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“El Calamar Illex en el Mar Argentino”

Introducción:

La República Argentina como firmante de la Convención del Mar1 posee derechos de soberanía sobre
los recursos naturales que se encuentran dentro de la llamada Zona Económica Exclusiva (ZEE) a fines
de su exploración, explotación conservación y administración2.

Entre las especies ictícolas que habitan y se desarrollan en esta zona y sus adyacencias se pueden
mencionar: anchoa, sardina fueguina, corvina, merluza, polaca, abadejo, lenguado, bacalao criollo y
vieiras. Sin embargo, las que más se destacan por su abundancia en biomasa son el langostino, la
merluza hubbsi y el calamar illex. Las dos últimas especies mencionadas tienen carácter de traszonales,
o sea que se desarrollan tanto dentro como fuera de la ZEE argentina. El calamar illex es la especie que
atrae la mayor cantidad de barcos pesqueros extranjeros ya que su explotación es la más redituable
desde el punto de vista económico.

El presente trabajo tiene como objetivo determinar el carácter de estratégico del calamar illex como
recurso natural, analizar los diversos aspectos que condicionan su explotación, identificar los actores
involucrados en la actividad y, finalmente, elaborar posibles políticas públicas para abordar la
problemática planteada.

El Calamar Illex como recurso ictícola:

El Atlántico Sudoccidental posee diferentes corrientes cálidas del norte (Brasil) y frías desde el sur
(Malvinas y Antártida), y propiedades geomórficas particulares, como la relativa baja profundidad. Las
especiales características mencionadas hacen fértil este espacio para la proliferación de diferentes
especies, encontrándose en esta zona uno de los caladeros más importantes del mundo. En términos de
biodiversidad y de alta amenaza en el planeta, la región sudamericana está en el noveno lugar (de 34
hotspots), destacándose la Zona de las Islas Malvinas. Además, el estuario del Río de la Plata se
presenta como uno de los más grandes y productivos. La amplitud de la “llanura” marítima argentina de
unos pocos 200 metros de profundidad hace que la columna de agua no sea lo suficientemente extensa
como para que los rayos del sol no lleguen a su lecho, permitiendo así una gran gama de organismos.
Dentro de este contexto, la República Argentina se caracteriza por poseer un litoral fértil con la presencia
de caladeros de importancia mundial, principalmente en lo que hacen a las especies de la merluza
(hubbsi o común), el calamar y el langostino, este último más cercano a la costa. Esta situación brinda
un contexto favorable para el desarrollo del sector pesquero y actividades conexas, como la industria
naval y alimenticia, que brindan valor agregado.

1
Incorporada al derecho nacional a través de la Ley 23.453 en el año 1995.
2
Art. 56 de la CONVEMAR.
Dentro de las especies más abundante en esta zona se encuentra el calamar illex caracterizada por ser
altamente migratoria. Durante su ciclo de vida (que dura aproximadamente 1 año) posee una distribución
geográfica entre los 54°S y 23°S a lo largo de la plataforma y talud continental. La mayor biomasa se
encuentra entre los 52°S y los 35°S. Esta distribución abarca las ZEE de Argentina, Uruguay y Brasil, las
áreas de conservación declaradas por el gobierno de las Islas Malvinas y las aguas internacionales
adyacentes. Por esta razón es caratulado como un “recurso transfronterizo o transzonal”.

Fig. 1 – Distribución del calamar illex

Dimensiones de análisis:

1) Marco Legal:

Al tener derechos de soberanía sobre los recursos vivos en su ZEE, el Estado argentino tiene el
deber de administrar dichos recursos para su conservación (Artículos 61 y 62 CONVEMAR),
debiendo determinar las capturas máximas permisibles para el mantenimiento y sustentabilidad del
recurso ictícola. En este sentido, se sancionó la Ley 24.922/97 – Régimen Federal Pesquero- que,
en su artículo 1° declara que “la Nación Argentina fomentará el ejercicio de la pesca marítima en
procura del máximo desarrollo compatible con el aprovechamiento racional de los recursos vivos
marinos” y “promoverá la protección efectiva de los intereses nacionales relacionados con la pesca y
promocionará la sustentabilidad de la actividad pesquera (…)”. El sector pesquero argentino, si bien
es relativamente pequeño de acuerdo a sus posibilidades, posee margen de crecimiento y brinda un
marco para el desarrollo, no sólo de su actividad, sino también de la industria naval en su apoyo y de
la industria alimentaria.
Los altos niveles de productividad de la zona atraen a otros países que envían sus flotas de altura a
la región. De esta manera, en épocas de zafra, se conglomeran cientos de buques de otras banderas
en el área adyacente de la ZEE, en lo que se ha denominado “milla 201”. Estos buques son
principalmente poteros (buques especializados en la pesca del calamar) de bandera china, pero con
presencia de buques arrastreros de bandera española, portuguesa, coreana y taiwanesa. La
presencia y la actividad de estos pesqueros generan tensión y suelen incurrir en diferentes
violaciones al Derecho Internacional, en lo que se denomina “Pesca No Declarara o No
Reglamentada” (INDNR). Por lo tanto, cuando uno de estos buques ingresa a la ZEE sin la
autorización del estado ribereño (Argentina), se encuentra en contravención del citado Régimen
Federal Pesquero y, por ende, realizando pesca ilegal.

El Régimen Federal de Pesca, cuya autoridad de aplicación es la Subsecretaría de Pesca y


Acuicultura de la Nación, dio marco a la creación del Plan Nacional para Prevenir, Desalentar y
Eliminar la Pesca INDNR, basándose en el plan homónimo ofrecido por la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). A partir de este documento, se
estructura el denominado Sistema Integrado de Control de Actividades Pesqueras (SICAP), siendo
parte del mismo diversas instituciones del Estado como ser: el Instituto Nacional de Investigación y
Desarrollo Pesquero (INIDEP), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), el Servicio
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), la Fuerza Aérea Argentina (FAA), la
Armada Argentina (ARA) y la Prefectura Naval Argentina (PNA). Junto a las sanciones establecidas
por el Régimen Federal de Pesca, y su actualización por la Ley 27.564, este sistema de control y
fiscalización tiene como objetivo desalentar y evitar la pesca ilegal en las aguas donde la República
Argentina tenga jurisdicción.

Otro caso completamente distinto se da cuando se opera en el área adyacente a la ZEE, ubicada en
alta mar y donde se ejercen ciertas libertades, entre ellas la de pesca (CONVEMAR, Artículo 87).
Esta situación genera, cuanto menos, incertidumbre sobre la sustentabilidad del recurso. En
principio, la misma CONVEMAR insta a que los Estados cooperen, directa o indirectamente, para
realizar una explotación racional. Esto implica llegar a acuerdos y/o lograr la regulación pesquera a
través de Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROPs). Al no estar reglamentada
en una zona donde prima la libertad de pesca, aquellos que realizan dicha actividad no se
encuentran incurriendo en ofensa alguna.
2) Impacto Ecológico:

“Diversos estudios han encontrado que el calamar illex argentinus juega un papel clave en los
ecosistemas del Atlántico Sur Occidental:
Sistema trófico: El illex argentinus forma un complejo sistema trófico junto a la merluza argentina,
(merluccius hubbsi), la principal exportación pesquera del país, y la anchoíta (engraulis anchoíta).
Por ejemplo, actuando como presa, competidor y depredador de la merluza según el momento del
ciclo de vida en el cual se encuentren. El illex argentinus es una presa importante para muchas otras
especies de peces en la región, constituyendo un vínculo importante en la cadena trófica de los
ecosistemas donde se encuentra.
Bomba biológica. El illex argentinus actúa como una 'bomba biológica', integrando diferentes
ecosistemas a nivel macro mediante la transferencia sustancial de biomasa y nutrientes. Algunos
autores sostienen que este fenómeno de "bomba de nutrientes" es un componente esencial del
mecanismo de homoeostasis del Atlántico Sur Occidental” (Dunne, 2018 – Pág. 3).

En un contexto mundial donde los caladeros del Atlántico Norte se encuentran prácticamente
agotados (producto del consumo intensivo y prácticas de sobrepesca), la “reserva estratégica” del
Atlántico Sur adquiere una crucial importancia ante la actividad extractiva de pesqueros de distintas
banderas no dispuestos a respetar la tasa de reproducción biológica.

Con respecto a los recursos genéticos, la República Argentina es Parte desde 1995 del Convenio
sobre la Diversidad Biológica, aprobado mediante la Ley Nº 24.375 y ratificado en 1994, que tiene
por objetivos la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes
y la participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos
genéticos. En dicho convenio se define recursos genéticos como todo material de origen vegetal,
animal o microbiano que contiene unidades funcionales de la herencia o genes y que presente valor
real o potencial. Los recursos genéticos son solo una dimensión de la biodiversidad. Por lo tanto, la
biodiversidad se conforma no solo por las especies, sino que cada una de ellas cuenta con un bagaje
de información genética única. En el 2019 se aprobó la Resolución 410 que regula el acceso a los
recursos genéticos derivados de la biodiversidad, conforme con lo establecido por el Protocolo de
Nagoya. De esta forma, Argentina se suma a la lista de los primeros países que establecen un marco
normativo claro y transparente para posibilitar el desarrollo de la industria del conocimiento basada
en la valorización de la biodiversidad. Las normativas son aplicables dentro de la jurisdicción nacional
a especies terrestres, marinas e incluso migratorias, como el caso del calamar illex.

3) Recurso Económico:

De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Desarrollo e Investigación Pesquero (INIDEP),
la extracción anual de calamar la República Argentina pesca un promedio de 121.000 toneladas (tn),
el gobierno de Malvinas (según sus publicaciones) 64.500 tn, la República Oriental del Uruguay
1.300 tn y, aunque es difícil mensurar, las capturas de la flota extranjera promedia las 135.000 tn.
Estos números pueden llegar a ser muy fluctuantes debido al comportamiento de la biomasa del
calamar en relación al año que se esté pescando. Usando como fuente los datos suministrados por
la página oficial de la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura (SSPyA) se desprenden las siguientes
cantidades de desembarques de calamar illex registrados en los puertos argentinos durante los
últimos 5 años:

2107 2018 2019 2020 2021 Total


99.169,7 108.303,5 96.264,6 171.161,6 132.216,5 607.115,9
* en toneladas.
De estas cifras podemos calcular los siguientes porcentajes que representa dentro del total de
extracciones ictícolas:
2107 2018 2019 2020 2021 Promedio
12 % 14 % 9% 22 % 17 % 14,8 %

Este promedio de casi 15 % representa el 3er lugar del total de desembarques en el mismo periodo,
después de la merluza hubsi (33 %) y el langostino (24 %).

Respecto al valor de estas capturas (a un promedio de 2500 dólares por tonelada durante el
quinquenio 2017-2021) la pesca de calamar significó un ingreso bruto promedio anual de casi 304
millones de dólares a la economía nacional. Un producto además en su gran mayoría exportable
debido al bajo consumo en país.

Si bien en el quinquenio 2002-2006 se capturó un promedio de 114.954 tn3, en 2009 se produjo una
caída muy marcada (menos de 60.000 tn). En los años siguientes no volvieron a sus valores
históricos. “Este hecho muy posiblemente esta vinculado son la sobreexplotación de la especie, lo
que se traduce en la menor disponibilidad de la masa biológica para ser explotada” (Koutoudjian,
2015. Pág. 138). Reeicn a partir de 2012, se advirtió una recuperación. A partir de ese momento, las
capturas han tendido hacia un leve crecimiento. Paralelamente, también mejoró el precio de
exportación ya que los valores anuales al exterior se vinculan en el caso del calamar más con el
volumen que con el precio por tonelada (lo contrario ocurre con el langostino). “En forma global,
durante este año se exportaron 138 mil toneladas de calamar a cambio de 367,3 millones de dólares.
El precio promedio por tonelada estuvo en la zona de los 2.664,3 dólares, con una suba del 7,4 por
ciento respecto a igual período de 2019” (PESCARE, 10-11-20).

4) La Dimensión Sociocultural:

Argentina no constituye un país marítimo por excelencia en función de su acervo cultural pero
obligadamente lo es debido a su posición geográfica. De acuerdo a la Ley de Espacios Marítimos N°
27.577, nuestro país cuenta con 6.750.000 km² de espacio marítimo frente a tan solo 2.800.000 km²
de territorio continental. Sin embargo, debido a la ocupación de las Islas Malvinas, Georgias y
Sandwich del Sur “los argentinos sólo podemos disponer del 39 % del total del territorio y de apenas
el 20% de la jurisdicción marítima total” (FadARA–UNDEF, 2021. Pág. 6). Sin embargo, estas
necesidades estratégicas no han sido acompañadas con inversión en medios navales dentro de sus
FFAA. Esta circunstancia limita la actividad de la Prefectura Naval Argentina y la Armada Argentina
dentro del marco de la Ley Federal de Pesca N° 24.922. La letra de esta norma indica que estas
instituciones deben asegurar la conservación y protección de los recursos pesqueros mediante la
utilización de buques y aeronaves a fin de producir un efecto disuasivo sobre potenciales infractores.

3
SUBSECRETARÍA DE PESCA Y ACUICULTURA - Pesquerías de Calamar y Langostino 2007. Pág. 4
“En la opción de la defensa y protección de su mar, en el desarrollo de tecnologías y el fomento de la
industria naviera y pesquera, existe mucha más renta y mucho más futuro para Argentina que en la
discusión de retenciones agropecuarias4. El poder marítimo de Argentina se incrementará en
relación con la conciencia que se logre al generar en sus ciudadanos sobre el valor político,
comercial, económico y cultural del mar” (Koutoudjian, 2015. Pág. 21). Sin embargo, a pesar que
nuestro país carece de conciencia marítima, existe en la sociedad una idea profundamente difundida
consistente en buques de otras banderas que se aprovechan de nuestros recursos ictícolas, como es
el caso del calamar. Esta situación tiene cada vez mayor difusión a través de los medios de
comunicación, foros internacionales y redes sociales. Paralelamente, la idea se completa con la
creencia de que nuestro consumo interno reducido de pescado (en comparación a otros países)
permite que un gran porcentaje del producido de la extracción marítima sea exportado, significando
un cierto porcentaje del PBI nacional. No tengo accesos a las estadísticas exactas para refutar estas
afirmaciones, tampoco es el objetivo del presente trabajo, pero representan ideas fuerza que
permitirían generar una conciencia adecuada acerca de un recurso tan valioso como es el calamar
illex.

5) La Cuestión Estratégica:

El litigio que mantiene nuestro país y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por las Islas
Malvinas constituye una de las áreas focales de conflicto marítimo a nivel mundial. Sin embargo, su
estudio no debe circunscribirse a un ámbito tan reducido sino ampliarse hacia una perspectiva
geopolítica más global. Para esta región en particular, para Coutau-Begarie (1988), los contornos
sudamericano y africano son vulnerables por sus reservas en materias primas mineras,
comparables, según el autor, a las rusas y norteamericanas. A las mismas, habría que agregar la
creciente importancia de los reservorios de agua dulce y de biodiversidad, muy importantes en
ambos continentes en estas latitudes. En este contexto, la existencia de determinados recursos
estratégicos ha llevado a convertir al Atlántico Sur en un área de gran valor estratégico. Estos
recursos son dos: energéticos y minerales así como pesqueros y genéticos.

Actores del Conflicto:

1) La Republica Argentina:

Hasta el conflicto armado del Atlántico Sur en 1982, la disputa soberana entre Argentina y el Reino
Unido estaba referido a unos 16.000 km² (espacio correspondiente a la suma de la superficie de las
Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y las 3 millas de mar territorial circundante). A partir de
ese momento, en forma unilateral Gran Bretaña generó una ampliación de los espacios marítimos
circundantes reduciendo los espacios jurisdiccionales argentinos. Esta acción, cumplida en
contravención de todas las disposiciones de las Naciones Unidas, ha generado respuestas tibias e
infructuosas de las autoridades nacionales que vieron como a lo largo de 40 años han perdido casi
un tercio del territorio argentino y los valiosos recursos allí disponibles (abarca los espacios
soberanos marítimos e insulares, así como los antárticos de interés).
4
Gamba, Virginia. “El mar nuestro que no miramos”. 17 de julio de 2008.
Fig. 2 – Ampliación del Área de Soberanía e Interés Británico en el Atlántico Sur

El acercamiento generado por los Acuerdos de Madrid en 1990 incluyó puntos de cooperación
científica referidos al recurso ictícola. En esta circunstancia, Argentina (a través del INIDEP) envió al
gobierno de Malvinas información vital referida a la biomasa disponible y cadenas tróficas de los
caladeros. Sin embargo estos datos fueron usados en forma unilateral por los británicos para liberar
licencias de pesca que afectan directamente la pesca dentro de las 200 millas al cortar las
trayectorias migratorias de especies como el calamar illex. A partir de allí, el gobierno argentino se ha
limitado a reclamos diplomáticos tibios. Prueba de esta actitud es la estadística de capturas de
pesqueros infractores durante los últimos años. Las mismas están referidas a buques chinos y
taiwaneses y no así a los españoles que responden a licencias generadas por el gobierno no
reconocido de Malvinas.

2) Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte:

El Reino Unido tiene el interés estratégico de conservar el territorio de las Islas Malvinas. Estas islas,
además de las Georgias y Sandwich del Sur, generan el control de enormes espacios marítimos
además de la proyección hacia el continente antártico. Sin embargo, a partir del conflicto bélico de
1982, la subsistencia y economía de la colonia depende fundamentalmente de la pesca comercial.
Por lo tanto, esta actividad debe ser gestionada en forma sustentable para asegurar la subsistencia
económica de los actuales habitantes de las islas. Para ello, la actitud del gobierno británico ha sido
cambiante atendiendo a la necesidad de sus intereses.

Tras los acuerdos de Madrid, en 1990, se firmó bilateralmente un convenio que establecía un
importante área al E de Malvinas tomada de las líneas de base de las islas hasta las 200 millas y el
límite exterior de la plataforma continental de Argentina. Esta superficie de mar tenía como objeto el
cuidado bilateral de los recursos pesqueros migratorios (entre ellos el calamar illex), donde además
se acordó la prohibición de pesca a ambas las partes y terceros países. Sin embargo, en 1994 y en
forma unilateral, el gobierno de Malvinas deshizo lo firmado y vendió licencias de pesca a armadores
extranjeros. También estableció una nueva área al NW de las islas dentro de la ZEE argentina
(aprox. 1.400 Km². La justificación británica a esta medida fue, una vez más, la protección del
recurso del calamar. Esta nueva área nunca fue reconocida por Argentina. En 2005, Argentina dio
finalizado el Acuerdo de Pesquerías del Atlántico sur al considerar que Gran Bretaña no cumplió con
lo pactado en dicho acuerdo al otorgar en forma unilateral nuevos permisos de pesca a armadores
extranjeros dentro del área que las partes habían convenido resguardar y conservar los recursos
ictícolas. Actualmente, “el calamar y el pescado capturado en Malvinas se estima en unas 250.000
toneladas (equivalente a 10.000 contenedores de 40 pies, 20.000 TEUs)” (NetNews, 2021)

3) República Popular China:

China junto con Rusia es el principal revisionista de la estrategia marítima a nivel mundial. A pesar de
poseer la flota militar más numerosa del mundo, a diferencia de su homologo continental ruso,
alterna el uso de buques tanto militares como civiles. “Los buques de ambos grupos ayudan a China
a reescribir las reglas de la libertad de navegación, reforzar sus reivindicaciones marítimas, asegurar
recursos vitales y extender su alcance económico por todo el mundo” (Luo – Panter, 2022. Pág. 2).

Por otro lado, la economía china se ha transformado durante los últimos 20 años. En la actualidad,
además de importador, también es un importante productor pesquero. Las importaciones solo están
relacionadas con productos que luego se reelaboran y finalmente se exportan, aprovechando los
bajísimos costos que la economía china ofrece como ventaja. Gran parte de la oferta china en el
mercado mundial pesquero proviene de sus flotas de larga distancia operando en el área adyacente
a las ZEE del Atlántico Sur o Galápagos, sobre los mismos stocks de las flotas de países ribereños.
Particularmente, en el Atlántico Suroccidental el extractivismo pesquero chino se concentra
fundamentalmente en la captura del calamar sobre el límite exterior de ZEE argentina.

4) Reino de España:

El 10 % del total de los ingresos anuales de la industria pesquera en España proviene de Malvinas.
La cantidad de pesqueros españoles en la zona es importante pero no posee la magnitud de la flota
china. Sin embargo, tienen como punto de apoyo logístico en el Atlántico Sudoccidental a Puerto
Stanley en la Isla Soledad. Esta circunstancia está justificada ya que España representa el punto de
ingreso de los productos ictícolas de Malvinas a la UE. Por esta razón, en 2017 se renovó el acuerdo
con la flota pesquera de Galicia, por un lapso de 30 años para pesca de calamar. Los mayores
ingresos para el gobierno de Malvinas están relacionados al calamar el illex, el calamar loligo y la
merluza hubbsi, aunque el primero es capturado exclusivamente por la flota española. A la fecha, el
gobierno de Malvinas tiene vigentes de 106 licencias para pesca del calamar illex y solo 16 para el
loligo. Las mismas representan el 40 % del PBI de las islas.

5) República Oriental del Uruguay:


A diferencia de España, la flota pesquera China en el Atlántico Sur utiliza el Puerto de Montevideo
como base logística para sus buques factoría y para eventuales reparaciones en los poteros. “La
República Popular China necesita establecer un anclaje territorial para su flota pesquera en el
Atlántico Sur, como forma de reducir costos logísticos y de abastecimiento… según diversos
estudios de ONGs como Oceana y otras organizaciones como Global Iniciative (contra el crimen
organizado transnacional), el Puerto de Montevideo fue, en 2015, el segundo mayor receptor de
buques frigoríficos
sospechados de participar en transbordos de capturas presuntamente ilegales, sólo superado por el
puerto ruso de Vladivostok (Oceana, 2017). El transbordo es un proceso en el cual los pesqueros
transfieren sus capturas a buques refrigerantes (reefers) en aguas internacionales y estos, a su vez,
los abastecen de combustible y otros suministros pudiendo blanquearse, en estas situaciones, las
capturas realizadas mediante pesca ilegal, por la falta de controles gubernamentales en aguas
internacionales” (Ortega, Saavedra y Esquiroz, 2019. Pág. 11).

El año 2016, la empresa china Shandong BaoMa, confirmó sus intenciones de construir en Uruguay
un muelle de transporte de productos pesqueros, un astillero para reparación de buques y una
fábrica asociada a la conservación de productos congelados. En otras palabras, “una base logística
para la reparación, mantenimiento y suministro de recursos materiales para flotas pesqueras del
Atlántico Sur” (Diario La República, 2016).

6) Amadores y pesqueros argentinos:

La pesca del calamar se trata de una actividad zafral. Los buques poteros operan en un área
geográfica claramente delimitada (entre 45º S y 48º S) y el límite de la Zona Económica Exclusiva. El
periodo de operación también es limitado (15 de diciembre hasta el 31 de agosto). Por lo tanto,
durante 5 meses no hay actividad de pesca dirigida a esta especie. Esta circunstancia implica para
los buques poteros argentinos inactividad total durante casi la mitad del año. Esta limitación puede
verse incrementada también cuando, por razones de conservación, se establece un cierre anticipado
de la temporada de pesca en la ZEE o el frente marítimo del Rio de la Plata. La flota pesquera
nacional del calamar opera principalmente desde Puerto Deseado (Santa Cruz) y Puerto Madryn
(Chubut). Pese a la incorporación del Puerto de Mar del Plata, los armadores sufren serios
problemas de infraestructura portuaria relacionada a la disponibilidad de bodega de transporte y de
capacidad de frío.

Otro inconveniente serio esta relacionado con los costos de la actividad que claramente en nuestro
país no resultan competitivos. “En todos los casos debe recalcarse que los competidores argentinos
en el mercado de calamar del Atlántico Sudoccidental, operan con costos más bajos en tanto no
tienen todas las regulaciones exigidas en el país, utilizando el trasbordo en alta mar, y buena parte
de ellos con costos de mano de obra significativamente bajos (tal el caso de las flotas asiáticas con
tripulaciones filipinas, vietnamitas, de Indonesia, chinas); muchos de esos buques que operan en el
borde externo de la milla 200 (alrededor de 200) reciben apoyo logístico en el Puerto de Montevideo,
lo que les permite operar a tanta distancia de sus puertos base” ” (Subsecretaría de Pesca y
Acuicultura, 2007, pág. 9).

Por último, el precio del calamar ha sufrido permanentes fluctuaciones en las últimas décadas por lo
que genera una permanente incertidumbre a la actividad. “Siendo el Atlántico Sudoccidental uno de
los dos principales caladeros de calamar, tanto los picos de alza en las capturas como los de baja,
influyen casi de manera inmediata en la baja o alza respectivamente, de los precios internacionales.
Los precios internacionales vis a vis los costos de producción que enfrentan las empresas argentinas
las colocan en una situación sumamente comprometida. En algunos casos han preferido suspender
sus operaciones pesqueras, y se observa una acumulación de stocks, lo que las enfrenta a otro
problema, la insuficiencia en la capacidad de frío y el costo del mismo” (Subsecretaría de Pesca y
Acuicultura, 2007, pág. 21).

7) Organizaciones No Gubernamentales:

Las organizaciones y actores internacionales han dado forma a nuevos actores que alertan sobre un
régimen específico relacionado con la sobrepesca provocada por las grandes flotas pesqueras
industrializadas presentes en todas partes del mundo. Distintos organismos de la ONU como la FAO,
OMC, OIT, OMI, INTERPOL y diferentes ONGs han presentado modos de acción alternativos para
combatir a quienes participen en actividades de sobrepesca y las acciones negativas derivadas de
estas. La FAO ha impulsado prácticas tendientes a la conservación de los recursos ictícolas a nivel
mundial, entre ellos el Código de Conducta de pesca responsable, un plan de acción para combatir,
eliminar y desalentar las actividades de pesca furtiva y sin gestión (INDNR). Por su parte, la OMC
atiende el problema relacionado a las actividades estatales de subvenciones a la pesca y las
condiciones de vida relacionada a la actividad marítima. También las actividades ilícitas conectadas
con las flotas de larga distancia en distintos caladeros mundiales, significó una preocupación en para
otra organización internacional como INTERPOL.

Más allá de lo señalado, las ONGs son las organizaciones que han participado con mayor ímpetu en
distintos foros a partir de las posibilidades que brindan los medios de comunicación y las redes
sociales. Actualmente, el tema de la pesca INDR posee una relevancia tal que forma parte de las
agendas internacionales de seguridad. Si bien Oceana y Greenpeace han jugado un papel
importante, en nuestro país OPRAS (Organización para la Protección de los Recursos pesqueros del
Atlántico Sur) involucra a cámaras pesqueras argentinas. Esta ONG en 2018 generó un acuerdo de
entendimientos entre la Asociación NAcional de Armadores de buques congeladores de pesca de
MERluza (ANAMER) y la Confederación Española de Pesca (CEPESCA). Lo pactado no tan solo
atiende los intereses privados sino también apunta hacia la explotación sustentable y el equilibrio
biológico en el Atlántico Sur que posee áreas donde no existe gobernanza y regulación efectiva de la
explotación del recurso ictícola.

¿El Calamar Illex es un Recursos Estratégico?


Esta especie constituye una de las principales capturas dentro de la actividad ictícola de nuestro país.
Sin embargo, representa solo el 15 % del total de desembarcos en puertos argentinos superado
holgadamente por la merluza y el langostino. Entonces… ¿porque el calamar illex podría resultar ser un
recurso estratégico cuando las capturas de merluza son más del doble o el precio del langostino por
tonelada equivale a tres veces más? Para ello será necesario analizar el concepto de recurso
estratégico.

“Para Bloch, los recursos naturales estratégicos son aquellos elementos útiles para el hombre que
brinda la naturaleza y que un Estado considera esenciales para su seguridad, agregando que los
recursos naturales que actualmente se pueden clasificar como estratégicos para la mayoría de los
estados son petróleo; gas; agua dulce; determinados minerales y la biodiversidad” (Del Campo, 2018.
Pág. 168). Para algunos autores, como Garcia Tasich, estos recursos se pueden clasificar como
aquellos relacionados con la seguridad humana y los que están referidos a la industria y el comercio.

Los relacionados con la seguridad humana son aquellos vitales para la subsistencia del ser humano
como agua, tierra, aire o alimentos. La aparente disponibilidad de estos recursos induce a pensar que se
trata de medios inagotables y fácilmente accesibles. Sin embargo, algunos factores como el aumento de
la demanda alimenticia por el crecimiento demográfico, los efectos del cambio climático y la
contaminación ambiental han afectado directamente la ecuación de necesidades frente a recursos
disponibles. Aparece entonces el concepto de la subjetividad que genera en cada actor la percepción de
un determinado recurso como estratégico o no. “Aún cuando tengamos una definición unificada acerca
de lo que se considera como recurso estratégico de forma genérica, van a existir razones particulares
que llevarán a considerar que recursos van a ser estratégicos y para quién. Cada país, dependiendo de
su ubicación geográfica, su vecindad, sus necesidades y sus posibilidades considerará un determinado
recurso como estratégico” (Batalleme, 2011. Pág. 103). El segundo grupo, aquellos recursos naturales
relacionados con la industria y el comercio, se clasifican a su vez en recursos energéticos, minerales y
cultivos relacionados con la industria farmacéutica y drogas.

El recurso ictícola claramente pertenece al primer grupo relacionado a los alimentos que, a nivel global,
han experimentado una llamativa variación en su disponibilidad (tanto en cantidad como en estabilidad).
Forma parte de los recursos naturales renovables, o sea “aquellos de origen biológico y que son
capaces de reproducirse en un tiempo socialmente aceptable. Estos constantemente se renuevan
debido a la reproducción natural o inducida por el hombre, de las especies” (Koutoudjian, 2015. Pág.
120). En general, la tecnología permitió hasta finales, del siglo XX, un aumento en los niveles de
producción y extracción de alimentos. Sin embargo, esta tasa de crecimiento se encuentra estancada
para los alimentos durante las últimas dos décadas. Esta circunstancia no escapó a nuestro país que, a
partir de mediados del siglo pasado (década del 60´), experimentó en la pesca un salto cualitativo
referido a infraestructura portuaria, equipamiento naviero y artes de pesca. “Para la década de 1980, la
flota pesquera argentina se había desarrollado. Constaba con alrededor de 330 buques costeros, 120 de
altura, 20 congeladores y 18 factorías” (Koutoudjian, 2015. Pág. 127). La limitación impuesta por los
británicos tras la guerra de Malvinas y la promoción de exportaciones patagónicas, traslado la actividad
centralizada en Mar del Plata hacia los puertos del sur especializándose en la captura de merluza hubsi
y calamar illex. Para entonces, las capturas promediaban las 500 mil toneladas y representaban ingresos
por 300 millones de dólares.

La década de 1990 trajo aparejado un cambio en la estructura legal de la actividad. Se permitió un cupo
de capturas a buques de la CE a cambio de reducción en los aranceles de exportación. Las capturas
alcanzaron niveles record así como lo ingreses de dividas extranjeras. Sin embargo, se produjo una
sobreexplotación del recurso que afectó particularmente a la biomasa de merluza, calamar illex y
langostino. Como respuesta, en 1997 se sancionó la Ley Federal de Pesca N° 24.992 que tiene como
objetivo compatibilizar el máximo desarrollo de la actividad pesquera en función de la conservación del
recurso vivo. A partir de entonces nunca más se alcanzaron los niveles de captura de la década de los
90´. Las cantidades desembarcadas en los puertos argentinos promedian las 750 mil toneladas en la
última década.

La principal captura de la actividad pesquera argentina es el langostino. Representa un 33 % del total y


es el que tiene el precio de venta más alto (7.500 dólares la tonelada). Se trata de una especie que
desarrolla todo su ciclo de vida dentro de la ZEE y, por lo tanto, es explotado casi exclusivamente por
pesqueros argentinos. Para lo extranjeros los costos asociados e impuestos son tan altos en nuestro
país que no resulta conveniente la actividad. Diferente es el caso de la merluza hubsi que representa el
25 % de la capturas. Es una especie traszonal que desarrolla su vida tanto fuera como dentro de la ZEE.
Su explotación implica el uso de buques arrastreros y tiene valor de exportación relativamente bajo
(1000 dólares la tonelada). Por esta causa, solo unos 50 buques se dedican a esta especie en el
Atlántico Sur. En su mayoría son argentinos ya que los costos de operación versus el precio del producto
en el mercado hacen de esta actividad solo redituable para armadores ribereños.

Finalmente llegamos al caso específico del calamar illex. Al igual que la merluza, se trata de una especie
transzonal altamente migratoria. Para su captura en el Atlántico Sur están dedicados apropiadamente 80
buques argentinos5, 379 en el área adyacente fuera de la ZEE (en su mayoría chinos y taiwaneses) 6 y 98
en Islas Malvinas, Islas Georgias y Sándwich del Sur (en su mayoría españoles) 7. Estas casi 560
embarcaciones se ocupan exclusivamente de la pesca del calamar con buques diseñados para tal fin
(poteros). La actividad permite la operación por tiempos muy prolongados apoyados por buques factoría
en alta mar, con bajos costos logísticos en relación al precio promedio en el mercado (2.500 dólares la
tonelada). Esta característica de extracción del recurso genera que sean varios los actores protagonistas
(tanto nacionales como internacionales), no tan solo por el interés económico sino también por la
importancia estratégica. Este recurso, por su condición de transzonal genera una competencia a partir
de su ubicación geográfica. El estado nacional argentino aspira a mantener la disponibilidad del recurso
a partir de la sustentabilidad de la biomasa. En forma simultánea, la flota china y española (con patentes
de Malvinas) persiguen obtener beneficios a partir de su control y explotación por fuera de la Zona
Económica Exclusiva Argentina.

5
Fuente: Consejo Federal Pesquero -2018
6
PNA: Estadística de buques pesqueros identificados. Temporada 2020-2021.
7
Idem.
Por otro lado, el sentido común indicaría que la noción de necesidad control de un recurso está asociado
a la condición de abundancia o escasez. Esta percepción es la que genera la situación de competencia
por los recursos existentes aunque, cabe aclarar, que un recurso estratégico no siempre debe ser
necesariamente escaso. En palabras de Batalleme (2011), “la abundancia no le resta importancia a un
recurso, por lo tanto puede ser considerado estratégico… Los cambios tecnológicos pueden provocar
que un recurso previamente considerado estratégico pierda dicha consideración y otro surja en su
reemplazo. Por otra parte, la escasez incorpora presiones competitivas que pueden degenerar en
conflictos armados”. Tal vez lo más importante a considerar es que la condición de dicha abundancia no
genere competencia entre los actores involucrados si es que su provisión no se encuentra asegurada en
el tiempo. Dentro de este marco se puede efectuar el siguiente análisis respecto al recurso del calamar
illex:

a) Distribución: se trata de una especie trasnzonal, por lo tanto su ciclo de vida y potencial de
explotación se desarrolla dentro de la jurisdicción potencial de varios actores.

b) Necesidad: es un ingreso constante asegurado de divisas para el país ribereño (Argentina) además
de la actividad conexa, representa el 40 % de los ingresos para el gobierno de Malvinas y es una
fuente de provisión de alimentos y proyección estratégica para la flota pesquera china.

c) Posición estructural de los demandantes: China es un verdadero revisionista de estatus quo marítimo
en la actualidad y una de sus principales herramientas es la flota pesquera que opera en
adyacencias de las ZEE. Dentro de la escala de poder estructural, constituye al actor que goza de
mayor autonomía. Gran Bretaña ha actuado en forma unilateral para ampliar sus áreas de
jurisdicción marítimas con total libertad respecto del país ribereño. Argentina es, en apariencia, el
actor más afectado ante una progresiva pérdida de control del recurso por su carácter de trasnzonal.
La disminución de espacios marítimos tras la Guerra de Malvinas, la indecisión política y la falta de
adecuados medios de control han contribuido a colocarla en una situación precaria. Sin embargo,
representa el mayor potencial a futuro debido al alto grado de conocimiento de la biomasa del
recurso (asociado a su disponibilidad) y el enorme potencial de infraestructura para desarrollar en
sus puertos.

d) Concentración del recurso: la actividad extractiva del calamar depende fundamentalmente de la


temperatura del agua asociada a la alimentación de la especie. De acuerdo a las últimas estadísticas
del INIDEP y tal vez ligado a fenómenos de cambio climático, las concentraciones se han
desplazado más al norte. Esta situación ha permitido aumentar las capturas a los poteros argentinos
en detrimento de los españoles que tienen base en Malvinas.

Por lo expuesto, el calamar illex constituye un recurso estratégico para el estado nacional argentino
porque cumple las siguientes condiciones:
- Permite el desarrollo de poder material (ingresos) y estructural (dentro de la compleja geopolítica
del Atlántico Sur Occidental)
- Garantiza la supervivencia del estado (a través de la generación de ingresos y actividades
económicas conexas asociadas).
- Posee una distribución desigual respecto a otros actores (incluso para China y el Reino Unido
que aspiran a participar de su control).
- Tiene un grado de demanda en aumento (mayor necesidad de alimentos a nivel mundial y de allí
la importancia de su sustentabilidad).
- No existe posibilidad tecnológica de reemplazo de dicho recurso.

Conclusiones:

A) Sostenibilidad: cualquier iniciativa pública a aplicar debe tener como eje fundamental garantizar la
preservación del recurso en función del tiempo. La conservación de la biomasa de calamar illex es la
prime garantía de control y acceso al recurso. El cambio climático y la contaminación pueden afectar
directamente al desarrollo de esta especie que es particularmente sensible a la temperatura del mar.
Por lo tanto, se deben garantizar los recursos necesarios para que el INIDEP pueda mantener y
acrecentar los niveles de conocimiento e investigación (que no poseen los demás actores) que lleva
a cabo actualmente.

B) Organización Regional de Ordenamiento Pesquero (OROP): la creación de una OROP en el Atlántico


Sur tiene como consecuencia negativa el reconocimiento del estatus ribereño al gobierno ilegitimo de
las Islas Malvinas. Sin embargo, la pérdida de soberanía en los espacios marítimos adyacentes a las
islas implican un reconocimiento “tácito” del mismo. Actualmente las acciones del estado argentino
son meramente declamativas sin accionar contra los pesqueros españoles habilitados por licencias
que para el derecho interno vendrían a ser “ilegales”. Por lo tanto, la vigencia de una OROP en una
área de gran importancia estratégica permitiría regular los niveles de captura entre algunos actores
intervinientes (excepto China, Corea del Sur y Taiwán 8) a fin de intentar garantizar la conservación de
la especie.

C) Control: la pérdida de capacidades de las instituciones encargadas de la vigilancia y control de los


espacios marítimos de intereses limita las posibilidades de asegurar la conservación del recurso. Los
significativos avances a través de Convenios Específicos de Cooperación y Complementación entre
el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Seguridad de la Nación, sobre materias afines entre la
Armada Argentina y la Prefectura Naval Argentina son un buen comienzo. El objeto de estos
instrumentos es la coordinación de la ejecución geográfica y temporal de los vuelos y patrullas
marítimas de control de los recursos en aguas jurisdiccionales. A esto debe sumarse la incorporación
de medios adecuados y más eficientes para la tarea: vigilancia satelital, vehículos no tripulados,
aeronaves de exploración, etc.

D) Costos: actualmente el estado argentino aplica una serie de gravámenes que reduce los ingresos
netos para los armadores y buques pesqueros. Esta circunstancia genera una traba a la expansión
de la actividad y resulta poco atractiva a las inversiones extranjeras. En caso de disminuir los costos
asociados a las capturas por parte del estado, Argentina podría convertirse en una alternativa válida

8
Taiwán no está reconocido como estado independiente por Argentina.
para los pesqueros españoles en desmedro de las licencias concedidas por Malvinas, ya que el
advenimiento del BREXIT genera una igualdad de condiciones de exportación hacia la CE.

E) Infraestructura: tan solo tres puertos del litoral marítimo argentino reciben los desembarcos de
calamar (Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Deseado) 9. Estos puertos poseen limitaciones en
materia de espacios disponibles para congelar los productos, embalaje y vías de acceso para salida.
La ampliación de estas capacidades así como la posibilidad de reparaciones en diques resulta una
necesidad fundamental para los buques y armadores. Si además a esto se suma la incorporación de
otros puertos importantes del litoral marítimo como Ushuaia, Necochea, Comodoro Rivadavia o
Rawson haría más apetecible la oferta logística para armadores chinos y representaría una
alternativa válida con respecto a Montevideo.

F) Financiación: la concreción de todos los proyectos o iniciativas mencionadas pueden tener como
fuente de financiación un porcentaje de las exportaciones ictícolas. Un sistema ya implementado es
el Fondo Nacional para la Pesca (FONAPE) que genera recursos para sostener las operaciones de
vigilancia y control. En este sentido, toda inversión tendiente a cumplir con el Plan de Acción
Nacional para Prevenir, Desalentar y Eliminar la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada
(PAN-INDNR) debe estar acompañada de un proceso de concientización para entender que
cualquier actividad de la flota extranjera fuera de nuestra ZEE afecta la sostenibilidad del calamar. A
modo de ejemplo, en 2019 se aprobó la compra de 4 patrulleros de alta mar para la Armada
Argentina por un valor de 318 millones de euros. Estos buques, dedicados específicamente al control
de la pesca INDNR, pueden llegar a representar inicialmente una erogación elevada para el estado
argentino. Sin embargo, algunos organismos especializados como la FAO estiman que nuestro país
pierde aproximadamente 800 millones de dólares anuales debido a la pesca furtiva de calamar por
parte de buques extranjeros.

Bibliografía:

- BATTALEME, PAZ, CHRETIEN y CAIRA (2011). “La Geopolítica de los Recursos Naturales
Estratégicos: del Mito a la Realidad”. Revista de la Escuela Superior de Guerra. ENE - ABR 11 N° 577

- DE PAULA, Gabriel (2004). "Los recursos naturales como factor de conflicto”, Programa de estudios
Recursos Naturales y Desarrollo. Working Paper N° 1, Centro Argentino de Estudios Internacionales.

- DUFOUR, Ernesto. “La Argentina Marítima: Atlántico Sur, Pesca Ilegal y Usurpación Británica”.
Disponible en: http://revistaallaite.unla.edu.ar/104/la-argentina-mar-tima-atl-ntico-sur-pesca-ilegal-y-
usurpaci-n-brit-nica

- DUNNE, Santiago (2018). “El caso del calamar illex argentinus”. Policy Brief Enero 2018.

- FadARA–UNDEF (2021). “Los Intereses Marítimos Argentinos y el Poder Naval para su Defensa”.
Disponible en: http://www.esgn.edu.ar/assets/files/CARTILLA%20INTERESES%20MARI%CC

9
Fuente: Sistemas de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SSPyA) – Periodo 01/01/2019- 31/12/2019
%81TIMOS%20Y%20PODER%20NAVAL%20-%20FACULTAD%20DE%20LA%20ARMADA
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- KOUTOUJDIAN y otros (2015). “Geopolítica del Mar Argentino”. Instituto de Publicaciones Navales del
Centro Naval.

- LOU, Shuxian y PANTER, Jonathan (2022). “La milicia marítima y las flotas pesqueras de China”,
MILITARY REVIEW- Primer Trimestre 2022. Disponible en:
https://www.armyupress.army.mil/Portals/7/military-review/Archives/Spanish/Q1-2022/Q1-Luo-2022/
Luo-Panter-SPA-Q1-2022.pdf

- NEtNews (28.12.2021). “Un nuevo puerto comercial en Malvinas”. Disponible en:


http://netnews.com.ar/nota/3122-Un-nuevo-puerto-comercial-en-Malvinas.

- ORTEGA, SAAVEDRA y ESQUIROZ (2019) – “Entre calamares y medianoche: El extractivismo


pesquero chino en el Atlántico Sur (2013-2019)”, XXI Jornadas de Geografía de la UNLP.

- PESCARES (10-11-2022) – “Calamar 2021: la evolución de la pandemia marcará el ritmo de la


temporada”. Disponible en: https://pescare.com.ar/calamar-2021-la-evolucion-de-la-pandemia-
marcara-el-ritmo-de-la-temporada/#:~:text=El%20precio%20promedio%20por%20tonelada,a%20igual
%20per%C3%ADodo%20de%202019.

- SUBSECRETARÍA DE PESCA Y ACUICULTURA (2007) – “Pesquerías de Calamar y Langostino:


Situación Actual”.

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