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EL SEGUNDO PARCIAL
Con el reparto de las tierras entre los campesinos se produjo una caída de la
productividad y se fue depreciando el dinero aceleradamente.
Al mismo tiempo, en las ciudades las industrias no contaban con materias primas ni
energía para producir, el sistema de transporte apenas funcionaba y los problemas de
la mano de obra eran serios.
Frente a la caída de los niveles de producción Lenin propuso un cambio de rumbo que
se conoce con el nombre de “Nueva Política Económica” (NEP).
Se trataba de una política gradual, diseñada a partir del desarrollo agrario, y en el que
el Estado utilizaría sus recursos para impulsar el desarrollo industrial. Esta etapa fue
denominada como “capitalismo de Estado” y se basaba en un pacto entre el poder
revolucionario y los campesinos.
Hubo dos posturas, la de la NEP que apoyaba el desarrollo del sector agrario y la
oposición que apoyaba la industrialización acelerada.
La prioridad del sector estatal estaba pautada por la planificación, que se transformaría
en el instrumento organizador de toda la economía.
LA GRAN DEPRESION:
A partir de 1927, los precios de las acciones en el mercado bursátil estadounidense
experimentaron un alza que para la época fue considerado espectacular
desencadenando un proceso especulativo que además se benefició de la posibilidad de
acceder a créditos baratos.
La principal medida para frenar la especulación fue subir la tasa de redescuento que
contribuía a disminuir la corriente de créditos hacia el exterior, y además atraía
capitales especulativos hacia los Estados Unidos. Esta política afectó a muchos países
en Europa Central y Oriental y en América Latina, los cuales, por distintas razones, se
habían endeudado de manera creciente y dependían de continuas importaciones de
capital para mantener su equilibrio exterior. La irrupción de los préstamos al exterior
condujo a que los gobernantes de los países deudores tomaran decisiones dolorosas en
relación con la política económica interior.
A la reducción de los préstamos al extranjero se agregó una caída de las importaciones,
produjo un derrumbamiento en los precios internacionales de mercaderías que, en
muchos casos ya estaban declinando.
durante este proceso se desencadenó el llamado crack de la Bolsa de Nueva York en
octubre explota la burbuja especulativa: se produjo la caída de los precios de las
acciones, que desencadenó una crisis de confianza definida como "pánico de liquidez"
(todos quieren sacar la plata). Así como los inversores se retiraron de la Bolsa, la
decisión de reducir los gastos se extendió a todos los sectores, afectando a los niveles
de producción y a los precios. La disminución de los precios, a su vez, implicó
desocupación, quiebras y mayores restricciones del consumo.
ESTADOS UNIDOS: En 1933 la situación era gravísima, con una desocupación muy
grande y un sistema bancario que se había desmoronado en los últimos meses. Se
aprobaron una serie de leyes las cuales constituyeron el “new deal”, estas tenían como
base el intervencionismo estatal. Esté se manifestaba de diferentes maneras: en el
ámbito social, por medio de la asistencia a los desocupados; en el terreno económico,
a través del establecimiento de precios remunerativos para los agricultores; en el
mundo financiero, en la imposición de seguros para los depósitos bancarios y la
posterior revisión a fonde del sistema.
GRAN BRETAÑA: La política económica británica en los años 30 estuvo marcada por la
decisión de abandonar el patrón oro. La nueva política británica se sustentó en el
crédito barato y en el proteccionismo, y fue impulsada por un gobierno “nacional”,
pero con una gran presencia conservadora.
La reducción del aporte norteamericano a partir de 1928 tuvo efectos directos sobre el
conjunto de la economía. El gobierno rechazo la implementación de políticas activas
destinadas a impulsar la demanda. Los resultados fueron gran desocupación y caída del
PBI.
Una vez en el poder la política nazi estuvo caracterizada por el grado de intervención
del Estado. Los objetivos de su política apuntaban hacia el control totalitario de la
sociedad, los planes bélicos y la cuestión racial. Por ende, el sistema económico fue
una parte del sistema de dominación nazi.
El pensamiento keynesiano constituyó una de las bases sobre las cuales se asentó la
política económica de los países occidentales.