a jugar. También, se pueden buscar
soluciones alternativas como, por ejemplo, atenderlo fuera del consultorio,
en la sala de espera o en una plaza o parque al aire libre.

Por el contrario, hay casos en que el niño/a accede sin problemas y entra
con muy buen ánimo al consultorio; sin embargo, dedica toda la sesión a
evadir (consciente o inconscientemente) el tema que lo trae a terapia, y
juega durante meses enteros a juegos estereotipados, haciendo chocar
autitos o pelear animalitos una y otra vez sin parar.

Este tema resulta muy delicado dado que el psicólogo/a deberá realizar
ciertas y determinadas intervenciones que ayuden al niño/a a salir del
estado disociativo en el cual se encuentra. Semejante labor a veces lleva
varios meses de psicoterapia, hecho que, lamentablemente, no suele ser
entendido desde los tiempos judiciales y las exigencias siempre urgentes
de realizar informes que acrediten pruebas “contundentes” del supuesto
abuso.

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GUÍA VOL. 3. LA TERAPIA DE JUEGO COMO INTERVENCIÓN EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

SEGUNDA ETAPA:
JUEGOS POSTRAUMÁTICOS
Esta segunda etapa –que podría llegar a ser también la primera, si es que el
niño/a en cuestión es más extrovertido o se encuentra menos dañado/a
psíquicamente– suele durar entre seis meses y un año. Vale aclarar que el
daño psíquico no sólo dependerá del tipo de abuso (si ha sufrido una
violación con acceso carnal o un manoseo, por ejemplo) sino de la
constitución y fortaleza innata del niño/a para soportar lo que ha sufrido,
así como de la red de contención que funcione a su alrededor.
En este momento terapéutico, el niño/a víctima de abusos comenzará a
hacer una catarsis emocional con el objetivo de descargar el exceso de
energía y/o emociones negativas que le generó el trauma sobre los
muñecos/as que tiene a su alcance. Así, descargará sobre estos todo su
odio, furia, terror, angustia y desesperación que a ellos mismos les
provocó su abusador/a.

En esta etapa, los niños/as pueden llegar a “asesinar” a todos los


muñecos/as del consultorio, o desmembrarlos, degollarlos luego de
hacerlos tener relaciones sexuales, por ejemplo. Pueden construir
cementerios de animalitos o de Barbies y Kens. Pueden obligar al lobo, al
cerdo o al payaso a mantener sexo bucogenital con brujos o con pequeñas
e inocentes princesas. Pueden jugar a la violación o a fantasmas que dicen
secretos o le chupan la zona genital u anal a niños/as dormidos/as.

En esta instancia, desarrollarán actividades lúdicas que principalmente


girarán en torno a escenificar simbólicamente el modo en cómo ellos/ ellas
vivieron su trauma a nivel psíquico y emocional: sus pesadillas y sus
miedos, sus vergüenzas, su culpa, su confusión, su desilusión, sus ganas de
asesinar a quien tanto daño les hizo, sus ganas de morir para no sufrir más.

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TERCERA ETAPA:
JUEGOS ELABORATIVOS
Una vez que han descargado todo el exceso de emociones negativas,
recién entonces, los niños/as víctimas podrán ser capaces de reordenarse
mentalmente como para elaborar e intentar comprender racionalmente
aquello que les sucedió.

Se trata de una etapa caracterizada por una actividad lúdica en donde los
niños/as escenificarán simbólicamente la escena traumática, pero sin el
monto de angustia que en la etapa previa les impedía armar historias con
principio, desarrollo y final.

En esta instancia, ya serán capaces de armar historias representativas de


aquello que les pasó con muñecos y animalitos; también, podrán enfrentar
sus miedos sin tanta angustia ni ansiedad. Podrán ser capaces de hacer
teatralizaciones encarnando ellos mismos distintos roles –incluso, el de su
propio abusador– metiéndose dentro de la piel de su enemigo, como un
intento de llegar a comprender por qué hizo lo que le hizo.

Así, irán jugando durante meses enteros –incluso años, en los casos más
severos– escenificando una y otra vez de mil y una maneras distintas la
escena traumática, hasta poder llegar a aproximarse a una hipótesis
explicativa que les permita comprender de alguna manera qué fue y por
qué les sucedió lo que les sucedió.

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CUARTA ETAPA:
JUEGOS REPARATORIOS
Esta etapa se caracteriza por el armado de escenas lúdicas en las cuales el
niño/a víctima intentará reparar de un modo u otro las heridas que, a
pesar de haber comprendido de dónde y por qué surgieron, aún persisten
en su alma.

En esta instancia, los juegos se caracterizarán por ser mucho más


tranquilos. El niño/a jugará mayormente a juegos que impliquen un
compromiso con el sufrimiento del otro, como representativo de sí mismo.
Así, se lo podrá observar jugando durante meses al juego del doctor o al
veterinario, curando las heridas (muchas veces, heridas sangrantes
realizadas con témperas) de cuanto muñeco/a tenga a su alcance. Jugará
mucho a la cocinita, preparando sabrosos platos con plastilinas y masas
que reparte generosamente entre todo el mundo. Gustará de bañar y
asear a los muñecos/as más sucios, o cambiarlos amorosamente con ro-
pitas más lindas. También, buscará hacer justicia con quien le hizo tanto
daño y comenzará a vengarse de su abusador atrapando y metiendo en la
cárcel al muñeco que lo simbolice.

En esta etapa, también se puede observar que los niños/as se obsesionan


con el orden y la limpieza. Si antes se retiraban de la sesión dejando el
consultorio en un estado similar al que hubiera dejado un tsunami, ahora,
se niegan a irse sin dejar absolutamente todo ordenado.

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QUINTA ETAPA:
JUEGOS REGLADOS
En esta etapa el niño/a siente un menor interés por los juegos simbólicos y
se muestra más interesado por los juegos reglados de mesa. Juegan al
ajedrez, a las damas, al ludo, a las cartas, a la batalla naval…

Así, invierten meses enteros en intentar ganarle a su psicólogo/a, y cuando


lo logran se sienten triunfantes y felices. Finalmente, han logrado
convencerse de que ellos pueden llegar a ser tan fuertes, inteligentes y
astutos como para vencer a su peor enemigo/a: su abusador/a.

En estas instancias, los niños/as ya son capaces de hablar sin pelos en la


lengua del trauma por el que han atravesado sin angustiarse. Ahora, las
pequeñas víctimas lograrán dejar de sentirse víctimas porque ya han
podido comprender que ellos son por mucho superiores a su abusador/a,
quien no es más que una pobre persona incapaz de encontrar la felicidad
y el amor verdadero de absolutamente nadie.

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GUÍA VOL. 3. LA TERAPIA DE JUEGO COMO INTERVENCIÓN EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

SEXTA ETAPA:
JUEGOS DE DESPEDIDA
Llega un punto en que después de mucho trabajar en sus juegos el niño/a
manifiesta aburrirse en su terapia. Sucede que ya ha elaborado su trauma
y se encuentra en otra etapa de su vida, la que exige dejar atrás el
sufrimiento, porque se siente merecedor de toda la felicidad y paz del
mundo. Cuando esto sucede, llega entonces la hora de comenzar
despedirse.

El alta de un pacientito/a con el que hemos trabajado durante varios años


lejos de ser melancólica deberá ser elaborada con alegría, sin cerrar
puertas, sino más bien dejándole en claro que podrá regresar a visitarnos
cuando quiera; que no es el fin de nada sino el comienzo de una nueva vida
para él/ella.

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