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Bogotá D.C
2023
¿Cómo se explica el conflicto armado colombiano desde la perspectiva de la teoría de las
Nuevas Guerras y los Conflictos Sociales de Larga Duración (PSC)?
De acuerdo con Kaldor, a diferencia de guerras anteriores en las que el origen era
ideológico -principios universales como la democracia o el capitalismo-, las Nuevas Guerras
encuentran su origen en nuevas identidades sectarias. Según Azar, estas identidades se
forman como resultado de la lucha de comunidades por “necesidades básicas como la
seguridad, el reconocimiento y la aceptación, el acceso justo a las instituciones políticas y la
participación económica” (Ramsbotham et al, 2011, p.87) que no eran satisfechas por el
Estado, el cual en muchas ocasiones estaba en manos de élites excluyentes.
En su concepción, grupos armados como las FARC y el ELN son formados, en parte, por
la exclusión impuesta por el Estado colombiano que no les permite el acceso al poder, y por
las necesidades básicas insatisfechas por la autoridad. Las FARC surge en el contexto de La
Violencia entre liberales y conservadores y la persecución de la izquierda (Padinger, 2022).
La formación de la guerrilla tiene como antecedente la concentración de tierras en manos de
la elite, y su conformación como tal sucede en respuesta a los ataques por parte de
conservadores en el vacío de autoridad del Estado, el cual fracasa en proveer la necesidad
básica de seguridad (Semana, 2019). El ELN también se presenta como un grupo armado
atractivo para la población más pobre del país, la cual ve la lucha armada como la mejor
forma de reclamar por sus necesidades básicas insatisfechas (France, 24). De igual forma,
grupos paramilitares como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) -de donde se
desprendera el Clan del Golfo- surgen como resultado de la inseguridad en el campo
colombiano, en donde las acciones de guerrillas insurgentes de izquierda como secuestro y
extorsión, motivó la organización de la población en pro de su propia defensa (InSight Crime,
2011). La insatisfacción de necesidades básicas como seguridad llevó a estos grupos a formar
su propia identidad, la cual servirá como factor de legitimación de la lucha armada, en la que
la distinción amigo-enemigo era hecha en contra del Estado y la élite tradicional.
Este conflicto armado, tal como lo indica Kaldor, es una guerra librada por actores
Estatales y no Estatales, en donde muchos de ellos no usan uniformes y portan símbolos
reconocibles. Dentro de los actores estatales se encuentra el gobierno y las fuerzas militares
de Colombia, las cuales cuentan con un personal de 481.000 (Banco Mundial, 2023). Los
actores no estatales, son actores que se encuentran por fuera del marco del Estado, y que en
este caso van en contra de los intereses del gobierno (ELN), o grupos armados con intereses
económicos y de territorio (Clan del Golfo). “una variedad de grupos armados no estatales,
normalmente de carácter transnacional, aprovechando las posibilidades que la globalización
proporciona, hacen uso de la violencia como medio de alcanzar sus objetivos. El patrón de
los conflictos actuales señala un crecimiento de la importancia de estos grupos armados
privados que compiten, en ocasiones, con el poder gubernamental formalmente establecido.”
(Laborie, 2011).
Según Kaldor, estos actores no estatales suelen usar símbolos reconocibles. El Clan del
Golfo, una de las organizaciones denominadas Bacrim (Bandas Criminales) por el Estado
(Ripoll, 2018), cuenta con cerca de 3.260 hombres en armas y 1.800 del componente criminal
focalizado (El País, 2022) se identifican con banderas que tienen el mapa de Colombia
dividido en departamentos y las siglas A.G.C (Autodefensas Gaitanistas de Colombia). Su
color característico es el verde y suelen usar uniformes camuflados. Por otro lado el ELN,
según cifras de Insight Crime “Ha pasado de tener unos 5.000 soldados a principios de los
años noventa a una fuerza que según estimaciones actualmente tiene alrededor de 2.500 –
3.000 combatientes” (CNN, 2021). Su simbologia esta representada en una bandera, donde el
rojo representa libertad; además significa la sangre derramada en la lucha por la revolución
de hombres y mujeres, el negro, es el luto que guardan por todos los revolucionarios muertos
en la guerra contra la “explotación”.
Las Nuevas Guerras son libradas en nombre de la identidad, y del deseo de estos grupos
identitarios de acceder al Estado, al poder (Kaldor, 2013). Desde sus inicios, el objetivo
primordial de las guerrillas insurgentes de izquierda en Colombia era la toma del poder. En
una entrevista en el 2003 Raul Reyes declaró que el “objetivo de la lucha revolucionaria de
las Farc-Ep es conquistar el poder político para gobernar a Colombia con el pueblo, para
beneficio de sus intereses de clase” (Morris, 2003). De igual forma, de acuerdo con el
Manifiesto de Simacota, el objetivo del ELN: “La toma del poder para las clases populares, la
instauración de un gobierno democrático y popular” y hacer frente "a la violencia
reaccionaria desatada por los gobiernos oligarcas, y continuada por el corrupto régimen de
Guillermo León Valencia - Alberto Ruiz Novoa - Alberto Lleras Camargo (...) una poderosa
arma de dominación durante 15 años", presidentes del Frente Nacional, sistema político que
excluyo a todo aquello que no fueran los tradicionales partidos convservador y liberal
(CeDeMa, nd).
Además de las motivaciones identitarias, en ciertas ocasiones las Nuevas Guerras son
motivadas por el beneficio económico, y puede ser difícil distinguir aquellas que tienen fines
económicos de aquellas que utilizan métodos económicos depredadores para financiar sus
causas identitarias (Kaldor, 2013). Si bien en un inicio la lucha de grupos armados de
izquierda tenía como objetivo el acceso al poder, el auge del narcotráfico y la relación que las
guerrillas tuvieron con este, primero como intermediarios (Comisión de la Verdad, nd) y
después participando a lo largo de toda su cadena de valor (CNN, 2016), pone en duda si la
empresa criminal era solo una forma de financiamiento o el fin en sí mismo.
Es por ello que en las Nuevas Guerras se da lo que la autora denomina economía de
guerra globalizada, que ha venido cambiando los métodos de financiación. Las viejas guerras
se caracterizaban por tener un tipo de financiación con un sistema centralizado, totalizador y
autárquico como el que se daba en las guerras totales del siglo XX. La administración está
centralizada para aumentar la eficacia de la guerra y obtener los máximos ingresos con el fin
de sufragarla” (Forigua,2006). Es decir que en el caso del conflicto armado Colombiano, este
tipo de financiación era usada por el Estado Colombiano, donde la guerra se pagaba gracias al
gasto público de defensa de la nación. Ahora con la economía de guerra globalizada
intervienen diversos factores externos y suponen la descentralización del Estado, “La
participación es baja en relación con la población porque no hay salario y la falta de
legitimidad de las partes. Existe muy poca producción interior, así que el esfuerzo de guerra
depende enormemente del pillaje interno y la ayuda externa” (Forigua,2006).
Ahora bien, los actores no estatales usan métodos de financiación ilegal, entre ellos el
más destacado es el narcotráfico usado por la mayoría de los grupos armados organizados en
Colombia. Kaldor nos indica que “el dinero para los rebeldes se desvaneció tuvieron que
buscar ese soporte de otra manera y esa fuente de financiación estuvo muy relacionada con la
violencia, las drogas y el secuestro. Eso cambió la naturaleza de la guerra, que empezó a
integrarse en una economía política depredadora. Por otro lado, los rebeldes ya no
necesitaban del apoyo de la población, como en épocas pasadas, así que podían implementar
tácticas violentas contra los civiles.” (Mundo, 2017). Grupos como el Frente Oliver
Sinisterra participan activamente de empresas criminales como el narcotráfico y la minería
ilegal (InSight Crime, 2023). De igual forma, desde su concepción los grupos paramilitares
han estado ligados al narcotráfico, y las AGC en la actualidad participan en extorsión,
minería ilegal, cultivo, comercialización y distribución de narcóticos (Hernández-Cetina et al,
2018).
A diferencia de las Viejas Guerras, las Nuevas Guerras son caracterizadas por un cambio
en los métodos de guerra, en donde la batalla entre ejércitos regulares deja de ser el momento
decisivo y la población civil se convierte en el objetivo principal de la violencia, por medio
de desplazamiento forzado (Kaldor, 2013), niños soldados, armas ligeras, hambruna y
limpieza étnica (Ramsbotham et al, 2011). A lo largo del conflicto armado colombiano la
población civil ha sido la más damnificada por la violencia, siendo Colombia el tercer país
con más desplazados internos para el 2021 (El Tiempo, 2022), y con 16 masacres en lo
corrido del 2023 (Ramirez, 2023). Los grupos armados que operan en Colombia después del
proceso de paz suelen seguir utilizando algunos de los mismos métodos de sus predecesores.
Al igual que las AUC, el Clan del Golfo hace uso del desplazamiento forzado (swissinfo,
2023) y la masacre (Semana, 2022), sin embargo, en menor medida que su antecesor, al cual
se le han atribuido más de 4000 masacres (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018). En
la actualidad, los métodos en el repertorio de violencia del grupo armado son más
frecuentemente extorsión, homicidio selectivo, amenaza (Infobae, 2022). De igual forma, las
disidencias de las FARC continúan haciendo uso del secuestro (Reynoso, 2023) y control
territorial (Celi, 2022), por último, el ELN continúa atacando puntos clave del sector de
hidrocarburos, como el oleoducto Caño Limón Coveñas (Caicedo, 2023).
Las nuevas guerras se caracterizan por patrocinadores externos que apoyan a los actores
no estatales involucrados en el conflicto, como bien lo puede ser la ONU. Se puede ver la
relación del ELN con Venezuela y su presencia en parte del territorio y la frontera, “Allí la
guerrilla controla partes de la minería ilegal, el contrabando y el narcotráfico lo que le dan
dinero suficiente para seguir en la criminalidad sin depender de la guerrilla en Colombia.
Además, mientras las relaciones del ELN con agentes del estado venezolano se mantengan,
pueden actuar con confianza en el país.” (InSight Crime, 2022). También en las nuevas
guerras surgen grupos armados transnacionales que sobrepasan las fronteras Colombianas y
extienden sus actividades delictivas a lo largo del mundo, la principal fuente de
financiamiento de las AGC proviene del narcotráfico, un negocio donde trabajan
conjuntamente con el Cártel de Sinaloa de México. “la presencia del Grupo Armado
Organizado se extiende a 28 países de cuatro continentes como rutas y destinos.” (CNN,
2022). Es así como se empiezan a internacionalizar estos grupos armados, de la mano con la
globalización criminal. La criminalidad organizada se caracteriza hoy por la concurrencia de
grupos de delincuentes bien estructurados, que asumen el crimen como negocio o empresa, y
que se desenvuelve con frecuencia en un ámbito internacional (Torres,Vazques, 2013).