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¡Cierren esta temporada de pesca!

Por delito ambiental y pesca ilegal de anchoveta


Juan Pedro Chang

La Resolución Ministerial N° 00191-2023-PRODUCE, autoriza la primera temporada de pesca del recurso


anchoveta de este año. Y los reportes de pesca desembarcada, que diversas embarcaciones pesqueras
registran en zonas marítimas autorizadas, confirman la extracción anti natura del 72% de anchovetas
juveniles, con talla promedio de 8.5 centímetros, muy por debajo de los 12 que recomienda el IMARPE,
Instituto de Mar del Perú. Con tan sólo una semana de aplicación (se publicó el 01/05/2023), dicha R.M.
ya es factor de pesca ilegal de anchovetas juveniles, delito ambiental y depredación lesa humanidad.

Según gremios y expertos del sector pesca, la R.M. se aprobó mediante irregularidades administrativas,
déficits en sustento científico y vicios legales, violando los procedimientos institucionales de PRODUCE
y los protocolos científicos de IMARPE; cuyo Informe sobre stock para la pesca de anchoveta, presentado
el 2 de mayo y correspondiente a la LXXKIV Operación Eureka –desarrollada con embarcaciones de la
Sociedad Nacional de Pesquería, SNP- señala lo siguiente: población con alto porcentaje de juveniles,
baja disponibilidad de adultos, tamaño promedio de 8.5 centímetros, grasa corporal por debajo de lo
normal y reposo gonadal por desove veraniego. Es decir, población sin características físicas y biológicas
óptimas para su captura. ¿Entonces, por qué razón en PRODUCE se aprobó una R.M. tan cuestionable?

Por regulación sabia del ecosistema marino, el pez grande se come al pez chico. Y por usura empresarial
y corrupción de funcionarios del sector pesca, en negociaciones sobre aperturas de temporadas de pesca
y en desarrollo de actividades empresariales extractivas de la anchoveta, hay comensales de todo tipo:
pez grande, que suscribe resoluciones; pez mediano, que elabora informes “científicos” para justificar
resoluciones; y pez chico, que garantiza pesca “normal” de anchovetas, desde su función administrativa.

En ese contexto, la SNP presionó públicamente (su presidenta declaró que la población de anchovetas
es de diez millones de toneladas), logrando que se disponga un Crucero de Prospección y Evaluación de
la biomasa, para contrastar el Informe Eureka citado. El Crucero requirió casi tres semanas, hasta ahora
no se conoce su informe exploratorio; sin embargo el Ministro de la Producción y la Vice Ministra de
Pesquería no esperaron nada para impulsar una Resolución cuestionable por su origen y consecuencias.
Desconociendo procedimientos administrativos, parámetros científicos, protocolos institucionales y
antecedentes históricos, ambos promovieron el inicio inmediato de una temporada “exploratoria”, con
el límite máximo de un millón 91,000 toneladas de anchovetas. ¿Por qué tanto apuro? ¿Unas empresas
declaran auto veda y, por el contrario, otras están prestas a poder exportar harina blanca de anchoveta?

Sin anchoveta no hay cebiche. La variedad y la riqueza ictiológica de nuestro mar es producto de la
anchoveta y el plancton proveniente de ríos andinos. Los peces de la gastronomía nacional se alimentan
de la anchoveta: especie estratégica para el ecosistema marino, para mantener la cadena trófica (desde
larvas hasta especies marinas en sí mismas) y para el desarrollo sostenible de actividades económicas
y laborales basadas en la pesca, sean estas empresariales o artesanales. Frente a todo ello, el histórico
Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos, sindicato de rama de trabajadores de la pesca, demanda
que, de inmediato, se deje sin efecto la R.M. N° 00191-2023-PRODUCE. Su consigna es ¡Señor ministro,
cierre esta temporada de pesca y declare veda general para la pesca de anchoveta en todo el litoral!

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