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SEMINARIO BIBLICO NAZARENO

Centro ETED Distrito Biobío

“El Cristianismo y la política, dirigidas por Oligarquías”

por:
Raúl Max Moreno Contreras

ENSAYO
La actividad consistirá en una reflexión sobre la temática de Cristianos y Política
Profesor: Cristóbal Catejo
Hualpén, Chile
junio – 2021

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INDICE
INTRODUCCIÓN........................................................................................................................3
DESARROLLO............................................................................................................................4
1. La política chilena, breve perspectiva.......................................................................4
2. Evangélicos y participación ciudadana.....................................................................5
3. El gobierno de unos pocos.......................................................................................6
CONCLUSION............................................................................................................................8

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INTRODUCCIÓN

Cuando miramos con desconfianza la política nacional a través de lo que


publica la prensa escrita y la que muestra la televisión; desde el punto de vista
cristiano, se presentan controversias. Puesto que la política, debiera definir
cuestiones frente a ideales de justicia, de organización social y asuntos que afectan a
la población con equidad e integridad.
El mundo cristiano defiende y define estos valores morales y de fe,
lamentablemente, el mundo evangélico parece estar desconcertado en clarificar
exactamente cuál es la naturaleza ética y moral frente a la política-cristiana y los
problemas de modernidad que quiere imponer un estado secular.
Esta gran confusión evangélica, se base desde mi punto de vista en que la
política chilena durante décadas ha sido dirigida por un grupo de personas y familias
que componen la oligarquía de una clase social privilegiada, y ésta ha permeado el
gobierno o dirección de las iglesias evangélicas; presentando políticas sociales y
económicas a favor, de sus propios intereses.
Las administraciones de las iglesias evangélicas han sido influenciadas por
este “circulo vicioso de favores” y bajo este principio de acuerdos y conveniencias de
participaciones social, beneficios económicos o subvenciones han permitido
coexistir cristianismo y política beneficiándose unos de otros, cerrando la iglesia a
los problemas de injusticia social, que es lo que verdaderamente importa y que
debiéramos defender en principio la iglesia evangélica.
“Mateo 6:24: Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al
uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas.”

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DESARROLLO

1. La política chilena, breve perspectiva.


Los partidos políticos chilenos han sido claves para el desarrollo desde sus
orígenes. Desde la primera Junta Nacional de Gobierno hay evidencias que hacen
imposible no demonstrar las primeras tendencias o facciones políticas que han
moldeado nuestra nación, sin duda, al igual que la serie iGame o Thrones, peleando
por un trono y poder económico-social, pero ligados unos con otros barajando
intereses de acuerdo a su conveniencia. No ha sido la excepción en nuestro Chile,
quien a pesar del macabro y novelesco cuadro ha permitido convertirnos en el mejor
país de Latinoamérica y reconocido mundialmente.
Sin embargo, este ultimo tiempo se ha levantado un masivo desprecio a los
partidos políticos, aunque merecido por la inoperancia y nula sensibilidad social a los
problemas de fondo. Lamentablemente “Sin organizaciones políticas legítimas es
imposible restablecer el orden democrático y lograr estabilidad” ii. Si queremos que la
política goce de buena salud, necesitamos un sistema de partidos políticos
institucionalizados que incorporen los intereses y las demandas sociales.
Frente a este escenario los partidos políticos y sus dirigentes, según las
encuestas de que aparecen como las instituciones menos confiables, en esa lista
también están las iglesias; la gente no se identifica, ni confía en ellos. Lo vimos
claramente reflejado en el estallido social del 18 de octubre de 2018 (18-0), donde
fueron quemados lugares iconos que representaban los distintos poderes
económicos-civiles-religiosos.
¿Qué hace que la gente vea de esta forma a la política? Simplemente porque
ésta no ha respondido a los problemas sociales y se ha beneficiado así misma,
respondiendo a sus propios intereses sectoriales, partidistas y beneficio propio de
enriquecimiento personal de sus dirigentes.

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2. Evangélicos y participación ciudadana.
Ser cristiano estar con los nadie, con los excluidos, con los sin poder; el
cristianismo es renunciar al poder “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, más vive Cristo en mí”iii, es vivir sin privilegios (más que el ser llamado siervo
fiel), es ser la sal de la tierra y la luz del mundo. El evangelio es universal y se
manifiesta para todos, pero siempre para los más necesitados.
Sin importar quien esté en representación del estado o quienes dirijan las
políticas sociales y económicas de una nación; siempre debemos estar con los
quedan fuera, sin importar nuestra predilección debemos ir por los excluidos, los
que están fuera del sistema político y religioso, los no comprendidos, aquellos que la
sociedad quiere silenciar y ocultar del modelo de “estado”.
La oportunidad de tener participación ciudadana para defender estos derechos,
se ve observada en una serie demandas ciudadanas que buscan mejorar la calidad
de vida de estas personas: mejoras laborales, igualdad de derechos civiles, más
justicia y equidad para todos los chilenos sin importar la comuna donde vive o
estatus social; repartir mejor el crecimiento económico (que por cierto todo lo han
llevado un grupo pequeño de familias), mejorar el sistema de salud, educación,
pensiones, medioambiente, pueblos originarios, etc. Son demandas en las que el
pueblo evangélico debe ser, pues son, parte de estos problemas transversales que
nos afectan diariamente, dado que la corrupción política nos ha dejado un sabor
amargo de decepción de las autoridades que han sido electas democráticamente.
“La política no es para los cristianos”, pero como no hacer conciencia sobre las
profundas crisis que sufren nuestras instituciones; la deslegitimidad de instituciones
públicas, Carabineros, Fuerzas Armadas, Correos de Chile, casos de desfalcos
millonarios, corrupción política y abuso de poder. ¿Podemos seguir solo orando en
nuestros altares, sin hacer nada?

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En las calles, la gente cree y ve a Jesús como un hombre que cambió la historia y
la vida de todo aquel que se cruzó en su camino. Es la apreciación del ciudadano,
pero no creen en las iglesias; entonces bajo esa mirada nos queda la tarea de ser
militantes más activos del reino de Dios, en anunciar todo lo que creemos y
participar de forma activa y con imperiosa necesidad de todos los cambios sociales.
Es importante y necesario apartarse del adoctrinamiento religioso y dogmático que
nos ha apartado este ultimo tiempo. ¡Cómo han cambiado los tiempos y la cultura!
La fuerte y constante participación ciudadana de la influencia cristiana y los
estándares bíblicos pueden determinar el futuro de nuestra nación.

3. El gobierno de unos pocos.


Los evangélicos apoyaron a Pinochet en dictadura para obtener la igualdad que
nunca se les había dado por una minoría discriminada. Se esperaba respeto,
derechos, ley de culto, mismos tratos que la iglesia católica, pero no se obtuvo todo,
solo lograron beneficios y provechos para unos pocos, al costo de apoyar al dictador
a pesar de sus crímenes. ¿Por qué la idea de que todos los evangélicos apoyaron el
régimen militar? Porque así se hizo presentar en esa época, sólo algunos “selectos”
recibieron beneficios especiales; sin embargo, hubo algunos evangélicos que
denunciaron y criticaron los pecados del régimen. En ese tiempo el país era dirigido
por la junta militar, pero también por un grupo económico que gestaba un
movimiento político que determinaría en el modelo de gobierno actual, que nace
con la constitución de 1980 y junto con ello un selecto grupo de familias que
definirían la economía-social del país en todos los aspectos.
Cuando vino la campaña del SI y el NO, la iglesia evangélica nuevamente
demonizo la opción del NO; resultó todo al revés, “no hubo persecución a la iglesia y
se siguió con plena libertad religiosa”. La política de gobiernos ateos y agnósticos no
cambió mucho el panorama anterior, dado que el mismo grupo gobernante

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comenzó a compartir sus “beneficios” con los nuevos políticos y surgieron nuevos
nombres, pero con los mismos intereses.
La libertad de culto, capellanes evangélicos, el día nacional de los evangélicos,
aportes económicos y varias franquicias más otorgadas al “mundo evangélico”. Pero
al igual que la historia anterior “sólo beneficio a unos pocos”; aumentó el lujo en las
iglesias, abusos de poder en cuanto a recaudación de dineros, colusión entre iglesia-
estado para la inclusión de personajes “cristianos-políticos” con representatividad
de partidos políticos que ampararon ilícitos en el pasado.
No se trata de derecha o izquierda, de ser pinochetista o comunista o de apoyar
de elite; se trata de que siempre unos pocos quieren gobernar tanto en la política
como en las iglesias. Esas tendencias elitistas y oligárquicas (aun en democracia) es
tan seductora para las corrientes cristianas que hacen perder el eje central sobre el
cual es fundada la iglesia.
La historia nos ha demostrado lo errado del camino en esa perspectiva y el
Espíritu Santo nos lleva al camino correcto de inclusión, amor y compasión,
renunciando a nosotros mismos por el bienestar de otros.

7
CONCLUSION

Cuando el cristianismo ha optado por el poder, por el privilegio, por


gobernar, por mandar, por servirse y no ser servido, ha traicionado todo su ser, todo
lo que es, y se ha transformado en una máquina de matar, de moler gente, de dañar.
Pasamos a ser todo lo repudiado por la sociedad y por lo cual la humanidad
demanda un cambio de paradigma. La iglesia no podrá cumplir el rol encomendado
por el Espíritu Santo y su alcance social mientras siga pensando conveniente en sus
intereses personales y no el bien común social.
La transformación de la sociedad no depende de nombrar un hombre para
que los dirija, sino en ser protagonistas de esa transformación, asumiendo la
responsabilidad de luchar por la justicia y la paz, llegando hasta sus últimas
consecuencias, puesto que la decadencia moral de nuestra sociedad no es un
problema político, es un problema espiritual y su solución es el Evangelio.

8
i
Serie TV, país EEUU, 73 episodios, basado libro: A songo d Ice and Fire de George R.R. Martin.
ii
Fernando Rosenblatt, Profesor Asociado en la Escuela de Ciencia Política. Doctor en Ciencia Política (PUC-Chile, 2013).
iii
Gálatas 2: 20 RV1960

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