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Configuración externa de los huesos.

Los huesos adoptan una forma diferente y característica para cada uno se ellos. Sin embargo,
tomando como base las relaciones que existen entre sus tres dimensiones se clasifican en tres
grupos: cortos, largos y anchos.

Huesos cortos
La longitud, el ancho y el espesor son más o menos iguales.
Están dispuestos en zonas de movimientos agotados, pero pueden imprimir mucha fuerza.
Se hallan en la muñecas, en los pies y el la columna vertebral.

Huesos largos
La longitud predomina sobre el ancho y el espesor. En la diafisis se encuentra el canal
medular, que aloja la médula ósea amarilla.
Están dispuestos en regiones q llevan a cabo amplios e intensos movimientos.
Forman el esqueleto de las extremidades superiores e inferiores.

Huesos planos o anchos


El largo y el ancho predomina sobre el espesor.
Ocupan áreas que no ejecutan movimiento alguno y forman verdaderas estructuras protectoras
alrededor de los órganos vitales.
Se encuentran, fundamentalmente, en la región cefalica y en la torácica.

Eminencias o apofisis y cavidades de los huesos.


La superficie de los huesos presenta salientes o apofisis y depresiones, que pueden
diferenciarse como eminencias y cavidades articulares y eminencias y cavidades no articulares.
Las eminencias y cavidades articulares son las superficies por las cuáles los huesos se unen
entre sí. Su forma varía con el tipo de articulación al que pertenecen.
Las eminencias no articulares tienen formas muy diferentes, que se identifican con los términos
de tuberosidad, tubérculo, espina, cresta o línea con los que se les designa. Tienen un doble
orígen. Unas están únicamente determinadas por inserciones tendinosas o ligamentosas y su
volúmen y extensión depende de la importancia de los tendones ó ligamentos que se insertan
sobre ellas. Otras sin embargo están formadas por un punto de osificacion particular, se
encuentran en epifisis de huesos largos y en ángulos de huesos planos, y son igualmente
localización de numerosas inserciones musculares y ligamentosas.
Las cavidades no articulares se dividen en tres categorías: unas se desarrollan bajo la
influencia de inserciones musculares y tienen por efecto aumentar la superficie de inserción del
tendón; otras en forma de escotadura, de agujero, de canal o conducto dan paso a vasos y
nervios. Por último ciertas cavidades son diverticulos cómo los de las fosas nasales y los de la
caja timpanica, se desarrollan en los huesos vecinos, son las cavidades sinusales y
mastoideas.

Agujeros vasculares y conductos nutricios de los huesos


Sobre la superficie de los huesos se encuentran numerosos orificios, los agujeros vasculares
que den acceso a los conductos nutricios de los huesos.
Éstos orificios y conductos son de tres órdenes:
1. Los orificios y conductos de primer orden pertenecen a las diafisis de los huesos largos
y a las caras de los huesos planos. Dan paso a la arteria nutricia principal de los
huesos. En los huesos largos van al conducto medular siguiendo un trayecto oblicuo,
dado el crecimiento más rápido de la diafisis hacía la epifisis.
2. Orificios y conductos de segundo orden se localizan sobre las epifisis de los huesos
largos y los bordes y ángulos de los huesos planos, y sobre toda superficie no articular
de los huesos cortos.
3. Los orificios y conductos de tercer orden, se menor calibre, existen en número
considerable sobre toda la superficie no articular de los huesos.

Constitución de los huesos


Estructura macroscopica.
Existen dos formas de hueso identificables a simple vista o con lupa: el compacto y el
esponjoso o rericulado. Éste último está constituido por un retículo tridimensional de espiculas
óseas ratificadas o de trabeculas que
compacto aparece como una masa sólida continua, en la cuál sólo se ven espacios con la
ayuda del microscopio. En los huesos largos típicos cómo el fémur ó el humero, la diafisis es un
bcilindro se pared gruesa echa de hueso compacto con una cavidad medular central
voluminosa ocupada por la médula ósea. Los extremos están formados fundamentalmente por
hueso esponjoso recubierto por una corteza delgada de hueso compacto. En las superficies
articulares de los extremos de los huesos largos está capa delgada de tejido compacto está
recubierta por una capa de cartilago hialino, el cartílago articular. Con pocas excepciones, los
huesos están recubierto por el periosto, una capa de tejido conjuntivo especializado, dotada de
potencia osteogenica (capacidad de formar hueso) el periosto falta en los extremos de huesos
largos recubiertos por cartílago articular, en las superficies óseas donde se insertan ligamentos
y tendones, sobre la rotula y otros huesos semaoideos.
La cavidad medular de la diafisis y las cavidades del hueso esponjoso están revestidas por
endostio, una fina capa celular que también posee capacidad osteogenica .
En los huesos planos del cráneo se forma una capa compacta relativamente gruesa en ambas
superficies, que se llaman a menudo tabla interna y externa.
Entre ellas hay una capa de hueso esponjoso de grosor variable llamada diploe.
El periodo de de la superficie externa del cráneo se pericraneo, mientras q la superficie interna
está revestidas por la duramadre.

Estructura microscópica.
Al examinar al microscopio un corte fino del tallo de un hueso largo se observa que los
elementos celulares forman una parte muy pequeña de su masa total.
El hueso compacto está formado fundamentalmente por sustancia intersticial mineralizada, la
matriz ósea, depositadas en capas o laminillas de 3 a 7nm de grosor. Espaciadas de un modo
bastante regular por la sustancia intersticial del hueso existen cavidades lenticulares llamadas
lagunas, cada una se las cuáles está ocupada por una célula del hueso, el osteocito. Desde
cada laguna irradian en todas direcciones los canaliculos, unos conductillos extremadamente
delgados y ramificados que penetran en la sustancia intersticial de las laminillas y se
anastomosan con los canaliculos de las lagunas vecinas, formando una red de diminutos
canales, que se piensa son esenciales para la nutrición de las células óseas.
Las laminillas del hueso compacto se disponen en tres formas diferentes y frecuentes.
1. La gran mayoría están dispuestas concentricamente, en torno a un canal vascular del
interior del hueso para formar unas unidades estructurales cilíndricas llamadas
sistemas haversianos u osteonas, de tamaño variable, compuestas por un N° de 4 a 20
laminillas.
2. Entre los sistemas haversianos hay fragmentos angulosos de hueso laminar, que tienen
forma y tamaño irregular, son los sistemas intersticiales. Los límites entre los sistemas
haversianos y sistemas intersticiales están nítidamente marcados por unas líneas
refringentes llamadas líneas de cemento.
3. En la superficie externa del hueso cortical, inmediatamente debajo del periostio y sobre
la superficie interna, por debajo del endostio, hay varias laminillas que se extienden de
modo ininterrumpido en torno a la mayor parte de la circunferencia del tallo, son las
laminillas circunferenciales externas e internas.

En el hueso compacto se distinguen dos categorías de canales vasculares.


● Canales longitudinales: que ocupan el centro de los sistemas haversianos se llaman
canales haversianos, contienen 1 o 2 vasos sanguíneos, en su mayor parte capilares,
rodeados de una vaina de tejido conjuntivo laxo.
● Los canales de Volkmann: atraviesan el hueso en dirección perpendicular u oblicua y
comunican entre sí a los canales haversianos, o los comunican con la superficie ó con
la cavidad medular. Los vasos de éstos son generalmente son más largos que los de
las osteonas.

El hueso esponjoso está compuesto también por laminillas, pero sus trabeculas son
relativamente delgadas y de ordinario no tienen vasos sanguíneos en su interior. Por ello no
posee sistemas haversianos, sino que son simplemente un mosaico de piezas angulares de
hueso laminar. Las células óseas se nutren por difusión a partir de la superficie endostica a
través de los diminutos canaliculos que interconectar las lagunas y q llegan hasta la superficie.
El periostio presenta considerables variaciones en su aspecto microscópico, en dependencia
de su estadio funcional. Durante el desarrollo embrionario y crecimiento postnatal, existe una
capa interna de células formadoras de huesos, los osteoblastos, en contacto directo con el
hueso. En el adulto, los osteoblastos asumen una forma de reposo y nos se distinguen de otras
células fusiformes de tejido conjuntivo, volviendo a adoptar su forma típica en caso de lesiones
óseas. La capa externa del periostio es un tejido conjuntivo denso y relativamente acelular que
contiene vasos sanguíneos. Algunas ramas de éstos vasos atraviesan la capa profunda y
entran en los canales de Volkmann, a través de los cuáles comunican con los vasos de los
canales haversianos; éstos pequeños vasos contribuyen a mantener la fijación del periostio al
hueso subyacente. Por otra parte unos haces gruesos de fibras colagenas de la capa externa
del periostio tuercen su trayecto y penetran en las laminillas circunferenciales externas o en los
sistemas intersticiales del hueso, a estos se les llama fibras de Sharpey y sirven para anclar
firmemente el periostio al hueso subyacente; además de las fibras colágenas también penetran
en el hueso cortical desde el periostio algunas fibras elásticas.
El endostio es una capa delgada de células planas que reviste las paredes de las cavidades del
hueso que alojan la médula ósea. Todas las cavidades del hueso, incluso los canales
haversianos y los espacios medulares del hueso esponjoso están revestidos por endostio.

Células del hueso

En los huesos que crecen activamente se distinguen cuatro tipos de células óseas: células
osteoprogenitoras, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. Los tres primeros se consideran
tipos celulares distintos, pero pueden transformarse unos en otros. Los osteoclastos tienen un
origen diferente, provienen de los monocitos formándos en la médula ósea y que han circulado
por la sangre.
Células osteoprogenitoras
El hueso, al igual que otros tejidos conjuntivos se origina a partir de células mesenquimales
embrionarias que presentan una muy amplia capacidad de diferenciación. Éstas originan una
población de células que pueden diferenciarse hacia condroblastos u osteoblastos. Estas
células progenitores persisten hasta la vida postnatal y se encuentran en todas o casi todas las
superficies libres de los huesos: en el endostio, en la capa interna del periostio y en las
trabeculas del cartílago calcificado. Sus núcleos son pálidos y de configuración ovoidea ó
alargada, y sus escasos citoplasmas son acidofilos ó débilmente basofilos.
Las células osteoprogenitoras son más activas durante la fase de crecimiento de los huesos,
aunque también se reactivan durante la vida adulta durante la reparación de fracturas y otras
lesiones óseas.

Osteblastos

Son las células osteoformadoras de los huesos maduros y en fase de desarrollo. Durante él
depósito activo de matriz, se disponen como una capa epiteloide de células cuboideas ó
columnares en la superficie del hueso. Su núcleo suele estar localizado en el extremo de la
célula más alejado de la superficie ósea. El citoplasma es intensamente basofilos, el Complejo
de Golgi prominente, el retículo endoplasmatico amplio y con abundantes ribosomas, aporta la
estructura para la síntesis de proteína, presenta vacuolas con material rosado que se supone
precursor de matriz ósea. Además de secretar diversos componentes de la matriz como
colágeno, osteocalcina, etc. pueden producir también factores de crecimiento e intervenir en la
reabsorción ósea, mediante enzimas que eliminan la capa superficial no mineralizada de la
matriz ósea permitiendo que los osteoclastos completen la reabsorción del hueso. Algunas de
éstas células quedan gradualmente envueltas en sus propias secreciones y se convierten en
osteocitos.

Osteocitos

Son las células principales del hueso completamente formado, que residen en las lagunas
situadas en el interior de la sustancia intersticial calcificada. Su cuerpo se adapta a la forma
lenticular de la cavidad que ocupa, pero emite numerosas prolongaciones delgadas que se
extienden por los canaliculos de la matriz vecina comunicando entre sí las lagunas a través de
uniones de baja resistencia eléctrica que permite el flujo de iones y quizás de moléculas
pequeñas.
Las características nucleares y citoplasmatica de los osteocitos son semejantes a los
osteoblastos, con la región de Golgi menos marcada, sobre todo los que están situados más
profundamente en la matriz ósea.

Osteoclastos

Son las células neoformadoras que llevan a cabo la eliminación de la matriz ósea para su
reemplazo por hueso neoformado (proceso interno de remodelación y renovación que subre el
hueso durante toda la vida). Alcanzan a medir 150nm de diámetro y pueden presentar hasta 50
núcleos. Ocupan unas concavidades superficiales denominadas lagunas de Howship que se
debe a la acción erosiva del osteclasto sobre el hueso adyacente. Muestran polaridad, sus
núcleos se agrupan en la proximidad de la superficie celular libre de contorno liso, mientras que
la superficie adyacente al hueso presenta una estriación radial formando un borde plegado. En
el citoplasma próximo al borde plegado presenta gran cantidad de mitocondrias y lisosomas.
Alrededor del borde plegado la membrana está fuertemente pegada al hueso y en esa zona el
citoplasma subyacente muestra gran cantidad de filamentos de actina.
Los osteoclastos son considerados células secretoras que liberan hidrolasas ácidas y bombean
y bombean iones hidrógeno hacia el compartimiento subosteoclastico ( formado entre el borde
plegado y el hueso que está sufriendo reabsorción) con objeto de eliminar las sales de calcio y
de degradar el colágeno y otros componentes orgánicos de la matriz ósea.

Composición química del hueso

La sustancia intersticial del hueso está constituida por dos componentes principales:
Una matriz orgánica: que representa el 35% de la misma.
Sales inorgánicas: que comprendenel 65% de su peso seco.
La matriz orgánica está compuesta por fibras de colágeno incluidas en una sustancia
fundamental rica en proteoglucanos, entre ellos el sulfato de condroitina, el queratan, sulfato y
el acido hialuronico. Los proteoglucanos están formados por pequeñas proteínas centrales con
un número relativamente escaso de cadenas laterales glucosaminoglucanos.
Entre las proteínas del hueso se encuentran dos dependientes de la vitamina K .
1. Osteocalcina que constituye el 2% de las proteínas totales de la matriz, de función
desconocida.
2. Osteopontina se cree que puede estar implicada en la fijación de osteoblastos y
osteoclastos al hueso, ambas son secretadas por los osteoblastos y su síntesis es
estimulada por la vitamina D.
3. Un tercer componente de la matriz es la sialoproteina ósea.
El colágeno, que constituye el 90% de la porción orgánica de la matriz ósea, es
predominantemente de tipo l, se diferencia del colágeno del resto de los tejidos blandos del
mismo tipo debido a que posee un mayor número de enlaces cruzados intermoleculares.
La sustancia inorgánica del hueso está formado por depósitos submicroscopicos de un tipo de
fosfato calcico muy parecido al mineral hidroxiapatita. El mineral se deposita probablemente al
principio en forma de fosfato calcico amorfo y más tarde se reordena para formar hidroxiapatita
cristalina. El mineral del hueso contiene cantidades apreciables de ion citrato y de ion
carbonato.

Osificacion

Los huesos se desarrollan directamente en el tejido conjuntivo, es decir por osificacion fibrosa,
o en un bosquejo cartilaginoso, es decir por osificacion endocondrial .

Osificacion endocondrial
En ciertas partes del bosquejo cartilaginoso y en períodos determinados de su desarrollo se
producen modificaciones histologicas en los llamados puntos de osificacion. Éstos puntos de
osificacion se extienden y transforman toda la pieza cartilaginosa en tejido óseo, con excepción
de una delgada capa de cartílago que reviste las superficies articulares.
El primer punto de osificacion que aparece en el bosquejo cartilaginoso de un hueso se llama
punto primitivo, primario ó principal. Forma la mayor parte del hueso, los otros puntos llamados
secundarios ó complementarios, aparecen más tarde y forman ciertas apofisis.
En los huesos largos el punto de osificacion primitivo aparece en la parte media del hueso y
forma la diafisis .
Los puntos complementarios forman las epifisis.
Durante toda la duración del desarrollo y crecimiento de un hueso, el punto diafisiario está
separando de los puntos epifisiarios por una delgada capa de cartílago llamada cartílago
diafisoepifisiario, cartílago de conjunción ó cartílago de crecimiento.
Antes de que el punto de osificacion endocondrial se desarrolle, la membrana conjuntiva que
envuelve al cartílago, es decir el pericondrio adopta las características de periostio y produce
tejido óseo en forma de un molde pericondrial, cuyo espesor aumenta por la aposicion de
sucesivas láminas.
El crecimiento de los huesos en longitud se efectúa en su mayor parte a nivel del cartílago de
conjunción. Las capas superficiales de cartílago, sobre todo las de la superficie, diafisiaria, se
transforman en tejido óseo, mientras el cartílago se renueva por proliferación de elementos en
su parte media. El cartílago de crecimiento subsiste hasta el momento en el que los huesos
alcanzan su completo desarrollo; el cartílago deja entonces de regenerarse y es invadido por
puntos de osificacion diafisiarios y epifisiarios que se unen entre sí.
Cada hueso largo tiene en consecuencia, dos cartílagos de crecimiento, pero uno es más
activo que el otro. Se denomina epifisis fértil a la que está en relación con el cartílago más
activo.
Las epifisis fértiles están situadas "cerca de la rodilla y lejos del codo", es decir que los
cartílagos de conjunción vecinos a la epifisis superior del humero, inferior del radio, inferior del
fémur y superior de la tibia presentan una actividad o fuerza proliferativa mayor que los
cartílagos diafisoepifisiarios de la extremidad opuesta de cada uno de ésos huesos.
Sin embargo el crecimiento de lo que se conoce clasicamente, como cartílago de conjunción ó
de crecimiento no interviene solo en el crecimiento de los huesos en su ancho. La osificacion
periostica participa también en gran medida y puede ser más importante que la otra en éste tipo
de crecimiento.
El cartílago que cubre la epifisis contribuye también, pero en proporción menor al crecimiento
de los huesos en longitud.
El crecimiento en espesor se efectúa por la capa profunda, osteogenica, del periostio.
Los huesos largos, a medida que la diafisis se engrosa por suposición de capas óseas
sucesivas de orígen periostico, en su parte central se localizan fenómenos de reabsorción. La
osificacion endocondrial desaparece en la diafisis, después del proceso de reabsorción se
extienden a las capas más profundas del hueso periostico. Así, se forma una cavidad que se
extiende a todo lo largo de la diafisis, es el conducto medular.

Osificacion fibrosa
Los huesos de la bóveda del cráneo y de la cara no están precedidos por un esbozo
cartilaginoso. Los puntos de osificacion de estos huesos se desarrollan directamente en el
tejido conjuntivo embrionario. A éstos huesos desarrollados desarrollados por osificacion
fibrosa, se les denomina algunas veces huesos de membrana.

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