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LECCIÓN 10

LA FE EN LA BATALLA ESPIRITUAL

“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de
fuego del maligno.”
Efesios 6:16

Una de las cosas que hace la fe es unir al soldado de Jesucristo con su maestro, el señor Todopoderoso
en el cual tenemos todo cuanto necesitamos para vencer en la lucha espiritual; ya que su victoria
sobre Satanás es total y absoluta. Esta victoria es nuestra, pero debemos apropiárnosla a través de la
fe.

Uno de los más peligrosos instrumentos de guerra usados en la antigüedad, eran los dardos de fuego.
Tenían la punta terminada en estopa humedecida en brea, la cual era encendida antes de ser
lanzada. Los escudos estaban hechos de 2 piezas de madera, Cuando el escudo paraba el dardo,
éste se hundía en la madera y la llama se apagaba.

En la vida diaria, Satanás manda “dardos de fuego” en nuestra contra; pensamientos de engaño,
acusación y tentación con la intensión de penetrar e incapacitarnos; y es necesario detenerlos y
apagarlos por medio de la fe.

Nuestro escudo de la fe es la confianza que tenemos en lo que Cristo ya llevó a cabo por nosotros y
nos permite aplicar los principios de su palabra a nuestra vida. Este crece y se fortalece mientras más
conocemos y aplicamos su palabra.

Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
La fe existe en el presente, no en el pasado, ni en el futuro. Cuando miramos el pasado, eso es historia;
y cuando miramos el futuro, hacia algo que no se ha manifestado y que esperamos, eso es esperanza.
La fe se mueve en lo que Cristo está obrando “ahora” en ti. El entendimiento de este actuar presente,
permite situarte en la posición de Victoria en que Cristo está y apagar los dardos de fuego contra ti.

ESTORBOS EN LA BATALLA
Es probable que la duda, la confusión y la incredulidad asalten nuestra mente si nos establecemos
demasiado en el pasado o el futuro (Dios lo hizo antiguamente, o Dios podría hacerlo); Y al enfrentar
una situación, que requiera poner nuestra fe en Dios e interceder, pero no estamos seguros de cuál
es su voluntad para “ahora mismo”, no podemos pelear dicha batalla en fe, porque estaremos
forcejeando con mantener nuestra confianza y seguridad en Cristo. Necesitamos saber cuál es la
voluntad de Dios para esa situación. Muchas personas no quieren pagar el precio necesario para
conocer la voluntad de Dios y se quedan en las generalidades. Las generalidades son principios
buenos para poner a prueba cosas, pero nunca podrán producir victorias específicas.

Cuando la palabra de Dios viene a nosotros, generalmente reaccionamos con esperanza. Dios nos
habla y nosotros decimos “eso espero” “eso deseo” pero se transforma en fe cuando avanzamos en
el descubrimiento de su voluntad y sólo se logra si caminamos con Él viviendo su palabra. Si no lo
hacemos sólo tendremos una esperanza inactiva que no avanzará a producir la fe necesaria para la
conquista.
La fe es la llave que Dios te ha dado para usarla y vencer al mundo y tener una vida victoriosa.
ACCIONES DE FE EN LA BATALLA ESPIRITUAL.

1.- NIEGATE A SER MOVIDO POR LO NATURAL (2 Co. 4:18)


Mantén tus ojos en lo que Dios dice en su palabra, en lugar de en cuan adversas parezcan ser tus
circunstancias. El apóstol Pablo dice en Fil 4:6 que refrenes la preocupación.
No seas movido por lo que ves. Mantente firme en aquello por lo que has orado. (Ej. David ante Goliat,
no fue movido por lo natural porque él conocía a Dios y lo que él haría (1S. 17:36-37, 45-47).
No seas movido por lo que ves en el mundo natural. Hay cosas que no puedes ver que son más reales
que este mundo natural (2 R. 3:16).
No permitas que las circunstancias afecten tu fe haciéndote dudar. ¡Tu fe está basada en la palabra
de Dios!

2.- MANTENTE A LA OFENSIVA EN LA BATALLA


Existen 2 tipos de actitudes en la guerra espiritual: ofensiva y defensiva.
La guerra espiritual ofensiva atacará y vencerá al enemigo. La guerra defensiva permitirá al enemigo
avanzar y luego vengarse, Dios quiere que seas ofensivo en contra de Satanás. No esperes que te
ataque, tú ataca su reino y sus fortalezas. Dios te usará para derrumbarlas (Jr. 51:20).
Tus armas espirituales no son carnales, pero son poderosas para derrumbar fortalezas (2Co. 10:4-5).
Si Satanás te ataca, entonces defiende la propiedad de Dios (Tu eres la propiedad de Dios; Tú
perteneces a Dios).
Si no ahuyentas a tus enemigos ellos se quedaran (Jueces 1:27-28). Los Cananitas continuaron
viviendo en la tierra de los israelitas. Los enemigos que los Israelitas no sacaron se convirtieron en azotes
del pueblo de Dios (Jueces 2:2-3).
La mujer con el flujo de sangre toleró la enfermedad en su cuerpo por 12 años, ella tenía que defender
la propiedad de Dios (su cuerpo y salud) (Mr. 5:25-34).
Ella fue a Jesús a recibir su sanidad y a destruir la obra de Satanás.
Ahora tienes el nombre de Jesús. Usa tu fe en el poder de su nombre para destruir las obras de Satanás
que han venido en contra de ti.

3.- NO HAGAS ALIANZA CON TU CIRCUNSTANCIA ADVERSA


La palabra “compromiso” significa darse al enemigo por medio de concesiones mutuas. Eso significa
que tú pierdes, no debes comprometerte con tu enemigo ni dar ningún tipo de tolerancia, no estés
de acuerdo con tu circunstancia adversa. Dios instruyó a los israelitas a que se apartaran de sus
enemigos y de sus dioses (Josué 23:9-13).

No comprometas tu conocimiento de la palabra de Dios; enséñala y vívela en su pureza. Jesús dijo


que se evitaran falsas doctrinas (Mateo 16:6,12).
Dios quiere que venzas en todas las situaciones o circunstancias, que mantengas una vida de fe y
seas ofensivo en tu guerra contra Satanás.

4.- TEN UNA FE VIOLENTA


Debes tener una fe violenta. Mateo 11:12 dice “…el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo
arrebatan”.
La palabra violento aquí significa “potente”; alguien enérgico y serio.
No seas flojo con tu fe (Prov. 22:13) este hombre no construyó su fe en la palabra de Dios. Sus palabras
son palabras de derrota, “…seré asesinado en la calle.” Seguramente será derrotado.
1 Juan 5:4 dice: “porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que
vence al mundo: Nuestra fe”.

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